47
CAPÍTULO
2
48
49
La esencia de la mediaci贸n, cultura de paz y compromiso social Jorge pesqueira (m茅xico) graciela Tapia (argenTina) moderador: Juan carlos Vezzulla (porTugal)
"Debemos relacionarnos de manera distinta para construir la paz"
En la vida diaria, cada cual da su dosis de destructividad y, en consecuencia, damos plena vigencia y perpetuación a la violencia que, en el mundo de hoy, ha proliferado. ¿Pensar en la construcción de paz es una utopía? No.
octor en Derecho y en Sociología, con maestría en Políticas de Seguridad Pública, y estudios en Criminología y Mediación. Cuenta con licenciatura en Derecho, especialización en Sociología Política, en Antropología Criminal y en Psicoterapia Familiar Sistémica. Tiene amplia trayectoria como conferencista nacional e internacional y es presidente de congresos académicos. Coordina el Postgrado en Derecho de la Universidad de Sonora (México). Es investigador en diversos organismos nacionales e internacionales y es Secretario General del Centro Internacional de Estudios sobre Democracia y Paz Social. Es Presidente del Instituto de Mediación de México; Presidente del Centro de Mediación y Arbitraje Comercial del Noroeste de México y Coordinador General del Instituto Mexicano de Investigación.
52
I. Proliferación de la violencia Las relaciones violentas y destructivas, interpersonales, grupales y entre naciones, fincadas en la concepción atávica del uso del poder para controlar, someter, dominar y, en ocasiones, eliminar a quienes percibimos como nuestro contrario, hunden sus raíces en los oscuros callejones de nuestra historia desde el surgimiento de comunidades ancestrales. Los esfuerzos de mentes talentosas de las que tenemos noticia a través de civilizaciones que nos precedieron, por mostrarnos que la violencia contradice la esencia de nuestra especie y, en consecuencia, la de cada uno de nosotros, han sido infructuosos hasta ahora. La violencia en el mundo en que vivimos se ha diseminado en las instituciones sociales de todas las naciones del planeta y esta realidad nos compromete, en cada nación, a reflexionar sobre las consecuencias en la vida gregaria y comunitaria de este cáncer que corroe la vida social y, en consecuencia, la sana convivencia humana. Admitamos que los seres humanos hemos desgarrado vestiduras y nos hemos manifestado una y otra vez contra la violencia, a la cual, paradójicamente en aras de alcanzar la paz, le hemos declarado una guerra sin tregua y sin cuartel; aunque en la vida cotidiana aportamos dosis de agresividad que contribuyen a mantenerla y a perpetuarla. En el seno de cada cultura nacional, independientemente de la pluriculturalidad interna, observamos cómo se multiplican los conflictos y cómo es que en la abrumadora mayoría de los casos los abordamos destructivamente, en ocasiones de manera sutil y aparentemente imperceptible y, en otras tantas, con una brutalidad que coloca en tela de duda nuestra naturaleza esencialmente bondadosa. Quienes habitamos en la actualidad el planeta y cada una de sus regiones, naci-
mos en tiempos cuyo signo distintivo es la violencia, en los que los sistemas socioeconómicos exaltan el individualismo y valores relativos, producto de una cultura alienante y alienada, que lejos de cohesionarnos nos enfrenta exacerbando la concepción existencial del primero yo, luego yo y después yo.
A. El mundo del "yo" Un individualismo en el que el otro tiene cabida en nuestra vida sólo si se alinea a nuestros intereses, concepciones y creencias, necesariamente produce conflictos y el abordaje de éstos a través del uso y del abuso del poder. Claro está, si desde nuestro alumbramiento, incluso desde nuestra concepción, experimentamos la influencia del mundo circundante y si esta influencia es producto de las relaciones sociales, grupales e interpersonales, es comprensible que terminemos por asimilar erróneamente y, en consecuencia, aceptar que la violencia en todas sus expresiones es inherente a la vida social. Si admitimos el comportamiento violento y las devastadoras consecuencias que éste produce como expresión natural de la vida gregaria, nos estamos convirtiendo en protagonistas de la cultura de la violencia, la misma que cruza transversalmente todas las instituciones sociales. La realidad es que concomitantemente, el entorno influye sobre nosotros y nosotros sobre nuestro entorno, de tal manera que los conflictos de la vida cotidiana terminamos por gestionarlos con base en el aprendizaje social.
B. El deber ser y la realidad En el proceso de enseñanza-aprendizaje, se da una franca contradicción entre el deber ser y la realidad, de ahí que terminamos por dejarnos llevar por la corriente de una realidad lacerante que, como señalamos, terminamos por alimentar y que, en su conjunto, se constituye en la cultura de la violencia.
53 Recordemos que cada uno de nosotros somos como somos, porque así aprendimos primordialmente a través de las relaciones interpersonales y no somos de otra manera porque no sabemos. Recordemos que nuestra realidad y la realidad social son la construcción de cómo nos relacionamos con nosotros mismos, cómo nos relacionamos con los demás y cómo se relacionan los demás con nosotros. Recordemos que en esa construcción social y, en consecuencia, en la forma de relacionarnos, han influido nuestros antepasados, las instituciones socializadoras de nuestro entorno inmediato y en la aldea global en que estamos inmersos han influido e influyen usos, costumbres y concepciones ideológicas. Recordemos que las relaciones, cómo nos relacionamos y cómo gestionamos los conflictos que derivan de dichas relaciones, determinan el devenir de la cultura. Recordemos, entonces, que nuestras relaciones son el reflejo de una cultura de la violencia o de una cultura de la paz, luego, a nosotros nos corresponde dar pasos con sentido para producir un giro en la actitud tradicional para abordar los conflictos y, en consecuencia, transitar hacia una cultura de la paz. Claro está, se nos dificulta asimilar que si hasta ahora hemos alimentado, con nuestro comportamiento, la cultura de la violencia, podamos convertirnos en constructores de una cultura de la paz. Alcanzar la paz no es una quimera, no es un sueño inalcanzable, no es una utopía; sí, en cambio, es necesario que demos un vuelco radical en el fondo y en la forma de nuestras relaciones y en la manera de relacionarnos cada uno de nosotros con nuestro ser interior y, claro está, con quienes nos rodean, independientemente del rol que en el concierto mundial nos toca jugar. Si la violencia hunde sus raíces, como ya lo comenté, en los oscuros callejones de la historia, la aspiración de una cultura de la paz hunde sus raíces en aspiraciones milenarias que en el transitar de
nuestra especie por las luminosas avenidas de la historia se han visto reflejadas en declaraciones universales que consagran los derechos naturales e inalienables de los seres humanos. Como hemos podido apreciar tanto en las declaraciones mundiales como en las constituciones nacionales, se establece con claridad la legítima aspiración de construir una cultura de la paz. Si embargo, el reto es producir cambios en la cultura para que los compromisos, las aspiraciones, las consignas, las proclamaciones y los mandamientos comprendidos en los documentos ya señalados, se conviertan en realidad.
En la medida en que la familia, la escuela y el barrio hagan su tarea, sí podremos experimentar transformaciones significativas en las relaciones interpersonales.
Para que el ambiente en la familia, en la escuela y en la comunidad sea propicio para el perfil del ser humano al que aspiramos, son necesarios cambios radicales en las relaciones y en el abordaje de los conflictos. Una nueva concepción y visión de cómo nos relacionamos, así como unas diferentes concepción y visión de los conflictos que nos permitan comprender los ingredientes de estos últimos y abordarlos cuidando, procurando siempre fortalecer nuestras relaciones, se constituyen en el primer paso para transitar hacia la construcción de una cultura de la paz.
54
II. Los poderes de la mediación Los estados-nación deben hacer la parte que les corresponde, es decir, diseñar políticas públicas que produzcan condiciones objetivas de pacificación social que permitan a las nuevas generaciones ser educadas por las instituciones socializadoras en plena sintonía con los instrumentos internacionales y nacionales a que me he referido. A la vez, los estados-nación deben diseñar políticas públicas en las que la práctica de la mediación se democratice y los miembros de las comunidades de todas las latitudes territoriales de un país tengan la posibilidad cierta de disponer de este eficaz instrumento de pacificación de las relaciones humanas. A la sociedad, por nuestra parte, nos corresponde relacionarnos procurando apegarnos al respeto de los derechos fundamentales de nuestros semejantes y, en caso de conflictos, gestionarlos por nosotros mismos o con la ayuda de un tercero negociando asociativamente y también mediando asociativamente. Negociar y mediar asociativamente producen necesariamente cambios de actitud ante los conflictos, perdiendo la violencia cabida, a la vez que las personas nos percatamos de que podemos coexistir pacíficamente en la diversidad y a pesar de nuestras diferencias, y de que la calidad en las relaciones y la solución empática de los conflictos son cauce para guiarnos ante la paz interior. Imaginemos por un instante el ambiente en el que todos y cada uno de nosotros nos desenvolvemos ya sea en el hogar,
en la escuela o en el trabajo. Ahora imaginemos que en casa convivimos alegremente; después de todo se supone que la familia es un espacio de amor, comprensión y felicidad, claro está. Si surge un conflicto, de inmediato lo abordamos identificando sus causas y procurando su solución, sumando nuestros poderes y atendiendo nuestras necesidades; si no lo logramos, pedimos apoyo a un tercero, quien nos alienta a que juntos construyamos una solución mutuamente satisfactoria y duradera, de esta manera, queda atrás una experiencia que nos ha permitido crecer como personas y fortalecer nuestra relación. Ahora imaginemos la escuela, a la que vemos como una extensión de nuestra familia, y dependiendo del rol que nos corresponda, nos relacionamos siempre preocupados y ocupados por cuidar nuestras relaciones y porque los conflictos entre estudiantes, maestros y estudiantes, personal administrativo entre sí o con maestros y estudiantes se atienden y se aprecian como experiencias que adecuadamente gestionadas mejoran las relaciones entre los actores de la vida escolar y su abordaje eficaz se convierte en aprendizaje para gestionar asociativamente los conflictos dentro o fuera de la escuela. A los mediadores no se nos dificulta tanto porque si las habilidades y los poderes de los que he hablado los ponemos en práctica, más allá de la paz social —que es muy importante— podrá generarse en nosotros una paz interior que una vez que ha fraguado en nuestro ser, la irradiaremos en nuestro diario quehacer y la percibirán y la sentirán las personas que estén cerca de nosotros, nuestro prójimo. Muchas gracias.
55
"El problema no es el conflicto, sino cómo lo gestionamos"
Trabajamos para transformar el mundo, pero no nos transformamos nosotros. La efectividad de la mediación no se mide en un acuerdo, sino en la implementación, en el cumplimiento de ese convenio.
bogada, mediadora. Postgrado en Diálogo y Deliberación. Fundadora y presidenta de la Fundación Cambio Democrático. Trabajó como entrenadora y practicante del diálogo y la resolución de conflictos con diversas instituciones en varios países. Profesora adjunta del curso de verano del Institute of Peacebuilding and Development de la American University sobre Negociaciones y Diálogos Públicos para el Diseño de Políticas Públicas en Latinoamérica. Es miembro de la red Confluencias. Ha coordinado el Programa Desarrollo Local, Deliberación y Manejo de Conflictos que desarrollan la Fundación Cambio Democrático, la Red Interamericana para la Democracia y la Fundación Interamericana en seis países. Ha asesorado procesos de negociaciones internacionales. Es coautora de dos libros.
58
I. El arte de la negociación Lo que voy a decir es fruto de todo lo que he aprendido de muchas de las personas que están aquí durante 15 años y a las que les quiero agradecer profundamente haberme acompañado y seguir todavía en este camino que, como ustedes verán, es muy complicado y difícil. Quisiera contarles un cuento personal que recordé cuando el Presidente (Evo Morales) estaba hablando de la necesidad que tenemos de ganar (él dijo que en los conflictos siempre hay un vencedor). Como yo tengo una primera formación como abogada, entiendo perfectamente la dinámica que uno genera cuando percibe injusticia y siente que tiene que ganar por sobre aquel que es su adversario. Cuando yo iba al jardín de infantes, éramos seis o siete chicas. Un día teníamos que preparar la obra “La Bella Durmiente”. Yo no sé si ustedes conocen el cuento de “La Bella Durmiente”, lo conocen, las mujeres seguro que lo conocen. Y claro, todas queríamos ser la bella durmiente. Teníamos una maestra que era un encanto y era la que debía elegir quién haría ese papel. Por entonces a mí ya me daban ataques de asma. La maestra me dio el rol de la bella durmiente, a ver si todavía me daba un ataque de asma. Y esto, por supuesto, era una injusticia tremenda para las otras chicas, que además eran mucho más lindas y actuaban mejor. Pero pasó una cosa muy interesante, la maestra me dio este rol a mí y luego inventó papeles de reinas para ellas que, en realidad, no están en el cuento original. Ella explicó: "Ustedes son reinas, ella es una princesa. Ustedes son más poderosas que ella que es una princesa", y a mí me dijo: "Y vos sos una princesa, pero algún día vas a ser reina, porque las princesas algún día son reinas". Hicimos una obra magnífica, jugando todas nuestro rol y, entonces, me quedé pensando esta máxima que tenemos quienes trabajamos en este campo, cuando decimos que, para nosotros, negociar es el arte de que el otro se salga con lo
nuestro. La sensación no es la de "¡te gané!", sino la de "el otro entendió, me entendió y me aceptó". Claro que esto requiere de habilidades en las que, en general, no hemos sido entrenados. Como decía Jorge Pesqueira: el conflicto se construye de una manera que significa muchos eventos. En ese sentido, yo quisiera hacer una alusión personal también a mi propia trayectoria como mediadora que empecé hace 15 años, pensando que no encontrábamos en la mediación un método muy práctico e interesante para resolver los conflictos. Cuando yo tuve que pasar de los conflictos interpersonales, familiares, comunitarios a trabajar en el ámbito social y público, me encontré con que mis marcos no alcanzaban, con que necesitaba incorporar marcos conceptuales nuevos y, entonces, me encontré con dimensiones del conflicto que, en las cuestiones interpersonales donde se manejan problemas de interés particular, no tomábamos en cuenta. Y esto creo que tiene que ver con lo que hablaba el Presidente, creo que tiene que ver con un enfoque y una mirada del conflicto social que requiere mirar las dimensiones internas, culturales, estructurales y personales e interpersonales del conflicto.
II. Su efectividad Quiero hacer énfasis en que la mediación es un proceso de cambio con una enorme potencialidad para la construcción de paz, pero no es el único porque no siempre están dadas las condiciones para la mediación en el nivel público y social. La efectividad de la mediación no se calcula en un acuerdo, sino que se vive y se mide en la implementación, en el cumplimiento de ese convenio. Cuando los convenios se hacen en el marco de espacios de grandes desequilibrios de poder y de grandes injusticias, lo más probable es que no se cumplan. Quisiera marcar una gran diferencia entre el rol que necesitamos que, por su-
59 puesto, no es neutral (porque todos tenemos nuestras creencias y nuestros valores, y nuestra manera de conocer el mundo); pero es imparcial en cómo empleamos las habilidades y las técnicas, porque consideramos que es un papel que sirve a la gente y al proceso; aunque insisto en que no es el único rol. Muchas veces cuando nosotros somos solicitados para intervenir en una cuestión pública o social, el análisis de la conflictividad y de la situación nos muestra que tal vez no están dadas las condiciones para un proceso mediado, porque éste supone alguna toma de decisión. Estoy hablando del ámbito público, porque en el social quisiera poner énfasis en el diálogo, en el que vengo trabajando.
tunidades de cambio, entonces, ya uno puede empezar a mirar desde otro lugar, uno puede empezar a decir: "¿Qué hacemos para generar los canales?" Como con el agua, sin ella no vivimos y con mucha nos ahogamos… Pero cómo generamos esos canales para que podamos transitarlos de una manera constructiva, cómo confrontamos de una manera constructiva. Me parece que el gran peligro de la violencia es que frente a tanta injusticia, tiene un rol muy estimulante. En ese sentido, siempre decimos que la violencia es como la droga porque estimula; pero cuando nos intoxicamos, ya no sabemos cómo salir.
A. En pos de transformar
Yo quisiera simple-
La visión con la que miramos los constructores de paz, los facilitadores y los mediadores los problemas y los conflictos sociales no es solamente la de la resolución de conflictos, sino la de la transformación constructiva. Y ésta propone una mirada que incluye visiones sociológicas, políticas y antropológicas, pero, sobre todo, plantea una enorme cantidad de roles que otros deben jugar y que nos hace falta a los mediadores determinar para poder hacer nuestro trabajo. Tenemos el rol de los activistas; el conflicto no es algo que tenemos que evitar, es algo que tenemos que gestionar constructivamente porque es motor de cambios, es inevitable, es como cuando nos peleamos con la gente que más amamos, y siempre hay un otro con quien nos enojamos, si está fuera del país, dentro de nuestro país, dentro de la comunidad, dentro de la familia, nuestros hermanos, siempre tenemos alguien con quién pelearnos uno u otro día. El problema no es el conflicto, el problema es cómo lo gestionamos. Entonces, si podemos empezar a cambiar nuestra percepción sobre el conflicto y ver que en toda la humanidad el conflicto ha cumplido el rol de transformar y generar opor-
idea: todos tene-
mente dejar esta mos un rol en los conflictos; lo que hacemos, lo que dejamos de hacer, lo que elegimos pensar cumplen un papel en cómo el conflicto evoluciona.
B. El conflicto y el cambio No hay que temerle al conflicto ni a la confrontación, hay que buscar los espacios y roles estratégicos de aquellos que pueden ayudar a ir en contra de la fuerza brutal que tiene la polarización. El presidente Evo Morales decía que el mediador no tiene la misión para asumir el rol de un tercero porque está con uno o está con el otro. Pero hemos aprendido con los nuevos paradigmas y con las nuevas teorías científicas que éstos son modelos que nos hacen ver la realidad
60 de un modo desunido, porque hay algunos que están de este lado y otros del otro lado. En este punto quisiera hacer una corta articulación entre la mediación y el diálogo. Ambos son procesos de cambio, comparten sus puestos, valores, actitudes y son, por lo tanto, más que procesos, enfoques, porque uno puede tener una mediación basada en el poder y puede tener una mesa de diálogo basada en la confrontación, donde no puede la gente trascender el debate y pasar al diálogo. El debate es una dinámica importante, porque es el momento en el que ponemos nuestros argumentos; sin embargo, el diálogo propone un espacio diferente, puesto que es allá donde podemos suspender nuestros juicios, donde podemos escucharnos, pero no para refutarnos, sino para tratar de entendernos. Y no quiere decir necesariamente que me voy a poner de acuerdo ahora; quiere decir que voy a empezar a entender desde dónde el otro piensa como piensa.
III. Todos tienen un rol Me parece importante rescatar el trabajo de toda una comunidad de constructores de paz que viene trabajando. En años anteriores hubo mucha pica en este rol, a los mediadores se los llamaba los resolvedores y a los constructores de paz, los revolucionadores. Sin embargo, unos no podemos trabajar sin los otros, porque si no generamos procesos de equilibrio de poder, todos los acuerdos serán convenios que no se cumplan, porque, como dijo el Presidente, mientras haya conflicto, éste va a generar confrontación todo el tiempo. Yo quisiera simplemente dejar esta idea: todos tenemos un rol en los conflictos; lo que hacemos, lo que dejamos de hacer, lo que elegimos pensar cumplen un papel en cómo el conflicto evoluciona. Y generalmente no somos conscientes de esto, por qué, porque nuestro sistema
neurológico y nuestro sistema de percepción nos hacen ver el mundo de una manera automática; no nos ponemos a reflexionar sobre por qué pensamos de esta manera, tampoco tenemos tiempo, ni espacio, ni quién nos ayude. Técnicamente, el espacio del diálogo sirve para abrir esta posibilidad, para poder las personas escucharnos de un modo suficientemente profundo como para poder cambiar en función de lo que aprendemos. En ese sentido, me parece que todos estamos trabajando para hacer un mundo más humano, más justo y más sustentable. Si perdemos de vista estas condiciones de equilibrio y de justicia que necesitamos para aplicar estos procesos, podemos caer en la trampa de no mover el statu quo. No son procesos contrarios. El rol es imparcial, el proceso no es neutral, el proceso aboga fuertemente por los valores de respeto, tolerancia, diferencia. Así que ojo por ojo y quedaremos todos ciegos, como decía Gandhi. Los invito a retomar este último punto de Jorge (Pesqueira), que me parece clave, y que para mí fue uno de los mayores desafíos en mi práctica: trabajamos para transformar el mundo, pero nos transformamos nosotros; qué podemos transformar afuera si no podemos transformar adentro. Es el mayor desafío de los que caminamos en este campo. Tenemos la responsabilidad de modelar con nuestras actitudes lo que queremos promover afuera. La liberación interna es tan importante como la liberación externa, y si bien es muy importante tener estos procesos a nivel político para generar los acuerdos que terminen con una crisis, o los tratados de paz que terminen con una guerra, tenemos que tener claro que no necesariamente ese proceso es suficiente para transformar y pacificar una sociedad. La visión de la transformación de conflictos justamente hace énfasis en la cantidad de procesos simultáneos que tienen que darse en distintos niveles de la sociedad para poder tener este cambio.
61
62
Jorge Pesqueira Sabemos que en la medida en que la familia, la escuela y el barrio hagan su tarea, sí podremos experimentar transformaciones significativas en las relaciones interpersonales. También comentábamos que siempre imaginamos a la familia idílicamente como refugio en un mundo desesperado, como el sitio al que llegamos tras mil situaciones que nos acontecen fuera, abrimos la puerta y entramos en un remanso de paz y tranquilidad en el que nosotros volveremos a recargar otra vez energías para el diario acontecer. No sólo eso, tendremos ese interactuar con las personas que se integran bajo el mismo techo, que pueden ser no solamente la madre y sus hijos, o papá y mamá y sus hijos, sino la abuela, un tío, etc.
Graciela Tapia Ahí tengo un cuento a propósito del vínculo de la mediación y la cultura de paz, y porqué la mediación es como el virus que se va infiltrando en las instituciones y va generando estos cambios. A mí me pasó en mi casa, con mis hijas, que saben que soy mediadora y que vengo con esta lata desde que son chiquitas. En estas situaciones donde uno dice: "Ah no, no, no, bueno momentito, cuando tengo que poner límites, tengo que poner límites, y acá, soy tu padre, soy tu madre, no, y te estoy retando". En uno de estos retos, recuerdo a mi hija mayor, que tenía unos 10 años. Yo estaba furiosa y ella me dijo: "Mamá, ¿no me lo podrías decir de otra manera?, porque mirá, vos me lo decís así, yo me enojo, me dan ganas de no hacerte caso y nos enojamos más. Si me lo decís de otra manera, yo te voy a escuchar mejor". Primera reacción: "Te estoy retando porque, en realidad, soy tu mamá", pero yo, ¿qué es lo que quiero? ¿Quiero que ella haga lo que yo quiero? No quiero retarla, no, no me importa retarla, me importa que ella entienda las razones que yo tengo para que pueda tomarme en cuenta en algunas cosas.
Yo creo que esto muestra cómo la cultura se va arreglando, porque esto empieza a generar conversaciones distintas, empezamos a estar alertas. Un "top" y entonces pelea con el papá y la hermana. "No te enganches, no te enganches, no lo refutes, no le contestes", porque sabemos que la dinámica del conflicto se retroalimenta y cuando alguien nos acusa está esperando que nos defendamos. El arte más grande del negociador no es influenciar en el otro, sino influenciarse a sí mismo. Hay que trabajar mucho con uno, por eso insisto, creo que ésta es una de las cosas más importantes: tenemos que trabajar para cambiar las estructuras injustas y la calidad de las relaciones. Pero hay una dimensión interna y cultural, que no siempre abordamos por estos procesos y me parece que tiene una importancia fenomenal. Cuando realizamos estas intervenciones y hacemos estos análisis, tenemos que buscar qué es lo que conecta a la gente, en vez de fortalecer lo que la divide. Si escucháramos lo que son los mecanismos no racionales recolectados, todo ese campo creado, toda la construcción de paz se enriquecía. Esa es la búsqueda de roles y mecanismos de conversaciones, de calidad de conversaciones que mejoran las relaciones.
Jorge Pesqueira Mira Graciela, es importante en la vida diaria que cuando decimos algo seamos congruentes en la cotidianeidad del espacio en el que nosotros vivimos. Al crear una familia se tendría que predicar con el ejemplo y entonces democratizarla, que implica darle un poder a quien se le niega: a niños, a niñas, a adolescentes en la casa. Tal y como lo señala la Convención de los Derechos del Niño, están ahí para ser ejercidos. El asunto es darles oportunidad para que lo hagan. Por eso, yo les invito a que alguna de las cosas que hemos comentado ahora la pongan en práctica, en casa por ejemplo… ¿Cómo está democratizada la fami-
63 lia? ¿Todos tienen derecho a voz y voto? La dificultad por la que atravesamos los dos adultos, mi mujer y yo, es que tenemos más niños y, en consecuencia, si ellos se aliaran, siempre perderíamos en las relaciones democráticas. Entonces, claro, hay que propiciar los encuentros. De repente llega mi hija y dice: "Papá, me urge una reunión urgente". Nos sentamos y conversamos. Reglas básicas, verdad, que nos escuchemos unos a otros, que no nos cerremos una vez que planteamos lo que queremos y nos posicionemos sin escuchar. Dos reglas básicas: el tema del estudio no se negocia, es el único que no se negocia, es parte de tu proceso de diálogo; y el tema del uso de sustancias que alteren la mente tampoco se negocia; referente: papá y mamá no hacen uso de sustancias que alteran la mente, porque entonces no puedes tú pedirle a alguien lo que tú no estás dispuesto a dar. Miren que son muy interesantes la experiencias y se las recomiendo, mis hijos dicen: "Ay papá, tu positivo, positivo, positivo"… Es decir, no hay manera de generar un conflicto a través de la emoción que puede causar un conflicto y una reacción; siempre apacible, pero abordando constructivamente los conflictos. Lo más interesante de esto es el hecho de que cuando en una reunión familiar se toman decisiones sobre las consecuencias del incumplimiento del acuerdo, al que le corresponde establecer cuáles serán las consecuencias es al que propone; y bien, "va a ser así como tú dices y en caso de que incumplas con ello ¿Cuáles van a ser las consecuencias?", se le pregunta. Verás qué interesante es el hecho de que normalmente el planteamiento que se hace y las consecuencias en caso de que éstas se incumplan suelen ser de más potencia que las que uno plantearía. Y cuando llegan las consecuencias no hay más que ir al famoso libro de actas, recordar el contenido que se plasmó, que
evidentemente fue signado por todos nosotros, y de ahí se dice: "Bueno, acatá, porque al final de cuentas fue lo que tú mismo señalaste. Por qué te enojarías si simplemente lo que estás sufriendo son las consecuencias de lo que tú mismo propusiste".
Graciela Tapia Me pregunto si estas cosas que contamos, que son historias lindas, no tienen que ver con que en el fondo en una familia hay una base de confianza; pero cuando saltamos a otros contextos, el problema es que no hay confianza. Yo creo que uno de los graves problemas en situaciones de tanta conflictividad como la que se vive en este país es que no se pueden crear espacios de confianza. Esto nos llevaría a realizar una distinción muy importante con respecto a la mediación y a los que somos los mediadores cuando actuamos a nivel interpersonal y cuando trabajamos como facilitadores en los procesos públicos, sociales y políticos. No tenemos el mismo rol. En procesos de este tipo, el papel clave es el de quien convoca al diálogo, porque es quien es capaz de generar confianza y legitimidad suficiente para todos. Quien convoca necesita ser legítimo y confiable; pero además ser una institución o una autoridad con poder de instrumentar lo que sabe. Difícil de encontrar eso en una sola institución o una sola persona, más bien, muchas veces estos espacios requieren de varias personas que convoquen, porque la conversación no funciona si no se puede generar confianza.
Jorge Pesqueira Bien, así es… Nos quedan por ahí dos preguntas pendientes; pero para dar oportunidad a los siguientes expositores, podemos conversar después fuera de la conferencia.
64
65
Mediación intercultural: abordaje eficaz de conflictos sociales carlos giménez (españa) carlos rúa (colombia) Fadhila mammar (Túnez) moderador: aleJandro naTó (argenTina)
"Si se exagera la diferencia, no se puede construir una nación"
Quienes son de distintas culturas deben reconocer las diferencias y respetarlas. Cuando un diálogo se inicia debe asentarse en lo común para que prospere. En eso, el interculturalismo completa críticamente al multiculturalismo.
octor en Filosofía y Letras, especialidad Antropología Americana, y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Catedrático de Antropología Social y Director del Instituto Universitario de Investigación sobre Migraciones, Etnicidad y Desarrollo Social y del Programa Migración y Multiculturalidad de la Universidad Autónoma de Madrid. Es codirector de la Acción Formativa de Postgrado en Migración y Relaciones Intercomunitarias. Ha dirigido el Servicio de Mediación Social Intercultural del Ayuntamiento de Madrid y hoy es su responsable académico. Dirigió el Observatorio de las Migraciones y de la Convivencia Intercultural de Madrid y también investigaciones sobre la inmigración. Fue asesor en diversos proyectos y autor y coautor de numerosos libros.
68
I. En un mundo parecido y diferente Es una oportunidad fabulosa estar en Bolivia. Si bien todos los países son importantes, muchos ojos y corazones están puestos hoy en la realidad de esta nación diversa, plural e intensa. Estoy muy contento de estar con ustedes. Enseguida, cuando empiece a razonar, a pensar y a comentar los aportes, me relajaré, porque no sé por qué estoy nervioso. Creo que se debe a que intentaré profundizar sobre qué entendemos por interculturalidad o interculturalismo, y hablar de eso en Bolivia me da una sensación de felicidad y de humildad dada la cantidad de avances que hay, pero lo voy a hacer en todo caso. La mediación intercultural es una de las modalidades que se está desarrollando en las últimas décadas en el mundo. Conozco bastante sobre lo que está ocurriendo en Europa, hay una auténtica emergencia y boom de servicios e iniciativas de mediación intercultural y mediación lingüístico-cultural que adquieren muchas formas, y conozco algo de lo que está emergiendo en América, pero muy poco sobre lo que está ocurriendo en otros continentes. Según las dos corrientes más importantes del siglo XIX, la liberal y la marxista, en estos momentos el mundo debería ser muy homogéneo. Yo he sido y me considero todavía algo marxista, pero en las dos grandes concepciones de la vida social y de la transformación se decía que iban a ir desapareciendo todas las formas precapitalistas, por ejemplo la religión, las etnias, el artesanado, los pequeños productores… Todo eso iba a desaparecer. Sin embargo, no hay más que pasear por el mundo para ver que la diversidad cultural continúa. La globalización tiene dos caras: una que uniforma de manera muy evidente y otra que diversifica. Hay procesos de diversificación profundos en el mundo, y no sólo eso, sino que se intensifican los
contactos entre personas y grupos por una religión, una espiritualidad, una lengua, un aspecto físico, un convencimiento cultural, un orgullo de pueblo, etc. Y esto es cada vez más relevante en la economía, en la relación social, en las vecindades… Así que estamos en un mundo donde todos, sobre todo nuestros hijos e hijas, van a vivir en continuo contacto cultural. Entonces, la gran pregunta es: ¿Cuál es el mejor modelo de gestión de la diversidad cultural?, ¿por cuál optamos? Cuando hablo de mediación intercultural, a diferencia de España donde siempre tengo que recordar que no hay que olvidarse del sustantivo, aquí quiero hablar del adjetivo que es lo que me han pedido y voy a dar mi posición en el debate mundial entre interculturalismo y multiculturalismo. Si pueden poner otra transparencia, les invito a analizar desde este punto de vista la Constitución boliviana, porque tiene verdaderamente puntos interesantísimos. Por ejemplo, habla de comunidades interculturales que van a tener una autonomía dentro de todos los organismos de la nación. Lo que quiere decir la ley de leyes es que son pueblos indígenas, donde hay personas de diferentes culturas; eso dice, estamos entendiendo interculturalidad como diversidad cultural y siempre que hay diversidad cultural ya tenemos una relación intercultural con unas características concretas.
II. La mediación intercultural Hay tres pasos o saltos que debemos dar cuando hablamos de mediación intercultural: No a la exclusión: Si ubicamos a la interculturalidad como un modelo de gestión de la diversidad cultural, hay que diferenciarla en primer lugar de todos los modelos de exclusión, es decir, el interculturalismo debe superar la exclusión. Y en esto estoy con uno de los puntos más
69 positivos del discurso del presidente Evo Morales, porque en otros me gustaría que tuviéramos horas para charlar. Las mejores políticas interculturales son las de igualdad y antiexclusión, porque si no se lo hace de ese modo, el interculturalismo se convierte únicamente en una nueva jerga culturalista de exageración de las diferencias que beneficiará fundamentalmente a los poderosos y al gran capitalismo que siempre querrá dividir a la gente por culturas y no por clases. No al asimilacionismo: El segundo punto es muy difícil de superar. En los modelos de inclusión sólo hay dos grandes caminos que estudian la historia y los diferentes modelos que serían el asimilacionismo y el pluralismo. Es decir, quienes están convencidos de que debe hacerse énfasis en que una sociedad debe sustentarse sobre una fuerte base homogénea de lengua, convicción y cultura, están asumiendo posiciones asimilacionistas conocidas en los Estados Unidos, en la Francia republicana y en muchos otros países. Y ese es el bagaje fundamental de la ideología de la gente con posiciones dominantes y no sólo me refiero a nosotros los blancos, sino a todos los que son dominantes en cualquier cultura. Esas personas pretenderán siempre presentar a su propio pueblo de forma homogénea, porque serán asimilacionistas en su propio pueblo. Hay que superar esa convicción asimilacionista para pasar al pluralismo. Sin embargo, de ahí todavía tenemos que dar un tercer salto para superar el multiculturalismo diferencialista. No al multiculturalismo diferencialista: El paradigma pluralista puede ser sintetizado en: la sociedad plural es de iguales y diferentes, donde se afirma la igualdad. El respeto y el reconocimiento de las diferencias tienen que producirse en un marco de lucha por la igualdad ante la ley. El pluralismo es la afirmación de que para poder respetar las diferencias tenemos que progresar en los marcos de igualdad, y esto sólo puede lograrse cuando las demás vidas son respetadas.
Cuando todo esto fue llevado a la práctica, surgieron las políticas públicas multiculturales que significan uno de los avances fundamentales del siglo XX. No tanto como el movimiento feminista ni como el movimiento ecologista, pero sin duda fueron importantes. Es decir, la educación y sanidad multiculturales, la formación de maestros bilingües… Todo eso es lucha contra el currículo oculto en la escuela. Empero, en la práctica los propios multiculturalistas reconocemos que se puede acabar exagerando la diferencia, y éste es el centro del mensaje que yo quiero hoy plantear a la mesa. Cuando una noción, un modelo, una política de Estado
Según las dos corrientes más importantes del siglo XIX, la liberal y la marxista, en estos momentos el mundo debería ser muy homogéneo. Sin embargo, no es así, la diversidad cultural continúa.
afirman fundamentalmente la diversidad y la diferencia, que son valores muy positivos, se puede caer en la exacerbación. En este sentido, la novedad interculturalista —tal como la plantea mucha gente y desde luego es mi posición— es un complemento crítico al multiculturalismo. A diferencia de teóricos como por ejemplo Giovanni Sartori, que plantea que el multiculturalismo es la gangrena de la sociedad democrática porque la divide por grupos cuando debería estar basada en relaciones y derechos individuales y no en derechos colectivos, los que somos multiculturalistas decimos que hay que
70 corregir un defecto que tiene el multiculturalismo en la práctica y es que puede acabar siendo diferencialista. Si tú exageras en las diferencias, no puedes construir la nación, porque ésta no se va a construir como la suma de partes, sino como un todo en el que todas las partes se sienten perfectamente cómodas y relacionadas interculturalmente. Creo que la superación que está teniendo el interculturalismo, como modelo más positivo, es porque está poniendo el énfasis en lo común, es decir, las personas, más allá y junto con su identidad, su espiritualidad, su cultura, su etnia, su raza, tienen muchas cosas en común. Ahora bien, quién dice lo que es común, hay que construirlo entre todos. Pero creo que el interculturalismo completa críticamente al multiculturalismo porque va a poner ese énfasis en lo común.
III. Las ventajas del interculturalismo La primera ventaja es el diálogo intercultural, es decir, para que una conversación sea intercultural no sólo es necesario que las dos personas o los dos grupos o los dos estados que dialogan tengan bagajes étnicos, culturales y lingüísticos diferenciados, no. Es también fundamental que se reconozcan como interlocutores en igualdad y que se pongan en la piel del otro al discutir, y que para ello se establezca un marco común. Dos personas que están debatiendo sobre determinado derecho consuetudinario tienen que establecer en qué están de acuerdo, por ejemplo, sobre temas de género, de igualdad de hombre y mujer. ¿Es discutible interculturalmente la igualdad entre hombres y mujeres? En absoluto, no forma parte de la agenda de discusión. Se puede discutir las vías para caminar hacia la igualdad, totalmente. Y por cierto, hace falta un gran diálogo intercultural sobre las vías para lograr la igualdad, porque Europa a veces cree que la igualdad
es aquello que define el proceso europeo y esto no es así. En este sentido, hay saberes y hay filosofías y sensibilidades que hay que poner en el diálogo intercultural. Creo que el multiculturalismo no nos va a deparar más que todo esto. La segunda ventaja está conformada por las tres "D": desarrollo, derechos y democracia. Creo que a la gente lo que cotidianamente más le preocupa es primero vivir bien; sin embargo, no sólo desarrolla el sentido de la alimentación, la salud y tener bienes, sino también de la libertad, los derechos y la democracia. Estos son puntos comunes para muchísimas personas. Y el interculturalismo, en la concepción que yo propongo aquí, permite alianzas de clases sociales. No sé aquí en Bolivia, pero en Europa a veces es como si hubieran desaparecido las clases sociales, se habla de los marroquíes, se habla de los chinos, se habla de los autóctonos. ¿No es mejor hablar de los trabajadores? Los trabajadores están en sindicatos donde hay marroquíes, donde hay chinos y donde hay ecuatorianos. ¿No será que la diversidad debe ser el enriquecimiento del proyecto como un sindicato? Cómo vamos a trazar alianzas entre jóvenes de diferentes culturas si no se ponen de acuerdo en que todos ellos tienen unas necesidades, problemas y situaciones psicológicas muy parecidos, si no, vamos a tener programas para cada tipo de etnia. Entonces, me parece que el interculturalismo es esa perspectiva que permite que haya alianzas de edades y de género. Y, finalmente, quisiera ponerles dos ejemplos prácticos de cómo trabajar desde esta perspectiva. Las dos sugerencias que quería hacer son las siguientes: primero, nosotros hemos trabajado mucho en el equipo sobre la cuestión de la convivencia. Partimos de un modelo conceptual que distingue de forma bastante radical entre la convivencia, la coexistencia y la hostilidad. Yo no sé cómo se dice convivencia en las lenguas de las etnias de Bolivia, pero en castellano, en catalán, en gallego, en euskera y en muchas
71 otras lenguas se distingue nítidamente entre convivir y coexistir. La coexistencia es estar juntos en el mismo lugar sin agredirse y la convivencia es conflicto regulado. Esta última es un gran ideal, que parte de preocuparse y conocer al otro, interactuar con el otro. Un país no convive si los grupos están unos aparte de otros. Por ejemplo en mi país, España, a mí me molesta muchísimo que la gente del Este de Murcia o de mi tierra de Huelva no se sienta orgullosa de que en España se hable el catalán, el vasco o el gallego. Yo necesito que cualquier boliviano y boliviana tenga la pasión porque aquí haya 36 lenguas, pero no sólo por respetar la diversidad, sino porque tenemos un marco común y todos estamos orgullosos de todo el patrimonio común al que alude muy bien la Constitución que se va someter a Referéndum. Voy acabando con el segundo ejemplo que tiene que ver con los factores culturales, me pueden pasar por favor la transparencia. Bien, ésta es una metodología multifactorial para la mediación intercultural. Observando en el equipo una y otra vez, nos cuesta mucho decidir qué peso darle. Cuando dos personas tienen un conflicto en Madrid o hay un problema entre un inmigrante y la escuela, qué peso le damos a los factores culturales. Esto es clave en mediación y el mediador intercultural tiene que tener una buena competencia profesional en este tema. Si tú no le das importancia a las cuestiones culturales, el origen, la raza, la cultura, la identidad étnica, las espiritualidades, los saberes, las cosmologías, las cosmovisiones, malo; pero si por el otro lado les das toda la importancia, peor. Muchos factores que inciden en los conflictos que vemos son los catalogados como situacionales; son factores que tienen que ver con los ingresos, con el número de hijos, con el hacinamiento en la vivienda y eso no es cultural, eso se llama ser rico, ser pobre; eso se llama tener poder, no tenerlo, etc. En mediación siempre hay que darle una enorme importancia a los factores de idiosincra-
cia, personales, a la individualidad. Si a mí me dicen que hay un conflicto entre una mujer islámica y la profesora del colegio, yo necesito saber más: cómo son esas mujeres, qué situaciones reales tienen las dos y sus bagajes culturales. Esta síntesis de lo cultural y las situaciones en lo personal nos está dando buenos resultados.
Nosotros los mediadores no somos neutrales, porque no hay neutralidad en el mundo; pero sí podemos garantizar que cuando vamos a mediar entre dos partes, lograremos ser, ante todo, imparciales.
