CAPÍTULO I: TECNOLOGÍA EDUCATIVA 1. Evolución de la Tecnología Educativa Algunos autores1 sitúan el origen de la tecnología educativa en Estados Unidos de Norteamérica durante su participación en la II Guerra Mundial, con la formación militar ya que se tenía la necesidad de formar y convertir a un gran número de ciudadanos en soldados y oficiales que estuvieran preparados para asumir tareas y acciones en la organización y actividad bélica. Uno de los problemas que tenía la Administración estadounidense era el de cómo formar y adiestrar a grandes cantidades de personas en poco tiempo y que obtuviesen un rendimiento efectivo en los aprendizajes propuestos, por lo que se buscaron nuevos procesos eficaces de formación en general. Estos nuevos procesos dieron lugar a un enfoque de enseñanza que utilizaba medios, recursos técnicos y sofisticados como rasgos particulares. Para la búsqueda de nuevos procesos, fueron llamados psicólogos y educadores, quienes encontraron que la solución era la puesta en práctica de programas de acción instructiva basados en el logro de objetivos claros y concretos de aprendizaje (la formación de destrezas específicas según las tareas que iban a desempeñar en la organización militar), control y racionalización de las variables procedimentales (cómo presentar la información, cómo organizar a los alumnos, las prácticas que debían realizar, etc.), utilización de los recursos audiovisuales y la medición precisa de los resultados de aprendizaje a través de pruebas estandarizadas. Con estos programas se estaban sentando las bases de lo que posteriormente sería la tecnología educativa. Es decir, elaborar un cuerpo de conocimiento científico que supusiera la ruptura de prácticas tradicionales y artesanas de enseñanza para alcanzar un proceso racionalizado y tecnologizado de la actividad docente. La configuración de la tecnología educativa como campo de estudio de la educación surge en el contexto estadounidense de los años cincuenta. El por qué de su aparición se puede explicar en la confluencia de tres factores: 1) La difusión e impacto social de la radio, cine, televisión y prensa: en los años cincuenta y los años sesenta aparecen numerosos mecanismos y aparatos de comunicación en el mercado norteamericano. Es en esos años que el impacto del cine y la aparición de la televisión se encuentran en su apogeo. Debido a esto y a la fascinación que produce en los investigadores educativos los nuevos recursos tecnológicos como las diapositivas, los retroproyectores, los proyectores de películas y otros, les conduce a suponer que dado a las características peculiares que éstos tenían, incrementarían notablemente el aprendizaje de los alumnos si se utilizaban en la enseñanza. 2) El desarrollo de los estudios y conocimientos en torno al aprendizaje del ser humano bajo los parámetros de la psicología conductista, que supuestamente ofrecería una teoría coherente y científica que explicaría el comportamiento humano y el aprendizaje como adquisición de nuevos patrones conductuales si se ofrecieran los estímulos adecuados. Para los investigadores educativos los medios presentaban los estímulos adecuados que posibilitaban procesos instructivos eficaces. 3) Los métodos y procesos de producción industrial: durante esta época la economía y la industria norteamericana alcanzaban un gran desarrollo. Se tecnifica el proceso de producción, tanto en el sentido de la introducción de maquinaria que realizaba tareas más complejas, como en la racionalización en el uso y aplicación de los recursos humanos y materiales. La corriente del taylorismo como filosofía de gestión empresarial ofrecía los mejores resultados. Es así como se va configurando el supuesto de que las escuelas son similares a las empresas en su organización, por lo que los métodos gerenciales de organización utilizados en las empresas pudieran ser aplicables a los lugares de enseñanza con el fin de incrementar los resultados educativos. El autor Area describe que bajo este contexto, fue fácil que se encendiera y cobrase fuerza la creencia de que aplicando las tecnologías que tenían éxito en otros campos en la educación, el sistema educativo alcanzaría niveles de eficacia y rendimiento semejantes a los de esas áreas. El interés de los investigadores educativos se centró sobre los soportes físico-materiales (hardware) de la enseñanza.
