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Análisis del tejido empresarial de servicios profesionales (I)
El tejido empresarial de las profesiones en España: robusto, innovador y experimentado Eugenio Sánchez Gallego Comprender con hondura el funcionamiento y necesidades del tejido empresarial de un país cobra hoy más trascendencia de ventaja comparativa en el inestable contexto provocado por el COVID-19. Desde Unión Profesional se ha considerado pertinente realizar una prospección de nuestra red productiva y, singularmente, sobre los aspectos diferenciales del subsector de servicios profesionales1 en el que ejercen las profesiones colegiadas. En esta primera entrega nos centraremos en la esfera nacional para, después, ampliar el foco hacia la Unión Europea. Algunos datos nos sitúan en la gravedad. El Círculo de Empresarios estimó una destrucción de 150.000 empresas que podría acelerarse en septiembre según su informe Transformación del Modelo Productivo Español del 2 de julio. Cifra no demasiado alejada del registro de empresas en la Seguridad Social, con casi 108.000 menos entre febrero y mayo. Es decir, aquellas que no tienen afiliaciones de alta al estar en pausa. Como indica el Banco de España, si esa situación se mantiene la evidencia empírica avala que acabarán desapareciendo. En cuanto al patrón de caída, los sectores estacionales y de proximidad física imprescindible serían los más afectados conforme a la incertidumbre y el endeble tono previsto para el verano. Una vulnerabilidad con tendencia, el Registro Mercantil Central confirmó que en el 2019 el 40% de las empresas creadas se dedicó a la construcción, la hostelería y el resto del sector turístico. Efectivamente, el turismo constituye el 19,1% de las empresas a tenor de la Cuenta satélite ad hoc del Instituto Nacional de Estadística (INE). No obstante, es el sector del comercio, al por mayor y al por menor junto con la venta de vehículos, con un 22% el mayoritario. Lo que apenas se menciona es que el subsector de servicios profesionales representa el 19,02%, un peso específico que se traduce también en la prestación de servicios, como bienes intermedios, al cúmulo de sectores sin la cual no podrían tener un adecuado y más competitivo desempeño. Las empresas del sector de la construcción solo suponen el 12,56%, casi seis puntos menos que a comienzos del 2008 por la crisis inmobiliaria. Otro argumento negativo esgrimido es que el tamaño medio empresarial en nuestro país es muy reducido en comparación con los países de nuestro entorno. Tema que será analizado, pero sirva como primer contraste
que en la Unión Europea (UE), las microempresas son el 94,2% del total mientras que en España son el 95,8% a partir de Eurostat. En el subsector de las profesiones son el 97,1% en nuestro país, frente al dato medio del 96,2% en la UE. Diferencias no especialmente significativas que nos despojan, en buena medida, de este complejo y nos permite abundar en el comportamiento evidenciado por las profesiones en los últimos años para extraer reflexiones más afinadas. Las profesiones, alternativa de modelo Si calculamos el tejido empresarial, con excepción de las profesiones, a inicio del 2019 es un 4,1% inferior al que existía en el 2008. Entretanto, el subsector registró un crecimiento de casi el 10% en el mismo periodo. El origen de esta divergencia parece múltiple: la construcción, el comercio y la industria manufacturera han cedido espacio progresivamente a causa de los ajustes que produjo la Gran Recesión; al mismo tiempo, las profesiones colegiadas, los sectores de telecomunicaciones, educación y las actividades administrativas y auxiliares, —estas últimas, derivado del efecto arrastre como empleo indirecto— esbozan una alternativa no excluyente para un sugerente cambio de modelo productivo, que podría ser potenciado, y cuya propuesta es otorgar alto valor añadido a las relaciones socioeconómicas. Cuando descendemos al detalle del subsector, se aprecian algunas disparidades llamativas: las actividades sanitarias supusieron 4 de cada 10 empresas creadas, con más clínicas y centros privados ante la mayor demanda de estos servicios en el intervalo señalado. Inversamente, la división de servicios de arquitectura e ingeniería protagonizó 2 de cada 3 empresas destruidas, resultado, en gran parte, del menor pulso industrial y de la construcción descritos que dejó su huella sobre los estudios de estos profesionales hasta el 2017. Líderes en gasto en I+D Habría más explicaciones de prisma técnico y ortodoxo para esta evolución favorable de las profesiones. Una sería la innovación, al achacarse menor capacidad innovadora a tamaños empresariales menudos. Sin embargo, con la Estadística sobre actividades de I+D del INE, el tejido del subsector obró el 30,3% del gasto en I+D en España, el más destacado durante el 2018. Incluso, asciende al 42,3% si discriminamos por empresas de me-
1 Para su análisis más fiel se contempla de forma agregada la división 66 - Actividades auxiliares a los servicios financieros y a los seguros, la sección MActividades profesionales, científicas y técnicas, y la sección Q - Actividades sanitarias y de servicios sociales. Cuando es posible desagregar, también se contemplan algunas clases del sector de la educación asociadas.
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nº 186 g julio-agosto 2020