Línea Editorial
Buscamos poner en la agenda nacional los ideales que perseguimos como empresa socialmente responsable. t
Crecimiento Urbano ordenado y sustentable.
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Infraestructura moderna que eleve la competitividad.
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Transporte Público eficiente urbano y suburbano que detone la economía local.
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Tolerancia cero a la economía informal.
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Políticas publicas que promuevan una cultura verde, que salvaguarde los recursos naturales existentes, la reforestación y la creación de nuevos espacios.
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El rescate de la infraestructura urbana combatiendo el grafiti, dignificando espacios públicos y regulando los publicitarios.
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Campañas políticas que privilegien la dignidad de las personas tanto de quienes participan en ellas como de los electores a través de proyectos viables y de beneficio común de largo plazo.
Código de ética periodística
PRINCIPIOS GENERALES - Entendemos nuestra labor como un servicio para la sociedad en la que vivimos en una relación que implica compromisos y deberes entre nosotros y la sociedad propiamente dicha. - Vincularnos con la sociedad a través de un medio de información y entretenimiento como es la Televisión y la radiodifusión constituyen para nosotros un privilegio que requiere, por un lado, libertad irrestricta para ejercerse y, por el otro, responsabilidad plena ante el auditorio y los actores políticos y sociales que generan información de manera que las labores de informar, entretener, divertir y orientar contribuyan a la educación y bienestar de los mexicanos y al desarrollo de la democracia en nuestro país. - Asumimos también que la Televisión y Radiodifusión privadas en México están concebidas bajo la figura de empresa, por lo que su objetivo es generar y conservar empleos así como producir utilidades para sus inversionistas. Reconocemos que los objetivos señalados en los párrafos anteriores sólo pueden cumplirse si y sólo si, además de respetar las Leyes en la materia, elaboramos, nos comprometemos a cumplir y damos a conocer a la sociedad un CODIGO DE ETICA que norme nuestro quehacer de manera que el auditorio, los empresarios y trabajadores que participamos en el proyecto, así como los actores políticos y sociales, sepamos con claridad la extensión y los límites de nuestra labor y las reglas bajo las que la realizaremos. En tal sentido declaramos que: Nuestro objetivo es difundir, en los espacios noticiosos, contenidos informativos, culturales, de entretenimiento, crítica, análisis y recreación de calidad, que contribuyan a la consolidación de valores humanos y sociales fundamentales como el respeto, la tolerancia, la justicia, la paz, la solidaridad, la confianza, la pluralidad, la equidad y la democracia. Reconocemos y nos comprometemos a responder, en todo momento, a la Confianza que el Estado y la sociedad depositan en nosotros, concesionarios y trabajadores de este medio de comunicación, para cumplir con las metas ya señaladas.
Código de ética periodística Nuestra Libertad para informar es innegociable e incensurable. En contrapartida, nos comprometemos a ejercer esa Libertad con cuidado y responsabilidad; por ello exigimos de los poderes políticos, económicos y sociales, públicos y privados, de nuestra propia empresa así como de nosotros mismos, el respeto absoluto e irrestricto a esa Libertad. Es el Gobierno, en sus distintos niveles, el primer obligado a cumplir y hacer cumplir estas libertades así como el derecho a la información, aún cuando se trate de sus acciones y proyectos o se cuestione su propio desempeño. No podremos evitar que en cada noticia, comentario o análisis, esté presente la perspectiva que tiene quien informa y observa los acontecimientos. Pero sí nos comprometemos a: Que nunca se critique, cuestione u omita información sobre un funcionario o institución por el hecho de que no compre publicidad (lo que en lenguaje llano se llama chantaje) o, por el contrario, Evitar siempre que la información y / o los comentarios sobre un funcionario o institución sean favorables en función de los montos de publicidad que éste invierta en nuestra empresa, aunque se trate del “mejor o uno de los mejores clientes de la misma” (lo que se denomina adulación o “nota pagada”). Es decir, los contenidos del noticiero y sus criterios informativos no tendrán relación alguna con su comercialización. Entendemos la objetividad no como un valor absoluto, sino complementario. Es decir, como la presentación de la información de la manera más completa posible y con las diversas versiones que tienen quienes puedan verse involucrados con ella. Podemos garantizar que no mentiremos, pero sería pretencioso, antidemocrático y absurdo suponernos dueños de verdades absolutas. Por ello, buscaremos siempre la llamada “repercusión” de las noticias y abriremos el espacio para aclaraciones por parte de los personajes e instituciones mencionados en las notas informativas siempre que estos lo soliciten y tenga relación directa con la noticia en cuestión.
