PP.1-96
2008
Diagramaci贸n e Impresi贸n: Editorial Kimpres Ltda. PBX: 413 6884 www.kimpres.com Bogot谩, D.C. - Colombia 2008
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CONTENIDO
Retos en el siglo XXI de las políticas públicas para la infancia en Colombia y el papel de la psicología Gloria del Pilar Cardona Gómez y Ricardo Cardona Echeverri . .................................................
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Adaptación y pilotaje del cuestionario sobre el análisis de los factores psicosociales presentes en los docentes universitarios Yolanda Sierra, Viviana Barrera, Lilian Paola Gómez, Carolina Jiménez e Ingrith Vélez . .........
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El significado y sentido de la sexualidad en niños de edad intermedia Myriam Ocampo, Liza M. A. N. Díaz G. ........................................................................................
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Relación del estrés laboral con las condiciones de trabajo y las características socio demográficas en operadores y supervisores en una central de comunicaciones de trasporte público Liliana Ahumada, Cecilia Uribe, Alexandra Alba-Gómez y Javier Zea-Acosta ............................
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Correlación de variables de actitud y conocimiento frente al proceso de envejecimiento humano y vejez en un grupo de estudiantes universitarios Nidia Aristizábal Vallejo y Sylvia Ariza Alayon .............................................................................
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Procesos cognoscitivos implicados en el conflicto Consuelo Durán ..............................................................................................................................
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CONTENTS
Challenges of public politics for children in Colombia and the role of psychology in the 21 St Century Gloria del Pilar Cardona Gómez y Ricardo Cardona Echeverri . .................................................
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Psychosocial Factors Analysis Questionnaire: Adaptation and piloting in university teachers Yolanda Sierra, Viviana Barrera, Lilian Paola Gómez, Carolina Jiménez e Ingrith Vélez . .........
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Meaning and sense of sexuality in middle childhood Myriam Ocampo, Liza M. A. N. Díaz G. ........................................................................................
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Relationship of stress, job conditions and sociodemographic characteristics in operators and supervisors at the comunication headquarters of an enterprise of public transportation Liliana Ahumada, Cecilia Uribe, Alexandra Alba-Gómez y Javier Zea-Acosta ............................
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Correlation of attitudes and knowledge towards aging and late adulthood by a group of university students Nidia Aristizábal Vallejo y Sylvia Ariza Alayon .............................................................................
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Cognitive processes implied in conflict Consuelo Duran ..............................................................................................................................
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 8 No. 1, 7-27
RETOS EN EL SIGLO XXI DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA INFANCIA EN COLOMBIA Y EL PAPEL DE LA PSICOLOGÍA Gloria del Pilar Cardona Gómez1, Ricardo Cardona Echeverri2 Universidad el Bosque
Resumen Este trabajo muestra un estado del arte de las políticas públicas para la infancia en Colombia y analiza el rol que tiene la psicología, como disciplina y profesión, en el diseño, la formulación, la implementación y la evaluación de las mismas hasta el 2005. La primera parte de este artículo comienza con el diagnóstico de la situación de los niños en el mundo y en Colombia; se presentan indicadores en temas como salud, nutrición, educación y circunstancias especiales relacionadas con el conflicto, así como las implicaciones que estas circunstancias tienen en el desarrollo integral de los niños entre otros; posteriormente se describen las políticas públicas como instrumentos fundamentales del Estado para atender las situaciones evidenciadas en el diagnóstico. Finalmente, se hace un análisis sobre el aporte de la psicología y del papel del psicólogo en el proceso integral de las políticas públicas para la infancia en el que se demuestra que el conocimiento disciplinar y profesional de la psicología es fundamental en el proceso de toma de decisiones políticas para la niñez, así como en la implementación de las acciones que acompañan a tales decisiones. Palabras clave: niñez, políticas públicas, psicología. Abstract This work shows an state of the art on public policies for childhood in Colombia, and analyses the role that psychology plays, as a discipline and as a profession, y the design, devise, implementation and assesment of such policies. The first part of this article starts with the diagnosis of world and colombian children situation, indicators in subjects such as health, nutrition, education, special circumstances related with conflict, and so on are presented, some implications that such aspects have in children integral development are featured; then, public policies are explained as fundamental instruments that has the State in order to deal with situations just like those showed on the diagnosis. Finaly, an analysis is made of psychology contribution and the role of psychologist in the integral process of public policies for childhood, which proves that psychology disciplinary and professional knowledge is very important in politic decisions process that can be taken to deal childhood, and in the implementation of actions which accompany such decisions. Key words: childhood, public policy, psychology.
1 Psicóloga, especialista en epidemiología, directora de tesis, Facultad de Psicología Universidad El Bosque. 2 Estudiante que opta por el título de psicólogo, Facultad de Psicología, Universidad El Bosque
Gloria del Pilar Cardona Gómez, Ricardo Cardona Echeverri
La infancia ha sido uno de los principales objetos de estudio, análisis e investigación de las diferentes disciplinas sociales desde hace ya varias décadas, lo cual ha llevado a considerar que los niños y las niñas se encuentran en una etapa crucial en la que están desarrollando las capacidades que los conducirán a convertirse en adultos felices y productivos. La preocupación social, cultural y política por la infancia es relativamente reciente en la historia de la humanidad. La historia y la antropología fueron precisamente las disciplinas que en primera instancia se interesaron por el estudio de la infancia en diferentes momentos y culturas. Las ideas sobre la infancia han cambiado entonces a través de los contextos sociohistóricos. Por ejemplo, en la época medieval era poca la importancia que se le daba a la niñez como una fase separada dentro del ciclo vital y los niños eran más bien vistos como adultos en miniatura; en épocas posteriores, la imagen del niño, influida por el pensamiento religioso, estaba relacionada con la de una criatura de Dios que por su fragilidad necesitaba ser protegida, pero también reformada y civilizada (Beck, 1999). La evolución de las ideas sobre la niñez llevó también a muchos pensadores e investigadores a hacer sus propios aportes en este tema; Bradley (1989) destaca dentro de este grupo a figuras tan importantes como Darwin, Watson, Skinner, Freud, Chomsky y Piaget. Desde comienzos del siglo pasado el mundo comienza por fin a reconocer social, cultural, económica y políticamente la importancia de la infancia. Este interés desemboca en la aprobación unánime de la Convención sobre los Derechos del Niño por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año de 1989. Esta Convención “es el primer tratado internacional de derechos humanos que combina en un instrumento único una serie de normas universales relativas a la infancia, y el primero en considerar los derechos de la niñez como una exigencia con fuerza jurídica obligatoria” (Unicef, 2005a, p. 3). A pesar de que Colombia es uno de los países que ha ratificado la Convención, las características
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de la realidad colombiana hacen que esta temática sea de especial importancia en un país en donde se violan hasta los derechos más fundamentales, en donde los conflictos armados del pueblo contra el pueblo desangran la nación día a día y en donde las condiciones de vida de la población son muy heterogéneas. Tales circunstancias acentúan condiciones de exclusión y marginalidad que hacen que la infancia como grupo poblacional sea especialmente vulnerable. Por esta razón, la niñez y la forma en que se puede estar viendo comprometido su desarrollo se han convertido en preocupaciones de las instituciones sociales de carácter tanto público como privado. En este sentido, las políticas públicas como directrices del accionar colectivo se convierten en una herramienta de gran importancia en el abordaje de un tema de carácter público tan relevante como lo es la infancia y su desarrollo integral. “La atención integral a la infancia no puede ser una preocupación marginal de la sociedad, sino que debe constituirse en una de las áreas fundamentales de la Política Social de cualquier nación” (Amar y Alcalá, 2001, p. 23). El objetivo de este estudio es hacer una revisión teórica y empírica sobre las políticas públicas para la infancia a nivel mundial y nacional que permita identificar el papel de la psicología en la formulación, implementación y evaluación de las mismas en Colombia. Situación de los niños y niñas en Colombia y el mundo El mundo entero viene volteando sus ojos desde hace ya varias décadas hacia la niñez. Así, la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 1948) desde la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos ha proclamado que la niñez tiene derecho a asistencia y cuidados especiales. Posteriormente, la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de la ONU en noviembre de 1989, y ratificada desde entonces por
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casi todas las naciones de todo el mundo, establece que niño es todo ser humano menor de dieciocho años y propone una serie de principios que llevan a que los niños se consideren no como propiedad de sus padres, ni como beneficiarios indefensos de una obra de caridad, sino como seres humanos titulares de sus propios derechos. Trascendiendo a esta definición de niño, la niñez significa mucho más que el tiempo transcurrido entre el nacimiento y la edad adulta. La infancia, se refiere más bien, “al estado y a la condición de la vida de un niño: a la calidad de esos años” (Unicef, 2005a, p. 3). A pesar de este creciente interés, el diagnóstico de la situación de la niñez en el mundo aún sigue siendo preocupante, muchos niños y niñas están creciendo sin los cuidados en salud (inscripción en el sistema de seguridad social, vacunación contra enfermedades inmunoprevenibles), la nutrición básica (la leche materna se ajusta a todas las necesidades nutricionales de los niños menores de un año), la estimulación (el juego le posibilita al niño entrar en contacto con diversos tipos de estímulos) y la interacción (las relaciones de apego que se desarrollan con padres o hermanos) necesarias para desarrollarse de manera integral (Unicef, 2005a). En todos los países del mundo existe un desbalance masivo entre ricos y pobres, debido a lo cual la situación de niños, niñas y jóvenes es aún precaria. Cada aspecto de la vida de los niños se ve afectado por diferentes tendencias económicas y políticas internacionales tales como la transición en los hogares del mundo de familias extensas a familias nucleares, el incremento del trabajo pesado para las niñas y las mujeres, la globalización, los conflictos armados o el VIH/SIDA (Arnold, 2004). Unicef (2005a), al presentar el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia, resalta la preocupación frente al hecho de que en varias regiones del mundo, los avances logrados en el cumplimiento de los derechos de la niñez parecen estar entrando en retroceso debido a tres amenazas fundamentales: la pobreza, los conflictos armados y el VIH/SIDA;
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dentro de las razones por las cuales se presenta esto aparecen problemas en el bajo cubrimiento y calidad de los servicios, la mala asignación de los recursos para inversión social, la debilidad de las instituciones, la corrupción y tráfico de drogas, la impunidad y la violencia. Se estima que en el año 2003 habían en el mundo más de 6.286 millones de personas en el mundo, de las cuales 2.183 millones eran menores de 18 años y 618 millones menores de 5 años; ese mismo año nacieron cerca de 133 millones de niños en todo el mundo que para ese momento tenían una esperanza de vida de 63 años; el 48 % de la población del mundo vive en zonas urbanas; así mismo, el 21 % de los habitantes del planeta viven bajo la línea de pobreza, es decir, viven con menos de un dólar diario (Unicef, 2005a). En cuanto a la particularidad colombiana se debe decir que éste es un país en desarrollo que al año 2003 contaba con una población de 44.222.000 de habitantes (el 0,07% de la población mundial); de ese total, 16,5 millones de personas eran menores de dieciocho años y 4,7 millones menores de cinco años; durante la última década la población colombiana ha crecido en promedio un 1,5% al año y se concentra en un 77% en zonas urbanas (Organización Mundial de la Salud, OMS, 2005). Cerca del 8% de la población colombiana vive bajo la línea de pobreza, lo cual ubica al país apenas dos puntos por debajo del promedio de la región de América Latina y el Caribe (Unicef, 2005a). La pobreza es el factor de riesgo que se asocia en mayor medida con diferentes problemas en el desarrollo de niños y niñas debido a las consecuencias que se derivan de ella (Amar y Alcalá, 2001). La pobreza es el impedimento fundamental para que millones de niños en todo el mundo no puedan disfrutar de su infancia. La mortalidad, la morbilidad, el hambre, el analfabetismo, la falta de hogar y la falta de poder son solo algunos de los diferentes aspectos que están relacionados directamente con la pobreza. Unicef (2005a) sostiene que en los
