Y el sur no tuvo descanso la mente insegura no quiere trabajar para la violencia mi puerta rota, la ira estampada en la puerta agresividad a cara limpia de ellos y de los que vinieron no más violencia ni miedo como sabría que eran amigos si solo parecían querer que fuera su sombra digo que sus voces cálidas parecieran buenas más me seguían un patrón conocido y salvaje sin humanidad muy confuso y desesperante de esa humanidad deshumanizante
de que hablaban lon terroristas hijos del monstruo y que me aplicaron razón por la que Vicuña M. fue hogar y yo que me revelé esos años los peores…