Agenda Cultural Alma Máter, julio 2015. Edición 222.

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Editorial A la rueda rueda, unas de cal y otras de arena

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“En plena carretera ‘y en movimiento que es lo importante’ Julio Arrastía entrevista a ‘Cochise’, que andaba sobrado de tiempo”, Gil Ochoa, H. (2002), La bicicleta, mi cámara y yo, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia /Biblioteca Pública Piloto de Medellín, p. 163.

Que el ciclismo es un deporte extremo para

personas fuertes, de acero, con mentalidades regias y cuerpos superdotados; que hay que tener muchas agallas para correr una vuelta de tres semanas, con etapas de hasta siete horas; que el secreto estuvo o ha estado en la panela; que son livianos y con más glóbulos rojos que sus contrincantes, porque viven y entrenan comiéndose con desenfreno las carreteras montañosas de los empinados Andes, y esto hace que tengan ventaja sobre los gringos; que

los otros siempre se doparon, mientras que los nuestros, los escarabajos, como mejor los conocen, han sido coequiperos, gregarios que se han quemado chupando rueda, y que ahora que los controles se extremaron, después de la confesión de Lance Armstrong, volvieron a la escena, al podio; que ¡qué verracos, qué cosa la de estos pelaos!; que si tuviéramos al menos un tris de la decisión y el empuje de ellos y la usáramos pa’ ponernos de acuerdo en lo fundamental, ya hubiéramos parado esta vuelta; que miremos el 2015 | Julio


ejemplo de estos muchachos que se hacen pelar por un laurel, por nosotros, por Colombia; que basta ya de sufrir, que no queremos más, ¡ah!, que qué dicha fuera...

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Como el café, el ciclismo es una de esas cosas que nos hace a los colombianos estar unidos, incluso sin que sepamos tomar tinto ni montar en dos ruedas. Desde tiempo atrás, la bicicleta funciona como una suerte de identidad blanda que llamamos a colación para vanagloriarnos con las gestas ajenas, pero igual..., no está mal vernos en estos chicos, o en las antiguas glorias como Ramón Hoyos, Cochise, Lucho Herrera o Fabio Parra. Lo que resulta bien interesante, por la paradoja que incorpora, es la mediación que hace el sufrimiento en el disfrute de ser campeones en este deporte que tantas dichas y orgullo ha traído a esta tierra de montañas “fuera de categoría”. Como en la lógica católica, parece ser que lo que se gana con sufrimiento es más valioso que aquello que simplemente se debe a la virtud o la fortuna. Así es Colombia. Aquí, definitivamente, hay que sufrir; no por nada este es el país del sagrado corazón, un sino que recuerda siempre que hay que resarcir la culpa para ganar el cielo, un asunto cultural bastante difícil de superar. No cabe duda de que cualquier colombiano, que haya vivido la década de los ochenta, tiene presente en la memoria la cara ensangrentada de Luchito, vistiendo la de pepas rojas, escapado del lote, bajando raudo y temerario para enfrentar la última cuesta que le valdría su segunda etapa en ese Tour de Francia: AustransSaint-Étienne, 179 kilómetros, sábado 13 de julio de 1985 y en la meta Luis Herrera alza de nuevo los brazos para dejar ver su sufrimiento recompensado; esta vez, ensangrentado, como en una purga nazarena, y también como un presagio de que algo terrible iba a acaecer en Colombia ese mismo año. Coincidencia o no, cuatro meses después tuvimos nuestro noviembre negro: las tragedias, de distinto sino, del Palacio de Justicia y de Armero. No cabe Julio | 2015

siquiera decir que “unas son de cal mientras las otras son de arena”. Contar la Historia es más fácil y pedagógico si se recuerda de la misma manera lo lindo y lo feo, lo bueno y lo malo, y lo veraz y lo ilusorio. Narrar lo ocurrido necesita contexto. No hay forma de hacer una pintura que refleje la realidad sin dibujar un fondo, sin tener un soporte. El ciclismo es Colombia, como lo es también el conflicto. La memoria de este país es compleja, multifacética y azarosa y, como la rueda, sigue repitiendo giros sobre el mismo eje. Este julio se cumplen treinta años de la hazaña del “Cafeterito”, tres décadas de cuando dejó a Bernard Hinault, al Perico Delgado y a Greg LeMond “viendo un chispero” con su jalón; seis lustros de cuando, por pisar con la rueda delantera la verja, se fue al suelo, se lastimó su costado izquierdo, y, sin más, como si fuera un simple rasguño, se paró y siguió... En esta oportunidad, la Agenda Cultural Alma Máter, con la colaboración de Kevin Simón Mancera, Wbeimar Muñoz Ceballos, Catalina Castrillón Gallego, Robinson Quintero Ossa, Juan Carlos Orrego Arismendi, Horacio Gil Ochoa (gracias a la entrevista de Vanessa Márquez) y con la inclusión de un cuento de Julio Cortázar, está dedicada al ciclismo y al sonido de los hombres de radio de antaño que, con voces exaltadas, inventaban, narraban, sin ver, el trasegar de los “pelaos” montados en bicicletas. Dedicada también a esos muchachos, esos nuevos nombres que, hoy, se convierten en tradición; esos que engrandecen el grupo de escarabajos colombianos; los que lideran escuadras remplazando a capos del norte; esos corredores que, sin medir distancia, se la están jugando por alcanzar la gloria colectiva para un país que espera que lo mismo le ocurra pronto. Esperemos y confiemos en que la rueda gire y pasemos pronto la página. Oscar Roldán-Alzate


Algunos aspectos de la radiodifusión y del ciclismo colombianos Catalina Castrillón Gallego

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n un país con la configuración geográfica que tiene Colombia, la incomunicación se convierte en un problema por resolver, aun en nuestros días; superarla es el mejor signo de modernidad. Así, el desarrollo y la construcción de medios y vías de comunicación siguen haciendo parte del nutrido repertorio de promesas cumplidas o incumplidas de nuestros gobernantes desde el siglo xix, y que se concretan, en alguna medida, en medios de comunicación como la prensa, el cine, la radio, la televisión, la internet y su oferta de redes sociales que nos permiten sentirnos conectados con el interior y el exterior del país. Durante la década de 1920 tuvieron lugar una serie de desarrollos técnicos que permitieron la transmisión de todo tipo de mensajes sonoros a grandes distancias, con unos requerimientos relativamente sencillos. Estos ejercicios permitieron el surgimiento de la radiodifusión que rápidamente se convirtió en un medio de comunicación que hizo posible sortear todo tipo de obstáculos, como los de carácter geográfico o, incluso, los de índole educativa como los relacionados con la alfabetización. La primera emisora del país respondía al distintivo de llamada HJN y comenzó a funcionnar en Bogotá el 5 de septiembre de 1929; sus transmisiones se realizaban de lunes a sábado entre las 8 y las 10 de la noche y funcionaba por una concesión hecha por el Ministerio de Correos y Telégrafos al señor Manuel José Gaitán. El 8 de diciembre del mismo año, el señor Elías Pellet inauguró en Barranquilla otra emisora. Es importante mencionar que, en ese momento, el

criterio para la selección de los contenidos que se transmitían por las emisoras se basaba casi de manera exclusiva en los gustos, intereses y preferencias de sus propietarios; un ejemplo de esto es la siguiente programación: I – Datos meteorológicos suministrados por el Ministerio de Industrias. II – Cotizaciones de la Bolsa. III – De 8 a 9 p. m., retreta por la banda de la policía nacional en el patio principal del Capitolio. IV – De 9 a 9:30 la señorita María Inés Cifuentes, acompañada al piano por la señora Emelina Gaitán v. de Otero, con el siguiente programa: 1. “Romanza americana” de Arturo Patiño, cantada por la señorita Cifuentes. 2. “La duquesa del Balrabarin”, valses al piano por la señora de Otero. 3. “La bayadera”, cantada por la señorita Cifuentes. 4. “Sobre la playa”, al piano por la señora de Otero. 5. “Ay, ay, ay”, canción española que cantará la señorita Cifuentes a petición de muchas personas. V – De 9:30 a 10 Noticias de la United Press y de la Agencia SIN.1 Al mirar en perspectiva la primera mitad del siglo XX en Colombia, se encuentra que fue un momento para que muchos aventureros dieran rienda suelta a toda clase de experimentos que ponían a prueba los recursos técnicos que entonces se presentaban como novedosos. De este modo, algunos empresarios del cine y 2015 | Julio

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de la radio se embarcaron en recorrer lugares apartados y pintorescos del país, no sólo para documentarlos, sino, sobre todo, para hacerlos públicos. Uno de estos recorridos lo realizó la emisora Voz de Antioquia en 1940 cuando organizó un “Viaje perifónico” con el que los oyentes de la emisora podrían seguir paso a paso los incidentes de un periplo hacia Barrancabermeja a través de las transmisiones que se tendrían desde el tren, el hotel de Puerto Berrío, un barco navegando el río Magdalena y en el destino de llegada.

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El aspecto educativo es quizá el que le ha otorgado a la radio un lugar central en las dinámicas culturales del país, pues desde sus inicios proporcionó un espacio para la democratización del acceso a la información y, sobre todo, a la cultura; los radioperiódicos, por ejemplo, contaban a sus oyentes los hechos del día; algunos programas musicales transmitían óperas y conciertos de música académica y muchos de los dramatizados radiales adaptaban obras destacadas de la literatura. Incluso, se desplegaron varios proyectos de educación básica por radio como las escuelas radiofónicas de Radio Sutatenza o el bachillerato por radio. De esta manera, la radio se convertía en un espacio virtual que podía ser muchas cosas: un aula de clase, un teatro, o una sala de conciertos. Pero la radiodifusión no tiene sentido sin oyentes. Los primeros años, los altos precios de los aparatos de recepción radial y la pericia técnica que era necesaria para la adecuada manipulación de los receptores, dieron lugar al surgimiento de prácticas de escucha comunitaria que podrían entenderse como la adaptación de otras, ya antiguas en ese momento, como las tertulias o las lecturas en voz alta, y que se mantuvieron hasta tiempos no tan lejanos, cuando la omnipresencia doméstica del televisor y la portabilidad del sonido convirtieron la escucha técnica de sonidos en un acto individual, incluso se podría decir que íntimo, si pensamos en lo que implica el uso de audífonos. Julio | 2015

Es necesario insistir en que el éxito de la radio desborda su función en el campo de la extensión cultural. El entretenimiento jugó un papel capital en la vigencia que este medio tiene hasta hoy. En varias ciudades del país, las emisoras dispusieron de recintos dispuestos a manera de auditorios desde donde se transmitían actos que ameritaban la presencia de público, ya fuera porque intervenía un grupo escénico, una agrupación musical numerosa o artistas de renombre nacional o internacional, o porque se trataba de un programa de concurso, como, por ejemplo, “Dígalo con música”, “Coltejer toca a su puerta”, “Pregunte usted-conteste usted”, “El Peso Fabricato” o “Los profesores del aire” que se transmitió durante más de cinco años desde 1941, entre muchos otros. Por otro lado, desde la década de 1930, las emisoras del país se dieron a la tarea de transmitir diferentes eventos como los Juegos Bolivarianos de 1938 y toda suerte de competencias, carreras automovilísticas, partidos de fútbol e incluso partidas de ajedrez: El joven profesor mejicano René Pratt, quien el viernes pasado dio una brillante exhibición de ajedrez enfrentándose a 25 de nuestros mejores jugadores. Los detalles de la exhibición fueron transmitidos en cadena por la Emisora Claridad, Voz de Antioquia y Radio Nutibara, constituyendo como programa una verdadera atracción, tanto para los aficionados como para los radioescuchas en general [...].2

Entre las transmisiones deportivas, es claro que el favor del público oyente y de las estaciones radiodifusoras ha estado del lado de los torneos de fútbol y de las competencias de ciclismo. Una posible explicación para esto radica en que sea casi imposible negar que el fútbol es el deporte más popular en Colombia, así como también es difícil refutar los logros y reconocimientos internacionales que han obtenido los ciclistas nacionales.


