Making It: Industria para el desarrollo (#6)

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MakingIt Segundo trimestre de 2011

Industria para el desarrollo

n Alternativas a la

coca n NestlĂŠ: crear valor compartido n Eficiencia energĂŠtica n Vandana Shiva n EtiopĂ­a

Agronegocios: de la granja al tenedor


Número 1, diciembre de 2009 l Rwanda means business: interview with President Paul Kagame l How I became an environmentalist: A small-town story with global implications by Phaedra Ellis-Lamkins, Green For All l ‘We must let nature inspire us’ – Gunter Pauli presents an alternative business model that is environmentally-friendly and sustainable l Old computers – new business. Microsoft on sustainable solutions for tackling ewaster l Green industry in Asia: Conference participants interviewed l Hot Topic: Is it possible to have prosperity without growth? Is ‘green growth’ really possible? l Policy Brief: Greening industrial policy; Disclosing carbon emissions

Número 2, abril de 2010 l “Después de Copenhague”. Bianca Jagger aboga por que se tomen medidas inmediatas a fin de evitar una catástrofe climática l Nobuo Tanaka, de la Agencia Internacional de la Energía, analiza los cambios que puede hacer la industria en materia de energía l “Energía para todos”. Kandeh Yumkella y Leena Srivastava tratan la necesidad de tomar medidas para mejorar el acceso a la energía l Las mujeres empresarias transforman Bangladesh l “En todo sitio bajo el sol”. Zhengrong Shi, presidente general de Suntech, analiza las posibilidades que brinda la energía solar l Tema de actualidad: Ventajas y desventajas de los biocombustibles l Informe de política: Financiación de la energía renovable; tarifas de entrada (FiT)

Número 3, julio de 2010 l El espectacular ascenso económico de China: entrevista con el ministro de comercio, Chen Deming l Jayati Ghosh trata el tema de la politización de las políticas económicas l “Hacia un debate más productivo”. Ha-Joon Chang da razones para aceptar que la política industrial puede ser efectiva l Robert Zoellick del Banco Mundial aborda el tema de la modernización de las relaciones multilaterales l “Por una economía mexicana más ecológica”. Juan Rafael Elvira Quesada l Tema de actualidad: ¿Funciona el microfinanciamiento? l Informe de política: El sector privado y el desarrollo. El poder del capital a largo plazo

Número 4, noviembre de 2010 l Fortalecimiento de la capacidad productiva: Cheick Sidi Diarra sostiene que los PMD deben, y pueden, producir más mercaderías y servicios de mejor calidad l Milford Bateman propone el concepto de bancos comunitarios como alternativa al microfinanciamiento l Kiribati, un pequeño país, un gran sacrificio: entrevista con el presidente Anote Tong l El desafío golpea a nuestra puerta: el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible l Patricia Francis comenta sobre el cambio climático y el comercio l Tema de actualidad: La importancia del espíritu emprendedor para el desarrollo económico l Informe de política: Inversiones en energía renovable en la India; La promoción de la capacidad de innovación de la industria

Número 5, febrero de 2011 l ¿Un espacio de oportunidad para el comercio internacional? Peter Sutherland evalúa las posibilidades de concretar un acuerdo comercial multilateral l Un camino hacia la prosperidad mutua: Xiao Ye analiza el comercio entre África subsahariana y China l Desarrollo compatible con el clima: Simon Maxwell nos cuenta cómo evitar los aspectos negativos del cambio climático l Timor Oriental, de la dependencia de la ayuda a la generación de ingresos mediante recursos: una entrevista con el presidente José Ramos-Horta l Colin McCarthy cuestiona el enfoque de la integración regional en África l Tema de actualidad: Los representantes de industrias marítimas y aéreas explican cómo frenar los crecientes niveles de CO2 l Informe de política: Normas privadas. Un nuevo enfoque al crecimiento impulsado por la exportación; política industrial de la UE

Una revista trimestral. Estimulante, crítica y constructiva. Un foro para discusiones e intercambios sobre la intersección de la industria y el desarrollo.


Editorial

Photo: Amit Dave/Reuters

En este ejemplar de Making It: Industria para el Desarrollo, se abordan algunos aspectos del amplio concepto de agronegocios, que suele definirse como toda la gama de actividades comerciales que tienen lugar “desde la granja al tenedor”, pero que también comprenden el procesamiento de materias primas para la producción de bienes no alimentarios como textiles, papel y biocombustibles. El concepto de agronegocios abarca el suministro de insumos agrícolas, la producción y el procesamiento de productos agrícolas, y su posterior distribución al consumidor. Involucra a grandes empresas, como los gigantes del sector Cargill, Archer Daniels Midland (ADM) y Bunge, pero también a pequeños emprendedores como el trabajador hindú de la fotografía que seca el arroz con ayuda de su motocicleta. Como señala Kanayo Nwanze, los agronegocios son la clave para resolver dos de los grandes desafíos de nuestro tiempo: reducir la pobreza de los pequeños agricultores de todo el mundo y alimentar a una población mundial en constante aumento. Los agronegocios constituyen la brecha fundamental entre los 500 millones de granjas pequeñas a nivel mundial y los siete mil millones de personas con hambre que habitan nuestro planeta. Patrick Kormawa aborda este tema específico en el contexto de África subsahariana, describiendo un nuevo marco estratégico para el desarrollo de los agronegocios orientado a fomentar el crecimiento y a reducir la pobreza en todo el continente. Pero, ¿hay posibilidades de que los agronegocios, tal como se han desarrollado en las últimas décadas, sigan teniendo lugar en un mundo cada vez más preocupado por las emisiones de carbono, la escasez de agua y los riesgos para la biodiversidad? En otros artículos de esta edición, Helmy Abouleish de Egipto y Vandana Shiva de India destacan las ventajas de usar insumos agrícolas orgánicos; Paul Bulcke, director ejecutivo de la empresa de alimentos y bebidas más grande del mundo, explica las medidas que está tomando Nestlé en toda su cadena de suministro; Guillermo García revela cómo los productos agrícolas con valor agregado pueden constituir una alternativa viable a la coca en Colombia; y Johanna Sorrell se pregunta si el aumento vertiginoso en la producción de aceite de palma puede ser sostenible.

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Contenidos

MakingIt Industria para el desarrollo

Editor: Charles Arthur editor@makingitmagazine.net Comité editorial: Ralf Bredel, Tillmann Günther, Sarwar Hobohm, Kazuki Kitaoka, Wilfried Lütkenhorst (presidente), Cormac O’Reilly y Jo Roetzer-Sweetland Sitio web y difusión: Lauren Brassaw outreach@makingitmagazine.net Ilustración de la portada: Dave Granlund Diseño: Smith+Bell, Reino Unido: www.smithplusbell.com Agradecemos la colaboración de Donna Coleman Impreso por Gutenberg Press Ltd, Malta, www.gutenberg.com.mt, en papel con certificación del Consejo de Manejo Forestal Para consultar esta publicación en línea y participar de los debates acerca de la industria para el desarrollo, visite nuestro sitio web: www.makingitmagazine.net Para suscribirse y recibir los próximos ejemplares de Making It, envíenos un correo electrónico con su nombre y domicilio a subscriptions@ makingitmagazine.net Making It: Industria para el Desarrollo es una publicación de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Centro Internacional de Viena, P.O. Box 300, 1400 Viena, Austria Teléfono: (+43-1) 26026-0, Fax: (+43-1) 26926-69 Correo electrónico: unido@unido.org Copyright © 2011 La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial Ninguna parte de esta publicación podrá utilizarse ni reproducirse sin el consentimiento previo del editor. ISSN 2076-8508 Las denominaciones empleadas y la presentación del material en esta revista no implican la expresión de opinión alguna de ningún tipo por parte de la Secretaría de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) respecto de la condición jurídica de ningún país, territorio, ciudad o área, ni de sus autoridades, o en relación con la demarcación de sus fronteras o límites, o acerca de su sistema económico o su nivel de desarrollo. Las denominaciones como “desarrollado”, “industrializado” y “en vías de desarrollo” se utilizan por una cuestión de simplicidad estadística y no expresan necesariamente un juicio sobre la etapa en el proceso desarrollo que ha alcanzado un país o área en particular. La cita de nombres de empresas o productos comerciales no constituye aval alguno por parte de la ONUDI. Los puntos de vista, los datos estadísticos y las estimaciones que se incluyen en los artículos de autor son responsabilidad del o de los autor(es), entre ellos, los miembros del personal de la ONUDI, y no deben interpretarse como una manifestación de las opiniones de la ONUDI ni como opiniones respaldadas por la ONUDI. Este documento se ha elaborado sin la edición formal de las Naciones Unidas.

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FORO MUNDIAL 6 Cartas 8 ¿Primavera árabe para la mujer? Lina Abou-Habib pregunta si las revoluciones de Oriente Medio y África del Norte pueden constituir un medio para la autonomía económica de la mujer o si el patriarcado prevalecerá 10Tema de actualidad: ¿La eficiencia energética deriva en un mayor consumo de energía? Jesse Jenkins y Harry Saunders subrayan la importancia del efecto rebote, mientras que Marianne Moscoso-Osterkorn sostiene que las medidas para mejorar la eficiencia energética son siempre justificadas 16 Cuestiones de negocios: noticias y tendencias ARTÍCULOS 18 Agronegocios: una salida de la pobreza para África – Patrick Kormawa sostiene que para reducir la pobreza es fundamental adoptar una vía de crecimiento basada en el desarrollo de los agronegocios

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Numéro 6, 2e trimestre 2011

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30 22 Alternativas a la coca – Guillermo García explica cómo los agronegocios pueden ayudar a los pequeños agricultores colombianos a emprender actividades legales y más seguras ARTÍCULO PRINCIPAL 24 Alimentar a un mundo superpoblado – Kanayo Nwanze sostiene que los pequeños agricultores deben tener la oportunidad de ser protagonistas activos, y no simplemente testigos, en los nuevos mercados potencialmente rentables que emergen en la actualidad 30“Crear valor compartido” para la sociedad y los accionistas – el director ejecutivo de Nestlé, Paul Bulcke, reconoce que el éxito de la compañía depende de la creación de valor para todas las partes involucradas 32 Sembrar para el futuro – Helmy Abouleish, director ejecutivo del grupo egipcio SEKEM, percibe a la agricultura biodinámica como el único camino para lograr la competitividad a largo plazo

34 Artículo sobre un país: Etiopía: trazando su propio camino – Peter Gill advierte buenas razones para el optimismo, y el primer ministro Meles Zenawi brinda detalles sobre su visión acerca del desarrollo sostenible 38 ¿El aceite de palma puede ser sostenible? Johanna Sorrell analiza las opciones existentes para la industria del aceite de palma 40 Abrazar la vida – entrevista a la activista ecológica Vandana Shiva INFORME DE POLÍTICA 42 Crisis alimentaria: se buscan arquitectos 43 Embalaje: la clave para más alimentos y desarrollo económico 44 Biocombustibles: cuestiones éticas y políticas 46 Artículo de cierre – Andy Sumner habla sobre el “nuevo club de la miseria” MakingIt 5


GLOBAL FORUM

CARTAS ¿La prosperidad de quién? En el ejemplar 5, Lucy Muchoki dice que los agronegocios de África se ven amenazados por la competencia de mercados extranjeros que suelen estar altamente protegidos y subsidiados. También afirma que los agronegocios en este continente tienen que “competir en los mercados de productos básicos con precios bajos contra productores de otros países que han aumentado notablemente su ventaja de bajos costos por sobre nuestros productores”. Esta situación es consecuencia directa del marco de comercio internacional que tanto lucha por preservar Peter Sutherland. Para Sutherland, “la prosperidad surge de nuestra dependencia económica mutua”. ¿La prosperidad de quién? l Janice Jones, Banjul, Gambia

Timor Oriental La entrevista al presidente Ramos-Horta fue muy buena. Fue inusual y, a la vez, alentador leer sobre un líder político que se expresa de forma tan clara y sencilla. Deseo todo lo mejor para él y Timor Oriental, y espero que el país siga siendo un ejemplo a seguir en el uso de los ingresos provenientes del gas y del petróleo para el beneficio de todas las personas. l Jane Godwin, recibido por correo electrónico

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Photo: José H . Meirelles

La sección Foro mundial de Making It es un espacio destinado a la interacción y el debate en el que son bienvenidas las reacciones y respuestas de los lectores sobre las cuestiones planteadas en la revista. Para que se publiquen las cartas en Making It, deben llevar el título “Para la publicación” y deben enviarse por correo electrónico a: editor@makingitmagazine.net o por correo a la dirección: The Editor, Making It, Room D2138, UNIDO, PO Box 300, 1400 Vienna, Austria. (Es posible que las cartas o los correos electrónicos deban editarse por razones de espacio).

Presidente Ramos-Horta de Timor Oriental: “alentador leer sobre un líder político que se expresa de forma tan clara y sencilla”.

accesible la información a personas como yo. Creo que al publicar los diferentes puntos de vista sobre un tema, permiten al lector adoptar su propia postura. Espero leer el próximo ejemplar sobre agronegocios, y en especial, sobre los efectos que tiene la industria en las personas y sus medios de subsistencia. l Emile Potolsky, recibido por correo electrónico

Más rápida, más barata y más segura

Sin explotación Me gustó la sección breve “¿Confección de prendas? ¡Sin explotación!” (Making It, ejemplar 5) acerca de la planta de Alta Gracia en la República Dominicana, donde a los trabajadores se les permite sindicalizarse y se les paga un salario digno. En especial, me sorprendió la última parte del artículo que hacía referencia a la prosperidad de los otros negocios de la comunidad, gracias a que los trabajadores de la fábrica de Alta Gracia ganan lo suficiente como para poder disponer de un excedente luego de solventar las necesidades básicas. Ellos gastan, y los negocios ganan. La repercusión positiva que tiene el pago de salarios dignos en la economía general no parece

ser novedad, pero por lo visto, esta idea no logra hacer mella en los "expertos" del Banco Mundial y el FMI, quienes continúan presionando a países como Haití para que mantengan los salarios al nivel más bajo posible con el fin de atraer la explotación extranjera... perdón, quise decir la inversión extranjera. l Jean-Baptiste Jean, Montreal, Canadá

El equilibrio justo Sigo disfrutando mucho de leer los artículos de la revista Making It, y también de los que se publican exclusivamente en el sitio web. Me gusta el contenido equilibrado de las investigaciones e informes que se presentan en los artículos, además del alto nivel de autores que seleccionan, y que hacen

Me impactó leer acerca de los “ecologistas” británicos que, a pesar del desastre ocurrido en Japón, siguen sosteniendo que la energía nuclear es la única alternativa a los combustibles fósiles (sitio web de la revista Making It). Estos deberían prestar atención a lo dicho por Amory Lovins, el veterano ambientalista y analista en cuestiones energéticas, quien escribió que la construcción de centrales nucleares es tan lenta y costosa que reduce y retarda la protección del clima. El autor lo explica de esta manera: por cada dólar que se gasta en un nuevo reactor se obtienen entre dos y diez veces menos soluciones para reducir la emisión de carbono, y esas soluciones son entre 20 y 40 veces más lentas que si se financiaran alternativas más baratas, rápidas y seguras que hicieran innecesaria y poco rentable la energía nuclear. Estas alternativas incluyen el uso eficiente de la electricidad, la cogeneración de calor y energía en fábricas o edificios y la energía renovable. l Şemseddin Sami, comentario realizado en el sitio web


Para consultar otros debates sobre cuestiones planteadas en Making It, visite el sitio web de la revista en www.makingitmagazine.net y en el sitio de la red social Facebook. Se recomienda a los lectores navegar por estos sitios para participar en las discusiones y en los debates sobre la industria para el desarrollo.

Hace poco leí el ejemplar 2 de la revista (“Aires de cambio”) y me pareció un excelente aporte al debate acerca de cómo, según los términos expresados, facilitar las actividades productivas mediante el suministro de energía a herramientas, máquinas y procesos de fabricación con métodos que causen un menor daño, o ninguno en el mejor de los casos, al medio ambiente. El terrible terremoto que devastó a Japón junto con el tsunami en el mes de marzo fue una prueba más que contundente de la abrumadora fuerza de la naturaleza. Las causas del sismo nada tienen que ver con la intervención humana, pero es sabido que el calentamiento global aumenta la frecuencia de climas extremos y, por ende, la probabilidad de que suframos más catástrofes como las ocurridas en los últimos tiempos en Haití, Chile, Nueva Zelanda y Japón. Creo que la fusión de núcleos que desencadenó el tsunami en la central nuclear de Fukushima, Japón, muestra que debemos replantear nuestra dependencia cada vez mayor de la energía nuclear para poder reducir las emisiones de CO2. Estos posibles “aires de cambio” me dan escalofríos. De modo que fue un agrado escuchar al presidente japonés Naoto Kan anunciar que su país abandonará los planes de expansión en el sector de energía nuclear. Este manifestó que es necesario reorientar la marcha hacia la promoción de energía natural y renovable, como la energía eólica, solar y de biomasa. l Steven Sedgley, Nottingham, Reino Unido

En línea

Photo: Stinne Vallø Ertmann

Aires viciados

Hace tiempo que disfruto de leer Making It para mantenerme informado sobre los temas más actuales en materia de desarrollo industrial. Recientemente, advertí que la revista también se publica en formato digital en su sitio web. Teniendo en cuenta las campañas para reducir el uso de papel en beneficio del medio ambiente, desearía realizar mi propio aporte optando por la revista digital en lugar de la impresa. Por tal motivo, deseo solicitar que mi suscripción a la versión impresa sea cancelada. l Dr. Antonis Gitsas, Viena, Austria

Agua

Publicación gratuita Me complace anunciar la publicación de mi libro gratuito Making Do: Innovation in Kenya’s Informal Economy (Ingeniárselas para innovar en la economía informal de Kenia), que busca profundizar nuestros conocimientos sobre los sistemas de innovación que rodean a los ingenieros emprendedores de pequeña escala en África. A través de estos conocimientos, podremos contribuir de mejor manera a la industrialización del sur mundial y mejorar nuestra tarea

en el norte; un mensaje que, a mi entender, encuentra gran eco en las comunidades de Making It y la ONUDI. Este es el primer libro que se escribe sobre la innovación autóctona de África en más de 15 años, y espero que llegue al mayor público posible para fomentar el debate y motivar a la acción entre las comunidades de diseño, desarrollo y negocios. Es por ello que Making Do ha sido publicado en línea para el acceso gratuito en: http://analoguedigital.com/ makingdo l Steve Daniels, Nueva York, EE. UU.

El agua es un tema de gran importancia y me sorprende que no haya sido tratado en ninguno de los ejemplares de Making It. ¿En qué aspecto del desarrollo industrial sostenible tiene cabida este recurso limitado? Según la Organización Mundial de la Salud, el problema empeorará con el crecimiento de las ciudades y poblaciones, y con la demanda cada vez mayor de la agricultura y la industria. Continuar con el uso desenfrenado de este y otros recursos en el nombre del crecimiento económico es morder la mano de quien nos alimenta. Creo que Making It podría propiciar un debate lúcido en torno al problema del uso y abuso de los recursos, donde también se planteen las alternativas a un sistema que impulse acciones al respecto. l Peter Lund, recibido por correo electrónico

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FORO MUNDIAL

Lina Abou-Habib pregunta si las revoluciones de Oriente Medio y Norte de África pueden constituir un medio para la autonomía económica de la mujer o si el patriarcado prevalecerá.