IV. Impulsar entre todos la mediación intercultural Yo quisiera acabar en un minuto con la sugerencia de cinco ideas para el impulso de esta línea de mediación intercultural. La primera es no olvidar nunca los principios generales de la mediación, creo que los mediadores, facilitadores, constructores de paz somos una familia común que tenemos unos principios que los tenemos que debatir muchísimas veces y por eso me han gustado mucho las intervenciones anteriores. Nosotros no somos neutrales, porque no hay neutralidad en el mundo, pero sí garantizamos que cuando vamos a mediar entre dos partes, podemos ser imparciales. Si me tocara mediar entre el presidente Evo y los líderes de los departamentos,
72 por cierto sería fabuloso poderlo hacer. Estuve durante seis años haciendo esto en Guatemala y medié por ejemplo entre funcionarios de Gobierno, prácticamente racistas, y líderes indígenas mayas… Cuando hay espacio de mediación, cuando la gente va voluntariamente, cuando hay confianza, verdaderamente te puedes entregar imparcialmente y garantizar un proceso sin tomar partido. Esto es sagrado, esto es fundamental, y eso no quiere decir neutralidad, porque es obvio que estoy en contra de los funcionarios racistas y es obvio que estoy a favor de los indígenas, y es obvio, por eso hago eso, si no, no lo haría. Si hoy tomo partido, por eso me dedico a esto, pero en el proceso nosotros no vamos a ser los representantes, ni los defensores, ni los líderes de nadie. Eso pervertiría la mediación y el mediador no es el representante de nadie. Y si ha habido algún poder, como muy bien lo ha dicho Jorge Pesqueira, es el poder del no poder; no tenemos intereses y los que tienes los pones al servicio de las partes. Te vacías cuando medias, porque sólo te preocupa esa gente y sus ideas y su protagonismo y sus propuestas. Esto es importante en la sociedad, pero es tema a debatir. La segunda es la concepción transversal de la mediación intercultural. No creo que sea una rama, no es como la mediación familiar o como la mediación comunitaria. Nosotros dibujamos el árbol de la mediación. Los mediadores familiares van a acabar todos, en el mundo, dándole importancia a los factores culturales y eso no quiere decir que sea mediación intercultural, es mediación familiar y punto, con eso basta. Pero cuando los factores culturales son relevantes, le tienes que dar el enfoque intercultural. Nosotros somos como una modalidad transversal o un auxiliar de todos los mediadores en el buen sentido de la palabra. La tercera idea es trabajar simultáneamente en tres vías. Primero, hace falta formar profesionales de la mediación intercultural, pero tan importante como eso
es que otros profesionales conozcan lo que la familia de la mediación intercultural está produciendo en el mundo. Es decir, gente que trabaja en los servicios sociales, en los dispensarios sanitarios, que tenga conocimiento del trato de la diferencia cultural, etc. Fundamental es lo que llamo mediadores ciudadanos y algunos los denominan mediadores naturales. Hago un homenaje a esas personas en todos los grupos culturales del mundo que tienen un talento fabuloso y son capaces de mediar dentro de su propia comunidad cultural y hacia afuera. Hay gente valiosísima, no sabrá lo que es la reformulación positiva, ni quién es Sartori, ni qué secretos circulan en narrativo; pero todos los días nos da lecciones maravillosas de mediación intracultural e intercultural. La cuarta propuesta es incorporar la mediación en las iniciativas mundiales de diálogo intercultural y en los foros internacionales. A veces cuando veo discutir sobre estos temas, digo qué buena falta les hace alguien que les ayude un poquito, porque ves que no se escuchan, que no se ponen en la piel del otro. Si pudiéramos estar ahí sin intereses, sólo para ayudar, dialogar, sería muy bueno. Y, finalmente, la quinta idea es que sería bueno, y para eso está este congreso, iniciar diálogos entre experiencias de contextos culturales diferentes. Soy consciente de mi limitación porque les hablo con un matiz y experiencia europeos; aunque lo mejor del interculturalismo lo he aprendido en Guatemala y de los indígenas, por el debate que tuvimos. Aprendí mucho, pero reconozco los límites y, en ese sentido, pido excusas y, sobre todo, pido debates porque sé que están ustedes aquí como lo están los colegas de otros países… Y también sé que Bolivia está avanzando mucho hasta el punto de que lo que estoy hablando es parte del debate constitucional y no una parte pequeña, sino la esencia de la Constitución, es decir de la norma básica que este país se va a dar para convivir. Muchas gracias.
73
"Debemos aprender con humildad de la mediación y la justicia comunitarias"
Colombia hizo una apuesta por la opción de la guerra prolongada para la solución de las grandes contradicciones y desigualdades existentes. Después de 60 años se ha comprobado que ha fracasado.
ormación en estudios políticos con el Diplomado en Resolución de Conflictos por medios dialogales. Ex representante legal y Director de Redes de la Red de Justicia Comunitaria; Director de la Escuela de Formación de Líderes Ecotambor; responsable de la línea de formación en Justicia Afrocolombiana; ex asesor de la Asamblea Nacional Constituyente en Colombia; integrante del equipo de impulso de la Ley 70 de 1993; coordinador del componente de resolución y tratamiento de conflictos territoriales, étnicos y ambientales en el proceso de definición de las tierras de comunidades negras en Colombia; ex consultivo de Alto Nivel de Comunidades Negras de Colombia y responsable del componente de comunicación para la participación de los grupos étnicos en los espacios públicos de televisión.
76
I. El papel de la mediación El mediador y la mediación no se limitan sólo a crear las condiciones para una solución amigable entre iguales, conservar la imparcialidad en el tratamiento del conflicto y la confidencialidad o reserva de lo actuado. Si esto fuera así, se podría incurrir en la reproducción pasiva de modelos de injusticia y desigualdades cimentados en verticalismos autoritarios. Dichos modelos injustos normalmente requieren de una mediación y de una justicia comunitaria doblegadas y generosas de parte de los más fuertes; cooptadas y sometidas para dar entrada a las confusiones en relación con el lugar del mediador en la protección de soluciones dialogales garantistas y en la protección de los más vulnerados. El mediador o la mediadora debe trascender lo específico de la solución pacífica de los conflictos para alimentar el vínculo que debe presidir las relaciones entre las familias, las comunidades y pueblos, centrado en la construcción de valores sostenibles como la solidaridad, la amistad con la gente y con la tierra; el respeto, el reconocimiento de la diferencia y la participación en las transformaciones fundamentales que demanda la sociedad. La puesta en escena de un horizonte de anhelos y sentimientos, de necesidades y posibilidades de construcción de una sociedad más justa hace más humana la mediación, la hace vital y necesaria, porque se recrea en un encuentro común la solución pacífica de los problemas inmediatos más agudos y sensibles con una sociedad basada en derechos realizables, garantizables y respetables.
II. La justicia comunitaria, la palabra de los pueblos Quiero aprovechar este congreso para enviarle un saludo muy especial a la ministra de Justicia de Bolivia, Célima Torrico. Me complace que este encuen-
tro de mediación ponga en alta voz el 25 de noviembre, Día de la no Violencia contra la Mujer. Creo que cualquier sociedad, que pretenda dejar la opción de la violencia y hacer un tránsito pacífico, tiene que colocar a la mujer en un lugar protagónico. El tema que voy a trabajar es el lugar de la justicia y la mediación comunitaria, en una relación intercultural. Colombia (yo soy colombiano y afrocolombiano) hizo una apuesta por la opción de la guerra prolongada para la solución de las grandes contradicciones y desigualdades existentes. Después de 60 años se ha comprobado que no solamente ha fracasado con esta alternativa, sino que se han degradado todas las formas de combinación y uso de la guerra, la violencia y la fuerza. Inclusive en ese escalonamiento desenfrenado de virulencia y culto a la muerte prematura de gente inocente, los grupos armados —sin diferenciar los legales armados de los ilegales armados, los insurgentes y los contrainsurgentes— han coincidido en forma indiscriminada en un propósito común: el secuestro masivo, la eliminación física de luchadores sociales, la formación de un gran mapa de fosas comunes y la negativa a entregar los cadáveres a sus familiares. La frontera entre insurgencia y establecimiento con el paso del tiempo y el ensayo de toda suerte de dolor y perversidad contra los campesinos, los indígenas, los afrodescendientes, las mujeres, los jóvenes, los ambientalistas se ha ido borrando poco a poco hasta alcanzar una indignación generalizada que se expresa en marchas de hastío y de protestas para que cese la guerra y se consolide la paz. En este contexto, vale anotar que tanto la política de seguridad democrática como la revolución armada se encuentran en un gran abrazo de dolor y tragedia en el que se disputan los territorios de los pueblos ancestrales, las fuentes productoras de biocombustibles y los recursos naturales, los cultivos y contra-cultivos de hoja de coca con fines de uso tóxico.
77 La producción de dolor y la indolencia de sus protagonistas enlutan a la sociedad, desplazan a los pobladores de sus territorios de origen, rompen el tejido étnicocultural construido en largos procesos de formación social y envuelven a la sociedad en un tornado de desesperanza y pánico creciente, causado por una guerra cruenta e insostenible. La disyuntiva planteada era: guerra prolongada o solución dialogada. En esa relación de solución dialogada a las grandes contradicciones de la sociedad colombiana, la mediación comunitaria y la justicia comunitaria adquieren una dimensión sustantiva y fundamental. Independientemente del fracaso rotundo de la violencia, generadora de dolor, la mediación y la justicia comunitaria contribuyen a la adaptación y reproducción de nuevas formas de convivencia. Cuando hablamos de justicia comunitaria, nos referimos al aporte de los pueblos, de la invención popular, eso que los pueblos han construido para resolver su convivencia... La justicia comunitaria es la palabra de los pueblos, es el devenir histórico, es esa memoria histórica a lo largo de estos 500 años en que estos pueblos han logrado comprobar la posibilidad de vivir. Aquí voy a referirme a las características básicas de éstos para poder dar testimonio de su existencia y su inmensa capacidad de adaptación a los entornos hostiles en los que les ha tocado desenvolverse.
A. El diálogo En primer lugar, un elemento básico de ese tipo de justicia y mediación comunitaria es el diálogo y creo que ahí compartimos plenamente con Carlos Giménez, es decir, el respeto a la palabra hablada, inclusive por encima de la escrita, porque si no hay oralidad, no hay texto escrito por cuanto lo que se pone en el texto escrito es aquello que se ha hablado, se ha conversado, se ha compartido, sin detenerse en si son acuerdos o disensos. ¡Primero se habla y luego se escribe!
Claro que el diálogo al que me refiero debe ser sincero, amistoso, en condiciones de igualdad, solidario, abierto, compartido, oportuno y recreado en los vínculos afectivos que giran en torno a las redes parentales, sociales y comunitarias que actúan en el escenario de las relaciones de convivencia y le dan dinamismo al tratamiento dialogal y pacífico de las contradicciones. No obstante, si en contravía a estas premisas existe un diálogo hostil, soberbio e impregnado de intereses polarizadores, las posibilidades de efectividad de este diálogo serán mucho más tardías y menos sostenibles en el proceso dialógico.
Respetar los derechos del otro es una condición para la convivencia pacífica. Pero el respeto no sólo se circunscribe a la valoración de los derechos del otro, sino que significa construir confianza.
B. El respeto por los demás Respetar los derechos del otro es una condición fundamental para la convivencia pacífica. Es importante plantear que el respeto no sólo se circunscribe a la valoración de los derechos del otro o de la otredad, sino que también significa construir relaciones de confianza y de solidaridad entre la gente. La indiferencia y la falta de solidaridad en las relaciones son distanciamientos que afectan a la convivencia. El chisme, el rumor y la intriga socavan igualmente las relaciones y el respeto mutuo.
78 C. Vínculo con la naturaleza Lo tercero es la relación armónica con la naturaleza. Estos pueblos plantearon una convivencia de relación basada en el amorío con la naturaleza; de respeto por el agua, por los bosques, por la tierra. Es este enfoque de convivencia pacífica con la tierra, el territorio y las fuentes naturales de vida, lo que explica que se haya definido, reordenado, redistribuido y titulado un territorio étnico compartido históricamente por los pueblos indígenas y afrocolombianos. Siguiendo este filón histórico de vocación pacífica para la defensa de la vida y de lo humano y para la protección de la tierra, cerca de diez millones de hectáreas de tierras en el Pacífico colombiano fueron redistribuidas, reordenadas y definidas en favor de dos grupos étnicos: los afrocolombianos y los indígenas. Vale destacar que esto ocurre sin aprovecharse de las ventajas que el proceso de ocupación concede a los afrodescendientes, por cuanto el 95% del total de la población asentada y en donde el 95% del total de la cavidad territorial podría eventualmente pertenecer únicamente a los pueblos afrodescendientes si aplicáramos la lógica de distribución territorial simétrica y tomando como punto de balance la densidad demográfica. Es, en estas circunstancias de desbalance demográfico, que estos pueblos étnicos aplican la justicia afrocolombiana e indígena (así la conciencia étnica no diera plena cuenta de estos fundamentos de pluralismo jurídico preexistente en el inconsciente colectivo de los pueblos). Esta garantía de justicia autorregulada sirvió de punto de partida para potenciar los mecanismos de diálogo y resolución de conflictos en equidad, mediante la mediación comunitaria interétnica. Es indudable que los instrumentos legales como la Ley 70 de 1993, conocida como la Ley de las Comunidades Negras de Colombia, y la ley 21 de 1991, también conocida como el mecanismo a través del
cual el Estado colombiano acoge el Convenio 169 de la OIT ratificado por el Estado en 1989, sirvieron de marcos legales para impulsar la definición territorial en derecho constitucional y legal, reconocidos a estos pueblos. En este contexto se le da una vía a la titulación colectiva de tierras para las comunidades negras de Colombia, y a la ampliación y demarcación de resguardos indígenas, alcanzando un proceso de definición de cerca de 5.6 millones de hectáreas, 500 mil hectáreas de ecosistemas de manglar, cerca de un millón de hectáreas para la ampliación de los territorios de los municipios, 500 mil hectáreas de ecosistemas de parques naturales, 2.5 millones de hectáreas para los pueblos indígenas próximamente.
D. La convivencia pacífica El otro elemento es la paz. Hablar de justicia y mediación comunitaria es hablar de paz y de convivencia pacífica. Estos elementos básicos: el diálogo, la paz, el respeto por el otro y la relación armónica con la naturaleza adquieren una dimensión fundamental en la articulación y convivencia pacífica de los pueblos. Por eso, la guerra como alternativa de solución de las contradicciones no ha tenido ni tendrá eco en los pueblos ancestrales y es esta postura diferencial frente a las pretensiones de los inventores de la guerra, la que agudiza las relaciones e incentiva los actos de crueldad de los actores armados contra los pueblos indígenas y afrodescendientes, particularmente. En ese contexto, el método fundamental para el tratamiento del conflicto es el encuentro permanente; el ejercicio de espacios definidos y acordados; el lugar del diálogo; el ambiente creado para vincular la palabra y el tratamiento de las diferencias, es decir, los pueblos saben dónde tienen que acudir para tratar sus contradicciones, reconocen un escenario de diálogo y de tratamiento de sus diferencias. En el caso de los consejos comunitarios y
79 las organizaciones de base de las comunidades afrocolombianas, cuentan con dos escenarios de diálogo y tratamiento de sus diferencias y tensiones: En el caso particular de las organizaciones de base, acuden al espacio autónomo, donde se construyen las reglas de juego acordadas, las que suelen llamarse (especialmente en aquellos lugares donde ya se han construido estos espacios), reglamentos internos. Los consejos comunitarios, que actúan como entidades con funciones de amigables componedores, y en algunos casos las juntas directivas destacan una comisión de su seno, encargada de dar tratamiento a los conflictos de orden territorial, social, comunitarios y de violencia, entre otros. En ese reconocimiento de ese diálogo están presentes dos autoridades fundamentales: la madre-mujer y los mayores. Las madres como un factor de cohesión social y los mayores como el vínculo con los antepasados y con las palpitaciones del presente. Y estas dos autoridades van a producir un efecto articulador del tejido afectivo, sin el cual la construcción de vínculos étnicos, familiares y la solución de conflictividades dialogadas no alcanzarían para representar el gran aporte que hacen estos pueblos en la convivencia pacífica de la sociedad.
III. Tipos de conflictos en las comunidades Ahora bien, ¿qué tipo de problemas son los que se dirimen entre comunidades afro e indígenas? El primero es el de la ocupación territorial, es decir, qué territorio es el que se ocupa. No es un asunto métrico, ni de poligonales o puntos de delimitación de colindancias, ni de georeferenciación, por tanto, no se define si se titula cinco mil hectáreas o más para cada familia. El tema central es garantizar la existencia de la vida, la cultura y la prolongación de la especie para la generación que viene, es
decir, la proporción y el tamaño de la delimitación territorial están determinados por el número de familias y la dimensión cultural, es decir, por los credos, usos y costumbres. Por tanto, existe una relación de comprensión de las necesidades básicas, de las necesidades de equidad, de las necesidades de igualdad, de las necesidades de supervivencia, y ese es el elemento fundamental que guía los conflictos de orden territorial. En esa perspectiva, estos grupos pueden convivir pacíficamente, inclusive compartir territorios. Nosotros reconocemos comunidades que tienen territorios biétnicos y formas de organi-
La guerra como vía de solución de las contradicciones no ha tenido eco en los pueblos ancestrales y es esta postura la que incentiva los actos de crueldad de los actores armados contra los indígenas.
zación biétnicas, donde se comparten territorios afro y territorios indígenas. Esta relación de comprensión de las necesidades del otro hace que no existan políticas de destierro, porque se contraponen a las posibilidades de cohesión social en estas comunidades. Y estos pueblos no acuden a la pena de muerte para definir un asunto de territorio, tampoco existen delitos como matar a alguien por hambre o acusar porque tomó algo. Es decir, hay un conjunto de derechos establecidos en la comunidad que permite que la solución sea pacífica y dialogada de las múltiples contradicciones que existen.
80 Por eso, en este momento histórico que vive la sociedad colombiana y muchos pueblos que deben zafarse de la opción de la guerra y de la violencia para pasar a una opción dialogada, el aporte de la justicia de la comunidad es fundamental porque es una opción históricamente pacífica, acumulada y comprobada. En este orden puedo plantear que existen conflictos de orden territorial, de violencia intrafamiliar determinados por los efectos de prácticas machistas y patriarcales, homofóbicas e inclusive de incesto, igualmente de orden más abierto como los comunitarios, relacionados con la organización social, la representación, el papel y la protección de los símbolos y puntos sagrados de convivencia, entre otros elementos; pero igualmente también resultan latentes y ocupan un lugar preponderante los conflictos con el Estado y con el capital privado, con el poder. Creo que el planteamiento del presidente Evo Morales, referido a ciertos tipos de conflictos, no debe tomarnos por sorpresa. Él presentó una maqueta de cinco puntos de conflicto que se resuelve por medio de la mediación dialogada. Quienes crean que la opción de la mediación no incluye el tratamiento de las contradicciones de orden político o referidas al poder, pierden de vista que se trata de la apuesta por un tránsito pacífico del conjunto de la sociedad, y éste experimenta múltiples formas particulares, específicas y concretas de contribución y solución dialógica de las contradicciones fundamentales y cotidianas de la sociedad dentro de las cuales la mediación y la justicia comunitaria están presentes, y sería injusto declarar su ausencia en este alumbramiento de la sociedad. Es que la mediación, y comparto con Carlos Giménez, es una perspectiva de contribución a la transformación de la sociedad. En esta dirección se explica el declive de la violencia como partera de la historia y hoy la solución dialogada y el diálogo procuran la sustitución de ese cordón de dolor y muerte que nos vincula a un estado trágico de existencia. El cabildeo
de los cañones y de las metralletas tiene que ser reemplazado lo antes posible por el cabildeo de las palabras, ese es el planteamiento de la mediación. Por eso, personalmente a mí no me tomó por sorpresa el esbozo que hizo el presidente Evo Morales porque, evidentemente, hizo énfasis en el diálogo político y en la solución política, en la pugna de poder; en la definición de los destinos históricos estratégicos de una sociedad. Y en esa ruta, este congreso debe hacer una enorme contribución a favor de los anhelos de emancipación del pueblo boliviano, de los pueblos de América y del mundo. También en las comunidades afro e indígenas se presentan conflictos de ese orden, conflictos de poder, de clase, de etnias, de interés público y comparto plenamente el enfoque de Carlos Giménez, en sentido de que el asunto de las contradicciones y del conflicto no se reduce a la igualdad o a la equidad, porque existe un volumen de conflictos que va a requerir la asistencia permanente de ese movimiento de mediadores, de participación por la transformación de los conflictos. Limitar la visión de las conflictividades al estricto marco de la lucha por la igualdad dejaría un campo abierto para que los otros conflictos asociados a la discriminación y a la violencia intrafamiliar se polaricen y escalen provocando enorme daño a los pueblos. La atención debe ser multiforme, persuasiva, constante, transformadora de hábitos y costumbres, y reconstructora del tejido de la sociedad.
IV. Una mirada a fondo Es lógico que existan conflictos de naturaleza pacífica y voluntades políticas de naturaleza violenta, las cuales están presentes en el rumbo y solución de los conflictos de orden pacífico, por tanto, la voluntad política, el estado de ánimo y las determinaciones de uso de la fuerza van a ejercer una enorme influencia en la prolongación o aproximación de las soluciones.
81 Quien pretenda entrar al tratamiento dialogado de un conflicto sin hacer una caracterización del tipo de conflicto que debe abordar, seguramente caerá en el vacío. En este sentido, resulta indispensable la caracterización del conflicto. Comprender los rasgos particulares de las diferencias presentes entre un conflicto y otro es dar un lugar preponderante a las diferencias preexistentes. Por tanto, la caracterización de los conflictos es una condición primordial, así como básica es la definición de un escenario donde se deben tratar los conflictos, porque es cierto que no se pueden manejar en el mismo lugar, ni con la misma técnica de creación de condiciones los asuntos de orden político o asociados al poder que una discusión de tipo familiar, entre vecinos o la colindancia con un terreno entre compadres y comadres. Se debe saber cómo se caracterizan los conflictos en cada grupo, para saber cuándo es un conflicto de orden territorial, político, interétnico, intercultural, de presiones de poder, de clase, entre el saber ancestral y el académico, de legitimidad social, de identidad cultural, sexual. En este plano, la diferenciación y la caracterización, entendida esta última como el grado de agudización y profundidad de la contradicción, sus orígenes, sus manifestaciones, sus causas y consecuencias, es un elemento importante a tener en cuenta a la hora de abordar el tratamiento de los conflictos. Es mejor tratar un conflicto presidido de la diferenciación y la caracterización, que desconocer sus rasgos particulares que lo constituyen y tensionan, así como los posibles mecanismos que lo encausan hacia una solución pacífica.
V. El pueblo, el mejor mediador Sobre el juego de contradicciones del que habló el presidente Evo Morales, voy a
hablar someramente, es decir, cómo el saber de los pueblos realiza un enorme aporte y cómo el pueblo es el mejor mediador. Yo creo que ninguno de los que estamos aquí presentes tendría posibilidad de interpelar esa opción histórica: el pueblo es el mejor mediador de la historia, el motor de la mediación, el factor transformador de esa mediación para que la sociedad dé un golpe de timón a favor de la palabra y de las soluciones a los asuntos fundamentales. Sostener que el pueblo, en su sabiduría ancestral, es el mejor mediador es un factor incuestionable. Eso no niega que existan grupos de especialistas, expertos en
Si esta sociedad reconoce que los pueblos afrobolivianos e indígenas, que las mujeres, que los campesinos y otros grupos han aportado a la formación de esta sociedad, deben ser reconocidos en la Constitución.
un tema, en perspectiva de mujer y género, en mediación clínica y deportiva, en asuntos particulares de violencia intrafamiliar, mediación triestamentaria en escuelas, colegios, universidades y barrios. Por supuesto, se desprende de este enfoque que los destinatarios del propósito de la mediación y sus realizadores fundamentales lo constituyen el pueblo, así como la palabra resulta el medio central para el trámite de los conflictos. Por eso, creo que ese aporte que hace el presidente Evo Morales nos pone en sintonía con muchos elementos que nosotros hemos abordado en las comu-
82 nidades afro e indígenas para encontrar un escenario de tratamiento. ¿Cuál es el aporte fundamental de estas comunidades que históricamente no se gastaron en la gobernabilidad de estas sociedades excluyentes fundadas en el uso de la fuerza, el egoísmo, la barbarie, la violencia generalizada, indiscriminada y selectiva? Estos pueblos debieron pagar con su vida y con sus territorios, con sus usos y costumbres un alto costo para lograr conservar hasta hoy la actual reserva cultural inconmensurable que mantienen, lo cual les permite aportar con una solución no violenta a las contradicciones de la sociedad; reserva que se extiende en el valor de la palabra, la protección de la vida y de lo vivo, la construcción de catarsis colectiva, y los tejidos que dan forma a su propia identidad étnica y cultural; los territorios ocupados que sirven de fuente y garantía a la existencia social y colectiva y el “reracionamiento” con los otros sin amenazar su existencia. Por tanto, en este momento histórico de tránsito constitucional, el aporte que pueden hacer estos pueblos es inmenso en la sustitución de imaginarios de muerte y dolor, por imaginarios de vida, alegría y sentido comunitario. Es evidente que hay que reconocer que todos estos pueblos que no alcanzaron a ser incluidos a la hora de formar estos estados, van a participar y tienen que ser reconocidos en sus diversidades y en sus identidades. Yo creo que lo del Referéndum del 25 de enero aquí en Bolivia es precisamente un acontecimiento histórico que tiene que dar testimonio de esas transformaciones en la mentalidad de la sociedad boliviana.
VI. El efecto de los diálogos interculturales Si esta sociedad reconoce que los pueblos afrobolivianos e indígenas, que las mujeres, que los campesinos y otros grupos humanos excluidos han aportado a la for-
mación de esta sociedad, en consecuencia deben ser reconocidos en la Constitución y puestos en un lugar de prelación para hacer las compensaciones históricas, las superaciones de las desigualdades crónicas, estructurales en lo social, en lo económico, en lo político, en lo cultural, en lo étnico. Es importante advertir que los cambios de mentalidad y constitucionales deben alcanzar niveles de incidencia real en la inversión social, en la apertura de nociones de convivencia, de garantías en el ejercicio de los derechos reconocidos, para que éstos no se conviertan en piezas decorativas de los avances constitucionales. Con esto quiero hacer una aclaración importante, el asunto de las identidades interétnicas y las relaciones interculturales no se reduce únicamente al reconocimiento formal o literal en la Constitución, es decir, el reconocimiento constitucional es una parte importante, pero hay algo muy significativo que debe alimentar la sociedad y es asumir su diversidad étnica y cultural en toda su dimensión. Esto significa validar en su justa dimensión sus referentes de identidad acumulados. Desearíamos que las constituciones de este siglo, impulsadas por los vientos que soplan desde el Sur, incluyeran de una vez por todas los grandes desequilibrios étnicos y culturales de los pueblos. Si así fuera, estaríamos plenos de felicidad, pero si, en cambio, las inclusiones en la ley de leyes reflejan aspectos importantes de las demandas planteadas, van a ser fundamentales para contribuir a la solución dialogada de las grandes necesidades. Ese elemento de relación entre la Constitución, el reconocimiento de los derechos históricamente negados a los pueblos ancestrales y el cambio de mentalidad en la sociedad, en la escuela, en los medios, en el deporte, en la casa, en la vida general del país es fundamental para dar el ingreso dinámico y transformador de los legados y acumulados de los pueblos ancestrales, de los usos y costumbres de esas comunidades, de cómo ellos han resuelto sus contradicciones, sus conflictos, los factores que van a es-
83 tablecer las condiciones básicas de relación de diálogo intercultural. Si hay reconocimiento en la práctica de las particularidades culturales y de los aportes de estos pueblos, en el día a día, en las soluciones concretas de los conflictos de racismos, discriminación, exclusión violenta y sutil, entre otras, los diálogos interculturales serán fluidos, sonoros, alegres y posibles. El diálogo intercultural parte del reconocimiento de las identidades específicas y culturales, y es el reconocimiento del conjunto de la nación que queremos y nos postulamos construir. Es muy probable que al respecto existan serias confusiones sobre qué es lo que quieren los pueblos, qué es lo que necesitan los pueblos y cómo, entonces, hay sectores de la sociedad empeñados en confundir el lugar de esos pueblos.
tipos de mediación, puesto que lo grave sería que se creyera que la única mediación existente es la entreguista, la que sirve al patrón, al capital y al devorador de patrimonio natural. Así como existe una mediación y podría eventualmente existir una justicia comunitaria comprometida con actos de injusticia y, en efecto, esto produce confusiones, también existe, y esto es lo más significativo, una mediación y una justicia comunitaria comprometidas con los más vulnerados y con los que más necesitan de la acción colectiva de la sociedad para resolver las desigualdades, las discriminaciones, las exclusiones y, en gene-
Una mediación y una justicia comunitaria están com-
VII. Confusiones
prometidas con los
A lo largo de mi intervención he venido planteando los ángulos y perfiles de la mediación y la justicia comunitaria para facilitar el abordaje de las posibles confusiones que se han presentado en la valoración de la mediación comunitaria. Aquí hemos encontrado muchas confusiones. Hoy se pudo registrar una de esas confusiones sobre el lugar de la mediación. Aún se cree que hay un tipo de mediación, adelantada por facilitadores, dinamizadores, consultores y expertos, destinada a producir actos de injusticia y dolor al pueblo y son cazadores de gato pardo o negro, es decir, no les importa de dónde vienen los fondos, ni cuál es su propósito e intencionalidad, pareciera que lo importante es que sirvan para cazar ratones o resolver los problemas del mejoramiento económico. ¿Será que estos mediadores son sólo eso: vendedores de servicios y consultores de oficio sin compromiso con el cambio de la sociedad y con el pueblo? Personalmente me parece grave esta consideración, pero lo importante aquí no es la existencia de dos
con los que más
más vulnerados y necesitan de la acción colectiva de la sociedad para resolver las desigualdades, las discriminaciones.
ral, las condiciones de ignominia y pobreza. Sin lugar a dudas, esta mediación provoca disminución de la tasa de ganancia de los explotadores; reduce el campo de acción de los violadores de los derechos de la sociedad y coloca a las víctimas en la posibilidad de la no repetición de los actos de negación de lo justo. Sería un grave error generalizar y penalizar a los mediadores con el calificativo de agentes pasivos o mediadores a favor del capital generador de pobreza y miseria en las comunidades más vulneradas. Nosotros no podemos salir de aquí con esa confusión. Yo puedo decir en voz
84 alta, por la experiencia misma, que el tipo de justicia comunitaria y de mediación que nosotros realizamos en Colombia está absolutamente comprometido con los más vulnerados; no hay la mínima confusión en este aspecto, y esto no puede confundirse con una mediación centrada únicamente en el tratamiento de desigualdades; aunque igualmente asumimos otras mediaciones como ya lo expresé ampliamente. Yo voy a proponer aquí a la mesa del congreso que se le haga una carta fraternal, solidaria y respetuosa al presidente Evo Morales, explicando cuál es el lugar de la mediación. Eso no resta a lo que ya explicó Carlos Giménez y que me parece fundamental, y es que no hay neutralidad ideológica, pero no se puede confundir la neutralidad ideológica con la imparcialidad en el tratamiento de un conflicto. Desde la perspectiva de la mediación, sí hay imparcialidad frente a los involucrados en la búsqueda de una solución dialogada. Esa confusión me parece que en el congreso no puede quedar. Se tiene que decir claramente que nosotros estamos no sólo por una opción a favor de los más vulnerados, sino que nosotros estamos por un proyecto de sociedad de cambio y de transformación de las condiciones de injusticia, de desigualdad, de lucha contra el racismo, la discriminación, la xenofobia y todas las formas conexas de violencia estructural o coyuntural. Esto quiere decir que no sólo buscamos que un problema se resuelva pacíficamente, sino que se construyan nuevas identidades, igualdades, posibilidades de convivencia pacífica y nuevas transformaciones en el pensamiento, nuevos reconocimientos, nuevas validaciones de relacionamiento de la sociedad. No estamos con una mediación para frenar el desarrollo de la sociedad porque no sería mediación fortalecer el poder de los que acaparan, de los que especulan, de los corruptos. En ese contexto, nosotros tenemos una apuesta por la mediación y la justicia comunitaria que
les sirven a los que no han gobernado, a los que no han comido, a los que han sido silenciados, a los invisibles… Ese es básicamente nuestro marco de referencia, es decir, no es una mediación para disminuir el pulso de la lucha social. Piensen ustedes en el riesgo que corremos de que nuestra propuesta de mediación y de justicia dé lugar a tres confusiones. La primera, que se crea que la justicia comunitaria y la mediación comunitaria que nosotros hacemos les sirven a los patrones, a los especuladores y a los poderes tradicionales. La segunda, que se crea que la justicia comunitaria y la mediación que nosotros hacemos sirven para hacer linchamientos y ejecuciones, y para hacer levantamientos populares con el fin de romper la infraestructura de lo que se ha construido. No, nosotros no tenemos esa propuesta. Nuestra mediación no es para ejercer la violencia y ese es un punto de diferenciación fundamental que en la declaratoria de este congreso debe estar presente. Hay otro factor que está muy vinculado a nuestro proceso de formación… No es posible pretender la mediación en pasivo. Por lo menos en nuestra experiencia, la mediación es un acto de alta presión social. La mediación cuenta con redes sociales de presión, con articulaciones sociales de presión para que sus propósitos les sirvan a los más vulnerables; por eso no sólo es necesaria la construcción de redes, sino otros procesos pedagógicos. Que los mediadores, que los facilitadores, que los amigables componedores, que los jueces de paz, que todos los que estamos comprometidos en este camino por la paz y por la mediación tengamos presente que es necesario salir a la calle, levantando la voz, acompañando y participando en las movilizaciones sociales. Pienso que este encuentro internacional cometería una falta de cortesía si no se pronunciara favorablemente en razón al Referéndum del 25 de enero (en Bolivia). Es un compromiso de este congreso, porque el pueblo boliviano se está
85 jugando su suerte histórica y, en esa suerte, nosotros estaremos dando solidaridad en cada uno de los países donde nos encontramos.
VIII. El mediador, un ejemplo en todo lugar Un proceso de conducción debe educar con el ejemplo, ese es un elemento fundamental, es un requerimiento para la mediación. Si nosotros aquí en la mesa no tenemos la suficiente posibilidad de concertar quién va de primero, quién va segundo, quién va tercero…si nosotros aquí no podemos conciliar los pulsos que hay en el seno de este congreso, porque hay pulsetas y hay debates… La primera condición es que los promotores, los conciliadores en equidad, los amigables componedores, los jueces de paz, los mediadores escolares, todos los que estamos comprometidos en esto, seamos capaces de superar nuestras propias contradicciones, abordarlas y encontrar los caminos más viables. Esto se puede trasladar a la casa. Si usted es mediador y resulta que en su hogar es violento con la familia y con su compañera, el argumento de mediación perderá valor por falta de un soporte real y concreto. Algo así ocurre en el trabajo si se reclama del mundo de la mediación, pero en la institución donde trabajamos no existe un lugar donde se puedan abordar y dar solución a los conflictos. Esto es un pésimo ejemplo, si en la convivencia comunitaria practica el autoritarismo, la dirección y coordinación vertical, la invisibilidad de los que trabajan y silencia las opiniones diferentes o disímiles, esto igual no contribuye y lesiona el trabajo y la construcción de un movimiento de mediadores y mediadoras. Establecer un escenario de encuentro entre los propios mediadores partiendo de los participantes a este congreso constituye una necesidad fundamental de comunicación, de diálogo abierto y de
continuidad de procesos de hermanamiento. Eso significa que se debe subir una línea de articulación y de encuentro. Nosotros proponemos que se establezca un trabajo en red, porque sería un derroche en estos procesos de aprendizaje, de construcción de alternativas, el no establecer vías comunicantes que permitan articular los múltiples esfuerzos en la vereda, en la zona, en los países, en la región. Dar vida a un mecanismo en red no burocrática ni de aparatos, sino horizontal, dialógica y participativa es necesario para potenciar las conclusiones y desarrollos de este congreso y la preparación de nuevas condiciones para el próximo evento.
La primera condición es que los promotores, los conciliadores en equidad, los amigables componedores, los mediadores escolares, seamos capaces de superar nuestras propias contradicciones.
IX. ¿Cuál es la agenda para la América de hoy? Pero en esa articulación de esfuerzos debemos definir cuáles son las prioridades hoy en la mediación de problemas globales. Ese fue otro gran problema planteado por el presidente Evo. ¿Cuál es el problema central de América en la actualidad y en el que la mediación tiene que tomar partido? En ese sentido, creo que es necesario que el congreso dé cuenta de esa agenda
86 de prioridad y establezca cuáles son los puntos palpitantes y al lado de esa agenda establezca cuál es el panorama de la región en materia de conflictividades y de propuestas de mediación en cada país. Es necesario hacer esa agenda panorámica y es urgente porque no puede ser que todo esto se quede sólo en la memoria del Congreso para que en el próximo regresemos a repetir los debates de hoy. Se debe establecer ahora un análisis panorámico y esa es una responsabilidad de cada una de las delegaciones aquí presentes. A manera de ejemplo, entre Colombia y Ecuador se han suscitado grandes conflictos fronterizos que provocan daños a la población, y la agudización del conflicto fronterizo cuenta con las intervenciones presidenciales de los dos países que terminan por agravar las condiciones de los pueblos hermanos. En este caso, el “lV Congreso Mundial de Mediación” debe proponer una comisión mediadora que le dé a este conflicto una perspectiva de mediación comunitaria. El otro elemento es poder contribuir a la construcción de propuestas de acción afirmativas, es decir, de construcción de políticas públicas en materia de media-
ción, para que esto no sea un asunto que establezca confrontaciones, porque uno hace mediación política, otro hace mediación social y el otro hace mediación escolar, sino que se reconozca el escenario necesario. En suma, contribuir para que este congreso mundial sea lo suficientemente amplio, flexible e inteligente para facilitar los procesos de definición de política. Ustedes saben que en Bolivia se está definiendo una política de justicia comunitaria y, al respecto, éste es un escenario fundamental. Por tanto, éste es otro asunto de gran importancia por su valor de motor de impulso en la construcción de una agenda constitucional y legal sobre justicia y mediación comunitaria. Cierro con este último punto… Queremos hacer una ruta de la mediación por América que corra pareja no solamente con los vientos del Sur, sino con el bicentenario de América. Yo creo que este congreso puede no sólo enviar una carta de respaldo al Referéndum constitucional del 25 de enero en Bolivia, sino proponer que el presidente Evo Morales contribuya a que esa ruta de la mediación sea un hecho posible. Muchas gracias.
87
"Tenemos que ganar terreno hacia la igualdad, centímetro a centímetro"
La mediación intercultural trabaja a partir del reconocimiento del otro, de la comprensión mutua, del empoderamiento, de la edificación del futuro. Ayuda a decir lo que tenías que decir desde hace mucho tiempo a aquel que parecía tan grande y potente.
icenciada en Filología Española por la Universidad de Grenoble (Francia) y Túnez; master en Migraciones, Refugio y Relaciones Intercomunitarias. Es mediadora y experta en Mediación Intercultural. Cuenta con diplomas de Formación Superior en Mediación Social Intercultural por la Universidad Autónoma de Madrid; en Formación de Formadores en Educación Intercultural de la Escuela de Animación de la Comunidad Autónoma de Madrid y de la Escuela de Mediación Social Intercultural de Madrid y en formación sobre los conflictos en Oriente Medio del Geneva Internacional Peace Research Institute. En España, fue Directora Adjunta a los Programas de Cuarto Mundo de la ONG Médicos del Mundo. Dirige el Servicio de Mediación Social Intercultural de la ciudad de Madrid.
90
I. Los cuatro pilares de la mediación intercultural Nacimos iguales y en un minuto nos hicieron desiguales. Mi propuesta es ver cómo la mediación intercultural resuelve los niveles de desigualdad y es una pena que el Presidente no esté aquí. La mediación intercultural trabaja a partir del reconocimiento del otro, del aprendizaje mutuo, del empoderamiento, de la construcción del futuro. Son estos cuatro elementos, entre muchos otros, que he decidido trabajar esta tarde con ustedes.
A.Reconocimiento del otro Para poder sentar a personas enfrentadas en un problema, en un conflicto, hace falta el reconocimiento del otro, y ¿quién es el otro en la mediación intercultural? El otro es a menudo el analfabeto, el pobre, el que siempre ha perdido y sigue perdiendo; el que se ha ignorado en el mejor de los casos, a menudo se ha despreciado; el otro en la mediación intercultural es aquel que nunca tuvo la oportunidad de hablar con su jefe, de hablar con el poderoso, de hablar con aquel que tiene la cultura mayoritaria; hablar de sus necesidades, de lo que él considera sus derechos. El otro es aquel al que le han dicho que no sabe hablar porque no habla el mismo idioma cuando, en verdad, para poder hacer sentar a personas para que dialoguen, hay que hablar en su idioma. Para que sea eso posible ha hecho falta que el otro, el que siempre habló mucho, el que siempre tuvo razón, el que decidió, el que sigue decidiendo, el que creía que podía ganar siempre, entienda que sin el otro, ese otro que no era nadie, que sólo era borrador de ser humano, no va a poder resolver su problema; no va a poder vivir en paz. Faltó que entendiera que más allá de su mundo existen otros mundos, otras maneras de pensar el mundo, otras maneras de organizar el mundo, otras cosmovisiones y que, quizás, puedan servir, quizás son igual de importantes y váli-
das, para poder sentar a las personas para que entablen un diálogo. El reconocimiento del otro no quiere decir que estemos de acuerdo en todo, porque a veces es decir “no estoy de acuerdo, pero reconozco que lo tuyo vale tanto como lo mío”. La mediación intercultural, en el reconocimiento del otro, te enseña a cambiar tu mirada sobre el otro y cuando cambia tu mirada sobre mí, mi mirada hacia ti también cambia. En ese empoderamiento, en ese fortalecimiento de las personas para luchar contra la desigualdad, la mediación intercultural brinda al que es mirado de menos un espacio de escucha y otro para que hable de su dolor, porque cuando te dejan hablar de tu dolor, te hacen menos desigual. Brindar mediación intercultural es decir que es posible; es romper la impotencia; es permitir que hable en su idioma, es saber también que el otro, que es el fuerte, acepta sentarse y hablar con él. Y si esto no es fortalecer a las personas, entonces no entiendo nada. La mediación intercultural es también ayudar a expresarse, a comunicarse delante de este otro; es ayudarte a decir lo que tenías que decir desde hace mucho tiempo, a veces desde hace siglos, delante de aquel que parecía tan grande y tan potente. Sentar a las personas a hablar, sentar al vulnerable, al marginado a hablar delante de la potencia, es hacerle protagonista de esto que está pasando en este momento.
B. El aprendizaje mutuo El aprendizaje mutuo en la mediación intercultural y comunitaria implica procesos largos, porque las personas tenemos nuestros tiempos y hay que respetarlos. Son tiempos largos y a veces agotadores, pero son tiempos llenos de aprendizajes para los unos y los otros y, por ello, merece la pena cuidar cada paso del proceso. Nos enseñaron que nuestra cultura era la mejor; que nuestros dioses eran los únicos; que sólo había una manera de vivir bien; que sólo como pensamos era pen-
91 sar bien; nos enseñaron incluso que algunas culturas valían más que las otras y en este largo viaje, obviando e ignorando al otro, perdimos saberes. Y cuando aprendimos algo del otro, lo aprendimos por la fuerza. Fue un viaje que nos enseñó a restar más que a sumar.
C. El empoderamiento Hay otro viaje que se puede hacer con la mediación intercultural y éste te lleva a descubrir un día que esta otra cultura te puede aportar con algo; que puedes aprender de ella, es más, esta otra cultura desdeñada te puede dar respuestas a aquellas preguntas que todavía no has sabido contestar. Este viaje es descubrir que este pobre tipo, que no sabe leer, ha aprendido de su madre, que tampoco sabía leer, a hacer lo que tú todavía haces tan torpemente. En el aprendizaje mutuo se aprende, incluso, que de este monstruodemonio que es Occidente, todavía podemos aprender algo; vamos a tener que admitir por fin que algunos antiguos imperios con sus civilizaciones están hoy en el “eje del mal” y algunas otras civilizaciones, algunos otros imperios todavía potentes, están hoy en el ojo del huracán. Te vendrá el turno, la construcción del futuro a través de la mediación intercultural.