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© Kevin Simón Mancera, Rigoberto Urán

Radio, popularización de la bicicleta y competencias ciclísticas Los velocípedos, antecesores de las bicicletas, aparecen en la segunda mitad del siglo XIX como un signo de distinción aristocrático en la sociedad europea. Durante la primera mitad del siglo XX, el uso de la bicicleta se popularizó dejando atrás su connotación aristocrática para convertirse en un objeto de uso habitual entre amplios sectores de la población que hicieron de ella un medio de transporte, económico, cómodo y eficiente para el desplazamiento en terrenos planos. Las carreras de ciclismo son, fundamentalmente, eventos deportivos; pero desde el momento

de su surgimiento cumplen, en primera medida, un papel importante como estrategia publicitaria directa para la prensa deportiva, y, en segunda instancia, para los lugares por donde pasaban. Es el caso de dos de las más antiguas, el Tour de Francia (1903) y el Giro de Italia (1909) estrechamente vinculadas desde sus inicios con los periódicos L’Auto y La Gazzeta dello Sport, respectivamente. Otra de las competencias que hace parte de las llamadas “grandes carreras” es la Vuelta a España (1935). En Colombia existen varias competencias ciclísticas; la más antigua es la Vuelta a Colombia, cuya primera edición tuvo lugar entre el 5 y el 17 de enero de 1951. Contó con la participación de treinta y cinco pedalistas y es2015 | Julio


tuvo organizada en diez etapas, en las cuales se recorrieron localidades del centro del país, partiendo desde Bogotá hacia Honda, Fresno, Manizales, Cartago, Cali, Sevilla, Armenia, Ibagué, Girardot para finalizar en Bogotá. A diferencia de las grandes carreras europeas, esta estuvo organizada los dos primeros años por el periódico El Tiempo y por la Asociación Colombiana de Ciclismo, con el aporte significativo de importantes empresas y firmas comerciales.

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Desde el inicio, esta carrera ha involucrado a diferentes empresas radiales. Durante los primeros años existió una especie de monopolio por parte de la emisora Nueva Granada, casa matriz de la Radio Cadena Nacional (RCN). Buena parte de la memoria colectiva que se ha construido sobre este evento gravita alrededor de la voz de Carlos Arturo Rueda y los nombres con los que bautizaba a los corredores, tales como Efraín “El Zipa” Forero; Ramón Hoyos, “El pentacampeón” y Hernán Medina, “El príncipe estudiante”. Las transmisiones radiales difundían los pormenores de cada una de las etapas desde “los propios sitios de los hechos” por medio de transmóviles o equipos de transmisión de frecuencia modulada instalados en automóviles con los que seguían el paso de los ciclistas. En la X Vuelta a Colombia, que tuvo lugar en junio de 1960, la Asociación Colombiana de Ciclismo rindió un homenaje a RCN por su vínculo con el certamen deportivo y se destacó la labor de Carlos Arturo Rueda, el popular “colorado”, quien hizo famosa esta competencia a través de sus magníficas narraciones: El ciclismo nacional estaba en mora de rendir este homenaje a la Nueva Granada y demás emisoras de la Cadena, pues RCN no se ha limitado a transmitir año tras año la Vuelta a Colombia, sino que además se ha visto el afán de superación en el aspecto técnico y, como si todo ello fuera poco, también se ha hecho presente

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cuando se ha pedido la colaboración económica para ayudar a la financiación de este evento.3

Diez años después, ante el acentuado ambiente de polarización política en vísperas de elecciones, se anunciaba la XX Vuelta a Colombia como “la vuelta de la paz”. Se realizó entre el 27 de abril y el 13 de mayo, estuvo organizada en trece etapas y en total se recorrieron 1.851 kilómetros. Antes de iniciarse, en la prensa se anunciaba: “Vuelven los transmóviles con su ‘escándalo’, mortificante para algunos, agradable para los más. Durante dos semanas las voces de los locutores atronarán por todos los rincones de la patria”.4

Notas 1 “Programa para hoy”, en: Mundo al día, Bogotá, 13 de noviembre de 1929, p. 19. 2 “Rene Pratt”, en: Micro, Medellín, N.°. 36, noviembre 5 de 1940, p. 16. 3 “Homenaje a RCN en la etapa de ayer”, en: El Tiempo, Bogotá, martes 14 de junio de 1960, p. 10. 4 “Breves de la Vuelta”, en: El Tiempo, Bogotá, viernes 24 de abril de 1970, p. 17.

Catalina Castrillón Gallego. Historiadora y docente universitaria. Algunas de sus publicaciones son: “Hacer del radio entre nosotros algo más que una entretención vulgar. Los radioaficionados como precursores de la audiencia radial colombiana, 1928-1940” en: Historia y Sociedad, Medellín, N.° 20, enero-junio de 2011, pp. 113-132; “La actividad radial colombiana a través de algunos periódicos y revistas, 1928-1950”en: Revista Colombiana de Antropología, Bogotá, vol. 47 (1), enero-junio 2011, pp. 137-154 y “La radio educadora: solución para una patria inculta. La actividad radial en Colombia, 1930-1940” en: Ceballos Gómez, D. L. (ed.) (2009), Prácticas, territorios y representaciones en Colombia, 1849-1960, Medellín, Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, pp. 129-145.


Cochise y Gonzalo Arango a vuelo de tequila (Contrarreportaje a “Cochise a vuelo de tequila”, de Gonzalo Arango) Robinson Quintero Ossa

En 1968, después de participar en la Vuelta a México, en la que quedó subcampeón —detrás del también colombiano Álvaro Pachón—, Martín Emilio “Cochise” Rodríguez concedió en Medellín un extenso reportaje a Gonzalo Arango, publicado en la revista Cromos de ese mismo año con el título “Cochise a vuelo de tequila”. En el reportaje, Arango se burla crudamente de los ideales y sueños del ciclista, a tal punto que destacados periodistas y escritores de la época reprocharon sin reserva el “avieso” proceder del poeta. En 2010, después de cuarenta y dos años de pasado aquel suceso, tuve la oportunidad de conversar con Cochise sobre el citado texto que tiene como asunto de entrada una lámina del sagrado corazón de Jesús, comprada en México, que la madre del ciclista colgó en la sala de su casa. Esta es la impresión de dicho encuentro.

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ra la primera vez en mi vida que conversaba de tú a tú con un campeón mundial. Por el teléfono le dije mi nombre lo más redondamente posible para que lo recordara de ahora en adelante. Me respondió de una vez, haciéndose el gracioso: —¡Ah, Robinson Crusoe! Ya había leído que era un bromista de primera, de lengua fácil para las ocurrencias. En Medellín es estimado como un bacán de cuadra, un gregario al que no le pesan sus títulos mundiales, sus marcas al cronómetro, sus cuatro casacas de campeón de la vuelta a Colombia. Eso me entusiasmó. Estaba liso de ánimo. Pero su voz, de repente, al otro lado de la bocina,

caló cuando le dije el motivo de mi llamada: “Soy poeta, y quiero escribir un contra reportaje al reportaje que le hizo Gonzalo Arango”. Me parece que el campeón pensó en comienzo que la conversación giraría sobre pedales, bielas, pinchazos, nombres ilustres del ciclismo mundial, sus títulos, su leyenda, fisgoneos trillados de reportero deportivo; pensó que Cochise sería el protagonista del reportaje. Yo, en cambio, le proponía algo inesperado, una conversación en la que él no sería líder del lote sino coequipero, un corredor más del pelotón, y el protagonista, el que llevaba la franela amarilla, un poeta que se hizo llamar loco, genial y peligroso. El mismo poeta que bajo el seudónimo de “Aliocha” (reencarnando al único hermano piadoso de los Los hermanos Kamarazov de Fiodor Dostoievski), en un reportaje publicado en la revista Cromos, lo puso en ridículo y lo menospreció, junto a su familia, moviendo a risa a sus lectores. Comprendí que eso lo trastornó. Después, su respuesta fue decidida. —Cuando quiera. ¡Usted sabe que yo soy abierto pa’ lo que sea! Le dije a Cochise que sería bueno que el encuentro tuviera lugar en su casa del barrio Simón Bolívar, al occidente de Medellín, que es la misma que visitó hace más de cuarenta años el poeta nadaísta. Era el sitio perfecto para reconstruir los hechos del reportaje. Me picaba, no lo niego, la curiosidad de ver si aún, presi2015 | Julio

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diendo la sala de recibo, permanecía colgado el cuadro que Gonzalo Arango describió, en uno de los párrafos de entrada memorables del reportaje colombiano, como “el corazón de Jesús más feo del mundo”. Quería, ubicado en el lugar de los acontecimientos, con uno de los personajes de aquel encuentro, entender por qué el mal alado poeta de Andes, malvado y burlón, trazó al campeón como un hombre presuntuoso, machista, pesetero, envidioso y desagradecido; por qué lo tiró a matar. Pero Cochise me negó la entrada a su casa. Tal vez porque le era un desconocido, tal vez porque le entró mala espina cuando mencioné el nombre de Gonzalo Arango. De seguro, ya había aprendido la lección: no es bueno dejar entrar poetas a una casa de familia.

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Le pregunté entonces si recordaba el reportaje, si conservaba la revista Cromos donde apareció publicado. —Recuerdo lo que escribió, que el corazón de Jesús más feo del mundo estaba en la sala de mi casa. Y otras burlas que hizo. A mi mamá, que se enojó mucho cuando leyó eso, le dije: “No se preocupe vieja, él es un nadaísta, uno de esos que no creen en Dios, ni en lo que comen, ni en lo que beben...”. El plusmarquista mundial dijo esto con evidente decepción. Quizás, por eso, no permitiría ahora que otro poeta, por más piadoso que fuera, rondara los predios de su casa. *** Para mi gracia, el poeta de la cicla me citó para unos días después a una cafetería vecina al velódromo de Medellín, que lleva su nombre; nombre que, luego de mirar mucho, no vi grabado en la puerta de entrada ni en ninguna otra parte del óvalo. Julio | 2015

