Revisiones de Historia Antigua VI Antzinateko Historiaren Berrikuspenak VI JUAN SANTOS YANGUAS BORJA DÍAZ ARIÑO (EDS.)
LOS GRIEGOS Y EL MAR
Departamento de Estudios Clásicos/ Ikasketa Klasikoen saila Facultad de Letras/Letren Fakultatea
VITORIA
2011
GASTEIZ
CIP. Biblioteca Universitaria Los griegos y el mar / Juan Santos Yanguas, Borja Díaz Ariño (eds.) ; Departamento de Estudios Clásicos = Ikasketa Klasikoen Saila. — Vitoria-Gasteiz : Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, Argitalpen Zerbitzua = Servicio Editorial, 2011. – 351 p. : il. ; 24 cm. – (Anejos de Veleia. Acta ; 9). (Revisiones de Historia Antigua ; 6) Textos en español, italiano y francés D.L.: BI-3.346-2011 ISBN: 978-84-9860-591-4 1. Grecia – Historia – Hasta 0146 a.C. 2. Grecia – Civilización – Hasta 0146 a.C. 3. Mar en la literatura I. Santos Yanguas, Juan, ed. lit. II. Díaz Ariño, Borja, ed. lit. 94(38)
Esta obra es el resultado de la tesis doctoral que fue defendida por el autor en la Facultad de Derecho de San Sebastián el 4 de julio de 2003 y que ha merecido el PREMIO EXTRAORDINARIO DE DOCTORADO de la Universidad del País Vasco por el Área de Ciencias Sociales y Jurídicas en virtud de acuerdo de la Subcomisión de Doctorado de la UPV/EHU de 20 de Octubre de 2005
© Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco Euskal Herriko Unibertsitateko Argitalpen Zerbitzua ISBN: 978-84-9860-591-4 Depósito legal/Lege gordailua: BI - 3.346-2011 Fotocomposición/Fotokonposizioa: Ipar, S. Coop Zurbaran, 2-4 - 48007 Bilbao Impresión/Inprimatzea: Itxaropena, S.A. Araba Kalea, 45 - 20800 Zarautz (Gipuzkoa)
ÍNDICE
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PARTE PRIMERA: El mar en el imaginario griego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO PRIMERO: Los Hijos de la Ola. Contribución al estudio de la mitología del mar en la Grecia antigua por J.C. Bermejo Barrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO SEGUNDO: La talasocracia de las estrellas en Grecia: vivir y morir en el mar mirando al cielo por A. Pérez Jiménez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO TERCERO: Las alegorías del mar en la mitología clásica por M. García Teijeiro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO CUARTO: Pavlin lh/stai; kai; qavlassa...: il mare nei romanzi greci por P. Janni . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO QUINTO: Tratamientos poéticos y narrativos del viaje y de la visión del mar en el teatro griego por M. Quijada Sagredo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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ÍNDICE
PARTE SEGUNDA: Los griegos y la geografía del mar . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO SEXTO: La mer dans la construction grecque de l’image du monde por P. Arnaud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 CAPÍTULO SÉPTIMO: I Greci e il «mare esterno»: dalle esplorazioni delle aree estreme alla rappresentazione «scientifica» dell’ecumene por S. Bianchetti. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO OCTAVO: Regards sur l’Atlantique au tournant de notre ère por D. Marcotte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO NOVENO: Il Mediterraneo nella cartografia antica por F. Prontera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO DÉCIMO: Más allá de la cartografía está la Historia (a propósito de Estrabón e Iberia) por G. Cruz Andreotti y P. Ciprés Torres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PARTE TERCERA: Política, economía, sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO UNDÉCIMO: Los carios y el mar. ¿Leyenda o realidad histórica? por A. Lozano Velilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO DUODÉCIMO: El espacio marítimo en los tratados internacionales de la Atenas clásica por V. Alonso Troncoso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO DECIMOTERCERO: Poder terrestre, poder marítimo: la politización del mar en la Grecia clásica y helenística por P. Barceló. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO DECIMOCUARTO: Pesca, navegación y comercio en el mundo griego antiguo: su dimensión legal por F.J. Fernández Nieto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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DEBATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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RESÚMENES Y PALABRAS CLAVE DE LOS TRABAJOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PRESENTACIÓN
