Diseñar para el futuro juguetes sostenibles la vanguardia

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30 LA VANGUARDIA

O P I N I Ó N

DOMINGO, 27 JUNIO 2010

TEMAS DE DEBATE

Diseñar para el futuro Si queremos salvar el planeta Tierra, el diseño de todo objeto nuevo debe tener en cuenta durante su ciclo de vida la reducción de su impacto en el medio ambiente. Es el llamado ecodiseño o diseño ecológico. Los materiales usados hasta ahora, además de contaminar, se están acabando. El ecodiseño es hacer más con menos, para más gente y durante más tiempo. ANÁLISIS Ignasi Cubiñá

LA CLAVE David Cosculluela

Ecodiseño y abundancia

Juguetes sostenibles

E

N

l arquitecto y diseñador norteamericano William McDonough sostiene que el diseño es la primera señal de la intención humana. Nuestra propia capacidad de transformación de la naturaleza nos convierte en diseñadores a todos nosotros, no únicamente a los profesionales del diseño. Nuestra evolución de primates a homínidos y a hombres tecnológicos se ha basado, en esencia, en la fabricación de las herramientas y los sistemas que nos permiten gestionar el entorno y los recursos naturales a nuestra conveniencia. La disponibilidad de gran cantidad de energía barata ha permitido, en el último siglo, un salto cualitativo y cuantitativo sin precedentes en nuestra historia como especie. Pero ¿cuál es nuestra intención como especie? Si analizamos la realidad que nos rodea, parece que nuestra intención haya sido la de agotar los recursos naturales y generar unos niveles de contaminación antropogénica nunca antes vistos en el planeta. Esta reflexión puede parecer muy simplista, y en parte lo es, pero esconde un hecho incuestionable: nuestro crecimiento tecnológico, demográfico y económico se ha producido a expensas del capital natural, y pagando un alto precio por el agotamiento de recursos naturales mayoritariamente no renovables (los minerales por ejemplo). Además, hemos generado externalidades evidentes como la polución atmosférica y la producción de ingentes cantidades de residuos que contaminan el aire, el agua y el suelo. No creo que ésta sea una intención como especie como para sentirse orgullosos... Volvámonos a hacer la misma pregunta –¿cuál es nuestra intención como especie?–, pero ahora busquemos una respuesta positiva. ¿Cómo deberíamos diseñar para que nuestras actividades y productos produjeran agua potable, aire limpio, nutrientes en lugar de residuos, vida en abundancia y utilizáramos la energía que llega a la Tierra de forma eficaz y renovable? Este es el modelo que propone el ecodiseño, el cambio de paradigma que propone el cradle to cradle (de la cuna a la cuna). Un planteamiento en contraposición al sistema heredado de los tiempos de la revolución industrial, basado en la producción de bienes y servicios a partir de materias primas no renovables y energías fósiles. Un sistema

El futuro del planeta exige ir más allá del reciclaje y la reutilización. Debemos diseñar productos a imagen de los sistemas naturales lineal –cradle to grave (de la cuna a la tumba)– que fomenta la extracción sin reposición de los materiales. Un sistema que tiende al colapso. Si este sistema tiene éxito –y el crecimiento demográfico es una prueba de ello–, el colapso puede llegar más rápido. Estamos ante una crisis de materiales, no energética. El ecodiseño tradicional es consciente de estas limitaciones y propone hacer más con menos. Incluso para más gente y durante más tiempo. Es una intención muy loable y especialmente meritoria en unos tiempos en los que el crecimiento y la aceleración económica han sido el credo de las I. CUBIÑÁ, director de Ecointelligentgrowth, SL

uestra empresa incorporó el ecodiseño a raíz de nuestra colaboración en un proyecto de investigación que dirigió el doctor. Fullana, de la Escuela Superior de Comercio Internacional, en la UPF. Como director de la empresa y ex alumno de Fullana, tuve mis reparos en su día para aceptar la invitación a participar, ya que aplicar el ecodiseño en nuestros coches de carreras parecía tener un difícil encaje: ¿competición y ecología? Pero la experiencia reportó grandes resultados, y rápidamente constatamos que integrar criterios de sostenibilidad ambiental en el diseño integral de un producto no supone un incremento de costes para la

Es mucho más fácil aplicar el ecodiseño desde la gestación de un producto que intentar corregir productos existentes