D. Construyendo el futuro Un día estaba en un encuentro de pacifistas israelíes y palestinos, la Franja de Gaza estaba cercada por el ejército israelí; no dejaban entrar personas, ni comida, ni petróleo. Los palestinos no sabían en ese momento si debían llorar su pasado o su presente, y un israelí dijo al grupo de palestinos: "Si sólo vamos a hablar del pasado y de la injusticia que cometimos y estamos cometiendo, no vamos a avanzar nunca. Empecemos ya juntos a construir el futuro". Cuando no tienes papeles, cuando no eres ciudadano, cuando por tu cultura te hicieron pobre, no es desdeñable introdu-
cirse en un espacio de participación, donde puedes pensar con los otros, donde puedes crear un espacio de paz, un espacio de igualdad, aun si sólo es para pensar cómo queremos que sea la escuela de los niños nuestros en esta calle; aun si sólo es para pensar cómo queremos que sea el centro de salud de la comunidad; aun si sólo es para pensar cómo queremos que sea el espacio de ocio de nuestro barrio. La mediación no trabaja el pasado, trabaja el futuro, pero si la mediación intercultural no cura el pasado, puede curar el presente para construir futuro porque de lo contrario, corremos el peligro de que el discriminado de ayer, el pisoteado, el atropellado construya un futuro lleno de dolor y quizás con venganza.
II. Avanzar No estoy de acuerdo con vuestro Presidente, cuando dice que no puede haber cultura de paz cuando hay desigualdad. No. Justamente porque hay desigualdad hace falta empezar ya a aprender la paz. La mediación intercultural no es un parche. No podemos permitirnos dejar pasar cualquier oportunidad, por mínima que sea, de vivir en igualdad, aun si no estamos en pie de igualdad, aun si sólo es para dos horas, lo que duró la conversación, una semana; lo que duró este intento de pensar la escuela de nuestros hijos en esta calle; aun si sólo es por eso, tenemos que intentarlo, porque cuando se sale de una experiencia de igualdad se sale más grande y se sale otro, y eso es importante porque la vida de un hombre y de una mujer se consumen en un abrir y un cerrar de ojos. En la adversidad, tenemos que ganar terreno hacia la igualdad centímetro a centímetro. Aprendí de la filosofía oriental que no sirve de nada luchar contra las tinieblas, lo que hace falta es iluminar las tinieblas. La mediación intercultural aporta luces para iluminar las tinieblas. Gracias.
92
93
94
Alejandro Nató
Fadhila Mammar
En verdad nos están pidiendo que nos vayamos, pero si se atreven a contestar en dos minutos cada uno, les quiero hacer una pregunta para que sea un generador de ideas. Aquí tuvimos a Michel Viviorca que nos acompañó hace unos meses. El planteaba que donde las identidades son muy fuertes se corre el peligro del racismo si no hay un Estado fuerte que pueda compensar. Me gustaría conocer la opinión de ustedes en cuanto a esto, porque en Bolivia, donde ahora estamos, las identidades han aflorado con mucha fortaleza.
En mi opinión, una identidad que niega su multiplicidad de pertenencias empieza por ser intolerante con su propia comunidad. Segundo, una identidad que se pretende con una sola pertenencia es siempre excluyente.
Carlos Giménez Sí, gracias, diré dos cosas sobre el tema. Primero, identidades cívicas versus identidades culturales. Las identidades culturales son un derecho, son patrimoniales, pero tienen que compartirse junto a las identidades cívicas. Creo que existen niveles diferentes de identidad, uno puede identificarse con muchas cosas y tiene la tolerancia suficiente para respetar la identidad e identificación de cualquiera. Una persona se puede identificar como ciudadana del mundo o latinoamericana o boliviana o aymara y todo al mismo tiempo, y además mujer y además de izquierda. Es decir, no quedarnos reducidos a un binomio, una identidad cultural y otra identidad cultural, como si fueran algo cerrado. Las personas tenemos derecho a negociar y a fundir distintas identidades.
Carlos Rúa Bueno, creo que un elemento fundamental de la identidad es que ésta no la ha producido el racismo. Este último es el producto de una concepción dominadora de la sociedad. Es la relación de superioridad e inferioridad, establecida a lo largo de la historia, lo que va a dar la producción del racismo, por ejemplo, si las mujeres no se eclipsan como mujeres, sino que asumen la identidad en su perspectiva de género, con toda seguridad de que los hombres no van a salir derrotados por el hecho de que ellas asuman la identidad de género. Las identidades, cuando éstas son para construir igualdades y favorecer procesos de equidad, aumentan la cohesión de la sociedad. Quiero ratificar aquí que el racismo es una enfermedad producto de una concepción dominadora que clasifica a unos seres humanos en condiciones de inferioridad y a otros de superioridad. Y este momento histórico se lanza a transformar ese concepto y, por eso, luchamos en conjunto por las identidades y la igualdad.
95
El poder de la mediación: los conflictos internacionales Josep redorTa (españa) KJell-aKe nordquisT (suecia) moderador: Julián Thomas hoTTinger (suiza)
"Es hora de repensar la mediación y les invito a hacerlo"
El conflicto y el consenso son dos caras de la misma moneda. El conflicto es motor de cambio. ¿Por qué la mediación no avanza más si los problemas son tantos? Porque su discurso debe ser mucho más amplio que su técnica estándar.
bogado con 25 años de experiencia profesional. Graduado Social en la Escuela Social de Barcelona. Diplomado en Administración de Empresas. Cursó estudios de Psicología Social en la Open University de Londres. Doctor en Psicología Social por la Universidad de Barcelona. Master en Análisis y Conducción de Grupos. Se formó en Resolución Alternativa de Conflictos. Hoy se dedica al campo de la Resolución Alternativa de Conflictos en los campos de investigación, formación e intervención. Una de sus áreas de interés es el diagnóstico de situaciones de conflicto. En este campo se doctoró con nota "cum laude". Una segunda área de interés es la negociación. Una tercera es la mediación, donde también imparte formación en distintos campos. Mediador familiar reconocido por el Centro de Mediación Familiar de Catalunya. Árbitro del Tribunal Laboral de Catalunya. Miembro de la Corte Europea de Arbitraje. Miembro del claustro de doctores de la Universidad de Barcelona. Miembro del Centro de Mediación del Gran Sur (Perpinyà. Francia).
98
I. Los cambios en un complejo mundo La verdad es que estoy descubriendo este precioso país a través de su gente… Hace un mes estaba en la Universidad Las Palmas, en Canarias. Allí hay una casa de Colón que tiene una biblioteca muy especializada en la colonización de América. Como sabía que vendría a Bolivia, le eché mano un poquito a esos libros antiguos de 1600 y 1700 que hablan de este país. La verdad es que al cabo de media hora, me entró una desazón tremenda porque no tiene nada que ver la historia que nosotros aprendimos en la escuela con la de ustedes. Yo creo que cualquiera que venga de España, debe pedirles perdón por las cosas que se hicieron. Como Kjell-Ake Nordquist (expositor que habló después de Redorta) se va a centrar más en los conflictos internacionales, yo voy a adoptar una línea distinta, porque el concepto de nación-Estado está en una gran revisión. Es rigurosamente cierto que el Estado-nación ha ido perdiendo y perdiendo posibilidades. Si además nos metemos en el tema de las nacionalidades de las naciones sin Estado, ahí ya no hay ni acuerdo en las ciencias políticas. Por tanto, lo que voy a hacer es pensar desde lo interpersonal y lo grupal para ir a lo macrosocial, a lo amplio, sea o no internacional. Y voy a hablarles primero del cambio social; segundo, algo sobre la identidad y, si me permiten, les voy a decir hacia dónde creo que debería ir la mediación, al menos desde mi punto de vista. El cambio al que están sometidas nuestras sociedades es global y presenta características básicas, fundamentales: es muy profundo, tenemos desde cambios en la genética hasta la telemedicina. Estamos viviendo una época realmente compleja y acelerada. Si algo caracteriza lo que está sucediendo en este momento es que hay que subirse a muchos trenes en marcha: las
tecnologías de la información han cambiado el mundo; los problemas de medio ambiente no conocen fronteras; los conflictos económicos; el terrorismo; las guerras, grandes conflictos. Incluso más allá, atentados contra la intimidad. Ustedes conocerán ese escáner que está poniéndose en algunas ciudades. En Londres, vas vestido, pero el escáner te presenta absolutamente desnudo. En todo caso, hay una realidad y es que no hay cambio sin conflicto, por tanto, es totalmente coherente que los conflictos aumenten. Ahora bien, ante un conflicto tenemos una actitud ambivalente y, sin embargo, los conflictos existen porque cumplen una función, todo en la vida tiene una función. No podemos estar todo el tiempo en consenso y en paz, ni en conflicto. La única paz total es la de los cementerios. Alguien me decía que Bolivia parece una telenovela porque siempre está en conflicto. En todo caso, podemos pensar que conflicto y consenso son dos caras de una misma moneda.
A. Conflictos en negro y blanco Déjenme destacar brevemente algunos aspectos positivos del conflicto porque normalmente tendemos a verlo sólo como negativo. El conflicto es motor de cambio personal y social. A pesar de ello, uno se preguntaría por qué no han avanzado los estudios sobre el conflicto. Pues no lo han hecho porque el siglo XX, aunque no lo parezca, fue el siglo del conflicto con una polarización extrema. La gente sabe muy bien que en un extremo estaba el funcionalismo sociológico. Es decir, el que planteaba que se tenía que estudiar el sistema para que éste se mantenga, sea neoliberal, capitalista… Hubo en ese sentido importantes avances en conocer cómo funciona un sistema. En el otro extremo, el marxismo decía que el conflicto es el motor de la historia y, por tanto, cuantos más conflictos, mejor. Estas dos visiones tan antagónicas dieron lugar a que los estudios sobre el conflicto quedaran bloqueados durante el siglo
99 XXI. Sin embargo, ahora se están recuperando aportes muy importantes de los funcionalistas y de los marxistas como el pensamiento del materialismo dialéctico. Ambos puntos de vista convergen hoy en el nuevo paradigma del cambio social: ¿Cómo conseguir que los efectos positivos del conflicto sean tales y cómo conseguir que los negativos sean minimizados? El conflicto estimula el interés, la curiosidad, una necesidad de comunicación mucho más nítida. Enmarca un grupo frente al otro y contribuye a la cohesión interna de los grupos enfrentados. El proceso de resolución de los conflictos tiende a estimular la creatividad con nuevas propuestas a elaborar; facilita la comunicación abierta sobre temas de interés para las partes; fomenta el reconocimiento de la legitimidad del otro; cuida sus intereses; y puede conducir a una situación de confianza a partir de destacar las semejanzas sobre las diferencias. Pero, también hay aspectos negativos como, por ejemplo, que la comunicación se reduce y se vuelve más insegura; se estimula la idea de que la solución es una cuestión vinculada a cuestiones de poder; se forma una actitud hostil y sospechosa que incrementa las diferencias y disminuye la conciencia sobre las similitudes; se producen juicios erróneos sobre el otro; se ponen en acción actitudes defensivas; se reducen las alternativas. En un caso extremo, tenemos la guerra, el amigo contra el enemigo y si es enemigo, lo liquido. Y yo me centro en esto último por cuanto fíjense hasta qué punto esta idea del amigo o enemigo puede ser perjudicial cuando un conflicto se dispara. "El Roto" (Andrés Rábago), uno de los mejores dibujantes que tenemos en España, desde la óptica social nos dice: "Cada vez hace falta ejércitos mayores para defender lo indefendible". Y digo esto a propósito de la intervención del excelentísimo señor Presidente de Bolivia ayer aquí. Habló de la espada, de la norma y de la oración (Evo Morales dijo sobre procesos de colonización que aquello que no se podía lograr mediante la oración luego era
normado y si esto no funcionaba, llegaba la espada). Pues la espada no ha sido capaz de resolver los problemas de la humanidad, pero sí de agravarlos, estamos de acuerdo señor Morales. En cuanto a la norma, tendríamos que hablar mucho más porque no hay grupo que pueda funcionar sin normas. Hoy, Bolivia está en una situación donde, desde mi punto de vista, la legitimación social de la autoridad está en discusión en muchos sitios. Entonces, la norma es precisa, pero qué norma, ésta es otra cuestión totalmente distinta. Lo que sí es cierto es que tiene que tener una legitimación social para que el derecho sustituya a la fuerza.
El conflicto es motor de cambio personal y social. A pesar de ello, no han avanzado los estudios sobre el conflicto porque el siglo XX fue el siglo del conflicto con una polarización extrema.
¿Y la oración? Es una simplificación…Yo puedo o no ser agnóstico, pero sí es cierto que en todas las sociedades a lo largo de la historia y la historia de las religiones, la persona ha tendido a trascender, a ir más allá. Entonces quizás, quizás, quizás, aquella frase de Marx de que “la religión es el opio del pueblo” debe ser revisada para ver si necesitamos cierta capacidad de trascendencia, de unión más allá de lo personal. Entonces, si simplificamos este análisis a sólo tres palabras hablando en profundidad, a lo mejor nos ponemos de acuerdo, puede ser conflictivo y puede generar innecesariamente conflictos. Dije
100 que los conflictos son buenos para el cambio, pero también debemos ser capaces de gestionar los conflictos. ¿Qué efectos tienen los conflictos? Primero producen disfunciones en las instituciones que quedan desfasadas y no se adaptan a lo que hay y son antiguas en relación a lo nuevo, lo que genera tensión porque la institución por definición es conservadora. Pero además, el siglo XXI nos exige nuevas habilidades a los profesionales de todo tipo, no sólo a los mediadores. Entre esas habilidades están la capacidad de gestionar la diversidad, vital en un momento de gran complejidad. Ayer estaba al lado del embajador de Suiza, Marco Rossi, y recordaba que en la Constitución suiza de 1291 hay un párrafo maravilloso que dice: "Aquello que nos une es el respeto por la diferencia". Fíjense, sale la palabra respeto que va mucho más allá de tolerancia y que implica reconocimiento, aquello que nos une es el respeto por la diferencia. Estoy hablando de una sociedad avanzada, plurilingüe, plurinacional, donde, entre otras cosas, yo a él le recordaba que nadie en Europa conoce al presidente del gobierno suizo, donde el reparto de los impuestos es modélico entre los cantones y donde se hacen referéndums cada dos meses aproximadamente, eso es tener capacidad para gestionar la diversidad. Segundo, capacidad de tomar decisiones con escasa información. Por la rapidez con que evoluciona el mundo, necesitamos herramientas que nos permitan orientarnos en un sentido determinado. Es importante que seamos capaces de gestionar la incertidumbre. Si esperamos a contar con todos los datos del problema, éste ya habrá cambiado. Tercera habilidad imprescindible: capacidad de convicción y, por lo tanto, de negociación, de mediación, de persuasión. Cada vez vamos a aceptar menos que nos impongan cosas. Y esa diferencia entre poder y libertad es lo que nos permite autorealizarnos. Ahí está el poder de la palabra que tiene mucha más fuerza que la fuerza bruta, aunque no lo parezca.
Hay que ser capaces de conseguir objetivos en ambientes de tensión. No se desmoralicen ustedes si hay tensiones fuertes en la sociedad boliviana o en Latinoamérica. No pasa nada, lo importante es ser capaces de mantener el equilibrio personal. No se navega igual en aguas turbulentas que en aguas calmadas, pero se navega. Y la última habilidad que me parece de interés es estar en contacto con las nuevas tecnologías, con la Sociedad de la Información.
B. Los cambios y la identidad ¿Cómo afecta todo esto a nuestra identidad? Todo este cambio nos está afectando con seguridad en nuestra manera de ser y de sentir, en nuestra manera de ver. Manuel Castells nos habla en "La era de la información" sobre los problemas de identidad que van a dominar el siglo XXI. El sociólogo inglés Richard Batley, que sigue siendo uno de los más reconocidos, dice que los problemas de identidad van a dominar el siglo XXI. Pero, ¿qué clase de identidad?, vinculémosla a la religión y tendremos fundamentalismo; también vinculado a la etnia… ¿Cómo debe ser nuestra identidad? Es un problema muy importante. Castells nos propone la identidad-proyecto (que parte de la voluntad de emancipación del individuo frente a las comunidades) como un paso más allá de la identidad de resistencia. Anthony Giddens, otro sociólogo de referencia, dice que hay cuatro problemas fundamentales: uno, la experiencia personalizada frente a la experiencia descentralizada o, en otras palabras, es más importante jugar al fútbol que ver el partido; es más importante estar en la política que estar fuera de ella; debemos ser lo que queremos ser implicándonos. Admiro a las personas que se atreven a intentarlo; aunque fracasen. Otro elemento que tiene que ver con la identidad: autoridad frente a la incertidumbre. La autoridad es necesaria, la jerarquía cumple una función social. Si un barco se está hundiendo, seguro que no
101 haremos una asamblea, diremos probablemente: "¡Las mujeres y los niños que bajen a la barca primero, este barco se va a hundir!". En un partido de fútbol haremos lo mismo. Si hacemos una asamblea, probablemente nos mataremos y no sabremos si fue o no penalti, por tanto, el árbitro cumple una función. Lo que sucede es que se ha abusado de esta función de la jerarquía en muchas ocasiones, y ha faltado la legitimación social, porque la autoridad debe estar respaldada por la legitimación social y el poder social, de lo contrario, no es autoridad; aunque lleve el bastón de mando. Y, finalmente, la unidad frente a la fragmentación, ser todo y parte, ser ciudadanos del mundo y nosotros mismos, esto es fundamental.
diferentes métodos de resolución de los conflictos, por lo tanto, también de la técnica de mediación estándar. Luego está el pensamiento generativo, absolutamente nuevo, un modelo distinto donde no se piensa ya en términos de conflicto, sino en qué potencialidades tiene este grupo, qué es lo bueno que tenemos, cómo nos podemos proyectar hacia el futuro; prohibido todo lo que va mal, qué energía hay aquí. Al respecto, vimos un trabajo de éstos en el taller de Santa Cruz y la verdad es que fue maravilloso. La mediación se funda en dos ideas: en que el poder para resolver el conflicto lo tienen las partes de acuerdo a sus intere-
Está avanzando la conflictología, una
II. La mediación, a la mesa de debate Voy a hablar de cuatro reflexiones sobre la palabra mediación, porque creo que en la propia profesión hay un debate importante. De mediación se puede hablar primero como filosofía de vida y de la paz como valor universal. Segundo, se puede hablar como conflict management, gestión de conflictos, es decir, la gente me pide mediación, pero sobre todo lo que me está diciendo es: "Resuélvame usted como pueda el problema". Y entonces, la gestión de conflictos sería un campo donde podríamos ver la mediación entendida en sentido amplio. Tercero, las técnicas estándar de mediación, donde siempre nos imaginamos un señor aquí en medio, dos que hablan y un proceso de comunicación más o menos estándar. Al respecto, hay varios modelos; aunque esto tampoco es tan fácil. Está en construcción. En los últimos años está avanzando la conflictología. ¿Qué es? Una ciencia en construcción que abarcaría desde el estudio del conflicto y la mirada de las distintas disciplinas hasta el estudio de los
ciencia en construcción que abarcaría desde el estudio del conflicto y la mirada de las disciplinas hasta el estudio de los diferentes métodos de resolución de los conflictos.
ses y en la confianza, que es el cimiento de la sociedad. El mediador es un reconstructor de confianzas. Necesitamos alguien que ejecute esa función. Los tres grandes recursos que, de alguna manera, ha usado la humanidad a lo largo de la historia son: la fuerza, el derecho y la palabra. Cuando estuve en Santa Cruz, lo primero que quise ver fueron las casas demolidas. El video que había visto por Internet me pareció absolutamente impactante y debo decir que más allá de si hay o no hay corrupción o un problema de límites o un conflicto de intereses per-
102 sonales, echar 100 casas al suelo es mucho más que un crimen, es un error. Este caso al que me refiero está en el campo del conflict management. De los tres modelos, el de la fuerza que es el que ahí se ha empleado (para el derribamiento de las casas) es el peor. Se tiende a utilizar la fuerza cuando han fracasado otros métodos. Y en este caso, ha fracasado el derecho, seguro, a lo mejor estas casas no tenían que haberse levantado nunca. No lo sé. A lo mejor no tenía que haberse esperado tanto, pero cuando algo ya hecho se derruye, algo está fallando ahí. Sin imputar responsabilidad absolutamente a nadie, la palabra es con mucho el elemento más importante y más fuerte para vincular lazos y resolver conflictos. La palabra y el diálogo tienen un primer efecto: producen reconocimiento de lo fundamental; segundo efecto: reducen la asimetría de poder, porque nos ponen en un plano muy similar en el que podemos negociar el significado de lo que representa para cada uno de nosotros, desde nuestra óptica, la parte del conflicto; y cuando ha cambiado el significado, cambian las conductas. Nunca minimicen la palabra, todo empezó con ella y las ciencias sociales lo han puesto de manifiesto. Ahora bien, fíjense ustedes en esta navaja suiza. Más allá de la función de navaja tiene una gran cantidad de funciones distintas. A la mediación yo la veo desde ese punto de vista, como la capacidad de gestionar conflictos y este debate está entrando ya en proceso. Hay un libro cuyo título es: "Más allá de la neutralidad" de Bernard S. Mayer, publicado por la editorial española Gedisa en el mes de mayo. ¿Porqué la mediación no avanza más si los problemas son tantos? La respuesta es que probablemente el discurso de la mediación debe ser mucho más amplio que la técnica estándar de mediación. Si yo tuviera que decir alguna cosa, diría que hay que repensar la mediación, aquí hay muchos expertos y les invito a hacerlo. Primero debe avanzarse en la idea de que la mediación debe ser entendida co-
mo la capacidad completa de afrontar el conflicto; segundo, debe avanzarse en la conflictología, ciencia en construcción. Ustedes pueden coger ese tren en marcha y es oportuno que lo hagan, porque entonces estamos hablando desde la ciencia, que es un discurso mucho más objetivo; aunque no sea neutral muchas veces, pero es mucho más objetivo que no tener nada; entre navegar sin brújula y navegar con brújula, opto por navegar con brújula. También debe avanzarse en la idea de justicia relacional, una forma distinta de justicia. En Europa se habla del derecho al acceso a la justicia, pero se ha estado entendiendo esto en los últimos años como el derecho al acceso al tribunal y probablemente esto en el siglo XXI no sea así. El acceso a la justicia hay que definirlo como el acceso a la solución apropiada de los conflictos y uno de ellos es la mediación. Por lo tanto, hay que volver a resituar las ideas en este marco.
III. La mediación ciudadana, lo nuevo Debe avanzarse en un concepto nuevo más allá de interculturalidad: la mediación ciudadana. Debo excluir la idea de mediación comunitaria y de mediación intercultural, y si estuviera en la mesa mi amigo Carlos Giménez, lo podríamos debatir para situarnos en el tema democrático de los derechos de los ciudadanos. Tal vez las discriminaciones no las pueda resolver la mediación, quizá sí las tiene que resolver el Derecho; los pactos tienen que tener límites en los derechos fundamentales de las personas y en cómo se aplican, habrá que ver; esto creo que debe ser construido. Por lo tanto, hay un gran trabajo por hacer… William Ury, antropólogo de la Universidad de Harvard, dice: "No hay nada más urgente en este mundo que aprender la capacidad de resolver las diferencias". A esta tarea les invito a todos ustedes. ¡Arriba Bolivia!
103
"¿El mediador puede balancear asimetrías y mantener su neutralidad?"
Un conflicto es a menudo un resultado del abuso de poder y la mediación debe demostrar que tiene medios para cambiar una situación. Tiene que controlar dimensiones del poder. Varias estructuras pueden ser útiles.
rofesor Asociado en el Departamento de Investigaciones de Paz y Conflictos en la Universidad de Uppsala, Suecia. Doctor en la misma Universidad sobre el tema de la durabilidad de acuerdos de paz; investigador de temas fronterizos, autonomías y otros mecanismos territoriales de resolución de conflictos. Áreas de interés son América Latina, el Medio Oriente y Asia Suroriental. Facilitador y mediador en TimorLeste 1998-2003 entre grupos internos y externos en el proceso hacia la independencia. Desde hace diez años es responsable de una maestría de estudios de acción humanitaria en la Universidad de Uppsala. Ha publicado una tesis de teología sobre el tema de la justificación ética de la idea de la intervención humanitaria. Ahora es consultor de la Embajada de Suecia en Colombia.
106
I. Los conflictos y las estructuras de mediación Hay tres palabras en el rubro de esta ponencia: poder, mediación y conflictos. Yo pienso que se necesita reflexionar sobre las relaciones entre los tres conceptos; tener una imagen de los conflictos armados de hoy, después reflexionar sobre la estructura y la capacidad de la mediación, y la relación entre el poder —como un fenómeno social y político— y la mediación; y finalmente los aspectos de la verdad, de la lengua... ¿Quién tiene la verdad en un proceso de mediación? El 2007, hubo 34 conflictos armados en todo el mundo y 30 de ellos fueron mayores, con más de mil muertos desde el inicio del conflicto. Solamente cuatro fueron guerras con más de mil muertos por año: en Afganistán y en Irak, relacionadas con la lucha contra el terrorismo, y en Somalia y Sri Lanka. Si comparamos con la situación de 1992, hubo 52 conflictos armados ese año (35 mayores y 17 guerras entre países con más de mil personas muertas en las batallas). Tenemos frente a nosotros una reducción del fenómeno de las guerras, pero la verdad es que en los conflictos armados mayores no se registró ningún cambio, estaban en el mismo nivel, de 30 a 35, y todos eran internos. Los conflictos armados tienen ahora un nivel limitado; pero siguen ganando gente en cada continente. Pienso que el contenido en estos conflictos tiene tres dimensiones: primero, un aspecto de identidad más o menos fuerte en cada conflicto, teóricamente hablamos sobre las actitudes de las partes; segundo, hay siempre un aspecto sobre la seguridad de la vida en familia, de la sociedad próxima, de la nación; hablamos teóricamente del comportamiento de las partes; y tercero, la democracia, las posiciones, las ideas, los intereses, las incompatibilidades entre grupos ¿Quién puede tratar mis intereses en un sistema administrativo justo? Las tres di-
mensiones pueden afectarse entre ellas, pueden consolidar o abortar un conflicto. ¿Es un círculo vicioso o benévolo? Yo pienso que la mediación puede cambiar la dirección en este círculo vicioso, en cada posición en el triángulo. La mediación internacional tiene al menos cuatro estructuras: los mediadores pueden ser gobiernos o funcionarios de un Estado; también pueden cumplir ese mismo papel personas o instituciones no relacionadas directamente con un Estado; un Estado y las organizaciones no gubernamentales pueden ser partes involucradas en un conflicto. Aquí hay ejemplos, pero no creo que sea necesario hacer un comentario detallado sobre eso; aunque es un método que sirve para ilustrar la complejidad o las condiciones existentes durante una mediación: Estados Unidos en el conflicto Israel-Palestina, Henri Dunant Institute, Ginebra; la organización Crisis Management Initiative (CMI) en Finlandia, que fue fundada por el ex presidente finlandés Martti Ahtisaari (1994-2000), que ha recibido el premio Nobel de Paz el año 2008. Los procesos de paz tienen un nivel político y legal, y en ellos es posible detectar aspectos y responsabilidades a nivel individual, y también matices morales. Es muy interesante reflexionar sobre este desarrollo desde hace algunas décadas (los acuerdos de paz, documentos políticos y legales). Sí claro, pero a nivel individual también hay una responsabilidad; no es posible que un soldado se escude en los altos mandos del Ejército para no asumir responsabilidades por sus acciones en un conflicto armado. Hay procesos penales aquí, la Corte Penal Internacional es una institucionalización de esta idea: que el individuo tiene una responsabilidad en cada situación conflictiva. ¿Qué significan los perdones de políticos? ¿Qué significa cuando el Presidente de Alemania visita Londres para pedir perdón por lo que ha ocurrido en la Segunda Guerra Mundial o cuando el Primer Ministro de Japón va a Filipinas para pedir
107 perdón por las acciones del Ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial, o cuando el Ministro de Suecia ha pedido perdón por el trato dado por parte del Estado de Suecia hacia los indígenas Sami? ¿Qué significa cuando una persona con un papel político expresa una visión diferente de la que tenía antes y decide pedir perdón? ¿Es oportunismo o es un cambio real? Comisiones de Verdad y Reconciliación; sí, ellas han trabajado en el nivel individual con aspectos morales, hay pocas excepciones como en Sudáfrica por ejemplo, donde la comisión también tiene una responsabilidad legal, pero es muy raro. Aquí uno puede decir que nosotros tenemos cuatro instrumentos, cuatro mecanismos que son útiles para consolidar un proceso de paz. Es una situación diferente de la que fue hace unas décadas. Después de un acuerdo formal o un cese al fuego emergen conflictos suprimidos, hay nuevas necesidades y yo pienso que no hay mecanismos establecidos de una manera sistemática para responder a éstas. Sin embargo, ahí nació algo que puede ser un espacio para emplear el mecanismo de mediación.
implícita que tienen las partes y el mediador acerca del alcance de la mediación, eso es sobre valores, medidas, principios, expectativas. Pienso que hay tres formas de mediación basadas en diferentes normas para el proceso. Están basadas en el poder, en la confianza y en un acuerdo general (entre partes). La mediación de poder tiene una base normativa que se refiere a intereses nacionales. Por ejemplo, Italia está estableciendo políticas de seguridad y el enfoque es de coerción e incentivos (palo y zanahoria). La relación del mediador es asimétrica, aquí tenemos el ejemplo de los Estados Unidos en el con-
Después de un acuerdo formal o un cese al fuego, emergen conflictos suprimidos; hay nuevas necesidades y no hay mecanismos establecidos de una manera sistemáti-
II. Dos tesis sobre la mediación... Mediación, estructuras y poder. Tengo dos tesis: la primera, un conflicto es a menudo un resultado del abuso de poder y por eso la mediación debe demostrar que tiene medidas alternativas para cambiar una situación. Y la mediación es un instrumento; pero creo que es importante reflexionar sobre lo que significa usar un instrumento porque éste es dependiente en su contexto. Hay que ver cuándo es útil, dónde y cómo utilizarlo y quién lo hará. La segunda tesis es que la mediación tiene que controlar dimensiones del poder y, por eso, varias estructuras de mediación pueden ser útiles. La base de cada proceso es la comprensión abierta o
ca para responder a éstas.
flicto entre israelíes y palestinos, es una relación asimétrica, poderosa, con los instrumentos políticos, diplomáticos, militares y económicos. Es totalmente diferente hablar sobre una forma de mediación basada en la confianza, donde la base normativa es la ética profesional y la tarea es confianza mutua entre todos, el enfoque es diferente. Pienso en las posibilidades nuestras en el futuro. Nosotros tenemos valores comunes, la relación simétrica de mediadores como un recurso que apoya al proceso y a las partes. Y los instrumentos del mediador en este tipo de mediación son
108 el diálogo, la informalidad y el espacio por encuentros. Por eso, los costos políticos no son fuertes. La tercera forma es una tregua multilateral, que es la base normativa que apuesta por el proceso de mediación. Por ejemplo, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) tiene un acuerdo y una interpretación sobre la tarea de la mediación. El enfoque es el de desarrollar cooperación sobre intereses comunes en los estados y el mediador funciona como un mentor o profesor, y sus instrumentos son: presencia, monitoreo, información y el desarrollo de dimensiones que no estaban presentes. Yo pienso que los tres tipos de mediación pueden ser útiles en varias fases de un proceso de conflicto. En el inicio de éste tal vez la forma basada en el poder puede ser útil, porque en esa etapa la polarización es grande, todas las fuerzas son movilizadas. Tal vez la mediación de consejo basada en un acuerdo puede funcionar para decir a las partes: "Ustedes han firmado un acuerdo, por eso se necesita desarrollar lo que significa esa firma". Pero, en una situación de distanciamiento pienso que la confianza es el único enfoque posible, porque es una situación muy diferente, que no puede ser cambiada con los recursos de las propias partes. Y tenemos también muchos casos en fase de postconflicto sin acuerdo, cuando la confianza y mediación de consejo son útiles.
III. El mediador, asimetrías y neutralidad Finalmente, una reflexión sobre lo que significan las relaciones de poder, lengua y mediación. Hay muchos aspectos, discusiones y discursos sobre conceptos de poder. El poder puede ser suave, duro, físico, verbal, estructural, condicional. Pero, la pregunta salta: ¿El mediador debe o
puede balancear o compensar asimetrías y mantener neutralidad al mismo tiempo? ¿Qué implica la idea de neutralidad de un mediador? Los investigadores Paul Wehr y John Paul Lederach han desarrolado el concepto del mediador parcial e interno, un papel que cuenta con una confianza y conocimiento locales; contactos personales con los actores y la idea de que él va a continuar viviendo en la sociedad que ha formulado. Yo pienso que esas premisas son una cualidad que puede ser utilizada en procesos de mediación. Al otro lado tenemos al mediador neutral que viene de afuera, que no tiene intereses ni conocimiento; pero sí ideas sobre un proceso que puede ser efectivo y puede realizar lo que concebimos como neutralidad. Un otro tipo de poder. ¿Quién tiene el derecho de formular la verdad? Josep Redorta ha hablado sobre la necesidad de una mediación comunitaria y yo pienso que tenemos dos perspectivas sobre lo que significa la verdad y cada mediación tiene que ser establecida basada en la verdad ¿no?, y tal vez podemos hablar sobre una perspectiva liberal de lo que significa la verdad. La verdad liberal es lógica. Las contradicciones se refieren a problemas en la metodología, pero principalmente no debe haber contradicciones en una verdad, en una historia que tiene el epíteto de verdad. En la perspectiva comunitaria, la verdad es compartida: juntos sabemos más que como individuos; es sobre la totalidad porque todos nosotros tenemos relaciones; y es sobre esas experiencias, que mi vida confirma lo que yo pienso. Y si nosotros somos mediadores, ¿cómo tratar concepciones tan diferentes sobre la verdad en la comunidad, entre familias y en procesos de reconciliación, por ejemplo? Yo tengo solamente una última palabra, tal vez el poder más importante en la mediación es el poder que uno puede prestar a las partes para cambiar el conflicto y establecer relaciones constructivas y pacíficas. Muchas gracias.
109
110
Julián Thomas Hottinger
Julián Thomas Hottinger
Tenemos apenas unos minutos más y creo que sería interesante ceder el uso de la palabra al profesor Redorta y posteriormente al profesor Nordquist si es que quieren redondear algunas ideas.
Bien, los profesores han sido bastante respetuosos del tiempo y aún tenemos unos minutos más, lo cual me parece excelente. Yo sólo quisiera saber si hay algunas preguntas. En todo caso, fíjense, tenemos 10 minutos. Queremos en principio ver si es factible hacer las consultas verbalmente y para eso quisiera saber cuántas personas quisieran hacer uso de la palabra, y si hay dos o tres, pues solamente tomamos a estas dos o tres personas.
Josep Redorta Hay tantas ideas… La primera es que sería encantador poder hablar con todos y cada uno de ustedes; pero, los humanos somos tan limitados y el tiempo es esa cosa que nos corroe de una manera absoluta. Yo insistiría en que la universidad latinoamericana, que es potente, debería comprometerse mucho, sobre todo con la investigación. Están muy bien la capacitación y la formación, pero se necesita investigación adaptada a las realidades nacionales de cada país, recogiendo lo que se hace en el mundo. Esto me parece importante, darle un impulso a la conflictología y yo les invito a que lo tomen en serio, ya que es una ciencia en construcción; pues cojan el tren en marcha y en cuatro días estarán perfectamente al corriente. Sólo decirles que en una investigación que se hizo en Sevilla mirando los últimos 40 años, aparecieron 73 definiciones distintas sobre la palabra conflicto, en otras palabras, ya hay conflicto sobre la misma idea. Entonces, tienen ustedes mucho trabajo por delante.
Kjell-Ake Nordquist El riesgo es que nosotros estamos hablando a un nivel muy conceptual cuando en mi actividad real normalmente no hay espacio para experimentar. Y es siempre un riesgo en una conferencia enfocar los aspectos conceptuales y pensar que es interesante para todos, para las partes, pero tal vez no lo es.
Primera pregunta Para el señor Redorta: ¿Cómo arreglaría el conflicto de tierras que tenemos los bolivianos?
Segunda pregunta Para el profesor Nordquist: ¿Existirán siempre una verdad liberal como apunta usted y una verdad comunitaria en cada conflicto?
Tercera pregunta Voy a jugar un poco más académicamente, voy a empezar recordando aquello de "viva Cataluña libre". Y lo que decía Bolívar de Bolivia, que es un afán desmedido de libertad. La pregunta es: ¿Cuánta libertad tenemos para ser conflictivos?
Cuarta pregunta Muy buenos días, la pregunta es: ¿Los conflictos en Latinoamérica pueden escalar a un nivel como los que vemos por ejemplo en África?
Quinta pregunta Mi pregunta va dirigida al señor representante de Suecia. Quisiera preguntarle respecto al poder que se transfiere en el control cultural, ese poder que es la capa-
111 cidad de decisión que tienen ciertas personas o grupos sobre los elementos culturales, que son naturales. Entonces, en ese caso, con ese tipo de poder, no puede haber mediación porque los elementos culturales piden algo propio, una definición, una resolución a sus problemas, pero quiénes están mediando o quiénes están resolviendo, reconciliando el problema, son otros que nada tienen que ver con estos elementos, quisiera preguntarle por favor ¿Cuál es su opinión al respecto?
Sexta pregunta A los dos expositores, la verdad está muy relacionada a la capacidad de hablar un idioma; es más fácil en nuestro país que quien habla el idioma dominante tenga la verdad. ¿Qué puede hacer la mediación en esto?
ted toda la libertad para pensar de manera distinta. El límite del conflicto siempre es el respeto, porque cuando éste falta, estamos perdiendo muchas cosas. Lo primero que hay que reconstituir es el respeto. Y la tercera cuestión, el lenguaje respecto a la élite de poder y demás… Yo lo interpreto un poco como la cuestión vinculada a los medios de comunicación, que son los que hacen los discursos en cuanto al lenguaje; pero no sé si la pregunta iba en ese sentido. Esto en la óptica del construccionismo social que está muy avanzado, pero desde la óptica del conflicto, los medios de comunicación son un actor más, y no hay que esperar que
Los conflictos por tierra pueden durar hasta generaciones. En un conflic-
Julián Thomas Hottinger
to de límites se llega hasta matar por un metro de te-
Bueno, tenemos unos minutos para cada uno de ellos.
rreno. Hay que huir de soluciones sim-
Josep Redorta Muy brevemente para el tema de conflicto de tierras… Si usted mira en la historia, verá que los conflictos por tierra pueden durar hasta generaciones. En un conflicto de límites se llega hasta matar por un metro de terreno. Entonces, hay que huir de soluciones simplistas para problemas que tienden a ser complejos. Yo partiría de una idea: primero, la tierra tiene que tener una función social; segundo, a partir de aquí reuniría ideas y equipos sobre el caso concreto, puesto que las generalizaciones son malas, incluso ésta que estoy haciendo ahora mismo. En cuanto a la pregunta de libertad para ser conflictivo. Bueno, conflictivo con quién. ¿Estoy agrediendo? Hombre, pues no tiene usted libertad para agredir. ¿Estoy pensado de manera distinta? Tiene us-
plistas para problemas complejos. (Josep Redorta).
jueguen un rol neutral, porque no lo son nunca. Cuesta mucho llegar ahí, están sometidos a distintos intereses, presiones y demás. Y esto es ciertamente complejo, y no hay que ignorarlo ni olvidarlo, hay que tratarlo como una parte más en el conflicto y muy importante.
Kjell-Ake Nordquist Sobre la primera pregunta vinculada a los conflictos de la tierra. En mi concepción, se trata de un proceso más o menos similar al de escribir una Constitución,
112 porque requiere de una gran reflexión sobre la historia y los valores que están presentes en la tierra. Por eso, si nosotros pensamos sobre una alternativa para imponer una solución, debemos estar conscientes de que es un proceso muy largo, muy grande. En muchos países, esto ha sido incorporado en procesos de canales culturales, históricos para resolver este problema. Pero si hay un interés de resolverlo, yo pienso que igual se trata de un proceso complejo y largo. Segundo, hay otras verdades, sí claro. Aquí hablamos sobre ideas o concepciones sobre lo que significa la verdad, pero hay grupos y personas individuales que pueden tomar otras posiciones. Aquí el problema son las ideas diferentes sobre lo que significa la verdad. Mi verdad en base a conflictos, claro, el conflicto no es el problema, pero el comportamiento puede ser el problema. La pregunta fue si el conflicto en Bolivia puede escalar a otros niveles como en África. Si la mediación es aplicada en situaciones no relevantes, puede ser un problema como tal. Es parte de mi respuesta a la próxima pregunta sobre las discriminaciones culturales, porque tal vez hay conflictos o situaciones donde la mediación como una actividad no es lo más importante. Si pensamos sobre una situación de apartheid, tal vez se necesita resolver, finalizar, eliminar el conflicto sobre diferencias entre razas. Si mediación implica compromisos, tal vez hay otros métodos para cambiar una socie-
dad en este tipo de casos. Yo puedo pensar sobre situaciones cuando mediación no es lo que más se necesita. Las lenguas sí, resolver el problema con las lenguas es básicamente una cuestión del espíritu. El español es difícil, lo sé, cada uno tiene sus problemas con lenguas, pero respeto mutuo, yo pienso, es la única actitud posible para tratar este problema.
Julián Thomas Hottinger Bueno, agradecemos la participación de ambos profesores. Creo que han sido ponencias sumamente aleccionadoras. En ellas se han mencionado palabras que merecen mucha discusión como poder, mediación, conflictos, confianza, identidad, verdad, neutralidad, imparcialidad, interculturalidad. Estos no son conceptos unidimensionales como ustedes podrán ver, hay enfoques, hay miradas distintas y los mismos mediadores tenemos también nuestras discrepancias y los que no lo son también las tienen. Sin embargo, crear espacios como éstos nos ayudan a dialogar, intercambiar ideas y ver si las compartimos, y si no es así, cada uno puede conceptualizar lo que considere conveniente dentro de la lógica que permita que estos mecanismos realmente contribuyan a la construcción de paz y a una transformación de los conflictos. No me cabe más que agradecer a ustedes por su atención.
113
Mediaci贸n y sistemas educativos myriam barrienTos (chile) ram贸n alzaTe (espa帽a) moderador: anTonio p茅rez (boliVia)
"El aprendizaje ideal es el cooperativo" Para asumir un conflicto escolar, hay dos opciones: ir por el camino de corte militar o el del mediador o escuela pacífica, donde no se busca castigar, sino, ante todo, enseñar.
icenciada en Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dedicada a la docencia y desempeño profesional en materia de familia desde 1987. Mediadora familiar del Registro Único de Mediadores del Ministerio de Justicia de Chile. Mediadora en daños de salud con prestadores privados, acreditada ante la Superintendencia de Salud desde el año 2005. Mediadora en Controversias de cotizantes y beneficiarios de los sistemas de salud con Aseguradoras desde el año 2006. Docente y supervisora de práctica para la formación de mediadores y resolución alternativa de conflictos para educadores. Presidenta de la Corporación Uniendo Caminos; Presidenta de la Red de Centros de Mediación de Chile A.G.; Miembro de la comisión organizadora y expositora del Foro Iberoamericano de Justicia Restaurativa y Colaborativa.
