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N O T I C I A S D E L A U N I V E R S I D A D D E M O N T E M O R E L O S Año 5, No. 64, noviembre de 2007

• Al inscribirte, recibirás un boleto de entrada al Bioparque Estrella. • Si eres alumno y completas el recorrido, se te acreditará tu prueba de aptitud física del semestre o atrasada.

A 65 años Alumnos del primer curso escolar comparten su testimonio. Detrás del triunfo y del telón está Dios

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Comunicando es una publicación informativa periódica producida por la Dirección de Comunicación Institucional de la Universidad de Montemorelos Director: Abel Márquez, Editor: Benjamín García, Diseño: Matheus Nascimento, Reporteros: Dulce Monjaraz, Merab Tello, Linett Antonio y Samuel Ixcot, Fotografías: Carlos Martínez, PULSO.um.edu.mx. Edición en línea: www.comunicando.um.edu.mx - Responsable: Matheus Nascimento

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Nace un nuevo ícono de la UM

pág. 3

págs. 4 y 5

Reseña histórica de las Escuelas de Música y Artes y Comunicación págs. 6 y 7


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Breve historia de la Escuela de Música

Detrás del triunfo y del telón está Dios

De la redacción

ɶɶ 30 aniversario: 1977-2007

Por Dulce Monjaráz

ɶɶ “No me gusta la competencia, pero en esta clase de convoca-

torias sé que es formativa. Lo primero: dejar todo en manos de Dios”, dice Francely Zurita, primer lugar en el nivel intermedio del Concurso Nacional de Flauta Transversa “Gildardo Mojica”.

"Me preparé tres meses, porque no tenía un ritmo regular tocando flauta como lo era en piano —comenta Francely—. Participaron 27 personas de la república, jóvenes desde los 16 años. El concurso era a cortina cerrada; no sabías quién era el jurado. Cuando toqué la primera nota, empecé a sentirme muy nerviosa".

Más que un concurso Francely reconoce que la clave de su éxito fue ponerlo en las manos de Dios. “Cada día le pedía concentración para estudiar bien el material. No me gusta la competencia, pero en esta clase de convocatorias sé que es formativa. Fue necesario practicar de cinco a seis horas diarias”. “Lo que me dio plena confianza fue haber estado desde chica en el Conservatorio de Montemorelos, con la maestra Elphis Morales. Ella fue mi primera instructora y la que me

dio el gusto por la música. Creo que es algo que ya traemos por dentro. Mucha gente lo hace por rutina o por lucirse. Pero otros lo hacen para alabar a Dios. Tenemos una confianza que nadie tiene. Sin él y sin el apoyo de mis padres, no hubiera podido hacer nada”, señaló con convicción.

Buscando nuevos retos Curiosa de dominar aquello que representa una dificultad y con esa energía que la caracteriza expresó: “¡Piano! Lo dejé por la flauta, pero estoy en clases particulares. Actualmente practico para un recital y ahí estoy, dándole. Piano sacro es mi reto”. En octubre, Francely participó en el Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007 en el programa “Paralelo de la Cátedra de Estudios e Investigaciones sobre el Québec Contemporáneo”, tocando obras

Familia Universitaria

Los maestros Raúl Aguilar, Evelyn Mariani, Olga Schmidt, Licie Taylor y Macías Oliveira.

de compositores mexicanos alternando con estudiantes de música de la Universidad de Sherbrook, Canadá.

Compartir y crecer Pertenecer a la Iglesia Adventista y participar de sus actividades ha sido una oportunidad de enriquecimiento mutuo, convivencia con músicos de la misma fe y de compartir juntos su talento. Fue así como participó al lado del profesor ucraniano Pavel Semanivsky en la semana de oración realizada este semestre en la Iglesia Universitaria. “Las prácticas con ella son interesantes, porque tiene el deseo de aprender más, expresando siempre su propia opinión —dijo Semanyvsky, director de la Orquesta Universitaria—. “Hablamos como músicos, más allá del nivel maestro-alumno. Comparado con otros artistas que buscan fama, ella

Lic. María Cristina González Sors ɶɶ Desde hace algunas sema-

nas, tiene a su cargo la oficina de Egresados de nuestra universidad. Estudió la Licenciatura en Educación Preescolar en la UM (generación 1988) y trabajó como maestra de inglés en el Instituto Soledad Acevedo de los Reyes (ISAR) durante cinco

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65 aniversario UM

Relato

Todo inició a la edad de cinco años, bajo la tutela de la maestra Elphis Morales, quien despertó en Francely un cariño especial por la música. Con Elphis aprendió flauta transversa en el Conservatorio de Música de la Universidad de Montemorelos (UM). Posteriormente, piano, con la maestra Elena Bulkakova. Tocando en la banda y orquesta de la UM, esta joven regiomontana dejó en claro su pasión por la música. Para formalizar sus estudios de flauta, a la edad de 16 años, ingresó a la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), bajo la dirección del maestro Luís Alfredo González. En marzo de 2007 participó por primera vez en un certamen nacional, organizado por la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Con 19 años, el primer puesto coronó su esfuerzo.

años. En este nuevo puesto, ella desea resucitar el programa de atención a egresados porque cree que es una de las necesidades y estrategias de la universidad. María Cristina es una mujer que enfrenta los problemas con buen humor, y además es muy

paciente. Es madre de Pedro, un joven de preparatoria de 15 años y una niña, Cristina, de 10. Su hijo adolescente hace deportes y toca el trombón, su hija estudia piano y es un poco tímida. Uno de los pasatiempos de Cristina es ver el fútbol por televisión-

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Merab Tello

busca a quien inspira el don. Compartimos ideas sobre cómo mejorar la interpretación y expresión, ya que estamos bajo la misma filosofía y un mismo concepto”. Por su parte, Francely reconoce: “Pavel me motiva a mejorar, a practicar más. Compartimos muchos puntos musicales. Tener contacto con diferentes músicos me ayuda a tener diferentes puntos de vista”.

Construyendo el futuro

La maestra Olga de Scmidt, especialista en órgano, fundadora de la Escuela de Música

Coro de Cámara, Prof. Francisco Stout y Neal Wilson, presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (1990).

“Deseo ser misionera. Quiero aplicar lo que sepa para la iglesia, dar clases o componer música. Que mi conocimiento sirva para ello. Tengo un deseo y Dios lo cumplirá conforme a su voluntad. Lo primero: dejar todo en manos de él”, concluye

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Dr. Jaime Castrejón, ex rector de la UM, en el inicio de la construcción del edificio de Música.

La Universidad de Montemorelos empezó a ofrecer la Licenciatura en Música en el en el mes de septiembre de 1977 (curso escolar 1977-1978) con una matrícula de sólo seis alumnos. Y aunque, comparada con otras escuelas, siempre ha sido una escuela pequeña, por sus aulas han desfilado alumnos de 23 países y 23 estados de México. La Escuela de Música ha tenido un total de seis directores: la Dra. Olga de Schmidt (1977–1980), el Mtro. Héctor Flores (1980–1989), la Mtra. Ruth Ann Wade, (1989–1994) y la Mtra. Norka de Castillo (1995 a la fecha). El cuerpo docente fundador estaba integrado por Carlos Flores (piano), David Holder (instrumentos de banda), Minden Angel (instrumentos de cuerda), Nobleza Pilar (canto) y Héctor Flores (piano). La primera generación de la Licenciatura en Música egresó en 1981 y estuvo compuesta por cinco graduados: Raúl Aguilar Luna (Estados Unidos), Julio Arturo Ávila González (Venezuela) Lilia Margarita Depinay Tismon (Venezuela), Patricia Jeanne Kelley Guild (Estados Unidos) y Saúl Emir Pittí Castillo (Panamá). Las agrupaciones musicales más importantes a lo largo de la historia de la escuela han sido el Coro Universitario (que ha cambiado de nombre en diferentes épocas), la Banda Universitaria y la Orquesta Universitaria. Junto a estas agrupaciones mayores ha existido un gran número de agrupaciones menores y de cámara. La escuela ha atravesado por tres épocas en lo que se refiere a su ubicación física. Inició su existencia ocupando las instalaciones que estaban alrededor del templo antiguo (hoy Auditorio Universitario). Posteriormente, en el año 1980, se empezó a usar un nuevo edificio ubicado al lado de las canchas de fútbol y la huerta (actualmente parte de la Escuela de Artes y Comunicación). Finalmente, se construyeron instalaciones en el lugar donde originalmente se había iniciado la licenciatura. Este edificio se empezó a usarse en septiembre de 1999. Las contribuciones de los donantes han desempeñado un rol muy importante en una escuela que, como cualquier otra, necesita instalaciones y equipo especializados, pero que ha mantenido una matrícula baja. Para la construcción de la primera parte del edificio del Conservatorio de Música, la Dra. Charlotte Boehm dio un generoso donativo para el proyecto. Es muy significativa, también, la aportación que hiciera la compañía de pianos y órganos Ogden Music, entre los años 1994 a 2001. En total se donaron 16 instrumentos: tres órganos, tres pianos de cola y diez pianos verticales de estudio. Otros donantes han contribuido en momentos providenciales; tal es el caso del Dr. Gerardo Rodríguez, egresado de la Escuela de Medicina y ex flautista de la Banda Universitaria, quien con un generoso donativo ayudó a restaurar la oficina del maestro David Aguilar, actual director de la Banda Universitaria. En este semestre el Conservatorio de Música atiende a cerca de 300 alumnos, tanto estudiantes de la licenciatura como niños y adultos que toman cursos libres de variados instrumentos musicales. Estos alumnos son guiados por una veintena de maestros (de planta e invitados)

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65 aniversario UM

Breve historia de la Escuela de Artes y Comunicación De la redacción

ɶɶ 25 aniversario: 1982-2007 A principios de la década de los 80’s llegaron a Montemorelos los esposos Eleanor Irene y Mac James Jackson, artista y pastor, respectivamente. La señora Jackson, como se le conocería siempre, comenzó impartiendo clases de arte en las aulas de la Escuela de Enfermería en compañía de pintores invitados. Por el entusiasmo, generosidad y espíritu misionero que los caracterizó, los esposos Jackson decidieron invertir gran parte de su patrimonio familiar en la construcción de un espacio para la enseñanza del arte, sueño que se hizo realidad en 1982. Al contar con un edificio, inmediatamente comenzaron a impartirse cursos de arte a la comunidad en general, aunque éste fue dedicado formalmente el 27 de febrero de 1983. La demanda de docentes en el área de las artes y la idea de una licenciatura en lugar de una técnica, dio origen a la Licenciatura en Ciencias de la Educación en Enseñanza Artística, pero ésta no captó el interés deseado. Por tal motivo, en 1984 se abren las inscripciones a un programa de dos años como Técnico en Artes Visuales, perteneciendo a la Escuela de Bellas Artes (que incluía a la Licenciatura en Música), bajo la dirección del Lic. Héctor Flores. Sin embargo, al percibir que los alumnos se interesaban más por la creación, crítica y producción del arte en sus diversas manifestaciones, que por la enseñanza o un curso técnico, en 1985 se llevó acabo una reforma al plan de estudios dando como resultado la Licenciatura en Artes Visuales, con salida en diseño gráfico, pintura, fotografía, cerámica y escultura. La primera generación de licenciados egresó a finales del curso escolar 1987-1988, y estuvo compuesta por: Eunice Aguilar Aguilar, Ruth López Mayorga, Eunice Quiñónez Rojas y Miguel Rivero Góngora. Por su demanda e impacto en el mercado, se crea en 1995 la Licenciatura en Comunicación Visual, que incluye diseño grafico, publicidad y computación. El cambio más reciente se tuvo en agosto del 2003, fecha en que, por insistente recomendación de la División Interamericana, inicia la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, por la tendencia y enorme demanda de la Iglesia Adventista de utilizar los medios masivos de comunicación para la propagación del evangelio. La Escuela de Artes y Comunicación ha tenido a los siguientes directores: Sra. Eleanor Jackson (1981-1985), Mtro. Luis Ramírez (1984-1989), Mtra. Eunice Aguilar (1989-1998 y 2003 a la fecha), Mtro. José Luis Arias (1998-1999 y junio a diciembre de 2002), Mtro. Géner Avilés (2000-2002). Además, las carreras de Artes Visuales y Comunicación Visual han tenido como coordinador al Lic. José Alberto De la Cruz (2005 a la fecha), y Ciencias de la Comunicación al Lic. Abel Márquez (2003 a la fecha). Otros maestros destacados que han contribuido significativamente al desarrollo de la escuela son: Lisie Schmidt (impulsó el área de Diseño Gráfico), Wayne Hazen (promovió la práctica y la producción artística), Elfred Lee (introdujo las pinturas monumentales), Leslie Neal III (introdujo la producción de esculturas en metal), Howard Bullard (ayudó a crear la Licenciatura en Comunicación Visual) y Filiberto Cuervo (introdujo los talleres serigráficos)

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Mtro. Wayne Hazen (der.) y el pintor regiomontano Gerardo Cantú

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Desarrollo

Nace un nuevo ícono De la redacción

ɶɶ Inauguran primera etapa de ampliación

de la Rectoría, una nueva construcción que regirá la imagen arquitectónica de la universidad; además, habrá más espacio para el archivo y los grupos de discusión.

Los esposos Jackson invirtieron parte de su vida y recursos en la fundación de la Escuela de Artes

Mtro. Elfred Lee, introdujo las pinturas monumentales

Mtra. Eunice Aguilar, alumna y directora de la escuela

Momento de la inauguración del edificio de Artes en 1983 por el entonces presidente de la junta de la institución, pastor Robert Folkenberg

La UM tiene un nuevo icono: la fachada del edificio de Administración o Rectoría, del que fue inaugurada la primera etapa de su segundo piso la mañana del lunes 1 de octubre de 2007. Ésta es la mayor transformación por la que ha pasado el inmueble desde su inauguración el 16 de abril de 1978. “Primero cayó el ‘muro de Berlín’”, dijo el vicerrector administrativo, Rubén Meza, haciendo alusión a la barda posterior que fue derribada unos meses antes, lo que junto con otras mejoras y avances dio inicio a una nueva imagen de uno de los tres primeros edificios que observa quien ingresa a la institución por la entrada principal. Durante varios meses, estudiantes y empleados eventuales y regulares de la Dirección de Planta Física, trabajaron arduamente a fin de tener lista la construcción para el nuevo curso escolar. En la ceremonia estuvieron presentes los administradores de la institución, estudiantes y empleados que laboran en el edificio de Rectoría y en otras dependencias, además del personal que colaboró en la planeación, construcción y acondicionamiento del nuevo espacio. También asistieron el pastor Arturo King y el contador público Arturo Salazar, secretario y tesorero de la Unión Mexicana del Norte, respectivamente, quienes forman parte de la Junta de Gobierno de la UM. El acto de inauguración, que consistió en desatar de las puertas de entrada un moño formado por telas de color azul y dorado, estuvo a cargo de la señora María Harper y el pastor Mario Collins. La señora Harper es viuda del doctor Therlow J. Harper, primer rector de la UM, cuyo nombre lleva el edificio de Administración desde hace varios años. Por su parte, el pastor Collins, quien fue director de Relaciones Públicas a finales de los años 70's y comienzo de los 80's y estuvo presente en la inauguración del primer piso, dio el discurso de dedicación, en el que habló de la importancia de "consagrar el corazón del templo del saber a Dios", así como Salomón dedicó su corazón a la sabiduría divina y el templo para adorar y servir a Dios. El rector de la UM, Ismael Castillo, para quien fue un día muy significativo, no sólo porque pudo estrenar oficina, sino por cumplir en él 57 años de edad, agradeció a todos los que contribuyeron para hacer realidad esta primera etapa de ampliación de la Rectoría. El contador público Benjamín Lázaro, vicerrector financiero, informó que la cantidad total de la inversión fue de un millón y medio de pesos, monto obtenido mayormente de los ingresos excedentes de la institución y de la División Interamericana, que colaboró con 20 mil dólares. La nueva construcción, de un estilo moderno, cuenta con un espacio para la recepción, oficina del asistente, oficina del rector, sala de juntas y dos estancias, y regirá la imagen arquitectónica de la universidad. Además, con esta ampliación habrá más espacio para el Archivo Escolar y las reuniones de los grupos de discusión

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Antes y después

Construcción de la Rectoría en 1978; abajo remodelación 2007.

Inauguración en 1978 con el Prof. Therlow Harper. Reinauguración en el 2007 con la señora Harper y Ptr. Mario Collins.

Fachada de la Rectoría en 1978 y fachada actual en el 2007.


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Diálogo con cuatro alumnos del primer curso escolar ɶɶ Es un privilegio contar a la fecha —¡65 años después!— con algunos de los alumnos que llegaron a

Montemorelos, a finales de 1942, al primer curso escolar de la Escuela Agrícola e Industrial Mexicana, hoy convertida en la Universidad de Montemorelos. COMUNICANDO conversó con cuatro de ellos para ver a través de sus recuerdos, por qué decidieron venir, cómo fue su llegada, qué desafíos enfrentaron y cómo era la vida estudiantil de aquellos primeros días, entre otros asuntos. Tizón arrebatado de la pobreza Blas Covarrubias Correa

En su lugar de origen, el Rancho del Padre, Medellín, Veracruz (a 15 km del Puerto), el joven Blas Covarrubias tuvo un encuentro que lo inspiró: el pastor José De la Paz Matus lo llevó a la iglesia, que estaba vacía, y dentro de ella, arrodillados al frente y de espaldas a la entrada principal, oró con él y por él. Sorpresivamente, tiempo después Blas recibió una carta de los dirigentes de la Iglesia Adventista en México en la que se le indicaba que debía partir inmediatamente a la Ciudad de México, donde lo esperaban para viajar a Montemorelos a la nueva escuela que en pocos días iniciaría su primer curso escolar. Con el apoyo de algunos hermanos de su iglesia, quienes también lo ayudarían económicamente durante su vida estudiantil, hizo el viaje de inmediato a la Ciudad de México, desde donde partió, junto a otras 30 a 35 personas, hacia Montemorelos, a donde llegaron a una madrugada fría de mediados de noviembre de 1942. Con 21 años de edad, el joven Blas se integró a la actividad cotidiana de la escuela, que consistía mayormente en trabajar y estudiar (de hecho, no conoció la cercana ciudad de Monterrey hasta el año 1944) y algo de actividad social los sábados de noche, además de las actividades espirituales. Uno de los trabajos que lo identificaron fue el oficio de panadero, que aprendió de su maestro Rafael Jáuregui. Al igual que el resto de los primeros varones, le tocó tener al edificio de la finca como dormitorio y tomar clases bajo los árboles. La vida estudiantil de Blas estuvo caracterizada por la pobreza, razón por la cual tuvo que abandonar temporalmente la escuela, pero se sobrepuso a ella con valor y esfuerzo y volvió para finalmente egresar en 1947, siendo el primer lugar que le tocó pastorear el distrito de Minatitlán, Veracruz, que en ese entonces abarcaba un gran territorio.

El joven Juan Ramón Hondal junto a la que sería su esposa en pocos días, María Luisa Sotelo.

Juan Ramón Hondal

La asistencia a la graduación de su hermana en el Instituto Comercial Prosperidad, en la Ciudad de México, inspiró al joven Juan Ramón, y fue decisivo para que quisiera estudiar en Montemorelos. Con esa intención en mente, se dedicó a colportar durante varios meses. Llegó a la Escuela Agrícola e Industrial Mexicana por en noviembre de 1942, pocos días después de haber iniciado el primer curso escolar. Contaba con 20 años de edad y vino con la firme intención de servir a Dios como pastor. Algunas vivencias que más atesora de aquellos primeros días son los momentos de devoción matutina, las clases y el compañerismo. Trabajó en la carpintería, donde le tocó hacer, junto a otros compañeros, en sólo dos días y medio, día y noche, las bancas de la iglesia (que originalmente tenían otro destino). Al egresar de Montemorelos, cinco años después de su llegada,inició su servicio como pastor en el Puerto de Veracruz, siendo el comienzo de una larga carrera misionera, que hasta la fecha continúa, al brindar su amistad, compartir literatura y hablar del mensaje de Dios a personas de la comunidad. Entre los múltiples e inspiradores poemas que el pastor Ramón ha escrito, se encuentra la letra del canto “A mi escuela”, escrita para su graduación en 1947, que reproducimos en estas páginas.

A mi escuela Cual oasis perenne, florido, en el norte de México estás; eres sol, eres fuente, eres nido, dulce escuela, baluarte de paz. Coro: ¡Salve Escuela Industrial Mexicana! ¡Faro inmenso de la educación! Hoy te yergues, gloriosa y ufana, en mi bella y heroica nación. Son tus campos de un verde esmeralda, y tu cielo un clámide azul, de azahares formas tu guirnalda que embalsaman tu regio capuz

En tus aulas mi escuela querida se ha llenado de ideales mi amor, y tus horas perfuman mi vida cual perfuman los aires la flor. Cuando pasen los años y un día blancas nieves ya cubran mi sien, tu recuerdo traeráme alegría pues nos diste la luz del saber ¿Cómo puedo rincón tan querido, cómo puédote acaso olvidar? Aunque todo sumerja el olvido, tu recuerdo y belleza, jamás. Por Juan Ramón Hondal Canto escrito para su graduación a finales de 1947.

Soldado de Dios Josué Tirado Hernández

Como estudiante, Blas Covarrubias (centro) aprendió el oficio de panadero del profesor Rafael Jaúregui (izq.), con que pudo financiar sus estudios.

Sacrificio y abnegación Esther Ignacia Urrutia de Gil

Con tan sólo 16 años de edad, la jovencita Esther Ignacia Urrutia llegó a Montemorelos en noviembre de 1942, procedente de la ciudad de Monterrey. Estando la sede de la Unión Mexicana en la capital de Nuevo León y siendo ella adventista, por la promoción hecha en su iglesia se animó a estudiar en la nueva escuela, junto con otros dos jóvenes regios. Tanto en su época de alumna como de empleada, siempre estuvo ligada a la cocina, donde sirvió arduamente. Con su trabajo, cuya jornada iniciaba muy temprano, ayudó a costear sus estudios siendo que su padre había sufrido un accidente en su trabajo como ferrocarrilero. Un hecho singular en su vida en la institución fue, sin lugar a dudas, su matrimonio con el profesor Juan Gil, joven que había venido de Cuba para servir en el área de construcción. Fue la primera boda celebrada en la institución, oficiada por el pastor Emiliano Ponce en junio de 1944. Más tarde partirían hacia Navojoa, Sonora, para iniciar otra escuela adventista, hoy convertida en la Universidad de Navojoa, razón por la cual interrumpió sus estudios de Enfermería, que luego completaría. También sirvió con su esposo en la escuela adventista de Teapa, Tabasco, hoy Universidad Linda Vista. “Nachita Gil”, como muchos la conocen, recuerda vívidamente el sentido de preocupación de los maestros por sus Esther Ignacia Urrutia y el profesor Juan Gil alumnos en aquellos primeros días, y señala: “Es lo más hermoso educarse en un colegio cristiano. Le dan a uno las bases, protagonizaron la primera boda en la institución. aprende a respetarse, disciplina, a amar”. Aquí en un viaje que hicieron en motocicleta hasta Cuba, país natal de él.

Poesía redentora

A principios de los años 40’s, Josué Tirado sintió deseos de conocer la Biblia, así que buscó afanosamente a alguien que tuviera un ejemplar del santo libro. Cuando por fin lo encontró, al estudiarla leyó el cuarto mandamiento en Éxodo 20:8 y decidió guardar el sábado, lo cual hizo por un tiempo. Más tarde reaccionó y quiso seguir observando el día de reposo, por tal motivo tomó un caballo hacia un poblado cercano a su natal Juárez, Chiapas, y llegó al hogar de una familia adventista que no conocía, donde recibió mayor instrucción. Al día siguiente se movilizó a otro poblado donde ya había Iglesia Adventista; allí conoció a Rubén Alejandro, quien le habló de la escuela que en breve abriría sus puertas en Montemorelos. En marzo de 1942, el joven Josué comenzó a colportar con la intención de irse a estudiar a la nueva institución educativa adventista. Con tan sólo 18 años de edad, regresó a su casa en septiembre de 1942 y en esa fecha se bautizó junto con sus padres y otros familiares. Semanas después, el pastor Paciente Trinidad le ayudó a tramitar el vuelo de Villahermosa, Tabasco, a la Ciudad de México, desde donde partió a Montemorelos en autobús, en compañía de un numeroso grupo, a mediados de noviembre de 1942. Al año siguiente, recibió la noticia de que debía comenzar su servicio militar en el ejército en un plazo no mayor a tres años, por tal motivo en 1946 sus estudios se vieron interrumpidos por espacio de un año. Ésta fue una nueva prueba de fidelidad para Josué; para afrontarla, se refugiaba el día sábado en la casa de los padres de la estudiante Ignacia Urrutia en Monterrey, Nuevo León. Al respecto, La Enciclopedia adventista (“México”, pág. 877) señala que la “heroica posición de Josué Tirado... [que] estableció un excelente ejemplo de fidelidad bajo circunstancias adversas en el servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó a que se reconociera oficialmente la posición de no combatientes de los jóvenes adventistas del séptimo día y su asignación a los cuerpos médicos”. Al egresar de Montemorelos, trabajó como director de colportaje y más tarde como pastor. Hoy agradece profundamente Luego de terminar su servicio a Dios por haberlo guiado, y porque proveyó los recursos y oporen el ejército, el estudiante tunidades para completar sus estudios de primaria, secundaria y, Josué Tirado (der.) colportó posteriormente, de preparatoria, el curso superior y la Licenciatu- durante algunos meses en ciudades como Saltillo, ra en Teología. Coahuila.

Templo en 1945; hoy Salón de Actos del Conservatorio de Música

Estudiantes de los primeros años de la institución junto al profesor cubano Juan Gil (izq. al frente).

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Diálogo con cuatro alumnos del primer curso escolar ɶɶ Es un privilegio contar a la fecha —¡65 años después!— con algunos de los alumnos que llegaron a

Montemorelos, a finales de 1942, al primer curso escolar de la Escuela Agrícola e Industrial Mexicana, hoy convertida en la Universidad de Montemorelos. COMUNICANDO conversó con cuatro de ellos para ver a través de sus recuerdos, por qué decidieron venir, cómo fue su llegada, qué desafíos enfrentaron y cómo era la vida estudiantil de aquellos primeros días, entre otros asuntos. Tizón arrebatado de la pobreza Blas Covarrubias Correa

En su lugar de origen, el Rancho del Padre, Medellín, Veracruz (a 15 km del Puerto), el joven Blas Covarrubias tuvo un encuentro que lo inspiró: el pastor José De la Paz Matus lo llevó a la iglesia, que estaba vacía, y dentro de ella, arrodillados al frente y de espaldas a la entrada principal, oró con él y por él. Sorpresivamente, tiempo después Blas recibió una carta de los dirigentes de la Iglesia Adventista en México en la que se le indicaba que debía partir inmediatamente a la Ciudad de México, donde lo esperaban para viajar a Montemorelos a la nueva escuela que en pocos días iniciaría su primer curso escolar. Con el apoyo de algunos hermanos de su iglesia, quienes también lo ayudarían económicamente durante su vida estudiantil, hizo el viaje de inmediato a la Ciudad de México, desde donde partió, junto a otras 30 a 35 personas, hacia Montemorelos, a donde llegaron a una madrugada fría de mediados de noviembre de 1942. Con 21 años de edad, el joven Blas se integró a la actividad cotidiana de la escuela, que consistía mayormente en trabajar y estudiar (de hecho, no conoció la cercana ciudad de Monterrey hasta el año 1944) y algo de actividad social los sábados de noche, además de las actividades espirituales. Uno de los trabajos que lo identificaron fue el oficio de panadero, que aprendió de su maestro Rafael Jáuregui. Al igual que el resto de los primeros varones, le tocó tener al edificio de la finca como dormitorio y tomar clases bajo los árboles. La vida estudiantil de Blas estuvo caracterizada por la pobreza, razón por la cual tuvo que abandonar temporalmente la escuela, pero se sobrepuso a ella con valor y esfuerzo y volvió para finalmente egresar en 1947, siendo el primer lugar que le tocó pastorear el distrito de Minatitlán, Veracruz, que en ese entonces abarcaba un gran territorio.

El joven Juan Ramón Hondal junto a la que sería su esposa en pocos días, María Luisa Sotelo.

Juan Ramón Hondal

La asistencia a la graduación de su hermana en el Instituto Comercial Prosperidad, en la Ciudad de México, inspiró al joven Juan Ramón, y fue decisivo para que quisiera estudiar en Montemorelos. Con esa intención en mente, se dedicó a colportar durante varios meses. Llegó a la Escuela Agrícola e Industrial Mexicana por en noviembre de 1942, pocos días después de haber iniciado el primer curso escolar. Contaba con 20 años de edad y vino con la firme intención de servir a Dios como pastor. Algunas vivencias que más atesora de aquellos primeros días son los momentos de devoción matutina, las clases y el compañerismo. Trabajó en la carpintería, donde le tocó hacer, junto a otros compañeros, en sólo dos días y medio, día y noche, las bancas de la iglesia (que originalmente tenían otro destino). Al egresar de Montemorelos, cinco años después de su llegada,inició su servicio como pastor en el Puerto de Veracruz, siendo el comienzo de una larga carrera misionera, que hasta la fecha continúa, al brindar su amistad, compartir literatura y hablar del mensaje de Dios a personas de la comunidad. Entre los múltiples e inspiradores poemas que el pastor Ramón ha escrito, se encuentra la letra del canto “A mi escuela”, escrita para su graduación en 1947, que reproducimos en estas páginas.

A mi escuela Cual oasis perenne, florido, en el norte de México estás; eres sol, eres fuente, eres nido, dulce escuela, baluarte de paz. Coro: ¡Salve Escuela Industrial Mexicana! ¡Faro inmenso de la educación! Hoy te yergues, gloriosa y ufana, en mi bella y heroica nación. Son tus campos de un verde esmeralda, y tu cielo un clámide azul, de azahares formas tu guirnalda que embalsaman tu regio capuz

En tus aulas mi escuela querida se ha llenado de ideales mi amor, y tus horas perfuman mi vida cual perfuman los aires la flor. Cuando pasen los años y un día blancas nieves ya cubran mi sien, tu recuerdo traeráme alegría pues nos diste la luz del saber ¿Cómo puedo rincón tan querido, cómo puédote acaso olvidar? Aunque todo sumerja el olvido, tu recuerdo y belleza, jamás. Por Juan Ramón Hondal Canto escrito para su graduación a finales de 1947.

Soldado de Dios Josué Tirado Hernández

Como estudiante, Blas Covarrubias (centro) aprendió el oficio de panadero del profesor Rafael Jaúregui (izq.), con que pudo financiar sus estudios.

Sacrificio y abnegación Esther Ignacia Urrutia de Gil

Con tan sólo 16 años de edad, la jovencita Esther Ignacia Urrutia llegó a Montemorelos en noviembre de 1942, procedente de la ciudad de Monterrey. Estando la sede de la Unión Mexicana en la capital de Nuevo León y siendo ella adventista, por la promoción hecha en su iglesia se animó a estudiar en la nueva escuela, junto con otros dos jóvenes regios. Tanto en su época de alumna como de empleada, siempre estuvo ligada a la cocina, donde sirvió arduamente. Con su trabajo, cuya jornada iniciaba muy temprano, ayudó a costear sus estudios siendo que su padre había sufrido un accidente en su trabajo como ferrocarrilero. Un hecho singular en su vida en la institución fue, sin lugar a dudas, su matrimonio con el profesor Juan Gil, joven que había venido de Cuba para servir en el área de construcción. Fue la primera boda celebrada en la institución, oficiada por el pastor Emiliano Ponce en junio de 1944. Más tarde partirían hacia Navojoa, Sonora, para iniciar otra escuela adventista, hoy convertida en la Universidad de Navojoa, razón por la cual interrumpió sus estudios de Enfermería, que luego completaría. También sirvió con su esposo en la escuela adventista de Teapa, Tabasco, hoy Universidad Linda Vista. “Nachita Gil”, como muchos la conocen, recuerda vívidamente el sentido de preocupación de los maestros por sus Esther Ignacia Urrutia y el profesor Juan Gil alumnos en aquellos primeros días, y señala: “Es lo más hermoso educarse en un colegio cristiano. Le dan a uno las bases, protagonizaron la primera boda en la institución. aprende a respetarse, disciplina, a amar”. Aquí en un viaje que hicieron en motocicleta hasta Cuba, país natal de él.

Poesía redentora

A principios de los años 40’s, Josué Tirado sintió deseos de conocer la Biblia, así que buscó afanosamente a alguien que tuviera un ejemplar del santo libro. Cuando por fin lo encontró, al estudiarla leyó el cuarto mandamiento en Éxodo 20:8 y decidió guardar el sábado, lo cual hizo por un tiempo. Más tarde reaccionó y quiso seguir observando el día de reposo, por tal motivo tomó un caballo hacia un poblado cercano a su natal Juárez, Chiapas, y llegó al hogar de una familia adventista que no conocía, donde recibió mayor instrucción. Al día siguiente se movilizó a otro poblado donde ya había Iglesia Adventista; allí conoció a Rubén Alejandro, quien le habló de la escuela que en breve abriría sus puertas en Montemorelos. En marzo de 1942, el joven Josué comenzó a colportar con la intención de irse a estudiar a la nueva institución educativa adventista. Con tan sólo 18 años de edad, regresó a su casa en septiembre de 1942 y en esa fecha se bautizó junto con sus padres y otros familiares. Semanas después, el pastor Paciente Trinidad le ayudó a tramitar el vuelo de Villahermosa, Tabasco, a la Ciudad de México, desde donde partió a Montemorelos en autobús, en compañía de un numeroso grupo, a mediados de noviembre de 1942. Al año siguiente, recibió la noticia de que debía comenzar su servicio militar en el ejército en un plazo no mayor a tres años, por tal motivo en 1946 sus estudios se vieron interrumpidos por espacio de un año. Ésta fue una nueva prueba de fidelidad para Josué; para afrontarla, se refugiaba el día sábado en la casa de los padres de la estudiante Ignacia Urrutia en Monterrey, Nuevo León. Al respecto, La Enciclopedia adventista (“México”, pág. 877) señala que la “heroica posición de Josué Tirado... [que] estableció un excelente ejemplo de fidelidad bajo circunstancias adversas en el servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó a que se reconociera oficialmente la posición de no combatientes de los jóvenes adventistas del séptimo día y su asignación a los cuerpos médicos”. Al egresar de Montemorelos, trabajó como director de colportaje y más tarde como pastor. Hoy agradece profundamente Luego de terminar su servicio a Dios por haberlo guiado, y porque proveyó los recursos y oporen el ejército, el estudiante tunidades para completar sus estudios de primaria, secundaria y, Josué Tirado (der.) colportó posteriormente, de preparatoria, el curso superior y la Licenciatu- durante algunos meses en ciudades como Saltillo, ra en Teología. Coahuila.

Templo en 1945; hoy Salón de Actos del Conservatorio de Música

Estudiantes de los primeros años de la institución junto al profesor cubano Juan Gil (izq. al frente).

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65 aniversario UM

Breve historia de la Escuela de Artes y Comunicación De la redacción

ɶɶ 25 aniversario: 1982-2007 A principios de la década de los 80’s llegaron a Montemorelos los esposos Eleanor Irene y Mac James Jackson, artista y pastor, respectivamente. La señora Jackson, como se le conocería siempre, comenzó impartiendo clases de arte en las aulas de la Escuela de Enfermería en compañía de pintores invitados. Por el entusiasmo, generosidad y espíritu misionero que los caracterizó, los esposos Jackson decidieron invertir gran parte de su patrimonio familiar en la construcción de un espacio para la enseñanza del arte, sueño que se hizo realidad en 1982. Al contar con un edificio, inmediatamente comenzaron a impartirse cursos de arte a la comunidad en general, aunque éste fue dedicado formalmente el 27 de febrero de 1983. La demanda de docentes en el área de las artes y la idea de una licenciatura en lugar de una técnica, dio origen a la Licenciatura en Ciencias de la Educación en Enseñanza Artística, pero ésta no captó el interés deseado. Por tal motivo, en 1984 se abren las inscripciones a un programa de dos años como Técnico en Artes Visuales, perteneciendo a la Escuela de Bellas Artes (que incluía a la Licenciatura en Música), bajo la dirección del Lic. Héctor Flores. Sin embargo, al percibir que los alumnos se interesaban más por la creación, crítica y producción del arte en sus diversas manifestaciones, que por la enseñanza o un curso técnico, en 1985 se llevó acabo una reforma al plan de estudios dando como resultado la Licenciatura en Artes Visuales, con salida en diseño gráfico, pintura, fotografía, cerámica y escultura. La primera generación de licenciados egresó a finales del curso escolar 1987-1988, y estuvo compuesta por: Eunice Aguilar Aguilar, Ruth López Mayorga, Eunice Quiñónez Rojas y Miguel Rivero Góngora. Por su demanda e impacto en el mercado, se crea en 1995 la Licenciatura en Comunicación Visual, que incluye diseño grafico, publicidad y computación. El cambio más reciente se tuvo en agosto del 2003, fecha en que, por insistente recomendación de la División Interamericana, inicia la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, por la tendencia y enorme demanda de la Iglesia Adventista de utilizar los medios masivos de comunicación para la propagación del evangelio. La Escuela de Artes y Comunicación ha tenido a los siguientes directores: Sra. Eleanor Jackson (1981-1985), Mtro. Luis Ramírez (1984-1989), Mtra. Eunice Aguilar (1989-1998 y 2003 a la fecha), Mtro. José Luis Arias (1998-1999 y junio a diciembre de 2002), Mtro. Géner Avilés (2000-2002). Además, las carreras de Artes Visuales y Comunicación Visual han tenido como coordinador al Lic. José Alberto De la Cruz (2005 a la fecha), y Ciencias de la Comunicación al Lic. Abel Márquez (2003 a la fecha). Otros maestros destacados que han contribuido significativamente al desarrollo de la escuela son: Lisie Schmidt (impulsó el área de Diseño Gráfico), Wayne Hazen (promovió la práctica y la producción artística), Elfred Lee (introdujo las pinturas monumentales), Leslie Neal III (introdujo la producción de esculturas en metal), Howard Bullard (ayudó a crear la Licenciatura en Comunicación Visual) y Filiberto Cuervo (introdujo los talleres serigráficos)

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Mtro. Wayne Hazen (der.) y el pintor regiomontano Gerardo Cantú

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Desarrollo

Nace un nuevo ícono De la redacción

ɶɶ Inauguran primera etapa de ampliación

de la Rectoría, una nueva construcción que regirá la imagen arquitectónica de la universidad; además, habrá más espacio para el archivo y los grupos de discusión.

Los esposos Jackson invirtieron parte de su vida y recursos en la fundación de la Escuela de Artes

Mtro. Elfred Lee, introdujo las pinturas monumentales

Mtra. Eunice Aguilar, alumna y directora de la escuela

Momento de la inauguración del edificio de Artes en 1983 por el entonces presidente de la junta de la institución, pastor Robert Folkenberg

La UM tiene un nuevo icono: la fachada del edificio de Administración o Rectoría, del que fue inaugurada la primera etapa de su segundo piso la mañana del lunes 1 de octubre de 2007. Ésta es la mayor transformación por la que ha pasado el inmueble desde su inauguración el 16 de abril de 1978. “Primero cayó el ‘muro de Berlín’”, dijo el vicerrector administrativo, Rubén Meza, haciendo alusión a la barda posterior que fue derribada unos meses antes, lo que junto con otras mejoras y avances dio inicio a una nueva imagen de uno de los tres primeros edificios que observa quien ingresa a la institución por la entrada principal. Durante varios meses, estudiantes y empleados eventuales y regulares de la Dirección de Planta Física, trabajaron arduamente a fin de tener lista la construcción para el nuevo curso escolar. En la ceremonia estuvieron presentes los administradores de la institución, estudiantes y empleados que laboran en el edificio de Rectoría y en otras dependencias, además del personal que colaboró en la planeación, construcción y acondicionamiento del nuevo espacio. También asistieron el pastor Arturo King y el contador público Arturo Salazar, secretario y tesorero de la Unión Mexicana del Norte, respectivamente, quienes forman parte de la Junta de Gobierno de la UM. El acto de inauguración, que consistió en desatar de las puertas de entrada un moño formado por telas de color azul y dorado, estuvo a cargo de la señora María Harper y el pastor Mario Collins. La señora Harper es viuda del doctor Therlow J. Harper, primer rector de la UM, cuyo nombre lleva el edificio de Administración desde hace varios años. Por su parte, el pastor Collins, quien fue director de Relaciones Públicas a finales de los años 70's y comienzo de los 80's y estuvo presente en la inauguración del primer piso, dio el discurso de dedicación, en el que habló de la importancia de "consagrar el corazón del templo del saber a Dios", así como Salomón dedicó su corazón a la sabiduría divina y el templo para adorar y servir a Dios. El rector de la UM, Ismael Castillo, para quien fue un día muy significativo, no sólo porque pudo estrenar oficina, sino por cumplir en él 57 años de edad, agradeció a todos los que contribuyeron para hacer realidad esta primera etapa de ampliación de la Rectoría. El contador público Benjamín Lázaro, vicerrector financiero, informó que la cantidad total de la inversión fue de un millón y medio de pesos, monto obtenido mayormente de los ingresos excedentes de la institución y de la División Interamericana, que colaboró con 20 mil dólares. La nueva construcción, de un estilo moderno, cuenta con un espacio para la recepción, oficina del asistente, oficina del rector, sala de juntas y dos estancias, y regirá la imagen arquitectónica de la universidad. Además, con esta ampliación habrá más espacio para el Archivo Escolar y las reuniones de los grupos de discusión

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Antes y después

Construcción de la Rectoría en 1978; abajo remodelación 2007.

Inauguración en 1978 con el Prof. Therlow Harper. Reinauguración en el 2007 con la señora Harper y Ptr. Mario Collins.

Fachada de la Rectoría en 1978 y fachada actual en el 2007.


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Breve historia de la Escuela de Música

Detrás del triunfo y del telón está Dios

De la redacción

ɶɶ 30 aniversario: 1977-2007

Por Dulce Monjaráz

ɶɶ “No me gusta la competencia, pero en esta clase de convoca-

torias sé que es formativa. Lo primero: dejar todo en manos de Dios”, dice Francely Zurita, primer lugar en el nivel intermedio del Concurso Nacional de Flauta Transversa “Gildardo Mojica”.

"Me preparé tres meses, porque no tenía un ritmo regular tocando flauta como lo era en piano —comenta Francely—. Participaron 27 personas de la república, jóvenes desde los 16 años. El concurso era a cortina cerrada; no sabías quién era el jurado. Cuando toqué la primera nota, empecé a sentirme muy nerviosa".

Más que un concurso Francely reconoce que la clave de su éxito fue ponerlo en las manos de Dios. “Cada día le pedía concentración para estudiar bien el material. No me gusta la competencia, pero en esta clase de convocatorias sé que es formativa. Fue necesario practicar de cinco a seis horas diarias”. “Lo que me dio plena confianza fue haber estado desde chica en el Conservatorio de Montemorelos, con la maestra Elphis Morales. Ella fue mi primera instructora y la que me

dio el gusto por la música. Creo que es algo que ya traemos por dentro. Mucha gente lo hace por rutina o por lucirse. Pero otros lo hacen para alabar a Dios. Tenemos una confianza que nadie tiene. Sin él y sin el apoyo de mis padres, no hubiera podido hacer nada”, señaló con convicción.

Buscando nuevos retos Curiosa de dominar aquello que representa una dificultad y con esa energía que la caracteriza expresó: “¡Piano! Lo dejé por la flauta, pero estoy en clases particulares. Actualmente practico para un recital y ahí estoy, dándole. Piano sacro es mi reto”. En octubre, Francely participó en el Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007 en el programa “Paralelo de la Cátedra de Estudios e Investigaciones sobre el Québec Contemporáneo”, tocando obras

Familia Universitaria

Los maestros Raúl Aguilar, Evelyn Mariani, Olga Schmidt, Licie Taylor y Macías Oliveira.

de compositores mexicanos alternando con estudiantes de música de la Universidad de Sherbrook, Canadá.

Compartir y crecer Pertenecer a la Iglesia Adventista y participar de sus actividades ha sido una oportunidad de enriquecimiento mutuo, convivencia con músicos de la misma fe y de compartir juntos su talento. Fue así como participó al lado del profesor ucraniano Pavel Semanivsky en la semana de oración realizada este semestre en la Iglesia Universitaria. “Las prácticas con ella son interesantes, porque tiene el deseo de aprender más, expresando siempre su propia opinión —dijo Semanyvsky, director de la Orquesta Universitaria—. “Hablamos como músicos, más allá del nivel maestro-alumno. Comparado con otros artistas que buscan fama, ella

Lic. María Cristina González Sors ɶɶ Desde hace algunas sema-

nas, tiene a su cargo la oficina de Egresados de nuestra universidad. Estudió la Licenciatura en Educación Preescolar en la UM (generación 1988) y trabajó como maestra de inglés en el Instituto Soledad Acevedo de los Reyes (ISAR) durante cinco

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65 aniversario UM

Relato

Todo inició a la edad de cinco años, bajo la tutela de la maestra Elphis Morales, quien despertó en Francely un cariño especial por la música. Con Elphis aprendió flauta transversa en el Conservatorio de Música de la Universidad de Montemorelos (UM). Posteriormente, piano, con la maestra Elena Bulkakova. Tocando en la banda y orquesta de la UM, esta joven regiomontana dejó en claro su pasión por la música. Para formalizar sus estudios de flauta, a la edad de 16 años, ingresó a la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), bajo la dirección del maestro Luís Alfredo González. En marzo de 2007 participó por primera vez en un certamen nacional, organizado por la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Con 19 años, el primer puesto coronó su esfuerzo.

años. En este nuevo puesto, ella desea resucitar el programa de atención a egresados porque cree que es una de las necesidades y estrategias de la universidad. María Cristina es una mujer que enfrenta los problemas con buen humor, y además es muy

paciente. Es madre de Pedro, un joven de preparatoria de 15 años y una niña, Cristina, de 10. Su hijo adolescente hace deportes y toca el trombón, su hija estudia piano y es un poco tímida. Uno de los pasatiempos de Cristina es ver el fútbol por televisión-

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Merab Tello

busca a quien inspira el don. Compartimos ideas sobre cómo mejorar la interpretación y expresión, ya que estamos bajo la misma filosofía y un mismo concepto”. Por su parte, Francely reconoce: “Pavel me motiva a mejorar, a practicar más. Compartimos muchos puntos musicales. Tener contacto con diferentes músicos me ayuda a tener diferentes puntos de vista”.

Construyendo el futuro

La maestra Olga de Scmidt, especialista en órgano, fundadora de la Escuela de Música

Coro de Cámara, Prof. Francisco Stout y Neal Wilson, presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (1990).

“Deseo ser misionera. Quiero aplicar lo que sepa para la iglesia, dar clases o componer música. Que mi conocimiento sirva para ello. Tengo un deseo y Dios lo cumplirá conforme a su voluntad. Lo primero: dejar todo en manos de él”, concluye

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Dr. Jaime Castrejón, ex rector de la UM, en el inicio de la construcción del edificio de Música.

La Universidad de Montemorelos empezó a ofrecer la Licenciatura en Música en el en el mes de septiembre de 1977 (curso escolar 1977-1978) con una matrícula de sólo seis alumnos. Y aunque, comparada con otras escuelas, siempre ha sido una escuela pequeña, por sus aulas han desfilado alumnos de 23 países y 23 estados de México. La Escuela de Música ha tenido un total de seis directores: la Dra. Olga de Schmidt (1977–1980), el Mtro. Héctor Flores (1980–1989), la Mtra. Ruth Ann Wade, (1989–1994) y la Mtra. Norka de Castillo (1995 a la fecha). El cuerpo docente fundador estaba integrado por Carlos Flores (piano), David Holder (instrumentos de banda), Minden Angel (instrumentos de cuerda), Nobleza Pilar (canto) y Héctor Flores (piano). La primera generación de la Licenciatura en Música egresó en 1981 y estuvo compuesta por cinco graduados: Raúl Aguilar Luna (Estados Unidos), Julio Arturo Ávila González (Venezuela) Lilia Margarita Depinay Tismon (Venezuela), Patricia Jeanne Kelley Guild (Estados Unidos) y Saúl Emir Pittí Castillo (Panamá). Las agrupaciones musicales más importantes a lo largo de la historia de la escuela han sido el Coro Universitario (que ha cambiado de nombre en diferentes épocas), la Banda Universitaria y la Orquesta Universitaria. Junto a estas agrupaciones mayores ha existido un gran número de agrupaciones menores y de cámara. La escuela ha atravesado por tres épocas en lo que se refiere a su ubicación física. Inició su existencia ocupando las instalaciones que estaban alrededor del templo antiguo (hoy Auditorio Universitario). Posteriormente, en el año 1980, se empezó a usar un nuevo edificio ubicado al lado de las canchas de fútbol y la huerta (actualmente parte de la Escuela de Artes y Comunicación). Finalmente, se construyeron instalaciones en el lugar donde originalmente se había iniciado la licenciatura. Este edificio se empezó a usarse en septiembre de 1999. Las contribuciones de los donantes han desempeñado un rol muy importante en una escuela que, como cualquier otra, necesita instalaciones y equipo especializados, pero que ha mantenido una matrícula baja. Para la construcción de la primera parte del edificio del Conservatorio de Música, la Dra. Charlotte Boehm dio un generoso donativo para el proyecto. Es muy significativa, también, la aportación que hiciera la compañía de pianos y órganos Ogden Music, entre los años 1994 a 2001. En total se donaron 16 instrumentos: tres órganos, tres pianos de cola y diez pianos verticales de estudio. Otros donantes han contribuido en momentos providenciales; tal es el caso del Dr. Gerardo Rodríguez, egresado de la Escuela de Medicina y ex flautista de la Banda Universitaria, quien con un generoso donativo ayudó a restaurar la oficina del maestro David Aguilar, actual director de la Banda Universitaria. En este semestre el Conservatorio de Música atiende a cerca de 300 alumnos, tanto estudiantes de la licenciatura como niños y adultos que toman cursos libres de variados instrumentos musicales. Estos alumnos son guiados por una veintena de maestros (de planta e invitados)

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