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países en desarrollo niños y niñas sufren privaciones graves en siete esferas: nutrición adecuada, agua potable, instalaciones sanitarias decentes, salud, vivienda, educación e información; así mismo, mil millones de menores padecen de privaciones graves en al menos uno de estos aspectos. Un aspecto patogénico especial de la pobreza infantil es la exposición a la acumulación de múltiples riesgos ambientales. Las complejas características de su ambiente hacen a los niños pobres especialmente vulnerables. Evans (2004) describe que comparados con niños aventajados económicamente, los niños pobres están más expuestos, por ejemplo, a la violencia, y/o a ser separados de sus familias. Igualmente, menciona que estos niños experimentan menos soporte social y que sus padres y madres suelen ser menos responsables, más autoritarios y se involucran menos en las actividades de la escuela de sus hijos. Los niños de bajos ingresos leen menos, ven más televisión y tienen menos probabilidades de acceso a un computador. El mismo autor menciona que el aire y el agua que niños y niñas pobres consumen están más contaminados, que sus casas presentan hacinamiento, son más ruidosas, son de menor calidad y están ubicadas en vecindarios que son más peligrosos, tienen servicios públicos deficientes y sufren un mayor deterioro físico. Ciertas condiciones como vivir en ambientes con altos niveles de desempleo, crimen callejero, incivilidad, y decadencia física generalizada puede crear un sentido de peligro e incertidumbre, deteriorar los lazos sociales, y aumentar los conflictos familiares (Garbarino y Kostelny, 1992; Newacheck, 1994; Taylor y Shumaker, 1990; Zill, 1996). Estas condiciones afectan de manera determinante el desarrollo de niños y niñas; son por ejemplo, las causantes de las elevadas tasas de morbilidad y mortalidad en la infancia, incluso en mujeres gestantes. Así, en el año 2003 por cada 100.000 nacidos vivos en Colombia, murieron 130 madres, se sabe igualmente que en el país apenas se registra el 42 % de estas muertes (OMS, 2005). En su ma-
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yoría, estas muertes podrían evitarse con manejo preventivo mediante cuidados básicos prenatales y oportuna atención del parto. De cada 1.000 niños que nacieron vivos en el año 2003, 21 tenían la probabilidad de morir antes de los cinco años de edad y 14 antes de sus primeros veintiocho días de nacidos (OMS, 2005). De otro lado, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, s.f.) registró que en el año 2003 ocurrieron 4.710 casos de muerte perinatal; 5.763 casos de muertes de niños entre uno y doce meses; y, 1.449 casos entre dos y cuatro años. Las causas de mortalidad materna e infantil, que incluyen diferentes tipos de enfermedades así como algunos eventos de causa externa, se presentan en la mayoría de regiones en donde las condiciones de higiene son insuficientes (OMS, 2005). Situaciones como éstas empeoran si se tiene en cuenta que anualmente en Colombia dejan de registrarse más de 150.000 bebes (Unicef, 2002) que corren el riesgo de ser excluidos del acceso a servicios esenciales de salud, como el de vacunación contra enfermedades inmunoprevenibles, o de educación. Muchos niños y niñas alrededor del mundo son afectados por enfermedades de tipo infeccioso que pueden ser evitadas con una oportuna inmunización. Los programas de inmunización buscan proteger a los niños al menos contra un grupo básico de estas enfermedades. Según Amar y Alcalá (1999), con unos 20 dólares por niño se le podría dar protección de por vida contra polio, difteria, tos ferina, sarampión, y tétano, así como contra hepatitis B, fiebre amarilla e influenza hemophilus tipo B (estas últimas, causas principales de neumonía y meningitis). Sin embargo, millones de niños y niñas en el mundo no están recibiendo inmunización básica. En Colombia las coberturas útiles de estas vacunas están en su mayoría por encima del 89%, lo cual repercute en una incidencia baja de las enfermedades inmunoprevenibles (Unicef, 2005a). Las enfermedades son muchas veces causa y consecuencia importantes de mala nutrición; una dieta
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pobre reduce la capacidad del sistema inmunológico del cuerpo, haciendo a los niños más vulnerables a las enfermedades, éstas a su vez reducen el apetito y limitan la capacidad del cuerpo para asimilar los nutrientes, afectando así su crecimiento y desarrollo (Beck, 1999). En Colombia, entre 2000 y 2002, el 9% de los neonatos presentaron bajo peso (menos de 2500 gramos); en 2000, de los niños menores de cinco años el 7 % tenía bajo peso para su edad y el 14% presentaba algún retraso en el desarrollo (OMS, 2005). Estos niños corren el riesgo de muerte y de enfermedad así como de graves alteraciones en su desarrollo físico, motor cognoscitivo y conductual, dentro de las cuales se pueden incluir trastornos neurológicos y conductuales, así como dificultades para el aprendizaje y el retraso mental (Amar y Alcalá, 2001) La calidad de vida de los niños en el período neonatal y en la primera infancia depende en gran medida del apoyo y cuidado que reciban por parte de sus padres y madres. Muchas familias, debido a sus condiciones de pobreza y bajo nivel educativo, tienen serias dificultades para brindarles a los menores la atención general requerida, incluyendo la adecuada preparación de alimentos o la vinculación al sistema educativo. En lo referente a la educación, se estima que, aunque esta cifra tienda a disminuir, en todo el mundo unos 115 millones de niños y niñas en edad escolar primaria se encontraban por fuera del sistema educativo en 2001 (Unicef, 2005b). La encuesta sobre caracterización de la población entre 5 y 17 años en Colombia realizada por el DANE y la Organización Internacional del Trabajo, OIT (2001) encontró que en Colombia 1.502.000 niños no asistían a la escuela en el momento de la encuesta, esto debido a diferentes razones mediadas por desigualdades geográficas, sociales y étnicas, así mismo, que el 10,8% de los niños que asistían a un establecimiento educativo ejecutaban algún trabajo, con lo que asumían un esfuerzo adicional que dificultaba su rendimiento en ambas actividades (DANE y OIT, 2001).
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Según el Ministerio de Educación Nacional (s. f.), al año 2002 había 9.994.404 alumnos matriculados, de los cuales el 78,12% estaban en 51.055 colegios oficiales y el otro 21,87% en 14.366 colegios no oficiales el 76,52% en zonas urbanas y el restante 23,47% en zonas rurales. La cobertura y asistencia escolar en Colombia son muy significativas especialmente en primaria, pero en el nivel preescolar y en secundaria, todavía se está lejos de llegar a que todos los niños y jóvenes puedan asistir a la escuela. La educación es un derecho de todos, niños y niñas, ricos y pobres. La educación reduce la mortalidad en la infancia y en las madres, aumenta la productividad económica, mejora la salud y la nutrición y protege a niños y niñas contra los malos tratos, la explotación y el VIH/SIDA; también contribuye de la manera más significativa posible a la igualdad entre los géneros. La educación permite salvar y transformar vidas; protege por ejemplo, a los recién nacidos gracias a los conocimientos que sobre salud y nutrición tengan sus madres, o a los adolescentes que tienen la oportunidad de salir de la pobreza y a quienes protege contra el VIH/SIDA (Unicef, 2005b). Los adolescentes exploran el mundo que los rodea con una independencia cada vez mayor, lo que los hace enfrentar circunstancias particulares. Amenazas como la violencia, las drogas y el VIH/ SIDA pueden ser obstáculos graves para que un adolescente logre cumplir sus ambiciones y sueños. De esta manera, la actividad sexual de los adolescentes cada vez comienza a más temprana edad, lo cual implica que tengan más encuentros sexuales casuales, incrementando así las probabilidades de tener embarazos precoces, y de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), hechos éstos que truncan sus proyectos de vida (Profamilia, 2000). El número estimado de personas que en Colombia en 2003 vivían con VIH/SIDA era de 190.000, sobre un total de 23.447 casos registrados entre 1983 y 2001 en Colombia se habían identificado 51 adolescentes
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entre los 10-14 años viviendo con VIH/SIDA; 785 entre 15-9 años; 3.434 jóvenes entre 20-24 años y 4.985 entre 25-29 años. En Colombia se estima que por cada caso registrado en el sistema de vigilancia epidemiológica, existen 7 casos no registrados (Unicef, 2002; Unicef, 2005a). En 2003, 15 millones de menores de 18 años habían quedado huérfanos a causa del VIH/SIDA en todo el mundo y muchos millones más vivían en hogares con miembros de la familia enfermos y agonizantes. La epidemia afecta aspectos de las vidas de los niños como su bienestar emocional, su seguridad física, su desarrollo mental y su salud en general. Los niños, y especialmente las niñas, se ven a menudo obligados a abandonar la escuela para trabajar, ocuparse de sus padres, cuidar a sus hermanos y hermanas y tratar de conseguir alimentos; así mismo, corren un mayor peligro de sufrir desnutrición y ser víctimas de la violencia, el trabajo infantil, la discriminación y otros abusos. Más de la mitad de los huérfanos de África subsahariana, Asia y América Latina y el Caribe son adolescentes. Los niños y niñas de este grupo de edad son más vulnerables a la infección por VIH, especialmente debido a que sus dificultades psicosociales y económicas pueden desencadenar un comportamiento sexual arriesgado y el abuso de sustancias (Unicef, 2005a). En relación con el consumo de sustancias psicoactivas, la OMS (2005) estima que en Colombia el 30% de los hombres y el 29% de las mujeres adolescentes entre 13 y 15 años consumen tabaco, estos porcentajes están por encima del promedio de la región de las Américas que son de 24% para los hombres y 20% para las mujeres, así mismo, calcula que el consumo per cápita de alcohol en mayores de 15 años es de 5,9 litros de etanol por persona; para las Américas es de 6,5 litros por persona. Preocupa además el hecho de que la edad de inicio de consumo de diferentes sustancias psicoactivas es cada vez menor, para el alcohol la edad promedio de inicio de consumo en las principales ciudades del país era
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en 1999 de 12,9 años, para el cigarrillo de 13,7 años, para la marihuana, 14,8 años, para la cocaína, 14,8 años, y para otras sustancias como el basuco, los inhalables, las anfetaminas, el éxtasis, o la heroína, el promedio oscilaba entre los 13,6 y los 15,3 años de edad (Programa Presidencial Rumbos, 1999). En Colombia situaciones relacionadas con la violencia y el conflicto que afectan directamente a niños, niñas y jóvenes se recrudecen cada día en Colombia. No solo por las circunstancias del conflicto armado, sino también por los hechos de maltrato y abuso que se observan en las calles y en los hogares, y que compromete la vida misma de muchos niños y niñas colombianos. Colombia es considerado por la comunidad internacional como uno de los países más violentos del mundo, sin embargo, viene mostrando una reducción general en las tasas de muertes violentas; de 2003 a 2004 las muertes violentas bajaron un 10,5% (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, INMLCF, 2005). En 2004, se registraron más de 27.000 muertes violentas en el país, dentro de las cuales, aparecen 17.566 homicidios, 1.701 suicidios y 5.271 muertes por accidentes de tránsito. Del total de éstas muertes, 2.655 casos (9,57%) eran menores de 18 años, 501 víctimas estaban entre 0 y 4 años, 320 entre 5 y 9 años, 520 entre 10 y 14 años, y 1314 entre 15 y 17 años. De otro lado, las lesiones no fatales de causa externa también mostraron una reducción (-3,2%) de manera general entre 2003 y 2004, aunque resulta preocupante el aumento en los delitos sexuales y las lesiones accidentales; los casos de violencia intrafamiliar se mantuvieron estables. De los casi 190000 casos de lesiones no fatales, 31.417 (16,59%) víctimas eran menores de edad, 5.294 entre 0 y 4 años, 9.400 entre 5 y 9 años, 13634 entre 10 y 14 años, y 13.089 entre 15 y 17 años (INMLCF, 2005). Vale la pena detenerse a detallar las situaciones de violencia intrafamiliar, en las que durante el año 2004 se registraron 59.770 casos en toda Colombia, de los cuales 9847 (16%) fueron de maltrato
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a menores, 36.901 (62%) de maltrato a la pareja, y 13.022 (22%) de maltrato entre otros familiares (INMLCF, 2005). En cuanto a las consecuencias que puede traer este tipo de violencia, se ha encontrado, por ejemplo, que en la familia el castigo corporal por parte de los padres está asociado con mayores niveles de obediencia inmediata y agresión, y niveles más bajos de internalización moral y salud mental de los niños (Gershoff, 2002). De otro lado, otra forma de violencia contra los niños, que es tal vez sobre la que menos se sabe, es el abuso sexual. El abuso sexual puede ocurrir en cualquier familia pero los riesgos aumentan cuando la madre está enferma o ausente, cuando hay hacinamiento y falta de lugares privados, o cuando uno o ambos padres están desempleados o consumen sustancias psicoactivas. Los niños pueden ser objeto de abuso sexual por parte de miembros de su familia nuclear o ampliada, y por amigos de la familia, vecinos, maestros, empleadores, cuidadores y compañeros de escuela. Pueden ser víctimas tanto las niñas como los niños varones (Unicef, 2003a). En el año 2004 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia realizó un total de 17.912 reconocimientos medico legales en relación con delitos sexuales, presentándose un incremento del 25,8% con respecto al año anterior; resulta preocupante el hecho de que el 83,3% de las víctimas fueron menores de edad (INMLCF, 2005). Estas circunstancias de maltrato y abuso pueden hacer que los niños huyan de sus hogares y se conviertan en habitantes de la calle. Según estimaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, (ICBF, s.f, citado por Unicef, 2002), en Colombia hay cerca de 30.000 niños que pasan en la calle la gran mayoría de su tiempo, la mayoría abandonan la casa entre los 8 y 9 años de edad. Otro aspecto preocupante es el relacionado con el trabajo y la explotación infantil. Según el DANE y la OIT (2001), en Colombia trabajaban, hablando en un sentido amplio, 2.261.000 niños y niñas. Dentro de esta cifra se encontraban 1.568.000 menores que