116
I. Las relaciones asimétricas en las escuelas Vimos con otros expositores lo que son conflictos entre iguales, pero en esta ocasión veremos otra realidad porque hablaremos de la escuela. Como ocurre en el trabajo o en el hogar, la convivencia escolar es un ámbito importante para tomar en cuenta y analizar, porque influirá para que la comunidad escolar pueda sentirse a gusto y, con ello, alcanzar sus objetivos. Cuando existe un buen ambiente y, por tanto, positivas interacciones en una escuela, los objetivos en la misma van caminando solos. Pero para que ello suceda influirá cómo se manejan las actividades escolares, con qué estilo de liderazgo se cuenta, cómo se maneja el poder, de qué forma son asumidos los conflictos, qué tipo de pedagogía se utiliza. Retomando los pilares de la educación para el siglo XXI, hay situaciones que son importantes de considerar porque actualmente uno no se puede preocupar sólo por los contenidos, sino también por enseñar a convivir como un pilar fundamental para la realización del ser humano. En ese sentido, los padres tienen que pensar si el colegio elegido para sus hijos cumple con esos cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser, porque muchos están enfocados solamente al aprendizaje de los conocimientos y no así a estas otras variables. Desde la mediación y la cultura de paz vemos a los colegios como sistemas en los que conviven microsistemas, lo que quiere decir que las relaciones entre un director y un docente o entre docentes y alumnos van a repercutir en los demás. Y es que todos conviven en una relación asimétrica porque tienen edades y culturas diferentes. Por la naturaleza de la escuela, asimétrica en cuanto a sus integrantes, jerárquica en cuanto a su organización y pública en cuanto a su constitución. Entonces, se puede esperar que
surjan conflictos en forma cotidiana y éstos pueden ser interpersonales entre pares, alumnos o adultos y entre profesor y alumno.
A. Enseñar a convivir Aprender a convivir, uno de los pilares fundamentales de la educación, tiene que ver con cómo se maneja el conflicto, inherente a la naturaleza humana, a la sociabilidad. Por lo tanto, en los colegios no sólo surgen conflictos, sino que sus repercusiones son las que llevan a plantear la necesidad de entrar en ellos con programas de mediación escolar. Muchas veces, uno hace encuestas de diagnóstico en los colegios y allá dicen que no tienen conflictos. Uno les pregunta a los padres por problemas con sus hijos y dicen que no hay problemas; pero hay otros casos en los que siendo excelentes padres y manteniendo una buena comunicación en los hogares, los niños están vinculados a conflictos que no son bien manejados y ese podría ser un indicador de que no existe una buena comunicación. No todo conflicto en la escuela es violento, porque hay que distinguir entre conflicto, agresión y violencia. En la escuela, se tiende a asociar con el conflicto al niño que ocasiona desorden o al que no se adecúa a cierta disciplina o no respeta al profesor. Y se empieza a medir a los niños un tanto conflictivos, sin pensar que tal vez su comportamiento es síntoma de otra situación que el pequeño está viviendo. Cuando estos conflictos no son atendidos a tiempo, pueden tornarse en crisis y éstas manifestarse en agresión o violencia. Ahora, la agresión y la violencia sí son aprendidas. No hay niño que nazca violento. El menor se hace violento. ¿Por qué? Porque ve patrones, modelos en su entorno y empieza a internalizarlos como una respuesta adecuada. La mediación propone, en ese sentido, el aprendizaje emocional para neutralizar nuestras emociones negativas, de tal
117 forma que podamos cooperar en un clima negativo y de conflicto, participando de manera más didáctica y directa. Los tipos de conflicto son por relaciones interpersonales generalmente y pueden ser entre pares o entre niños y adultos. Muchas veces se cree que sólo se producen entre compañeros de colegio; sin embargo, también hay conflictos entre los docentes, entre directivos y muchas veces éstos van más allá de los generados entre los menores, porque las repercusiones en el tiempo son más prolongadas. Los conflictos de adultos en un colegio pueden ser por poder, comunicación, gestión; en cambio, los de los niños a veces pasan por haber sacado un lápiz de la mochila, haber quemado un cuaderno y ahí basta con una disculpa y el problema se arregla. Los conflictos difíciles de escuchar a veces y de comunicar son los que surgen entre profesores y alumnos, porque hay maestros que, producto de su sistema de trabajo, no comunican de manera adecuada sobre su forma de evaluación y les molesta que el niño les replique algo.
sonales y el síndrome de “Burnout” es un deterioro también emocional, pero a nivel profesional. Cuando vemos que nuestros esfuerzos no llevan a un buen resultado, muchas veces encontramos a ese tipo de profesores que se quejan, se sienten desvalorizados socialmente, personalmente, tienen poca compensación económica, viven en un clima de tensión, muy presionados por los factores y los indicadores académicos. A su vez, los niños están más ávidos y si se aplican medidas no adecuadas, el aula se vuelve incontrolable.
La agresión y la violencia son aprendidas. No hay niño que nazca violento. El menor se hace violento, porque ve modelos en su entorno y empieza a
B. El síndrome de “Burnout”
internalizarlos co-
Cuando no se trabajan los conflictos a tiempo, ellos devienen en una serie de factores que se va notando en el rendimiento académico, en la misma obligación de los profesores y en la eficiencia educacional. Hay un síndrome que se llama de “Burnout” (también llamado síndrome de "estar quemado" o de desgaste profesional) y es el que afecta normalmente a quienes trabajamos con personas que están en condición vulnerable sin tener estrategias de abordaje y protección. Aunque uno se siente muy motivado a realizar el trabajo, los resultados no son óptimos. Pero muchas veces los profesores ni se han dado cuenta de que tienen ese síndrome, porque no han sido diagnosticados y únicamente comentan que están estresados; aunque en realidad el estrés es un deterioro emocional por cosas per-
adecuada.
mo una respuesta
Se aprueban políticas públicas, se sacan manuales de congresos, se sacan muchos instrumentos, pero no se ve la esencia del problema que, muchas veces, pasa por los estados anímicos y de desmotivación tanto en los profesores como en los niños que no se sienten escuchados en una clase poco participativa.
C. El maltrato escolar Es conveniente señalar que en el ámbito escolar no todo conflicto deviene en violencia. Es importante distinguir las agresiones de tipo verbal y social que suelen ocurrir en la sala de clases, y agresiones físicas en lugares abiertos con po-
118 co control de un adulto. También se debe distinguir la violencia directa, causada por el comportamiento de sus integrantes o si la escuela presenta violencia estructural y cultural, originada en la relación jerárquica con decisiones verticales y forma de convivencia que, frente a un clima de tensión, problema de disciplina o conflicto, proyecta un poder desigual que impone medidas normativas, a veces de forma arbitraria o poco comunicativa, dando lugar a que el ciclo de violencia aumente. Esa violencia directa o estructural se manifiesta, por ejemplo, cuando un profesor insulta a un alumno, porque no cumple con los estándares académicos y esto se va quedando en el menor afectándolo. En la escuela, la violencia puede ser de tipo episódica que requiere un trato puntual o reiterada, que es más difícil de descubrir, puesto que por lo general es ejercida en grupos y forma menos evidente. Cuando esta violencia manifiesta intencionalidad del agresor, reiteración de la violencia e indefensión de la víctima, cumple las características del bullying. El bullying (acoso escolar, maltrato o abuso) ha sido bastante estudiado y ha sido fuente de muchos programas, porque ha llevado al suicidio a niños, adolescentes. El maltrato puede ser físico, psicológico o social. El físico puede herir el cuerpo o los bienes; el psicológico, la autoestima y el social, la aceptación del grupo. En países como éste se da mucho la violencia social. En ocasiones, el bullying se manifiesta como un maltrato físico, pero cuando tú hablas con los padres, resulta que hay discriminación o racismo que viene de la casa y que, al final, es social, no físico. El agresor actúa sobre la base de la indiferencia de los demás o de la aprobación implícita o explícita de sus seguidores, y consigue el reconocimiento de sus compañeros demostrando una fortaleza basada en el miedo y la prepotencia. No solamente participa el agresor y la víctima, sino también los espectadores que son todos los compañeros de aula y los
miembros de la comunidad escolar. Muchas veces por el temor a lo que va a venir, estos grupos —que son verdaderas pandillas que están aguardando en los pasillos o a la salida— hacen presa de algún niño o niña que puede ser aparentemente más vulnerable y que al no comunicarlo, bueno, empieza a faltar a clase. Si el colegio no está atento a esos factores y los padres no se preocupan en ese sentido, generalmente se enteran cuando ya es muy tarde. Los espectadores sienten miedo y culpa, y se vuelven un poco más temerosos de compartir en grupo porque saben que al final ese agresor ha ganado respeto y empiezan a ser cómplices de una situación de fortaleza errónea. Y comienzan a copiar el modelo, por eso también el ciclo de violencia puede aumentar. Es mucho más fácil asumir el papel de agresor que de víctima. Por ello es importante atender el bullying a tiempo, lo que significa que nosotros, al no trabajar la mediación preventiva y formativa en los colegios, podemos estar induciendo a conductas de mayor riesgo. Por una parte, que estos agresores sean víctimas de una conducta delictiva y que la víctima desarrolle depresión e impulsos suicidas junto a una creciente fobia a la escolarización. Esto unido a la asociación que hacen los padres de la víctima respecto de la vulnerabilidad del hijo con la falta de protección en la escuela, y la solución aparente que encuentran en sacarlo de ese lugar y trasladarlo a otro colegio. Esto no cierra el círculo de victimización del niño, sino que lo proyecta por su mayor sobreprotección. En mi país, Chile, un niño es imputable desde los 14 años (puede ser juzgado) y, en ese sentido, lamentablemente hay casos en que los menores, por una aparente broma con connotaciones ambiguas, están enfrentando cargos ante la justicia. Sin embargo, tenemos medidas importantes, entre otras, que quiero compartir con ustedes, una es que los padres, profesores o directores del colegio pueden interpo-
119 ner un recurso de protección para el menor ante un Tribunal de Familia. Ante conductas asociadas al bullying que constituyen delito como lesiones físicas, hurtos y abusos sexuales, cualquiera puede hacer la denuncia; pero los profesores y directores tienen la obligación de hacerlo. Y además, según la escalada del conflicto y el nivel de daño ocasionado al menor, se puede proceder bajo dos aspectos: la denuncia contra el agresor por acciones criminales y la demanda contra la escuela, por no cumplir el derecho de protección al menor. A mí me preocupa que los programas de mediación que implementemos sean los más adecuados, porque llevamos muchos años haciendo esto y de pronto hay resistencia de los docentes u otro tipo de inconvenientes, y los proyectos quedan en un buen intento y no se logra cambiar, transformar la mentalidad para manejar emociones y comunicar a tiempo los fenómenos en los hogares y nos asustamos sólo cuando ya ocurren las cosas. También quisiera compartir con ustedes algunas impresiones de la última capacitación de educadores que hice. Al formarlos como mediadores, me llamó mucho la atención cuando se tuvo que hablar sobre la confidencialidad que se tiene que dar en la mediación. Realizamos las jornadas combinadas entre profesores y alumnos, y los maestros mantenían aprehensiones acerca de que los menores manejen información sobre las denuncias que se pueden presentar frente a los abusos o situaciones de violencia. ¿Por qué razón? Porque el niño, según los profesores, no iba a querer denunciar a su propio padre u otros motivos que exponían. Eso demuestra que hay mucho por hacer en cuanto a la mirada de los docentes. Si bien las prácticas de hostigamiento, intimidación y violencia al interior de los recintos escolares han existido siempre, hoy con la información de los medios de comunicación y los estudios acerca de la violencia se ha generado conciencia para rechazarlas por saber que repercuten negativamente en la vida de los alumnos y en la calidad de la educación.
II. Modelos frente al conflicto Bueno... y así quedan muchas cosas de la escuela, con un agresor que se convierte en delincuente, con un pequeño que si fue abusado queda muy afectado y con un silenciado niño que ha sido espectador. El sistema, de acuerdo a cómo se comporte, va a tener dos caminos: uno de tipo militar o vertical en el que no va a entrar la mediación, donde todo es jerárquico y donde únicamente prima el rendimiento académico y donde se evitará el conflicto o se lo ocultará o, en último caso, se culpará al niño o a la familia de éste y, más bien, se aplicará medidas represivas como la suspensión o expulsión. El otro modelo es el mediador de escuela pacífica en el que prima un enfoque circular, donde todos están implicados y donde uno influye en el otro. Ahí el objetivo no es solamente lo cognitivo, sino los valores como lo afectivo y lo social. Se promueven el diálogo y la formación ciudadana, y se hace uso del respeto como derecho legítimo y no como acatar la norma de quien tiene más representación o poder. En ese caso, la solución de conflictos se da como en cualquier mediación, como una oportunidad de desarrollo, porque al final a partir de un conflicto la gente saldrá engrandecida. Cuando un niño pasa por la mediación, deja de ser objeto de medidas disciplinarias y se convierte en sujeto de un procedimiento eficiente de resolución de conflicto. Entonces, está frente a un aprendizaje significativo para su vida, porque estuvo en él decidir el compromiso, formular un acuerdo y además tratar de cumplirlo. Si uno hace un estudio de esta visión de escuela pacífica, que afortunadamente hay muchas, se van generando cambios. En otros países hay escuelas piloto que están generando al respecto políti-
120 cas públicas. Nosotros también tenemos políticas públicas en Chile. ¿Cuáles serían las bases del currículo de una escuela pacífica? No solamente el aprendizaje de contenidos, sino la valoración de la dignidad humana y el respeto, e integrar todos esos elementos y crear un espacio seguro en el que puedan fluir las relaciones, con integración de la familia al proceso educativo. La mediación entre iguales suele ser muy buena porque los niños median muy bien; pero hay que tener cuidado en no estigmatizar a un menor con una estrellita de mediador, porque eso puede generar una situación de desnivel entre los niños. Si el colegio desarrolla un clima de mediación, los mediadores escolares se saben asumidos como iguales, no como una autoridad. Estas serían las acciones importantes en lo instructivo y en lo organizativo. Por un lado, en el proyecto educativo generar contenidos en forma transversal que lleven hacia un aprendizaje de convivencia y digo esto porque ha habido discusiones respecto a tener de nuevo cursos o materias como ética, valores, filosofía, pero en realidad no se trata de recargar la malla (curricular), sino insertar en ésta actividades que hagan que se formulen los valores desde una forma de aprendizaje práctico. Y es importante que se incluya como objetivo de todo proyecto educativo el conocimiento afectivo y no sólo el cognitivo.
III. Cambios hacia un modelo de convivencia El consejo escolar está conformado con la instrucción de que exista participación democrática y por eso lo integran docentes, directivos, padres, alumnos y funcionarios. Se reúne para hablar sobre los problemas presentados. Bueno, a esa labor añadiríamos otra: construir un manual de convivencia que sea aceptado y acatado por todos, y al que se ajusten las normas.
Esas normas tendrían que ser trabajadas y expuestas explícitamente. Esa es una de las fallas de los manuales. ¿Por qué razón? Porque no se considera la coordinación interna del colegio. ¿Quién va a recibir la primera denuncia, va a ser el profesor en jefe, va a ser el orientador?, ¿cómo se va a proceder?, ¿quién va a negociar?, ¿a quién va a derivar? Todo eso debe estar en el manual de convivencia. No es todo, también se deberá ver qué problemas van a figurar como faltas; cuáles van a ser las normas que van a respetarse; cuáles van a ser las sanciones. Si éstas serán reparadoras, se deberá analizar el procedimiento que también deberá ser de dominio público en las mismas aulas, para que todos sepan cuál es el tratamiento a dar en determinado caso. Y de ahí, implementamos el programa de mediación. Cuando tú no tienes los primeros tres elementos e implementas directamente la mediación en un problema porque lo copiaste o viste, es muy probable que fracases, porque llegan los técnicos de la mediación, escogen voluntarios para capacitarse de acuerdo a alguna encuesta y, claro, el colegio queda convencido de que ya tiene un programa para resolver conflictos, pero resulta que como todo el proceso previo no ha sido internalizado, ese programa no tiene mucho éxito en el tiempo porque el director no está enterado o la situación no trasciende hacia los padres de familia. Por ello, hay que combinar todas estas cosas con las tres líneas anteriormente dadas. Importantísimo, cualquiera sea el programa que está ahí dado o sugerido, siempre hay que capacitar al director, al orientador, a los profesores jefes, porque si no, no tenemos el eco, la malla.
IV. El aprendizaje cooperativo Y de aquí me voy al aporte que podemos hacer y con eso termino. No solamente podemos atender el conflicto o mejorar la convivencia, también está el
121 gran desafío de medir cuál o en qué se puede basar la calidad de la educación, hablamos de los indicadores cuantitativos, hablamos de los niños que llegarán a la universidad. Y es que nos hemos olvidado del sentido filosófico de la pedagogía de "acompañar en el saber". Cuando uno pregunta al niño: ¿Por qué vienes al colegio? "Porque me mandan", "porque dicen que es lo que tengo que hacer", "porque me gusta aprender", "porque la paso bien", pero no es "porque quiero aprender". Si nosotros entendemos que la pedagogía es acompañar en el saber, también tenemos que acompañar en el ser y en el convivir, y la mediación lo puede hacer, porque el profesor está desgastado, pero si los niños saben mediar y la escuela tiene mediación, esto puede fluir mucho más fácilmente. En ese sentido entender también que hoy ha cambiado la asimetría que existía cuando nosotros estudiábamos y el profesor era una eminencia. Actualmente estamos de repente en una relación que no se entiende, puesto que los profesores reclaman el respeto de sus alumnos, porque les cuesta mucho controlar el silencio en el aula y no saben cómo motivar a los estudiantes. ¿Por qué razón? Porque muchas veces el profesor, al margen de la situación emocional ya explicada, se ha quedado en el tiempo con una metodología aburrida y no sabe que el niño de hoy necesita mucha más rapidez o más colores o más estímulo a sus sentidos. El estímulo del Internet obliga al docente a moverse en una profesión que no quedó en el tiempo que lo formaron. En ese sentido, su clase tiene que ser mucho más participativa, cambiar su metodología, entender que el niño puede ser un colaborador en su aprendizaje; no tenerlo sentado ni callado porque un menor no puede atenderlo una hora. En el aprendizaje cooperativo, si yo tomo a los niños y les genero actividades en las que participen interactuando y compartiendo entre ellos, no sentados frente a mí-docente, les estoy, incluso,
transmitiendo valores como la solidaridad, cooperación y también genero protagonismo que me va a significar menos bulla en la sala. Por tanto, me voy a desgastar menos y ya no voy a necesitar ejercer poder para mantener el respeto. Esto puede ser tomado en cuenta también por los padres, porque ellos suelen sentirse sobrepasados y es que los niños de hoy son más rápidos. La simetría de hoy se puede basar en el respeto, pero integrando todas las diferencias de las fuerzas de cada uno de los integrantes de cualquier negociación. Por último, desde la mediación se puede fomentar una educación que habrá si-
El estímulo del Internet obliga al docente a moverse en una profesión que no quedó en el tiempo que lo formaron. Por ello, su clase tiene que ser mucho más participativa y debe cambiar su metodología.
do generada desde la convivencia, la democracia, porque si soy capaz de mantener un clima de bienestar donde sus actores se sientan motivados a hacer las cosas, habrá menos conflictos, y si surgen y los abordamos con mecanismos colaborativos, no sólo estaré formando, sino que estaré siendo preventivo a futuros conflictos. Cuando hablamos de sistemas educativos, se debe pensar en cambiar la metodología e integrar los contenidos para que por un lado se capacite a todos los alumnos en la habilidad necesaria para comunicarse y también a los padres para
122 fortalecer el vínculo con el proceso educativo de sus hijos. Por último, la escuela puede proyectar los valores que tiene en sus interacciones, no solamente en la relación particular dentro de ella, sino hacia el entorno de esos niños. Por ello, es importante involucrar a la familia para que ese niño que aprendió la paz en la escuela no llegue del colegio y el padre le tire una bofetada. Allí se produce un ciclo enriquecedor y
no como ocurrió cuando una niñita que recibió su bono Juancito Pinto, compró ropa y el padre la golpeó. Bueno, esa proyección data del mundo antes de que conozcamos la escuela pacífica. Un niño educado en la cultura de la paz posee habilidades que le ayudarán frente a un conflicto de su vida y la posibilidad de irradiar este efecto a la sociedad. Muchas gracias.
123
"Hay buenas experiencias con el modelo global de convivencia escolar"
Desde hace unos 17 años funcionan en España programas cuya base es el modelo global de transformación de conflictos en el ámbito educativo que trabaja con maestros, funcionarios, estudiantes y padres de familia.
sicólogo, catedrático de Análisis y Resolución de Conflictos, Universidad del País Vasco. Destacan entre sus publicaciones: “Análisis y Resolución de Conflictos. Una Perspectiva Psicológica”, Ed. Universidad del País Vasco, 1998, y “Resolución del Conflicto: Programa para Bachillerato y Educación Secundaria”(2 vols.) Ed. Mensajero, 2000.
126
I. Modelo global de transformación Quisiera contarles sobre una experiencia desarrollada en el País Vasco y otros lugares de España desde hace unos 17 años, sobre la aplicación de programas de resolución y transformación de conflictos en el ámbito educativo. Voy a intentar explicarles de la forma más breve posible en qué consiste el modelo global de convivencia en los centros educativos, también llamado "modelo global de transformación de conflictos en el ámbito educativo". El título que había pensado para la conferencia de hoy es: "Modelo global de convivencia escolar, las múltiples formas de la mediación de la escuela", porque como veremos a continuación, este programa es muy diverso porque incluye muchísimos otros elementos además de la mediación clásica, y eso porque estos proyectos van dirigidos a todos los espacios educativos, desde primaria a secundaria y bachillerato.
A. Estudiantes de ayer y hoy Lo primero que debemos darnos cuenta es que tenemos que adaptar el programa al desarrollo cognitivo y emocional de los niños y niñas, puesto que no podemos aplicar un programa de mediación basado en un modelo clásico a un niño de seis, siete, ocho años, puesto que a esa edad aún no son capaces de tomar perspectivas, de ponerse en la situación del otro y, por lo tanto, tenemos que desarrollar instrumentos o procesos bastante diferentes a los de la mediación tradicional. Este modelo global se aleja un poco de la filosofía que dice que los chicos y chicas salen, beben, pelean, son más desobedientes, no respetan la autoridad, están desmotivados para el estudio, no son disciplinados… En el País Vasco, la media de los profesores lleva unos 15 ó 20 años trabajando en la educación. A ellos les digo: "Cierren
los ojos, imagínense el primer día que fueron a la escuela, dense un paseo por las aulas, los patios, los pasillos y miren quién está ahí, qué hace, cómo se comporta". Una vez que han visualizado, les digo: "Vengan al día de hoy, esta mañana cuando habéis ido al colegio, antes de venir al taller, paseen por vuestras calles, por vuestras aulas, por vuestros pasillos, por vuestros patios y mirad quién está allí, qué hace, cómo se comporta". Volvamos al presente, comparad los dos viajes, las dos situaciones. ¿Veís alguna diferencia? Sé que cada país tiene una distinta realidad social, pero en Europa en general y en España, en particular, son tiempos donde el fenómeno de la inmigración se ha disparado en los últimos años. Al margen de eso, todo el mundo se queja de que la juventud de hoy comete más bullying (acoso escolar o abuso), es más violenta, atiende menos en clase, no quiere estudiar; bueno, muchísimas cosas más. Hoy es mucho más difícil mantener el orden en el aula. De una hora de clase se aprovechan 15 minutos, y eso ya es optimista. Entonces les digo: "Si hay una gran diferencia entre el antes y el ahora ¿qué es lo que ha ocurrido?, ¿una mutación genética?, ¿una intoxicación masiva?". En nuestros tiempos no había tantos McDonald's y todas estas cosas, pero no parece que la explicación vaya por ahí. Si no ha habido una modificación genética ni una intoxicación masiva, quién o qué es el responsable de que se produzca esa diferencia, esa dificultad, esa peor convivencia en la escuela y entre los jóvenes. Y, claro, la sociedad ha cambiado. La familia contemporánea no es igual a la de hace 30 años. Entonces, ¿vamos a desarrollar en el centro escolar programas centrados en el estudiante, cuando él es el síntoma de que algo está funcionando mal? Por lo tanto, señores, vamos a trabajar en los estudiantes porque están padeciendo las causas y vamos a trabajar en las causas y en la estructura escolar, y en la medida en que podamos, vamos a trabajar con la familia. Y es que es todo ese entramado el que
127 en el proceso de socialización de los estudiantes ha ido haciendo que los niños y los jóvenes se comporten como lo hacen.
B. El rol de los profesores En segundo lugar, tiene que haber en los profesores una cierta inclinación espiritual hacia la cultura de paz y resolución de conflictos, porque si aplicamos programas de una manera aislada sin contar con el apoyo de ellos y encima nuestros programas deben centrarse en la escuela y deben ser apropiados por ésta, no funcionará porque personas como yo y mi equipo podemos poner en marcha el proyecto, pero son los maestros los que deben apropiarse del programa porque en algún momento nosotros tendremos que retirarnos. Lo que nosotros queremos es que los programas vivan, que se sostengan en el tiempo y para eso, los centros educativos tienen que apropiarse de éstos y ser capaces de organizarlos y llevarlos adelante en ausencia de los profesionales de la resolución de conflictos. Para ello, tenemos que contar inicialmente con el profesorado. El profesional docente tiene que involucrarse de una manera u otra. No le vamos a pedir una transformación total; aunque es lo que desearíamos. Sabemos que a cierta edad tenemos resistencia al cambio, claro, llevamos 40 años actuando de una manera y llegas al colegio y dices: "Yo ahora no voy a cambiar, yo toda la vida he hecho esto; a mí me quedan sólo 10 años. Ahora no me vengan con nuevos programas, que para mí es un poco tarde. Yo los puedo apoyar, yo los puedo ayudar, pero no puedo cambiar mi forma de relacionarme con los alumnos o mis compañeros". Es decir, encontramos una resistencia al cambio. Otra posición importante que encontramos en los profesores es el cambio de rol de docente jerárquico autoritario. Cuando trabajamos la mediación y la resolución de conflictos, practicamos con ellos y van descubriendo los problemas de nuestro programa y llegan a conclusiones significativas. Nosotros como do-
centes sólo hacemos la labor de facilitar el aprendizaje para que ellos lleguen a esos conocimientos. No ponemos en práctica esa relación tradicional que diría: "Yo te enseño y tú escuchas y aprendes y, por lo tanto, te voy a enseñar cómo hacer escucha activa; te voy a enseñar cómo comunicar y cómo se media". No, ellos lo tienen que aprender. Yo sólo debo ayudarles a que vayan construyendo esos conocimientos y esto realmente cuesta, nos cuesta a todos. Compartir el poder, claro, actualmente tenemos un sistema disciplinario que es como una copia del Código Penal. ¿Verdad? Dice: "Hacer esto, falta leve; hacer
Los programas deben vivir y sostenerse en el tiempo y para eso, los centros educativos tienen que apropiarse de éstos y ser capaces de organizarlos y llevarlos adelante en ausencia de los mediadores.
lo otro, falta grave; tres faltas leves son equivalentes a una grave y dos faltas graves significan la expulsión". Esto, naturalmente, le ayuda al profesor a tener la percepción de control. Si le pides al maestro cambiar esto, dirá: "Si me quitas eso, si me estás diciendo que los alumnos van a empezar a resolver los conflictos por sí mismos, me siento indefenso, me estás quitando la única arma que yo tenía para controlar". Esta posición es muy común y frecuente en profesores que presentan cierta resistencia hacia la aplicación de estos programas y viene determinada por esa sensación de
128 inseguridad e impotencia, por ese miedo de que al compartir el poder con los propios estudiantes, perderán el control. En estas jornadas hemos oído mil veces que el sistema judicial no resuelve conflictos, toma decisiones, dicta sentencias, pero el conflicto subyacente puede quedar ahí e incluso aumentar. Imaginemos a dos chicas que se pelean porque una ha contado sus asuntillos con el novio a otras amigas y éstas a otras, es una situación muy típica. "Tú por qué has contado lo que yo te digo, ya no eres mi amiga nunca más, porque no puedo confiar en ti". La otra se enfada, empiezan a discutir y si llegan a la violencia se estiran un poco de los pelos. Llega la profesora y dice: "¡Qué pasa aquí!". "Esta me ha tirado de los pelos", "no, porque ella me ha traicionado". "Tú -dice la maestra- quedas tres días suspendida y tú igual!". Vaya solución. "Ya tú no te preocupes, ya te esperaré a la salida del colegio y ahí…". Y como a mí que soy profesor no me importa lo que pasa fuera de las vallas del colegio, ni modo. El conflicto no se ha resuelto, más bien se ha intensificado y trasladado. Bueno, compartir el poder, transformación personal, es decir los profesores tienen que empezar a aplicar y adecuar las formas de relacionarse con los demás. Les cuento una anécdota: en un centro con el que trabajamos hace unos ocho años, un día a los alumnos que salían de primaria para pasar a otro centro que tenía secundaria, les preguntaron sobre las experiencias que habían tenido esos años y ellos les dijeron a los profesores, dejándolos fríos: "Bueno, nosotros ya hemos cambiado, a ver cuándo empezáis vosotros". Y ojo que se trata de un centro escolar donde estamos como ocho años y ha recibido premios, y donde se pudo trabajar precisamente porque hubo consensos entre todo el profesorado. Pero esa transformación personal nos cuesta mucho más de lo que les cuesta a nuestros estudiantes. En definitiva, nuestro modelo centrado en la escuela y diseñado para que sea la escuela la que lo posea, tiene estas ca-
racterísticas. En el mismo hay tres protagonistas: el alumnado que es nuestro objetivo porque como educadores, nuestros programas están dedicados y dirigidos a ellos; el profesorado que presenta algunos problemas que tienen que ser vencidos porque serán ellos los que desarrollarán todo el programa. Y en los últimos tiempos estamos trabajando con otros profesionales del centro escolar, gente que tiene mucho contacto con conflictos como, por ejemplo, trabajadores en los comedores o cuidadores de los patios, para que también aprendan a manejar los conflictos en esos contextos que son especialmente proclives a la aparición de conflictos.
C. El rol de padres y madres Si yo no hablara de padres y madres, diría esto: "Muy bonito, pero el programa queda cojo", porque en el proceso de socialización, la familia es fundamental. Yo que no soy tonto puse en el programa a padres y madres, pero consciente de que no iba a llegar a ellos de manera masiva; porque ya se sabe que cuando se convoca a reuniones, viene poca gente y aquellos a los que queremos llegar son a los que generalmente no llegamos. Y esto nos ha pasado sistemáticamente. Nosotros siempre empezamos con una conferencia de padres y madres antes de poner en práctica el programa, para que no nos ocurra lo que nos ocurrió en una ocasión. Entonces convocamos a los padres y madres y les contamos que, claro, si funcionan los programas lo van a notar en casa porque si no, mejor no hagamos nada. ¿Por qué lo estamos haciendo? Queremos cambiar a los estudiantes y que sus comportamientos cambien y si sus comportamientos ante el conflicto y en las relaciones cambian, los padres lo advertirán en la casa. Efectivamente, si empieza a pasar algo, si quieres aprender, afuera tienen que notarlo, porque para eso trabajamos. Entonces damos una conferencia a padres y madres para explicarles cuál es el
129 programa que vamos a implementar en el centro y cuáles son los cambios que pueden observar para que los refuercen y apoyen en la medida de sus posibilidades. Al principio, dejábamos que surgiera de los mismos padres la decisión de aprender lo que aprenden sus hijos. Alguna madre decía que, de lo contrario, estaría en desventaja. Sabemos que los padres tienen que estar porque son fundamentales en el proceso de educación, pero llegar a las familias no es fácil. A través de técnicas sencillas y creativas aplicadas a la forma en la que se convoca a los padres a una reunión se han multiplicado por dos y tres la presencia de éstos. Siempre tratamos de realizar seminarios sencillos porque ellos trabajan, tienen varios niños y en general no tienen tiempo. Efectuamos entrenamientos muy breves y máximo solemos llegar hasta las 20 horas. Los seminarios incluyen mecanismos generales del conflicto y luego algunas habilidades básicas de comunicación y de escucha, más un proceso muy sencillo para resolver conflictos; qué pasos tienen que dar para resolver los conflictos que tienen con sus hijos, con sus hijas y con su marido o mujer. Incluso, actualmente en muchos ayuntamientos en el País Vasco quieren formación para padres y madres en sus planes de convivencia ciudadana.
II. Programas para la resolución de conflictos Ya hablamos del alumnado, de los profesores y los padres y madres, ahora nos toca ver programas. Básicamente tenemos tres tipos de programas. Hemos desarrollado un currículo de resolución de conflictos que es como un edificio en el que se empieza desde lo más básico, percepción del conflictos, aspectos positivos del conflicto, todo esto mediante una metodología experimental, donde lo que hace el profesor es introducir el tema y plantear una actividad a los alumnos para que la
realicen y luego reflexionen sobre ella para terminar en una serie de conclusiones.
A. Currículo de resolución Hacemos un currículo de resolución de conflictos dirigido a todo el alumnado y que será aplicado por los profesores con quienes trabajamos. Previamente y en seminarios, desarrollamos las mismas habilidades que luego ellos van a trabajar con el alumnado y, claro, es importante que se produzca la transformación para que haya legitimidad y legitimación, porque no tiene sentido que aquí te enseñe escucha activa y una hora después vayas
Queremos cambiar a los estudiantes y que sus comportamientos cambien y si sus comportamientos ante el conflicto y en las relaciones cambian, los padres lo advertirán en la casa.
a decir a tu clase de Ciencias: "¡Ya, a callar todos que aquí mando yo!". En el currículo de resolución de conflictos básicamente enseñamos todas las habilidades propias de un profesional que maneja este tema: saber escuchar, saber comunicar, saber negociar, saber mediar. No sólo se ve mediación escolar, sino también otros procesos, porque siendo la mediación un proceso fundamental, no es el único y, además, de acuerdo a la edad del alumno hay que hacerle a la mediación variaciones por las que incluso habría que denominarla de otro modo, porque no se puede realizar un proceso
130 de mediación con la mentalidad de un niño de ocho años. Pero qué hacemos con un niño de ocho o nueve años…Un día, nos hicimos esa pregunta. Hay gente, hay profesionales que hablan de mediación, nosotros veíamos que era imposible. Por ello, en la base del programa está la instrucción de que los procesos deben ser adaptados al momento del desarrollo cognitivo que tienen en la mente los chavales, que no tienen mucha capacidad de tomar en perspectiva, de empatía. Entonces desarrollamos un método muy sencillo que le llamamos el Txoko, que en euskera significa una esquina. Precisamente en una esquina colocamos una silla pegada a una pared y otra pegada a la otra pared para que entre los pequeños se puedan ver. Un día en una clase se les explica que vamos a empezar. Ya los pequeños de siete años están trabajando técnicas básicas de comunicación y de escucha: no insultar, preguntar al otro niño cómo se siente… Cuando ya están avanzando en eso es cuando ponemos en práctica la sillita. En una clase de arte, los niños dibujan una oreja y una boca muy grandes y las pegan en las paredes de la esquina, donde estará su Txoko, el sitio del acuerdo. Entonces, cuando tienen un conflicto, el profesor les dice: "¿Por qué no váis al Txoko, por qué no váis a la esquina". En la esquina se sienta uno debajo de la oreja y otro debajo de la boca. El que está debajo de la oreja sólo escucha y quien está debajo de la boca habla, y dice cómo se siente, lo que le ha pasado, desarrolla su historia ya de una forma un poco civilizada porque estamos trabajando habilidades de comunicación en el aula. Cuando ya está cansado, le toca al otro. Se levantan, la oreja se sienta en la boca, la boca se sienta en la oreja y ahora me toca a mí. Y cuenta toda su historia y cómo se siente, cuando ha terminado de hablar, qué hacemos. El 97 por ciento de los casos se resuelve y, además, se va construyendo poco a poco lo que serán de mayores. Aunque los conflictos normalmente a esa edad
son de propiedad, de contacto físico, de espacio, son conflictos más o menos sencillos, y esto es el Txoko. Precisamente, por no haber hecho esa reunión de convocatoria a los padres, un día llegó una madre furiosa a la Dirección del centro, a las 8 de la mañana. "A ver qué es eso que se está haciendo en el colegio". "Nada, mire y la noto un poco preocupada". Pregunta por qué no habíamos convocado a una reunión. "Mire, estamos haciendo una formación en resolución de conflictos, para saber hablar, para que resuelvan pacíficamente sus conflictos". "Pues mire usted lo que me ha pasado. Ayer estaban las niñas en mi cuarto, dos hermanas, una de siete y la otra de cinco, discutiendo. Yo fui a ver qué pasaba, y de repente la niña mayor me dijo: 'Pues sabes lo que te digo mamá, sabes lo que te digo, que nunca más en casa voy a hablar de las cosas que pasan ni de mis conflictos porque aquí ni se escucha ni se puede resolver como en la escuela". Bueno, fue una de las madres que acudió a los seminarios de formación en resolución de conflictos y fue espectacular.
B. Los protocolos Sobre los otros componentes, permítanme sólo mencionarlos: tenemos uno que llamamos la realización de protocolos de negociación. Surgió un día en un centro de bachillerato, donde un profesor estaba nerviosísimo por un problema muy gordo con un alumno. Había tenido una reunión con los padres para tratar el mismo, pero ésta terminó mal porque incluso lo amenazaron con denunciarle, un lío tremendo. El maestro tenía que reunirse esa tarde otra vez con la familia y estaba absolutamente asustado y no sabía qué hacer. Nos llamaron, acudimos al centro y juntos con tres o cuatro profesores desarrollamos un protocolo para lograr la colaboración de las familias, una serie de pautas que tenía escritas y que las había trabajado un poco antes, para poder manejar esa situación de tensión que sabía que se iba a producir. Cómo in-
131 troducirse, escuchar, reforzar la escucha activa, bueno, un protocolo en 14 pasos que le ayudó. Aunque en esa ocasión no llegó a acuerdos con los padres, no se insultaron y en la siguiente reunión pudieron llegar a un acuerdo de cómo enfocar la problemática del estudiante.
C. Otra manera de ver El otro programa que es trascendental y sobre el que también se ha hablado en el foro es el de la disciplina. Sin embargo, hay que aclarar que nosotros no podemos trabajar con esta filosofía y habilidades en la escuela mientras mantenemos el código disciplinario tradicional, basado en castigos externos ante las conductas, no. Más bien, el programa está basado en consecuencias educativas. Es decir, el alumno tiene que aprender algo en el ámbito donde ha transgredido, en donde ha cometido una falta que consideramos importante. El proceso empieza con una serie de reuniones de aula, de ejercicios para ver cuál es la importancia de la norma. En la comunidad los grupos hacemos partidos de fútbol sin reglas y, claro, se pierde la dirección, porque ya uno puede coger el balón en la mano, correr y tirarlo para el otro lado, empujarle a uno. El fútbol pierde gracia y capacidad para que se diviertan. Veis como una especie de "qué ha pasado", pues "que no, porque éste me ha pegado", "éste me ha cogido", "éste lo ha tirado con la mano", entonces qué concluyen: que en el fútbol se necesitan reglas para que podamos disfrutar del partido. Ese es el primer punto a partir del cual dices: "Bueno, ahora vamos a construir las reglas que necesitamos en el aula y en la escuela en general", y empezamos un proceso de debate en las clases para que los estudiantes pongan sus propias normas y también sus propias consecuencias educativas; pero, ojo, cuidado con las consecuencias educativas porque como les dejemos a los estudiantes poner las consecuencias educativas, pena de muerte, es lo mismo.
III. Más tiempo y consensos para avanzar Para terminar, nuestro trabajo para la resolución de conflictos en el aula es a mediano y largo plazo. No es como la aspirina: “A ti te cojo, a ti te mato, a ti te curo”. No, para cambiar el clima escolar y la cultura necesitamos tiempo, y si corremos, nos equivocamos. Para que esté desplegado todo el programa se necesitan por lo menos cinco años; aunque resultados concretos se empiezan a experimentar desde el primer año. Empero, para que verdaderamente
Es importante tener una visión global de adónde quieres llegar en una escuela y empieza a hacer aquello en lo que ya exista consenso en tu centro escolar. No dejes de hacer cosas.
el centro escolar en cuestión empiece a funcionar de una manera global y diferente, requerimos cinco años. Durante el primer año se tiene sólo currículo en el aula; en el segundo tenemos currículo más familia; luego viene la mediación, procesos colaborativos. En todo caso, es importante tener una visión global de adónde quieres llegar en una escuela y empezar a hacer aquello en lo que ya exista consenso en tu centro escolar. No dejar de hacer cosas, sin perder la perspectiva de que necesitarás tiempo e ir incorporando los distintos componentes.
132
133
134
Antonio Pérez Muy bien, vamos a ceder el uso de la palabra a los congresistas, preguntas o aclaraciones. En todo caso, por lo avanzado del tiempo les pediríamos un poco de economía. Adelante.
Pregunta del público Quisiera saber cómo se podría realizar una mediación cuando entre las personas en conflicto hay diferencia de poder, pero no como la que existe entre el docente y el alumno, sino entre dos aliados en contra del docente, por ejemplo entre padre e hijo en contra del profesor.
Myriam Barrientos Bueno, hay que considerar que el mediador siempre procura el equilibrio de poder y, en ese sentido, muchas de las mediaciones se hacen de a dos; por lo tanto, si hay un padre y alumno en contra del colegio, esa mediación también tendría que ser tomada por un alumno mediador y un profesor mediador. Es una forma de equilibrar.
Ramón Alzate En lo educativo, por lo menos en nuestro modelo, hacemos co-mediación. Cuando la mediación es entre alumnos y los mediadores son alumnos y los mediados estudiantes, siempre utilizamos dos que medien en el proceso, por muchas razones: porque podemos mezclar estudiantes con más experiencia con los de menor experiencia, de tal manera que sabemos que la mediación va a funcionar bien porque hay un mediador más experimentado y otro en situación de mayor relajación que va a aprender. También hay que tomar en cuenta que en los colegios hay varones y mujeres, y personas de diferente origen étnico y, para ello, contamos con mediadores que reflejen tal
diversidad, de manera que las personas que tienen un conflicto legitimen a los mediadores. Si yo soy aymara y los dos mediadores son blancos u occidentales como los llaman aquí, puedo sentir que no me van a entender de la misma manera que al otro que sí es blanco occidental. También entrenamos a mediadores padres y profesores.