Esto no es extraño en Colombia. No importa que el ninguneado sea el deportista del siglo xx, el artífice de los primeros triunfos internacionales del ciclismo colombiano y, para muchos, un ejemplo a seguir por los jóvenes ruteros y pisteros. Para bordear los sesenta y ocho años de edad, Cochise está hecho un pincel; al fin y al cabo, siempre retó al tiempo en los cronómetros. Su talla impresiona, su porte. Apenas sus ojos, cuando sostienen la mirada, desdibujan el retrato; parecen idos y opacos, como si empezaran a entrever no sé qué distancia, qué raya de meta, delante de él. El pelo de su coronilla ha volado. En su pecho, a la altura de la clavícula, un bulto sobresale, lo que parece ser un hueso mal calcificado, traza de un accidente ciclístico. Gonzalo Arango, en 1968, lo describió así: “Es un tipo alto. Más de un metro con ochenta. Pesa setenta y cinco kilos, buen mozo, de aspecto ingenuo, pero viril...”. En mi memoria de pronto hacen flash las tomas que le hizo en el esplendor de su juventud el fotógrafo Horacio Gil Ochoa, planos en los que il capo di squadra se ve imponente al lado de su caballito de acero. Algo queda de todo eso. Por ejemplo, sus muslos: anchos, poderosos, firmes. No pude dejar de volver a mirarlos, admirado, a ocultillas de su vistazo, como un niño al que se lo come el asombro. Eran realmente magníficos, impresionantes. Los muslos de un campeón. Cochise parece ser de temperamento tranquilo, de modales llanos, alguien desprevenido que considera, sin embargo, tener todo claro. Los pódiums, las medallas, los titulares de prensa, los homenajes, la ovación de la multitud parecen haberle dado con el tiempo esa chapa de hombre inequívoco, abierto y conversador. Pero noto al campeón un poco reservado. No ofrece ese ánimo jocoso que muchos le des-


tacan, ese talante a lo Cassius Clay de quien, de vez en cuando, lanza una frase achispada, retadora, que se vuelve adagio popular, como cuando soltó que en Colombia se muere más gente de envidia que de cáncer. Pienso: la entrevista va a ser difícil. Pero eso me lo esperaba. En su reportaje, el “hermano piadoso” había estropeado sin miramientos su imagen, había saboteado su buena fe. Y a mí, en cierto modo, también me lo parecía. Por eso estaba yo allí, conversando por primera vez en mi vida, cara a cara, con una leyenda del ciclismo mundial, con un número uno, un invencible. Para mí, el escritor de Sexo y saxofón había exagerado la nota en su retrato del rutero; para mí, muchas de las ilustraciones dadas a sus acusaciones rayaban en el amaño, la soberbia y el resentimiento. Me picaba también la corazonada de que el fundador del Nadaísmo se había aprovechado de la inmensa popularidad del personaje para, en un texto adrede escandaloso, atizar su fama de literato incendiario. Eso, claro está, no ponía en duda la calidad y el vuelo del reportaje. Bien entendía que el poeta de Prosas para leer en la silla eléctrica manifestó así su repelencia a un modo de vivir demasiado recto para su aspiración de torcerlo todo. Pero, ¿excusaba eso su pedantería, su desaliño, sus malajosas descripciones? Algo más no comprendía. ¿Por qué el afán del poeta por cuestionar el supuesto mal gusto del deportista, por caricaturizar su aparente ignorancia y frivolidad? ¿Qué esperó encontrar? ¿Un ciclista filósofo, a lo Cioran? ¿Un atleta poeta, a lo Camus? No se trata de un asunto moral. Simplemente, las preguntas quedan en el aire. No hay que darle una vuelta al país en bicicleta para sospechar cómo se forma en Colombia un escritor y un deportista. Y Arango lo sabía, sabía que en sus adolescencias, mientras él leyó voraz-

mente a Fernando González y a Henry Miller, Cochise ganó el pan diario en una farmacia, a punta de calapiés, haciendo “El más rápido servicio a domicilio de la ciudad”. Esta es una historia de destinos casualmente cruzados. Antes de ese encuentro, en sus andanzas de muchachos, cada cual por su lado, es muy probable que el uno soñara obsesivamente con una máquina de escribir Olivetti, y el otro con una bicicleta turismera o semiprofesional. Entonces, ¿con qué argumentos se burla Arango de Cochise porque este no sabe quién es el iluminado Blake, quién Mr. Miller? La obviedad y la maledicencia campean en muchos pasajes del reportaje de Arango. También ese impulso pedante y fachendoso evidente en otras prosas y declaraciones del poeta, y esa poca disimulada intención de hacerse notar a la par con el personaje, de que este vaya a su rueda; y no al contrario. No pasaba por alto que controvertía a Gonzalo Arango, el cartógrafo del movimiento nadaísta, el que confesó: “el mejor método de persuasión es el escándalo”; el poeta que respondió sin prudencias a la pregunta “¿cuál es su mayor cualidad”? con la frase: “La egolatría”. Un hombre que, cuando se le pidió citar la frase más influyente en su vida, citó a Cassius Clay: “Yo soy el más lindo... yo soy el más fuerte... Yo soy el rey”. Leídas hoy, muchas de esas declaraciones envanecidas son retórica hablantinosa, trazas de discurso empalagoso, más impulsivo que lúcido. Los desplantes de Arango son famosos. Algunos de ellos, justificados, todavía hoy se recuerdan. Para ilustrar al lector, cito la respuesta dada por el escritor en 1962 a un redactor del periódico nadaísta caleño Esquirla, cargada de irónica indiferencia, cuando se le pregunta por el entonces renombrado poeta valluno Antonio Llanos: 2015 | Julio

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Viajo a Bogotá con el exclusivo propósito de entrevistar al Profeta. Lo encuentro en El Cisne saboreando un ice cream soda de lulo. Me saluda y me dice que me retire, que La Monja (como le decía a su novia) no tarda. Le pregunto: ―¿Qué opinas de la coronación de Antonio Llanos? ―¿De cuál Antonio Llanos? Me retiro del salón de té caminando en las puntas de mis zapatos.

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Nos sentamos. Cochise no quiere nada de beber, ni siquiera agua. El ganador del Trofeo Baracchi en 1973 sigue distante; tengo la sensación de que se sentiría más a gusto en otro lugar, en compañía de otra persona. Parece haber venido por cumplir el compromiso. No sospecha que tal vez, después de largos cuarenta y dos años de publicado por primera vez el reportaje de Arango, su oportunidad para la réplica llegó. Le digo: ―Martín, ¿qué sabía del poeta nadaísta para que aceptara una entrevista con él? ―Nada. Que era nadaísta. Sólo eso. Gentes que no creían en Dios, ni en nada... pero que creían mucho en ellos mismos. Yo poco sé de artistas, menos de escritores. Lo mío es el deporte. Sé de cantantes, si acaso. Usted sabe que todo el mundo habla de los cantantes; de los poetas poquito.

―¿Cuál es la historia del cuadro? ―La lámina se la traje a mi mamá de México, donde quedé subcampeón de la vuelta de ese país detrás de Álvaro Pachón, y se la mandé a enmarcar. Tenía ese aire de estampa mexicana, muy pintoresca. Yo no soy tan amante de esas cosas, de las imágenes y las estatuas. ¡Qué tal una imagen de Cochise en todas las salas de Colombia! ―¿Cómo se sintió después de leer el reportaje? ―Decepcionado por la imagen que mostró de mi familia a los colombianos. El mismo Daniel Samper Pizano criticó la entrevista, dijo que el Profeta había tratado de acabar conmigo. ―¿Piensa que Gonzalo Arango transmitió a los colombianos una imagen diferente de lo que en realidad era Cochise? ―Sí. Pero creo que los colombianos tenían claro quién era yo, un deportista íntegro, no una persona de cigarrillo, ni de cantinas. No lo tomé para mí, sino para mi mamá, que era la dueña de la imagen. La Antología de grandes reportajes colombianos, de Daniel Samper Pizano, donde aparece reproducido el texto, está sobre la mesa. Entonces le leo un aparte, aquél en que el poeta describe el encuentro con su personaje: Mi hombre llega al fin. Se para al frente sin mirarme. Como no dice nada, me levanto y le doy la mano [...]. Sigue sin decir nada, como a mil kilómetros de distancia. Este campeón parece difícil de entrevistar. Su tontería o falta de hospitalidad me desaniman bárbaramente.

Si hay ironía deliberada en su comentario, la paso por alto. Prefiero ir a mi asunto. Le digo: “Cochise: ¿qué fue lo primero que se le vino a la cabeza cuando leyó el reportaje, cuando pinchó en el párrafo de entrada que dice: “El corazón de Jesús más feo del mundo está en el barrio Simón Bolívar: carrera 84A N.°. 37-6, de Medellín”?

―¿Fue Cochise en realidad tan descortés?

―Nada. Creo en Dios, pero no soy fanático. Creo que las cosas tienen que suceder porque tienen que suceder. No soy agorero. Mi mamá fue la que, cuando leyó el reportaje, se enojó mucho.

—No. Yo lo atendí bien, normal. Le di el mismo trato que le doy a usted. No fui grosero con él, a no ser por la broma de la copa chimba de juguete, cuando le ofrecí un “tequilita”

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© Kevin Simón Mancera, Emilio Cochise

Cuervo, que había traído también de México. Eso fue lo que lo fastidió. La broma de la copa falsa es uno de los pasajes más cómicos de los reportajes colombianos. No provoca risa, sí carcajadas. Para Arango debió ser tan mortificante como significativa, pues ella inspiró el título del escrito: “Cochise a vuelo de tequila”. El escritor describe la chanza así:

Vacié la copa de un solo trago... ¡Rayos! No había ni una gota dentro del cristal. Miré la cosa extrañado, sin comprender. El líquido seguía allí, sin derramarse. Entonces el campeón se tiró al tapete a morirse de la risa, feliz de haberme gastado una broma. La copa tenía doble fondo, era un juguete.

Cochise se ríe, apenas acabo de leer el párrafo. Y riposta: —Y eso de que yo me tiré al tapete 2015 | Julio


a revolcarme de la risa es mentira. Eso es pura imaginación de escritor. Le pregunto si son también falsos los detalles del pasaje en que aparece su perro Blek, y que Arango late de este modo: Un perro vino y se echó en mitad de la sala. Era grande y manso. El campeón lo acarició con cariño: —¿Cómo se llama? —Blek. Pensé en William Blake. —¿Blake? ¿Como el poeta inglés? —No, “Blek”. Aunque no era negro, sino café con leche, pregunté si “Black”. —No hombre, “Blek”. ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?

—Eso sí me parece recordarlo, dice la leyenda viva del ciclismo colombiano, pero sigo sin entender qué fue lo que quiso decirme.

12 *** Las preguntas parecen medio divertir al que es tres veces campeón panamericano de los 4.000 metros persecución individual. De un momento a otro toma su agridulce experiencia con el poeta nadaísta como cosa del pasado que importa poco ya, después de tantos kilómetros recorridos. Me pongo otra vez a la cabeza del lote. Quiero saber si en verdad, como dijo Gonzalo Arango en el reportaje, el as de los velódromos mundiales presume de seductor con las mujeres. Al fin y al cabo, siempre gozó de la fama de ser “pinta”, un hombre exitoso. Entonces ruedo en otro pasaje del reportaje. Esa noche, un bus estacionó en la casa con cincuenta pasajeros. Querían verlo, conocerlo, admirar sus trofeos, pedirle un autógrafo. A Cochise se le despertó el seductor. A las bonitas les decía “mamacitas”. Me llamaba la atención para que tomara nota de su éxito: Julio | 2015

—Oíste, vos que opinás de este bomboncito, ¿ah?

―Martín, de verdad, ¿usted se sobrepasa de faldero con sus fanáticas? —Ese bus nunca llegó; no lo recuerdo. Esa es otra mentira. Usted sabe que los escritores llenan todo de imaginerías. El campeón parece crisparse. No lo dejo tomar aliento, y le soplo otro fragmento en que Arango se burla a rabiar del decorado de su casa. Las lámparas chorrean desde el cielorraso una luz cegadora. Hay terracotas, porcelanas feas, pero baratas. Al lado de un conjunto de ballet clásico, hay un bigotudo horrendo fumando una pipa, o un cerdo barrigón que sirve de alcancía. Frente a la sala está el barcito prefabricado, lleno de banderas y colorines. Todo delata el mal gusto del proletariado burgués.

El ídolo asimila el texto. No parece saber qué opinar. Tal vez, ahora más que nunca, se felicita de no haber permitido mi entrada a su casa. Los poetas fingen ser piadosos, los poetas hacen trampa. La siguiente pregunta me salta de la boca. ―Cochise, ¿qué es para usted un proletario burgués? ―... es un hombre que consigue lo que se propone poco a poco... La respuesta me deja frío. Sin prisas ideológicas, sin tics políticos, como lo haría un luchador de la vida, un ciudadano de a pie, el campeón me asombra con su comedida sabiduría. Este de mamerto no tiene nada. ―... Hombre, yo no tenía cosas suntuosas. Vivía en una casa modesta. Qué quería ese señor, ¡que viviera en un rancho! Martín, Gonzalo Arango habló con sorna, no por las cosas suntuosas, sino por el estilo del decorado.


