Agenda Cultural Alma Mater Mayo 2017

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Editorial Aún el llano en llamas...

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Luis González Palma. Entre raíces y aire. Técnica mixta. 100 x 50 cm.

Dicen que el verdadero oficio de los poetas es

posar la mirada donde los demás pasamos de largo, contemplar con vehemencia lugares en los que no acertamos encontrar nada. Y allí, donde se extravía la realidad, se ocupan de advertir sobre la azarosa presencia del sentido de la vida. Hace cien años, un miércoles, a los dieciséis días del mes de mayo, nació uno de estos hombres, Juan Rulfo. Un tipo sencillo, pero no por eso menos extraordinario. Su obra, que alcanza un poco más de dos cientos de páginas escritas y publicadas, es tan larga y extensa como la misma América Latina, donde nació, pues su país, que es el de Pedro Páramo (1955), su obra culmen, y sin duda una de las más importantes de

la narrativa universal, y que se encuentra entre el Río Bravo y el Estrecho de Magallanes, limita al oriente con Europa y al occidente con Asia. Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, como fue bautizado, caminó desde los once años acompañado por la leve ausencia de sus difuntos padres, asunto que en algo debió haber ayudado para que con su prosa nos permita oír los murmullos ensordecedores de todos los muertos. Su trabajo se centró en encontrar un mundo oculto justo frente de nuestros ojos: Comala; una tierra extraña por lo familiar que resulta a cualquier lector hispanoamericano, donde nos podemos ver retratados sin aspavientos y donde se nos devela la esencia de nuestra tragedia, seamos hijos de ricos colonos o de pobres sirvientes, indios, negros, blancos o mestizos. 2017 | Mayo


Para llegar a Comala, Juan Rulfo atravesó El Llano en llamas (1953), un compendio de relatos cortos que fue elaborando —aunque sea mejor decir encontrando— en la medida en que se acercaba a Pedro Páramo, en un ejercicio natural, sin grandes ademanes o artilugios estilísticos, proponiendo una literatura tan propia como la lengua nata, una obra honesta por antonomasia. Y, en un afán por escribir como se habla, llegó a una autonomía inadvertida antes.

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Además, Rulfo, amante de la imagen, tomó fotos siempre en blanco y negro. Buscó sus personajes en rostros dibujados por un sol canicular como el que baña su Comala polvorienta y vívidamente agónica. El blanco y negro se torna dorado en la amplitud de tonos que alcanzan las imágenes de su objetivo; blanco y negro que a la vez habla de la relación de patronos y labriegos, de gendarmes e insurgentes, pero también de campo y ciudad. En sus fotos se ven gentes de Comala, calles de Comala, que parecen estar en cualquier pueblo donde nativos de ese inmenso país llamado Latinoamérica caminen, así lo hagan ya sin sus agobiados cuerpos, tal vez sólo con sus sombras sordas y pesadas. Alguna vez le preguntaron por qué tan sólo había escrito lo que escribió —aludiendo el periodista a su novela Pedro Páramo—, a lo que él respondió que sólo eso tenía para decir. ¡Qué lucidez y valor! Pocos poetas alcanzan una obra inmensa con tan escasos trazos. Quizá sea este un don de quienes entienden que una sola vida es muy poco para dedicarla a hacer sólo una cosa. También dicen que uno es realmente aquello que no es capaz de dejar de hacer; tal vez por eso no sea claro que Rulfo sea fotógrafo o escritor, o agente de viajes, o todas a la vez. Este número de la Agenda Cultural Alma Máter rinde así un homenaje a un narrador, tan complejo como modesto, que transformó la idea de la literatura hispanoamericana, dando sentido Mayo | 2017

Luis González Palma. Mientras esperaba pensaba en el sueño. Película ortocromática, láminas de oro. 89 x 87 cm. / 50 x 50 cm. 2004

a una forma de relato necesario para entendernos, mirarnos y reconocernos. Aquí, acompañando a Rulfo, quien además hace presencia con su memoriosa prosa (con el cuento: “¡Diles que no me maten!”), están los escritores y académicos Diana Paola Guzmán Méndez, Juan Carlos Orrego Arismendi, Simón Andrés Villegas Bedoya, Augusto Monterroso, Andrés Vergara Aguirre, además de tener el honor de contar con una de las obras fotográficas más notables de las artes contemporáneas latinoamericanas, la del guatemalteco Luis González Palma, quien, sin proponérselo, ha construido un paralelo sin igual que recuerda sin desfases a la Comala de Pedro Páramo, y permite pensar que América Latina parece haber sido el producto de una creación poética. La última tierra, el último llano mestizo del globo. Un llano en llamas que cada cuanto apacigua su infernal trasformación para dejarnos ver a los ojos, a los ojos del otro que son los míos. Luego, vuelve la chispa sobre la paja seca y corre la candela. Oscar Roldán-Alzate


Sobre Rulfo lector: del sol que explota a los muertos que hablan Diana Paola Guzmán Méndez la lectura de Dumas, Verne, Leopardi, entre otros. El cura temeroso protegió sus libros en la casa de un futuro y silencioso escritor. Algo que recuerda Rulfo de aquella biblioteca es que se ponía en la tarea de comparar las obras listadas en el gran Index Papal, que reunía los siete mil títulos prohibidos, Luis González Palma. Sin Título. 1997-2012. Técnica mixta, kodalith y láminas con las que estaban en los de oro. 59 x 120 cm anaqueles organizados por el cura y encontraba que varios de aquellos libros vetados estaban a su disposiuan Rulfo (1917-1986) nació en Jalisco, una ción. Esos fueron los primeros libros que leyó, región situada en el occidente de México que, los prohibidos, los tildados de lascivos, de irrepor la explotación agraria excesiva, se congulares, de revolucionarios. En la noche, Rulfo, virtió en un desierto. La tierra caliente donde hijo de una familia profundamente creyente, vio la luz Rulfo, es la misma por donde tranpedía perdón mientras apretaba el Decamerón sitaban sus personajes. Sin embargo, Rulfo no debajo de la almohada. reconstruye su infancia tapatía, no entra a la

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comarca de aquello que se recupera en la rememoración; contrario a la senda proustiana, el mexicano trae la luz, los olores y colores del Jalisco de su infancia y los recompone, los vuelve a crear.

Desde niño, Rulfo pretendió huir de la vida desolada en Jalisco y encontró en la lectura, compañera de sus fiebres infantiles, la posibilidad de alejarse, de observar desde arriba. Es así como su escritura resulta ser el eco de todo aquello que leyó, de la biblioteca de aquel cura que, huyendo de los enemigos de Cristo, decidió guardar sus libros en la casa paterna de Rulfo; porque si bien la guerra cristera le robó a su padre, la misma revolución le trajo

Muchos años más tarde, contaría cómo aquel cura, que velaba por la moral del pueblo, iba de casa en casa “decomisando” los libros impuros y engordando su biblioteca. El sacerdote huyó del pueblo y Rulfo, huérfano, se quedó como dueño y señor de las lecturas censuradas.

Rulfo, lector de Gómara Uno de los libros más apreciados por el adolescente Rulfo quien se autodenominó vigía de esta biblioteca, fue las Crónicas de Indias. Como lo expresará en 1979, durante un viaje a Madrid, las crónicas le abrieron la posibilidad 2017 | Mayo

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de encontrar una mirada bárbara, desgarrada, fuera de lugar. La escritura que el lector Rulfo encontró en las crónicas, especialmente en la obra de Francisco López de Gómara, tenía un tono velado y desenfocado, una mirada de lejos, así la definió el escritor. Gómara, apartado, protegido por la bruma de la selva, describiría a aquellos “salvajes caníbales” que parecían un espejismo en la mitad del desierto. Rulfo apuntaba la cámara, cambiaba el enfoque de su lente y volvía borrosos a los caminantes que atravesaron el desierto hacia Talpa porque, como él mismo lo dijo, ‘uno no cuenta lo que ve a primera vista’.

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Otro aspecto que influyó en la poética de Rulfo fue la descripción exasperada y desbordada del clima que los cronistas enunciaban constantemente. El calor los mataba, los aminoraba, los volvía delirantes. Para Rulfo, el calor era la impronta de Jalisco; escribía bajo el sol inclemente del nuevo desierto y ponía a sus personajes a transitar bajo soles que parecían explotar, como el de “Luvina”. Los cronistas vivían solos; la observación requiere soledad, silencio y sombra. Rulfo sentaría a sus personajes mirando el diluvio como en “Es que somos muy pobres” o matando ranas y hablando solos: Macario con Macario. Él mismo subrayaría que la lectura de las Crónicas de Indias le causó una impresión de soledad y miedo que fue imposible borrar de su memoria y, como es evidente, de su obra.

Rulfo, lector de Knut Hamsun Para Rulfo la lectura de crónicas y de novelas de aventuras marcaría su infancia y parte de la adolescencia, pero la entrada a la madurez lectora fue determinada por la obra del escritor noruego Knut Hamsun. Señalado por la historia como un escritor nazi, Hamsun creó una de las obras más delirantes de la literatura: Hambre. Mayo | 2017

El protagonista, aquel periodista signado por la pobreza y la miseria, en un coctel mortal con la locura, es uno de los personajes que Hamsun construyó abastecido con su propia vida. Para Rulfo, ese tono quedo y sombrío del noruego fue el principio de su crecimiento. De este escritor, Rulfo leería los dolores del alma, las llagas del espíritu que le saldrían en todo el cuerpo a Tanilo (en “Talpa”); adicionalmente, Hamsun le daría otra posibilidad a su juicioso lector, la crítica. Si bien la palabra de Rulfo es un tanto silente, sale despacio de la boca, estalla cuando se encuentra con el oído, incluso cuando los hombres renuncian a decir lo que piensan porque hace mucho calor, como esos cuatro campesinos que caminan por un sendero sin orillas en “Nos han dado la tierra”. La palabra necesita de la locura, de lo espectral, para decir lo que tiene que decir, para arreciar contra el hambre, contra el abandono, contra la muerte. Hamsun le daría a Rulfo ese espacio negro donde el escritor puede alzarse y decir sin miedo al eco, pero con ganas de decir, cargar al hijo y refutarle su muerte en la penumbra de la noche, refutarle que no oiga ladrar los perros (en “No oyes ladrar los perros”).

Rulfo, lector de Dostoievski Otro momento esencial en la biografía lectora de Rulfo es su encuentro con la lectura de Dostoievski en Noches blancas; pero su comunión definitiva con el escritor ruso la marcaría Los demonios. Si bien con Hamsun descubriría los contornos de la locura, que todo lo dice y todo lo lapida, con el ruso sentaría una posición clara y definitiva frente a su oficio. ‘Uno no escribe lo que ve a primera vista’, escribe sobre lo que algunos no ven. Como Dostoievski, Rulfo sacó de los subsuelos cientos de voces que estaban enterradas bajo las toneladas de una historia mal contada. Los campesinos de la revolución mexicana no eran


Luis González Palma. Sin Título. Técnica mixta, kodalith y láminas de oro. 59 x 120cm. 1995-2012

héroes que permanecían silenciosos en sus monumentos, eran estómagos hambrientos a los que no les quedó nada, porque nada tuvieron. Sin embargo, la intención de Rulfo no era denunciar por denunciar, gritar por gritar, se trataba más bien de hablar desde los intersticios, como lo hizo aquel alucinado en “El sueño de un hombre ridículo” del escritor ruso. Algo que aprendería Rulfo de su lectura de Dostoievski sería plasmar el diálogo de los muertos, contar a partir de una memoria que poblaba los cementerios, los pueblos blancos como Comala. Quiénes, si no los muertos, pueden saberlo todo y contarlo sin reparo y sin miedo. Los hombres que están en los umbrales, condenados a muerte o agonizando, resultan ser otro puente que une a los dos escritores. El hijo que decide vengar al padre condenando a su asesino a muerte y el hijo del condenado que deja a su padre en las manos de los verdugos, reflejan muy bien (en “Diles que no me maten”) la necesidad de que la muerte no termine de llegar, pues es necesario contar lo que se siente antes de dar el paso definitivo.

