EN TORNO AL VÍDEO Reedición del libro original publicado en 1980 por la Editorial Gustavo Gili TEXTOS Eugeni Bonet, Joaquim Dols, Antoni Mercader, Antoni Muntadas COORDINACIÓN DE LA PRESENTE EDICIÓN Fundación Rodríguez: Fito Rodríguez Bornaetxea y Natxo Rodríguez Arkaute · Con la colaboración del Centro Cultural Montehermoso Kulturunea.
© Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco Euskal Herriko Unibertsitateko Argitalpen Zerbitzua ISBN: 978-84-9860-445-0 Depósito legal/Lege gordailua: BI - 2.814-2010 Diseño y maquetación/Diseinu eta maketazioa: Ibon Saenz de Olazagoitia Impresión/Inprimatzea: Gráficas Berriz, S.L. B.º Murueta, 23 — 48220 Abadiño (Bizkaia)
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INTRODUCCIÓN Eugeni Bonet
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ANTONI MERCADER ·La tecnología vídeo. ·Notas. ·Acotaciones terminológicas.
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JOAQUIM DOLS RUSIÑOL ·Historia del audiovisual magnético televisivo: Televisión, TV, vídeo.
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EUGENI BONET ·Alter-Vídeo. ·Notas. ·Comentario y documentación de realizaciones completas.
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ANTONI MUNTADAS ·Una subjetividad crítica.
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SITUACIÓN DEL VÍDEO EN ESPAÑA Eugeni Bonet
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BIBLIOGRAFÍA Eugeni Bonet
Los distintos textos reunidos en este volumen fueron trabajados libremente por cada uno de los autores que los firmamos, según un esquema previo inicial elaborado conjuntamente. Esta colaboración tiene un antecedente más modesto en nuestra publicación Dossier: Vídeo (Barcelona, 1976). Ahora, a través de canales editoriales normales, hemos podido desarrollar la línea de aquella primera aproximación monográfica y llenar algo del vacío existente sobre este tema en la bibliografía en lengua castellana. Por otra parte, no hemos pretendido en modo alguno agotar el tema, sino abordarlo en aspectos concretos que nos interesaban; en este sentido, entiendo el resultado final como un simple paso más dentro de un proceso general de información y pre-teorización sobre este nuevo medio. En la ordenación del libro podríamos distinguir una primera parte que plantea el tema de un modo general, pero desde distintos ángulos complementarios –rudimentos técnicos y consideraciones elementales sobre el medio, evolución tecnológica, medial y sectorial, recorrido histórico y situación actual–, y una segunda parte que se concentra especialmente en aspectos del uso artístico del medio, y que comprende comentarios y documentación escrita y gráfica referente a distintos realizadores, trabajos, prácticas. También hemos creído conveniente hacer un breve repaso a la situación del vídeo en España, y, por último, incluir una amplia bibliografía próxima a la exhaustividad. Como coordinador de la edición, deseo dejar constancia de nuestro agradecimiento a todas aquellas personas o instituciones que nos han facilitado información y material gráfico; a Gene Youngblood y John G. Hanhardt, por autorizarnos a traducir y reproducir los textos suyos que aquí se publican; y a Mireia Sentís, que hizo la primera traducción de algunos de los textos. Personalmente, quiero agradecer especialmente a Eugènia Balcells su ayuda y consejo en la revisión del original, y también en la realización o revisión de las traducciones.
Eugeni Bonet · Barcelona, noviembre de 1979 9
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1. LA TECNOLOGÍA VÍDEO Antoni Mercader
La comunicación humana ha ido desarrollando, en el transcurso de los tiempos, tipos y modelos suficientemente diferenciados de acuerdo con la evolución de los lenguajes específicos y conforme a las necesidades del contexto en el que se han producido. Así, frente a la conversación en el ámbito unipersonal, o la retórica en el grupo o pequeña comunidad, aparecen la escritura y la imprenta que facilitan la posibilidad de comunicación entre emisores y receptores alejados en el espacio y en el tiempo. Por otra parte, podemos afirmar que los medios de comunicación –como elemento integrante de la cultura– son dominio de una clase privilegiada y su acceso resulta extraordinariamente controlado. Hasta bien entrado el siglo pasado no empieza a desarrollarse una comunicación dirigida a gran número de lectores/ receptores, que se ha dado en llamar comunicación de masas. El establecimiento de estos grandes canales de comunicación ha sido posible, en cierta medida, gracias al advenimiento de grandes avances tecnológicos que han resuelto la complejidad del problema. Es con la rotativa de imprenta, la radio y la fotografía que se dan los primeros grandes pasos.Una combinación de la primera y la tercera ha hecho posible la aparición de los llamados medios lexivisuales (texto e ilustración; por ejemplo: un libro ilustrado). La segunda y la tercera han contribuido a la creación de los llamados medios audiovisuales (imagen y sonido; por ejemplo: una proyección de diapositivas con banda sonora incorporada). La contribución de la tecnología en el desarrollo de la comunicación humana, pensamos, está fuera de duda. No es posible preguntarse por tal o cual tipo de comunicación sin tener en cuenta la dialéctica establecida entre el medio y la tecnología que lo posibilita.