―Eran mis lámparas. Yo las quería así, mi mamá las quería así. Yo tenía pinturitas; no de Picasso ni de Fernando Botero, sólo pinturas de óleo pequeñas, normales. Yo no era un Pablo Escobar. La mención del plusmarquista mundial del narcotráfico me desconcierta. Cochise es esto, una mezcla de cosas predecibles e impensables. Sus palabras las dicta la experiencia doméstica, no la ilustración, tal como cabe a un colombiano que estudió apenas hasta quinto elemental. En definitiva, aquello empieza a parecer demasiado cargante para el campeón. Noto, como nunca, su afán por resolver el asunto e irse. Yo halo de nuevo. ―Martín, el poeta también lo retrata como a un machista, moralista y católico empedernido. ¿Qué tiene que decir? Y ruedo en otro pasaje del reportaje; presiento que será el último. El desgano del campeón es visible: ―¿Te casarías con una reina de belleza? ―Yo soy modesto. Una reina no se fijaría en mí. ―¿Por qué no? Eres campeón, eres famoso, tienes “pinta”, tienes almacén. ¿Qué más quieres? ―No, reinas no. La que algún día sea mi esposa debe ser una mujer legal. ―¿Cómo es una mujer legal? ―Pues una que sirva para esposa, mejor dicho, que sea virtuosa, hogareña, que no use minifalda ni sea yeyé. ―¿No te gusta la moda actual? ―Claro que sí, me gustan las chicas que usan minifaldas, esas que van a las heladerías, tengo muchas amigas de esas, pero mi novia tiene que ser seria, una dama. ―Según eso, ¿las que usan minifaldas no son damas? ―Yo no digo que no sean buenas muchachas, hay de todo, pero para mi gusto no hay como una mujer seria, una que no ande mostrando las pantorrillas por ahí... ―Veo que eres un antioqueño de armas tomar. Estoy seguro de que tienes un santo de tu devoción.

―Fray Martín de Porres.

―No tengo nada que decir sobre eso. Son cosas personales, responde con desaliento Cochise. Temiendo que el campeón se fugue en la distancia y se vuelva inalcanzable, decido cambiar de estrategia. *** Con un hombre que, como él mismo lo dice, “no se deja joder de nadie”, hay que saber andar en el lote. Yo preparo mi envión final. Ya es hora de llegar a la raya de meta. ―Cochise, ¿no lo fastidia que el reportaje en el que lo tiran a acabar se destaque como una de las piezas magistrales del periodismo colombiano? ―Se lo merece, por su atrevimiento. En el ciclismo y en el periodismo ganan los atrevidos. Pero también ayudó el personaje que era yo en ese momento. ―¿No importa que el autor haya desdibujado a ese personaje? —Lo que sucede es que cada uno escribe el reportaje a su modo, y cada uno también lo lee a su modo. Usted me lee del libro y cree que las cosas sucedieron de esa manera. Cada uno puede escribir lo que quiera. La estrategia parece surtir efecto. Tengo por otro momento al patrón de las carreteras en el pelotón, antes de que se me escape en solitario definitivamente. Mis pedalazos de persecutor no podrían alcanzarlo. ―Cochise, ¿después de tantos años de fama, qué es para usted la gloria? —Es alcanzar lo que uno buscó con trabajo, con dedicación. Es nacer para ser campeón. 2015 | Julio

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“Tres personajes y un drama. Etapa Dorada-Bogotá, Vuelta a Colombia, 1965. En este trayecto angustioso, ‘Cochise’ perdió la Vuelta con el ‘Ñato’ Javier Suárez. Los personajes son [de izquierda a derecha]: Mario ‘Papaya’ Vanegas, ‘Cochise’ y Luis Carlos Vélez Picalúa”, Gil Ochoa, H. (2002), La bicicleta, mi cámara y yo, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia /Biblioteca Pública Piloto de Medellín, p. 53.

—¿Qué piensa de los perdedores?

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—Son necesarios. —Muchos dicen que usted es un poeta del ciclismo. ¿Qué piensa de eso? —Claro, un poeta debe aspirar a ser un campeón, debe reconocer cuáles son sus enemigos en el pelotón. Un ciclista va armando el rompecabezas de la ruta así como un poeta arma un poema. La distancia a la meta es la misma para el ciclista y para el poeta. Quedo lelo. Lo que oigo es una respuesta literal de Martín Emilio Rodríguez, “alias Cochise”. Mis colegas de versos no me lo van a creer. Los colegas de galápago del ciclista tampoco se lo van a creer. Por fortuna, sus palabras están grabadas en mi casetera para quienes piensen, maliciosos, que soy yo quien le ha dado un empujón. Sí, el predilecto del ciclismo colombiano me ha regalado, para terminar nuestra conversación, una frase que es nada más ni nada menos que Julio | 2015

un verdadero arte poética, un remate a todo pedal para mi reportaje. El campeón se despide. Le resta aún por competir una última carrera (pienso, mientras lo veo irse), la carrera del tiempo límite, esa que pasada la raya de sentencia no tiene pódium. En mi camino de regreso a casa, bordeo el velódromo que aún no tiene inscrito en letras rutilantes el nombre del campeón. La gloria es desagradecida, me digo, con el deportista del siglo xx en Colombia, con el atleta del Bicentenario, con el hombre que fue una vez ídolo de mi niñez (detrás, claro está, detrás de “El Ñato” Javier Suárez, el tigre de Suramericana). Robinson Quintero Ossa es poeta y ensayista. Ha publicado, entre otros, los libros: De viaje, Hay que cantar, La poesía es un viaje, El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse, Libro de los enemigos, 13 entrevistas a 13 poemas colombianos [y una conversación imaginaria] y El país imaginado: 37 poetas responden. Publicamos este reportaje gracias a la generosa autorización del Banco de la República.


¡Haaaaaaaaga el cambio! Juan Carlos Orrego Arismendi

En su famoso ensayo sobre el Tour de Fran-

cia, Roland Barthes apunta que el carácter épico de la competencia se debe, sobre todo, al lenguaje que la rodea; a él le parece definitivo, por ejemplo, que a Louison Bobet lo haya tratado la prensa como un “Satanás de la bicicleta”, sugiriendo que, sin ese apelativo, su potencia deportiva no sería la misma. Con todo, las solas palabras no bastan para forjar el mejor recuerdo de una gesta como la ciclística: también es necesario haberla visto. Si bastara con el solo verbo, a mí me hubiera quedado la mejor idea de los ciclistas colombianos que hicieron vibrar a mis tíos maternos en los años sesenta y setenta, pero la verdad es que esas noticias siempre me han parecido insidiosamente románticas, cuando no sosas y ajenas. Nunca me han conmovido, por ejemplo, las aventuras de “Cochise” Rodríguez —de la misma manera que, en el fútbol, no siento ningún interés por Pelé—; para mí, el ex corredor del Bianchi-Campagnolo es solo un señor viejo y mal portado —por infatuado— cada vez que le acercan un micrófono. Soy de los que nacieron para la afición ciclística —a pesar de que jamás aprendí a montar en bicicleta— en el primer lustro de los ochenta, por la época en que los colombianos corrieron por primera vez el Tour de Francia y Martín Ramírez ganó la Dauphiné Liberé. Como a muchos de los que por entonces observamos, con el alma en vilo, las transmisiones televisivas en directo o los compactos de los noticieros, tengo grabadas en la retina imágenes como la de Patrocinio Jiménez al pasar primero por el Tourmalet en el Tour de 1983 —le alargaron periódicos para que se los acomodara entre el pecho y la camiseta, pero él no conocía la cos-

tumbre o no le importaba, y siguió de largo—; como la de Lucho Herrera, con una sonrisa de Mickey Mouse, levantando los brazos en Alpe d’Huez en 1984; o como la del Tomate Agudelo cuando, con modestia campesina que le impidió hacer el mínimo gesto de triunfo, se llevó la etapa del Alto de Campoo en la Vuelta a España de 1985. De hecho, esa escena española de hace treinta años es el mejor ejemplo de la tesis de que lo memorable se apuntala tanto en la imagen como en la palabra; porque, mientras creo ver al Tomate superando en el embalaje a Robert Millar y a Peio Ruiz Cabestany, escucho, al mismo tiempo, una voz emocionada que repite frenéticamente el apodo solanáceo hasta caer en un falsete, justo cuando el hijo de Donmatías cruza la raya de meta: “¡Tomate, Tomate, Tomate, Tomaaaaaaaaaaaaate...”. Si no me engaño, esa es la voz de Alfredo Castro, el más famoso de los narradores ciclísticos de Caracol Radio. Las palabras de mis primeras vivencias ciclísticas son las de los hombres de la radio colombiana, entre quienes recuerdo, sobre todo, al citado Alfredo Castro, a Julio Arrastía Bricca, a Marco Tulio Ipuerto, a César Augusto Tobón, a Rubén Darío Arcila y a Héctor Urrego. Eso sí, mi hermano y yo preferíamos sintonizar las emisoras de Caracol y solo cuando había transmisión exclusiva optábamos por RCN, quizá por una razón tan caprichosa como visceral: y era que Héctor Urrego —el capo de esa escuadra— encarnaba la odiosa versión imperfecta de nuestro apellido, cuya inicial, redonda y oronda, nos era escamoteada una y otra vez en el colegio. Todas esas voces radiales eran nuestras compañeras —las que nos daban las peores y las mejores noticias, y no pocas veces hacían 2015 | Julio

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el telón de fondo de nuestros gritos— cuando, en las mañanas de la temporada de las grandes vueltas, nos sentábamos frente al televisor para ver las hazañas de nuestros compatriotas. Pero los locutores también acunaban nuestro sueño de madrugada, pues hacíamos sonar el radio-reloj desde muy temprano, con la idea de tener noticias de las etapas desde sus primeros kilómetros. Recuerdo especialmente que mi hermano, en alguna de las versiones de la etapa del Tourmalet, programó el aparato para que se encendiera a las 4:30 de la mañana.