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ejercían una ocupación, no necesariamente remunerada (más de la mitad no recibían remuneración alguna), dentro de la cadena de producción de bienes y servicios del mercado (la cifra estimada en todo el mundo por la OIT, en el año 2002, es de 352 millones de niños), el resto son niños y niñas que se dedicaban a labores dentro del hogar, que al ser tareas que se encuentran por fuera del mercado suelen no ser tenidas en cuenta. Para diferentes rangos de edades, esta encuesta muestra que entre los cinco y nueve años de edad 1 de cada 20 niños trabajaba; entre los diez y los catorce años 1 de cada 6 lo hacía y entre los quince y los diecisiete años 1 de cada 3. En lo referente a la situación de los niños que son explotados sexualmente en el muy lucrativo negocio de la prostitución y la pornografía, si bien no existen estadísticas confiables al respecto, se puede estimar que aproximadamente 35 mil niños y niñas menores de dieciocho años son explotados sexualmente en Colombia. La delincuencia organizada, la pobreza y desintegración social, la codicia, las tradiciones y creencias, y el creciente tráfico de drogas son fuerzas que perpetúan el abuso sexual y la explotación de niños y niñas. Se ha detectado en la última década un aumento del número de niños y niñas inducidos a la prostitución y una creciente iniciación a edades más tempranas, inclusive antes de los diez años. En su gran mayoría estos niños y niñas han sido víctimas de violencia en el hogar, de abandono, de abuso sexual o de expulsión del sector educativo (Unicef, 2002). Por otra parte, en relación con la situación de conflicto en Colombia, el Ministerio de Defensa Nacional (s. f.) dice que es muy difícil conocer el número exacto de niños combatientes en el conflicto, debido en parte, a que los grupos al margen de la ley no reconocen estar utilizando menores como soldados. Sin embargo, el mismo ministerio dice que Human Rigths Watch estima que los niños que combaten en el conflicto armado colombiano son más de once mil. Otras fuentes indican que la cifra de niños y niñas vinculados a los grupos armados
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irregulares puede estar entre 6.000 y 7.000, en su mayoría entre los 15 y 17 años de edad. La guerrilla de las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC es la organización que más niños mantienen en su poder, seguida por el Ejercito de Liberación Nacional, ELN y las Autodefensas. Estos grupos reclutan niños desde los siete años de edad (Unicef, 2002). Los niños y niñas que hacen parte de estos grupos participan en acciones de combate como soldados de primera línea, así como en otras tareas no menos peligrosas, como la instalación de minas, servicios de correo como estafetas o mensajeros, delación, espionaje, compras de provisiones, carga de pertrechos y en tareas de logística, como la preparación de alimentos (Grajales, 1999). Además de estar involucrados en acciones bélicas, los niños colombianos también son víctimas del desplazamiento forzado a causa del conflicto. En términos generales el desplazamiento forzado está asociado a masacres, amenazas y otras prácticas de violencia que se derivan del tratamiento de la población como objetivo militar. En la actualidad la Red de Solidaridad Social tiene en el Sistema Único de Registro 1.205.514 de personas, de las cuales cerca del 50% son mujeres y el 42% niños (Ministerio de Defensa Nacional, s.f.). Según la Consultoría en Derechos Humanos y Desplazamiento, CODHES (2000), en los últimos 15 años, se han desplazado, como consecuencia del conflicto armado cerca de 1.100.000 niños y niñas y un total de casi 2.100.000 personas. Además de ésto, las características del conflicto armado incluyen también circunstancias relacionadas con las llamadas minas antipersona, artefactos de destrucción indiscriminada, pequeños y livianos, que matan o mutilan a un niño que juega en los campos colombianos con la misma facilidad que lo hacen con un soldado que realiza un patrullaje. Colombia es el único país del continente Americano donde se siguen sembrando minas. Entre el 1 de enero de 1990 y el 17 de febrero de 2004 se identificaron 4.221 eventos relacionados con
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minas o con municiones sin explotar (MUSE), en ese mismo período se registraron 2.585 víctimas de las cuales el 36,32% fueron civiles, 318 eran niños (33,6% de las víctimas civiles) (Ministerio de Defensa Nacional, s. f.). De otro lado, y al margen de estas circunstancias, es necesario también prestar atención a la situación de los niños con limitaciones especiales, la información que se tienen a nivel local es insuficiente a cerca de las causas y las consecuencias de las mismas, y la cobertura y calidad de la atención que se les ofrece. A pesar de ésto, se estima que el 12% de los colombianos y las colombianas presentan algún tipo de limitación especial de carácter cognitivo, sensorial o motor; y que el 50% de estas personas son menores de 18 años (Unicef, 2002). Cada uno de los aspectos relacionados con la situación de la infancia que se han mencionados, son por sí solos preocupantes. De la misma manera, muestran que Colombia es un país en el que las condiciones de vida de su población son muy heterogéneas. El contraste de circunstancias como la pobreza, la marginación o el consumo de sustancias psicoactivas así como los fenómenos asociados a la violencia vuelve la situación aún más compleja. Además, se puede observar que los niños y las niñas, así como las mujeres, debido a su condición de debilidad y vulnerabilidad, son quienes están más expuestos a las devastadoras consecuencias de estas circunstancias. Aunque estos efectos, ciertamente, pueden depender de factores de la historia individual de cada persona como sus condiciones de riesgo, sus capacidades cognoscitivas, sus relaciones con otros, sus sistemas de soporte social y su personalidad en general, estas situaciones comprometen la vida, el desarrollo y la salud física y mental de los niños y niñas del país. Políticas públicas para la infancia en Colombia La situación de la niñez en Colombia ya esbozada, por el hecho de afectar a todos y cada uno de los
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ciudadanos, requiere respuestas y acciones por parte de la sociedad para enfrentar estas situaciones e intentar solucionarlas. Las políticas públicas son una forma de respuesta por parte del Estado a tales circunstancias. Así mismo, Aguilar (1993), explica que en la ciencia política tradicional ha existido cierto descuido y olvido en cuanto a prestar atención al proceso de gobierno, y más específicamente, a los procesos de decisión y puesta en práctica de las políticas; se prestaba una mayor atención a la estructura, formación y funcionamiento del sistema político, al conflicto y cambio social y a los procesos de producción de consenso. Así mismo, desde la perspectiva de la administración se tenía una visión dicotómica en la que los políticos decidían y los administradores ejecutaban, siendo la decisión (gubernamental) de la política “el punto ciego de la administración pública…” (Aguilar, 1993, p. 17). Las políticas públicas no son objeto de estudio de una disciplina en particular, sino un tema que está íntimamente asociado con la teoría del Estado, con la ciencia política y con la teoría administrativa (Salazar, 1999). La psicología social aplicada puede hacer también sus aportes al estudio de las políticas públicas, aunque como dicen Rodríguez y Ardid (1996), la visión de unos psicólogos sociales que observan el comportamiento humano en las organizaciones públicas y privadas puede ser limitado. Se puede decir entonces que es un tema de interés multidisciplinar en el que la ciencia política, la ciencia administrativa, la psicología social y de las organizaciones, la economía, el derecho y la sociología desde diferentes enfoques aportan para la comprensión del fenómeno. Definición de políticas públicas Es difícil encontrar unanimidad en la literatura con respecto a una definición de políticas públicas, sin embargo, de manera general se puede decir que son un grupo de respuestas sucesivas del Estado para
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enfrentar situaciones que se consideran socialmente problemáticas o relevantes (Salazar, 1999). Las políticas públicas son, en este sentido, una potestad de los Estados para desarrollar acciones de carácter económico, político, social y cultural. Igualmente, Aguilar (1993), al establecer una noción descriptiva de política, identifica cuatro componentes comunes a diferentes definiciones de política pública que se encuentran en los diccionarios de ciencia política: 1. Un componente institucional en el sentido que las políticas son formuladas, vinculando a una colectividad, por una autoridad formal legalmente constituida; 2. las políticas son secuencias de decisiones en las que se escogen fines y/o medios de corto o largo alcance, en una situación particular y como respuesta a necesidades identificadas (componente decisorio); 3. las políticas son más que decisiones singulares e implican un curso de acción, lo que configura su componente comportamental; y 4. las políticas tienen un componente causal en la medida en que son los productos de acciones que producen efectos en el sistema social y político. Un elemento adicional que menciona Salazar (1999), tiene que ver con la predicción, en el sentido en el que es necesario tener un futuro deseado como referente para la toma de decisiones. Las políticas públicas podrían ser entonces programas de acciones que reflejan procesos de toma de decisiones, y a través de los cuales el Estado busca modificar comportamientos que impacten en situaciones socialmente relevantes, lo cual ocurre en dimensiones espacio–temporales específicas. Salazar (1999) sostiene que las políticas públicas varían de un momento a otro y en diferentes lugares debido a que las condiciones temporales y espaciales implican comportamientos económicos, políticos y culturales diferentes. Una política es de esta manera un curso de acción deliberadamente diseñado y efectivamente seguido que involucra un complejo conjunto de decisores
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y operadores que se pone en marcha, organiza y gestiona en el seno de las instituciones de la administración pública (Aguilar, 1993). Rodríguez y Ardid (1996), reconocen que la administración pública es más que un complejo entramado de organizaciones y que éstas, son entidades empujadas por actores políticos y creadas para conseguir fines políticos y para responder a las demandas de individuos, grupos y organizaciones que se encuentran en su entorno, el cual determina la dinámica con la que se producen las políticas públicas. El diseño y desarrollo de las políticas públicas no se da en un espacio jurídico o administrativo neutro y tranquilo sino que es más bien una “arena política en la que convergen, luchan y conciertan las fuerzas políticas” (Aguilar, 1993, p. 31). El policymaking, que literalmente significa “haciendo políticas”, se da en una dinámica de relaciones dialógicas, algunas veces tensas y conflictivas, entre diferentes actores. Salazar (1999), identifica dos tipos de actores en las políticas públicas, por un lado los actores de tipo político, que son fundamentalmente los partidos y movimientos, y por otro, los actores de tipo social que son organizaciones o movimientos sociales que presionan al Estado a través de diversas estrategias para que considere un determinado problema como político y responda en términos de políticas públicas. Así, en el proceso de elaboración, implementación y evaluación de las políticas públicas intervienen por ejemplo los legisladores, el poder judicial, los partidos políticos, el ejecutivo, los consultores y asesores del gobierno, los militares, los funcionarios públicos de nivel operativo, los grupos de presión, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación. Los problemas a los que responden las políticas públicas pueden ser atendidos de varias maneras y con diferentes instrumentos: gasto público, reglamentos o revoluciones que rehagan el orden social. Esta variabilidad de las políticas públicas tiene una lógica que hace referencia a las fuerzas políticas que se enfrentan o se unen en torno a cuestiones
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específicas. En la elaboración de cada política pública existe una contienda entre las diferentes fuerzas sociales (Aguilar, 1993). Existen entonces diferentes tipos de políticas públicas, Lowy (1964, 1972, citado por Aguilar, 1993 y Salazar, 1999), clasifica las políticas públicas según los impactos de costos y beneficios que los grupos de interés esperan de una política determinada, así mismo tiene en cuenta como criterio de clasificación el grado (débil o fuerte) y el nivel de aplicación (individual o colectivo) de coacción o coerción que el gobierno podría emplear en el tratamiento de las cuestiones. Los tipos de políticas públicas serían entonces políticas distributivas, políticas regulatorias o reglamentarias, políticas redistributivas y políticas constituyentes o de infraestructura. Esta clasificación tiene como enunciado de base el hecho de que las políticas públicas determinan la política (el ejercicio político) en el sentido de que las relaciones de poder, el liderazgo y las autoridades decisorias son definidos por la naturaleza de las disputas y por lo tanto por el tipo de respuesta que se pueda preveer por parte del gobierno. Esto es, la política real en tanto que es una lucha por el poder se expresa en el policymaking o proceso de construcción de las políticas públicas (Aguilar, 1993). Con lo anterior, se puede decir que la relación entre lo político (politics) y las políticas (policy) es recíproca, si bien las políticas públicas son la expresión del ejercicio político, también están determinadas por él y por las teorías que lo sustentan. Lo político está relacionado con la concepción misma de Estado entendido como el conjunto de instituciones políticas, jurídicas y administrativas que tienen jurisdicción sobre la población de un territorio limitado por fronteras. Amar y Alcalá (1999), dicen, por ejemplo, que las políticas sociales que se han desarrollado en el mundo occidental durante las últimas cinco décadas, han estado basadas fundamentalmente en dos formas de concebir el Estado: la concepción del Estado de Bienestar y la concepción neoliberal.