¿Primavera árabe para la mujer? Observar las revoluciones populares que se extendieron en la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA) durante los últimos meses ha sido una experiencia emocionante y surrealista. De hecho, a medida que pasaban los días y las semanas, muchos de mis pronósticos y predicciones demostraron ser erróneos. En el caso de Túnez, tenía el convencimiento firme de que el levantamiento no iba a derivar en un cambio radical y que, a falta de alternativas viables, Ben Alí y sus seguidores permanecerían en el poder. Error... Igual que para Egipto. ¿Quién iba a creer que la omnipotente oligarquía junto a toda su familia abandonaría el poder? Como ya lo expresé, el giro de los acontecimientos fue emocionante y a la vez surrealista. Pero lo más sorprendente fue lo que una amiga feminista de Egipto me describió como “cambios sociales radicales y profundos”. Ella junto a otras personas

sostienen que las “mujeres son omnipresentes” y que “no hubo ningún incidente de acoso sexual en la plaza Tahrir”. Los medios internacionales registraron y aclamaron la participación notoria de mujeres de toda condición y origen en la revolución egipcia. Al parecer, por un momento de la historia, la sociedad logró transcender la violencia de género, los prejuicios y la discriminación de la mujer. Por un momento de la historia, muchas mujeres de Egipto experimentaron la igualdad, el liderazgo colectivo y la máxima participación pública y política. Durante ese momento, su voz y su accionar fueron escuchados. Algunas organizaciones de la mujer intentaron registrar ese momento. En un pasado no muy lejano, las mujeres que participaban en movimientos de liberación contra poderes colonialistas caían rápidamente en el olvido y eran puestas

LINA ABOU-HABIB es fundadora y directora de la organización, Collective for Research and Training on Development-Action (Colectivo de Investigación y Capacitación en Acciones para el Desarrollo) (CRTDA) que tiene sede en Beirut y trabaja para la región árabe, y es la presidenta de la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID).

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nuevamente en su lugar: la casa... Otra colega feminista me contó que tomaban fotografías, recogían testimonios y documentaban de forma continua y sistemática todo lo que las mujeres hacían para tornar realidad la revolución, “para que no olvidemos”. Pero igual lo olvidamos. La actividad política que siguió al derrocamiento del dictador pareció estar dirigida casi en su totalidad por hombres. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cientos de mujeres se reunieron en la plaza Tahrir para exigir una mayor participación en la construcción del nuevo país. Allí fueron agredidas por hombres cargados de furia que las enviaban a gritos a sus casas. Dejando de lado a los responsables de estos actos deleznables y las razones subyacentes, fue un triste recordatorio de que la igualdad de género y los derechos de la mujer siguen estando bajo amenaza. Dejando de lado los diversos análisis de cómo y por qué se dieron estos hechos, muchos de nosotros hemos optado por interpretarlos como una cruel advertencia de que la mujer no puede ni debe ocupar un espacio en el ámbito público. Si la mera presencia de la mujer en el ámbito público no es aceptada o tolerada por algunos, y tampoco es protegida y apoyada por aquellos que han luchado por la revolución, el cambio y la transformación, ¿qué le depara entonces a la mujer en la era posrevolucionaria? La participación de la mujer en la región de Oriente Medio y África del Norte siempre ha sido extremadamente baja, sobre todo a nivel político y de presencia en el sector económico formal. Las instituciones sociales


patriarcales, junto con los valores, las prácticas y hasta el marco jurídico que estas reproducen, han sido muy eficaces y poderosas al asegurar que la mujer permanezca en un lugar de dependencia y subordinación. A pesar de las reformas y seudoreformas que han experimentado en las últimas dos décadas, los tribunales religiosos y familiares siguen sin reconocer y codificar debidamente el concepto de igualdad. La familia sigue siendo considerada una institución sacrosanta intocable que, en la mayoría de los casos y lugares, conlleva a que se discrimine a la mujer en todos los aspectos y a que se violen sus derechos humanos casi con total impunidad. Las instituciones de mercado en Oriente Medio y África del Norte están muy lejos de ser igualitarias o de brindar un acceso equitativo a hombres y mujeres. El salario desigual, la discriminación en el trabajo, las barreras en el ascenso, el acoso sexual, la penalización del rol reproductivo y de cuidado de la mujer y el ancestral socavamiento del liderazgo femenino han contribuido en su conjunto a que la mujer quede excluida de la economía. En Egipto, por ejemplo, la presencia femenina se da mayormente en la agricultura, un sector muy poco regulado donde el trabajo de la mujer suele confundirse, de forma inconsciente, pero también deliberada, con las tareas domésticas no negociables y difícilmente reconocidas. En los sectores más prósperos y mejor pagos de servicio, industria y comercio, la participación femenina no supera el 13% y es difícil encontrar mujeres en puestos directivos de alto rango. La participación de la mujer egipcia en el sector informal no regulado y, a menudo, explotador asciende al 46%, lo que incrementa la invisibilidad femenina. Túnez, por su parte, si bien goza de una mejor reputación en igualdad de género, no muestra cifras mucho más alentadoras: las mujeres conforman el 55% de la fuerza laboral en el sector agrícola, pero menos del 22% en el sector de servicios. Si la exclusión y la discriminación de la mujer en Oriente Medio y Norte de África, como en muchas otras regiones, es un fenómeno arraigado e institucionalizado que se practica en el hogar y en instituciones sociales de mayor alcance, como las del

© Chappatte en "Le Temps", Ginebre - www.globecartoon.com

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estado, ¿qué cambio pueden traer a las mujeres estas revoluciones? Posiblemente, la pregunta más importante que surge es si los nuevos aires de cambio que continúan soplando en esta región llevan consigo el compromiso y el deseo sincero de abordar la igualdad de género entre las materias pendientes. En otras palabras, ¿las revoluciones cuestionan y ponen en duda la supuesta inviolabilidad del ámbito privado? ¿Se reconoce a la mujer como ciudadana plena, sin importar donde se encuentre, sea en la casa, en el trabajo o en el ámbito público? ¿Seguirá estando la desigualdad al amparo de la impunidad, o será cuestionada finalmente? Y si es así, ¿de qué manera ocurrirá esto? ¿Se internalizará, apropiará y pondrá en práctica el concepto de ciudadanía inclusiva? ¿Se respetará y defenderá la diversidad? ¿Se convertirán en realidad los derechos sexuales y la agencia corporal de la mujer? En pocas palabras, ¿de qué manera y con qué fundamentos los nuevos estados emergentes reconstruirán las instituciones sociales sin una estructura patriarcal? ¿De

qué manera las instituciones sociales de Oriente Medio y Norte de África serán responsables de garantizar la igualdad de género, sobre todo si se tiene en cuenta que el propio concepto de responsabilidad estatal ante los ciudadanos y ciudadanas representa una novedad? En este punto de los acontecimientos, cinco meses después de la “Revolución de los Jazmines” en Túnez y de su repercusión en toda la región, es imposible adivinar o predecir si esto traerá aparejado más o menos oportunidades, trabajo, libertad y emancipación para las mujeres y niñas. Lo que sí podemos afirmar con plena certeza es que si no se plantean estos interrogantes molestos y no se tiene la voluntad sincera de cuestionar y cambiar las instituciones patriarcales asignándoles responsabilidad, la igualdad de género seguirá siendo una meta inalcanzable para las mujeres de esta región. n

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Más eficiente

TEMA DE ACTUALIDAD

¿La eficiencia energética deriva en un mayor consumo de energía? En febrero de 2011, el Breakthrough Institute publicó una reseña completa de material bibliográfico y evidencia científica sobre el efecto rebote, donde se concluye que una gran parte del ahorro de energía derivado de medidas de eficiencia energética por debajo del costo se ve erosionado por el efecto rebote de la demanda. En algunos casos, el rebote supera al ahorro y deriva en un mayor consumo de energía producto de la eficiencia, fenómeno que se conoce como contrafuego o "backfire".

JESSE JENKINS y HARRY SAUNDERS subrayan la importancia de este efecto rebote. Y en respuesta a esto, MARIANNE MOSCOSO-OSTERKORN, directora general de la Renewable Energy and Energy Efficiency Partnership (Alianza para la Energía Renovable y la Eficiencia Energética) (REEEP), sostiene que la eficiencia genera beneficios importantes en términos económicos y de seguridad de la energía, y que las medidas para mejorarla son siempre justificadas.

Reconsiderar el rebote y la eficiencia

JESSE JENKINS es director de Energía y Política Climática del Breakthrough Institute, y autor principal, junto con Ted Nordhaus y Michael Shellenberger, del informe Energy Emergence: Rebound and Backfire as Emergent Phenomena (Emergencia energética: los efectos rebote y contrafuego como fenómenos emergentes). HARRY SAUNDERS es director ejecutivo de Decisions Processes Incorporated, una firma de consultoría en decisiones y gestión corporativa, y miembro superior del Breakthrough Institute. La eficiencia energética es considerada por muchos un método económico para reducir el consumo de energía y generar una disminución a nivel mundial en las emisiones de gases de efecto invernadero. Las políticas sobre eficiencia tienen una

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Menos eficiente presencia destacada en el conjunto de medidas de muchos Gobiernos nacionales, organismos internacionales de desarrollo y ONG, y tanto la Agencia Internacional de Energía (AIE) como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estiman que dichas medidas realizarán el trabajo más pesado mientras el mundo procura reducir las emisiones necesarias para estabilizar el clima global. El énfasis en la eficiencia se manifiesta con particularidad en las economías emergentes, donde sacar un mayor provecho de una menor cantidad de energía se considera clave para alcanzar el crecimiento sostenible y reducir el riesgo climático. Sin embargo, estudios recientes, entre los que se incluyen los nuevos informes de nuestra autoría, resaltan un fenómeno


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Ahora es común encontrar etiquetas de eficiencia energética en muchos edificios nuevos, electrodomésticos y aparatos electrónicos.

A B C D E F G económico de envergadura, pero en gran parte subestimado, que exige reconsiderar la eficiencia energética a nivel mundial y su rol en las estrategias de desarrollo sostenible y mitigación del clima: el efecto rebote. Las medidas verdaderamente rentables de eficiencia energética reducen el precio real de los servicios derivados del consumo de combustible (calefacción, refrigeración, transporte, procesos industriales, etc.) y llevan a que tanto los consumidores como la industria demanden más servicios de este tipo. También existen otros efectos indirectos y para la economía en mayor escala: los consumidores invierten el dinero ahorrado por la eficiencia en otros productos y servicios que consumen energía, los sectores industriales ajustan los precios relativos de productos finales e intermedios en función de los cambios, y la mayor productividad de

la energía estimula el crecimiento de la economía en general. Estos mecanismos económicos en su conjunto generan un rebote en la demanda de servicios energéticos que puede erosionar gran parte, y en algunos casos la totalidad, de las reducciones previstas en el uso total de energía, así como la tan ansiada disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el efecto rebote suele ser más pronunciado en los sectores productivos de la economía, como la industria y la agricultura, y en todas las economías emergentes del mundo.

Todo menos lineal y directa Este efecto rebote contradice el supuesto básico de los análisis y las previsiones tradicionales en torno al clima y a la energía:

la idea de que las mejoras en la eficiencia conducen a una reducción lineal, directa e individualizada en el uso general de la energía. Las estimaciones del uso de energía y de la reducción de emisiones gracias a la eficiencia se derivan generalmente de modelos de ingeniería inductivos y de cálculos de oportunidades rentables en cuanto a eficiencia existentes en cada sector económico. Los analistas luego resumen las medidas de eficiencia disponibles en cada sector para determinar los aumentos posibles para la economía en su conjunto, y restan dichos aumentos de las previsiones habituales de uso de energía. Este método básico es el núcleo de las estrategias ampliamente citadas sobre el clima y la eficiencia, cuyos creadores son McKinsey ‰ and Company, la AIE y el IPCC.

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TEMA DE ACTUALIDAD ‰

Un aspecto fundamental de estos estudios es la ausencia de retroalimentación entre las mejoras en la eficiencia energética y la actividad económica o la demanda de servicios relacionados con la energía. Por lo tanto, se da por supuesto que un porcentaje determinado de aumento en la eficiencia deriva de forma simple y directa en un porcentaje igual y equivalente de reducción en el uso total de energía. Pero en la realidad, la economía es todo menos simple, lineal y directa, especialmente cuando se trata de responder a los cambios que se producen en el precio relativo de bienes y servicios. Cuando se abaratan los costos de bienes, servicios o insumos para la producción, los consumidores y las empresas hacen un mayor uso de estos o buscan nuevos usos rentables, y como si fuera poco, reinvierten lo ahorrado en otras actividades productivas. Mientras tanto, cualquier mejora neta en la productividad energética contribuye al crecimiento económico.

Sin paradojas Con frecuencia denominada “paradoja de Jevons” por el economista británico que advirtió por primera vez este mecanismo en un tratado de 1865, el efecto rebote opera a través de los principios económicos ya conocidos de elasticidad de la demanda, sustitución y contribución de la productividad al crecimiento económico. Los economistas jamás supondrían, por ejemplo, que una mejora del 10% en la productividad de la mano de obra, también conocida como mejora en la "eficiencia de la mano de obra", reduciría en un 10% la demanda total de mano de obra en la economía. A nivel de una fábrica o línea de montaje en particular, aumentar la productividad de la mano de obra puede significar que la planta necesite menos operarios en el sector de fabricación. No obstante, una mayor productividad de la mano de obra reduce el costo de los productos, aumenta la demanda de dichos productos y abre las puertas a nuevos mercados que antes no eran rentables. Libera dinero para reinvertir en otras áreas de producción y genera nuevos

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empleos en otros rubros de actividades. Toda esta dinámica termina por causar un rebote en la demanda de mano de obra. A nivel macroeconómico, se sabe perfectamente que el aumento en la productividad de la mano de obra impulsa el crecimiento económico, crea nuevas alternativas rentables para su uso y, en términos generales, aumenta el nivel de empleo general, en lugar de reducirlo. Y a pesar de los supuestos simplificados que se dan comúnmente en las previsiones y análisis energéticos, la realidad es que la energía no difiere mucho de la mano de obra, los materiales o el capital.

El rebote suele ser mayor allí donde menos se lo estudia Existen decenas de estudios académicos que han examinado la evidencia empírica, han recurrido a la modelación o han evaluado de algún modo la magnitud del efecto rebote. La magnitud de este efecto varía según el tipo de mejora en la eficiencia energética y el sector de la economía involucrado. Como conclusión, los rebotes suelen ser más reducidos en los casos puntuales donde se ha investigado más hasta el presente: las mejoras en la eficiencia de los servicios de energía para el consumo final en economías desarrolladas y de altos recursos. Esto comprende las mejoras de eficiencia en artefactos, sistemas domésticos de calefacción y refrigeración, y transporte de personal. En este caso, los consumidores de altos recursos gozan plenamente, o casi por completo, de la mayoría de los servicios energéticos. Un ejemplo de ello es que, aunque la eficiencia del sistema de calefacción mejore, el consumidor ahorrará poca energía si calefacciona su casa a una temperatura ambiente superior a la necesaria para el confort. En consecuencia, el aumento directo en la demanda de estos servicios energéticos para el consumo final causado por la disminución del precio aparente es relativamente moderado y suele erosionar entre un 10% y un 30% o menos el ahorro de energía inicial. Entre otros efectos macroeconómicos e indirectos, está el hecho de que el rebote en la

demanda total de energía puede erosionar entre un cuarto y un tercio el ahorro energético previsto que surge de las medidas de eficiencia en el consumo final implementadas por las economías desarrolladas. Sin embargo, el consumo de servicios por el usuario final en los países de altos recursos está lejos de ser un indicador de las tendencias generales en la economía mundial. De hecho, los niveles más altos de efecto rebote suelen darse en otros lugares: en los sectores productivos de la economía que consumen la mayor parte de la energía de un país y en las economías emergentes del mundo, donde se producirá la mayor parte del crecimiento en la demanda energética futura.

Economías emergentes A diferencia de las condiciones existentes en los países de altos recursos, la demanda de servicios energéticos se encuentra lejos de estar saturada en los países en desarrollo.


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Image: Siemens

La eficiencia energética puede reducir el costo de operar terminales de contenedores. Siemens Drive Technologies ha mejorado las funciones de control para operar grúas pórtico de neumáticos, con una reducción del 70% en el consumo de combustible.

Después de todo, existe un tercio de la población mundial que aún carece de acceso suficiente a los servicios básicos de energía. En las economías emergentes del planeta, el costo y la disponibilidad de servicios energéticos suelen ser una limitación clave para su consumo. Por ende, la demanda se torna más elástica (dependiente de los cambios en el precio), y la magnitud del efecto rebote es mayor que en las economías desarrolladas. Esto, a su vez, implica que el efecto es de mucha mayor envergadura. Son muy pocos los estudios que han examinado con detenimiento la dinámica del rebote en las economías en desarrollo, pero aquellos que sí lo hicieron hallaron que el efecto rebote directo es por sí solo del 40% al 80% en los servicios energéticos de consumo final, como la iluminación y el combustible para cocinar: más del doble que las cifras equivalentes halladas en los países de altos recursos. Como se reconoce en un gran corpus de material sobre desarrollo, la ampliación del

acceso a los servicios de energía modernos también es un motor clave para los resultados del desarrollo. Sea que tales servicios se suministren mediante la quema de más combustible o una quema más eficiente, o ambas cosas (la situación más probable), el resultado es el mismo: una mayor actividad económica con un mayor bienestar, que a su vez demanda más energía. En este sentido, los analistas en cuestiones energéticas deben ser muy cuidadosos al generalizar las experiencias o intuiciones sobre el efecto rebote en los países desarrollados de altos recursos, para aplicarlas al resto de la población mundial que vive en economías en desarrollo. La sombra de la paradoja de Jevons sigue ocupando un lugar predominante en estas economías.

Sectores productivos Dado que unos dos tercios de la energía mundial se consume en la producción y el transporte de bienes y servicios, así como en

el refinado, procesamiento y suministro de energía a los usuarios finales, es necesario llevar a cabo una mayor investigación del efecto rebote relacionado con la mejora de la eficiencia en los sectores productivos (industria, comercio y agricultura). No obstante, los estudios realizados hasta la fecha indican que la magnitud del efecto rebote directo es mucho más grande en los sectores productivos que en el de consumo final (entre el 20% y 70% para estos sectores en lo que respecta a los Estados Unidos), con un rebote adicional derivado de efectos macroeconómicos e indirectos. El efecto rebote de los sectores productivos depende básicamente de la capacidad de las empresas para redisponer de sus factores de producción (mano de obra, capital, equipos y diferentes materiales), a fin de sacar un mayor provecho de los servicios energéticos más baratos (un proceso que en economía se conoce como sustitución de insumos o de factores). Si en el largo plazo, a las empresas les resulta relativamente sencillo sustituir otros factores de producción por servicios energéticos cada vez más eficientes, el efecto rebote directo puede ser considerable. Esta situación se da especialmente en las decisiones relacionadas con la construcción de más capacidad productiva, y por consiguiente, se debe prever un rebote más pronunciado en los sectores productivos de rápido crecimiento en las economías emergentes. A la magnitud del rebote se le suman otros mecanismos, ya que los consumidores demandarán más de los productos cuyo precio se ha reducido y aumentará la productividad económica en general.