JOSEP PULIDO

principales economías del mundo. El problema es que el reduccionismo puede no ser suficiente, en un planeta mucho más poblado que cuando probablemente los primeros ecodiseñadores acuñaron el término. Por ello la visión del cradle to cradle propone una vuelta de tuerca adicional: ir más allá de la reducción, el reciclaje y la reutilización. Para poder conciliar la actividad humana moderna con la disponibilidad de recursos naturales y materiales renovables, debemos diseñar productos y servicios a imagen de los sistemas naturales. Es decir, productos diseñados para no generar residuos. Aprovechar los materiales en ciclos indefinidos que generen abundancia, no pérdida de valor. La creación de valor es un concepto que goza de gran prestigio en los ámbitos empresariales pero, en la gran mayoría de los casos, el valor se mide en forma de transacción monetaria únicamente, no de valor real. La economía real es, a su vez, ecología y equidad, y fomenta el legado por encima de la actividad (fomenta, no sustituye, por cierto). Sin legado no hay conservación de recursos, y sin recursos no hay economía. Ni sociedad, claro. Es así de simple. Si somos capaces de diseñar productos como nutrientes biológicos que puedan reincorporarse al medio ambiente de manera segura, y/o como nutrientes técnicos (a partir de componentes no biodegradables) que puedan reintroducirse en un ciclo técnico sin generar ninguna externalidad (impacto negativo) medioambiental, y podemos hacerlo mediante la introducción paulatina de las energías renovables (de origen solar o gravitacional), entonces nuestra intención como especie será la correcta. El resultado será además un mundo de abundancia y no de límites autoimpuestos, en el que seguramente el ecodiseño perderá su prefijo... para ser únicamente diseño con mayúsculas.c

PARA SABER MÁS PUBLICACIONES Cradle to cradle, remaking the way we make things. McDonough, B. Braungart, M. New York: North Point Press (2002) Biophilic Design, S. Kellert, J.H. Heerwagen, Mador Editorial John Wiley & Sons Ed. Ecodiseño y ecoproductos. Joan Rieradevall y Joan Vinyets. Rubes Editorial (Barcelona 2000) Ecodiseño: un nuevo concepto en el desarrollo de productos. Félix Sanz Adán. Universidad de La Rioja (2003) Ecodiseño, nueva herramienta para la sustentabilidad. Brenda García Parra. Editorial Designio WEBS www.ecointelligentgrowth.net www.mbdc.com www.biomimicryinstitute.org www.cfsd.org.uk

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empresa, sino una clara ventaja competitiva que percibe el consumidor sin caer en el uso específico de marketing medioambiental. Es mucho más difícil intentar corregir productos existentes que aplicar ecodiseño desde la gestación de un producto nuevo. En este sentido, es muy importante que, para un buen resultado, se implique a la dirección de la empresa, porque no se puede ecodiseñar sólo con el compromiso del departamento de I+D. Es un proceso de inmersión de toda la empresa y, aparte de I+D y producción, también deben asumir el proyecto compras, calidad, operaciones, marketing y ventas. Nuestro primer proyecto ecodiseñado fue crear el sistema digital para pistas de coches eléctricos. Ello llevó a la empresa a realizar un producto que se adaptaba sus pistas analógicas ya existentes, permitía la digitalización de todos sus coches y de los coches de todas las marcas de slot. Con ello se permitía digitalizar y seguir corriendo con el Seat 600 del abuelo. El criterio de ecodiseño fue percibido por el consumidor como una oportunidad que permitía disfrutar de la nueva dimensión digital con más jugabilidad sin tener que tirar todo lo anterior. El nuevo producto alargaba la vida útil de juguetes antiguos, además de estar fabricado con materiales fácilmente reciclables y etiquetados para su correcta gestión como desecho. Nuestras nuevas marcas de aviones, helicópteros, barcos y coches de radiocontrol siguen el mismo criterio de diseño y ofrecen recambios para todos sus juguetes. ¿Quién no ha roto las hélices de su helicóptero de control remoto por tener un mal aterrizaje? En el mercado del juguete donde impera la cultura del usar y tirar, hay que ofrecer repuestos de todos los productos y baterías recargables. El buen diseño es aquel sostenible, sin tener que explicar sus virtudes: el consumidor y el canal de ventas las perciben y piden marca.c D. COSCULLUELA, director de Ninco


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