La Gruta
Mayo de 2014
nº
449
BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes
Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532
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Sínodo familia de los obispos sobre la
Jesús y la familia de Marta: el discipulado Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. Pero Jesús le contestó: Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar. Lucas 10,38-42 La Gruta n.449
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Actualidad Nuevo santo:
Juan XXIII, mártir de la mafia Pino Puglisi: el “Papa Bueno” El 27 de abril en Roma ha sido canonizado, junto al papa Juan Pablo II, el papa Juan XXIII por voluntad del actual papa Francisco que ha querido así renovar el espíritu del Concilio Vaticano II a los casi 50 años de su conclusión.
Juan XXIII se llamaba Angelo Giuseppe Roncalli. Provenía de una familia campesina italiana, profundamente católica. Al hacerse sacerdote escribió: “No me he hecho cura para hacer plata, para buscar comodidad, honores, placeres, no; quiero solo hacer el bien en todas las formas a la pobre gente para la gloria de Dios, el honor de la Iglesia y la salvación de las almas”. Desde 1885 escribió un diario a lo largo de toda su vida: “Diario del alma” fue publicado después de su muerte en 1963. Consagrado obispo en 1925 en Roma, fue enviado a países donde los católicos eran minoría (Bulgaria, Turquía, Grecia). Decía: “Tan solo puedo practicar las 14 obras de misericordia... He mantenido silencio sin lamentarme nunca ni expresar deseos de otra cosa. Vivo la voluntad de Dios día tras día, dejando decir y hacer y que me pase adelante quien quiera; yo no me preocupo por el futuro”. En 1944, como nuncio en Francia, dijo: “No busquen en mi a un diplomático o a un gran personaje; yo soy y quiero ser siempre un buen padre y pastor”. De 1953 a 1958 fue patriarca de Venecia y finalmente fue elegido Papa. Se pensaba que fuera un Papa de transición: ya tenía 77 años. Sin embargo, enseguida anunció un Concilio para toda la Iglesia Católica. Se trataba de reunir en asamblea a 2.500 obispos que sesionarían después a lo largo de 4 años. El último Concilio (el Vaticano I) se había hecho un siglo antes y había durado pocos meses. La curia se oponía, pero el Papa lo anunció por 2
sorpresa. Juan fue considerado ingenuo e inconsciente; algunos hablaron de “locura senil”. Sin embargo él avizoraba una época nueva para la Iglesia y para la humanidad. Empezó a visitar las parroquias, a los niños en el hospital, a los presos en la cárcel. “El Papa no es un soberano; yo desearía ser un buen pastor para todos, cercano a la gente”, decía. Sacó documentos excepcionales en defensa de la justicia social, de la paz. Promovió el ecumenismo con todas las Iglesias cristianas y el diálogo interreligioso. Intervino para evitar una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia en 1962. Sabía de su enfermedad, un cáncer maligno al estómago, y sin embargo se consagró cuerpo y alma a una preparación esmerada del Concilio. Decía: “No pretendo llegar a celebrarlo; a mi me basta anunciarlo”. Él confiaba en la Providencia. Las imágenes de las muchedumbres en Plaza san Pedro durante su agonía están entre las más emblemáticas del siglo XX. Había dicho: “Yo he vivido siempre al día, buscando la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es nuestra paz”. Apenas dos años después, Pablo VI introdujo su causa de beatificación, a pesar de que ya durante el Concilio muchos querían declararlo santo por aclamación. Recién después de 51 años ha sido declarado santo por el papa Francisco. El actual Papa ha querido, al canonizarlo junto al papa Juan Pablo II, más conocido, reafirmar y relanzar el Concilio Vaticano II para una nueva primavera de la Iglesia.
2014 Sínodo de los obispos sobre la familia
Jesús
y la familia de Marta: el discipulado Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. Pero Jesús le contestó: Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar. Lucas 10,38-42
Una de las familias más famosas del Evan* gelio es la de Marta, María y Lazaro. Varios son los encuentros de Jesús con ellos. En la casa de Betania Jesús se econtraba muy bien. La amistad con ellos lo llevó también a corregirlos. Conocido el buen “resongo” que recibió Marta, cuando quiso que Jesús exortara a María al servicio, mientras ella como buena discípula estaba escuchando su Palabra. Podemos decir que la de Betania es una familia de discípulos y que nos enseña el discipulado.
