Aún los héroes de la Escritura experimentaron momentos cuando la oscuridad descendió sobre el espíritu, o Dios parecía oculto y desentendido de ellos. Durante el tiempo de sequía espiritual las oraciones parecen vacías, los himnos se cantan sin energía, los sermones son insípidos, y la Escritura parece no tener poder sobre la vida diaria.