Todo en Rulfo permanece congelado, con voces que hablan desde los bloques detenidos. El sol de los cronistas y su vista borrosa, el delirio de una locura perdida como en Hamsun y la verdad poseída de agonía en Dostoievski, construyen esa biblioteca de un Rulfo lector que desde muy niño se dio cuenta de que “la vida no es muy seria es sus cosas”.

Bibliografía 1. Cruz, J. (1979). “Entrevista. Juan Rulfo: ‘No puedo escribir sobre lo que veo’”, en: El País, 19 de agosto, Madrid, disponible en digital: http://elpais. com/elpais/2015/07/27/actualidad/1437991191_ 012418.html 2. Tamargo, M. H. (1996). Siete entrevistas con escritores trágicos, México, editoral cantomenor.

Diana Paola Guzmán Méndez es profesora titular del Departamento de Humanidades de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Es autora del libro Memoria y canon en las historias de la literatura colombiana. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.

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Juan Rulfo, antropólogo Juan Carlos Orrego Arismendi

Una y otra vez se ha asociado a Juan Rulfo con

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la antropología. En buena parte, esa relación la sugiere la capacidad del escritor de Jalisco para retratar la vida miserable de los campesinos indígenas desposeídos, cuya voz colectiva y doliente encuentra expresión estética en muchos pasajes de El Llano en llamas (1953) y Pedro Páramo (1955). También suele verse merecimiento antropológico en la labor del Rulfo fotógrafo, cuyas estampas sobre la vida cotidiana, la arquitectura y la estatuaria monumental en varios estados mexicanos —Oaxaca e Hidalgo entre ellos— han tenido tanta difusión como su obra literaria. Y, por supuesto, es obligatorio tener en cuenta la labor cumplida por Rulfo en el Instituto Nacional Indigenista (INI) de México, al que llegó en 1964 y en el que fue jefe del Departamento de Publicaciones. Aunque parezca obvia, a propósito de su vinculación con la antropología y la alusión a la labor editorial especializada de Rulfo en el INI, es poco lo que se sabe de un trabajo que lo ocupó hasta los últimos años de su vida. Pero basta echar un vistazo general a un puñado de escritos producidos por el autor de Pedro Páramo por los días en que fue funcionario del instituto para hacerse a una idea de su amplio conocimiento de las fuentes antiguas de la historia mexicana; de los bríos de su reflexión etnológica e, incluso, de sus escarceos etnográficos. En 1963, poco antes de que el arqueólogo Alfonso Caso lo invitara a hacer parte del INI, Rulfo había prologado la reedición facsimilar de las Noticias históricas de la vida y hechos de Nuño de Guzmán de José Fernando Ramírez. En el introito de esa obra dedicada al conquistador de JaMayo | 2017

lisco logran hacerse apreciables, por un lado, el interés de Rulfo por las fuentes primarias —cita in extenso un pasaje de la carta que García del Pilar envió al Rey de España en 1529 para pedirle la merced de un escudo de armas—, y por otro su tendencia a la crítica historiográfica, toda vez que identifica ciertos documentos pergeñados por el obispo Zumárraga (dirigidos contra Nuño de Guzmán) como piedra fundacional de la imagen positiva, reverencial hasta la extravagancia, que algunos historiadores contemporáneos han construido de Hernán Cortés. Se aprecian el mismo interés por las escrituras antiguas y la misma honestidad académica en otro escrito de 1981, “Notas sobre la literatura indígena en México”. Visiblemente interesado por evaluar la obra narrativa de varios contemporáneos suyos inspirados en la vida nativa, Rulfo cree necesario establecer, previamente, la antigüedad y autonomía de la literatura aborigen mexicana, representada en los poemas, leyendas, relaciones mitológicas e historias que sobrevivieron a las cruzadas de destrucción cultural ordenadas por la Iglesia, encabezadas por Zumárraga en el área azteca y por Landa en la maya; tradiciones escriturales materializadas en los códices, el Popol Vuh, el Chilam Balam, la Relación de Michoacán y diversas crónicas de autores tanto indígenas como mestizos, entre ellos Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. Sin ambages, Rulfo hace un balance positivo de ese acervo: “No podemos lamentar, pues, la falta de literatura histórica en nuestro país”.1 Lo que realmente lamenta es la manera inapropiada como ha sido estudiado, difundido e interpretado ese legado por parte de algunos historiadores, antropólogos y escritores. Un historiador antiguo como


el dominico Gregorio García, autor de El origen de los indios del Nuevo Mundo e Indias Occidentales (1607), merece de Rulfo el calificativo de “rémora” por no haber dado un paso más allá de lo que, en materia de reconstrucción de la historia india y denuncia de los desafueros españoles, ya había adelantado Bartolomé de las Casas. Incluso, un antropólogo del siglo xx, Miguel León Portilla, es llamado a juicio por el escritor de Jalisco: le parece que se ha concentrado excesivamente en el tema de la poesía azteca, y que de hecho lo ha extremado hasta ver, en algunos de sus elementos discursivos, los conceptos de una “filosofía náhuatl”.2

Luis González Palma. Lotería I 1988-1991 (La Luna-El Rey-La Muerte-La Máscara-La RosaLa Dama-El Diablo-El Pájaro-La Sirena). Fotografía mas técnica mixta. 150 x 150cm.

Para Rulfo, la gran dificultad que deben encarar quienes pretenden interpretar la escritura y, en general, las culturas aborígenes, reside en el acceso vedado a la mentalidad realmente indígena. En el artículo mencionado escribió: “a pesar de ser Jefe del Departamento de Publicaciones del Instituto Nacional Indigenista, y habiendo publicado más de 80 obras de antropología social, todavía desconozco cómo y por qué motivos actúa la mente indígena”.3 Entre otras cosas, esa convicción explicaría por qué la expresión estética del universo indígena en la literatura rulfiana, antes que corresponder a una compleja reanimación mitológica al estilo de un Miguel Ángel Asturias, se “reduce” a la ejecución de una voz comunitaria, casi fantasmal, que se emite por fuera de la focalización narrativa. Sin embargo, no debe creerse que el escritor de Jalisco fuera escéptico frente a la corriente indigenista de la narrativa mexicana que le fue contemporánea: por el contrario, supo manifestar un

juicio muy positivo de la autenticidad antropológica de las novelas y cuentos de autores como Andrés Henestrosa —indio zapoteco—, Cipriano Campos Alatorre —natural del poblado indio de Tonalá—, Eraclio Zepeda, Mauricio Magdaleno, Francisco Rojas González, Rosario Castellanos, Ramón Rubín y Miguel Ángel Menéndez. Rulfo tuvo una consideración especial por Bernardino de Sahagún, cuyo exhaustivo trabajo de recuperación de la historia y memoria cultural aztecas —con base en sus interacciones en lengua náhuatl con los sobrevivientes de la arremetida española, en Tlatelolco— le mereció el reconocimiento de “primer antropólogo americanista”; de hecho, “El mejor de todos”.4 Esa seguía siendo la convicción de Rulfo en 1985, un año antes de su muerte, cuando suscribió el prólogo a un estudio de Claus Litterscheid sobre la relación de Sa2017 | Mayo

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hagún con sus informantes aztecas; entonces el escritor puntualizó que el misionero franciscano había probado ser un “antropólogo innato”, y asoció ese talento a su capacidad lingüística.5 No sorprendería si se dijera que Rulfo vio en la Historia general de las cosas de Nueva España la obra más relevante escrita alguna vez sobre la vida indígena; anota en el texto de 1985 que se trata de “el más famoso y más completo relato de la vida prehispánica”.6

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El conocimiento de las fuentes primarias de la historia mexicana llevó a Rulfo al terreno del análisis propiamente etnológico. De eso ofrece una prueba, al menos, el texto de una conferencia dictada en Colima en 1983. Allí, el escritor jalisciense confronta información lingüística —sobre todo topónimos—, arqueológica, histórica e incluso etnográfica para defender la tesis de que el reino de Colima del que hablan las crónicas habría tenido su origen en las oleadas migratorias que, provenientes de Azatlán, conformaron buena parte de los grandes estados precolombinos de Mesoamérica. Los elementos y modos de la argumentación de Rulfo siguen, en términos generales, el modus operandi de la reflexión etnológica de Paul Rivet, quien yuxtapuso información de diversa naturaleza disciplinar para establecer su teoría sobre el poblamiento de América. Conviene tener en cuenta que la primera versión en castellano de Les Origines de l’homme américain, de 1943, se publicó en México, donde Rivet fue agregado cultural de Francia entre 1944 y 1945. No solo llama la atención esa perspectiva especializada de Rulfo sino el brío con que ataca otras interpretaciones sobre la historia regional, proclives a la idea de una Colima sometida al dominio de los tarascos o dependiente de fenómenos de difusión cultural o de migración poblacional relativamente tardíos. Para el novelista metido a etnólogo esas explicaciones son infundios, y dice sin empacho que “al mentiroso Nicolás León, y aun a Bravo UgarMayo | 2017

te, habrá que ignorarlos”. Con no poca ironía se refiere a la tesis de este último a propósito de las contiendas por los yacimientos salinos al sur de Jalisco: “Bravo Ugarte nos dice que nunca existieron las guerras del salitre. Cualquiera de ustedes puede comprobar, al pasar por Teocuitatlán, Corona o Zacoalco, cómo está lleno de flechas y de hachas. Lógicamente no las pusieron ahí para adornar la laguna”.7 Con su conferencia, Rulfo se proponía denunciar algunos errores crasos cometidos en la enseñanza de la historia a los niños de los estados de Jalisco y Colima, por más que él mismo reconociera que, en materia de reconstrucciones del pasado, “Todo es hipotético, todo es un supuesto”, y que “nada nos acerca a la verdadera realidad”;8 una advertencia escéptica pero coherente con la que ya había manifestado sobre la dificultad de acceder a la mente indígena. La imposibilidad ontológica de ver el mundo como lo ve el indígena no impidió, en todo caso, que Rulfo participara de la suprema experiencia antropológica de la etnografía. Una anécdota ilustra la importancia que el escritor concedió a esa práctica. En un breve pero demoledor texto de 1979, en el que se pronuncia sobre ciertos intelectuales de época, Rulfo acusa al antropólogo Carlos Castaneda de escribir imposturas sobre los indios yaqui de Sonora; tiene para sí que, en la ignorancia de las costumbres reales, Castaneda ha escrito “tonterías” y ha inventado prácticas nativas a propósito de las sustancias alucinógenas. Entonces, para mostrar la competencia que no ve en el antropólogo, Rulfo anexa un dato etnográfico cuyo detallismo se antoja excesivo dada la brevedad de la nota: “Por ejemplo, los huicholes durante la Semana Santa realizan una peregrinación que dura 29 días por zonas áridas. Durante el tiempo de luna recorren unos 100 kilómetros y, con la luna nueva, flechan, como si fuera un venado simbólico y también el sol, a un cacto muy pequeñito que crece a ras de tierra y es muy difícil de encontrar. Esa bizna-


ga, el peyote, tiene una pulgada de alto, y será recolectada para el ritual”.9 Ha quedado testimonio más formal de la actividad etnográfica de Rulfo en la breve monografía “Los chinantecos de Oaxaca”, escrita en 1962 y publicada por el INI en 1986. Se trata de un reporte escueto, por más que el escritor conociera la región ya desde los años cuarenta, cuando viajó en cumplimiento de sus itinerarios de fotógrafo. El informe, plegado al formato de la exposición académica, organiza la descripción bajo los subtítulos de “Ubicación geográfica”, “Población”, “Estado cultural”, “Organización política”, “Vida familiar”, “Artesanías”, “Medios de subsistencia”, “Creencias y prácticas religiosas” y “Problemas sociales”, todo ello dispuesto en pocas páginas. Esto hace que, por fuerza, se presenten pocos datos en cada ítem; y asimismo ocurre que esos datos se presentan como enumeraciones antes que como descripciones detalladas. Solo a propósito de las costumbres matrimoniales (pago en dinero y en especie por la novia, residencia en casa de los padres de la novia, etc.) se ofrece un cuadro relativamente detenido, y sin duda porque Rulfo ve en ello un elemento intensamente tradicional; esto escribe bajo el subtítulo “Vida familiar”: “La única supervivencia entre las costumbres primitivas de los chinantecos está relacionada con el proceso matrimonial”.10 Mientras tanto, ofrece pocos detalles de la vida religiosa de la etnia, la cual reconoce sustancialmente influida por la evangelización española; del mismo modo, cuando aborda cuestiones como la cultura material y los modos de habitar el espacio, tiende a desenfocar la mirada cuando encuentra que alguno de esos elementos está ligado a procesos de mestizaje. Es claro que la orientación indigenista del Rulfo antropólogo lo llevó a privilegiar, en su apreciación de las culturas mexicanas, aquellos elementos que en ellas percibía como originales o auténticos, a diferencia de la perspectiva

