La subida del nivel del mar Los grandes cambios en la geografía litoral centran la conferencia del investigador José Enrique Tent en el ciclo organizado por Casa Mediterráneo y la UA. 4
Entorno
SUPLEMENTO DE MEDIO AMBIENTE MIÉRCOLES, 13 DE ABRIL, 2011 informacion.entorno@epi.es
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La Estrategia Territorial es la normativa autonómica básica para la ordenación de usos del espacio en la Comunidad Valenciana. DAVID REVENGA
La Comunidad Valenciana cuenta con una nueva herramienta básica para la ordenación del territorio, pensada para regular todos los aspectos posibles en materia de gestión del espacio. Definición de usos, impulso de las actividades económicas, planificación urbana, protección del patrimonio y proyección turística son algunas de esas cuestiones.
ESTRATEGIA TERRITORIAL
Las bases para la gestión sostenible de los espacios
Antonio Teruel
L
a planificacion y gestión del territorio es un reto indisciplinar, sumamente complejo y amplio. En él entran todas las materias que, de una forma u otra, están relacionadas con el uso o actividad de un espacio y sus interacciones con la población. Así, tan pronto puede referirse a la protección de enclaves naturales como a la planificación urbana de un municipio, o a las actividades económicas que se realizan. Cada uno de esos apartados puede contar con reglamentaciones específicas que, en algún momento, pueden entrar en aparente contradicción, por lo que se hace necesaria la existencia de una normativa básica que tenga en cuenta todos los supuestos posibles y coordine todas las políticas. La Comunidad Valenciana ha pasado recientemente a dotarse de un instrumento de este tipo. El pasado de enero, la Generalitat aprobó la Estrategia Territorial autonómica, que entró en vigor seis días después, al publicarse junto con sus directrices normativas en el Diari Oficial de la Co-
La Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana entró en vigor en enero y sienta las bases para la ordenación integral del espacio munitat Valenciana (DOCV). Con ello se daba cumplimiento al mandato previsto en la Ley /, de Ordenación del Territorio y Protección del Paisaje. De esta forma, la ordenación territorial cuenta con un documento marco para todos los casos en los que es competente la administración autonómica. No obstante, es ante todo una herramienta de planificación, ya que las pautas a seguir en materia de gestión territorial –en su vertiente más amplia– durante los próximos años. Para ello se fijan objetivos distintos, como el desarrollo de un sistema de ciudades, el impulso del medio rural, la protección de los espacios naturales, la preservación del patrimonio monumental y cultural, o la potenciación de las infraestructuras sin que supongan un perjuicio al medio ambiente, entre otros. Estas políticas se habrán de desarrollar a partir de las directrices previstas en la PASA A LA PÁGINA 2
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VIENE DE LA PÁGINA 2
Estrategia Terriorial. Se agrupan en apartados como el paisaje y los espacios naturales –lo que viene a denominarse «infraestructura verde»–, una ocpación «racional y sostenible» del suelo, las infraestructuras, el desarrollo económico y las particularidades y posibles usos del litoral. Como herramienta básica de planificación, busca la coordinación y la eficiencia de todas estas políticas, haciéndolas más efectivas. Además, contribuirá a agilizar muchos trámites burocráticos, en tanto que resolverá posibles dudas que puedan plantearse en casos concretos de gestión o desarrollo territorial. Desde el colectivo de geógrafos de la Comunidad, que ha participado de una forma muy activa en la redacción del documento, destacan que la Estrategia «se presenta ante la sociedad valenciana como el escenario de grandes oportunidades que nos ofrece el territorio». Así, se plantean «distintas acciones con el fin de impulsar la actividad económica y la generación de empleo». Además, estos profesionales señalan que tiene una notable «intención pedagógica», ya que «marca unas pautas de transparencia y flexibilidad para aquellos agentes socioeconómicos y empresariales, bien sean públicos o privados». Con ello, la administración trata de difundir esta norma marco y, al mismo tiempo, disipar cualquier atisbo de recelo que pudiera despertar esta reglamentación del territorio. La Estrategia Territorial pretende asimismo responder al «gran desbarajuste en el uso y ocupación de las actividades humanas que se producen en el territorio», ya que ello genera «importantes desequilibrios a nivel social, económico y medioambiental». Para los geógrafos, el «caos» a menudo viene propiciado desde las instancias locales, donde la gestión territorial no tiene la misma amplitud de miras que desde las administraciones autonómica o estatal. También recuerdan que la elaboración de
