Revista Lazos 07

Page 1


Contenido 3

PRESENTACIÓN

Revista de la Fundación UNIR Bolivia para promover el diálogo, la gestión de conflictos, la comunicación y el desarrollo de ciudadanía intercultural, con las transversales de interculturalidad y bien común. Año 4, Nº 7, enero a julio 2009

Mediación: de la teoría a la práctica Mediación: entendiendo y desmitificando el término La praxis en la mediación: Reconstrucción del tejido social en escenarios conflictivos

Edición Claudia Vargas Urquieta Corrección de estilo Mauricio Murillo Ilustraciones Juan José Serrano María Isabel Blacutt gordamedia@yahoo.com Diseño SALINASÁNCHEZ

salinasanchez@entelnet.bo

12

JOSEP REDORTA

La naturaleza de la mediación intercultural Consejo editorial Ana María Romero de Campero René Zeballos Clavijo Erick Torrico Villanueva Gabriela L. Ugarte Borja Marisol Murillo Velásquez

8

CRHISTIAN AMÉSTEGUI

17

CARLOS GIMÉNEZ

Comunicación y ciudadanía: bases para una cultura de paz Alteridad dialógica y ciudadanía: retos desde la comunicación intercultural

28

JOSÉ LUIS AGUIRRE

La paz se construye con más participación ciudadana en la comunicación masiva

32

WASHINGTON URANGA

Diálogos 2006-2008: entre procesos de inclusión y exclusión Diálogos interculturales una aventura de la palabra

38

DAVID PORTILLO

El Diálogo y la construcción de la cultura de paz

41

LUIS VÁSQUEZ

UNIR Bolivia recibe el respaldo financiero de los gobiernos de Bélgica, Holanda, Suecia y Suiza, así como de la Unión Europea, Christian Aid y Trócaire. Fundación UNIR Bolivia Av. 6 de Agosto #2528 entre P. Salazar y L. Gutiérrrez (591-2) 2117069 - 2153021 info@unirbolivia.org www.unirbolivia.org Casilla 2787, La Paz - Bolivia ISSN: 1991-9506 Depósito legal: 4-3-88-06 Primera impresión de 5000 ejemplares

Experiencia de formación en análisis de conflictos y negociación a organizaciones sociales e instituciones

48

MARINA VARGAS

¿Contribuyen los medios a la polarización de discursos políticos?

53

VANIA SANDOVAL

MANO A MANO

La equidad vista desde el feminismo SONIA MONTAÑO

Y

ANA MARÍA ROMERO

DE

58

CAMPERO

BIBLIOTECA / Librero UNIR

62

WWWs DESTACADOS

64


Presentación

“P

rácticas para construir paz”, así titulamos a este séptimo número de la revista especializada LAZOS, en la que temáticas como la mediación, la comunicación y ciudadanía y la generación de espacios de diálogos son expuestas con el enfoque que se constituyen en pilares que contribuyen a la construcción de una cultura de paz. En la primera parte de nuestra publicación abordamos a la mediación, pero no de forma casual, pues de alguna manera es una prolongación de las reflexiones que surgieron el IV Congreso Mundial de Mediación —organizado por la Fundación UNIR Bolivia y celebrado en nuestro país a fines del año pasado— y que tuvo la virtud de recordarnos las posibilidades que tienen los medios alternativos en la resolución de conflictos para la construcción de paz. En este caso, para la revista se buscó la mirada de tres especialistas que, de manera pedagógica y sintética, nos entregan elementos que permiten entender y desmitificar el término. El primer provocador es el abogado Christian Améstegui, jurista especializado en mediación; que responde a interrogantes como ¿Quién puede ser mediador y qué papel cumple? o ¿Qué tipos de mediación existen? abordando el tema de una de las actividades vitales para la convivencia democrática y el desarrollo de la sociedad. Le sigue el conflictólogo, Josep Redorta, quien enfoca la mediación como una contribución para reconstruir el tejido social en escenarios conflictivos; plantea un análisis básico del sistema social, la relación competición/cooperación, la morfología de los conflictos, las relaciones de poder y la gestión emocional como paso previo a la intervención directa, hace referencia a algunas herramientas avanzadas de utilidad para el proceso mediador. Y cerrando este sector, bajo una óptica intercultural, el antropólogo Carlos Giménez que profundiza el tema aterrizando en ejemplos aptos para ser aplicados en cualquier coyuntura y advierte “En el mundo contemporáneo la intermediación cultural se ha ido formalizando y perfilando como una modalidad más en el amplio campo de la mediación”.

“En el mundo contemporáneo la intermediación cultural se ha ido formalizando y perfilando como una modalidad más en el amplio campo de la mediación”, afirma Carlos Giménez


Siempre en el ánimo de acompañar nuestras tareas con reflexiones que las enriquezcan y fortalezcan su sentido, para el segundo bloque convocamos a tres expertos a que aporten con sus conocimientos en las áreas de ciudadanía, medios y cultura de paz. En este marco, el comunicador José Luis Aguirre aborda los retos pendientes de la alteridad, vale decir la aproximación y la comprensión del Otro: “Con mayor frecuencia las sociedades admiten su carácter multicultural. Hay medios que apoyan estas concepciones y hay los que apuntalan el racismo y el fundamentalismo”, esta es un análisis del autor desde la comunicación entendida como un proceso de encuentros. Como valioso complemento el especialista en medios y ciudadanía Washington Uranga y la comunicadora Teresita Vargas proponen una mayor participación ciudadana en la comunicación masiva acompañada de claves para resignificar la tarea periodística, los autores afirma que “La democracia es un modo de vida y como tal requiere de un proyecto que no anule las diferencias, sino que asuma la diversidad de enfoques. Para ello es indispensable la participación colectiva tanto en la negociación como en la construcción de valores aceptados por todos”. El tercer acápite refleja los esfuerzos desarrollados estos últimos cuatro años por la Fundación UNIR Bolivia, que con la mirada puesta en mediano y largo plazo, se propuso ir tejiendo una telaraña de relaciones y encuentros en espacios habitados por el prejuicio y la desconfianza. Los materiales preparados por Vania Sandoval, Luis Vásquez, Marina Vargas y David Portillo giran en torno a lo que fue su experiencia en dos áreas claves para lograr ese objetivo: la formación de recursos humanos en la gestión pacífica del conflicto y, por otro lado, la realización de diálogos ciudadanos a lo largo y ancho del país. Estos aportes combinan precisamente la teoría con la práctica, en un esfuerzo por recuperar los procesos que se generaron primero en el desarrollo de metodologías enmarcadas en la realidad nacional y luego en su puesta en práctica. Ya en el cierre de la revista y dado que las luchas feministas y las indígenas han representando verdaderas epopeyas en pos de la igualdad, la dignidad y el ejercicio pleno de derechos. Ambas convergen en muchos planos pero, sin duda, también

“La democracia es un modo de vida y como tal requiere de un proyecto que no anule las diferencias, sino que asuma la diversidad de enfoques. Para ello es indispensable la participación colectiva tanto en la negociación como en la construcción de valores aceptados por todos”.


hay matices que las diferencian, como la situación de las mujeres indígenas que viven una doble exclusión, en este marco presentamos una entrevista de Ana María Romero de Campero con la socióloga Sonia Montaño, quien analiza el tema de la equidad desde la perspectiva feminista. El diálogo no sólo logra puntualizaciones conceptuales interesantes respecto a lo que es la equidad frente a la igualdad sino que propone temas de debate que a veces son obviados pese a que son imprescindibles en escenarios de cambio como los que vive la Bolivia del siglo XXI. Como siempre, esperamos que estos textos aporten a la reflexión colectiva pero también a la individual, para poder impulsar los cambios desde dentro, desde el corazón de toda sociedad, y de cada persona con el fin de promover la interculturalidad y el bien común entre todas y todos.

La Paz, julio de 2009



Mediación: de la teoría a la práctica Por lo general, todos conocemos de los conflictos que se generan en nuestro país: sociales, económicos, territoriales y un sinfín de temas más; y donde los hay, están medios de comunicación, y lo que vemos en televisión, leemos en periódicos y escuchamos en la emisoras radiales son, casi siempre, desencuentros. Muchas veces, también, nos enteramos de su desenlace. Sin embargo, el cómo es que se resolvieron, no lo sabemos ¿Quiénes coadyuvaron? O, más bien, ¿quiénes mediaron? La mediación se ha convertido en toda una ciencia, porque más allá de su concepto básico, hay tantas formas de atender los casos como conflictos existen. En este capítulo empezamos entendiendo y desmitificando el término, para pasar de la teoría a la práctica reconstruyendo el tejido social en escenarios conflictos, y así llegar a entender qué es una mediación intercultural.


Mediación: entendiendo y desmitificando el término ¿Quién puede ser mediador y qué papel cumple? ¿Qué tipos de mediación existen? Estas y otras preguntas se responden pedagógicamente abordando el tema de una de las actividades vitales para la convivencia democrática y el desarrollo de la sociedad. CHRISTIAN

N

o es exagerado decir que hay toda una diversidad de formas de entender el término mediación, por lo que es conveniente dar luces generales de su significado antes de profundizar cualquier análisis. En su forma esencial la mediación1 es una herramienta alternativa de resolución de conflictos entre dos o más partes con la ayuda de una tercera persona imparcial llamada mediador. Otras herramientas son, según su orden de complejidad, la gestión de buenos oficios, la negociación directa, la evaluación neutral temprana, la transacción, la facilitación, la conciliación, el mini-juicio, el tribunal ejecutivo, la adjudicación y el arbitraje. Manteniendo la sencillez conceptual entenderemos que ese tercero es una tercera persona no directamente involucrada en el conflicto que coadyuva en al proceso de transformación constructiva del conflicto. Parte es un participante en la mediación, diferente al mediador, y puede ser: una persona natural; una organización sectorial o un sector social perteneciente a la sociedad civil; una corporación u organización pública o privada, con o sin fines de lucro; o un Estado nacional. Conflicto es una relación entre dos o más partes que poseen, o consideran que poseen, objetivos incompatibles, con la potencialidad de escalar a niveles de una crisis. El mediador tiene como misión ayudar a las partes a acercarse, en el entendido que una aproximación entre ellas para intentar solucionar sus diferencias ha fracasado previamente, pese a los buenos propósitos que alguna de ellas o todas las partes pudiera(n) haber tenido al intentar resolver dichas diferencias sin ayuda externa. Al respecto entenderemos que mientras más avanzado dicho conflicto se encuentre más alejada está la posibilidad de poderla resolver, dado que típicamente las principales causales que ayudan a un posicionamiento o atrincheramiento consisten en la existencia de intereses ocultos o de agendas ocultas de una o de todas las partes (lo que incluye la posibilidad de que una de ellas no sepa en realidad qué quiere), desbalances de poder entre partes, intereses comerciales o sobre recursos, ansias de venganza o revanchismo, por mencionar las más importantes. Por su parte, etapas alejadas del origen dentro de la espiral conflictual involucran comportamientos menos racionales de los actores y así –nuevamente– menos probabilidades de una solución consensuada. Algunos enfoques de mediación incluyen: mediación transformativa, política, facilitativa, de músculo/de fuerza, huma-

8

AMÉSTEGUI

nista, de resolución de problemas, terapéutica, pura, med-arb, naturalista, técAbogado con nica, evaluativa, social, transformativa, especialidad en con enfoque en intereses, con enfoque Resolución de en derechos, etc., por mencionar las más Conflictos, graduado importantes, evidenciándose toda una de la North variedad de adjetivos que intentan definir London University las diferencias entre unas y otras. Veamos (Inglaterra) y de el enfoque de las principales: la Universidad de La mediación social consiste en una Uppsala (Suecia). tarea que una organización confiable Autor del “Hola..soy desde la perspectiva de las partes realiza su Mediador”. en miras a buscar un acuerdo. En el caso boliviano se tiene la tarea de acercamiento y facilitación de conflictos internos que frecuentemente han venido realizando, principalmente, la Iglesia Católica, el Defensor del Pueblo y la Asamblea de Derechos Humanos, careciendo estas tres organizaciones citadas de dichas funciones en un sentido estrictamente legal, o prescindiendo todas ellas de la utilización de metodología científica/técnica sobre mediación propiamente dicha; su labor ha sido la de una facilitación institucional cuasi patriótica. La mediación política es aquella tarea que permite identificar, recoger, articular, entender, agregar y conciliar intereses de la población de un Estado, concluyendo en la aprobación o en la crítica de políticas públicas, o la explicación de por qué no pueden ser alcanzados dichos intereses. Mediación de músculo/de fuerza es aquella en la que el mediador coerciona y obliga a las partes a aceptar un acuerdo basado en una salida propuesta o recomendada por aquel si tal moción o idea no nace de la propia voluntad de ellas o para evitar un fracaso. Para aquello se aprovecha de su sitial, experiencia o poder dentro del proceso. Mediación transformativa es aquel proceso cuyo énfasis está en la renovación, restablecimiento, fortalecimiento y transformación de la relación de partes para que éstas puedan lidiar con sus diferencias mediante una mejora de su relación. Mediación técnica es aquel proceso de toma de decisiones en el que las partes son asistidas por un tercero denominado mediador, quien intenta mejorar el (mencionado) proceso de toma de decisiones y asiste a las partes para llegar a un resultado que sea aceptable por cada una de ellas.


Así, un mediador técnico: a) Requiere estar formalmente capacitado para poder asistir a las partes en conflicto en función a la toma de decisiones que resuelva o no voluntariamente dicha incompatibilidad que provenga de ellas mismas. b) Tiene como parte de sus tareas el analizar y considerar el estilo que mejor se aplica a las circunstancias, situaciones, casos, especificidades del conflicto y a la personalidad de las personas involucradas. Hará tal consideración sobre todo en base a su profesión de origen, formación sobre mediación recibida, experiencia profesional y/o en calidad de mediador. De ello se desprenden los valores y metas que se enfatiza en su práctica, su inclinación a animar a las partes a comunicarse directamente entre ellas o su preferencia a que ellas intermedien su comunicación a través del mediador, la cantidad de tiempo que destina a sesiones conjuntas y a sesiones separadas, a su carácter evaluativo de los méritos de cada posición de partes, etc. Los típicos estilos son la mediación evaluativa (por la que el mediador usa su experiencia, educación, capacitación y experticia para dar a las partes una recomendación de una resolución “apropiada” del conflicto), la mediación facilitativa (por la que el mediador induce a las partes a negociar en términos de las necesidades e intereses sustantivos, procedimentales, psicológicos o culturales subyacentes de las partes en lugar de facultades y derechos reclamados) y la mediación de medios (por la que el mediador estimula un regatero paulatino que apunte a un compromiso que se sitúe óptimamente en un punto central entre las demandas posicionales originales de las partes). Debido al notorio éxito de la mediación, al presente su estudio está en un proceso de análisis general sobre cómo será definida, practicada y enseñada. Se busca como meta alguna forma de estandarización, aspecto que es un desafío dada la variación de estilos y prácticas. No obstante, la pregunta central reside en si una estandarización es deseable –si fuera posible, en todo caso– dado que las diferencias existen por algo y son dignas de ser comprendidas y respetadas, de esta manera comprender de dónde vienen dichas diferencias y aproximaciones y a dónde se dirigen. Luego será posible tomar decisiones informadas, como se analiza posteriormente. Algo está claro: hoy en día se suele mencionar bajo el término genérico de “mediación” a algo general, ignorando o minimizando las diferencias de percepción antedichas. La materia ha sido vista –con pocas excepciones– sin tomar en cuenta si la variedad de prácticas son fundamentales o no y si dichas prácticas requieren así una política pública diferenciada o está bien el desenvolvimiento y ritmo presentes. El tema ya fue mencionado en la obra La promesa de la mediación: respondiendo al conflicto a través de la empoderización y reconocimiento2, donde se revelaba que las diferencias

Mediación siempre viene con una teoría sustentatoria por detrás que explica qué es lo que hace un mediador al intervenir en un conflicto ajeno. De hecho hay teorías bien estructuradas y coherentes. (algunas veces totalmente incompatibles) entre mediadores y sus formas de trabajo eran ideológicas, basadas en las creencias/entendimientos de éstos sobre las personas y los conflictos tratados, y que dichas diferencias ideológicas tenían consecuencias en la forma de práctica y –finalmente– en la políticas públicas adoptadas. Es evidente que a lo largo del tiempo se ha minimizado dichas diferencias de enfoques de práctica mediadora como si ellas fueran un abanico de posibilidades de elección entre tipos de frutas en un mercado. Parte de dicho trajín está en que el mediador está autorizado a elegir el mejor estilo que convenga para el caso (total, igual se denomina mediación lo que está realizando), para el contexto y para las partes involucradas. Tal práctica aparenta ser apropiada porque considera un punto de vista políticamente correcto, por ser inclusivo para todo caso y para todos los individuos que quieran usar del servicio (sin importar quién o cómo se los ofrezcan), por ser consecuente con el principio de imparcialidad (típicamente confundido con el de neutralidad) que puede ser entendido universalmente como aquel por el que el mediador no trae al proceso ideales, planes predefinidos, una agenda prediseñada, metas, preconcepciones, etcétera y que sólo viene a realizar un trabajo. No obstante, mediación siempre viene con una teoría sustentatoria por detrás que explica qué es lo que hace un mediador al intervenir en un conflicto ajeno. De hecho hay teorías bien estructuradas y coherentes. La teoría de mediación transformativa de Bush y Folger, el enfoque dual de Rubin, Pruitt y Kim, el de discurso trascendente de Pearce y Littlejohn o el reciente de enfoque de mediación facilitativa. La importancia de la teorías por detrás de una práctica radica en que poseen asunciones ideológicas más amplias sobre el mundo (“cosmovisiones”): sobre qué motiva a la gente, cuáles son los orígenes del conflicto, cuál es el típico comportamiento conflictual, qué son las partes capaces de hacer en un conflicto, qué es una solución efectiva al conflicto mediado y cuánto cuesta e involucra resolver un conflicto tanto en tiempo y recursos. Por ello la forma de hacer mediación varía fuertemente como resultado de la teoría que apoya a una cierta práctica y de la cosmovisión que se tenga sobre la forma de ver el mundo que le circunda y sus teorías subyacentes

9


¿Y qué hay de la política pública? Las diferencias de prácticas de mediación, y sobre todo de las teorías que sustentas dichas prácticas y las asunciones sobre las que radican son, verdaderamente, importantes para la autoridad que diseña la política pública sobre la materia. Volviendo párrafos atrás, al ver tantos adjetivos que describen a la mediación, es evidente que los roles de los mediadores deben también ser diferentes, ajustándose a lo que se espera de ellos, desde facilitadores de procesos de diálogo hacia extremos opuestos como la asunción de estilos evaluativos sobre el conflicto como si el mediador estuviera juzgando los méritos respaldatorios de caso y –sobre esos fundamentos– aconsejando a las partes el asumir culpas y tomar decisiones. Ninguno de esos extremos es incorrecto y sólo son respuestas a la teoría y asunciones a la que responden, por lo que son acertados. Viendo así la cosa, evidentemente no es posible tener una sola política pública sobre mediación para extremos tan distantes de prácticas arraigadas. Para el caso en análisis pueden haber fuertes razones para propender en un proceso mediador dado a incentivar la comunicación o a incentivar una evaluación. Por su parte, las autoridades que regulan la mediación en los Estados también acarrean sus propias teorías y asunciones sobre el conflicto, sobre las partes en conflicto y sobre “buenas” o “malas” prácticas del día a día. El problema radica en que una vez delineada la política pública por éstas sobre la temática, entonces la palabra oficial está dicha, lo que incluye –por ejemplo– el poder unilateral de definir pausas administrativas de todo el circuito mediador en un Estado, la paralización de toda acreditación de conciliadores por el tiempo que se decida, la prohibición de formación técnica de nuevos elementos o el desconocimiento (o descarte) de nuevas tendencias internacionales sobre la materia por ignorancia. Una vez que la autoridad asume estándares basados en la adopción de paquetes externos como códigos de ética, requisi-

10


Las autoridades que regulan la mediación en los Estados también acarrean sus propias teorías y asunciones sobre el conflicto, sobre las partes en conflicto y sobre “buenas” o “malas” prácticas del día a día. tos mínimos para otorgar licencias o asunción de criterios de calificación de mínimos de calidad para autorizaciones, por mencionar algunas políticas públicas basadas en asunciones no declaradas, es que se pueden oficializar ciertas prácticas (y corrientes) y marginalizar otras sin más razón ni justificación. Por ejemplo, ciertas medidas administrativas pueden incidir en el hecho de que para capacitar deben adaptarse sistemas lineales de fases y etapas de mediación técnica versus enfoques más comunicativos o intuitivos. Puede también exigirse a los mediadores títulos profesionales (desconociendo prácticas milenarias o culturales, muchas veces) o formación jurídica como prerrequisito para ser mediador autorizado, dejando al resto como practicantes/novatos extraoficiales. En conclusión, en armonía con el estado de la ciencia sobre el tema de análisis, es el momento de evaluar las diferentes prácticas de mediación, discutir acerca de qué es mediación para ellas, si conciliación está dentro o fuera de la mediación, qué teorías tienen o deberían tener preponderancia para qué

tipos de conflictos y lugares, qué asunciones subyacen a aquellas teorías y cómo aquellas asunciones determinan la práctica mediadora del día a día. Para ello los que dirigen la política pública estatal sobre cultura de paz y mediación deben consultar con profesionales familiarizados con la materia o que manejan sus propias teorías y/o con quienes están entrelazando dichas teorías con otras aplicables. Una visión nueva, inteligente y con plenitud de información reconocerá preliminarmente que hay variantes y enfoques diferentes. 1

Nos desligamos del término conciliación entendido como un proceso alternativo de resolución de conflictos por el que una persona adicional de carácter neutral –el conciliador– interviene de diferentes maneras con el objeto de facilitar un acuerdo entre partes, incluyendo la posibilidad de dar su opinión, que ponga fin al conflicto. 2 Bush, R.A.B. y Folger, J.P. La promesa de la mediación: respondiendo al conflicto a través de la empoderización y reconocimiento. San Francisco, Jossey-Bass, 1994.

Bibliografía Bush, R.A.B. y Folger, J.P. La promesa de la mediación: respondiendo al conflicto a través de la empoderización y reconocimiento. San Francisco, Jossey-Bass. 1994. Boulle, Laurence. Mediación: principios, proceso y práctica. Hampshire, 2007. Mediation News, 17 (3), pp. 1-3. Lexington, MA: Academy of Family Mediators. Pearce, W.B. y Littlejohn, S.W. Conflicto moral: cuando los mundos sociales colisionan. Thousand Oaks, Sage, 1997. Rubin, J.Z., Pruitt, D.G., y Kim, S.H. Conflictos sociales: escalada, impasses y acuerdos (2d Ed.). New York, McGraw-Hill, 1994.

El IV Congreso Mundial de Mediación El año pasado la sede de Gobierno se vistió de gala. Expertos de Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, México, Perú, España, Portugal, Suecia, Suiza, Francia y Túnez nos visitaron y trajeron sus conocimientos y experiencias sobre la utilización de métodos de mediación en la transformación de los conflictos en ámbitos como la familia, educación, justicia, política, interculturalidad y seguridad en el IV Congreso Mundial de Mediación que se llevó a cabo del 10 al 15 de noviembre de 2008. El objetivo del IV Congreso Mundial fue difundir las contribuciones de este método en el desarrollo de la democracia e implantarlas en

el país y la región. Ya en eventos de años anteriores se demostró que la mediación puede ser la portadora de valores fundamentales propios al régimen democrático. Participaron del evento más de un millar de personas y previo a su realización se realizaron precongresos en Cochabamba, Santa Cruz, Sucre y El Alto..

cipó Carlos Rúa (Colombia), Carlos Giménez (España) y Fadhila Mammar (Túnez). Asimismo, se habló sobre elementos culturales en los conflictos políticos-sociales con Alejandro Nató y el arte de construir consensos en la mediación política con Sergí Farré y Juan Manuela Ávila.

Expositores Una variedad de temas se expusieron como: La esencia de la mediación, cultura de paz y compromiso social que estuvo a cargo de Graciela Tapia (Argentina) y Jorge Pesqueira (México) y la Mediación intercultural: abordaje eficaz de conflictos sociales en la que parti-

Destaca también entre los expositores al noruego Josep Galtung quien abrió el programa de esta cita mundial El producto final se plasmó en la memoria del IV Congreso Mundial de Mediación que recoge la riqueza de las exposiciones del evento.

11


La praxis en la mediación: reconstrucción del tejido social en escenarios conflictivos Se plantea un análisis básico del sistema social, la relación competición/cooperación, la morfología de los conflictos, las relaciones de poder y la gestión emocional como paso previo a la intervención directa. Se referencian algunas herramientas avanzadas de utilidad para el proceso mediador. JOSEP

Entender lo que sucede El análisis del sistema social Entender lo que está sucediendo es algo muy importante, sea cual sea el estadio de desarrollo en que se encuentre un conflicto concreto. Toda intervención eficaz en orden a la reconstrucción del tejido social exige un análisis previo sobre qué es lo que está ocurriendo en dicho tejido social antes de decidirse por alguna estrategia o recursos de acción mediadora. Cuando se trata de grupos sociales, una primera vía de luz es el análisis de Parsons, sociólogo de referencia que estudió los sistemas sociales con mucha profundidad aunque con óptica de estabilidad. En un trabajo anterior (2007) resumimos los cuatro componentes del sistema social dañado que conviene considerar: Roles Agrupan funciones

Colectividades Agrupan personas Componentes del Sistema Social Normas Agrupan pautas

Valores Agrupan ideas Fuente: REDORTA, J. (2007) sobre ideas de T. Parsons. En Entender el conflicto.

Estos cuatro grupos son importantísimos. Sea cual sea el nivel al cual se da el conflicto –una ciudad, una comunidad, dos grupos enfrentados, etc.– es necesario considerar y visualizar lo que ocurre en estos aspectos. No es preciso un estudio en profundidad, sino solamente aquella información que va a ser relevante para el equipo de mediación en el momento de decidir una estrategia de abordaje de la situación planteada. Examinar los ROLES significa comprender “quién hace qué en la comunidad”. Conocer esto implica ver estos roles desde

12

REDORTA

la óptica de su aportación a la solución negociada del conflicto. Un esquema que Abogado puede ser de alta utilidad para esta la- mediador. bor lo elaboró el antropólogo William Ury Español. Doctor en (2000) y es el siguiente: Psicología Social. Estos diez roles relacionados con la Experto gestión del conflicto se dan en todas las internacional situaciones en función del estadio de deen gestión de sarrollo del mismo. Así, no es lo mismo conflictos. prevenir, resolver o contener, por lo que cada función precisa sus roles específicos. También cabe decir que una misma persona puede efectuar más de un rol en determinados conflictos. A partir de este análisis se hace más fácil localizar quién puede hacer una función concreta para resolver la situación planteada. Un segundo aspecto a considerar son las COLECTIVIDADES. Esto implica examinar los grupos que están presentes en el espacio en el que se desarrolla el conflicto. Para aclarar esto es útil preguntarse respecto a cada uno de los grupos en acción tres cuestiones claves: ¿Cómo es el liderato de ese grupo? ¿Qué grado de cohesión interna manifiesta? ¿Cómo es la “química personal” (afectividad) entre sus participantes? Schutz1 elaboró todo un modelo sobre estos tres parámetros como elementos centrales y rápidos para entender problemáticas grupales. Sin duda, todo el conocimiento amplio de la dinámica de grupos es de utilidad aquí. Este modelo denominado FIRO puede ser de alta utilidad para los mediadores. El tercer aspecto a considerar son las NORMAS. Las normas marcan pautas de actuación; conocer por qué se está actuando de una manera determinada y no de otra es muy relevante. Las normas pueden ser jurídicas o no. Cada grupo tiene sus propias normas y una manera de enfrentarse a los conflictos que no deja de ser otra pauta de comportamiento. En las situaciones de cambio profundo se puede producir mucha oscuridad en este punto, debido a cuestiones vinculadas a la cultura o a situaciones de anomia2. El análisis de las normas no deja de ser un estudio de la manera en que las partes en conflicto se comportan.


