¡Nueva serie!
PROFESIONALES MADE BY SPAIN En esta edición de la revista Profesiones comienza una nueva serie de reportajes y entrevistas que bajo el título, «Profesionales made by Spain», pretende dar acogida a la experiencia de profesionales españoles que están desarrollando sus carreras en el extranjero. Cuáles fueron sus motivaciones para el traslado, cómo es percibida su profesión en el extranjero y cómo se ve a los profesionales de nuestro país, serán algunas de las cuestiones que abordaremos número a número junto a profesionales de diversos sectores. Todo ello con el firme objetivo de poner en valor la labor de profesionales españoles fuera de nuestras fronteras. 32
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Alejandro Zaera-Polo, arquitecto madrileño El arquitecto español, Alejandro Zaera-Polo, es uno de los socios del estudio de arquitectura Foreign Office Architects, fundado en Londres, y responsable de la remodelación de la Estación Central de Birmingham (Reino Unido) y el Museo de Arte Contemporáneo en Cleveland (Estados Unidos), ambos en construcción en estos momentos, así como la Escuela de Diseño y Comunicación, muy cerca de Londres. También trabaja en Asia, donde proyectó hace ya algunos años el que es uno de sus principales logros: la terminal de pasajeros del puerto de Yokohama (Japón). Pregunta: ¿Cómo y cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: Estudié Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y realicé un curso de posgrado en Harvard (Estados Unidos) donde conocí al famoso arquitecto holandés Rem Koolhaas, en cuya oficina de Rótterdam trabajé durante tres años antes de decidir trasladarme a Londres, junto a mi mujer y también socia, Farshid Moussavi, para enseñar. P.: ¿Qué ventajas considera que posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R.: Londres es una localización muy importante para ser capaz de operar a escala global porque es una de las metrópolis internacionales en las que se ha construido un tejido de conocimiento y de consultoría que es capaz de operar globalmente. Si vas a trabajar a Malasia, EE. UU. o India, trabajar desde Madrid y Barcelona sería percibido como una extravagancia, sin que ello sea concebido
de forma peyorativa. La cuestión es que no se percibe a nuestras ciudades al mismo nivel que el resto de las metrópolis internacionales, es decir, con capacidad de atraer personas brillantes de otros lugares y de competir globalmente. Nuestras ciudades poseen numerosas cualidades, entre ellas nuestro idioma y calidad de vida, pero el problema es que no se venden lo suficiente, no proyectan la imagen de que haya concentración de nº123
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España? ¿Cómo ve a sus colegas que trabajan en España? R.: La situación de mis colegas en estos momentos está mal ya que el mercado que ha estado funcionando durante 30 años sin parar se ha hundido. España tenía un porcentaje del 17 % del PIB dedicado a la construcción, un porcentaje muy elevado en comparación con otros países como EE. UU. o Inglaterra que oscilan alrededor del 6 % aproximadamente. Es un sector que ha tenido una época dorada pero que se va a tener que reconvertir masivamente. Ahora la situación está difícil aunque todavía se sigue trabajando en unas condiciones que ya las quisiera cualquier arquitecto del mundo. Creo que España es uno de los mejores países del mundo para practicar la arquitectura en relación con el entorno legal y las relaciones del proceso de producción de un edificio.
inteligencia, de conocimiento o de educación. Aunque en el caso de Madrid y Barcelona se ha avanzado mucho. P.: ¿Cuáles son las principales ventajas y obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R.: En relación con el hecho de producir proyectos de arquitectura, no hay mucha diferencia entre hacerlo en Madrid o en Londres. La diferencia fundamental es que Londres te da la posibilidad de tener interlocutores de distintas nacionalidades dentro de la propia oficina, como gran imán global que es. Por otro lado, también puedes disponer de consultores más sofisticados debido al mayor tamaño del mercado. P.: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «arquitecto español» en el extranjero? R.: Está muy valorada. No solo porque los arquitectos españoles sean buenos sino porque en España ha habido en los últimos veinte años un clima muy positivo en relación con generar posibilidades de transformación urbana, es decir, los arquitectos han vivido una especie de bonanza en donde tanto la situación económica como la política, después de la transición democrática, han generado enormes posibilidades para los arquitectos locales de hacer proyectos muy importantes, mucho más importantes que en cualquier otro sitio del mundo a nivel de perfil y de cuantía económica. Además, los medios de comunicación han generado un público local muy bien
informado. No hay que olvidarse de que España tiene uno de los porcentajes más elevados de población urbana dentro del contexto europeo y los ciudadanos son conscientes de que la ciudad es un bien común y es importante, de que los medios de transporte públicos son importantes y de que los políticos han sabido hacerse eco de ello y han utilizado la arquitectura como arma política (en la mayoría de las ocasiones, bien utilizada), generando una era dorada de la arquitectura española. El problema es que, al mismo tiempo, aquellos profesionales que tenían posibilidades no han intentado entrar en mercados internacionales; ha habido una cierta dejadez colectiva a la hora de intentar abrir mercados en el extranjero. Por ello, no se han generado muchas empresas con la capacidad y el prestigio de operar desde allí de un modo transnacional. La percepción es que los arquitectos son muy buenos, pero extravagantes a nivel empresarial y a la hora de acomodarse a las incomodidades de trabajar en otros sitios. P.: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en
P.: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R.: La permanencia de mi profesión no está garantizada. Es uno de los sectores que va a sufrir muchísimo en España en los próximos años. Va a haber una reconversión brutal y va a haber mucha gente que dejará de hacer arquitectura y que no va a volver a hacer arquitectura porque no hay suficiente trabajo en España como para mantener la población de arquitectos, ingenieros y constructores que hemos tenido. La única solución para mantener esta población es exportar y, exportar este tipo de servicios a otros países, no es fácil pues se necesita desarrollar unas estructuras profesionales de un cierto tipo que permita a las empresas salir al extranjero. Sobrevivirán los más capaces y algunos se verán forzados, o mejor dicho, tendrán la oportunidad de salir al extranjero y es ahí donde probablemente van a estar ocupados los arquitectos españoles en el futuro inmediato. El sector está sobredimensionado y esa capacidad de excedente o se exporta o se desmonta, como la industria del acero. ❚ Coordina: Carolina López Álvarez
Las imágenes han sido cedidas por Foreign Office Architects: http://www.f-o-a.net