Edificios de construcción reciente entre bancales abandonados en la Marina Baixa, con el Puig Campana al fondo. DAVID REVENGA
El documento resuelve una cuestión que estaba pendiente desde que en 1989 se aprobó la primera ley que sugería una política territorial integral este documento es un mandato recogido en la Ley de Ordenación del Territorio y Protección del Paisaje, aprobada en el año . Este último dato apunta que la ordenación global del territorio no es una cuestión novedosa. Al contrario, ya en la Generalitat aprobó una ley en la que se sugería la elaboración de una planificación al
respecto para el conjunto de la Comunidad Valenciana. Esa misma normativa contemplaba, como instrumentos territoriales de desarrollo, los planes de acción territorial (PAT) de carácter integral o sectorial. Desde entonces ha habido, de una forma casi constante, intentos de planificación en ámbitos supramunicipales; en la provincia de Alicante, tal y como recuerdan desde el Colegio autonómico de Geógrafos, se han redactado planes territoriales para el ámbito de la capital y Elche, la Vega Baja o las comarcas de interior. Sin embargo, apenas se han llevado a la práctica. El único que ha tenido una implantación más destacable es
La «infraestructura verde» como puesta en valor de los espacios libres
el Plan de Acción Territorial contra el Riesgo de Inundación en la Comunidad Valenciana (Patricova), que ha supuesto un importante paso en la prevención de daños en episodios de lluvias torrenciales. Distintos tipos de territorio La Estrategia Territorial distingue tres espacios geográficos básicos para la articulación de la Comunidad Valenciana: el litoral, la franja intermedia entre la costa y la montaña, y los espacios rurales. Asimismo, recupera la propuesta de delimitación de las áreas funcionales –entornos en los que se desarrollan servicios de diverso tipo y
ALGUNOS OBJETIVOS
A. T.
Uno de los aspectos más innovadores de la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana es la definición de la «infraestructura verde», término que se aplica a los espacios no urbanizados que, por sus características, contribuyen al dinamismo de los entornos poblados. Así, este apelativo incluye todos los parajes naturales catalogados con alguna figura de protección, además de las zonas rurales. Su existencia deberá ser tenida en cuenta siempre en cualquier desarrollo urbanístico que se planifique, prestando atención a aspectos como la conexión entre los espacios verdes urbanos y las zonas rurales de su entorno. El documento trata de impulsar su uso público de una forma racional y sostenible. El Colegio de Geógrafos destaca que los espacios que componen la «infraestructura verde» deben ser «respetados por las actividades humanas», dados sus «valores ambientales o de afección». Todos estos lugares, según añade la organización, «ya estaban protegidos y regulados por su legislación sectorial», como las normativas en materia de aguas, riesgos de inundación o espacios protegidos, entre otros. De cualquier forma, hace hincapié en que resulta
Espacio periurbano en las proximidades de Benidorm. DAVID REVENGA
«intersante» el hecho de «concretar esta infraestructura desde la escala regional hasta la esfera ordenada por los planes generales municipales». Al respecto, incide en ue las administraciones locales, a la hora de re-
dactar esos documentos, «deberán estar atenta al papel conector de los distintos elementos y recursos que están dispersos en el territorio, dibujando esta infraestructura y convirtiéndola en un activo».
Espacios urbanos. Mantener la diversidad y la vertebración del sisema de ciudades. Convertir el área urbana de Alicante y Elche en el gran nodo de centralidad del sudeste peninsular. El campo. Mejorar las condiciones de vida del sistema rural. Naturaleza. Gestionar de forma integrada y creativa el patrimonio ambiental. Reducir al mínimo posible los efectos de los riesgos naturales e inducidos. Proteger y valorizar el paisaje como atractivo cultural, económico e identitario. Agua. Ser el territorio europeo más eficiente en la gestión de los recursos hídricos. Costas. Recuperar el litoral como atractivo territorial. Turismo. Impulsar el modelo turístico hacia pautas territoriales sostenibles. Infraestructuras. Convertir a la Comunidad Valenciana en la principal plataforma logística del Mediterráneo. Satisfacer las demandas de movilidad en el territorio de forma eficiente e integradora. Compatibilizar la implantación de infraestructuras con la protección de los valores del territorio.