Los diez roles del tercer lado Por qué escala el conflicto

Modos de tranformar el conflicto PREVENIR

Necesidades frustradas

1. EL PROVEEDOR

Habilidades pobres

2. EL MAESTRO

Relaciones débiles

3. EL CONSTRUCTOR DE PUENTES

RESOLVER Intereses conflictivos

4. EL MEDIADOR

Derechos en disputa

5. EL ÁRBITRO

Poder desigual

6. EL EQUILIBRADOR

Relaciones dañadas

7. EL CURADOR

CONTENER Ninguna atención

tes funciones en la práctica social: permiten resolver conflictos y tomar decisiones, generan pautas de conducta, motivan, generan defensas, etc. Examinar el grado de cooperación Lo que es esencial en la gestión del conflicto es que las partes pasen de actitudes competitivas a actitudes cooperativas. Los grupos humanos precisan tanto el conflicto como el consenso para conseguir sus objetivos. Cuando un grupo se halla en consenso se ha producido lo que se llama un “efecto de normalización”. Es decir, el grupo es capaz de funcionar de acuerdo a unas pautas aceptadas en algún grado. En el conflicto entre grupos –muy específicos en sociedades divididas– se produce el fenómeno inverso denominado “efecto de polarización”. Cuando los grupos están polarizados se ha pasado, en algún nivel, de la conducta cooperativa a la conducta competitiva. Cada parte cree tener razón y quiere imponerse a la otra parte. Los estereotipos y los prejuicios tienen aquí un papel muy importante. Siempre se destacan de la otra parte aspectos negativos. Se producen importantes fenómenos de pérdida de objetividad3. En estos estadios cada grupo “precisa”, de alguna manera, tener un enemigo para mejorar su propia cohesión interna. El caso más extremo de polarización son las guerras abiertas. El equipo de mediación debe ponderar sosegadamente en qué estado de la dinámica competición/cooperación se halla el conflicto en el momento previo a decidir la forma de intervención y los objetivos.

8. EL TESTIGO

Ninguna limitación

9. EL JUEZ DE CAMPO

Ninguna protección

10. EL GUARDIÁN DE LA PAZ

Plantearse el tipo de conflicto Existen hasta 16 tipos de conflictos básicos que resumimos en este esquema: Morfología del conflicto

Finalmente, en el esquema que hemos efectuado es preciso considerar los VALORES. Este aspecto requiere revisar los mitos, las creencias, las ideas de cada grupo en conflicto. Dejando aparte las dificultades de intervenir en las cuestiones de valores, a efectos de análisis, es sumamente práctico conocer lo que se pueda de esto. Los valores orientan las decisiones que tomamos y es preciso considerar hasta qué punto pueden o no entrar en conflicto entre las partes. Examinemos este cuadro: Valor

Ejemplo

Valor compartido

El dinero, la salud, la felicidad, etc.

Valor no compartido

Racismo, la creencia en un mismo dios, etc.

Fuente: REDORTA, J. (2001) a partir de las ideas de Trilla, J. (1992) en El profesor y los valores controvertidos

Es importante considerar, por quienes intervienen en la gestión del conflicto en sociedades divididas, cuáles son aquellos valores que al menos son parcialmente compartidos. La relevancia de este aspecto es que los valores tienen muy importan-

Conflicto básico

1. Recursos escasos

Necesidad/recursos

2. Poder

Poder/libertad

3. Autoestima

Valoración social/autovaloración

4. Valores

Descreencia/creencia

5. Estructurales

Medios/soluciones

6. Identidad

No ser/ser

7. Normativos

Conducta/norma

8. Expectativas

Esperanza/realidad

9. Inadaptación

Estabilidad/cambio

10. Información

Conocer/ignorar

11. Intereses

Deseos/oposición

12. Atributivos

Asumir/desplazar

13. Incompatibilidad personal persistente

Aceptación/no aceptación

14. Inhibición

Acción/bloqueo

15. Legitimación

Fuerza/derecho

16. Inequidad

Justicia/injusticia

Fuente: REDORTA, J. Entender el conflicto (2007)

13


Desde nuestro punto de vista, es muy importante cada uno de estos tipos o la mezcla de algunos. Se parte de la base de que la predominancia de alguno de estos tipos de conflicto configura una forma de intervención distinta. Esto requiere un análisis detallado por parte del equipo de mediación4. La idea es que, en esencia, un conflicto de poder en su estado más puro sigue las mismas pautas de desarrollo en distintos contextos y niveles. Entender esto simplifica las intervenciones de manera muy importante.

Cuando los conflictos se dan en

Gestionar la situación emocional En sociedades en conflicto existen muchas emociones encontradas que van desde la frustración, la indignación, el odio, etc. Nunca hay que minimizar estos aspectos porque la reconciliación, y por tanto el consenso, no va a producirse a menos que los niveles de emocionalidad admitan planteamientos que permitan la cooperación siquiera mínima entre las partes. Normalmente, la autoestima de las personas y los grupos ha sido puesta en cuestión y esto es fuente de agresividad demostrada en la ciencia. Cómo salvar la autoestima de cada parte es una labor que no puede descuidarse si se quieren obtener resultados en el proceso de mediación. La gestión de las emociones pasa a tener un rol central. El perdón de los ofendidos, la reparación, la voluntad de mirar todos hacia el futuro, las formas de castigo exigidas por las partes, etc., forman parte de aspectos muy delicados del conflicto que los mediadores deben sentirse preparados para afrontar.

de manera amplia.

Examinar el poder El poder está presente en toda interacción social en una o múltiples formas. Considerar cómo son las relaciones de poder entre los participantes en el conflicto condiciona toda la acción. Una cosa es el poder que las partes perciben que tienen y otra la realidad de las relaciones de poder entre partes en conflicto. En este caso, la actuación de los participantes se adapta a sus percepciones que adoptan como realidades. No se puede entender un conflicto si no se examina la relación de poder percibida por las partes entre sí. Esto condiciona sus estrategias y sus estilos de resolución del conflicto. Los procesos competitivos están marcados por la relación de poder, mientras que los procesos cooperativos están basados en la solidaridad. Para convertir competición en cooperación hay que conseguir cambiar actitudes desescalando el conflicto y esto pasa por buscar unos puntos mínimos de confianza entre las partes. El mediador es un reconstructor de confianza. O, si se quiere, un potenciador de solidaridades por mínimas que sean.

Herramientas de intervención La importancia de la comunicación Más allá de las herramientas vinculadas a la compresión de los hechos y los procesos, el ámbito de las soluciones pasa por herramientas vinculadas a la comunicación. No se da a la pala-

14

grandes grupos, las oportunidades de participación individual descienden. Sin embargo, a veces es muy prudente y necesario estimular la participación

bra el poder que realmente tiene. Tan importante es la palabra, que su uso social acostumbra a tener limitaciones en todos los ordenamientos jurídicos del mundo y la libertad de expresión en muchos aspectos es un derecho a conquistar plenamente. No es lo mismo información que comunicación. La comunicación engloba a la persona. Las máquinas intercambian información, pero no es comunicación hasta que se le añade el impacto emocional que nos produce el mensaje. Además, la comunicación es siempre conducta5. Esto ya lo puso en manifiesto el pensamiento sistémico que declaró que “es imposible no comunicar” cuando las personas están en presencia unas de otras, porque la comunicación llamada no verbal (el gesto, el tono de voz) forma parte del proceso comunicativo. La consecuencia de esta idea es que al cambiar la comunicación se produce un cambio de conducta. El esquema podría ser el siguiente: a) La mera aceptación del diálogo dirigido supone reconocimiento y por tanto legitimación de las partes para plantear y defender su punto de vista por opuesto que sea. b) La aceptación del diálogo dirigido reduce la asimetría del poder. Supone poner a las partes en un cierto plano de igualdad, al menos formal, lo que permite la expresión de emociones, intereses y necesidades muy diversas en un entorno no agresivo. c) Esta situación permite negociar el significado de los hechos objeto del conflicto para cada una de las partes. Lo sucedido puede ser reinterpretado y asumido en forma distinta y los niveles de comprensión muy superiores. d) Al cambiar el significado, cambia la naturaleza del conflicto y por tanto el comportamiento de cada uno. Si las actitudes son más cooperadoras, los intereses en conflicto pueden ser reconducidos hacia puntos en común muchas veces no considerados. El diálogo apreciativo Cuando los niveles de confrontación no son muy altos y las partes sienten que hay algo en común que les une y tienen predisposición a cooperar aún defendiendo sus puntos de vista, la técnica del “diálogo apreciativo”6 es una herramienta que puede ser muy importante. La idea central es posicionar al grupo de


manera que se refuercen los aspectos positivos del mismo. También, orientándolo al futuro. Hay una técnica específica en cuatro pasos que requiere explicaciones más amplias. Lo importante es destacar aquí que se trata de un recurso altamente valioso y que consigue muy rápidamente buenos resultados si se dan las condiciones de aplicación. Esta técnica en los últimos cinco años está teniendo una fuerte extensión en diversos países. La facilitación En mediación la facilitación significa un nivel mínimo de intervención. Intenta generar recursos y ponerlos a disposición de las partes para que se los apropien. Se trata de lugares de acceso común, espacios de intercambio irregular en función de las necesidades, puntos de encuentro muy neutrales. El facilitador hace acercamientos más que buscar soluciones y su pretensión es que sean las partes, si es posible, que se impliquen en la solución. Así la función de intercambio de prisioneros que en una guerra pueda efectuar una organización reconocida encajaría en la figura de la facilitación, por poner un ejemplo. Existen distintas figuras de intervención dentro de la facilitación y es un campo en crecimiento. Por ejemplo, el llamado conferencing es un diálogo comunitario donde una autoridad (si está legitimada en la comunidad) reúne a todos los implicados en el conflicto para “forzar”. bajo una autoridad que no usa, que ellos mismos propongan una solución asumible que pueda ser aceptada por todos. Como decíamos, la facilitación es una figura que adopta en la práctica diversas formas y que cada vez es más reconocida. Generación de consensos amplios Cuando los conflictos se dan en grandes grupos, las oportunidades de participación individual descienden. Sin embargo, a veces es muy prudente y necesario estimular la participación de manera amplia. Las reuniones pueden ser muy pesadas y los individualismos o las presiones grupales impiden que florezcan buenas soluciones.

15


Una metodología potente para ser usada en grandes grupos es DELIBERA7. Se trata de una metodología que permite visualizar muy rápidamente los grados de consenso y disenso en puntos concretos que forman parte del debate y que otorga a todos la oportunidad de participar. Ha sido ampliamente ensayada en grupos de hasta trescientas personas. En grupos también amplios y en organizaciones se ha venido usando con mucho éxito una herramienta llamada Metaplan que permite la aportación de ideas nuevas a problemas que se plantean. Esta técnica surgió de los movimientos sociales alemanes en la década de los años sesenta del siglo pasado. El Metaplan está dirigido por facilitadores y permite ordenar las ideas de todo un grupo a partir de conceptos que se vinculan entre sí por etiquetas que el grupo elabora y cuelga en paneles. Hablar casi no es importante, sino depositar en el lugar adecuado una palabra expresiva de un concepto, que luego se reelaborará por el grupo. Los grupos tienden a ser de hasta veinticinco personas y pueden generarse varios grupos en un proceso de integración posterior de toda la información.

En mediación la facilitación significa un nivel mínimo de intervención. Intenta generar recursos y ponerlos a disposición de las partes para que se los apropien. El tercer lado Es una metodología expuesta por Wiliam Ury, antropólogo norteamericano en su conocido libro Alcanzar la paz. Se trata de poner en movimiento todos los recursos de las comunidades, por amplias que sean, para sacar partido de las habilidades sociales de “mediación informal”. Ya nos hemos referido a este modelo al hablar de los roles para situaciones de conflicto. Su implementación es altamente útil para grandes unidades de ciudadanos tales como barrios, ciudades, etc., pero requiere una acción a medio plazo sostenida. El tercer lado tiene que ver con gente que no es parte del conflicto, pero que está dispuesta a implicarse en la solución.

A modo de conclusión El conocimiento de los aspectos básicos de la conflictología es de alta utilidad para todos aquellos que deseen impli-

16

carse en la solución de problemas. Hay más recursos de los que creemos. Aunque ciertamente menos de los que muchas veces se necesitan. La formación en esta área es de amplia utilidad social y sus efectos permanecen en el tiempo. La mediación ha venido para quedarse. 1 Este modelo se halla desarrollado en la obra: Firo a Three Dimensional Theory of Interpersonal Behaviour de SCHUTZ, W. (1958). N.Y: Rinehart & Company. No nos consta traducción al español. 2 La anomia es una palabra de origen griego que se utiliza para reflejar situaciones de ausencia normativa que siempre son temporales en los grupos. En Bolivia el cambio de situación jurídica derivado de la aplicación de la nueva Constitución puede ser fuente de ausencia normativa. Lo mismo en los procesos de transición de lideraje en un grupo. 3 Esta pérdida de objetividad está muy bien explicada en la ciencia a través de la teoría de la atribución (psicología social). Se trata de sesgos atribucionales, por lo que se pretende que la responsabilidad de algo no corresponde al que ejecuta la acción. 4 Estos tipos de conflicto se examinaron para uso de la herramienta CAT (Conflict Analysis Tipology). Los aspectos teóricos se hallan en la obra Cómo analizar los conflictos de Redorta, J. (2004, 2007). Barcelona: Paidós. 5 Esto fue puesto de manifiesto por todo el pensamiento sistémico y en particular por la llamada “Escuela de Palo Alto”. Su referente fundamentalmente es Watzlawick, P.. 6 Las referencias están casi todas en inglés. Los principales autores son Cooperrider, D.L., Whitney, D. y Stavros, J.M. con su obra seminal: Appreciative Enquiry Handook. También merece la pena consultar la obra The Change handbook, compilada por Holman, P.; Devane, T y Cady, S., ambas publicadas recientemente en San Francisco (California) por Berrett- Koehler Publishers. 7 Para ampliar la información ver la web www.delibera.info

Bibliografía Cooperrider, D.L., Whitney, D. Y Stavros, J.M. Appreciative Inquiry Handbook. San francisco (Ca.), Berrett- Koehler Publishers, 2005. Holman,P, Devane, T. Y Cady, S. The change Handbook. San francisco (Ca.), Berrett- Koehler Publishers, 2006. Parsons, T. El sistema social. Madrid. Alianza, 1999. Redorta, J. Como analizar los conflictos. Barcelona, Paidos, 2004, 2007. Redorta, J. Entender el conflicto. Barcelona, Paidós, 2007. Schutz, W. Firo a Three Dimensional Theory of Interpersonal Behaviour. N.Y, Rinehart & Company, 1958. Ury, W. Alcanzar la paz. Barcelona, Paidós, 2000. Watzlawick, P., Beauvin, J. y Jackson, D.D. Teoría de la comunicación humana. Barcelona, Herder, 1991.


La naturaleza de la mediación intercultural La intervención de terceros etnoculturalmente diferentes es antigua. En el mundo contemporáneo la intermediación cultural se ha ido formalizando y perfilando como una modalidad más en el amplio campo de la mediación. CARLOS GIMÉNEZ

P

artiendo de que la proliferación en Europa de programas de mediación lingüística, trabajadores de enlace e intermediación cultural no va en paralelo con su fundamentación teórica y conceptual, el autor trata de aportar –como primer paso dentro de una serie de ensayos– unos elementos de reflexión sobre la naturaleza y distintividad de la mediación intercultural. Entendiéndola como una modalidad más de mediación pero en situaciones y contextos de “multituculturalidad significativa”, se pasa revista a cuatro de sus rasgos diferenciadores: la diferenciación etnocultural de las partes involucradas, la incidencia de dicha diferenciación en la relación existente, la relevancia del bagaje cultural del mediador y el objetivo de la interculturalidad.

Introducción La práctica suele ir por delante de la teoría. Actualmente están apareciendo por doquier iniciativas de mediación lingüística y de intermediación cultural sin que se esté produciendo paralelamente una reflexión y clarificación de sus fundamentos. Se están experimentado en Europa comunitaria programas de formación de mediadores interculturales y convenios para la contratación de “link-workers”, pero por lo general estas experiencias, formativas y prácticas, no van acompañadas de un fundamento teórico y conceptual amplio. Parece, por lo tanto, un momento adecuado para tratar de ordenar algunas reflexiones sobre la mediación intercultural comenzando por abordar cuál es su naturaleza y su especificidad y qué le aporta un carácter distintivo y “sui generis” respecto a otros tipos de intervención y trabajo social y con respecto a otras modalidades de mediación. PRIMERA PARTE:

Vino nuevo en odre viejo Antigüedad y novedad de la intermediación cultural La intervención de terceros entre partes etnoculturalmente diferenciadas es algo muy viejo, quizás tan antiguo como los propios contactos culturales y las relaciones interétnicas. Allí donde se han relacionado personas y grupos con idiomas, religiones, costumbres, estructuras organizativas y códigos dispares ha surgido

ROMERO Antropólogo, profesor del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha dirigido la Escuela de Mediadores Sociales para la Inmigración (EMSI)

siempre la necesidad del intérprete o traductor –la “lengua” a la que tanto hacen referencia los cronistas españoles de América– y la oportunidad para mediar entre las partes y sus malentendidos, tratados y conflictos. Pensemos en el papel de intermediación jugado en las eras de las colonizaciones por tantos funcionarios, misioneros, comerciantes o líderes nativos. En el mundo contemporáneo la intermediación cultural se ha ido formalizando y perfilando como una modalidad más en el amplio campo de la mediación.

y actualmente es

Proliferación de iniciativas en relación a las comunidades migrantes

Coordinador de la UAM en el Servicio de Mediación Social Intercultural.

Experiencias en Europa Hoy día y al calor de las nuevas migraciones internacionales están aflorando en Europa distintas experiencias sociales que pueden ser agrupadas bajo el rótulo común publicado en la revista de “mediación intercultural” Migraciones nº 2 (1997) de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. No sin avances y retrocesos y no sin dudas y debates, van tomando cuerpo iniciativas sociales e institucionales en las cuales se organizan programas de formación y actuación de mediadores, casi siempre en relación con las situaciones de precariedad o marginación de comunidades de inmigrantes. Se trata por lo general de intentos de establecer puentes, lingüísticos y relacionales, entre los colectivos de inmigrantes extranjeros y los departamentos o centros de bienestar, salud, educación y servicios sociales tras la constatación de las mayores dificultades de acceso a esos recursos por parte de los miembros de las “nuevas minorías” y de la necesidad del profesional de conocer y tratar mejor a estos nuevos usuarios. Un botón de muestra es el London Interpreting Proyect (LIP). Este programa surgió a finales de los años ochenta a partir de la preocupación existente en personas pertenecientes a la minoría negra y a otros grupos étnicos minoritarios, con respecto a la dificultad e incluso incapacidad que amplios sectores de la sociedad londinense, cuya primera lengua no era el inglés, tenían

17


Las situaciones de multiculturalidad son tan frecuentes que casi se podría afirmar que la mayoría, sino la para beneficiarse de servicios básicos de salud, servicios sociales, alojamiento y educación. No había servicios e intérpretes multilingües y había que crearlos. El LIP trató de hacer frente a esa necesidad proveyendo información, capacitación y apoyo a todos los involucrados en la necesidad de establecer lazos de comunicación para la comunidad (community interpreting), ya fueran éstos usuarios o proveedores de servicios, ya fueran intérpretes individuales, defensores (advocates) o trabajadores de enlace (linkworkers). En el LIP se distinguen tres tipos de mediación: el lingüístico, el de equipo profesional y el centrado en el cliente. En cada uno de estos modelos varía el rol del mediador-intérprete, sus funciones y su ubicación laboral. Por otra parte, cada uno de ellos sirve para asuntos o situaciones diferentes y tiene ventajas e inconvenientes. Este no es el lugar para analizar a fondo esta y otras experiencias, pero sí de insistir en la necesidad de fundamentar conceptualmente este campo de intervención social, sensible y en expansión. En cuanto a intervención de terceras partes entre dos o más sujetos, toda mediación tiene un carácter “relacional”, comencemos pues por caracterizar lo que han venido denominándose en la literatura científico-social las “relaciones interétnicas” y que preferiremos llamar “situaciones sociales de multiculturalidad significativa”. SEGUNDA PARTE:

De la multiculturalidad a la necesidad de mediación Relaciones interétnicas o situaciones de multiculturalidad significativa Debido a la globalización de la economía, las migraciones, el turismo, las nuevas tecnologías y comunicaciones, los avances en los medios de transporte y otros factores, cada vez son más frecuentes las situaciones de multiculturalidad. Entendemos por tales aquellas situaciones sociales en las que están involucrados individuos, grupos o instituciones diferenciados culturalmente entre sí y concebimos esa diferenciación cultural en el sentido más amplio, incluyendo los contrastes por etnicidad, raza, religión, lengua y nacionalidad. En cierto sentido, todas las situaciones sociales son de multiculturalidad, desde el momento en que en la cultura se comparte diferencialmente según edades, géneros, clases, regiones, etc. Cuando interactúan dos individuos cualesquiera pertenecientes a una misma cultura, grupo étnico, comunidad religiosa o lingüística, están presentes bagajes, modalidades o versiones siempre diferenciados. Desde este supuesto, apenas encontraremos situaciones sociales de “monoculturalidad”. Ahora bien, a los efectos del análisis de la mediación intercultural considero necesario y pertinente restringirse a lo que hemos denominado en la definición “situaciones sociales de multiculturalidad significativa”, es decir, aquellas situaciones

18

totalidad, de las situaciones sociales son de multiculturalidad siendo minoritarias las situaciones sociales “monoculturales”. en las que la distintividad sociocultural de los actores sociales se convierte, por el motivo que sea, claramente relevante y central o, al menos, especialmente influyente. En dichas situaciones los actores sociales en interacción (individuos, grupos, organizaciones, comunidades, etc.) están dando importancia considerable –consciente o inconscientemente– a la diferenciación del otro o a la propia respecto del otro, en términos físicos, de conducta, de modo de vida, de lenguaje, de simbolización, de expresión de valores, etc.

Diversidad de situaciones En toda situación de multiculturalidad significativa dos o más sujetos o actores sociales están vinculados por una relación interétnica, esto es una relación social manifiestamente condicionada por la identidad etnocultural diferenciada de los sujetos. Según cuál sea el número y naturaleza de los sujetos involucrados, el contenido y las características de la relación establecida y el tipo de contexto inmediato y global en el que ocurre, se produce una gran diversidad de situaciones de multiculturalidad.

Según los actores involucrados Respecto a los sujetos, segmentos o actores interrelacionados nos parece útil clasificarlos en individuos, grupos e instituciones. Utilizamos aquí “grupos” como homónimo a “colectivo” y también a “comunidad”. Desde un punto de vista de análisis meramente formal y clasificatorio, la combinatoria de esos tres elementos tomados de dos en dos permite distinguir seis tipos de situaciones de multiculturalidad: a) Relación individuo-individuo. Ejemplo de ello son las denominadas parejas o matrimonios mixtos entre autóctonos e inmigrantes foráneos. Otros ejemplos de este tipo de relación interétnica nos vienen dados por todas aquellas otras diadas interpersonales en las cuales están presentes bagajes culturales diferenciados: doctor/paciente, profesor/alumno, alumno perteneciente a la mayoría /alumno perteneciente a una minoría, juez/acusado; abogado/cliente, policía autóctono /inmigrante, etc. b) Relación individuo-grupo. Este otro tipo de relación puede ejemplificarse con el caso del misionero europeo que trabaja, por ejemplo, en una comunidad campesina africana; o con la experiencia del cooperante internacional con respecto a la


organización no gubernamental que hace de contraparte en el país donde se efectúa el proyecto de desarrollo. c) Relación individuo-institución. Un ejemplo de ello es el de los miembros de una comunidad inmigrante y el hospital donde son atendidos o la escuela donde asisten sus hijos. Por su historial, normas, personal, organización, clientela mayoritaria, celebraciones, lengua, símbolos, costumbres, etc., tanto la institución médica o sanitaria de la que se trate, como la escolar o académica, responde a una lógica etnocultural diferenciada de la del inmigrante usuario –pongamos un senegalés o una polaca–, quienes, por lo general, disponen (también) de un sistema propio de referencia en salud o educación. d) Relación grupo-grupo. Un caso de relaciones grupo-grupo sería, por ejemplo, el de dos colectivos profesionales que se reúnen en un determinado encuentro de negociación, para compartir experiencias, etc. Esta otra faceta relacional la encontramos también en la interacción vecinal y cotidiana en la vida local de un barrio urbano, o de un pueblo, donde están asentados varios grupos étnicos. Veamos un caso al que el autor de estas líneas está dedicando un estudio. e) Relación grupo-institución. También en este tipo de relación pueden traerse a colación distintos ejemplos: las establecidas entre un colectivo de estudiantes de origen extranjero en la escuela; un grupo de pacientes musulmanes en un hospital católico o de pacientes de cultura católica en un hospital judío; un colectivo de acusados que son juzgados por un tribunal (como ocurre, por ejemplo, con ciudadanos europeos detenidos por tráfico de droga en países asiáticos). f ) Relación institución-institución. Cuando la interacción se está produciendo entre asociaciones civiles, departamentos de la administración, escuelas, hospitales, clubes, grupos de presión, municipios, tribunales, cuerpos de policía, etc., y cuando en dicha interacción se da una relevancia de los factores etnoculturales (ya sea por las personas o grupos implicados, ya sea por la temática o asunto a abordar) encontramos un marco interinstitucional propicio para la intermediación cultural. Según el tipo de relación establecida Tanto por su contenido como por sus características encontramos también aquí una gran variedad. La “relación interétnica” que vincula a dos actores sociales o institucionales puede ser familiar, laboral, asistencial (acceso a servicios sociales), escolar o educativa, residencial (por ejemplo de vecindad), sanitaria o médica, judicial o penal, etc. Junto a su(s) contenido(s) cada relación se caracteriza por un conjunto de rasgos en relación con los estatus respectivos, los roles en juego, la existencia o no de conflicto abierto, los niveles jerárquicos de las partes, necesidades en juego, conductas de las partes, etc. Se trata de notas distintivas que podríamos presentar en forma bipolar con el hilo conductor de su mayor o menor “verticalidad” u “horizontalidad”. Entre las partes involucradas en la

relación puede haber un mismo o diferente rol; desigualdad/ igualdad; jerarquía/horizontalidad; competencia/cooperación conflictividad/armoníaa; voluntariedad/obligatoriedad; dominación/ paridad; etc. Según los contextos Como decíamos más arriba, las situaciones de multiculturalidad son tan frecuentes que casi se podría afirmar que la mayoría, sino la totalidad, de las situaciones sociales son de multiculturalidad siendo minoritarias las situaciones sociales “monoculturales”. Lo importante es determinar por qué en determinados contextos o circunstancias el “factor etnocultural” se convierte en algo relevante, clave y desafiante. Podemos distinguir el “contexto inmediato” y el “contexto global”. Por ejemplo, en el rechazo laboral de un trabajador marroquí podremos tener en cuenta, como contexto inmediato, las circunstancias particulares en cuanto a los actores y las características de la relación, pero también, como contexto global, el marco actual europeo de escasez de empleo y altas tasas de desempleo en comparación con la época de los cincuentas y sesentas.