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Lo hasta ahora dicho, permite delinear el proceso a través del cual se desarrollan las políticas públicas. Salazar (1999) habla del ciclo de vida de las políticas públicas, de un proceso integral que está conformado en su orden por: 1. El origen, creación, gestación o formación, que sucede cuando un problema pasa a ser considerado prioritario por el Estado; 2. la formulación, en la que el Estado ensaya distintas alternativas, es presionado, negocia con los diferentes actores, y finalmente toma una decisión; 3. la puesta en marcha o implementación en donde se hace una desagregación de la decisión en términos de medidas concretas y su ejecución por parte de la administración pública; 4. la evaluación, que constata en qué medida la acción propuesta ha producido determinados tipos de efectos; 5. el análisis, que está orientado a la búsqueda de la mejor política pública en términos de eficiencia y equidad; y 6. la reformulación o reestructuración. Redondeando, las políticas públicas en cuanto acciones o no acciones del Estado son respuestas a problemas socialmente relevantes. Según Aguilar (1993), la respuesta al problema al que se esté apuntando es directamente proporcional a la profundidad y complejidad de este. El mismo autor sostiene que dada la alta probabilidad de cometer errores en la toma de decisiones, la capacidad gubernamental para decidir debe ser lo más elevada posible pues sus acciones afectan de manera contundente la vida de las personas, y para esto, quienes toman decisiones políticas deben tener un amplio conocimiento; “la complejidad, escala, variabilidad e interdependencia de los asuntos públicos requiere cada vez más información confiable, conocimiento especializado, cálculos precisos de costos y consecuencias para decisiones que se adoptan casi siempre en condiciones de riesgo y escasez” (Aguilar, 1993, p. 20). Lo anterior lleva a pensar que la complejidad de la realidad de la niñez colombiana como un problema
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socialmente relevante requiere la optimización de todos los recursos con que pueda contar la sociedad para hacer frente a esa situación. Inventario de las políticas públicas para la infancia en Colombia Luego de identificar los principales problemas de los niños en Colombia y de definir las políticas públicas como las acciones del Estado en respuesta a estas problemáticas, se presenta ahora un compendio de las políticas que están orientadas a atender a la niñez colombiana. Para comenzar vale la pena aclarar la naturaleza de la responsabilidad del Estado colombiano en relación con la vigencia de los derechos humanos y la protección de la vida, la dignidad y la seguridad de las personas y en particular de niños, niñas y adolescentes. Colombia es un Estado Social de Derecho organizado como una República unitaria fundada en la dignidad humana. Es una república democrática, pluralista y participativa. Estas características configuran el cuerpo institucional de la nación y la naturaleza de las relaciones entre sus componentes. La Constitución obliga al Estado Social de Derecho a garantizar a todos y cada uno de los habitantes del territorio nacional el ejercicio de sus derechos, así como la prestación eficiente de servicios públicos (Constitución Política de Colombia, 1991). La función especial del Estado es hacer que se cumplan los principios que lleven a proteger la vida, honra y bienes de todas las personas residentes en Colombia, a proteger, respetar y hacer respetar sus derechos. Estas funciones tienen especial relevancia cuando se trata de los niños residentes en Colombia, en el sentido en que el Estado está en la obligación de proteger los derechos de niños y niñas y de hacerlos valer como derechos que prevalecen sobre los derechos de los demás. El principio constitucional de que los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás es el principio “que hace posible el desarrollo
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de su personalidad, que atiende a las necesidades del niño o de la niña en cuanto infantes y permite crear las condiciones necesarias para que puedan cumplir su proceso evolutivo y se hagan adultos cumpliendo sus expectativas como niños, como adolescentes y como jóvenes adultos” (Galvis, 1996, p. 62). De otro lado, existe una relación entre el Orden Jurídico Nacional y el Sistema Jurídico Internacional de los Derechos Humanos. Las relaciones internacionales multilaterales que mantienen los Estados han conducido al establecimiento de instituciones, organismos y órdenes jurídicas creados por ellos y aceptados como normas que tienen consecuencias jurídicas en el orden interno. Es en el seno de estas instituciones que se desarrollan las relaciones entre los Estados y una de sus tareas es la creación de un orden jurídico en materia de derechos humanos que se expresa en convenios, pactos y protocolos que consagran los derechos, las obligaciones que adquieren los Estados para garantizar la vigencia de los derechos en el orden interno y establece mecanismos para vigilar el cumplimiento de esas obligaciones. Así, en el plano de las relaciones internacionales, existen numerosos acuerdos en torno al tema de la niñez en los que Colombia ha participado, y los cuales se han adoptado al interior del Estado. Con éstos, el mundo ha reconocido la importancia de la infancia, ya desde la primera mitad del siglo pasado cuando, en 1924, la entonces Sociedad de Naciones aprueba la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño (Unicef, 2005a). Sin embargo, el cambio del estatuto personal de los niños, desde el punto de vista jurídico, no se da sino hasta la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948; con ésta se estableció una titularidad universal, lo cual quiere decir que todos los seres humanos son titulares de sus derechos, sin distinción alguna por razones de edad, sexo, etnia,
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credo religioso, condición social o económica, opciones políticas, idioma o nacionalidad. La Convención sobre los Derechos de los niños y niñas, aprobada y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la resolución de la Asamblea General 44/25 del 20 de noviembre de 1989, es un tratado internacional que reconoce sus derechos en 54 artículos esenciales y establece para los Estados partes la obligación de garantizar a todos los niños y niñas el beneficio de medidas especiales de protección y asistencia, de acceso a la educación y atención médica, a las condiciones para desarrollar plenamente sus capacidades, a un ambiente propicio para crecer sanamente y la información sobre la manera en que pueden alcanzar sus derechos y ser parte del proceso en una forma participativa, todo esto, sin ningún tipo de discriminación. Las normas que aparecen en la Convención sobre los Derechos de los Niños y las Niñas fueron negociadas durante un periodo de diez años por los gobiernos parte de la convención, organizaciones no gubernamentales, entidades promotoras de derechos humanos, abogados, especialistas de la salud, trabajadores sociales, educadores, expertos en el desarrollo de los niños y líderes religiosos de todo mundo (Unicef, 2005c). La Convención establece en primera instancia que niño o niña es todo ser humano menor de 18 años (artículo 1) y que los Estados que la ratifiquen tienen la obligación de hacer respetar sus derechos orientados por unos principios fundamentales referidos a que todos los niños y niñas en cualquier situación, todo el tiempo y en cualquier parte tienen el mismo derecho a desarrollar su potencial (no discriminación); a que el mejor interés del niño debe ser una consideración primaria en todas la acciones y decisiones concernientes a él o ella, y debe ser usado para resolver confusiones entre diferentes derechos; a que se debe subrayar la importancia vital de asegurar el acceso a los servicios básicos y a oportunidades equitativas para que los niños logren su desarrollo integral (derecho a la supervivencia y el desarrollo); y a que el punto de vista de
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los niños debe ser tenido en cuenta y respetado en todas las materias que conciernan a sus derechos (la visión del niño). La Convención es el referente más significativo en cuanto a la consolidación de los derechos de la niñez y a la redefinición de la infancia como un espacio separado de la edad adulta, y se ha convertido de esta manera en orientadora de las políticas públicas para la infancia en todo el mundo. Desde su aprobación ha sido ratificada por todos los países del mundo excepto dos: Somalia, debido a su inestabilidad política, y Estados Unidos, debido a que la complejidad de su sistema político lleva a que este tipo de acuerdos se analicen exhaustivamente antes de ser firmados. El Congreso de la República de Colombia la ratificó por medio de la ley número 12 de 1991, y la Asamblea Nacional Constituyente al reformar la carta magna incluyó los principios de la Convención en la Constitución. Se debe mencionar que, adicionalmente a la Convención, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en mayo de 2000 dos Protocolos Facultativos de la Convención de los Derechos del Niño: uno relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, y otro relativo a la participación de niños en los conflictos armados. El primero fue adoptado por Colombia a través de la ley 765 de 2002 y el segundo a través de la ley 833 de 2003; con respecto a esta última, el Congreso de la República de Colombia había ya decretado desde 1999 la Ley 548 que prohibe taxativamente la vinculación de los menores de 18 años en el servicio militar obligatorio. Como ya se ha dicho, la Convención sobre los Derechos del Niño se ha convertido en un instrumento orientador de las políticas públicas dirigidas a atender a los niños y niñas de todo el mundo. Con la Convención como guía, en Colombia se han implementado desde su promulgación numerosas acciones dirigidas a garantizar de manera integral los derechos de la niñez. Así, después de la ratificación de la Convención por parte del Congreso
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se han adelantado acciones como la consagración de los derechos Fundamentales de la niñez en la Constitución Política de 1991, la formulación y puesta en marcha del Plan de Atención en Favor de la Infancia (PAFI), el desarrollo del programa para la Erradicación paulatina del Trabajo Infantil y la Protección del Joven trabajador, la inclusión de la situación de la niñez en los Planes de Desarrollo de los gobiernos, la revisión, actualización y desarrollo del Código del Menor, la creación de programas como Rumbos y el Proyecto Enlace orientados a afrontar el problema del incremento en el consumo de sustancias psicoactivas en la población de niños, niñas y adolescentes, la reforma al ICBF como Organismo Rector del Sistema de Bienestar Familiar, el desarrollo del Plan Nacional de Alimentación y Nutrición, el diseño del Plan Nacional contra la violencia intrafamiliar, el fortalecimiento de la normatividad sobre prevención y control de la prostitución infantil y el abuso sexual, la promulgación de La ley de juventud, entre otras (Unicef, 2005c). La complejidad que afronta el país, evidenciada en la situación de la infancia que ya se esbozó, sólo puede ser abordada en forma práctica desde el marco del proceso de descentralización, en el cual las autoridades territoriales tienen la obligación constitucional de implementar políticas públicas que incidan significativamente sobre la calidad de vida de la infancia y la adolescencia. De esta manera, el proceso de descentralización que ha tenido lugar en Colombia abre una serie de posibilidades para la acción de los alcaldes y los gobernadores en favor de la niñez y la familia colombiana. Desde comienzos de la década pasada, la promoción de estrategias, servicios y acciones orientadas a garantizar y a restablecer los derechos de la infancia y la adolescencia, competen en mayor medida a las autoridades territoriales. En particular, la gestión en las áreas de la salud, la educación, la participación comunitaria, la protección especial, el saneamiento básico y la protección del medio ambiente, es
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una responsabilidad compartida entre esferas del gobierno nacional y local (Procuraduría General de la Nación y Unicef, 2005). La psicología en las políticas públicas para la infancia en Colombia La situación social y económica de Colombia, la violación a los derechos fundamentales y las circunstancias en que se encuentran los niños son razones suficientes para revisar las posturas disciplinares y profesionales, específicamente en el caso de la psicología, tendientes a construir un país democrático y tolerante de las diferencias, que no se limiten a la elaboración de diagnósticos, locales o regionales. Enfrentar la situación implica el compromiso de toda la sociedad y voluntad política, enmarcado ésto en los principios de una democracia participativa; por eso lograr que el saber y el saber hacer de la psicología (así como de otras disciplinas) trascienda el ámbito académico y sea una herramienta verdaderamente indispensable en la toma de decisiones políticas le puede dar sentido y orientación a esta labor. Si bien la niñez y su desarrollo han sido tema de interés para la psicología, no se ha establecido claramente cuál es el impacto de su labor en el proceso integral de las políticas públicas para la infancia. Para empezar a vislumbrar el rol de la psicología se puede decir que la mayoría de los trabajos en el campo del desarrollo infantil son realizados por psicólogos buscando investigar aspectos muy concretos del funcionamiento social y cognoscitivo de niños y niñas; esta labor es fundamentalmente de carácter teórico y empírico, y alcanza niveles de especialización cada vez mayores. En materia de desarrollo infantil existen entonces numerosos modelos teóricos que lo definen como fenómeno en función de un mejor entendimiento, y cuyo ya vasto conocimiento debería ser empleado, cada vez más, en la solución de los urgentes problemas de niños, niñas y adolescentes que ya se esbozaron.