Preguntas ¿A qué le damos importancia en nuestra vida, diciendo que es “prioridad”? ¿Estas prioridades coinciden con lo que Jesús propone? ¿Has tenido la experiencia de escuchar a alguien sin “atención”? ¿Tu servicio en el barrio, en la comunidad, en la familia, tiene interés por la persona atendida? Cuando recibes a alguien para escucharlo, ¿aquietas tu alma para dejarle lugar? La Gruta n.449
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Salmo 125 Jesús entra en la casa de Marta y María, está en medio de sus discípulos, en la confianza, en lo cotidiano que se vive dentro de un hogar. Es fácil imaginarnos en esta escena: recibimos a alguien y queremos que todo esté en orden, que no falte nada para que los invitados estén bien atendidos. Comprendemos a Marta, seguro. Pero el que es recibido quiere ser atendido con la escucha. Y aquí aparece la novedad del evangelio, es decir, el servicio que se brinda, busca el encuentro con el otro y no hay nada más importante que esto.
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Marta no tiene tiempo para escuchar, pues hay mucho para hacer. Es importante el hacer, pero Jesús no anda con vueltas, es más importante alimentar el espíritu para que sea fuerte y pueda discernir en los momentos difíciles de la vida. Pero ¿cómo lograr esta fortaleza espiritual si siempre la dejamos de lado por procurarnos un bienestar material?
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Los que confían en el Señor Son como el Monte Sion, que es inconmovible, que permanece para siempre. Como los montes rodean a Jerusalén, Así el Señor rodea a Su pueblo Desde ahora y para siempre. Pues el cetro de la impiedad no descansará sobre la tierra de los justos, Para que los justos no extiendan sus manos para hacer el mal. Haz bien, Señor, a los buenos Y a los rectos de corazón. Pero a los que se desvían por sus caminos torcidos, El Señor los llevará con los que hacen iniquidad. ¡Paz sea sobre Israel! Amén.
La comunión con Jesús, determina una actitud atenta a la necesidad del otro, ¿cuántas veces nos esmeramos en un servicio porque en ello proyectamos nuestra capacidad para realizarlo y terminamos amargados porque lo hicimos solos o fuimos pocos o decimos “siempre yo” y nadie más se preocupa?
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Seguro pensamos como Marta, si ella lo está haciendo, la otra también tiene que hacer lo mismo, así no habría nadie perjudicada con el trabajo. Y ahí está la pregunta: ¿el servicio al otro es un trabajo que me fatiga y estoy deseando que se termine? Pero si quiero descansar igual que María ¿cuál es la propuesta? ¿Descansar de mis quehaceres o procurar escuchar la Palabra de Jesús para llegar a servir con alegría?
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Miércoles 14 de mayo a las 17:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín.
2014 Sínodo de los obispos sobre la familia El discipulado El discípulo es una persona que ha escuchado el llamado de Jesús y lo sigue con entusiasmo. Se trata de una respuesta de amor, a una llamada de amor. Los discípulos están llamados a la perfección del amor: por eso la respuesta está lejos de ser solo intelectual. A la elección amorosa de Jesús, el discípulo responde, por gracia de Dios, con fidelidad hasta la cruz y el testimonio de la Resurrección, al punto de estar dispuesto a dar la vida por los demás: es la experiencia de muchos santos, y sobre todo de los mártires.
El discípulo de Jesús El discípulo de Jesús se une a Él y participa de su vida, manifestando la presencia de Jesús vivo en las diversas situaciones humanas. El discípulo experimenta que la vinculación íntima con Jesús es también unión al grupo de los suyos; grupo que participa de la Vida de Dios, asumiendo su mismo estilo de vida y sus mismas motivaciones, compartiendo su misma suerte y haciéndose cargo de su misión de hacer nuevas todas las cosas.
por lo que Jesús y su discípulo comparten la misma vida que viene del Padre, aunque Jesús por naturaleza y el discípulo por participación. La consecuencia inmediata de este tipo de vinculación es la condición de hermanos que adquieren los miembros de su comunidad. Tal vez el signo más elocuente de esta hermandad es el rezo comunitario del Padre Nuestro.