1 Area
Moreira, Manuel. La Tecnología Educativa como Disciplina Pedagógica. 2002.
Estados Unidos en los años sesenta estaba alcanzando su máximo apogeo industrial, económico y mercantil. Era la primera potencia del mundo, sin embargo, a finales de los años cincuenta, su rival, la Unión Soviética, había asestado un duro golpe científico que minó la moral de la sociedad estadounidense, como fue el lanzamiento del primer satélite espacial puesto en órbita (el Sputnik). Debido a este hecho, la sociedad estadounidense reaccionó cuestionando la calidad de su propio sistema educativo, el cual, fue visto como ineficiente, por lo que habría que reformarlo prontamente. Para Estados Unidos, después de este hecho, la educación se convirtió en una alta prioridad nacional y ofrecieron fondos para la mejora de la enseñanza de las ciencias, la matemática y lenguas extranjeras, por lo que se tuvo recursos para la investigación sobre los medios y su difusión. También se desarrollaron numerosos proyectos de medios y programas instructivos que exploraban los valores de una cuidadosa integración de los medios de enseñanza, según lo expresa el autor Kemp en 1987. En aquellos años se creía que las nuevas tecnologías representadas por el hardware, tendrían la capacidad por ellas mismas de incrementar la calidad y eficacia del sistema educativo. Algunos autores como Bloom, Gagné y Tyler habían sentado las bases teóricas establecido los principios y procedimientos necesarios para que el diseño de la enseñanza no fuera una actividad intuitiva y artesanal sino que tuviera los principios y procedimientos fundamentados en los resultados de la investigación psicológica que permitiesen la elaboración de programas y paquetes de software educativos que mejoraran tecnológicamente la enseñanza.
Con lo anterior se inició una nueva etapa dentro de la tecnología educativa, la cual, iba a superar la visión de ésta únicamente como la introducción del hardware en la educación. Esta nueva visión defendía una concepción de la tecnología educativa más amplia, una visión totalizadora del fenómeno de enseñanza. Según el Dr. Clifton2 Chadwick, en los años 70 se hablaba de dos definiciones típicas sobre tecnología educativa: 1) La manifestación en forma de máquinas y otros dispositivos que se pueden usar en el proceso educativo. 2) La aplicación de conocimiento organizado o científico a la resolución de problemas prácticos en la educación. Se puede dar una definición amplia tomando los dos conceptos anteriores: los conocimientos organizados (lo que se va a aplicar) y los problemas prácticos. Chadwick también menciona que los conocimientos prácticos que se aplican vienen de tres áreas principales: 1) La psicología 2) La comunicación 3) El enfoque de sistemas Si se combinan justamente estas tres áreas se logran ventajas, aunque es difícil determinar cuál es y cuándo se tiene este balance perfecto. Durante esta década la acción de la tecnología educativa se había desarrollado en algunas actividades como el entrenamiento, las publicaciones, radio y televisión educativas, material audiovisual y educación a distancia. La época en que la tecnología educativa alcanza una gran relevancia en el ámbito educativo internacional es la década de los años setenta, en la cual se publicaron manuales en torno a la tecnología educativa que coincidían en ofrecer un cuerpo de conocimientos suficientemente coherentes y sólidos sobre la forma de cómo organizar las variables que inciden en el aprendizaje con el fin de planificar ambientes y procesos instructivos dirigidos al logro de objetivos educativos.
2
Chadwick, Clifton. La Tecnología Educativa en América Latina en la Década de los setenta. Revista Educar Número 3: Pedagogía Comparada. 1983.