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María Gafo Gómez-Zamalloa, ingeniera de montes madrileña La ingeniera española, María Gafo Gómez-Zamalloa, trabaja en Bruselas desde el 2001. En la actualidad es la responsable de política en la Unidad «Textil, moda e industria forestal» de la Comisión Europea y se encarga de la implementación del Plan de Acción que ella misma preparó sobre Industria Forestal Innovadora y Sostenible. Coordina el sector de industria forestal. Con esta experiencia, María Gafo reconoce haber cumplido uno de sus sueños como era el de trabajar en la Unión Europea, a la que considera como «uno de los acontecimientos más importantes y relevantes de la historia de Europa». Pregunta: ¿Cómo y cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: La verdad es que no fue en un momento en concreto, sino que fueron unos acontecimientos encadenados con otros. Durante la carrera, en los veranos, realicé algunos viajes a Sudamérica (a México, Ecuador y Paraguay) para participar en proyectos de desarrollo. En el último año de carrera fui a la Universidad de Wageningen (Países Bajos), dentro del programa Erasmus, con el fin de especializarme en selvicultura tropical, para poder seguir colaborando en estos proyectos. Allí entré en contacto con el ambiente internacional multicultural y conocí a mi marido, de nacionalidad húngara. ¡Fue entonces cuando empecé a interesarme por los bosques centroeuropeos! Al terminar la carrera, seguí viajando. Primero realicé unas prácticas en Bruselas, luego continué mis estudios en Hungría gracias a una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores y, después de unos años, regresé a España. Creo que en el momento en el que se sale de España, hay muchas probabilidades de emprender una parte de la carrera profesional en el extranjero. Curiosamente, casi 30
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En la Comisión Europea, donde ya nos conocen desde el ingreso de España en 1986, tenemos muy buena reputación y los ingenieros de montes españoles son muy apreciados
de los acontecimientos más importantes y relevantes de la historia de Europa. Aunque se nos olvide, desde su creación, estamos viviendo el momento más largo de paz de nuestra historia. Sólo por este motivo, ya ha merecido la pena. todos los españoles que están en la Comisión, han participado en un intercambio Erasmus. P.: ¿Cuál fue la razón (o razones) que motivaron su traslado? R: Aprobé unas oposiciones para trabajar en las Instituciones Europeas. Trabajar en la Unión Europea siempre había sido uno de mis sueños. Pienso que la Unión Europea es uno
P.: ¿Qué ventajas considera que posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: El trabajar en un ambiente multicultural me parece una experiencia muy enriquecedora. En mi unidad tengo compañeros de Portugal, Grecia, Italia, Bélgica, Hungría, Polonia, Francia y Reino Unido. Provenimos de culturas muy nº124
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El trabajar en un ambiente multicultural me parece una experiencia muy enriquecedora. Provenimos de culturas muy diferentes y trabajamos juntos, lo cual a veces es más difícil. Se avanza más despacio, pero mejor
diferentes y trabajamos juntos, lo cual a veces es más difícil, pero pienso que el resultado refleja más puntos de vista y es más completo. Se avanza más despacio, pero mejor. P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: El no tener aquí a la familia, hace que el conciliar vida profesional y familiar a veces no sea fácil. Aquí los niños tienen periodos de vacaciones durante el año y hay veces que es difícil organizarse. Yo, por suerte, tengo a mi madre que viene muy frecuentemente a echarnos una mano. Por otro lado, el acostumbrarse a las reglas y forma de vida de Bélgica, muy diferentes a las españolas, ha sido también difícil, sobre todo al principio… (¡Y qué decir del clima!) En general, creo que es muy importante ser tolerante y muy flexible. nº124
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P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca ‘ingeniero/a español/a’ en el extranjero? R: Los españoles, en general, cualquiera que sea nuestra formación, tenemos que luchar con el sambenito de «siesta y fiesta». Pero pienso que en la Comisión Europea, donde ya nos conocen desde el ingreso de España en 1986, tenemos muy buena reputación y los ingenieros de montes españoles son muy apreciados. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: Mis colegas que trabajan en el sector público, en general están contentos. Con respecto a los que están en el sector privado, hay mucha disparidad. Los que trabajan en pymes, especialmente en estos momentos de crisis, pasan por una situación más delicada.
P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: Creo que el sector forestal tiene unos valores muy importantes en relación con su contribución al medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático que pueden y deben explotarse mucho más, pero se enfrenta con un grave problema de desinformación y mala información que impacta de forma negativa en su imagen. Según mi opinión los esfuerzos deben ir encaminados a explotar las cualidades medioambientales y contra el cambio climático de los bosques y de los productos forestales, que pueden hacer que el sector sea un pilar fundamental en la nueva economía de bajas emisiones en carbono hacia la que nos dirigimos. Por otro lado, es muy necesario mejorar la comunicación del sector a la sociedad. ❚ Coordina: Carolina López Álvarez
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Joaquima Serradell, farmacéutica barcelonesa La farmacéutica, Joaquima Serradell, salió de Valldoreix (Barcelona), su tierra natal, en 1981 con destino a los Estados Unidos. Tras su paso por la Universidad de Minnesota, se dirigió a Filadelfia donde vive y trabaja desde 1990. Actualmente es la vicepresidenta de una compañía de consulting especializada en las áreas de fármaco-economía y fármaco-epidemiología, que aporta metodologías adecuadas y una visión práctica e independiente en todo lo que se refiere al medicamento. Aunque reconoce que hoy en día podría ejercer su labor en nuestro país, Serradell considera que el continente americano le ofrece una «oportunidad inmejorable» para el desarrollo de su trabajo. Pregunta: ¿Cómo y cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: Estudié Farmacia en la Universidad de Barcelona. A continuación realicé la especialidad de Farmacia Hospitalaria en la primera convocatoria de FIR (en Barcelona). En mi último año de residencia hospitalaria, tomé unos cursillos en el Col.legi de Metges de Barcelona donde descubrí conceptos de epidemiología, estadística, demografía y economía sanitaria. Decidí estudiar un Máster de Salud Pública en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) porque en España no había estudios de posgrado. Más tarde realicé estudios de doctorado también en Minnesota (Administración Sanitaria y Epidemiología); después un posdoctorado en la USP (United States Pharmacopeia) en Washington y luego me quedé en los Estados Unidos al conseguir un trabajo en la Universidad de Pensilvania. P: ¿Cuál fue la razón (o razones) que motivaron su traslado? R: La razón principal fue la imposibilidad de seguir con estudios de posgrado en España. Quería desarrollar mis conocimientos de estudios comunitarios y 30
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R: En general, una de las principales ventajas es el trabajar con un equipo multidisciplinario, con la posibilidad de tener acceso a profesionales de distintos países, lo cual ofrece un nivel internacional muy enriquecedor al buscar soluciones a problemas sanitarios. En este sentido, hoy en día también podría efectuar mi labor en España, pero en Filadelfia, al estar cerca de la mayor concentración de industria farmacéutica y de biotecnología en el mundo (Pensilvania/New Jersey), además de estar en una ciudad donde hay tres facultades de Farmacia, cinco de Medicina y tres de Salud Pública, además de numerosas ONGs, me ofrece una oportunidad inmejorable para desarrollar mi trabajo. preventivos, específicamente en el área del uso del medicamento pues era el área que conocía debido a mi formación en farmacia clínica. España ha cambiado mucho en cuanto a la educación de posgrado, principalmente a partir de los 90. P: ¿Qué ventajas considera que posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento?