implementada por José María Arguedas frente la compleja realidad indígena peruana, de la que quiso entender ciertos procesos de cambio cultural (recuérdense, al respecto, sus estudios “Puquio, una cultura en proceso de cambio. La religión local”, culminado hacia 1956, y “Evolución de las comunidades indígenas”, de 1957). El autor de Pedro Páramo no transigió con el mestizaje, a tal punto que, en 1985, en el último artículo escrito para la agencia EFE, dijo que dicho proceso “fue una estrategia criolla para unificar lo disperso, afirmar su dominio, llenar el vacío de poder dejado por los españoles”; estrategia dirigida contra “inmensas mayorías predominantemente indígenas que, cuatro siglos después, aún sufren la derrota de 1521”.11 De ahí que llegara a experimentar cierta desconfianza frente a la etiqueta de lo “mexicano”, la que, en cierto sentido, no dejaba de antojársele como una entelequia civil. Le parecía que ese rutilante proyecto nacional sofocaba la voz de los pueblos indígenas, quizá del mismo modo como el suelo de Comala ahoga a los muertos murmurantes.

Referencias 1 Rulfo, J. (1996). Toda la obra, Madrid, ALLCA/F. C. E., p. 413. 2 Ibíd., p. 414. 3 Ibídem. 4 Ibíd., p. 416. 5 Ibíd., p. 440. 6 Ibíd., p. 441. 7 Ibíd., pp. 426, 427. 8 Ibíd., p. 421. 9 Ibíd., pp. 410-411. 10 Ibíd., p. 373. 11 Ibíd., p. 443.

Juan Carlos Orrego Arismendi es profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia. Ha publicado los libros: Cuentos que he querido escribir, La isla del Gallo, Viaje al Perú y Tumba de indio. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.

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Peregrinos y caminos del Llano Simón Andrés Villegas Bedoya

Peregrinos y viajeros de todo tipo han vagado

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por las páginas de la literatura de siglo en siglo, de país en país, de poeta en poeta. Surcando los caminos del mar y de la tierra, del aire y aun del tiempo. Ulises, navegando de regreso en busca de su amada Ítaca; Marco Polo, de aquí para allá por el Oriente; san Brandán y su alucinado periplo en busca de la Isla Bienaventurada; los romeros contadores de cuentos de Chaucer; Dante, en su paseo por la ultratumba; Astolfo, en busca de una cura para la locura de Orlando, subiendo a la Luna montado en un carro de fuego; la tripulación del Pequod, en su enloquecida carrera tras el rastro de la ballena blanca; el viajero a través del tiempo, que regresa del futuro, según Wells, con una flor marchita en su mano... todos ellos en un catálogo interminable. Ahora bien, viaje y peregrinación no son para la literatura la misma cosa, y peregrinos y viajeros conforman paradigmas poéticos muy distintos entre sí. Si bien el peregrinaje es un tipo de viaje, esto es, un tipo de desplazamiento espacial, tiene unas connotaciones singulares. El viaje, normalmente, no tiene por qué tener una meta clara o determinada. La guía del viajero es, hasta cierto punto al menos, el azar, la aventura, los avatares múltiples del camino. El viajero es consciente de que su suerte es partir de un lugar (su tierra natal) al que los albures del itinerario, con sus designios caprichosos, pueden muchas veces volverle a llevar. El viaje se abre a las posibilidades infinitas e incontables de la intemperie, del descampado, del mundo de afuera, pero se cierra sobre un punto de llegada (porque ha de tenerlo siempre por fuerza) que puede coincidir con el mismo que marcó la salida. Su modelo es, pues, circular. La peregrinación, en cambio, parte de un lugar para Mayo | 2017

llegar siempre a otro, distinto y anhelado. La ruta es clara y no hay lugar para desvíos, atajos o contingencias: es una recta finita y medible. Mientras que el viajero puede sentarse a descansar en cada trayecto andado a la vera del camino, el peregrino solo se permite hacerlo una vez ha alcanzado su meta. El viajero desanda sus pasos, hace un rodeo, se pierde. El peregrino no se permite la duda o la vacilación, y cada paso que da deja un huella indeleble que ha de guiar a quienes le seguirán luego. En El Llano en llamas de Juan Rulfo hay, sobre todo, peregrinos, y caminos; eso sí, muchos caminos. Estos peregrinos de Rulfo, sin embargo, y en ello radica su principal característica definitoria, semejan, más que una alegre comitiva primaveral como la de Chaucer, un cortejo fúnebre. En efecto, por esos caminos secos y fatigados del Llano Grande jalisciense (acaso la construcción literaria mejor lograda de Rulfo) van los peregrinos como ánimas en pena, con sus muertos a cuestas aunque con la plática a flor de labios.* Yendo y viniendo entre fantasmas; “platique y platique” con ellos, con su memoria y con su olvido. El propósito de esta nota es dar cuenta, breve y ociosamente, de las características más sobresalientes de algunos de estos peregrinos. Peregrinos son, por ejemplo, los cuatro protagonistas de “Nos han dado la tierra”. Un camino sin orillas los va llevando a una suerte de tierra prometida, donde podrán descansar y reconfortar sus vidas: una esperanza última. Como para todo peregrino (como sí lo puede ser para el viajero), el camino no es la meta de estos cuatro campesinos: es tan solo eso, un camino, una dura vereda que hay que recorrer para poder alcanzar la vega florida y fértil que


aguarda al final, tras el horizonte: “Después de venir once horas pisando la dureza del Llano, nos sentimos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra”.1 La tierra anhelada, donde hay agua y gente y animales, se convierte así en el motor que anima el peregrinaje y le dota de sentido. Peregrinos son también los personajes de “El hombre”. Aquí es la muerte la que echa al camino a los dos peregrinos: estos siguen las huellas de los asesinos de sus parientes, para vengarles. Es esta, pues, una peregrinación que, a la inversa del que encontramos en el cuento anterior, lleva al pasado y no al futuro. Su búsqueda desesperada posee, en efecto, todos los rasgos de un peregrinaje, toda vez que este dirige siempre a un fin al que el peregrino sabe ajeno y extraño, distinto y a la vez complementario. Se peregrina porque se siente la ausencia profunda de algo, algo que el destino del camino puede satisfacer. De ahí el carácter místico y trascendente de toda peregrinación. El santuario o sanctasanctórum cuyo alcance marca, normalmente en la mitología y simbología literarias tanto de Occidente como de Oriente, el final de la travesía funciona pues como metáfora del bien anhelado y alcanzado, un bien, material o espiritual, con cuya adquisición el peregrino conforta la ausencia que lo animó a salir. Esto habla también del carácter absolutamente íntimo de la peregrinación: por más que los peregrinos se acompañen, se guíen y se animen unos a otros, saben que marchan siempre solos. En el caso de los personajes de este cuento, pues, el bien alcanzado al final del camino se representa en el asesinato de aquel a quien perseguían (aunque uno de ellos no lo consiga del todo), cuya muerte ansiaban y buscaban: “era yo el final de su viaje”.2 Se entiende, pues, que ambos personajes peregrinan uno en busca del otro, soñando con ver sus caras muertas, en un camino dual pero unidireccional, y de ahí la riqueza y complejidad estéticas que, en cuanto al manejo del tema que nos interesa ahora, presenta este cuento en particular.

Luis González Palma. Sin título. Impresión digital sobre papel de arroz. 110 x 110 cm

En “Talpa”, por otra parte, son tres los peregrinos y uno solo su destino: el santuario sanador de la Virgen de Talpa. El final del peregrinar por “aquel camino ancho parecido a la corriente de un río, que nos hacía andar a rastras, empujados por todos lados como si nos llevaran amarrados con hebras de polvo”,3 el bien buscado, se traduce, también aquí, en términos de muerte. La peregrinación emprendida anhela la muerte: “[...] nosotros lo llevamos allí para que se muriera, eso es lo que no se me olvida”.4 Y en efecto, Tanilo Santos muere al frente de la virgen, en una sanación absoluta y total —y, valga decir, no exenta de ironía— de las llagas de su cuerpo. En “Luvina”, el tema del peregrinaje adquiere quizá su grado más alto y acabado de poetización. A Luvina, pueblo con “nombre de cielo”, marchan los peregrinos “cargados de ideas” y “con las ilusiones cabales”, pero lo que encuentran es la desolación absoluta. Una peregrinación que parece no tener retorno, pues los peregrinos que coronan su camino se ven condenados a morir allí, como si de un espacio de ultratumba se tratase: “[...] aquello es el 2017 | Mayo

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purgatorio. Un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay quien le ladre al silencio”.5 Es una peregrinación última y final, pues, la que emprende todo aquel que decide alcanzar los cerros de Luvina, y de ahí la analogía que podríamos trazar con la vida humana en su marcha ineluctable hacia la disolución de la muerte. “Paso del Norte”, a su vez, nos presenta una peregrinación frustrada y malograda. Y es que las peregrinaciones, como los viajes, están sujetas a los caprichos de los hados, y su realización cabal no depende enteramente de la voluntad ni de la entereza del peregrino. Lo llamativo en este cuento es la metamorfosis final del peregrino fallido en viajero, pues por salir en busca de su mujer decide irse “por esos rumbos”, “por ahí”, sin un destino fijo como sí lo tuvo al principio.

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En “No oyes ladrar los perros” padre e hijo, fusionados en una sola figura humana, en una sola sombra sobre el camino, marchan al pueblo de Tonaya en busca de alguien que cure al hijo moribundo. La esperanza del padre, la de oír ambos los ladridos de los perros del pueblo, y saber, por ende, que el peregrinaje terminaba para los dos en el bien esperado, se ve truncada por la muerte del hijo: “No me ayudaste ni siquiera con esta esperanza”.6 “Anacleto Morones” presenta, finalmente, un acercamiento más humorístico al tema que tratamos. La aparentemente piadosa peregrinación de las congregantes del Niño Anacleto (cuya presentación inicial por parte del narrador, con matices tan dramáticos, pareciera recordar a la de las brujas de Macbeth: “¡Viejas, hijas del demonio! Las vi venir a todas juntas, en procesión. [...] Su cara ya ceniza de polvo. Negras todas ellas”),7 en busca de un testigo para la causa de canonización de su santo, se transforma al final en una parodia, pues el santo al cual quieren canonizar termina siendo todo menos un santo. Una parodia de peregrinación, ¿y acaso también Mayo | 2017

una metáfora de lo vano de todo peregrinar, de todo desplazamiento humano?: “—Entonces sale sobrando que yo vaya a Amula”.8 Peregrinos y caminos, en fin, tan reales, tan literarios, que comprende y abarca en su holgura el Llano. Sus características múltiples y sus sutiles matices, de lo cuales aquí no hemos insinuado sino un atisbo, nos hablan de la riqueza estética de El Llano en llamas, inagotable, como toda obra clásica lo es, en ecos y sugerencias. Posdata: En el tintero se nos queda mencionar de paso el que acaso sea el más destacable arquetipo de peregrino logrado por Rulfo, su personaje de Juan Preciado en Pedro Páramo, de peregrino a Comala en busca de su difunto padre...

