16a EDICIÓN Boletín informativo del área de Pastoral de Bienestar Universitario
´ Estaremos compartiendo con la comunidad de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida Te has preguntado ¿cómo con tus saberes puedes ayudar a los demás? ¿Quisieras transformar una realidad desde lo que has aprendido en tu programa académico? ¿Has pensado en participar en un voluntariado profesional fuera del país? El Centro de Pastoral y Misiones te brinda la oportunidad de ser voluntario con nosotros. Ser voluntario de UNIMINUTO significa dejar a un lado el interés económico para recibir una recompensa en experiencia, valores y saberes que son parte de la construcción social. Por lo mismo promover la misión de la institución desde este voluntariado como estrategia de formación culturar, intercambio de saberes y aporte a la transformación de una realidad, son valores que desde el Centro de Pastoral y Misiones San Juan Eudes -CPMSJ- queremos fomentar.
la “Práctica en responsabilidad social”, contar con un buen promedio académico y tener el papeleo necesario para ingresar a Brasil (pasaporte, eps, vacunas, entre otros). Si quieres profundizar en el proyecto puedes leer el contenido de este documento en https://bit.ly/2Lo0rQw. También puedes diligenciar su inscripción en el siguiente link: https://bit.ly/2P4ohml No olvides que hay más alegría en dar que en recibir.
Manuel Mejía Profesional de Pastoral
El CPMSJE y Bienestar Universitario de la Sede, invitan a todos los estudiantes de UVD a participar de una experiencia de intercambio culturar, crecimiento profesional, pero sobretodo de donación personal en el Voluntariado Brasil - Misión UNIMINUTO. Los requisitos para ser parte de este voluntariado son sencillos, debes ser participante activo de las actividades de Pastoral y/o Bienestar, tienes que haber cursado “Desarrollo social y contemporáneo” y
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´ Un día en el que reconocemos su labor solidaria y espiritualidad El pasado domingo 19 de agosto, se celebró la fiesta del patrono de UNIMINUTO, San Juan Eudes. Con la comunidad académica de la Sede UVD, tuvimos la oportunidad de celebrar esta conmemoración, motivados por la espiritualidad eudista, principal pilar de la institución. Recordamos a través de la vida de San Juan Eudes, los ecos que nuestro fundador el padre Rafael García Herreros fomentó en la comunidad. El trabajo por los menos favorecidos es una de las banderas fundamentales de la espiritualidad eudista, recordándonos que nuestras acciones tienen que promover la dignidad humana especialmente de aquellos quienes la han olvidado o le ha sido arrebatada.
Adicionalmente, el trabajo por la caridad, entendida por el amor a los que me rodean, tiene que impregnar nuestras actitudes, pensamientos y vida. San Juan Eudes se caracterizaba por entender que Dios en su infinita grandeza sabía únicamente amar, y movido por esta premisa, invita a su comunidad a formar (que es el carisma de la congregación) a formadores desde el amor. No olvidemos que nuestra vida es la catedra más importante y que el amor es el lenguaje que todos saben entender.
Manuel Mejía Profesional de Pastoral
´ Aprende a reconocer los síntomas o alarmas que conllevan al consumo recurrente del alcohol En ocasiones no es tan fácil distinguir a una persona alcohólica, pues consumir alcohol, es un comportamiento aceptado cultural y socialmente. Es común ver la iniciación al consumo en edades tempranas, que por lo general se promueve en las familias porque favorece el fortalecimiento de las relaciones sociales. Además, lo consideran necesario en caso de celebraciones o para superar dolores y/o frustraciones. Algunos de esos aspectos pueden observarse como cotidianos, pero, cuando hablamos que la situación del consumo es perjudicial, es en relación a las consecuencias para la salud física, psicológica y emocional del bebedor y su entorno. Por tanto, es importante aclarar los siguientes conceptos relacionados con el uso, abuso y dependencia, consultados en la página de la Organización Mundial de la Salud -OMS-. El uso, está relacionado con la cantidad y frecuencia baja del consumo, donde no se observan consecuencias inmediatas en el bebedor y su entorno, por lo general se consume de forma casual o en fechas especiales, con la intención de buscar solo un cambio de sensaciones o compartir socialmente.