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Muy a pesar de la solemne reflexión de Barthes, en mi cabeza, aunque quedaron las palabras de los narradores finamente unidas a las imágenes recordadas, muy poco en ellas conserva un olor propiamente épico. Como no sean las palabras de Rubén Darío Arcila cuando Lucho Herrera encaraba los últimos metros que lo separaban del título de la Vuelta a España de 1987: —“¡Se ve llegar! ¡Se ve llegar! ¡Herrera es una bandera desplegada!... ¡Cabalga la alegría en un caballito de acero!”—, apenas recuerdo alguna gravedad mítica o literaria en la transmisión de la contrarreloj que, en el Tour del mismo año, trepó al Mont Ventoux. La escalada de esa mítica montaña —que, dicho sea de paso, Barthes llama “dios del Mal” y “Verdadero Moloch, déspota de los ciclistas”— representaba una de las pocas esperanzas de triunfo colombiano en aquella edición de la gran carrera. Todo iba a pedir de boca, con Lucho Herrera trepado en lo más alto del reloj, hasta que Jean-François Bernard pasó por el último punto de referencia; entonces se oyó, desde uno de los vehículos de transmisión móvil de Caracol, interferida por la estática, una frase lúgubre de César Augusto Tobón: “Los mató a todos”. Tan aciaga noticia, contada con tanta austeridad, era lo que mejor se avenía con la maldita sequedad de la montaña de los vientos. Ese año no ganamos ninguna etapa en el Tour. Las otras voces radiales que rondan mi cabeza son mucho más festivas. Mi hermano y yo, Julio | 2015

por ejemplo, nunca tomamos del todo en serio las emociones patrióticas de los narradores, de modo que sentíamos más risa que emoción cuando, con cada triunfo de etapa, desplegaban su oratoria victoriosa sobre el fondo musical del himno nacional, el que incluso hicieron sonar cuando, a cientos de kilómetros de la meta en Bagnères-de-Luchon, Patrocinio Jiménez ganó el premio de montaña en el Tourmalet. También nos mofábamos de una frase dedicada a Lucho Herrera que solía repetirse en las propagandas de la transmisión, y en vez de recitar cabalmente: “Ahí viene Herrera, el portento colombiano por las montañas europeas” preferíamos decir “el jumento colombiano”, pero, eso sí, con la ternura que nos había dejado el conocimiento —en alguna edición juvenil de Don Quijote de la Mancha— de Sancho Panza, profunda y lealmente enamorado de su rucio. Como quiera que sea, la mejor prueba del profano oído que prestábamos a las transmisiones radiales radica en que, más que la emocionada descripción de los momentos históricos —Fabio Parra y Lucho Herrera haciendo el 1-2 en Lans-en-Vercors; El Jardinerito bajando, ensangrentado, hacia Saint-Étienne; él mismo, despedazando rivales en Covadonga—, en el rincón más cálido de nuestra memoria quedaron fijados los ritos publicitarios de los hombres del micrófono: “Marco Tulio Ipuerto, ¡haaaaaaaaga el cambio”. “¡Ya lo hice, con Rimula, que mantiene la viscosidad y el motor le dura más!”. Olvidaré muchas cosas, antes que las palabras de ese conjuro comercial. No menos graciosas que todo lo anterior eran las intervenciones de Julio Arrastía Bricca, un viejo argentino con pañuelo amarrado al cuello. Era el Hernán Peláez del ciclismo: sus palabras estaban untadas de la magia de lo venerable, por más que fueran anecdóticas antes que analíticas, y no pocas veces inexactas. Varias veces llegó a suceder que, como consecuencia de una fuga, se acercaran a disputar la etapa cuatro o cinco corredores; entonces, Arrastía solía decir algo como esto: “Atención:


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© Kevin Simón Mancera, Fabio Parra

el ruso viene muy fuerte, aunque el italiano no ha trabajado nada y está entero. Ojo con el español, pues llega a su tierra, y con el francés, que está de cumpleaños”. Cuando, por fuerza mayor, alguno de los ases de ese póker pasaba primero por la raya de meta, el viejo comentarista sentenciaba con tono triunfal: “Ganó el español. Ya lo decíamos”. Sin embargo, es indudable que ese gracejo involuntario lograba hacer memorable una etapa que, por no haber asomado la nariz de los colombianos por ningún lado, amenazaba con ser la más banal. Ahora vemos las grandes vueltas en la transmisión de ESPN. La narración del argentino Mario Sábato, a un mismo tiempo documen-

tada, ingeniosa e histérica, ha hecho que, en el fondo, no haya resultado tan difícil “hacer el cambio” desde los lejanos años del aceite Rimula. Con todo, se extraña el inocente folclor de los locutores colombianos; sin ellos, uno tiene la impresión de que alguien falta por llegar a la meta. Juan Carlos Orrego Arismendi es profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia. Ha publicado los libros La selva cuenta. Pueblos y relatos, Cuentos que he querido escribir, Viaje al Perú y La isla del Gallo. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.

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Las voces del ciclismo Wbeimar Muñoz Ceballos

Cuatro acontecimientos de la vida nacional

nos dan una idea de la importancia, desde el punto de vida sociológico, que ha tenido el deporte en Colombia en momentos difíciles de nuestra historia: En 1948 el gobierno patrocinó el comienzo del torneo profesional de fútbol como una panacea para el dolor de miles de compatriotas, víctimas de la violencia partidista que originó el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Las grandes estrellas del balompié suramericano, como Diestéfano, Cozzi y Pedernera, iluminaron entonces nuestros estadios.

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En 1950, ocurrió algo similar con el desarrollo de la primera Vuelta a Colombia, en bicicleta. En la mañana la muchedumbre salía a las calles de ciudades y pueblos a aplaudir a los héroes deportivos de entonces. En las noches regresaba temerosa al hogar, con la espera incierta de evitar las balas de la chusma y de los chulavitas. En 1974, a raíz del discutido y dudoso escrutinio en las elecciones presidenciales que llevaron al poder a Misael Pastrana Borrero, en desmedro de Gustavo Rojas Pinilla, el entonces mandatario de Colombia, Carlos Lleras Restrepo, no solo nos hizo acostar temprano con un toque de queda, anunciado quince minutos antes de entrar en vigencia, sino que también le dio una orden terminante al general Marcos Arámbula Durán (en aquel entonces presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo) para que al día siguiente, y bajo una fuerte vigilancia militar en todas las carreteras, diera comienzo a la Vuelta a Colombia, que había sido postergada. En la década de los 90, en pleno apogeo del terrorismo implantado por Pablo Escobar, esJulio | 2015

pecialmente en la ciudad de Medellín, fueron cientos los blancos humanos de las bombas. La juventud en las comunas se encerraba muy temprano en casa, eludiendo los explosivos y las balas que multiplicaban cada día los sicarios del capo del narcotráfico. Fue en esos años cuando el Atanasio Girardot se transformó en un punto de encuentro y en un templo también. En cada partido de Medellín y Nacional se vendía todo el aforo y más de cincuenta mil feligreses, con el fútbol como estandarte, pudieron abrazarse de nuevo en cada jornada, recibiendo la comunión de los goles y, sobre todo, sintiéndose seguros en ese altar de refugio y esperanzas. Escrito de otra manera, cuando el país ha estado a un paso del abismo, el deporte ha servido como mano amiga para evitar su caída vertical. Ha sido, ni más ni menos, el famoso “pan y circo’’ de las civilizaciones de la antigüedad. La radio primero, y la televisión después, ejercieron desde el siglo pasado el papel de canales comunicantes de la actividad muscular y multiplicadoras de la afición en los cuatro puntos cardinales de Colombia. La radio fue la pionera de esta difusión en los años cincuenta, gracias a la inventiva de dos ingenieros: Enrique Ramírez y Mario Frick, este último un migrante polaco de la Segunda Guerra Mundial. Don Enrique ideó la manera para que Carlos Arturo Rueda, el padre de la locución deportiva, subiera a los postes de energía y telegrafía y desde allí emitiera sus narraciones a todo el país. Lo descrito, no obstante, no correspondía exactamente con la realidad, porque Carlos Arturo inventaba escapadas inexistentes de ciclistas, duelos de ídolos regionales que no se produjeron y, solo cuando se adelantaba a la


meta de llegada, se ajustaba a lo ocurrido en el último embalaje. Para la segunda Vuelta a Colombia, don Enrique hizo equipar los transmóviles de RCN con transmisores Single Side Band (S.S.B.), que eran aparatos de un tamaño descomunal y emitían la señal en altas frecuencias (bandas de cuarenta y nueve metros por ejemplo) y ya los relatores estaban al lado de la caravana. Era emocionante escucharlos en su descripción de los pedalazos y de los paisajes de nuestra geografía. A los receptores de radio llegaba una señal, a veces inaudible, con sonidos de “grillos’’ y frases que se entrecortaban debido a lo difícil de nuestra topografía, en un país con tres cordilleras. El sonido pasó casi a la perfección con el aporte de Mario Frick en Caracol, a mediados de los años sesenta. Se hizo el tránsito del sistema S.S.B., a la frecuencia modulada y a equipos más pequeños y funcionales. Cada vehículo fue provisto de una pequeña antena parabólica que era efectiva solamente con la ubicación de antenas repetidoras, en los cerros más altos del país. Una verdadera hazaña, si tenemos en cuenta que a esas cumbres muchas veces no podían llegar los vehículos que las transportaban y entonces se recurría a mulas, que cumplían el cometido. Época hermosa en el historial de nuestra radiodifusión, que no vivimos, pero de la que hemos recogido testimonios de alta credibilidad. Es mención obligatoria la de los cientos de ingenieros, sonidistas, conductores y auxiliares que completan ese equipo humano, indispensable en toda competencia del pedal. Su enumeración sería interminable. Las voces del ciclismo pasaron a ser parte de los hogares, primero, y de los transistores después, y quedaron grabadas en la mente y los corazones de la actual tropa del recuerdo: Carlos Arturo Rueda, Julio Arrastía Bricca, Jaime Tobón de la Roche, Alberto Piedrahíta Pacheco, Mario Garcés López, Álvaro Muñoz Cuéllar, Pastor Londoño Pasos, Gabriel Muñoz López, Darío

“El ciclista, el carro, la carretera y la vegetación. Elementos que se unen para este momento, para esta foto”, Gil Ochoa, H. (2002), La bicicleta, mi cámara y yo, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia /Biblioteca Pública Piloto de Medellín, p. 62.

Álvarez Rodríguez, Luis Fernando Barros, Antonio Fernández Atencio, Miguel Zapata Restrepo, Alberto Iragorri, Mike Forero Nogués, Eucario Bermúdez y Humberto Jaimes, entre otros. En las décadas recientes, compañeros nuestros como Armando Moncada, Jorge Eliécer Campuzano, Rubén Darío Arcila, Fernando Calle, Édgar Perea Arias, Oscar Restrepo Pérez, Alberto Martínez Práder, Carlos Julio Guzmán, Alfredo Castro, Róger Araújo, Rafael Araújo Gámez, Lucho Escobar, Rodrigo Vásquez, César Augusto Tobón, Tato Sanín, Héctor Urrego, Juan Manuel González y algunos más (a estos últimos presentamos disculpas por una omisión que es absolutamente involuntaria) recibieron la posta de manos de los primeros y han conservado viva la llama que enciende el corazón de millones de colombianos. Mientras los ríos vayan al mar y haya estrellas en el cielo, nuestras almas estarán agradecidas con ese ejército victorioso de las narraciones deportivas. Wbeimar Muñoz Ceballos (Sevilla, Valle del Cauca). Locutor y comentarista deportivo de amplia trayectoria y reconocimiento en el país. Su programa “Wbeimar lo dice” ha estado al aire durante treinta y ocho años, de manera ininterrumpida. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.

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Vietato Introdurre Biciclette Julio Cortázar

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n los bancos y casas de comercio de este mundo a nadie le importa un pito que alguien entre con un repollo bajo el brazo, o con un tucán, o soltando de la boca como un piolincito las canciones que me enseñó mi madre, o llevando de la mano un chimpancé con tricota a rayas. Pero apenas una persona entra con una bicicleta se produce un revuelo excesivo, y el vehículo es expulsado con violencia a la calle mientras su propietario recibe admoniciones vehementes de los empleados de la casa.