Los manuales que se publicaron en esta época junto con la intensa actividad internacional de congresos, cursos, titulaciones, publicaciones periódicas, etc., fueron muy importantes para el desarrollo, madurez y extensión de la tecnología educativa en el mundo de la educación. Es en esta década donde se crean y se consolidan asociaciones profesionales y académicas con alto prestigio internacional como la Asociación para la Educación y el Entrenamiento de Tecnología (AETT por sus siglas en inglés), la Asociación para la Educación, Comunicación y Tecnología (AECT), Asociación de Media y Tecnología en Educación (AMTEC), la Asociación Americana de Investigación en Educación (AERA), la Sociedad Americana para el Entrenamiento y Desarrollo (ASTD), entre otras. Es también en esta época donde la tecnología educativa como campo de estudio y de actuación rompe el ámbito de Estados Unidos y Gran Bretaña para extenderse a numerosos países. La década de los años ochenta fue una época de revisión crítica sobre lo realizado, se cuestionaron los cimientos sobre los que se fundamentó la construcción de una información conceptual y procedimental racional, sistémica y científica. A finales de los años setenta comenzó a surgir y a generalizarse numerosos dudas, reflexiones, críticas y descalificaciones en torno a lo que había sido la evolución de la tecnología educativa y a la validez y la utilidad de la misma para los sistemas educativos. Después de sufrir una cierta pérdida de horizontes conceptuales y de peso e influencia en los ámbitos académicos de la pedagogía, la década de los noventa nuevamente volvió a convertirse en un centro de atención relevante dentro del campo educativo. El cambio económico, social, político y cultural acelerado en el que están inmersos el conjunto del países industriales avanzados ha provocado que los investigadores y profesionales educativos tomaran conciencia y se pusieran en estado alerta de los efectos culturales y educativos de estas nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, especialmente sobre la infancia y la juventud, y sobre las instituciones y procesos educativos. Debido a lo anterior, la tecnología y la educación se han ido convirtiendo en focos de atención y programas de investigación y docencia claramente identificable en la comunidad pedagógica internacional. Hoy en día, por una parte se ha incrementado notablemente el número de estudios, trabajos, ensayos, proyectos, tesis, etc., vinculados con la tecnología educativa. Por otra parte, en los últimos años se ha producido una convergencia del interés investigador hacia una línea o ámbito temático prioritario: las aplicaciones educativas de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Internet, la teleformación y el multimedia educativo son los ejes temáticos que aglutinan una buena parte de las publicaciones y estudios realizados por investigadores. Internet se ha convertido en el espacio de investigación propio de los tecnólogos educativos. La producción de software educativo en formato digital y difundido a través de discos digitales, la oferta de educación a distancia por medio de Internet mediante campus virtuales, la incorporación de las tecnologías digitales a los centros y aulas escolares, el financiamiento de las administraciones públicas de proyectos vinculados con la educación en línea, los planes de alfabetización tecnológica emprendidos por las distintas administraciones públicas, etc., son evidencias palpables del fruto de esta etapa en la que se encuentra la tecnología educativa en este comienzo del siglo XXI.
Actualmente el espacio de estudio de la tecnología educativa son las relaciones o interacciones entre las tecnologías de la información y comunicación y la educación en diversos planos y ámbitos de acción, como lo son:
! Aplicaciones educativas en Internet ! Medios de comunicación y educación ! Diseño, desarrollo y evaluación de materiales educativos ! El profesorado y la integración escolar de los medios y nuevas tecnologías
2. Definiciones de Tecnología Educativa A continuación se presentan algunas definiciones sobre tecnología educativa:
“El ámbito disciplinar dentro del campo de la Didáctica, encargada del estudio de los medios, de su selección, uso, diseño, organización y evaluación en contextos educativos.”3 “ Es la aplicación de un enfoque científico y sistemático con la información concomitante al mejoramiento de la educación en sus variadas manifestaciones y niveles diversos.” 4 “Cuerpo de conocimientos que, basándose en disciplinas científicas referidas a las prácticas de la enseñanza, incorpora todos los medios a su alcance y responde a la consecución de fines en los contextos socio históricos que le otorgan significación.” 5 “Es aquella que reflexiona sobre la aplicación de la técnica a la resolución de problemas educativos, justificada en la ciencia vigente en cada momento histórico.”6 “Aplicación de todo sistema, técnica o material que permite mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje, tomando en cuenta tanto los recursos técnicos como los humanos y su interacción con el fin de conseguir la mayor eficacia posible. En este sentido, la tecnología de la educación emplea el análisis de sistemas como instrumento teórico.” 7 De los conceptos presentados anteriormente el más completo es el último, ya que se centra en el proceso de enseñanza – aprendizaje y toma como herramienta la tecnología educativa, sin olvidar el factor humano y el uso que éste hace de la misma. La interacción de estos tres factores es clave para el desarrollo exitoso de un programa de aprendizaje por medios electrónicos. 3. Retos de la Tecnología Educativa para el siglo XXI En este nuevo milenio nuestras sociedades se encuentran inmersas en la incorporación de la cultura de las tecnologías de la información y de las comunicaciones. Este desarrollo cultural lleva a la educación hacia un proceso de ayuda al ser humano para mejorar sus capacidades cognitivas. Este proceso de ayuda necesita una alfabetización tecnológica de la información y de las comunicaciones, tanto de alumnos como de profesores, y también una incorporación de la competencia en el manejo de la información al sistema de educación, lo que nos indica que el sistema educativo no puede permanecer en un estado pasivo, debe ser dinámico e incorporar la tecnología en su cuerpo institucional, así como también en la práctica educativa en todos sus niveles. Por un lado, el concepto de educación se entiende como el conocimiento y desarrollo de los procesos de comunicación que le facilitan a una persona tomar una decisión, posteriormente de haber hecho una reflexión sobre la información recibida, lo que le permite tener propuestas propias y creativas. Por otro lado, el concepto de cultura se entiende como un conjunto de formas de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial en una época determinada. También como un conjunto de conocimientos que adquiere el ser humano como resultado de su formación educativa que le permiten desarrollar su juicio crítico. Una forma de modificar la práctica educativa es incorporando nuevos procesos de comunicación al sistema educativo que desarrollen en el alumno habilidades para tomar decisiones en relación al acceso de la información dentro de un proceso de enseñanza y aprendizaje que sea crítico, reflectivo, activo, participativo y cooperativo. Para adquirir nuevas habilidades que les permitan introducirse a un medio social sin deficiencias formativas, tanto los profesores como los estudiantes requieren una alfabetización tecnológica. Para lograr esta transformación y para dar respuesta a las nuevas formas de generar, crear y acumular conocimiento es necesario introducir la competencia en el manejo de la información. Es necesario desarrollar en los
3
Alba, Carmen; Bautista Antonio; Nafría Evaristo. Tecnología Educativa: Evolución de una Concepción. Universidad Complutense de Madrid. 1999. 4
Chadwick, Clifton. Tecnología Educacional para el Docente. Paidós. 1979.
5
Litwin, Edith. Cuaderno de la Cátedra de Tecnología Educativa. Oficina de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, Argentina. 1993. 6
Sarramona López, J. Presente y Futuro de la Tecnología Educativa. Ponencia del Seminario Internacional de Tecnología Educativa. México. 1994.
7
UNESCO. Glosario de Términos de Tecnología de la Educación. 1986.