Cuando hablamos de abuso, es aquella conducta de consumo que se incrementa en cantidad y frecuencia, generando consecuencias negativas notorias sobre el consumidor y su entorno, por lo general se consume casi todas las semanas del mes y se produce intoxicación (confusión, vómito, respiración irregular, hipotermia, dolor de cabeza, pérdida de la coordinación), resaca o lagunas mentales. En este caso, se va impactado la vida en relación al consumo. La dependencia, es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que aparecen luego del consumo de alcohol, y que incluyen, el deseo intenso de consumir, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo en el tiempo a pesar de las consecuencias perjudiciales, aumento
de la tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo se interrumpe, por lo general la conducta de consumo se convierte en prioritario para el bebedor, por encima de otras actividades y obligaciones que eran consideradas más importantes para él y su entorno familiar. Es este último concepto, se asocia a las personas alcohólicas y la razón por la cual el alcoholismo es considerado como una enfermedad, que ha estado referenciada dentro de la clasificación de trastornos mentales y del comportamiento, en el CIE-10 (Clasificación Internacional de las Enfermedades de la OMS), DSM IV y V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría). Lo anterior, es reforzado por Alcohólicos Anónimos -AA-, quienes son una comunidad internacional, no profesional, que apoyan a personas que necesitan y quieren dejar de beber, donde solo comparten sus experiencias con miles de personas que han sufrido los mismos síntomas y se han recuperado. Al igual, por definir el alcoholismo como “enfermedad crónica, progresiva e incurable, que se manifiesta por la pérdida del control sobre el alcohol”, considerando al alcohólico como “alguien a quien la bebida causa un continuo problema en cualquier aspecto de su vida”. Ahora bien, de acuerdo a lo establecido por la OMS, el alcoholismo también es considerado un tema de
salud pública, dadas las repercusiones en los países por problemas socioeconómicos, de seguridad, efectos sanitarios, la incidencia de enfermedades, traumatismos y otros trastornos, además del impacto en las tasas de mortalidad y morbilidad. Esto es notable como lo informa Castaño, G. (2008), en su artículo, “Aspectos socioculturales del consumo de alcohol en Latinoamérica y estrategias de prevención”, destacando que en Latinoamérica se muestra una actitud favorable frente al consumo de alcohol, constituyéndose una sustancia que, a diferencia de las ilegales, no estigmatiza a quien las consume (aunque sí al que se convierte en alcohólico), más bien al contrario, es un elemento que fortalece el vínculo relacional entre quienes lo comparten, creando en ocasiones distancia y desconfianza hacia alguien que se niegue a su consumo, cuando éste es ofrecido. Por tratarse de una sustancia no considerada como droga, legal y socialmente aceptada, promovida y promocionada en muchas ocasiones por los mismos gobiernos, quienes ven en la venta de ésta, la entrada de altos dividendos a través de la captación de impuestos, con los que financian distintos programas, algunos paradójicamente de salud y educación, como en el caso colombiano. En Colombia según el documento “Estrategia nacional de respuesta integral frente al consumo de alcohol en Colombia” (2013), se reporta que el
alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en el país y en el resto del mundo. En el país, cerca de siete millones de personas con edades entre 12 y 65 años son consumidores de alcohol, lo que equivale a 35 % de la población en ese rango de edades. Alrededor de 2,4 millones de personas presentan un consumo de riesgo o perjudicial de alcohol; esta cifra
Normatividad / Estrategia de prevención Normatividad/Estrategia de prevención ● Resolución 2358 de 1998
● Estrategia Pacto por la vida
● Ley 1503 de 2011
● Ley 1566 de 2012