Código de ética periodística Nos obligamos a deslindar, explícitamente, la información de la opinión, de manera que nuestro auditorio sepa, en todo momento y con precisión, cuándo se trata de una y cuándo de otra. Cuando un comentarista, invitado o entrevistado tenga vínculos, asesore, o pertenezca a un grupo político o instancia de gobierno y realice comentarios relacionados con esa actividad, lo daremos a conocer a nuestro auditorio explícita y claramente, de manera que el personaje en cuestión no se aproveche del espacio ni de la confianza del auditorio para manipular la información o las opiniones dándoles un sesgo político bajo el disfraz de una aparente e hipócrita neutralidad. Respetaremos escrupulosamente la vida privada de los individuos, sus relaciones personales, sus actividades familiares, pero dejaremos de considerar como actividades privadas aquellas que tengan repercusión en su desempeño público. Evitaremos revelar nombres de víctimas de violaciones y secuestros a no ser que ellas, de manera explícita, deseen que sus nombres sean publicados. Tampoco revelaremos nombres de personas acusadas de delitos a menos que exista, por parte de la autoridad, orden de aprehensión o consignación en su contra. Si una noticia resulta ser falsa, o contiene datos falsos o equívocos, será obligación del reportero que la recogió hacer la aclaración y la rectificación correspondiente. Los comentarios que realicen nuestros comentaristas e invitados serán en primera instancia responsabilidad de ellos mismos. El secreto profesional es un derecho, y al mismo tiempo es un deber de los informadores. Como medio de comunicación seremos solidarios con el derecho de nuestro equipo de trabajo a no revelar sus fuentes. Pero este derecho será un ejercicio excepcional, y apelaremos a él únicamente cuando revelar la fuente de una información pueda implicar riesgo para la integridad física, profesional o de cualquier índole del o los informantes. Por lo general, es deseable que se indique con toda claridad cuál es la fuente de cada noticia. La información tiene más verosimilitud en tanto se puede identificar su origen con claridad. Cuando, por los motivos mencionados, no ocurra así, deberá
Código de ética periodística especificarse que la fuente es anónima. El derecho a mantener el anonimato de una fuente es ejercido de manera compartida por el reportero que recoge una información y por el editor o el propietario del medio de comunicación donde ésta se publique, el cual, de esa manera, es corresponsable de la decisión de mantener en secreto la fuente de la noticia. Consideramos como práctica no ética aceptar dinero de personas involucradas en la información, así como aceptar favores o bienes que vayan más allá de invitaciones para cubrir informaciones, o pequeños obsequios simbólicos. Si un informador tuviera ingresos o bienes adicionales, como resultado de otras actividades profesionales, deberá hacerlo del conocimiento del jefe de información y del director de noticias y, en todo caso, dichas actividades deben ser totalmente ajenas a su quehacer informativo. Evidentemente se excluyen en este rubro las actividades estrictamente académicas e intelectuales y las que no estén vinculadas con la actividad informativa o tengan como clientes potenciales a actores que generan información. Nos comprometemos a buscar, en todo momento, la equidad y el equilibrio en la participación de los diversos partidos, actores y candidatos políticos pero consideraremos también el grado de interés que ellos mismos despierten en el ámbito informativo. No censuraremos ninguna información por el hecho de que ésta provenga de uno u otro partido o grupo político, pero tampoco daremos difusión indiscriminada o automática a noticias irrelevantes o repetitivas en nombre de una falsa equidad. Nuestro auditorio así como los organismos electorales serán los mejores jueces en ese sentido. Alentaremos en todo momento la participación de nuestro auditorio mediante llamadas, correo tradicional, correos de voz, correos electrónicos o cualquier otro medio con las siguientes restricciones: No daremos cabida a anónimos No difundiremos insultos No difundiremos acusaciones no comprobadas y las que deriven de los límites de tiempo y espacio que tiene todo medio de comunicación. Entendemos el ejercicio de la Comunicación como un instrumento de
Código de ética periodística servicio para la sociedad en que vivimos. En este sentido reconocemos como nuestra primera obligación en materia informativa decir la verdad y decirla completa, por encima de los intereses políticos o económicos de personas o grupos, incluidos nosotros mismos. Asumimos el ejercicio de la comunicación como la posibilidad de entendernos mejor a nosotros mismos y comprender a los “otros” y a su derecho a ser y pensar diferente sin que por ello se rompan las normas de convivencia y civilidad o se les descalifique. De la misma manera en que nos comprometemos ante la sociedad a no realizar chantajes para obtener ninguna clase de beneficios o prebendas, rechazamos y rechazaremos el que cualquier grupo o persona pretenda hacernos rehenes de sus chantajes, políticos o económicos. Aspiramos a ganar y mantener la Confianza de nuestro auditorio y de nuestros patrocinadores a partir de nuestro trabajo diario, de una relación clara y transparente con todos los grupos, de nuestra calidad profesional y desechamos de una vez y para siempre cualquier acuerdo por debajo de la mesa o cualquier negociación de la que no pudiera enterarse nuestro propio auditorio. Estamos ciertos de que una sociedad mejor informada, más conciente de sí misma, más participativa, y más atenta al ejercicio del poder, se convertirá muy probablemente, en una sociedad más democrática, más justa y más equitativa. Políticas publicas que promuevan una cultura verde, que salvaguarde los recursos naturales existentes, la reforestación y la creación de nuevos espacios. El rescate de la infraestructura urbana combatiendo el grafiti, dignificando espacios públicos y regulando los publicitarios. t $BNQB×BT QPMÓUJDBT RVF QSJWJMFHJFO MB EJHOJEBE EF MBT QFSTPOBT UBOUP EF quienes participan en ellas como de los electores a través de proyectos viables y de beneficio común de largo plazo.