¿En qué situación nos deja esto? Las estrategias tradicionales para mitigar el cambio climático dependen de la eficiencia energética para una gran parte de su tarea. Por ejemplo, en un escenario de estabilización del clima mundial publicado por la AIE en diciembre de 2009, la agencia estima que las medidas de eficiencia podrían dar cuenta de aproximadamente la mitad de la reducción de emisiones que se necesita. Pero desde la perspectiva climática o de conservación de los recursos mundiales, el efecto rebote puede implicar que de cada dos pasos hacia adelante logrados con una mayor ‰

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TEMA DE ACTUALIDAD ‰ eficiencia, se dé un paso (o más) hacia atrás a causa del rebote. Esto sucede especialmente en los países en desarrollo y en los sectores productivos de la economía mundial. Por tanto, para una comprensión cabal del efecto rebote, habrá que replantear los aspectos básicos del rol que cumple la eficiencia energética en los esfuerzos mundiales para mitigar el cambio climático. Si no se analiza el efecto rebote con precisión y rigurosidad, se corre el riesgo de depender en exceso de la capacidad de la eficiencia para lograr una reducción permanente en el uso de la energía y en la emisión de gases de efecto invernadero. Si no se da un mayor énfasis al otro mecanismo clave del que disponemos para atenuar los efectos del clima (la descarbonización del suministro energético mundial mediante la implementación y mejora de fuentes de energía con bajo nivel de emisiones de carbono), la comunidad global correrá el riesgo de no alcanzar las metas de mitigación. Al mismo tiempo, no obstante, podemos reafirmar el rol de los esfuerzos de eficiencia energética para ampliar el bienestar humano e impulsar el desarrollo económico mundial. Desentrañar el potencial máximo de la eficiencia puede marcar una clara diferencia entre un mundo más rico y eficiente y un mundo más pobre e ineficiente. Es evidente que la meta deseada es el primer caso, aunque el mundo utilice en mayor o menor medida la misma cantidad de energía en cualquiera de los escenarios. La búsqueda de oportunidades para lograr la eficiencia de manera rentable debe seguir siendo un componente fundamental de toda vía eficiente para el desarrollo mundial, aun cuando reconsideremos el grado en que tales medidas pueden contribuir a los esfuerzos de mitigación climática. n

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Los grandes beneficios de la eficiencia energética MARIANNE MOSCOSO-OSTERKORN es directora general de la Renewable Energy and Energy Efficiency Partnership (Alianza para la Energía Renovable y la Eficiencia Energética) (REEEP), una alianza mundial que trabaja para reducir las barreras que obstaculizan el uso de energía renovable y de tecnologías para la eficiencia energética, con el eje puesto principalmente en los mercados emergentes y en los países en desarrollo. El informe del Breakthrough Institute,

Energy Emergence: Rebound and Backfire as Emergent Phenomena, subraya los problemas y las complejidades de medir la eficacia general de las medidas de eficiencia energética. Los resultados son complejos y se ven afectados por la interacción de muchos factores diferentes, entre los que se incluyen el crecimiento económico, el uso de energía, la tecnología, el comportamiento y el efecto rebote. Lamentablemente, los supuestos en los que se basa el informe no se pueden verificar totalmente, y los diferentes modelos empleados muestran grandes variaciones en sus resultados, todo lo cual quita valor a las conclusiones a las que se arriba. La aplicación de los distintos métodos teóricos y de modelación existentes para medir el efecto rebote directo e indirecto no hace más que poner en duda los efectos globales de la eficiencia energética. Pero este argumento por sí solo omite los muchos beneficios que la eficiencia ofrece, además de mitigar el cambio climático, y que no pueden dejarse de lado. La eficiencia energética conduce a un aumento de la productividad y la producción económica, a una menor demanda, a un menor costo en las facturas de energía y por último, pero no por eso menos importante, a una mayor seguridad en el suministro de energía. Si nos atenemos solamente al argumento

del clima, podríamos plantear una pregunta más interesante: ¿cuánto más grave sería la situación actual del cambio climático si no se hubiera implementado la eficiencia energética en el pasado? La Agencia Internacional de Energía afirma que en los últimos 20 años se ha producido un ahorro de energía considerable y de forma constante, y sostiene que, sin estas medidas de eficiencia energética, la demanda actual de energía a nivel mundial sería un 50% más alta de lo que es. Este efecto no debe ser ignorado a la hora de analizar y evaluar el impacto climático que tienen las medidas de eficiencia energética en la actualidad.

Desacople en California Los casos como California demuestran que las jurisdicciones que promueven con firmeza la eficiencia energética pueden lograr tendencias en la energía que contrastan diametralmente con las de comunidades vecinas. En la actualidad, podemos observar que el volumen de energía consumido por un californiano promedio representa tan solo el 60% del promedio per cápita de EE. UU., una prueba contundente de que la eficiencia energética ha logrado desacoplar el crecimiento en el consumo de energía del crecimiento económico, en el estado con mayor población de ese país. Y esta tendencia no ha sido meramente ocasional, sino que viene dándose desde hace más de cuatro décadas. El ejemplo de California demuestra que a pesar de todos los argumentos basados en el rebote, hubo un ahorro real de energía. No ha sido necesario construir más centrales nucleares costosas, y se ha beneficiado a la economía en su conjunto. La experiencia de California también demuestra que los programas de eficiencia energética tienen efectos educativos que derivan en cambios conductuales sostenidos


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REEEP proyecto de eficiencia energética en un país insular del Pacífico.

Foto: SPC Applied Geoscience and Technology Division

a lo largo del tiempo, un fenómeno que también puede observarse en varios países de Asia y Europa. Algunos podrán desestimar esto como un fenómeno que se da principalmente en los mercados saturados donde las necesidades energéticas de las personas se encuentran satisfechas, pero no existen estudios que puedan aportar datos confiables para respaldar este argumento.

Parte de un paquete Lo que la experiencia real sí demuestra es que las medidas de eficiencia energética parecen ser más eficaces si se implementan como un paquete de actividades que incluyan nuevas tecnologías, sistemas de incentivo y educación, junto con el desarrollo de capacidades y la promoción pública. Este tipo de programas integrados ha generado una reducción considerable en el consumo de energía. Otro ejemplo digno de mencionar es el programa holístico de eficiencia energética de Japón, implementado después de la primera crisis de energía que tuvo lugar en la década de 1970. De forma similar a California, el Japón actual ha logrado desacoplar casi por completo el consumo de energía del crecimiento del PIB. También se ha informado sobre efectos significativos en países en desarrollo y de ingresos medios como Tailandia y Filipinas, con programas integrales para la eficiencia orientados tanto al consumidor final como a la industria. En 1994, Tailandia implementó un programa voluntario de eficiencia energética para artefactos, que desde entonces se convirtió en un sistema obligatorio y en funcionamiento que abarca más de 50 artefactos, equipos y sistemas de iluminación. Según una evaluación de la eficiencia energética hecha por expertos del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico, a partir de setiembre de 2009, el programa tailandés de normas y etiquetado ha contribuido a un ahorro energético de 10 175 gigavatios-hora, a un ahorro en la capacidad de demanda pico de 1725 megavatios y a una reducción de 6,6 millones de toneladas de CO2. En Filipinas, las normas y etiquetas obligatorias para acondicionadores de aire ahorraron 6 megavatios de capacidad durante el primer

año del programa. Otro ejemplo es el Programa Nacional de Intercambio de Lámparas Fluorescentes Compactas de Ghana, que se introdujo en 2007 y redujo la demanda pico en los sistemas de electricidad nacionales sobreexigidos, además de reducir los costos de electricidad para la mayoría de los consumidores de bajos ingresos. Con el intercambio de seis millones de bombillas en los hogares de Ghana, se logró un ahorro en la demanda pico de 124 megavatios al año, y una reducción de 112 320 toneladas en CO2. Esto derivó en un ahorro general de USD33 millones en los costos de energía.

Ahorro energético Los ejemplos citados de países de bajos ingresos subrayan que la eficiencia energética en el consumo final tiene un impacto visible en el ahorro neto de los sistemas nacionales de electricidad en los países en desarrollo, sobre todo al reducir la demanda pico. Al parecer, este ahorro no es absorbido por un mayor consumo, especialmente en ese momento del día. Pero aun cuando parte de este ahorro se consumiera durante otro momento del día,

no se reducirían los beneficios positivos para el sistema nacional de energía y la reducción del CO2. El ahorro logrado podría ayudar a reducir los suministros costosos en la mayoría de los sistemas de carga pico que dependen de combustibles fósiles. La tecnología por sí sola no es la solución y los encargados de tomar las decisiones sí deben tener en cuenta el efecto rebote de las medidas de eficiencia energética a la hora de hacer estimaciones realistas sobre el impacto de estas en la reducción del CO2. Pero este efecto ambiental, cuyo alcance es bastante discutible, es un argumento en contra que se reduce a una sola dimensión. La experiencia real muestra claramente que la eficiencia energética ofrece beneficios importantes para la economía y la seguridad de la energía, y en tal sentido, las medidas para mejorarla son siempre justificadas. Es obvio que también se deben implementar otras medidas para hacer frente al cambio climático, como la descarbonización del suministro energético mundial, pero los programas de eficiencia energética concientizan a las personas sobre el uso de la energía y, como tales, son un primer paso importante para salvar el planeta. n

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tendencias n La economía mundial se ha desacelerado en los últimos meses, pero la Economist Intelligence Unit prevé, en términos generales, que la recuperación de la gran recesión de 2008-2009 continuará su curso. Actualmente, son motivo de preocupación una serie de factores, entre los que se incluyen los altos precios de los productos básicos, los disturbios en Medio Oriente y África del Norte, los problemas en la cadena de suministro mundial originados por el desastre de Japón y las políticas monetarias más estrictas de muchos países. Pero las bases subyacentes para una recuperación sostenible parecen seguir estando firmes.

Se estima que el PIB mundial crecerá un 4,3% en 2011. Esto muestra un ritmo más lento que el año pasado, cuando la reposición de inventarios y las medidas de estímulo extraordinarias ofrecidas por los responsables de tomar las decisiones en muchos países ayudaron a generar un crecimiento de casi el 5%. El impulso cíclico causado por estas medidas ha llegado prácticamente a su fin y ahora es responsabilidad de la economía mundial seguir creciendo sin apoyo. A fin de cuentas, las perspectivas son bastante alentadoras. Los mercados emergentes siguen mostrando un buen desempeño en

Nada de esto minimiza los riesgos que aún enfrenta el crecimiento mundial. A pesar de la reciente corrección de los mercados, los altos precios del petróleo siguen causando preocupación. Si los general, aunque muchos se precios continúan elevados o encuentran luchando para dominar aumentan otro tanto actuarán como la inflación. Lo más importante es un freno para el crecimiento que los países desarrollados se económico. Además, las presiones encuentran mejor posicionados para inflacionarias en general no dejan sostener un crecimiento moderado. de causar ansiedad. Y la crisis de Por ejemplo, el hecho de que se endeudamiento en la zona del euro generen más empleos y que los está lejos de ser resuelta. Los consumidores sigan gastando (a acontecimientos producidos allí pesar de los altos precios del petróleo) podrían desestabilizar los mercados en los EE. UU. es una señal de salud financieros y debilitar la económica en este país y puede recuperación general. La compensar las cifras decepcionantes producción industrial japonesa ha del PIB durante el primer trimestre. colapsado luego del tsunami del El crecimiento reciente de la 11 de marzo y está teniendo un eurozona también ha sido efecto negativo en las cadenas de sorpresivamente sólido, motivado en suministro a nivel mundial. parte por el éxito de la economía Mientras tanto, los esfuerzos de alemana, que es el motor de la región. China para enfriar su economía

CUESTIONES DE NEGOCIOS

Una empresa pequeña pero de rápido crecimiento con sede en Bihar, el estado más pobre de India, ha perfeccionado y comercializado un sistema que convierte la cáscara de arroz en electricidad para proveer a las comunidades distantes de una fuente de energía confiable y no contaminante. La empresa, Husk Power Systems, ha creado un proceso que toma un producto de desecho común, la cáscara de arroz, lo calienta hasta que se transforma en gas y luego utiliza ese gas para impulsar un motor que genera electricidad. La primera planta de gasificación fue instalada en 2007 y, en la actualidad, Husk Power posee 65 plantas que suministran electricidad a unas 180 000 personas que antes dependían del queroseno para la iluminación. Cada planta puede abastecer de energía a unos 400 o 500 hogares durante 7 u 8 horas al día a un costo de tan solo 80 rupias (aproximadamente USD1,75 por hogar al mes). En la zona rural de Bihar, casi todo lo que se puede utilizar se usa, a excepción de la cáscara de

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Photo: Acumen Fund

Revolución en la electricidad

arroz. Cuando se realiza la molienda del arroz, la cáscara o parte exterior del grano se desecha, y debido a que tiene un alto contenido de sílice, no es buena para la combustión y no sirve para cocinar. Se calcula que el

estado de Bihar produce unos 1 800 millones de kilogramos de cáscara de arroz por año. La mayoría termina descomponiéndose en vertederos y emanando metano, que es un gas de efecto invernadero.

Husk Power Systems desea ampliar su alcance y planea tener más de 2000 plantas en funcionamiento para fines de 2014. Según el Ministerio de Energía Nueva y Renovable de India, en el país hay 100 000 comunidades que


están creando bastante incertidumbre en los mercados emergentes. ¿Sus políticas tendrán efecto? Y de ser así, ¿su efecto será positivo? Una desaceleración en China podría afectar de forma considerable a muchos países. Además, las agitaciones de la “primavera árabe” siguen teniendo repercusión, presentando riesgos económicos y geopolíticos en varios frentes. (Economist Intelligence Unit) n El aumento de la riqueza, los cambios en los hábitos alimentarios y un mayor consumo de alimentos en los países en desarrollo, junto con una población mundial que no para de crecer, están impulsando un incremento firme en la demanda de productos agrícolas como el azúcar, la soja y la carne. Por consiguiente, las perspectivas para agricultores, ganaderos, procesadores y otros agronegocios son florecientes,

sobre todo en países como Brasil y, en cierta medida, Argentina. Las oportunidades que se presentan son importantes. Las actividades históricamente fragmentadas como la ganadería y la producción de azúcar, por ejemplo, están comenzando a integrarse para ofrecer a las empresas las ventajas de una mayor escala. Las nuevas fuentes de financiamiento ahora permiten a los participantes dominar los mercados de capital históricamente subdesarrollados. El aumento en la demanda de energía económica y no contaminante está generando oportunidades no tradicionales, como la producción y exportación de biocombustibles. En Argentina y Brasil, las condiciones favorables del clima y el suelo crean un entorno propicio para el cultivo y la ganadería. La enorme superficie de tierras cultivables en Brasil, por ejemplo, es

de 4 100 000 km2 (casi el tamaño de la Unión Europea antes de incorporar a Bulgaria y Rumania), de los cuales solo el 17% está en uso. Brasil podría, de hecho, más que duplicar su nivel de utilización actual sin poner en riesgo la selva amazónica. Tanto China, India como los Estados Unidos tienen una menor superficie de cultivo, pero con tasas mucho más altas de utilización. Argentina, por su parte, posee 1 700 000 km2 de tierras cultivables disponibles y su región pampeana se jacta de tener 760 000 km2 de tierras y praderas consideradas entre las más fértiles del mundo. Estas bendiciones de la naturaleza, junto con los bajos costos de la mano de obra, permiten explicar por qué Brasil se ha convertido en el mayor productor mundial de jugo de naranja congelado, caña de azúcar, carne de

ave, carne vacuna y café, y en el segundo productor más grande de soja. Argentina lidera el mercado mundial en aceite y harina de soja, y juega un papel importante en la producción de semilla de soja y carne vacuna. En 2005, Brasil y Argentina ocupaban el sexto y el decimotercer lugar, respectivamente, como productores agrícolas del mundo, según el valor de sus exportaciones. Los agronegocios tienen un impacto profundo en la economía de estos dos países. En 2006, los agronegocios representaron el 36% de las exportaciones de Brasil y el 52% de las de Argentina (con un valor de USD49 000 millones y USD24 000 millones, respectivamente). Además, en ambos países los agronegocios y las actividades relacionadas generan aproximadamente un tercio del PIB. (McKinsey Quarterly)

Indonesia es el mejor lugar para emprendedores

no se encuentran conectadas a la red de suministro de electricidad nacional. Veinte mil de estas comunidades están en lugares tan distantes que, según el ministerio, no se puede llegar a ellas ampliando la red.

Según los resultados de una encuesta de la BBC, Indonesia es el mejor lugar para emprender un negocio. Entre los otros países considerados mejores por su apoyo a los nuevos negocios, se encuentran EE. UU., Canadá, India y Australia. Estos resultados provienen de una encuesta realizada a más de 24 000 personas de 24 países. A los encuestados se les preguntó si la innovación era muy valorada en su país, si resultaba difícil para personas como ellos emprender un negocio, si las personas que hacían eran muy valoradas, y si las personas con buenas ideas podían llevarlas a la práctica en general. Considerando la totalidad de las respuestas como un único índice, Indonesia surgió como el lugar más propicio para los emprendedores. Todas las economías desarrolladas donde se realizó la encuesta se ubicaron por encima del índice promedio, a excepción de Italia, que se ubicó en una posición bastante inferior. Pero también hubo muchas economías en desarrollo que se perfilaron a favor de los emprendimientos. Los encuestados de India, China y Nigeria también percibieron a sus países como lugares relativamente propicios para los nuevos negocios.

En términos regionales, los cuatro países de Asia Oriental y el Pacífico donde se realizó la encuesta obtuvieron puntajes altos. Los tres países de África subsahariana también se posicionaron por encima del promedio. En América Latina, México y Perú lograron un puntaje relativamente alto, pero Brasil y Colombia se ubicaron bastante por debajo del promedio. La encuesta no ofrece evidencia de las razones que subyacen a las

Los 10 países más propicios para los emprendimientos 1 Indonesia 2 EE. UU. 3 Canadá 4 India 5 Australia 6 Nigeria 7 China 8 Kenia 9 México 10 Filipinas Resultados de la encuesta del Servicio Mundial de la BBC publicados el 25 de mayo de 2011

opiniones de los encuestados, y en ciertos aspectos, los resultados se condicen con las percepciones que tiene la mayoría sobre cada país en particular. Por ejemplo, EE. UU. tiene una cultura que favorece particularmente al sector privado y el sector estatal allí es más reducido que el de muchos países de Europa Occidental. Este país es considerado un buen lugar para los emprendedores. Rusia, que recibió un puntaje bajo en esta encuesta, es considerado internacionalmente como un lugar donde el Estado es muy proclive a intervenir en la vida económica. Pero también hubo algunas sorpresas. Si bien las leyes laborales de Francia son relativamente estrictas, en esta encuesta el país fue percibido como un buen lugar para emprender negocios. Y en el caso de Nigeria, el problema de la corrupción no le impidió tener un puntaje similar al de la mayoría de los países encuestados. La encuesta fue realizada para el Servicio Mundial de la BBC por la encuestadora internacional Globescan, junto con el Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales de la Universidad de Maryland.

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Patrick Kormawa sostiene que para reducir la pobreza es fundamental adoptar una vía de crecimiento basada en el desarrollo de los agronegocios.

Se estima que en 2010, la población de África alcanzó los 1 400 millones de personas, con consecuencias derivadas para la seguridad alimentaria, la creciente urbanización y el empleo juvenil. Los países de este continente deben reorientar con urgencia sus estrategias de crecimiento agrícola y económico. La agricultura africana padece de una considerable subcapitalización junto con niveles ínfimos de mecanización y valor agregado. El promedio africano de 13 tractores por cada cien kilómetros cuadrados de superficie cultivable contrasta negativamente con el promedio mundial (200/100 km2 de superficie cultivable) y con el promedio de otras regiones en desarrollo, como el Sur de Asia (129/100 km2 de superficie cultivable). Lo mismo ocurre con los sistemas de riego: la región de África subsahariana (ASS) posee solo un 4% de sus tierras de cultivo permanentes con sistemas de riego, comparado con el 39% del Sur de Asia y el 11% de América Latina y el Caribe. El porcentaje actual de los agronegocios en el PIB total de África es muy bajo. Las cifras del Banco Mundial indican que el valor de la producción de los agronegocios en Tailandia equivale al de toda la región del ASS, mientras que el de Brasil supera en casi cuatro veces al de África en su conjunto. También es importante mencionar que, a excepción de dos países africanos (Sudáfrica y Zimbabue), el porcentaje de la agricultura en el PIB supera en 10 puntos porcentuales al de los

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agronegocios, lo que pone de manifiesto la incapacidad de la región para agregar valor a la producción agrícola. Esta relativa incapacidad de producir y procesar productos agroindustriales limita el alcance de la industrialización e impide que estos países se beneficien con las posibilidades de agregar valor y generar empleo. Mientras los países de ingresos altos agregan un valor de USD180 por cada tonelada de productos agrícolas que procesan, los países africanos solo generan USD40. Además, mientras el 98% de la producción agrícola en los países de ingresos altos se somete a algún tipo de procesamiento industrial, en los países de África solo el 30% es procesado. En las zonas rurales de estos países, la actividad y la capacidad de procesamiento agrícola son limitadas. En este sentido, los países del ASS, en particular, sufren grandes pérdidas después de las cosechas, sobre todo en productos perecederos como las frutas y hortalizas, donde las pérdidas poscosecha promedian el 35% a 50% de la producción total disponible. En el caso de los granos, las pérdidas oscilan entre el 15% y el 25%.

PATRICK KORMAWA es uno de los principales expertos en desarrollo de agronegocios de la ONUDI, y actualmente se desempeña como director de la oficina regional de Abuja, Nigeria. Es coeditor del informe Agribusiness for Africa’s Prosperity, publicado por la ONUDI en mayo de 2011.