El discípulo: amigo y hermano de Jesús Jesús quiere que su discípulo se vincule a Él como “amigo” y como “hermano”. El “amigo” ingresa a su Vida, haciéndola propia. El amigo escucha a Jesús, conoce al Padre y es como que en sus venas corre la misma sangre de Jesús. El “hermano” de Jesús participa de la vida del Resucitado, Hijo del Padre celestial,
La comunidad de los discípulos Recibe el encargo de proclamar la Palabra del Padre. Como muestra el encuentro de Jesús con Marta y María, en la casa de Betania, escuchar esta Palabra, para luego proclamarla, es prioritario: nada hay más importante que eso; es como si en cada Palabra que la comunidad de discípulos escucha, se renueve el primer
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llamado al amor. Luego, los discípulos anuncian lo que esta Palabra -Jesús- “hizo y enseñó”, mientras “estuvo con nosotros”. Su Persona y su obra son la Buena Noticia de salvación. Sin embargo, Jesús Vivo y Resucitado sigue también hablando hoy a sus discípulos. Ellos están acostumbrados a escucharlo, a discernir su voz en medio de los ruidos del mundo; saben hoy lo que el Señor les pide anunciar. La comunidad de los discípulos continúa la misión de Jesucristo La comunidad de los discípulos continúa la misión de Jesucristo a lo largo de la historia, llevando vida en plenitud a las sucesivas generaciones, en sus nuevas situaciones, siempre cambiantes. Ella proclama que la sociedad anhelada por todos, fundada en la paz y en la justicia, solo será una realidad en la medida en que los hombres y las mujeres, como hijos en obediencia al Padre y hermanos entre sí, hagan de sus vidas un auténtico don a los demás. Cristo, nuestro Camino, muestra cómo dar vida a los otros implica necesariamente entregar la propia. Él enseñó con su propia entrega que “nadie tiene más grande amor que quien da la vida por los amigos” (Jn 15,13). Los males que afligen actualmente a nuestra sociedad provienen de menospreciar la entrega de sí como expresión del amor, porque el egoísmo y el pecado no engendran vida, sino infelicidad.
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Jesús vive en una familia de discípulos Es evidente la importancia de aprender a ser discípulos desde niños, casi aprender el idioma de Jesús, su manera de pensar y de actuar en familia; de la misma forma que el niño en familia aprende a sonreir, a relacionarse con los demás, a hablar... La familia ha sido la maestra de discipulado para muchos santos: Juan XXIII agradeció por eso a sus padres cuando celebraba los 25 años de su sacerdocio; el p. Cristoph, mártir en Argelia, escribía en su testamento espiritual que aprendió a amar a la Iglesia en los brazos de su madre... ¿Cómo ser familia que educa al discipulado? Es importante que padres o adultos de la misma familia sean capaces de hacer su tiempo para escuchar lo que tiene para enseñar Jesús y ponerlo en práctica en el día a día, con los que están creciendo ya sean niños, adolescentes o jóvenes. ¿Cómo podrían asumir las dificultades del diálogo con los más jóvenes, si no se tiene este alimento de la Palabra y el discernimiento? Los hijos, aunque a veces no participen activamente en la comunidad, van teniendo una referencia muy importante cuando ven en los adultos compartir maneras de pensar en comunidad, escuchando y celebrando, aceptando correcciones del otro. Jesús corrige a Marta, como sacándola de su rutina, de su exigencia en cosas que solo le dan preocupaciones, entonces le dice que una sola cosa es necesaria, María eligió la mejor, la que no le será quitada.
