// L A D I E Z GABRIEL ROJAS
PROYECTO APOYADO POR EL PORTAFOLIO DE ESTÍMULOS DEL MINISTERIO DE CULTURA 2021
Entrada al Barrio Egipto, 2014 Google StreetView
GUARDIÁN DE HISTORIA El barrio Egipto es uno de los más antiguos de Bogotá. Está ubicado en la frontera entre la parte rural y la parte urbana de la ciudad, en el centro oriente. A raíz de la construcción de la Avenida Circunvalar a mediados del siglo XX, el barrio se convirtió en un corredor para el contrabando, y con ello empezaron a surgir las primeras bandas delincuenciales y pandillas, las cuales estaban conformadas por clanes familiares, como los Pillos y los Gasolinos. Esto, unido al abandono gubernamental, ha dejado a las nuevas generaciones a la deriva, sin oportunidades económicas en los sectores formales ni legales de la economía. Con el paso del tiempo, el barrrio ha quedado aislado social y económicamente de la ciudad que se ve desde lo alto de los cerros orientales. La violencia ha sido una constante en la historia del barrio. Todos los miembros de la comunidad han llorado a algún esposo, amigo, hermano o hijo. De ello puede dar fe doña Celina Gutiérrez, quien a sus 87 años, hace parte de la memoria viva de Egipto. En el barrio la conocen como “el hospital”, porque era quien cuidaba y curaba a los enfermos después de los enfrentamientos entre pandillas, o entre estas con la Policía o las víctimas de los atracos. Cuando se encontraba en la cárcel, Jaime Roncacio –alías “Calabazo”, uno de los líderes de la pandilla de la diezma (en alusión a por la Calle 10, la principal del barrio)– conoció a algunos ex pandilleros de la Co-
muna 13 de Medellín, quienes le contaron sobre una iniciativa turística llena de arte urbano que tenían en su barrio. Al principio a Calabazo le pareció extraño que los paisas llevaran turistas y/o extranjeros a su barrio para pasearlos en vez de robarlos, pero la idea le quedó rondando en la cabeza. Al salir de la cárcel y volver al barrio, Jaime empezó a socializar la idea de hacer algo parecido a lo de la Comuna 13 y junto a sus amigos Andrés “Pato”, Juan “Monkey”, y Carmen “La gorda”, entre otros, y con XXX, un profesor de la Universidad Externado de Colombia, vecina en La Candelaria, dieron forma al proyecto de realizar recorridos turísticos por las calles y los alrededores de Egipto. Así nació “Breaking Borders”, como una manera de dar a conocer las historias de violencia y de renovación comunitaria a los visitantes y turistas nacionales y extranjeros. El éxito de este proyecto consiste en que todos los visitantes se sienten parte de la comunidad, y aportan recursos para dar oportunidades a sus habitantes. Los recorridos también han ayudado a cambiar el estigma de pandilleros o delincuentes con que cargaba la comunidad local. A pesar de ello, hoy en día la mayoría de las personas del barrio se encuentran en la informalidad. Todavía hay mucha población joven que necesita mejores referentes y ejemplos, pero el deseo colectivo es el de abandonar la guerra y conseguir el perdón. De esto se trata Breaking Borders.