Editorial Caricatura de la caricatura
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uy temprano, aun en tiempo de cabañuelas, el día siete de 2015 estremeció al mundo con un hecho sin precedentes en la historia contemporánea, equiparable, por las implicaciones mediáticas, con aquel fatídico 11 de septiembre de 2001, cuando logramos apreciar por diferentes medios de comunicación, pero especialmente por la televisión, y en vivo, cómo colapsaba el centro económico mundial. En esta oportunidad, dos jóvenes extremistas, de credo islámico, sorprendieron con rifles de asalto en la sala de redacción del magazín Charlie Hebdo: once personas del semanario satírico francés murieron. Al huir, uno de los dos temerarios remató en el piso a un policía que patrullaba el área. La cruda imagen de este último ajusticiamiento, sin interpelación, se vio
a lo largo y ancho del globo, como si fuera la más banal de las escenas de una película de Hollywood. Je suis Charlie fue la frase que se difundió como en una movilización cibernética colosal. En pocos minutos, habitantes de todo el mundo retwittearon o marcaron con el hashtag #JeSuisCharlie algún tipo de imagen, o simplemente la tipografía con un diseño básico, en dos renglones, de letras blancas y fondo negro, creada y subida a las redes por Joachim Roncin, director de arte de la revista Stylist. La indignación fue total. Nuevamente, el centro histórico del debate intelectual, París, había sido escenario de un evento trascendente. 2015 | Marzo
La libertad de expresión se había truncado de un tajo: los once de Charlie Hebdo no volverían a contar historias dibujadas nunca más. El panfleto parisino, a punto de declararse en quiebra, debido a las bajas ventas, ha sido reconocido por sus ataques permanentes contra todo tipo de situaciones: religiosas, políticas, de orden económico; en fin, cualquier suceso ha sido nutrimento para sus caricaturas que claramente ya habían hecho mella en el orgullo de grupos de toda índole, incluidos católicos, musulmanes y judíos, solo para señalar un frente temático. © Mico
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A la siguiente semana de los hechos, y con doce víctimas, Charlie Hebdo vendió más de siete millones de copias y aseguró por mucho más tiempo la permanencia en el mercado editorial de la sátira social. Sin embargo, múltiples voces seguían comentando, reclamando y polemizando; desde el Papa Francisco, pasando por jefes de Estado e intelectuales, quienes, después de rumiar el suceso, expresaban sus sentimientos de condolencia, pero también se argüía que ninguna idea puede llegar a valer una vida y ninguna otra tiene por qué herir las convicciones de las gentes. Como es apenas natural, para Colombia, un país que ha encontrado en la caricatura la salida perfecta para poner en el paredón de la mofa su desgracia, el eco fue ensordecedor. Es de recordar que nuestra historia ha sido narrada “en caliente” por la genialidad de dibujantes como Alberto Urdaneta, quien firmaba como El Mochuelo; Alberto Arango Uribe, con sus monos publicados con su apellido; Ricardo Rendón, u Osuna, solo para mencionar solo algunos. En el mismo sentido, muy pocos saben que el mismo Pablo Escobar cuando estaba recluido en La Catedral, en una suerte de paradoja paródica (valga la cacofonía), que pone la caricatura dentro de otra, a la manera de una mise en abyme (puesta en abismo), encargó a un editor una recopilación completa Marzo | 2015
de las caricaturas que tenían algo que ver con él desde el principio de su accionar. El resultado, un libro de lujo (Coffee table book) de cerca de 400 páginas con pasta dura y letras en oro, que regaló a su círculo más cercano. Pese a todo, no podemos dejar de pensar ni un segundo en que la gran bondad de las artes reside en su capacidad para dejarnos ver en una vitrina nuestras propias caras con sus deseos, miedos y debilidades; en el caso de la caricatura, dramáticamente exageradas y, en algunos casos penosamente célebres. Pero nunca, y aquí debemos recordar a Jaime Garzón, el caricaturista tiene por qué pasar a ser protagonista de una viñeta de su propio obituario. En este número de la Agenda Cultural Alma Máter, que cuenta con la generosa participación de invitados como Truchafrita, Mico, Luca D’Ascia, Fernando Mora, Santiago Bustamante, Vladdo y Vanessa Márquez, que han escrito, dibujado y opinado para ella, ponemos nuevamente la potencia de la entrañable caricatura sobre la mesa, para que no cese su magia. Oscar Roldán-Alzate
Reírse del poder: de Chaplin a Michael Moore Luca D’Ascia
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“ ara combatir los regímenes totalitarios, nada mejor que reírseles en la cara”. Este comentario de Ray Bradbury, el autor que paradójicamente (¿o no tanto?) defendió la seriedad de los libros frente a la estúpida alegría mediática en Fahrenheit 451, condensa la lección chapliniana de El gran dictador. Sin embargo, también en este caso una afirmación acertada no hace sino sugerir nuevas preguntas. ¿Hasta qué punto es posible desmontar cómicamente la maquinaria del poder? Chaplin lo logró en 1940; ¿podremos seguir lográndolo ahora? La producción cinematográfica de los últimos años nos brinda mensajes contradictorios. El derrotero trazado por Chaplin ofrece valiosa orientación a tardíos e inesperados seguidores, como el Roberto Benigni de La vita è bella. Pero el holocausto es un tópico seguro, “políticamente correcto”. ¿Qué pasa con los conflic-
tos contemporáneos? Michael Moore, a pesar de lo acertado de sus intuiciones satíricas, no logra hacernos reír hasta el final. A diferencia de El gran dictador, Fahrenheit 9/11 no va a convertirse en un clásico. No lo permiten los circuitos de distribución de la industria cinematográfica, ni lo consiente la tibieza de la opinión pública internacional. Cuarenta y cinco años después de su estreno en Broadway, El gran dictador es de todos. Fahrenheit 9/11 sigue perteneciendo a un bando, a una parte, como diría el idioma italiano: la parte política que el hombre común (norteamericano) desgraciadamente desprecia. ¿Pero que sería lo cómico sin su universalidad, sin su capacidad de detectar al hombre común en el refinado, al niño en el hombre común? Transformar una parte en el todo: esta es la ideología de lo cómico que, alguna vez, “milagrosamente”, deja (como la película de Chaplin) una huella profunda en 2015 | Marzo
la historia política. Alguna vez, no hoy en día. Como todos sabemos, las elecciones presidenciales norteamericanas de 2004, que el documental de Moore pretendió influenciar, confirmaron precisamente aquellas tendencias que hubieran tenido que quedar sepultadas debajo de montañas de risa. ¿Qué fue lo que fracasó al suministrar el clásico remedio de las enfermedades políticas, una equilibrada mezcla de humor y compromiso humanitario? ¿Qué significa volver a ver a Chaplin en la época de la cruzada contra el terrorismo?