Retos específicos en situaciones de multiculturalidad Con frecuencia las relaciones interétnicas van asociadas al interés y enriquecimiento mutuo o sencillamente a la coexistencia o convivencia “normalizada”. Pero es usual que todo lo señalado conlleve también la emergencia de distancias y barreras actitudinales, comunicativas, simbólicas. Ese conjunto de desafíos, imponderables, potenciales conflictos y necesidad de entendimiento configura un campo relacional y comunicacional propicio para la intermediación. ¿Qué supone la presencia de varios bagajes culturales para las relaciones entre individuos, grupos o instituciones? ¿Qué suele implicar la circunstancia de que las personas, colectivos o sistemas sociales en contacto estén culturalmente diferenciados? Muchas cosas. Enumeremos algunas: a) desde la evitación, repulsión o rechazo del otro, hasta, por el contrario, el interés y atracción especial por él; b) la simultaneidad en el ámbito de la relaciones interpersonales de los componentes de igualdad/desigualdad social con los de similitud/diferencia cultural; c) la aparición de desafíos específicos de comunicación o incomunicación: preconcepciones, valoraciones no conocidas, malentendidos culturales; d) el encuentro o choque en la cotidianidad de usos y comportamientos diferentes y extraños, sentidos a veces como desagradables o incompatibles (vestidos, olores, sonidos, saludos, forma de hablar o callar, estrategias de acceso y seducción; estilos de trabajo y de descanso; dietas y maneras de comer; etc.); e) la inadecuación de determinadas instituciones o servicios a nuevos usuarios.

19


La necesidad de intermediación Partimos de que lo deseable o ideal es que en cualquier relación: a) ambas partes se acepten como interlocutores (reconocimiento), b) haya una comprensión cabal no sólo de las palabras del otro sino del conjunto de sus mensajes y las implicaciones de éstos (comunicación), c) se respete la distintividad del otro, mientras no suponga daño para uno, sabiendo cómo tratarlo (convivencia) y d) se sepa prevenir o resolver posibles conflictos (regulación del conflicto). En algunos contextos y sociedades es particularmente necesaria la creación de “franjas de intermediación”, esto es de sectores y redes sociales e institucionales cuya actitud y conducta sirva para conectar y regular la conflictividad entre segmentos socioculturales enfrentadosb. Desde esa perspectiva, la necesidad, conveniencia y oportunidad de la mediación intercultural viene dada por diferentes razones o motivos. Primero, para promocionar el reconocimiento del otro como interlocutor (Taylor). Segundo, para favorecer la mejor comprensión del otro, la comunicación efectiva con el otro. Tercero, para superar barreras que impiden la relación: superación de prejuicios y estereotipos, superación de miedos y recelos. Cuarto, para promocionar el aprendizaje de la convivencia. Quinto, para hacer efectivo el potencial de enriquecimiento mutuo que subyace en las situaciones no jerárquicas de pluriculturalidad. Sexto, para evitar, prevenir o regular situaciones de conflicto. Séptimo, para adaptar la organización y el funcionamiento de

La mediación intercultural se está constituyendo como un ámbito original al calor de los nuevos planteamientos del pluralismo cultural. 20


instituciones como escuelas u hospitales a sus beneficiarios y ganar eficacia en el acceso de los usuarios a la institución y en la gestión de ésta. Octavo, para facilitar la cooperación, muchas veces necesaria, entre sujetos étnicamente diferenciados. TERCERA PARTE: Caracterización de la mediación intercultural

La mediación intercultural es una modalidad o variante de la mediación social. Son ya muy conocidos los distintos ámbitos y contextos en los que viene aplicándose la mediación social: en la familia, en el sistema judicial, en los conflictos colectivos de trabajo, en la práctica pedagógica, etc. Esos campos no están desconectados sino que se solapan unos con otros. La mediación intercultural se está constituyendo como un ámbito original al calor de los nuevos planteamientos del pluralismo cultural. Hasta donde conocemos, el principal acicate para estos nuevos planteamientos sobre mediación intercultural procede del desafío de las migraciones internacionales y de la configuración de nuevas comunidades y grupos étnicos. No deberíamos olvidar, sin embargo, las variadas y ricas experiencias de intermediación en relación con pueblos indígenas y minorías autóctonas, aunque con frecuencia no se haya clasificado a estas iniciativas bajo el etiquetado de mediación intercultural. En el enfoque que sigue a continuación, tenemos en cuenta ambos tipos de diversidad sociocultural, la de las “minorías” internas y autóctonas y la de las comunidades inmigradas.

Una definición de partida ¿Qué es la mediación intercultural? ¿Cómo podemos definirla? Como punto de partida vamos a dar una definición que consideramos puede ser operativa además de comprehensiva o integradora respecto al conjunto de experiencias dispares ya en marcha. Una consideración previa: habiendo en esta materia una gran diversidad de experiencias, circunstancias, necesidades y roles, debemos cuidarnos mucho de definir la mediación intercultural de forma rígida o cerrada. Hacerlo así sería inoportuno por las consecuencias negativas que ese proceder puede acarrear ya no sólo por el hecho de ir por detrás de la realidad o por no aprovechar energías y posibilidades a las que se les cierra la puerta con nuestra definición a priori, sino también por los riesgos de reificación y de contribuir a una construcción culturalista, ya sea del indígena o de la minoría autóctona, ya sea del extranjero inmigrante, ya sea, en definitiva, de las relaciones interétnicas. Entendemos la mediación intercultural –o mediación social en contextos pluriétnicos o multiculturales– como una modalidad de intervención de terceras partes en y sobre situaciones sociales de multiculturalidad significativa, orientada hacia la consecución del reconocimiento del otro y el acercamiento de las partes, la comunicación y comprensión mutua, el aprendizaje y desarrollo de la convivencia, la regulación de conflictos y

la adecuación institucional entre actores sociales o institucionales etnoculturalmente diferenciados.

Sobre mediación y conflicto ¿Se remite siempre la mediación intercultural al conflicto interétnico o multicultural? Consideramos crucial este inciso. Tanto en los estudios clásicos como en los más recientes sobre mediación, ésta se remite desde el principio a la categoría de conflicto y a su resolución. Así aparece tratada en los manuales de mediación. En resumen, antes y ahora, “mediación” aparece ligada orgánicamente al conflicto y a su regulación. Sin embargo, las experiencias formales o informales de intermediación cultural van mucho más allá del conflicto multicultural o interétnico. La intervención de una tercera parte entre actores etnoculturalmente diferenciados no va siempre orientada a la superación de una determinada disputa sino que en otras ocasiones persigue, por ejemplo, el establecimiento de comunicación entre ellos o, dicho de una forma más precisa –pues “comunicación siempre existe”–, la mejora de dicha comunicación. Es más, lo que se está tratando de conseguir resolver en aquellas experiencias de creación de puentes o vínculos de mediación intercultural entre determinada institución pública no es un conflicto entre usuarios e institución sino un desajuste (llámesele desfase, mala adaptación, etc.) entre ambos, ya sea en materia de escaso o deficiente acceso al recurso institucional por parte de los grupos minoritarios o diferenciados, ya sea en lo referente al inadecuado tratamiento de sus miembros por el personal ligado a la institución. Esta amplitud de campos o ámbitos de aplicación de la intermediación cultural que desbordan la idea clásica de regulación o resolución de conflicto es la que hemos tratado de recoger en nuestra definición de partida expuesta anteriormente. Salvo que entendamos la categoría de “conflicto” en forma tan amplia que englobe las situaciones sociales e interpersonales de mala comunicación, desajuste institucional, etc., deberemos convenir que la intermediación cultural desborda con mucho –en cuanto a su ámbito de aplicación– el campo del conflicto. Queda claro aquí que hay un ámbito de la mediación que no tiene que ver directamente con el conflicto. Tan es así, que JeanFrancois Six distingue cuatro tipos de mediaciones. Están por un lado las mediaciones que denomina “creativas y renovadoras”, cuya finalidad es “hacer nacer o renacer una relación”, y, por otro lado, las mediaciones “preventivas y curativas”, las cuales están “destinadas a detener un conflicto”.

La mediación intercultural como modalidad de mediación La mediación intercultural es una modalidad de mediación, más concretamente una modalidad de mediación social. A nuestro entender lo más relevante de la nueva “mediación

21


intercultural” no radica en la emergencia de un nuevo campo de aplicación (igual que hay el campo familiar, el laboral, el educativo, etc.), sino que se trata sobre todo de un enfoque y metodología específica para mediar en contextos de multiculturalidad. En este sentido, la mediación intercultural también trabaja en asuntos familiares, vecinales, laborales o educativos, cuando en éstos se plantean esas situaciones que hemos llamado de multiculturalidad significativa. Como modalidad de mediación social, la mediación intercultural tiene en común con las otras modalidades todos los principios y rasgos definitorios de la mediación. Consideremos primero estos rasgos comunes y algunos matices al respecto, antes de pasar a enumerar las cuatro características que consideramos específicas. Son muy variadas las definiciones de mediación pero podemos partir de que toda mediación es un método alternativo de regulación/resolución de conflictos. La mediación se diferencia de otros mecanismos de participación de terceras partes, como la observación/verificación, la conciliación, el arbitraje (o laudo) y el mecanismo judicial. No vamos a detenernos aquí a detallar las diferencias de la mediación con cada uno de esos otros procedimientos de resolución de conflictos, pero sí enumeraremos siete principios, notas definitorias o características del sistema de mediación. Primero, toda mediación supone la aceptación o inclusión de una “tercera parte” interviniente, siempre por acuerdo de las partes involucradas. Estamos aquí ante el principio de voluntariedad de las partes. Un corolario de este principio es que toda mediación conlleva la voluntariedad de los participantes tanto respecto a la decisión de entrar al proceso de mediación como de permanecer en él, teniendo derecho a retirarse en cualquier momento y no pudiendo nadie obligarles a retomar el proceso. Desde el punto de vista de la mediación intercultural hay que tener en cuenta que ésta se produce habitualmente en condiciones de asimetría y desigualdad. Podríamos decir que ello ocurre así casi por definición de lo que son las “relaciones interétnicas”. Debe cuidarse que la parte más débil exprese también, de una otra forma, su conformidad con el establecimiento de una experiencia o programa de mediación. Ello supone un mínimo o “conditio sine qua non”, pues lo ideal es

La mediación se diferencia de otros mecanismos de participación de terceras partes, como la observación/ verificación, la conciliación, el arbitraje (o laudo) y el mecanismo judicial. 22

que sea la parte más débil quien lo reclame. De no cumplirse este prerrequisito se corre el peligro de incrementar el riesgo, siempre presente, de que los mediadores sean percibidos como “agentes del poder” o suplantadores de los líderes del grupo o minoría étnica. Segundo, toda mediación tiene como finalidad central y única ayudar a las partes “disputantes”. No se trata de dirigirlas, adoctrinarlas, etc., en esta u otra dirección, ni mucho menos de imponerles nada. También aquí debemos hacer un breve comentario por lo que respecta a los contextos de multiculturalidad. Frecuentemente, el mediador intercultural no interviene sobre conflictos explícitos o manifiestos, sino en áreas como la mejora de la comunicación y el entendimiento, experiencias de acercamiento y convivencia entre sujetos sociales étnicamente diferenciados, labores de apoyo al profesional que trabaja con minorías, etc. Por otra parte, y por lo menos de momento, la intervención del mediador o de la mediadora intercultural no se da tanto en contextos formales (colaborando en el terreno judicial por ejemplo) sino en ambientes más informales, cotidianos y comunitarios. Esa amplitud de cometidos y tareas puede llevar a bajar la guardia respecto a este segundo principio de ayuda, por lo que siempre es conveniente asegurarse de que se cuenta con la conformidad de las partes respecto a que “lo que se hace” constituye realmente una ayuda o apoyo para ellas. Tercero, toda mediación implica la no obligatoriedad para los participantes de acatar o aceptar las intervenciones que lleve a cabo el mediador. Cuando la intermediación cultural se produce entre una determinada institución y un conjunto o comunidad de individuos, los responsables de la institución (un centro de servicios sociales, un hospital, una escuela, etc.) pueden pretender en algún momento del proceso que los mediadores actúen como correas de transmisión hacia el colectivo de decisiones previamente tomadas en la organización y sin conocimiento, participación o conformidad de la otra parte. Ello llevará a malentendidos, cuando no al fracaso del programa de mediación. Debe clarificarse lo más posible a todos los implicados que los mediadores no tienen las mismas funciones que el trabajador social, el médico o el profesor. También puede existir la tendencia a que el mediador o mediadora colabore tan estrechamente con el profesional que acabe tomando decisiones en su área (decidir en casos de atención social, médica o educativa, siguiendo con nuestros ejemplos). Decidir por sí mismo no es su función genuina sino más bien ayudar para que las partes decidan conjuntamente lo que consideren oportuno. Cuarto, toda mediación se basa en la confianza de las partes en el mediador y en el procedimiento como eje principal del proceso, tratándose en todo momento de crear un ambiente adecuado y el contexto más flexible posible para la conducción de la disputa o la superación del desajuste. Para la materia que nos ocupa sólo comentaremos respecto a esta otra idea básica de la mediación: la enorme dificultad y


En toda mediación debe lograrse una reubicación del conflicto (o de la situación de desajuste), de tal manera que los involucrados se vean como copartícipes en la solución. la gran importancia de conseguir, o ir consiguiendo, esa confianza en unas relaciones que están generalmente “cargadas” de preconcepciones, prejuicios, estereotipos, tópicos, historias o narrativas ya fijadas, etc. Ir ayudando a deshacer o “desmontar” esas actitudes y cogniciones erróneas, poco fundadas, falsas o parciales deberá ser una de las tareas más centrales –y continuadas– del mediador. De tener éxito en que se vaya produciendo una aproximación al otro más directa y comprensiva, menos estereotipada, el mediador o la mediadora hará sin duda una aportación clave. Quinto, la neutralidad. Se ha escrito mucho sobre el binomio neutralidad /involucración. Este principio general de la mediación viene siendo discutido, matizado y desarrollado por distintos autores. Sara Coob, por ejemplo, ha trabajado a fondo las dos cualidades a las que tradicionalmente se ha remitido la neutralidad: la “imparcialidad” y la “equidistancia”. La asimetría relacional en la que normalmente trabaja el mediador intercultural, la importancia de los componentes emotivo y socioafectivos y otros factores plantean –también en la mediación intercultural– la necesidad de discutir a fondo cómo debe entenderse la “neutralidad” y cuando y como puede involucrarse el mediador. Sexto, en toda mediación debe lograrse una reubicación del conflicto (o de la situación de desajuste), de tal manera que los involucrados se vean como copartícipes en la solución. Para ello debe tenerse en cuenta tanto el motivo por el que se discute como la relación entre las partes. Recordemos aquí que las relaciones interétnicas suelen ser asimétricas. El mediador intercultural deberá potenciar ese protagonismo de las partes y esa coparticipación en contextos sociales y políticos donde a las comunidades étnicas dominadas –a veces minorías y a veces mayorías demográficas– se les ha negado, en ocasiones por siglos, todo protagonismo. Finalmente, otro rasgo definitorio de la mediación es la inexistencia de perdedores y ganadores. Dicho de otra forma, en el sistema de mediación “todos ganan”. También en el caso de la mediación intercultural este principio tiene plena vigencia, debiéndosele prestar particular atención en aquellos casos en que la relación vincula instituciones de la administración e individuos o grupos minoritarios (por ejemplo colectivos de inmigrantes), por cuanto, en cualquier caso, ambos deben sentir haber ganado algo y no haber perdido.

La especificidad de la mediación intercultural Hasta ahora hemos mencionado los principios comunes a toda forma de mediación, habiendo matizado algunos extremos en relación a la intermediación cultural. Pero, ¿cuál es, entonces, la distintividad de la mediación intercultural? ¿Supone una pers-

pectiva o enfoque peculiar o consiste básicamente en la aplicación de los principios generales de la mediación en contextos de multiculturalidad? ¿Es un nuevo campo de actuación o supone más bien un enfoque transversal y complementario a los distintos ámbitos de aplicación? Desde nuestra perspectiva, son cuatro los rasgos que pueden señalarse como más específicos o distintivos de la mediación intercultural respecto a las demás modalidades de mediación (familiar, en los conflictos colectivos de trabajo, colaboración judicial o mediación penal, práctica pedagógica de la mediación, mediación y comunicación, mediación local, vecinal, etc.): 1. La naturaleza etnoculturalmente diferenciada de las partes involucradas. 2. La incidencia de dicha diferenciación en la relación existente entre las partes. 3. La relevancia del propio bagaje cultural del mediador. 4. El objetivo de la interculturalidad.

La naturaleza etnoculturalmente diferenciada de las partes involucradas En un sistema de intermediación cultural el punto de partida es que las personas, grupos o instituciones envueltas en ella tienen, se atribuyen o se les atribuyen, bagajes o identidades culturales diferentes. Según los contextos sociales concretos, los actores sociales y públicos enfatizan las diferencias raciales (raza física o biológica y “raza social”), de origen, de nacionalidad, de religión, lingüística, de costumbres, etc. Unos u otros marcadores étnicos o signos diacríticos son puestos de relieve, traídos a colación o simplemente dejados de lado en forma cambiante a lo largo del proceso. No olvidemos que las diferencias siempre son percibidas y utilizadas en contextos de desigualdad y tensión. Tampoco olvidemos que entre los sujetos y grupos con diferencias y desigualdades “étnicas”, “etnoraciales” o “etnoculturales” también hay diferencias, segmentaciones y dominaciones de clase y de género. De ahí que una de las capacidades del mediador social en contextos multiculturales debe ser su conocimiento sobre cómo son utilizadas las diferencias y cómo interactúan los sistemas de estratificación y dominación etnoraciales, de clase y de género, y su habilidad en dichos conocimiento. Sólo con esa concepción global, el mediador no se verá envuelto en concepciones culturalistas y en supuestas explicaciones de todo en función solamente de “la cultura”, de una supuesta cultura ya dada, sin matices y contradicciones, estática y cerrada. El mediador intercultural deberá estar muy atento a analizar adecuadamente el cambiante contexto sociopolítico e ideológico que envuelve al sistema de relaciones sobre el que interviene, pues ahí está la clave de cómo se interpretan, valoran y utilizan estratégicamente las diferencias por cada uno de los actores involucrados.

23


La incidencia de la diferenciación etnocultural en la relación existente entre las partes Toda mediación actúa sobre una relación. Todo conflicto social (no así los denominados “conflictos intrapsíquicos”) tiene un carácter relacional. El hecho de que las partes dispongan de esas características socioculturales distintivas –reales o atribuidas, “objetivas” o “subjetivas”– a las que aludíamos antes tiene una gran relevancia de cara a la mediación. Aparte las conductas, manifiestas y explícitas, están las percepciones. Las partes involucradas tienen un determinado conocimiento y desconocimiento respecto al otro. Sus actitudes están condicionadas por estereotipos, prejuicios, temores, posicionamientos etnocéntricos. Por otro lado, cada una de las partes puede tener una distinta “cultura del conflicto”. Utilizamos aquí éste concepto acuñado por el antropólogo Marc Howard Ross en su indagación comparativa de la práctica de la violencia en distintas sociedades. Para Ross la cultura del conflicto se refiere a “las normas, prácticas e instituciones específicas de una sociedad relacionadas con la conflictividad”.

Toda mediación actúa sobre una relación. Todo conflicto social (no así los denominados “conflictos intrapsíquicos”) tiene un carácter relacional. Más ampliamente, Ross entiende que “la cultura define lo que la gente valora y lo que le mueve a entrar en disputa, indica asimismo formas adecuadas de comportamientos de determinadas clases de controversias y configura las instituciones en las que dichas controversias son procesadas. En resumen, la cultura del conflicto abarca aquello por lo que la gente lucha dentro de una sociedad, los rivales contra quienes lucha y el resultado de la contienda”. El mediador intercultural deberá tener muy en cuenta las distintas ideas, valoraciones y percepciones de los actores respecto al conflicto, el consenso, la cooperación, los protagonismos, etc.

condiciona al mediador su propio sistema de valores, su propia “cultura del conflicto”? ¿Qué influencia pueden llegar a tener en su actuación los discursos dominantes existentes en su sociedad y en su persona sobre las expresiones culturales, raciales, etnolingüísticas y religiosas implicadas? En este punto de la reflexión surge la siguiente interrogante: ¿cuál es, entonces, el mediador ideal desde el punto de vista cultural? En principio, caben las siguientes tres posibilidades. Que el mediador o mediadora: a. Sea “bicultural” en relación a esos dos bagajes. b. No pertenezca a ninguna de las dos culturas presentes. c. Pertenezca a alguna de ellas A igualdad absoluta de capacidad personal y profesional para la mediación en general, y para la casuística peculiar de la intermediación cultural, pareciera que en principio la posibilidad “a” fuera la más idónea por cuanto asegura un conocimiento directo y una experimentación vivencial de las dos lógicas culturales en interacción, mientras que la posibilidad “c” sería la menos idónea porque podría poner en peligro un principio clave de la mediación como es la neutralidad, equidistancia o imparcialidad. Sin dejar de ver esas potenciales ventajas o desventajas, nos inclinamos por pensar que lo importante es que, primero, la persona tenga una gran capacidad de mediar y, segundo, una sensibilidad y capacidad de acercamiento (y estudio) hacia ambas lógicas culturales en presencia.

La interculturalidad como objetivo El término de interculturalidad es otro de los conceptos polisémicos de la actualidad (como desarrollo, por ejemplo). Unos la entienden básicamente como lo concerniente a las relaciones de hecho entre culturas; otros proponen entender interculturalidad como una propuesta o proyecto, en definitiva como un deber ser. Entendida como un proyecto de establecer relaciones interpersonales y sociales en las cuales no se discrimine por motivos de raza, cultura, etnicidad, lengua, religión y nacionalidad y en las cuales los sujetos se reconocen como interlocutores, se comunican adecuadamente, se enriquecen mutuamente, etc., la interculturalidad supone un objetivo (o conjunto de objetivos) de gran valor para orientar la difícil labor y proceso de mediación.

La relevancia del bagaje cultural del mediador

Ventajas y desventajas de la mediación intercultural

A diferencia de otras modalidades de mediación en las que las partes involucradas tienen un bagaje cultural semejante y se reconocen mutua e implícitamente como pertenecientes a la misma cultura o al mismo mundo sociocultural, en la mediación social intercultural el bagaje e identidad cultural del mediador o de la mediadora es un aspecto a tener muy en cuenta. ¿Cómo

Las luces de la mediación intercultural Como toda modalidad de mediación, la intermediación cultural presenta una serie de ventajas respecto a los otros mecanismos de intervención de terceros en la regulación de conflictos. Esas ventajas pueden verse tanto por lo que evita, por lo que se consigue y, sobre todo, por lo que significa para las partes. La

24


Según los contextos sociales concretos, los actores sociales y públicos enfatizan las diferencias raciales (raza física o mediación supone un sensible alivio para los tribunales y un considerable ahorro de tiempo y dinero. Por otra parte, la mediación crea un contexto más flexible para la conducción de disputas, suele lograr acuerdos a largo plazo y evita que –como resultado del proceso– haya ganadores y perdedores. Pero su gran ventaja radica en los enormes beneficios que entraña para las partes: en efecto, implica un notable aumento del protagonismo de los individuos y comunidades, aumenta su creatividad y responsabilidad y produce un “deutero-aprendizaje” o adquisición por los participantes de la capacidad para solucionar futuros conflictos. Junto a esas ventajas comunes a toda modalidad de mediación podemos enumerar algunos otros beneficios más específicos de la mediación intercultural, como por ejemplo su potencial para la formación en la tolerancia de los individuos o ser una alternativa eficaz para la difícil adecuación constante de las instituciones a sus entornos socioculturales cambiantes, etc. Esos y otros beneficios de la mediación intercultural derivan de uno que es central: su aportación decisiva al logro de la convivencia ciudadana. Desde el barrio a la comunidad territorial, desde el Estadonación a la comunidad internacional, la filosofía de la mediación intercultural puede ser un instrumento clave junto a otros: en los procesos de organización y participación ciudadana, de reconstrucción nacional en sociedades con intensos procesos de reconfiguración, de construcción de la paz en sociedades divididas y fragmentadas por conflictos, en la implementación de políticas sociales de integración de inmigrantes, etc. Todos ellos son fenómenos muy complejos y que desbordan con mucho los siempre limitados mecanismos de mediación, pero éstos pueden aportar un grano de arena sustantivo. En comunidades, territorios y países de gran diversidad etnoracial, religiosa y lingüística, la aplicación de fórmulas de mediación intercultural tiene la ventaja de favorecer el acercamiento, posibilitar el encuentro y el debate, facilitar la negociación y sobre todo educar para la convivencia.

Las sombras de la mediación intercultural Uno de los principales errores que podemos cometer al querer promocionar la mediación intercultural es no tener consciencia o tratar de ignorar sus desventajas, limitaciones, puntos débiles y peligros. Veamos ahora qué desventajas puede conllevar el recurso a la mediación intercultural. La mediación intercultural comparte las mismas desventajas comunes a toda forma de mediación. Hay que tener muy presente, primero, que toda mediación –y la de naturaleza intercultural en concreto– puede perjudicar en ocasiones a la parte más débil por cuanto podría obtener más si fuera directamente a los tribunales. Es ésta una generalización realizada a partir de la crítica que, con relación a la participación de mujeres en procesos de mediación, ha efectuado la pensadora feminista Jannet Rijkin. Según resume Marinés Suares la posición de Rijkin, ésta “sostiene que las mujeres logran peores acuerdos cuando concurren

biológica y “raza social”), de origen, de nacionalidad, de religión, lingüística, de costumbres, entre otros. al sistema de mediación que cuando solucionan sus conflictos en el sistema judicial. En materia de dinero, las cuotas que obtienen las mujeres son menores, y además dice que no se ventilan casos de violencia”. En lo referente a mediación intercultural debemos tomar buena nota de esta argumentación crítica dado que la “relación interétnica” o el “encuentro cultural” rara vez es entre iguales, sino que suele darse entre “mayoría” y “minoría” en términos de poder. ¿El hecho de que casi siempre las partes involucradas no se relacionan en situación de paridad sino de desigualdad, asimetría y jerarquización invalida la práctica de la mediación intercultural? La segunda desventaja recopilada por Suares se relaciona con la anterior y ha sido expuesta por investigadores del sistema de mediación en Estado Unidos: “Otro punto que consideran desventajoso en la mediación es el acceso reducido a la justicia que tienen las partes, porque al ser obligatoria, y en muchos casos llegarse a un acuerdo, las personas se alejan del sistema judicial, lo cual a su vez trae otro problema a la justicia y es que no se encuentra retroalimentada por la cotidianidad, y esto lleva a que no se sienten precedentes, jurisprudencia, y a que no se dicten leyes más acordes con lo que pasa en este momento en la comunidad”. De producirse ese “alejamiento” del sistema judicial de las cuestiones concretas concernientes a minorías nacionales o grupos étnicos de inmigrados, la consecuencia es grave y negativa por cuanto no se irán readaptando, multiculturalizando, las leyes y normativas. Aparte de lo dicho, un mal planteamiento de la mediación intercultural puede ser otro factor más de exacerbación de las diferencias etnoraciales, lingüísticas o religiosas y de intensificación del ya extendido culturalismo. La presentación simplista o unilateral de los conflictos de pareja, familiares, laborales, políticos, etc., como conflictos “étnicos” o “interculturales” por el sólo hecho de estar implicadas personas o grupos de diferente adscripción etnocultural es uno de los peligros o efectos perversos más claros. 1 Resumen del capítulo “La naturaleza de la mediación intercultural” publicado en la Revista Migraciones No. 2. (1997) de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. a En la conflictividad puede distinguirse lo latente y lo manifiesto y en lo armónico su coyunturalidad o su estructuralidad. b Tomo la expresión “franja de intermediación“ de las actividades de diálogo, intercambio y reconocimiento mutuo que vienen desarrollando, en la Guatemala de los Acuerdos de Paz, un grupo de indígenas y ladinos en Guatemala. Debo a mi colega Marta Casaus, una de las más entusiastas impulsoras de “la franja”, el conocimiento y contacto directo con esta experiencia.