Si bien la producción agroindustrial no tradicional y de alto valor para la exportación ofrece oportunidades de mercado dinámicas y de crecimiento para algunos países africanos, el impulsor más importante de la demanda en el ASS es, y seguirá siendo, el mercado interno y regional. Si observamos los datos demográficos y el cambio en los hábitos de consumo de alimentos y productos agrícolas no alimenticios, los mercados locales y el comercio interno de África seguirán siendo importantes, representando más de tres cuartos del valor total de mercado a nivel continental, con mercados internos que conforman por sí solos el 80% del valor total de mercado en regiones como África del Este. Los agronegocios implican mano de obra intensiva y generan empleo en actividades de procesamiento agrícola y de valor agregado, sobre todo para quienes abandonarán la tierra irremediablemente a medida que continúe el desarrollo económico. Para poder aprovechar los beneficios de la generación de empleo, es importante que los responsables de tomar las decisiones y los socios para el desarrollo orienten las intervenciones a toda la cadena de valor de los agronegocios, y no solo a la agricultura como actividad independiente. Las estrategias agrícolas no pueden basarse, como en el pasado, en un marco impulsado por la producción. Es la demanda, en parte vinculada al desarrollo de la cadena de valor, la que ‰

Photo: Sven Torfinn/Panos

Agronegocios: UNA SALIDA DE LA POBREZA PARA ÁFRICA


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Photo: Aubrey Wade/Panos

‰ debe actuar como eje central y fuerza motriz de las inversiones. Una estrategia de desarrollo regida por los agronegocios, con un mayor crecimiento de la productividad en toda su cadena de valor, ofrece la oportunidad ideal para el crecimiento económico rápido y generalizado y para la reducción de la pobreza en el ASS. De hecho, la expansión del empleo en las cadenas de valor descendentes del procesamiento agroindustrial puede transformarse en una de las pocas alternativas que tienen los pequeños agricultores para salir de la pobreza. Para que esto tenga un efecto generalizado, debe tener lugar una transformación estructural que implique un cambio en la economía: pasar de la producción familiar orientada a la subsistencia y la agroindustria doméstica a una economía moderna e integrada, basada en la especialización y el intercambio, con cierta dependencia de las economías de escala. Los factores no agrícolas de los agronegocios y del sistema de comercialización minorista de alimentos se amplían en relación con la producción agrícola, ya sea en términos de valor agregado como de empleo. Este cambio es crucial para reducir la pobreza, dado que entre uno y dos tercios de los pequeños agricultores parecen carecer de los recursos para salir de la pobreza a través de la agricultura y, llegado su momento, tendrán que buscar empleos más redituables en sectores emergentes fuera de su actividad, como los agronegocios, la industria y los servicios.

Un nuevo espacio para políticas sobre agronegocios Un nuevo estudio de la ONUDI, Agribusiness for Africa’s Prosperity (Agronegocios para la prosperidad de África), advierte sobre los riesgos de “reciclar ideas fallidas”. Una de ellas es la creencia de que África debe tener una revolución verde como las que tuvieron lugar en Asia y América Latina. Esto equivale a afirmar que África experimentará una revolución industrial como la ocurrida en Asia Oriental. Es importante observar que el mundo ha cambiado desde que tuvieron lugar estos acontecimientos. También hay que reconocer que, debido a los cambios en la tecnología y los mercados, no se puede garantizar que los modelos anteriores de crecimiento basado en el desarrollo agrícola puedan reproducirse con éxito en el África actual o en el futuro. Por ello, es necesario un nuevo enfoque en términos de políticas para el desarrollo agrícola, cuya esencia sea redireccionar los intentos fallidos de crecimiento impulsado por la producción hacia una vía de crecimiento basada en el desarrollo de los agronegocios, teniendo en cuenta las necesidades de desarrollo social y económico de África. El estudio de la ONUDI propone crear un nuevo marco estratégico para el desarrollo de los agronegocios basado en los siete pilares que se detallan a continuación.

Aumentar el suministro agrícola para el agregado de valor: si la agricultura constituirá la

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vía de desarrollo para salir de la pobreza, es crucial que los países africanos se integren totalmente a los agronegocios del mundo. Es importante aprender de la experiencia política de las economías emergentes, donde el desarrollo de los agronegocios fue resultado de estrategias y políticas públicas deliberadas y focalizadas, así como del desarrollo y el apoyo institucional. Partícipes clave como los responsables de tomar las decisiones a nivel local y nacional, junto a los socios para el desarrollo, deben tener una comprensión acabada de los factores que contribuyen a las fallas del mercado y actuar rápidamente para abordarlos de conformidad. Los países africanos también deben reducir el énfasis en la agricultura de bajos insumos como una panacea para terminar con el hambre en este continente durante el siglo XXI. La era de los

precios bajos en los alimentos ha llegado a su fin. Los países africanos deberán recurrir a los nuevos métodos de agricultura, como la “intensificación sostenible” propuesta en el informe Foresight. The Future of Food and Farming (2011) (Previsiones sobre el futuro de la agricultura y los alimentos). Esto exigirá adquirir todos los recursos modernos en términos de tecnología, insumos agroindustriales, mecanización, granos y ganado genéticamente modificados, para poder aumentar la productividad. Optimizar las cadenas de valor: optimizar la competitividad de las granjas y empresas, independientemente de su tamaño, será un aspecto crucial. Los países africanos tendrán que invertir en cadenas de valor competitivas, teniendo en cuenta las demandas y necesidades del mercado local, regional e internacional. Los consejos


énfasis en mejorar el mecanismo de coordinación para el aprendizaje y la innovación, la promoción de sistemas de innovación nacionales y regionales, el fortalecimiento del desarrollo de recursos humanos y la mejora general de la infraestructura de CTI. Es fundamental reforzar el vínculo entre el conocimiento que nace en las universidades, se aplica en los laboratorios y se comercializa a través de las empresas privadas.

Promover el financiamiento eficaz e innovador: se deben examinar con un renovado ímpetu los mecanismos de financiamiento tradicionales, como la movilización de recursos internos, los fondos de riqueza soberana, el financiamiento de diásporas y entidades financieras para el desarrollo, los acuerdos de arrendamiento y la colateralización. Algunas de las herramientas financieras más innovadoras, como la mitigación de riesgos en préstamos bancarios mediante esquemas de seguro y el financiamiento a través de entidades grandes e importantes en cadenas de valor, patrimonio, capital de riesgo y capital híbrido, han demostrado ser viables y deben ser exploradas. En este caso, es importante que se generen condiciones propicias para la movilización y el uso de recursos locales a fin de permitir una fuerte inversión privada en los agronegocios.

Crear un entorno propicio para los negocios: la creación de un entorno propicio general para el desarrollo y la promoción de agroempresas privadas requiere un entorno favorable para los negocios: estabilidad macroeconómica, tasas de cambio favorables, instituciones y sistemas financieros eficientes, estabilidad política y social, buena gobernabilidad, acuerdos transparentes de tenencia de la tierra, clima de negocios, etc.

Mejorar la infraestructura y el acceso a la energía: es fundamental que la expansión de los

integrados por participantes de la cadena de valor podrían desempeñar un rol vital al coordinar las funciones y actividades de los productores y otros interesados clave. Esto demandaría la promoción y el desarrollo eficiente de cadenas de valor en agroinsumos, de mecanización, de procesamiento y de agroindustrias relacionadas.

Explotar la demanda local, regional e internacional: muchos países africanos aún no pueden lograr un mayor acceso a los mercados mundiales y dinámicos de los agronegocios por carecer de competitividad y capacidad para acomodar la oferta a las oportunidades en constante cambio del mercado. En este sentido, la iniciativa Ayuda para el Comercio puede cumplir una función crucial en el desarrollo de capacidades para el comercio, y superar de esa forma la rigidez de la oferta frente a las oportunidades del mercado,

además de fortalecer los sistemas de normas y cumplimiento. También es fundamental fomentar la cooperación en los agronegocios mediante la reducción de aranceles internos y barreras no arancelarias en el continente, negociando esta reducción con el norte y el sur. Será necesario un enfoque innovador para alentar la cooperación agroindustrial con el sur en cuanto a participación en la cadena de valor, transferencia de tecnología e inversión extranjera directa, y para alinear la “prioridad de procesamiento de los productos de África” a las necesidades de recursos de los socios comerciales más importantes, como es el caso de China.

Fortalecer las capacidades y esfuerzos tecnológicos para los agronegocios: es imperiosa la necesidad de afianzar las políticas de ciencia, tecnología e innovación (CTI), con un

agronegocios se fomente en lugares donde se disponga de la infraestructura y los servicios de energía necesarios, y que estén conectados a corredores viales y de transporte. En este sentido, será de particular necesidad recurrir a la asociación entre el sector público y privado. El énfasis en servicios de energía renovable, eficiente, sostenible, no contaminante y con bajo nivel de emisiones de carbono, así como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, serán aspectos importantes de esta estrategia. La promoción de las tecnologías de información y comunicación también es condición esencial para participar en las cadenas de valor. Por último, el Mecanismo de Desarrollo Limpio, que promueve proyectos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los países en desarrollo, podría ser un futuro impulsor de los procesos de difusión tecnológica en África y contribuir a la creación de empleos ecológicos y a las oportunidades de inversión. n

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ALTERNATIVAS A LA COCA En Colombia, son alrededor de 100 000 los pequeños agricultores que cultivan la planta de coca. Las hojas de coca de este país constituyen la materia prima para la mitad de la cocaína total que se consume anualmente a nivel mundial. La droga tiene un valor anual en el mercado mundial de USD88 000 millones. Estas cifras indicarían que el cultivo de la planta de coca es una actividad lucrativa, que al pequeño agricultor de Colombia le costaría abandonar. Pero esto está muy lejos de ser verdad. La información obtenida en estudios de campo indica que el promedio de ingreso neto anual de una familia de agricultores que vende hoja de coca es de solo USD2100. Si esa familia comprara los insumos químicos y contratara la mano de obra necesaria para transformar la hoja de coca en pasta de coca, la base de la cocaína, sus ingresos anuales podrían duplicarse. Aun así, es evidente que lejos de proporcionar a los agricultores una ganancia digna, la producción de este cultivo ilegal no permite mucho más que la mera subsistencia. Son los intermediarios y traficantes quienes se quedan con la gran diferencia. El cultivo de coca colombiano también constituye un medio de subsistencia precario, porque los grupos armados ilegales (guerrillas y paramilitares) luchan para controlar el comercio ilegal de la cocaína. Estos grupos mantienen un monopolio en la compra y venta de la pasta de coca, y exigen el pago de "impuestos" a los traficantes, laboratorios y pistas de aterrizaje por donde se transporta el estupefaciente. También garantizan el control territorial de la producción de coca y fomentan el cultivo ilícito en sus zonas de influencia. Además, los agricultores deben hacer frente a la amenaza continua de ser despojados de sus cultivos por parte del Gobierno. Si existieran alternativas viables, la infraestructura necesaria y el acceso a oportunidades de comercialización, la mayoría de las familias optaría con agrado por otras fuentes de ingreso, y esto conforma la base de los programas de desarrollo alternativo implementados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en Colombia y otros países que producen cultivos ilegales. El Gobierno colombiano, la UNODC, otros socios internacionales y el sector privado local dan apoyo a las asociaciones de agricultores que abandonan el cultivo de la

GUILLERMO GARCÍA es coordinador de proyectos de Desarrollo Alternativo para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Colombia.

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Guillermo García explica cómo los agronegocios pueden ayudar a los pequeños agricultores colombianos a abandonar el cultivo de coca y emprender actividades legales y más seguras.


En un proyecto de desarrollo alternativo de la UNODC llevado a cabo en el departamento de Putumayo en la región amazónica, 256 familias cultivan 365 hectáreas de chontaduro, un tipo de palma de donde se extrae el palmito. El palmito es la parte más tierna y delicada del árbol, con un excelente sabor y textura suave. Es un alimento orgánico natural sin aditivos artificiales que ayuda a la digestión gracias a su alto contenido de fibra natural. Francia y España son los principales consumidores de palmito del mundo, pero hay una demanda cada vez mayor de este producto a nivel internacional. Los “Palmitos de Putumayo” son la marca líder en el mercado colombiano, y el producto se exporta a Francia, Japón y Canadá.

planta de coca a cambio de producir productos alternativos, como frijoles, cacao, palmito, café, miel, coco, lácteos y salsas gourmet. La presentación de alternativas legales y rentables y la mejora de las condiciones de vida de los agricultores en las zonas rurales, aldeas y centros urbanos de las regiones afectadas por el cultivo ilícito han demostrado ser intervenciones socioeconómicas de suma eficacia. El desarrollo alternativo no se basa simplemente en remplazar un cultivo por otro, sino que busca generar medios de subsistencia alternativos con la participación de los agricultores en un marco de legalidad y seguridad. En algunos casos, el ingreso derivado de los productos alternativos no es lo suficientemente alto como para competir con el del cultivo de coca, pero el desarrollo alternativo reduce los niveles de violencia y amplía el acceso a los mercados, con la consecuente mejora de la seguridad económica para los agricultores. Los aspectos esenciales de las intervenciones exitosas para el desarrollo alternativo en Colombia son las iniciativas destinadas a fomentar la inversión en actividades y productos agrícolas que generan ingreso para los agricultores, y a brindar asistencia en el desarrollo de la agroindustria y la comercialización para generar valor agregado, transformando los cultivos en productos nuevos y competitivos. En un programa financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, la UNODC brinda asistencia a los emprendimientos agrícolas comercialmente viables para colocar sus productos en los mercados nacionales y de exportación reconocidos. El apoyo se brinda en aspectos tales como administración y prácticas de negocio modernas, calidad de productos, embalaje, comercialización y distribución. También se presta asistencia para acceder a nichos o mercados muy especializados del mundo, como los mercados ecológicos y de libre comercio. La UNODC ha logrado firmar acuerdos de comercialización con las cadenas de supermercados Carrefour y Casino, con presencia en todo el país, para vender seis productos de cinco organizaciones de desarrollo alternativo. Los seis productos son el palmito, la pimienta negra, la miel de abeja, el café, el chocolate en barra y los frijoles. n

‘Hommage à Warhol’ por Lauren Brassaw

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Photo: Philippe Lissac/Godong/Panos


Alimentar a un mundo superpoblado Los gustos alimentarios y los mercados agrícolas están cambiando. En los últimos años, ha habido un rápido crecimiento en el alcance de los supermercados, a nivel local y mundial, y en el desarrollo de cadenas de valor consolidadas para los productos agrícolas. Kanayo Nwanze sostiene que los pequeños agricultores deben tener la oportunidad de ser protagonistas activos y no simplemente testigos, en los nuevos mercados potencialmente rentables que emergen en la actualidad.

KANAYO F. NWANZE inició su mandato como quinto presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola el 1 de abril de 2009. El FIDA trabaja con las poblaciones rurales de bajos recursos para permitirles crecer y vender más alimentos, aumentar sus ingresos y determinar el rumbo de sus propias vidas. Desde 1978, el FIDA ha invertido más de USD12 500 millones en subvenciones y préstamos con bajo interés para los países en desarrollo, lo que les ha dado la posibilidad de salir de la pobreza a más de 370 millones de personas. El FIDA es una entidad financiera internacional y un organismo especializado de las Naciones Unidas con sede en Roma. Oriundo de Nigeria, Nwanze tiene una sólida trayectoria como líder y defensor del cambio. Cuenta con más de 30 años de experiencia en tres continentes, en materia de reducción de la pobreza a través de la agricultura, el desarrollo rural y la investigación.

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En la actualidad, hay más de 900 millones de personas que luchan contra el hambre crónica y se encuentran inmersas en la pobreza. Si miramos al futuro, este problema se torna aun más acuciante. Para 2050, habrá más de nueve mil millones de personas en el planeta. Para alimentar a un mundo superpoblado y con hambre, la producción de alimentos deberá incrementarse en un 70%. Alimentar a la población más pobre y con hambre del mundo es el desafío de estos tiempos, pero con la creatividad suficiente y un gran esfuerzo, es una meta que se puede alcanzar. La solución radica en las personas que trabajan en los 500 millones de pequeñas granjas de todo el mundo. Estas granjas son la columna vertebral del desarrollo agrícola y la clave para alimentar a la población futura. Para aprovechar el potencial de estos pequeños productores, muchos de los cuales viven en la pobreza, se necesitará un cambio radical en el modo en que abordamos el desarrollo agrícola, tanto a nivel local como mundial. A principios de este año, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola ( FIDA) publicó el Informe sobre la pobreza rural 2011, con un análisis exhaustivo de las dificultades y soluciones para erradicar la pobreza en el mundo en desarrollo. El informe refleja el entorno actual en que se encuentran los pequeños productores: pleno de posibilidades, pero con nuevas amenazas al acecho. Las anécdotas de los pequeños productores que han podido sacar provecho de las tecnologías y las nuevas oportunidades contrastan duramente con la situación desesperada que enfrentan millones de otros. Existe el riesgo de que el surgimiento de supermercados y cadenas de valor modernas en los países en desarrollo amplíe esta brecha. Es cierto que la introducción de nuevas tecnologías y sistemas de mercado sofisticados, junto con la creciente urbanización, promete satisfacer la demanda en aumento de productos agrícolas mientras saca a millones de personas del abismo de la pobreza. Pero si las fuerzas del mercado no se manejan de forma correcta, podrían dejar a los pequeños productores sin los recursos suficientes para evitar su marginación. Para fomentar un sector agrícola próspero que incluya a los pequeños productores y respalde una economía moderna y diversificada, hace falta nada menos que una revolución agroindustrial. En su esencia, esta revolución debe propiciar el desarrollo de vínculos fuertes entre los mercados y los pequeños productores, y al hacer esto, acercarnos al primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, que es el de reducir a la mitad la pobreza y el hambre mundial para 2015. Esta estrategia “orientada a las personas” beneficia

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Para 2050, la producción de alimentos deberá incrementarse en un 70%

a productores y a consumidores por igual. Al fomentar un mercado que sea a la vez moderno e inclusivo, y ayudar a que los pequeños productores de bajos recursos accedan a este mercado, podremos mejorar la vida de millones de personas que viven actualmente en la pobreza, y alimentar a la población mundial en el futuro.

Analizar el panorama actual

Son muchísimos los pequeños agricultores que luchan día a día para mantenerse a flote, tratando de subsistir sin obtener rentabilidad de sus cultivos. A pesar de proveer casi el 80% de los alimentos que se consumen internamente en Asia y


África subsahariana, muchos de estos agricultores viven al borde de la crisis, luchando no para crecer, sino para sobrevivir. Sin las técnicas y herramientas modernas, los rendimientos suelen ser muy bajos como para generar excedentes. El agua y la tierra son recursos cada vez más escasos y valiosos, y el comercio se ve cada vez más obstaculizado por la infraestructura escasa o inexistente y por la falta de compradores para la producción de pequeña escala, sobre todo en las zonas más remotas. En el FIDA, estamos tratando de hallar soluciones a estos problemas, planteando dos interrogantes clave. Primero, ¿se puede esperar que un agricultor que vive al borde de la miseria asuma un mayor riesgo invirtiendo en cultivos de alto rendimiento? Segundo, ¿existe alguna forma de que el pequeño productor ingrese al mercado sin enfrentar la marginación? La respuesta a estas preguntas puede ser positiva y hemos visto historias de éxito que así lo demuestran. Una de ellas es la de Ahmad Abdelmunem Al-Far, quien vive en El Cairo y se ha convertido en un exitoso emprendedor. Tras sumarse a un proyecto financiado por el FIDA donde se le otorgó una parte de desierto recién recuperado, acceso a un fondo de crédito, sistemas para el tratamiento de aguas residuales y desechos, y un sistema de riego por goteo, Ahmad ha forjado un negocio próspero. Actualmente, sus cultivos producen habichuelas, cebolla, naranja, pimientos verdes y papas, y se ha sumado a otros 36 000 agricultores que participan en el mercado. Estos proyectos tienen éxito porque reconocen a los pequeños productores por lo que realmente son: emprendedores en potencia. Si cambiamos nuestro modo de pensar y vemos a las pequeñas granjas como empresas que persiguen rentabilidad en lugar de limosnas, veremos un progreso considerable. El FIDA apoya proyectos de este tipo en comunidades rurales de todo el mundo, y en todas las regiones vemos historias de éxito como la de Ahmad. La ayuda de nuestros socios nos permite financiar proyectos para desarrollar infraestructura local (como caminos de acceso y sistemas de riego y control del agua), ayudar a reducir las pérdidas poscosecha y asistir a los agricultores para mejorar la calidad de sus productos.