P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: Al principio, me enfrenté a dos tipos de obstáculos. Primero, fue el idioma, pues aunque sabía ingles técnico antes de mi marcha a los Estados Unidos, para poder funcionar a un nivel profesional elevado, las idiosincrasias del idioma se deben conocer al 100 por 100. nº125
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El otro aspecto al que me enfrenté, e igualmente importante, fue el contraste cultural ante una mentalidad totalmente positiva y dinámica. Los americanos, quizás por ser una sociedad relativamente nueva comparada con la española, tienen lo que se conoce como una can do mentality, siempre dispuestos a la innovación científica y exigiendo resultados eficaces. Esta actitud no es solamente cierta en el campo científico sino también, por todos sabido, en el empresarial, lo cual comporta la necesidad de saber trabajar en equipo para obtener resultados. Por último, me sorprendió la riqueza de posibilidades. En los Estados Unidos hay muchos soportes para el profesional; desde la universidad se ayuda a los investigadores y/o emprendedores con programas, ayudas económicas, mentores, etc. Esto, claro está, no fue un obstáculo en absoluto sino todo un descubrimiento. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «farmacéutico/a español/a» en el extranjero? R: En los Estados Unidos es difícil tener una opinión generalizada acerca de la marca española de «farmacéutico/a», pues no la conocen demasiado. Pero, en casos individualizados de farmacéuticos que han venido para estancias cortas a hospitales o compañías farmacéuticas, han dejado muy buena impresión acerca de sus conocimientos y también por su curiosidad para aprender de otros modelos. Actualmente, la nº125
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globalización también hace posible que haya más intercambios y colaboraciones y ello facilita que «la marca española» se difunda. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: En España, la profesión farmacéutica ha cambiado inmensa y positivamente en los últimos 20 años. Todo lo relacionado con el concepto de salud preventiva se ha empezado a valorar muchísimo; en el caso de Farmacia, con la detección y prevención de efectos secundarios de medicamentos, acceso a medicamentos, educación al paciente, etc. Recuerdo que los pioneros en Barcelona queríamos atención farmacéutica orientada al paciente (farmacia clínica); no solamente en el área hospitalaria sino también en la atención primaria. En la actualidad, muchas manifestaciones de la farmacia clínica son una realidad. Aunque aún quedan cosas por hacer. Los colegios de farmacia están haciendo una labor importante con la política del medicamento. En el área de investigación y estudios de la población se están haciendo estudios. Cualquiera que lea revistas científicas puede constatar que los investigadores españoles publican en revistas de prestigio internacional. Diría, por último, que aún queda el divorcio entre las facultades de farmacia y la profesión; lo cual no sucede en
los Estados Unidos, donde se trabaja más concertadamente. P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: La profesión farmacéutica en España, al igual que en otros países, debe continuar ofreciendo al público medicamentos eficaces, seguros y a un precio asequible. Educando al público para que identifique al farmacéutico como «el que sabe más de medicamentos». Dentro de este marco y con los nuevos avances en el mapa genético (genomics), hay varios campos emergentes como los tratamientos individualizados en la nueva área de medicina personalizada, con énfasis en the evidence based medicine. Otro camino abierto para el farmacéutico es en lo que se llama Medication Therapy Management, donde el farmacéutico toma responsabilidad de la receta, asegurándose de que el paciente toma los medicamentos recetados adecuadamente, siguiendo el tratamiento prescrito y educándolo en cuanto a contraindicaciones y efectos adversos. Por último, en los campos de la fármaco-economía y epidemiología, donde el farmacéutico, participando en comisiones interdisciplinarias, tiene un papel importante en el criterio de utilización de medicamentos. ❚ Coordina: Carolina López Álvarez
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Isabel Fernández Fuentes, geóloga jienense La geóloga andaluza, Isabel Manuela Fernández Fuentes, dirige la oficina de la Federación Europea de Geólogos situada en Bruselas (Bélgica) que ella misma creó. Lo que en un principio era tan solo una oficina de tramitación del título de eurogeólogo, es hoy la sede de la profesión del geólogo en Europa, desde donde se llevan a cabo multitud de proyectos, iniciativas y acciones con las instituciones europeas al más alto nivel. Precisamente este año la Federación le ha otorgado la medalla del mérito, en reconocimiento a su distinguida y excepcional labor a favor de la Federación y, en general, de la profesión de geólogo en Europa. Pregunta: ¿Cómo y cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: Comencé a trabajar con la Federación Europea de Geólogos (FEG) en el año 2001. Esta Federación está formada por 21 asociaciones europeas, dentro de las que se encuentra el Colegio Oficial de Geólogos de España, institución desde donde apoyaron firmemente mi candidatura para dirigir la oficina de la FEG. Mi primera misión dentro de la Federación fue llevar a cabo el traslado de la sede en París a Bruselas, experiencia para la que no contamos con demasiados recursos. España fue uno de los países que apoyaron dicho traslado. Como representante de la profesión en el contexto europeo y ante las instituciones europeas, convenía que estuviésemos en Bruselas. El Servicio Geológico de Bélgica nos prestó una oficina y, a partir de ahí, pudimos proceder a la instalación de nuestra sede. En un principio, comenzamos trabajando únicamente en la gestión del título de eurogeólogo. No obstante, pronto nos daríamos cuenta de la oportunidad que dicha localización abría para la
institución. Fue en ese momento cuando empezamos a trabajar en la estructura organizativa de la Federación, la comunicación, la construcción de la página web, etcétera. Todo ello para ir informando a los miembros de lo que sucede en Europa.
Hay que reconocer que hay otras nacionalidades que lo tienen más fácil. Solo por el hecho de proceder de un determinado país parece que ya está todo demostrado y, por tanto, se te abren muchas puertas. Los españoles tienen que demostrar todo mucho más
P: ¿Cuál fue la razón (o razones) que motivaron su traslado? R: Mi carrera en el extranjero comenzó por razones familiares en 1999. Estudié Geología en la Universidad de Granada. Cuando terminé la carrera, me fui a Madrid para cursar el máster en Ingeniería Geológica y el doctorado en la Universidad Complutense. En 1999 destinaron a mi marido a trabajar a la Comisión Europea y fue entonces cuando decidí comenzar mi carrera en el extranjero. En el 2001 me ofrecieron trasladar la oficina de la FEG de París a Bruselas, como antes he comentado, y acepté el reto. P: ¿Qué ventajas considera que posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: La principal ventaja es poder conocer y respetar a compañeros de profesión de
Toda la información sobre la Federación Europea de Geólogos disponible en la página Web: http://www.eurogeologists.eu
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muchos otros países. Durante este tiempo han trabajado conmigo en Bruselas muchos becarios españoles, para los que siempre ha sido muy grato el desarrollo de la actividad profesional fuera de su país. Para ellos ha sido especialmente remarcable la apertura de mentalidad que esta experiencia ofrece. P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: Para mí han sido la lengua y el aprender a trabajar en gestión aplicada en un país que no es el mío. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «geólogo/a español/a» en el extranjero? R: Sinceramente creo que bien, con respeto. Creo que es conocida nuestra calidad de formación. Mi trabajo es como un pequeño Consejo europeo donde tenemos que trabajar con diferentes países, con la problemática de interacción entre las distintas nacionalidades y sus puntos de vista. Se aprende nº126
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muchísimo. Es como una probeta de ensayo a nivel europeo. Es muy interesante observar la relación social entre unos y otros. Enseguida ves los tópicos que surgen, aunque estos se suelen vencer rápido y sin problemas. Hay que reconocer que hay otras nacionalidades, más allá de la española, que lo tienen más fácil. Solo por el hecho de proceder de un determinado país parece que ya está todo demostrado y, por tanto, se te abren muchas puertas. Sin embargo, los españoles tienen que demostrar todo mucho más. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: La calidad de mi profesión en España es buena. Comparado con el resto de los países europeos, nuestro país cuenta con una regulación profesional superior a la mayoría de los países europeos. La calidad de trabajo de mis colegas en España es muy alta, si bien, los salarios no son tan elevados como en otros países europeos.