estudiantes las habilidades para utilizar en forma efectiva los diversos recursos de información que se encuentran disponibles en Internet y también en otras fuentes. La Asociación Americana de Bibliotecas y la Asociación para la Educación de las Comunicaciones y la Tecnología8 desarrollaron normas para la competencia en el manejo de la información. Dichos normas se describen a continuación: Norma # 1: El estudiante competente en el manejo de la información accede a la misma de manera eficiente y efectiva. El estudiante que sabe leer y escribir información reconoce que el hecho de tenerla es fundamental para el cumplimiento de las oportunidades y desafíos del diario vivir. El alumno debe saber cuándo debe buscar información más allá de su conocimiento personal, cómo enmarcar las preguntas que darán lugar a la información adecuada y también dónde buscarla. El estudiante también debe saber cómo estructurar una búsqueda a través de una variedad de fuentes y formatos para localizar la mejor información que satisfaga su necesidad. Norma # 2: El estudiante que es competente en el manejo de la información evalúa la misma crítica y competitivamente. El estudiante que es versado en leer y escribir información la pesa sabia y cuidadosamente para determinar su calidad, es decir, el estudiante entiende los principios tradicionales y que emergen para evaluar la exactitud, la validez, la importancia, lo completo y la imparcialidad. El alumno aplica estos principios profundamente a través de las fuentes y de formatos de información y utiliza la lógica y el juicio informado para validar, rechazar, o substituir la misma que satisfaga su necesidad particular. Norma # 3: El estudiante competente utiliza la información en forma creativa y precisa. El alumno que es versado en leer y escribir información la maneja con habilidad, es decir, plena y eficazmente en una variedad de contextos; la ordena e integra en un rango de fuentes y formatos para la toma de decisiones, para la solución de problemas, para usarla con pensamiento crítico y expresión creativa. También comunica la información y las ideas para diversos propósitos, tanto académicos como creativos, a una serie de audiencias en forma impresa o en formato digital. Esta norma promueve el diseño y la ejecución de productos auténticos que involucran pensamiento crítico y creativo y que reflejan situaciones del mundo real. En este contexto se hace necesario la creación de nuevos modelos que puedan desarrollar en los estudiantes las capacidades y habilidades para manejar las herramientas tecnológicas y de mejorar el modo de obtener la información, el análisis, la síntesis, la conceptualización, el pensamiento crítico y sistémico, la investigación para que se conviertan en generadores de nuevos conocimientos. Actualmente las tecnologías de la información y de la comunicación están cambiando la forma de transmitir el conocimiento, la forma de comunicarse, la forma de enseñar a aprender, posibilitando de este modo a que en un futuro el profesor no sólo sea un trasmisor de conocimientos y el alumno simple receptor de los mismos. Bajo este panorama es importante resaltar que el profesor, más que un transmisor de conocimientos debería transformarse en un tutor que guíe el proceso de aprendizaje del alumno. Se encargaría de planificar un proceso educativo flexible y abierto, con fuentes variadas, actualizadas y motivadoras, utilizando para ello una metodología interactiva y una forma colaborativa de trabajo. Uno de los retos de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación es que por medio de éstas se pueden introducir pedagogías alternativas y con ello se pueden hacer cambios en las estructuras educativas. La tecnología educativa debe ocupar un especio en la pedagogía y la didáctica dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje y se debe tener en cuenta que no debe ser un contenido fundamental dentro de un pensum de 8
American Association of School Librarians & Association for Educational Communications and Technology. Information Literacy Standards for Student Learning. 1998.
estudio, sino más bien un recurso o instrumento dentro de la visión educativa. Lo anterior significa que debe ser una herramienta de apoyo o facilitador en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Las sociedades requieren un nuevo modelo educativo en el sentido de que lo realmente importante en el desarrollo de procesos formativos debe ser que el estudiante: ! Aprenda a aprender: que desarrolle habilidades para el autoaprendizaje de manera permanente. ! Sepa enfrentarse a la información: que la sepa buscar, seleccionar, elaborar y transmitir. No es relevante que la persona retenga toda la información en su memoria, sino que debe aprender a saber buscar, seleccionar y analizar aquella información en las distintas fuentes de consulta. Esto quiere decir