25



Comunicación y ciudadanía: bases para una cultura de paz Entre las líneas de acción que se plantea la Fundación UNIR Bolivia están el diálogo, la comunicación, la ciudadanía intercultural y la cultura de paz. Es así que trabajos como “Alteridad y ciudadanía: retos pendientes“, del reconocido comunicador, José Luis Aguirre, nos dan luces para hacer una senda que nos reencamine hacia una mejor comunicación y a entendernos en nuestra diversidad. Y, para profundizar aún más, Washington Uranga y Teresita Vargas, comunicadores también, aseguran que la paz se construye con mejor participación ciudadana y justifican su posición afirmado que la comunicación es fundamental para la democracia y que la información es un bien público, conozcamos por qué.


Alteridad dialógica y ciudadanía: retos desde la comunicación intercultural Con mayor frecuencia las sociedades admiten su carácter multicultural. Hay medios que apoyan estas concepciones y hay los que apuntalan el racismo y el fundamentalismo. Ésta es una reflexión desde la comunicación entendida como un proceso de encuentro. JOSÉ LUIS

C

uando de forma creciente y en distintos espacios del cotidiano y del quehacer filosófico y político ocupan mayor lugar nociones como diversidad cultural, pluriculturalidad, interculturalidad, hibridación de culturas entre otros conceptos. Cuando experimentamos con mayor agudeza el incremento de los fenómenos migratorios intranacionales o globales que traen como consecuencia la presencia y hasta temor al surgimiento de identidades humanas anteriormente minimizadas y hasta desconocidas. Cuando observamos desde los medios de difusión colectiva acciones que representan de manera distorsionada los rostros y voces de actores que no se quiere aceptar en la mesa del discurso público y de la democracia. Cuando palpamos en el día a día el escalamiento de las distintas formas de desconocimiento del otro como la discriminación, el racismo, la xenofobia y entre ellas una que puede ser más nociva: la invisibilización o el desconocimiento deliberado de la presencia de ese otro. Cuando se percibe la relación entre culturas diversas como conflictiva y a partir de la inviabilidad de formas de encuentro se ve a priori la diversidad como un riesgo y así germen de lo antagónico por tanto anulable. Cuando el mismo discurso de la diversidad puede encerrar fantasmas como los de la homogenización, el integracionismo a ultranza, los nacionalismos y las prácticas fundamentalistas que escurren la misma democracia y la pluralidad. Y, cuando la diversidad pasa a ser banalizada y folklorizada tratando de limarse condiciones de desigualdad y desequilibrio para tranquilidad de círculos académicos o de determinados ambientes de poder, parece imprescindible observar lo que se entiende por hacer común en comunidad y desde esto construir una ética de y para la alteridad dialógica.

¿Qué entender por comunicación humana? Luís Ramiro Beltrán, a diferencia de aproximaciones de carácter lineal, de alcance informativo, difusivo y donde el énfasis está en la entrega, nos dice que “la comunicación es el proceso de interacción social democrática que se basa sobre el intercambio de símbolos por los cuales los seres humanos comparten voluntariamente sus experiencias bajo condiciones de acceso libre e igualitario, diálogo y participación” (1979: 85).

28

AGUIRRE ALVIS

Asumir la comunicación como un proceso le otorga la calidad para constituirse Msc. Comunicador en una experiencia de mutualidad dialéSocial Universidad ctica sólo capaz de experimentarse entre Católica Boliviana personas, las que, como proyectos autóno“San Pablo” (UCB). mos sociales, culturales y existencialmente Director del distintos, se ven impulsadas a encontrarse Servicio de aprovechando sus propios recursos simCapacitación en bólicos. Una comunicación sin un sentido radio y TV para de intercambio y, por tanto, sujeta a una el desarrollo y intersubjetividad cooperativa sería equidocente de la UCB. valente a confundir la complejidad de este proceso humano con la preocupación por los medios o herramientas de difusión como si estos fueran los gestores del diálogo que sólo es interhumano. Por otro lado, si los hombres han sido dotados de la gracia del encuentro, de la necesaria búsqueda de complementariedad desde la diferencia entre actores, deberá asumirse que todo diálogo como llamado de encuentro no sólo permite activar la dimensión existencial en cada uno, sino saber que se es en el otro descubierto para que en común se pueda actuar sobre el mundo, de tal forma que no se dialoga en el vacío sino con un sentido eminentemente de responsabilidad política por el que se ha descubierto esencia del hacer común en comunidad. Los instrumentos, los aparatos, los “medios” no son los actores de ética alguna, sino son las personas que colocadas a cada extremo del uso de cualquier canal o medio de carácter técnico son responsables del mundo ético que quieren emprender entre los que se relacionan. Al respecto, Antonio Pasquali señala que: “La comunicación no es, pues, un epifenómeno agregado y sucesivo a la convivencia, sino un factum realmente esencial, intrínseco a la esencia misma del hombre como animal social, resultando poco pertinente, ingenuo o ideológicamente mal intencionado reducirla a un discurso de comprensión de los medios” (1985: 44). Por tanto, el proceso comunicativo no es equivalente al acto de difundir, extender o propagandizar un discurso unilateral, sino de estar en condiciones de entrar en relación entre un yo y un tú y viceversa, dejando la preocupación persuasora de un yo con la que plantearía el modelo de la antidialoguicidad convirtiéndolo en un ello.


Como indica Martín Buber, “cuando colocado en presencia de un hombre que es mi Tú, le digo la palabra fundamental Yo-Tú, él no es ya una cosa entre las cosas, ni se compone de cosas (…) él ya no es un Ello al que se señala y se asume desde la distancia” (1994: 11). Y para que la palabra primordial (yo-tú), expresada de uno y otro lado, esté cargada con la voluntad del encuentro debe ser dicha por un ser entero, no aquel que se reserva el sí mismo. Buber dice: “el Tú viene a mí a través de la gracia; no es buscándolo como lo encuentro. Pero el dirigirle la palabra primordial es un acto de mí ser (...) El Tú llega a mi encuentro” (1994: 13). Lo que significa que una fusión lograda por la palabra no puede operarse sólo por obra mía, como tampoco sin mí, sino uno es en contacto de un tú, siendo la vida un permanente encuentro, concluye Buber. El encuentro viene cargado con una fuerza transformadora a la que Fernando Gonzales Rey califica como “comunicación desarrolladora” por su profundo sentido personal (1995: 6). El encuentro es una forma de actuar, de crear, de descubrir y da sentido a lo que se veía como simple coexistencia, pues “entra en el mundo de las cosas para prolongar allí su acción al infinito” (Buber,1994: 15). Paulo Freire señala que comunicación “es diálogo, en la medida en que no es transferencia del saber, sino un encuentro de sujetos interlocutores, que buscan la significación de los significados (…) la comunicación verdadera no es la transferencia, o transmisión del conocimiento, de un sujeto a otro, sino su coparticipación en el acto de comprender la significación del significado” (1981: 77-78). La fuerza relacional del diálogo de forma intrínseca activa capacidades que de otro modo no podrían haberse experimentado. Por ejemplo, el mismo amor es producto de la interacción. A decir de Buber, es la fuerza relacional la que acerca a unos y a otros, la que produce el amor. Así, señala: “A los sentimientos se los tiene, el amor es un hecho que se produce. Los sentimientos habitan en el hombre, pero el hombre habita en su amor. El amor es un sentimiento que se adhiere al Yo de manera que el Tú sea su contenido, el amor está entre el Yo y el Tú”. Y dado que el ser dialógico no persigue invadir, manipular o imponer consignas, según Freire, “el diálogo es el encuentro amoroso de los hombres que, mediatizados por el mundo, lo ´pronuncian´, esto es, lo transforman, y transformándolo lo humanizan, para la humanización de todos” (1981: 46).

Diálogo y diversidad cultural El diálogo, etimológicamente como posibilidad de hablar con otro (griego) o como el acercamiento de dos logos (latín), podría considerarse como uno de los rasgos fundamentales de la igualdad entre los seres humanos, sin embargo, éste es más bien por esencia el espacio en el que las diferencias se hacen patentes y es desde ellas que se articulan los recursos simbólicos que darán la posibilidad del relacionamiento entre sus interactuantes. Alejandro Grimson, al descartar la conceptualización de la comunicación como transmisión de información y más bien

verla como el poner en común o hacer público, desde el mundo contemporáneo, se pregunta si realmente podemos estar seguros de que cuando algo se hace público se está poniendo en común. Y responde que esto podría ser lo mismo “siempre y cuando hagamos como si no hubieran códigos comunicativos heterogéneos, es decir si hacemos abstracción de la interculturalidad” (Grimson: 1). Resulta necesario, y no sólo inevitable, asumir que para que un mensaje pueda ser apropiado por un interlocutor no solamente éste tenga que tener una motivación para entrar voluntariamente en una relación simbólica cooperativa, sino que los mismos recursos simbólicos del intercambio tengan que ser equivalentes o, por lo menos, encontrar bases comunes de entendimiento para poder encaminar la puesta en común. Bajo esta situación incluso podría pensarse si es viable asumir que el diálogo, como tal, es una condición sólo sujeta a la voluntad del entendimiento o es que éste se encuentra mediado por múltiples factores y no sólo por las diferencias lingüísticas o pragmáticas, sino también por asimetrías, tensiones y potencialidad de conflicto que son más bien condiciones que hacen del diálogo una aspiración, un espacio complejo y de alcance altamente transitorio.

El diálogo, etimológicamente como posibilidad de hablar con otro (griego) o como el acercamiento de dos logos (latín), podría considerarse como uno de los rasgos fundamentales de la igualdad entre los seres humanos. Grimson recupera su razonamiento y dice: “la diferencia entre hacer público y poner en común puede traducirse en dos posibilidades conceptualmente extremas de la comunicación: el contacto y la comprensión (…) [ya que] vivimos en un mundo intercultural y la comunicación tiene que ser pensada a partir de la coexistencia de multiplicidad de códigos comunicativos, a partir de la heterogeneidad de las estructuras de significación” (Grimson: 1). Y complementa: “en un mundo intercultural, la comunicación reclama ser pensada como intersección entre universos simbólicos diferentes, y esto último por razones generacionales, étnicas, nacionales, de género, de clase. A veces, estas intersecciones variables se acercan a la situación de puro contacto con muy poca comprensión (…) Si la comunicación es una intersección entre dos o más universos simbólicos que implica más que contacto y menos que comprensión total, entonces la multiplicación de los contactos es una base sólida que

29


genera incertidumbres (…) Allí encontramos una tensión: en el mundo intercultural hacer público, publicar, implica sólo parcialmente poner en común. Si lo público es constitutivamente heterogéneo, si la comunidad es diversa, sólo puede ponerse en común de manera contingente” (Grimson: 2). Si toda comunicación humana implica asumir paralelamente la incertidumbre, poner en común no supone el necesario alcance de una conciencia común plena y permanente, ya que si bien puede darse una fuerte voluntad por la construcción de un espacio de comprensión o entendimiento las personas se aproximan para explorarse en intereses parciales y en una duración transitoria.

La fuerza liberadora de lo ínter Siendo el diálogo una exigencia existencial, el aspecto relacional de la comunicación constituye el problema central de todo entendimiento que asumiéndose desde la capacidad autónoma de cada ser expuesto a un encuentro activa la fuerza de lo “ínter”. Éste, dentro de toda dinámica que implica el hacer común, plantea la existencia de una tensión sinérgica que impulsa a un yo a dirigirse al encuentro de un tú y viceversa. El hacer común independiente del producto del encuentro parte siempre de la existencia de lo ínter que visto como la dimensión activa de toda inclusión promueve en consecuencia la alteración del entorno sentido del término “ínter-acción”. El discurso del otro surgido de la expresión del álter anuncia a la vez la alteridad parlante de mi propio discurso, así mi discurso es provocado, puesto en acción, gracias al discurso de la alteridad. Francisco Theodosiadis indica: “El otro distinto es la alteridad real y el que en última instancia traspasa el horizonte ontológico o paradigma de la totalidad monológica y nos ubica en el reino de la alteridad dialógica” (1996: 134). El diálogo permite a su vez la construcción voluntaria de la alteridad, espacio en el que un ser en sí-mismo únicamente puede realizarse en comunicación con otro ser en sí-mismo y cada proyecto sin-

30


La fortaleza y unidad de sociedades pluriétnicas y pluriculturales dirigidas a forjar formas de ciudadanía desde la alteridad pasa por el reconocimiento y necesidad

históricas que generan silencios estructurales y que no tienen que ver con asumir la diferencia sino que exigen develar la desigualdad y el desequilibrio.

de interacción con las concepciones simbólicas de los otros. gular en sí es un proyecto de y para existir en el otro. Estrella Israel dice: “no se trata tanto del contacto entre dos objetos independientes –dos culturas en contacto– como de la interacción, en la que los objetos se constituyen en la medida que comunican (...) Más que un campo comparativo (la comunicación intercultural) es un terreno interactivo” (Garzón). La alteridad entonces más allá de ser vista como un fenómeno objetivo, es espacio y relación entre dos entidades que se otorgan mutuamente existencia y sentido.

Comunicación Intercultural y alteridad Rodrigo Alsina señala: “El encuentro de las culturas no es forzosamente intercultural. Un fenómeno cultural no se debe a que las culturas se encuentran, puede haber sólo agresión o eliminación de uno por el otro. El encuentro de las culturas se convierte en un fenómeno cultural si, de alguna manera, existe aceptación y proyecto común” (1990: 270). Es decir, para que haya una relación intercultural es imprescindible un cierto grado de comunicación, alentada por aquella voluntad dinamizadora (ínter) surgida de ambas partes. En este sentido, sólo puede existir una sociedad pluricultural (por origen étnico, género, edad, condición social, capacidades físicas, etc.) si es posible la comunicación, o sea que las culturas en relación busquen un hacer común más que el sólo contacto. La fortaleza y unidad de sociedades pluriétnicas y pluriculturales dirigidas a forjar formas de ciudadanía desde la alteridad pasa por el reconocimiento y necesidad de interacción con las concepciones simbólicas de los otros. Y esto porque “una cultura está llena de significados, no hay nada que el individuo haga o piense que no tenga un significado. Este significado está determinado por la cultura y forma parte de un todo coherente, de un sistema (…) Cuando se enfrentan dos o más culturas se están enfrentando dos sistemas de códigos distintos” (2004: 166). Lo intercultural, ha dicho Xavier Albó (2000: 134), se refiere al mundo de las actitudes y relaciones de las personas o grupos humanos de una cultura con referencia a otro grupo cultural. Este carácter desde una comunicación intercultural agrega retos y exigencias como el dejar de ver la incomunicación como una barrera para más bien profundizar en la comprensión del vínculo entre los recursos simbólicos y las condiciones socio-

Retos Más allá del ejercicio de una ética sujeta a los clásicos derechos individuales, una comunicación intercultural puede y debe ir acorde al avance de los derechos colectivos y la misma ciudadanía donde el contacto con lo diferente parta primero de la conciencia de la propia cultura; la voluntad por el hacer común comprendiendo al otro –alteridad dialógica–; la apertura y reconocimiento recíproco, el respeto a la diferencia, su discurso y mecanismos simbólicos; y la acción recíproca por la superación de todo prejuicio. Ya que, como indica Javier Medina: “la interculturalidad tiene que ver con pensamiento, con universos simbólicos; no con buenos sentimientos y actitudes educadas hacia los [otros] (…) que se rehúsan épicamente a aceptar el pensamiento del ´otro´ y, por ello, prefieren focalizar la relación ‘intercultural’ en términos personales: de urbanidad, buenos modales, convivencia civilizada” (2000: 15). Así, el diálogo entre culturas desde una nueva ética de la alteridad dialógica tiene que ver con nociones de justicia que hagan también efectivas las capacidades de expresión, inclusión, acceso y construcción simbólica equitativa de las otredades a las que se teme y discrimina precisamente porque no se las quiere conocer.

Bibliografía Albó, Xavier. Iguales aunque diferentes. La Paz, CIPCA. Cuadernos de Investigación. No. 52. 2000. Alsina, R. Miquel. Comunicación intercultural. Barcelona, Anthropos, 1990. Beltrán Salmón, Luís Ramiro. “Un adiós a Aristóteles. La comunicación horizontal”. Punto Cero. Revista de Comunicación. Año 12. No. 15. 2007 (1979). Buber, Martín. Yo y tú. Buenos Aires, 1994. FREIRE, Paulo. ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural. México D.F., Siglo XXI, 1981(1973). Garzón, Israel. Comunicación y periodismo en una sociedad global. Comunicar la diferencia. México D.F, Ed. Trillas. Gonzales Rey, Fernando. Comunicación, personalidad y desarrollo. La Habana, 1995. Grimson, Alejandro. “Debates acerca de la interculturalidad y la comunicación”. Revista electrónica Diálogos. Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación. Moya, Ruth; Moya, Alba. Derivas de la interculturalidad. Procesos y desafíos en América Latina. Ecuador, CAFOLIS, 2004. Pasquali, Antonio. Comprender la comunicación. Caracas, 1985. Theodosiadis, Francisco. Alteridad ¿La (des) construcción del otro?. Bogotá, Editorial Magisterio, 1996.

31


La paz se construye con más participación ciudadana en la comunicación masiva La democracia es un modo de vida y como tal requiere de un proyecto que no anule las diferencias, sino que asuma la diversidad de enfoques. Para ello es indispensable la participación colectiva tanto en la negociación como en la construcción de valores aceptados por todos.

E

l sistema de medios no está constituido sólo por los mismos medios (la radio, la televisión, los diarios, las revistas, etc.), sino por una trama compleja que incluye la industria de la comunicación, los intereses económicos y políticos y el poder. Este sistema masivo produce e instala versiones de la realidad, verdaderas interpretaciones, que terminan imponiéndose como “sentido común” y legitimándose como conocimiento válido para gran parte de la sociedad y de la ciudadanía. La información, el entretenimiento y, en general, todos los productos de la comunicación masiva pueden leerse como construcciones simbólicas de lo real. Los medios de comunicación ofrecen usualmente versiones de la realidad en las que determinados sujetos aparecen tomados en sus aspectos más negativos, brindan estereotipos de los actores sociales y de sus condiciones de vida hasta el punto de estigmatizar situaciones y de descalificarlos como personas y como sujetos capaces de actuar positivamente en el espacio social. De esta manera se construye también la falta de legitimidad de estos actores negándoles por esta vía la condición de ciudadanos con derecho a la participación a través de la comunicación. Partiendo de la base de que el sistema de medios de comunicación es ante todo y fundamentalmente un servicio público y a la luz de los postulados del “Manifiesto 2000 para una cultura de paz y no violencia”, producido por los premios nobel traduciendo las resoluciones de Naciones Unidas, entendemos que es necesario trabajar desde la realidad de los distintos sujetos de la sociedad, como actores y como ciudadanos y ciudadanas con capacidad para generar otra comunicación y promover otros modos de interpretación. Para ello vale preguntarnos, así sea brevemente, sobre el sentido que hoy le estamos dando a la democracia y en ese marco a la ciudadanía y al espacio público.

Democracia y ciudadanía Nuestros países latinoamericanos viven hoy en democracia. Pero ¿de qué democracia estamos hablando? En América Latina el debate fundamental no parece ser acerca de la democracia que, en general, resulta ser un valor aceptado por el conjunto de la sociedad. El dilema más importante para nuestros pueblos

32

WASHINGTONa URANGA TERESITA VARGASb

hoy es que hay que reapropiarse de la democracia y profundar su sentido, porque a. Periodista, quien no tiene experiencia sobre la liberdocente e tad tampoco puede ejercer en plenitud su investigador de la derecho a la libertad. La historia reciente comunicación en de América Latina está marcada por el aulas universidades toritarismo y las restauraciones democráde La Plata, Buenos ticas, que, aunque valiosas e importanAires, Catamarca, tes, no han servido de manera suficiente Quilmas, Rosario y para reaprender el camino de la misma Cuyo (Argentina). en términos de participación, incidencia Es editorialista del igualitaria por parte de todos los actores, diario Página 12 inclusión de las distintas voces y atención (Argentina). a la diversidad como valor. Es una historia b. Licenciada en que nos muestra cómo unos pocos, desde Comunicación dentro y desde fuera, se arrogan el dereSocial. Docente e cho a decidir el destino de todos y todas investigadora de las y hasta, incluso, el derecho de interpretar universidades de lo que nos sucede en la vida cotidiana y en Catamarca, La Plata los procesos colectivos. Es la lucha simy Buenos Aires bólica por la construcción del sentido. (Argentina). La democracia es mucho más que una forma de elegir un gobierno. Es un modo de vida y necesita de un marco institucional, civil y social que le sirva de sustento y, al mismo tiempo, que convalide y dé sentido a los mecanismos formales. Todo esto puede leerse como un proyecto que no anule o aniquile las diferencias, sino que asumiendo la diversidad de enfoques y miradas se construya de manera participativa, negociada, apoyándose en los valores aceptados por todos y ordenando el camino hacia el escenario imaginado colectivamente. La crisis política –como crisis de representación pero también como incapacidad de revisar roles del Estado y de la sociedad civil en el marco de la globalización neoliberal– rescató los debates e intercambios sobre ciudadanía. Las iniciativas democráticas, siempre atravesadas por espirales de crisis y apremiadas por las urgencias económicas y por la debilidad de la capacidad de gestión, dejan poco espacio para afianzar los procesos participativos apoyados en la base social. No obstante, el concepto de ciuda-


danía, tantas veces reducido a la acción política partidaria, hoy se reconoce como complejo, ubicándose en el plano de los derechos civiles, de la diversidad y del reconocimiento de las diferencias. La ciudadanía no puede reducirse a una mirada que contemple solamente los derechos políticos. Lo que se está discutiendo no es un modo de participación en el poder, en los gobiernos. Discutir la ciudadanía hoy en América Latina es plantearse qué tipo de organización social y política queremos, qué tipo de democracia, para garantizar la totalidad de los derechos humanos básicos. Para su legitimidad debería apuntar a garantizar el protagonismo de los grupos sociales de base. El riesgo consiste en mirar la construcción ciudadana como algo restringido o limitado a los derechos políticos o a la gestión del Estado. La crisis del final de los noventa no es, de ninguna manera, una crisis que se desata meramente por incapacidad de los dirigentes políticos, por su corrupción o ineptitud. Es el resultado del atropello a todos los derechos, en particular a los derechos sociales, en algunos casos hasta el punto de su abolición.

La comunicación es fundamental para la democracia Necesitamos pensar la democracia en términos más participativos que complementen lo representativo. Para ello es muy importante entender el espacio público como lugar de información, de intercambio, de diálogo y de generación de sentidos interpretativos. El espacio público y la disputa de sentidos son un ámbito fundamental de la lucha por el poder; en este marco entendemos la comunicación como producción e intercambio simbólico y de sentidos. Cuando hablamos de comunicación lo hacemos sin restringirla a los medios, porque estos (masivos, comunitarios o locales) dependen de las circunstancias y de las condiciones materiales en las que se genera el proceso comunicativo. Lo importante es tener en cuenta que los diferentes actores se cons-

33


Los medios de comunicación son espacios en los que se representa lo social, lo que acontece en la vida tituyen y se afirman como tales en el diálogo público que se produce en el espacio también público. La comunicación así entendida es un proceso de autoafirmación y de búsqueda de reconocimientos, generando interlocución entre actores diversos, esencialmente diferentes y con distinto poder. La democracia necesita de la información y de la comunicación para cumplir con sus objetivos. La información y la comunicación requieren hoy de la vigencia de valores y formas democráticas para poder realizarse como un derecho básico y fundamental para todos los ciudadanos. La comunicación es democrática cuando los distintos actores generan mensajes y producen sentido desde su identidad. Esto hace que la comunicación sea siempre asimétrica, tanto por el lugar distinto que cada uno de los actores ocupa en el proceso, por las condiciones materiales de producción, como por los contextos de recepción. La comunicación democrática tiene dos caras que constituyen parte de la misma moneda. Por un lado es democrática aquella comunicación que genera posibilidades de acceso de todos los ciudadanos y ciudadanas a oportunidades de comunicación en el sistema masivo de medios, en particular a aquellos medios considerados públicos porque están controlados por el Estado. Pero al mismo tiempo, la comunicación democrática se caracteriza por el acceso irrestricto de los ciudadanos a la información pública para que esta pueda ser usada como insumo para incidir en las decisiones político-culturales. De los dos, el segundo aspecto es el menos desarrollado. Es importante que se generen y garanticen los procedimientos necesarios para que las y los ciudadanos tengan acceso a la información pública (a las leyes, a las normas, a los decretos, a las resoluciones, a programas sociales y sus reglamentaciones, etc.) porque en ello va también la posibilidad de acceder a sus derechos y hacerlos efectivos.

La información como bien público José Bernardo Toro sostiene que “un ciudadano es una persona capaz, en cooperación con otros, de crear o transformar el orden social que ella misma quiere vivir, cumplir y proteger para la dignidad de todos” (2009). Y agrega que “ser ciudadano implica entender que el orden de la sociedad –las leyes, las costumbres, las instituciones, las tradiciones– no es natural; el orden social es un invento, una creación hecha por los hombres y las mujeres de la misma sociedad. Y entender que si ese orden no produce dignidad se puede transformar o crear uno nuevo, en cooperación con otros. La cédula de ciudadanía y la mayoría de edad son requisitos legales para ejercer la ciudadanía, pero lo que hace al ciudadano es la capacidad de crear o modificar el orden social, es decir, la capacidad de crear libertad”. El ámbito de actuación de los ciudadanos es lo público entendido como aquello que conviene a todos, que es para la dignidad de todos y todas, pero que al mismo tiempo está hecho y concebido para la vida más digna y la mejor calidad de vida de las y los ciudadanos. Lo público no es lo estatal, aunque en determina-

34

cotidiana, y en los que se ponen a circular puntos de vista, formas de entender y de interpretar lo que ocurre. dos momentos ambos términos se hayan equiparado a partir de una concepción de “Estado benefactor” que ocupaba todo el espacio de lo público. Todavía menos se podría reducir la idea de lo público a aquello sobre lo cual tiene injerencia o incumbencia el gobierno de turno. Hoy lo público tiene que ser entendido necesariamente como el espacio común, ámbito de participación y, en consecuencia, también de la responsabilidad colectiva que, en tanto y en cuanto corresponde a todos, debe estar promovido por distintos actores en función de la construcción colectiva y asociada que apunta al bienestar del conjunto. El sistema masivo de medios de comunicación es un servicio público porque está necesariamente orientado al bien común y porque es un escenario donde no sólo se informa sino por el cual transitan ideas e interpretaciones, modos de entender que generan legitimidades y exclusiones, aportando o dificultando a la propia gobernabilidad social. En la sociedad moderna es también un espacio privilegiado donde se tejen las interrelaciones entre las personas, entre los sujetos. Los medios de comunicación son espacios en los que se representa lo social, lo que acontece en la vida cotidiana, y en los que se ponen a circular puntos de vista, formas de entender y de interpretar lo que ocurre. Cuando los medios informan proponen caminos de lectura y promueven modos de entender los acontecimientos que nos rodean. Las formas como se designan los procesos y las situaciones no son el resultado de la casualidad o de la improvisación. Todas ellas suponen una manera de comprender, una forma de organizar la interpretación y de situar a los sujetos sociales. No son inocentes las diferencias de calificación que existen, por ejemplo, acerca de la violencia. Hablar de la “violencia terrorista” para calificar hechos que pueden ser similares a otros que se designan como “guerra necesaria” implica una toma de posición y revela posiciones políticas y de poder. El espacio público, construido principalmente por el sistema de medios a través de la información y el entretenimiento, es un lugar de información, de intercambio, de diálogo y de producción de sentidos. Es a la vez un lugar de disputa de sentidos, de interpretaciones y por lo tanto un ámbito fundamental de la lucha por el poder.