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Sin entrar en una estricta exposición técnica, vamos a referirnos a la evolución general de los aspectos tecnológicos más significativos del fenómeno audiovisual conocido por vídeo. ¿Qué es vídeo? ¿Cómo funciona? ¿Qué es el video-tape? ¿Cómo se usa el video-tape? ¿Qué implicaciones tecnológicas específicas aporta a los medios audiovisuales? Son preguntas a las que intentaremos responder, en función de los propósitos generales de la obra. 1. El papel de las tecnologías: el audiovisual magnético A 1o largo de los últimos decenios del siglo pasado, una vez obtenida la representación del sonido mediante la vibración mecánica de una membrana, preocupó insistentemente a los científicos del momento el hecho de que no fuera posible evitar que las vibraciones sonoras se amortiguaran, se convirtieran en imperceptibles variaciones caloríficas del ambiente y, en, definitiva, se «perdieran». Se trataba de «mantener», o mejor, de «conservar» el sonido, de obtener un potencial sonoro «almacenable». Esta preocupación por la permanencia y/o repetición de los fenómenos físicos que son básicos en el conocimiento perceptivo y en la comunicación humana, ha dado lugar a múltiples investigaciones. El proceso de evolución de los medios audiovisuales puede ser un buen ejemplo de ello.1 Resultado de esta preocupación fue el conseguir registrar los sonidos como primer paso importante. De las varias formas de obtener este registro, una se sirve de procedimientos magnéticos y no tiene nada que ver con la que registra mecánicamente las vibraciones sonoras (sistema gramofónico). En el registro magnético de sonido (sistema magnetofónico) las vibraciones sonoras son transformadas en señales eléctricas de la misma frecuencia, que luego inciden sobre un electroimán, que a su vez crea un campo magnético en el que se mueve una cinta, hilo, disco, etc., de tal manera que éste se magnetiza de acuerdo con la producción de las ondas sonoras (grabación de sonido). Un procedimiento idéntico pero inverso al anterior, permite conseguir la lectura o decodificación de los registros sonoros (reproducción de sonido). Esta misma tecnología magnética ha dado lugar al registro y a la reproducción de información visual mediante el empleo de materiales fotosensibles (por ejemplo, la célula fotoeléctrica), capaces de transformar los fenómenos luminosos (imágenes) en señales eléctricas parecidas a las obtenidas en el registro y/o reproducción del sonido, las cuales posibilitan la obtención de registros visuales (grabación de imagen). En el proceso inverso se consigue reproducir las imágenes registradas mediante un tubo de rayos catódicos o iconoscopio. 12
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Una forma de resolver el tratamiento de la información audiovisual (un medio audiovisual) es la yuxtaposición y acoplamiento de los avances tecnológicos del sonido y de la imagen, fruto de la aplicación del magnetismo y la electrónica y que constituye lo que podríamos llamar el audiovisual magnético. Queremos incidir muy especialmente en la denominación «audiovisual magnético», que claramente denota su carácter específico dentro del espectro de los medios audiovisuales. Por afinidad, podría denominarse «audiovisual químico» al conjunto específico conocido por cine. 2. El papel de las audiencias: la transmisión audiovisual magnética generalizada Interesa señalar que, paralelamente al registro y reproducción magnéticos del sonido, se consiguió a principios de siglo la transmisión sonora a distancia sin hilos mediante ondas hertzianas. Este procedimiento, que amplió extraordinariamente las posibilidades de difusión habituales en la época, fue utilizado posteriormente en la transmisión de imágenes y sonidos, alcanzando, como en el caso de la radiodifusión, un alto grado de incidencia en la población. Esta pretendida «democratización» ha llevado a que sea habitual entre gran número de ciudadanos la recepción continuada de mensajes audiovisuales en sus propios hogares, centros de trabajo, etc., dando lugar a una cierta familiarización con el medio. Este fenómeno de acceso multitudinario a la información audiovisual, conocido por televisión, domina la comunicación audiovisual, llegando a cotas de audiencia realmente insospechadas como, por ejemplo, en las transmisiones vía satélite. Al tratar de introducir cualquier diferenciación en la especificidad de los medios audiovisuales magnéticos, nos encontramos siempre con la preponderancia del hecho generalizado que se conoce por «televisión», de tal manera que incluso en ciertos círculos relacionados con el tema se acostumbra a entender por vídeo todo aquello que, sin ser televisión, se le parece en tanto implica el manejo de sonidos, imágenes y aparatos televisivos, pero no de la «televisión». La generalización de determinados medios, obtenida mediante el perfeccionamiento de los mecanismos de transmisión del mensaje, sin entrar ahora en la implicación ideológica del sistema socio-económico que lo propicia, ocasiona subordinaciones e imprecisiones conceptuales y terminológicas que trataremos de clarificar. 