Nota * Podría decirse que dos de los elementos principales de la narrativa rulfiana son la muerte y la plática o conversación, la una como estado y ámbito propio, cerrado e incomunicable de los personajes, y la otra como mecanismo de comunicación (ya entre el narrador y los personajes, ya entre el narrador y su narratario) que racionaliza ese estado personal y lo hace, por ende, transferible, colectivo y grupal. Prueba de la relevancia del elemento oral es la presencia de giros, expresiones, vocablos y estructuras sintácticas propios únicamente del habla popular, y que enriquecen enormemente la estética de una obra como El Llano en llamas.

Referencias 1 Rulfo, J. (1985). Obra completa, Caracas, Biblioteca Ayacucho, p. 6. 2 Ibíd., p. 25. 3 Ibíd., p. 37. 4 Ibíd., p. 40. 5 Ibíd., p. 66. 6 Ibíd., p. 77. 7 Ibíd., p. 83. 8 Ibíd., p. 88.

Simón Andrés Villegas Bedoya es estudiante de Filología Hispánica en la Universidad de Antioquia. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.


¡Diles que no me maten! Juan Rulfo —¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles, que lo hagan por caridad.

Justino se levantó de la pila de piedras en que estaba sentado y caminó hasta la puerta del corral. Luego se dio vuelta para decir:

—No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.

—Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mí también, ¿quién cuidará de mi mujer y de los hijos?

—Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios. —No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver allá. —Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues. —No. No tengo ganas de ir. Según eso, yo soy tu hijo. Y, si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las cosas de este tamaño. —Anda, Justino. Diles que tengan tantita lástima de mí. Nomás eso diles. Justino apretó los dientes y movió la cabeza diciendo: —No. Y siguió sacudiendo la cabeza durante mucho rato. —Dile al sargento que te deje ver al coronel. Y cuéntale lo viejo estoy. Lo poco que valgo. ¡Qué ganancia sacará con matarme? Ninguna ganancia. Al fin y al cabo él debe de tener un alma. Dile que lo haga por la bendita salvación de su alma.

—La Providencia, Justino. Ella se encargará de ellos. Ocúpate de ir allá y ver qué cosas haces por mí. Eso es lo que urge.

Lo habían traído de madrugada. Y ahora era ya entrada la mañana y él seguía todavía allí, amarrado a un horcón, esperando. No se podía estar quieto. Había hecho el intento de dormir un rato para apaciguarse, pero el sueño se le había ido. También se le había ido el hambre. No tenía ganas de nada. Sólo de vivir. Ahora que sabía bien a bien que lo iban a matar, le habían entrado unas ganas tan grandes de vivir como sólo las puede sentir un recién resucitado. Quién le iba a decir que volvería aquel asunto tan viejo, tan rancio, tan enterrado como creía que estaba. Aquel asunto de cuando tuvo que matar a don Lupe. No nada más por nomás, como quisieron hacerle ver los de Alima, sino porque tuvo sus razones. Él se acordaba: Don Lupe Terreros, el dueño de la Puerta de Piedra, por más señas su compadre. Al que él, Juvencio Nava, tuvo que matar por eso; por ser el dueño de la Puerta de Piedra y que, siendo también su compadre, le negó el pasto para sus animales. Primero se aguantó por puro compromiso. Pero después, cuando la sequía, en que vio 2017 | Mayo

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cómo se le morían uno tras otro sus animales hostigados por el hambre y que su compadre don Lupe seguía negándole la yerba de sus potreros, entonces fue cuando se puso a romper la cerca y a arrear la bola de animales flacos hasta las paraneras para que se hartaran de comer. Y eso no le había gustado a don Lupe, que mandó tapar otra vez la cerca para que él, Juvencio Nava, le volviera a abrir otra vez el agujero. Así, de día se tapaba el agujero y de noche se volvía a abrir, mientras el ganado estaba allí, siempre pegado a la cerca, siempre esperando; aquel ganado suyo que antes nomás se vivía oliendo el pasto sin poder probarlo.

“Yo entonces calculé que con unos cien pesos quedaba arreglado todo. El difunto don Lupe era solo, solamente con su mujer y los dos muchachitos todavía de a gatas. Y la viuda pronto murió también dizque de pena. Y a los muchachitos se los llevaron lejos, donde unos parientes. Así que, por parte de ellos, no había que tener miedo.

Y él y don Lupe alegaban y volvían a alegar sin llegar a ponerse de acuerdo. Hasta que una vez don Lupe le dijo:

“Y yo echaba pal monte, entreverándome entre los madroños y pasándome los días comiendo verdolagas. A veces tenía que salir a la media noche, como si me fueran correteando los perros. Eso duró toda la vida. No fue un año ni dos. Fue toda la vida”.

—Mira, Juvencio, otro animal más que metas al potrero y te lo mato. Y él contestó: —Mire, don Lupe, yo no tengo la culpa de que los animales busquen su acomodo. Ellos son inocentes. Ahí se lo haiga si me los mata.

“Y me mató un novillo. “Esto pasó hace treinta y cinco años, por marzo, porque ya en abril andaba yo en el monte, corriendo del exhorto. No me valieron ni las diez vacas que le di al juez, ni el embargo de mi casa para pagarle la salida de la cárcel. Todavía después, se pagaron con lo que quedaba nomás por no perseguirme, aunque de todos modos me perseguían. Por eso me vine a vivir junto con mi hijo a este otro terrenito que yo tenía y que se nombra Palo de Venado. Y mi hijo creció y se casó con la nuera Ignacia y tuvo ya ocho hijos. Así que la cosa ya va para viejo, y según eso debería estar olvidada. Pero, según eso, no lo está. Mayo | 2017

“Pero los demás se atuvieron a que yo andaba exhortado y enjuiciado para asustarme y seguir robándome. Cada vez que llegaba alguien al pueblo me avisaban: “—Por ahí andan unos fuereños, Juvencio.

Y ahora habían ido por él, cuando no esperaba ya a nadie, confiado en el olvido en que lo tenía la gente; creyendo que al menos sus últimos días los pasaría tranquilos. “Al menos esto —pensó— conseguiré con estar viejo. Me dejarán en paz”. Se había dado a esta esperanza por entero. Por eso era que le costaba trabajo imaginar morir así, de repente, a estas alturas de su vida, después de tanto pelear para librarse de la muerte; de haberse pasado su mejor tiempo tirando de un lado para otro arrastrado por los sobresaltos y cuando su cuerpo había acabado por ser un puro pellejo correoso curtido por los malos días en que tuvo que andar escondiéndose de todos. Por si acaso, ¿no había dejado hasta que se le fuera su mujer? Aquel día en que amaneció con la nueva de que su mujer se le había ido, ni siquiera le pasó por la cabeza la intención de salir a buscarla. Dejó que se fuera sin indagar


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Luis González Palma. 13-Se iba apagando la luz en su mirada. Película ortocromática, láminas de oro. 89 x 87 cm / 50 x 50 cm

para nada ni con quién ni para dónde, con tal de no bajar al pueblo. Dejó que se fuera como se le había ido todo lo demás, sin meter las manos. Ya lo único que le quedaba para cuidar era la vida, y ésta la conservaría a como diera lugar. No podía dejar que lo mataran. No podía. Mucho menos ahora. Pero para eso lo habían traído de allá, de Palo de Venado. No necesitaron amarrarlo para que los siguiera. Él anduvo solo, únicamente maniatado por el miedo. Ellos se dieron cuenta de que no podía correr con aquel cuerpo viejo, con aquellas piernas flacas como sicuas

secas, acalambradas por el miedo de morir. Porque a eso iba. A morir. Se lo dijeron. Desde entonces lo supo. Comenzó a sentir esa comezón en el estómago que le llegaba de pronto siempre que veía de cerca la muerte y que le sacaba el ansia por los ojos, y que le hinchaba la boca con aquellos buches de agua agria que tenía que tragarse sin querer. Y esa cosa que le hacía los pies pesados mientras su cabeza se le ablandaba y el corazón le pegaba con todas sus fuerzas en las costillas. No, no podía acostumbrarse a la idea de que lo mataran. 2017 | Mayo


Tenía que haber alguna esperanza. En algún lugar podría aún quedar alguna esperanza. Tal vez ellos se hubieran equivocado. Quizá buscaban a otro Juvencio Nava y no al Juvencio Nava que era él. Caminó entre aquellos hombres en silencio, con los brazos caídos. La madrugada era oscura, sin estrellas. El viento soplaba despacio, se llevaba la tierra seca y traía más, llena de ese olor como de orines que tiene el polvo de los caminos. Sus ojos, que se habían apeñuscado con los años, venían viendo la tierra, aquí, debajo de sus pies, a pesar de la oscuridad. Allí en la tierra estaba toda su vida. Sesenta años de vivir sobre de ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el sabor de la carne. Se vino largo rato desmenuzándola con los ojos, saboreando cada pedazo como si fuera el último, sabiendo casi que sería el último.

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Luego, como queriendo decir algo, miraba a los hombres que iban junto a él. Iba a decirles que lo soltaran, que lo dejaran que se fuera: “Yo no le he hecho daño a nadie, muchachos”, iba a decirles, pero se quedaba callado. “Más adelantito se los diré”, pensaba. Y sólo los veía. Podía hasta imaginar que eran sus amigos; pero no quería hacerlo. No lo eran. No sabía quiénes eran. Los veía a su lado ladeándose y agachándose de vez en cuando para ver por dónde seguía el camino. Los había visto por primera vez al pardear de la tarde, en esa hora desteñida en que todo parece chamuscado. Habían atravesado los surcos pisando la milpa tierna. Y él había bajado a eso: a decirles que allí estaba comenzando a crecer la milpa. Pero ellos no se detuvieron. Los había visto con tiempo. Siempre tuvo la suerte de ver con tiempo todo. Pudo haberse escondido, caminar unas cuantas horas por el cerro mientras ellos se iban y después volver a bajar. Al fin y al cabo la milpa no se lograría de Mayo | 2017

ningún modo. Ya era tiempo de que hubieran venido las aguas y las aguas no aparecían y la milpa comenzaba a marchitarse. No tardaría en estar seca del todo. Así que ni valía la pena de haber bajado; haberse metido entre aquellos hombres como en un agujero, para ya no volver a salir. Y ahora seguía junto a ellos, aguantándose las ganas de decirles que lo soltaran. No les veía la cara; sólo veía los bultos que se repegaban o se separaban de él. De manera que cuando se puso a hablar, no supo si lo habían oído. Dijo: —Yo nunca le he hecho daño a nadie —eso dijo. Pero nada cambió. Ninguno de los bultos pareció darse cuenta. Las caras no se volvieron a verlo. Siguieron igual, como si hubieran venido dormidos. Entonces pensó que no tenía nada más que decir, que tendría que buscar la esperanza en algún otro lado. Dejó caer otra vez los brazos y entró en las primeras casas del pueblo en medio de aquellos cuatro hombres oscurecidos por el color negro de la noche.

—Mi coronel, aquí está el hombre. Se habían detenido delante del boquete de la puerta. Él, con el sombrero en la mano, por respeto, esperando ver salir a alguien. Pero sólo salió la voz: —¿Cuál hombre? —preguntaron. —El de Palo de Venado, mi coronel. El que usted nos mandó a traer. —Pregúntale que si ha vivido alguna vez en Alima —volvió a decir la voz de allá adentro. —¡Ey, tú! ¿Que si has habitado en Alima? —repitió la pregunta el sargento que estaba frente a él.


—Sí. Dile al coronel que de allá mismo soy. Y que allí he vivido hasta hace poco. —Pregúntale que si conoció a Guadalupe Terreros. —Que dizque si conociste a Guadalupe Terreros. —¿A don Lupe? Sí. Dile que sí lo conocí. Ya murió. Entonces la voz de allá adentro cambió de tono: —Ya sé que murió —dijo. Y siguió hablando como si platicara con alguien allá, al otro lado de la pared de carrizos: —Guadalupe Terreros era mi padre. Cuando crecí y lo busqué me dijeron que estaba muerto. Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta. Con nosotros, eso pasó. “Luego supe que lo habían matado a machetazos, clavándole después una pica de buey en el estómago. Me contaron que duró más de dos días perdido y que, cuando lo encontraron tirado en un arroyo, todavía estaba agonizando y pidiendo el encargo de que le cuidaran a su familia. “Esto, con el tiempo, parece olvidarse. Uno trata de olvidarlo. Lo que no se olvida es llegar a saber que el que hizo aquello está aún vivo, alimentando su alma podrida con la ilusión de la vida eterna. No podría perdonar a ese, aunque no lo conozco; pero el hecho de que se haya puesto en el lugar donde yo sé que está, me da ánimos para acabar con él. No puedo perdonarle que siga viviendo. No debía haber nacido nunca”.