Nuestro país cuenta con una regulación profesional superior a la mayoría de los países europeos. La calidad de trabajo de mis colegas en España es muy alta, si bien, los salarios no son tan elevados como en otros países europeos. P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: Hacia la integración en equipos pluridisciplinares en los que nuestra profesión aporte los conocimientos necesarios para una mejor actividad en el campo de medioambiente y desarrollo sostenible. En estos momentos, tenemos en marcha en la Federación importantes iniciativas en relación con estos aspectos como Geotrainet, un proyecto europeo relacionado con la refrigeración geotérmica sostenible, y Euro-Ages, un proyecto europeo ligado a la acreditación de geólogo, además de actividades como el título de EurGeol o los Paneles de Expertos, creados para el desarrollo de las políticas europeas que puedan ser de interés para los geólogos. ❚ Coordina: Carolina López Álvarez
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Juan Antonio Vinuales, abogado donostiarra El abogado vasco, Juan Antonio Vinuales López, partió hacia Turquía para emprender un nuevo proyecto de su empresa: dirigir las nuevas oficinas en aquel país. Lo que inicialmente constituía un traslado temporal pronto adquirió un carácter de permanencia fruto de las bondades del país y sus gentes. A pesar de la rigidez de la legislación local y del proceso de adaptación que se requiere, Viñuales se muestra convencido de la necesidad de la internacionalización de los despachos y de Turquía como un destino con grandes oportunidades. P: ¿Cómo y cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? R: Estudié Derecho en la Universidad de Navarra y, a continuación, hice un máster en Derecho Fiscal en el Instituto de Empresa. Una vez finalizado el máster, en 2004, comencé a trabajar en Martínez-Echeverría, Pérez y Ferrero Abogados que, en la actualidad, cuenta con alrededor de 90 abogados en plantilla y oficinas en 12 países. De la oficina de Málaga, pasé a dirigir la oficina de Almería y de ahí, a principios del 2006, me vine a Turquía. P: ¿Cuál fue la razón (o razones) que motivaron su traslado? R: Cuando entré a trabajar en MartínezEchevarría, Pérez y Ferrero Abogados no me planteaba el tema de desarrollar mi carrera profesional en el extranjero ya que la compañía no disponía de oficinas fuera de España. No obstante, cuando a partir del 2005 comenzamos a abrir despachos en Bulgaria, Rumanía y Portugal y me plantearon la posibilidad de dirigir las oficinas en Turquía, me pareció una idea interesante. Primero fui destinado a Bodrum, una localidad situada en una zona turística, cerca del Mar Egeo, donde se creó una primera oficina en el 2006 y, dos años más tarde, a Estambul. Lo que un principio 32 g Profesiones
que genera muchas oportunidades. En la actualidad, hay muchas empresas españolas que se están interesando en Turquía. No se trata de un aspecto relacionado únicamente con las empresas grandes sino que hoy en día hay muchas empresas medianas y pequeñas españolas que se implantan en Turquía para hacer negocio. fue un traslado para un periodo de tiempo concreto, se convirtió en una estancia de carácter permanente, ya que me gustó el lugar y, además, conocí a mi novia, también abogada de Estambul. P: ¿Qué ventajas considera que posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: La principal ventaja reside en la posibilidad de conocer y trabajar con personas de otras nacionalidades. Resulta muy enriquecedor trabajar con gente que tiene costumbres tan diferentes a las tuyas. Considero que el hecho de desempeñar tu labor en el extranjero te aporta amplitud de miras y perfeccionamiento del dominio del inglés. Por otro lado, Turquía es un país en desarrollo, con una población muy joven y con una situación geográfica privilegiada, lo que le convierte en un país
P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: La principal dificultad es el trato con personas de otra cultura, con formas de trabajar distintas y con una manera diferente de entender, por ejemplo, determinados comentarios o comportamientos. Hay que tener un poco de «mano izquierda» y saber adaptarse a las costumbres del lugar y su forma de trabajar, intentando hacerlo como ellos lo hacen. Esto ocurre con los empleados o con los clientes de tus clientes, que la mayoría son turcos. Otra complicación que tiene Turquía es que la legislación turca es muy estricta. Para que os hagáis una idea, los despachos internacionales no pueden aplicar o aconsejar sobre legislación turca. Son despachos que o bien funcionan como consultoría o bien como despachos internacionales desarrollando su activinº 127 g septiembre-octubre 2010
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dad en materia de derecho internacional. Por esta razón, los despachos suelen asociarse con profesionales turcos, habilitados para asesorar sobre derecho turco. Independientemente de la ley que exista en un país, normalmente siempre vas a necesitar asociarte con abogados locales que aportan el conocimiento del derecho local y su aplicación. No obstante, los problemas planteados por nuestros clientes no son muy distintos de los que pueden tener las empresas con sede en España, es decir, se trata normalmente de la resolución de conflictos con el socio local (por falta de entendimiento, por ejemplo) o del asesoramiento a la hora de constituir una empresa de la mejor forma. En definitiva, cualquier despacho que quiera salir al extranjero necesita «músculo» financiero y personas con dominio del inglés. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «abogado/a español/a» en el extranjero? R: El problema de la marca «abogado/a español/a» en Turquía es que, en el fondo, no se percibe. Los despachos de abogados siempre se han enfocado hacia otras zonas, como Europa o América Latina. Por ello, no existe todavía una presencia lo suficientemente importante como para tener configurada una imagen nuestra. Lo que sí es cierto es que los turcos se identifican mucho con los españoles. Por la cultura mediterránea, tienen más afinidad con los españoles y les gusta más nuestra cultura que, por ejemplo, la cultura de Europa del Norte. Les gusta mucho nº 127 g septiembre-octubre 2010
España y, más concretamente, Barcelona, destino deseado por la mayoría de la población turca. Aunque no hay que olvidar que, para ellos, Estados Unidos sigue siendo un referente. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: Con la crisis, los despachos también se han visto afectados y, más particularmente, los despachos pequeños que son los que lo están pasando peor. Pero también hay que buscar el lado positivo y saber adaptarse, sobre todo en esta época de crisis, y ahí los despachos medianos tienen una ventaja ya que disponen de estructuras más flexibles y, por tanto, mayor capacidad de adaptación. Está claro que el despacho español tiene que adaptarse a la situación actual y hacerlo rápido. Todo esto va a provocar que los despachos pequeños y medianos acaben fusionándose para poder dar servicio al cliente allí donde se encuentre. Respecto a mis colegas españoles, la ventaja que tienen es que en época de crisis los abogados tienen la oportunidad de dedicarse a otras materias relacionadas, por ejemplo, con el tema procesal, económico, de impagos, etc., y salir para adelante. Hoy en día es necesario estar fuera de España, no solo por la crisis económica que padece el país, sino porque ya son muchos los clientes, tanto grandes como pequeños, que han dado el salto fuera. Entonces, o los despachos de abogados
son capaces de seguir a sus clientes o lo que va a pasar es que esos clientes se van a buscar otros abogados que puedan darle respuesta en cualquier país. La internacionalización de la propia empresa española está obligando a los despachos de abogados a hacer lo mismo. P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: Hay dos palabras clave para sintetizar el futuro de nuestra profesión: globalización y especialización. Por un lado, la necesaria globalización viene dada por la creciente internacionalización de la empresa española que, motivada por la crisis o por el hecho de probar suerte fuera, ha dado el salto al extranjero. De igual manera, el despacho español debe dar ese salto también. Por otro lado está la especialización que es cada vez más necesaria ya que hoy en día resulta prácticamente imposible abarcar todas las materias de Derecho. Es necesario aprender a trabajar en equipo. Ya no vale el perfil del abogado «estrella» que trabaja individualmente, sino que se necesita un equipo de abogados con conocimientos en distintas materias que aporten ese valor añadido. El futuro de cualquier abogado pasa por ser buen abogado (y/o tener buenos contactos) y dominar el inglés que, en mi opinión, resulta imprescindible en los tiempos en que vivimos. El aprender otras lenguas, como en mi caso el turco, es ya solo cuestión de tiempo. Coordina: Carolina López Álvarez Profesiones g 33