representa el 35 % del total de consumidores y 12,5 % de la población total entre 12 y 65 años. Es por esto, que a nivel nacional se han desarrollado una serie de normativas encaminadas a la prevención y reducción del consumo de alcohol, dentro de las cuales están:
Normatividad / Estrategia de prevención ● Mediante la cual se adopta la Política Nacional de Salud Mental y la estrategia de disminución del riesgo del consumo de sustancias. ● Busca fortalecer las capacidades institucionales, sociales y humanas aplicadas a la protección de la vida en ambientes de alto consumo de alcohol. ● Definir lineamientos generales en educación, responsabilidad social empresarial y acciones estatales y comunitarias para promover en las personas la formación de hábitos, comportamientos y conductas seguras en la vía. ● Por la cual se dictan normas para garantizar la atención integral a personas que consumen sustancias psicoactivas y se crea el premio nacional “Entidad comprometida con la prevención del consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas”
Por tanto, es importante reconocer aspectos claves en el contexto social, para que los gobiernos generen esfuerzos en restringir la disponibilidad y regular la comercialización de bebidas alcohólicas, promulgar normas sobre conducción en estado de embriaguez, reducir la demanda con mecanismos tributarios, promover en las entidades de salud tratamientos accesibles y asequibles para personas alcohólicas y desarrollar programas de tamizaje, prevención e intervención en bebidas alcohólicas.
Es necesario buscar ayuda, cuando se presentan estos signos de alarma anteriores, además, amigos y/o familiares expresan preocupación, la persona ha pensado e intentado controlar la bebida o dejar de beber, pero siente incapacidad para lograrlo. En algunos casos las personas con dificultades en el consumo de alcohol, pueden recuperarse por cuenta propia y con el apoyo de familiares, sin embargo, las personas con dependencia no dejan de tomar solo con su fuerza de voluntad.
Desde el contexto individual y familiar es importante identificar los signos de alarma y saber cuándo buscar ayuda. Entre ellos se encuentran: aumento en la frecuencia de consumo, perder el control sobre cantidad de bebida o dificultad para detenerse cuando toma, se altera fácilmente y/o niega tener un problema con el alcohol, descuida su aspecto físico y seguridad personal, presenta lagunas mentales, signos de intoxicación, sentimientos de culpa, remordimiento y depresión, constantemente busca pretextos para beber y desplaza prioridades y/o responsabilidades por el alcohol.
Es importante hablar con la persona en estado de sobriedad, reconocer su preocupación, evidenciar las consecuencias negativas presentadas y motivar la búsqueda de ayuda, indagando con profesionales de la salud (médicos, psicólogos), ayuda espiritual, entidades privadas y/o gubernamentales de apoyo en tratamientos para la dependencia a las sustancias psicoactivas y AA (Alcohólicos anónimos) y por supuesto si esta vivencia es con un ser querido que no acepta, ni se logra un cambio, es necesario que la ayuda la busque usted y su familia, con el fin de aprender más sobre el tema, identificar los efectos y la codependencia, establecer límites, para prevenir acciones que no alienten el comportamiento de consumo y conocer estrategias para relacionarse, pues el problema familiar de la bebida, requiere de conocimiento, paciencia y amor.
Además, un aspecto clave es que cuando se toma, así sea una vez, se presentan dificultades tales como, ausencias o dificultad en las relaciones en el trabajo, estudio o casa, violencia intrafamiliar, cambios en los hábitos cotidianos de sueño, alimentación y rutina diarias, como también, gastos del dinero comprometido en cuestiones personales y familiares para beber. Ni hablar de las consecuencias en el desarrollo de algunas enfermedades como la hepatitis, hígado graso, pancreatitis, hipertensión, cardiovasculares, disfunción eréctil, neurológicas y cáncer.
Hedry Orozco Coordinadora de Prevención y Promoción de la Salud
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