Parábolas de HO Y - Tesor o escondido esoro escondido, pero al alcance de todos: en familia. HOY ¿Para la madre?: ¡El padre! ¿Para el padre? ¡La madre! Desde siempre existió la esclavitud, más o menos disimulada: antes venían bandas que se robaban mano de obra barata, hombres y mujeres. Después los imperios se robaban a los varones para formar ejércitos, ahora, más sofisticados, encargamos a las financieras y bancos realizar sus correrías, provocando éxodos y migraciones. La familia siempre fue tironeada o bombardeada. Hoy también. ¿Quién no conoce a las “madres solteras”, “madres adolescentes”... Con respecto a los hijos, se ve un sinfín de métodos para tenerlos, encargarlos, varón, mujer, rubio ojos azules, de este o aquel “ídolo”, alquilando “vientres”... Estaba con estos pensamientos, cuando me tocaron el timbre. Una pareja entorno a los 50 años: “padre, ¿tiene un tiempito?”. -“¡Cómo no!” -“Nos tomamos el ómnibus y venimos a confesarnos”. -“¿Están apurados?” -“¡Nooo!” -“¡Yo tampoco!” Conversamos de varias cositas… Tiempo de Gracia, pensé, porque no veía asomarse ningún “nubarrón”. Cielo sereno… “Tenemos tantos hijos…, están bien, trabajan. Gracias a Dios no tienen mayores problemas. Ya tenemos varios nietos…”. Al rato la esposa se levanta: “¡Empezás vos!”… Me hizo tanto bien esa confesión del esposo que aún disfruto. Me habló de la infancia pobre y dura, de la soledad sufrida en la adolescencia, la falta de diálogo y la ausencia de consejos, del trabajo ingrato y sacrificado ya desde los 17 años… sin amigos, en alta mar. Parecía que estaba preparando una base, para justificar un desastre… ¡No! Me estaba llegando al fondo del alma, esa confesión. Inquieto y sospechoso esperaba el anuncio de una caída o de un derrumbe, tal vez, en el alcohol o en la droga. ¡No! Después el casamiento, los hijos y el trabajo sin fin, con traslados lejos de la familia, ausencias prolongadas y … otra vez, mi fantasía, corriendo hacia la infidelidad, la traición, el abandono… ¡No! Muchos hijos, situaLa Gruta n.449
ción económica crítica y pobreza grande. Pensé que yo conocía a algunos de sus hijos, de la catequesis, entonces pregunté: -“¿Conoce a tal y tal?” -“¡Son mis hijos e hijas!”. Sentí una paz y una luz especial en mi corazón. Esos chiquilines/as me habían dejado una impresión que recuerdo con alegría. La confesión no había terminado, faltaba el tesoro escondido. ¿Cómo hizo ese papá para tener en pie a tanta gente maravillosa, con tantas dificultades? ¿Antecedentes problemáticos y resultados excelentes? Escucho atentamente, levanto mi mirada y fijo mis ojos en los de aquel papá. ¡Cuánta serenidad! ¿Cómo es posible? -“Una última cosa, padre: yo no puedo acostarme sin leer una paginita de la Biblia. ¿La Biblia con esas características, me sirve? ¡Si yo no la leo, no me puedo dormir!” Una fuerza y una conmoción interior me movió a contemplar el Sagrario. Lo tenía ahí cerquita. No pude evitar hacerle una seña, de que sabía, de sus “avivadas”, las de Jesús, por supuesto. Apareció el tesoro en el campo. Ese papá lo había encontrado y todas las noches escuchaba a Dios Padre, que lo contagiaba de su “paternidad divina”. “No solo de pan vive el Hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Los pobres nos evangelizan, viven de un pan que el Padre les convida. Tienen un olfato que les permite encontrar tesoros escondidos en cualquier campo, aún entre espinas y cardos. La Providencia siempre da a todos las oportunidades de conseguir perlas preciosas. La Confesión también es un campo donde encontramos más gracias que pecados. Los apuros nos llevan a pisarlas, y a seguir de largo. Parece imposible. A veces ní en la propia pareja descubren el tesoro que sostiene al otro. En el “día de la madre”, un consejo: ¡Descubran el tesoro que hay en el propio esposo y/o padre! Rodolfo Bonci 7
Oración a los pies de La Gruta
Sopla sobre mí, Espíritu Santo, para que todos mis pensamientos sean santos.
Miércoles 14 de mayo a las 17:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín. Lunes 9 de junio a las 18 hs. en el despacho parroquial: formación de los voluntarios del día 11.
Actúa en mi, Espíritu Santo, para que también mi trabajo sea santo. Induce mi corazón, Espíritu Santo, para que ame solamente a aquello que es santo. Fortaléceme, Espíritu Santo, para defender todo lo que es santo. Guárdame, Espíritu Santo, para que yo siempre sea santo. Amén.
23º Encuentro Nacional de laicos El Departamento Nacional de Laicos nos invita a participar con las palabras del papa Francisco a ser “una Iglesia con las puertas abiertas”. El Encuentro convoca a poner en común el rumbo de los cristianos uruguayos, a conocerse, a hacerse responsables de salir al encuentro, de tomar la iniciativa. La oración de inicio será seguida por la Bienvenida a cargo de mons. Daniel Sturla. Luego habrá una exposición sobre la “Espiritualidad del Laico”, seguida con un trabajo de grupos. Al mediodía, la Celebración Eucarística. Por la tarde se presentarán los Lineamientos Pastorales del período 2014-2019. Luego habrá un panel sobre responsabilidad Ciudadana. Finalizará a las 17hs, con el Mensaje Final y la Oración de despedida. 8