Pregunta del público Para Myriam Barrientos… ¿Desde el punto de vista de la psicología es aconsejable la legislación que está en práctica en Chile, castigar a niños de 14 y 15 años por ser violentos contra sus colegas, o existe otra forma inteligente desde el punto de vista de la psicología?
Myriam Barrientos El punto es que se los consideró con discernimiento a los 14 años y por esa razón existe la punibilidad desde esa edad. Precisamente por ello el colegio debe servir mucho más para prevenir y los padres tienen que estar mucho más conscientes de educar a sus hijos en valores para que no pasen la barrera delictiva. Todos los que estamos en el ámbito educativo sentimos mucha impotencia, porque obviamente un niño que ya llega a instancias de ese tipo va a tener una lesión en su vida. Por ello, insisto, es importante prevenir, formar y, ojalá, controlar conflictos previamente.
Pregunta del público ¿Cuál sería el mejor sistema educativo para los niños con discapacidad?
Myriam Barrientos A ver, siempre pensamos que cualquier programa de mediación o sistema educativo que acoja a esta cultura de paz tiene que ser adecuado al contexto, por lo tanto, así como se hacen dinámicas y
135 actividades, se escogen formas de entrenamiento emocional acordes al contexto. En ese sentido, también las escuelas que tienen niños discapacitados tendrían que escoger un sistema que estimule mucho el entrenamiento emocional, de tal forma que refleje un conocimiento de respeto, puedan identificar las emociones que tienen y, a lo mejor, no va a ser tan formalizado el manejo de conflictos, sino que va a ser mucho más reflejo. Ramón Alzate decía que en conflictos de niños de ocho años a veces no se puede mediar; pero yo ahí discrepo un poco. Uno puede pintar a los pequeños para jugar a los payasos y ellos, por empatía, van reconociendo en los demás su propio estado anímico. Tengo una nieta de tres años y al ver el patito feo en el computador se pone a llorar porque lo rechazan. Ahí podemos ver cómo la empatía se la puede generar. Y no es cierto que la discapacidad sea una barrera.
comprobado que ellos sí pueden mediar. Simplemente eso.
Ramón Alzate Sí, sí, yo estoy totalmente de acuerdo. Quizá no me he explicado bien. Yo no me refería a que no se pueda, sino a que hay que aplicar de acuerdo al nivel de desarrollo cognitivo y emocional del niño. De hecho, se lo puede hacer desde los tres años. Pero tienes que aplicar lo que haces. Obviamente, no puedes hacer lo mismo a los 10 años que a los 15, pero tampoco a los 6 o a los 7 que a los 15.
Es fácil enseñar que todas las razas y todos los hombres son iguales y es fácil que los alumnos te di-
Ramón Alzate Yo sólo puedo hablar de lo que conozco y sé, y conozco programas especiales de mediación escolar para niños con Síndrome de Down. Hay bastante escrito y experiencia en ese terreno. Sin embargo, en otro tipo de discapacidades yo no conozco nada tan específico. Y sólo una cosita, claro que están las células espejo, este nuevo descubrimiento maravilloso que los mediadores usaron siempre y que es la empatía. La célula espejo, que la tenemos desde que nacemos, es capaz de reconocer acciones y sentimientos en el otro.
Comentario Para el compañero de España. Como maestra de nivel inicial comprobé que los niños en esta edad aprenden mucho más de lo que aprenderán en toda su vida y creo que, por ello, deberíamos iniciar en esta etapa la mediación, porque yo he
gan que lo entienden, pero ya no es sencillo cuando salen a convivir entre ellos. (Ramón Alzate)
Pregunta del público El docente consigue incentivos por antigüedad y no por enseñar valores en el aula ni por proponer distintas metodologías o innovaciones. No sé si ya se está analizando en los países de ustedes el sistema de evaluación y de remuneración docente.
Myriam Barrientos Buena la pregunta. Yo siento que en muchos casos los profesores no están to-
136 mando la carrera por vocación, sino como una actividad y la enseñanza como algo técnico, olvidando entregar la formación de valores que sería el objetivo global de la educación. Cómo convertir esa situación sin llegar a medir por indicadores cuantitativos, porque en el fondo las cosas son netamente concretas. Yo lo único que podría responder es que en este caso el profesor se puede desafiar a hacer todos los intentos posibles para mejorar su propia aula y su propia escuela, para pasarla mejor y para realizar mejor su quehacer y, con ello, obviamente proyectar un sentido de realización el día de mañana. En otras palabras, no tomarlo como una actividad que a fin de mes tiene solamente una paga, sino hay que sentir que tú estás transformando a esos niños que tienes la posibilidad de educar.
Pregunta del público He escuchado sobre la experiencia de España en los conflictos que se presentan en unidades educativas. El hecho de que exista gran diversidad cultural en las unidades educativas bolivianas es un motivo de conflicto. ¿Qué nos podría decir sobre este tipo de manejo de conflictos? Segundo, ¿la mediación escolar es más difícil o más fácil en comparación a otro tipo de conflictos?
Ramón Alzate Empiezo por tu segunda pregunta y te digo que es más fácil, porque puedes tener, si hay un consenso en el profesorado o en la estructura, todo mucho más controlado, desde el funcionamiento de los códigos disciplinarios. Ahora bien, no te olvides que llevamos toda la semana hablando de que la escuela totalmente pacífica no existe, esa es la escuela en España en el mes de agosto que es el mes de vacaciones donde no hay nadie. En este escenario, para nosotros una escuela pacífica es la que resuelve los conflictos de manera positiva. En cuanto a
tu primera pregunta, es un tema fundamental y que sólo los que están en el contexto lo pueden resolver. En nuestros programas, nosotros trabajamos el tema de conflicto y cultura para enseñarles cómo afrontar muchas de esas situaciones, también algún componente del programa y es lo que le llamamos el compañero aliado, que es aquel que observa una injusticia relacionada con desigualdad, con racismo, con machismo, con lo que sea, y entonces le enseñamos cómo interponerse y defender, no discutir, no entrar en bronca, pero no permitir que ese acontecimiento avance. También enseñamos todo elemento de la diversidad cultural y cuánto cala, pero en conductas porque es más fácil decirlo que hacerlo. Es fácil enseñarles que todas las razas son iguales y que todos los hombres nacen igual y es fácil que los alumnos te digan sí, lo entiendo, pero ya no es tan sencillo cuando salen a convivir entre ellos. El pasar de una idea al comportamiento cotidiano es lo complicado, y eso es lo que en cada contexto hay que enseñar, hay que practicar, y eso es lo que nosotros hacemos, claro, en nuestro contexto, yo puedo hablar desde la idea general, pero ¡coño!, cómo lo tenéis que hacer aquí es algo diferente.
Comentario He escuchado muy atentamente la participación de quienes representan a Chile y España. En vista de que el sábado van a salir las conclusiones, quisiera sugerir que en ellas se pueda indicar que la mediación y la resolución de conflictos deben insertarse en el espacio educativo, enfrentando retos y compromisos de la junta de padres de familia.
Antonio Pérez Bueno, yo creo que con este último comentario, más que pregunta, vamos a cerrar esta conferencia. Pido un voto de aplauso para nuestros dos conferencistas.
137
El elemento cultural en los conflictos político-sociales aleJandro naTó (argenTina) césar roJas (boliVia) moderador: VícTor rico (oea, boliVia)
"Primero debemos trabajar las causas originarias de los conflictos"
Como movimiento mediador debemos ir a los lugares donde se originan las violencias estructurales para acompañar a los gobiernos a que puedan gobernar y a las sociedades para que puedan llegar a ser visibles.
bogado por la Universidad de Buenos Aires (UBA); mediador, especialista en conflictos públicos; Master en Programación Neurolingüística y profesor universitario. Fue Jefe de Gabinete de la Secretaría del Gobierno de Buenos Aires. Jefe de Gabinete de la Secretaría de Justicia y Coordinador General de los Programas Sociales del Ministerio de Justicia de la Nación. Secretario Ejecutivo de la Procuración Penitenciaria y Defensor del Pueblo Adjunto y Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Docente en el posgrado de Resolución de Conflictos de las universidades de Barcelona, de VIC y Complutense en España; Católica de la Asunción en Paraguay y de Sonora en México. Docente en un diplomado organizado por la Fundación UNIR Bolivia en nueve universidades del país.
140
I. Aprender a escuchar para hablar Conflictos sociales y políticos… La cultura, la sociedad, los actores que están en juego, los juegos armónicos entre los actores. Muchos colegas hablaron de las circunstancias en las cuales se desenvuelven… La conflictividad no sólo en la región, sino en el mundo entero. Hemos visto cómo los conflictos armados atraviesan diferentes escenarios y cómo determinados tipos de negocios estructuran situaciones que posicionan no sólo a los actores, sino también a los intereses dentro de la conflictividad. Lo cierto es que para entender en qué sociedad se desenvuelven los actores y los gobiernos, tenemos que ver cuáles son las características que tienen hoy estos circuitos en los cuales se vinculan. En ellos cada uno puja por su lugar, pero para poder encontrar éste como espacio referencial, histórico e identitario, tienen que también buscar un todo armónico entre ellos. Ahora cada uno de ellos tiene su propia cultura. Aquí escuchamos que hay sectores invisibilizados en las sociedades y vivimos un momento muy especial caracterizado, al menos en la región, por trabajadores en el poder, mujeres en el poder, indígenas en el poder, afroamericanos en el poder. Sin embargo, esto no simboliza de ningún modo que todo lo que ellos representan esté en el poder, simplemente representan una madurez social que hace que ellos pudieran acceder al poder. Los colectivos que aún pujan por la búsqueda del escenario social y su lugar de igualdad en esta sociedad, que buscan justicia social, tienen derecho a expresarse en nombre de la necesidad de visibilización. Y cómo se conforma el sistema, quién lo ordena cuando también los gobiernos tienen sus propias culturas, y parten de la base de que con el administrado no se negocia, se lo gobierna. Este sistema vincular, que teóricamente debe ensamblarse, necesita lugares de en-
cuentro, espacios comunes, puentes de integración y la mediación viene a ocupar un lugar, pero no es uno que está regalado, es uno en disputa, porque hay otros que también lo ocupan. El medio está en disputa. Aquí tuvimos la presencia del Presidente de la nación, Evo Morales. En buena hora un mandatario ha tenido la amabilidad de venir a un espacio del mundo mediador. Como agradecimiento del movimiento lo digo así, en buena hora. El nos manifestó, desde su experiencia, cómo un actor social, cómo a él le costó conseguir el lugar del medio, cómo le costó cuando era dirigente social conseguir espacios de diálogo, cómo bregó por las instituciones que teóricamente deberían garantizarlo y, sin embargo, esas mismas instituciones tampoco pudieron lograr darle al actor social la visibilidad que requiere en ese escenario de diálogo; aunque deseaban hacerlo. Lo cierto es que él nos dijo cosas que nos movilizaron mucho y nos obligó a referirnos a él. Una de las cosas que nos movilizó fue el tema de la imparcialidad. Según nuestros saberes, la imparcialidad se tiene que construir, pero existe, es un lugar que existe, así tengas un compromiso, el lugar de la imparcialidad lo tienes que garantizar, de lo contrario, no podríamos hablar de mediación. Ahora bien, en los contextos políticos y sociales vamos a partir de una premisa, en la que nuestros saberes también tambalean y es la confidencialidad. ¿Hay confidencialidad en los conflictos públicos? No hay. ¿Hay imparcialidad en los conflictos públicos cuando los legitimados para garantizar la imparcialidad son casualmente aquellos que ya construyeron su lugar dentro de la sociedad desde lógicas del poder, desde trayectorias históricas, cuando también tienen que cuidar su propia imagen y está en juego su trayectoria? Lo cierto es que tenemos que agradecerle al Presidente de Bolivia que nos haga reflexionar sobre esto y deberíamos discutir mucho más entre nosotros si ese lugar de imparcialidad
141 existe como tal, no por nada Saratov acuñó el término de multiparcialidad, incluso para otro tipo de espacios de conflictividad. Entonces, no nos tiene que sonrojar tanto que venga un actor social con zapatos tan gastados como este Presidente para marcarnos algún tipo de experiencia personal, con la sinceridad que lo dijo y esto no es una reivindicación a él, sino simplemente es decir que nosotros tenemos que escuchar para aprender de los actores sociales si vamos a hablar de conflictos sociales y políticos.
II. El medio en disputa En esta lógica constitutiva de las naciones vinculares, vemos que el medio en disputa está también ocupado por los medios de comunicación que tienen lecturas de las realidades y las posicionan en el escenario social urbano. Ahora, ese posicionamiento también es el lugar del medio y lo disputan con muchos de los que pretendemos estar en el medio, en los conflictos políticos y sociales. Por ejemplo, sobre la presencia del Presidente aquí hubo un posicionamiento de los medios. Salió en éstos al día siguiente y él anunció que así sería, que "Evo Morales cuestiona a la Iglesia", que "Evo Morales exige a los mediadores que tomen partido", esas dos características, fíjense en los titulares, nada más que eso, claro, es un modo de leer lo que pasó aquí, todos estuvimos presentes, no hubo nadie que no hubiera visto que esto fue parte también del discurso de Evo. Otra cosa también nos dijeron que nos sirve: ese lugar del medio en disputa también es una fuente generadora y originaria de conflictos políticos y sociales, porque ante la acción llega la reacción, la cual también está mediatizada por un sesgo, por una mirada parcial que hace que esa acción sea amplificada, potenciada y, al mismo tiempo, dé lugar a fricciones. Fíjense cómo se minimiza en esa nota lo que el propio vocero de la Iglesia plantea.
El no hizo tanto hincapié en lo que dijo el Presidente; sin embargo, el medio sí lo hizo. No lo hizo el propio actor que teóricamente fue el atacado, pero sí un medio. ¿Qué tiene que ver esto con lo que estoy planteando? Si hay que recuperar espacios democráticos, si hay que buscar lugares comunes, si hay que tender puentes, si hay que generar espacios de mediación en los conflictos políticos y sociales, hay que buscar las causas originarias de esos conflictos. La verdad es que los actores sociales tienen causas originarias que también forman parte de la sociedad y nosotros no podemos ser una sociedad en la cual
El medio en el que los mediadores nos ubicamos está en disputa y también está ocupado por los medios de comunicación que tienen lecturas de las realidades y las posicionan en el escenario social urbano.
pongamos debajo de la alfombra lo que nos pasa a nosotros mismos, en nuestras propias casas. Si sigue la cultura de la violencia doméstica como algo que está presente, si les seguimos pegando a los niños como mecanismo de corrección… No podemos pretender de ningún modo, que ese hilo conductor que va de la casa al espacio público no tenga lugares que le planteen a la sociedad que las violencias estructurales, en las cuales ella está inserta, después no se manifiesten en el propio escenario social. Yo recuerdo el caso de Huanuni para dar un ejemplo boliviano. Allá, me enseñó
142 un alumno, se duplicó la población. La mina ha crecido mucho en cuanto a la cantidad de gente que vive allí; vivían 20 mil personas hace dos años, hoy viven 40 mil personas; trabajaban mil trabajadores y hoy lo hacen alrededor de ocho mil trabajadores, con sus familias. La ciudad no resiste tanta gente y la falta de infraestructura es una forma de violencia contra la calidad de vida de la población que allá habita. Y Huanuni nos demostró que la práctica social terminó siendo violenta, casualmente con los mismos elementos que tienen los propios trabajadores para trabajar, porque en los enfrentamientos entre ellos se usó la dinamita. ¿Alguien trabaja la falta de infraestructura que es directamente proporcional a la falta de calidad de vida de esa gente, que hace a la violencia estructural de esa gente? Porque en el 2006 nos arrojaron 16 muertos y 80 y tantos heridos; en el 2007 se firmó el pliego de Caracollo con un conflicto bastante sintomático y en el 2008 murieron dos personas en Huanuni. A pesar de todo ello, las causas originarias del conflicto, que tienen que ver con la calidad de vida, no se tocan. Cuando hablamos de actores sociales, hablamos de gente de carne y hueso que no sólo no tiene lugar en su sociedad para poder ser, sino que debe buscar el lugar en la sociedad para poder ser a partir de la puja y la lucha por la justicia social. La igualdad y la libertad no se construyen de ningún modo sin el acontecimiento mediático, no se construyen de ningún modo sin el acontecimiento comunitario y ambos circuitos se conjugan en la necesidad de una búsqueda de relacionamiento con el Gobierno que también, a su vez, tiene su propia cultura para tratar los conflictos sociales. Cuando yo decía que con el otro no se negocia, hay demostraciones palpables en las cuales los mismos gobiernos de la región y de otros lugares del mundo han accedido al poder en su fase inicial acompañados por actores sociales, pero en su fase arquitectónica, se han confrontado con esos actores sociales que los acom-
pañaron para llegar al poder, a través de las fuerzas de seguridad. Hay muchos ejemplos en la región y en el mundo entero que muestran que hay un desvinculamiento de los actores sociales con el Gobierno y esto es cultural. Cuántos mecanismos de ensamble existen si no es a partir de la voluntad política de los gobiernos y de los actores sociales. ¿Y saben qué? Esto se construye colectivamente. Este lugar común es imposible que no refleje una búsqueda común.
III. El lugar de los mediadores ¿Cuál es el lugar que tenemos quienes pujamos por la mediación en esto? Por un lado se tiene la voluntad política de cada uno de los actores a partir de la puja por la igualdad social, por la equidad social, por la visibilidad, por una mejor calidad de vida y por el otro lado, tenemos la búsqueda de la gobernabilidad que está acompañada de violencia estructural. No olvidemos que muchos gobiernos tienen que convivir con negocios paralelos, poderes paralelos, situaciones paralelas donde se marca que hay otro poder aparte del poder político estatal. Esto lo viven países de la región como Brasil con los narcos, que es una violencia estructural instalada en el poder; Colombia con los paramilitares, las FARC, unos y otros también instalados como la muestra de una imposibilidad política de estar solos frente a lo que es el poder político; en Guatemala con 30 años de una matanza étnica y pujas por el poder; México que no nos deja de mostrar que se siguen tirando muertos al escenario social y que, hoy en día, quien quiera gobernar un país como éstos tiene que discutir si verdaderamente quiere cogobernar con ellos o puede gobernar solo. Un narcotraficante brasileño, que dice que ha leído mucho y que conoce cuál es la base insustancial de la postpobreza, dijo al respecto: "Miren, ustedes le tienen miedo a la muerte, yo no; ustedes tienen
143 imposibilidad de administrar un Estado, nosotros no; ustedes tienen que convivir con las posibilidades que les da la sociedad que tienen y la verdad es que están atravesados por la corrupción, nosotros no; tenemos otro tipo de relaciones entre nosotros". E hizo una recomendación, dijo: "Mira, la verdad es que lo único que les puedo recomendar a ustedes, si es que quieren cambiar esa sociedad que tienen, empiecen por los niños porque todo lo demás ya está comprado por nosotros". Y la verdad es que el cambio de cultura pasa por el trabajo. Acá nos dijo el Presidente y también lo dijeron los demás: es imposible erradicar el conflicto. Nosotros tampoco vinimos a erradicar el conflicto. Es imposible erradicar a la violencia si entendemos las causas originarias de la violencia social, pero también es imposible pretender que aquellos que tienen que compartir gobiernos con violencias estructurales y la propia sociedad con una violencia estructural de fondo, tengan la posibilidad de encontrar espacios comunes; con quiénes, entre quiénes, si estamos atravesados totalmente, todos los circuitos, tanto gobiernos como sociedades, por las propias violencias que nos tocan convivir. Entonces, si no vamos al epicentro, si no trabajamos las causas originarias de los conflictos, no vamos a poder nunca construir una sociedad donde quepamos todos. Podemos hablar de interculturalidad, de pasar del mundo del multiculturalismo al de la interculturalidad. Pero, tenemos un trabajo previo como movimiento mediador: tenemos que ir a los lugares donde verdaderamente se originan las violencias estructurales; tenemos que acompañar a los gobiernos a que puedan gobernar; tenemos que acompañar a las sociedades para que puedan llegar a ser visibles, para que puedan equilibrar en algún momento ese lugar de asimetría que la sociedad ya les encomendó. No hay posibilidad de generar lugares medios cuando hoy, otros poderosos ya
tienen el lugar del medio. Estamos en un lugar de disputa, nos tenemos que ganar nuestro lugar y para eso tenemos que tener una actitud militante. Y quiero decir que a mí Bolivia me está enseñando muchísimo, muchísimo de lo que no aprendí durante 30 años que me dediqué a la conflictividad, 15 en conflictos y 15 trabajando para otra cosa. Acá tenemos a doña Anita Romero y a la Fundación UNIR-Bolivia, que es uno de los ejemplos más importantes del mundo en cuanto a la generación de políticas públicas que tiene que ver con otra lógica y no simplemente la de mirar el lugar que tenemos que ocupar nosotros, porque
El gran desafío que tenemos los mediadores es ocuparnos del fondo si en verdad no queremos después lamentarnos porque no pudimos evitar que las sociedades tengan que juntar sus propias cenizas.
¿saben qué? A nosotros los mediadores y mediadoras nos enseñaron y nosotros seguimos enseñando procesos, pero no nos estamos ocupando de los temas de fondo, y hay muy pocos en el mundo que se están ocupando de esta tarea. Por eso, el gran desafío que tenemos todos los movimientos mediadores es ocuparnos del fondo si, en verdad, no queremos después lamentarnos porque no pudimos evitar que las sociedades tengan que juntar sus propias cenizas. Muchas gracias.
"Debemos instalar una pedagogía de los naufragios"
La polarización es un producto histórico que se manifestó en la coyuntura neoliberal y aún continúa; las sociedades desgarradas producen una política extremista; la revolución y la polarización son dos caras de una moneda.
omunicador Social por la Universidad Católica Boliviana, Sociólogo por la Universidad Mayor de San Andrés y Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Fue Gerente Sociocultural de la Fundación UNIR-Bolivia; Director académico del proyecto del Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios con la Universidad Complutense de Madrid, Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, la Universidad Carlos III de Madrid y el Centro de Estudios Superiores de la Universidad de San Simón. Colabora con varios programas de postgrado en las áreas de comunicación, ciencias políticas y sociología. Invitado a distintos congresos y cursos internacionales. También es columnista y miembro de la Red Diálogo Democrático, iniciativa regional de prevención de conflictos.
146
I. La polarización que marca a Latinoamérica Veremos un estado de los conflictos políticos que tiene que ver con la polarización sobre la que hablaremos, porque es hoy muy pertinente debido a que ésta viene marcándonos en Bolivia, Argentina, Ecuador, Perú, Colombia, Nicaragua, Paraguay, en nuestra América. ¿Qué es la polarización? Como en lo geográfico, está marcada por dos polos muy extremos ideológicamente. Ambos tienen masa crítica y están compactos, pero a diferencia de los polos geográficos, éstos son calientes, irradian energía y no están localizados a grandes distancias; aunque generan un efecto divisorio en la arena parlamentaria donde los encontramos, como también en la arena mediática e incluso cruzan, a veces, la arena familiar. ¿Qué nos preocupa de la polarización? Algo que vemos, intuimos y sentimos cada día en las noticias, en ciertos momentos con mayor agudeza y en otros con menor, y es que podemos entrar a un momento de violencia resolutiva, y esto nos da un sobrecalentamiento de la sociedad y una democracia de alta tensión, porque si hay algo que debemos agradecer en este contexto es que la polarización se está dando dentro y no fuera de la democracia. ¿La polarización es la antesala del infierno? Puede ser y dependerá de cada uno de nosotros el curso que pueda tomar. En todo caso, podemos decir que no nos trae el cielo y no acaba de desencadenar el infierno, pero ciertamente prolonga el purgatorio y parecería que estamos ahora en él.
A. Primera tesis La primera tesis y que se suele a veces obviar, como decía Alejandro Nató, es la preocupación por las formas de los procesos y no los fondos. Es que la polarización es un producto histórico y esto quiero remarcar. No podemos mirar la
conflictividad de los países y la polarización si no las vemos como un producto histórico conectado con unas sociedades, con una construcción estatal y con un sistema político muy particular. La polarización se produce en un mal país y éste es un complejo de tres elementos: sociedades divididas y fuertemente fracturadas; democracias que se han ido deformando en beneficio siempre de los que han sido beneficiados y un Estado también sesgado en sus prácticas desde hace muchísimos años. Es decir, tenemos un polo que se ha ido beneficiando paulatina y continuamente en largos periodos históricos y esta descompensación, esta asimetría entre muchos y pocos es la energía y el fuego que alimentan y generan estas llamaradas que, a veces, sentimos tan cerca. Mal país lo encontramos en la calle o cuando paseamos o viajamos por nuestras carreteras. Mientras en el país les va muy bien a unos, les va muy mal a otros. Por tanto, la polarización se genera allá donde ha habido una gran acumulación de errores, de déficits, de disfuncionalidades que no se han corregido debidamente y que, más bien, han ido aumentando y acumulándose a lo largo de la historia.
B. Segunda tesis La polarización se manifestó y activó en la coyuntura neoliberal y continúa vigente. El neoliberalismo que irrumpe en la década de los 80 hace una gran promesa en el continente en general y en Bolivia en particular: vamos a modernizar y a generar crecimiento, empleo y bienestar. Actualmente no encontramos el crecimiento ni el empleo ni el bienestar. No sólo que no los hallamos, sino que las grandes brechas se han reforzado hacia el fracaso. El neoliberalismo nos había planteado que había que relocalizar al Estado para encontrar la prosperidad y la sociedad hoy pide relocalizar al neoliberalismo y reencontrarse con el Estado para cerrar las grandes brechas.
147 Solemos olvidar muy rápido el anterior ciclo político, un ciclo político obsceno, exagerado en las malas prácticas políticas y un Estado autista, cegado a las grandes injusticias de nuestros países. Luego vivimos en Bolivia, Ecuador, Venezuela un gran giro político y social, y se siguen multiplicando los países. Aparecen partidos y movimientos de izquierda que, retomando el ideario de muchos movimientos sociales, empiezan a entrar en la arena política y en la disputa del poder, expresando el calentamiento sistémico de nuestras sociedades y por supuesto que eso genera polarización, acciones contenciosas, y es lo que vemos a veces con superficialidad y descuidamos mirar lo obvio en lo profundo. Estos fracasos se dieron con una geometría variable. En algunos casos comprometen al sistema político; en otros a la construcción estatal; en otros a la estructura social y en otros, a la estructura económica. Depende de cómo y en qué momento está cada uno de los países. En Bolivia, comprometen a nuestra construcción republicana y nos ponen de cara al tema del colonialismo y esto representa una mirada de 500 años. Hay mucho que ver, hay mucho que rever y repensar. Y hay una sed adánica en varios de nuestros países y por eso es que se han ido cerrando estos procesos, como las asambleas constituyentes, como un mecanismo altamente político para resolver problemas también altamente políticos y sociales. Lo que tenemos instalado acá se resuelve con la alta mediación y hay que reconocer el papel y la importancia de ésta, porque a veces nos solemos olvidar también de que la política es el gran mediador de nuestras sociedades y, además, debe ser el gran alquimista que nos permita transformar las brechas, las desigualdades y los antagonismos de fondo, en grandes pactos y acuerdos políticos.
generan enormes fricciones entre sí. Precisamente lo que acabo de formular es la siguiente tesis: sociedades extremadas y desgarradas producen una política extremista; la enfermedad, la herida, sintonizan con la sintomatología. Tenemos desgarro abajo y arriba ¿Eso qué da? Un gran bloqueo institucional y la imposibilidad de que la sociedad pueda generar pactos que la funcionalicen hacia delante, es muy difícil. A veces pensamos que se trata de la incompetencia de los políticos, no es así. Abajo están esas anclas que pueden imposibilitar que ellos encuentren ese acuerdo y vamos a tener dificultades de
generar acuerdos y pactos si no miramos, todos, el fuego que los está alimentando, y son precisamente esas grandes brechas, esa gran exclusión y esa hambre también que se siente abajo. Esta política extremista convierte los temas fundamentales de un país en grandes divergencias sobre temas que son vitales para una nación. Pero es muy difícil hacer gestión estatal y política con esos desgarros de fondo.
C. Tercera tesis
D. Cuarta tesis
Ciertamente estamos frente a poderes calóricos, gobiernos y oposiciones que
La cuarta tesis es que la revolución y la polarización son dos caras de una mis-
La polarización se produce en un mal país, complejo de tres elementos: sociedades divididas, democracias que se han ido deformando y un Estado sesgado en sus prácticas desde hace muchísimos años.
148 ma moneda; aunque con distintos rostros. La moneda ya la conocemos y la he señalado, y son estos fondos sociales, pero son dos caras distintas en su dinámica. La polarización no se parece a la revolución. La revolución es violenta, rápida y de un cambio total, se asemeja a un huracán y a una inundación, lo destruye todo y lo inunda todo, porque concentra un gran poder, una gran decepción, pero también una enorme esperanza. Podríamos decir en términos más ligados al deporte, la revolución opera por el knock out, la polarización es como un asalto a 15 rounds. La polarización es conflictiva, es tortuosa en su caminar y es progresiva en el cambio que va a generar; por tanto, es posicional en su avance conflictivo, paso a paso va generando cambios, pero cada cambio y cada paso son una confrontación, son un conflicto. Acumulación de fuerzas, avance, ciertamente es hacer camino al conflictuar, lo importante de esto es que la revolución antes decía o acababa con las democracias o se hacía al margen de la democracia, mientras ahora en la polarización se trata de metabolizar al interior de las democracias.
E. Quinta tesis La quinta tesis es que la polarización genera una química insalubre entre los actores. De ahí que encontramos amenazadores y amenazados; los unos que piensan de los otros que son los culpables de lo que les ha sucedido, y los otros que piensan que éstos van a ser culpables de lo que les pueda suceder. Encontramos una sociedad con estos dos polos que se miran con desconfianza y con cierto temor, y esto genera ciertamente una cultura adversarial, de la confrontación, de la presión, la generación de maniqueísmos, de radicalización, de extremismo, de víctimas. El otro, visto como un alterno hostil, una visión de túnel que se tienen entre ellos, donde sólo se percibe lo negativo y no lo positivo; una relación unidimensionalizada en los factores más negativos, y más hostiles y agresivos.
Los actores se sienten atrapados en esta dinámica de la que no pueden salir y es importante mostrarles que sí lo pueden hacer y Bolivia lo ha demostrado hace poco porque a pesar de sus grandes brechas, a pesar de sus grandes divisiones en un pueblo de 9 millones de ciudadanos y donde 5.100.000 son pobres y 3.500.000 son miserables, ha demostrado que se puede generar pactos políticos y acuerdos; por tanto, la política puede ser una gran tarea, pero no sólo el acuerdo será su gran tarea, porque ésta será cambiar. Si no cambiamos lo que tenemos abajo, siempre vamos a vivir amenazados y bajo el insomnio de las coyunturas. Esto ciertamente nos puede llevar al efecto Lucifer, unos de un lado, otros del otro, cada quién reforzándose en sus propias identidades y viendo que si se siente amenazado, puede generar un pensamiento extremo y para dejar de sentirme amenazado, tal vez sea necesario acabar con el otro que ahora lo veo como mi enemigo.
F. Sexta tesis La sexta tesis es que la polarización, una vez politizada, se resuelve políticamente para bien o para mal. Es la política el gran mediador, el gran alquimista para transformar el antagonismo en acuerdo y en transformación, un reto muy profundo. Si tenemos los polos como abismos de este lado o un gran espacio al centro, la política ciertamente puede hacer el acuerdo, pero si el abismo persiste, este puente tiene encima la amenaza de quebrarse. Necesitamos de los consensos y si éstos no se dan no es porque creamos en la deliberación per se, si no porque nos damos cuenta de que si no les llegamos a ellos, entonces se trata de matar o de morir. Y luego diré que nuestros continentes no están hechos para matar y tampoco deben estar hechos para morir. La democracia es la única cuerda que nos ata en estos momentos; por tanto, debemos reforzarla, de tal manera que la resolución del tema del poder siempre sea una com-
149 petencia pacífica y no nos veamos en esos callejones o frente a esos callejones sangrientos.
G. Séptima tesis La séptima tesis y con esto concluyo… ¿Qué se puede hacer frente a la polarización? Se pueden hacer muchísimas cosas, el tema es que no sólo lo tienen que hacer los mediadores, que también pueden contribuir y muchísimo con su ejercicio. Frente a la polarización todos tenemos mucho que hacer; el compromiso es individual y colectivo: podemos construir un tercer actor, podemos trabajar sobre un sistema decisional y creo que la Fundación UNIR, en ese sentido, es un diamante lleno de enseñanzas sobre lo que se puede hacer en esas situaciones altamente dificultosas.
Necesitamos afinar la puntería para saber cuáles son los aciertos y cuáles son los desaciertos, y aquí hay que trabajar pedagogías, metodologías y procesos. Ya no es suficiente la mediación porque estamos en situaciones de postconflicto. Esto significa que la mediación también ha fallado, significa que muchas cosas han ocurrido, que hay muchos dolores instalados. Y, entonces, si no hemos podido trabajar por la lucidez del presente, por lo menos trabajemos por la lucidez del futuro, y son lecciones. ¿Cómo las sociedades llegamos a valorar? Tal vez les voy a decir a mis colegas europeos algo que no les va a gustar,
La democracia es la única cuerda que nos ata en estos momentos; por tanto, debemos reforzarla, de tal manera que la resolución del tema del poder siempre sea una competencia pacífica.
II. Pedagogía de los naufragios Ahora bien, me voy a detener en los aprendizajes históricos. Les decía que nosotros venimos de un mal país, fermentado en décadas y hasta en siglos. La conflictividad genera déficit, shock, frustraciones, muchísimo dolor. Por tanto, la actitud frente a ese mal país, a esos errores y a esa continuidad de producción de dolores es que tenemos que aprender. Aquí se abre un campo vasto para la reflexión y para la acción en el tema de la conflictividad. Necesitamos aprender de nuestros errores, de por qué hemos llegado acá y por qué nos pasan las cosas que nos pasan. Creo que debemos instalar una pedagogía de los naufragios, porque todos en algún momento hemos cometido un error grande, mediano o pequeño. La sabiduría de los hombres y de los pueblos nos dice que se aprende de las lecciones, de ese acumulado de experiencias que nos dice: "Éste no es el camino correcto y éste es el camino de los aciertos".
pero que deviene de la constatación de los hechos. ¿Cómo Europa llega a valorar la democracia? ¿Cómo llega a darse cuenta de que la democracia es un valor que se debe conservar? A los españoles les enseña la Guerra Civil; a Alemania le enseña la experiencia nazi; a Italia le enseña el fascismo de Mussolini; a Polonia y Hungría el comunismo y el stalinismo. Europa es un continente que se ha hecho mucho daño y le ha hecho daño al mundo. América Latina es un continente mucho más generoso, aprendemos más rápido produciendo menos dolor. Nosotros no hemos necesitado de guerras mundia-
150 les, pero sí de la dictadura para darnos cuenta de que ese no era el camino; pero cuántos muertos se han producido allá y cuántos acá. Por tanto, ciertamente tenemos esperanza de hacer grandes cosas en nuestros países, aprendemos rápido y si ustedes quieren, es una palabra cruel la que voy a decir, rentabilizamos mejor nuestros muertos, sacamos pronto nuestras lecciones. Los latinoamericanos necesitamos vernos con otros ojos, y creo que a eso apuntábamos con Alejandro Nató. Decía que América Latina se ha hecho mucho daño y se lo continúa haciendo, pero no le ha hecho daño al mundo, por tanto, ahí hay una lección importante. Tal vez sea porque en América Latina y en Bolivia hay un sustrato, un núcleo que define nuestras identidades y es que somos poblaciones calóricas, en el mejor sentido del término. Tenemos más espacio pa-
ra el amor, para lo fraterno y para la ternura que para el odio. Podríamos decir que en América Latina se nos puede decir que somos malitos, pero no somos malos de una manera radical y brutal, porque siempre aflora nuestra piel. Y por eso es que ustedes pueden ver en el caso boliviano que casi jugamos con el síndrome del abismo, pero nunca nos internamos en él, porque internarnos en el abismo es entrar en el juego del odio y de la muerte, y siempre nos detenemos antes de esto, porque nunca en estas tierras se odia al extremo. Y mientras haya más espacio para el amor, para la ternura, para lo fraterno, siempre habrá en nuestros pueblos, y Bolivia lo está demostrando, esperanza para que nosotros podamos encaminarnos hacia la reconciliación. Gracias.
151
152
Víctor Rico Tenemos unos minutos para preguntas del público. No sé si allá al fondo habrá alguien que nos pueda ayudar con el micrófono.
Pregunta Tengo una pregunta para César Rojas. En su explicación hay algo que no me ha quedado claro. Primero dijo que estamos en Bolivia en un momento de postconflicto, que la mediación no ha resultado y que, tal vez, la política y los consensos son los que pueden ayudarnos a salir adelante. Pero también en otro momento dijo que nosotros jugamos mucho con el abismo y que no terminamos de caernos en él. No me queda claro… ¿Cómo es que estamos en un momento de postconflicto donde la mediación no ha servido y, al mismo tiempo, no hemos caído en el abismo?
César Rojas En primer lugar, decirles que necesitamos recobrar la política como el gran espacio de mediación, esto es lo primero; el mal que tenemos instalado abajo se resuelve desde el Estado y eso significa política. No queremos decir que la mediación no tenga una tarea, sino que
hay muchísimas tareas adicionales que hay que cumplir. El tema de los aprendizajes históricos significa que una colectividad puede aprender una misma cosa y al hacerlo se reconcilia consigo misma, porque es una manera de dirimir “a” de “b”. Necesitamos la concreción paulatina del hecho y, a veces, ir hasta el final de los hechos para tener un referente que nos dirima. O sea, hay muchas tareas que hacer, pero además creo que nosotros tenemos un sustrato moral y humanístico que es probablemente el que nos detiene de caernos en el abismo. Hay muchísimas sociedades que con nuestras características ya se lanzaron al abismo, la guerra civil, la revolución; sin embargo, la nuestra no ha caído. Entramos en los conflictos, pero no en la violencia resolutiva; no entramos a la guerra civil. Ciertamente se producen algunos muertos y heridos, pero no desencadenamos tempestades. Hay unas fibras que nos permiten evitar eso, pero si lo hacen, también deberían dar para tejer algo en común que sea bueno para todos.
Víctor Rico Muy bien, gracias César. Yo creo que tanto Alejandro como César se merecen un aplauso por sus disertaciones. Muchas gracias a todos.
153
Mediación política: el arte de construir consensos sergi Farré (españa) Juan manuel áVila (méxico) moderadora: Fadhila mammar (Túnez)
"Si las posiciones son innegociables, hay que identificar conectores"
En la construcción de consensos es bueno tomar en cuenta que no existen fórmulas ni mediadores mágicos; hay que tratar de compatibilizar procesos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
a ocupado los cargos en el Servicio Exterior Español de titular de la Segunda Jefatura en la Embajada de España en Jartum, Sudán; Consejero para Asuntos de Kosovo en la Embajada de España en Belgrado, Serbia; Jefe del Servicio en el Gabinete de Análisis y Previsión de Política Exterior en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid. Habiendo ingresado en la Carrera Diplomática Española en 2004, previamente fue consultor experto en relaciones internacionales en Asuntos del Mediterráneo - Euromed de la Dirección General de Política Exterior para el Mediterráneo, Oriente Próximo y África. Mediador, profesor e investigador en Conflictología en la Universidad Ramon Llul, Universitat Oberta de Catalunya, Universidad de Barcelona y Universidad de Cantabria, Barcelona.
156
I. La construcción de consensos Siempre es un reto plantear una ponencia. He decidido hacerlo hoy a través de una serie de píldoras más o menos interesantes y provocativas. Me gustaría empezar con un juego que algunos de vosotros ya lo habrán visto. Es un sencillo ejercicio que se llama "de los nueve puntos" y que nos ayudará a tener idea de lo que es la mediación o intervención de un tercero en un conflicto. Estas son las instrucciones: conectar los nueve puntos mediante cuatro líneas rectas continuas sin levantar trazo. Se debe conseguir de un solo trazo cuatro líneas rectas que unan los nueve puntos que ustedes tienen en la hoja. Es un típico ejercicio que lo han hecho presidentes e incluso líderes guerrilleros en salas de trabajo. Se lo usaba en los talleres de resolución de conflictos que comenzaron a impartirlos en los 80, sobre todo autores angloamericanos que nos daban un esquema lógico-racionalista y que estaban destinados a transmitir cómo enfrentar los conflictos y construir consensos, sobre todo en conflictos muy graves. - Usted señora… ¿Qué ve en el dibujo? - En pantalla vemos un cuadro con nueve puntos. - ¿Por qué ve un cuadrado si son nueve puntos? - Porque dentro del cuadrado hay nueve puntos. - ¿Hay alguien que haya podido unir los nueve puntos? ¿Y cómo lo ha hecho por favor?, ¿me lo puede enseñar?, ¿lo había hecho antes?, ¿me lo puede traer alguien por favor?, ¿lo había visto? Muy bien, me gustaría mostrar la solución… En resumen, no había tal cuadrado, en ningún lugar dice que hay un cuadrado. Por analogía, esto podría ser un conflicto en el que estamos inmersos todos y aparece un mediador, un tercero que no está emocionalmente implicado. Estamos metidos en una caja y vemos esa caja, y la
estrategia de la mediación puede invitarnos a ir más allá, a salir de la caja. Yo me preguntaba, al hablar de consensos, cómo analizar esta cuestión desde la perspectiva del marco filosófico y normativo y de lo que el maestro Galtung llama citas de la paz y los anglosajones denominan resolución de conflictos o mediación en un sentido amplio. Yo preguntaba qué dice nuestra transdisciplina sobre la construcción de consensos. Yo entiendo que en primer lugar significa estas apuestas de mediación, facilitación, resolución de conflictos, horizontalización de las relaciones de poder, una democratización de cómo se encaran los conflictos y de cómo se llega a los consensos. Es una perspectiva de transformación del sistema sobre el que ustedes habrán escuchado mucho… el concepto de paz positiva, es decir, un trabajo continuo desde las estructuras, los mandos legislativos, las familias, las escuelas, de lo que supone enfrentarse al conflicto. La construcción de consensos desde un espíritu de paz, sin utilizar violencia, sino pensando en mecanismos imaginativos y creativos para construir consensos. Sí que hay que demostrar que por negativo o tremendo que sea un conflicto, por definición siempre lleva consigo la semilla y oportunidad del cambio. De ahí la idea de paz también como arte, porque tendremos que echar a andar mucha imaginación. Y si hablamos del arte de la guerra, la paz tampoco basta con las buenas intenciones y las actitudes simpáticas y compasivas. Hay que estudiarla, promoverla y debemos tener escuelas para todos los niveles. También debemos tomar en cuenta las lecciones aprendidas, las experiencias sobre lo sucedido y lo que ocurre en otros países. A partir de todos los elementos mencionados, cuando hablamos de construir consensos en sociedades complejas como las de hoy, con elementos identitarios e ideológicos que están en juego, se tiene que pensar en una transformación que, a veces, vendrá de arriba, pero también
157 de abajo, en un proceso de transformación sistémica de conflictos.