3. La polución terminológica: vídeo es distinto de televisión En un rápido repaso de los términos más usuales, nos encontramos ya de entrada con elementos que pueden inducir a confusión: en la terminología puramente técnica de una transmisión televisiva, audio es la señal eléctrica que contiene la información auditiva o sonido y «vídeo» la señal eléctrica correspondiente a la información visual o imagen. 14
Este ejemplo puede darnos una idea de hasta qué punto se producen las inexactitudes y las imprecisiones. Y de con qué facilidad el equívoco puede radicar en creer que, en un sentido genérico, vídeo es una parte de televisión. El término televisión, a su vez, tiene múltiples acepciones: de tipo funcional, (la) televisión como medio audiovisual de comunicación de masas; de tipo sociológico, Televisión (RTVE, CBS-TV...) como aparato ideológico al servicio del poder informativo, y de tipo doméstico, televisión como denominación dada al decodificador de las señales «audio» y «vídeo» en una transmisión televisiva (televisor o monitor de televisión). Sin embargo, si nos atenemos a su función específica, televisión es la transmisión sincrónica de sonidos e imágenes y su recepción simultánea. ¿Dónde acaba y dónde empieza el campo tecnológico específico del vídeo? ¿A qué podemos llamar vídeo y a qué no? Por lo general, se acostumbra a confundir una transmisión audiovisual con el tratamiento del sonido y la imagen. Así, hay que distinguir entre una transmisión de información audiovisual (difusión del mensaje) y la elaboración o realización de esta información (mensaje). En el caso que nos ocupa, el primer aspecto hace referencia a una transmisión televisiva o televisión y el segundo a un determinado tratamiento de la información audiovisual: el vídeo o audiovisual magnético por excelencia. Sin entrar a fondo en otros discursos fenomenológicos que podrían clarificar mejor esta diferenciación, pero que por ser de naturaleza no estrictamente tecnológica no trataremos aquí, llamaremos vídeo a la manipulación y/o registro y/o reproducción de sonidos e imágenes por procedimientos magnéticos de forma sincrónica y simultánea.2 La transmisión televisiva de un partido de fútbol, con sus correspondientes «repeticiones» intercaladas sobre el tiempo real, es una utilización tecnológica del vídeo en la televisión, en tanto implica el registro y la reproducción magnética sincrónica. La transmisión televisiva de un film cinematográfico implicó en su momento la utilización tecnológica específica de otro medio audiovisual: el cine. Dentro de un gran espectro de utilizaciones de la tecnología vídeo3 la mayoría de los planteamientos de la programación televisiva actual quedan comprendidos en él. La televisión es como una gran autopista audiovisual, por la que circulan diversos vehículos, cada uno suficientemente caracterizado, siendo uno de éstos el vídeo. 4. Los fundamentos de la tecnología vídeo. El video-tape Hemos visto la interrelación entre los adelantos tecnológicos del registro y la reproducción magnética del sonido y la tecnología audiovisual magnética, lo cual servirá de nuevo para tratar de los fundamentos tecnológicos del vídeo. Las instalaciones magnetofónicas son en razón de su popularización (electrodomesticación) un ejemplo del que con suma facilidad nos podemos referir. Un rápido análisis es suficiente para percatarnos de que se trata de un conjunto de tres elementos funcionales suficientemente diferenciados, aunque pueden estar integrados en un solo conjunto compacto. El primer elemento o micrófono, percibe las vibraciones sonoras y las transforma en una corriente eléctrica variable (señal). El 15