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Explicar el éxito indiscutible de El gran dictador y, al mismo tiempo, la dificultad de imitarlo, nos lleva a formular algunas hipótesis, sin pretender agotar cuestiones complejas. La película de Chaplin funciona gracias a un choque de retóricas. Su comicidad no está dirigida en contra de cualquier forma de poder. Ataca una forma particular de poder moderno: la aplicación autoritaria de la tecnología. El hombre fascista es el hombre-máquina. La propaganda de los regímenes fascistas retoma una versión trivializada de la estética de lo sublime y masifica una tradición de heroísmo romántico: el gesto patético y teatral del guerrero adquiere el “resplandor geométrico y metálico” de la vida de la materia en la tradición futurista. Receta para el malestar social: industria de guerra para combatir el desempleo y la racionalización de la producción en víspera de la destrucción ritualizada. En medio de todo esto llega Charlot y transforma el títere inconsciente y disciplinado en un muñeco profundamente humano. La perfecta adecuación del hombre mecanizado, a las máquinas que maneja, se transforma en las divertidas ridiculeces del hombre que no sabe adecuar su gestualidad a las demandas más cotidianas y profanas del entorno. Si se sienta, arrastra al suelo la silla; si se levanta con prisa, tropieza por las escaleras. Su brusquedad torpe haría reír en cualquier cultura, si cada cultura se caracterizara por definir una manera apropiada de caminar, de mover la cabeza y los brazos, Marzo | 2015
de saludar, de hablar. Claro está, una cultura preindustrial (pongamos, la sociedad de corte del Renacimiento) pudiera también percibir la “anormalidad” de la conducta de Charlot y juzgarla “poco decente”, plebeya y bufonesca. Pero la torpeza adquiere un sentido mucho más profundo en el entorno del hombre-máquina. Chaplin se vuelve mecánico, como un muñeco que no domina las distintas partes de su cuerpo, pues la civilización de las máquinas nunca acaba por parecerle “natural”. Su falta de destreza significa no haber recibido un training, un entrenamiento, bien sea militar o productivo; no haber aprendido a sacar provecho de la disposición racional de los gestos en el espacio y en el tiempo. Dos o tres siglos de “disciplinas”, tan brillantemente descritas por Michel Foucault, se encuentran desmentidos por la resistencia irreductible de un individuo en apariencia “subdotado”. Imaginémonos a Charlot reproduciendo la pose de las estatuas atléticas griegas, exaltadas por la cámara de Leni Riefenstahl en ocasión de las Olimpiadas de Berlín, y toda una “política del cuerpo”, que se esfuerza en tender un puente entre las primeras manifestaciones del “dominio” occidental y sus postrimerías maquinistas, se viene abajo. La torpeza como fuerza de resistencia al poder es la gran intuición de las primeras secuencias de El gran dictador: la primera Guerra Mundial, desde la perspectiva de Charlot, se presenta como el triunfo de lo absurdo. En lugar de identificarse con su máquina bélica, como el aviador heroico de la tradición futurista y fascista, el ridículo soldadito Chaplin dispara mirando del otro lado y tapándose los oídos. Bajo su toque, el enorme cañón alemán se transforma en un grotesco trasero que después de dos o tres pedos deja caer la bomba, reducida a juguete de niños, con pesada lentitud excrementicia. Desde luego, este metafórico estiércol no puede hospedar alma ninguna, mucho menos las ocho almas —todas explosivas— que le garantizaba generosamente el futurista italiano Marinetti. El
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alma —la solidaridad, la generosidad, el ansia de vivir— no se enajena en los objetos, sino que permanece en el muñeco que, paulatinamente, se humaniza y toma la iniciativa. Resulta incluso capaz de salvar a su camarada en un divertidísimo vuelo cabizbajo que desafía las leyes de la gravedad. Esto no nos sorprende demasiado: era una época einsteiniana y el surrealismo estaba enterado del asunto. El vuelo con los pies hacia arriba es una alegoría, probablemente consciente, de la mejor definición de lo cómico: el mundo al revés, the world turned upside down. La torpeza de Charlot todavía podía inscribirse en el marco de la definición clásica, estructural y formalista de lo cómico, que tuvo vigencia desde Cicerón hasta Baltasar Castiglione: “cierta desproporción que no está mal”, o “que no causa molestia”. Lo que esta definición no toma en cuenta, por antijerárquica, es la dimensión utópica de lo cómico, que reduce las jerarquías a lo “bajo corporal” y contradice las leyes de lo posible y de lo verosímil. Tal vez Bajtín, que en aquellos años padecía las persecuciones del estalinismo, se haya equivocado en atribuir esta dimensión
utópica a la comicidad per se en cada tiempo y espacio. Tal vez haya algo de típicamente vanguardista en su politización unívoca de lo cómico. Sin duda, la referencia bajtiniana es pertinente para describir la comicidad de Chaplin en una época de maquinismo militarista. La utopía de la primera secuencia de El gran dictador —la humanización de la guerra en nombre de la fraternidad de la trinchera, que implica el rechazo del anonimato industrial de la muerte— es la misma de La gran ilusión de Jean Renoir, compartida por la izquierda de los años treinta. Pero la presentación indirecta de Chaplin adquiere una fuerza mayor gracias a la universalidad de lo cómico: su banalización del estereotipo heroico del vuelo sublima la pesadez de la guerra en la ligereza de los cartoons, de los dibujos animados. Inmediatamente después, una metáfora genial introduce el desarrollo sucesivo de la película: Charlot, traumatizado e internado en un hospital, padece amnesia y no vive concientemente el catastrófico aterrizaje en la sociedad de posguerra. Por lo tanto, no entenderá nada del nacionalsocialismo y podrá mantenerse puro e ingenuo en medio del fanatismo colectivo. A 2015 | Marzo
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lo largo de la película, el barberillo judío Charlot irá contraponiendo su sencillo amor a los hombres, a la voluntad de potencia nacionalsocialista, llegando a enérgicos gestos de resistencia en nombre de una esencia humana que incluye el ridículo y la ternura, la fragilidad y el heroísmo.
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Desde luego, este planteamiento humanista presupone mucha confianza en el hombre común. La apuesta de lo cómico es ser comprensible: su espectador no necesita ningún tipo de iniciación. La opción en favor de una representación cómica de la guerra y del fascismo implica una serie de premisas que concuerdan muy bien con la ideología democrática de Chaplin. Desde la Ilustración, lo cómico ha sido un espacio para reivindicar los derechos del hombre “natural” frente a la convención social. Quien juzga con el sentido común no puede más que reírse del fanatismo religioso y político; todos poseemos el sentido común, solo que en algunos está obscurecido por los prejuicios; para escuchar la voz del sentido común, a lo mejor tenemos que liberarnos de lo culturalmente aprendido; el sentido común proclama una filantropía natural, una hermandad imaginada con la frágil materialidad de todos los hombres. No es difícil rastrear el origen de estos principios en la tradición filosófica entre Descartes y Rousseau. Por otro lado, el personaje de comedia es quien dice y hace todo lo que se le ocurre, no mira a la cara a nadie, ignora las convenciones, actúa contracorriente y desconoce la sublimidad del unanimismo; prefiere ser “pequeño hombre” aislado que militante de un partido, y, sin embargo, resulta capaz de solucionar conflictos que parecían insolubles desde una perspectiva “seria”. Resulta claro que las dos tradiciones convergen: el Iluminismo proclama que cada uno puede ser “autónomo”; la comicidad crea un espacio de representación en que el inconforme puede ganar, con tal de que no tenga miedo al ridículo. No por casualidad, el penMarzo | 2015
samiento ilustrado se esfuerza para “ennoblecer” la comicidad en el teatro musical: ser cómico ya no significa ser cínico, como en la tradición griego-latina. La Ilustración deja en herencia, a autores como Chaplin, el problema de realizar una síntesis entre las dos caras del hombre natural, todavía no corrompido por la civilización: comicidad y filantropía. El choque con la modernidad del siglo xx introduce una tercera dimensión: la necesidad de mantener la autonomía del hombre común, sujeto de derechos, frente al maquinismo y a su racionalidad instrumental (la cleverness, combinación de astucia y habilidad práctica, de la que habla el discurso final de Charlot en El gran dictador). La comicidad, opuesta al páthos del totalitarismo, es la garantía de esta autonomía: riéndose con Chaplin, el espectador como hombre común demuestra que su bon sens está intacto y que sus pulsiones naturales repugnan a la “construcción del enemigo en la mente”. Gracias a la solidez de sus presupuestos ilustrados, El gran dictador logra exorcizar el tópico romántico por excelencia: el doble. Los años perdidos de Charlot son los años del ascenso de Hitler. A lo largo de toda la película, Chaplin interpreta al dictador alemán, llamado Hinkel, y al barbero judío: Dr. Jekill y Mr. Hyde; comparten la misma cara, los mismos gestos, las mismas calculadas torpezas. En la ultima secuencia, el mecanismo clásico del trueque de identidades, posibilitado por el parecido físico, permite al barbero hablar como si fuera Hinkel y, de esta manera, acabar con el nacionalsocialismo. Su discurso democrático y humanitario desmiente las precedentes observaciones de Goebig (personaje que corresponde a Goebbels en la realidad histórica) acerca de lo absurdo de la democracia en la época del progreso maquinista. Como en la tradición cristiana, la conversión del emperador conlleva el fin del paganismo. El trueque, típicamente cómico, es un recurso escénico opuesto a la sutil superposición de
