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Por Rafael Moreno

La evidencia del comportamiento prosocial, clave frente a la pandemia

Eugenio Sánchez Gallego ENFOQUE

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En medio de una nueva crecida de contagios del COVID-19, fraguada durante el verano que amenaza con arreciar de cara al otoño e invierno, surcamos un escenario en el que la incertidumbre, la confusión y la desconfianza tienden a condicionar con mayor intensidad nuestras relaciones socioeconómicas. Un clima enrarecido y agravado por dos motivos esenciales: no se percibe un liderazgo claro y un rumbo coherente en la toma pública de decisiones, y el sentir de la sociedad muestra una preocupante fractura en función del signo político, las variadas necesidades personales y los referentes mediáticos antagónicos. Como sostiene el experto en economía conductual, Cass Sunstein, la opinión pública bebe hoy fundamentalmente de las redes sociales, un ecosistema «diseñado predominantemente para captar la atención del usuario en lugar de promover la cognición deliberada y la elección autónoma»1. No es algo nuevo, pero sí parece haberse intensificado en los últimos meses.

Heterogeneidad en la percepción del riesgo Otros artículos sugieren que la fragmentación social tiene una lógica más compleja que debiera alejarse del maniqueísmo en un contexto de volubles restricciones de movilidad y asumiendo un horizonte temporal más largo para afrontar esta situación. El nivel de percepción del riesgo no es homogéneo y cada persona recalibra actualmente el nivel de apertura asumible en función de su responsabilidad, creencias, información y obligaciones en sus salidas sociales y laborales. En esta apreciación diversa que deviene irremediablemente en equívoco y fricción ha abundado también una presentación de la problemática desde la política y los medios, tamizada o presumiblemente interesada, para no generar alarmismo y defender su gestión; una descripción popular de la sintomatología del virus muy similar a un resfriado o gripe que solo afecta gravemente a las personas de avanzada edad; o que, más allá de alguna imagen de hospital y goteo anónimo de cifras, las ambulancias no han inundado las calles cual imaginario de gravedad como apuntó igualmente el economista Syon Bhanot2 .

Comportamiento prosocial versus individualista Con todo, la literatura empírica ad hoc parece converger en un elemento clave que predice un mayor porcentaje de éxito cuando una sociedad afronta una pandemia: el comportamiento prosocial o colectivista. Según un estudio3 de la Universidad de Zurich «es más probable que los individuos prosociales sigan las pautas de distanciamiento físico, se queden en casa cuando estén enfermos y se compren mascarillas». E incide en un elemento relevante sobre su influencia en la eficacia de una estrategia debido a que la efectividad de una política puede depender del grado de prosocialidad. En cuanto al germen de este concepto, otro artículo4 publicado en agosto en The Royal Society subrayaba que la confianza y la honradez están en el sustrato de las interacciones sociales y económicas continuadas e igualmente en otras formas de comportamiento prosocial. Por el contrario, un estudio en Nature5 en el 2018 afirmaba que «los valores individualistas están relacionados con un aumento en los brotes de enfermedades infecciosas».

Coherencia, claridad y referentes profesionales Entre las herramientas o principios que pueden fomentar, o no, un comportamiento prosocial encontramos la costumbre o hábito previo adquirido que otorga madurar en cada sociedad, pero también otros resortes para impulsar el interés colectivo como vivificar el concepto de reputación en una comunidad, citado por Bhanot, que versa sobre el cumplimiento de una norma clara, por ejemplo de tráfico o respeto de hacer fila, cuya vulneración pueda producir la sensación de ridículo o sinsentido en el causante. Para ello, indica que el establecimiento de una norma y su comunicación ha de ser claro. En esta materia han trabajado los profesores de economía conductual Lunn y Delaney6 al exponer que las normas y directrices emitidas sobre el COVID-19 deberían responder a un principio bajo el cual «podamos ver claramente por qué y cómo lo que se nos pide que hagamos es lo mejor para todos» y añaden que la cooperación tenderá a descender si se observan incoherencias e injusticia en las medidas aplicadas. En tal sentido, abonan la idea fundamental de recibir una información clara, coherente y autorizada. En este punto los profesionales junto con sus organizaciones colegiales están desempeñando un papel crítico en la obtención, filtrado y divulgación de la información veraz y útil. Entre otros motivos, la protección del interés público y la defensa y articulación de los derechos es la piedra angular de sus actuaciones. A ello, hemos de añadir su vanguardia en cuanto a la formación continuada que cultivan y que les hace depositarios del conocimiento científico más avanzado que ha de guiar las actuaciones frente a la pandemia, pero también para gestionar la desafiante recuperación socioeconómica. Las administraciones habrían de hacerles más participes de esas decisiones para reforzar y afinar las políticas de manera integrada. Una fórmula de conocimiento, autoridad, evidencia empírica y sensibilidad que se erigiría así en una de las brújulas de consenso más determinantes para todos los agentes sociales.

1 Lorenz-Spreen, P., Lewandowsky, S., Sunstein, C. R., & Hertwig, R. (2020). How behavioural sciences can promote truth, autonomy and democratic discourse online. Nature Human Behaviour. 2 Behavioral economists on why some people resist wearing masks. Recuperado de https://www.npr.org/2020/08/18/903433755/behavioral-economistsonwhy-some-people-resist-wearing-masks. 3 Campos-Mercade, P., Meier, A., Schneider, F., & Wengström, E. (2020). Prosociality predicts health behaviors during the COVID-19 pandemic. (). 4 Kumar, A., Capraro, V., & Perc, M. (2020). The evolution of trust and trustworthiness. Journal of the Royal Society Interface, 17(169), 20200491. 5 Morand, S., & Walther, B. A. (2018). Individualistic values are related to an increase in the outbreaks of infectious diseases and zoonotic diseases. Scientific Reports, 8(1), 1-9. doi:10.1038/s41598-018-22014-4. 6 Lunn, P. y Delaney, L. (2020, 24 de Agosto). High-profile people must lead by example in pandemic. Recuperado de https://www.irishtimes.com/ opinion/high-profile-people-must-lead-by-example-in-pandemic-1.4336062

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