segundo elemento o magnetófono, crea el campo magnético capaz de «grabar» en el soporte magnético (cinta, hilo, etc.) los impulsos recibidos y a su vez «leerlos». El tercer elemento o altavoz, convierte la señal «leída» en ondas sonoras. La tecnología vídeo está basada en los mismos principios e incorpora el sincronismo del sonido y la imagen. Aunque representa un avance tecnológico importante, conserva la estructura de los tres elementos funcionales citados anteriormente: analizador (emisor), grabador/lector (transformador) y reproductor (receptor) (véase cuadro Tecnologías audio/vídeo). El primer elemento consta de dos partes, una relativa a la información auditiva o micrófono, y otra relativa a la información visual o cámara electrónica, con un iconoscopio que analiza las imágenes visuales y da una señal electrónica, señal vídeo, como la procedente del micrófono, señal audio. El iconoscopio de la cámara electrónica o tubo analizador de imagen, está basado en el tubo de rayos catódicos y en la célula fotoeléctrica; consta de un mosaico foto-emisor o placa fotoconductiva (target) y de un haz de electrones producido por un cañón electrónico y dirigido por un conjunto de campos magnéticos. El objetivo óptico de la cámara produce una imagen que incide sobre el mosaico fotoemisor, de modo que las cargas eléctricas de diferente magnitud vienen a corresponder a las zonas más luminosas o más obscuras de la imagen. El haz de electrones explora el mosaico fotoemisor de una forma determinada (625 líneas por cuadro y veinticinco cuadros por segundo, según la norma europea) y produce una variación de tensión según las zonas iluminadas o sombreadas, que convenientemente recogida constituye la señal vídeo (véanse figs. 1 y 2). El segundo elemento o magnetoscopio, establece el campo magnético que registra en un mismo soporte las señales audio y vídeo de forma sincrónica y reproduce a ambas instantáneamente (véase fig. 3). El tercer elemento consta también de dos partes, transforma la señal audio en vibraciones sonoras mediante un altavoz y decodifica la señal vídeo en el monitor vídeo, el cual reproduce las imágenes visuales con otro iconoscopio o tubo de imagen. El haz de electrones de este tubo incide sobre una pantalla, que en su lado interior se halla recubierta por una capa luminiscente, quedando iluminada en los puntos en los que confluye el haz. La imagen reproducida se obtiene con el barrido4 de la pantalla en 625 líneas veinticinco veces por segundo (véase fig. 4). La reproducción de la imagen recogida por el objetivo de la cámara electrónica es efectiva si los haces electrónicos de los tubos analizador y de imagen se mueven sincronizados. Esto se consigue con las señales eléctricas de sincronización que acompañan a la señal vídeo y que regulan los campos magnéticos que dirigen los haces respectivos (véanse figs. 4 y 5). Este esquema de funcionamiento, con un solo tubo, es válido para los trabajos vídeo en blanco y negro. La tecnología del vídeo en color incorpora tres tubos, uno para cada color primario (rojo, verde y azul) en la cámara electrónica y tres haces en el tubo de imagen del monitor vídeo. Hasta aquí hemos sucintamente detallado la tecnología vídeo apta para cualquier soporte magnético: cinta, hilo, tarjeta, etc. En la actualidad se ha impuesto el 16
video-tape, o procesamiento magnético de sonidos e imágenes sobre cinta (tape). Su implantación resulta tan generalizada que, salvo cuando se concreta de forma explícita, se acostumbra a denominar vídeo en lugar de video-tape, con el consiguiente error terminológico que pasa a engrosar la lista de los citados en apartados anteriores. Es preciso clarificar que: se conoce por video-tape o cinta vídeo, la cinta soporte empleada en el procesamiento de sonidos e imágenes que es sensible al campo magnético definido por una determinada información. Se llama video-tape-recording o grabación vídeo, a la acción de registrar una cinta magnética para su conservación y/o ulterior reproducción de sonidos e imágenes a partir de una información audiovisual dada. Al conjunto de elementos electromagnéticos capaz de registrar y/o reproducir sonidos e imágenes del campo magnético que lee o descodifica las señales «audio» y «vídeo» de una cinta magnética, se le llama video-tape-recorder (VTR) o magnetoscopio. La cinta magnética vídeo-sonora o cinta vídeo-magnetofónica, es de idénticas características técnicas que la cinta magnetofónica, y al igual que ella también existe de distinto ancho (formato) y de diferente presentación según sea su contenedor (bobina abierta, cassette, etc.). Su utilización es útil hasta el punto que permite unas cincuenta grabaciones sucesivas y unas mil lecturas. A partir de aquí, siempre nos referiremos al medio vídeo como procedimiento video-tape o vídeo-cinta. La unidad tipo de vídeo es la que componen la cámara electrónica, el magnetoscopio y el monitor, y que permite realizar las operaciones básicas. Para la ejecución de otros tipos de operaciones, como pueden ser la manipulación de la imagen, el montaje de imágenes en secuencias y los efectos especiales, se necesitan instalaciones más complejas con la incorporación de magnetoscopios para editar (editing), unidades de efectos especiales, etc., que equipan un estudio vídeo con toda la gama de posibilidades técnicas de mezclado, corte electrónico, sintetizado de las imágenes y los sonidos.
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