identidades, destacada por el romanticismo o el surrealismo. Chaplin toma posesión de Hitler con el gesto soberano del gran actor: no se confunde con él. El fascismo había teatralizado la política: El gran dictador representa el fascismo como representación. Desde luego, mantiene enérgicamente las distancias: cada gesto de Hinkel llega al espectador, filtrado por un juicio crítico que bloquea la identificación. Charlot no regala a su personaje su propia humanidad cómica. Logra ridiculizarlo, sin quitarle su odiosidad. Su reconstrucción de Hitler concreta la definición de Thomas Mann: los jerarcas nacionalsocialistas como banda de pequeños burgueses megalómanos. Desde este conocimiento certero de lo que los fascistas son, Chaplin interpreta su imagen pública, solemne y “sigfrídica”, como una mitificación que se puede detectar empleando el recurso más seguro de la tradición cómica: el énfasis en la desproporción. Se trata de poner en escena a un pequeño hombre en grandes espacios, proyectando una personalidad infantil en un escenario público: el personaje, desarrollándose coherentemente, irá acumulando errores sobre errores, despertando la risa del espectador. Por un par de horas, Hitler deja de ser lo que era en 1938-1940, un conquistador, y vuelve a ser lo que fue posiblemente en su juventud vienesa: un niño malo agarrado al juguete de sus fantasías, un exhibicionista y —de una manera muy sutil— un homosexual pasivo, que se entrega como una primadonna a las masas entusiastas. La secuencia clave de la película —Hinkel que se pavonea jugando con el globo, como futuro “emperador del mundo” y pequeño César— se caracteriza por una disimulada, pero constante carga erótica: el vanidoso dictador está haciendo un show de seducción, para nadie, pues está solo en su despacho. Precisamente, esta soledad resalta su naturaleza de actor, que solo existe exhibiéndose: el hombre de espectáculo se exalta cuando todo el género humano es el público potencial. Desde luego, el espectador, desde su perspectiva privilegiada, reconoce el vacío
humano y moral en que se desarrollan estas fantasías narcisistas. Posición privilegiada del espectador como encarnación del individuo autónomo, que emplea su sentido común para desmitificar los mitos fascistas: volvemos a percibir las raíces ilustradas de la película de Chaplin. El fascismo (como, de otra forma, también el estalinismo) se presentaba como síntesis de mito y maquinismo, raza o clase y tecnología. El gran dictador aplica a este compuesto químico el poderoso solvente de una doble estrategia: de un lado, una corporalidad “cómica”, por supuesto “premoderna”, desproporcionada e incluso grotesca, niega la unidad impersonal del hombre-máquina y abre un espacio en que puede manifestarse la emoción personal; por otro lado, la emoción (filantropía), que brota del corazón mismo del “hombre natural”, rechaza la razón moderna que predica la desigualdad y la más brutal jerarquización social como nuevo mito del siglo xx. En 1940, esta estrategia pareció adecuada para imprimir una dirección positiva a la “dialéctica de la Ilustración”, restaurando la confianza en los valores de libertad, democracia e igualdad. Hinkel, que se vuelve Chaplin en el final de la película, sugiere muchas cosas: el pleno dominio del autor sobre la significación de la película, la apelación a la persuasión en lugar de la violencia (¿al fin y al cabo, si el hombre natural es básicamente bueno, no podría haber un Chaplin en el fondo de cada Hinkel, aunque grotescamente desfigurado por el prejuicio?), la confianza en la comedia como estrategia de resolución de conflictos. Sugiere también otra utopía, típica de los años cuarenta: el sueño de una liberación del fascismo sin necesidad de Hiroshima, y la fe en los Estados Unidos como patria ideal de cada hombre que creyese en la posibilidad de construir su futuro, sin determinación de clase o de raza. Muchas cosas borraba la película de Chaplin, desde las palabras de aprecio del mismo Hitler 2015 | Marzo
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8 para el sistema de segregación racial en el Sur de Estados Unidos, hasta la indiferencia política de Hollywood en los años treinta. Sin duda, el barberillo judío, casi linchado en la película, se parece mucho a una víctima del Ku-KluxKlan; pero también, en el teatro de Brecht los hijos que denunciaban a los padres en la Unión Soviética aprendían muy sospechosamente a hablar alemán. Paulatinamente, iba formándose la idea del Mal absoluto ubicado en el espacio y en el tiempo, cómoda descarga para nuestras conciencias después de 1945. Después de 1945, las primaveras no florecieron demasiado, pero, por lo menos, la comedia hollywoodense mantuvo por muchas décadas la apariencia de cierta humanidad anglosajona: un mundo donde padres e hijos se pelean, pero se quieren y acaban por entenderse, donde incluso un negro puede ser reconocido por yerno, con tal que se muestre respetuoso de la institución familiar. No había mucho que contraponer a esta imagen, pues la gerontocracia Marzo | 2015
soviética, la revolución cultural china y los barbudos cubanos carecían no solo de libertad, democracia e igualdad, sino también (con la posible excepción de Tomás Gutiérrez Alea) de una dimensión cómico-humorística. La guerra de Vietnam provocó respuestas contradictorias, sacando a luz una ambivalencia básica (que se refleja de forma ejemplar en Taxi driver de Scorsese) frente a la violencia y agresividad que emergían brutalmente como rasgos identitarios de lo norteamericano. Sin embargo, en los años más conflictivos, la izquierda prefirió saltar directamente de la “manipulación” (la ideología oficial) a la “verdad” (la docu-ficción de Oliver Stone en JFK, la crítica de los medias de Noam Chomsky), sin oponer otra y más problemática noción de lo cómico al escapismo de la cinematografía convencional (otra vez, el humor negro de Spike Lee representa una posible excepción). La gravedad de lo que siguió al 11 de septiembre exigió e impulsó una respuesta desde la sá-
tira política, asociada con el nombre de Michael Moore. El documentalista, que en Bowling for Columbine había puesto en tela de juicio el optimismo de la era Clinton, sintió la urgencia de montar una máquina de propaganda en contra de la ola de neoconservadurismo asociada con la primera presidencia de George Bush Jr. Los valores, en el fondo, eran los mismos, abogados por Chaplin muchos años antes: liberty and free speech; justicia social y solidaridad. Según Moore, aprovechando la lucha contra el terrorismo, el grupo neoconservador en el poder recortaba las garantías constitucionales y los derechos sociales, creando una atmósfera de conformismo y de pseudo-unanimidad nacionalista y belicista. Moore creyó que denunciar estas políticas no era suficiente; ante todo, siguiendo el ejemplo de Chaplin y el precepto de Bradbury, había que ridiculizar la fraseología oficial que las legitimaba. Era preciso volver a construir polémicamente la imagen pública de Bush para reducir el impacto de su propaganda. Se necesitaba crear un nuevo sentido común, que interpretara la “amenaza percibida” del terrorismo como maniobra política y desmontara la retórica belicista desde el conocimiento de los inconfesados intereses financieros y colonialistas del grupo neoconservador. Movilizar la opinión pública por medio de la comicidad y, de esta manera, liberarla de un prejuicio y restituirle su autonomía de pensamiento; este programa, así como la mezcla de lo cómico y de lo patético (las tristes imágenes de las violencias norteamericanas en Irak), recuerda la hazaña de Chaplin. Moore crea un “personaje Bush”, obviamente negativo y grotesco: hacerlo creíble y persuasivo es el desafío al que se enfrenta. Sin embargo, la técnica es completamente distinta. Chaplin representa; Moore trabaja con el montaje. Chaplin interpreta a Hinkel; Moore muestra a Bush. ChaplinHinkel es una exuberancia de palabras y de gestos, el Bush de Michael Moore es un ser casi afásico, rígido, inexpresivo, alguien que “pone su nombre” para una aventura económica de
dudosa financiación. Esta diferencia caracteriza muy eficazmente dos distintas épocas históricas. El cine, contemporáneo de las vanguardias históricas, vivió, sin embargo, en los años treinta y cuarenta su periodo clásico: el relato cinematográfico podía funcionar como representación autónoma, como “obra”, sin necesidad de enfrentarse a la multitud de imágenes visuales —publicitarias, políticas, musicales— que pre-ocupan la mente del espectador. Chaplin puede construir El gran dictador alrededor de un actor-director-productor individual (él mismo), como si no existieran sino tres términos de un triángulo: Charlot, Hitler-Hinkel, y el espectador como individuo autónomo de tradición ilustrada, libre de juzgar según su conciencia. Michael Moore, por el contrario, no puede creer en la autonomía de la película como relato. Como muchos “posmodernos”, pone en el centro de sus películas el complejo mundo visual del espectador, donde el cine de ficción no es sino una de las muchas fuentes de imágenes, y probablemente ni siquiera de las más importantes. No inventa nada: combina, a sabiendas de que se trata de la sola forma posible de invención. Toda una sociología de la visión contemporánea enfatiza la tendencia del público masivo a tomar como “realidad” lo que legitima la institución televisiva. Consciente de que esta percepción de realidad es un arma poderosa en mano de sus adversarios políticos y de que la imagen reiterativa de la caída de las torres gemelas ha reemplazado, como estrategia de legitimación, el gesto carismático del dictador-actor de los años treinta, Michael Moore retoma de los telediarios todo lo que puede y busca el efecto de choque del montaje. La cara idiota de Bush, las sonrisas mantecosas de los saudíes, el patriotismo mediático de la cantante comercial Britney Spears se alternan con fragmentos de realidad “bruta”: la tristeza de las barriadas de Flint, Michigan, la humillación racial de los soldados negros, la angustia contenida de los hogares de clase media afectados por el conflicto. No hay nada en medio entre lo totalmente construido: la imagen pública de 2015 | Marzo