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La Estrategia Territorial muestra un interés especial por el sistema de núcleos urbanos y las áreas funcionales en torno a ellos que suelen tener una ciudad como centro de referencia–, ya formulada en planes anteriores. En este sentido, hay que destacar que se da una especial importancia al sistema que conforman los núcleos urbanos de la Comunidad Valenciana: por su distinto tamaño o tipología, pueden ser cabeceras de área o estar integradas en una aglomeración mayor. También se tienen muy encuenta los entornos metropolitanos de las urbes principales y, en la zona litoral, se consideran hasta cuatro tipos de ciudad distintos. Desde el Colegio de Geógrafos de la Comunidad Valenciana explican que el criterio para la diferenciación de los distintos espacios ha sido fundamentalmente geográfico, ya que las condiciones físicas del territorio son uno de los factores principales en la delimitación de áreas. No obstante, también se han tenido en cuenta aspectos como la existencia de vínculos funcionales o de interdependencia entre unas zonas y otras. Con todo, las mismas fuentes insisten en que «no hay grandes novedades» en este aspecto en concreto entre la Estrategia y los documentos de análisis o diagnóstico territorial que «proliferaron» en la Comunidad Valenciana en la década de . Pero pese a esas similitudes con documentos anteriores, hay algo muy significativo en la Estrategia Territorial: tiene carácter vinculante. Es decir, marca unas pautas en la gestión de los espacios. No obstante, los geógrafos apuntan que «la flexibilidad de algunas directrices» puede llevar a «confusión sobre lo que es recomendatorio y lo que es vinculante», y eso puede influir en su aplicación.
ANTECEDENTES
El contexto de los planes territoriales Fuentes del Colegio de Geógrafos señalan que una de las posibles razones por las cuales la mayoría de los planes de acción territorial que se redactaron en la década de 1990 apenas tuvieron efecto práctico es el «cambio brutal en el contexto socioeconómico de los últimos años», que entorpecía una planificación «macro» del territorio. Asimismo, aluden a «los constantes cambios en la normativa en materia urbanística y medioambiental», lo cual, consideran, ha «restado confianza y agilidad en la gestión». A esto creen debe añadirse también «la compleja concertación de intereses institucionales, estéril para llegar a determinados acuerdos básicos», y «la ausencia voluntad política y de una visión global del territorio de la Comunidad Valenciana». La organización profesional augura que «llegará un momento en que tocará abordar la concreción de los planes de acción territorial», ya que en ellos «debe existir la voluntad inequívoca para dotarnos de herramientas, permitiendo que clasifiquen o desclasifiquen algunos tipos de suelo». Esto, recalcan entra en contradicción con los planes generales de ordenación urbana, a los que se les atribuyen estas cuestiones en exclusiva». A. T.
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JOSÉ VICENTE SÁNCHEZ CABRERA Presidente del Colegio de Geógrafos de la Comunidad Valenciana. Los profesionales de la ordenación del territorio celebran la entrada en vigor de la Estrategia Territorial, pero creen que podría ser más contundente para tratar de revertir las consecuencias del urbanismo descontrolado.
«La Estrategia no es crítica con lo que ha ocurrido los últimos años» A. T. P ¿Cuál es, a grandes rasgos, la posición del Colegio de Geógrafos acerca de la Estrategia Territorial autonómica? R Aunque llega muy tarde, es una deuda pendiente que tenemos desde que se desarrollara el primer urbanismo moderno con la aparición de las leyes estatales del suelo. Hemos tenido tiempo de sobra para haber concretado, cuando menos, unas líneas maestras que dieran cobertura a algún modelo de territorial previsto de antemano. Hasta ahora hemos ido tirando de forma sectorial, a expensas de un mercado inmobiliario desbocado como única lógica de crecimiento económico. Queda todo un camino por concretar y desarrollar. Para eso está la Estrategia Territorial, que deberá facilitar instrumentos nítidos que consagren la gestión del territorio por encima de la mera planificación. Ha de sujetarse en dos pilares fundamentales: la incorporación de criterios de gobernanza en el territorio, y la gestión prudente del mismo. Los geógrafos lo venimos promulgando de forma clara y nítida a través del manifiesto «por una nueva cultura del territorio». P ¿Qué aspectos positivos destacan del documento? R Sin duda, el lenguaje utilizado y el larguísimo listado de conceptos empleados. Todos ellos son atractivos