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Cada uno de esos modelos se centra en aspectos diferentes del desarrollo; así, algunos enfatizan en el desarrollo social y emocional, otros en el desarrollo y los cambios de la cognición, y otros contemplan integralmente varios aspectos del funcionamiento de los niños. De la misma forma, cada uno de estos modelos tiene su propio punto de vista sobre la naturaleza del niño y de su desarrollo, esto es, los modelos teóricos toman posición frente a cómo se debería describir, cómo es el curso de ese desarrollo y qué factores lo determinan o influencian (Beck, 1999). Así mismo, Penn (2004), afirma que hoy por hoy ya no existen teorías generalizadoras sobre el desarrollo infantil; en lugar de esto, “existen muchas discusiones técnicas sobre aspectos insignificantes y periféricos relacionados con el comportamiento de los niños que no llegan a constituir un todo coherente y no representan ningún tipo de guía para los expertos que trabajan con niños” (p.15). Diferentes categorías como el desarrollo físico, mental, social, moral y espiritual de la infancia, no son ámbitos separados sino una manera de simplificar la comprensión de una totalidad compleja; estas distintas facetas del desarrollo de un niño están conectadas estrechamente y son interdependientes. El proceso de desarrollo de niños, niñas y adolescentes depende de realidades biológicas y culturales que configuran los requisitos básicos que en materia, por ejemplo, de salud, atención o bienestar deben tener en cuenta las autoridades a la hora de formular e implementar políticas públicas (Unicef, 2004). En este momento, los estudiosos del desarrollo infantil (los psicólogos entre ellos) saben mucho más que nunca sobre los contextos familiares, escolares y comunitarios que favorecen el desarrollo de niños y niñas físicamente sanos, cognoscitivamente competentes, y socialmente maduros (Beck, 1999). Si bien todos los niños comparten algunas realidades, relacionadas con la etapa biológica en que se encuentren, la infancia como concepto social no es una noción universal. Es necesario reconocer que
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la niñez es, en gran parte, una construcción social y cultural, y en esta medida las creencias sobre lo que deben ser los niños han variado en diferentes épocas de la historia y en distintas partes del mundo, y por lo tanto las formas en que son atendidas sus necesidades también cambian. La observación objetiva de las variaciones sociales, medioambientales o alimentarias permite, por ejemplo, reconocer si un niño está recibiendo el apoyo adecuado para su desarrollo (Unicef, 2004). El estudio del desarrollo infantil ofrece un enfoque único dirigido hacia los niños y puede ayudar a enmarcar algunas cuestiones clave sobre la infancia; sin embargo, también presenta algunas contradicciones, muchas veces haciendo demasiado énfasis en la universalidad y descuidando las particularidades de las culturas y las subculturas (Cole, 2004, citado por Penn, 2004). Este aspecto se ve también reflejado en las políticas públicas para la infancia. Por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño, como instrumento guía de toda política pública en materia de niñez, considera a la infancia bajo el prisma del desarrollo del niño. A pesar de su meta de universalidad, el proyecto de los derechos de la infancia se inicia desde una perspectiva del individuo que tiene mayores puntos en común con unos grupos que con otros. La posición privilegiada que la Convención confiere a los niños puede contrariar claramente los valores de las sociedades donde el derecho de la familia ampliada precede a los derechos del individuo, o donde la edad es la base para el respeto y la adquisición de derechos. Es importante reconocer que debido a estas variaciones entre una cultura y otra, e incluso dentro de una misma cultura, el desacuerdo sobre los derechos de la infancia es considerable. Algunas personas defienden que los niños deben tener los mismos derechos que los adultos, otros creen que carecen de la competencia necesaria para ejercer sus derechos, y que no tienen ninguna necesidad de disfrutarlos dado que están protegidos por sus progenitores. El debate sobre los derechos de la infancia
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plantea tanto el reconocimiento de la necesidad de protección de niños y niñas como el fomento de su potencial para que actúen en representación propia (Unicef, 2004). Entonces, en el caso de la Convención de los Derechos del Niño, si bien ésta contiene unos principios de carácter universal, la correcta interpretación y aplicación de esos principios a las circunstancias particulares de diversas comunidades optimiza el impacto de las políticas públicas. Esto es posible gracias a la tendencia mundial de los procesos de descentralización de los gobiernos, lo que significa que las autoridades locales están convirtiéndose sistemáticamente en los principales defensores del bienestar humano (Unicef, 2004). Colombia no es ajena a estos procesos, así, de manera general, la Nación es la encargada de definir políticas de desarrollo económico, social y financiero, recauda impuestos y realiza transferencias a las entidades territoriales para financiar servicios públicos como la salud y la educación. A su vez, los departamentos promocionan y coordinan el desarrollo regional, fomentan proyectos productivos, garantizan la prestación de servicios de salud y educación en sus territorios, así como la protección del medio ambiente, y brindan asesoría técnica, financiera y administrativa a los municipios. Finalmente, los municipios, planean el desarrollo local a corto y mediano plazo, prestan directamente o indirectamente (a través de terceros), el acceso a los servicios públicos y sociales de la población, determinan políticas financieras para la generación de recursos, optimizan el uso del suelo y de los recursos naturales, evalúan la gestión y promueven la participación comunitaria. En últimas, son entonces los municipios a quienes les corresponde prestar los servicios para garantizar la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes, como salud, educación, bienestar familiar, saneamiento básico y medio ambiente (Unicef, 2003b). Es en este marco del proceso de descentralización y el ejercicio de la ciudadanía donde los diferentes actores políticos
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intervienen en el proceso integral de las políticas públicas para la infancia Por otro lado, además de los intereses teóricos y empíricos en el desarrollo infantil, existen también preocupaciones políticas y económicas que llevan a la realización de estudios relativos a programas de intervención (en los que participan los profesionales en psicología), cuyos resultados pueden influir directamente las políticas públicas para la infancia. Penn (2004), pone como ejemplo el Perry High Scope Project que, realizado en los Estados Unidos, encontró que los niños que participaron en programas de educación temprana tienen mejor desempeño (en diferentes áreas) a largo plazo y tienen menores probabilidades de tener problemas durante la adolescencia. La misma autora, dice que los resultados de este tipo de estudios son utilizados por los economistas y por los creadores de políticas (policy makers) como una fuente de pruebas de inversión en educación precoz y cuidado infantil. En Colombia también se pueden encontrar ejemplos de este tipo de programas de intervención. Tal es el caso del proyecto “Costa Atlántica” de atención integral a la infancia, el cual a través del desarrollo de un modelo de aplicación y la evaluación de sus componentes técnicos, de su pertinencia y su impacto, busca influir en las políticas públicas dirigidas al bienestar de niños, familias y comunidades que viven en condiciones de pobreza en la región Caribe de Colombia (Amar y Alcalá, 2001). Este programa teniendo como premisas básicas de orientación la consolidación de una nueva cultura de la infancia, destacar al ser humano, la identificación del niño como un aprendiz automotivado, el reconocimiento de la realidad del niño, y el respeto por los derechos de los niños, e, igualmente, aprovechando recursos tanto estatales como de la propia comunidad ha logrado impactar en los indicadores de calidad de vida de muchos hogares colombianos. Programas como éstos, basados en el conocimiento científico y profesional de diferentes disciplinas, no sólo de la psicología, deben convencer a la sociedad
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que el bienestar de la gente, comenzando con el de los más jóvenes, es un tema que le concierne a todos, incluyendo al gobierno y a la sociedad civil. La intervención temprana está pensada para formar a los niños como mejores adultos que no supongan una carga para la sociedad y más bien aporten algo para mejorarla (Penn, 2004). Los costos que supone asegurar el cumplimiento de los derechos básicos de un niño son mínimos comparados con los costos en que incurre la sociedad cuando es incapaz de responder a esta obligación. Muchos de estos programas de intervención temprana son, en últimas, traducciones o desagregaciones de las decisiones que en materia de niñez toman las autoridades. En este sentido, si bien la implementación de las políticas públicas para la infancia corresponde a la administración pública, la responsabilidad de la ejecución de las diferentes acciones recae directamente sobre los profesionales encargados de entrar en contacto con las comunidades beneficiarias. Se puede decir que para que las políticas públicas sean más efectivas respecto a las necesidades de los niños, la investigación debería guiarlas a lo largo de todo su proceso (Beck, 1999). El psicólogo como científico y profesional, tiene entonces un papel importantísimo en lo que Salazar (1999) llama el ciclo de vida o proceso integral de las políticas públicas para la infancia. Con base en el modelo del ciclo de vida de las políticas públicas se propone más adelante la forma en la que el psicólogo interviene en ese proceso. Sin el soporte de un riguroso ejercicio lógico, científico y técnico que la psicología y otras disciplinas puedan aportar, las decisiones estatales o gubernamentales podrían caer en graves equivocaciones que, tal vez, complicarían aún más la situación de niños, niñas y jóvenes. De otro lado, Oskamp y Schultz (1998), reconocen que muchos psicólogos, así como otros científicos sociales, no han concentrado sus esfuerzos en el campo del cambio social o de los problemas sociales; a pesar de lo cual, otros siguen, por ejemplo, los conceptos de Lewin frente a la aplicación de
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las ciencias sociales para crear cambios benéficos en individuos, grupos y organizaciones. Como activista social, es decir, como alguien que realiza actividades dirigidas a llevar acabo cambios sociales o a atacar problemas sociales, el psicólogo cumple con cuatro roles posibles en función de su relación con el sistema que pretende cambiar: 1. Un rol de experto, en el que el psicólogo utiliza su metodología y conocimiento experto para fomentar el cambio social 2. Un rol colaborativo, en el cual el científico social mantiene una continúa relación con el sistema social y comparte la responsabilidad de diseñar un proceso de investigación y la implementar los cambios que evolucionen de los resultados de ese proceso. 3. Un rol de apoyar el cambio social, no apuntando sus esfuerzos al problema como tal, sino más bien influenciando a los legisladores, las cortes u otros grupos para que tomen acción. 4. Un rol coercitivo, en el que se utiliza el conflicto y la agitación como táctica (Oskamp y Schultz 1998). Los diferentes elementos hasta aquí tratados pueden ayudar a configurar de alguna manera el papel del psicólogo como activista social en las políticas públicas para la infancia. La figura 1 ilustra de manera simple el rol que puede tener la psicología en los diferentes momentos del proceso integral de éstas. Así, en el primer momento del proceso integral, el origen de las políticas públicas, la psicología debe colaborar en la elaboración de un diagnóstico amplio y suficiente que permita establecer las cifras, los datos, los indicadores de la infancia en Colombia, lo cual ayuda a descubrir realidades antes desconocidas, a comparar la situación en diferentes momentos y lugares y ver el avance o el retroceso en tareas cruciales para el bienestar integral de la niñez. Sánchez y González (1993), afirman que el psicólogo es un analista de sistemas sociales (grupos, comunidades, organizaciones e instituciones), en los que debe identificar los problemas y las necesidades, así como los recursos y potencialidades, como punto de partida para la solución de esos problemas
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y necesidades. Este análisis de los sistemas sociales, continúan los autores, debe permitirle al psicólogo identificar el problema, necesidad o efecto positivo a potenciar, sus posibles causas, los factores que lo mantienen, y los recursos con los que cuenta el sistema. Frente a la niñez colombiana, esta labor representa en cierta medida un reto, en el sentido en que, como se mencionó antes, existen algunos aspectos relacionados con la niñez sobre los que no se posee información suficiente y confiable como es el caso, por ejemplo, del abuso sexual infantil; y además debería ser asumida por el psicólogo desde una posición de experto investigador. En el momento de la formulación de las políticas públicas para la niñez, el psicólogo también tiene todas las competencias para intervenir directa o indirectamente en el agitado proceso de toma de decisiones. Específicamente, las actividades del profesional en psicología en esta etapa pueden estar relacionadas con el llamado cabildeo o lobby, esto es, una actividad realizada por terceras personas para influir sobre las decisiones que otras deben tomar, y que se fundamenta en el hecho de brindar información a quienes tienen la capacidad de decisión (Salazar, 1999). Para que las comunidades científicas y profesionales que trabajan con la niñez, como actores de las políticas públicas, puedan influir en la toma de decisiones políticas es importante que puedan hablar con autoridad. Según Arnold (2004), para poder ganar esta autoridad se requiere, por una parte, legitimidad, y por otra, credibilidad. La legitimidad, continúa la autora, se obtiene por la representatividad de un amplio o importante grupo de personas o grupos, para lo cual, es importante crear alianzas y ampliar la colaboración con otros que tengan objetivos similares; la credibilidad, viene de la posibilidad de demostrar el discurso que se adopte, así como de la capacidad de identificar que diferentes audiencias responden a diferentes tipos de evidencias. Esta labor de persuasión requiere, como ya se ha sugerido, la adopción de un discurso representativo