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Bush y de la guerra al terrorismo, confeccionada por la televisión, y lo aparentemente “tomado de la calle” con sencillez documental; en realidad, igualmente construido por la cámara polémica de Moore. El director actúa en la película “echando la cámara en la lucha”: con una técnica claramente retomada de la performance de los años setenta; construye situaciones de ruptura del orden, como cuando persigue a los senadores americanos favorables a la guerra de Irak para preguntarles si enviarían a sus propios hijos al frente. Fahrenheit 9/11 no es más subjetivo, si se quiere, egocéntrico, que El gran dictador, pero en ambos casos se trata de representaciones muy distintas de la subjetividad. Chaplin lo organiza todo indirectamente, como en la narración clásica, y al final toma directamente la palabra para explicitar su autoridad como autor. El grueso y cómico Moore rompe, con sus agresivas e imprevisibles incursiones en el escenario, el orden de los materiales “objetivos”: citas de la televisión o citas de la otra “realidad” invisible, aquella que hay que describir con una mirada documental, enemiga de la convención. Consigue así un efecto de espectacularidad exagerada que compite con los medios oficiales, generalmente favorables a Bush, en su búsqueda de emoción antibelicista. La fragmentación de las imágenes acaba por transmitir un mensaje unitario, confiriendo una fuerte autoridad a Moore como auténtico antagonista de Bush (más allá del descolorido John Kerry). Por otro lado, a diferencia de Chaplin, Moore no puede sobreponer su voz a la de un Bush que el trueque cómico vuelva impotente. En un universo fílmico donde todo es cita, la cara de Bush es también un “producto” de la industria televisiva que se puede manipular (como se manipulan los objetos de consumo en una instalación), pero no es un personaje de carne y hueso, un “actor” que se pueda imitar y sustituir, retomando su retórica para llevarla al absurdo, como hace Charlot con Hinkel-Hitler. No habrá ningún discurso en el que Bush reniegue de su propia ideología para prestar su palabra a los tradicionales valores de izquierda. Marzo | 2015
Sin embargo, “re-semantizar” los íconos del poder mediático es una operación difícil y —en la actual constelación de fuerzas— tendenciosamente elitista. La película de Moore dio fuerza a los que, como nosotros, ya odiábamos la ocupación de Irak (y por esto le estamos agradecidos); no llegó a los que de verdad —y fueron mayoría— identificaron cierta retórica religiosa, nacionalista y agresiva con “la” realidad. Demasiados retrocesos ha tenido el ideario de la Ilustración en la sociedad del espectáculo, desde cuando Charlot, con la aprobación de Roosevelt, hacía reír imitando las muecas de Hitler. Sin embargo, algo se queda de Fahrenheit 9/11: la sensación de que se ha cerrado cierto ciclo histórico en el cual, “buena comedia” e “ideología norteamericana”, tuvieron mucho que ver una con otra. Esto no significa, claro está, que no llegarán de Estados Unidos buenas comedias e incluso buenas comedias hollywoodenses. Pero, para muchos, para una minoría que cuenta de uno y otro lado del Océano Atlántico, las imágenes confeccionadas y vendidas para reír no harán olvidar aquella otra imagen, que no hizo reír lo suficiente: Bush subiendo los ojos al techo, al serle anunciada la tragedia del 11 de septiembre, hundiéndose unos largos e interminables minutos en su acostumbrada apatía, para después empezar a leer con voz monótona un cuento infantil —Mi mascota el chivo— en una escuelita de la América profunda. Luca D’Ascia (Roma) ha sido profesor de literatura, cultura, historia y filosofía política en distintas universidades europeas y colombianas. Actualmente es investigador de la Scuola Normale Superiore de Pisa, Italia. Ha publicado, entre otros, los libros: Erasmo e l’umanesimo romano, Diversidad cultural y conflicto político, Maquiavelo y sus intérpretes, Esquirlas de Chiapas y Cuerpo e imagen en el Renacimiento (Editorial Universidad de Antioquia, 2004). Escribió este artículo para la Agenda Cultural Alma Máter.
La caricatura política en Colombia Mico (Carlos Mario Gallego)
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ay una vieja sentencia: Una caricatura vale más que un editorial... Caricaturizando esta frase, podemos agregar: ...porque el editorial lo hace el dueño del periódico, que no cobra. Y la verdad es que una caricatura sí puede tener un mensaje más efectivo que un editorial, por razones obvias: la caricatura les interesa a todos los públicos, y si es buena, si combina buen dibujo-humor-oportunidad, por supuesto que su mensaje cala derechito. La caricatura política puede ser tan efectiva, que grandes periódicos como The New York Times no tienen caricatura de opinión en sus páginas editoriales, solamente ilustraciones de los artículos; quizá también hayan tenido líos legales en algún momento. La mejor muestra de la eficacia de la caricatura política se dio en la época de Ricardo Rendón (1894-1931), cuyos monos hacían tambalear los gobiernos godos y contribuyeron mucho al declive de la hegemonía conservadora. Y se dice que Honoré Daumier (1808-1879) propició la caída del rey Luis Felipe con sus caricaturas en que dibujaba al monarca con cara de pera. El primer caricaturista del que tenemos noticia en Colombia es José María Espinosa (17961883). Pero la caricatura colombiana se inicia en forma con Alberto Urdaneta (1845-1887), fundador de la primera escuela de grabado del país, que era la técnica para imprimir las ilustraciones. Urdaneta dio vida al periódico satírico El Mochuelo y, por ponerse de “gracioso” con sus dibujos, tuvo que salir del país. El siguiente caricaturista reconocido fue el santandereano Alfredo Greñas (con tal apelli-
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© Ricardo Rendón. “El isocromismo del péndulo”. c 1928. Tinta sobre papel. 27,5 x 22 cm, tomado de Gonzalez Beatriz (2009), La caricatura en Colombia a partir de la Independencia, Bogotá, BLAA, p. 103
do toca ser humorista), alumno de Urdaneta en sus clases de grabado y que pagó cárcel por su oficio. Greñas fundó en 1890 la publicación humorística El Zancudo, donde hizo una de las primeras parodias del escudo nacional, y molestó tanto al gobierno de la Regeneración, que se lo cerraron y después fue desterrado por el presidente Núñez.
Viene el flaco Rendón Y llegamos a la cima de la caricatura colombiana: el antioqueño Ricardo Rendón. Hasta aquí podemos hacer una lista de semanarios humo2015 | Marzo
rísticos con nombres que hablan por sí solos: La Guillotina, Fantoches, Anacleto, Sal y Pimienta, Mefistófeles, El Banano, El Cirirí, Moscardón, El Trueno, Pereque, El Tornillo, El Fisgón, Los Matachines, El Duende, La Jeringa, El Alacrán, El Barbero... Rendón nació en Rionegro, pero a los diecisiete años se fue para Medellín a estudiar dibujo con el maestro Francisco A. Cano. Su enorme talento le quedó grande a La Tacita de Plata y arrancó para Bogotá, donde se enroló (no se volvió “rolo” sino que se enganchó) en el diario El Espectador. Era tan bueno Rendón, y tan importante la caricatura, que el periódico La República lo sonsacó y se lo llevó con el único fin de competirles de tú a tú a los poderosos El Espectador y El Tiempo.
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¿Por qué se volvió tan importante Rendón? Porque los periódicos eran el único medio de comunicación y entonces tenían mucho peso en la política. Porque había mucho analfabetismo y la caricatura era un medio expedito para llegar a la gente. Porque los colombianos somos muy interesados en los asuntos políticos (o mejor, politiqueros). Porque Rendón reunía las dos cualidades que hacen un buen caricaturista: humor en el dibujo y en el texto. Y claro, porque le tocó hacerles chistes a los conservadores, que gobernaron este país durante treinta años seguidos, y que son una mina de humor. Rendón era tan apreciado por los periódicos, que ganaba lo mismo que un congresista y se dio el lujo de rechazar una oferta para irse a publicar en The New York Times. Su gran mérito fue darle “caché” a la caricatura, volverla la diva del periódico y poner un punto tan alto, que opacó contemporáneos tan diestros como Pepe Gómez (1892-1936), hermano del “monstruo” Laureano, de grata recordación (...para su familia). Lástima que a los treinta y siete años, en un frío bar capitalino, Rendón se pegara un tiro. Marzo | 2015
Días antes, charlando con algún fulano, había parodiado un anuncio comercial: “Tengo ganas de liquidar la existencia y alquilar el local”... Dicen los chismosos que se mató porque al caer la hegemonía conservadora le iba a quedar muy complicado burlarse de los liberales, más cercanos a su propio ideario. Los caricaturistas que le siguieron difícilmente pudieron escapar a su estilo y su influjo.
Osuna, el otro Después de Rendón, tuvimos caricaturistas respetables como Longas (también antioqueño), que dibujaba muy parecido al difunto, pero no tenía su chispa. Otros fueron: Alberto Arango, Samper, Franklin, Merino, Chapete, Henry, Juan Cárdenas (que fue detenido por una caricatura sobre el presidente Guillermo León Valencia). Y llega otro antioqueño a encumbrar de nuevo el oficio: Osuna, que con sus monos dominicales en El Espectador se convirtió en el azote de los poderosos y de sus embarradas. Osuna, como Rendón, es dueño de una línea clásica, de dibujante baquiano, sumada a un sentido del humor político preciso. Ambos, venidos de la academia del dibujo, son grandes retratistas y paisajistas.