Exclusión y comunicación Vivimos en una sociedad atravesada por la sensación de superinformación y la oferta permanente y agresiva de programas de todo tipo, apoyados en un gran desarrollo tecnológico de los sistemas de la comunicación y en una maquinaria económica que sostiene la idea de que a más productos comunicacionales (desde noticieros a telenovelas y programas de entretenimiento) mejor


negocio y resultados económicos para quienes han invertido en un campo que, a simple vista, es altamente rentable. Pero ¿equivale esta invasión de mensajes a información más genuina y más veraz? ¿Sirve para generar mensajes y productos que representen al conjunto de la sociedad en toda su diversidad y pluralidad? La respuesta es decididamente no. Hoy existen “inforicos” e “infopobres” ubicados en los extremos de lo que Aníbal Ford llama las “diferencias infocomunicacionales” (1999: 115 y ss.). Lo mismo puede decirse del acceso a la educación, que se ha convertido en un privilegio por razones económicas, pero también por motivos culturales y comunicacionales. En el campo de la comunicación la concentración de la propiedad de los medios lleva también un proceso de privatización de la comunicación y de cercenamiento del ejercicio del derecho a la comunicación. La participación, ya menguada y coartada en el orden político, también se ve afectada en este espacio. Se carece de un verdadero ejercicio del derecho a la comunicación. La construcción ciudadana y democrática en la sociedad actual nos exige tomar en cuenta las características del escenario en el que estamos viviendo. La comunicación no puede entenderse aislada de la realidad histórica porque está traspasada por esa misma realidad y, a la vez, la atraviesa. De tal manera que no podemos pensar la relación entre ciudadanía, democracia y comunicación en abstracto. Es preciso reflexionar sobre el concepto en el escenario de una América Latina donde la exclusión (social, política, económica y cultural) es la característica más fuerte y determinante. Es un escenario que, al dato anterior, suma la dificultad para reconocer la diversidad y la pluralidad como un componente esencial en sociedades que se autodefinen democráticas pero en las que existen fuertes rasgos autoritarios y donde los niveles de participación están altamente restringidos. El derecho a la comunicación puede entenderse como aquella potestad de todos los ciudadanos para expresarse en igualdad de oportunidades y en equidad de condiciones. Esto quiere decir que cada uno y cada una incluye entre sus derechos humanos fundamentales el de comunicarse, entrar en relación y entablar diálogos productivos, con otros y con otras. Sin embargo, este no puede ser un derecho simplemente declamado. Para que sea efectivo tiene que apoyarse en condiciones materiales que lo garanticen y sólo de esta manera el derecho a la comunicación puede ser un pilar para la paz, porque supone “defender la libertad de expresión y la diversidad cultural, privilegiando siempre la escucha y el diálogo, sin ceder al fanatismo, ni a la maledicencia o el rechazo al prójimo [y de esta manera] contribuir al desarrollo de las mujeres y el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear juntos nuevas formas de solidaridad” (Manifiesto 2000,2009) . ¿Se puede proclamar y poner en práctica efectiva el derecho a la comunicación mientras gran parte de los latinoamericanos siguen viviendo en condiciones que los ubican por debajo de la línea de pobreza? ¿Se puede hablar de derecho a la comunica-

ción cuando la propiedad de los medios de comunicación en el mundo está concentrada en pocos grupos económicos transnacionales? ¿Se puede hablar de derecho a la comunicación frente a la evidente exclusión de la agenda pública que soportan los pobres y los pueblos originarios de nuestras tierras, para dar sólo dos ejemplos? Podría argumentarse que es necesario modificar primero las condiciones sociales para avanzar en la implementación del derecho a la comunicación. Nada más carente de razón. Derecho a la comunicación y derechos ciudadanos, en una sociedad democrática, tienen que avanzar de la mano, generando condiciones mutuas. Si queremos avanzar hacia una cultura de la paz apoyada en valores y derechos y que sirva de cimiento a nuevas actitudes y comportamientos que rechacen la violencia, es necesario reconstituir y resignificar lo público como lugar simbólico pero también espacio material de participación, de construcción de alianzas y elaboración de propuestas. Esto supone “apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información y conocimientos” (Manifiesto 2000, 2009) para promover desde la comunicación nuevos modos de participación y otra cultura ciudadana. La Plata (Argentina), junio 2009

Bibliografía “Manifiesto 2000 para una cultura de paz y no violencia”. http://www.3.unesco. org/manifiesto2000/sp/sp_manifieste.htm. Consultado 15.08.09 APREA, Gustavo (comp.). Problemas de comunicación y desarrollo. Buenos Aires, UNGS-Prometeo, 2004. FORD, Aníbal. La marca de la bestia. Buenos Aires, Grupo Editorial Normal, 1999. JARAMILLO, Juan C. Aporte de la comunicación a la construcción de políticas públicas. http://www.comminit,cim/en/search/node/ juan+camilo+Jaramillo. Consultado 15.06.09 MATA, María Cristina. Comunicación, ciudadanía y poder: pistas para pensar su articulación. www.comminit.com/en/node/149879/348. Consultado 15.06.09 MARTIN-BARBERO, Jesús. El oficio del cartógrafo. Santiago de Chile, Edit. Fondo de Cultura Económica, 2002. MASSONI, Sandra. Estrategias. Los desafíos de la comunicación en un mundo fluido. Rosario, Editorial Homo Sapiens, 2007. MERELLO, Agustín. Prospectiva. Teoría y práctica. Buenos Aires, Editorial Guadalupe, 1973. REY, Germán. “Cultura y desarrollo humano: unas relaciones que se trasladan”. Revista Pensar Iberoamérica, Revista de Cultura, OEI, número 0, febrero 2002 http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric00a04.htm. Consultado 15.06.09 TORO, José B. y RODRÍGUEZ G., Martha C. La comunicación y la movilización social en la construcción de bienes públicos. BID, Bogotá, 2001. http://indes.iadb.org/pub/I-25.pdf. Consultado 15.06.09 VIZER, Eduardo; La trama (in)visible de la vida social. Comunicación, sentido y realidad. Buenos Aires, La Crujía Ediciones, 2003.

35



Diálogos 2006-2008: entre procesos de inclusión y exclusión Comunicación y diálogo forman parte de ejes sobre los que trabaja UNIR. Así “Diálogos interculturales: La experiencia de los Colectivos Culturales“, nos contará sobre su recorrido por varias ciudades de Bolivia y el trabajo realizado en diferentes regiones. Quien tuvo a su cargo la iniciativa Gestión de Conflictos narrará su experiencia de formación dialógica en organizaciones sociales y entidades públicas. Mientras, la iniciativa Diálogos explicará la metodología y las formas dialógicas aplicadas que aportarían a una cultura de paz. El trabajo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) se plasmará en “La mirada del otro en la prensa boliviana“, una lúcida visita al mundo de los medios de comunicación, tan necesaria en estos tiempos de crisis y de antagonismos.


Diálogos interculturales una aventura de la palabra El diálogo intercultural nos permite entrar en contacto con los otros y establecer un relacionamiento más rico aprendiendo a escucharlo. Para ello es indispensable eliminar estereotipos, prejuicios, temores y desconfianzas. Un texto ideal para la coyuntura que vive el país. DAVID PORTILLO

D

urante los años 2006 al 2008 la Fundación UNIR Bolivia, a través de la iniciativa Colectivos Interculturales, desarrolló un componente denominado “Diálogos Interculturales”, que se constituyó por medio de la creación de espacios genuinos de diálogo orientados al conocimiento y valoración de la diversidad cultural de Bolivia. En la perspectiva de la interculturalidad, contribuyó al encuentro y la construcción democrática de la paz en los diferentes escenarios que tiene nuestro país en proceso de transformación.

¿Qué son los diálogos interculturales? El diálogo es una actividad humana básica que se orienta a acercar a las personas, a permitirles comprenderse mejor a sí mismas y a los otros. No podemos comprender si no conocemos, y no podemos conocer si no escuchamos la palabra del otro. Desde esta perspectiva el diálogo es un vínculo de amor y de convivencia. El diálogo intercultural integra a una diversidad de actores sociales y busca que las personas puedan expresar lo que genuinamente sienten y piensan, más allá de repetir el discurso conocido de hablar en un lenguaje “políticamente correcto”, de decir lo que se espera que “se debe decir”. Por lo tanto, el diálogo es una actividad espontánea que se funda en la escucha atenta y respetuosa y en la expresión franca de lo que se siente y piensa. En Bolivia, al igual que en otros países en los que el desencuentro entre los ciudadanos ha generado una dinámica social caracterizada por la intolerancia, la discriminación, el racismo, la agresividad y la violencia encubierta o desembozada, es fundamental encontrar alternativas para que las personas aprendan a relacionarse de un modo distinto, generando lo que en el futuro puede convertirse en una nueva dinámica social, más tolerante, respetuosa, pacífica y constructiva. La capacidad de las personas de relacionarse en términos positivos constituye la base de la construcción de una sociedad más democrática, capaz de alcanzar consensos o de, al menos, enfrentar de manera constructiva los distintos desafíos que se le presentan. Los procesos de diálogo intercultural permiten la puesta en común de una pluralidad de experiencias, ideas y visiones de mundo, por eso consideramos que es una herramienta muy útil para superar las visiones autocentradas que tienden a negar la

38

MORALES

existencia del otro, su valor o su significación. El diálogo intercultural permite Psicólogo. también abrir la percepción de las persoGestor en nas y sensibilizarlas con las experiencias y movilización cultural procesos que viven los demás, facilitando de la Fundación una mejor compresión de los otros y, por UNIR Bolivia. tanto, hacer posible un relacionamiento más rico y positivo. Se tiende a pensar que el diálogo es lo mismo que el debate, la negociación, etc., aunque son procesos esencialmente distintos. En el diálogo lo más importante es aprender a escuchar al otro, a colocarse en el lugar del otro (empatía) para tratar de comprenderlo, aprender a plantear los propios sentimientos e ideas con libertad y confianza. Por lo tanto, el diálogo no coloca a las personas en la necesidad de ver al otro como un contrincante, ni de atacar sus puntos débiles, ni de convencerlo de lo que nosotros sentimos o pensamos. Para comprender al otro es necesario eliminar prejuicios, estereotipos, temores y desconfianzas, lo cual tiene fundamental importancia en un momento como el que vive el país, pero también entraña un enorme desafío por las tensiones de la coyuntura política, económica y social.

¿Cómo se organizaron los diálogos interculturales? Con el propósito de promover la reflexión crítica sobre nuestra compleja identidad nacional y los procesos que se requieren para contribuir al desarrollo de un país intercultural sobre bases de equidad y justicia, los procesos de diálogo intercultural encarados por la iniciativa se desarrollaron en cuatro niveles: – Diálogos locales. Procesos de diálogo y momentos de encuentro entre diferentes actores locales (estudiantes, representantes de los estamentos del Estado, autoridades originarias, líderes de opinión, representantes de instituciones locales, otros) que fueron planificados en cada uno de los municipios a los que accedieron los buses en sus rutas por tierras bajas y tierras altas. Dichos procesos buscaron generar espacios para revalorizar la palabra y promover la sensibilización hacia el diálogo genuino. Cada grupo que participó en los procesos de diálogo local propuso a dos representantes que luego asistieron a los diálogos de macro región.


– Diálogos macro regionales. Profundos procesos de diálogo en los que se encontraron todos los representantes elegidos por sus propios grupos en los diálogos locales. Cada encuentro de macro región –altiplano, valle, oriente, chaco y amazonía– agrupó a personas de diferentes edades y ocupaciones otorgándoles una oportunidad de convivencia y participación plena. Además en estos encuentros de alto valor intercultural se promovió, a través de metodologías especialmente diseñadas para el efecto, procesos de autoconstrucción, internalización y construcción colectiva de conceptos tales como el diálogo, la confianza, el respeto, la empatía, entre otros. – Diálogos nacionales. Procesos de diálogo donde se encontró toda la diversidad de actores sociales que participaron en los diferentes encuentros de cada una de las cinco macro regiones del país. Esta legión de dialogantes se constituyó en un particular y valioso grupo de personas que tuvo la oportunidad de fortalecer su comprensión sobre el diálogo y la confianza y la manera en la cual se pueden volcar ambos conceptos en la praxis de nuestra realidad sociocultural. En los diálogos nacionales habló el país a través de todos estos representantes que se reunieron a título personal y que tuvieron la convicción y el valor de plantear ideas y sentimientos orientados a construir un país de cambio positivo y renovador por medio del diálogo.

El diálogo es una actividad humana básica que se orienta a acercar a las personas, a permitirles comprenderse mejor a sí mismas y a los otros. 39


– Círculos de diálogo y confianza. Que fueron concebidos como la apuesta sostenible del componente de diálogo ya que a través de la configuración de dichos círculos a lo largo y ancho del territorio nacional se pueden difundir y ampliar el diálogo y la confianza permanente entre bolivianos, contribuyendo de esta manera a la construcción de un país que pueda asumir sus cambios históricos con una visión de integración y coexistencia.

¿Qué criterios metodológicos se emplearon?

Cada uno de los procesos de diálogo fue una experiencia única donde la gente decidió los temas a tratar, analizó los mismos y encontró alternativas de solución a sus conflictos.

Para la intervención metodológica es necesario aclarar que la población meta fue designada entre adolescentes, jóvenes y adultos: estudiantes de escuela secundaria, universitarios, jóvenes trabajadores, líderes de opinión, autoridades locales, autoridades originarias, representantes de organizaciones sociales y culturales, migrantes, entre otros. Los criterios para seleccionar los municipios de intervención de la iniciativa se basaron en lo siguiente:

– Metodología basada en el cambio interno de actitudes a través del diálogo y no en la transmisión de información. – Cambio de actitud de las personas que participan y cambios concretos en sus entornos relacionales: familia, amigos, trabajo, empleados y empleadores, etc.

– Municipios de alto nivel de conflictividad e intolerancia. – Municipios fronterizos con fuertes tendencias migratorias. – Municipios con alto nivel de desarrollo cultural y vigencia en sus tradiciones. – Municipios de difícil accesibilidad.

Con relación a los diálogos interculturales, es importante destacar que los procesos de diálogo local se convirtieron en un genuino espacio de encuentro en los que la gente que asistió se mostró abierta a la manera en la cual se encaró el proceso donde se revalorizó la palabra, se establecieron vínculos de confianza y se restablecieron las relaciones interpersonales. Cada uno de los procesos de diálogo fue una experiencia única donde la gente decidió los temas a tratar, analizó los mismos y encontró alternativas de solución a sus conflictos. Por otro lado, los procesos de diálogo a nivel macro regional permitieron a las personas establecer vínculos que permitieron abordar conflictos de mayor alcance y también fortalecer a personas líderes que fueron elegidas por sus propios grupos, las mismas que se prepararon paulatinamente para encarar la configuración de los círculos de diálogo y confianza que posteriormente se convertirán en una manera de establecer una cultura de diálogo en el país. Luego de la experiencia vivida se puede afirmar que los procesos de diálogo local fueron la clave para devolverle el valor a la palabra, para generar espacios genuinos de encuentro y para establecer vínculos entre personas de diferentes oficios y ocupaciones que conviven en un mismo municipio. Los procesos de diálogo macro regional fueron la propuesta para conformar una “masa crítica” de personas que voluntariamente trabajen estableciendo círculos de diálogo y confianza en los municipios de las cinco macro regiones del país, consolidando un grupo de replicadores comunitarios que amplifican la necesidad de instaurar el diálogo como un vínculo que permita establecer mejores relaciones interpersonales entre bolivianos. El proceso de diálogo nacional fue un espacio único en el que tomó la palabra el país a través de la diversidad de sus actores. Fue un genuino espacio de convivencia y complementariedad de sentimientos y pensamientos. Fue, en definitiva, la esperanza de llegar un día a vivir en interculturalidad y en armonía.

Por su parte, el Diálogo Intercultural estuvo orientado a generar y promover espacios y capacidades para un diálogo pacífico de respeto mutuo (diálogo democrático) dirigido a la prevención y resolución de conflictos y generación de valores y principios democráticos para vivir una interculturalidad basada en los derechos humanos. En resumen, el desarrollo metodológico fue realizado de la siguiente manera: – Proyección de alcance nacional del proyecto organizado por macro regiones: altiplano, valle, chaco, oriente, amazonía. – Noción territorial del espacio de intervención, que se constituyó en un criterio geográfico y cultural. – Criterios de selección de municipios con carácter equitativo: similar número de municipios en cada macro región, municipios rurales/urbanos, municipios indígenas/no indígenas, municipios fronterizos, municipios con alto nivel de migración, municipios con elevado índice de conflictividad. – Metodología constructivista, comunicacional, dialógica, que giró en torno a las relaciones interpersonales. – Convocatoria de personas a título personal y no a título institucional o corporativo. – Espacio de encuentro intergeneracional e intercultural. – Procedimiento en espiral. Sensibilización, diálogo del diálogo, diálogo de la confianza, diálogo de la coexistencia y la convivencia, círculos de diálogo y confianza. – Espacios progresivos de interculturalidad: 1) local, municipios de la misma región; 2) macro regional, municipios de dos o más regiones; y 3) nacional, municipios de todas las macro regiones.

40

Los alcances de la experiencia


El diálogo y la construcción de la cultura de paz Una de las acciones más desarrolladas por UNIR fue la de la instauración de procesos de diálogos ciudadanos. El presente artículo narra la experiencia, las temáticas y las técnicas utilizadas. Una de las conclusiones centrales es que el diálogo se vive, no se aprende.

L

os procesos de diálogo ciudadano han sido la primera propuesta metodológica que ha implementado la Iniciativa de Diálogo (ID) de la Fundación UNIR Bolivia. Estos procesos fueron la base para la construcción de otras modalidades de diálogo, que se están desarrollando y van en proceso de consolidación en esta gestión y en las próximas como un aporte de la institución a la construcción de la cultura de paz. Los diálogos ciudadanos se implementan como una ruta en la construcción de la cultura de paz a partir de la búsqueda de la transformación de las relaciones personales para la transformación social en sociedades polarizadas o donde hay un evidente deterioro del tejido social producto de la polarización o de procesos de escalada de violencia, o también en sociedades en conflicto armado o post conflicto (procesos de reconciliación). Bajo una mirada sensible, propositiva y diferente del diálogo se inicio, entre marzo y abril de 2007, la implementación de la propuesta de diálogo ciudadano a través de tres experiencias piloto para la validación de la propuesta conceptual y metodológica desarrolladas en La Paz: – Grupo compuesto por jóvenes de los colegios Ayacucho (público) y San Ignacio (privado). – Grupo compuesto por jóvenes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y la Universidad Católica Boliviana San Pablo (UCB). – Grupo compuesto por personas adultas de diferentes sectores sociales culturales y económicos.

LUIS VÁSQUEZ MONTECINOS CARLA VALCARCE TORRICO

De acuerdo al Plan de Acción del equipo de la ID, la puesta en marcha de los diálogos ciudadanos fue progresiva, Equipo Nacional las operaciones comenzaron en Sucre Iniciativa Diálogo en octubre de 2007, continuando de Fundación UNIR forma sucesiva en La Paz, Santa Cruz, Bolivia. Cochabamba, Tarija, Potosí y Oruro. El primer paso en cada departamento fue identificar personas para que sean parte de procesos de formación de facilitadores y facilitadoras de diálogos ciudadanos, que basado en una metodología de reflexión-acción-reflexión se fue implementando progresivamente en todos los departamentos. Proceso de formación: reflexión-acción Reflexión

Evento de formación

Evento de formación

Procesos de diálogo

Procesos de diálogo

Paralelamente a estas experiencias, el equipo de la ID elaboró una serie de documentos base que reflejan el marco conceptual, técnico y metodológico de la iniciativa y de los diálogos ciudadanos como propuesta de ruta en la construcción de la cultura de paz: – Documento N° 1: Marco conceptual y teórico de los diálogos. – Documento N° 2: La Fundación UNIR Bolivia y los procesos de diálogo. – Documento N° 3: Los diálogos ciudadanos. – Documento N° 4: Plan de Acción. – Documento N° 5: Guía metodológica para facilitadores. – Documento N° 6: Diálogos ciudadanos sobre cultura de paz.

Evento de formación

Evento de formación

Procesos de diálogo

Acción

Una vez finalizado el primer evento de formación, el segundo paso consistió en conformar parejas de facilitadores y armar los grupos de diálogo, estos grupos estaban conformados por ciudadanos y ciudadanas de distinta procedencia. El tercer paso consistió en la puesta en marcha de los procesos de diálogo ciudadano que constan de ocho sesiones, cada una de dos a tres horas, las cuales se desarrollan con un intervalo de una o dos semanas, dependiendo del grupo.

41


Proceso de diálogo ciudadano

Retroalimentación

Sesión 1

Sesión 2

Sesión 3

Sesión 4

El diálogo como propuesta de encuentro en la diversidad

Inicio/Presentación

Sesión 8

como los de monitoreo y seguimiento a cada persona, equipo de facilitadores, grupos de formación de facilitadores y todos los procesos coordinados por la Iniciativa. Para elaborar el documento, Teresa Alem partió de la lectura de los documentos base de la Iniciativa que, como mencionamos anteriormente, reflejan el marco teórico y metodológico de la propuesta2.

Sesión 7

Sesión 6

Sesión 5

Evaluación

El diálogo se vive, no se aprende Durante el periodo comprendido entre octubre de 2007 a noviembre de 2008, los resultados de la implementación de los diálogos ciudadanos, en los siete departamentos señalados anteriormente, fueron los siguientes1: – Alrededor de unas 300 personas ingresaron a procesos de formación como facilitadores de diálogo. – Se iniciaron 12 grupos de formación, uno en cada departamento, excepto La Paz y Santa Cruz donde se iniciaron 4 y 3 grupos respectivamente. – Como parte de estos 12 procesos iniciados, se desarrollaron 28 eventos de formación, los que estaban dirigidos a desarrollar y fortalecer habilidades y destrezas dialógicas en los facilitadores y las facilitadoras. – De las 300 personas, aproximadamente 100 facilitaron procesos de diálogo. – Se desarrollaron más de 80 procesos de diálogo ciudadano, en los que participaron personas que reflejaban la diversidad social, cultural y económica del país. – En el área rural, donde se desarrollaron 4 procesos de diálogo: Laja, Patacamaya (La Paz), Sica-Sica y Totora (Cochabamba). – Participaron en los procesos de diálogo ciudadano alrededor de 1000 personas. Con la finalidad de aportar insumos para el nuevo Plan Estratégico Institucional y para el ajuste de esta propuesta metodológica, a fines de 2008, la consultora Teresa Alem realizó la sistematización de la experiencia de los procesos de diálogo ciudadano ejecutados durante la etapa comprendida entre octubre de 2007 y noviembre de 2008. La sistematización elaborada refleja la conceptualización del diálogo ciudadano, las metodologías aplicadas, los procesos e instrumentos tanto de los diálogos

42

Tomando como referencia la definición de “diálogo ciudadano” vertida en la Guía Metodológica para Facilitadores/as de Diálogo (GMFD)3 de la Fundación UNIR, se destaca que el diálogo: Es un proceso de construcción de visiones, sensibilidades, habilidades, destrezas, hábitos y conocimientos a nivel personal y grupal, que busca cómo construir, fortalecer y/o transformar relaciones permanentes a fin de promover la aceptación tolerante y no discriminatoria de las diferencias. El diálogo ciudadano es un proceso enfocado a la transformación a nivel personal e interpersonal, con el horizonte de la transformación sistémica o estructural, pretende incidir en los patrones de conducta de relación interpersonal, en sus dimensiones cognitivas, emocionales y conductuales, orientándolas al desarrollo de una cultura de diálogo constructivo, basado en el reconocimiento de la dignidad humana y del bien común.

Esta manera de enfocar el diálogo hace hincapié en la posibilidad de lograr encuentros entre personas cuyas experiencias de vida son diversas y en algunos casos se trata de estructurar diálogos entre grupos confrontados y/o antagónicos. Es de la diversidad, de lo diferente, del reconocimiento y legitimidad de estas presencias y pertenencias amplias, múltiples y complejas de donde se parte para suscitar encuentros de diálogo ciudadano. Como se manifiesta en el documento N° 3 de Diálogos Ciudadanos4, “se trata de una conversación motivada por una búsqueda de entendimiento mutuo, más que búsquedas de acuerdos o soluciones a las diferencias”. Aprendiendo desde lo profundo a escucharnos El encuentro con la diversidad, supone también un encuentro con lo profundo, original y desconocido de cada persona. Las sesiones de diálogo tienen como principio elemental partir de lo que cada persona es en sí misma y desde esa experiencia personal participar y dialogar. Sólo así el encuentro coloca a los participantes en un mismo punto de partida, abre confianzas y bloquea o moviliza prejuicios en torno a relacionamientos entre diferentes. En cada sesión de diálogo, el encuentro, el momento de la presentación de cada una de las personas que compartirán ese espacio es fundamental. Por una parte se muestran tal y como son, sin representarse más que a sí mismas y se inicia un tejido de confianzas, que da pie a poderse escuchar y escucharse mutuamente.


... “cuando se habla desde el corazón, es difícil juzgar”. Estos mensajes hechos vida cotidiana son El diálogo ofrecerá a quienes participan la oportunidad de escuchar y ser escuchados, de modo que los que hablan puedan ser oídos, hablar y dejar que le hablen de manera respetuosa, desarrollar y profundizar el entendimiento mutuo, conocer la perspectiva de los otros y reflexionar sobre nuestros propios puntos de vista. Es decir, compartir significados y establecer horizontes comunes de visiones compartidas5.

Esta es la propuesta de la ID acerca a esta posibilidad de aprender desde lo profundo y para lograr escucharnos. Superando jerarquías, prejuicios y modelos mentales de relacionamiento humano Los diálogos pretenden la generación de visiones personales y grupales más amplias, compartidas y complejas sobre el tema o problemática que reúne a los participantes. Un aspecto importante en los procesos de diálogo es ayudar a que las partes reconozcan distintos ‘modelos mentales’ y ‘categorías’ que conducen a formas muy distintas de entender una sola realidad. Idóneamente, los espacios de diálogo deberían generar un espíritu de curiosidad que enriquezca y amplíe las conversaciones, y desarrollen nuevos conocimientos y/o perspectivas que antes ninguna de las partes las tenía (GMFD).

Al despojarse de cargos, apellidos, títulos, profesiones o representaciones, los y las participantes de los grupos de diálogo, aparte de ir cultivando actitudes de escucha activa sobre los diferentes temas que se comparten, tienen un proceso de aprendizajes subjetivos y de maduración, se trata de procesos de autoconocimiento de sus propios modelos mentales y formas de relacionarse con los demás reconociendo las diferencias. En la estructura de cualquier evento que convoca a diálogos ciudadanos bajo esta concepción, se practican ejercicios que permiten identificar los modelos mentales de cada persona y/o participante. A partir de estas prácticas se tienen momentos de conversación y escucha que van ampliando las visiones y abriendo los corazones. El crecimiento y complementación de sentidos y referentes ayuda a superar prejuicios, logrando encuentros que comprometen la fraternidad en la diversidad. Una de las ideas durante el 1º Encuentro de Facilitadores en Cochabamba6 decía: “cuando se habla desde el corazón, es difícil juzgar”. Estos mensajes hechos vida cotidiana son los que permiten tener un horizonte inclusivo y respetuoso entre semejantes-diferentes.