De cara al futuro

Estas mejoras son cruciales, sobre todo al tener en cuenta el crecimiento en el tamaño y alcance de los supermercados y en las modernas cadenas de valor consolidadas que estos han creado en los últimos años. Los supermercados buscan ofrecer productos de alta calidad a sus clientes y exigen

cumplir normas cada vez más estrictas a sus proveedores. Por lo general, prefieren abastecerse con unos pocos proveedores grandes, lo que impide a los pequeños agricultores hacerse un lugar en los nuevos mercados. La transición de la agricultura tradicional a la moderna suele ser sumamente difícil. Para lograr el éxito, los pequeños productores suelen requerir de apoyo para poder dirigir sus granjas como si fueran empresas orientadas al comercio y al aprovechamiento de las oportunidades del mercado. El Informe sobre la pobreza rural 2011 revela que los pequeños productores, con frecuencia, requieren de nuevas técnicas y conocimientos para aumentar la productividad y responder a las exigencias del mercado en términos de calidad y normas fitosanitarias. También necesitan acceder a información de mercado en tiempo real para saber lo que el mercado necesita. Si bien los pequeños productores son vulnerables cuando trabajan solos, al unir sus fuerzas para crear organizaciones rurales, pueden lograr una gran eficacia. Al conformar estas organizaciones, los pequeños productores pueden agrupar la demanda de insumos y la oferta comercializada, para estar en mejor posición al momento de negociar con los compradores y garantizarse, de esa forma, un precio justo por sus productos. Explorar el mercado moderno se vuelve menos aterrador si se tiene una mayor seguridad. Los contratos formales puede reforzar la confianza que los pequeños productores depositan en el mercado. Y a medida que los consumidores urbanos aumenten la demanda de productos procesados, se generarán nuevas oportunidades de empleo para los trabajadores rurales y productores pequeños por igual. También se debe poner el énfasis en el crédito, que sigue siendo un factor clave en la capacidad de los pequeños productores para participar en las nuevas fuerzas del mercado y saber aprovecharlas. Actualmente, son muchos los bancos que trabajan en comunidades rurales para ayudar a los agricultores a manejar los riesgos del acceso a los mercados, y los procesadores de productos agrícolas también están otorgando créditos de producción a sus proveedores. El incremento en los préstamos ha tenido un resultado espectacular y, de aquí en más, los pequeños productores necesitarán ampliar su acceso al financiamiento a largo plazo para fortalecer la confianza en el ingreso al mercado.

Asociaciones

El desarrollo agrícola a gran escala en las comunidades rurales dependerá de la asistencia de numerosos actores: ‰

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“Para alimentar a un mundo con hambre, necesitamos que los hombres y mujeres jóvenes se conviertan en productores modernos y obtengan rentabilidad en el mercado, pero que también tengan opciones de empleo en tareas rurales no agrícolas”. ‰ tanto los responsables de tomar las decisiones como los servicios públicos, las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y los donantes cumplen un rol esencial en ayudar a que los pequeños productores participen de forma más efectiva en las cadenas de valor modernas. Sabemos que los Gobiernos tienen la capacidad de ampliar las opciones de los pequeños productores a la hora de vender sus productos en los mercados locales y mundiales, y que también pueden incrementar el gasto público en agricultura. Las inversiones del sector privado pueden aumentar el acceso a los mercados de los pequeños productores y contribuir a la implementación de políticas que incluyan, y no excluyan, sus productos. Los donantes pueden instar a los agricultores a organizarse y a trabajar con miras a lograr acuerdos justos en las cadenas de valor. Por último, los Gobiernos, los donantes y el sector privado pueden ayudar en conjunto a que la agricultura de pequeña escala sea viable para las mujeres y los jóvenes. En la actualidad, muchos productores pequeños tienen ante sí una oportunidad sin precedentes para lograr el éxito económico y agrícola. Con capacitación, organización e infraestructura, millones de personas pueden escapar de las garras de la pobreza. Los hombres, mujeres y jóvenes rurales podrán ver finalmente a la agricultura rentable como una realidad y con ella, la posibilidad de mejorar las condiciones de vivienda, educación y salud para sus familias. A medida que los pequeños productores ingresen a los mercados modernos, la experiencia indica que estaremos más cerca de una economía rural floreciente.

Comunidades rurales prósperas

El crecimiento agrícola es el impulsor del crecimiento económico. Esto ha quedado demostrado a lo largo de los siglos y en todas partes del mundo, desde la Inglaterra del siglo XVIII hasta el Japón del siglo XIX y la China del siglo XX. Con el nuevo desarrollo agrícola surge una vida rural efervescente, tanto dentro como fuera de las granjas. El 60% de la población rural del mundo tiene entre 15 y 24 años de edad, y muchos de estos jóvenes se enfrentarán eventualmente a una decisión: quedarse a trabajar en las zonas rurales o buscar empleo en la cuidad. Para alimentar a un mundo con hambre, necesitamos que estos hombres y mujeres jóvenes permanezcan en las comunidades rurales y contribuyan activamente a la economía rural. Necesitamos que se conviertan en productores modernos y obtengan rentabilidad en el mercado, pero que también tengan opciones de empleo en tareas rurales no agrícolas. Cada dólar que se invierte en

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Cerca de Arusha, República Unida de Tanzania. Trabajadores entre los invernaderos de una empresa que produce, cultiva y desarrolla semillas para exportar a granjeros y horticultores de Europa.

agricultura genera entre 30 y 80 centavos en ingresos de segunda vuelta para la economía. Esto demuestra que la agricultura rentable no solo es crucial por su propio bien, sino por su impacto en el entorno económico general. La creación de una demanda local de bienes y servicios deriva en la generación de empleos no agrícolas y en la fabricación de pequeña escala, lo que a su vez estimula el crecimiento de la producción primaria.

Photo: Sven Torfinn/Panos

Hacia un futuro floreciente

Solo tenemos que observar a los agricultores rurales de Ghana, la República Unida de Tanzania y Vietnam, para comprender cómo los pequeños productores pueden liderar el crecimiento agrícola y económico en los países en desarrollo. De hecho, el crecimiento del PIB generado por la agricultura es el doble, si no más, de efectivo en reducir la pobreza que el crecimiento en otros sectores. Mediante la inversión sostenida en la cadena de valor, podemos aprovechar estas experiencias exitosas y asegurar que la agricultura se torne un método aun más eficaz para reducir la pobreza en las comunidades rurales. En las próximas décadas, veremos cambios visibles y radicales en la forma en que los pequeños productores viven y trabajan en sus granjas. Los riesgos son evidentes, pero las posibilidades abundan. El problema del cambio climático es real y debemos garantizar que nuestros esfuerzos sean sostenibles para el medio ambiente. Pero con estímulos inteligentes, ideas creativas y el apoyo estratégico, muchos productores pequeños no solo serán capaces de sobrevivir, sino también de prosperar. El crecimiento agrícola en los mercados modernos conlleva el potencial de una vida con mayor seguridad económica, educación más sólida y mejor atención para la salud. En pocas palabras, el mercado puede transformase en un medio para mejorar la calidad de vida. Si deseamos ver el cambio a gran escala que se necesita para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio y poder alimentar a las generaciones futuras, el desarrollo tendrá que provenir del seno de los propios países. Si las naciones en desarrollo hacen del crecimiento agrícola rural una prioridad, podremos contribuir a sostener y apoyar sus esfuerzos. No existe una política mágica que sirva para todas las regiones, pero con un enfoque acertado y centrado a nivel local, millones de personas podrán salir del abismo de la pobreza y alcanzar la prosperidad. El FIDA no abandona su compromiso en pos de este futuro. Los pequeños productores encabezarán la marcha y nosotros continuaremos dándoles una mano. n

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“Crear valor compartido” para la sociedad y los accionistas

Productos Maggi en un estante de supermercado. Fotografía: Nestlé

El director ejecutivo de Nestlé, Paul Bulcke, reconoce que el éxito de la compañía depende de la creación de valor para todas las partes involucradas: desde los granjeros que suministran los productos hasta los empleados, consumidores y comunidades en donde opera la empresa. Siempre ha existido una profunda interdependencia e interconexión entre la actividad económica y el progreso social. Pero en los últimos tiempos, ha habido una preocupante tendencia a percibir a las empresas como un mal necesario y no como socios indispensables. Creo que ha llegado el momento de volver a adoptar una mirada correcta sobre la relación entre el sector empresarial y la sociedad. Por suerte, en los últimos años, ha surgido una nueva definición del rol de las empresas en la sociedad, con un claro énfasis en el pensamiento a

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largo plazo y en la alineación de los intereses de los accionistas y la sociedad para el beneficio mutuo o, en otras palabras, para la creación de valor compartido (CVC). No se trata de un nuevo enfoque o de una nueva realidad. Es lo que la realidad económica debió haber sido siempre. La CVC no es más que una nueva manera de enmarcar el rol esencial que tiene la actividad económica en la sociedad: crear valor mutuo. El concepto de CVC, que fuera esbozado en un principio por destacados pensadores como Michael Porter de la Universidad de Harvard, tuvo

gran eco en Nestlé, porque refleja en gran medida el modo en que la compañía viene operando desde hace décadas. Su adopción ha contribuido a aclarar nuestro enfoque actual y, junto con nuestro firme cumplimiento y las prácticas comerciales sostenibles, nos permitirá seguir teniendo éxito con el paso del tiempo, junto a las sociedades a las que servimos. Una de las cosas que nos ha enseñado la experiencia de más de un siglo en los negocios es el impacto del enfoque. En este aspecto, dada la naturaleza de nuestras actividades y nuestra


ambición de ser la compañía líder a nivel mundial en nutrición, bienestar y salud, hemos identificado a la nutrición, al agua y al desarrollo rural como áreas de enfoque para nuestros esfuerzos en CVC. Elegimos estas áreas porque están intrínsecamente relacionadas con nuestra cadena de suministro y es en ellas donde podemos lograr un mayor impacto.

Valor nutritivo Tanto en el mundo desarrollado como en desarrollo, este enfoque ha ofrecido beneficios a la sociedad y nos ha permitido, a su vez, mejorar nuestra propia competitividad. Las inversiones para aumentar el valor nutritivo de nuestros productos, la viabilidad a largo plazo y la calidad de vida de las comunidades rurales, y para reducir nuestro impacto ambiental, por ejemplo, están haciendo que nuestros productos sean cada vez más atractivos, mientras protegen el medio ambiente y tienen beneficios profundos y a largo plazo para la sociedad. Uno de los ejemplos más claros es nuestra “estrategia de productos posicionados popularmente”. Estos productos alimenticios sumamente accesibles, que se venden principalmente en regiones de bajos ingresos, nos han permitido llegar a miles de millones de consumidores en todo el mundo. Al trabajar junto a los Gobiernos locales para conocer las necesidades de las personas en zonas específicas, y fortificar los productos con micronutrientes esenciales, buscamos mejorar la salud pública y, a su vez, aumentar la popularidad de nuestros productos. Para demostrar cuán amplio es este impacto, en 2010, vendimos 90.000 millones de raciones de nuestros productos fortificados Maggi, y aplicamos nuestro saber hacer científico para fortificar los productos lácteos con vitamina A, hierro y zinc, acorde a las necesidades locales de 80 países. Estos productos generan oportunidades directas de empleo para las regiones empobrecidas, tanto en nuestras plantas de producción locales como en los exclusivos métodos de distribución que hasta el momento han dado origen a más de 6.000 microemprendedores, la mayoría de ellos mujeres, en algunas de las zonas más pobres de Brasil, Tailandia y Filipinas.

Uso del agua Nuestro trabajo en relación con el agua también está teniendo efectos a nivel mundial. En la última década, hemos reducido en dos tercios el consumo de agua y la generación de aguas residuales, y obtenido así un importante ahorro en los costos de este proceso. Además, brindamos asistencia para mejorar el uso del agua de nuestros proveedores. Al ser la agricultura una de las actividades con mayor demanda de agua dulce, ayudar a los granjeros para administrar de mejor manera este recurso genera un efecto perdurable y de gran alcance. Invertimos en sus comunidades y hemos provisto de pozos de agua potable y limpia a escuelas de más de 100 poblaciones de la India y el Oeste de África. El resultado de nuestra tarea se

“Hemos identificado a la nutrición, al agua y al desarrollo rural como áreas de enfoque para nuestros esfuerzos en CVC... están intrínsecamente relacionadas con nuestra cadena de suministro y es en ellas donde podemos lograr un mayor impacto”.

ve reflejado en comunidades más saludables y productivas, capaces de suministrar la materia prima de calidad que necesitamos. La disponibilidad de agua a nivel mundial no solo es crucial para nuestras operaciones, sino para la vida. Asumimos este hecho con seriedad y usamos nuestra posición para instar a la acción más allá de nuestra empresa. En este sentido, educamos a niños de todo el mundo en el buen manejo del agua, y abogamos por soluciones integradas para la crisis hídrica mundial mediante la participación activa en órganos como el Grupo de Recursos Hídricos del Foro Económico Mundial y el Mandato del Agua de los Directores Generales del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

Desarrollo rural Nuestra tercera área de enfoque es el desarrollo rural. Considerando que el 70% de la pobreza mundial se concentra en zonas rurales, es crucial invertir en estas áreas, sobre todo en el desarrollo de capacidad agrícola. Con 443 fábricas emplazadas en todo el mundo, en su mayoría en zonas rurales y más de la mitad en países en desarrollo, y como uno de los principales compradores de productos agrícolas a nivel mundial, representamos una importante fuente de inversión. Ya por los años veinte, construimos fábricas en zonas rurales de Brasil y Sudáfrica, y vimos cómo se podían transformar en fuentes de desarrollo. Si ofrecemos nuevas posibilidades y promovemos el desarrollo de infraestructura, como caminos y sistemas de tratamiento del agua, podemos lograr mejoras permanentes en las comunidades rurales, renovando sus deseos y esperanzas con profundos beneficios para el futuro.

La agricultura tiene el potencial de ser un impulsor clave en el desarrollo rural. Al trabajar con comunidades agrícolas y ofrecerles asistencia técnica y financiera, hemos contribuido a asegurarles un futuro mejor. En la actualidad, operamos de forma directa con casi 600.000 granjeros de todo el mundo, con un impacto en la vida de millones de personas.

Invertir en productividad Como el mayor procesador de leche a nivel mundial, abastecemos nuestra demanda de 12 millones de toneladas de leche en unas 30 regiones lecheras de todo el mundo, donde invertimos para ayudar a los granjeros a ser más productivos, mediante el asesoramiento gratuito, el suministro de vacunas y el acceso a ayuda financiera. Además de las regiones lecheras, nuestros compromisos más importantes para aumentar la productividad y rentabilidad de los granjeros son el “Plan de Cacao” y el “Plan Nescafé”. En su conjunto, representarán una inversión de US$700 millones en iniciativas clave de desarrollo rural desde ahora hasta 2020, que incluyen inversiones en investigación y desarrollo donde se abordan cuestiones como el trabajo infantil, el VIH y proyectos sociales, e inversiones para asegurar que los productos Nestlé tengan una huella de deforestación cero. Sabemos que no tenemos todas las respuestas en cuanto a la mejor manera de crear valor compartido, de modo que invitamos a las partes interesadas externas a proponer nuevas ideas. El Consejo Asesor sobre CVC de Nestlé, integrado por expertos mundiales en nutrición, agua y desarrollo rural, ya nos ha dado un valioso aporte sobre los aspectos que podemos mejorar. A partir de sus recomendaciones, este año buscaremos fomentar aun más la inversión general en desarrollo rural, y seguiremos planteando inquietudes serias acerca de problemas tales como los efectos de deforestación que se derivan de los biocombustibles. La creación de valor compartido también puede ser usada por la comunidad mundial para impulsar la acción en temas apremiantes, como la necesidad de duplicar la producción de alimentos para 2050. Creemos que estos problemas se abordan de mejor modo mediante la acción conjunta del Gobierno, el sector empresarial y la sociedad civil, utilizando las fortalezas de cada uno para el progreso de todas las partes. Solo así será posible aprovechar la capacidad de la agricultura para impulsar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y el crecimiento económico del mundo. Para concluir, existen dos principios básicos que han demostrado ser impulsores de la CVC: comprender que ninguna empresa puede lograr el éxito a largo plazo si su única prioridad son los accionistas (también debe tener un impacto positivo en la sociedad), y la idea de que las sociedades libres y abiertas solo podrán tener éxito con el paso del tiempo si existe una economía pujante con empresas prósperas, que también reconozcan su interdependencia mutua con las comunidades en las que operan. n

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SEMBRAR PARA

“Es de suma urgencia y necesidad que el mundo abandone

Para Helmy Abouleish, director ejecutivo del grupo egipcio SEKEM, la agricultura biodinámica no solo es la única vía para resolver los grandes problemas como el cambio climático y la seguridad alimentaria, sino el único camino para lograr la competitividad a largo plazo.

El mundo está enfrentando crisis en varios aspectos, como el económico, el social y el ambiental. Los países en desarrollo se ven especialmente afectados, en la medida en que lidian con economías débiles y desiguales, y se ubican en las regiones geográficas más vulnerables al cambio climático. Tanto a nivel social como ambiental, el sector agrícola juega un rol importante en las economías de estos países. A nivel social, porque es el sector que genera la mayoría de los puestos de trabajo y porque busca garantizar la seguridad alimentaria, un problema crucial si se tienen en cuenta los precios cada vez más altos en los alimentos y las recientes revueltas por el hambre. A nivel ambiental, porque utiliza hasta tres cuartos de los recursos de agua dulce de todo el mundo y porque los sistemas de agricultura convencionales pueden causar erosión del suelo, contaminación y desertificación. En este sentido, es de suma urgencia y necesidad que el mundo abandone las prácticas tradicionales de agricultura, y adopte sistemas más sostenibles para trabajar la tierra. ¿Pero podrán estos sistemas producir lo suficiente como para alimentar al mundo a un precio accesible?

Modelo de agricultura de SEKEM SEKEM, una iniciativa de desarrollo sostenible y holístico basada en la agricultura biodinámica, tiene en la mira este objetivo. La agricultura biodinámica es un tipo específico de agricultura orgánica que, como lo define la asociación ecológica Demeter, percibe a la granja como un ecosistema autónomo y autosostenible, responsable de generar y conservar su propia salud y vitalidad sin agregados externos o no naturales. El suelo, las plantas, los animales y los seres humanos en conjunto construyen esta imagen de organismo vivo y holístico. SEKEM aplica los métodos de la agricultura

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biodinámica, entre los que se incluyen el uso extensivo de compost, para transformar las tierras desérticas en suelos sanos y llenos de vida. El uso de cultivos resistentes y predadores naturales invalida la necesidad de usar insumos externos, como los plaguicidas y fertilizantes químicos. La agricultura biodinámica implica el uso de ciclos de nutrientes cerrados, en los que SEKEM cría ganado para producir su propio compost, cultiva cereales para alimentar a los animales y utiliza la rotación de cultivos para mejorar la fertilidad del suelo. El excedente se vende en supermercados y tiendas orgánicas a nivel nacional e internacional.