Caballero y el feísmo Mientras Osuna era el “chacho” de la caricatura política nacional, irrumpen unos dibujantes que hacen trazos como descuidados, al desgaire, digamos modernos. Es el caso de Armando Buitrago, que unas veces firma como Timoteo y otras como Ugo Barti, y Antonio Caballero, que aparecían en la inolvidable revista Alternativa. Su dibujo displicente es, sin embargo, muy acertado en las fisonomías y lleno de humor, y nos marca a sus admiradores, que nos pe-
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© Héctor Osuna. Y el elefante a la espalda. El espectaador, Bogotá, febrero 16 de 1996, tomado de Gonzalez Beatriz (2009), La caricatura en Colombia a partir de la Independencia, Bogotá, BLAA, p. 176
gamos del feísmo muchas veces para ocultar nuestra línea torpe, nuestra falta de escuela. Barti y Caballero parecen dibujar sin darle trascendencia al asunto, como si les importara un pepino aparecer en la Enciclopedia Colombiana de la Caricatura o ser entrevistados por Julito. Contemporáneo de ellos es el antioqueño Elkin Obregón, otro gran retratista al que tampoco desvela la fama y nunca le preocupó mostrar su estupendo trabajo en el panorama nacional. Y viene, finalmente Naide, el último gran caricaturista que tuvo el diario El Tiempo, extraditado a los Estados Unidos... por su familia, y cuyo regreso esperamos ansiosos sus feligreses.
Los demás estamos aprendiendo... Ahí vamos, viviendo nuestra movida realidad de país más feliz del mundo... y “sacándole capul a una calavera”. Carlos Mario Gallego —Mico— es caricaturista y periodista (egresado de la Universidad de Antioquia); escribe semanalmente en El Espectador una columna titulada “Contestan Tola y Maruja”, y publica, allí mismo, su caricatura con la firma de Mico. Su papel de Tola, junto a Maruja (John Jairo Cardona Pérez) es ampliamente reconocido. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.
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Las formas de lo deforme Fernando Mora Meléndez
Tres veteranos de la caricatura toman el fres-
co de la tarde a la entrada de una cabaña de veraneo. Desde sus tumbonas parecen añorar aquellos tiempos en los que todavía afinaban su agudeza para sacarles punta a los desatinos del mundo. De pronto uno de ellos comenta: “Me acuerdo que una vez hice una nariz así...” y parece que la dibuja en el aire para que sus colegas la vean.
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Esta ya parece una viñeta idílica. La dibujó Gary Larsen hace algunas décadas para su divertida sección Far Side. Estaba encabezada por una línea: ¿De qué hablan los caricaturistas jubilados? ¿De qué hablaría Wolinski, si el ala armada de Alá no lo hubiera asesinado a sus ochenta años, junto a sus demás compañeros de Charlie Hebdo? Es obvio el lamento por la infamia de morir en una masacre, sin más armas que las plumillas y los pinceles. Pero menos usual sería la compasión por aquellos emisarios del terror, a los que su militancia les impide reírse de tantas cosas. No podrían, ya que la risa es distorsión de la verdad revelada, de las consignas patrióticas, de los axiomas fervorosos. Ya sabemos por qué: para las formas extremas del fanatismo no hay nada más serio que un dogma. Decía Bergson, en ese tratado tan serio llamado La risa, que la comedia empieza, no con un hombre de pie, sino con uno sentado. Las posturas rígidas son tan absurdas, que hacen que un ser humano actúe como un autómata, menos como una criatura silvestre y jovial. Por eso da más risa Hitler, apoltronado en la banca del palco, que Jesse Owens corriendo como una gacela. Por eso Chaplin hizo humor de la ciega mecánica del mundo en Tiempos moderMarzo | 2015
nos. La misma rigidez que aqueja a las formas más perversas del poder nos debiera dar risa, solo que muchas veces estas terminan por sofocar, con su crueldad, cualquier exceso de humor. La risa termina ahogada, como el fraile de El nombre de la rosa, en aquel monasterio donde un libro sobre la comedia es igual que un manual de brujería. El humorista gráfico saca partido de aquellos lugares donde la risa no cabe, como un confesionario, un patíbulo o un quirófano. También una calle poblada de fanáticos musulmanes se convierte en tentación para un puñado de dibujantes. Imbuido por la gracia de su espíritu, el caricaturista traza sus rasgos de un modo más gozoso que agresivo, sobre todo porque sabe que ya no podrá cambiar el mundo. Muestra lo peor de los defectos sociales, pero sin afán de remedio. Y lo muestra como si todo aquello estuviera muy bien, contrario al ironista que lo injuria, o al cínico que se amarga, aunque le da lo mismo. Un caricaturista juega a distorsionar incluso lo que parece bello y armónico. El ironista sólo ve los vicios y se retuerce, pero sin gracia. Sin pensar en ulteriores rasguños, el dibujante traza sus rasgos porque para él nada puede ser más tentador que un ambiente constreñido por normas absurdas. Fellini dibujó con sarcasmo el ambiente fascista de las camisas negras, hasta el día en que Mussolini lo obligó a hacer historietas partidistas, las únicas permitidas, por ser serias. Pero nadie que tome partido por algo puede incubar el humor; al contrario, puede ser un tumor. A no ser que el dibujante se asuma como el más conservador. Aquella impostura ha sido un lugar común entre artistas y escritores. Sus salidas en falso, cuando han confesado su
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adhesión al gorila de turno, no fueron más que finos chistes que pocos entendieron. Nadie cree en la simpatía de Borges por los militares argentinos. Ser tan godo puede ser un chiste fino, pero un chiste que cuesta. A él le costó el Nobel. A otros puede traerles grandes beneficios: que los godos de verdad los consideren sus aliados. En esos casos es mejor ser antipático, como Fernando Vallejo, para evitar ambigüedades. El bello oficio de garabatear las farsas diarias puede tornarse riesgoso como los otros géneros escritos. Los bufones van perdiendo su licencia de contradicción. Y entonces un buen tiro de humor puede pagarse con un tiro de gracia. Mientras pasamos esta página con Charlie, quisiera volver a Larson, con el que empezamos. En otra de sus viñetas se atrevió a hacer un chiste con Jane Goodall, la zoóloga que dedicó su vida a los monos. En el dibujo, una hembra de chimpancé encuentra un pelo rubio en el hombro del macho y le pregunta con ironía: ¿Más investigación con esa mujerzuela de Jane Goodall? Una vez publicado el dibujo, los activistas se expresaron con furia, lo consideraron
no solo de mal gusto sino una atrocidad, según dijeron. Hasta pidieron la cabeza del artista a la casa editora del periódico. Por fortuna, fue la propia Goodall quien salió a dirimir el asunto. Dijo que no solo le había parecido gracioso el comentario gráfico, sino que elogió además el ingenio de Larson, sobre todo porque se parecía mucho al sentido del humor de los simios que ella estudiaba. Es decir, el mismo humor de los monos está presente en los que hacen monos. Un bello corolario el de esta activista. Que Alá la preserve. Fernando Mora Meléndez es Comunicador Social-Periodista y Magíster en Dramaturgia de la Universidad de Antioquia. Investigador, escritor y realizador audiovisual, actualmente se desempeña como docente en la Universidad Eafit. Hace parte del comité editorial del periódico Universo Centro. En 2013 ganó el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar por su entrevista, El poema llega solo, a Jaime Jaramillo Escobar. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.
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Yo no soy del todo “Charlie”
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Truchafrita
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La batalla bendecida de París Santiago Bustamante
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Santiago Bustamante es escritor, traductor y caricaturista. Ha trabajado como editor y profesor de inglés y alemán. En la actualidad lidera Indulfania Cómics.
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Entrevista a Vladdo Humor y política para construir opinión pública Por Vanessa Márquez Mena
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xiste una célebre tira cómica conocida por el nombre de su protagonista, Aleida, quien, con cinismo y con un humor satírico habla sobre los hombres, el amor y las relaciones sentimentales. Su creador es el reconocido caricaturista e ilustrador, oriundo de la ciudad de Armenia, Vladimir Flórez, Vladdo. Destacado, no solo por este emblemático personaje, sino por su visión sobre la política en Colombia, se ha dedicado a dibujar y escribir para los más importantes medios impresos colombianos como la revista Semana y el periódico El Tiempo. Vladdo ha recibido numerosos reconocimientos por sus caricaturas, como el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, el premio del Círculo de Periodistas de Bogotá, el Premio de Excelencia otorgado por la Sociedad Interamericana de Prensa y, en dos oportunidades, el otorgado por la Society for News Design. Así mismo, ha publicado una decena de libros sobre caricatura periodística y política. Las caricaturas de Vladdo no solo tienen el componente humorístico, sino que son un instrumento para la reflexión ante los problemas sociales y políticos. En esta oportunidad, Vladimir Flórez nos habla sobre la caricatura política en la construcción de la opinión pública y la libertad de prensa. ¿Qué implicaciones tiene ser caricaturista político en Colombia? Yo creo que, en realidad, la caricatura no tiene la influencia que muchos creen, pero no es tan intranscendente como los políticos quisieran. Nin-
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© Mico
guna caricatura logra tumbar a un presidente, ni hace renunciar a nadie, ni tumba ministros... uno puede crear caricaturas que tengan mucho calado entre el público o entre los lectores, pero de ahí no pasa. Se logran algunas historias morales, pero que se quedan en eso, no hay una influencia que uno crea determinante. La importancia de la caricatura política radica en el aporte de una perspectiva distinta a las realidades sobre el acontecer político, tiene una importancia social y académica, pero no considero que tenga una transcendencia política de gran impacto. ¿Y puede la caricatura política aportar a la construcción de la opinión pública? Sí. La gente ve las caricaturas, y si el caricaturista es coherente y hace planteamientos que pueden ser interesantes para el lector, yo creo que contribuye a crear conciencia y a construir 2015 | Marzo
opinión dentro de los sectores. Entonces, uno sí puede de alguna manera, con sus puntos de vista abrir los ojos (aunque no sé si eso es demasiado), pero de pronto sí encender ciertas alarmas; aunque no siempre el lector les haga caso al sonido o a las luces que esas alarmas emiten.