¿Quiénes participan en los procesos de diálogo? En principio, cualquier persona que tenga interés de comprometerse con la concepción de los diálogos ciudadanos y que esté dispuesta a remover sus esquemas y prejuicios puede ser parte de los grupos de diálogo y, dependiendo de su voluntad y decisión, formar parte de los procesos de formación de facilitadores

los que permiten tener un horizonte inclusivo y respetuoso entre semejantes diferentes. de diálogo. Como se manifiesta en la GMFD, pueden participar personas que proceden de distintos ámbitos sociales, económicos y culturales. Se recomienda formar grupos con equidad de género y de cualquier edad. Otro criterio importante al momento de convocar a los grupos o eventos de diálogo es que pueden participar personas que son parte de grupos, organizaciones o instituciones sociales, pastorales, juveniles o culturales. Esta pertenencia pierde importancia al momento de participar en los procesos de diálogo; queda claro que en los diálogos las personas sólo se representan a sí mismas. Fuera de los participantes convocados y seleccionados para cada proceso de diálogo ciudadano, los facilitadores y facilitadoras de diálogo son dinamizadores de estos encuentros/eventos. Normalmente cada proceso cuenta con dos facilitadores, para garantizar el encuentro y distribuirse las tareas de tal manera que el ambiente de diálogo sea el más propicio y no se pierda la experiencia. Mientras un facilitador comparte y apoya el diálogo, el otro o la otra facilitadora registra el proceso, tomando en cuenta actitudes, tendencias, cambios y propuestas en y del grupo.

¿Por qué facilitadores – facilitadoras? Los criterios que llevan a proponer como facilitadores de diálogo a algunas de las personas que participan en los procesos de formación se basan en la experiencia personal, en el manejo de grupos y en la sensibilidad hacia el diálogo, pero sobre todo en la disposición a asumir un rol estimulador del proceso. Los facilitadores son las personas que hacen posible que el “encuentro entre las personas” suceda, se preocupan por que todos los que conforman el grupo lleguen y se sientan bien acogidos y cómodos, preparan las sesiones de tal manera que de inicio ellos ya se despojan de sus prejuicios e intenciones o intereses. La disponibilidad de compartir un espacio y apoyar su realización es lo que hace que se hable de facilitadores y no de otros denominativos que pueden llevar a confusiones o actitudes no adecuadas. Los y las facilitadoras de diálogo, antes de iniciar cualquier proceso, tienen un encuentro intensivo de formación y cada tres meses, más o menos, algún evento que retroalimenta y complementa su práctica. La intensidad y continuidad de este proceso permite compartir con los participantes la propuesta de la ID y al mismo tiempo provoca miradas interiores en cada persona. El diseño del proceso puede modificarse en cuanto a estructura, técnicas o impulsos, pero la idea básica es que la vivencia permita un encuentro a nivel personal-grupal-objetivo-subjetivo.

43


Procesos de diálogo con ejes temáticos La realización de los procesos es parte de la propuesta de formación y experimentación o vivencia de las y los facilitadores de diálogo. Los procesos se desarrollan en ocho sesiones de diálogo de dos a tres horas cada una, con intervalos de una semana o dos y la vivencia o confrontación de lo que se reflexiona en las sesiones en el cotidiano. Estas sesiones se realizan en pequeños grupos de diez a quince personas y siempre cuentan con dos facilitadores que se distribuyen las tareas de organización, recepción, preparación y facilitación del diálogo, además de elaborar la relatoría y si fuera posible proponer diferentes ejercicios e impulsos de acuerdo al grupo y sus expectativas. La propuesta de los diálogos ciudadanos, más que una metodología, es una invitación a experimentar la posibilidad de ESCUCHARSE y COMUNICARSE a nivel subjetivo y objetivo tanto personal como grupal y colectivamente. Además es un espacio en el que los facilitadores van experimentando la magia de acompañar procesos de diálogo. La estructura de las diferentes sesiones sigue un mismo esquema: a. Encuentro, presentación y/o conversación sobre lo sucedido durante la semana en torno a la anterior sesión. b. Ejercicio de diálogo/tema guía. c. Impulso: que puede ser una lectura, proyección, poema, música o testimonio. d. Preguntas en torno al impulso para seguir dialogando. Esta estructura exige la creatividad y dinamismo de parte de los facilitadores para que cada sesión sea impactante para los participantes y evite repeticiones de discursos o cualquier tentación de debate o actitud de orientación/enseñanza de parte de cualquiera de los participantes. ¿Sobre qué temas se dialoga? Generalmente esa es la primera pregunta que hacen las personas que participan de los

44


procesos. De ahí que se les indica que se dialoga sobre sus vivencias cotidianas. Para impulsar los espacios, hasta la fecha el equipo de la ID ha diseñado dos ciclos temáticos: – El primer ciclo de diálogo ciudadano tiene como eje temático: La cultura de paz; en cada sesión se abarca un tema que hace a la construcción de esa cultura, por ejemplo la paz, el respeto a las diferencias, la no discriminación, la individualidad y la sociabilidad. – El segundo ciclo tiene como eje temático la Ciudadanía; hace énfasis en temas como el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de deberes, la participación, la democracia, etc. Sesiones que convocan y remueven actitudes Cada sesión está diseñada de tal manera que las personas aprendan de sí mismas y de los demás. La estructura de los procesos busca identificar cambios de actitudes, por lo que se proponen ejercicios que ayudan a remirarse profundamente en torno a: la tolerancia, la capacidad de escucharse y escuchar a los demás, la discriminación, respeto a las diferencias y la necesidad de ser seres complementarios al mismo tiempo que universales. El remirarse desde la diversidad y la complementariedad ha sido valorado por la mayoría de los participantes y facilitadores. La sesión en que se dialoga sobre la discriminación, ha impactado a todas las personas de alguna manera; éstas reconocieron que han sido discriminadas y, a su vez, todos y todas han discriminado alguna vez a los demás por cualquier prejuicio. La invitación a reflexionar sobre aspectos que son cotidianos pero que no se hablan es también algo que se valora en los grupos de diálogo. “Hablar de otras cosas y salir de la rutina absurda, darnos tiempo para valorar lo que somos” decía una de las participantes de la Federación Universitaria Local de Sucre. Relatorías, experiencias creativas a partir de la propuesta original Cada pareja de facilitadores hace una relatoría sobre las diferentes sesiones que van facilitando. Este instrumento permite conversar sobre las percepciones de la sesión, reconocer las fortalezas y debilidades del proceso y registrar las lecciones aprendidas, cambios realizados y algunas otras observaciones. Con esta misma ficha de relatoría, se conversa en las reuniones de seguimiento y monitoreo que se desarrollan cada tres sesiones o una vez al mes entre el equipo de la ID y cada pareja de facilitadores. Estos encuentros son otro tipo de diálogo y a la vez otra instancia de formación, afirmación y reconocimiento de los cambios que va provocando el proceso. Como se puede ver, el proceso de formación de los facilitadores es permanente y tiene como referencia su propia experiencia y vivencia. Desde su “sí mismo”, abren posibilidades de diálogo y comparten la alegría del encuentro.

Sobre la metodología y sus instrumentos La propuesta de diálogos ciudadanos, como ya se ha dicho, más que una propuesta metodológica, es una invitación a experimentar la posibilidad de ESCUCHARSE y COMUNICARSE a nivel subjetivo y objetivo tanto personal como grupal y colectivamente. Se trata de una invitación al ENCUENTRO, donde se participa despojado de poderes mezquinos. Para lograr este propósito se recurre a una serie de ejercicios, dinámicas, materiales que se convierten en los instrumentos o pretextos de las sesiones o, más precisamente, “encuentros entre diferentes”. Entendiendo así el proceso, puede fluir ampliamente, pues para provocar diálogos lo único importante es saber ESCUCHAR, saber UYARIY (en quechua “oír” pero en su traducción más profunda “dar la cara”). El encuentro e intercambio, más allá de los métodos De diferentes formas se ha ido mencionando en este documento la importancia del encuentro entre diferentes. Los participantes de los procesos de diálogo, los facilitadores de los mismos y el equipo de la ID, cuando se refieren a sus actividades, destacan siempre la posibilidad del “encuentro humano”. Una vez que se logra el encuentro, lo que se quiere es intercambiar criterios, sensaciones, emociones, sentimientos, referentes, experiencias, vivencias para de ahí enriquecer significados y actitudes que reconocen las diferencias y las incluyen en el tejido e imaginario social y personal. No hay mucho que estructurar o diseñar, no hay métodos únicos, simplemente saberse personas y sentir el deseo de comunicar-se y comunicar-nos reconociendo las diferencias y complementaciones. La creatividad y el contexto en la propuesta Es parte del proceso de aprendizaje y compromiso con la propuesta, encontrar diferentes formas que permitan el diálogo, ya sea desde un ciclo estructurado o en una asamblea comunitaria o sindical. La actitud de encuentro y complementación es la que se busca fortalecer. Desde ella, proponer, crear, recrear, adecuar, probar todo tipo de ejercicios e impulsos que permitan escuchar-se y escuchar-nos son bienvenidos.

La invitación a reflexionar sobre aspectos que son cotidianos, pero que no se hablan también se valora. “Hablar de otras cosas y salir de la rutina absurda, darnos tiempo para valorar lo que somos” . 45


... cada momento tiene su importancia, su detalle y su delicadeza. La emoción del encuentro con lo desconocido, Romper los esquemas mentales rígidos y prejuiciosos de comunicación entre diferentes es una tarea de todos los días. Este proceso también implica romper con esquemas escolarizados y formales de aprendizaje, por eso requiere de la creatividad, espontaneidad y ubicación en cada espacio y contexto. Se observa inseguridad y miedo en el momento de proponer cambios o innovaciones a los diseños de los ciclos y sesiones de diálogo. Como se trata de un espacio en el que se aprende a sentir la libertad, provoca incertidumbres de todo tipo. El seguimiento y monitoreo de la ID puede ayudar a conversar de estas vivencias para lograr intercambios amplios y propuestas liberadoras. Aprendizajes y actitudes en el proceso Sería interminable contar o enumerar simplemente lo que se aprende en los procesos de diálogo. Es más, tal vez ni se encontrarían las palabras adecuadas para expresar todo lo que suscita participar en una sesión de diálogo ciudadano. La propuesta sabe que busca el encuentro entre diferentes y también tiene como metas compartir algunas teorías en torno a las relaciones humanas, la cultura de paz, la ciudadanía y los derechos humanos como base y pretexto de los diálogos. Después de los más de cien eventos y procesos desatados durante el año 20087, lo que se puede afirmar que se logra es la posibilidad de reconocerse y reconocer a los demás como semejantes y diferentes al mismo tiempo. Algunas expresiones que muestran desde dónde participan y se relacionan los participantes y facilitadores de diálogo, pueden servir de ejemplo para comprender por dónde van los aprendizajes y los cambios de actitud: “…era bien tímida, ahora sé hablar y puedo aceptar que mis compañeras no estén de acuerdo conmigo” “… siempre he sido extremista e impulsiva, por eso soy dirigente, ahora, algo me ha pasado, pero antes de reaccionar, escucho a mis compañeros y eso me calma” “… no hemos necesitado sufrir para aprender que cada uno es cada uno y así nos respetamos” “…ahora me preocupo de mi presencia personal, antes andaba ch’ascosa y no me interesaba siquiera en mí misma, ni me importaban mis hermanos ni mis compañeros” “…en el curso estábamos divididos, los rurales y los urbanos, ni nos hablábamos… ahora nos escuchamos y ninguno ya se burla del otro” “…cada día que voy a las sesiones de diálogo me pregunto ¿qué ya también se me descubrirá?” “…porque estoy en UNIR nomás ya no peleo ni digo nada, antes de cualquier cosita ya estaba peleando, discutiendo, queriendo ganar” “…eso de las reglas del diálogo es como pararse cuando el semáforo está en rojo”

46

insospechado y el desafío de acercamiento, supone grandes avances en términos de interrelaciones. La mayoría destaca aprendizajes que se han convertido en actitudes, pocos hablan de lo cognitivo o conceptual. Lo que hace pensar que más que el concepto queda la vivencia y eso es lo que se busca con los procesos y eventos de diálogo. Apertura y cierre de ciclos Como ya se ha expresado, cada momento tiene su importancia, su detalle y su delicadeza. La emoción del encuentro con lo desconocido, insospechado y el desafío de acercamiento, supone grandes avances en términos de interrelaciones. Como las sesiones y ciclos convocados para dialogar insisten en desarrollar, desatar y tejer lazos entre diferentes, las sesiones de fin de ciclo o las despedidas de las sesiones tienen que prever tantos o más detalles que los momentos de apertura. Se ponen en juego cariños, complementariedades emocionales y cognitivas, confianzas, búsquedas, desafíos. ¿Cómo canalizar todo esto? Es parte de los procesos y responsabilidades que se van asumiendo en el grupo. Los y las facilitadoras permiten el encuentro y canalizan las experiencias, luego acompañan y apoyan sus iniciativas en la medida de lo posible, sobre todo celebran que se siga proponiendo procesos; la apertura de cada nuevo grupo, evento o encuentro, en algún momento ya no dependerá de la ID, el entramado social y el paradigma del diálogo como actitud democrática pasará a ser responsabilidad de la sociedad misma. Instrumentos de monitoreo y seguimiento Por ser la propuesta una iniciativa institucional, muchos ojos tienen puesta la mira para comprometerse y aprender del proceso iniciado. El equipo nacional de la ID ha diseñado una serie de fichas e instrumentos que ayudan a hacer el seguimiento del proceso y a la vez tener una serie de referencias tanto de personas e instituciones que se van comprometiendo con el proceso como de lo que cada espacio va suscitando y tomando su propio rumbo. El detalle de cada instrumento puede ser la base de un proceso de sistematización más profundo y detallado de lo que significan las diferentes propuestas de diálogo ciudadano.

Testimonios Para dar cuenta de lo ocurrido en este primer año (2008) de implementación de la Iniciativa de Diálogos, se irá cerrando este documento con testimonios de facilitadores, promotores, equipo nacional y participantes, y así de esta manera abrir perspectivas, visiones, ajustes, iniciativas y todo lo que las palabras de los “otros” pueden provocar a cada uno de los involucrados en este compromiso de encontrar caminos de encuentro y escucha en la diversidad.


Encuentro consigo mismos

Potenciando capacidades inexploradas por la rutina

“…empiezo a darme cuenta de quién soy y qué cosas soy capaz de hacer”

“…cuando no me quedó otra opción que llevar a mi hija a la sesión de diálogos, nos dimos cuenta que nunca habíamos hablado de cómo nos discriminábamos una a la otra”

“… pensé que era tolerante y que conocía a los demás, ahora me doy cuenta que ni me conozco a mi misma” “…cada día comparto con mi familia alguno de mis prejuicios para poder ampliar nuestros modelos mentales y familiares” “…a ratos siento que las sesiones son la mejor terapia para desahogarme y para conocerme” “…he encontrado una manera de valorar a mis ancestros siendo yo mismo” “…ahora no me importan mis defectos físicos, mis compañeros de curso me valoran por lo que soy” “…las sesiones te hacen sentir tú mismo, humano” Encuentro con el “otro-nos-otros”

“…saqué las piedras que llevaba en mi bolso porque no pude desconocer mi origen, ¿cómo iba a maltratar a los campesinos? “…creía que a mi nomás me sucedían cosas feas en el internado, escuchando a mis compañeras me di cuenta que todas estábamos sufriendo” “… me he visto reflejado en lo que hablaban mis compañeras de grupo, ahora puedo hablar de lo que siento” “… ya no tengo miedo de encontrarme y conversar con extraños, nadie había sido extraño, sólo diferente” “… me he dado cuenta que la diferencia es necesaria para aprender a socializar lo que sentimos y pensamos” Despojando prejuicios “… he aprendido que ser madre no es ser sargento, puedo confiar en mis hijos” “…creía que todo lo que empezaba tenía que concluir en algo concreto, ya se que las conclusiones matan los procesos” “…el encuentro con los otros no es para convencerlos, había sido para compartir, nadie tiene la última palabra” “…tengo más referencias para no tergiversar lo que escucho” “…me ha gustado mucho romper las jerarquías, ahora le digo de su nombre a mi docente; también en el grupo con operadores de justicia he visto cómo en vez de decirse ‘doctor’, en la segunda sesión, han empezado a usar otros términos como ‘hermano’, ‘colega’ y así…” “…siento que me falta comprender a las personas que tienen otras lógicas y sentidos de vida”

“…creí que era un excelente líder porque todos me hacían caso… qué equivocado estaba” “…nunca había pensado que el matrimonio era un espacio de complementaciones” “…pensé que ser posesiva en mis relaciones me daba seguridad, ahora descubrí que era mi fuente de inseguridades” Podría llenarse un libro entero de percepciones, sentimientos, cambios y reflexiones de las más de mil personas que han compartido algún evento de la ID de la Fundación UNIR. Para muestra estos cuántos botones; la camisa, la puede confeccionar cada uno y cada una a su gusto. 1 Además de los resultados que se mencionan, la ID también obtuvo otro resultados en la implementación de otras modalidades metodológicas: - Se llevaron a cabo nueve espacios de de diálogo y deliberación, con la participación de dirigentes y miembros de organizaciones sociales y políticas. - Se realizaron dos diálogos de acercamiento y reflexión ente jóvenes líderes de Tarija y El Alto. - Se realizaron dos diálogos de acercamiento y reflexión ente jóvenes líderes de Sucre y La Paz. - Se desarrolló un espacio de diálogo de acercamiento y reflexión con población polarizada en Zongo, La Paz. - Se desarrollaron también tres espacios de reflexión con periodistas de La Paz, Sucre y Tarija. - En estos diálogos participaron más de 600 personas. 2 El presente documento es un resumen de la sistematización elaborada por la consultora. En algunos puntos, la ID ha ampliado la información o ha incluido notas con el objetivo de complementar o aclarar algunos aspectos. 3 Esta Guía fue elaborada por el equipo de la ID y su uso está destinado a todas las personas que facilitan procesos de diálogo ciudadano. Este documento será publicado próximamente. 4 La ID elaboró los marcos teóricos y metodológicos generales y específicos de cada una de las propuestas o modalidades de diálogo. El documento N° 3 corresponde a la propuesta de los Diálogos Ciudadanos. Esta es una serie de documentos que se publicará próximamente. 5 Documento Número 3 de la Iniciativa de Diálogo de la Fundación UNIR Bolivia. 6 En noviembre de 2008 se realizó en Cochabamba el Primer Encuentro de Facilitadores de diálogo de UNIR. Alrededor de cien personas se reunieron durante tres días para retroalimentar el proceso de reflexiónacción. 7 La etapa de implementación de los procesos de diálogo comprende desde octubre de 2007 a noviembre de 2008, periodo que cubre la sistematización realizada.

47


Experiencia de formación en análisis de conflictos y negociación a organizaciones sociales e instituciones UNIR se planteó como objetivo fortalecer la capacidad de las organizaciones sociales en el análisis de sus conflictos y darle a la negociación de los mismos una nueva forma. Más analítica, mejor preparada, y lo hace a través de la iniciativa Gestión de Conflictos. MARINA

Antecedentes

E

l propósito de la Fundación UNIR Bolivia es contribuir en la construcción de una cultura democrática, inclusiva y deliberativa incidiendo en la transformación de conflictos en espacios de concertación entre el Estado y la sociedad y al interior de la propia sociedad. Para la Iniciativa de Capacitación con Organizaciones Sociales (COS) en análisis de conflictos y negociación (hoy Iniciativa de Gestión del Conflicto) de la Fundación UNIR se planteó como objetivo principal fortalecer la capacidad de las organizaciones sociales en el análisis de sus conflictos y darle a la intervención en la negociación de los mismos una nueva forma. Más analítica, mejor preparada. Gestionar sus conflictos con una mirada constructivista. Es decir, ver, analizar y entender el conflicto como una oportunidad de cambio y de fortalecimiento relacional, entendiendo que el conflicto es algo inherente al ser humano. Por lo mismo, la pretensión no es acabar o evitar los conflictos sociales, por el contrario, en casos necesarios (el caso de la Universidad Pública de El Alto), visibilizar el conflicto para desentrañar factores que dañan la relación entre las partes, encontrar las causas y trabajar en los procesos de capacitación para que los representantes de organizaciones sociales apliquen el análisis práctico en sus organizaciones. La coyuntura por la que atraviesa el país abre el camino y la oportunidad de avanzar y profundizar en la misión institucional trazada. Bolivia vive atravesada por los conflictos coyunturales que surgen de conflictos estructurales de larga data y que al no ser resueltos generaron una creciente confrontación entre los actores centrales de nuestra sociedad, es decir, Estado y sociedad civil. Esta última representada por las organizaciones sociales que tradicionalmente utilizaron (y que seguirán posiblemente por estos senderos) las movilizaciones y la violencia para demandar sus intereses, incluso para demandar derechos reconocidos por las normas vigentes, buscando satisfacer sus necesidades y el respeto a la dignidad humana. Las desigualdades sociales generan un nivel de conflictividad que atraviesa por constantes etapas de crisis como las que actualmente vive el sistema, elevando las percepciones sobre

48

VARGAS

SANDOVAL

el conflicto, al punto de generar estados de polaridad que afectan a la seguridad Técnica de económica, social y política, creando una Capacitación en especie de nube oscura sin oportunidad Gestión de de vislumbrar el futuro. “El conflicto es Conflictos de la interpretado siempre en términos de caFundación UNIR tástrofe social, criminalizado en términos Bolivia. morales. Por otro lado, la protesta colectiva fue siempre considerada un delito penal y extremadamente grave hasta los regímenes liberales (…) A nivel general, el conflicto social se gesta y desarrolla constreñido y condicionado por las estructuras del sistema social en el que se produce, pero también es él mismo (el conflicto) un factor de cambio estructural (…) En definitiva, la relación del conflicto con el sistema social es siempre un proceso dinámico”, (Luís Lorenzo Cardoso, Fundamentos Teóricos del Conflicto Social) Es en ese marco que un equipo formado por la Fundación UNIR, un equipo que trajo algunas experiencias pasadas y alimentando una conciencia crítica sobre las concepciones teóricas acerca de la conflictología, trabajó durante los tres años pasados en procesos de capacitación en análisis de conflictos y negociación con las organizaciones sociales y también con instituciones públicas y privadas que demandaron nuestros servicios para rescatar nuevas y más creativas formas de gestionar los conflictos y entender el conflicto como oportunidad de cambio social. Ese equipo de UNIR estructuró contenidos para darle coherencia conceptual y metodológica al proceso de capacitación, partiendo de la realidad, del nivel de conflictividad existente en cada ciudad, área rural, sector social o institución que abrió las puertas para trabajar juntos técnicos y/o profesionales de UNIR y los representantes de muchas organizaciones sociales, como juntas vecinales, sindicatos de trabajadores como AASANA, juntas escolares, centros de estudiantes de secundaria, de universidades, directores de educación distrital de Cochabamba, Copacabana, El Alto, Sucre. Profesionales de varias instituciones en La Paz, Santa Cruz. Organizaciones indígenas. En fin, representantes de organizaciones de la sociedad civil que al concluir los procesos sintieron


que apenas se comenzó a desbrozar el camino para contribuir en la construcción de una cultura de paz.

Enfoque teórico del proceso de capacitacion con organizaciones sociales “El conflicto es inherente a cualquier dinámica social, es un imperativo estructural y un motor creativo –y fundamental– del cambio social” (Luís Lorenzo Cadarso, Fundamentos teóricos del Conflicto Social)

En el pasado y aún ahora algunas corrientes de pensamiento consideran que la única forma de alcanzar a equilibrar las crisis de la humanidad es la violencia armada, sin embargo, la contabilidad de la historia nos muestra una balanza con saldos de muerte, hambre, pobreza creciente, corrupción y una pérdida preocupante de valores humanos. Por lo mismo, surgen nuevas corrientes, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial, y nos plantean nuevas y creativas formas de ver, de gestionar, el conflicto, sea personal, social, nacional o internacional, para transformarlo en una oportunidad para crecer y mejorar la calidad humana que no sólo tiene que ver con condiciones materiales de vida. La Iniciativa de Gestión de Conflictos de la Fundación UNIR Bolivia orienta todo el proceso de capacitación con organizaciones sociales, instituciones públicas y privadas dentro de la perspectiva de contribuir en el cambio de la percepción negativa del conflicto a una percepción positiva. Ver el conflicto como una oportunidad de cambio. En este propósito se

La coyuntura por la que atraviesa el país abre el camino y la oportunidad de avanzar y profundizar en la misión institucional trazada. 49


recoge las experiencias teóricas de estudiosos y analistas del conflicto para aplicarlas a nuestra realidad. A la realidad de las organizaciones sociales e instituciones del oriente del país, del altiplano o del valle. A la realidad del trabajador del campo y del trabajador de la ciudad. Partiendo de la contrastación teórico- práctica, construir una mirada constructiva del conflicto. “Visualizar, y responder (…) al flujo y reflujo de los conflictos sociales como oportunidades de vida (…) para crear procesos de cambio constructivos (…) que reduzcan la violencia, incrementen la justicia en la interacción directa y en las estructuras sociales y respondan a los problemas reales en las relaciones humanas” (Michelle Maiese y Juan Pablo Lederach, Transformación) Dadas las características de una institución como la Fundación UNIR Bolivia, el proceso de capacitación en análisis de conflictos y negociación pasa por la gestión del conflicto, entendiendo que “la gestión del conflicto es el pleno orden de etapas y procedimientos necesarios para transformar el conflicto violento y llevarlo al establecimiento de relación y resultados pacíficos y sostenibles” (Lederach). En este marco, un medio para gestionar el conflicto de forma positiva es la prevención y acción en las que se traduce el proceso de capacitación que se desarrolló en los tres años trabajados como primera fase. Un proceso sólidamente estructurado, coherentemente organizado, pedagógicamente trabajado y que tiene como resultado la interacción al interior de las organizaciones sociales e instituciones participantes en el mismo. El presente y el futuro del accionar de la Iniciativa radica en la transformación del conflicto, por lo que no podría acercarnos únicamente la capacitación a la misión trazada. La transformación del conflicto permite reformular las posiciones, mirar los compromisos de otra manera y valorar de manera conjunta entre las partes los procesos trabajados. La valoración de los escenarios de capacitación contribuye a la transformación constructiva del conflicto, construyendo visiones de liderazgo novedosas y creativas por lo que requieren una retroalimentación constante. Los espacios de convergencia son los diseñados para la retroalimentación de promotores de organizaciones sociales e instituciones públicas y privadas que trabajaron los tres módulos de los procesos de capacitación concluidos y recibieron certificados de la Fundación UNIR en calidad de pro-

La transformación del conflicto permite reformular las posiciones, mirar los compromisos de otra forma y valorar de manera conjunta, entre las partes, los procesos trabajados. 50

motores en análisis de conflictos y negociación. Sin embargo, a estos espacios acudieron también amigos, dirigentes de organizaciones motivados por los promotores de UNIR. Estos espacios de convergencia tienen una particularidad. Por un lado, son el encuentro de promotores que fueron capacitados en diferentes grupos de diferentes organizaciones sociales que compartieron con la Fundación UNIR la experiencia de capacitación en los tres módulos. Por el otro, enriquecen el análisis de sus conflictos sectoriales, comunales, zonales, vecinales, estudiantiles, compartiendo el análisis de los mismos. Esta experiencia ha sido particularmente interesante en las distritales de El Alto y de la ciudad de Sucre. Es así que “la transformación propone la posibilidad de aprovechar el conflicto para ‘construir algo nuevo’ y para lograr este enfoque de transformación propone trabajar no sólo a nivel del contenido, sino también a nivel de las relaciones, en el que las soluciones o resultados son más duraderos o sostenibles. Por tanto, la transformación del conflicto es un enfoque de mediano y largo plazo” (Lederach).