De la misma manera que no es posible comprender las grandes culturas del Próximo Oriente si no se contempla su relación con los ríos, resulta imposible entender la historia de la Grecia antigua sin tener presente su privilegiada relación con el mar. El mar fue, desde el principio, una fuente inagotable de recursos que permitió paliar las carencias de una tierra de orografía difícil y, en muchas de sus regiones, poco apta para la agricultura. Por necesidad se convirtió en una vía de comunicación fundamental no sólo con las múltiples y dispersas islas, sino también entre los montuosos territorios continentales. Fue el mar el camino que durante décadas tomaron los miles de helenos que participaron en la gran aventura colonizadora que les llevó de Crimea al Extremo Occidente. Era, además, el único elemento que articulaba a los dispersos territorios ocupados por los griegos, a los que sólo el mar, ya fuera el Egeo, el Jonio, o, desde una perspectiva más amplia, el Mediterráneo y el Mar Negro, dotaba de una unidad geográfica real. En definitiva, los griegos vivían del mar, pero sobre todo, vivían en torno al mar. Esa profunda conexión con el elemento marino impregna la totalidad de la cultura griega. Su reflejo es una constante en las manifestaciones artísticas, ya sean de carácter plástico, de las que son un buen ejemplo las populares representaciones de elementos y escenas marinas de la pintura vascular, o literarias, el catálogo de las naves de la Iliada o los relatos del regreso de los héroes que habían participado en la guerra de Troya, entre ellos el de Odiseo, son quizás los ejemplos más famosos, aunque no los únicos. Pero además, la importancia del mar lo convirtió en el origen de preguntas, dudas
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LOS GRIEGOS Y EL MAR
y temores que exigían rápida satisfacción. La urgencia por aplacarlo hizo de él una pieza fundamental de la religión y la mitología, mientras que, paralelamente, la necesidad de comprenderlo se convirtió en un estímulo decisivo para el desarrollo del conocimiento científico. Esta obra colectiva se gestó precisamente con el objetivo de reflexionar sobre algunas de las cuestiones que plantea este nexo entre la cultura griega antigua y el mar. En ningún caso se ha tratado de abarcar la totalidad de un tema tan amplio, más bien al contrario, la intención ha sido la de reunir trabajos con enfoques disciplinares diversos que afronten de manera complementaria algunas de las cuestiones relacionadas con este argumento, de tal manera que fueran una buena muestra de las posibilidades del mismo y pudieran servir de referencia a la realización de estudios posteriores. Las contribuciones están organizadas en torno a tres ejes temáticos, que en el libro se materializan en tres grandes apartados, en cierta medida autónomos, aunque interrelacionados. El primero de ellos se refiere al papel del mar en la construcción del imaginario griego, y en especial a su conexión con el desarrollo de la religiosidad griega y su reflejo en la literatura. En este apartado se integran las contribuciones de J.C. Bermejo Barrera y M. García Teijeiro, que exploran precisamente diversas cuestiones en relación con la elaboración del discurso mitológico, la de A. Pérez Jiménez, dedicada al desarrollo de la astrología y su conexión con las actividades marineras, y las de P. Janni y M. Quijada Sagredo, que prestan atención a la presencia del elemento marino en la literatura griega, en concreto en el teatro y la novela. La segunda parte se dedica, por el contrario, al ámbito del conocimiento científico, y en particular al desarrollo de la cartografía y su conexión directa con la exploración de los mares. Este punto de partida, desarrollado desde ópticas distintas, comparten los trabajos de P. Arnaud, S. Bianchetti, D. Marcotte, F. Prontera, G. Cruz Andreotti y P. Ciprés. Por último la tercera parte se ocupa de cuestiones de carácter más nítidamente histórico, que en cierta medida sirven de contraste con los trabajos anteriores, ilustrando las múltiples posibilidades de un tema de estudio tan rico. Aquí se incluyen los trabajos de A. Lozano Velilla sobre los Carios o los de V. Alonso Troncoso, P. Barceló y F.J. Fernández Nieto centrados en cuestiones de carácter político y juridico. La obra se integra dentro de la serie Revisiones de Historia Antigua, que con ella alcanza su sexta entrega. Como sucedía con las entregas anteriores, la base es un symposium que se celebró en Vitoria/Gasteiz en los días 12 y 13 de noviembre del año 2007. Se acompaña, por lo tanto, con las transcripciones de los debates que siguieron a las sesiones de trabajo, un elemento que ya se ha convertido en una seña de identidad de la serie, y, como novedad, incorpora los resúmenes de los trabajos en distintos idiomas, destinados a facilitar su consulta a investigadores y curiosos.