que lo relevante del proceso de aprendizaje es el desarrollo de los procesos de análisis y reflexión y no el desarrollo de la capacidad memorística. ! Sea altamente calificado en el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para que pueda desempeñar eficientemente su labor. ! Tenga conciencia de las implicaciones económicas, culturales, ideológicas y políticas del uso de la tecnología en la sociedad moderna. Resumiendo lo anteriormente descrito es que para este nuevo siglo será relevante el desarrollo de procesos formativos que vayan dirigidos a que la persona aprenda a prender, que sepa procesar la información, tenga una formación de calidad en el uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para que las aplique en su campo laboral y que sepa que la tecnología tiene implicaciones en el campo económico, ideológico, político y cultural de la sociedad. Por lo tanto, una de las metas educativas debiera ser la formación de las personas como usuarios conscientes y también críticos de las nuevas tecnologías sin olvidar la cultura que en torno a ellas se produce y difunde. Otro reto importante de este nuevo milenio es la formación del profesorado en las tecnologías de la información y la comunicación aplicadas al sector educativo. Se debe insistir en quitar los miedos que se fundamentan en premisas tales como: la tecnología va a sustituir a los profesores. Bajo el contexto del volumen de información, aparece otro reto para este siglo: los estudiantes están siendo expuestos a una gran cantidad de información. El acceso, almacenamiento y procesamiento de la misma, así como la generación de nuevos conocimientos está aumentando en forma exponencial, por lo que el sector educativo debe saber cómo afrontar esta situación. También debe evaluar los cambios o reformas educativas que se deben hacer. También es importante conocer que no todas las instituciones educativas poseen los recursos ni los medios suficientes para desarrollar procesos educativos utilizando nuevas tecnologías. Dentro de la competencia profesional, se deben tener buenas prácticas no sólo en procesos cognitivos, sino también se deben desarrollar lo procesos de comunicación, de toma de decisiones, la resolución de problemas y la capacidad de trabajar en equipo. Un reto de la educación es el poder llegar a las personas en áreas remotas. Bajo este contexto, uno de los retos de la tecnología educativa es extender las redes de computadoras hacia áreas remotas para permitir los estudios y formación a sociedades que por distintos factores no tienen acceso a las aulas convencionales. Con esto se rompen las barreras del tiempo y del espacio para poder llevar a cabo actividades de enseñanza y aprendizaje. La educación a distancia que se apoya en las redes de computadoras, permite que muchas personas, que por motivos de tiempo o distancia no puedan estudiar en las formas tradicionales de asistencia a un centro, lo hagan desde su hogar o lugar de trabajo. Pero uno de los retos, no es solamente la creación de este tipo de proyectos educativos, sino que los que se creen tengan la calidad pedagógica necesaria para que esta formación no sea inferior respecto a la educación presencial. Esto apunta a la creación de programas de enseñanza sin limitación de espacio ni tiempo, que puedan establecer relaciones de colaboración por medio de comunidades virtuales de aprendizaje y contribuir al desarrollo de la cooperación e investigación educativas.
4. La Universidad dentro de la Sociedad del Conocimiento Como un reto de la tecnología educativa para el siglo XXI, en el punto anterior se presentó que es necesario plantear nuevos modelos educativos, esto se debe también a que nuestro mundo actual tiene una globalización que crece cada día más y más. Por otra parte, se han realizado importantes investigaciones que demuestran que los países realmente avanzados tienen un eficaz sistema universitario con permanentes y sólidas investigaciones. En relación a esto, en Iberoamérica muchas de las universidades tienen serias y continuas dificultades, por distintos factores, para poder modificar rápida y profundamente sus modelos, sus estructuras y sus procedimientos, con el fin de poder responder eficiente y oportunamente a las nuevas demandas existentes. La Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI celebrada en París en octubre de 1998, manifiesta: “…que los sistemas de educación superior, deberían aumentar su capacidad para vivir en medio de la incertidumbre, para transformarse y provocar el cambio, para atender las necesidades sociales y fomentar la solidaridad y la igualdad; preservar y ejercer el rigor y la originalidad científicos con espíritu imparcial por ser un requisito previo decisivo para alcanzar y mantener un nivel indispensable de calidad; y colocar a los estudiantes en el primer plano de sus preocupaciones en la