y han sido debidamente incorporados desde el mundo académico. También compartimos la mayoría de los objetivos y metas, que por generales, son poco cuestionables. P ¿Cuáles son los aspectos negativos? R No hay autocritica de todo lo que ha ocurrido en esta comunidad en los últimos años. Uso y abuso del ladrillo, modelos desconectados de los tejidos urbanos, atentados al paisaje, falta de consenso en las políticas hídricas… Si acaso se interpreta sutilmente una situación tendencial en el caso de no cambiar nuestro actual modelo de desarrollo. También nos preocupa eso que se han venido a llamar «Proyectos Territoriales Estratégicos» y que se pueden secuenciar sin orden ni concierto en un marco de oportunidad económica o de afán de protagonismo en la esfera local. Algunos párrafos del texto son ambiguos, con el riesgo de dar luz verde a determinadas actuaciones de dudosa necesidad en el campo social y ambiental. Se corre el riesgo de volver a las andadas en beneficio del interés privado frente al bienestar social. P ¿Sugiere que el documento no está bien coordinado con otras políticas territoriales llevadas a cabo en la Comunidad? R Yo no diría eso exactamente. Al existir planes territoriales que no están controlados por la Dirección General de Territorio y Paisaje, prefiere pasarlos por alto y no citarlos expresamente. Por ejemplo, planes de acción territorial (PAT) de carácter sectorial, como el de residuos –en su revisión– o el eólico. También se cuida de no nombrar el Plan
José Vicente Sánchez, presidente del Colegio de Geógrafos, con Calp al fondo. DAVID REVENGA
«Los hábitos y costumbres que heredamos en la utilización del territorio no desaparecen de la noche a la mañana» de Infraestructuras Estratégicas y el sectorial de turismo, aunque se anima a desarrollar algunos de sus contenidos. Del mismo modo, hay elementos de la ley de ordenación del territorio que no se terminan de concretar, modificar o eliminar por su fracaso en los últimos años. Es el caso de la aplicación de los umbrales de sostenibilidad –que ahora pasarían a ser criterios de crecimiento–, el fondo de equidad territorial, las juntas de participación y de paisaje, el famoso «metro por metro», los proyectos de sostenibilidad y calidad de vida... y la descontextualización de la gestión del litoral, en ausencia de un marco único de Gestión Integrada de las Zonas Costeras (GIZC). Finalmente, debemos mostrar el desacuerdo por los miembros propuestos del Comité Estratégico de Política Territorial, donde se deja de lado la parte sindical, se reclama una mayor representación de las universidades y se resta protagonismo a los colegios profesionales, que aun estando presentes, serán convocados a discreción de la Generalitat. P ¿Aparte de todo esto, hay algún otro aspecto que el Colegio cree susceptible de mejora o en el que se podría incidir más? R Además de todo lo apuntado, se podrían desarrollar mejor algunas directrices como las de género. Así se insta en la misma ley de igualdad para las políticas de ordenación del
territorio. Creemos desde la junta de gobierno del Colegio que es de justicia hacerlo, ya que hay mucho margen de trabajo y posibilidades desde el urbanismo moderno. P ¿La Estrategia Territorial es un documento factible de llevar a término, o cree que la realidad puede ser más adversa? R Los hábitos y costumbres que heredamos en la utilización del territorio no desaparecen de la noche a la mañana. Va a costar mucho trabajo llegar a esas metas por parte de todo el mundo. Hemos asistido casi impasibles al urbanismo «de promotor», muy promiscuo en sus formas de implantación territorial. Hoy estamos en una fase de parálisis, en el que algunos mueven ficha con viejas costumbres: el urbanismo preventivo. El Colegio alerta la llegada de una tercera fase en el marco de la Estrategia: el nuevo escenario con las operaciones estratégicas. Aquí la función de arbitraje del Consell será fundamental para reequilibrar inversiones y no ir, otra vez, a salto de mata o recurrir a la excepcionalidad. Por otro lado, vamos a estar expectantes sobre el nuevo papel asignado a las mancomunidades y a los entes de gestión consorciada. Pronto podremos calibrar su verdadero músculo para impulsar planes y proyectos de calidad. P ¿Este documento saca a la luz algún tipo de «malas prácticas» en las políticas territoriales de administraciones públicas, empresas, particulares... R Desde luego que en la publicación del Decreto por el que se aprueba la Estrategia no aparece nada de nada. En los documentos de análisis, sí que se consiguen extraer, no sin cierta dificultad, algunas conclusiones de que algo no se estaba haciendo bien.