A. Sistema multitrack Me gustaría compartir el esquema del sistema multitrack. Cuando hice mi primera pasantía en Washington y estudiaba algo que en España era de ciencia ficción: estudios de paz, de mediación a principios de los 90, se trabajó un concepto interesante a raíz de la frustración con la guerra fría y lo que la mediación y los procesos de paz de vía uno o track one, es decir los gubernamentales, no serían capaces de conseguir. De ahí nació track two, vía doble o vías alternativas que se fueron desarrollando para encarar los conflictos y construir consensos hasta que cuando nos dimos cuenta de que todos los protagonistas en una sociedad tienen un papel que desempeñar, tuvimos a mano el multitrack. Este concepto incluye lo de arriba y lo de abajo, el intento de compatibilizar procesos, aunar fuerzas para que no solamente los procesos vayan de arriba hacia abajo, sino como hoy ocurre en Bolivia con movimientos desde abajo, que hay que saber vincular, encauzar y atar de una forma armónica con los procesos desde arriba, más convencionales en la construcción de consensos.
Ocurre que a quienes hacen el trabajo de construcción de consensos se les escapan los elementos identitarios que tienen que ver con quiénes somos al fin y al cabo, lo que no únicamente tiene que ver con la parte étnica. Hablamos de conflictos interculturales e interidentitarios, donde la identidad es algo muy complejo que tiene que ver con género, con la profesión que uno desempeña, con la propia personalidad, con la ideología política. Por ello es que yo ponía ejemplos que muestran claramente la distinción entre una agenda con posiciones sobre elementos más o menos tangibles de una negociación para la construcción de un
Hay que demostrar que por tremendo que sea un conflicto, siempre lleva consigo la semilla del cambio. De ahí la idea de paz también como arte, porque tendremos que echar a andar mucha imaginación.
B. Construir puentes En cuanto al mapa del conflicto y a la agenda de la construcción de consensos, una de las críticas que se hace a los paradigmas más tradicionales de resolución activa de conflictos es que están más centrados en la gestión de posiciones. Por ejemplo: "Yo quiero tanto aumento de sueldo", "yo puedo dar tanto" y llegamos a un término intermedio entre las partes. Pero mediar en esos problemas, muchos del ámbito comercial o empresarial, no es lo mismo que hacerlo en conflictos tan profundos como los que se viven en el País Vasco o en el conflicto árabe-israelí.
consenso y una con elementos identitarios. Este último caso es importante de tomar en cuenta porque muchas veces fallan los consensos porque quieren aplicarse mecanismos dialécticos, dialógicos, a elementos del conflicto como son la identidad como se suele aplicar para un aumento de sueldo. ¿Qué hacemos entonces? Hay un enfoque distinto cuyo gran objetivo es humanizar. Debemos comenzar por olvidarnos de lo que divide y empezar a crear puentes que permitan familiarizarse y humanizar al otro, porque hay elementos que jamás se podrán resolver y
158 esos son muchas veces los identitarios, donde no hay nada que resolver. Si hay quienes son de izquierda, hay muy poco que se pueda hacer para cambiar esta realidad. Por lo tanto, no podemos considerar estos elementos del mismo modo que tomamos una negociación sobre elementos materiales en una construcción de consensos.
C. Sin magia, con cambio Me gustaría apuntar a manera de "pildorazos", como decimos en España, algunos elementos que encontré como nudos gordianos, para los que nunca hay respuesta fácil, a pesar de que existen manuales y libros como aquellos que prometen enseñar inglés en 10 días. Pero en gestión de conflictos no existen soluciones ni mediadores mágicos. Uno llega muchas veces desesperado a este proceso alternativo (porque aún no hay una cultura de mediación en la mayor parte de los contextos donde se realiza) y ve grandes expectativas en la gente. Entonces, uno tiene que saber explicar como mediador que la paz no es gratis, que no hay fórmulas mágicas y que si hay un resultado positivo de ese proceso, va a tener que haber un cambio y esto es ineludible e inevitable, y tendrá que partir de la generosidad y la imaginación. No será posible pensar en el paso de la violencia a la paz sin un cambio.
D. El ayer, buen conector Cómo preservar la magia si todos estamos en una mesa de mediación representativa, es decir cuando está alguien hablando por boca de un sindicato, de un partido o de un país, y cómo trasladar esa magia a un escenario masivo. Cuando hay un impasse en una negociación, en un proceso de construcción de consensos, el facilitador o mediador podría esforzarse en hacer ver a esas personas cómo fue el pasado donde las cosas fueron mejores ¿Por qué hacer esto? Ayuda mucho identificar esos conectores que se comparten. ¿Cuá-
les han sido los conectores nacionales por ejemplo en Bolivia que han permitido el ejercicio de generosidad cuando todos pensábamos que esto estaba muy mal y al final consiguieron el consenso para la nueva Constitución Política del Estado una noche del 21 de octubre pasado? Hay muchísimos ejemplos y siempre doy el que sigue porque me parece muy ilustrativo de la negociación y lo explica un equipo mediador en el marco del acuerdo del Viernes Santo en el conflicto de Irlanda del Norte entre el IRA y el Gobierno Británico. En este caso, el Gobierno Británico exigía como posición innegociable el desarme unilateral del IRA. Este último no podía aceptar esta petición porque suponía una rendición unilateral. Pasaron muchas horas, muchas penas… ¿Cómo se consiguió construir el consenso? Aquí el mediador fue más allá de lo que hace un mediador en un sentido más profesional, aquel que tiene un bufete de mediación para gestionar un conflicto interpersonal. Por ello en este caso hablamos más de un facilitador o mediador proactivo que pudo ayudar después de identificar el conector de la identidad no negociable de cada uno, puesto que ninguno de ellos quería perder dignidad ante sus representados. Un mediador canadiense, general que además hablaba un lenguaje adecuado, propuso hacer un inventario del armamento que en un futuro podría llevar o no al desarme. Y bueno, esto da una idea de los que pueden ser los factibles, una negociación que parecía que se cerraba o rompía porque ninguno de los dos cedía y al final, algo como un factible rescató el proceso de negociación. Por ello no es buena la obsesión por el acuerdo, "la acuerditis", que vemos mucho en los procesos. Cuando vemos las imágenes en televisión de un presidente Clinton entrando en un gran resort, esos de verano, con las partes en conflicto que conversarán en ese momento, sean de Oriente próximo o los Balcanes, evidentemente ese es un elemento necesario que tiene que estar, pero da una idea falsa
159 de cómo se hacen y llegan a este tipo de acuerdos. No hay que perder de vista que cuando se llega a un convenio por presión, muchas veces no se sostiene en el tiempo porque no es lo suficientemente democrático debido a que no ha contado con el trabajo al que hacíamos referencia.
II. Elementos complejos sin respuestas fáciles Me gustaría también, simplemente para acabar, hablar de elementos que son para mí complejos y para los que no he encontrado todavía soluciones fáciles: aceptar que hay límites a la cohesión social. En toda sociedad madura, libre, van a existir estas diferencias con las que simplemente tenemos que vivir, pues si yo soy proabortista, tú eres antiabortista, pues bueno, yo si te respeto en lo más mínimo, no puedo esperar a que tú cambies la posición que tienes. Esto es más que nada aprender a vivir con la diferencia, humanizar al otro y respetarle, aunque discrepemos profundamente. Me gustaría hablar de la identidad y la interculturalidad. Mucho cuidado con los
secuestradores de identidades que se erigen como propietarios o dueños de la identidad ya sea religiosa o étnica, porque partimos del principio de que este paradigma de la identidad es complejísimo, multinacional y cambiante. Me preocupa y disgusta el término de mediación intercultural y, por ello, cuando participo en este tipo de diálogos prefiero no usar adjetivos por cuanto es como si llamáramos a la mediación familiar o de pareja, mediación del divorcio, subrayando lo que divide. Y hay la percepción de que mediación intercultural es para los migrantes o para las minorías identitarias y no para todos. Y ahí creo que las doctrinas identitarias tienen que contraponerse a las cívicas. La verdad es que cuando uno está en un proceso de mediación existe un elemento culturizador, un efecto colateral y, por ello, cuando se ha dado la construcción de un consenso, uno no sólo sale con un resultado mejor o peor, sino que al final ha terminado afectando a esa persona o a ese grupo. Esto no puede separarse. Cuando uno se mete en este paradigma, no sólo acabará transformando al proceso, sino a sí mismo. Muchas gracias.
"La mediación debe redoblar el cuidado en la política"
Tres procesos que el mediador debe tomar en cuenta a la hora de construir consensos: la empatía, la comunicación y el mapa mental, entendido como la perspectiva desde donde cada quien ve la realidad.
rofesor normalista, licenciado en Historia y en Sociología, con maestría en Docencia e Investigación Educativa y diplomado en Formación de Mediadores. Ha trabajado como docente en todos los niveles, desde educación primaria hasta postgrado; Director de la Universidad Pedagógica Nacional; coordinador de Investigación Educativa; docente en diversos diplomados sobre Mediación. Autor del currículo y responsable académico del diplomado en Formación de Negociadores y Mediadores Políticos. Ha realizado diversos trabajos de investigación en las áreas educativa, política y de mediación. Su experiencia editorial va desde articulista en diversos periódicos hasta la fundación de revistas y conductor en radio y televisión con los programas “Confieso que he leído”, “Contrapunto” y otros.
162
I. El estudio de cada caso particular
II. Los tres factores a tomar en cuenta
El título de "Mediación política, el arte de construir consensos" me parece muy pertinente. Quisiera, si me permites Sergi Farré, expositor anterior, aprovechar tu ejercicio (él había pedido a los asistentes al congreso conectar nueve puntos mediante cuatro líneas rectas continuas sin levantar trazo), para sacar una conclusión que me parece importante hacer notar: para poder unir los puntos se tuvieron que salir del aparente cuadro, porque si no lo hacían así, no lo iban a lograr nunca. Creo que ese es un resultado que, para efecto de la mediación de cualquier tipo, es muy interesante porque al trabajar en procesos de mediación tenemos que, precisamente, "salirnos de…" continuamente. Si contamos con un paradigma ya estructurado, tendremos, en algunos casos, que salirnos de éste para poder construir los consensos necesarios. Por ejemplo, si hemos trabajado en decenas de situaciones de divorcio, corremos el riesgo de que como ya sabemos mucho al respecto, el problema que trae una pareja se lo vea como uno más y le apliquemos el recetario que tenemos. Pues no. Cada caso es "el" caso y para tener éxito, "uniendo" a estas partes tenemos que salirnos en ocasiones de nuestros paradigmas, de nuestro boceto y de nuestra propia forma de ver la vida con la mediación. Simplemente para recordar un poco para quienes no estuvieron allá… Este es el "IV Congreso Mundial de Mediación" y en México, a nivel nacional me parece que vamos en el octavo que realizamos en el Estado de Yucatán, en el sureste mexicano. En realidad, la mediación política se introdujo en octubre de 2004, me parece que fue en el cuarto congreso que se organizó en Toluca, en la república mexicana. Fue la primera ocasión que se tocó el tema de mediación política en un encuentro de esta naturaleza.
Quiero traer a colación un elemento que yo conversaba con mis compañeros y compañeras del Instituto de Mediación de México de la Universidad de Sonora, acerca de las peculiaridades de la mediación política. Yo les planteaba que en la mediación política existen ciertas diferencias muy importantes en relación a otro tipo de mediaciones, sobre todo debido a tres factores: los actores, el tipo de conflicto y el impacto de éste. El actor del conflicto político es de una naturaleza distinta al del conflicto familiar o educativo. El actor político es difícil y desconfiado, y por definición desconfía del mediador. Trae su paradigma y el planteamiento propio de una gran capacidad, la que sin duda la tienen los políticos. La verdad es que para que unos protagonistas acepten a un mediador, éste tiene que pasar la prueba del ácido prácticamente. Yo les decía a los compañeros, si viene una pareja con un conflicto familiar y ustedes le dicen el mediador o mediadora va ser él o ella, no pone ningún reparo, pero si se trata de actores políticos, ellos dirán: "Bueno, está bien, nos sentamos y quién va ser el mediador", "será él", "pero y quién es él, a qué partido pertenece, qué experiencia tiene, cómo piensa, qué ideología…". Le harán una radiografía antes de aceptarlo/a. Es una característica con la que tenemos que navegar. El segundo factor es el tipo de conflicto. Evidentemente en el centro de un conflicto político está el poder y es el elemento que lo define. A veces, tenemos la mala percepción de que un conflicto comunitario es político y no es así necesariamente. Si una comunidad reclama por cuestiones de educación, carreteras o este tipo de cosas, ese no es un problema político porque no es un asunto de poder. ¡Ah! Pero si en el desarrollo del conflicto esa comunidad no se siente atendida y pide la renuncia de una autori-
163 dad, el problema se vuelve político porque está pretendiendo quitarle el poder al que tiene una representación. Y el tercer factor es el impacto. El impacto de los conflictos familiares, que son sin duda muy importantes, se producen en el núcleo familiar y eventualmente en la familia en un sentido más amplio. Y si ese tipo de problemática la comparte una gran cantidad de familias de determinada sociedad, se convierte en un problema social, pero el conflicto en sí no deja de tener un impacto muy localizado, lo que no ocurre en lo político. En el caso de los conflictos políticos, el impacto es tremendo porque se produce en toda la sociedad e incluso en todo el mundo. Por ejemplo, las malas decisiones de quien afortunadamente ya se va como Presidente de los Estados Unidos (George W. Bush) impactaron en todo el mundo. Entonces, yo les digo a mis amigos políticos que cuando el conflicto no se resuelve, el impacto en toda la sociedad será muy grande. En mi país (México), acaba de pasar un proceso que conocemos de cerca y está relacionado con el petróleo. Una de las primeras iniciativas del Presidente Calderón fue privatizar la renta petrolera, la distribución y la producción. Después de algunos conflictos, se llegó a determinadas reformas a las leyes que quitaron el filo privatizador. Pero el país estuvo en conflicto, en vilo porque el petróleo no sólo es el principal recurso de México, sino que tiene por detrás todo un sustrato ideológico y nacional muy fuerte. Además, casi el 50 por ciento del presupuesto mexicano viene de la renta petrolera y compartirla con inversionistas privados nacionales o extranjeros significaba prácticamente compartir parte de la nación, por lo menos así lo veían muchos grupos. Pero se llegó a algunos acuerdos entre los senadores y luego entre los diputados, y eso bajó la tensión de una manera muy importante para todo el país. Entonces, podemos decir que vale la pena que el mediador trabaje esta dificul-
tad con esos "bichos" raros que son los políticos, porque el impacto de su no resolución es negativamente muy fuerte y el impacto de su resolución es positivamente también muy fuerte.
III. Tres elementos para construir ¿Cómo construir los consensos? No hay recetas, pero sí quisiera mencionar tres procesos o elementos esenciales que la mediadora o el mediador que quiere construir consensos debe tomar en cuenta: la empatía, la comunicación y el mapa mental. En todos los conflictos y, particularmente, en los de corte político, el mediador debe echar mano de la empatía, la que entendemos como la capacidad, de base genética, para entenderse, relacionarse y hacer reaccionar a los demás. Buena parte de los conflictos tiene que ver con la ausencia de empatía. Imaginémonos una horda de cazadores con unos 40 ó 50 hombres que irán a cazar. Tienen que ser profundamente empáticos entre todos para poder sobrevivir. Ahí se decide definitivamente la vida, ahí tendrían que entenderse, relacionarse y reaccionar de manera empática para poder sobrevivir. El mismo desarrollo cultural nos ha hecho pensar que podemos prescindir de la empatía. La verdad es que no podemos hacerlo, porque generalmente la naturaleza después nos pasa la factura. Anoche, un excelente conductor de televisión nos entrevistó a Alejandro Nató, a Jorge Pesqueira y a mí. Al filo de la mitad del programa nos tenía un postrecito de regalo para ver cómo reaccionábamos. Nos puso el discurso del presidente Evo Morales y nos dijo: "A ver qué opinan" y ahí… a boca de jarro, ahí en la Televisión Católica. Yo escuché después atentamente (la entrevista realizada a los tres), grabé y estuve escuchando, y creo que hubo algunas interpretaciones no muy adecuadas de quienes escuchábamos.
164 Vi que había elementos (del discurso de Morales) que algunos pudieron sentir como agresivos y él mismo lo dijo: "Espero no se molesten". Cuando dijo eso, uno supone que lo que está diciendo puede, efectivamente, molestar. Pero en el corto insert que puso ahí el canal, de entre tres a cinco minutos, yo destaqué que en dos ocasiones, Evo Morales dijo lo siguiente: "Ésta es mi vivencia, mi vivencia es esto y esto. Mi vivencia es que para que alguien gane, alguien tiene que perder. Mi vivencia es que el que se mete a mediador está del lado de los poderosos". Y en otro momento dijo: "Mi experiencia me ha dicho esto". Entonces, qué le digo yo a mis amigos y amigas mediadores, utilicemos para este caso la empatía. Es la experiencia de Evo Morales, es la experiencia de un líder sindical que le huía a la política y que la primera vez que le ofrecieron ser candidato no quiso; aunque finalmente él mismo llegó a la conclusión de que tenía que participar en política para poder influir, porque ya había llegado a los límites del sindicalismo y más allá no podía avanzar. Y tuvo la madurez para dar ese salto y fue candidato a diputado y tuvo un proceso de 12 años hasta que aceptó ser candidato a la Presidencia y ahí está, y qué bueno. Primero, tenemos que analizar el discurso, el planteamiento, el pensamiento de un político; aunque él no quiera asumirse así. Si él compitió para un cargo y ganó y es Presidente, es político, a pesar de que hay que reconocer que no es un político tradicional y que sigue siendo fiel a lo que plantea, porque hay otras personas que llegan a un cargo y cambian. Utilicemos el concepto y el proceso de empatía para poder ver en toda su dimensión lo que planteó Evo Morales y me parece que desglosando sus palabras, en realidad él no está en contra de la mediación. Además, terminó su discurso con algo que es fundamental y que también debimos escuchar: "Quiero aprender, voy a aprender". Eso es fundamental. El segundo elemento o proceso que me parece clave es el de comunicación. Da-
mos por sentado que todos somos capaces de comunicarnos y de percibir lo que queremos comunicar. Y no es cierto. No es verdad que los seres humanos tengamos una alta capacidad de comunicarnos y de percibir de manera completa y profunda lo que nuestros congéneres nos quieren decir. Por ello, me parece que los mediadores deben profundizar en la teoría y en la práctica de la comunicación. No me voy a extender mucho en esto, pero es un proceso fundamental para la mediación y para construir. Me parece que en la generación de conflicto está presente la comunicación, su distorsión o su ausencia; en el agravamiento de un conflicto está y en la solución también. O sea, buena parte de los conflictos es un asunto de percepción. El tercer proceso tiene que ver con la comunicación y es el concepto de mapa mental. Concebimos como tal a la perspectiva desde donde cada quien ve la realidad, porque cada ser humano ve la realidad de manera distinta. Este mapa mental es una mezcla de carga genética con nuestras experiencias. Incluso los mapas mentales de hermanos que han vivido lo mismo son diferentes, porque quizás sus experiencias presentan ciertos grados de similitud, pero su carga genética es distinta. ¿Por qué a un hijo le impacta de determinada manera que el papá grite mucho y al otro le resbala? Por su mapa mental, por la forma cómo cada uno ve la realidad. Por eso tenemos que valorar cada mensaje que se emite y cada forma de descifrarlo desde la perspectiva de que tales emisiones y desciframientos se realizan desde el respectivo mapa mental de quienes los efectúan. Mapa mental que en gran medida es inconsciente y cuando así lo entendemos, esto nos lleva a la comprensión empática del otro, asumiendo que el mapa mental de nadie es el territorio. Este último es la realidad y nadie puede ser capaz de interpretarla en toda su complejidad y diversidad. Entonces, cuando veamos conflictos políticos, partamos de que cada orga-
165 nización, cada grupo, cada liderazgo, cada partido político como entes de carne y hueso y también como entes colectivos tienen su forma de ver la vida y ninguno es más bueno o más malo que el otro. Uno puede ser más profundo o acucioso porque la experiencia lo ha llevado a tener una percepción mucho mayor, pero a veces las experiencias también nos distorsionan la realidad. Si todo lo quisiéramos analizar o ver únicamente a partir de experiencias concretas, a lo mejor terminaríamos teniendo una lectura equivocada de la realidad.
pel que juegan los medios de comunicación en los conflictos? ¿Es bueno que estén presentes en éstos? Hay medios de comunicación y medios de comunicación. Yo plantearía tres tipos para saber de qué estamos hablando, para ver si les damos acceso a la información de una potencial mediación política o no lo hacemos: el primero está conformado por los medios parciales que están al lado de una de las partes; el segundo por aquellos que ven a los medios sólo como un negocio y el tercero integrado por aquellos que ejercen un periodismo profesional, lo que no significa que no tengan su corazoncito, pero son, en todo caso, profesionales.
IV. Los momentos del lío El conflicto no nace como conflicto. Por ello, a mí me gusta mucho ubicar cuatro momentos: el nacimiento de la dificultad, el problema, el conflicto y la crisis. Cuando cada uno no es atendido a tiempo, pasa al siguiente nivel. El problema es que cuando ya hay muertos y agresiones físicas, lo que significa que estamos frente a una crisis y no sólo a un conflicto, recién llaman a un mediador. Alguien ha dicho por ahí que la mediación ha fracasado… Cómo puede fracasar una medicina que no se ha utilizado; cómo puede fracasar un proceso que realmente no ha sido utilizado. A los mediadores les llaman, en el mejor de los casos, cuando está el conflicto. ¿Por qué no les llaman cuando está el problema? No, normalmente lo hacen cuando ya llega la sangre al río que es la crisis… Entonces, esta distinción me parece metodológicamente y tácticamente importante, porque para poder resolver un problema, un conflicto o una crisis, tenemos que analizarlo. ¿De qué estamos hablando?
V. ¿Y los medios? Para concluir algo que no quiero dejar pasar. ¿Se han preguntado sobre el pa-
En la generación de conflicto está presente la comunicación, su distorsión o su ausencia y también en su agravamiento y en la solución. Buena parte de los conflictos es un asunto de percepción.
En el primer tipo todo lo que ayude a la parte con la que ellos están de acuerdo, lo van a vender y todo lo que perjudique al oponente lo van a saber. Por ejemplo, lo difundido en la mañana en las noticias por algún medio es una clara muestra de cómo de las mil cosas que dijo Evo Morales, destacaron una vinculada al Cardenal, mientras a éste ni le fue ni le vino, por lo menos públicamente. Pero el medio lo hizo y, evidentemente, es muy parcial y, por ello, todo ataque a su oponente se convertirá en noticia, donde vende el negocio; pero cuando las partes se vayan a sentar a negociar, no será noticia.
166 Si un actor pretende salir en los medios de comunicación y está sentado en una mesa de diálogo, se va a lanzar si los medios están cerca para lograr que lo pongan con un titular en ocho columnas al día siguiente en aquellos que están de su lado o que son negocio. En ese sentido, la pregunta es: ¿Qué tanto debe participar un medio de comunicación? Pues, depende. Yo creo que aquí debe haber mucha sensibilidad del mediador o la mediadora, y de las partes para valorar cómo salen en los medios. Cuando se ha ido avanzado en negociaciones que son discretas y hay algo que decir, el mediador y las partes son extremadamente cuidadosos en qué van a decir a los medios y normalmente lo hacen por escrito después de ponerse de acuerdo en una serie de puntos. A veces es el mediador o a veces es la parte que está ahí en la mesa y que tiene menos poder quien habla ante los me-
dios. A la parte que tiene menos poder pues le dicen: "Tú lo lees, estamos aquí todos, pero tú lo vas a leer". Por qué, porque se conoce el impacto que tienen los medios en una mediación de esta naturaleza. La mediación nos puede ayudar a construir consensos, pero tratándose de la mediación política tenemos que redoblar el cuidado, porque su impacto en el conjunto de la sociedad es muy grande. Yo aspiro a que este "IV Congreso de Mundial de Mediación", realizado aquí en Bolivia y desparramado en talleres en seis ciudades, juegue un papel fundamental para que se avance en la construcción de un país. Estoy seguro de que los bolivianos y las bolivianas van a poder hacer un país muy importante, un bello país no sólo desde el punto de vista natural, sino también social. Tienen con qué y me parece que lo van a lograr. Muchas gracias.
167
168
Fadhila Mammar Ahora vamos a pasar al debate para poder ampliar la reflexión con las preguntas. Propongo que escuchemos algunas preguntas y luego éstas serán contestadas desde la mesa.
Primera pregunta Gracias a los panelistas. ¿Cuál es la diferencia entre pacificador y mediador, y porqué hoy en día se habla tanto de mediación si ya tenemos instituciones que están encargadas de canalizar las demandas de la sociedad, sobre todo establecidas en una Constitución y a pesar de ello recurrimos a un actor externo?
Segunda pregunta Tengo una observación o inquietud o un reclamo a los medios de comunicación, como decía el señor. Tal vez no hay una democracia tan participativa, no hay cobertura a la gente quechua o aymara o a los pueblos indígenas o a las agrupaciones ciudadanas… Entonces yo veo que hay medios que únicamente piensan en el negocio o sólo realizan entrevistas a sus partidos y no hay una democracia con mayor libertad de expresión, de opinión. En Bolivia tenemos agrupaciones ciudadanas que tienen derecho a participar y manifestarse. Nuestras leyes nos amparan para que cualquier pueblo pueda expresarse. ¿En dónde están fallando los medios de comunicación? Quisiera que me responda el señor que habló de la política y los medios de comunicación.
Sergi Farré En cuanto a la primera pregunta, no creo que el mediador sea un elemento externo ni mucho menos, es un constructor de la cultura de paz. Hay procesos políticos que son perfectamente democráticos, pero que no mueven mucho a
la cultura de paz. No basta con ganar unas elecciones. La cultura de paz pide mucho más. La cultura de mediación puede integrarse perfectamente, no es un elemento externo. En cuanto a los medios de comunicación, en uno de los diagramas de los que hablaba durante mi exposición, si lo recuerdan, hay uno de las vías circulares, el de los medios de comunicación. Y la pregunta es cómo conciliar y qué esperar sobre todo en momentos de crisis. Cuando llegamos al tercer nivel que explicó Juan Manuel, el importante papel de los medios de comunicación, hay una guerra que nosotros la llamamos la guerra de Cuba, que no se luchó y en gran parte fue inventada por el amarillismo, básicamente en Estados Unidos publicando una mentira que se convirtió en verdad y es muy interesante. Hay muchos ejemplos, la propia Iglesia Católica que de hecho se inventa un documento escrito. Pero también me gustaría verlo en sentido positivo. Yo creo que es lícito y muy sano que un medio de comunicación tenga una tendencia ideológica, y yo creo que el actor político comete un error si lo plantea como una guerra. Yo creo que existen, en la mayor parte de las democracias modernas, los llamados desayunos con la prensa, un tipo de foro donde se crean espacios de diálogo que también sirven para conocerse y explorar esas diferencias legítimas. Y en esta dinámica de poder, la comunicación siempre está en manos de los que tienen poder; aunque gracias a la globalización, a la modernidad, hay un elemento nuevo en las comunicaciones que no existía hace unos años: los blogs en Internet. Hoy uno no tiene que tragarse CNN o cualquier cadena, porque puede conectarse a Internet en cualquier quiosquito a precios muy módicos, donde puede acceder a cualquiera de los blogs de personas que están viviendo el conflicto. Así que también el concepto de información y de los medios de comunicación ha cambiado mucho.
169
Juan Manuel Ávila En el 2006 en México falló el árbitro electoral. El instituto federal electoral falló en su acción. El entonces Presidente de la República que, de acuerdo a la ley, no podía meterse en asuntos electorales, lo hizo y de una manera muy grosera, incluso el tribunal electoral dijo en su sentencia que "puso en riesgo las elecciones". Hubo ciertos elementos de negociación ahí, sobre todo para atemperar algunas cosas, pero el mal ya estaba hecho. La diferencia entre facilitador y mediador. Normalmente el facilitador cumple su objetivo cuando logra que entre las partes se sienten a negociar, a dialogar. Y la labor del mediador prácticamente ahí comienza, acercando posiciones, tratando de que las partes lleguen a un acuerdo. Incluso hay técnicas muy completas para lograr que actores aparentemente irreconciliables que no se hablan, puedan sentarse a dialogar. En el caso de las instituciones, éstas son aún muy jóvenes en mi país y la ciudadanía no les tiene confianza, lo que es esencial. En la medida en que un mediador goza de la confianza de las partes, el asunto si es institucional o independiente se vuelve irrelevante. Pero si la cultura indica que lo que está pegado al Gobierno no es confiable, como en el caso de mi país, y lo independiente sí lo es, pues ya el asunto se vuelve problemático. Yo estoy convencido de que debe avanzarse en la generación de estructuras oficiales no mandadas por ninguna instancia, pero sí del Estado, no de Gobierno, con suficiente autonomía y presupuesto. El último asunto de los medios. Esto no significa que se vaya a satanizarlos, pero el mediador tiene que tener muy claro el papel de cada uno de ellos. Yo digo, tan
válido es el medio que tiene una parte a la que le apuesta como lo es el que lo ve como un negocio. El mediador debe tener muy claro de qué se trata para saber si ese medio puede coadyuvar a la solución o le va traer más conflicto. Hay un libro, de un diálogo que hubo entre Felipe González y Juan Luis Cebrián, que se llama "El futuro no es lo que era". Juan Luis era un periodista, fundador y director del periódico "El País" que coadyuvó muy del lado de los socialistas, muy del lado de los demócratas. Cuando se habla de la transición, le reclama a González: "Es que tú te cerrabas con la información". El otro le contesta: "Lo que
Yo creo que es lícito y muy sano que un medio de comunicación tenga una tendencia ideológica. Yo creo que el actor político comete un error si lo plantea como una guerra. (Sergi Farré).
pasa es que el medio tiene un objetivo y un medio como el tuyo, honesto, con el que yo congenio tiene un objetivo y el gobernante tiene otro; el objetivo de un medio como el tuyo es informar. Y el objetivo de un funcionario como yo es que salgan bien las cosas, y para que salgan bien, no te las debo decir, no te las voy a decir".
170
171
Mediación y familia anTonio Fulleda (Francia) silVia sallard (méxico) moderadora: leTicia garcía Villaluenga (españa)
"La mediación, ¿otra vía en los juzgados ?"
Se ha avanzado mucho, pero aún hay camino por andar y para tal efecto debemos tomar en cuenta a la mediación porque ésta no sólo ve el conflicto, sino que construye y reconstruye los lazos, la autonomía y la responsabilidad.
agistrado, Vicepresidente del Tribunal de Gran Instancia de Carcassonne, encargado del tribunal de menores. Encargado de cursos en la Universidad de Montpellier. Presidente de la Asociación Biterroise para el Acceso al Derecho; Vicepresidente de la Maison René Cassin (Casa de Justicia y de Acceso al Derecho en Béziers); Presidente del grupo audiovisual de Béziers; ponente en la Escuela Judicial España con el curso monográfico sobre Mediación y Conciliación; instructor de curso de formación en la Academia de Policía de Morelia, México. Intervenciones en coloquios sobre Mediación en Francia y España; participación en el II Congreso Mundial de Mediación, en el III Congreso Nacional de Mediación y II Encuentro de las Américas en Monterrey Nuevo León, México.
174
I. Mirando la violencia históricamente Me parece importante empezar con un viaje en el tiempo antes de llegar a la actualidad francesa, donde intentaré describirles lo que está ocurriendo en mi país desde un punto de vista subjetivo: lo que veo y lo que creo. Los primeros textos nos muestran a nuestra civilización en la antigüedad con dramáticos enfrentamientos, algunos relacionados con la familia como uno de los primeros lugares violentos. Acordaros del Antiguo Testamento. En Francia tenemos a un autor, André Gide, que dijo: "Familia, te odio". Más adelante, en la tragedia griega tenemos a la institución del tribunal que se instaló como sustituto de la venganza y la guerra. El tribunal aparece como una solución al conflicto, pero no es más que una institucionalización, el derecho a hacer uso de la palabra. ¿Qué es ser ciudadano? Es tomar la palabra. Cuando escuchaba al presidente Evo Morales que decía "el pueblo", esto es ser ciudadano, tomar la palabra. En ese sentido, nuestra Grecia antigua instaló un sistema que hace 2.500 años rompía con el ciclo infernal de la venganza individual y creaba espacios ritualizados donde se podía hablar, explicar, comprenderse mutuamente. Se establecieron leyes comunes, y se descubrió esta exigencia democrática que permite el nacimiento de un hombre capaz de escapar de su violencia. Por donde voy, estoy siempre dando la definición de qué es el estado de derecho. Un filosofo francés, Paul Ricoeur, nos dice: "Un Estado democrático no es un Estado que se propone eliminar los conflictos, sino inventar los procedimientos que permitan que se expresen y sean negociables". Doy siempre esta definición que puede ser aplicable a la familia democrática. ¿En qué consistiría ésta? Una familia que no se propone eliminar los conflictos, sino inventar cosas que per-
mitan que se expresen éstos en el hogar y sean negociables. Se nos dice que los conflictos son necesarios, porque una sociedad sin conflictos es totalitaria y en la que hay alguien que manda demasiado y los demás que no pueden decir algo. Pero, cuando un conflicto perdura, se radicaliza y se vuelve litigio, puede volverse patológico. Muchas veces la violencia nace de esta radicalización del conflicto. Me parece interesante lo que nos enseña nuestra pequeña historia francesa desde 1804, si mi memoria no me falla… Nos encontramos con un Código Civil de 1804, una maravilla para ver la relatividad de las leyes en el tiempo y los espacios. Hace un tiempo decíamos que una mujer casada era propiedad del hombre. Pero poco a poco las cosas fueron cambiando. Hasta hace 200 años, las mujeres, los menores y los locos estaban en la lista de los incapacitados jurídicamente. También era discriminada en el Código Civil, el que preveía una sanción penal contra la que le ponía cuernos al esposo. El marido tenía el poder y era el lazo entre la familia y el Estado. El combate para la emancipación de las mujeres duró mucho, pero creo que fue importante porque hay una relación muy fuerte entre ellas y los niños y, por ello, al final del siglo XIX aparecerá el interés por los menores. Recién en 1938 la mujer pudo trabajar en Francia sin autorización del marido. Votó en el 44 y sólo en el 74 desapareció la patria potestad, el poder del padre. Hoy la familia, vista por el Código Civil, es plural. Contamos con familias legítimas y naturales. Se ha conquistado la autonomía de la mujer y se ha mejorado la situación de los menores.
II. Desarrollo de la mediación en Francia También quiero hablar sobre cómo se ha desarrollado la mediación en Francia,
175 primero con pioneros; aunque aún estamos en el tiempo de los pioneros. En junio de 1998, por primera vez un juez envió un caso a un proceso de mediación. Luego tuvimos otras experiencias y también empezamos a contar con leyes que van a institucionalizar la mediación judicial tanto civil como penal para los mayores. Más tarde, el año 2002, tuvimos la ley de la patria potestad, la aparición de lo que llamamos la mediación familiar judicial en un artículo del Código Civil que dice: "En caso de desacuerdo, el juez se esfuerza en conciliar a las partes". Eso es particular en Francia y quizá en otros países de Europa hemos perdido la noción de conciliar, nos cuesta mucho tiempo, el artículo 21 del Código de Procedimiento Civil nos dice "pertenece al juez conciliar". Un filósofo que ha fallecido hace poco tiempo preguntaba: "¿Qué es juzgar?". Juzgar es decir quién tiene o no tiene la razón, pero también es participar en la paz pública, y es una lástima que los jueces de mi país hayamos olvidado esta fase fundamental de conciliar a las partes por falta de tiempo o porque tenemos montones de asuntos. En caso de desacuerdo en una familia, el juez ya se está esforzando en conciliar a las partes y facilitar la búsqueda del ejercicio consensual de la patria potestad. Para tal efecto, puede proponer una medida judicial de mediación y después de haber recogido los puntos de vista designará a un mediador familiar suspendiendo el procedimiento; aunque también puede ordenar a la pareja que busque un mediador familiar que le informe sobre este objetivo y el desarrollo de la mediación. Me parece importante saber de qué estamos hablando. Si me permiten dar una definición de mediación familiar, reconocida por todos en Francia. La dio el Consejo Nacional Consultivo de Mediación Familiar en diciembre de 2003: "Proceso de construcción y de reconstrucción del vínculo familiar sobre ejes de autonomía y responsabilidad entre las partes involucradas en situación de ruptura o de separación, en la cual un tercero imparcial
(ponen la palabra imparcial, pero ya voy a volver sobre eso), independiente, cualificado y sin poder de decisión (estamos todos de acuerdo más o menos, sin poder de decisión) también llamado mediador familiar, favorece a través de la organización de entrevistas confidenciales, su comunicación, la gestión de su conflicto en el ámbito familiar, considerando su diversidad y su evolución", pero si ustedes quitan la palabra familia, esto podemos aplicar también a lo vecinal o escolar, bien sea mediación espontánea, incitada por el juez o mandada por éste. Yo estoy de acuerdo con mi amigo Carlos Giménez cuando dice que la media-
Por principio, los jueces somos independientes y tenemos la noción de imparcialidad. Un profesor me decía: "Debes pensar en las tijeras que tenéis en la cabeza y ser consciente de vuestra dependencia”.
ción no es sólo conflicto, sino es construir y reconstruir los lazos, la autonomía y la responsabilidad de las partes con un tercero imparcial… Aquí nosotros, los jueces, lo pensamos mucho porque por principio somos independientes y tenemos efectivamente esa noción de imparcialidad, pero yo tenía en la Escuela de los Jueces un profesor que me decía: "Debes pensar siempre en las tijeras que tenéis en la cabeza y ser consciente de vuestra dependencia". Yo que soy hijo de obrero padre y madre que no hablan francés, cuando viene alguien de la comunidad no tengo la mis-
176 ma manera de ver su caso que un juez que viene de padre y madre jueces, pero eso no significa que no vaya a dar la misma respuesta que mi colega. Pero, tengo que ser consciente de lo que soy y, por ello, me parece más pertinente hablar en el caso de los jueces del concepto de honestidad intelectual, más que de imparcialidad. De todas maneras, cuando voy a juzgar, claro que soy parcial, voy a decir quién tiene razón y quién no la tiene; pero el mediador no puede en todo caso hacer eso. Me parece importante darles dos ejemplos en el terreno de la realidad. Yo creo que lo mejor que tenemos en un tribunal no muy lejos de mi pueblo, que al igual que Sonora quiere ser una de las capitales mundiales de la mediación, es haber cambiado los asuntos vinculados a la familia mediante la pacificación. El tribunal manda sistemáticamente información sobre mediación y en ésta se ve una baja espectacular en los divorcios, y que la gente ya no va a apelación. Y hay una protección verdadera de los niños muchas veces víctimas de los divorcios conflictivos (Marc Juston: La mediation dans le contentieux familial: un changement de culture judiciaire; http://www.mediation-toulouse-pyrenees.org/content/doctrine/Juston.htm). También quería hablar de las buenas prácticas de un grupo europeo de magistrados de la mediación que hemos potenciado y permitido, con otros, la Directiva Europea, una ley común de toda Europa sobre mediación (http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2008:136 :0003:0008:ES:PDF). Lástima que las disposiciones de la Directiva sólo se refieran a los procedimientos de mediación en litigios transfronterizos. Pero es una base común para los países de la Unión Europea.
III. Difundir la mediación Cuando uno menos conoce estas historias, menos envía casos a mediación; pero entre más las conoce, tiene menos
miedo y más se da cuenta de que efectivamente es útil y como somos todos listos, si nos damos cuenta de que es útil, pues lo hacemos. Es el problema del conocimiento, reflexión colectiva, eso es también muy importante, trabajo conjunto con las federaciones nacionales de mediación. Tenemos tres federaciones nacionales de mediación, una para la mediación familiar, otra para el desarrollo y otra de los mediadores europeos. Trabajando de este modo se han dado cuenta de que en 2005, hubo 47 mediaciones, aún no había el Tribunal de París; en 2007, 282; un 600 por ciento de aumento de recursos destinados a mediación entre 2005 y 2007. (Célérité et qualité de la justice devant la cour d'appel -Rapport au garde des sceaux - 24 mai 2008 http://www.justice.gouv.fr y más en: la mediation, une autre voie, Corte de apelacion de París http://www.caparis.justice.fr/art_pix/). En Francia encontramos que avanza la cultura de mediación. Yo siempre digo que no soy un ayatollah de la mediación. Me parece importante difundir la cultura de la mediación, una vía hacia la cultura de paz. También me parece importante mejorar el reconocimiento del niño y decirles a los padres que tienen una responsabilidad común de educarlo y asegurar su desarrollo. Una socióloga francesa nos dice en un libro que se llama "El Descasamiento": el 40 por ciento de los menores que nacen, lo hacen de padres no casados; los niños que sólo viven con uno de los padres suman más de 1,5 millones; un 85 por ciento de madres son las que se quedan con el menor y uno de dos padres no ve a su hijo. Son cifras tremendas. La socióloga nos dice que hay un desplazamiento del vínculo de indisolubilidad; sin embargo, éste no puede romperse, no se puede divorciar. Entonces, hemos pasado a esta indisolubilidad del matrimonio a la filiación. Y tenemos que hacer de tal manera que el hijo pueda beneficiarse de una relación permanente con los dos padres sobre el plano afectivo, práctico y económico. También en cifras,
177 43 por ciento de las pensiones alimenticias no es pagado o mal pagado por los padres. Ya dije hace un momento: tres de cinco casos vuelven al juez. Lo que quería decir de la mediación se ha dicho, esta dinámica de transformación de la relación que favorece el encuentro, que crea el diálogo. Cuando se les explica a los jueces, abogados y personal del tribunal qué es la mediación, se llega a resultados muy buenos. Lo que tenemos en Francia, muy rápidamente, es que el juez se está poniendo un poco como motor de la sociedad y, un gran filósofo francés, Michel Foucault, decía que no puede ser motor de la acción social, porque donde se pone al juez no hay sitio para los otros. Si bien es cierto que con este camino de la mediación lo podemos poner a un lado, también es cierto que debido a la crisis de liderato en la política, a la crisis económica y a la crisis de la familia, muchos de los conflictos van al juez y esto no es bueno. La mediación es un valor que hay que transmitir. Me quedé con la boca abierta cuando vi que en la Constitución mexicana lo habían hecho hace algunos años. Yo decía: "Tenemos que poner en la Consti-
tución de Francia esta historia de la mediación; en México lo han hecho y me parece fundamental porque ese pasaje que permite aprender un nuevo modo de relación donde cada uno aprende a escuchar al otro, respetando su diferencia y construyendo juntos una decisión" es importante y lo dije incluso de manera dura: "Que mañana el vecino no se vuelva asesino del que vive al lado de su casa o que el marido no mate a su mujer". Para cerrar este tema, quisiera comentarles que cuando en España la legislación habla de mediación familiar, lo hace en sentido amplio, es decir que toma en cuenta conflictos de pareja, entre padres e hijos y también entre éstos y los abuelos. Precisamente uno de los temas más complicados es la visita de los abuelos a los nietos cuando fallece alguno de los hijos. Por ello hay que tomar en cuenta a todos los de la familia, porque es fundamental hablar de sistemas familiares. Ahora vamos a dar la palabra a la última expositora, porque nos aprieta el tiempo para que puedan charlar luego con algunos conferencistas. Gracias.