El factor costo Un interrogante clave que se plantea al considerar un cambio en las prácticas agrícolas convencionales es si tendremos que asumir un mayor costo. El modelo SEKEM para una agricultura orgánica y sostenible, que protege el suelo y hace un uso eficiente de los recursos, demanda un promedio de 10 a 30% más de mano de obra manual que la producción agrícola convencional. El empleo de más trabajadores suele derivar en un mayor gasto total. Además, los productos orgánicos en el supermercado siempre cuestan más que los productos alternativos tradicionales. La conclusión lógica debería ser que la producción orgánica es más costosa que la producción convencional. ¿Pero ocurre realmente esto? La respuesta es no. Esta mirada económica estrecha deja de lado los efectos externos de orden fiscal y socioeconómico que no quedan internalizados en el precio de mercado de los productos orgánicos. Si tomamos a Egipto como ejemplo, allí existen subsidios en el agua y la energía que promueven prácticas para el uso intensivo de estos recursos. Las prácticas que

hacen un uso eficiente de los recursos, como la agricultura biodinámica, se benefician muy poco (o nada) con estos subsidios, y quedan en situación de desventaja con las consecuentes distorsiones en el mercado. En este cálculo, también se omiten los efectos indirectos del ahorro de costos que tienen los sistemas agrícolas más sostenibles. Los suelos sanos con un alto contenido de materia orgánica sólida aumentan la capacidad de retención del agua, reducen el consumo de este recurso e inhiben la erosión. Comparada con la producción agrícola convencional, la mayor eficiencia energética, la reducción en la emisión de gases de efecto invernadero y el mayor secuestro de carbono en el suelo que genera la agricultura biodinámica la convierten en una excelente herramienta para mitigar el cambio climático. Los cultivos resistentes, la rotación de cultivos y los métodos de diversificación como la agrosilvicultura minimizan las pérdidas en las cosechas. Los cultivos intercalados y la ausencia de insumos químicos incrementan la biodiversidad. Además, el menor gasto en insumos externos pone a disposición una mayor cantidad de recursos económicos para cubrir el costo del aumento en la mano de obra y fomentar, de ese modo, los medios de subsistencia rurales. Los métodos de la agricultura biodinámica también son más saludables, dado que evitan la exposición de productores, animales, suelos, aire o aguas superficiales a los productos químicos nocivos. Cuantificar los efectos de ahorro en los costos de los sistemas agrícolas sostenibles, y su potencial para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos, es bastante difícil. Pero como lo indica el sentido común y también la opinión de la comunidad científica y de los analistas económicos, su impacto económico será extremadamente positivo. Además, se debe tener


EL FUTURO las prácticas tradicionales de agricultura”.

en cuenta otro factor importante que es el ahorro que se obtendrá en el costo de los sistemas de salud nacionales, cuando los plaguicidas y fertilizantes químicos sean reemplazados por el compost y los predadores naturales. La salud de los agricultores mejorará de forma significativa y la población podrá disfrutar de una amplia variedad de alimentos que no tendrán residuos químicos. Si consideramos todos los aspectos del costo, desde la mano de obra hasta la maquinaria y desde los subsidios hasta los costos para la salud y el medio ambiente, la agricultura sostenible resulta más económica, incluso en la actualidad. A medida que aumenten los precios de la energía, el agua sea cada vez más escasa y el cambio climático se torne más severo, solo los sistemas de agricultura sostenibles serán viables y accesibles.

en desarrollo, y en las regiones con suelos degradados, los rendimientos pueden ser de hasta el 200%. l Acceso y asequibilidad: las zonas rurales en las que se podría alcanzar el mayor aumento en los rendimientos a través de métodos de como la intensificación ecológica, agrosilvicultura, suelen coincidir con las regiones de hambre y pobreza generalizada. Por consiguiente, los rendimientos más altos resolverían de forma directa el acceso a los alimentos y constituirían un estímulo para la población agrícola. Dado que los sistemas de agricultura sostenibles demandan una mano de obra más intensiva, generarían una cantidad considerable de empleos, lo que a su vez permitiría a mucho más personas comprar alimentos para sus familias.

Alimentar al mundo

El futuro

En 2050, la humanidad tendrá que producir lo suficiente como para alimentar a nueve mil millones de personas. La disponibilidad, asequibilidad y acceso a los nutrientes suficientes son criterios esenciales para la seguridad alimentaria, que deberán tenerse en cuenta a la hora de elegir el sistema de agricultura del futuro. l Disponibilidad: contrario a la creencia arraigada de que los insumos externos como los fertilizantes químicos son necesarios para aumentar de forma considerable la producción de alimentos, un número cada vez mayor de científicos, órganos políticos y expertos, como Olivier de Schutter, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, está afirmando que las técnicas que conservan los recursos y demandan un bajo nivel de insumos externos han demostrado el potencial de aumentar los rendimientos de forma significativa. En los sistemas de agricultura tradicionales de los países

Los paradigmas actuales que predominan en la agricultura tienen que experimentar una transformación. En el mundo desarrollado, la agricultura industrial ha logrado altos niveles de productividad, especialmente a través del uso intensivo de fertilizantes, plaguicidas y herbicidas químicos, agua y combustibles para el transporte. La agricultura tradicional, sobre todo la practicada en los países en desarrollo, suele derivar en la deforestación y en la extracción excesiva de los nutrientes del suelo. Los modos sostenibles de producción agrícola representan la única solución para proveer de la cantidad suficiente de alimentos nutritivos y accesibles a una población mundial en constante aumento. En estas épocas de cambios, como los acontecidos recientemente en Egipto, hay una puerta abierta para renovar e intensificar los esfuerzos, a fin de promover soluciones sostenibles para los grandes problemas que enfrentamos. n

Las actividades principales del grupo SEKEM son la mejora del suelo, la agricultura orgánica y la producción de alimentos, textiles y productos fitofármacos. El grupo SEKEM fue creado por el Dr. Ibrahim Abouleish en 1977, y actualmente es la compañía líder de Egipto en agricultura orgánica y procesamiento de alimentos que emplea alrededor de 1500 personas. Las hierbas, frutas y hortalizas que se cultivan en las granjas de la compañía son procesadas para crear alimentos y medicamentos de alta calidad que se venden en el mercado nacional e internacional. Las empresas del grupo SEKEM incluyen al mayor envasador de té orgánico y al productor de hierbas líder de Oriente Medio. El grupo SEKEM es conocido por sus tareas de responsabilidad social empresarial en las comunidades donde opera, y goza de reconocimiento mundial por su rol en el desarrollo sostenible.

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ARTÍCULO SOBRE UN PAÍS

Etiopía

Peter Gill fue uno de los primeros periodistas en cubrir la hambruna de Etiopía a mediados de la década de 1980. Veinticinco años después, nota que el país está aplicando políticas económicas a favor de los menos privilegiados y advierte buenas razones para el optimismo. Los acontecimientos de Etiopía siempre han tenido eco en el mundo. Para comenzar, allí es donde comenzó realmente la historia humana. Con el tiempo, Etiopía se convirtió en una de las potencias más grandes del mundo antiguo y adoptó el cristianismo antes que la mayor parte de Europa. Y si bien fue testigo del conflicto entre cristianos y musulmanes, en la actualidad, buena parte de estas dos comunidades convive pacíficamente. Resistió por sí sola al colonialismo europeo en África y aún conserva su espíritu de independencia. Finalmente, se convirtió en sinónimo de miseria y pobreza en el mundo moderno. La gran hambruna de 1984-5, donde murieron cientos de miles de personas, transfiguró la imagen de Etiopía y marcó el inicio de la ayuda económica en la era moderna. Un cuarto de siglo más tarde, el país sigue dependiendo fundamentalmente de la ayuda externa y continúa detenido en aquellas imágenes, pero el Gobierno que ha ocupado el poder durante los últimos 20 años mantiene la vista firme en la transformación económica que será necesaria para dejar en el pasado la mortandad del hambre. Una generación atrás, las cámaras de televisión llegaban a la población de Korem en el norte de Etiopía, donde yacía el campamento más grande de víctimas de la hambruna. En el lugar donde se emplazaba este campamento, se erige hoy una escuela primaria y un hospital totalmente nuevo. Cuando visité el lugar, los administradores locales se estaban preparando para un simposio especial sobre el hambre, al que promocionaban con carteles que rezaban

“Basta de muertes por hambre” y “Terminemos con el hambre para siempre”. En todo el territorio norte, que constituye el centro de Etiopía y la base del poder político, las tareas de desarrollo son admirables. Tras décadas de degradación ambiental, las colinas están reverdeciendo nuevamente. Y en una tierra que aún depende de las lluvias, proliferan los proyectos de riego y conservación del agua. Detrás de todo esto, hay un Gobierno que honra sus antiguos vínculos revolucionarios con el campesinado, y percibe el desarrollo en términos de campaña social y de gestión económica. Con una determinación consciente, Etiopía ha evitado la huida en masa de los pobladores hacia los centros urbanos, concentrando la inversión en las zonas rurales. La tierra continúa siendo propiedad del Estado y no puede ser comprada ni vendida. Hasta la magra existencia en una pequeña parcela rural puede ser preferible a la indigencia en un barrio marginal de la ciudad. El ritmo de urbanización está repuntando, pero es el crecimiento en las perspectivas laborales de la ciudad, a menudo para las generaciones jóvenes y con más educación, y no el empuje de la miseria en el campo lo que la impulsa. La meta es propiciar la evolución social y no una crisis de desplazamiento. Más allá de los proyectos de alivio y para el sector social financiados por Occidente, existe un desarrollo más importante en curso. Este es financiado a través de préstamos internacionales blandos, y llevado a cabo por los propios etíopes, y también por los chinos, que se están convirtiendo rápidamente en

partícipes externos del tan ansiado renacimiento de África. Es una revolución en la infraestructura, que no solo comprende las redes viales sino también las telecomunicaciones. En los lugares más recónditos de Etiopía, he visto a equipos de ingenieros chinos de estos sectores avanzar a paso firme por las tierras altas. El hombre que preside este desarrollo es uno de los africanos más sobresalientes de su generación. La hoja de vida del primer ministro Meles Zenawi habla de una larga trayectoria política que abarca los últimos años del siglo XX y los primeros del siglo actual. Fue un estudiante de medicina marxista que abandonó sus estudios para incorporarse finalmente a las filas de la guerrilla. Cuando asumió el poder en 1991, se encontró con un país en ruinas que tenía que abrirse paso en un mundo capitalista. Desde entonces, no ha dejado de sorprender a los líderes del mundo y a los economistas ganadores del premio Nobel, con su análisis de las necesidades etíopes y la destreza para poner en práctica sus políticas. Meles Zenawi no es un demócrata liberal, pero busca crear instituciones populares que perduren en el país. Para que estas echen raíces, considera esencial una cuota de prosperidad. Para ello, primero debe tener lugar un periodo de crecimiento económico y de instituciones políticas dirigido por el estado. Esta filosofía política puede resultar incómoda para Occidente, pero aquellos que creen que comer dignamente es también un derecho humano deberían prestar mucha atención a sus planes para Etiopía. n

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Una escuela en el sur de Etiopía. En su pared se ha trazado un perfil de las fronteras del país.

Fotografía: Eric Lafforgue

Peter Gill, periodista y documentalista especializado en temas de desarrollo, es autor del libro Famine and Foreigners: Ethiopia since Live Aid (Hambre y extranjeros: Etiopía desde el Live Aid), publicado recientemente por Oxford University Press.

su propio camino MakingIt 35


UN Photo/John McIlwaine

En los siguientes fragmentos de discursos y entrevistas recientes, el primer ministro Meles Zenawi brinda algunos detalles sobre su visión acerca del desarrollo sostenible en Etiopía.

Crear un estado desarrollista A fines de 2010, el Gobierno de Etiopía dio a conocer un ambicioso Plan de Crecimiento y Transformación (PCT) que busca duplicar la producción agrícola y sostener el crecimiento de dos dígitos del PIB que se ha registrado en promedio durante los últimos cinco años. En el lanzamiento del plan, Meles Zenawi dijo a los reporteros: “En el futuro, podremos autoabastecernos de alimentos… Y creo que esto será factible en los próximos cinco años”. En marzo de 2011, anunció las siguientes novedades sobre la ejecución del PCT:

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“Existen dos impedimentos clave para la ejecución del PCT. El primero es el económico y el segundo, la capacidad de ejecución. En términos económicos, hemos avanzado mucho al determinar lo que podemos hacer para identificar las brechas y hallar los recursos para cubrirlas. En cuanto al presupuesto a cinco años, estamos bastante bien cubiertos. Esto presupone que los préstamos y subvenciones que recibimos del exterior se mantengan en el nivel actual… En términos de capacidad de ejecución, hemos tenido un buen comienzo al desarrollar

la capacidad, tanto a nivel de ministerios como de empresas públicas, y al brindar apoyo al sector privado. En lo que respecta al sector público en particular, hemos dado un buen paso al crear la Corporación de Ingeniería y Metales Básicos, y reforzar su capacidad. Esta ha logrado alcanzar un nivel que le permite aceptar contratos para construir fábricas a nivel local, como refinerías de azúcar, y producir cantidades suficientes de piezas para el sector manufacturero y automotriz, entre otros. Por consiguiente, la Corporación está realizando


ARTÍCULO SOBRE UN PAÍS

Etiopía buena parte de las tareas para sustituir las importaciones. Ahora estamos viendo cómo mejorar de forma radical la naturaleza competitiva del sector de la construcción. Esperamos contribuir a la creación de cientos de empresas constructoras a nivel local. Nos hemos preparado económicamente para apoyarlas y hemos adquirido la maquinaria para el movimiento de la tierra que estas necesitan. Vamos a tener que crear varias ciudades industriales. Por ejemplo, en la región sur de Oromia, esperamos desarrollar unas 150.000 hectáreas de ingenios azucareros, con unas seis refinerías de tamaño considerable, y esto implicará la creación de unas seis ciudades pequeñas. En la región oeste de Oromia, construiremos cuatro o cinco ingenios más y unas siete fábricas de fertilizantes que exigirán la creación de una cuidad de considerable tamaño”. En la conferencia de Energía Hidroeléctrica para el Desarrollo Sostenible 2011 que se llevó a cabo en la capital de Etiopía, Adís Abeba, a fines de marzo, Meles Zenawi describió los planes de su Gobierno para abastecer de energía al desarrollo sostenible del país. “Nuestro Gobierno ha decidido explotar los abundantes recursos de Etiopía para generar electricidad a partir de fuentes renovables, no solo para superar la grave escasez de energía eléctrica que enfrentamos actualmente, sino también para exportarla a los países vecinos dotados de una menor cantidad de fuentes de este tipo. De hecho, Etiopía ha diseñado planes para reducir a cero las emisiones netas de carbono para 2025, un objetivo noble y ambicioso fijado por un puñado de países solamente, en parte porque somos conscientes de nuestro potencial. Nuestro plan para 2025 se basa en tres pilares. El primer pilar es generar prácticamente toda la electricidad a partir de fuentes renovables y no contaminantes, centradas en la energía hidroeléctrica, pero que también incluyan, como recursos complementarios importantes, fuentes eólicas, geotérmicas y de biogás proveniente de las plantaciones de azúcar. El segundo pilar del plan es maximizar el uso de la electricidad y los biocombustibles para el transporte y otras necesidades energéticas. El tercer y último pilar es llevar a cabo un programa de reforestación masiva de las tierras degradadas para que

“En el futuro, podremos autoabastecernos de alimentos… Y creo que esto será factible en los próximos cinco años”.

actúen como un enorme sumidero de carbono, entre otras cosas. En este sentido, planeamos reforestar más de 15 millones de hectáreas de suelo degradado en los próximos años. En otras palabras, nuestros planes ambiciosos de generar hasta 8000 megavatios de capacidad adicional con la energía hidroeléctrica en los cinco años venideros no solo contribuirán a cubrir el déficit de infraestructura en la región, una cuestión que se debe resolver rápidamente y en la que todos estamos de acuerdo, sino que permitirán reducir a cero nuestras emisiones

de carbono y ayudar a los países vecinos a que también lo hagan de forma significativa”. En un discurso dado en la conferencia de ministros de hacienda de la Unión Africana a fines de marzo, el primer ministro Meles Zenawi instó a los países del continente a fortalecer el rol del Estado y a invertir fuertemente en infraestructura. “El debate sobre un nuevo paradigma de desarrollo, centrado en el concepto de 'estado desarrollista’, es bienvenido y es una deuda que tenemos desde hace tiempo. El paradigma neoliberal del crecimiento ha fracasado en su intento de llevar prosperidad a África. Sus tres décadas de campaña contra la actividad estatal no derivó en crecimiento sostenido ni en transformación económica. El fracaso en su cometido se debe, entre otras cosas, a su permanente campaña para debilitar al estado africano y a que su rol en la economía no ha logrado superar el entorno preponderante de búsqueda de rentas improductivas. Si hay algo que ha generado la era de dominio neoliberal, ha sido la agudización y el enraizamiento de este tipo de actividades. Esto indica que el paradigma neoliberal ha estado errado tanto en la comprensión del origen de los problemas subyacentes como en las soluciones recetadas”. “Una de las mayores amenazas para el crecimiento continuo de nuestras economías es la enorme brecha en el desarrollo de infraestructura de nuestros países. Si bien el sector privado debe desempeñar un papel importante para superar esta brecha, el estado debe asumir un rol vital y de liderazgo en este sector. Las tres décadas de espera para que el sector privado resuelva el déficit de infraestructura solo han servido para profundizarlo. Ya no podemos darnos el lujo de seguir esperando. Si nos queda alguna posibilidad de sostener el crecimiento limitado que hemos logrado en estos años, debemos emprender un programa sólido de inversión pública y privada en este sector. La reciente decisión del G-20 de movilizar parte de los ahorros excedentes del mundo para invertir en infraestructura en África reviste suma importancia para nosotros. Tenemos que lograr la participación activa del G-20 para garantizar que se movilicen los recursos suficientes para la inversión en infraestructura en África, y que la mayor parte de estos recursos se destine a la inversión pública en este sector. Tenemos que comenzar a actuar diferente a partir de ahora”. n

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¿El aceite de palma puede ser sostenible? Cada año, se producen aproximadamente 50 millones de toneladas de aceite de palma, una cifra que promete seguir en alza. Esta demanda ha sido impulsada por el rendimiento, que en el caso del aceite de palma, es casi seis veces mayor por hectárea que el del aceite de canola. A causa de estos rendimientos extraordinarios, los productores han venido cultivando la palma aceitera a ritmo acelerado, lo que ha generado inquietudes en torno a su impacto en la cultura y el medio ambiente. Como resultado, distintos grupos activistas han responsabilizado al aumento en la producción de este aceite de crear prácticas agrícolas perjudiciales, destruir bosques vulnerables y turberas, y tener consecuencias negativas para las culturas originarias. En la actualidad, alrededor del 8% del aceite de palma se produce conforme a normas “sostenibles” que procuran mitigar los daños de la producción a gran escala de este producto mediante el uso de métodos menos invasivos. No obstante, la producción sostenible de aceite de palma puede resultar más costosa y menos eficiente que la producción convencional.

La omnipresencia del aceite de palma En los últimos treinta años, el aceite de palma ha experimentado un crecimiento exponencial en su producción. Se prevé que para 2015, el consumo anual de este aceite aumentará de su actual nivel de 38 millones de toneladas a 63 millones de toneladas, y que continuará subiendo hasta alcanzar los 77 millones de toneladas para 2020. Indonesia es el mayor productor de aceite de palma del mundo, pero un número creciente de países, entre los que se cuentan Malasia, Colombia, Brasil, Nigeria, Liberia, Tailandia y Uganda, se están posicionando como competidores viables en el mercado mundial de este producto. Este crecimiento está impulsado no solo por la rentabilidad del aceite de palma, sino también por sus múltiples aplicaciones al desarrollo y la producción de una variedad de materias grasas y alimentos, como productos horneados, leche en polvo y condensada, papas fritas, alimentos concentrados y suplementos de alimento animal. El aceite de palma también se emplea en productos no comestibles como jabones, detergentes, velas, cosméticos, pegamento, tintas de impresión, lubricantes de maquinaria y biocombustibles. Dado que se utiliza en una gran variedad de productos, los sectores que dependen fuertemente del aceite de palma se verían bajo la gran presión de tener que buscar una alternativa adecuada y rentable de rendimiento similar.

JOHANNA SORRELL escribe sobre el medio ambiente y la sostenibilidad para la red 2degreesnetwork.

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Johanna Sorrell se pregunta si la producción sostenible a gran escala del aceite de palma es una alternativa viable para esta industria.

de palma más sostenible. Actualmente, Nestlé está comprando el 18% del aceite de palma a proveedores “ecológicos” y prevé que esta cifra trepe al 50% para fines de 2011. Para 2015, planea abastecer toda su demanda de aceite de palma a través de proveedores que protejan el medio ambiente.

¿La sostenibilidad es una opción?