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Para una bicicleta, ente dócil y de conducta modesta, constituye una humillación y una befa la presencia de carteles que la detienen altaneros delante de las bellas puertas de cristal de la ciudad. Se sabe que las bicicletas han tratado por todos los medios de remediar su triste condición social. Pero en absolutamente todos los países de esta tierra está prohibido entrar con bicicletas. Algunos agregan: “y perros”, lo cual duplica en las bicicletas y en los canes su complejo de inferioridad. Un gato, una liebre, una tortuga, pueden en principio entrar en Bunge & Born o en los estudios de abogados de la calle San Martín sin ocasionar más que sorpresa, gran encanto entre telefonistas ansiosas o, a lo sumo, una orden al portero para que arroje a los susodichos animales a la calle. Esto último puede suceder, pero no es humillante, primero porque sólo constituye una posibilidad entre muchas, y luego porque nace como efecto de una causa y no de una fría maquinación preestablecida, horrendamente impresa en chapas de bronce o de esmalte, tablas de la ley inexorables que aplastan la sencilla espontaneidad de las bicicletas, seres inocentes. De todas maneras, ¡cuidado, gerentes! También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron prínciJulio | 2015

© Kevin Simón Mancera, Luis Herrera

pes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre. No ocurra que las bicicletas amanezcan un día cubiertas de espinas, que las astas de sus manubrios crezcan y embistan, que acorazadas de furor arremetan en legión contra los cristales de las compañías de seguros y que el día luctuoso se cierre con baja general de acciones, con luto en veinticuatro horas, con duelos despedidos con tarjeta. Julio Cortázar (Bruselas, Bélgica, 1914 - París, Francia, 1984). Tomado de Cortázar, J. (2000). Historias de cronopios y de famas, Madrid, Alfaguara, p. 32.


El lente viajero de Horacio Vanessa Márquez Mena

Aunque estudió contabilidad y se desempeñó como auxiliar contable en Empresas Públicas de Medellín, siempre estuvo influenciado por el ciclismo cuando representaba al Departamento en los campeonatos nacionales. Luego fue nombrado Secretario en la Liga de Ciclismo de Antioquia. Trabajó en el periódico El Colombiano como fotógrafo y como columnista de la sección Visor. La experiencia de aquel medio lo llevó a fundar la revista Mundo ciclístico y a partir de ese momento decidió comprar sus equipos para curar su “enfermedad”, su adición por el deporte de dos ruedas. Estuvo en Guatemala, Venezuela, México, en los Juegos Olímpicos, en el Tour de Francia, en el Giro de Italia; no hubo país que se escapara de su lente.

© Kevin Simón Mancera, Nairo Quintana

(...) Por eso sigo montando en bicicleta, para que cuando la muerte llegue, me encuentre en forma. Horacio Gil Ochoa

Horacio Gil Ochoa tiene ochenta y cinco años

y todavía recuerda aquellos días de ciclismo y fotografía, en los que, con su cámara, logró registrar los momentos de gloria de este deporte. Campeonatos locales, nacionales e internacionales lograron que este barboseño se hiciera reconocido en la ciudad por el cubrimiento que realizaba a las diferentes vueltas de ciclismo.

Fue dueño de uno de los estudios fotográficos más importantes de la ciudad. Foto Gil Ochoa le permitió también capturar los acontecimientos sociales de la época en Medellín. Sus archivos de aproximadamente 500.000 negativos se encuentran en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Se casó con Marta Escobar, tuvieron un hijo y dos nietos: Raquel y Ricardo, quien es también ciclista. Sesenta años de matrimonio le dan el derecho a Marta Escobar para intervenir en cada una de las preguntas y es inevitable que a cada respuesta ella también tenga algo que agregar. ¿Cómo fueron sus inicios con la fotografía? Yo trabajé en la Plazuela Uribe Uribe manejando la sección de fotografía; entonces ahí yo 2015 | Julio

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hablaba con todos los fotógrafos y les preguntaba: ¿vos cómo te ganás la vida? Yo me fui formando una idea y un día dije, me voy a salir de aquí y me voy a poner a trabajar fotografía. Me acuerdo que empecé en un grill que había allí en Maracaibo, antecitos de la Oriental; allá quedaba la Voz de Antioquia, yo iba a tomar fotos a las parejitas, y al otro día se las llevaba a las casas o a las oficinas y se las vendía. Así empecé. El punto de partida fue cuando Antonio Echavarría, que era él que me imprimía las revistas, me dijo: “vos vas a todas las carreras los domingos; ya sos Secretario de la Liga de Ciclismo; comprá una camarita y tomá fotos en las carreras”. Y ahí nació el fotógrafo.

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Fui a almacén de Fern Duperly y hablé con él para que me fiara una cámara, me dijo: “tenés que comprar esta que tiene hasta un docientosavo de segundo y te sirve para capturar el movimiento de los ciclistas”. Después compré un tanque para revelar; como no tenía cuarto oscuro, me encerraba en un closet y esta (Marta) me tenía la puerta para que no se me abriera. Estuve quince años sin faltar a fútbol; terminaba el primer tiempo y siempre tenía un cliente en Bogotá, en Cali o en Barranquilla. Entonces tomaba fotos del primer tiempo y me iba volado para el aeropuerto. Le mandaba un rollito a mi cliente para que las fotos salieran el lunes o el domingo, como en cualquier periódico. ¿De dónde surge la idea de escribir el libro La bicicleta, mi cámara y yo? Yo le dije a Miguel Escobar: tengo un sueño, y él no me preguntó qué sueño, sino que me dijo: “vamos a realizarlo”. Así era él, ese hombre era maravilloso. La gente así se muere más ligero. Entonces le conté que quería hacer un librito de fotografía; le mostré las notas que encabezaba una frase: “My Dreams”. Yo tenía mucha cosita escrita y se las llevé, me corrigió, me dijo: Julio | 2015

“amplíe esto, que ese tema es muy bonito”... me condujo, al fin y al cabo era un tipo con mucha experiencia, Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana, dirigió durante mucho tiempo la Colección Autores Antioqueños y la Sala Antioquia de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. ¿Y cómo llega a escribir para El Colombiano? Martha Escobar: César Londoño Giraldo fue por mucho tiempo director de la página deportiva de El Colombiano y cuando Horacio era fotógrafo le dijo: “Horacio tengo una duda. No sé si sos mejor escritor o fotógrafo”. En El Colombiano fue donde lo conocieron a él porque iba a las vueltas Colombia. Usted tenía un estudio fotográfico, que por cierto era muy reconocido en la ciudad. ¿Por qué no continuó con él? Para mí no hubo nada difícil, todo me fue saliendo, yo era un enamorado de la fotografía. Después de las foticos de periódico me conseguí un local y tomaba fotos de personas, de niños, matrimonios... un foto estudio. Era un local de tres pisos. En el primer piso funcionaba mi oficina; en el segundo, un verraco estudio a todo dar, y en el tercero puse mi laboratorio. En el negocio trabajé treinta años. Pero cuando llegó la digital se metían cinco personas al lado mío a tomar fotos en un matrimonio y ya no me compraban ni una copia. Y se acabó ese negocio. Yo no dejé la fotografía, la fotografía me dejó a mí. Martha Escobar: cuando él trabajó en esa época era otro estilo, otra forma. La gente iba a retratarse, pero llegó un momento en que la fotografía se volvió digital. La gente le decía: “No don Horacio, las fotos me las va a tomar un amigo”. A él la fotografía le dio mucho. Llegó un momento en que teníamos el mejor carro de Medellín; le decían: “mafioso”, “patrón”; tenía-


© Kevin Simón Mancera, Ramón Hoyos

23 mos finca en Guarne, una pequeña cabaña a la orilla del mar; vivíamos súper bien, pero fuimos tan descuidados que no cotizó pa’ jubilación. La finca la vendimos y nos queda solo el apartamentico. ¿Qué es lo que más recuerda de esos años de viajes, ciclismo y fotografía? Lo que más recuerdo es que yo me sentía muy orgulloso de ser el único testigo de lo que estaba sucediendo. El único que estaba viendo y capturando lo que estaba pasando era yo. Recuerdo que las vueltas a Colombia eran un trabajo muy duro. Hacer turno a Bogotá dos veces en el día. Me tocaba tomar las diez primeras fotos y pa’ Bogotá a despachar el rollito, sin saber cómo habían quedado, vos no sabías qué habías tomado. Uno ubicaba bien el lente, la luz, la oclusión y disparaba. Martha Escobar: Yo recuerdo que él arrancó porque la época de él fue la gloria del ciclismo

paisa: Ramón Hoyos, Cochise. Ahora hay una Vuelta a Colombia y uno ni se entera; en cambio, en esa época sacaban más de una página o dos páginas enteras, éramos enfermos por el ciclismo, las fotos tenían alma, expresaban y decían algo. Lo que él dice es cierto: “las fotos recuerdan lo que la mente olvida”. ¿Extraña la fotografía? Al principio sí, ya no. Uno se va separando de las cosas y llega un momento en que ya no le importa esa separación. Lo que extraño es que se ha perdido la lírica, la poesía. La fotografía se volvió muy material, muy fácil, nosotros éramos dueños de un secreto, ya no. Vanessa Márquez Mena es periodista de la Universidad de Antioquia; actualmente se desempeña como coordinadora de comunicaciones del Departamento de Extensión Cultural de la misma Institución.

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Jueves 16

Miércoles 29

Festival de Poesía Hora: 4:00 p.m. Lugar: Teatro al Aire Libre (TAL)

Temporada de Piano Maestra Teresita Gómez Hora: 6:00 p.m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Julio

Viernes 17

Taller Dibujo Superhéroes El taller se dictará los días 21, 23, 28 y 30 de julio con una duración de 2 horas cada sesión. Cupos limitados Inscripciones: 219 81 78

Festival de Poesía Hora: 11:00 a.m. Lugar: Museo Universitario – Universidad de Antioquia

Taller Modelado Superhéroes El taller se dictará los días 22, 24, 29 y 31 de julio con una duración de 2 horas cada sesión. Cupos 24 limitados Inscripciones: 219 81 78 El lugar y hora de los talleres se informará al momento de la inscripción

Junio - septiembre Exposición fotográfica "ESPACIOS - RETRATOS - SILENCIOS" Curaduría: TOM GRIGGS Lugar: Hall del Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Lunes 6 Ensayos Abiertos Banda Sinfónica El Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo, abre sus puertas para ver de cerca los ensayos de la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia. Hora: 8:00 a.m. a 12:00 m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Viernes 10 Cine en el Camilo “Los Vengadores”, Joss Whedon, Estados Unidos, 2012, 135' Hora: 12:00 m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Julio | 2015

Festival de Poesía Hora: 4:00 p.m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Cine en el Camilo “Iron Man 3”, Shane Black, Estados Unidos, 2013, 130' Hora: 12:00 m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Sábado 18 Festival de Poesía Hora: 11:00 a.m. Lugar: Museo Universitario – Universidad de Antioquia

Viernes 24 Cine en el Camilo “Thor: el mundo oscuro”, Alan Taylor, Estados Unidos, 2013, 112' Hora: 12:00 m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Lunes 27 Ensayos Abiertos Banda Sinfónica El Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo, abre sus puertas para ver de cerca los ensayos de la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia. Hora: 8:00 a.m. a 12:00 m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Viernes 31 Cine en el Camilo “Capitán América: el soldado de invierno”, Anthony Russo, Joe Russo, Estados Unidos, 2014, 128' Hora: 12:00 m. Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

Informes 219 81 78 comunicacionesextensioncultural@udea.edu.co Todos los eventos son de entrada libre Distribución de boletería para la comunidad universitaria en: Ciudad Universitaria, Universidad de Antioquia Punto de información Bloque 16 Hall del Teatro Universitario Distribución de boletería para el público externo en: Punto de información del Edificio de Extensión (Calle 70 No. 52 - 72) Inscripción en línea en: reune.udea.edu.co, sección Programación cultural


Prográmate CON BIENESTAR UNIVERSITARIO Lugar: salvo que se suministre información diferente, las actividades se llevan a cabo en el bloque 22, aula 302. Información: teléfonos: 219 54 30, 219 54 40. Organiza: Bienestar Universitario

Todo el mes Atención individual

Espacio formativo semanal Orientación vocacional

Hábitos de estudio, orientación vocacional, ansiedad en pruebas académicas, evaluación neuropsicológica (atención, memoria y funciones ejecutivas) A cargo: psicoorientadores Lugar: bloque 22, piso 4 Horarios: 7:00 a. m a 12:00 p. m. y 1:00 a 6:00 p. m

A cargo: Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m.-12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Viernes 3

A cargo: psicóloga, nutricionista y educador físico Lugar: bloque 22, aula 310, oficina de Prosa Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Espacio formativo semanal Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio A cargo: Alexander González Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Lunes 6 Taller Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: María José Sandstede Hora: 1:00 p. m.-2:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Asesoría grupal Ansiedad en pruebas académicas A cargo: Eliana Hernández Hora: 2:00-4:00 p. m.