"El buen trato y el amor son claves en el desarrollo de un niño"
El modelo basado en el buen trato y el fortalecimiento de la resiliencia (capacidad del ser humano para mantener la salud y las energías frente a situaciones muy adversas) está dando buenos resultados.
raduada en Enfermería. Se especializó en Psicoterapia Familar y en estudios sobre Mediación Familiar y Resolución de Conflictos en el ámbito de la salud por la Universidad de Barcelona. Fue docente de los cursos de Enfermería y administradora de hospital, así como Directora de la Escuela de Enfermería y Jefa Delegacional de Enseñanza y Capacitación. Fue Directora Operativa del Consejo Estatal de Población. Fundadora y Coordinadora operativa de la Unidad de Mediación Familiar y Comunitaria de la Universidad de Sonora. Docente y conferencista nacional e internacional de la Universidad de Sonora y del Instituto de Mediación de México. Instructora del Diplomado de Formación de Mediadores en el ámbito nacional en 18 estados de México. Y psicoterapeuta de albergue municipal.
180
I. Evolución de la mediación familiar Como yo tengo complejo de maestra, voy a bajar un poquito del podio para charlar con ustedes. La violencia intrafamiliar se ha tocado en la mayoría de los talleres. Es un tema que preocupa y tal parece que tenemos la idea de que cuando hablamos del mismo nos referimos sólo a lo que ocurre dentro de casa. Y quise tocar aquí este tópico, pero no como lo hicimos en el taller del precongreso, porque en él tuvimos más tiempo para analizar aquellos asuntos que en varios países aún nos falta trabajar. Quiero platicarles un poco sobre la evolución de la mediación familiar mexicana. Allá nos preguntábamos: ¿La mediación en esta área está para hacer buenos divorcios? Esto porque la gente que normalmente llegaba a nosotros era directamente para divorciarse. Decidimos comenzar a trabajar en lo que en verdad debía ser la mediación familiar y para ello creamos la línea preventiva, a fin de que en la familia aprendamos a evitar el estallido del conflicto. Para tal efecto, trabajamos en las relaciones democráticas de la familia, en cómo lograr vinculaciones armónicas y conservar los valores, las tradiciones y los rituales familiares. De ahí pasamos a analizar el sistema de selección de mediadores de acuerdo a sus habilidades. Pensamos que el mediador ideal debía ser tolerante, amable, empático, asertivo, imparcial y que no presente una comunicación violenta, más bien que sea creativo, humilde y hasta sexy (risas). Pero para contar con una persona de esas características, de pronto mejor había que pensar en traer a un marciano. No funcionaba. Dijimos: "No, aquí estamos todos los que tenemos que estar". Finalmente, decidimos trabajar con una especie de premisa: en mediación familiar tenemos que ser dos y de preferencia hombre y mujer. Esto ha sido una clave muy importante. Actualmente estamos atendiendo la parte emo-
cional del mediador a través de la contención y la supervisión. Esta ha sido la evolución más importante en la mediación familiar en México.
II. El método del buen trato Ahora me voy a acercar un poco más a los casos de violencia intrafamiliar. Buscamos diferentes métodos para abordar este tipo de violencia, importante porque las estadísticas mexicanas indicaban que de diez casos de mediación familiar, ocho traen violencia intrafamiliar. No podíamos cerrar los ojos ante esta situación y quedarnos esperando a ver qué hacemos con la violencia intrafamiliar. Encontramos un programa de Investigación en Acción que nos ha ayudado bastante. Este trabajo se realiza en beneficio de los niños que son víctimas de la violencia organizada (guerras, acciones terroristas y otros). Su autor es el doctor Jorge Barudy, chileno neuropsiquiatra, psiquiatra infantil y terapeuta familiar formado en Bélgica. Nos detuvimos a pensar en esta investigación que basa todo su fundamento en una parentalidad sana aun en condiciones extremas como es el caso de la violencia intrafamiliar. Nos explica cómo las experiencias de violencia, originadas en el medio ambiente familiar, pueden perturbar la función parental y en eso nos enfocamos. Actualmente en México trabajamos en iniciativas sociales capaces de reforzar la resiliencia mediante un uso más óptimo de los recursos existentes en la comunidad, llámense escuelas, guarderías, servicios sociales de apoyo, organizaciones socioculturales y los espacios de la mediación en prevención del conflicto. Nos posicionamos en estos tres escenarios, el escenario de la familia, la escuela y de la comunidad, las tres instituciones socializadoras. ¿Qué es la resiliencia? Es la capacidad de una persona para mantener una buena
181 salud y energía cuando se producen alteraciones o presiones profundas; significa recuperarse fácilmente de los contratiempos, superar las adversidades; cambiar de estilo de vida y de trabajo cuando no es posible mantener los actuales patrones y hacer todo esto sin actuar de manera disfuncional. Pensamos entonces que era importante trabajar con los poderes de la mediación como la resiliencia, la empatía, la toma de decisiones y la comunicación apreciativa, porque pueden convertirse en herramientas de los mediadores cuando estén trabajando en la mediación familiar en casos de violencia intrafamiliar. En la experiencia de México tenemos algunas intervenciones para promover y reparar los recursos de resiliencia de la familia, pero siempre tomando en cuenta a la familia como un sistema en movimiento que tiene la capacidad de crecer y de transformarse, no como un sistema estático. Desde ese ángulo, lógicamente esperamos que aparezcan conflictos en la familia, porque estamos frente a un sistema y proceso dinámicos. La negociación asociativa es la que aplicamos en el modelo de mediación, es decir, trabajamos mucho en la percepción del conflicto. Es importante reconocer la capacidad de percepción de los padres sobre el conflicto, luego saber identificar las necesidades de los hijos, porque en circunstancias como éstas podría ser que nos volvamos egoístas pensando solamente en nuestras necesidades y nos olvidemos de las de ellos. Y los mediadores tenemos que trabajar mucho en la identificación de necesidades, porque a veces se nos va y estamos trabajando con deseos o, simple y sencillamente, no sabemos identificar las reales necesidades. ¿Las fuentes de la resiliencia? De todas las personas implicadas en el proceso, tenemos que conocer cada uno de los elementos que está en ese sistema. ¿Qué tan importantes son los recursos de las redes comunitarias? Ustedes trabajan con redes y si el mediador cuenta con esta información va a ser muy impor-
tante para él y no pueden pasar desapercibidas las redes en los casos de violencia intrafamiliar.
A. Explorar y prevenir Tomando el buen trato como un proceso social capaz de asegurar el bienestar de los niños de una familia o sistema, nos fijamos uno de los primeros objetivos de la mediación: explorar primero en la familia para ver cómo apoyar a los padres en la tarea de asegurar los buenos tratos a través del diálogo apreciativo, a fin de prevenir y actuar precozmente en los casos de maltrato infantil.
El amor, las relaciones conyugales, la parentalidad y la familiaridad son las variables indispensables que tenemos que conocer y dominar los mediadores en el escenario de la familia para poder intervenir.
Las premisas de la exploración en el escenario de la mediación serían: el buen trato y la capacidad de amar del ser humano. El amor en las relaciones familiares es tan importante que incluso los niños abandonados o maltratados prefieren su hogar; aunque allá los maltraten y te lo dicen cuando recuperas chicos de la calle y les preguntas al final con quién quisieran permanecer, dicen: "Con mi madre". Miren qué importante es que nosotros no olvidemos y no dejemos esa capacidad de amar que tenemos los seres humanos y que puede transformarnos a pesar de las circunstancias.
182 El papel de la mujer en el rol de madre… ¿Cómo se comunica una mujer en unas circunstancias adversas cuando es maltratada por el hombre o cuando la situación de violencia es muy evidente? Lógicamente que tiene que buscar una pera (bolsa pequeña que usan los boxeadores en su entrenamiento), donde descargar su frustración y encuentra de repente a los hijos, el padre hace lo mismo, pero los menores aprenden y para los hijos los padres también se convierten en peras. Por ello, tenemos que explorar muy bien el papel de la mujer en el buen trato. ¿Qué necesita para dar un buen trato? Tenemos que tener en cuenta esto: atrayendo, cuidando y alimentando las relaciones con otras personas significativas es cómo los ayudamos a ellos; el amor, las relaciones conyugales, la parentalidad y la familiaridad son las variables indispensables que tenemos que conocer y dominar los mediadores en el escenario de la familia para poder intervenir, para poder entrar a ellos, para poder hacer una exploración de cómo están estos recursos que la familia tiene para poder salir de donde está. Y nos vamos de la prevención a la mediación familiar, porque es el espacio ideal para la reconstrucción de la relación familiar postviolencia. Cuando recibimos a una familia que viene con los antecedentes de violencia, las relaciones entre sus miembros ya están muy lesionadas; aunque también recibimos familias que luchan para evitar el estallido del conflicto. Esta diferencia nos obliga a basarnos primero en una clasificación para posicionarnos en la situación de cada caso. No hay que olvidar que cuando aparece la violencia intrafamiliar estamos frente a un evento perturbador donde aparece la desesperación, luego la sacudida emocional, hay enojo, furia, rabia, violencia y luego entonces nos convertimos en víctimas. Pero, generalmente, cuando las familias llegan a nosotros en el papel de víctimas, también aparece el victimario, y nuestra tarea es sacarlos de esos roles: del de víctima y victimario, es
decir, el papel del que está arriba y el del que está abajo. Antes utilizaba estas palabras de "víctima y victimario", ahora solamente uso las palabras "arriba y abajo". Cuando logramos que ellos salgan de esos papeles recién se puede iniciar el manejo del conflicto.
B. Vinculación y edificación Nuestra intervención en mediación para la reconstrucción de la violencia intrafamiliar nos lleva a colocarnos en la situación de los diálogos apreciativos para facilitar el proceso de vinculación. Fíjense que estamos frente a una familia donde varios de sus subsistemas están chocando, es decir, podemos tener conflictos violentos entre madres e hijos, en la pareja, entre hermanos y mucho más. Por ello, entre los objetivos que nos planteamos está el facilitar el proceso de vinculación que generalmente es entre la madre y los hijos. Después, nuestro siguiente objetivo, que puede darse después de unas tres sesiones, es trabajar en una sesión conjunta en el diseño de los espacios diferenciados para cada subsistema. Y bueno, se debe trabajar al final en sustituir la figura protectora ausente en el sistema por alguna otra a nivel simbólico. Cuando se habla del objetivo construcción tenemos la edificación de espacios de expresión necesarios para transformar los diálogos de sufrimiento de los hijos. Esto será logrado mediante la habilidad de los mediadores para poder hacer preguntas y un reconocimiento de la capacidad de resiliencia de la familia en una sesión conjunta. A estas alturas ya estaríamos en las últimas sesiones caracterizadas por mayor amabilidad y comunicación familiares. No debemos olvidar que una dosis de amor es tan indispensable como las proteínas, las vitaminas y el aporte calórico para asegurar el desarrollo de los niños. Tenemos que buscar este escenario. Muchas gracias.
183
184
Leticia García Silvia decía que durante el proceso de mediación familiar hay que explorar las fuentes de resiliencia. No sé si nos podría aclarar bien eso porque tengo entendido que no todas las personas son resilientes. ¿Cómo podemos explorar estas fuentes de resiliencia durante el proceso de mediación?
Silvia Sallard Explorar las capacidades y la resiliencia que tiene la familia en relación al problema de violencia que está viviendo tienen mucho que ver también con las habilidades del mediador. Desde que la familia llega, tú estás identificando si sus miembros van a poder entrar a ese proceso que has diseñado como estrategia para ellos y eso te das cuenta desde el momento que llegan. Un ejemplo, un grupo de mediadores de Quintana Roo que está en el sureste de México estaba formándose para mediar. Entonces yo les dije: "Cuéntenme un caso de violencia intrafamiliar que tengan en su Estado". Uno me respondió: "Un señor llega pidiendo la custodia de los hijos de sus hijas, pero la esposa no está de acuerdo”. Cuando vamos platicando sobre el caso, me doy cuenta de que el mediador sigue el relato con una facilidad increíble y habla como si se tratara de cualquier caso. Al final, él nos dice que el hombre pedía la custodia de los hijos de su hija y de los otros tres hijos de la otra hermana porque todos eran hijos de él. Esta reacción de ustedes, como la que escucho ahora, se dio en los que estábamos ahí. Bueno, qué pasaba con los señores, qué pasaba con el papá y qué pasaba con la mamá, qué pasaba con las hijas… Todos estaban en una situación completamente natural, nadie estaba molesto con nadie, solamente la señora, ahora abuela, no deseaba la custodia porque era muchísima la responsabilidad para cuidar a tantos nietos, hijos de su marido. Con esto quie-
ro decir que yo descubrí en ese momento que culturalmente en el lugar donde vivía esa familia eso era lo más normal del mundo. Pero ese caso ya había entrado a mediación y qué teníamos que hacer. Lógicamente, como se trataba de un delito grave, los mediadores no aceptaron continuar e hicieron la denuncia. Sin embargo, a lo que me refiero es a esa capacidad que los miembros de la familia tenían en ese instante cuando les empezamos a preguntar y hablaban de ello como lo más natural del mundo, mientras la misma situación en otra familia podría destrozarla totalmente. Por ejemplo, un embarazo en una adolescente en una familia es una situación caótica y no habrá ninguna resiliencia en ella para poder enfrentar ese conflicto. El mediador, al momento de relacionarse con la familia, va descubriendo las capacidades que tiene para poder enfrentar el conflicto ¿Cómo lo enfrenta la familia? ¿Evadiéndolo? ¿Confrontándolo? Y esa es la exploración que el mediador tiene que hacer. Creo que la exploración de la resiliencia se la va haciendo el momento en que tú vas caminando en la interrelación con ellos en el proceso de mediación.
Pregunta Me parece haber entendido de la exposición de Antonio que hay la figura del juez como mediador. Me pregunto cómo un juez puede ser mediador, en qué sentido, porque me parece que va a tener una tendencia fuerte a juzgar y no a mediar.
Antonio Fulleda Un juez no puede mediar, tiene que mandar el caso a un tercero. Lo que sí tenemos en Francia es la figura del juez conciliador. A lo mejor, y comprendo lo que quieres decir, con el concepto de imparcialidad objetiva que tenemos, con los textos internacionales y con la Convención Europea de los Derechos Humanos, me parece que tiene que ser un juez el
185 que va a conciliar y otro el que va a juzgar. De todos modos, en Francia el conciliador propone, mientras que el mediador hace catarsis y eso se ha visto en estas mesas. Creo que efectivamente tienes razón, el juez conciliador quizás no tendría que ser también quien juzgue.
Pregunta del público Quiero preguntar a Antonio sobre el sistema de mediación en Francia, ya que él informó que hay tres federaciones de mediadores. ¿Cómo hace una familia que tiene un conflicto para acceder a la mediación, dónde tiene que ir, quién paga al mediador y de dónde viene éste? Tengo entendido que hay grupos de mediadores que perciben un gran salario, mucho dinero de organizaciones...
Sobre la capacitación, cómo se capacita, efectivamente hemos tenido todo un debate. Mi punto de vista es muy subjetivo, la mediación es única, hay una raíz única y hay que formar primero en lo general y después en las áreas como lo vecinal, laboral, familiar que es muy específico. Y siempre digo que quienes vayan a ver asuntos de familia estén muy bien formados, no pueden ser voluntarios, porque me parece que hay que tener técnicas en Derecho, Sociología, en Psicología, etc.
En la mediación, hay que formar primero en lo general y después en las áreas como lo veci-
Antonio Fulleda Hay varias consultas en la pregunta. La primera, el dinero, hemos empezado con la Caja de Locación Familiar, no sé cómo se traduce en español, para hacer que sea una prestación única para la gente que no tiene dinero. Creo que en Bolivia un sueldo es de 80 euros. Nosotros tenemos una suma que se da a la gente que no trabaja para poder vivir que es de 411 euros. Pero si la persona en conflicto gana más de 5.300 euros, cancelará los 150 euros que cuesta la entrevista, y si la gente no tiene dinero, hay lo que se llama la ayuda jurídica y quienes perciben alrededor de 500 euros, tendrán acceso a la Caja de Locación Familiar para que realice el pago por ellos. Pero lo que me parece importante es que la gente esté informada. He escuchado a colegas que dicen que en Argentina la gente no tiene que pasar por el juzgado, pero en Francia sí, los conflictos van a los tribunales y es el juez el que tiene que derivar los casos. En el caso de París, un 80 por ciento de las personas involucradas en algún problema están de acuerdo en ir a mediación.
nal, laboral, familiar. Quienes van a ver conflictos familiares deben estar muy bien formados. (Antonio Fulleda).
Pregunta del público Hasta ahora no he escuchado nada de legislación y tratamiento específico de la violencia intrafamiliar contra las personas adultas mayores. En Bolivia, los de la tercera edad no estamos bien representados y aparecemos en la sociedad como un bulto. ¿Ustedes han pensado en tocar temas específicos relacionados con los adultos mayores?
Silvia Sallard Cuando hicimos el taller, alguien me comentó: "Qué raro, pero aquí en Bolivia
186 nadie comentó que los adultos mayores tenían conflicto". En todos los foros hemos encontrado conflictos entre hermanos para cuidar a los padres cuando éstos no pueden cuidarse por sí mismos. Van a mediación y ustedes no saben qué difícil es poder lograr acuerdos entre los hermanos. Creo que ahí la sociedad tiene mucho que trabajar y simultáneamente tenemos que construir cosas. Cuando hicimos campaña para que las mujeres denuncien las agresiones, un magistrado me dijo: "¿Saben lo que están haciendo? Si ustedes convencen a mil mujeres a que denuncien a esos hombres, dime dónde carajo voy a meter a esos mil hombres?". Es decir, si no trabajamos simultáneamente con todos los recursos que se necesitan para ello, a veces resulta en vano acomodar acuerdos desde la mediación. Por ejemplo, si los acuerdos fueron llevar a una casa hogar a los padres o que se distribuyan todos una tarea específica para ellos, puede resultar en vano si no tenemos el apoyo en el contexto comunitario con las redes que tienen que funcionar.
también de gente con problemas psiquiátricos. Y sobre el tema hay un tabú en Francia porque cuando hay violencia contra las personas mayores que incluso termina en el hospital, los médicos no lo denuncian con el argumento de que deben respetar el secreto profesional. En el 95 me acuerdo que hicimos un evento y estaba un profesor que fundó lo que se llama ALMA, una asociación para defender justamente a estas personas mayores. Hay lugares donde la gente se muere sola y con el único que está es con el cura y algunas veces la entierran sola; es el individualismo y aquí se han tratado también esos temas. Sin embargo, lo que sí puedo asegurar es que se tiene que trabajar en este tema y mucho.
Pregunta del público
Desde El Alto quiero hacer una pregunta porque allá está la Asociación de Maridos Oprimidos, y quiero que nos defiendan ustedes.
Dos temas específicos para Silvia. Cómo se media cuando un niño es adoptado por una familia y los problemas que trae el niño por su situación de abandono empiezan a afectar al núcleo familiar en la relación de padres, más si hay hermanos biológicos. El segundo tema es el de los niños con Sida que están apareciendo en Bolivia en un número que ya da escalofríos. A éstos, sus familiares no los quieren recibir. ¿Cómo se puede lograr que la familia los asuma, los cuide hasta que les llegue el momento?
Antonio Fulleda
Silvia Sallard
Yo ya dije lo que pensaba de la relación dominante-dominado y me preguntaba porqué en la violencia familiar es muy difícil trabajar con la mediación y si un hombre efectivamente es objeto de violencia, muy complicado hacer la mediación. Silvia les ha hablado de estas cosas y tenemos que trabajar aún más en el tema de violencia y mediación familiar para ponernos de acuerdo. También quisiera hablar de los problemas de los mayores. He sido juez de tutela y en cinco años en ese cargo conté 2.500 asuntos, pero no sólo de ancianos, sino
Primero hay que trabajar con la pareja y hay que tener mucho cuidado, porque estamos trabajando con el subsistema padres, no con el subsistema esposos, porque de repente nos pueden llevar al baile si nosotros nos equivocamos y empezamos a trabajar en las relaciones de ese subsistema. ¿Cuál es la obligación que los padres tienen en relación con los hijos? Ahí empieza la mediación, desde ahí tú exploras y desde ahí es donde se sitúan los intereses de cada una de las partes, de los padres en relación con los hijos para que puedas trabajar algo con
Pregunta del público
187 ellos, es decir, si tú trabajas por subsistemas, ahí se te facilitan las cosas para la mediación. Si incluyes desde el primer encuentro al niño, posiblemente no puedas tratar realmente el conflicto que hay entre los padres y él. Por ello, primero debemos hacer una separación y, lógicamente, debemos despertar esa resiliencia que tenemos y que esperamos se dé en los padres para tratar a los niños con el buen trato del que hablamos hace rato. Cuando trabajas sola con el niño es increíble porque puedes citar al resto de la familia y es exactamente donde encuentras la disfunción que hay en la relación. Rápidamente te lo digo así, pero esto tiene una dificultad enorme donde tienes que diseñar una estrategia por subsistemas para poder llegar a acuerdos que transformen la realidad. Hace unos tres años y medio viajé con mi familia a Francia de vacaciones y visité a mi compañero y amigo Antonio Fulleda, y a lo largo de una cena maravillosa donde pudimos estar su familia y la mía, mi hija pequeña descubrió encima de su nevera una caja de colores y como niña que
es, empezó a agitarla y sonaba algo dentro y entonces preguntó: "Antonio, ¿y esto qué es?". Antonio le dijo: "Esta es la caja de los problemas". Mi hija se quedó con los ojos muy abiertos y le dijo: "¡Cómo una caja de problemas!". Le respondió. "Sí, durante toda la semana vamos escribiendo los problemas que tenemos y los vamos metiendo dentro, y el domingo nos juntamos todos y hablamos de los problemas". A los pocos meses vi que mi hija estaba pegando papelitos de colores en una caja de zapatos y había hecho una ranura, y entonces le pregunté: "Cariño, ¿qué estás haciendo?". "Estoy haciendo la caja de los problemas de tu amigo Antonio, porque a mí también me gustaría que hablemos los domingos de las cosas que nos pasan". Cuando hablamos de la paz familiar, esto no significa la ausencia de conflictos, más bien hay que hablar de éstos y comunicarnos. Yo creo que si somos capaces de hacerlo, tendremos personas sanas, familias sanas y sociedades pacíficas. Muchísimas gracias.
188
189
Mediación y acceso a la justicia WilFredo cháVez (boliVia) Juan carlos Vezzulla (porTugal) miguel ángel soTo (méxico) moderador: anTonio Fulleda (Francia)
"Sería ideal que no se necesitaran tribunales"
En el programa de Gobierno y en la nueva Constitución se afianzan sistemas alternativos de resolución del conflicto y, en ese objetivo, la mediación es un puntal universal. Entre los medios alternativos está la conciliación.
bogado con Maestría en Derecho Constitucional y Procedimiento Constitucional, más otros diplomados y estudios. Viceministro de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de Evo Morales. Abogado asesor de la sala penal y de la sala plena de la Corte Suprema de Justicia los años 2004 y 2005; secretario general de la Fiscalía General, del 2005 al 2007. Docente en Proceso Procesal y Organización Judicial en la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca y en Derecho Constitucional II en la Universidad Católica San Pablo (La Paz). Autor del libro “Demanda Marítima Boliviana”.
192
I. Avances constitucionales Hoy nos ha tocado hablar de un tema que está en boga: el acceso a la justicia vinculado a la mediación. Es de conocimiento público que nuestro Gobierno está impulsando una reforma constitucional que plantea el concepto de pluralismo en general y pluralismo jurídico en particular, que es lo que nos interesa. El pluralismo jurídico como postulado constitucional y como generador de una nueva forma de Estado va a estar directamente relacionado con el concepto de mediación. Tenía que empezar hablando de la Constitución porque es el escenario válido para que orientemos el tratamiento posterior de la mediación y lo que al respecto se ha podido avanzar en el país, datos y algunos conceptos más que voy a describir cerca al final de mi intervención.
II.Crisis en el sistema judicial Tenemos una crisis acentuada en el sistema judicial. Datos del Consejo de la Judicatura nos dan a conocer de manera catastrófica que en materia procesal penal, de 100 denuncias que llegan y son conocidas por el órgano judicial, apenas cinco terminan con sentencia condenatoria ejecutoriada. ¿Qué nos dice esto? Simplemente que el sistema no funciona. Aquí tenemos un auditorio de unas 300 personas más o menos, imagínense ustedes si todos planteáramos nuestras demandas, apenas 15 tendrían la suerte, la lotería, el bingo de tener una sentencia dentro de la justicia formal. Nosotros nos hemos dirigido de manera crítica al sistema y lo hemos cuestionado y, por ello, tanto en el programa de Gobierno como en la nueva Constitución afianzamos sistemas alternativos de resolución del conflicto y, en ese objetivo, la mediación es un puntal universal. ¿Qué les interesa en realidad a la sociedad y a su Estado? La resolución del
conflicto. La verdad es que no les interesa mucho la forma y, por ello, debemos despojarnos de ese pensamiento monolítico al que le hemos empezado a dar con un combo para romperlo, porque es la única forma de romper primero el pensamiento cerrado que a veces tenemos, particularmente los abogados, cuando creemos que el conflicto sólo se resuelve de una forma, olvidando que históricamente se puede resolver de muchísimos modos legítimamente validados, obedecidos y cuyo resultado busca la paz social… Sencillo, eso es lo que queremos.
III. La conciliación, un paso al frente En el país hubo importantes avances y hay que decirlo. Ya se cuenta con una Ley de Conciliación y Arbitraje, y aunque en ella no se ha introducido la figura de la mediación como tal, entre los medios alternativos está la conciliación como uno de los más exitosos. Nosotros como Ministerio de Justicia continuamos con los esfuerzos que han comenzado hace unos años con la formación de Centros Integrados de Justicia y Casas de Justicia. Si bien el trabajo de los primeros no fue iniciado por nuestra gestión de gobierno, decidimos continuarlo e incluso afianzarlo. Los Centros Integrados de Justicia aglutinan a especialistas y conciliadores, y brindan servicios de patrocinio con abogados, mientras un juez es el que luego valida las actas al concluir el proceso de conciliación. Se trata de un mecanismo interesante de desahogo de conflictos que no necesariamente tienen que llegar al sistema judicial. Contamos con varios en el país; aunque nuestro fuerte está en El Alto, donde funcionan varios de esos centros. Lo interesante, en todo caso, es la positiva reacción del sistema judicial hacia los centros integrados, porque les resta trabajo a los jueces que están muy agolpados con los procedimientos morosos y
193 la carga procesal que nunca termina. En cuanto a las Casas de Justicia, trabajan infelizmente sólo en dos lugares: La Paz y Cochabamba; sin embargo, se piensa ampliar el servicio. El año 2008 hemos duplicado el número de casos atendidos y resueltos por los centros y las casas de justicia. ¿Cuál ha sido el ingrediente mágico para que funcionen? No ha sido uno, sino varios; pero el primero y más importante ha sido el control social por parte de juntas vecinales y actores sociales que han estado supervisando desde la contratación del personal, lo que ha dado mayor legitimidad a los centros. Tal vez bastaría un poquito de control social al sistema judicial para que ese cinco por ciento horroroso que cuenta con una efectiva sentencia sea mayor: tema de discusión profunda que estamos debatiendo en los proyectos que se van a hacer para el nuevo sistema judicial a partir de la reforma constitucional. ¿Por qué apoyamos también la mediación? ¿Por qué queremos que se profundicen la mediación y los mecanismos alternativos de resolución del conflicto? Porque creemos que debe romperse ese mito, ese dogma de fe del monolito. Debemos, creo, esforzarnos en que se desarraigue una especie de trauma que tenemos de llegar necesariamente al juez. Este es un concepto colonial. Inmediatamente ocurre el supuesto delito, queremos que el acusado esté en la cárcel, y ahí los penales están llenos de detenidos preventivos porque no hemos entendido que un sistema garantista permitiría el encierro cuando se cumple un debido proceso. ¿Por qué no hemos entendido esa maravilla procesal del debido proceso? Porque hemos importado códigos, normas… Hacía referencia al Código Civil de 1904, que textualmente ha sido copiado con algunos arreglos, y es nuestro primer Código Civil de 1931 al 34, y no ha cambiado mucho desde la Colonia. Nuestro Código de Procedimiento Penal está en el molde del modelo latinoamericano, con
sus caminos de yapa, pero está inscrito, lo que ha faltado es legitimarlo. Cuando la reforma viene de arriba hacia abajo y no desde la base a la superestructura, pasan estas cosas. Entonces, nosotros buscamos cimentar con la nueva Constitución y leyes propias que la mediación, entre otras instituciones, sea apropiada por el pueblo. Utópico será tal vez pensar que en algún momento serán innecesarios los tribunales, pero sería lo ideal deshacernos de un sistema llamado poder en su momento (ahora se llama Órgano) y que ha monopolizado el acceso a la justicia. Hace poco estábamos rompiendo ese pensamiento de monopolio y propiedad de ciertas autoridades y grupos de poder que se creían dueños de la justicia en el país, indudablemente con intereses políticos de clase y a los que nosotros les decimos oligárquicos, pues es una realidad que creo impregna otras realidades también, por lo menos en Latinoamérica por la contextura que hemos tenido al fundarnos como repúblicas.
IV. Hacia un acceso rápido a la justicia Alentamos que se logre un efectivo acceso a la justicia, pronto, rápido y ágil como prometía el procedimiento penal o como prometen muchas normas. Y es que el tema no está en la norma, sino en la formación de ese nuevo ser humano, de ese niño… darle un concepto humanista a su formación, respeto al medio ambiente, respeto a las costumbres, respeto a la diferencia, en fin; esos valores comulgan, sin duda alguna, y harían natural la resolución del conflicto sin acudir a la justicia formal, tal vez máximo acudiendo a una variable de la mediación como es la conciliación. A eso nosotros apostamos como gestión de Gobierno y creemos que es importante reconocer los esfuerzos que hace la sociedad civil para afianzar al sistema; aunque de manera formal el Ministerio de
194 Justicia administra y emite matrículas de manera gratuita, al igual que los centros, casas y las otras mediaciones o conciliaciones que se hacen que son gratuitas. Por supuesto, la gente seguirá acudiendo a ellos en la medida que extendamos un servicio oportuno, eficaz y gratuito. Medio minuto para comentarles que en estos días se tuvo un conflicto terrible con los colegios de abogados, pues hemos aprobado la gratuidad en la afiliación de los nuevos colegas, porque tenemos que ser consecuentes con lo que hacemos. Yo decía: "Apostamos por la gratuidad en su conjunto, demos el ejemplo nosotros". Y estamos haciendo eso.
Para cerrar mi intervención, quisiera expresar nuestro agradecimiento a la Fundación UNIR por organizar este congreso, y dar la bienvenida a los expertos e invitados. Ojalá que estemos más metidos en esto que son formas aparentemente nuevas para llegar y acceder a la justicia, y esto se puede lograr a partir de la participación estatal con nuestro proyecto de Constitución, en el que tanto cariño y esfuerzo estamos poniendo. Les invito a ser parte de este movimiento de bolivianos y bolivianas que están comprometidos con el cambio, un cambio positivo para vivir bien. Muchas gracias.
195
"Los mediadores deben trabajar de manera coordinada"
El mediador no sólo trabaja para que dos partes en conflicto solucionen su problema y lleguen a un acuerdo, sino que debe ayudar a que éstas aprendan a solucionar solas sus próximos conflictos. El mediador es biodegradable.
octor en Derecho y Sociología. Presidente científico de los institutos de Mediación y de Arbitraje del Brasil y de Portugal. Formador de mediadores en América Latina, Europa y África. Coordinador del Servicio de Mediación con adolescentes y familias del Tribunal de Justicia de Joinville, Santa Catarina, Brasil. Ha publicado los libros: “Mediação, Teoria e Prática”; “Guía para Utilizadores e Profissionais”; “Mediación de conflictos con adolescentes autores de acto infractor”; “Adolescentes, familia, escola e lei” y “Mediabo de conflitos”.
198
I. Una justicia para ricos y otra para pobres El sistema de justicia que nos atiende cuando nuestros derechos han sido violentados es el de los tribunales. Este debe ser mejorado y, para tal efecto, puede tomar una gran cantidad de herramientas de la mediación. A ese sistema yo suelo denominarlo de exclusión, porque suele organizarse para determinado sector de la población, mientras los más pobres son atendidos por pobres, porque normalmente estos últimos son mediadores voluntarios que no reciben nada. En definitiva, en vez de consolidar el sistema de mediación como el mejor para la resolución de conflictos, queda excluido como si se tratara de algo secundario, una especie de justicia de segunda. Claro que existen momentos en que nosotros tenemos que tomar este asistencialismo, colaborar a sectores que nunca tuvieron acceso a los tribunales o que tienen poco acceso. Pero, habrá que hacerlo con cuidado para no favorecer sólo al sistema de los tribunales y que se piense que éste sólo sirve a los que tienen dinero. Reitero, hay momentos en que es necesario comenzar con el asistencialismo; pero después tiene que trabajarse con un sistema que contemple las necesidades de toda la ciudadanía por igual, donde habrá algunos conflictos que tendrán que ir a mediación y otros a tribunales. ¿Cuáles son los híbridos? Son aquellos en los que se introduce la mediación y se la neutraliza o se la niega en cuanto a su capacidad transformadora y se la adapta al sistema del tribunal, se le corta las alas. Entonces, se hace una mediación al servicio de los jueces y se introduce toda la normativa, todas las limitaciones procesales de tribunal y se mata a la mediación. Esto lo encontramos muchísimo en Brasil, habitualmente en San Pablo. En Santa Catarina hicimos un trabajo de creación de casas de la ciudadanía con mediadores y, poco a poco, el
tribunal fue cortando los recursos y cada vez los mediadores sabían menos de mediación hasta que finalmente, en estos momentos, cualquier persona que quiera trabajar gratis puede dedicarse a mediar. Esto es muy peligroso.
II. La justicia emancipadora Lo que propongo es una justicia emancipadora, porque permite una participación directa, y procura la atención de las necesidades y la satisfacción de las personas en el resultado de la solución de sus conflictos. Este tipo de justicia, que yo llamo de participación y satisfacción, está fundamentalmente basado en la mediación. ¿Qué es la mediación? He notado que hay mucha confusión sobre lo que es la mediación. A veces se dice que un familiar puede ser un mediador en la familia. Yo creo que nosotros, además de tener claro qué mediación realizamos, también tenemos que tener claro quién la hace. La mediación es el único procedimiento que atiende a las personas y no a los problemas, es la gran diferencia. La conciliación, el sistema judicial y el arbitraje trabajan fundamentalmente con los problemas, los conflictos y no atienden a las personas, muchas veces ni las conocen; además, trabajan por escrito y conocen exclusivamente el problema. La mediación, por el contrario, trabaja con los seres humanos que tienen conflictos interpersonales, es decir, las personas y sus relacionamientos. Ese es el trabajo de mediación que yo realizo. El objetivo de trabajar con personas no es que se resuelvan efectivamente sus problemas, sino que junto con el mediador trabajen para una autocomposición que emancipe. En otras palabras, así como los chicos pasan a través de la adolescencia para convertirse en adultos que ya no necesitarán de sus padres para vivir, lo mismo sucede entre dos partes en conflicto. Llegará un momento en que éstas se
199 emanciparán y no necesitarán al mediador para resolver sus problemas, y ese es el objetivo que debe tener uno al trabajar. Una colega francesa dice que el mediador es biodegradable: importante cuando empieza la mediación, pero luego va desapareciendo cuando la mediación está por terminar, porque los que antes estaban en conflicto son los que continuarán trabajando después de haber aprendido cómo hablar y escucharse emancipados. ¿Y para qué están ahí? Bueno, para que se expresen, escuchen, reconozcan… Esto quiere decir que los que no se entiendan terminen por aceptarse y, de esa manera, tomar en cuenta las necesidades o los pedidos del otro. Obviamente es fundamental que ellos se expresen, cooperen, se responsabilicen de los acuerdos que van trabajando, porque no se trata de que sólo en ese instante consigan algo, sino que realmente deben estar conscientes de la repercusión y la responsabilidad que están asumiendo. De esa manera, ellos tienen que tener la seguridad de que están atendiendo sus necesidades, que las están satisfaciendo uno con el otro. En otras palabras: todo contrato es un compromiso para satisfacer al otro en algo y la mediación procura eso. No es solamente obtener lo que quieres, sino que te tienes que comprometer con la satisfacción del otro, para que ese otro también cumpla y, de esta manera, se comprometa con el acuerdo.
la palabra para especificar a un tipo de profesional, que aunque no tenga ninguna instrucción, es un profesional. No estoy hablando de formación académica. El mediador tiene que estar capacitado en mediación e identificado con la ideología y la filosofía de la mediación. El otro día, el señor Presidente (Evo Morales) decía que el mediador no debe ser imparcial y yo pienso que se refería a que, precisamente, la ideología y filosofía de la mediación son cuidar que nadie se imponga a nadie; que todas las personas sean escuchadas; que no se ejerza ningún tipo de imposición; que no se ejerza ningún tipo de poder de uno sobre el otro. El mediador
III. El perfil del mediador
tiene que tener sus técnicas para conseguir que el poder sirva a los dos y no sólo a una de las partes. Es imparcial en cuanto está comprometido con el uno y con el otro, porque ser imparcial no es no estar ni con uno ni con otro, es estar con uno y con otro. Precisamente la ideología de la mediación está en poder nivelar, rescatar y reconocer las necesidades de todos, y que ellos se escuchen, se reconozcan y se acepten sin presiones y sin poder. Nosotros tenemos que entender que el mediador debe tener una identidad, una formación y, al mismo tiempo, la función social de la mediación debe ser re-
¿Qué mediador es el que va a realizar esta mediación? La palabra mediación es muy común, de uso muy cotidiano, entonces obviamente tenemos que tener mucho cuidado porque a veces dicen: "Ah, los hijos son mediadores entre los padres". Está bien, muchas veces ellos actúan intermediando o un familiar o un amigo… Aquí está por ejemplo en el trabajo que realizaron en el Ministerio de Justicia. Los padrinos son mediadores de los matrimonios, pero nosotros vamos a usar
Propongo una justicia emancipadora que permita una participación directa y procure la atención de las necesidades de la gente en la solución de sus conflictos. Esta justicia está basada en la mediación.
200 conocida, porque si no es así, obviamente nosotros vamos a desaparecer, por cuanto somos una raza más de un animal en extinción. No somos auxiliares de nadie, somos profesionales, ejerciendo un procedimiento, implementando una filosofía, contribuyendo para una democracia participativa.
IV. Un trabajo integral y coordinado Los mediadores no podemos trabajar aislados, no solamente porque necesitamos un feedback (retroalimentación), sino también para fortalecer este espacio en la sociedad que tenemos que tener y nuestra función e identidad. Los mediadores tenemos que estar siempre articulados, interactuando entre nosotros para diferentes casos y también con distintos servicios. El mediador no puede trabajar solo, por ejemplo, en situaciones de violencia, tiene que trabajar con organismos de ayuda a la víctima y a los agresores; con los servicios de asistencia social, psicólogos, funcionarios y profesionales de derecho; entonces, debe estar vinculado absoluta y permanentemente con otros profesionales e instituciones. Pienso que el ser humano es uno solo. Antonio Fulleda decía claramente que la mediación tiene que tener una formación de base única y después vendrán las especializaciones. Es así porque el ser humano es uno solo; aunque nosotros pensemos que tenemos que abrir servicios de mediación familiar, comunitaria, escolar, comercial, laboral, civil, penal y dentro del propio tribunal. Nuestro objetivo es el ser humano, porque cuando yo tengo un problema familiar obviamente repercute en toda mi persona: mi salud física, mi salud psíquica, mis problemas en el trabajo… Debemos trabajar todas estas áreas de manera coordinada para que realmente
se fortalezca el trabajo de la mediación y del mediador. No porque tú trabajes en el área penal estás separado de alguien que trabaja en familia o de alguien que lo hace en el área civil. Cuántas veces hemos comenzado una mediación comercial y de pronto nos hemos dado cuenta de que hubo un relacionamiento amoroso entre ese hombre y esa mujer que fueron socios, y qué les íbamos a decir: "No, tienen que ir a un mediador de familia para ver esto". No se puede hacer eso. El acceso a la justicia debe ser dado por los tribunales con ciertas modificaciones como, por ejemplo, en su sistema tradicional de defensa de los derechos de las personas y la mediación debe actuar paralelamente al sistema judicial, porque no es posible trabajar en mediación dentro del tribunal sufriendo la influencia del formalismo y del procesalismo. Este último está bien para lo que tiene que hacer y la mediación para lo que tiene que hacer. Por ejemplo, en Panamá, donde estuve trabajando un mes, un juez manda un caso a los centros de mediación; el mediador recibe a las partes en conflicto sin importarle si el caso está o no judicializado; trabaja con ellas y llega a un acuerdo. Terminado el trabajo, éste debe ser homologado, o sea devuelto el caso al tribunal que lo envío. Veremos los frutos de aquí a un tiempo, pero creo que puede ser un sistema de respeto mutuo entre el juez y los mediadores, cada uno en su área. También es importante que la mediación logre que las políticas públicas sean coordinadas. Por ejemplo, si un ministerio abre espacios de mediación en escuelas o el sistema judicial hace lo propio en los tribunales y así sucesivamente… Todo esto no debería ser aislado, sino integrado, porque es fundamental que la mediación esté presente desde los barrios hasta las capitales como un sistema integrado que haga posible que los seres humanos sean atendidos en todo lado como tales. Muchas gracias.
201
"Queremos una justicia que transforme a la persona "
El acceso a la justicia es escaso por su alto costo y lejanía. El sistema está respaldado por leyes que encierran valores de sectores de poder y en la aplicación de tales normas, a veces hay diferentes lecturas por parte de los jueces.
octor en Derecho Penal y Criminología por la Universidad de Roma. Doctor en Derecho Internacional Público por la Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Derecho Civil por la Universidad de Buenos Aires. Especialista en Derecho de Familia por la Universidad de Buenos Aires. Se ha desempeñado en diferentes puestos públicos como: Magistrado del Supremo Tribunal del Estado de Sonora; Director General de la Defensoría de Oficio del Estado de Sonora; Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública en Sonora; Subsecretario de Gobierno para la Prevención y Readaptación Social y Director General de la Academia Nacional de Seguridad Pública en el sistema federal. Es profesor a tiempo completo. Preside el Instituto Sonorense de Derecho Penal y Criminología. Ha escrito varios libros.
