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2.3 EL PAISAJE: MARCO METODOLÓGICO
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Los autores mencionan algunas causas y consecuencias de la fragmentación del hábitat. De
igual manera, sugieren algunas recomendaciones para la preservación de la biodiversidad
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y el funcionamiento de los ecosistemas (Wilson, et al., 2016) (European Enviroment
Agency; Federal Office for the Enviroment, 2011) (Mata O., 2005) (Gurrutxaga San Vicente,
2004), así se especifican:
▪ La necesidad de acciones de coordinación y asumpción de responsabilidades en la aplicación de la política pública en los diferentes niveles administrativos para la
planificación territorial y la conservación ambiental.
▪ La participación ciudadana en la planificación territorial y el establecimiento de
consensos entre ciudadanía, los actores públicos y privados.
▪ La articulación entre la planificación territorial, intersectorial, la conservación
ambiental y el fortalecimiento de la institucionalidad para regular los usos del suelo –conservación, producción, desarrollo urbano y servicios–. ▪ La asignación de recursos para la conservación, la formación, la investigación y la
evaluación de las políticas y sus impactos para la conservación ambiental.
Así la, identificación de la presiones naturales y antrópicas en la configuración del paisaje
asociada a la prestación de servicios y la percepción paisajística permite definir e identificar
las modificaciones en el paisaje y la consiguiente toma de decisiones para la gestión de los
servicios ecosistémicos de forma sostenible mediante acciones como el monitoreo, la
evaluación, la planificación, el manejo y política pública (Garzón, Iniesta, García, & Martín,
2013) (Millennium Assessment, 2003).
2.3 EL PAISAJE: MARCO METODOLÓGICO
Las metodologías de análisis y valoración del paisaje son variadas; sin embargo, todos se
centran en el análisis de los elementos que integran el paisaje y sus variaciones
espaciotemporales, así como en los objetivos enfocados a la gestión integral del territorio
ya sea desde la investigación o bajo la perspectiva de políticas públicas para el manejo y la
conservación. Unas metodologías abordan un análisis técnico de carácter investigativo con
indicadores de riqueza, abundancia o factores estresantes, y; otras se enfocan en el valor
social del paisaje, como la identidad, el sentido de pertenencia o el paisaje visual.
(McGarigal, 2015) parte del análisis de los elementos que conforman el paisaje –matriz,
corredores y parches– donde analiza los tipos de parches (como su tamaño o nivel de
aislamiento) a partir de métricas del paisaje según su significado ecológico, así presenta
dos modelos. El Modelo de Biogeografía de Islas: compara la conectividad según la distribución espacial de los tipos de parches focales dentro de una matriz uniforme y
neutral, con lo cual no considera la interacción entre los organismos – patrones del paisaje.
En el Modelo de Mosaico de Paisaje, espacialmente los tipos de parches son complejos y
heterogéneos, donde los patrones del paisaje responden a procesos e interacciones entre
hábitats según su conectividad. En este contexto plantea patrones categóricos a nivel de:
Parches focales individuales; Vecindario local con gradientes y variaciones de patrones o
procesos locales espaciales, y; Estructura del paisaje global, donde el análisis del paisaje
responde a métricas a nivel de celda, parche, clase y paisaje. La metodología considera el
análisis de los tipos de parches obviando la matriz.
NatureServe (Faber-Langendoen, et al., 2012a) y sus colaboradores han desarrollado una
metodología para el análisis de la integridad ecológica de los ecosistemas según sus
condiciones de estructura, composición y funcionalidad con referencia a otros ecosistemas
que gozan de integridad biológica y salud ecológica. Permiten trabajar con información
muy detallada o generalizada mediante métricas e indicadores específicos que evalúan el
estado de un factor ecológico o atributo de integridad, a partir de un modelo conceptual basado en el contexto del paisaje, el tamaño, la condición de los ecosistemas y los factores
estresantes. La evaluación puede realizarse a partir de niveles: Nivel 1: Sensores remotos
mediante teledetección e imágenes se obtienen indicadores visibles principalmente sobre
las condiciones del paisaje, los tipos ecológicos y factores estresantes. Nivel 2:
Evaluaciones rápidas utilizan métricas simples de campo a partir de datos específicos
recopilados. Evalúa la condición del paisaje complementada con información sobre los
factores estresantes que pueden o no estar afectando su condición. Nivel 3: Evaluación
intensiva genera indicadores específicos mediante sitios de muestreo con información
cuantitativa y análisis estadísticos.
En el caso de Europa, el Convenio Europeo del Paisaje a través de sus Estados signatarios
define el marco de acción para la gestión del paisaje, el uso racional del suelo y el desarrollo
sostenible. Para ello el marco normativo de acción y política pública se basa en información
cartográfica, caracterización biofísica y sociocultural del paisaje, instrumentos de
valoración y seguimiento, así como; la coordinación intersectorial y político administrativo
en diferentes niveles (CEMAT, 2010). Así la Countryside Agency; Scottish Natural Heritage abordan el carácter particular del paisaje, su caracterización y su aplicación a diferentes escalas. De igual forma, el carácter particular y grado de homogeneidad/heterogeneidad
está determinado por su geología, relieve, suelos, vegetación, uso de la tierra,
asentamientos humanos; insumos que sirven de base para el mapeo, clasificación y
definición de tipos de paisajes (Agency & Heritage, 2002).
La Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP) y el Instituto
Nacional de Ecología (INE) de México, disponen de una herramienta para el Ordenamiento Ecológico Territorial, siendo adaptable a zonas de Áreas Protegidas. La metodología analiza
la estabilidad ambiental en función de la calidad ecológica de los recursos naturales, la
fragilidad del territorio y las presiones antrópicas a la cual están sometidos. Misma que
inicia con la identificación de los elementos paisajísticos, un diagnóstico situacional e
integrado considerando los subsistemas (natural, social y productivo) e incluyendo un
análisis cartográfico, la jerarquización espacial, la zonificación ecológica y la definición de
unidades de paisaje. Terminado el diagnóstico, éste sirve como insumo para el análisis
prospectivo y la instrumentación de la propuesta (SEMARNAP-INE, 2000).