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PRESENTACIÓN
Por último, resulta obligado recordar que ni este libro, ni el symposium del que procede, habrían sido posibles sin la colaboración desinteresada de numerosas personas, que contribuyeron con su trabajo e ilusión a que pudiera realizarse y, sobre todo, sin el respaldo y el apoyo económico de distintas instituciones, entre ellas el Departamento de Estudios Clásicos y el Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad del País Vasco, así como el Ministerio de Educación y Ciencia (actualmente Ciencia e Innovación), la Consejería de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Álava a través del Convenio Diputación-UPV/EHU, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, la Facultad de Filología y Geografía e Historia (actualmente Facultad de Letras) y la Sección del País Vasco de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. A todos nuestro agradecimiento. Los editores Mayo de 2011 Vitoria - Gasteiz
PARTE PRIMERA EL MAR EN EL IMAGINARIO GRIEGO
CAPÍTULO PRIMERO LOS HIJOS DE LA OLA. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA MITOLOGÍA DEL MAR EN LA GRECIA ANTIGUA JOSÉ CARLOS BERMEJO BARRERA Universidade de Santiago de Compostela
La importancia del mar a lo largo de la historia es un hecho bien conocido en los terrenos político, económico y militar. Aunque la mayor parte de los historiadores han privilegiado el papel de la tierra en el desarrollo de la historia, es necesario equilibrar su importancia con la del mar como los dos mecanismos motores de la historia universal. En el ámbito del pensamiento alemán, este fue el planteamiento de C. Schmitt en un breve libro de 1954 recientemente editado en castellano1. En el campo concreto de la historia griega, fue A. Lesky2 quien intentó llevar a cabo un balance de la importancia del mar en la historia, el pensamiento y la religión griegos. Siguiendo sus pasos, nos centraremos a continuación en el estudio mitológico de una serie de personajes a los que hasta ahora se ha considerado como secundarios o carentes de interés: Ponto, Nereo y Nérite. Así por ejemplo, en relación con la figura de Ponto, dice 1
C. Schmitt, Tierra y mar. Una reflexión sobre la historia universal, Madrid 2007 (Stuttgart 1954). 2 A. Lesky, Thalatta. Der Weg der Griechen zum Meer, Viena 1947.
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F. Díez de Velasco3: «no posee una mitología elaborada aparte de las especulaciones teogónicas de Hesíodo». Del mismo modo, dice M. Pipili que el único episodio mitológico interesante en el caso de la figura de Nereo es su lucha con Heracles4, que no va a ser analizada en este trabajo, en el que intentaré sin embargo destacar el interés mitológico de estos personajes aparentemente menores. Hesíodo narra en la Teogonía (233-336) la descendencia de la ola, Ponto, que se articula en dos grandes grupos: uno de carácter predominantemente benéfico, el formado por Nereo y sus hijas e hijo, y otro eminentemente monstruoso, los descendientes de Taumante y de Forcis y Ceto, que acaban por ser derrotados o destruidos por los Olímpicos. Este grupo no será estudiado en este trabajo. 1. PONTO Hesíodo nos suministra muy poca información acerca de este personaje; dice de él que lo concibió Gea sola, sin la ayuda del amor (Theog. 131-132), y que alimenta a sus hijos (Theog. 107). En tanto que es el mar, su papel varía mucho dentro de los distintos tipos de cosmogonías, y así, por ejemplo, su papel en la cosmogonía hesiódica es mucho menos destacado que en la homérica, debido a su relación con el Océano. El Ponto hesiódico sigue dos modelos de generación. Él sólo engendra a su primogénito, Nereo, pero uniéndose a su madre Gea engendra a Taumante, al valeroso Forcis y también a dos hijas, Ceto y Euribia, que encierra en su pecho un corazón adamantino (Theog. 233-239). Esta tradición genealógica es recogida por Apolodoro (I, II, 6), pero con una variación importante, pues elimina la generación autónoma de Nereo y coloca a todos estos seres como descendientes de Ponto y Gea. En los autores tardíos se pierde la genealogía, y así Higino, por ejemplo, la margina totalmente. Hace descender a todos los géneros de peces ex Ponto et Mari, es decir, de Pontos y Thálatta5, y une a Ponto con Terra para engendrar a Taumante. La genealogía de Higino es en general muy incompleta, y se aparta totalmente de los datos míticos conocidos; como indica 3