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Santiago Sánchez Pagés, economista madrileño Tras finalizar sus estudios de Economía en Madrid y darse cuenta de que su verdadera vocación residía en el mundo académico, Santiago Sánchez Pagés dirigió sus pasos hacia la Universidad de Barcelona, primero, y hacia la de Edimburgo, después, donde lleva siete años como profesor titular en el Departamento de Economía. Desde la distancia que le proporciona su estancia en la capital escocesa, Sánchez Pagés reflexiona sobre su experiencia, la universidad, los economistas y los retos de la profesión. Pregunta: ¿Cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: Cuando terminé mi licenciatura en la Universidad Carlos III de Madrid las opciones más habituales para un economista recién licenciado no me seducían demasiado así que tomé una ruta algo inusual: estudiar un doctorado. Durante la licenciatura me habían interesado profundamente algunos aspectos de la ciencia económica, en particular el crecimiento económico y la economía política, y quería aprender más sobre ellos. En realidad, aunque en aquel momento yo no fuera consciente del todo, lo que de verdad me interesaba era la carrera académica. Así fue como opté por el programa de la Universidad Autónoma de Barcelona, universidad por la que obtuve el doctorado en el 2003. Después inicié mi búsqueda de trabajo dentro del ámbito académico y la mejor oferta laboral que recibí fue la de la Universidad de Edimburgo. Y aquí resido y trabajo desde hace siete años. P: ¿Cuál fue la razón que motivó su traslado? R: Aunque ha ido mejorando de forma sostenida en los últimos años, el mercado académico para economistas en España es todavía muy estrecho. Solo un puñado de departamentos, los mejores, contratan 32 g Profesiones
personal formado fuera. El resto, todavía practica la endogamia en la contratación de doctores. Por ello, la competencia por los puestos abiertos es muy fuerte. Además, las condiciones bajo las que se contrata tampoco suelen ser muy idóneas. Tuve la posibilidad de permanecer en España pero la opción era temporal y con gran incertidumbre. Estaba claro: salir al extranjero era la mejor opción. P: ¿Qué ventajas posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: Múltiples e importantes. Por un lado, las condiciones de trabajo suelen ser bastante mejores. Cuando comparo mi día a día con el de amigos y compañeros que trabajan en España puedo comprobar que esa diferencia es notable. La
más visible es en términos salariales, importante incluso una vez que se ha controlado por las diferencias en poder adquisitivo. Esas diferencias de salario revelan la distinta importancia que las diversas sociedades dan a una profesión. La universidad española está mejorando, sin duda, pero permanece todavía aquejada por una fuerte inercia institucional y la cultura predominante es, con frecuencia, hostil a los cambios y a la modernización. Creo también que en el extranjero, al menos en el Reino Unido, hay un respeto mayor hacia el trabajador. En el caso de la universidad se la ve como un lugar de liderazgo de la sociedad en términos de ideas, creatividad y energía y no con la ambivalencia con la que se la considera en España. Aparte de estas ventajas materiales, existen también las innegables ventajas que otorga conocer otras culturas, otras formas de hacer y ver las cosas, aprender un idioma y tratar con gente de orígenes e ideas muy diversas. En un principio es un desafío y tiene sus momentos complicados, pero en último término es una de las experiencias más fructíferas que una persona puede tener. P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? nº 128 g noviembre-diciembre 2010
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R: Los principales obstáculos tienen que ver con el proceso de integración y de adaptación a otra cultura; aprender a dominar un idioma que no es el tuyo de forma cotidiana. Un ejemplo, los británicos son muy dados al uso de acrónimos y recuerdo que en mis primeras semanas me parecía que hablaban como espías, en código. La segunda dificultad es comprender e interiorizar las formas de trabajo y mentalidades que se manejan pero sin renunciar a la visión particular que uno pueda traer de España. Esta diferencia de visiones puede ser a veces una fuente de tensiones entre opiniones, pero cuando la organización a la que se pertenece valora esas diferencias, eso también otorga un valor añadido al profesional que viene de fuera. En mi caso nunca he encontrado un obstáculo institucional o personal que se refiriera específicamente a mi condición de extranjero y mis opiniones se han valorado siempre como las de los profesionales de aquí, algo de lo que estoy muy agradecido. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «economista español/a» en el extranjero? R: Al menos en el ámbito de la economía científica en el que me muevo, el economista español está muy valorado en el exterior. Aunque mucha gente pueda desconocerlo, el nivel de la investigación y docencia académica en España es altísimo, al nivel de los mejores de Europa. Es cierto que esto no es el caso en la totalidad del territorio español, pero existe un puñado de centros que se encuentran entre los punteros del continente. La calidad de los cursos que se imparten y la calidad de sus programas de doctorado y de la gente que son formados allí son tremendamente competitivas. En múltiples ocasiones durante conferencias internacionales, he tenido conversaciones con colegas europeos que elogian el éxito de España en este campo, en especial si se considera que la universidad española era poco más que una caverna troglodita hace menos de cuatro décadas. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? R: La economía científica en España vive su mejor momento. Está por ver cómo afectarán la actual crisis y los recortes presupuestarios a esa situación, nº 128 g noviembre-diciembre 2010
pero ahora se están recogiendo los frutos del trabajo impagable de un grupo de economistas pioneros que a finales de los 70, después de completar su doctorado en EE. UU (algo muy poco común en aquella época) decidieron regresar a España para crear desde cero una cultura de docencia e investigación que fuera moderna, libre y competitiva. Lo consiguieron y su empuje y ejemplo ha continuado alimentando a las generaciones que hemos venido después. Estoy convencido de que esta modernización y liderazgo son imparables a pesar de que pueda sufrir los comprensibles altibajos debidos al ciclo económico. Muchos de mis colegas en España se encuentran en un entorno que es cada vez más propicio pero en el que aún deben luchar con innumerables e innecesarias horas de clase en aulas masificadas, lo que en parte se debe a las necesidades de financiación de las facultades y de la visión que se tiene en España de la universidad como garantía de empleo (sea el que sea). Existe cierta inquietud también sobre el resultado de la aplicación del plan Bolonia y, sobre todo, acerca de los recortes de fondos en educación justo en el momento en el que es más necesario que el país invierta en capital humano. P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: Creo que en este punto los economistas y, en especial, los que estamos en el mundo académico debemos asumir cierta responsabilidad y educar el debate público y a los responsables de elaborar políticas económicas. Esta necesidad se ha visto muy claramente durante el estallido de la crisis económica, en el que el debate en los medios ha estado dominado por charlata-
nes y otras gentes de disciplina intelectual, digamos, laxa. Para evitarlo, los economistas debemos dejar de lado la timidez que nos ha caracterizado y ayudar a que se tenga un debate riguroso y serio sobre qué se debe hacer. La dificultad para ello es en parte inevitable porque en economía la respuesta más frecuente a cualquier pregunta es «depende» y esa respuesta no gusta ni a los medios de comunicación, porque las respuestas complejas son difíciles de resumir y vender, ni a los políticos, que muchas veces necesitan ser vistos haciendo algo, sea lo que sea. El otro reto al que los economistas nos enfrentamos es que en un ambiente de recortes presupuestarios y mayor competición por los fondos, las ciencias sociales y las humanidades van a salir, están saliendo, perjudicadas. En parte eso refleja una actitud social que favorece saberes «prácticos», que «sirven para algo», que parecen encontrarse solo en las ciencias naturales y exactas. Esto se agravará a medida que el cambio climático vaya creando cambios más visibles en el mundo y nuestras vidas. Esta actitud hemos de aceptarla como comprensible pero también resulta peligrosa porque todo saber práctico fue abstracto en el momento de su gestación y no se puede saber qué conocimiento abstracto generado hoy podrá resultar de una utilidad directa en el futuro. El economista goza de cierta ventaja dentro de este proceso social porque el pensamiento económico es una herramienta poderosísima para comprender la realidad y sus problemas y así poder intervenir sobre ellos. Llevar ese mensaje a la sociedad, sin dogmatismos sino con claridad, es otro de los desafíos a los que nos enfrentamos actualmente los economistas. Coordina: Carolina López Álvarez Profesiones g 33
