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La ingeniería, pilar para el desarrollo sostenible del futuro. Por José A. Galdón

Profesiones: orizonteH 2050

La ingeniería, pilar para el desarrollo sostenible del futuro

José Antonio Galdón Ruiz Presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI)

Hablar del año 2050 como un horizonte cierto resulta solo concebible en el ámbito temporal, que además llegará, antes de que nos queramos dar cuenta, pero poder prever cual será la situación de la humanidad para esta mitad de siglo, resulta cuanto menos un tanto osado. Y es que el ritmo vertiginoso de los acontecimientos y de la evolución tecnológica, nos puede llevar a pensar que todo será muy diferente a lo que concebimos o podemos intuir que será. Cualquiera de las innovaciones que se están estudiando y desarrollando lo pueden cambiar todo, y marcar una nueva era, y no hablo solo de todo lo que tiene que ver con la digitalización e inteligencia artificial, que sin duda lo están haciendo ya, sino que me refiero además a lo esencial para la vida, es decir agua y energía, que siguen siendo el eje sobre el que pivota el desarrollo de las sociedades. Y son quizás, estos últimos, los grandes retos que tiene nuestra profesión, en particular, y la ingeniería, en general, por lo que podemos entender que estará claramente condicionada por todo aquello que seamos capaces de desarrollar e implementar con éxito, pero partiendo siempre de los objetivos de sostenibilidad que nos hemos marcado.

Debemos prepararnos para utilizar con éxito todas las nuevas tecnologías a nuestro alcance, y ello nos convierte en una profesión donde resulta 'obligatoria' la formación continua y continuada en el tiempo Nuestra profesión está presente en la práctica totalidad de los ámbitos de la sociedad (industrial, energía, sanitaria, residencial, urbana, agua, residuos, etc…), y tenemos como misión la de mejorar, solucionar y crear nuevos modelos más eficientes y adaptados

Adaptar la deontología y el ejercicio Por tanto, lo único que tenemos claro como profesión, hoy por hoy, es nuestra misión y la necesidad de estar preparados, lo cual, y sinceramente creo, es lo más importante, porque sabiendo donde queremos llegar y lo que necesitamos, será mucho más fácil encontrar el camino hacia el objetivo. Dicho todo lo anterior, que puede resultar abstracto y quizás hasta un poco filosófico, lo que es evidente es que debemos prepararnos para utilizar con éxito todas las nuevas tecnologías a nuestro alcance, y ello nos convierte en una profesión donde resulta 'obligatoria' la formación continua y continuada en el tiempo, sin olvidarnos de adaptar la deontología y la práctica profesional a los nuevos tiempos, labor que será imprescindible abordar por los colegios profesionales. Y esto es así porque las profesiones en general estamos al servicio de la sociedad, y tenemos la misión de ofrecer los servicios que necesitan, y no cabe duda de que estos están cambiando. Pero además, debemos ser capaces de ofrecer una mejor calidad de vida para todos, ofreciendo a su vez soluciones que nos permitan conciliar trabajo, familia y ocio, alargar nuestra esperanza de vida, y contribuir al progreso de las generaciones que nos siguen.

Favorecer el progreso de la sociedad Nuestra profesión está presente en la práctica totalidad de los ámbitos de la sociedad (industrial, energía, sanitaria, residencial, urbana, agua, residuos, etc…), y tenemos como misión la de mejorar, solucionar y crear nuevos modelos más eficientes y adaptados a los nuevos requerimientos. Sinceramente creo, que en estos momentos la ingeniería, en su conjunto, es una profesión imprescindible, de la que depende en gran medida el progreso de la sociedad, y por tanto presenta un futuro prometedor, pero a su vez, requiere de un cambio de modelo, menos rígido y más competitivo, que permita poner en valor y proyectar la preparación individual sin límites ni barreras mas allá de las del conocimiento. Y es ahí, donde los colegios debemos asumir un papel protagonista dotándonos de instrumentos que permitan esa evolución con el mismo nivel de garantías y seguridad que venimos ofreciendo. No podemos permanecer estáticos en una sociedad dinámica, y tenemos la obligación de impulsar, generar y trasladar ese desarrollo a nuestra sociedad, desde una óptica profesional, pragmática y rigurosa, que transmita la certidumbre y la seguridad en el futuro que todos necesitamos. La sociedad del año 2050 será aquella que seamos capaces de construir, y si no queremos fracasar, debemos mejorar y mucho el presente.

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