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Mensaje de fe

OBISPO RONALDO SANTOS

Su realidad y las promesas DE DIOS

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La indignación nace dentro de uno a través de una comparación inteligente: LA REALIDAD VIVIDA CON LAS PROMESAS DIVINAS.

Mientras el creyente siga comparando su situación con la situación de los demás, seguirá totalmente resignado, sin reacción.

El motivo de la indignación de Gedeón era tener conocimiento de las maravillas de Dios y estar viviendo una situación completamente contraria.

Pero, ¿de qué servía toda aquella indignación, si él no sabía como revertir aquella situación?

“Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas…” Jueces 6:2

“De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron al Señor.” Jueces 6:6

“…Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.” Jueces 6:11

“Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti.

Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. Y entrando Gedeón, preparó un cabrito…” Jueces 6:18-19

Tanto los lugares, como las actitudes tomadas por Gedeón e Israel, no estaban a la altura del problema enfrentado.

No era huyendo de los enemigos, ni sacudiendo el trigo en el lagar (LUCHANDO CON LA FUERZA DEL BRAZO), ni orando, y ni tampoco ofreciendo el cabrito (HACIENDO

A SU MANERA) que la situación cambiaría.

Era necesario que hubiera una INTERVENCIÓN DIVINA.

Pero, para eso alguien tenía que tomar una actitud de fe y coraje.

Una actitud correcta en el lugar correcto.

Dios le dijo a Gedeón: "Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro, el de siete años, y derriba el altar de Baal que tiene tu padre; corta también la imagen de Asera que se halla junto a él y edifica altar al Señor, tu Dios, en la cumbre de este peñasco, en lugar conveniente.

Toma después aquel segundo toro y sacrifícalo en holocausto.” Jueces 6:25

Fue en el altar, con un verdadero sacrificio pedido por Dios, que Gedeón derrotó con apenas 300 hombres a más de 100 mil enemigos.

La MARAVILLA exigida por él en el lagar, no aconteció en el lagar, sino, en el Altar.

Y usted ¿seguirá en la caverna, clamando sin actitudes, luchando en el lagar, o subirá al altar con el segundo toro. El sacrificio para ver las maravillas de Dios en su vida?

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“Ya no soportaba seguir viviendo en esa situación”

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