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Cruz Sánchez, arqueóloga madrileña El hecho de tener 45 años de edad y una familia que mantener, no supuso impedimento alguno a Cruz Sánchez, arqueóloga nacida en Madrid, para llevar a cabo su ilusión: estudiar la carrera de Geografía e Historia y hacerse arqueóloga. Pero ahí no acaba su reto. Tras pasar por la universidad, tanto española como francesa, se embarcó en un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona que la llevó a Siria, a un pueblecito cerca de Alepo. Todo un ejemplo de que, con ilusión y entusiasmo, todo es posible. Pregunta: ¿Cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: Tras quedar viuda, con 45 años de edad, me planteé la posibilidad de comenzar los estudios universitarios que con anterioridad no había podido realizar. Cursé los estudios de acceso a la universidad para mayores de 25 años y pude acceder a la carrera de Geografía e Historia, con especialidad en Historia Antigua, área que me apasiona. Cuando decidí hacer mi tesis sobre el origen de la arquitectura (el título concreto es Arquitectura doméstica en el Valle del Khabur, Siria) me trasladé a la Universidad de Lyon (Francia) con una beca. A partir de ese momento, entré en contacto con el profesor Miguel Molist, de la Autónoma de Barcelona, a cuyo equipo tuve el placer de unirme y así es como pude desplazarme a Siria con un equipo de profesionales de dicha universidad. P: ¿Cuál fue la razón que motivó su traslado? R: La razón radica principalmente en el interés que sentía hacia Oriente Próxi-
mo y, más concretamente, hacia Siria, donde poseen una riqueza de patrimonio enorme. Me hacía mucha ilusión poder viajar a aquel país, que tanto habíamos estudiado en los libros, y participar en un proyecto profesional como el que dirige el profesor Molist. Aunque mi edad y estilo de vida no concordaran con el prototipo de estudiante de Arqueología, mi entusiasmo y pasión hicieron que tuviera esa oportunidad y estoy inmensamente satisfecha.
Al contrario de lo que se suele pensar, los sirios son un pueblo respetuoso y tolerante. Además, la comida es muy parecida a la española. 32 g Profesiones
P: ¿Qué ventajas tiene el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: Para mí, la ventaja esencial es que te da la oportunidad de vivir experiencias diferentes a las que te verías expuesto si te quedas en tu país. Además, en mi caso, la arqueología en España es totalmente diferente ya que se trata de cronologías distintas y, por tanto, todo te enriquece. Por otro lado, conoces a personas y visitas lugares de extraordinario valor para tu vida, así como tienes acceso a hallazgos de la historia que jamás podrías haber imaginado. Aparte de los cuatro equipos arqueológicos que estábamos allí, también había profesionales procedentes de Francia, Italia, Inglaterra, los Estados Unidos, etcétera, lo que te proporciona el intercambio de perspectivas y experiencias realmente positivas. P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: En mi caso, el mayor inconveniente de mi trabajo en Siria fue tener que separarme de mi familia. Llevo trabajando en este proyecto (en el yacimiento neolítico de Tell Halula) desde 1992, aunque normalmente tan solo pasábamos dos meses al año en territorio sirio, nº 129 g enero-febrero 2011
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ya que con las clases de la universidad era imposible ausentarnos más tiempo. Durante esos dos meses, realizábamos el trabajo de campo y de laboratorio correspondiente, y el resto del año nuestro trabajo se basaba en la puesta en común de las anotaciones de todos los profesionales de los distintos equipos presentes en Siria y la extracción de interpretaciones y conclusiones. Es una labor realmente apasionante. En mi caso, ni el idioma ni la cultura o costumbres del país supusieron inconveniente alguno. Al contrario de lo que se suele pensar, los sirios son un pueblo muy respetuoso y tolerante. Además, la comida es muy parecida a la española. A partir del año 2003, debido a que fui sometida a una operación de cadera, las estancias en Siria han sido cada vez más cortas y esporádicas. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «arqueólogo/a español/a» en el extranjero? R: Debido a que en Siria se valora mucho el patrimonio que poseen, recono-
Debido a que en Siria se valora mucho el patrimonio que poseen, reconocen de la misma manera a todos aquellos profesionales que trabajamos por la conservación de dicha riqueza cultural. cen de la misma manera a todos aquellos profesionales que trabajamos por la conservación de dicha riqueza cultural. Se sienten orgullosos de poder trabajar con equipos multidisciplinares internacionales (junto a nuestro asentamiento se encuentran también profesionales franceses, italianos, holandeses, belgas, alemanes y japoneses, entre otros) y poder aprender junto a ellos. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: Sinceramente, creo que está muy mal. Cuesta mucho encontrar trabajo, más allá de ocupaciones como la de profesor o en empresas de la construcción. No obstante, existen muchas
comunidades autónomas que están exigiendo informes de arqueólogos sobre terrenos antes de edificar o de realizar cualquier actuación y ello incrementa la oferta de empleo. El problema reside, en mi opinión, en la falta de valoración y reconocimiento que se tiene en nuestro país de todo aquello que tiene que ver con la cultura y esto se traduce en una falta de apoyo, inversión y financiación en temas como los que afectan a los arqueólogos. Es una pena porque los valores nacen de la cultura, de las raíces, de los antepasados y habría que prestarle mucha más atención. P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: La profesión del arqueólogo ya está caminando, desde hace algún tiempo, en paralelo con las nuevas tecnologías, la protección y conservación del medioambiente, entre otras materias. La implantación de las nuevas tecnologías en la arqueología está permitiendo una mayor rapidez en el estudio de las piezas y mayor fiabilidad en las conclusiones que se extraen lo que, sin duda, constituye un interesante paso en el conocimiento de la historia de la humanidad.
Coordina: Carolina López Álvarez nº 129 g enero-febrero 2011
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Fernando González-Posada, físico madrileño Aunque en un principio sus inquietudes se situaban más lejos, Fernando González-Posada, investigador posdoctoral, reconoce que el hecho de trabajar en Grenoble (Francia) es toda una ventaja. A pesar de la multitud de procesos administrativos que tuvo que superar, el físico madrileño considera que el hecho de haberse trasladado a trabajar al extranjero es el valor más grande que le ha podido dar a sus estudios de Ciencias Físicas. En su opinión, la atención a la innovación y la comprensión de nuevas disciplinas, como la nanotecnología, resultan vitales para el futuro de su profesión. Pregunta: ¿Cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: La decisión la tomé a mediados del año 2010. Después de terminar mi tesis en la Universidad Politécnica de Madrid, a medias entre el departamento de Ingeniería Electrónica de la E. T. S. I. de Telecomunicación y el Instituto de Sistemas Optoelectrónicos y Microtecnología, decidí tomarme un tiempo de reflexión sobre dónde continuar mi carrera científica. La distancia y la perspectiva me recordaron que el título de doctor es una acreditación clara y directa para emprender la carrera profesional en el extranjero. En un principio, me centré en tres países concretos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia; y busqué estancias posdoctorales en campos muy diferentes, desde la codificación de información cuántica hasta la pedagogía universitaria en ciencias. Mis intereses científicos son muy amplios, y ante algunas negativas a mis solicitudes, tomé la decisión de realizar una serie de autocandidaturas.