Pontos, LIMC, VII, 1, p. 436. Nereus, LIMC, VI, 1, pp. 824-837. Del mismo modo, M. Romero Recio, Cultos marítimos y religiosidad de Navegantes en el Mundo Griego Antiguo, Cambridge 2000, considera que personajes míticos como Ponto, Nereo y las Nereidas poseyeron escasa importancia. Sus historias formarían parte del folklore de los marineros y poseyeron escasos cultos, vid. pp. 68, 84, 86, 108, 110, 122 y 131. 5 Fab., praef. V y VII. 4
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H.J. Rose6, este desarrollo de Higino, o de su predecesor, es más una metáfora que un mito, por lo que queda fuera de nuestra consideración7. Si trazamos entonces el esquema genealógico correspondiente a la versión de Hesíodo tenemos:
La generación autónoma de Nereo en Hesíodo, que luego eliminará Apolodoro, es un hecho de gran importancia, porque Nereo, lejos de tener un carácter anormal o monstruoso es, además del primogénito de Ponto, el mejor de sus hijos. De él dice Hesíodo que es leal y benigno a la vez, que jamás olvida la equidad y que no conoce más que pensamientos dignos y honestos (Theog. 234-236). A través de estas palabras y de la valoración realizada por Hesíodo podemos observar un hecho de gran importancia en la ideología mítica del parentesco: la enorme estimación positiva del engendramiento autónomo masculino, que se deriva del carácter patrilineal de los linajes, carácter que aparece claramente definido en lo que a la transmisión hereditaria de propiedades se refiere, aunque complementándose con la filiación matrilineal8. Y junto a él tenemos bien claro el predominio de los personajes masculinos a nivel del ejercicio del poder y la organización del grupo social. De Urano a Zeus, el dominio y la organización de los grupos corresponde a los hombres, y si bien es cierto que en un primer momento seres masculinos y femeninos engendran autónoma e independientemente, también lo es que la generación autónoma femenina se ve prontamente criticada 6
Hygini Fabulae, Leyden, A.W. Sijthoff, 1933, p. 2. A. Álvarez de Miranda ha tratado de establecer una correlación entre ambos en su trabajo La metáfora y el mito, Madrid 1963. Si bien es cierto que, como él indica, ambos poseen caracteres comunes en tanto que la metáfora trata de describir una realidad social y psicológica que es poco accesible para su descripción mediante el lenguaje ordinario, sin embargo metáfora y mito corresponden a realidades sociales diferentes y no pueden ser por ello tratados conjuntamente. 8 Todo sistema de parentesco maneja en algún grado las dos filiaciones simultáneamente, como señala Cl. Lévi-Strauss, Las estructuras elementales del parentesco, Buenos Aires 1969, p. 483. 7
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por el mito, mientras que la masculina continúa permaneciendo como válida. Apolodoro elimina este rasgo de su narración porque le parece algo inverosímil e insostenible, debido a la época en la que escribe, pero para la mentalidad griega del comienzo de la época arcaica éste era un rasgo plenamente aceptable y comprensible. Desde el punto de vista genealógico, son muy pocos los elementos que se pueden deducir del mito de Ponto. Aparte del matrimonio incestuoso con su madre, que ya hemos tratado, no hay nada más que destacar. Mitológicamente, tanto en el caso hesiódico como a nivel general, la figura de Ponto ha sido tratada también por Vernant y Detienne9. Póntos, como alta mar, se relaciona con Póros, y se opone a Thálassa, Pélagos y KWma. La alta mar se opone a la zona marítima costera: la primera representa lo anárquico, lo desconocido, lo carente de orientación y de caminos prefijados, mientras que la segunda, la zona navegable, representa todo lo contrario. El Póntos se asocia también al fondo del mar, porque es opuesto a la superficie y porque en él reina la misma oscuridad que en el Tártaro, según indica la Odisea10. Póntos designa también el camino a recorrer sobre el mar, pero un camino que no está trazado de antemano, sino que se abre con la navegación, y que viene a ser «una