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y legítimo que se logra a través de la consolidación de la psicología como comunidad científica y académica y como gremio de profesionales capaz de convertirse en un grupo de influencia. Sucede así, en Estados Unidos, en donde la American Psychological Association, así como la American Psychological Society, vienen desde hace ya varios años incursionando en actividades de cabildeo que han logrado influir en decisiones políticas frente a diferentes temas, incluyendo la atención a la infancia (Melton, 1995, citado por Oskamp y Schultz, 1998). En Colombia se pueden identificar también algunos grupos, sobre todo académicos, interesados en participar en la formulación de políticas públicas para la infancia, siendo representativo, por ejemplo, el Observatorio de la Infancia, grupo interdisciplinario coordinado desde el Departamento de Psicología de la Universidad Nacional de Colombia. Además de esto, no se debería perder de vista la posibilidad de que algún(a) psicólogo, en el ejercicio de sus derechos y deberes como ciudadano, aspire y ejerza cargos públicos en los que tenga la posibilidad de tomar directamente las decisiones políticas. La implementación de las políticas públicas para la infancia representa la traducción en acciones o la desagregación de las decisiones tomadas. Este paso es la ejecución de acciones concretas encaminadas a solucionar las situaciones que afectan el bienestar de los niños. Y es aquí en donde es vital la competencia del profesional en psicología y su creatividad para escoger las estrategias de intervención que puedan brindar los mejores resultados y en donde entran en juego el saber y el saber hacer del psicólogo en temas como el desarrollo infantil o el aprendizaje aplicados a programas de intervención. Los programas de atención a la infancia de calidad se asocian con un mayor desarrollo del cerebro en los niños que asisten a éstos, quienes igualmente, ganan habilidades en solución de problemas, lenguaje, matemáticas, competencias de autocontrol, alta motivación y habilidades sociales (Amar y
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Alcalá, 1999), aspectos que son implementados gracias a la labor responsable de los profesionales en psicología. Las tareas específicas que el psicólogo asuma en este tipo de programas bien podrían incluir un amplio espectro de actividades específicas de diferentes áreas de la psicología. Para poner sólo un ejemplo, un psicólogo que intervenga en la problemática relacionada con el VIH/SIDA puede realizar actividades de promoción con jóvenes en las que se promueva una actitud positiva hacia la sexualidad y la conducta sexual responsable tanto en lo que tiene que ver con la procreación como con la prevención de ITS; así mismo, el trabajo de la psicología en esta problemática incluiría también actividades en prevención primaria (identificación de factores de riesgo, educación en prácticas sexuales seguras), secundaria (pruebas diagnósticas, atención a pacientes VHI+ y sus familias) y terciaria (manejo de duelo) (Santos, 1998). Finalmente, la evaluación y el análisis son los pasos que cierran y retroalimentan el proceso integral o ciclo de vida de las políticas públicas para la infancia. En estos puntos el reto para la psicología se encuentra en la inclusión de indicadores que midan el impacto real de las estrategias de intervención y que superen los simples registros del cubrimiento y los indicadores de gestión que la mayoría de las veces, son lo único que se evalúa y analiza dentro de las políticas públicas para atender a la infancia. Para Santos (1998) estos indicadores deben ser operacionales y deben medir cualitativa y cuantitativamente el progreso e impacto del programa o intervención. Como se ha visto hasta aquí, la psicología tiene un rol fundamental en los procesos implicados en el diseño, la formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas para la infancia en Colombia. Tal rol está enmarcado por la naturaleza interdisciplinaria del tema de las políticas públicas que es abordado además por todas las ciencias sociales, pasando por la antropología, la sociología, la economía, la ciencia política, la filosofía o el
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derecho. Según Oskamp y Schultz (1998) estas ciencias cumplen una labor de intermediación entre el conocimiento y la acción, son mediadoras e integradoras entre la comunidad científica investigadora y los decisores políticos; así mismo, afirman que este rol involucra tanto el conocimiento del proceso de formación e implementación de las políticas públicas como la utilización del conocimiento científico con el objetivo de influenciar este proceso. Discusión En Colombia existe el reto de construir políticas públicas para la niñez que trasciendan la defensa de los derechos vulnerados de algunos, para pasar a garantizar la vigencia universal de esos derechos en un país con múltiples culturas, y por lo tanto con múltiples formas de ser niño. Por eso es necesario, no solo reparar los daños que ocasionan las circunstancias en que viven los niños y niñas colombianos, sino también prevenirlos, promoviendo cambios culturales y garantizando las condiciones necesarias para que en el país los niños sean felices y se desarrollen como ciudadanos responsables y productivos. Se ha encontrado a través de diferentes indicadores que en Colombia existen importantes grupos poblacionales que debido a la pobreza y la inequidad se encuentran en condiciones de exclusión y vulnerabilidad; a esto, hay que sumarle la agudización del conflicto armado, que es acompañado por un alto nivel de violación de los Derechos Humanos. A grandes rasgos, este es el contexto en el que crecen y se desarrollan las nuevas generaciones de colombianos. Para tratar de encontrar una solución a la raíz del problema de la pobreza y de la exclusión es necesaria la participación no solo de estamentos nacionales e internacionales, sino de toda la sociedad. Todos los días se toman decisiones que tienen notables implicaciones para los niños, no sólo en esferas claves como la educación, la salud y el bienestar
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social, sino también en sectores que no siempre se relacionan con la infancia, como la planificación y la gestión del usufructo de la tierra, el agua y su saneamiento, el orden público y la creación de empleo. Muchas de estas decisiones particulares, así como las acciones que con ellas vienen tal vez no sean suficientes, a pesar de los inmensos beneficios que pueden representar para niños y niñas. Probablemente, los problemas que afronta la infancia en Colombia, no son de carácter individual, sino de tipo estructural, o sea, que viven en una sociedad discriminatoria. Sin embargo, para que Colombia sea un lugar más acogedor, seguro y favorable para los niños, niñas y adolescentes, las personas encargadas de todas las esferas de la planificación, la gestión y la formulación de políticas públicas deben considerar las repercusiones a largo plazo que sus decisiones y sus actividades tienen sobre la vida cotidiana de la infancia y sobre su bienestar. Esto debe comenzar con la inclusión prioritaria del tema de la infancia en la agenda política, y con la adopción de una visión del niño que lo entienda como un ser humano integral constituido por elementos biológicos, psicológicos, sociales, políticos y económicos, y que tenga presente que una mejor calidad de vida para los niños de hoy repercutirá en una mejor sociedad en el futuro. La psicología y la comunidad científica, académica y profesional que la representa juegan un rol fundamental en la atención integral de la niñez colombiana más allá de que posee un vasto conocimiento sobre el desarrollo infantil. La implementación y puesta en marcha de las políticas públicas para la infancia requiere ineludiblemente de todo el conocimiento que se pueda tener sobre las implicaciones que las circunstancias adversas que vive la infancia pueden tener sobre su desarrollo integral, y más aún, requiere toda la información sobre las diferentes estrategias que se pueden utilizar para abordar esas circunstancias. Así mismo, la psicología, y en general, toda la comunidad científica, debería poder consolidarse
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como un grupo de influencia legítimo y confiable desde la academia, poder participar de forma critica en la formulación de las políticas en el rama legislativa, para que su conocimiento y postura puedan tener una influencia en lo local, departamental y nacional de tal manera que pueda exigir y orientar al Estado colombiano en la acciones encaminadas a atender a los niños, niñas y jóvenes del país. El psicólogo ha dado un paso importante en la salud pública y en establecer la importancia de la disciplina en los procesos de salud enfermedad, calidad de vida y bienestar, hoy en día el papel que juega en el diseño y formulación ha cogido importancia, hoy en día mas psicólogos ocupan cargos públicos o hacen parte de procesos comunitarios encaminados a las necesidades de los niños. El psicólogo tiene muchas más herramientas para no ser solo quien ejecuta las políticas, su compromiso es poder entender desde un modelo mucho mas sociocultural que las necesidades del niño no solo están en él, si no también en su entorno sociofamiliar y en las oportunidades que le ofrece medio; hoy en día podemos generar una gran cantidad de alternativas para ellos que permitan no solo pensar en su futuro sino también en su presente. Referencias Aguilar, L. F. (1993). Estudio introductorio. En Perrua, M. A. (Ed.), La implementación de las políticas públicas. México: Universidad Rey Juan Carlos Amar, J. y Alcalá, M. (2001). Políticas sociales y modelos de atención integral a la infancia. Barranquilla: Ediciones Uninorte. Arnold, C. (2004). Positioning ECCD in the 21st century. Coodinators´notebook. An international resourse for Early Childhood Development, (28), 1 –34. Beck. L. (1999). Desarrollo del niño y del adolescente. Madrid: Prentice Hall.
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 8 No. 1, 29-44
ADAPTACIÓN Y PILOTAJE DEL CUESTIONARIO SOBRE EL ANÁLISIS DE LOS FACTORES PSICOSOCIALES PRESENTES EN LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS Yolanda Sierra, 1 Viviana Barrera; Lilian Paola Gomez, Carolina Jiménez e Ingrith Vélez 2 Universidad El Bosque
Resumen La presente investigación tuvo como objetivo la adaptación y pilotaje del Cuestionario de Análisis de los Factores Psicosociales presentes en docentes universitarios, para tal fin, inicialmente se realizó la construcción gramatical que fue evaluada por los jueces expertos, luego se procedió a la aplicación del cuestionario en cincuenta y cinco docentes de la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque y del departamento de Psicología de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Los resultados se analizaron con el estadístico Alpha de Cronbach, a partir del cual se obtuvo una consistencia interna para satisfacción laboral de 0,951, siendo altamente significativa; para carga mental un coeficiente de 0,325 que significa una baja consistencia interna y para ansiedad el coeficiente fue de 0,941 que demuestra una alta consistencia interna para el mismo. A partir de los resultados obtenidos, se sugiere continuar en una segunda fase con la reconstrucción de la subprueba carga mental y conservar las subpruebas de satisfacción laboral y ansiedad, debido a su alto poder diagnóstico. Palabras clave: factores psicosociales, carga mental, satisfacción laboral y ansiedad. Abstract The current investigation had as a primary objective the adaptation and psychometrical testing of the Psychosocial Factors Analysis Questionnaire, present on universitary teachers; for that purpose, initially a grammar modification (evaluated by expert judges), was made. Once evaluated, the following step was to administrate the questionnaire to 55 teachers from the Psychology Faculty of El Bosque University and the Psychology Department of the Technological University of Bolivar. Then the results where analyzed trough the Alpha de Crombach getting an internal consistency for Job Satisfaction of 0.951, being this highly significative; to Mental Workload a 0.325 coefficient, that was not satisfactory for the fulfillment of the objectives of the study. For the anxiety test, the coefficient was 0.941 which was highly significative and showed a high internal consistency. Key words: Psychosocial Factors, Mental workload, Job Satisfaction and Anxiety.
Psicóloga, Directora del trabajo de grado, Universidad El Bosque. Estudiantes que optan por el título de Psicólogos.
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La profesión de los docentes cumple un papel muy importante en la construcción del futuro de un país en desarrollo como Colombia, caracterizado por una situación social cambiante, por ello se hace imperante la necesidad de tener en cuenta las investigaciones realizadas con respecto a las condiciones laborales con las que cuentan los docentes del país y cómo pueden afectar la carga mental que asumen los mismos en cada una de las instituciones educativas en las que desarrollan su labor; en este caso, nos genera mayor interés la condición laboral de los docentes universitarios de las Facultades de Psicología, específicamente de la ciudad de Bogotá. En la literatura se encuentra material que aborda el tema desde lo conceptual hasta lo metodológico, generalmente asociado a factores como estrés y “Burnout”; sin embargo, la investigación en Colombia sobre las condiciones laborales de los docentes universitarios y las de los docentes de las facultades de psicología es escasa; hasta el punto que no se encuentra un estudio que las describa en términos estadísticos, del cual se pueda dar cuenta para plantear hipótesis de relación o correlación, entre dichas condiciones, la salud mental y la calidad de vida de los docentes, y aún menos, la calidad de su respuesta en cuanto a su desempeño y efectividad. No obstante, se encontraron estudios que se centran en las condiciones de trabajo, la carga mental, la carga física, las condiciones laborales de los docentes, las consecuencias asociadas a las condiciones de trabajo (específicamente Burnout), el uso de drogas lícitas asociadas a las condiciones laborales y el estrés como factor de riesgo, entre otros. Este trabajo busca adaptar y validar un instrumento para medir la carga mental asociada a factores tales como la satisfacción laboral y ansiedad en el contexto de los docentes universitarios para dar cuenta de una herramienta metodológica y conceptualmente válida, que permita identificar las condiciones laborales que rodean a los docentes universitarios de las facultades de psicología de Bogotá.
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En la revisión de literatura se encontró el instrumento diseñado por Fuentes (2004), en el que asocia la carga mental con factores como la ansiedad y la satisfacción laboral, conceptos estrechamente relacionados con bienestar psicológico, salud mental y calidad de vida; para cumplir con los objetivos de la investigación, se realizó la adaptación y pilotaje de este instrumento. Durante las últimas décadas, la sociedad ha experimentado diferentes cambios, entre ellos los cambios en las estructuras organizacionales, que han traído consigo variaciones en el tipo de contratación, la jornada laboral, las exigencias de la tarea, la remuneración y por ende la productividad; esto como respuesta a la creciente competitividad y a la demanda de más y mejores servicios. Estos cambios están ligados a las nuevas políticas impuestas por el sistema legislativo que afectan directamente a los trabajadores y entre estos, una de las poblaciones más afectadas es la de profesores que trabajan en las universidades, debido a las demandas de más y mejores servicios educativos, éstos se han visto obligados a cumplir con más exigencias de las que requiere en sí mismo el puesto de trabajo, en términos de tiempo, capacidades físicas, psicológicas y mentales. Esta situación conlleva a una sobrecarga de su labor que desdibuja su rol profesional y, por ende, hace más difíciles sus condiciones laborales y calidad de vida en general (Mondelo, Ferrer y Dalamau, 1999, citados por Sierra y Suárez, 2006). Por lo anterior se hace necesario conocer en realidad las condiciones laborales en las que se están desenvolviendo los docentes universitarios y la relación de éstas con respecto a la carga mental, para plantear hipótesis de relación en cuanto a la carga mental y su posible incidencia en la satisfacción laboral y en la ansiedad, aspectos que han demostrado conceptualmente verse afectados, incidiendo en la percepción de bienestar psicológico, en la calidad de vida y en la efectividad de la labor desempeñada.