Escribí un correo electrónico con mi currículo y una carta de presentación personalizada a una serie de personas concretas que había conocido durante mis años de tesis, más relacionadas con mi campo de investigación previo, con el objetivo de continuar mi experiencia profesional como investigar científico. P: ¿Cuáles fue las razones que motivaron su traslado? R: Lo hice para tener una experiencia de aprendizaje que me enriqueciera tanto profesional como personalmente. Una vez concretada la oportunidad real
Creo que un físico es siempre un valor que está en alza. Siempre nos adaptamos a la situación laboral en la que nos encontramos. Tenemos una capacidad especial para la abstracción, ordenación y resolución de problemas en diferentes campos científicos y, algunas veces, no tan científicos. 30 g Profesiones
de venir al CEA-Grenoble, consideré una gran ventaja la proximidad y su comunicación con Madrid. Ahora, con la modernización de las tecnologías, nos podemos ver y hablar en un «abrir y cerrar de ojos», pero hay veces que es mejor estar cerca. En términos profesionales, CEA-Grenoble es un centro científico de referencia para Europa y Estados Unidos, con unos medios muy completos para realizar investigación científica, sin perder de vista las aplicaciones reales mediante una estrecha relación con diferentes empresas tecnológicas. La última razón, y no por ello menos importante, fueron las buenas referencias personales y laborales que me dieron, y obtuve, de las personas con las que iba a trabajar. P: ¿Qué ventajas posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: Le veo muchas ventajas. Pertenezco a la generación Erasmus, realicé mi último año de licenciatura en Toulouse (Francia). Creo que es el valor más grande que le pude añadir a mis estudios en Ciencias Físicas. Sinceramente, considero que todo el mundo debería poder disfrutar de esta experiencia. En el ámbito personal, la carrera profesional en el extranjero te permite un intercambio cultural que siempre favonº 133 g septiembre-octubre 2011
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rece tu crecimiento como persona. Se comienza por conocer y controlar una lengua diferente a la materna, pero se profundizan en las raíces culturales, que conllevan el descubrimiento e incorporación de un montón de actividades a tu vida personal. En el ámbito laboral, el CEA es un centro estratégico de investigación puntero, en donde se concentra un gran número de personas de diferentes disciplinas. El intercambio de experiencias se multiplica en el día a día y es muy rico, prácticamente sin salir del centro de investigación. P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que tuvo que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: Los procesos administrativos. La entrada en el CEA tiene un paso previo administrativo muy intenso, en un primer momento, pues es necesario recopilar una serie de información, que se culmina con una espera llena de paciencia. Una vez en el CEA y en Grenoble, me sorprende la cantidad de diferentes papeles que consideran necesarios para la vida diaria. Es una lacra todos los procesos administrativos que se imponen dentro del propio centro a los trabajadores por cualquier motivo. Menos mal que vine con toda una carpeta llena de papeles, desde mi título de doctor traducido, hasta mi certificado de nacimiento internacional, pasando por unas cuantas fotos y fotocopias del pasaporte. Todo ha sido útil. Es muy interesante el número y la diversidad de papeles que debes aportar para todo, desde la apertura de cuenta hasta el alquiler del piso, pasando por el teléfono. En general, todos estos procesos administrativos están inmersos en un uso indiscriminado de acrónimos, muy común de la cultura francesa. nº 133 g septiembre-octubre 2011
Considero que hay que saber adaptarse y especializarse, dentro de un marco interdisciplinar. La mayoría de las disciplinas científicas se están entrelazando y se valora de forma muy positiva un enfoque de la investigación desde diferentes puntos de vista. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «físico español» en el extranjero? R: Creo que con mucho respecto e incluso con envidia. A veces parece que tenemos siempre la capacidad de trabajar a fondo y también de «hacer la fiesta». Desde mi perspectiva, creo que estamos en diferentes disciplinas científicas en muchos centros europeos e internacionales de prestigio. Tengo compañeros de promoción trabajando en el extranjero, así como otros tantos doctores realizando investigación. En general, todas las personas comentan el alto nivel de preparación, sobre todo teórica, respecto a otros países. P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: Creo que un físico es siempre un valor que está en alza. Siempre nos adaptamos a la situación laboral en la que nos encontramos. Tenemos una capacidad especial para la abstracción, ordenación y resolución de problemas en diferentes campos científicos y, algunas veces, no tan científicos. No tengo una concepción general de la profesión en España; aunque siempre se dice que un físico encuentra trabajo. En mi círculo personal, todos mis compañeros de facultad están trabajando en diferentes dominios científicos. Aproximadamente, la mitad se quedaron en España, y el resto estamos en diferentes países: Portugal, Estados Unidos, el Reino Unido y Bélgica.
P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: Considero que hay que saber adaptarse y especializarse, dentro de un marco interdisciplinar. La mayoría de las disciplinas científicas se están entrelazando y se valora de forma muy positiva un enfoque de la investigación desde diferentes puntos de vista. Un ejemplo concreto es el acercamiento de la ingeniería de telecomunicaciones y la física con la medicina, la biología y la química. En mi caso particular, la ingeniería/tecnología de materiales ha introducido una variable muy especial por la reducción del tamaño de trabajo. En este sentido, nuestro trabajo se enfoca en el mundo nanotecnológico. En términos coloquiales, trabajo haciendo fotos, construyendo y midiendo en tamaños un millón de veces más pequeños que una de las pequeñas rayas de una regla común y corriente. Es todo un mundo nuevo, donde hay mucho espacio para trabajar y, desde luego, mucho para aprender. En este sentido, considero vital aportar nuestro conocimiento, prestar atención a innovar y modificar nuestra comprensión en estas nuevas disciplinas para continuar nuestro aprendizaje. En este nuevo mundo profesional, frente a la capacidad tradicional de permanecer o conservar un trabajo, personalmente, valoro más las diferentes experiencias profesionales, sobre todo en el extranjero, de cara a mi futuro profesional. Coordina: Carolina López Álvarez Profesiones g 31
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Francisco Pereira Vicente, ingeniero técnico industrial bilbaíno Su incansable búsqueda de un puesto de trabajo con sentido donde desplegar sus conocimientos en electrónica, llevó a Francisco Pereira a aterrizar en Birmingham (Inglaterra) en 2003. Fue al segundo año de estar allí cuando encontró su «lugar» en una empresa de diseño y fabricación de fuentes de alimentación conmutadas de alto voltaje donde, después de afianzarse realizando pruebas eléctricas y reparando equipos, le han dado la oportunidad de desarrollar su «pasión» por la electrónica en el departamento de I+D, tal y como siempre había deseado. El respeto hacia el trabajador, la educación de sus compañeros y unas mejores condiciones laborales son los principales aspectos resaltados por el ingeniero técnico vasco en lo que a su aventura profesional ‘a la inglesa’ se refiere. Pregunta: ¿Cómo y cuándo tomó la decisión de emprender su carrera profesional en el extranjero? Respuesta: No me resulta fácil contestar al «cómo». Marcharme a otro país, lejos de las personas a las que quiero, con apenas dinero para uno o dos meses, sin trabajo, y con la cantidad de dificultades que entonces ya preveía en mi camino, fue una decisión que me llevó un tiempo de reflexión. Sin embargo, tenía una maleta llena de sueños, mucha energía, y por supuesto, el curriculum y toda la documentación bien organizada. Aterricé en Birmingham (West Midlands), un 28 de octubre del 2003, con 32 años. Un amigo que estaba pasando tres meses allí me ofreció compartir alojamiento durante las primeras semanas y... hasta hoy. Viví en Birmingham hasta febrero del 2008, momento en que me trasladé, dentro de la misma empresa, a otra fábrica situada en el sur de Inglaterra, concretamente, en Worthing (West Sussex), donde resido desde entonces. P: ¿Cuáles son las razones que motivaron su traslado? R: Aunque me atraía la idea de aprender inglés y cambiar de aires, las razones prin34 g Profesiones
ferente» fue intentar desarrollar mi carrera profesional en otro lugar, en Inglaterra. Esta opción me sirvió a mí, bajo mis circunstancias personales y por mi forma de ser. Yo no diría a nadie lo que debe de hacer ante una situación similar, ya que pienso que cada persona debe buscar su propio camino. Además, encontrar un buen trabajo en Inglaterra puede ser tan difícil o más que en cualquier parte; lo que ocurre es que hay más oportunidades.