perspectiva de una educación a lo largo de toda la vida a fin de que se puedan integrar plenamente en la sociedad mundial del conocimiento del siglo que viene,” por lo que la incertidumbre no debería producir un estancamiento, entendiéndose éste como la imposibilidad de reaccionar, sino a una disposición para cambiar, ampliar y renovar incesantemente el conocimiento. Miguel casas Armengol9, señala que el siglo XX fue el siglo de la búsqueda de certezas científicas y también del desarrollo acelerado de las diferentes disciplinas del conocimiento y que el presente siglo está llamado a ser el siglo de la incertidumbre y la interdisciplinariedad. Tradicionalmente se había dado énfasis en la enseñanza y al docente, pero un cambio trascendental a procesos tales como mejorar los procedimientos de gestión y administración de las universidades o la necesidad de introducir las nuevas tecnologías de la información y comunicación, entre otros, es la importancia que ahora se le asigna al aprendizaje y al alumno. En este contexto, y tal como se comentó anteriormente, el papel del profesor cambia en que ya no es el centro de información, sino más bien pasa a ser un tutor y un orientador para el alumno y su aprendizaje. Una de las respuestas académicas que según Tünnermann y De Souza 10 condujeron los desafíos del aprendizaje y que forman el núcleo de los procesos actuales de transformación universitaria y que además deben inspirar los modelos educativos y académicos es la siguiente: “Los procesos de vinculación con la sociedad y sus diferentes sectores (productivo, laboral, empresarial, etc.).” La UNESCO, así como otras organizaciones internacionales, han manifestado que con los métodos convencionales resulta cada día más difícil el cambio hacia una educación masiva, democrática y transformadora. Por esta razón, durante algunos años se han considerado varias soluciones para intentar resolver los problemas de tiempo y distancia. Esto y otros factores han impulsado también la aparición de la educación a distancia en sus diversas formas especialmente en el ámbito universitario mediante distintos modelos educativos, tales como el aprendizaje distribuido, el aprendizaje flexible, el aprendizaje en red, la educación en línea, entre otros. Es importante hacer notar que hay razones fundamentadas para considerar que, para impulsar el progreso, el desarrollo y la modernización de las sociedades, resulta indispensable que tengan la capacidad para generar conocimiento y que sus formas de utilización sean las mejores. Para ello, son las universidades y los centros 9
CASAS ARMENGOL, Miguel (2005). «Nueva universidad ante la sociedad del conocimiento» [artículo en línea]. Re- vista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC)(vol. 2, n.o2). UOC. [Fecha de consulta: 25/07/08]. 10
TÜNNERMANN, C.; DESOUZA, M. (2003). Desafíos de la universidad en la sociedad del conocimiento. Cinco años después de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior. París.
de investigación las instituciones más involucradas en los procesos de producción, difusión y orientación de la utilización del conocimiento. Si se interpreta11 positivamente el hecho de que el control del Estado y su influencia están disminuyendo, la universidad puede aliarse con la sociedad civil y con ello recuperar su objetividad y documentar y verificar el conocimiento de manera más objetiva. De esta manera la universidad se convertiría en una institución clave en la sociedad del conocimiento, ya que su función sería la de interconectar una plataforma para la comunicación o el discurso entre los usuarios tradicionales y nuevos del conocimiento y los productores. Otro papel importante de la universidad es que es un sitio de encuentro cultural internacional que está abierto a todas las sociedades locales, que facilita la globalización como una unificación cosmopolita, que conserva y refina las características locales y la identidad por lo que facilita la transformación de los modelos culturales en una sociedad mundial heterogénea. Como se mencionó anteriormente en este capítulo, la interacción del factor humano con la tecnología para ser utilizado en el proceso de enseñanza – aprendizaje, es esencial para el desarrollo exitoso de programas de educación a distancia basados en plataformas tecnológicas, pero también no hay que olvidar que para obtener éxito en este proceso es necesario conocer los componentes, tanto tecnológicos como pedagógicos y didácticos, que intervienen en este nuevo modelo de enseñanza – aprendizaje, por lo que en los capítulos siguientes se abordarán estos tópicos.
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Senges, Max (2006). Reseña del libro “Challenging Knowledge. The University in the Knowledge Society”, de Gerard Delanty. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC). Vol. 2, No. 2. UOC. (25/07/08).