—¡Mírame, coronel! —pidió él—. Ya no valgo nada. No tardaré en morirme solito, derrengado de viejo. ¡No me mates...! —¡Llévenselo! —volvió a decir la voz de adentro. —...Ya he pagado, coronel. He pagado muchas veces. Todo me lo quitaron. Me castigaron de muchos modos. Me he pasado cosa de cuarenta años escondido como un apestado, siempre con el pálpito de que en cualquier rato me matarían. No merezco morir así, coronel. Déjame que, al menos, el Señor me perdone. ¡No me mates! ¡Diles que no me maten! Estaba allí, como si lo hubieran golpeado, sacudiendo su sombrero contra la tierra. Gritando. En seguida la voz de allá adentro dijo: —Amárrenlo y denle algo de beber hasta que se emborrache para que no le duelan los tiros.

Ahora, por fin, se había apaciguado. Estaba allí arrinconado al pie del horcón. Había venido su hijo Justino y su hijo Justino se había ido y había vuelto y ahora otra vez venía. Lo echó encima del burro. Lo apretaló bien apretado al aparejo para que no se fuese a caer por el camino. Le metió su cabeza dentro de un costal para que no diera mala impresión. Y luego le hizo pelos al burro y se fueron, arrebiatados, de prisa, para llegar a Palo de Venado todavía con tiempo para arreglar el velorio del difunto.

Desde acá, desde fuera, se oyó bien claro cuando dijo. Después ordenó:

—Tu nuera y los nietos te extrañarán —iba diciendo—. Te mirarán a la cara y creerán que no eres tú. Se les afigurará que te ha comido el coyote cuando te vean con esa cara tan llena de boquetes por tanto tiro de gracia como te dieron.

—¡Llévenselo y amárrenlo un rato, para que padezca, y luego fusílenlo!

Tomado de Rulfo, J. (1985). Obra completa. Caracas, Biblioteca Ayacucho, pp. 54-59.

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El zorro es más sabio Augusto Monterroso

Un día que el Zorro estaba muy aburrido y

hasta cierto punto melancólico y sin dinero, decidió convertirse en escritor, cosa a la cual se dedicó inmediatamente, pues odiaba ese tipo de personas que dicen voy a hacer esto o lo otro y nunca lo hacen.

El segundo fue todavía mejor que el primero, y varios profesores norteamericanos de lo más granado del mundo académico de aquellos remotos días lo comentaron con entusiasmo y aun escribieron libros sobre los libros que hablaban de los libros del Zorro.

Su primer libro resultó muy bueno, un éxito; todo el mundo lo aplaudió, y pronto fue traducido (a veces no muy bien) a los más diversos idiomas.

Desde ese momento el Zorro se dio con razón por satisfecho, y pasaron los años y no publicaba otra cosa.

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Luis González Palma. Sin título, Técnica mixta, kodalith y láminas de oro. 55 x 145 cm

Pero los demás empezaron a murmurar y a repetir “¿Qué pasa con el Zorro?”, y cuando lo encontraban en los cocteles puntualmente se le acercaban a decirle tiene usted que publicar más. —Pero si ya he publicado dos libros –respondía él con cansancio. —Y muy buenos –le contestaban–; por eso mismo tiene usted que publicar otro. El Zorro no lo decía, pero pensaba: “En realidad lo que estos quieren es que publique un

libro malo; pero como soy el Zorro, no lo voy a hacer”. Y no lo hizo. Tomado de Monterroso, A. (2006). La oveja negra y demás fábulas, México, Era, p. 97. Augusto Monterroso nació en Tegucigalpa, Honduras, en 1921 y murió en Ciudad de México en 2003. Fabulista, narrador, ensayista y compilador de cuentos, algunas de sus obras más reconocidas son: Obras completas (y otros cuentos), La oveja negra y demás fábulas, Movimiento perpetuo (cuentos, ensayos y aforismos, Lo demás es silencio y La letra e: fragmentos de un diario.

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Para contradecir al maestro Juan Rulfo Andrés Vergara Aguirre

A Juan Rulfo le gusta llevar la contraria. Y

Fotografía Jairo Osorio. Juan Rulfo en Medellín, c.1978. Archivo del autor

siempre busca el silencio. Por eso, en vez de añadirles páginas a sus obras, de por sí demasiado flacas para la grandeza y la fama que han conquistado en la literatura universal, quisiera sustraerles páginas hasta que se desvanezcan de nuestras bibliotecas. No obstante, si lograra su cometido, en un acto de infinitas humildad y arrogancia simultáneas, los testimonios sobre sus obras no podría borrarlos. Podría llevarse

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sus cuentos y su novela, y tal vez convencernos de que nunca existieron sino que apenas los soñamos, en un mundo parecido a ese de los murmullos que de Comala se extiende por toda América Latina, pero ya no podría negar lo dicho por tantos de sus lectores. Como Elias Canetti, quien afirma sobre “Diles que no me maten”: “No he conocido cuento más perfectamente construido, más conmovedor y más entrañable. Es difícil encontrar un cuento donde la emoción, la inteligencia y la expresión se junten y constituyan un heroísmo literario”;1 o como Jorge Luis Borges, quien dice que Pedro Páramo “es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de toda la literatura”.2


Cuando se le pregunta qué tantos recuerdos de su infancia hay en su obra, Rulfo, por llevar la contraria, insiste en que “recuerdos simplemente no los hay”, pero a renglón seguido se contradice: “lo que hice fue ubicarme en esa región [de Jalisco], porque la conozco algo, porque la conozco, y porque la infancia es lo que más influye en el hombre. O sea, es una de las cosas que menos se olvida, que más persiste en la memoria de cualquier hombre y, efectivamente, hay el ambiente, la atmósfera, la luz, la misma situación social, todo eso lo recuerdo y por eso decidí ubicar todo lo que he hecho en esa región”.3 Contradictorio afirmar que los recuerdos no están, porque su obra y sobre todo su silencio son un constante murmullo en el que evoca aquellos tiempos de infancia, de la Guerra Cristera, que de cierto modo lo favorece porque entonces a su casa llevan, para custodiarla, la única biblioteca del pueblo, la del cura, y allí sacia su temprana voracidad de lector, con mucha “subliteratura”, calificativo que da a obras como las de Emilio Salgari y de Alejandro Dumas, por ejemplo. Pero también encuentra obras “serias”, dice, especialmente de escritores nórdicos, como Knut Hamsun, de quien lo impresionan hondamente algunas de sus novelas, entre ellas Hambre (1890), que gira en torno a la miseria en la urbe. A sus catorce años se traslada a Ciudad de México, donde asiste como oyente a algunos cursos de arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (hoy, UNAM). Allí, como parte de las lecturas de clase, se aproxima a los escritores de la revolución mexicana, entre los que le causa una gran impresión Rafael Felipe Muñoz, quien dedica varias de sus obras a exaltar la vida de Pancho Villa. Estas lecturas también marcan la trayectoria de Rulfo. En esa época, por presión de la familia, intenta estudiar leyes, pero no aprueba los exáme-

Fotografía Jairo Osorio. Juan Rulfo en Medellín, (a la izquierda, Darío Ruiz Gómez) c. 1978. Archivo del autor

nes de ingreso a la Facultad de Derecho, y entonces entra a trabajar con el gobierno como agente de inmigración, cargo que desempeña entre 1936 y 1946. En ese cargo coincide con el poeta y cuentista Efrén Hernández, quien cuando descubre el interés de Rulfo por la literatura lo anima a publicar sus primeros cuentos, que más tarde serán parte del volumen El Llano en llamas. Después trabaja como agente viajero en la Goodrich-Euzkadi, donde tiene la oportunidad de conocer “toda la república”, dice para aludir a una larga correría por los más apartados pueblos mexicanos, donde entra en contacto con campesinos que todavía conservan muchas de las tradiciones indígenas; este encuentro será decisivo en sus futuros relatos. Es contradictorio que el escritor diga que en su obra no están los recuerdos de la infancia, cuando en esa imagen de Juan Preciado prometiéndole a su madre moribunda que buscará a Pedro Páramo evocamos al pequeño Rulfo, de diez años, junto al cadáver de su madre difunta. Y en la voz triste del sargento dispuesto a consumar la venganza en “Diles que no me maten” también hay un eco del autor a sus seis años, junto al cadáver de su padre asesinado. Por eso, la voz del personaje se funde con la del escritor cuando dice: “Guadalupe Terreros era mi padre. Cuando 2017 | Mayo

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crecí y lo busqué me dijeron que estaba muerto. Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta. Con nosotros, eso pasó”.4 ¡Cuánta angustia en esa voz! Adentrarse en Comala, en ese mundo de murmullos interminables que harán reventar un corazón por el miedo, es escuchar la voz de aquel muchachito que se empeña en recuperar las voces de sus muertos, porque no se resigna a la temprana orfandad. Ahí, detrás de Juan el personaje, está el otro Juan, el escritor, dialogando con sus muertos.

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Y vuelve a contradecirse el escritor cuando afirma: “Yo no reflejo los problemas de mi país”.5 ¡Claro que sí! En esas páginas están los problemas sociales, las desigualdades, la opulencia de unos cuantos frente a la miseria de tantos, la inconformidad de los campesinos, la ignorancia, la sequía, las guerras, el fanatismo de un mundo en el que la Iglesia ejerce un poder irracional e ilimitado, la mitología, el sincretismo religioso en el que se mezclan, por ejemplo, tradiciones indígenas y catolicismo en los rituales frente a la muerte. Si no, ¿entonces qué es Pedro Páramo? Precisamente, un canto a la hibridez religiosa de México y de Latinoamérica, en el que la conquista espiritual “quedó a medias”, según dice el escritor, donde el pueblo es “mitad cristiano, mitad pagano”. Es también un canto al lenguaje popular convertido en arte a través de un uso cuidadoso, calculado, que le confiere una gran dimensión estética, lo mismo que esas miles de imágenes que el Rulfo fotógrafo captó de la cotidianidad mexicana, y en las cuales, a partir de un uso también cuidadoso de la luz, logra que el espectador vea o intuya muchos de los mismos fantasmas que pueblan sus relatos. Y en este punto también vale contradecir al maestro, o más bien señalar sus propias contradicciones cuando dice que es fotógraMayo | 2017

fo para plasmar la realidad porque cuando escribe lo hace sobre un mundo imaginado. No, Maestro, perdone usted: sus fotografías tienen tantos fantasmas y seres imaginarios como sus relatos, y al mismo tiempo sus relatos tienen tanto de la realidad como aquellas imágenes. Tantas contradicciones, seguramente le faciliten entender que muchos de los lectores no comprendan su Pedro Páramo, ni siquiera los críticos, que la reciben con diatribas; incluso el propio Alí Chumacero, jefe de producción del Fondo de Cultura Económica, que había publicado la novela, reniega de ella, y entre otras cosa señala que es “una desordenada composición que no ayuda a hacer de la novela la unidad que [...] se ha de exigir de una obra de esta naturaleza”, y ante la incredulidad del escritor por semejante despropósito del editor, este le responde: “No te preocupes: de todos modos no se venderá”.6 Y efectivamente, al comienzo fue un fracaso editorial, como suele ocurrir con una obra que rompe esquemas, en este caso en su juego con el espacio, el tiempo y la estructura narrativa, por ejemplo. Y que estas líneas no parezcan diatriba, cuando en verdad son un homenaje —en el centenario de su natalicio— a toda la grandeza de sus páginas, en las que logró plasmar con maestría un mundo tan propio: su obra literaria y sus fotografías constituyen, como el pueblo de Comala, un mundo donde Rulfo, que siempre se negó a levantar la voz, nos sigue hablando con sus incesantes murmullos, en ese retrato magistral que logró plasmar sobre este lugar sincrético que es América Latina; relato que, según contó alguna vez, comenzó con “un ideal llamado Susana San Juan”, inspirado en “una muchachita a la que conocí brevemente cuando yo tenía trece años”. ¿Sí ve? Todo hace parte del mismo testimonio. Por cierto: también quedó el testimonio de que escribió tres versiones de la novela, y cada vez


Fotografía Jairo Osorio. Juan Rulfo en Medellín, c.1978. Archivo del autor

le quitaba páginas y más páginas, hasta que el editor logró arrebatársela. Si no, quizá él hubiera condenado a la hoguera a Pedro Páramo, como dicen que ocurrió con otras obras que estuvo escribiendo y que al final no quedaron sino en murmuraciones, como Cordillera y Ozumacín, entre otros proyectos que al fin ardieron en el fuego de su rigor, del que al final se salvó El gallo de oro, publicada en 1980. Hay que agradecerles a Efrén Hernández, a Juan José Arreola y a Antonio Alatorre, a Arnaldo Orfila y Joaquín Díez, y también a Alí Chumacero, que lograron sonsacarle los cuentos para publicarlos en distintas revistas, y finalmente en el volumen El Llano en llamas, en 1953. Dos años más tarde, en 1955, después de muchas bregas, el editor logró imponerse ante la indecisión del escritor, y al fin se imprimió Pedro Páramo, considerada hoy una de las obras literarias más importantes de América Latina.