¿Un aceite multiuso o multiproblema? El rápido aumento de la industria del aceite de palma ha traído aparejado la degradación de grandes extensiones de tierras frágiles. Para poder cultivar la palma aceitera a gran escala, muchas plantaciones han recurrido a técnicas destructivas de tala y quema, que han convertido a los bosques en prolijas hileras de palmas y reemplazado los ecosistemas dinámicos de estos con un monocultivo. Entre los daños al ecosistema se incluyen los siguientes: l La destrucción de bosques tropicales para dar lugar a una mayor producción de palma aceitera. l El vertido de aguas residuales en refinerías de aceite de palma que matan la fauna y flora acuática. l El desplazamiento de pueblos indígenas y agricultores de subsistencia. l La pérdida del hábitat y la posterior pérdida de la flora y fauna, con un efecto especialmente perjudicial para la población mundial de orangutanes. l La quema y desagüe de grandes extensiones de turberas, que actúan como un importante mecanismo de absorción de CO2. Las organizaciones activistas han apuntado a ciertas corporaciones, tanto productoras como compradoras, por su participación directa o indirecta en estas prácticas. Las campañas de marketing social han demostrado ser muy eficaces al propiciar la modificación en las conductas empresariales de adquisición y abastecimiento. Uno de los mejores ejemplos de ello es el video viral sobre Kit Kat de Greenpeace, donde se pide a Nestlé que deje de comprar aceite de palma proveniente de la destrucción de bosques. Como resultado de esta campaña, Nestlé interrumpió de inmediato sus compras a Sinar Mas (la empresa productora de pulpa y aceite de palma más grande de Indonesia, a quien Greenpeace denuncia abiertamente por destruir los bosques para ampliar las plantaciones de palma). Nestlé también se conectó con The Forest Trust (una organización benéfica que busca impedir la tala ilegal haciendo un seguimiento de los productos para el consumo desde su origen), quien ayudará a esta compañía a formular directrices para la adquisición de aceite

Si bien el impacto social y ambiental de la producción de aceite de palma ha sido duramente criticado por una serie de interesados, aún se pueden evitar las predicciones negativas y pesimistas con la implementación de prácticas de sostenibilidad actualmente en curso, mediante el esfuerzo mancomunado de los sectores con y sin fines de lucro. Garantizar el acceso a la información es un componente clave del cambio para muchas organizaciones que intentan redireccionar la conducta empresarial. En 2009, por ejemplo, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) creó la Ficha de evaluación de los compradores de aceite de palma, básicamente, para exponer a muchos compradores de aceite a gran escala que han afirmado utilizar métodos de adquisición ecológicos, pero que no han cumplido con sus propias normas. Son muchas las corporaciones que han modificado la producción y adquisición de aceite de palma para atender a los reclamos de los grupos activistas y a las inquietudes del consumidor. Por ejemplo, como parte de la iniciativa Hello Green Tomorrow (Hola Mañana Verde) de Avon, la compañía anunció la Promesa del aceite de palma, un compromiso mundial de toda la empresa, que la compromete a abastecer el 100% de su demanda con aceite de palma cuya producción sostenible esté certificada. En los últimos años, han aflorado otras opciones motivadas por la sostenibilidad, y los participantes de la industria a gran escala están comenzando a poner en práctica las normas establecidas por estas organizaciones. La Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO), grupo que lidera este movimiento, ha trabajado de forma mancomunada para crear un conjunto de normas mundiales que guíen a la industria de este producto hacia la sostenibilidad. En la actualidad, la RSPO posee más de 400 miembros, entre los que se incluyen ONG, inversores, productores de aceite de palma y grandes corporaciones como Unilever Global, Gognis y IOI. Si bien la RSPO es la mayor organización que ayuda a la industria del aceite de palma a alcanzar la sostenibilidad, también es una organización que se basa, en gran parte, en normas voluntarias. Por ello, no es de sorprender que numerosas organizaciones activistas hayan acusado a la RSPO de “maquillarse de verde”, y hayan identificado lo que perciben como grandes lagunas en los principios y criterios que fijan las normas de este organismo. Por ejemplo:


l La organización Amigos de la Tierra ha acusado a la RSPO de ser una herramienta limitada de tecnicismos, incapaz de abordar de forma adecuada los terribles efectos del cultivo de palma aceitera sobre los bosques, la tierra y las comunidades. l Greenpeace es partidaria, pero también crítica de la RSPO, y ha advertido sobre la deforestación continua por parte de empresas que integran este organismo. l La organización Rainforest Action Network (Red de Acción por los Bosques Tropicales) también apoya algunas campañas de la RSPO, pero ha expresado un gran descontento con ciertos procesos de esta. Si bien la creación y el debate sobre las normas es un aspecto de la cuestión, otro muy distinto es la implementación de ellas. Para abordar este aspecto, se ha iniciado el programa de comercio certificado GreenPalm, diseñado para garantizar la producción sostenible del aceite de palma. GreenPalm actúa como “mediador”, ayudando a los compradores de aceite de palma a adquirir créditos de certificación para “compensar” sus adquisiciones, sobre todo debido al hecho de que acceder directamente a un proveedor aislado de aceite de palma producido de forma sostenible suele ser sumamente difícil. Cada crédito adquirido representa una prima que se paga a productores sostenibles por una tonelada de aceite de palma, y contribuye a asegurar y a reforzar la sostenibilidad de la cadena de suministro. Si bien estos sistemas están lejos de ser perfectos, son herramientas en constante cambio que ayudan a dirigir el aceite de palma hacia una producción más sostenible, y se espera que sigan evolucionando hacia normas sostenibles, viables y genuinas que contemplen desde el cultivo hasta la adquisición.

Un trabajador pulveriza una plantación de palma aceitera con herbicida paraquat en las afueras de Kuala Lumpur. El paraquat está prohibido en la Unión Europea; aun así, millones de trabajadores rurales de toda Asia utilizan este agroquímico para eliminar la maleza y, como resultado, corren un grave riesgo para su salud.

Photo: Zainal Abd Halim/Reuters

¿Hacia dónde nos dirigimos? El aumento en la demanda y el consumo, junto con la escasez de tierras agrícolas disponibles debido a la competencia con otros cultivos y a la disputa entre los interesados, implicarán un mayor desafío en la producción futura del aceite de palma. Sin miras a que la demanda creciente de este producto se detenga en el corto plazo, resta por ver si la industria en este sector será capaz de mantener los niveles de producción actuales cuando las medidas de sostenibilidad se apliquen sin excepción, lo cual genera inquietudes para quienes hayan hecho una gran inversión. Educar al consumidor y a la industria, sin dejar pasar la oportunidad de participar en todos los niveles, son factores que adquirirán un gran protagonismo en la medida en que la producción continúe indefectiblemente, con o sin sostenibilidad. l Reimpreso con el permiso de 2degrees – The Global Community for Sustainable Business.

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Entrevista

VANDANA SHIVA Navdanya es un movimiento que tuvo origen en 1987, y aquí en la granja de la organización (en Uttaranchal, en el norte de India), lo primero que hacemos es guardar las semillas. Conservamos más de 1500 variedades. También vienen los agricultores en busca de ellas. Además, es una granja orgánica, y estoy feliz porque cuando comenzamos era un “desierto” de eucaliptos. Debido a que practicamos la agricultura orgánica, ahora tenemos suelos vivos, Los sistemas ecológicos los polinizadores han regresado y las mariposas se biodiversos pueden mantienen ocupadas. Se ha producir entre cinco y doce convertido en un refugio para la biodiversidad. Lo tercero veces más alimentos por que hacemos es generar hectárea que los conocimiento, tanto en monocultivos industriales. términos de capacitación como de investigación. Nuestros estudios indican que los sistemas ecológicos biodiversos pueden producir entre dos y cinco veces más alimentos por hectárea que los monocultivos industriales. Las prácticas de esta granja han enterrado la mentira de la agricultura industrial y de la ingeniería genética. La semilla nos enseña la renovación, la generosidad, la multiplicidad y la diversidad.

“Tenemos que salvar las semillas”. Estamos frente a una emergencia mundial, dado que las semillas han sido apropiadas y colonizadas. Las corporaciones han declarado que las semillas son su propiedad intelectual, y la única manera en que puedan obtener esta propiedad es modificando y mutilando las semillas a través de la ingeniería genética. De modo que tenemos una doble amenaza: la amenaza de la ingeniería genética y la amenaza del patentado de semillas. Ya hemos visto los efectos de esta combinación en el sector del algodón. India es la tierra del algodón. Solíamos cultivar unas 1500 variedades. Esta es la tierra donde Gandhi hiló la libertad a través del algodón… La semilla es la rueca de hoy en día, pero se encuentra bajo amenaza, porque todo el algodón que podemos hilar actualmente es el algodón Bt diseñado genéticamente, bajo el control de una sola compañía que es Monsanto. Es por ello que si no salvamos las semillas, toda la biodiversidad desaparecerá para siempre y con ella la memoria oculta en cada semilla: la memoria ecológica y la memoria

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cultural. Y con esto desaparecerá Tenemos que defender también el medio de subsistencia de los agricultores. El dominio del la libertad. Es por ello algodón Bt ha empujado a estos a un que tenemos que endeudamiento de tal magnitud salvar las semillas. que los está llevando al suicidio. Hemos tenido 250 000 suicidios en la última década en India. Vemos que esto no ocurre con los productores de maíz, tomate, cebolla y arroz. Solo hemos tenido esta experiencia con un solo cultivo, el algodón, y hemos visto lo que puede suceder. Devasta la naturaleza. Devasta a los agricultores. Devasta la agricultura. Tenemos que defender la vida. Es por ello que tenemos que salvar las semillas. Tenemos que defender la libertad. Es por ello que tenemos que salvar las semillas.

Trabajar con la naturaleza La agricultura ecológica, la agricultura orgánica, implica trabajar con la naturaleza, y esto significa que primero hay que protegerla. No luchamos contra la naturaleza; la agricultura industrial es producto de la guerra y la perpetúa contra la naturaleza y el planeta. En segundo lugar, beneficia a los agricultores. Una agricultura basada en la guerra vende productos químicos bélicos a los agricultores, les vende semillas patentadas y genéticamente modificadas. Los agricultores incurren en deudas y No es necesario terminan abandonando las tierras para comprar nada en el convertirse en refugiados o migrantes, o bien, acaban con sus vidas. Una mercado. La Tierra agricultura ecológica trabaja con los dice amablemente: insumos internos que provee la granja, los que provee la Tierra. La fertilidad del “Tomen todo lo que suelo proviene de los cultivos que genera les ofrezco”. la Tierra y el control de plagas surge de la diversidad que posee el planeta. No es necesario comprar nada en el mercado. La Tierra dice amablemente: “Tomen todo lo que les ofrezco”. En tercer lugar, es beneficioso para las personas que consumen, porque cuando se producen alimentos de manera natural, estos resultan saludables, deliciosos, variados, nutritivos...

Ingeniería genética Analicemos la ciencia de los cultivos genéticamente modificados. La ingeniería genética solo se limita a transferir


Photo: Elena Tubaro

VANDANA SHIVA es filósofa, científica, activista ambiental y ecofeminista. Es la fundadora de Navdanya, una organización no gubernamental de India que promueve la conservación de la biodiversidad, la agricultura orgánica, los derechos de los agricultores y el proceso de conservación de las semillas. En 1993, fue reconocida dentro de la Lista de Honor Global 500 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), por su destacada labor medioambiental. Es autora de muchos libros, el último de los cuales, Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo, se publicó en 2010.

“ABRAZAR LA VIDA” un único gen con una sola propiedad. Los únicos genes que resistente). En el caso de la Los cultivos poseen una sola propiedad son los genes tóxicos que producen toxina Bt en India, el gusano es genéticamente toxinas. Todos los demás genes que poseen propiedades resistente, y Monsanto ahora positivas (rendimiento, resistencia a la sequía y a las vende el Bollward II. Han modificados, que se inundaciones) o tienen que ver con el color, el sabor y el gusto, surgido nuevas plagas en todos crearon como una son genes múltiples. No se pueden transferir genes múltiples lados y los agricultores gastan alternativa a los mediante la ingeniería genética. Es una herramienta cada vez más en plaguicidas. sumamente rudimentaria. Es como un arma de fuego: lo único Los cultivos genéticamente productos químicos, que puedes hacer es disparar. Con un “arma genética”, lo único modificados, que se crearon que puedes hacer es disparar a un gen con un solo rasgo. La como una alternativa a los han aumentado el vida es muy compleja. No se puede matar la capacidad productos químicos, han uso de estos. compleja de autoorganizarse que tiene la vida. Podemos aumentado el uso de estos, lo amarla, conservarla, ser conscientes de ella, pero no podemos que resulta “maravilloso” para el sector, ya que la industria matarla. Es una tecnología burda y primitiva. biotecnológica es la industria de los agroquímicos. La gente Hemos desenmascarado la promesa de que la ingeniería debe reconocer esto para saber que no se trata de una genética produciría más alimentos, una promesa alternativa. La alternativa es la agricultura ecológica. técnicamente falaz desde el principio. En India, decían que el Alimentar a las ciudades algodón diseñado En India, decían que el Lo primero que hay para decir sobre estas proyecciones en genéticamente podía torno al crecimiento de la población urbana en el mundo es rendir aproximadamente algodón diseñado son muy patriarcales. Provienen de una mente 3750 kg por hectárea. Pero genéticamente podía rendir luego de mentir a los que sumamente controladora, patriarcal y manipuladora. aproximadamente 3750 kg agricultores y empujarlos Provienen de un Banco Mundial que dice: “Expulsemos a los agricultores del campo”, con el argumento de que “son al suicidio, la compañía por hectárea… solo rinde demasiados”. ¡Los agricultores nunca son demasiados! Un tuvo que admitir que solo unos 1250 kg por hectárea. rendía unos 1250 kg por agricultor con una hectárea no le está quitando nada a nadie. El problema es la persona que se apropia de la tierra. La huella hectárea. ¡Nuestras ¡Nuestras variedades ecológica es la huella de la industria, de la globalización. variedades superan este superan este rendimiento! rendimiento! Acabamos La realidad es que necesitamos más personas en el campo, y mi trabajo gira en torno a una visión donde no tengamos el de distribuir variedades tradicionales de algodón a 70% por ciento de la población mundial viviendo en la ciudad. productores de la “región suicida” y estos han logrado un Pero independientemente de las cifras, cada ciudad debe mayor rendimiento. No practican el monocultivo. tener su propia “cuenca alimentaria”. Los alimentos deben Las únicas dos aplicaciones que se han difundido en el formar parte de la planificación urbana. Según su tamaño, las mundo, debido a su tecnología primitiva, son los cultivos ciudades no solo deben tener áreas circundantes que provean resistentes a herbicidas y los cultivos con toxina Bt. Uno tiene los alimentos de acuerdo con la cultura, el clima y las un gen tóxico para tolerar las altas dosis de los propios estaciones, de modo que cada ciudad pueda abastecerse con herbicidas de la compañía, y el otro tiene un gen tóxico que sistemas alimentarios localizados, sino que también deben genera un plaguicida dentro de la planta. Uno está destinado a existir huertas urbanas en el interior de las controlar la maleza y el otro a controlar las plagas. ciudades. Uno ha generado “supermalezas” (tan grave es el Cada ciudad l Entrevista realizada por Bhavani Prakash, daño que en Estados Unidos hay millones de debe tener su activista ambiental con sede en Singapur y hectáreas devastadas y Monsanto soborna a los fundadora de www.ecowalkthetalk.com, un sitio agricultores para que compren más herbicidas propia “cuenca web sobre el medio ambiente centrado en Asia. letales para combatir la “maleza Roundup” súper alimentaria”.

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INFORME DE POLÍTICA

Crisis alimentaria: se buscan arquitectos Por OLIVIER DE SCHUTTER, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, publicó recientemente las medidas que debe adoptar el G-20 como preparación para hacer frente a la crisis alimentaria en la actualidad y en el futuro. Si bien tienen buena acogida, estas medidas solo buscan contrarrestar los síntomas de las debilidades en el sistema alimentario mundial, sin abordar las causas fundamentales que subyacen a las crisis. Pueden atenuar las consecuencias de los precios altos, pero no son suficientes para evitar la recurrencia de los impactos. Esto se podría lograr si el G-20 trabajara en torno a ocho prioridades. El G-20 debe apoyar la capacidad de los países para autoabastecerse. Desde principios de la década de 1990, el costo alimentario de muchos países pobres se ha incrementado cinco o seis veces, no solo por el crecimiento poblacional, sino también por el énfasis puesto en la agricultura impulsada por las exportaciones. La ausencia de inversión en las prácticas agrícolas destinadas a abastecer las comunidades locales puso a estos países en una situación vulnerable frente a las crisis en los precios internacionales y a la volatilidad en las tasas de cambio. Mozambique, por ejemplo, importa el 60% del trigo que consume, y Egipto, el 50% de los insumos alimentarios. La suba en los precios tiene un efecto directo en la capacidad de estos países para autoabastecerse a un precio razonable. Esta tendencia debe revertirse, permitiendo que los países en desarrollo den apoyo a sus agricultores y, allí donde el abastecimiento interno sea suficiente, protegiéndolos contra la competencia desleal de los productores extranjeros. Se deben crear reservas de alimentos, no

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solo con fines humanitarios en zonas de escasa infraestructura proclives a desastres naturales, sino como un medio para apuntalar los ingresos estables de los productores agrícolas y garantizar alimentos asequibles para la población pobre. Si se administran de forma transparente y participativa, y si los países aúnan sus esfuerzos a nivel regional, las reservas de alimentos pueden ser una vía eficaz para aumentar la injerencia de los vendedores en el mercado, contrarrestar la especulación de los intermediarios y limitar finalmente la volatilidad en los precios. Se debe poner límites a la especulación

“Si crearan cooperativas, podrían ascender en la cadena de valor y participar en el procesamiento, embalaje y comercialización de sus productos. Podrían mejorar su posición negociadora, tanto en la adquisición de insumos como en la venta de los cultivos.”

financiera. Aunque no sea causa de la volatilidad en los precios, la especulación con los derivados de productos alimentarios básicos la intensifica de forma considerable. Esta especulación fue posible gracias a la gran desregulación que tuvo lugar en los mercados de derivados de estos productos a partir de 2000, y que ahora debe revertirse. Las principales economías deben velar para que estos derivados se restrinjan, en la mayor medida de lo posible, a inversores informados y con experiencia que negocien según sus expectativas en torno a los principios del mercado y no solo, o exclusivamente, para obtener ganancias especulativas en el corto plazo. El temor de muchos países en desarrollo con falta de liquidez es que, una vez implementadas, las redes de seguridad social se vuelvan insostenibles en términos fiscales, debido a una pérdida repentina de los ingresos por exportaciones, malas cosechas o fuertes aumentos en los precios de los alimentos que importan. La comunidad internacional podría ayudar a superar esta reticencia, creando un mecanismo de reaseguro mundial. Si los países que adquieren el seguro pagaran una parte de las primas y el resto fuera igualado por contribuciones de donantes, los primeros gozarían de un fuerte estímulo para implementar programas sólidos de protección social. Las organizaciones de agricultores necesitan apoyo. Una de las principales razones por las que la mayoría de las personas con hambre están entre las que dependen de la agricultura a pequeña escala es la falta de organización. Si crearan cooperativas, podrían ascender en la cadena de valor y participar en el procesamiento, embalaje y comercialización de sus productos. Podrían mejorar su posición negociadora, tanto en la adquisición de insumos como en la venta de los cultivos. Finalmente, podrían convertirse en un caudal electoral importante y tener injerencia en las decisiones que se tomen sobre ellos. Debemos proteger el acceso a la tierra. Cada año, una superficie mayor a las tierras cultivables de Francia es cedida a Gobiernos o inversores extranjeros. Esta apropiación de la tierra, que se da principalmente en África subsahariana, constituye una de las más


grandes amenazas a la seguridad alimentaria del futuro para las poblaciones afectadas. Todas las ganancias que se generen en la producción agrícola derivada de estas inversiones beneficiarán a los mercados extranjeros, y no a las comunidades locales. El G-20 podría declarar una moratoria en estas inversiones a gran escala hasta que se llegue a un acuerdo sobre reglas básicas adecuadas. Se debe completar la transición hacia una agricultura sostenible. Una de las principales causas de la volatilidad en los precios de los mercados agrícolas son los acontecimientos de carácter climático. Se prevé que en el futuro, el cambio climático aumentará las crisis en el abastecimiento. Y uno de los principales culpables de este fenómeno es la agricultura, responsable del 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero (si tenemos en cuenta la deforestación para cultivos y pasturas). Necesitamos sistemas agrícolas que sean más resistentes al cambio climático y que contribuyan a mitigar sus efectos. La agroecología muestra las soluciones, pero hace falta un fuerte apoyo de los Gobiernos para ampliar la escala de las buenas prácticas existentes. Por último, debemos defender el derecho humano a la alimentación. Las personas padecen hambre, no por la producción escasa de alimentos, sino porque sus derechos se avasallan con impunidad. Las víctimas del hambre deben tener acceso al resarcimiento cuando las autoridades no toman medidas efectivas contra la inseguridad alimentaria. Los Gobiernos deben garantizar un salario digno, una atención médica adecuada y condiciones de seguridad para los 450 millones de trabajadores agrícolas de todo el mundo, aplicando los convenios sobre derechos laborales en las zonas rurales, bajo la supervisión de organismos independientes. El hambre es un problema político y no meramente técnico. Es obvio que necesitamos el mercado, pero también una visión de futuro que trascienda las soluciones a corto plazo. El sistema alimentario mundial siempre necesitará “bomberos” que combatan incendios. Pero lo que necesitamos con más urgencia son arquitectos que diseñen un sistema más resistente al fuego. n