Miércoles 8 Conferencia Actividad física y cuidado de los riñones

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Taller Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00-10:00 a.m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad

Actividad formativa Sexualidad responsable A cargo: Adriana Mazo Hora: 10: 00 a. m. a 12:00 p. m.

Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos*

Martes 7

A cargo: Adriana Mazo Chavarría Lugar: bloque 22, aula 310, oficina Prosa Hora: 1:00-3:30 p. m.

Taller Uso responsable de los servicios de salud

Jueves 9

A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00-9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

A cargo: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 p. m.

Actividad formativa Duelos amorosos

2015 | Julio


Grupo de reflexión Sobre adicciones

Conversatorio Manejo de la ansiedad

A cargo: Jaime Alonso Mejía Hora: 2:00-3:00 p. m.

A cargo: Alexander González Hora: 10:00 a. m.-12:00 p. m.

Taller Uso responsable de los servicios de salud

Taller Conozca sus derechos en el sistema de seguridad social en salud

A cargo: María José Sandstede Hora: 3:00-4:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Viernes 10 Taller de salud oral Conoce tu boca A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Lugar: bloque 22, aula 310 Hora: 8:00-9:00 a. m.

Taller Ciclo: Habilidades para la vida

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A cargo: Hosman Arcila Hora: 10: 00 a. m. 12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Espacio formativo semanal Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio A cargo: Alexander González Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Domingo 12 Caminata recreativa Andes hacia Tapartó

A cargo: María José Sandstede Hora: 1:00-2:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Asesoría grupal Claves para hablar en público A cargo: María José Sandstede Hora: 2:00-4:00 p. m.

Martes 14 Taller Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00 a 9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos A cargo: Adriana Mazo Chavarría Lugar: Seccional Oriente, Coordinación de Bienestar sede. Hora: 9:30 a. m. a 2:30 p. m.

Espacio formativo semanal Orientación vocacional

Duración: 4.5 horas, grado de dificultad: 2.5, distancia: 8 km Lugar salida: Portería Ferrocarril Universidad de Antioquia Horario: 7:00 a. m. a 6:00 p. m.

A cargo: Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m.-12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Lunes 13

A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil Hora: 1:00-2:00 p. m. Dirigido a: estudiantes

Actividad formativa Bienestar en tu Dependencia Fechas: 13 al 17 de julio de 2015 A cargo: Carolina Roldán Lugar: Facultad de Enfermería Horarios: 9:00 a. m. a 4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP Julio | 2015

Conversatorio Triste, aburrido o deprimido, ¿qué tengo?

Miércoles 15 Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo


Hora: 8:00-10:00 a.m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad

Hora: 8:00-9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Actividad formativa ¿Enamoramiento, amor, dependencia, apego...?

Actividad formativa Bienestar en tu Dependencia

A cargo: Carla Flórez Hora: 10:00 a. m. a 12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Fechas: 21 al 24 de julio de 2015 A cargo: Carolina Roldán Lugar: Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Horarios: 9:00 a. m. a 4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22, aula 310, oficina Prosa. Hora: 1:00 a 3:30 p. m.

Jueves 16 Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Maria José Sandstede Hora: 3:00-4:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Duelos amorosos A cargo: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 p. m.

Grupo de reflexión Sobre adicciones A cargo: Jaime Alonso Mejía Hora: 2:00 a 3:00 p. m.

Viernes 17 Ciclo: Habilidades para la vida A cargo: Hosman Arcila. Hora: 10: 00 a. m. a 12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Taller salud oral Besos que queman A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Lugar: bloque 22, aula 310. Hora: 8:00-9:00 a. m.

Espacio formativo semanal Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio A cargo: Alexander González Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Martes 21 Taller Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo

Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría Lugar: Coordinación de Bienestar Facultad Nacional de Salud Pública Hora: 10:00 a 11:30 a. m.

Espacio formativo semanal Orientación vocacional A cargo. Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m.-12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

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Miércoles 22 Taller Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00-10:00 a.m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad

Conferencia Beneficios de la actividad física en el cerebro A cargo: psicóloga, nutricionista y educador físico Lugar: bloque 22, aula 310, oficina de Prosa Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Actividad formativa Infecciones de transmisión sexual A cargo: Adriana Mazo Hora: 10: 00 a. m. a 12:00 p. m.

Actividad de Apoyo social Recambio de Anticonceptivos A cargo: Adriana Mazo Chavarría Lugar: bloque 22, aula 310, oficina de Prosa Hora: 1:00 a 3:30 p. m. 2015 | Julio


Jueves 23 Actividad formativa Duelos amorosos A cargo: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 p. m.

Grupo de reflexión Sobre adicciones A cargo: Jaime Alonso Mejía Hora: 2:00-3:00 p. m.

Taller Uso responsable de los servicios de salud A cargo: María José Sandstede Hora: 3:00-4:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Viernes 24 Taller salud oral ¿Qué hacer con mis cordales? A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Lugar: bloque 22, aula 310. Hora: 8:00-9:00 a. m.

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Taller Conozca sus derechos en el sistema de seguridad social en salud A cargo: María José Sandstede Hora: 1:00-2:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Asesoría grupal Claves para hablar en público A cargo: María José Sandstede Hora: 2:00-4:00 p. m.

Martes 28 Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría Lugar: Ciudadela Robledo Hora: 9:30-11:30 a. m.

Conversatorio Triste, aburrido o deprimido, ¿Qué tengo?

Ciclo: Habilidades para la vida

A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil Hora: 1:00-2:00 p. m. Dirigido a: estudiantes

A cargo: Hosman Arcila Hora: 10:00 a. m-12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Taller Uso responsable de los servicios de salud

Espacio formativo semanal Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio

A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00-9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

A cargo: Alexander González Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Espacio formativo semanal Orientación vocacional

Lunes 27 Actividad formativa Bienestar en tu Dependencia Fechas: 27 al 31 de julio de 2015 A cargo: Carolina Roldán Lugar: Facultad de Odontología Horarios: 9:00 a. m. a 4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Conversatorio Manejo de la ansiedad A cargo: Alexander González Hora: 10:00 a. m.-12:00 p. m.

Julio | 2015

A cargo: Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m.-12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Miércoles 29 Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00-10:00 a. m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad

Ciclo de cine: “Diversidades sexuales” Película: “Kiss me”, Alexandra-Therese Keining, Suecia, 2011, 105’


Hora: 10:00 a. m. a 12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos A cargo: Adriana Mazo Chavarría Lugar: bloque 22, aula 310, oficina Prosa Hora: 1:00 a 3:30 p. m.

Hora: 3:00-4:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación

Viernes 31 Taller salud oral Conoce tu boca

Jueves 30

A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo Lugar: bloque 22, aula 310 Hora: 8:00-9:00 a. m.

Actividad formativa Duelos amorosos

Ciclo: Habilidades para la vida

A cargo: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 p. m.

Grupo de reflexión Sobre adicciones

A cargo: Hosman Arcila Hora: 10:00 a. m-12:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

A cargo: Jaime Alonso Mejía Hora: 2:00-3:00 p. m.

Espacio formativo semanal Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio

Taller Uso responsable de los servicios de salud

A cargo: Alexander González Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP

A cargo: María José Sandstede

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* Requisitos: carné de recambio, una, dos otres cajas vacías del anticonceptivo (dependiendo del laboratorio, los tres últimos recibos de compra), fórmula médica del anticonceptivo, resultados de citología y examen de mama

Prográmate CON LA ESCUELA DE MICROBIOLOGÍA Organiza: Escuela de Microbiología • Informes: 2 19 54 82

Martes 14 de julio Conferencias Actualicémonos en... Ciclo: Microbiología Industrial y Ambiental Tema: Microbiología del agua * “La Microbiología en la cadena de valor del agua” Expositor: Oladier Hoyos Bastidas * “Recuperación de recursos a partir de residuos” Expositor: Francisco Molina Pérez. Lugar: Edificio de Extensión, auditorio 2, piso 2 Hora: 5:00 a 8:00 p. m.

Inscripciones en http://reune.udea.edu.co Patrocinado por Productos Roche S.A.

Jueves de 16 de julio Cátedra Abierta Bernardo Jiménez Cano Ciclo: ¿De dónde proviene la vida? De los microbios primitivos a los contemporáneos, de los extremófilos a los interplanetarios. De las hipótesis y evidencias de la evolución química de la tierra al origen de la vida: Evolución del mundo microbiológico. Moderadora: Yamile Arcos Arango 2015 | Julio


* “Astrobiología y panspermia: Evidencia de meteoritos con restos de moléculas vivientes en la tierra”. Expositor: Mauricio Corredor Rodríguez * “Evolución química y molecular de la vida ¿Quién fue primero, el ADN, el ARN o la proteína?”. Expositor: Andrés Felipe Villa Restrepo * “Las bacterias en el contexto de la teoría evolucionista: El origen de la diversidad”. Expositor: Camilo Andrés Ramírez Cuartas * “Eywa y los Virus. ¿Habitamos un planeta como Pandora?”. Expositor: Juan Carlos Gallego Lugar: Edificio de Extensión Calle 70 # 52-72 Auditorio 2 (Piso 2). Hora: 2:00 p. m. Inscripciones: http://reune.udea.edu.co

Organiza: Escuela de Microbiología. Apoyan: Extensión Cultural, Museo Universidad de Antioquia, Parque de la Vida y Parque Explora.

Cine Martes 28 de julio Cineclub Biofilm Ciclo: Sobreviviendo a las epidemias 2015 “Contagio” Steven Soderbergh, Estados Unidos, 2011, 106´ Lugar: Biblioteca Central Universidad de Antioquia, auditorio planta baja Hora: 10:00 a. m. Inscripciones: http://reune.udea.edu.co

Prográmate CON EL MUSEO UNIVERSITARIO Visita el Museo Universidad de Antioquia ¡Vive el Museo! 30

Nuestro horario Lunes a jueves: 8:00 a. m. a 5:45 p. m. Viernes: 8:00 a. m. a 3:45 p. m. Sábado: 9:00 a. m. a 12:45 p. m.

Visitas guiadas Recorridos por las salas temporales y permanentes del MUUA

• La puerta, inter espacios descubiertos de Raúl Toro H. Fechas: hasta el 28 de julio de 2015

Duración: dos horas. Cupo máximo: 40 personas por recorrido. Costo: gratuito. Mayores informes: coor dinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / 2198185

• Paisajes interiores de Jhon Jairo Muriel González

Exposiciones temporales

• Retrospectiva: Colección de grabado Facultad de Artes, 20 años, 1991-2011.

• La razón del silencio del Maestro Tachuela Fechas: al 3 de agosto. Lugar: Edificio de Extensión, segundo piso, Calle 70 No. 52-72

• Aulladores de Suramérica Fechas: a julio 13 de 2015

• Universidad de Antioquia 1803 – 1901 Fechas: hasta el 13 de julio de 2015

• De ritos y chamanes de Flor María Bouhot Fechas: hasta el 28 de julio de 2015

• De trazos a cuerpos de Leo – Libardo Echeverri E. Fechas: hasta el 28 de julio de 2015 Julio | 2015

Fechas: hasta el 28 de julio de 2015

• Recorridos verticales de Santiago Múnera Restrepo Fechas: hasta el 28 de julio de 2015

Fondo Hernando Guerrero, Colección MUUA Fechas: hasta el 28 de julio de 2015

Exposiciones permanentes • Exposición larga duración Colección de Antropología: constituida en 1943, conserva alrededor de 35.000 objetos del patrimonio cultural de Colombia. • Exposición larga duración Colección de Ciencias: compuesta por una serie de montajes permanentes, temporales y murales enfatiza en especies nativas de animales colombianos.