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Los medios en Colombia censuran algunos temas, ¿pero existe la autocensura? Autocensura es el término más injusto que hay en el periodismo. La autocensura no existe. Un periodista que tiene que callar algo, no tiene una satisfacción; al contrario, siente frustración, impotencia, desesperación, desilusión. ¿Y por qué “se autocensura la gente”?, pues por causas que van desde una amenaza, una demanda, hasta una posibilidad de pérdida del empleo o por amenazas contra su seguridad o la de su familia. Entonces, no es que haya periodistas que se autocensuren, sino un factor externo que ya los previno. Lo que existe es una censura previa. Al ser la caricatura una ilustración o un dibujo, ¿tiene más libertad de expresión que otros géneros periodísticos? Ahí hay que hacer unas consideraciones: los periodistas se ganan la credibilidad, el espacio en los medios, el respaldo del director, del lector, de la audiencia de acuerdo con su capacidad de comunicar las cosas bien, de informar con veracidad y opinar con honestidad. El caricaturista no tiene ni menor ni mayor libertad. La caricatura es una opinión visual; en ese sentido, yo tengo la misma libertad que tiene un columnista. Yo creo que esa libertad o falta de libertad es igual para todos; es decir, no tenemos unas condiciones especiales. Algunos dicen que los caricaturistas son como los bufones de las cortes, pero eso también lo pueden hacer los columnistas que toman del pelo a los políticos. Yo creo que la caricatura tiene una forma más fácil para digerir los comentarios, pero no quiere decir que los caricaturistas seamos más o menos libres, tenemos las mismas restricciones dependiendo del medio en el cual se trabaje. Marzo | 2015
¿Cómo respeta la caricatura; valores periodísticos como la investigación? Lo que pasa es que la caricatura no es información, es opinión. Así, la opinión es parcializada, es injusta, es desequilibrada, tiene cosas en las que no puede incurrir uno cuando está informando. Cuando yo informo sobre una noticia tengo que tener en cuenta las distintas versiones. Uno como caricaturista puede exagerar, pero no inventar; puede recrear a partir de algo real, ponerle muchas connotaciones, puede utilizar todas las interpretaciones. La exageración, la desviación, la asimilación o la metáfora son herramientas con las que el caricaturista cuenta para dar su opinión, que parte de un hecho real. La caricatura es recreación de la información, es volver a crear una realidad paralela u original. ¿Con el caso del semanario Charlie Hebdo, qué reflexión hace usted sobre la libertad de prensa? No necesariamente comparto, ni estoy de acuerdo con todos los trabajos que se publican en Charlie, ni me gusta todo lo que hacen, pero ellos tienen todo el derecho del mundo en publicarlo. Los que tienen la última palabra son los lectores, son ellos quienes deciden si compran o no compran ese semanario, si lo leen o no lo leen, si pautan o no pautan; creo que el límite debe ser ese. Entonces la gente habla de que “se pasaron de la raya”. ¿Cuál raya? ¿Quién impone la raya? ¿La pone un cura, la pone un policía, la pone un congresista, la pone un alcalde? Entonces el debate que hay no debería existir en la medida en que la libertad de expresión no puede tener asteriscos, ni letra menuda, ni aplican condiciones ni restricciones. Vanessa Márquez es periodista de la Universidad de Antioquia; actualmente se desempeña como coordinadora de comunicaciones del Departamento de Extensión Cultural de la misma institución.
Prográmate con Bienestar Universitario Lugar: salvo que se suministre información diferente, las actividades se llevan a cabo en el bloque 22, aula 302. Información: 219 54 30, 219 54 40. Organiza: Bienestar Universitario
Todo el mes Atención individual Hábitos de estudio, orientación vocacional, ansiedad en pruebas académicas, evaluación neuropsicológica (atención, memoria y funciones ejecutivas) A cargo: psicoorientadores. Lugar: bloque 22, piso 4. Horarios: 7:00 a. m a 12:00 m. y 1:00 a 6:00 p. m
Lunes 2 Asesoría grupal. Ansiedad en pruebas académicas A cargo: Eliana Hernández. Lugar: bloque 22, piso 4. Hora: 2:00-4:00 p. m.
Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: María José Sandstede. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación. Hora: 1:00-2:00 p. m.
Actividad Formativa. Bienestar en tu Dependencia Fechas: lunes 2 a viernes 6. A cargo: Carolina Roldán. Lugar: Ciudadela Robledo. Horarios: 9:00 a. m. a 5:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
Martes 3 Espacio formativo semanal. Orientación vocacional A cargo: Julia Beatriz López. Hora: 11:00 a. m12:00 m. Requisito: presentar la TIP
Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Conversatorio. Triste, aburrido o deprimido, ¿qué tengo? A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil. Hora: 2:00-3:00 p. m. Requisito: dirigido a estudiantes
Miércoles 4 Conferencia. Alimentación saludable A cargo: psicóloga, nutricionista y educador físico. Lugar: bloque 22, aula 310, oficina de Prosa. Hora: 8:00 a 9:00 a. m.
Actividad formativa. Sexualidad responsable A cargo: Adriana Mazo. Hora: 10:00 a 12:00 m.
Actividad de Apoyo social. Recambio de Anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22, aula 310 Hora: 1:00-4:00 p. m.
Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-10:00 a. m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad
Jueves 5 Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: María José Sandstede. Hora: 3:00-4:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Grupo de reflexión. Sobre adicciones A cargo: Jaime Alonso Mejía Hora: 2:00-3:00 p. m. 2015 | Marzo
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Viernes 6 Taller salud oral. Conoce tu boca A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 10:00-11:00 a. m.
A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-10:00 a. m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad
Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio
Actividad formativa. Sexualidad responsable
A cargo: Alexánder González. Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
A cargo: Adriana Mazo. Hora: 10:00 a. m. 12:00 m.
Lunes 9
Grupo de reflexión. Sobre adicciones
Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: María José Sandstede. Hora: 1:00-2:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Asesoría grupal. Claves para hablar en público A cargo: María José Sandstede. Hora: 2:004:00 p. m.
Martes 10 24
Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud
Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: Seccional Oriente. Horarios: 9:00 a. m. a 3:00 p. m.
Conversatorio. Triste, aburrido o deprimido, ¿Qué tengo? A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil. Hora: 2:00-3:00 p. m. Dirigido a: estudiantes
Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Espacio formativo semanal. Orientación vocacional A cargo: Julia Beatriz López. Hora: 11:00 a. m.12:00 m. Requisito: presentar la TIP
Miércoles 11 Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22, aula 310, oficina Prosa. Hora: 1:00-4:00 p. m. Marzo | 2015
Jueves 12 A cargo: Jaime Alonso Mejía. Hora: 2:00-3:00 p. m.
Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: María José Sandstede. Hora: 3:004:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Viernes 13 Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio A cargo: Alexánder González. Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
Asesoría grupal. Claves para hablar en público A cargo: María José Sandstede Hora: 2:00-4:00 p. m.
Taller salud oral. Besos que queman A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-9:00 a. m.
Lunes 16 Asesoría grupal. Ansiedad en pruebas académicas A cargo: Eliana Hernández. Hora: 2:00-4:00 p. m.
Actividad formativa. Bienestar en tu Dependencia Fechas: 16 al 19 de marzo de 2015. A cargo: Carolina Roldán. Lugar: Facultad de Microbiología. Hora: 9:00 a. m. a 5:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: María José Sandstede. Hora: 1:002:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
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Conversatorio. Triste, aburrido o deprimido, ¿qué tengo?
Grupo de reflexión. Sobre adicciones
A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil. Hora: 2:00-3:00 p. m. Dirigido a: estudiantes
Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:009:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Espacio formativo semanal. Orientación vocacional A cargo: Julia Beatriz López. Hora: 11:00 a. m.12:00 m. Requisito: presentar la TIP
Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: Coordinación de Bienestar Facultad Nacional de Salud Pública. Hora: 9:00 a 11:00 a. m.