cipales por las que decidí marcharme de España fueron laborales, la decepción, el descontento y la falta de oportunidades. Básicamente, buscaba encontrar sentido al hecho de haberme pasado tantos años estudiando electrónica, mi pasión, que era en lo que quería trabajar. Aunque lo intenté, no logré encontrar una formación coherente en las empresas, un puesto de trabajo con una progresión lógica en el aprendizaje, un ambiente agradable con gente positiva, constructiva y colaboradora. Buscaba darme la oportunidad a mí mismo de encontrar todo eso y no resignarme a estar mal. Tuve que decidir entre seguir en esa situación o hacer «algo diferente». En mi caso, ese «algo di-
P: ¿Qué ventajas posee el hecho de desarrollar una carrera profesional fuera del país de nacimiento? R: En primer lugar, se aprende un idioma diferente al materno, con todas las ventajas que ello conlleva. Básicamente, te puedes comunicar con más personas en casi cualquier parte del mundo, y eso para mí es algo estupendo. Pienso que trabajar en un país como Inglaterra, con una sociedad multicultural, donde se pueden intercambiar ideas y costumbres constantemente, es algo que enriquece mucho y facilita ver la sociedad, y el mundo en general, desde una perspectiva más amplia. Además, en Inglaterra las relaciones interpersonales dentro de la empresa se cuidan mucho más y esto hace la vida algo nº 134 g noviembre-diciembre 2011
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más agradable. Muchas veces pienso que es simplemente una cuestión de respeto... Estoy convencido de que España podría ser un país mucho más próspero y lleno de oportunidades. Es muy fácil echar solo la culpa a los políticos, cuando realmente estamos ante un problema ético de toda la sociedad (no solo española) más que económico. Espero que, si algún día, la mitad de mí que se trasladó a Inglaterra regresa a España, mi querido país, pueda comprobar que se salió adelante entre todos, y que los recién titulados no tienen que marcharse a abrillantar suelos con el título a otros países por la falta de oportunidades, como me pasó a mí al principio. Precisamente el hecho de que en Inglaterra haya más oportunidades de encontrar un puesto de trabajo especializado en el campo de la electrónica que en España, también lo considero como una ventaja fundamental. P: ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en su aventura profesional en el extranjero? R: El principal obstáculo es el idioma. Al principio no sabía hablar inglés suficientemente y no entendía nada. Así, era altamente improbable poder trabajar como ingeniero. Sin embargo, al cabo de un tiempo logré un trabajo en la empresa de electrónica en la que aún hoy trabajo, y debo decir que la progresión en mi carrera profesional ha sido directamente proporcional al nivel de inglés aprendido. Otro obstáculo fue la errónea equiparación que UK Naric hace del título de Ingeniero Técnico. P: Según su experiencia, ¿cómo es percibida la marca «ingeniero técnico industrial español» en el extranjero? R: Se le concede un prestigio al pronunciar la palabra “ingeniero”, pero ahí termina todo. En realidad, si después no se aclara, no entienden de qué nivel se está hablando, lo que, además, es normal. La terminología que se utiliza aquí para especificar el nivel de estudios es diferente; cuando se acude a una entrevista de trabajo, lo primero que necesitan saber en relación a la formación académica es qué significa eso de «ingeniero técnico industrial español». Necesitan compararlo con lo que ellos ya conocen, como los títulos de Bachelor (BEng, o BSc), por ejemplo. Puede ocurrir que algunas empresas, o agencias de trabajo, quieran hacer sus comprobaciones y solicinº 134 g noviembre-diciembre 2011
ten a UK Naric un certificado de comparabilidad, pero en el caso de los ingenieros técnicos industriales este certificado nos deja en desventaja con respecto a los títulos de Bachelor, aunque ambos sean estudios universitarios de al menos tres años de duración. Este es un tema en el que sé que se está trabajando, aunque según parece los ingleses de momento no ceden… P: Desde su perspectiva, ¿cómo calificaría la situación de su profesión en España? R: Reconozco que estoy mejor informado de cómo está la situación de la ingeniería en Inglaterra, así que simplemente diré que tradicionalmente los ingenieros técnicos nos hemos adaptado bien en entornos con equipos multidisciplinares. Además, un ingeniero técnico puede estar un día en la oficina con su programa de CAD y otro examinando un detalle debajo de una máquina, por ejemplo. Son situaciones cotidianas de cualquier fábrica, y esa capacidad de adaptarnos sumada a nuestra capacidad de analizar y resolver diferentes problemas de manera eficaz nos aporta un valor importante que no pasa desapercibido por las empresas. Entiendo que este valor no se ha perdido y que seguirá así. P: ¿Cómo ve que están sus colegas de profesión que residen y trabajan en España? R: Mis colegas de profesión tienen quizás todo el prestigio que se merecen, pero peores condiciones laborales. En general, en España se trabajan más horas, y la flexibilidad horaria en muchísimos casos se da por supuesta («me voy a casa cuando el jefe no me vea salir por la puerta»), con lo que es más difícil organizar los planes de la vida personal después del trabajo. Veo necesario revisar la mentalidad de trabajar más horas por la de trabajar de manera más eficaz.
P: ¿Hacia dónde cree que debería caminar su profesión para garantizarse una modernizada permanencia en el futuro? R: En España, supongo que nuestra profesión debería caminar dando a la I+D+I la importancia necesaria. Además, creo que es importante establecer lazos permanentes mediante una comunicación fluida entre las universidades y las empresas. Es fundamental aprovechar y valorar la energía, ilusión y capacidad de muchos ingenieros recién titulados y ofrecerles la oportunidad de formar equipos con ingenieros de más experiencia, en un ambiente de colaboración y objetivo común. De este modo, prácticamente se garantizaría un ambiente positivo con gente que trabaja de manera honesta. Estoy convencido de que solo así se puede salir adelante y garantizar la permanencia. Sé que muchas empresas no pueden ofrecer oportunidades, pero otras muchas simplemente no quieren porque solo miran el pequeño obstáculo en el camino de sus intereses, en lugar de levantar la vista hacia un horizonte más duradero que ofrezca nuevas oportunidades. Además, de este modo, los ingenieros no tendrían que marcharse a otros países donde sí ofrecen estas oportunidades. Bajo mi punto de vista, en España se desaprovecha el talento de muchos ingenieros. En general, tampoco se presta la atención necesaria a la competencia y barreras existentes entre muchos compañeros dentro de las mismas empresas. Esto no facilita la colaboración. Parece que no se percibe que trabajar en un ambiente incómodo repercute en el bienestar de todos y, al final, en el futuro de la propia empresa. Coordina: Carolina López Álvarez Profesiones g 35