Referencias 1 Borges, J. L. (2003), en: VV. AA., Subidos de tono. Cuentos de amor, Lima, Coedición Latinoamericana, p. 167. 2 Citado en: Díez, M. (2006). Letralia, vol. X (143), Venezuela, en línea: http://letralia.com/143/ensayo01.htm 3 Cruz, J. (1979). “Entrevista. Juan Rulfo: ‘No puedo escribir sobre lo que veo’”, en: El País, 19 de agosto, Madrid, disponible en digital: http://elpais.com/elpais/2015/07/27/actualidad/1437991191_012418.html 4 Rulfo, J. (1985). Obra completa, Caracas, Biblioteca de Ayacucho, p. 58. 5 Cruz, J., op. cit. 6 Chumacero, A. (1955). “El Pedro Páramo de Juan Rulfo”, en: Universidad de México, vol. IX (8). México.

Andrés Vergara Aguirre es docente y director de la revista Estudios de Literatura Colombiana de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia. Es autor del libro Historia del arrabal. Los bajos fondos bogotanos en los cronistas Ximénez y Osorio Lizarazo, 1924-1946. Escribió este artículo para la Agenda Cultural Alma Máter.

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EXPOSICIONES TEMPORALES 10:00 a.m a 4:00 p.m. EXHIBICIÓN “CRÓNICA CENTRO” Retratos de una ciudad llamada Medellín Exposición de Jorge Zapata Sala de Exhibiciones Ed. San Ignacio 10:00 a.m a 4:00 p.m. EXHIBICIÓN Hacia un Lugar Común Exposición de Juan Mejía Sótano del Ed. Antioquia (Antigua Naviera)

6:00 p.m. // CINEÍSMO CINECLUB CICLO “Serie B Americana” “Glen o Glenda” Ed Wood, Estados Unidos, 1954, 68’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217)

2:00 p.m. // Cine INDIE CICLO “LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL” Emir Kusturika “Gato Negro, Gato Blanco” Emir Kusturika, Yugoslavia, 1998, 123’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217)

6:00 p.m. // CINECLUB MULTILINGUA CICLO “Idioma y Cultura (Francés)” “LOLO” Julie Delpy, Francia, 2016, 140’ Auditorio B.19 - 104 Fac. Ingeniería UdeA

6:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “Los otros” Alejandro Amenábar, España-Estados Unidos, 2001, 104” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

6:00 p.m. // CINECLUB TARDES MARTES 2 6:00 p.m. // CINECLUB TARDES EN EL PARANINFO CICLO “Cine y Literatura” EN EL PARANINFO “Wilde” CICLO “Madres” Brian Gilbert,Reino Unido,1997,117’ “Todo sobre mi madre” Pedro Almodóvar, España, 1999, 101’ Sala de Cine Ed. San Ignacio Sala de Cine Ed. San Ignacio JUEVES 4 10:00 a.m. // CINECLUB 6:30 p.m. // CINECLUB MULTILINGUA CINE SIN BOLETA CICLO “Idioma y Cultura CICLO “Perder el control” (Alemán)” “Relatos Salvajes” Damián Szifrón,Argentina,2014,119’ “23 Türken und ein Baby” Sala de Cine Centro Cultural de (3 turcos y un bebé), Sinan Akkus, Alemania, 2015, 133’ la Facultad de Artes Auditorio 19-104, Facultad de (Carlos E. Restrepo) Ingeniería, Universidad de Antioquia MIÉRCOLES 3 6:30 p.m. // TEMPORADA 2:00 p.m. // CINECLUB DE MÚSICA Spirituals y poemas en concierto MULTILINGUA CICLO “Idioma y Cultura (Chino)” Teatro Universitario Camilo “智取威虎山” (La batalla por Torres Restrepo la montaña tigre), Tsui Hark, China, 2014, 135’ Auditorio 19-104, Facultad de Ingeniería, Universidad de Antioquia

6:00 p.m. // CINEFORO EN CONSTRUCCIÓN CICLO “Joyas contemporáneas” “The witch” Roberts Eggers, Estados Unidos, 2015, 92’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) 6:30 p.m. // TEMPORADA DE TEATRO Aventuras de lavandino Títeres, compañía Argentina Sakados del Tacho Teatro Universitario Camilo Torres VIERNES 5 12:00 p.m. // Cine en el Camilo CICLO ¡Con la Falda Bien Puesta! “Enmienda XIII”, Ava Du Vermay, Estados Unidos, 2016, 100’ Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo


12:00 p.m. // CINECLUB ALUCINE CICLO Hecho en Medallo “Sumas y restas”, Víctor Gaviria, Colombia, 2005, 100’ Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222)

6:00 p.m. // CINECLUB TARDES EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “La habitación”, Lenny Abrahamson, Canadá-Irlanda, 2015, 108” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

6:30 p.m. // CINECLUB CINE SIN BOLETA 4:00 p.m. // CINECLUB CEN CICLO “Perder el control” CICLO “Latino” “Solo contra todos”, “Fresa y chocolate”, Tomás G.Alea,/ Juan Carlos Tabío,Cuba, Gaspar Noé, Francia, 1998, 88’ Sala de cine Centro Cultual 1995,111’ Facultad de Artes, barrio Carlos 4-212 E. Restrepo. 4:00 p.m. // CINECLUB VOCES MIÉRCOLES 10 CICLO “Conflicto, memoria y resistencia. Reflexiones para la 12:00 m. // CINEÍSMO CINECLUB construcción de paz” CICLO “Serie B americana” “Gotas que agrietan la roca”, Antonio Girón, Colombia, 2013, 86’ “Cat People”, Jacques Tourneur, Sala de Cine Luis Alberto Álva- 1942, EE.UU, 72 min Sala de cine Luis Alberto rez, aula 10-217 Álvarez 10-217 4:00 p.m. // CINECLUB TARDES 2:00 p.m. // CINECLUB EN EL PARANINFO MULTILINGUA CICLO “Cine y literatura” “Forrest Gump”, Robert Zemeckis, CICLO “Idioma y cultura (Italiano)” “La grande bellezza” Estados Unidos, 1994, 142” Sala de cine Edifico San Ignacio (La gran belleza), Paolo Sorrentino, Italia, 2013, 142’ (Paraninfo) Auditorio 19-104, Facultad de Ingeniería, Universidad de LUNES 8 Antioquia 4:00 p.m. // CINECLUB CINE MAESTRO CICLO “Educación Afrodiaspórica” 4:00 p.m. // CINECLUB TARDES EN EL PARANINFO “Un genio entre nosotros”, CICLO “Cine y literatura” Dominique Wirtschafter, “Amén”, Costa Gavras, Francia Estados Unidos, 2006, 100’ -Ale-Rum-EU. 2002, 132” Auditorio 10-206 Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo) MARTES 9 4:00 p.m. // CINECLUB 6:30 p.m. // TEMPORADA MULTILINGUA CICLO “Idioma y cultura (Inglés)” DE PIANO Consuelo Mejía “Gone Girl” (Perdida), David Fincher, Estados Unidos, 2014, 149’ Teatro Universitario Camilo Auditorio 19-104, Facultad de Torres Ingeniería, Universidad de Antioquia

JUEVES 11 2:00 p.m. // Cine INDIE CICLO “LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL” Emir Kusturika “La vida es un Milagro” Emir Kusturika, Serbia y Montenegro, 2004, 155’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) 4:00 p.m. // CINECLUB MULTILINGUA

CICLO “Idioma y cultura (Portugués)”

“Río 2096 - Una história de amor e fúria” (Rio 2096 - Una historia de amor y furia), Luiz Bolognesi, Brasil, 2013, 75’ Auditorio 19-104, Facultad de Ingeniería, Universidad de Antioquia

6:00 p.m. // CINECLUB TARDES EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “Philomena”, Stephen Frears, Reino Unido, 2013, 95” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo) VIERNES 12 12:00 p.m. // Cine en el Camilo CICLO ¡Con la Falda Bien Puesta! “Te quiero para siempre”, Susanne Bier, Dinamarca, 2002, 113’ Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo 12:00 p.m. // CINECLUB ALUCINE CICLO “Hecho en Medallo” “Apocalipsur”, Javier Mejía, Colombia, 2007, 187’ Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222) 4:00 p.m. // CINECLUB CEN CICLO “Latino” “El lado oscuro del corazón”, Eliseo Subiela, Argentina, 1992, 127’ 4-212


4:00 p.m. // CINECLUB TARDES EN EL PARANINFO CICLO “Cine y literatura” “El gran Gatsby”, Baz Luhrmann, Australia, 2013, 143” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

MIÉRCOLES 17 12:00 m. // CINEÍSMO CINECLUB CICLO “Serie B Americana” “Plan 9 del espacio exterior”, Ed Wood, 1954, EE.UU, 68 min Sala de cine Luis Alberto Álvarez 10-217

6:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “Incendies”, Denis Villeneuve, Canadá, 2010, 133” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

6:00 p.m. // CINE FORO EN CONSTRUCCIÓN 12:00 m. // CINECLUB CICLO “Joyas contemporáneas” MULTILINGUA “Arrival”, Denis Villeneuve, CICLO “Idioma y cultura (Turco)” Estados Unidos, 2016, 116’ “3 Maymun” (3 Monos), Nuri Sala de Cine Luis Alberto Bilge Ceylan, Turquía, 2009, 149’ Álvarez (10-217) Auditorio 19-104, Facultad de LUNES 15 Ingeniería, Universidad de 4:00 p.m. // CINECLUB 6:00 p.m. // IN-VITRO Antioquia CINE MAESTRO Nuevas prácticas Sonoras CICLO “Educación Afrodiaspórica” Hipertrópico y estudiantes de “La reina de Katwe” Mira Nair, 2:00 p.m. a 6:00 p.m. Composición Musical COLOQUIO CAMILO TORRES Estados Unidos, 2016, 124’ Teatro Universitario Camilo Teatro Universitario Camilo Auditorio 10-206 Torres Restrepo Torres Restrepo MARTES 16 VIERNES 19 6:00 p.m. // CINECLUB TARDES 4:00 p.m. // CINECLUB 12:00 p.m. // Cine en el Camilo MULTILINGUA EN EL PARANINFO CICLO “Madres” CICLO “Idiosa y cultura (Japonés)” CICLO ¡Con la Falda Bien Puesta! “La decisión más difícil”,Nick “新世紀エヴァンゲリオン” “Los espigadores y la Espigadora”, Agnés Varda, Francia, 2000, 182’ Cassavetes, Estados Unidos, (Neon Genesis Evangelion), Teatro Universitario Camilo 2009, 109” Paolo Sorrentino, Japón, 1995, 25’ Torres Restrepo Sala de cine Edifico San Ignacio Auditorio 19-104, Facultad de (Paraninfo) Ingeniería, Universidad de 12:00 m. // CINECLUB ALUCINE Antioquia CICLO “Hecho en Medallo” 6:30 p.m. // CINECLUB “En coma”, Henry Rivero y Juan CINE SIN BOLETA 4:00 p.m. // CINECLUB TARDES David Restrepo, Colombia, 2011, 90’ CICLO “Perder el control” DE CINE EN EL PARANINFO Auditorio Horacio Montoya Gil “Christine”, Antonio Campos, CICLO “Cine y literatura” (10-222) EE.UU, 2016, 119’ “Kafka”, Steven Soderbergh, Sala de cine Centro Cultual Estados Unidos, 1991, 98” Facultad de Artes, barrio Carlos Sala de cine Edifico San Ignacio 4:00 p.m. // CINECLUB CEN CICLO “Latino” E. Restrepo. (Paraninfo) “Central do Brasil”, Walter Salles, Brasil, 1998, 115’ 6:30 p.m. // TEMPORADA JUEVES 18 4-212 DE MÚSICA 2:00 p.m. // Cine INDIE “Mixed Company” CICLO “Underground” Teatro Universitario Camilo Emir Kusturika Torres Restrepo “La vida es un Milagro” Emir Kusturika, Yugoslavia, 1995, 165’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217)