Cursos y talleres en el MUUA Talleres teórico prácticos sobre las colecciones Duración: dos horas; cupo máximo: 25 personas por taller. Costo: Instituciones públicas: $3.000 por persona. Instituciones privadas: $6.000 por persona. Mayores informes: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / 2198185.

Maletas viajeras Maleta didáctica con contenidos específicos y representativos de las colecciones del Museo Duración de préstamos: entre 15 días y 1 mes. Costo: Instituciones públicas gratuito / Instituciones privadas $60.000. Mayores informes: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / 2198185.

Inscripciones Programa Voluntariado Cultural y Helios Más de 30 cursos de manualidades, artes y oficios Inicio de clases: 10 de agosto. Duración de los cursos: 32 horas. Costo por curso: $35.000. La oferta de cursos y fechas de matrícula se puede consultar en http://museo.udea.edu.co. Mayores Informes: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / 2198186

Programa radial Punto de Encuentro Emisora Cultural Universidad de Antioquia. Miércoles 8, 15, 22 y 29 de julio. Hora: 8:30 a. m. Sintonícelo en: Valle de aburra 1.410 AM; Urabá: 102.3 FM; Bajo Cauca: 96.3 FM; Oriente 101.3 FM; Suroeste: 100.9 FM; Occidente 93.9; Magdalena medio 94.3

Prográmate con el Sistema de Bibliotecas Ciclo de cine “Ver y leer” Todos los viernes Lugar: Auditorio de la planta baja de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz • Hora: 4 p. m. • 3 de julio: No es país para viejos, Joel Coen y Ethan Coen, Estados Unidos, 2007, 122’, basada en la novela homónima de Cormac McCarthy (Estados Unidos) • 10 de julio: Secreto en la montaña, de Ang Lee, Estados Unidos, 2005, 134’, basada en la novela Brokeback Mountain de Annie Proulx (Estados Unidos) • 17 de julio: Las normas de la casa de la sidra, Lasse Halstrom, Suecia, 1999, 125’, basada en la novela homónima de John Irving (Inglaterra) • 24 de julio: Sentido y sensibilidad, 1995, Ang Lee, Estados Unidos, 1995, 135’, basada en la novela homónima de Jane Austen (Inglaterra) • 31 de julio: Bailando con lobos (1990) de Kevin Costner, Estados Unidos, 180’, basada en la novela de Michael Blake (Estados Unidos)

Exposición de dibujos de Samir Varela Julio 6 al 25 en la Sala de exposiciones de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz

2015 | Julio

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Prográmate CON LA RED DE CINECLUBES Miércoles 1 Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Roma”, Federico Fellini,

Italia, 1972, 128’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Jueves 2 Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Eternas vacaciones. “El expreso de medianoche”, Alan Parker, Estados Unidos, 1978, 121’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 3 32

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “La rosa púrpura del

Cairo”, Woody Allen, Estados Unidos, 1985, 85’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinestereotipos

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Chicago”, Rob Marshall, Estados Unidos, 2002, 113’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Jueves 9 Cineclub Cinema Beat Ciclo: Stoner Cycle II. “Fritz the Cat”, Ralph Bakshi, Estados Unidos, 1972, 80’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Beat

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Eternas vacaciones. “Cuchillo en el agua”, Roman Polanski, Polonia, 1962, 94’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 10

Martes 7

Alucine Cineclub

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo

Ciclo: El cine de Kusturica. “El tiempo de los gitanos”, Emir Kusturica, Yugoslavia, 1988, 139’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Ciclo: Eternas vacaciones. “Bajo el sol de Toscana”, Audrey Wells, Estados Unidos, 2003, 113’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Voces Ciclo: Identidades y territorios. “Los viajes del viento”, Ciro Guerra, Colombia, 2009, 117’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas

Miércoles 8 Cineclub Cinesteriotipos Ciclo: Oveja negra. “Gone Girl”, David Fincher, Estados Unidos, 2014, 149’. Lugar: Auditorio Luis Julio | 2015

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Filadelfia”, Jonathan Demme, Estados Unidos, 1993, 119’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Cine Maestro Ciclo: Cine colombiano: El reflejo de lo que somos. “Los viajes del viento”, Ciro Guerra, Colombia, 2009, 117’. Lugar Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación –CEDED


Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Michael Haneke: cronologías del derrumbamiento. “La pianista (La pianiste)”, Austria, 2001, 130’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento

Martes 14 Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Eternas vacaciones. “A propósito de Schmidt”, Alexander Payne, Estados Unidos, 2002, 124’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Miércoles 15 Cineísmo Cineclub Ciclo: Juventud pendenciera. “Elefante” Gus Van Sant, Estados Unidos, 2003, 81’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 m. Organizan: Cineísmo - Semillero de investigación Audiovisual UdeA

Cineclub Cinesteriotipos Ciclo: Oveja negra. “Enemy”, Denis Villeneuve, Canadá, 2013, 135’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Alvares, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinestereotipos

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Media noche en París”, Woody Allen, Estados Unidos, 2011, 96’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Jueves 16

Viernes 17 Alucine Cineclub Ciclo: El cine de Kusturica. “Underground”, Emir Kusturica, Yugoslavia, 1995, 167’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Desde Rusia con amor”, Terence Young, Reino Unido, 1963, 118’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Cine Maestro Ciclo: Cine colombiano: El reflejo de lo que somos “Chance”, Abner Benaim, Panamá/Colombia, 2009, 90’. Lugar Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación —CEDED—

Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Michael Haneke: cronologías del derrumbamiento. “El tiempo del lobo (Wolfzeit)”, Austria, 2003, 110’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento

Martes 21 Cineclub Otras Miradas Ciclo: Discapacidad y relaciones interpersonales. “Ceguera (Blindness)”, Fernando Meirelles, Canadá-Brasil-Japón, 2008, 121’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Programa Guía Cultural

Cineclub Cinema Beat

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo

Ciclo: Stoner Cycle II. “Repo Man”, Alex Cox, Estados Unidos, 1984, 92’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Beat

Ciclo: Eternas vacaciones. “Verano de corrupción”, Brian Synger, Estados Unidos, 1998, 111’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo

Cineclub Voces

Ciclo: Eternas vacaciones. “Pequeña Miss Sunshine”, Jonathan Dayton, Valerie Faris, Estados Unidos, 2006, 101’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Ciclo: Identidades y territorios. “La Playa D. C.”, Juan Andrés Arango, Colombia, 2012, 90’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas

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Miércoles 22 Cineísmo Cineclub Ciclo: Juventud pendenciera. “No educados y delincuentes”, Gus Van Sant, Reino Unido, Francia, Italia, 2010, 124’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo Semillero de investigación Audiovisual UdeA

Cineclub Cinesteriotipos Ciclo: Oveja negra. “Donnie Darko”, Richard Kelly, Estados Unidos, 2001, 133’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinestereotipos

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Hotel Rwanda”, Terry George, Reino Unido, 2004, 110’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Jueves 23 34

Cineclub Cine Maestro Ciclo: Cine colombiano: El reflejo de lo que somos “Todos tus muertos”, Carlos Moreno, Colombia, 2011, 88’. Lugar Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación –CEDED

Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Michael Haneke: cronologías del derrumbamiento. “Caché (Escondido)”, Francia, 2005, 117’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento

Lunes 27 Cineclub Documental Nanook Ciclo: Temas de ciudad. “Tengo una bala en mi cuerpo”, Raúl Soto Rodríguez, Colombia, 2013, 25’. Lugar: Auditorio Torre de la Memoria. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Instituto de Estudios Regionales —INER—

Cineclub Cinema Beat

Martes 28

Ciclo: Stoner Cycle II. “Jackie Brown”, Quentin Tarantino, Estados Unidos, 1997, 154’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Beat

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Eternas vacaciones. “Desafío total”, Paul Verhoeven, Estados Unidos, 1990, 109’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 24 Alucine Cineclub Ciclo: El cine de Kusturica. “Gato negro, gato blanco”, Emir Kusturica, Serbia, Francia, Alemania, 1998, 135’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Ciclo: Eternas vacaciones. “Antes del amanecer”, Richard Linklater, Estados Unidos, 1995, 101’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Miércoles 29 Cineísmo Cineclub Ciclo: Juventud pendenciera. “Esto es Inglaterra”, Shane Meadows, 2006, Reino Unido, 101’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo - Semillero de investigación Audiovisual UdeA

Cineclub Cinesteriotipos Ciclo: Oveja negra. “A Clockwork Orange”, Stanley Kubrick, Reino Unido, 1971, 136’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinestereotipos

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Los puentes de Madison”, Clint Eastwood, Estados Unidos, 1995, 135’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio Julio | 2015

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Buenos días, Vietnam”, Barry Levinson, Estados Unidos, 1987, 121’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio


Jueves 30 Cineclub Cinema Beat Ciclo: Stoner Cycle II. “Inherent Vice”, Paul Thomas Anderson, Estados Unidos, 2014, 148’. Lugar: Auditorio Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Beat

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Eternas vacaciones. “Thelma & Louise”, Ridley Scott, Estados Unidos, 1991, 128’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 31 Alucine Cineclub Ciclo: El cine de Kusturica. “La vida es un milagro”, Emir Kusturica, Serbia, 2005, 155’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Cineclub Tardes de Cine en el Paraninfo Ciclo: Paisajes de ciudad. “Manhattan”, Woody Allen, Estados Unidos, 1979, 96’. Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Cine Maestro Ciclo: Cine colombiano: El reflejo de lo que somos “Apaporis, secretos de la selva”, José Antonio Dorado, Colombia, 2012, 74’. Lugar: Auditorio 10-206 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación —CEDED—

Cineclub Cinemapensamiento Ciclo: Michael Haneke: cronologías del derrumbamiento. “La cinta blanca (The White Ribbon)”, Alemania, 2009, 145’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento

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El Departamento de Extensión Cultural, con el apoyo de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, tiene abiertas las inscripciones para el Taller de Creación Literaria que se llevará en los semestres del año 2015. La metodología del taller se define por su carácter de trabajo sobre los materiales producidos por los miembros del grupo y presentados para su consideración, con miras a una posible publicación. Profesor: Luis Fernando Macías Zuluaga Fecha de inicio: Julio 15 y 16 de 2015 Fecha de finalización: Noviembre 25 y 26 de 2015 Horario de los talleres: Grupo 01 - miércoles de 6:00 a 8:00 p.m. Grupo 02 - jueves de 12:00 a 2:00 p.m. El lugar donde se realizará el taller se informará al momento de la inscripción.

INSCRIPCIÓN EN: https://goo.gl/oYXkr5 Días próximos a la inscripción recibirá en su correo electrónico la colilla de pago con la cual deberá cancelar en el banco el valor correspondiente. INVERSIÓN • Estudiantes y empleados Universidad de Antioquia: $ 140.000 • Estudiantes otras instituciones educativas: $160.000 • Egresados y jubilados Universidad de Antioquia: $180.000 • Particulares: $200.000 No se hará devolución de dinero Información adicional: Universidad de Antioquia, Edificio de Extensión: Calle 70 N. 52 72. Oficina 602 Teléfonos: 219 81 78 - 219 51 69 comunicacionesextensioncultural@udea.edu.co

Fecha límite de pago: Julio 14 de 2015

Facultad de Comunicaciones




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