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El instrumento de Fuentes (2004), consta de 3 subpruebas, cuenta con un buen sustento teórico y abarca las variables que se deseaban correlacionar inicialmente, sin embargo como no fue posible conocer su validez y confiabilidad este grupo de investigación, decidió estudiarlo, adaptarlo, pilotearlo y validarlo, con el fin de que constructos como la carga mental, la satisfacción laboral y la ansiedad se midieran en poblaciones como la de los docentes universitarios. Al realizar un estudio de este tipo, funcionalmente se contribuye a nivel científico con la construcción o adaptación de instrumentos validados para el estudio de poblaciones, como la de los docentes universitarios y por otro lado, a nivel operativo, al adaptar y pilotear un instrumento, se puede determinar si el mismo es viable para poder seguir con una aplicación masiva o si es necesario realizar más adaptaciones. Castro y Buitrago (2000), evaluaron el desempeño del docente universitario a través del diseño de un instrumento válido y confiable, en una primera fase. De otro lado se encuentra un estudio exploratorio realizado por Castro, Alford, Alvarez y Mendoza (2000), para identificar las principales dimensiones que permitieran evaluar el desempeño de los docentes de la Universidad El Bosque, en una segunda fase. Adicionalmente, Gómez, Buitrago, Galeano y Pedraza (2003), investigaron acerca de las competencias comunes en un grupo de docentes con alta puntuación en dos pruebas de evaluación del rol de docencia en una Facultad de Psicología de Bogotá. Por último, Sierra y Suarez (2006), estudiaron la carga mental en docentes universitarios. Los anteriores estudios y los revisados en general con respecto al tema, tienen en cuenta su ejecución, a través de evaluaciones objetivas; pero esta investigación pretende contribuir al perfeccionamiento de un instrumento de evaluación que permita identificar con un alto grado de validez y confiabilidad las condiciones laborales asociadas con la carga mental que pueden estar afectando la
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calidad de vida de los docentes universitarios, lo cual, también tendrá relevancia ya que enriquecerá al estudio los conocimientos en cuanto al tema en Psicología Ocupacional y Organizacional. Factores psicosociales asociados a carga mental, ansiedad y satisfacción laboral Para la adaptación y creación de cada uno de los ítems que se incluyeron en el instrumento de Fuentes, (2004), fue necesario conocer a fondo en qué consistían cada uno de los conceptos abordados en el mismo, es por esto que se tendrá en cuenta la definición de cada uno de ellos, considerando inicialmente los factores de riesgos psicosociales, dentro de los cuales está enmarcado el concepto de carga mental y conceptos relacionados directamente con el diseño de la tarea, el clima sociolaboral y la organización del tiempo de trabajo, por otro lado también se expondrá lo relacionado a la satisfacción laboral y la ansiedad y cómo éstos se encuentran relacionados. El concepto de riesgos psicosociales está íntimamente ligado al tema de la salud laboral y en procura de que se dé un bienestar a nivel laboral, que forma parte del ser integral del ser humano puesto que involucra un estado de bienestar físico y social. Por otro lado, la salud es susceptible de múltiples interpretaciones de acuerdo con las expectativas que cada individuo establece en el contexto del grupo al que pertenece y en el momento histórico en que vive. Así el ideal de salud es diferente en función, por ejemplo, de la edad o de la posición social y trabajo (Benavides, Ruiz, y Garcia, 1997). Caro y Villalobos (1991), definen el riesgo psicosocial como la interacción entre el trabajo, el medio ambiente, la satisfacción laboral y las condiciones de la organización, por una parte, y por otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera y dentro del trabajo; lo cual, a través de percepciones y experiencias, puede influir en la salud y rendimiento y la satisfacción del trabajador.
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En concordancia con lo anterior dentro de los factores de riesgo psicosociales se encuentran los de tipo intralaborales, extralaborales e individuales Peiró (1994, citado por Sierra, Guecha y Rodríguez, 2004), describe los aspectos de tipo intralaboral como aquellos aspectos internos del sitio de trabajo, entre éstos el medio ambiente físico, como por ejemplo el ruido, las vibraciones, la temperatura, etc., estos aspectos no solo podrían influir en la salud del trabajador a corto, mediano y largo plazo, sino que también podrían ocasionar accidentes de trabajo, ya que pueden afectar procesos cognoscitivos como la atención, la memoria, la concentración, etc. Considerando lo anterior y con el fin de ampliar la conceptualización de algunos factores de riesgo psicosociales que se asocian a las condiciones laborales que conllevan a la sobrecarga mental, a continuación se expondrán conceptos tales como alcance y amplitud de la tarea, el clima socio laboral, la organización del tiempo de trabajo. El alcance de la tarea hace referencia a la cantidad de acciones que debe realizar un individuo para ejecutar la tarea; los puestos con un alcance demasiado estrecho, si bien con un gran potencial para la eficiencia, pueden resultar aburridos y deshumanizantes y los puestos con un alcance demasiado grande pueden ser frustrantes y desmoralizantes (Gordón, 1997, citado por Sierra et al., 2004). De otro lado, la amplitud del cargo, se define como la cantidad de tareas que se espera que realice una persona mientras ésta realiza su trabajo, razón por la cual a mayor cantidad de tareas requeridas, mayor será la amplitud del mismo; y la profundidad del cargo, se relaciona con el grado de dificultad y con la especialización referente a los conocimientos que debe tener la persona para ejecutar la tarea. Igualmente, se debe tener en cuenta la discrecionalidad o autonomía que el cargo le permita tener al individuo para tomar decisiones respecto a procesos y procedimientos (Gibson, Ivancevich y Donelly, 2001). Por otro lado el clima sociolaboral, hace referencia a las percepciones que el trabajador tiene
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de las estructuras y procesos que ocurren en un medio laboral (Goncalves, 1997, citado por Sierra et al., 2004); para Pritchard y Karasick, (1972, Hellriegel y Slocum, 1974, citados por Marchán y Maldonado 1997), el clima laboral es la cualidad propia del ambiente interno de una organización, el cual se da como resultado de la interacción entre el comportamiento de sus miembros y que afecta la interpretación de las situaciones y la orientación de las actividades que se realizan dentro de una organización. Carga mental, física y temporal Todos los puestos de trabajo tienen implícita una carga ya sea mental o física; en el caso de la docencia universitaria, tiene una mayor relevancia la carga mental y ésta a su vez interviene en el producto de su trabajo, es por esto y debido a la orientación de este trabajo, que se hace necesario exponer dicho concepto a través de las diferentes teorías que han venido surgiendo desde que se suscitó el interés por este tema en el contexto laboral; por lo tanto a continuación se expondrán diversas teorías que hacen alusión al concepto de carga mental (Sierra y Suárez, 2006). En dichos puestos de trabajo y de acuerdo con el nivel de responsabilidades, se presentan diferentes cargas laborales, determinadas principalmente por la cantidad y tipo de información que debe tratarse, ya que se detecta la información y se decodifica e interpreta, para finalmente emitir respuesta. En el ámbito laboral se encuentra la carga física que hace referencia al esfuerzo muscular que realiza la persona, la carga temporal que hace referencia al tiempo con el que cuenta una persona para la realización de la tarea y finalmente, la carga mental que se refiere al conjunto de tensiones inducidas en una persona debido a las exigencias del trabajo mental que realiza (Sierra et. al., 2004). Uno de los estamentos que más se ha interesado por el tema de la carga mental en los trabajadores, es el Ministerio de la Protección Social (2000), el
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cual define en su artículo Factores Psicosociales del trabajo y Estrés Ocupacional, la carga de trabajo mental como un concepto que se utiliza para referirse al conjunto de tensiones inducidas en una persona por las exigencias del trabajo mental que realiza, como por ejemplo procesamiento de información del entorno a partir de los conocimientos previos, actividades de rememoración, de razonamiento y búsqueda de soluciones, etc; esto significa que cualquier persona que ejecute una tarea, llevará implícita la relación entre las exigencias de su trabajo y los recursos mentales que debe tener para hacer frente a las exigencias de la tarea y expresa la carga de trabajo mental requerida o demandada para la misma. Uno de los conceptos sobre carga mental que más se acoge a este trabajo es el definido por Mulder (1980) ya que éste la expone como un conjunto de etapas de un proceso o en función del número de procesos requeridos para realizar correctamente una tarea, en función del tiempo necesario para que el individuo elabore en su memoria las respuestas a una información recibida. Esta definición incluye por lo tanto, dos factores: la cantidad y la calidad de la información; esto es que a mayor o menor cantidad de información recibida condicionará, una vez superado el tiempo de aprendizaje, la posibilidad de automatizar las respuestas y por otro lado, el tiempo con que cuenta para ello. Si el proceso es continuo, la capacidad del individuo para procesar dicha información se verá superada; si por el contrario existen periodos de descanso o de menor respuesta, podrá recuperar su capacidad y evitar una carga mental excesiva. Lo anterior se puede relacionar con la información que periódicamente está publicando el Centro Nacional de Condiciones de Trabajo, ubicado en Barcelona, España, que entre las publicaciones que realiza, en una de sus Normas Técnicas de Prevención (NTP), trabajaron el tema de la carga mental; en este orden, en la NTP 534, hicieron alusión a los factores que influyen e intervienen en la carga
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mental de trabajo. En ésta NTP, mencionan la carga mental de trabajo como un concepto que se utiliza para referirse al conjunto de tensiones inducidas en una persona por las exigencias del trabajo mental que realiza (procesamiento de información del entorno a partir de los conocimientos previos, actividad de rememoración, de razonamiento y búsqueda de soluciones, etc. Para una persona dada la relación entre las exigencias de su trabajo y los recursos mentales de que dispone para hacer frente a tales exigencias, expresa la carga de trabajo mental (De Arquer, 1999). Dentro del concepto de carga mental que define el citado autor, se enfatizan algunas de las exigencias de la tarea tales como la atención sostenida, el tratamiento de la información, la responsabilidad, la duración y el perfil temporal de la actividad, el contenido de la tarea y el peligro y por otro lado algunas de las condiciones físicas del entorno tales como la iluminación, las condiciones climáticas, el ruido, el clima atmosférico, los olores. Con respecto a los factores sociales y de organización se refiere al tipo de organización, la percepción del individuo respecto al clima o ambiente de la organización, los factores de grupo, la jerarquía de mando, los conflictos y los contactos sociales; entre otros factores que también influyen estarían las exigencias sociales, las normas culturales y la situación económica (De Arquer, 1999). Marek y Karwowski (1988), se refiere al tema de carga mental cuando las exigencias del trabajo exceden las posibilidades del individuo para hacer frente a las mismas, el caso contrario es cuando la capacidad del trabajador supera las demandas del puesto, lo que puede dar como resultado una potencial fuente de estrés, ya sea por una o la otra razón el desequilibrio entre las condiciones personales y las exigencias de la tarea. Con relación a las condiciones laborales asociadas a la carga mental, se pueden encontrar componentes objetivos y subjetivos del trabajador “el conjunto de objetivos, instrumentos y formas de aplicación del
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control empresarial define la situación objetiva de los trabajadores en sus ocupaciones: grado y tipo de división de trabajo, división y segmentación según calificación, salarios y condiciones de trabajo. El factor subjetivo, es aquel que hace que finalmente, entregue más o menos parte de su potencial fuerza de trabajo” (Benavides et al., 1997, p.20). Satisfacción laboral La satisfacción laboral puede ser descrita como una de las actitudes generales que asumen los empleados en una organización, como el resultado de las actitudes específicas que provienen básicamente de factores que se relacionan con la labor realizada y con características individuales y las relaciones de grupo que se dan en este ámbito Blue y Taylor (1976, citados por Marchán y Maldonado, 1997). Por otro lado, Maldonado (1965, citado por Marchán y Maldonado, 1997), la definen como el proceso emocional que se refleja en una propuesta afectiva frente a los aspectos con el trabajo que realiza y en esta definición tiene en cuenta cinco dimensiones que son importantes para estudiar la satisfacción laboral, tales como satisfacción intrínseca, satisfacción con la organización, satisfacción social, satisfacción con la supervisión y satisfacción con el sistema de recompensas. Muchinsky (1994), define la satisfacción laboral como una respuesta en términos de la afectividad y emocionalidad que se da por la interacción del sujeto en el trabajo. Cuando el autor se refiere a afecto, tiene en cuenta sensaciones de gusto – disgusto; por lo anterior, la satisfacción laboral puede ser la medida en que una persona siente placer o gusto por su trabajo. La satisfacción laboral se adquiere con el tiempo, pero ésta puede declinar más rápido de lo que tardó en experimentarse, lo cual indica que ésta se da en una relación dinámica y esto puede estar relacionado con las necesidades propias de cada individuo, por lo tanto se hace difícil establecer
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qué condiciones proporcionarán satisfacción en un período próximo. Se puede decir que la satisfacción laboral está asociada a variables tales como la edad, el nivel de educación y el cargo y podría ser que en organizaciones más pequeñas se experimente un mayor grado de satisfacción (Fuentes, 2004). En el apartado donde Blue y Taylor (1976, citados por Marchán y Maldonado, 1997) al iniciar esta definición sobre satisfacción laboral, exponían como uno de los factores que incidían en la satisfacción laboral está relacionado directamente con la labor que se realiza, con las características individuales y con las relaciones de grupo y también en la definición de carga mental mencionaban las características de la tarea y las diferencias individuales y de como éstos factores incidían en mas o menos carga mental de trabajo De Arquer (1999) muestra como estos conceptos guardan estrecha relación y es por eso que se expusieron en este apartado. Ansiedad Antes de iniciar la conceptualización sobre ansiedad, incluido este concepto dentro del cuestionario, es importante detenerse en este punto y hacer una relación sobre las variables antes mencionadas, riesgos psicosociales, carga mental y satisfacción laboral y relacionar cómo existe una elevación de la carga mental, podría producir a mediano y largo plazo consecuencias tales como absentismo laboral, insomnio, fatiga, entre otros, y estas consecuencias a su vez, podrían desembocar en trastornos del estado de ánimo tales como depresión, angustia y ansiedad; es en este espacio que se tiene en cuenta la ansiedad como consecuencia de la carga mental ya que es reconocido entre los investigadores de la carga mental, que la ansiedad ha de ser una de las consecuencias asociadas a una sobrecarga mental de trabajo (Conde, 2003). Considerando lo anterior, la ansiedad puede ser considerada según Sue. P, Sue. D, y Sue. S, (1994), como una emoción fundamental para el ser humano,
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que cualquier persona en algún momento de la vida, puede haber experimentado y que podrán seguir experimentando. Varios teóricos sobre el tema la consideran como una condición de la existencia moderna. La ansiedad puede servir como un salvavidas que indica peligro, lo cual la dejaría como una de las funciones adaptativas más preciadas para la especie. En general, todos los seres humanos pueden experimentar ansiedad, ya sea por conflictos en el hogar, en el trabajo, a nivel académico, por la economía personal o familiar o por conflictos interpersonales; un sujeto en condición de normalidad, para enfrentar estas situaciones, usará estrategias tales como la relajación o la solución de problemas. Cuando existe un trastorno de ansiedad, éste altera el funcionamiento tanto social como ocupacional del individuo, reduciendo su capacidad de respuestas. Factores psicosociales en docentes universitarios: estudios e investigaciones A partir de la revisión de literatura se encontró una investigación que no solo abordaba e interrelacionaba estos conceptos, sino que quería medirlos por medio de un cuestionario, éste es específicamente, el trabajo realizado por Fuentes (2004), trabajo que sirvió como base para esta investigación y del cual fue tomado el instrumento, por ser el que mejor se adaptaba a lo que se pretendía y del cual se han mencionado diversos aspectos en el desarrollo del contenido de este trabajo. Sin embargo, es válido tener en cuenta que sí existen investigaciones que se interesan por el tema de los factores psicosociales, algunas lo asocian con las condiciones laborales y otras, como en el caso de los docentes, con el contexto laboral; así mismo, vale la pena mencionar otras investigaciones que tienen en cuenta las condiciones laborales de los docentes y las asocian con el síndrome de Burnout; en este orden de ideas se expondrán a continuación. Para iniciar esta revisión empírica, vale la pena resaltar un estudio que se realizó en Colombia, en
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la Universidad Nacional, específicamente en la Facultad de Odontología, el cual estaba enfocado al personal docente y sus condiciones de trabajo asociadas con la carga mental y física (Guerrero y Tobón, 2000). En este estudio se evaluaron las condiciones de trabajo a través del método Lest adaptado, correspondientes a molestias fuertes, fatiga por contaminantes biológicos, químicos, condiciones medioambientales, carga mental, física y seguridad; por otro lado evaluaron condiciones subjetivas por medio de la encuesta de autovaloración del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) de España; a través de los instrumentos aplicados en este estudio, se observó que los profesores se adaptan a las condiciones dadas en las áreas de trabajo (Guerrero et al., 2000). Los resultados arrojaron que el factor puede incidir en la percepción de estabilidad y la adaptación de los docentes a sus condiciones laborales Claveria y Sanchez (2005), consideraron el factor de riesgo para la salud que puede producir el estrés en los profesores universitarios; este estudio fue realizado en la Universidad de Lleida en España. Se valoraron la calidad de vida de sus profesionales docentes por medio de la medición del estrés como posible factor de riesgo para la salud y la satisfacción laboral; de igual manera se refieren a la importancia de considerar las condiciones laborales en las que se desempeña el personal docente, que éste tenga una mayor oportunidad de control y que se de una mayor coherencia entre las exigencias del puesto de trabajo con las capacidades que tiene el docente, para que así éstos puedan mostrar su competencia y autodeterminación; también presentan como relevante prestar atención a las relaciones sociales y personales que mantienen con los estudiantes, demás docentes y familiares, así como al salario y la seguridad física. De acuerdo con los resultados obtenidos, estas características tienen gran relación en la satisfacción laboral y la salud en general de los docentes (Withe, 1959; Deci, 1975).