Miércoles 18 Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-10:00 a. m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad
Actividad formativa. Sexualidad responsable A cargo: Adriana Mazo. Hora: 10: 00 a. m. 12:00 m.
Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22, aula 310, oficina Prosa. Hora: 1:00-4:00 p. m.
Conferencia. Ejercicio y protección cardiovascular A cargo: psicóloga, nutricionista y educador físico. Lugar: bloque 22, aula 310, oficina Prosa. Hora: 8:00-9:00 a. m.
Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Maria José Sandstede. Hora: 3:004:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
A cargo: Jaime Alonso Mejía. Hora: 2:00-3:00 p. m.
Viernes 20 Taller salud oral. ¿Qué hacer con mis cordales? A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:009:00 a. m. Dirigido a: estudiantes que han tenido más de dos tratamientos
Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio A cargo: Alexánder González. Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
Martes 24 Taller. Uso responsable de los servicios de salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-9:00 a. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Conversatorio. Triste, aburrido o deprimido, ¿qué tengo?
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A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil. Hora: 2:00-3:00 p. m. Dirigido a: estudiantes
Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: Ciudadela Robledo, Coordinación de Bienestar Nutrición. Hora: 9:00-11:00 a. m.
Espacio formativo semanal. Orientación vocacional A cargo: Julia Beatriz López. Hora: 11:00 a. m.12:00 m. Requisito: presentar la TIP
Actividad formativa. Bienestar en tu Dependencia Fechas: 24 al 27 de marzo de 2015. A cargo: Carolina Roldán. Lugar: Facultad de Artes. Horarios: 9:00 a. m a 5:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
Miércoles 25 Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Carlos Mario Cano Restrepo. Hora: 8:00-10:00 a. m. Requisito para acceder al Plan de Salud Estudiantil de la Universidad
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Actividad formativa. Sexualidad responsable A cargo: Adriana Mazo. Hora: 10: 00 a. m.- 12:00 m.
Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos* A cargo: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22 Aula 310, oficina Prosa. Hora: 1:00-4:00 p. m.
Taller. Conozca sus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud A cargo: Maria José Sandstede. Hora: 1:00-2:00 p. m. Requisito: incumplido cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Asesoría grupal. Ansiedad en pruebas académicas
Jueves 26 Grupo de reflexión. Sobre adicciones A cargo: Jaime Alonso Mejía. Hora: 2:00-3:00 p. m.
A cargo: Eliana Hernández Hora: 2:00-4:00 p. m.
Taller. Uso responsable de los servicios de salud
Martes 31
A cargo: María José Sandstede. Hora: 3:00-4:00 p. m. Requisito: incumplimiento de cita en el Servicio de Salud o Psicoorientación
Viernes 27 Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio A cargo: Alexánder González. Hora: 2:00-4:00 p. m. Requisito: presentar la TIP
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Lunes 30
Conversatorio. Triste, aburrido o deprimido, ¿qué tengo? A cargo: Juan Guillermo Hernández Gil. Hora: 2:00-3:00 p. m. Dirigido a: estudiantes
Espacio formativo semanal. Orientación vocacional A cargo: Julia Beatriz López. Hora: 11:00 a. m.12:00 m. Requisito: presentar la TIP
* Requisitos Recambio de anticonceptivos: carné de recambio, una, dos otres cajas vacías del anticonceptivo (dependiendo del laboratorio, los tres últimos recibos de compra), fórmula médica del anticonceptivo, resultados de citología y examen de mama
Prográmate con el Museo Universitario Visita el Museo Universidad de Antioquia ¡Vive el Museo! Nuestro horario Lunes a jueves: 8:00 a. m. a 5:45 p. m. Viernes: 8:00 a. m. a 3:45 p. m. Sábado: 9:00 a. m. a 12:45 p. m.
Visitas guiadas
Exposiciones
Recorridos por las salas temporales y permanentes del Muua
• Exposición larga duración Colección de Antropología:
Duración: dos horas Cupo máximo: 40 personas por recorrido Costo: gratuito. Informes: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co. Teléfono: 219 81 85
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Constituida en 1943, la Colección de Antropología conserva alrededor de 35.000 objetos del patrimonio cultural de Colombia, ubicándose en la primera colección con el mayor número de piezas arqueológicas del país.
• Exposición larga duración Colección de Ciencias: Esta Exposición está compuesta por una serie de montajes permanentes, temporales y murales. El énfasis se basa en especies nativas de animales colombianos los cuales están exhibidos en dioramas que representan diferentes hábitats del país, abarcando una variedad de grupos según su clasificación.
• Exposición Colección de Historia: La Colección está conformada por óleos y bronces conmemorativos, documentos y elementos pertenecientes a personalidades regionales que formaron parte de la Universidad, y por elementos usados en la labor académica de la Universidad durante su trayectoria.
• Exposición temporal Realidades en conflicto “La exposición Realidades en conflicto habla desde y sobre la crisis social que ha alimentado la escena artística latinoamericana de las últimas décadas. La muestra invita a reflexionar sobre los conflictos que permean hoy a la sociedad desde la perspectiva vasta del arte contemporáneo”. Francine Birbragher y Oscar Roldán-Alzate, curadores
Títeres en escena Sábados a las 10:20 a. m. Presentaciones gratuitas para grupos familiares con niños y niñas entre los 2 y los 8 años. Informes: proyectoseducacionmuseo@udea.edu.co Teléfono: 219 8186
• Sábado 14 de marzo La vida en el museo
• Sábado 21 de marzo Trici busca a su madre
Tallernautas Sábados: 10:20 a. m. Costo: $4.000 por persona Mes de los juegos callejeros, aprendamos jugando
Talleres manuales y divertidos para grupos familiares con niños y niñas entre los 4 y los 14 años. Informes: proyectoseducacionmuseo@udea.edu.co Teléfono: 219 8186
• Sábado 7 de marzo Día de la Mujer: palabras desde el corazón
• Sábado 14 de marzo Golosa portable
• Sábado 21 de marzo Ensartar aros
• Sábado 28 de marzo Ranitas tragonas
Cursos y talleres en el MUUA Inversión por cada curso y taller: $270.000 (no incluye materiales). Intensidad horaria: 32 horas. Inicio de clases: 11 de abril de 2015 Inscripciones: hasta 8 de abril de 2015. Días y horas de las clases: sábados 9:00 a. m. a 1:00 p. m. Lugar: Museo Universitario. Inscripciones e información: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co Teléfonos: 2198185 / 2198186
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• Fotografía digital Requisitos: disponer de cámara fotográfica digital profesional o semiprofesional y disponibilidad para hacer salidas externas
• Iniciación a la conservación y restauración de obras policromas sobre madera y lienzo • Taller integrado de la alfarería ancestral a la experimentación contemporánea • Taller básico de arreglos navideños
Programa radial Punto de Encuentro. Emisora Cultural Universidad de Antioquia. Miércoles 4, 11, 18 y 25 de marzo. Hora: 8:30 a. m. Sintonícelo en: Valle de aburra 1.410 AM. Urabá: 102.3 FM. Bajo Cauca: 96.3 FM. Oriente 101.3 FM . Suroeste: 100.9 FM. Occidente 93.9. Magdalena medio 94.3
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Prográmate con el Sistema de Bibliotecas Ciclo de cine “Ver y leer” 6 de marzo El hombre que mató a Liberty Balance (1962) de John Ford (Estados Unidos), basada en el relato “El hombre que disparó a Liberty Balance” de Dorothy M. Johnson (Estados Unidos). 119 min.
13 de marzo
El resplandor (1980) de Stanley Kubrick (Estados Unidos), basada en la novela del mismo nombre de Sthepen King (Estados Unidos) 115 min.
20 de marzo
El expreso de medianoche (1978) de Alan Parker (Estados Unidos), basada en la novela homónima de William Hoffer y Billy Hayes (Estados Unidos). 121 min.
27 de marzo 28
Drácula de Bram Stoker (1992) de Francis Ford Coppola (Estados Unidos), basada en la novela homónima de Bram Stoker (Estados Unidos). 123 min.
Exposiciones 3 al 21 de marzo “El dibujo y sus procedimientos II”, colectiva de estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia. Sala de Exposiciones de la Biblioteca Central
25 de marzo al 18 de abril
Fotografías de Isabel Zapata. Sala de exposiciones de la Biblioteca Cenrtral
Día del Investigador en el Sistema de Bibliotecas Jueves 26 de marzo Lugar: auditorio planta baja Biblioteca Central. Hora: 11:00 a. m. Invitado: Profesor Ramiro Delgado, Departamento de Antropología Universidad de Antioquia
El Sistema de Bibliotecas, un espacio para el conocimiento Ciclo de conferencias: “Historias de locura, psicopatología y medicina legal” Marzo | 2015
A cargo: Grupo de Investigación ‘Historia de la Salud’ de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y de la Red Colombiana “Historia de la Salud Mental” Lugar: auditorio de la planta baja de la Biblioteca Central. Hora: 5:00 p. m.