Estrategia de intervención en el proceso de capacitación con organizaciones sociales Capacitación modular. Talleres participativos de tres módulos (inicial, avanzado y formación de promotores), cada uno de dos días y cada día de ocho horas, realizados cada quince días en algunas distritales y/o cada mes en otras. Considerando también las posibilidades de tiempo de los participantes. Capacitación integral. Módulos de tres días continuos, donde se trabaja de manera intensa y condensada los contenidos de la propuesta modular. Módulos especiales. Diseñados para instituciones que trabajan conflictos específicos, como temas ambientales, municipales, mineros y otros. Espacios de convergencia. Encuentros de complementación de los temas trabajados en los procesos de capacitación modular, donde se generan procesos de reflexión y análisis dialógicos sobre temas coyunturales. Espacios de reflexión entre promotores y egresados de la especialidad donde se aborda temas también coyunturales y se generan espacios de reflexión y visiones diferentes. Redes y alianzas que buscan consolidar una plataforma de trabajo colectivo con la participación activa de todos los promotores y con el propósito de difundir y ampliar los impactos al interior de las organizaciones e instituciones. Taller de análisis de coyuntura. De dos días. Una herramienta teórico-práctica diseñada para promotores con la finalidad de contribuir en el fortalecimiento de su capacidad de análisis de la coyuntura.


En todo el proceso de capacitación en conflictos y negociación, la iniciativa aplica el método Freire y construye conocimiento científico, considerando que la conflictología es una ciencia social. Ejes temáticos centrales de la propuesta: – Nivel inicial. El tema central es dotar de elementos básicos de análisis de conflictos y manejo de la negociación. – Nivel avanzado. Se aborda el tema de la comunicación como un elemento fundamental en la gestión del conflicto y el manejo de la negociación. Se trabaja también estrategias de intervención en conflictos. – Formación de promotores. Este módulo contiene temas que permiten desarrollar habilidades y destrezas de los participantes en la facilitación de conflictos y manejo de grupos.

Enfoque educativo metodologico El enfoque educativo metodológico considera como postulado la “educación como práctica de la libertad” que nos plantea Paulo Freire, un pedagogo social comprometido con los pueblos que han sufrido injusticias, marginamiento y opresión. Plantea la necesidad de considerar la praxis-reflexión como el fundamento para la construcción de nuevos conocimientos que contribuyan a la gestión del conflicto como oportunidad de transformación y de cambio social. Aplicando las líneas transversales institucionales, el reto está en trabajar la metodología con varios métodos que tengan un hilo conductor, una cohesión de contenidos para ser trabajados de manera que los mismos se traduzcan objetivamente por los participantes a partir de su vivencia diaria y que tenga siempre presente el conocimiento científico, para continuar construyendo conocimiento a través de la práctica. En todo el proceso de capacitación en conflictos y negociación, la iniciativa aplica el método Freire y construye conocimiento científico, considerando que la conflictología es una ciencia social. Más amplia que otras, como dirían Vinyamata y otros estudiosos, pues no sólo se alimenta de la sociología, la psicología social, etc., sino de todas las ciencias sociales. De ahí la importancia de aplicar un método que permita, a partir de la práctica cotidiana de los representantes de organizaciones sociales, precisar conceptos teóricos que construyan un conocimiento enriquecido para su aplicabilidad en la intervención de sus conflictos, tomando en cuenta el medio social, los actores en

el conflicto, etc. Es decir, trazar estrategias que permitan transformar el conflicto, fortaleciendo las relaciones de las partes en disputa, contribuyendo al proceso de cambio tejiendo redes relacionales. El enfoque metodológico de los procesos de capacitación en análisis de conflictos y negociación tiene su pilar fundamental en descubrir al ser humano como tal, con valores éticos y con derechos, a través de la transmisión, práctica y construcción de saberes. Se busca lograr el deber ser como resultado del proceso de transformación del conflicto. Esta metodología es complementada con las experiencias de la Universidad de Harvard, la Universidad para la paz de Costa Rica y las lecciones metodológicas aplicadas por Juan Pablo Lederach en su larga experiencia de formación en el análisis del conflicto en diversas regiones de América Latina, particularmente Colombia. La metodología permite profundizar procesos de cooperación, colaboración y construcción de una visión de transformación no violenta del conflicto y los modelos de negociación ganar-ganar. La propuesta formativa está diseñada en términos de proceso (como se dijo más arriba), por lo que tiende a ser: – Un proceso flexible. Intenta adecuarse a las condiciones y necesidades reales de los actores participantes. – Personalizado, a pesar de ser procesos colectivos. Eso permite compartir saberes entre los participantes. – Con un sentido ético, en la búsqueda de reconstruir valores individuales que permitan una convivencia y un compartir social. – Con carácter preventivo, en cuanto apunta a transformar las condiciones generadoras del conflicto en los diferentes procesos de negociación. – Un proceso político, en cuanto procura fomentar consensos y procesos organizativos dirigidos a articular redes de diálogo y una negociación constructiva, respetuosa y tolerante. La secuencia metodológica de un taller podría traducirse en algunos pasos tales como: – Partir de la experiencia práctica teórica de los participantes. – Reflexionar y analizar sus experiencias en el marco de los contenidos del taller y compartir experiencias enriquecidas con la información teórica. – Fortalecer e instalar habilidades y capacidades en torno a los temas abordados. – Practicar lo trabajado en los talleres en contextos concretos. En resumen, los módulos diseñados se trabajaron aplicando la metodología práctica-teoría-práctica partiendo de la identificación de los conflictos y las formas de intervención de los mismos, considerando que los actores tienen diferentes perspectivas sobre la vida y sus problemas. El origen y los antecedentes de cada persona conducen a un conocimiento

51


particular de las cosas. Sin embargo, las diferencias de puntos de vista son inevitables y con frecuencia enriquecen. Es así que las diferencias (percepciones) pueden ser consideradas como un recurso que nos lleva a tener un entendimiento más amplio de un problema y a mejorar la situación actual. Juan Pablo Lederach nos sugiere que el tema del conflicto debe abordarse porque se entiende que el conflicto es natural y necesario para el crecimiento y la transformación social, por lo tanto, se debe aprender a practicar algunos métodos, no para eliminar el conflicto, sino para canalizarlo hacia expresiones y fines productivos y constructivos. Por otro lado, y en general, se tiende a asociar conflicto con violencia, cuando estos dos fenómenos o expresiones del descontento individual o colectivo no son similares. La violencia es sólo una de las consecuencias posibles del conflicto. (Beatriz Martínez de Murguía, Medición y Resolución de Conflictos, 1999).

Conclusión – El proceso de capacitación modular es una propuesta procesual, sistémica y diversa en cuanto a metodología. – El proceso inicial genera compromiso con los participantes por la coherencia temática y la relación con la vida cotidiana de los participantes. – Los espacios de convergencia son encuentros entre diferentes que a través del diálogo de saberes tejen relaciones y fortalecen los procesos de capacitación para volver a sus organizaciones, instituciones y continuar retroalimentando aprendizajes.

52

El resultado de los tres años de capacitación con organizaciones sociales e instituciones públicas y/o privadas en La Paz, Cochabamba, Sucre, Santa Cruz y El Alto es de alrededor de dos mil promotores. – En cada uno de los espacios del proceso modular y los posteriores a éste se fortalecen relaciones, se dinamizan los conocimientos, se va construyendo nuevo conocimiento y se van articulando redes. – Consolidar una red de promotores es la tarea pendiente que se debe trabajar a nivel local, departamental y nacional. Una tarea ambiciosa pero posible de lograr. El resultado de los tres años de capacitación con organizaciones sociales e instituciones públicas y/o privadas en La Paz, Cochabamba, Sucre, Santa Cruz y El Alto es de alrededor de dos mil promotores. La continuación de los procesos de capacitación en espacios de convergencia donde los promotores y facilitadores de la institución continúan la reflexión teórico-práctica de los conflictos sociales en una dinámica de diálogo de saberes fortalece la práctica del manejo dialógico del análisis del conflicto y el manejo de la negociación.


¿Contribuyen los medios a la polarización de discursos políticos? Se reflexiona entorno a dos casos de construcción de la imagen de oficialistas y opositores en el periodismo boliviano. La cobertura informativa a los referendos por estatutos autonómicos en cuatro ciudades, así como los editoriales de tres diarios y su definición de los actores políticos son temas de análisis. VANIA SANDOVAL

El periodismo de paz procura la despolarización de las partes mostrando el blanco y negro de todos los bandos, y des-escalando mediante un énfasis tan fuerte en la paz y resolución del conflicto, como en la violencia. El éxito que se conseguirá está todavía por verse. Pero cambiar el discurso mediante el cual un algo determinado es pensado, hablado o actuado es una aproximación muy poderosa. Johan Galtung

¿

Se contribuye desde el trabajo periodístico a construir y/o reforzar la polarización entre actores políticos? Teóricos como Pierre Bourdieu (2002) señalan que el discurso de los medios de comunicación reproduce los discursos políticos y las ideas fuerza movilizadoras de la sociedad que pugnan en el campo político que, intencionadamente o no, reproducen las miradas discriminatorias y descalificadoras del adversario político. Ana María Miralles, explicando las teorías de Teun Van Dijk y Patrick Charaudeau, señala que, contrariamente a lo que se cree comúnmente (la incidencia de las noticias se refiere a los datos que transmiten a sus audiencias), lo que realmente se transfiere es un modo de lectura de la realidad. “Estamos claros en que la información periodística no es solamente la exposición de datos: la característica de la información es que le da forma a los datos y que los muertos que refiere Charaudeau o los terroristas que refiere Van Dijk, no son datos en bruto sino que se presentan bajo unos determinados enunciados. Y son justamente esos enunciados los que realmente representan un poder de influencia mediática” (2009: 13). Es en tal sentido que el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM), dentro de la línea de trabajo destinada a promover la interculturalidad y la cultura de paz en el periodismo, ha realizado diferentes análisis buscando una aproximación a la construcción periodística de la imagen del oficialista y el opositor, tomando como muestra algunos editoriales de distintos periódicos, así como la cobertura informativa de un evento donde se registró especial polarización mediática: los referendos para la aprobación de estatutos autonómicos.

Editoriales: la democracia, un argumento para descalificar al otro – Un análisis de catorce editoriales1, publicados en el mes de febrero 2009 en tres diarios nacionales2, que buscaba

ARENAS

describir la forma en que estos artículos construyen y presentan a los actores Coordinadora protagonistas del campo político pogeneral del larizado, demostró que sus discursos Observatorio están alineados a los de los actores poNacional de larizados. Medios (ONADEM), Para el análisis se extrajeron frases iniciativa de la textuales de los artículos en los que los Fundación UNIR editorialistas se referían a oficialistas y Bolivia opositores y luego se procedió a clasificar temáticamente las mismas. Se buscó los adjetivos calificativos y los conceptos utilizados para definir a los actores políticos y sus acciones. La mirada del periódico Cambio sobre los prefectos y cívicos de la oposición se puede sintetizar en el siguiente esquema, para el que se usaron frases textuales extractadas de los editoriales:

– – – – –

Sobre su forma de obtener recursos económicos: Han acumulado riqueza en el ejercicio del poder. Se han adueñado de los recursos naturales de sus regiones. Tienen latifundios. Usaron gastos reservados. Recibieron sobresueldos pagados por una embajada.

– – – – –

Sobre su compromiso con los derechos humanos: Menosprecian los derechos humanos. Torturaron a campesinos en plena plaza de Sucre. Generan dudas, escándalos. Exaltan odios. Ejercen violencia desde sus medios.

Sobre su labor respecto al Estado y al gobierno: – Golpean a todo lo que tiene que ver con el gobierno. – Saquearon instituciones públicas. – Se embarcaron en una aventura golpista con la complicidad de la embajada de Estados Unidos.

– – – –

Sobre su calidad moral: Fueron derrotados en las urnas. No están habilitados moralmente. Tienen una visión enfermiza. Son oportunistas.

53


A su vez, los dos diarios privados analizados publicaron editoriales relacionadas al gobierno. La Razón construyó la siguiente imagen al respecto:

– – – –

Sobre el compromiso del gobierno con la ley y los derechos humanos: Quebranta la Ley. No usa la vía democrática. Viola las leyes y los derechos humanos. Desconoce los derechos de la propiedad privada en Santa Cruz.

Sobre su transparencia en actuaciones judiciales – Podría dar la impresión de encarcelar a sus enemigos pero no a sus militantes. – El masista y allegado al presidente puede recibir una sentencia benigna o ser absuelto como víctima. Sobre su relación con los militares, fiscales y policías – Participación militar en hechos políticos. – Violaciones a derechos humanos (…) ingredientes donde intervienen fiscales, policías, militares de dudosas actuaciones. Sobre la nueva Constitución Política del Estado – Probable profundización del centralismo. – (El gobierno) no debería ser el primero en quebrantar la nueva CPE. – La nueva CPE ha impulsado el crecimiento de la ambición de algunos dirigentes (avasallamientos de tierras). Por su parte, la mirada de los editoriales de El Deber respecto al gobierno se resume en lo siguiente: Sobre su rol democrático – Comete atropellos contra los derechos ciudadanos. – La democracia es una quimera. – Nos quita la libertad de pensar y hacer. Sobre su compromiso con la ley – Comete ilegalidades y desportilla la normativa constitucional.

54


– Su plan de gobernar por decretos sería peligroso. – Vulnera el Estado de derecho. Sobre sus reformas – La nueva CPE tiende a fragmentar. – Crea un Estado de dominación de unos sobre otros. Como se puede advertir, los editoriales construyen al “otro” con descalificaciones y argumentos generalizadores, graficando un escenario político polarizado, en el que uno y otro actor se excluyen entre sí. La democracia y los principios que la sustentan –Estado de Derecho, libertades individuales, respeto a la institucionalidad– son establecidos como valores superiores por ambas perspectivas. Los valores democráticos son presentados como patrimonio de uno de los dos grupos (gobierno nacional o prefectos opositores), correspondiendo las vulneraciones a la legalidad y el Estado de Derecho al “otro”. El esquema discursivo presentado promueve la generalización de calificativos negativos hacia el otro, donde no habría matices, y no muestra la especificidad de actores y sucesos criticados. Este esquema polarizado no contribuye a instaurar puentes ni procesos de diálogo, ni a posicionar transparentemente los discursos e intereses políticos en pugna, mostrándose sólo los argumentos que favorecen o no a la construcción o destrucción de la democracia, enunciada como valor superior. De esta manera, no se contribuye al reconocimiento de un adversario político legítimo –con el que se mantiene diferencias en programas políticos, económicos e ideológicos– que represente una opción de diálogo válida. No se contribuye a presentar un adversario político con el cual dialogar o negociar, se construye un antagonista ilegítimo. La democracia y sus valores son el límite final para definir a este antagonista. Los argumentos relacionados a valores democráticos para los editoriales analizados tienen que ver con la legalidad versus la ilegalidad, el apoyo o el menoscabo del Estado de Derecho y el manejo racional o arbitrario de recursos públicos. A continuación se presenta, a modo de ejemplo, un estudio sobre la cobertura informativa de un tema que también mostró definiciones de oficialistas y opositores, esta vez en el área noticiosa: la cobertura de los referendos por estatutos autonómicos en cuatro departamentos.

Noticias: cuando la información y la opinión no se diferencian3 Analizar la construcción de la imagen de oficialistas y opositores en las coberturas informativas de los referendos por estatutos autonómicos realizados en cuatro ciudades –Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija– en mayo y junio del año 2008 permite encontrar discursos enmarcados dentro de la polarización en un número significativo de medios de comunicación. Estos referendos, inscritos en el marco de un escenario político de permanente confrontación entre el gobierno y la oposición, representaron un hito importante en la “batalla” entre ambas tendencias polí-

Estos referendos, inscritos en el marco de un escenario político de permanente confrontación entre el gobierno y la oposición, representaron un hito importante en la “batalla” entre ambas tendencias políticas... ticas, graficando una fractura institucional, ya que por primera vez en la vida democrática boliviana cuatro cortes departamentales electorales actuaron contra las instrucciones de la Corte Nacional Electoral. Se trataba de la definición de aprobación o rechazo por medio del voto popular de los proyectos de estatutos autonómicos departamentales presentados por los prefectos y cívicos opositores de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. El gobierno nacional no reconoció esas acciones electorales como legales y cuestionó permanentemente la legitimidad de los proyectos de estatutos autonómicos, señalando que sólo representaban los intereses de una élite. Los prefectos y dirigentes cívicos de la oposición, en cambio, usaron sus recursos institucionales para que se llevaran adelante con éxito tales comicios, argumentando su legitimidad, ya que en dichos departamentos anteriormente había ganado el SÍ a las autonomías departamentales en una consulta previa efectuada el año 2006. Los discursos políticos del gobierno y la oposición marcaron también la línea informativa de cobertura periodística en la mayoría de los medios analizados, en los que varios periodistas a tiempo de dar a conocer la información sobre los procesos eleccionarios vertieron opiniones parcializadas muy similares a las de las fuentes (ver cuadro 1). Fue así que al presentar información mezclada con opinión (opinar a tiempo de dar las noticias) no permitieron que la población distinga la noticia del posicionamiento opinativo sobre la misma. Las conclusiones del trabajo, del que acá sólo se presentan ejemplos, señala que este esquema de cobertura no contribuyó a que la población salga del circuito de polarización ni cuente con insumos argumentales distintos que permitan una mirada menos simplificadora de lo que estaba sucediendo. En la cobertura informativa sobre el referendo del 4 de mayo en Santa Cruz, tanto las grandes redes de televisión como los medios gubernamentales presentaron las acciones de violencia como una acción exclusiva del otro (los jóvenes de la Unión Juvenil Cruceñista o los partidarios del MAS, según el medio)4. Los medios que se manifestaron en contra de la realización de los referendos minimizaron la asistencia de votantes y destacaron la abstención. Los medios que apoyaron abiertamente los referendos no hablaron de la abstención y destacaron el “arrollador” triunfo del SÍ y la “jornada democrática” que se vivió.

55


CUADRO 1 Ejemplos de expresiones utilizadas por algunos medios durante el referendo por estatutos autonómicos el 4 de mayo en el área informativa: Posiciones pro-referendos

Posiciones contra-referendos

“Santa Cruz es alegría, sonrisa. Occidente es odio (…) Desde ahora el cruceño tiene que medir su sonrisa” (Radio Oriental)

“De cada 10 ciudadanos, 4 fueron a votar y 3 votaron por el sí. Casi el 60% (…) no ha ido votar y le ha dicho NO. Alto abstencionismo en Santa Cruz” (Radio ERBOL)

“Nace una nueva Bolivia, muere el centralismo” (Radio Amboró) “El Día de la Victoria” (Unitel) “Los departamentos más pobres decidieron. Gobierno no puede seguir miope” (Unitel La Paz) “Detuvieron a miembros de la UJC y solamente a ellos y no a los del otro bando” (PAT Santa Cruz) “A pesar de la violencia hubo votación, pero también hubo heridos. Piedras y golpes, el momento fue muy tenso. No querían que mostremos las imágenes” (PAT Santa Cruz) “Departamentos pobres, es lógico que quieran autonomía” (Red Uno Santa Cruz)

“Media Jornada de Violencia, confrontación e irregularidad” (TVB 4 mayo) “Las movilizaciones son hechos históricos” (sobre movilización en El Alto) (RTP) “Organizaciones sociales piden cárcel para autoridades cruceñas” (TVB) “Los ricos detrás del estatuto” (TVB) “Ganó la abstención, la violencia y el fraude” (TVB).

Fuente: ONADEM

... los discursos políticos del gobierno y la oposición, en los últimos años, han definido a la democracia como un valor supremo, en función del cual se califica o descalifica al otro. dedican a fomentar el maniqueísmo en la representación noticiosa de los hechos. En muchos casos se territorializa a los actores en las noticias relacionadas a conflictos violentos: según el lugar donde vivan –campo o ciudad– se les asigna un “bando político”. También se califica la posición política de los actores de acuerdo a su supuesta pertenencia étnica. En Bolivia se cubrió con ese enfoque buen número de noticias sobre los hechos violentos en Sucre el 24 de mayo del 20086. Así se muestra que, salvo excepciones, los enunciados usados por el periodismo para presentar las informaciones y las opiniones editoriales sobre conflictos políticos en muchos casos contribuyen a la clasificación forzosa de actores dentro de uno de los bandos políticos polarizados y a la pugna permanente por la reducción de las ideas-fuerza en el campo político a solamente dos, excluyentes entre sí. Los discursos se construyen en base a la apropiación de todos los valores democráticos para sí y a la deslegitimación de los otros actores, reducidos a uno sólo: “el otro”. Ejemplos y medios que se alinearon a estos manejos discursivos se encuentran detallados en los trabajos de investigación del ONADEM7. Recuperando lo dicho en líneas anteriores se encuentra que los discursos políticos del gobierno y la oposición, en los últimos años, han definido a la democracia como un valor supremo, en función del cual se califica o descalifica al otro. El otro tiene todo en contra para no ser demócrata, aunque hay un esquema común “deslegitimador del antagonista” válido para ambos grupos discursivos:

Un otro no legítimo Incorporando a esta reflexión los hallazgos de otros trabajos del ONADEM5, se puede señalar que muchas noticias y un buen número de editoriales, en eventos como elecciones, conflictos con medidas de presión en temas sensibles entre regiones, informaciones sobre violencia simbólica o física, no contribuyeron a crear puentes entre los actores polarizados, presentando al otro como antagonista portador de todos los valores antidemocráticos y, por lo tanto, como un actor “ilegítimo” que estaría descalificado y no sería válido para establecer una relación democrática entre adversarios políticos. El discurso maniqueo (A vs. B) no permite visibilizar a otros actores involucrados en el conflicto. Como decía Johan Galtung (2006): hay medios que se

56

– El “otro” tiene menor respaldo popular que yo demostrado en las urnas (según se mire lo nacional o regional). – El “otro” no tiene moral para hablar de democracia, por sus acciones antidemocráticas. – El “otro” busca la división nacional (en regiones o en grupos étnicos) al promover sus intereses. – El “otro” es corrupto. – El “otro” tiene una visión sesgada por sus intereses “de perpetuarse en el poder” o de “dividir Bolivia”. Este enfoque, en el que existe poca diferencia entre el discurso de los actores políticos polarizados y la representación de los mismos en buen número de medios de información, no


está relacionado con el periodismo para la paz, que cuestiona la cobertura del tipo “nosotros versus ellos”, así como la cobertura que expone “las mentiras del otro” y ayuda a “nuestras mentiras/ encubrimientos”. La propuesta de cambiar el enfoque y trabajar por un periodismo de paz se sustenta en dotar a los periodistas de un nuevo rol protagónico: contribuir a transformar los conflictos y a evitar desenlaces violentos. 1 El editorial es el subgénero por el cual el órgano periodístico da a conocer su posición respecto de un determinado hecho noticioso o un campo informativo dado. Tiene como función expresar y sustentar las valoraciones del medio en relación con una temática de actualidad o de interés colectivo (Torrico,1989:179) 2 Para este trabajo, titulado “La construcción del oficialista y opositor en editoriales de tres diarios”, se analizaron los editoriales publicados durante el mes de febrero 2009 en tres periódicos, uno gubernamental y dos privados. Esa muestra comprende todos los editoriales referidos al gobierno y a la oposición en los tres diarios: Cambio, que se edita en La Paz, que se autoasume como oficialista, el privado La Razón, que también se edita en La Paz, y el privado El Deber, que se edita en Santa Cruz. En total, catorce editoriales se refirieron al tema. 3 Datos y cuadros tomados del trabajo del ONADEM “Información polarizada: cobertura de los referendos por estatutos autonómicos en cuatro departamentos” (Torrico,2008)

4 Para ver los datos detallados remitirse al trabajo sobre el tema publicado en “Medios a la Vista. Informe sobre el periodismo en Bolivia 2005-2008”. Observatorio Nacional de Medios. Fundación UNIR Bolivia, Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación ABOCCS. Abril 2009. Página 127. www.unirbolivia.org 5 Ver concretamente los trabajos del capítulo 3 del libro Medios a la Vista (obra citada), titulado “Coberturas Informativas y Tratamientos Opinativos”, desde la página 43. 6 Ver “Violencia en Sucre y Diarios. ¿quiénes protagonizaron las noticias?” En la página 121. Medios a la Vista… Obra Citada. 7 Ibídem. Página 43 en adelante.

Bibliografía Bourdieu, Pierre. El Campo Político. La Paz, Plural, 2002. Galtung, Johan; Lynch, Jake y Mc. Goldrick ; Annabel. Reporteando Conflictos: Una introducción al periodismo de paz. México, Montiel & Soriano editores, 2006. Miralles, Ana María. Periodismo público en la gestión del riesgo. Lima, Proyecto PREDECAN, 2009. Torrico, Erick. Periodismo. Apuntes teórico-técnicos. La Paz, 1989. Torrico, Erick; Sandoval, Vania; Villegas, Sandra y Poma; Bernardo. “Información polarizada: cobertura de los referendos por estatutos autonómicos en cuatro departamentos”. ONADEM-UNIR 2008.

Ficha técnica del trabajo

Objetivo

- Identificar las características de la cobertura periodística en prensa, radio y televisión sobre los referendos por estatutos autonómicos en Santa Cruz de la Sierra, Beni, Pando y Tarija en trece periódicos, dieciséis radios y dieciocho canales de televisión

Muestra

- Periódicos: El Diario, La Razón, y La Prensa (La Paz); El Alteño (El Alto); Los Tiempos y Opinión (Cochabamba); El Deber, El Mundo, El Nuevo Día y Estrella del Oriente (Santa Cruz de la Sierra); Nuevo Sur y El País (Tarija), y La Palabra (Trinidad) - Radioemisoras: Fides (La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Tarija); Panamericana, ERBOL, Pachamama y Patria Nueva (La Paz); Centro, CEPRA–CEPJA, Pío XII y Milenio (Cochabamba); Santa Cruz, Radionoticias, Amboró y Oriental (Santa Cruz de la Sierra) y Guadalquivir (Tarija) - Canales de televisión: UNITEL (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra); ATB y Red UNO (La Paz y Santa Cruz de la Sierra); Televisión Boliviana y Radio Televisión Popular (La Paz); Bolivisión (La Paz y Cochabamba); UNIVALLE TV y Tele C (Cochabamba); Megavisión, Activa TV y Gigavisión (Santa Cruz de la Sierra), y Canal Universitario y Full TV (Tarija) - Períodos de observación: domingo 4 de mayo y lunes 5 de mayo (Santa Cruz de la Sierra); domingo 1 de junio y lunes 2 de junio (Beni y Pando), y domingo 22 de junio y lunes 23 de junio (Tarija) - Características de la muestra: emisiones y ediciones de domingo y lunes

Técnicas

- Análisis de despliegues operativos de cobertura, fuentes, temas, ideas fuerza y posiciones presentes en los contenidos

57


MANO A MANO

LA EQUIDAD VISTA DESDE EL FEMINISMO Lo ideológico, político, histórico y sus reivindicaciones Equidad es un concepto que ha logrado una creciente importancia cuando se precisan los derechos humanos. La fundadora de UNIR Bolivia entrevista a Sonia Montaño, experta en género. El resultado es una profunda reflexión sobre el tema. SONIA MONTAÑO

ANA MARÍA ROMERO DE CAMPERO

L

as luchas feministas y las indígenas han sido epopeyas históricas en pos de la igualdad, la dignidad y el ejercicio pleno de derechos. Hay muchos planos en los que ambas convergen pero, sin duda, también hay matices que los diferencian, como el de la situación de las mujeres indígenas que viven una doble exclusión. Para analizar ambos fenómenos entrevistamos a Sonia Montaño, la profesional boliviana que ocupa el cargo de mayor nivel en la estructura de Naciones Unidas y que ayer, desde las barricadas de un feminismo ilustrado, luchó en Bolivia junto a sus congéneres y hoy, desde su puesto en la CEPAL, promueve acciones para hacer avanzar los derechos de la mujeres a nivel latinoamericano, generando debates, alentando análisis y reflexiones, pero también sugiriendo políticas que ayuden a que la equidad sea un elemento transversal en la construcción de una sociedad verdaderamente democrática.