6:00 p.m. // CONCIERTO DE INSTRUMENTISTAS “Bach 2017-1” Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo


4:00 p.m. // CINECLUB VOCES CICLO “Conflicto, memoria y resistencia. Reflexiones para la construcción de paz.” “No hubo tiempo para la tristeza”, Gonzalo Sánchez,Colombia,2013,64’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217)

MIÉRCOLES 24 12:00 m. // CINEÍSMO CINECLUB CICLO “Serie B Americana” “Mr. Sandonicus”, William Castle, 1961, EE.UU, 90 min Sala de cine Luis Alberto Álvarez 10-217

(Paraninfo)

(Paraninfo)

MARTES 23 10:00 a.m. // CINECLUB BIOFILM CICLO “En el horizonte del posacuerdo” “Golpe de Estadio”, Sergio Cabrera, Colombia, 1984, 90’ Auditorio Planta Baja, Biblioteca Central

5:00 p.m. //FICCIÓN NO FICCIÓN Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

6:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “Mommy”, Xavier Dolan, Canadá, 2014, 139” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

VIERNES 26 4:00 p.m. // CINECLUB TARDES 4:00 p.m. // CINECLUB TARDES 12:00 p.m. // Cine en el Camilo DE CINE EN EL PARANINFO DE CINE EN EL PARANINFO CICLO ¡Con la Falda Bien Puesta! CICLO “Cine y literatura” CICLO “Cine y literatura” “La noche más oscura”, Jorge Roldan, “La naranja mecánica”, Stanley Colombia, 2010, 51’ “El club de la pelea”, David Fincher, Estados Unidos, 1999, 139” Kubrick, Reino Unido, 1971, 137” Teatro Universitario Camilo Torres Sala de cine Edifico San Ignacio Sala de cine Edifico San Ignacio Restrepo

5:00 p.m. //FICCIÓN NO FICCIÓN Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo 6:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “Heroína”, Gerardo Herrero, España, 2005, 100” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

JUEVES 25 2:00 p.m. // Cine INDIE CICLO “Underground” Emir Kusturika “El tiempo de los Gitanos” Emir Kusturika,Yugoslavia,1989,142’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) 4:00 p.m. //FICCIÓN NO FICCIÓN Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo

4:00 p.m. // CINECLUB OTRAS MIRADAS CICLO “Cine a ciegas” “Harry Potter and the Philosopher's Stone”, Chris Columbus, 6:30 p.m. // CINECLUB Reino Unido y Estados Unidos, CINE SIN BOLETA 2001, 159’ CICLO “Perder el control” Sala de Cine Luis Alberto Álva“The Neon Demon”, Nicolas Winding, Francia, 2016, rez (10-217) 117’ Sala de cine Centro Cultual Facultad de Artes, barrio Carlos E. Restrepo.

12:00 m. // CINECLUB ALUCINE CICLO “Hecho en Medallo” “Hoy martes”, Xavier Dolan, Canadá, 2014, 139” Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222) 4:00 p.m. // CINECLUB CEN CICLO “Latino” “Machuca”, Andrés Wood, Chile, 2004, 120’ 4-212 4:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Cine y literatura” “El silencio de los corderos”, Jonathan Demme, Estados Unidos, 1991, 115” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo) 6:00 p.m. // "La Flauta Mágica". 1er concierto de Temporada de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Antioquia Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo


LUNES 29 4:00 p.m. // CINECLUB CINE MAESTRO CICLO “Educación Afrodiaspórica” “MAESTROS ETNOEDUCADORES: “MODELO CHAMPALANCA PEDAGÓGICA” Y “PEDAGOGÍA DE LA CORRIDEZ”, Colombia, 2015, 20’ Auditorio 10-206 MARTES 30 4:00 p.m. // CINECLUB OTRAS MIRADAS CICLO “Cine a ciegas” “El orfanato”, Juan Antonio Bayona. España. 2007. 105 Min. Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) 6:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Madres” “Un sueño posible”, John Lee Hancock, Estados Unidos, 2009, 126” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo) 6:30 p.m. // TEMPORADA DE MÚSICA Coro Colgate University Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo. 6:30 p.m. // CINECLUB CINE SIN BOLETA CICLO “Perder el control” “Irrational man”, Woody Allen, EE.UU, 2015, 96’ Sala de cine Centro Cultual Facultad de Artes, barrio Carlos E. Restrepo. MIERCOLES 31 12:00 m. // CINEÍSMO CINECLUB CICLO “Serie B Americana” “El hombre con rayos x en los ojos”, Roger Corman, 1963, EE.UU, 79 min Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217)

4:00 p.m. // CINECLUB TARDES DE CINE EN EL PARANINFO CICLO “Cine y literatura” “El mercader de Venecia”, Michael Radford, Reino Unido, 2004, 131” Sala de cine Edifico San Ignacio (Paraninfo)

VIERNES U VIERNES 5 12:00 p.m. //Yoga Sanga Jardín interior de la Facultad de Artes 1:30 p.m. // VIERNES RECREATIVO Actividades lúdico creativas al Aire libre Apoya INDER Plazoleta Barrientos VIERNES 12 12:00 p.m. //Yoga Sanga Jardín interior de la Facultad de Artes 12:00 p.m. //Conciertos del Medio día Auditorio Harold Martina, Facultad de Artes 25-215 VIERNES 19 12:00 p.m. //Yoga Sanga Jardín interior de la Facultad de Artes 1:30 p.m. // VIERNES RECREATIVO Actividades lúdico creativas al Aire libre Apoya INDER Plazoleta Barrientos VIERNES 26 12:00 p.m. //Yoga Sanga Jardín interior de la Facultad de Artes 1:30 p.m. // VIERNES RECREATIVO Actividades lúdico creativas al Aire libre Apoya INDER Plazoleta Barrientos



Prográmate CON BIENESTAR UNIVERSITARIO Lugar: salvo que se suministre información diferente, las actividades se llevan a cabo en el bloque 22, aula 302 y el requisito de participación, excepto que se indique algo distinto, es diligenciar la ficha de Caracterización así: 1. Ingresar a www.udea.edu.co con usuario y contraseña de Mares. 2. Clic en Bienestar. 3. Clic en Caracterización. 4. Diligenciar el formulario. Mayor información: teléfonos: 219 54 30, 219 54 40 Organiza: Bienestar Universitario

Martes 2

Viernes 5

Taller. Uso responsable de los servicios de salud

Taller. Conoce tu boca

Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Coordina: Carlos Mario Cano Lugar: bloque 22, aula 310 Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Espacio formativo semanal. Orientación vocacional

30

Coordina: Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Actividad formativa. Asesoría en cuidado del sueño y manejo del insomnio

Miércoles 3

Coordina: Alexander González Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Taller. Sexualidad responsable Coordina: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría Lugar: bloque 22, piso 1, consultorio médicodeportivo Prosa. Hora: 1:00 a 4:00 p. m.

Jueves 4 Actividad formativa. Conversaciones sobre duelos amorosos Coordina: Carla Flórez. Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Taller libre de danza Coordina: Gloria Pérez. Lugar: Coliseo, tercer piso, sala de danza 2. Hora: 12:00 a 1:00 p. m.

Grupo de reflexión. Sobre adicciones Coordina: Jaime Mejía Hora: 2:00 a 3:00 p. m. Mayo | 2017

Fomento artístico y cultural. Taller de hula hula Coordina: Gloria Pérez. Lugar: bloque 9, piso 1 Hora: 12:00 m.

Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio Coordina: Liana Mejía. Hora: 2:00 a 4:00 p. m.

Lunes 8 Asesoría grupal. Ansiedad en pruebas académicas Coordina: María José Sandstede Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano. Hora: 4:00 a 5:00 p. m.

Martes 9 Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio Coordina: Liana Mejía. Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Actividad de apoyo social Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría Lugar: Seccional Oriente. Hora: 9:30 a. m. a 3:00 p m.


Espacio formativo semanal. Orientación vocacional

Actividad formativa. Taller práctico de liderazgo

Coordina: Julia López. Hora: 10:00 a. m. a 12 m.

Coordina: Liana Mejía. Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Espacio formativo semanal. Asesoría en manejo de la ansiedad

Fomento artístico y cultural. Trío Picaporte

Coordina: Alexander González Hora: 4:00 a 6:00 p. m.

Miércoles 10 Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Taller. ¿Enamoramiento, amor, dependencia, apego...? Coordina: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría Lugar: bloque 22, piso 1, consultorio médicodeportivo Prosa. Hora: 1:00 a 4:00 p. m.

Jueves 11 Actividad formativa. Conversaciones sobre duelos amorosos

Coordina: Gloria Pérez. Lugar: bloque 9, piso 1 Hora: 12 m.

Fomento artístico y cultural. Fundación casa TUMAC, danza, música y cuentos del Pacífico Coordina: Gloria Pérez Lugar: Zona de comidas “Juguitos”. Hora: 12 m.

Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio Coordina: Liana Mejía. Hora: 2:00 a 4:00 p. m.

Lunes 15 Asesoría grupal. Ansiedad en pruebas académicas Coordina: María José Sandstede Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 4:00 a 5:00 p. m.

31

Martes 16 Taller. Uso responsable de los servicios de salud

Coordina: Carla Flórez Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Taller libre de danza

Espacio formativo semanal. Orientación vocacional

Coordina: Gloria Pérez Lugar: Coliseo, tercer piso, sala de danza 2 Hora: 12:00 a 1:00 p. m.

Grupo de reflexión. Sobre adicciones Coordina: Jaime Mejía Hora: 2:00 a 3:00 p. m.

Taller. Uso responsable de los servicios de salud

Coordina: Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m.-12:00 m.

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría Lugar: Facultad de Enfermería, piso 1 Hora: 10:00 a. m. a 12 m.

Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 3:00 a 4:00 p. m.

Fomento artístico y cultural. Encuentros Artísticos Regionales

Viernes 12

Coordina: Gloria Pérez. Lugar: Sede Andes Hora: 12:00 m.

Taller. Besos que queman Coordina: Carlos Mario Cano Lugar: bloque 22, aula 310 Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Actividad formativa. Conversaciones sobre Duelos amorosos Coordina: Carla Flórez. Hora: 4:00 a 6:00 p. m. 2017 | Mayo


Miércoles 17 Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Taller. Infecciones de Transmisión Sexual Coordina: Adriana Mazo Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Fomento artístico y cultural. Taller de sellos: al derecho y al revés Coordina: Gloria Pérez. Lugar: bloque 9, piso 1 Hora: 12:00 m.

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22, piso 1, consultorio médico-deportivo Prosa. Hora: 1:00 a 4:00 p. m.