Miércoles, 4 de marzo
“Diagnóstico y tratamiento de la locura en el Manicomio Departamental de Antioquia a principios del siglo xx”, por José Andrés Felipe Silva
Miércoles 11 de marzo
“Influencias socio-políticas en la concepción de salud mental de la OMS de 1950”, por Juan Diego Lopera
Miércoles 18 de marzo
“Sociedades de temperancia y lucha antialcohólica en Colombia”, por Jazmín Santa
Miércoles 25 de marzo
“Experiencia discursiva de la locura en un texto italiano del siglo xviii”, por Álvaro Casas. Organiza: Sistema de Bibliotecas Universidad de Antioquia
Prográmate con la Red de Cineclubes Martes 3
Jueves 5
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo
Cineclub Cinema Beat
Ciclo: Mujeres fatales “La dalia negra”, Brian de Palma, Reino Unido, 2006, 115’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Ciclo: On the road “Badlands”, Terrence Malick, Estados Unidos, 1973, 94’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat
Cineclub Voces
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo
Ciclo: La educación “The Wall”, Alan Parker, Reino Unido, 1982, 95’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas
Ciclo: Mujeres fatales “Gilda”, Charles Vidor, Estados Unidos, 1946, 110’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Miércoles 4
Alucine Cineclub
Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Ganadores Oscar a mejor película extranjera “Los falsificadores”, Stefan Ruzowitzky, Alemania, 2007, 98’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual
Cineclub La Máquina del Tiempo Ciclo: Cuba Filme #1 Retrospectiva Santiago Álvarez. “Now”, Santiago Álvarez, Cuba, 1965, 6’, “Hanói, Martes 13”, Santiago Álvarez, Cuba, 1967, 38’, “Entrevista a Santiago Álvarez”, ICAIC, Cuba, 2007, 16’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Colectivo La Máquina del Tiempo
Viernes 6 Ciclo: La vida y la muerte “Mar adentro”, Alejandro Amenábar, España, 2004, 125’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Películas de inicio de siglo “Billy Elliot”, Stephen Daldry, Reino Unido, 2000, 111’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 2.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Cineclub CEN Ciclo: Brasil “O Cangaceiro (El Cangaceiro)”, Lima Barreto, Brasil, 1953, 105’. Lugar: Auditorio 4-212. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo
Cineclub Cine Maestro
Ciclo: Películas de inicio de siglo “Traffic”, Steven Soderbergh, Estados Unidos, 2000, 140’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Ciclo: Woody Allen “Maridos y esposas”, Woody Allen, Estados Unidos, 1992, 107’. Lugar: Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED 2015 | Marzo
29
Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Cannes 2014 “Sueño de invierno (Winter Sleep)”, Nuri Bilge Ceylan, Turquía, 2014, 195’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento
Martes 10 Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Mujeres fatales “Todo por un sueño”, Gus Van Sant, Estados Unidos, 1995, 103’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Miércoles 11 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Ganadores Oscar a mejor película extranjera “Mediterráneo”, Gabriele Salvatores, Italia, 1991, 96’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual
30
Cineclub La Máquina del Tiempo Ciclo: Cuba Filme #1 “Vampiros en La Habana”, Juan Padrón, Cuba, 1985, 80’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Colectivo La Máquina del Tiempo
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Películas de inicio de siglo “Quills”, Philip Kaufman, Estados Unidos, 2000, 120’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Jueves 12 Cineclub Udeanime Ciclo: Game & Life “No Game, no Life [1ª parte]”, Atsuko Ishizuka, Japón, 2014, 120’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub UdeAnime
Cineclub Cinema Beat Ciclo: On the road Marzo | 2015
“Mala noche”, Gus Van Sant, Estados Unidos, 1985, 78’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Mujeres fatales “La mano que mece la cuna”, Curtis Hanson, Estados Unidos, 1992, 110’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Viernes 13 Alucine Cineclub Ciclo: La vida y la muerte “My life without me”, Isabel Coixet, España/ Canadá, 2003, 106’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Películas de inicio de siglo “La sombra del vampiro”, E. Elías Merhige, Reino Unido, 2000, 98’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Cineclub CEN Ciclo: Brasil “Central do Brasil (Estación Central)”, Walter Salles, Brasil, 1998, 113’. Lugar: Auditorio 4-212 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN
Cineclub Cine Maestro Ciclo: Woody Allen “Blue Jasmin”, USA, Woody Allen, 2013, 98’ Lugar: Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED
Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Cannes 2014 “Maps to the Stars”, David Cronenberg, Canadá, 2014, 111’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217). Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento
Martes 17 Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Mujeres fatales “L. A. Confidential”, Curtis Hanson, Estados Unidos, 1996, 10’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Cineclub Voces Ciclo: La educación “La lengua de las mariposas”, José Luis Cuerda, España, 1999, 88’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas
Miércoles 18 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Ganadores Oscar a mejor película extranjera “En un mundo mejor”, Susan Bier, Dinamarca, 2010, 119’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual
Cineclub La Máquina del Tiempo Ciclo: Cuba Filme #1 “Demasiado miedo a la vida o Plaff”, Juan Carlos Tabío, Cuba, 1988, 88’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Colectivo La Máquina del Tiempo
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Películas de inicio de siglo “Casi famosos”, Cameron Crowe, Estados Unidos, 2000, 122’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Cineclub Cinema Beat Ciclo: On the road “The Brown Bunny”, Vincent Gallo, 2003, 93’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Mujeres fatales “La mujer pantera”, Jacques Torneur, Estados Unidos, 1942, 72’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Viernes 20 Alucine Cineclub Ciclo: La vida y la muerte “Afterwards”, Gilles Bourdos, Canadá - Francia, 2008, 107’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine
Cineclub CEN Ciclo: Brasil “O auto da compadecida”, Guel Arraes, Brasil, 2000, 104’. Lugar: Auditorio 4-212. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN
Cineclub Cine Maestro Ciclo: Woody Allen “Match Point”, Woody Allen, Estados Unidos, 2005, 120’. Lugar: Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED
Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Cannes 2014 “Sils Maria (Clouds of Sils Maria)”, Olivier Assayas, Francia, 2014, 123’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217). Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento
Jueves 19
Martes 24
Cineclub Udeanime
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo
Ciclo: Game & Life “No Game, no Life [2ª parte]”, Atsuko Ishizuka, Japón, 2014, 120’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub UdeAnime
Ciclo: Mujeres fatales “La mujer del cuadro”, Fritz Lang, Estados Unidos, 1944, 99’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio 2015 | Marzo
31
Miércoles 25 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Ganadores Oscar a mejor película extranjera “En tierra de nadie”, Danis Tanovic, Bosnia Herzegovina, 2001, 98’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual
Cineclub La Máquina del Tiempo Ciclo: Cuba Filme #1 “Juan de los muertos”, Alejandro Brugués, CubaEspaña, 2010, 100’. Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Colectivo La Máquina del Tiempo
Jueves 26 Cineclub Udeanime
32
Ciclo: Game & Life “No Game, no Life [Final]”, Atsuko Ishizuka, Japón, 2014, 120’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub UdeAnime
Cineclub Cinema Beat Ciclo: On the road “Paris, Texas”, Wim Wenders, Estados Unidos, 1984, 147’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat
Cineclub Udeanime Ciclo: Mystery Life “Lupin III vs Detective Conan (Special)”, Hajime Kamegaki, Japón, 2009, 110’. Lugar: Museo Universidad de Antioquia. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineclub UdeAnime
Cineclub CEN Ciclo: Brasil “Olga”, Jayme Mojardim, Brasil, 2004, 141’. Lugar: Auditorio 4-212. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN
Cineclub Cine Maestro Ciclo: Woody Allen “Medianoche en París”, Woody Allen, Estados Unidos, 2011, 96’. Lugar: Auditorio 10-206. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED
Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Cannes 2014 “Leviathan”, Andrei Zvyagintsev, Rusia, 2014, 141’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217). Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento
Martes 31 Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo
Ciclo: Mujeres fatales “Muerte entre las flores”, Joel Cohen, Estados Unidos, 1990, 115’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Ciclo: Mujeres fatales “El cartero siempre llama dos veces”, Bob Rafelson, Estados Unidos, 1981, 123’. Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio. Hora: 6.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio
Viernes 27
Cineclub Voces
Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo
Alucine Cineclub Ciclo: La vida y la muerte “21 gramos”, Alejandro González Iñárritu, México/, 2003, 124’. Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine Marzo | 2015
Ciclo: La educación “Entre maestros”, Pablo Usón, España, 2012, 86’. Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 – 8:00 p. m. Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas