Ahogada en la desesperanza mis huesos casi crujen mis ojos ya no lloran mis resfríos constantes Tengo ahogos enteros, conflictivos, soy salvada a costa de mis huesos y de un poco de mi dignidad los remedios no me entran por pequeños que sean se lapean y me dejan en un tragar imposible adolorida, casi a punto de sucumbir a las plagas mi edificio se derrumba de a poco aunque fue hecho de cemento cae lentamente por ausencias resueltas por quorum limitado a la rabia o aburrimiento del muchas veces nombrado a cargo que vió la ternura pasar volando sin posarse sobre mi cabeza y la enocntró en otra alma que existe solo para él y me termina y mina…