Jueves 18 32

Actividad formativa. Conversaciones sobre duelos amorosos Coordina: Carla Flórez Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Taller libre de danza Coordina: Gloria Pérez. Lugar: Coliseo, tercer piso, sala de danza 2. Hora: 12:00 a 1:00 p. m

Grupo de reflexión. Sobre adicciones

Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio Coordina: Liana Mejía Hora: 2:00 a 4:00 p. m.

Lunes 22 Asesoría Grupal. Ansiedad en pruebas académicas Coordina: María José Sandstede Hora: 3:00 a 5:00 p. m.

Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 4:00 a 5:00 p. m.

Martes 23 Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio Coordina: Liana Mejía Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Espacio formativo semanal. Orientación vocacional Coordina: Julia Beatriz López Hora: 10:00 a. m.-12:00 m.

Miércoles 24 Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud Coordina: Carlos Mario Cano Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Coordina: Jaime Mejía Hora: 2:00 a 3:00 p. m.

Taller. Amor: entender la importancia de la citología y del tamizaje de testículo

Viernes 19

Coordina: Adriana Mazo Hora: 10:00 a.m. a 12:00 m.

Actividad formativa. Asesoría en cuidado del sueño y manejo del insomnio Coordina: Alexander González Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos

Taller. Leo, releo y no comprendo

Coordina: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: bloque 22, primer piso, consultorio Prosa Hora: 1:00 a 4:00 p. m.

Coordina: Juan Guillermo Hernández Hora: 10:00 a. m a 12:00 m.

Jueves 25

Fomento artístico y cultural. Agrupación Guateque, danza de aires andinos Coordina: Gloria Pérez. Lugar: bloque 9, piso 1 Hora: 12:00 m. Mayo | 2017

Actividad formativa. Conversaciones sobre duelos amorosos Coordina: Carla Flórez Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.


Taller libre de danza Coordina: Gloria Pérez. Lugar: Coliseo, tercer piso, sala de danza 2. Hora: 12:00 a 1:00 p. m.

Grupo de reflexión. Sobre adicciones

Martes 30 Taller. Uso responsable de los servicios de salud Coordina: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Coordina: Jaime Mejía Hora: 2:00 a 3:00 p. m.

Espacio formativo semanal Orientación vocacional

Taller. Uso responsable de los servicios de salud

Coordina: Julia López Hora: 10:00 a. m a 12:00 m.

Coordina: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 3:00 a 4:00 p. m.

Viernes 26 Taller. ¡Qué hacer con mis cordales? Coordina: Carlos Mario Cano Lugar: bloque 22, aula 310. Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Fomento artístico y cultural. Ambrosía, danza y acrobacia

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría. Lugar: Ciudadela Robledo. Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Actividad formativa. Conversaciones sobre duelos amorosos Coordina: Carla Flórez. Hora: 4:00 a 6:00 p. m.

Coordina: Gloria Pérez. Hora: 12 m. Lugar: bloque 9, piso 1

Viernes 31

Fomento artístico y cultural. Colectivo Teatral Infusión, poniéndose en la nariz del otro

Coordina: Carlos Mario Cano Restrepo Hora: 8:00 a 9:00 a. m.

Coordina: Gloria Pérez. Hora: 12 m. Lugar: SIU

Espacio formativo semanal. Acompañamiento en hábitos y técnicas de estudio Coordina: Liana Mejía. Hora: 2:00 a 4:00 p. m.

Sábado 27 Fomento artístico y cultural. Taller de mosaico experimental Coordina: Gloria Pérez. Lugar: Seccional Santa Fe de Antioquia. Hora: 3:00 p. m.

Taller. Conoce tus derechos y deberes en el sistema de seguridad social en salud

33

Ciclo de cine Diversidades sexuales Película: ¿Sí o no?, Sarasawadee Wongsompetch, Tailandia, 106’. Coordina: Carla Flórez Hora: 10:00 a. m. a 12:00 m.

Actividad de apoyo social. Recambio de anticonceptivos Coordina: Adriana Mazo Chavarría Lugar: bloque 22, primer piso, Consultorio Prosa Hora: 1:00 a 4:00 p. m.

Prográmate CON EL SISTEMA DE BIBLIOTECAS Ciclo de cine “Ver y leer” Días, hora y sitio: viernes, 4 p. m., auditorio de la planta baja de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz • 5 de mayo: El graduado, Mike Nichols, Estados Unidos, 1967, 105’. Basada en la novela de Charles Webb (Estados Unidos).

• 12 de mayo: Macbeth, Justin Kurzel, Australia, 2015, 113’.Basada en la obra de William Shakespeare (Inglaterra). • 19 de mayo: Los santos inocentes, Mario Camus, España, 1984, 103’. Basada en la novela de Miguel Delibes (España). 2017 | Mayo


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• 26 de mayo: Diario de un skin, Jacobo Rispa, España, 2005, 85’. Basada en el libro de Antonio Salas (España).

• 22 de mayo: El expresionismo alemán. Fragmentos de las obras de Friedrich Wilhelm Murnau, Fritz Lang, Ernst Lubistch y Georg Pabst.

Ciclo de documentales

Programa Académico Cultural Bilingüe

Días, hora y sitio: jueves, 10 a. m., auditorio de la planta baja de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz • 4 de mayo: Trasbordadores espaciales, Rod Parker, 1997, 55’. • 11 de mayo: Space Shipe One: Triunfo en el espacio, Gail Willumsen, Sandy Guthrie y Jill Shinefield, 2004, 90’. • 18 de mayo: Proyecto estación espacial, Rod Parker, 1997, 55’. • 25 de mayo: El mundo del Neanderthal, Tony Mitchell, 2000, 150’.

• Miércoles 10 de mayo Manhattan, Woody Allen, Estados Unidos, 96’ Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja. Hora: 2:00 p. m. • Jueves 25 de mayo The Return of Sherlock Holmes por Julián Zapata Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio del cuarto piso. Hora: 10:00 a. m. Organizan: Sistema de Bibliotecas Biblioteca y Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia

El cine y sus relatos Ciclo de aproximación al lenguaje audiovisual Películas del archivo de Luis Alberto Álvarez

Exposición. Fotografías de José Gabriel Vélez

Coordina: Óscar Mario Estrada Vásquez. Lugar: sala de Proyecciones de la planta baja de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz. Hora: 10:00 a. m. • 8 de mayo: El montaje cinematográfico. Fragmentos de las obras de Serguéi Eisenstein, Pudovkin, Dovchenko y Dziga Vértov. • 15 de mayo: El cine y las artes. Fragmentos de las obras de Salvador Dalí, Luis Buñuel, Francis Picabia, René Clair, Jean Vigo y Jean Renoir.

Fechas: 4 al 27 de mayo. Lugar: Sala de Exposiciones de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz

Cátedra Tomás Carrasquilla. Ciclo de conferencias Fecha: miércoles 3 de mayo. “La crisis de Occidente: los intelectuales en la república de Weimar”. A cargo de: Juan Guillermo Gómez. Lugar: auditorio de la planta baja de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz. Hora: 4 p.m. Organizan: Sistema de Bibliotecas y Facultad de Comunicaciones, Universidad de Antioquia

Prográmate CON EL MUSEO UNIVERSITARIO Visita el Museo Universidad de Antioquia ¡Vive el Museo! Nuestro horario: Lunes a jueves: 8:00 a. m. a 5:45 p. m. Viernes: 8:00 a. m. a 3:45 p. m. Sábado: 9:00 a. m. a 12:45 p. m. #ViveelMuseo #MuseoUdeA #Museos # QuieroALosMuseosDeMedellín Si no tienes vínculos con la Universidad de Antioquia y deseas visitar el MUUA, puedes solicitar el permiso de ingreso con 24 horas de anticipación marcando al número de teléfono: 2198186 http://museo.udea.edu.co. Mayor información: proyectoseducacionmuseo@udea.edu.co / 2195185

Servicios permanentes: Visitas guiadas, Cursos y talleres y Maletas viajeras Información sobre condiciones, requisitos y costos comunicarse con: educacionmuseo@udea.edu.co / 2198186 Mayo | 2017


Exposiciones permanentes • Exposición larga duración Colección de Antropología: constituida en 1943, conserva alrededor de 35.000 objetos del patrimonio cultural de Colombia. Fotos: https://flic.kr/s/aHskBosHy2 • Exposición larga duración Colección de Ciencias: compuesta por una serie de montajes permanentes, temporales y murales enfatiza en especies nativas de animales colombianos Fotos: https://flic.kr/s/aHskchuiFD • Apertura nuevos montajes de larga duración. Hora: 4:00 p. m. Lugar: Auditorio principal Museo Universitario Universidad de Antioquia 9 de mayo / Conversatorio: Memorias de una Colección/ Modera: Carlos Uribe 16 de mayo / Conferencia: Del big-bang al big ben / Jorge Zuluaga 23 de mayo / Conferencia con Mariane Cardalle de Schrimpf

Exposiciones temporales • Conciencia de un nuevo país Exposición de la Colección de Historia del MUUA que reúne las biografías de varios de los personajes que fueron violentamente callados por ser comunicadores y constructores de paz en el contexto de la cronología de la violencia colombiana. Fechas: hasta mayo 30 de 2017. Fotos: https://www.flickr.com/photos/ museoudea/albums/72157674875701341 • El modelo Desde lo que podemos llamar los inicios del arte hasta hoy, la importancia del modelo, en las diferentes representaciones, se ha ido transformando junto con la propia concepción del arte, según las necesidades de la época. La exposición nos ofrece un recorrido por la importancia del modelo como referente de la transformación del arte. Fechas: hasta el 30 de mayo de 2017. Fotos: https://www.flickr.com/photos/ museoudea/albums/72157681196875275 • Autodidacta: Patrimonio y memoria de ciudad Recorrido pictórico del artista Javier Darío Rodas González por diferentes sitios patrimonio de nuestra ciudad, muchos de estos pertenecientes a la Universidad de Antioquia. Lugar: Edificio de Extensión Universidad de Antioquia

• Nuevas exposiciones La niñez: entre el conflicto y la esperanza / La magia de la cerámica en las manos de Pablo Jaramillo / Cóncavo y convexo: el ritmo sutil de lo terreno de Juliana Vélez Echeverry / Reptiles ancestrales: caimán y babilla

18 de mayo. Día internacional de los Museos

• 8:00 a. m. Taller: expedición maestro • 2:00 p. m. Taller: expedición maestro • 9:00 a. m. Taller: ¿y cómo está tu memoria? • 12:00 m. Taller: ¿y cómo está tu memoria? Cuéntanos tu historia en nuestras redes sociales con #LoIndecibleEnElMUUA

Tallernautas. Ciclo: Maletas viajeras

Días: sábados. Hora: 10:20 a. m. Lugar: hall entrada al MUUA. Costo: $ 4.000 • 6 de mayo: El mundo de mis aves: nido de aves • 13 de mayo: Celebración Día de la Madre • 20 de mayo: El mundo de mis aves: águila arpía • 27 de mayo: El mundo de mis aves: el ave lápiz

Títeres en escena

Dirigido a: grupos familiares con niños y niñas entre los 0 a 12 años. Días: sábados. Hora: 11:30 a. m. Lugar: auditorio principal MUUA. Entrada libre • 6 de mayo: Los secretos del Quijote • 13 de mayo: Títeres en recreo: mi experiencia sonora • 20 de mayo: El príncipe de los unicornios • 27 de mayo: Títeres en recreo: Titirilectura

Café en el Museo

Café en el Museo, es un espacio de encuentro informal con los visitantes del MUUA para de una manera espontánea recorrer los espacios del Museo y dialogar sobre las exposiciones. Se realiza todos los miércoles a la 1:00 p. m. Mayores informes: artesmuseo@udea.edu.co / 2198184

Programa radial. Punto de Encuentro

Emisora Cultural Universidad de Antioquia Día: lunes. Hora: 8:30 p. m. Sintonícelo en: Valle de Aburra 1.410 AM Urabá: 102.3 FM Bajo Cauca: 96.3 FM Oriente 101.3 FM Suroeste: 100.9 FM Occidente 93.9 Magdalena Medio 94.3 2017 | Mayo

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