204
I. El acceso a una cara y lejana justicia Quiero hablar un poco más jurídicamente de lo que es el acceso a la justicia. Lo que diga pretende que ustedes entiendan y quieran más a la mediación, sus métodos alternos, su utilidad práctica…Y que utilicen la información que pudiera eventualmente darles para armar ese discurso necesario hacia terceros, con la finalidad de que admitan la mediación, la conciliación como método voluntario y pacífico para resolver sus conflictos. Cuando hablamos de la mediación como una forma de acceso a la justicia, seguramente se nos viene a la mente la posibilidad de que existan obstáculos en el acceso a la justicia. ¿Qué obstáculos podrían existir para que la ciudadanía logre llegar a la justicia? ¿Por qué la mediación podría ser una fórmula para llegar a esa justicia? ¿Y esa justicia a la que pretendemos llegar por vía de la mediación está claramente definida y es verdadera? Veámoslo así: todas las constituciones del mundo y las leyes procesales de todas las materias de los derechos sectoriales nos prohíben hacer justicia por nuestras propias manos, lo cual es sano; sería un caos si cada quien reclamara su derecho por fuerza propia; entonces nos prometen cambios: si nos portamos bien y no ejercemos violencia para ejercer nuestras aspiraciones, el Estado nos otorgará uno de sus más ejemplares servicios como es la administración de justicia. Las constituciones y las leyes nos dicen que se nos dará una justicia pronta, expedita, rápida y que será objetiva, imparcial, plena y en algunos países gratuita. La verdad es que si analizamos lo que está pasando en América Latina, lo primero que descubriremos es que la justicia no es rápida, los juicios pueden durar años y con el acusado detenido preventivamente, lo cual resulta ser una terrible violación de sus garantías. ¿Es imparcial? Evaluaciones realizadas indican que la
justicia en América Latina es corrupta en cuanto a la recepción de dinero por resoluciones amables y cohecho. No es todo. Me han dicho también que el tráfico de influencias cuenta e incluso el género y hasta la manera de interpretar las leyes para que la justicia sea realmente imparcial. Se ciernen dudas sobre la imparcialidad de la justicia tradicional. Se nos dice también que la justicia debe ser plena, entendiendo por ella no la simplista solución de los procesalistas que dicen que la justicia es plena cuando se resuelven todos los litigios, o sea todos los puntos de conflicto, acciones y excepciones, no. Para mí la justicia es plena cuando la sentencia se cumple. De poco me sirve que el juez dicte sentencia con muchos sellos y firmas, y con un profundo análisis del caso, si después la sentencia no se puede cumplir porque el deudor es insolvente, porque el que debió entregar la cosa la ocultó, y porque él mismo evadió a la justicia en los casos penales. Luego hay una gran duda sobre si la justicia tradicional está siendo realmente plena a nivel de sus ejecuciones. Y me preocupa una cuarta característica de la justicia que se nos prometió a cambio de ser pacíficos: la gratuidad. Todos sabemos que en la mayoría de los países de América Latina el servicio de la administración de justicia es gratuito, pero gratuito como actividad de los jueces, del Ministerio Público, de los secretarios, pero no lo es de hecho cuando se paga al abogado de nuestra parte o los gastos de juicio o el costo de las pruebas, ahí deja de ser gratuita y se convierte en obstáculo para acceder a esa justicia que tampoco me gusta. Pero cuando encontramos países en Europa como España por ejemplo, donde el servicio de la administración de justicia no es gratuito, donde el tribunal al resolver un caso condena al perdidoso a pagar gastos y costas de la contraparte y, además, lo que el tribunal gastó en tiempo, hora y esfuerzo para resolver el asunto, me sorprendo porque resulta que la administración de justicia es tan costosa
205 por su servicio mismo como lo es recurrir al recurso para el registro de la propiedad o como lo es ir al Registro Civil para levantar acta de un acto de familia. Es decir, me sorprendo y me pregunto si ese no es acaso un terrible obstáculo para acceder a la justicia por parte de los pobres. Lo era ya cuando tenían que pagar abogado y pruebas, lo es más cuando tienen que pagar el servicio de justicia. Alguien me dirá entonces que ese primer obstáculo del costo de la justicia se puede paliar con la mediación gratuita, yo digo que sí, que una de las principales características de la mediación es la gratuidad, en función de que es la manera en que el pueblo, las personas en conflicto pueden acceder a otro tipo de justicia, pero justicia al fin. Pero vuelvo mis ojos a Argentina, y me pregunto si nos hemos dado cuenta de que ya está ocurriendo y no en función de la administración de justicia, sino en razón de la mediación que tanto auge y cimiento tiene en este país. No sé si lo saben, pero en Argentina se pagan costas judiciales, lo cual sería una especie de reproducción de lo que ocurre en Europa por no sé qué ilusiones de vinculación con ese país, pero lo que sí sé es que allá cuando llega la demanda en materia civil o mercantil, lo que hace el tribunal es mandarla obligatoriamente a una audiencia informativa de mediación. Si no se asiste a esa audiencia se multa a las partes, y ya en la audiencia y conocidas las bondades de uno u otro método, si ellas no quieren conciliar o mediar, vuelven a juicio. Pero si aceptan mediar les va a costar la mediación si quieren conciliar, les va a costar la conciliación. Un paralelismo con lo que ocurre en el procedimiento tradicional porque si litigan tendrán que pagar las costas judiciales y si aceptan la mediación institucional en este país tendrán que pagar la mediación, y miren que no estoy haciendo referencia a los mediadores privados, sino a la mediación que hace el Estado como una fórmula coadyuvante en la administración de justicia tradicional.
Este ejemplo argentino es algo que debemos evitar y no podemos permitir, porque entonces la falta de gratuidad y el costo de los procesos significarían un primer y gran obstáculo para alcanzar alguna forma de justicia. Un segundo problema es el territorial, de la ubicación de los tribunales. Los estados hacen muchos esfuerzos por multiplicar sus distritos judiciales y colocar un juzgado en cada uno de ellos, pero en muchos países muy grandes el juzgado queda a 200 ó 300 kilómetros del lugar donde residimos; hablo de ranchos, pueblos pequeños, lugares casi inaccesibles; por lo tanto, la ubicación geográfica es otro obstáculo para la justicia. ¿Qué hacemos? ¿Que las partes vengan hasta el tribunal con todo el esfuerzo que eso significa? ¿O los tribunales vamos a los lugares donde existen los conflictos? Es un esfuerzo obligatorio del Estado multiplicar las Casas de Justicia, llevar la mediación donde se la necesite. Creo que deberíamos tener muchos más centros de mediación que juzgados de justicia tradicional, mientras eso no se haga, estamos propiciando otro obstáculo para que las personas pobres o alejadas accedan a algún tipo de justicia.
A. Valores de antijusticia Ahora bien, vamos a suponer que todo eso se resuelva, que la justicia sea gratuita y que el tribunal esté cerca de la gente… La siguiente pregunta es: ¿Y esa justicia que van a otorgar los tribunales es justicia? Parece muy simple decir que sí, lo dicen las leyes, los tribunales, las constituciones, esa es la justicia que se nos promete. Y aquí es importante que los mediadores entiendan el argumento para que lo internalicen y después lo exterioricen en sus respectivas intervenciones: la justicia que se nos promete formalmente en realidad no es una buena justicia. Es más, es una antijusticia si la analizamos con cuidado. ¿Quiénes hacen las leyes? Los legisladores normalmente responden a sus propios valores al construir la nor-
206 ma o a valores que corresponden al partido y al gobierno, y no necesariamente corresponden a los de toda la sociedad y, por lo tanto, un gobierno hegemónico puede crear leyes injustas que corresponden a sus propios valores, pero no a los de toda la sociedad. Si esas son las leyes que se van a aplicar, no hay justicia. Vean a los Estados Unidos con sus leyes de migración y díganme si son relativamente justas. El problema no sólo se da por la injusticia intrínseca de la norma, sino por su involución o por la evolución de los adelantos científicos, de los valores de la sociedad. Por ejemplo, he revisado todos los códigos y las leyes de América Latina vinculados a la familia -aunque ustedes no lo crean- y he encontrado que tenemos cerca de 10 países que prohíben la investigación de la maternidad extramatrimonial. Un niño huérfano sin madre, no puede demandar a la madre en los tribunales de justicia ordinaria si ella ya está casada. ¿Por qué?, pregunto yo. Bueno, porque esa mujer perdería su honestidad, sufriría afrentas por parte de la sociedad al saber su marido y sus otros hijos que ella había tenido un hijo extramatrimonialmente que, por cierto, ignoró u ocultó para evitar su deshonra. Esa es una injusticia, resulta que el huérfano, inocente del todo, tiene que inhibir su necesidad de entronque con su madre porque la ley protege a la inmoral para no someterla al escarnio social, olvidando la importancia que tiene la maternidad para los seres humanos y las convenciones internacionales que exigen que los niños tengan contacto con sus padres biológicos y que sean cuidados y defendidos por ellos, y eso existe en América Latina. No se den por aludidos en Bolivia, estoy hablando de la legislación americana; injusta ley, torpe ley, nació hace 50 años probablemente cuando esos valores servían, ¿sirven ahora?, ¿es justa esa norma que me impide investigar la maternidad? La mayoría de los códigos de familia y los códigos civiles que rigen en nuestro continente prohíben la investigación de
la paternidad aduciendo que no se puede demostrar directamente; la maternidad sí debido al parto; pero los padres no son conocidos. Sólo permiten este tipo de investigación en casos muy específicos. Esa norma es torpe. Tenemos como 25 años haciendo pruebas biológicas de paternidad; ahí están las pruebas de ADN que desde hace muchos se aplican para demostrar con 99,7 por ciento que ese niño está vinculado con ese señor en una relación paterno-filial. Por ello, ¿son justos los códigos que de alguna manera limitan o condicionan la investigación de la paternidad teniendo las pruebas biológicas a la mano? Claro que no, son leyes retrógradas que resultan injustas.
B. Un caso, diferentes lentes Pero vamos a creer que todas las leyes de nuestros países sean justas, ¿de su aplicación deriva la justicia? La norma es justa, ¿la vamos a aplicar siempre en la justicia intrínseca que ésta tiene? No lo sé señores. Dar a cada quien lo suyo es la esencia de la justicia; pero si resulta que me equivoco en la demanda, si no agrego documentos a la demanda, si me pierdo en el término probatorio, si no ofrezco las pruebas con las condiciones que marca la ley… pierdo el juicio. Si una persona me demanda porque tiene un documento cambiario que yo ya le pagué y en exceso de confianza le pedí que después me lo devolviera y la muy cínica me demanda con ese documento, y yo no tengo testigos ni pruebas para demostrar que se lo pagué, el juez de acuerdo con la ley justa que él usa, me condenará de nuevo a pagar una cantidad que ya pagué porque las pruebas valen para poder aplicar la justicia. Entonces esa justicia me da miedo, más cuando veo aquí y en todos los países de América Latina algo horrible: que dos y hasta tres jueces resuelven un mismo asunto con criterios distintos. ¿Qué les pasa? ¿Ellos son torpes, se equivocan con tanta facilidad o es el legislador el que escribe mal las leyes de manera que hace que se confunda en su interpreta-
207 ción? Si eso ocurre y hay tres resoluciones distintas sobre un mismo asunto, necesariamente dos de ellas son injustas, equivocadas, pero injustas al fin. Esa justicia no la quiero; la he vivido tantos años; la enseño todos los días en mi cátedra. Creo sinceramente que es una justicia endeble, fácil de violar y que no refleja para nada la justicia verdadera. Hasta las mejores de las leyes se vuelven injustas respecto a los casos concretos, porque desgraciadamente son abstractas y no pueden prever, como si fueran recetarios de cocina. Un solo ejemplo: dos padres, dos hijos varones y una niña menor. Los hijos emigran, uno a Estados Unidos donde se cumple su sueño americano, donde hay muchos mercados; el otro a la capital del mismo país donde vive normalmente con su trabajo y su casa que paga a través de hipoteca, pero la niña se queda con sus padres y los cuida día a día hasta que ve morir al padre, sigue cuidando a la madre; viven en un pedazo de tierra donde se siembra lo necesario para comer y un poco para vender con dos o tres vacas que ordeñan y unas cuantas gallinas de las que venden los huevos. Allá han vivido los últimos 10 años. El día que muere la madre, los otros dos hermanos llegan al sepelio, lloran y en la tardecita, cuando están tomando café, uno de ellos, el más rápido y también quizás el más necesitado, dice: "Miren hermanos, yo ya estuve platicando con el rico del pueblo y le pregunté si me compraría esta propiedad, y me ofrece 300 mil pesos, que es más de lo que vale, estamos de suerte, y me los da mañana si firmamos las escrituras. Yo creo que nos va a ir bien a 100 por cabeza". La evolución que ha tenido el derecho familiar en América Latina es espectacular por lo que toca a la igualdad de los hijos, no se olviden que hasta hace algunos años se distinguía entre hijos legítimos y naturales. En el caso de los ilegítimos, éstos no podían demandar la paternidad y menos alcanzar alguna posesión hereditaria. El hecho de que haya una ley que diga que los hijos son iguales ante la ley y,
por ello, reciben porciones hereditarias iguales es una norma abstractamente justiciera; no tengo ninguna duda, mejor que la que existía hace 15 ó 20 años. Sin embargo, volviendo a la historia que contaba, esa niña, ignorando toda la evolución del derecho de familia, les dice a sus hermanos: "No es justo repartir la herencia en tres partes, no es justo". Me gustaría que ella viniera a explicarles por qué de esa contradicción entre la justicia que ella cree que es justicia y lo que dicen las leyes: ella cuidó a sus padres, ellos no; ellos hicieron fortuna, ella no pudo hacerlo. Si reparten entre tres del miserable haber hereditario, ella no podrá comprar
La mayoría de los códigos de familia y los civiles que rige en nuestro continente prohíbe la investigación de la paternidad porque no se puede demostrar directamente. Esas normas son torpes.
una casa ni un negocio con ello; ella no sabe trabajar; no es profesional y dice que no es justo. Si llevo este conflicto al mejor de los jueces de familia y le digo que aplique el derecho ¿saben qué hará? Va a repartir el patrimonio en tres partes y lo va a entregar, porque él está obligado por ley. Pero si llevo este conflicto a un mediador, podré convencer al rico de los Estados Unidos de que renuncie a la posesión hereditaria a favor de su hermana, y con el otro hermano que no quiere renunciar porque sí necesita el dinero puedo negociar para que su hermana le pague 500 pesos mensuales durante los
208 próximos 15 años, para que ella se quede con el patrimonio, cosa que no podría hacer el juez con la justicia tradicional.
II. La mediación transformadora Por eso digo, qué buena la mediación… Yo buscaría soluciones a problemas hereditarios de muchos tipos, porque la mediación al fin y al cabo propone un nuevo modelo de justicia; no es el rígido retributivo y sancionador, ese que se basa en los principios de la iglesia cristiana y los principios tradicionales del derecho que dicen: alguien es culpable y alguien es inocente, y hay que castigar al culpable. Sabemos que eso es una tontería; ningún problema de familia es culpa de uno solo y tampoco el otro es inocente del todo, es una escalada de conflictos que deriva, por ejemplo, en la causal de divorcio; en el fondo o los dos tienen la culpa o nadie tiene la culpa, ya que en los conflictos de familia participan terceros, la familia es amplia. La justicia tradicional se respalda en un principio de culpabilidad, castiga a los que no son realmente culpables; nosotros queremos una justicia distinta, que transforme a la persona y no solamente que resuelva el conflicto, eso es importante en materia de mediación. Queremos una
justicia que también devuelva la paz a las personas en conflicto. Último ejemplo sobre el encuentro víctima-victimario. Nunca hemos podido pagar con dinero el daño moral que la víctima sufre, pero cuando preparamos a las partes para enfrentarse en el encuentro víctima-victimario y la víctima puede decirle a su ofensor, en el caso de violaciones, cómo ha cambiado para mal su vida a causa del delito; reclamarle por lo que pasó; preguntarle qué hizo ella para merecer esa conducta, y el infractor, sorprendido ante el grave daño producido y viendo la actitud de la víctima, le explica que ella no tiene la culpa; que él fue el único responsable y le pide perdón, la víctima se aleja del lugar aliviada, si no del todo, obviamente de manera muy distinta a cómo llegó; y posiblemente el infractor, habiendo conocido la gravedad de su acto y reconocido su responsabilidad y pedido perdón, a lo mejor, sólo a lo mejor, está en camino de la readaptación social. Esta justicia, la que resuelve conflictos que no puede resolver la justicia tradicional, como la reparación del daño, que nunca ha podido responder el derecho penitenciario como es la readaptación del delincuente, posiblemente la busquemos y la encontremos en esos métodos pacíficos que son la mediación y la conciliación. Muchas gracias.
209
210
Antonio Fulleda Amigos congresistas, me parece que el pecado original de este congreso está en la poca presencia de los pueblos indígenas de América Latina. Científicamente es válido lo que los amigos nos han dicho, pero empíricamente todavía falta porque es necesario que un dirigente campesino, indígena descalzo, con su traje típico, se siente al frente porque también ellos tienen la capacidad de hacerlo para transmitirnos su forma de mediación comunitaria, entendiendo que son profesionales en su campo. No sólo nosotros, los de corbata, somos los únicos que podemos hacer mediación en este planeta. Me aúno a los esfuerzos de los compañeros que han pasado a platicar sobre el tema, porque generalmente se aplica la justicia en una forma cuadrada y cuando se lo hace así, quiere decir que no lleva pertinencia o enfoque cultural. Normalmente en América Latina aplicamos el derecho occidentalista, el derecho positivo y no nos ponemos a pensar en el derecho de los pueblos marginados, pisoteados en esta América Latina y continuamos en este tema, por lo tanto, la justicia de la que hablamos hoy es la injusticia en términos generales. Muchas gracias, mi nombre es Antonio Rodríguez, de Guatemala.
Pregunta del público ¿Podrían hacer una relación entre lo que piensan como seres humanos, su trabajo como mediadores y el aborto? ¿Cómo podrían enfrentarse a este problema?
Pregunta del público Mi pregunta es para el viceministro Chávez. En días pasados se habló sobre las bondades de la mediación y hoy sobre otras formas de acceso a la justicia. Y se refirió a la forma en que el Gobierno está facilitando el acceso a la justicia a partir de instancias del Estado como los Centros Integrados de Justicia y Casas de Justicia.
Quisiera saber cómo el Gobierno está incentivando el acceso a la justicia a través de espacios de la sociedad civil, teniendo en cuenta que hace poco prohibió la acreditación de conciliadores y de centros de conciliación, e incluso existía un anteproyecto en el Congreso de abrogación de la Ley de Arbitraje y Conciliación por considerarla mecanismo del sistema neoliberal, entonces, me gustaría saber al respecto.
Wilfredo Chávez Ya en respuesta directa a lo que ha mencionado, quisiera indicar que se ha levantado esa pausa que había, estamos trabajando normalmente. En segundo lugar, nosotros hemos sido directos en la cuestión del arbitraje internacional y no de la conciliación, y lo hemos dicho públicamente, el arbitraje hace mucho daño al país cuando hay intereses del Estado que están sometidos a éste y esa posición es inclaudicable, y eso es lo que hemos planteado ante el Congreso, que haya una ley de arbitraje, pero que no sea la balanza tan groseramente desigual cuando los intereses del Estado están en juego. En ese sentido, el arbitraje no es un medio de equilibrio, sino una autopista de la corrupción. Esa crítica la hemos hecho y la mantenemos porque con ejemplos hemos demostrado que era válida, por lo demás, no creemos que estemos en una vía diferente, sino estamos fomentando que haya medios alternativos de solución de conflictos, pero con control de su cumplimiento, pues sin duda alguna no estamos en el mundo de Dios, de los cielos y entre hermanos siempre hay problemas. Por lo tanto, queremos también que se controle a esos centros y a esas casas de manera efectiva.
Juan Carlos Vezzulla Los temas que tienen trascendencia social tan importante como la decisión de continuar o no con un embarazo pueden
211 aparecer a veces en mediación. En todo caso, lo importante es que el mediador los auxilie a trabajar su problema desde ellos mismos, a poder realmente tomar dimensión de lo que están trabajando, y ver qué otros problemas pueden estar conexos en la medida en que una decisión de éstas, tomada por un matrimonio o una pareja, tendrá que involucrar otras cuestiones personales. Será una cuestión donde el mediador no tendrá opinión o participación, sino que auxiliará para que la decisión sea analizada y sopesada en relación a toda la vida, no solamente al pasado, sino también al presente y al futuro, y la trascendencia que esa decisión tendrá en su vida; pero sin ningún tipo de otra opinión o intervención.
Miguel Ángel Soto Yo voy a hablar como persona, como jurista, no como mediador en el tema del aborto. Primero, le contesto al compañero: vinimos de muchos países, con el propósito de cooperar con Bolivia no solamente en esa tendencia de pacificación que todo el mundo debe tener, sino también para impulsar la mediación en este país. Probablemente no hayamos invitado a un miembro de la comunidad indígena que públicamente reconocemos donde quiera que vamos, pero también es cierto que dijimos que en esta ocasión vinimos a crear ambiente, a enamorar a las personas en las bondades de la mediación y les toca a ustedes invitarlos para el próximo año a su primer congreso nacional sobre mediación. Ya hicimos este congreso, ahora les toca hacerlo a ustedes, y en esa ocasión qué bueno sería que estén dos o tres personas de las que ancestralmente practican estos métodos. En lo que toca al aborto, déjenme decirles: todos los códigos de América Latina reconocen que ciertos abortos no son punibles, estoy hablando del aborto por estado de necesidad, derivado de violación, culposo; pero es difícil proponer a América Latina que despenalice totalmen-
te el aborto porque la mujer lo desea, porque chocaría con los valores típicos de la religión y de nuestros pueblos. Yo les dejo a su criterio legitimar o liberar el aborto, de penalizarlo o no, pues lo único que les voy a decir es cuál es el único argumento que se usa en Europa, Estados Unidos y en otros países del mundo donde el aborto no se castiga y ustedes decidirán libremente: no es cierto que se autorice a la mujer para que aborte porque tiene libertad absoluta sobre su cuerpo. No es cierto que ella puede disponer de su hijo aún no nacido porque a ella le pertenece como propiedad; la única razón en el mundo por la cual se legitima el aborto, es porque la experiencia nos ha demostrado que cuando una mujer decide abortar por cualquier motivo para ocultar su deshonra, porque está sola en el mundo, porque su familia la rechaza, por lo que sea, es porque la prohibición no es suficiente para impedir su decisión y va a buscar entonces la forma de burlar la ley y se mandará a efectuar un aborto clandestino, hecho por incapaces en lugares insalubres y van a morir entre el 20 y 30 por ciento de mujeres que se sometan a este tipo de prácticas por hemorragias, por degeneración de restos placentarios, en fin. Por lo tanto, se decidió por el mal menor. Para que las mujeres no sigan muriendo en abortos clandestinos se legitimó el aborto, esa es la única razón, sin consideraciones morales o si lo quieren, por la consideración moral de salvar a un ser humano ya nacido, esa es la razón, no más, no otras discusiones. La mediación, qué tiene que andar haciendo la mediación en el aborto, la mediación es una solución para muchos problemas, pero a una sola condición básica: que conozcamos el problema antes de que se produzca el aborto, y no tengo idea de quién va a venir al mediador a discutir el aborto. Este se habrá dado para cuando nos enteremos, probablemente, como dice Vezzulla, podamos intervenir entre ella y su marido, si ella abortó sin autorización de su marido, eventualmente sí después de ocurrido el hecho, antes, no lo creo, no sabríamos. Pero la mediación sí pue-
212 de servir para una cosa fantástica, para que nacido el hijo de padre extramatrimonial, el mediador, por la buenas, vaya, convenza a la mujer para que identifique al padre, vaya adonde el padre para que reconozca a su hijo, haga convenios de mediación, si lo reconoce, en cuanto a la vista, apoyo económico, etc. Para eso la mediación podría servir como elemento de una política pública de investigación de la paternidad para no recurrir directamente al procedimiento judicial, los juicios obligados, el decreto judicial de paternidad, la presunción de paternidad en caso de que el demandado se niegue a someterse a pruebas biológicas, lo único que da es un proveedor alimenticio al niño, no un padre. Lo que queremos es llevarle un padre que lo quiera, que lo proteja, que lo eduque, que lo lleve de la mano, no que arroje dinero mientras no pueda esconderse, cambiar de nombre e irse a otro país. Está bien entonces, la mediación puede servir no solamente para resolver conflictos interindividuales, sino como la esencia de políticas públicas en materia de familia.
Comentario Mi pregunta va al Viceministro de Justicia. Realmente nos ha convencido de que los medios alternativos de aplicación de justicia son una vía hacia la cultura de la paz, pero también estamos convencidos de que en la aplicación de la justicia comunitaria se tiene que aplicar la vía alternativa de la conciliación y la mediación, principalmente en las comunidades donde existen conciliadores y mediadores naturales con características y actitudes naturales hacia ese fin. Sin embargo, el doctor Vezzulla nos indica que se tiene que tener una cultura, una capacitación al respecto, entonces, yo le sugeriría al doctor Chávez que una de las políticas del Gobierno se inscriba en POA del 2009, sea de la capacitación gratuita a las personas con inclinación a la mediación.
Pregunta del público Mi pregunta va dirigida al Viceministro de Justicia. En su exposición, usted ha indicado que la mediación podría ser incluida en la legislación boliviana como un subsistema de la conciliación y el arbitraje. ¿Cuál es la posibilidad de que pueda introducirse la mediación en el sistema legislativo del país?
Pregunta del público Creo que la mediación ayudaría mucho a que nos podamos entender en un país como Bolivia y creo que el Viceministro, en un área dentro del Ministerio de Justicia donde haya mediación, va a permitir a los abogados y a otros profesionales que se apropien de ello para que podamos llegar a mejores acuerdos en un país de conflictos.
Wilfredo Chávez En primer lugar quitar el cliché de la justicia comunitaria que de hecho no existe, nadie habla de justicia comunitaria si no es desconociendo lo que se practica en las naciones y pueblos indígenas. Por favor, ya estamos con el cliché de que la justicia comunitaria está asociada al linchamiento, pero ese es el morbo que se ha creado mediáticamente. No existe justicia comunitaria, existe solución por los medios propios de los pueblos. Justicia comunitaria es invento de un consultor que ha hecho un trabajo para el Ministerio de Justicia hace varios años. Estamos todos ante el desafío de enterarnos de que estamos en un proceso constructivo, pero hablemos con precisión. En segundo lugar se han referido, ya entrando a las respuestas concretamente, a una capacitación gratuita. Para quienes tienen tendencia a la mediación, seguro que se hará esa capacitación en lugares urbanos, donde no se aplica la legislación indígena originaria, pues el artículo 190 de la nueva Constitución refiere que se
213 mantienen los valores y principios culturales de la aplicación de este sistema de jurisdicción nueva. Entonces, no vamos a mezclar, no vamos a capacitar a los pueblos indígenas porque hay mecanismos propios, hay una especie de sistema judicial para acceder e impartir la justicia, una forma de mediación, entonces se va haciendo una especie de carrera judicial, el curaca es la autoridad natural que resuelve el conflicto. Finalmente se ha hablado de un sistema legislativo sobre cómo incorporar y de hecho la mediación va a ser legislada y aplicada. Los elementos sobre los que nos comentan los colegas sin duda son tomados en cuenta por parte del Gobierno. Eso es lo que les podría decir. Y la participación social es algo transversal a las políticas públicas que tenemos. No sé si abriremos una oficina, porque ya estaríamos hablando de burocracia. Trabajamos con lo que tenemos. La oficina está siempre con las puertas abiertas y esperaremos el concurso de quien lo desee y también que con nuestros amigos cooperantes podamos abrir un espacio de participación ciudadana, los mismo que con las organizaciones de la sociedad civil que toman iniciativas que son bien recibidas por el Gobierno.
Juan Carlos Vezzulla Tenemos distintas visiones y esa es la belleza de la discusión… Quizás lo que esta mesa no logró es un consenso… Sobre qué es justicia y cuando hablamos de acceso a la justicia y la mediación, qué es justicia. Yo parto del principio de la justicia como ir en pos de la armonía entre las personas, entre las cosas y, en este sentido, pienso que no puede haber monopolio del Estado en cuanto a la justicia. Esta debe aceptar las formas que las comunidades y las familias tienen, siempre sin infringir la ley. Todos estamos dentro de un orden social legislado y de derecho, pero pienso que se hace justicia cuando de alguna manera un mediador
trabaja con los vecinos o con una familia o con un problema laboral sin necesidad de que esto tenga una trascendencia destacada.
Miguel Ángel Soto Yo voy a tratar de corregir, sin ofender a nadie, algunas confusiones que tenemos en materia de mediación. Primero, parecería que cuando hablamos de mediación a secas no estamos incluyendo la conciliación y no es así. Si una persona se coloca en medio de dos en conflicto para ayudarles a resolverlo por vía de la mediación o de la conciliación, no cabe duda de que esa persona, desde el punto de vista estático donde se coloca, es mediadora, haga mediación o conciliación, por eso, cuando utilizamos el término genérico de mediación, incluimos el otro método de la conciliación. Ahora bien, si hablamos de la dinámica de los métodos, ¿qué es la mediación y que es la conciliación? Ahí sí podemos hacer algunas mínimas diferencias. Aunque algunos compañeros no estén de acuerdo, yo públicamente sostengo que no son dos métodos, sino uno solo que tiene las mismas fases de evolución desde el convencer a las partes para que admitan el método; intimar con ellas para que no nos tengan desconfianza; permitir su comunicación y luego llevarles y traerles las propuestas de una y otra, eso es mediación. Pero si con la mediación no logramos obtener lo que queremos y las partes se paralizan y no aceptan las propuestas, quizás, no es seguro, vale la pena dar un salto adelante para hacer conciliación; pero el camino de la mediación y el de la conciliación es el mismo, por lo tanto, no son dos caminos distintos, sino dos etapas terminales distintas de esa mediación que estamos haciendo. Por lo tanto, aquí viene la segunda afirmación: en aquellas leyes antiguas de 20 ó 30 años atrás, donde se permitía al juez que haga conciliación —y tenemos en el continente leyes antiguas que permiten al juez que haga esto— el legislador de aquel tiempo ni conocía ni sabía ni podía imaginar la clasificación entre mediación
214 y conciliación. ¿Nos entendemos? Cuando digo conciliación nos estamos refiriendo al método específico de conciliación donde el juez hace propuestas a las partes para que arreglen su problema por las buenas, sin necesidad de dictar sentencia. Vengo diciendo a los jueces de Bolivia, en el curso que tuve con ellos, que su ley no les dijo que hagan conciliación, les dijo que trataran de conciliar el conflicto en la fórmula genérica; sin embargo, están autorizados a hacer mediación o conciliación según las circunstancias específicas del caso. No dudo de que haya dentro de poco en Bolivia una ley que cree los centros de mediación dependientes del Poder Judicial con ambas puertas abiertas, una donde los conflictos entren de la calle, los justiciables, y otra donde el juez los derive al centro de mediación y para bien de la justicia, porque así será mejor para reducir la carga de los tribunales y también el costo de la administración de justicia. Un compañero pregunta si al volver gratuita a la justicia no habrá más gente que busque esa justicia en desmedro o perjuicio de la mediación. Yo le digo que la justicia tradicional no es ni será nunca del todo gratuita. Incluso en las constituciones como la mexicana que dice que la justicia es gratuita, siempre tendremos que pagar al abogado y por las pruebas, mientras que la mediación es realmente gratuita porque no requerimos de pruebas. En realidad, lo que podría suceder es al revés, que la gente acuda más a la media-
ción por ser rápida y realmente gratuita, y por aportar con una justicia verdadera, y si ocurriera, qué bueno sería. Una última aclaración porque es importante para ustedes, los bolivianos. Desde la época de los reyes católicos fueron reconocidos los usos y costumbres de los pueblos indígenas, con ciertos correctivos en materia penal. Por lo tanto, en América no podemos hablar más que de dos tipos de justicia: la justicia tradicional, la de las leyes de los tribunales, y la oral tradicional de los grupos indígenas. No hay una justicia comunitaria, o es indígena o es del resto de la comunidad que no es indígena. Ahora bien, no es este foro el lugar para analizar si esa justicia indígena, que por cierto recurre a la mediación para hacer justicia, o la otra es mejor o peor, lo que estamos diciendo es: queremos hacer mediación en una y en otra justicia. Probablemente aquí la justicia ya existe. En la de los indígenas, la mediación se está dando desde hace muchos siglos y aquí en el mundo de los no indígenas queremos aprovechar esos métodos, perfeccionarlos, hacerlos más técnicos para hacerlos más eficientes y por qué no, no se ofenda nadie, es cierto, la justicia indígena, los derechos de los indígenas se han venido resolviendo a través de milenios, pero la pregunta es: ¿Por qué no ir y capacitar todavía mejor a los mediadores indígenas para que sean más eficientes? Muchas gracias.
215
Proyectos exitosos en mediaci贸n
Juli谩n T. hoTTinger (suiza)
“¿Cuándo se puede llamar exitosa a una negociación política?”
El año 2004 se firmó el acuerdo final de paz entre el Gobierno de Jartum y los rebeldes del Sur de Sudán. Sin embargo, al cabo de tres años, los dividendos de paz aún no se han materializado.
s experto en mediación y facilitación del Departamento Federal Suizo de Asuntos Exteriores. Hasta finales de diciembre de 2003 fue Senior Research Fellow en el Instituto de Federalismo, en su natal Suiza. Después de haberse graduado de la Universidad de Lausanne, obtuvo su doctorado en Ciencias Políticas y se especializó como mediador de conflictos internacionales en el Canadian International Institute for Applied Negociaciones (CIIAN) en Otawa, Canadá. Trabajó como experto y consultor en diversos proyectos que abarcaron los conflictos en Afganistán, Camboya, Nicaragua, Irlanda del Norte, Rwanda, Sri Lanka y otras naciones. Es miembro, en la ciudad de Lausanne, del Consejo Legislativo (Consejo Comunal) y actualmente es miembro del Partido Verde.
218
I. La historia El acuerdo final de paz entre el Gobierno de Jartum y los rebeldes del sur de Sudán fue firmado el viernes 31 de diciembre de 2004 en Naivasha, Kenia. Así se puso fin oficial a 20 años de una de las guerras más sangrientas de África. El sur de Sudán dio la bienvenida al 2005 con esperanzas de paz, reconstrucción y progreso. Omar el-Bashir, presidente de Sudán, y John Garang de Mabior, jefe histórico del SPLM/A, estuvieron presentes en Naivasha durante la firma del acuerdo final de paz para Sudán. El último de los seis protocolos de paz, que incluye un alto el fuego permanente, fue firmado por los representantes de ambas partes. El acuerdo de paz pone fin a más de dos décadas de guerra entre el Norte y el Sur de Sudán, que ha matado y desplazado a dos millones de personas. El SPLM/A ha luchado por la independencia de Jartum debido a las grandes diferencias culturales y económicas en el extenso país. Especialmente, la introducción de la ley musulmana de la sharia en el sur —dominado por las religiones africanas y el cristianismo— había accionado la guerra y asegurado la ayuda de aliados occidentales al SPLM/A. "Prometimos al Consejo de Seguridad que habría un acuerdo antes de fines de 2004 y es lo que hemos hecho", recordó John Garang, líder del SPLM/A, tras la firma de paz. Las negociaciones entre Garang y el vicepresidente sudanés, Ali Osman Taha, duraron casi dos años. El nuevo acuerdo de paz es extraordinario en la historia africana, dado que abre la posibilidad de un Sur de Sudán independiente, a pesar del hecho de que nunca hubo fronteras coloniales entre el Norte y el Sur. Se considera que los gobiernos africanos y la Unión Africana (UA) se han inclinado ante la fuerte presión de Estados Unidos y Europa para hacer una excepción al principio de las "sagradas fronteras coloniales". Se garantiza ahora al Sur de Sudán la autonomía de Jartum, mientras que el
SPLM contará con representación gubernamental en Jartum. Mientras que controlará la mayoría del Sur de Sudán y sus recursos, el SPLM establecerá un nuevo gobierno en la región. Los rebeldes tendrán que aprender nuevas rutinas de administración civil y comenzar a reconstruir el devastado Sur. Tras seis años de autogobierno, la población del Sur de Sudán podrá decidir en un Referéndum si desea la independencia completa de Jartum o seguir siendo una parte autónoma de Sudán. El conflicto sudanés de 20 años se convierte así en la primera guerra civil africana que finaliza con la autodeterminación de una parte de un país. Sin embargo, al cabo de tres años (2005-2008), los dividendos de paz no se han materializado. La aplicación del Acuerdo General de Paz sigue adelante; pero a ritmo lento, con una constante desconfianza entre ambas partes. Los elementos clave, incluidas la demarcación de las fronteras, la distribución de los ingresos procedentes del petróleo y la retirada de las tropas, están estancados. La región tiene el mayor índice de mortalidad materna del mundo. Aunque las Naciones Unidas han pavimentado 2.000 kilómetros de carreteras; rutas comerciales de fundamental importancia hacia Uganda y Kenia suelen ser intransitables en temporadas de lluvia. La capacidad del Gobierno sigue siendo limitada; la infraestructura está en mal estado y no se dispone de los ingresos del petróleo necesarios para el financiamiento de importantes proyectos de obras y de la administración pública. En el ámbito humanitario, aunque continúan registrándose progresos hacia una pronta recuperación, subsisten numerosos problemas, incluida la urgente necesidad de asistencia para casos de emergencia y reconstrucción por parte de la comunidad internacional. Aunque están en marcha esfuerzos de recuperación a largo plazo, como inversiones en la reconstrucción de infraestructura y en proyectos de desarrollo, es urgente la necesidad de ob-
219 tener resultados a corto plazo en términos de una paz visible. El hecho predominante es que la paz en el Sudán es indivisible. Un fracaso del Acuerdo General de Paz perjudicaría grandemente las posibilidades de obtener buenos resultados en términos de paz en Darfur. Por otro lado, si la aplicación de tal convenio tuviera éxito, mejorarían las posibilidades de resolver la crisis de Darfur. Como ingrediente de fundamental importancia para la paz y estabilidad duraderas en el Sudán y en la región en general, la plena aplicación del Acuerdo General de Paz es una cuestión que merece el mayor grado de atención posible.
•
II. El contexto del acuerdo • El Acuerdo General de Paz, firmado públicamente en enero de 2005 entre el Gobierno de Sudán y el Movimiento de Liberación Popular del Sudán, estableció un nuevo Gobierno de Unidad Nacional y el Gobierno provisional de Sudán meridional, y pidió la distribución de la riqueza, el reparto del poder y la aplicación de dispositivos de seguridad entre las dos partes. • Hasta la fecha se han aplicado las siguientes disposiciones del Acuerdo General de Paz: creación de la legislatura nacional; designación de los miembros del Gabinete; establecimiento del Gobierno de Sudán meridional y firma de la Constitución de Sudán meridional; nombramiento de los gobernadores estatales y aprobación de las constituciones de los estados. También se han creado varias comisiones con mandatos del Acuerdo General de Paz. Existen planes para llevar a cabo un censo nacional de población y celebrar elecciones en 2009. • En marzo de 2005, el Consejo de Seguridad estableció la Misión de las Naciones Unidas en el Sudán (UNMIS), con la tarea de apoyar a
•
•
•
las partes en la aplicación del Acuerdo General de Paz. La UNMIS, actualmente una de las más grandes operaciones de mantenimiento de la paz, es una misión multidimensional, con un componente militar de aproximadamente 10.000 efectivos, alrededor de 700 policías y, además, civiles que se ocupan de buenos oficios y apoyo político, gobernanza, asistencia humanitaria y desarrollo. La asistencia humanitaria será necesaria durante muchos años en el Sudán meridional. El llamamiento humanitario de 2008 a favor del Sudán meridional pidió 1.100 millones de dólares para proyectos humanitarios, de recuperación y de desarrollo, destinados a ofrecer soluciones de socorro de emergencia y soluciones sostenibles en los diez estados; asistencia alimentaria; atención en salud de emergencia y albergues; agua limpia y sistemas de saneamiento y desminado. La situación humanitaria en Sudán meridional se caracteriza por inundaciones estacionales que afectan a unas 200 mil personas anualmente. Las luchas entre grupos étnicos por el ganado y la tierra siguen ocasionando el desplazamiento localizado en las zonas rurales y son agravadas por los litigios fronterizos en los condados. Las actividades de desminado han abarcado 1.131 kilómetros de rutas de emergencia, y 393 zonas peligrosas o campos minados son zonas seguras desde 2005. La capacidad del Gobierno de Sudán meridional para responder a las situaciones de emergencia sigue siendo débil. Las Naciones Unidas y sus interlocutores continúan apoyando el desarrollo de una capacidad de respuesta de emergencia en el sector del Gobierno. Y finalmente, en julio 2008, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno-Ocampo, ha acu-
220 sado al presidente sudanés, Omar al-Bashir, de genocidio en Darfur, entre otros crímenes. Queda por definir: ¿Cuáles son las probables consecuencias de esta acusación?
III. ¿Qué pasa hoy? En una mediación con grupos armados hoy en día. ¿Qué condiciones hace falta para que el proceso devenga irreversible? El tema de la irreversibilidad, sus pre-requisitos y sus condiciones es un tópico de mucha actualidad. Durante estos últimos años he trabajado con bastantes grupos armados, ya sea dentro del marco de guerras civiles o de enemigos cotidianos, como para saber que la irreversibilidad es una condición soñada por los mediadores y, a veces, por las partes; pero que no se logra con facilidad. Lo que más me asusta son las negociaciones en las cuales existe la creencia de que hemos alcanzado la irreversibilidad, porque es, entonces, cuando nos descuidamos todos y el proceso se desploma
íntegramente, puesto que ya no se está tomando en serio a las partes. También hay que tener cuidado, porque puede que no haya un punto irreversible en un proceso, sino varios, donde los temas que antes no se podían tratar ya pueden ser introducidos. Pero hay que tratar los puntos irreversibles con sumo cuidado. La verdad es muy sencilla… Solamente se puede obtener alguna forma de irreversibilidad si las partes son capaces de crear una confianza mutua durante el proceso, si están todos a gusto con el contenido y creen que hay beneficios sustanciales sobre la mesa. En este caso ya sabemos que las negociaciones de sustancia tendrán que tener en cuenta, entre otros, temas claves en las áreas política, económica y en seguridad. Pero desde la perspectiva del mediador, no quiero inmovilizarme en el contenido sustancioso que opto dejar a las partes. Prefiero centrarme en la irreversibilidad como una condición dentro de las negociaciones que solamente puede lograrse si se cumplen ciertos requisitos a nivel técnico y metodológico. Muchas gracias.