aventura cada vez renovada, una exploración en un espacio virgen, no pisado, sin la menor huella humana, un póros que es preciso abrir y retrazar sin cesar sobre la extensión líquida, como si jamás hubiese sido abierto todavía»11. Por su falta de orientación es similar al Tártaro hesiódico, y únicamente se diferencia de él en que la existencia de los vientos regulares (Céfiro, Bóreas y Noto) permite el desarrollo de una navegación regular. Estos vientos son hijos de Astreo y de Eos. Astreo a su vez es hijo de Crío y Euribia, la hija de Ponto, y por lo tanto estos vientos están en relación genealógica con él: son nietos de su hija, es decir, sus bisnietos. Sin embargo, los tres vientos regulares mantienen con Ponto una relación no estrictamente positiva, puesto que Ponto se asocia muchas veces con las borrascas (thýellai), vientos que, al contrario que los anteriores, no son de origen divino, ni mantienen, como los tres vientos hermanos, ninguna relación con los astros luminosos. Las borrascas nacieron del cadáver de Tifón, y constituyen sus dominios en el Tártaro y las bocas del Infierno12; cuando soplan traen consigo «desde 9 J.P. Vernant-M. Detienne, «La Métis orphique et la seiche» y «La corneille de mer», recogidos en Les ruses de l’intelligence. La métis des grecs, París 1974. 10 Od., IV, 436 y XII, 253. 11 Les ruses de l’intelligence, p. 150. 12 Ibid., pp. 151-153.
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todas las direcciones del espacio la confusión, así como la indistinción entre el mar y el cielo, ahogados en la misma noche impenetrable»13. Cuando la borrasca actúa, los elementos se confunden y se tiende a volver de nuevo al Caos, a la indistinción originaria, que es un equivalente de su dominio, el Tártaro, «que representa, desde el punto de vista espacial, lo que el Caos desde el punto de vista temporal: la indeterminación primordial a partir de la que el mundo podrá organizarse en regiones y elementos cósmicos diferenciados»14. El temporal marino producido por las borrascas es, además, el equivalente del Caos en su relación con las rocas errantes, las Plagtaiv15. Por su relación con la navegación, Ponto se asocia también, además de a todos estos elementos negativos, a dioses olímpicos de carácter positivo, como Atenea y Poseidón16; debido a este hecho, el carácter fundamental de la figura de Ponto consistirá en su duplicidad, pues por una parte se asocia a los Olímpicos y al génos de los astros luminosos del día y la noche, y por otra se une a una serie de elementos que hacen de él un equivalente del Tártaro y del Caos. No obstante, la figura de Ponto no es plenamente ambigua, sino que se asocia más íntimamente con todos los elementos negativos descritos que con los elementos positivos, constituyendo en general, como ya hemos indicado, el aspecto negativo del mar. Dejaremos aquí el tratamiento de su mito para centrarnos en los aspectos genealógicos del mismo, elaborando en primer lugar una tabla conjunta de toda su descendencia. Nereo se une a una oceánide, Dóride, y de ambos nacen las cincuenta nereidas. En segundo lugar, Taumante toma por esposa a otra oceánide, Electra, y de ambos nacen Iris y las Harpías. Forcis se une a su hermana Ceto, y de ambos nacen las Grayas y las Gorgonas, y a partir de una de ellas, Medusa, surgen Crisaor y Gerión. De Ceto nacerá también Equidna, que unida a Tifón va a engendrar a una serie de monstruos, como Orto, Cerbero, la Hidra de Lerna y la Quimera. Equidna, unida a su vez a su hijo Orto, dará a luz a dos monstruos: Fix y el León de Nemea. Y por último, como colofón de toda esta familia, nacerá una serpiente que escondida bajo la tierra guarda los corderos de oro. Esta es la genealogía dada por Hesíodo (Theog. 240-336), que es aceptada en lo esencial por Apolodoro (I, II, 6), el cual reduce sin embargo la descendencia de Forcis y Ceto, y por Higino17, que también altera algunos detalles de ella. Siguiendo a Hesíodo, podemos resumirla en lo siguiente: 13
Ibid., p. 153. Ibid., p. 153, n. 103. 15 Ibid., pp. 154-157. 16 Vid., en general, «La corneille de mer», en J.P. Vernant-M. Detienne, op. cit., y el artículo de M. Detienne, «Le navire d’Athena», RHR 178, 1970, pp. 133-177. 17 Higino, Fab., praef. 8, 9, 35 y 39. 14