Photo: Marian Steinbach

INFORME DE POLÍTICA

Embalaje: la clave para más alimentos y desarrollo económico Por KENNETH MARSH, presidente de Kenneth S. Marsh & Associates, Ltd., una firma de consultoría para la industria alimenticia, farmacéutica y de embalaje. Todas las naciones que integran la ONU han prometido reducir el hambre mundial en un 50% para el año 2015 como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). La mayoría de los esfuerzos para reducir el hambre giran alrededor de la producción

agrícola, de producir más alimentos. Esto es muy importante, pero no tiene en cuenta las pérdidas del 20% al 60% en la producción mundial de alimentos que se sufren anualmente entre la cosecha y el consumo final en la cadena alimenticia. Estas pérdidas poscosecha son enormes y representan la oportunidad y la necesidad de mejorar el embalaje. Los alimentos se pierden por exceso de maduración, almacenamiento deficiente ‰

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INFORME DE POLÍTICA

‰ en la granja y en los niveles de distribución, durante el transporte de la granja al mercado, por aplastamiento, magulladuras, oxidación, transferencia de agua y ataque de roedores, aves, insectos y microorganismos. Los factores culturales y las exigencias legales también tienen un rol importante en las pérdidas de alimentos poscosecha. A causa de estas exigencias, los establecimientos de comida arrojan a la basura alimentos en perfecto estado todos los días. Las pérdidas de alimentos se producen en todos los países. Las compañías multinacionales sofisticadas podrán decir que no tienen pérdidas. Pero en la realidad, sufren pérdidas significativas que ni siquiera quedan asentadas en sus libros contables. Por ejemplo, un factor de merma estándar en el envío permite a las empresas ajustar el precio de los productos para compensar las pérdidas eventuales. Las pérdidas que no superan entre un cuarto y un medio el porcentaje de merma por transferencia se consideran nulas. Esto parece no tener importancia, pero es un factor que suma. Por ejemplo, con un factor de merma de medio porcentaje por transferencia, ocho transferencias hechas en un envío generarían una pérdida del 4% sin que sea reconocida. En un millón de fanegas de maíz, esto implicaría 40 000 fanegas que se “evaporan” de los registros contables. Considerando el precio actual del maíz en USD5 por fanega en los Estados Unidos, esto ascendería a una pérdida de USD200 000 en los ingresos. Pero nadie podría saber cuánto grano se pierde realmente, porque en los registros contables oficiales esta pérdida se registra en cero. En general, tanto los países desarrollados como en desarrollo disponen de materiales y máquinas de embalaje. No obstante, los países en desarrollo tienden a sufrir un mayor nivel de pérdidas poscosecha y suelen subestimar el potencial del embalaje para reducirlas. Un estudio realizado en Sri Lanka, por ejemplo, demostró que las cajas de plástico plegables pueden reducir en un 20% los daños por aplastamiento y magulladura de los productos frescos, pero aun así estos suelen ser transportados en bolsas de yute porque son mucho más baratas. El embalaje es considerado un gasto y no una oportunidad.

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El embalaje también ofrece oportunidades para fomentar el comercio internacional. Es la “presentación” del embalaje lo que vende el producto la primera vez. Los productos de muy alta calidad que son conocidos en su país de origen suelen fracasar en la exportación, porque se elige el embalaje de menor costo para proteger el producto y este carece del valor de presentación adecuado para los nuevos mercados que no conocen el producto. Estas situaciones se manifiestan tanto en los países desarrollados como aquellos en desarrollo. Los productos alimenticios recuperados a través de un mejor embalaje pueden utilizarse para reducir el hambre y también como insumos para productos con valor agregado. Un funcionario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) creó un programa de desarrollo económico a través del procesamiento de alimentos a nivel de comunidades. La idea era producir productos alimenticios envasados con valor

agregado a partir de los alimentos recuperados con un período de caducidad limitada. Los plátanos maduros, por ejemplo, duran unos pocos días, pero los chips de plátano frito envasados duran meses e imponen precios más altos. El programa de procesamiento de alimentos a nivel de comunidades ya ha impulsado el desarrollo económico en cuatro países del Sudeste Asiático, lo que ha generado más alimentos y una mayor seguridad económica para adquirirlos. Nada de esto sería posible sin el embalaje. Es momento de reconocer las tecnologías de embalaje y poscosecha por su contribución conjunta a la reducción del hambre y su rol equivalente a los esfuerzos más tradicionales para fomentar la producción agrícola. n

La versión original de este artículo se publicó por primera vez en el boletín informativo de la World Packaging Organization, en diciembre de 2010. Se ha reimpreso con el permiso de su autor y de la World Packaging Organization.

Biocombustibles: cuestiones éticas y políticas Por la Dra. ALENA BUYX, directora adjunta del Consejo Nuffield sobre Bioética que acaba de publicar el informe Biofuels: ethical issues (Biocombustibles: cuestiones éticas). El desarrollo de los biocombustibles ha sido impulsado por tres problemas clave a nivel mundial: el mantenimiento de la seguridad energética, el desarrollo económico y la mitigación del cambio climático. El manifiesto potencial de los biocombustibles para hacer frente a estos tres problemas los ha convertido en una opción atractiva para los responsables de tomar las decisiones, y se han implementado una serie de mecanismos políticos que fomentan su uso y desarrollo. Un ejemplo de ello es la Directiva de energías renovables 2009 de la Unión

Europea, la que establece que los biocombustibles deben representar el 10% del combustible de transporte para 2020, un objetivo que Europa parece estar en camino de lograr. No obstante, muchos han criticado los actuales métodos de producción de los biocombustibles por sus efectos en el medio ambiente, en la seguridad alimentaria y los precios, y en los derechos de los trabajadores y las comunidades. Por ejemplo, la conversión de los bosques en plantaciones de palma aceitera en Malasia ha planteado inquietudes sobre el impacto en la biodiversidad de la región, y la apropiación de tierras por parte de los productores de aceite puede estar expulsando a las comunidades indígenas.


Por consiguiente, un desafío clave es asegurar que las decisiones políticas en torno a los biocombustibles se tomen con pleno conocimiento de sus implicaciones éticas. A partir de valores morales como los derechos humanos, la solidaridad, la sostenibilidad, la administración y la justicia, el Consejo Nuffield sobre Bioética ha establecido cinco principios éticos que los responsables de tomar las decisiones deberían seguir para evaluar las tecnologías de biocombustibles y guiar el desarrollo de políticas. 1) El desarrollo de los biocombustibles no debe hacerse a costa de los derechos esenciales de las personas (esto incluye acceso al agua y a los alimentos suficientes, derechos a la salud, derechos al trabajo y derechos a la tierra). 2) Los biocombustibles deben ser sostenibles para el medio ambiente. 3) Los biocombustibles deben contribuir a una reducción neta en el total de emisiones de gases de efecto invernadero, y no exacerbar el cambio climático mundial. 4) Los biocombustibles deben desarrollarse de acuerdo con principios de comercio equitativo y reconocer los derechos de las personas a una justa recompensa (esto incluye derechos laborales y derechos de propiedad intelectual). 5) Los costos y beneficios de los biocombustibles deben distribuirse de manera equitativa. Para poner en práctica estos principios, el Consejo propone que los objetivos de nacionales y europeos en torno a los biocombustibles sean reemplazados por una estrategia más sofisticada basada en objetivos que tenga en cuenta las consecuencias generales de la producción de estos. Esta estrategia debe incorporar una norma ética general para todos los biocombustibles que se desarrollen e importen en la Unión Europea, aplicada mediante un esquema de certificación. En un escenario ideal, los principios también deberían formar parte de políticas internacionales de mayor alcance en cuestiones como la mitigación del cambio climático, la sostenibilidad ambiental, el uso de la tierra y los derechos humanos. El informe del Consejo incluye un sexto principio ético:

Photo: Istock

INFORME DE POLÍTICA

6) Si se respetan los primeros cinco principios y si los biocombustibles pueden desempeñar un rol crucial para mitigar los efectos peligrosos del cambio climático, dependiendo de ciertos aspectos fundamentales, el desarrollo de biocombustibles es una obligación. El desarrollo de biocombustibles nuevos es un área de investigación en rápido crecimiento, que se centra en el uso de materias primas de la biomasa que se puedan producir sin dañar el medio ambiente, que compitan mínimamente con la producción de alimentos, que requieran un mínimo de recursos como el agua y la tierra, que se puedan procesar de forma eficiente para producir biocombustibles líquidos de alta calidad, y que puedan suministrar cantidades suficientes. Dos de los principales métodos de desarrollo son los biocombustibles hechos a partir de las partes no comestibles de los cultivos (denominados biocombustibles lignocelulósicos) y los obtenidos de las

algas. No obstante, para la mayoría de los nuevos tipos de biocombustibles, la producción a escala comercial está a años de distancia. En parte, esto se debe a la gran diferencia entre los objetivos ambiciosos y las correspondientes sanciones que se aplican para los biocombustibles actuales, y a la escasez de incentivos para el desarrollo de nuevas variedades. Por consiguiente, los Gobiernos deberían hacer más para respaldar la investigación, tal como alentar a los patrocinadores para que desarrollen e implementen políticas que incentiven de forma directa la investigación y el desarrollo de biocombustibles con tecnologías nuevas y emergentes. Estos deberán demandar un menor uso de la tierra y otros recursos, evitar los daños sociales y al medio ambiente en la producción, y permitir una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero. n

El informe Biofuels: ethical issues se puede leer en línea en: www.nuffieldbioethics.org/biofuels.

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ARTÍCULO DE CIERRE

El “nuevo club de la miseria” El siguiente ejemplar tratará sobre los desafíos de la gobernabilidad en la era de la globalización. Preparando el escenario para este tema, ANDY SUMNER del Institute of Development Studies describe algunas de las consecuencias políticas que se derivan tras descubrirse que la mayoría de la población pobre del mundo vive en países de ingresos medios. El conocimiento popular sobre la pobreza mundial se basa en la falsa premisa de que todas las personas pobres viven en países de bajos recursos. En realidad, existe un nuevo club de la miseria (960 millones de pobres o 72% de la población pobre del mundo) que no vive en países de bajos recursos sino en países de ingresos medios (PIM). Solo un cuarto de la población pobre del mundo vive en el resto de los países de bajos ingresos (PBI), en su mayoría pertenecientes a África subsahariana. Esto indica un cambio rotundo con respecto a dos décadas atrás, cuando el 93% de los pobres vivía en países de bajos ingresos. No es que los pobres hayan migrado, por supuesto, sino que los países donde vive gran parte de la población pobre se han enriquecido en términos per cápita, y se han

recategorizado. El crecimiento ha hecho que los países de bajos ingresos pasen a ubicarse entre los de ingresos medios según las categorías del Banco Mundial, y esto ha derivado en un nuevo club de la miseria. China e India suman en conjunto casi la mitad de la población pobre del planeta. No obstante, la razón no es solamente que estos países hayan subido a la categoría de PIM. Si excluyéramos a estos dos países, la proporción de pobres en los PIM del mundo se ha triplicado igualmente (esta franja incluye otros países como Nigeria, Pakistán e Indonesia, pero también algunas sorpresas como Sudán, Angola y Camerún). ¿Cómo calculamos esto? Tomamos los datos de pobreza y población de los indicadores de desarrollo del Banco Mundial correspondientes a los períodos 1988-1990 y 2007-2008, y estimamos la cantidad de millones de personas pobres de cada país del que se tiene información. Estas estimaciones de los millones de personas pobres quedan ocultas en los porcentajes de pobreza que se suelen emplear en las evaluaciones de ODM. Como lo observó el Banco Mundial en la última estimación sistemática realizada por Chen y

Ravallion (2008), la población pobre de África e India supera a la de 1990, pero como porcentaje poblacional, la pobreza se ha reducido. ¿Por qué recién lo “descubrimos”? Los datos suelen corresponder a 2 o 4 años atrás, y muchos de estos países se han recategorizado en los últimos cinco años o más.

Un nuevo enfoque sobre la pobreza relativa deberá determinar las prioridades de la ayuda. Las políticas de desarrollo tendrán que contemplar a la población pobre y no solo a los países pobres. Tenemos que indagar qué función cumple la ayuda en los PBI o PIM. Necesitamos un nuevo compromiso claro para reducir la pobreza relativa y con ello la desigualdad, y al hacer esto, desarrollar un conjunto más amplio de instrumentos que catalicen la ayuda. Estos deberían fomentar la emancipación de la ayuda, la miseria y la inseguridad mediante un nuevo enfoque sobre la pobreza relativa, y respaldar la ampliación de las clases medias contribuyentes. Esto contribuiría a la creación de un sistema fiscal interno, y a mejorar la gobernabilidad y la rendición de cuentas.

Los más pobres del mundo (1275 millones de personas que ganan menos de USD1,25 al día) Dos tercios de esta población viven en cinco países populosos de ingresos medios: India, China, Nigeria, Indonesia y Pakistan

India (456 millones) China (208 millones) Nigeria (88,6 millones) Indonesia (66 millones) Pakistan (35 millones)

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ARTÍCULO DE CIERRE

MakingIt Industry for Development

FURTHER READING

Adecuar la ayuda a los PBI y PIM para abordar la pobreza en todo lugar Es posible que la pobreza se esté transformando cada vez más en un problema de distribución nacional y no internacional, y asigne eventualmente más importancia a la gobernabilidad y a las políticas fiscales y redistributivas internas que a la asistencia oficial al desarrollo (AOD). Pero esto no significa que debamos dejar de ayudar a los “países pobres”. En su lugar, los donantes tendrán que hacer una mayor diferenciación. El impacto de la crisis posfinanciera en el gasto y el ingreso público implica que los PBI de todo el mundo necesitan los recursos de la ayuda más nunca. Si bien algunos PIM pueden asistir a su propia población pobre, otros países no. Algunos acaban de superar apenas el umbral, y quitarles la asistencia de forma abrupta podría enviarlos de regreso a su situación anterior. Aun cuando los recursos nacionales parezcan ser más importantes, la voluntad política puede resultar ambivalente. Por ello, en los PIM, la estrategia de los donantes debe abarcar un conjunto más amplio de instrumentos de ayuda que trascienda los recursos, y se centre en aspectos tales como el comercio, la migración y el cambio climático.

Un mecanismo para compartir la responsabilidad financiera entre los países más ricos y más pobres La comunidad donante tendrá que elegir cómo responder a este “nuevo club de la miseria”. Las estrategias de lucha contra la pobreza y el esfuerzo mundial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se centrarán cada vez más en resolver la desigualdad en los PIM y abordar la carencia total de recursos en los países más pobres. Necesitamos un enfoque dirigido a la población pobre, donde sea que esta se encuentre, centrado en nuevas asociaciones entre los Gobiernos que se basen en la responsabilidad compartida frente a dicha población (como la responsabilidad de proteger, conocida como R2P en situaciones humanitarias), y no en una visión simplificada de donantes y receptores a nivel mundial. Esto podría adoptar la forma de un compromiso para proveer un nivel mínimo de ingreso,

atención médica y educación a los ciudadanos, con la responsabilidad financiera compartida entre los países pobres y ricos a una escala variable, que dependa de la riqueza del país donde vivan los grupos menos privilegiados. No obstante, los nuevos PIM podrían no desear la asistencia al desarrollo que se da tradicionalmente. Para los donantes, esto implicaría abandonar este tipo de ayuda por un apoyo más amplio a instrumentos que beneficien solo de forma indirecta a la población pobre de estos países.

Conclusión Según el Banco Mundial, habrá casi mil millones de personas pobres en 2015, aun cuando se logren los ODM. La mayoría de estas personas vivirán en los PIM y constituirán la población más pobre o la “más difícil de alcanzar”, según lo observado por UNICEF. Mientras se abre el debate acerca de un marco pos-ODM con miras a la cumbre de alto nivel de la ONU en 2013, será necesario adoptar nuevos enfoques. Todo acuerdo mundial al que se arribe deberá prestar atención a la naturaleza cambiante de la pobreza en el mundo, y a los problemas “difíciles” de resolver como el cambio climático y la adaptación, la demografía y la urbanización. En el período que resta hasta 2015, el “nuevo club de la miseria” impone una nueva serie de desafíos para los responsables de tomar las decisiones, que difieren de los que antecedieron al año 2000 y a la adopción de la Declaración del Milenio. n

Berners-Lee, Mike – How Bad Are Bananas? The carbon footprint of everything Cribb, Julian- The Coming Famine: The Global Food Crisis and What We Can Do to Avoid It George, Susan – Whose Crisis? Whose Future? Humes, Edward – Force of Nature: The Unlikely Story of Wal-Mart’s Green Revolution Jackson, Tim – Prosperity without Growth: Economics for a Finite Planet Lawrence, Geoffrey, Lyons, Kristen and Wallington, Tabatha (eds) – Food Security, Nutrition and Sustainability Lovins, Hunter and Cohen, Boyd – Climate Capitalism Nadal, Alejandro – Rethinking Macroeconomics for Sustainability Rosillo-Calle, Frank, and Johnson, Francis (eds) – Food versus Fuel. An Informed Introduction to Biofuels Smith, Rick and Lourie, Bruce – Slow Death by Rubber Duck: The Secret Danger of Everyday Things Szirmai, Adam, Naudé, Wim and Goedhuys, Micheline (eds) – Entrepreneurship, Innovation, and Economic Development Yumkella, Kandeh, Kormawa, Patrick, Roepstorff, Torben and Hawkins, Anthony (eds) – Agribusiness for Africa’s Prosperity

FURTHER SURFING www.barefootcollege.org – The Barefoot College is a non-government organization providing basic services and solutions to problems in rural communities, with the objective of making them self-sufficient and sustainable. www.berggruen.org – The Nicolas Berggruen Institute is an independent think tank and consultancy engaged in the comparative study and design of systems of governance suited to the new and complex challenges of the 21st century. www.globalpolicyjournal.com – Global Policy is an innovative and interdisciplinary journal. www.grist.org – Grist – environmental news and commentary with a wry twist. www.ifad.org – The International Fund for Agricultural Development (IFAD), a specialized agency of the United Nations, is dedicated to eradicating rural poverty in developing countries. www.nestle.com/CSV – Creating Shared Value is Nestlé’s way of doing business based on sustainability. www.oaklandinstitute.org – The Oakland Institute is a policy think tank whose mission is to increase public participation and promote fair debate on critical social, economic and environmental issues in both national and international forums. www.thebreakthrough.org – The Breakthrough Institute is a paradigm-shifting think tank committed to modernizing liberal thought for the 21st century. www.triplepundit.com – Triple Pundit is a new-media company for the business community that cultivates awareness and understanding of the triple bottom line.

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MakingIt Industria para el Desarrollo

Una revista de publicaci贸n trimestral que fomenta el debate sobre cuestiones globales de desarrollo industrial


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