58

Ana María Romero (AMR).- Empecemos por aclarar algunos conceptos básicos. ¿Significa lo mismo equidad que igualdad? Sonia Montaño (SM).- Claro que no son lo mismo. De hecho, en la teoría de la dependencia y otros enfoques analíticos sobre el desarrollo y la pobreza se encaró la equidad como un concepto vinculado a la justicia y se habló poco de igualdad, porque históricamente este concepto se asociaba con la teoría liberal. Como en nuestra región no existe una tradición de liberalismo igualitario, sino que los gobiernos liberales que existieron fueron autoritarios, excluyentes, coloniales, este concepto –el de igualdad– no formó parte del andamiaje teórico latinoamericano. En tanto que igualdad es un concepto que alude a obligaciones y deberes individuales iguales, la equidad que demanda un trato justo requiere del reconocimiento de

la diferencia y la diversidad. La primera se puede lograr sólo si se reconoce que “el otro” o “la otra” son iguales en derechos. A mi juicio, la idea de igualdad ayuda a sustentar mejor la lucha contra la pobreza, por ejemplo, como parte de la lucha por la igualdad de derechos. AMR.- Está claro que el concepto de equidad es más reciente y viene asociado al desarrollo del ejercicio de los derechos humanos... SM.- Ambos conceptos están asociados, pero no son lo mismo. El acceso a los activos, a la propiedad, a la tierra, al crédito, a cualquiera de los indicadores de equidad que uno mencione, en el fondo tiene que ver con la existencia de una estructura social desigual. Todos y todas deberíamos tener los mismos derechos y ejercerlos de manera similar, pero muchas cosas conspiran para que esto no sea así. El caso más nítido es lo que pasó


después de la Revolución del 52. Tú puedes inaugurar escuelas y en apariencia las escuelas están abiertas para todo el mundo, pero el acceso está diferenciado en función del estrato socioeconómico, el apellido, el lugar donde vives, el tipo de educación que recibes... Y, aunque, el construir escuelas y hacer la Reforma Educativa fue un acto de equidad, en el fondo a lo largo de todos estos años terminó siendo una reforma desigual. Tanto en el 52 como en la posterior reforma, lo que no se quiso aceptar en Bolivia es que necesitábamos poner en práctica políticas activas de igualdad. AMR.- ¿Podías describir lo que sería para ti una política activa de igualdad? SM.- La igualdad es el punto de partida. Para ponerla en práctica requerimos políticas de igualdad de oportunidades o de acceso a bienes materiales y simbólicos, pero estas políticas deben ir acompañadas por acciones que permitan equiparar un punto de llegada. A eso llamamos igualdad de resultados. Con esta combinación de igualdad de oportunidades e igualdad de resultados recién podemos hablar de un sistema justo, equitativo, que tome en cuenta las necesidades, talentos, potencialidad de cada persona y les de un cauce efectivo. Sin embargo, hay que admitir que ha existido una posición muy ambigua en esta materia pues durante mucho tiempo se habló de igualdad como si fuera un sucedáneo, un sustituto del concepto de equidad y esto generó una gran confusión. Quizás por eso nos limitamos a tener políticas que, en el mejor de los casos, pueden considerarse como de igualdad de oportunidades, pero nada más. Ahora ya se ha dado igualdad de jure o igualdad de facto; justamente la que hace falta y que dentro del ámbito de los derechos humanos es la igualdad de resultados. Pero esto no surge espontáneamente, es fruto de políticas públicas adecuadas y eficientes. Puedes tener las mejores intenciones, puedes querer ser equitativa, pero si tienes una mala gestión pública t us esfuerzos se van al bombo.

AMR.- Está claro que la equidad no nace de un día para otro, ni es solamente un tema de buena voluntad... ¿Qué sugieres entonces para terminar con la desigualdad? SM.- La desigualdad es una construcción social que se modifica con leyes que deben ir acompañadas de programas específicos, políticas públicas, acciones y de algo muy importante: cambios culturales. Bolivia es un país que tiene una brecha educativa muy grande entre ricos y pobres, los más ricos pueden ir a sacar su doctorado fuera del país y los más pobres no acaban la secundaria. Para que esta brecha se cierre necesitamos que haya escuelas abiertas para todos, para que los hijos de los pobres puedan ir a la escuela tomando desayuno y contando con material de estudio. Esto muestra la necesidad de tener políticas que lo aseguren. Tienes que hacer posible una amplia conectividad con la Internet, de manera que se democratice el acceso a las nuevas tecnologías. Tienes que establecer una serie de acciones de apoyo a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que incluya a sus familias. Es un hecho que las familias pobres tienen varios déficits de recursos y de formación, por ello se necesitan acciones especificas de atención. Tienes que tener la capacidad de cubrir adecuadamente los déficits, pero además tienes que desarrollar un trabajo proactivo para erradicar una serie de prejuicios culturales con los que hemos crecido en Bolivia y que tienen que erradicarse a través de acciones y eso no es algo automático, ni se va a dar por decreto. Todo esto pasa por construir una política pública sostenida y adecuadamente enfocada.

No basta con aprobar una política educativa o de salud. Tenemos buenas normas y disposiciones constitucionales pero, por ejemplo, si la Iglesia se sigue oponiendo al uso de anticonceptivos, al uso del condón, en el caso del sida, o al aborto terapéutico para las mujeres violadas vamos a terminar con que las mujeres ricas se van a hacer el aborto en una clínica privada y las pobres van a exponerse a morir porque no tienen más opción que el aborto clandestino. AMR.- Para encarar el tema del racismo los estadounidense pusieron en práctica el “busing”, que llevaba a niños y niñas de los barrios pobres a escuelas en los más acomodados y viceversa. Fue muy resistida en un primer momento, pero los padres que llevaban a sus niños a la escuela pública, finalmente, acataron esas políticas de integración. SM.- Ese es un buen ejemplo de lo que son las acciones positivas. Obama puede considerarse fruto de ese esfuerzo. Se trata de buscar medidas de integración, de acción positiva, dentro de lo que se llama el enfoque de derechos. La Convención para la Erradicación de toda Forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), por ejemplo, considera discriminatorio “todo aquello que produce como resultado la desigualdad”. No es lo mismo una disposición que diga prohibido el ingreso de X y Z a este recinto, porque ese tipo de discriminación ha sido superada, pero si las escuelas donde viven los negros, los indígenas, los migrantes, etc., son de mala calidad, ahí tienes una discriminación de hecho, porque el resultado fáctico es que ese niño o niña va

La igualdad es el punto de partida. Para ponerla en práctica requerimos políticas de igualdad de oportunidades o de acceso a bienes materiales y simbólicos... 59


a tener una educación de baja calidad. Ahí viene la necesidad de políticas que mejoren la calidad de los servicios para los desposeídos, los que habitan en lugares alejados, los grupos étnicos que hablan un idioma que no es el mayoritario o es distinto al de la educación formal. Si las políticas tienen esa visión pueden ser verdaderos elementos de cambio. La educación es el instrumento de igualdad más poderoso que tenemos, pero es un instrumento de igualdad siempre que se vaya más allá de la mera igualdad de oportunidades. AMR.- Mencionaste la igualdad de oportunidades. Desde la vertiente indígena, Félix Patzi plantea que políticas de ese tipo podían contribuir a descolonizar el país... SM.- Lo que me dices es muy interesante porque la igualdad de oportunidades es un concepto liberal. Tradicionalmente el indigenismo ha visto con sospecha la igualdad pues la asociaba con la homogenización y, naturalmente, se oponía a ella. En realidad, desde el feminismo se ha criticado mucho ese concepto de igualdad porque se ha limitado a las reformas legales o constitucionales. La idea de igualdad de oportunidades y no de resultados supone que hay que garantizar el punto de partida, pero sobre todo hay que garantizar el punto de llegada. Según los igualitarios liberales, “si tú cambias las leyes, cambias las oportunidades”. El resultado, entonces, dependería del esfuerzo de cada persona, pero desde una mirada más progresista de la igualdad las leyes no son suficientes. Como señala la CEDAW, no basta con la igualdad de oportunidades, hay que llegar a la igualdad de resultados. ¿Que significa eso? Significa crear subvenciones, beneficios fiscales. Tú tienes que hacer, por ejemplo, que las mamás de las zonas rurales alejadas tengan un bono que les facilite transportar a sus hijos a la escuela. AMR.- Me imagino que el enfoque de Patzi va por ese lado, pues hoy en día se considera la igualdad de oportu-

60

SONIA MONTAÑO Socióloga boliviana, es actualmente directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Las mujeres han dejado de ser analfabetas, han llegado a la escuela y a la universidad, pero las desigualdades permanecen... nidades como un derecho de ciudadanía. Retomando lo que decías sobre el tema de las subvenciones, ¿el bono Juancito Pinto o el Juana Azurduy estarían dentro de ese enfoque? SM.- De alguna manera sí, en la medida en que forme parte coherente de un conjunto de medidas que favorezcan la igualdad de trato. Pero si se enfoca la igualdad de oportunidades a secas podríamos decir que encaja dentro del liberalismo e incluso dentro del neoliberalismo, porque parte de la idea de que si la gente tiene acceso al mercado y tiene un salario puede comprar lo que quiera. Parte de la idea de que el mercado lo arregla todo. En cambio, hablar de igualdad de resultados es reconocer que el Estado tiene un papel que jugar en el tema.

AMR.- No hay duda que del tipo de educación que recibas dependerán tus oportunidades y esto tiene que ver más con el Estado que con el mercado... SM.- La educación es importante, pero no lo es todo. Veamos el tema de las mujeres. Ocurre que en Bolivia las mujeres son más educadas que los hombres. Las estadísticas muestras que las niñas tienen menos problemas de deserción, mejor rendimiento educativo y las jóvenes están alcanzando la secundaria más que los niños. Si uno mira el panorama educativo del país podría decir que las mujeres han avanzado mucho, pero resulta que en Bolivia las mujeres tienen los peores trabajos, siguen ganando menos aunque tengan un nivel de educación mayor. Ahí nos damos cuenta que la educación no basta, que tiene que haber un mecanismo que permita conjugar mayor educación con mayores salarios. Se tienen que plantear leyes que obliguen a las empresas a pagar igual salario por trabajo equivalente. En algunos países las mujeres están insistiendo que, sobre todo en el sector público, haya políticas específicas que no dejen en manos del empleador la escala salarial. Hace unos años en América Latina decíamos que la principal apuesta para lograr la equidad de género era la educación. Las mujeres han dejado de ser analfabetas, han llegado a la escuela y a la universidad, pero las desigualdades permanecen y son transversales a la desigualdad de clase, que es la más conocida, o a la desigualdad étnica, que se está atacando en este gobierno y creo que con muchas medidas positivas. Todo esto requiere políticas activas, un Estado fuerte, un Estado transparente, un Estado eficiente, que es el gran problema con el que estamos lidiando hoy en el mundo. AMR.- Los cambios se pueden producir a través de otros actores de la sociedad como maestros, juntas de padres, empleadores, medios de comunicación, sectores sociales, instituciones. En fin, no tiene porqué hacerlo todo el Estado...


SM.- Hay que ver cómo haces una ecuación, una articulación entre Estado, sociedad y mercado, que son las tres esferas en las que se mueve una persona. El neoliberalismo nos ha dejado con puro mercado, sin Estado y con un movimiento sindical debilitado. Pero hoy estamos viviendo un momento donde hay más sociedad que Estado y más sociedad que mercado. En Bolivia los movimientos sociales han sido siempre muy fuertes, históricamente, desde la COB que fue algo más que un sindicato hasta lo que estamos viendo ahora: un gobierno de movimientos sociales. Tenemos que ver por dónde empezar. Yo empezaría por fortalecer instituciones políticas como las clásicas de la democracia, instituciones de participación, con la salvedad de que las instituciones del Estado no se dejen subsumir por la sociedad. AMR.-No puedes tener un Estado per se, un Estado al margen de la sociedad... SM.- A mi me parece que el Estado y sus instituciones tienen que ser fuertes, transparentes y rendirle cuentas a la sociedad, pero tiene que haber una frontera clara entre Estado y sociedad porque cuando la sociedad gobierna anula el espacio para su actuación en otros ámbitos. Una sociedad que se vuelve Estado es una sociedad que acaba con la disidencia. Creo que lo importante es la construcción de la igualdad, de eso se trata. En un mundo donde se producen tantos bienes y servicios, tienes que tener un mercado donde llevar a cabo algunas transacciones que se puedan realizar de la manera más justa posible. Eso es lo que hoy se conoce como comercio justo entre naciones, comunidades y personas y eso es algo que no lo puede hacer solamente el mercado. El Estado tiene que

La pregunta es si las mujeres encontraremos un lugar en una sociedad donde los usos y costumbres son patriarcales o si será posible una sociedad que recoja el espíritu libertario y pragmático de las luchas indígenas. tener la capacidad de supervisar, controlar lo que pasa en el mercado y la sociedad lo propio. O sea, la sociedad es un espacio donde tiene que haber la mayor democracia posible, pero en el Estado tiene que haber la porosidad suficiente para que esa sociedad pueda entrar y también salir de él sin sacrificar las fronteras que los delimitan, claramente. AMR.- El enfoque que se aplica hoy es el contrario, o sea que el Estado debe subsumirse a la sociedad, eso lo dice el propio presidente Morales... SM.- Vivimos en sociedades tan complejas y heterogéneas que hacen que el cabildo ya no sea representativo. Durante la Colonia, cuando se reunía el cabildo en una plaza pública y tomaba decisiones, eran convocados los notables del pueblo con total ausencia de mujeres e indígenas. Hoy en día esto es imposible y por eso el tema de la diversidad es clave, porque hay momentos en que las sociedades no están listas o predispuestas, por ejemplo, para hablar de ciertos temas como la igualdad sexual. Un tema difícil, que choca con la cultura, con las culturas... La sociedad debe madurar el tema, debatirlo y tomar decisiones sin

que ese debate paralice al Estado. Creo que el tema clave para que Estado y sociedad deban ser dos cosas distintas radica en el derecho a disentir. AMR.- Para terminar, vemos que mujeres e indígenas han sido históricamente discriminados y sus reivindicaciones han coincidido en muchos momentos. Da la impresión que ahora los indígenas han tomado la delantera. ¿Cómo ves a los colectivos de mujeres? SM.- En Bolivia, mujeres e indígenas son dos mayorías históricamente excluidas del poder. Sus trayectorias son paralelas, de hecho ambos grupos obtienen el voto universal al mismo tiempo y hoy ya tenemos un gobierno indígena. La pregunta es si las mujeres encontraremos un lugar en una sociedad donde los usos y costumbres son patriarcales o si será posible una sociedad que recoja el espíritu libertario y pragmático de las luchas indígenas. Libertario porque busca eliminar la colonia de las mentes de todas y todos y pragmático en la medida en que sea capaz de recoger de los otros, en este caso de las otras, aquello que lo puede enriquecer.

61


BIBLIOTECA LIBRERO UNIR

Saíd Villavicencio, Oscar Meneses, Ronald Carrasco, Isabel Villarroel y Abraham Pérez

LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SUS DESAFÍOS (educar, comunicar… conocer… transformar) Plural Editores, 2009, 175 p.

Bajo el denominativo general de La investigación científica y sus desafíos: educar, comunicar… conocer… transformar se inscriben cinco trabajos cuyo eje matriz se desglosa en dichos verbos, por lo cual el título de este libro se fundamenta por sí mismo y es el reflejo fiel de la intencionalidad colectiva de sus autores. Estos trabajos, con matices propios de la visión específica de cada uno de sus creadores, se inscriben dentro de la escuela crítica. Además de este rasgo sustantivo, quienes suscriben estos productos comparten otra característica: la docencia universitaria. Esta labor la desarrollan en las carreras de Ciencias de la Comunicación Social, Trabajo Social y Economía de la principal casa de estudios superiores del país: la Universidad Mayor de San Andrés Educar, comunicar, conocer y (principalmente) transformar es el reto mayúsculo que se plantean los autores.

62

Beatriz Rossells, Luís Oporto Ordóñez y Virginia Ayllón

Johan Galtung, Jake Lynch y Annabel Mc Goldrick

¿UN PAÍS DESINFORMADO?

REPORTEANDO CONFLICTOS

Estudios sobre información científica y cultural en Bolivia (1993-2003)

Una introducción al periodismo de paz

Este libro es un estudio prospectivo sobre la oferta de información en educación, cultura, ciencia y tecnología en Bolivia, y cubre una década de investigaciones sobre las realizaciones, mejoras y ausencias en este campo. Tres encuestas contribuyen a alimentar sus datos: la primera corresponde a la ciudad de La Paz y se remonta a los años 1990-1993, la segunda se realizó en todas las ciudades capitales del país entre 1995 y 1997 y la tercera es una muestra efectuada en las principales unidades de documentación de diferentes ciudades en el año 2003. Estos datos posibilitan una visión de conjunto sobre el comportamiento de las instituciones, el manejo de la información y las necesidades de los usuarios. Permiten también ver la interacción de las transformaciones políticas, económicas, sociales y tecnológicas culturales de producción, circulación y consumo de la información. Sus autores, Beatriz Rossells, Luís Oporto y Virginia Ayllón, no intentan, ciertamente, plantear soluciones últimas, pero sí abren el camino para que otras investigaciones, basándose en los datos obtenidos en más de un centenar de unidades a lo largo de una década, lleguen a resultados integrales para optimizar y democratizar el uso de la información y los recursos documentales.

Este libro está dirigido a los profesionales en periodismo. Sin embargo, cualquier persona entenderá perfectamente el mensaje. He aquí una pequeña muestra de lo que se encontrará en este texto: En general, parecen existir dos maneras de reportear conflictos, el camino bajo y el camino alto, dependiendo de si la atención está centrada en la violencia, en la guerra o en quien gana, o en el conflicto y su transformación pacífica. Los medios confunden ambos e incluso hablan de conflicto cuando en los hechos quieren decir violencia. El camino bajo, el camino del periodismo de la violencia, reportea un conflicto como una batalla y la batalla como una arena deportiva. El modelo de reporteo subyacente es aquél de un comando militar: quién avanza, quién capitula más rápido en sus metas; contabilidad de pérdidas en términos de muertos, heridos y daño militar. Se hace presente la perspectiva de suma cero que prevalece en los deportes, en donde se reportea que “ganar no es todo, es la única cosa”. El camino alto, el camino al periodismo de la paz, se enfoca en el conflicto y su transformación. Existe la amenaza y la realidad de la violencia, pero en la raíz se trata de un conflicto no resuelto que puede conducir a una cadena de venganzas.


Johan Galtung

Fundación UNIR Bolivia

TRASCENDER Y TRANSFORMAR

IV CONGRESO MUNDIAL DE MEDIACIÓN

Una introducción al trabajo de conflictos Editorial Quimera, México, 2003, 260 p.

Del 10 al 15 de noviembre de 2008 La Paz, Bolivia Ed. UNIR Bolivia, julio 2009, p.273

La obra que tiene el lector en sus manos es un manual práctico para la resolución de conflictos en todos los niveles Desde conflictos domésticos-personales, pasando por conflictos basados en luchas sobre la raza, la clase y el género, hasta conflictos mayores entre Estados, naciones y civilizaciones que siguen líneas económicas y religiosas. En este libro se delinea la variedad de usos y aplicaciones que tiene la teoría en resolución de conflictos, revelando las conexiones que existen entre los conflictos en todos los niveles de la sociedad. Galtung argumenta que siempre existe una gran gama de soluciones para el que decide explorarlas de forma sistemática y sin hacer uso de la violencia. A través de cuarenta casos ilustrativos, Galtung muestra el modo en que es posible trascender las dificultades que conducen a los conflictos en cualquier nivel.

Este libro recoge la riqueza de las exposiciones que se dieron en el “IV Congreso Mundial de Mediación. Una vía hacia la cultura de paz”, realizado en la ciudad de la paz del 10 al 15 de noviembre de 2008. La Memoria está organizada en tres capítulos e incluye los discursos de inauguración, las conclusiones del congreso y anexos. En el capítulo I se hace un recuento de los antecedentes de este evento. El capítulo II comprende las conferencias magistrales y finalmente el capítulo III, titulado “A modo de cierre”, consigna el Manifiesto de Bolivia y la solución pacífica de conflictos y/o controversias en al ámbito de la Familia, la Escuela, la Comunidad, la Política y la Democracia, la Interculturalidad, la Justicia y la Seguridad Pública.

Marcela Valenzuela, Willy Ríos y Marcelo Terrazas

ABUSOS DE LA LIBERTAD DE PRENSA Y LA AGONÍA DE LA INTIMIDAD Análisis de los “diarios serios” El Deber, El Mundo y El Nuevo Día de Santa Cruz de la Sierra Ed. PIEB, 2003.

El propósito principal de la investigación es analizar el derecho de las personas a la intimidad, identificar el conocimiento de la sociedad sobre ella y las transgresiones a este derecho en el contenido de los periódicos El Deber, El Mundo y El Nuevo Día al amparo de la libertad de prensa. La investigación consta de cuatro grandes capítulos: el primero, denominado “Intimidad y libertad y libertad de prensa: dos derechos en conflicto”, En el segundo, “La transgresión es la norma”, se caracterizan las infracciones jurídicas en que incurren los “diarios serios” de la ciudad de Santa Cruz analizados en esta investigación. En el tercer capítulo,“Los matices de la intimidad”, el elemento esencial es el análisis de dos ejemplos de la violación a la intimidad de las personas. En el último capítulo, “Hacia la resolución del conflicto”, se elabora un balance de los resultados, a manera de síntesis, para luego presentar la propuesta jurídico-comunicacional que toma como elementos fundamentales la autorregulación y la figura del defensor del lector.

63


WWWs DESTACADAS

www.fund-culturadepaz.org LA FUNDACIÓN CULTURA DE PAZ Este sitio propone contribuir a la construcción y consolidación de una cultura de paz por medio de la reflexión, la investigación, la educación y la acción sobre el terreno. Su actividad se basa principalmente en la vinculación y movilización de redes de instituciones, organizaciones e individuos que se des-

taquen por su compromiso con los valores de la cultura de paz. Cuenta con un centro de documentación que incorpora y recoge una recopilación de información especializada en la cultura de paz. Artículos, ensayos, libros, informes y resoluciones sobre el tema se pueden conocer con sólo un click. Se puede obtener información en español o inglés.

www.comminit.com RED DE LA INICIATIVA DE LA COMUNICACIÓN La Iniciativa de Comunicación, CI LA (The Communication Initiative Latin America) es, ante todo, una comunidad virtual conformada alrededor de un interés común: el uso de estrategias de comunicación y medios para atender efectivamente los problemas fundamentales del desarrollo. Una comunidad de personas y organizaciones que viven directamente esos problemas y trabajan para resolverlos en su propio contexto; y también de quienes los apoyan, financian e investigan su trabajo. Una comunidad que comparte sus conocimientos y discute sobre las acciones de comunica-

ción y medios más efectivas para contribuir al desarrollo. La Iniciativa de Comunicación es, además, una alianza estratégica entre 29 organizaciones internacionales interesadas en invertir recursos y compartir sus experiencias para generar un cambio en el pensamiento, las políticas y la práctica de la comunicación y los medios para el desarrollo. Nació en el año 2000 como el primer proceso regional de The Communication Initiative (CI) con el objetivo de complementar su acción en América Latina. Sostiene una relación orgánica con el proyecto global para alcanzar objetivos comunes, pero con estrategias adecuadas a las necesidades de sus regiones y sus redes.

www.pieb.com.bo SERVICIO INFORMATIVO ESPECIALIZADO EN INVESTIGACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA Este es un medio creado para responder con imaginación, oportunidad y credibilidad a la difusión de la investigación hecha en y sobre Bolivia. Este servicio es una iniciativa del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), implementado con el objetivo de dar a conocer resultados y procesos inherentes a la producción de conocimiento e incidir a través de la inclusión digital en el posiciona-

64

miento del conocimiento como insumo para una mejor comprensión y proyección de la realidad nacional. Por este medio se informa de los hallazgos de investigaciones y de las actividades correlacionadas al proceso investigativo que se consideren noticiosas. Se da a conocer experiencias innovadoras en el campo de la investigación y actividades en general vinculadas al trabajo del investigador, así como aquellas que sean de su interés y/o aporten a su crecimiento. La página www.pieb.com.bo es un medio de comunicación digital del PIEB y responde a la vocación de esta institución.


www.prensamercosur.com.ar AGENCIA PERIODÍSTICA DEL MERCOSUR Herramienta periodística que favorece la estrategia de integración, soberanía y transformaciones sociales en el marco de las comunicaciones, el periodismo y de las prácticas educativas especializadas del Mercosur. La Agencia inició sus actividades el 4 de noviembre de 2003 como una unidad de producción académica y de capacitación profe-

sional especializada en América Latina y el Caribe. Pertenece a la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP). El sitio permite acceder a la información a través de las secciones, escenarios, integración regional, economía y política, el mundo, cultura y educación y movimientos sociales. También desde las temáticas: recursos naturales y ambiente, derechos humanos, soberanía alimentaria, pueblos originarios y crónicas del sur.

www.pensariberoamerica.org ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS PARA LA EDUCACIÓN DE LA CIENCIA Y LA CULTURA Pensar Iberoamérica, revista de cultura, expresa el diálogo de culturas como aporte sustancial a la resolución de conflictos y a la convivencia democrática, alienta una mayor centralidad de la cultura en las políticas públicas y fomenta la optimización de la formulación y ejecución de políticas culturales. La revista digital está alojada en la página principal de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)

que es un organismo internacional de carácter gubernamental para la cooperación entre los países iberoamericanos en el campo de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura en el contexto del desarrollo integral, la democracia y la integración regional. Los estados miembros de pleno derecho y observadores son todos los países iberoamericanos que conforman la comunidad de naciones: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

http://dhl.hegoa.info/ EL PORTAL DE DESARROLLO HUMANO LOCAL El Portal de Desarrollo Humano Local quiere recoger la riqueza de aportes, teóricos y prácticos, que se vienen produciendo en esta línea. Abarca desde los organismos de Naciones Unidas, especialmente el PNUD, y la reflexión académica hasta los movimientos sociales e instituciones que trabajan en la promoción del desarrollo. Ofrece una pers-

pectiva del desarrollo humano local que no se atiene a una única propuesta y que presenta una variedad de contenidos teóricos y de exigencias políticas. Este portal quiere seleccionar aquellos recursos más significativos y facilitar su acceso a quienes se interesan por el desarrollo humano local. El portal se divide en tres grandes áreas: • Documentos • Recursos de formación • Recursos web

65



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.