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Ferrer, García-Buades, Manassero, Torréns y Vázquez (2005), se interesaron por investigar sobre el tema de Burnout en la enseñanza. En este estudio tomaron una muestra de 614 profesores en los cuales analizaron las relaciones entre las dimensiones del Burnout y la atribución causal desde la perspectiva del Burnout como síndrome patológico, causado principalmente por las condiciones en que se desarrolla la docencia, las personas que son directamente afectadas son los docentes y el profesorado. Otra cuestión de interés en esta revisión empírica, es conocer estudios en los que no solo hayan asociado la carga mental de los docentes con las condiciones laborales, sino también con la satisfacción laboral y la ansiedad; en este caso no existen suficientes investigaciones que sustenten este aspecto. En este sentido, se encontró una investigación que asocia el Burnout y el Engagement (estado positivo del trabajador, caracterizado por energía, implicación y eficacia) con la satisfacción laboral; este estudio fue realizado por la Universidad de Málaga en España y fue orientado desde la perspectiva de la psicología positiva; este estudio contó con una muestra de 256 profesores que enseñan en diferentes niveles (primaria, secundaria y módulos profesionales) y su objetivo fue analizar la presencia del Síndrome de Burnout e incluir la evaluación del Engagement y asociar estas dos variables con la satisfacción laboral y vital, estos últimos términos que se desprenden del bienestar laboral y personal. Los instrumentos utilizados en esta investigación fueron el Maslach Burnout Inventory (versión española), la Utrecht Work Engagement y la Satisfaction Whith Life escale. La satisfacción laboral y vital correlacionó negativamente con el burnout, lo contrario ocurrió con el engagement. Los resultados permitieron llegar a la conclusión de que sería más importante centrarse en aspectos positivos del trabajo como la dedicación, el compromiso y el entusiasmo laboral, para de este modo contrarrestar en gran medida los efectos negativos del burnout (Duran, Extremera, Montalbán y Rey, 2005).
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Con respecto al estatus y la satisfacción laboral, en un estudio realizado por Miller y Terborg (1979, citado por Muchinsky, 1994), se compararon trabajadores de tiempo parcial con trabajadores de que los que solo estaban a tiempo parcial. En conclusión la satisfacción laboral depende de factores propios de la organización, ejecución de la tarea, factores personales y factores circunstanciales. Medición y evaluación de la carga mental, la satisfacción laboral y la ansiedad Las pruebas psicológicas son medidas objetivas y estandarizadas de una muestra de conducta; son herramientas que permiten, a partir de una conducta observada en un individuo, la determinación de comportamientos habituales o futuros, como pensamiento, personalidad, sociabilidad, entre otros. Las pruebas deben ser definidas, estandarizadas, reproducirse y buscar su relación con un comportamiento significativo. Para seleccionar el instrumento de medición psicológico apropiado, se debe tener en cuenta el grado de confiabilidad y validez, la objetividad y sensibilidad del instrumento, así como el hecho fundamental de sí ha sido estandarizado, o cuando menos adaptado, y en qué grupo de sujetos se han realizado tales estudios (Anastasi, 1997). Con respecto a la evaluación, es necesario tener en cuenta el criterio de validez, debido a que es importante para garantizar que la prueba mida lo que pretende medir, en cuanto a confiabilidad, este concepto hace referencia a que los resultados de una medición sean sistemáticamente precisos Cohen (2000), considera que la validez de una prueba particular podría ser cuestionada con respecto a la definición de lo que sea que pretende medir esa prueba. En el intento de evaluar y medir la carga mental existen diversos niveles de aplicabilidad en situaciones reales de trabajo, en función de diferencias de validez (debe medir solamente carga mental, es decir, permitir la apreciación de los diferentes niveles de carga, cambiando su dirección con algunas variaciones de la misma).
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Objetivo general
Instrumento
Adaptar y pilotear el Cuestionario sobre Análisis de los Factores Psicosociales presentes en los Docentes Universitarios, desarrollado por Fuentes (2004). Objetivos específicos. 1. Determinar la validez de contenido del cuestionario a través de jueces expertos. 2. Adaptar el cuestionario de acuerdo con las recomendaciones de expertos. 3. Determinar la consistencia interna de cada una de las pruebas que componen el cuestionario. 4. Analizar y describir los datos obtenidos por los participantes en cada una de las pruebas que haya obtenido consistencia interna significativa. Método Diseño de investigación El tipo de estudio fue de desarrollo tecnológico Psicométrico Participantes La muestra estuvo conformada por 55 docentes; 41 de la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque (Bogotá) y 14 docentes del departamento de Psicología de la Universidad Tecnológica de Bolívar de la ciudad de Cartagena, escogida mediante la técnica de muestreo por conveniencia Los participantes eran de sexo femenino (60%) y masculino (40%), con edades que oscilaron entre los veinticuatro y sesenta y seis años y de estrato socioeconómico medio – alto. Todos los docentes contaban con título profesional. Como criterio de inclusión se estableció que trabajaran más de medio tiempo como docentes y como criterio de exclusión que presentaran enfermedad de tipo profesional o enfermedad crónica, tales como cáncer, diabetes, entre otras.
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La presente investigación adaptó el Cuestionario de Análisis sobre Factores Psicosociales presentes en Docentes Universitarios (Fuentes, 2004). El objetivo del instrumento es identificar las condiciones sociolaborales de los docentes universitarios, con el fin de determinar su relación con aspectos como la satisfacción y la ansiedad. El cuestionario está conformado por tres subpruebas; la primera, mide satisfacción laboral, consta de cincuenta y dos reactivos con una escala de tipo Likert con cinco opciones de respuesta, que van desde 1 a 5 siendo 1= Muy baja, 2= Baja, 3= Moderada, 4= Alta y 5= Muy alta. Esta subprueba esta diseñada sobre la base de ocho dimensiones, la primera de ellas cuenta con ocho reactivos que miden satisfacción en la labor docente, la segunda cuenta con nueve ítems de realización profesional, la tercera contiene cinco ítems de relaciones personales con los alumnos, una cuarta dimensión de cinco reactivos para evaluar relaciones personales con los compañeros, una quinta de tres ítems que miden el grado de satisfacción con la facultad, una sexta dimensión de nueve reactivos que miden el nivel de satisfacción de los docentes con la universidad como organización, una séptima de cinco ítems para la evaluación perspectiva sociolaboral de los docentes y una octava y ultima dimensión con ocho reactivos que miden el grado de satisfacción con el área de investigación. La segunda subprueba que conforma el cuestionario es “Carga Mental de Trabajo”, consta de catorce ítems que evalúan la carga mental de los participantes en la labor docente en una escala Likert de uno a cinco, con opciones de respuesta ajustadas a cada caso. El último componente del cuestionario es la subprueba STAI (State-Trait Anxiety Inventory for Adults) de Charles D. Spielberger, que es una autoevaluación de la ansiedad como estado transitorio (Ansiedad/estado) y como rasgo latente (Ansiedad/
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rasgo). La primera (A/E) evalúa un estado emocional transitorio, la segunda (A/R) señala una propensión ansiosa, relativamente estable, que caracteriza a los individuos con tendencia a percibir las situaciones como amenazantes. La forma de respuesta para ésta prueba varía de acuerdo con el tipo de ansiedad que mide; es decir, para Ansiedad Estado, utiliza una escala Likert que va de 0 a 3 (siendo 0 = nada, 1= algo, 2 = bastante y 3 = Mucho) y para Ansiedad Rasgo una escala Likert que va de 0 a 3 en donde 0 = casi nunca, 1 = A veces, 2 = A menudo y 3 = Casi siempre. Procedimiento La investigación se realizó en cuatro etapas; a continuación se explicará a profundidad cada una de ellas. 1. En esta etapa, el instrumento fue revisado por los investigadores y un experto en gramática (Filólogo); esto con el objeto de corregir redacción, gramatical y algunos términos usados en el instrumento original y adaptarlos al lenguaje usado por la población Colombiana. Una vez corregido, se dio inicio a la Etapa II. 2. En esta etapa de la investigación se entregó el instrumento con previa corrección gramatical a tres jueces expertos. Para ello se tuvieron en cuenta: a) dos jueces expertos en el área concerniente al constructo que se pretende medir (Psicología Organizacional) y b) un juez experto en construcción de instrumentos psicológicos. 3. Posteriormente y con base en los resultados obtenidos de la evaluación por jueces expertos, se ajustaron los ítems y se hicieron las correcciones indicadas por los mismos. 4. En esta etapa se llevó a cabo la aplicación del instrumento previamente ajustado a las consideraciones de los jueces expertos a 55 docentes de las Facultades de Psicología de la Universidad El Bosque (41 docentes) y Universidad Tecnológica de Bolívar (14 docentes).Ésta se llevó a cabo du-
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rante los meses de julio a noviembre del año 2007 y enero y febrero del año 2008; la aplicación se hizo de manera individual con una duración aproximada de veinte a treinta minutos. Por último, se llevó a cabo el análisis de los datos; éste se desarrolló por medio del estadístico Alpha de Cronbach. Consideraciones éticas Debido a que se trata de una investigación de tipo “Tecnológico Psicométrico”, para esta investigación se tuvieron en cuenta únicamente los principios básicos que dicta el código deontológico que reglamenta el ejercicio de la profesión de Psicología en Colombia; entre ellos el principio de beneficencia y no maleficencia y el principio de confidencialidad. Para dar cumplimiento a lo anterior, se contó con la aprobación de cada uno de los docentes que participaron en la investigación, y los datos que se obtuvieron fueron tratados con alta confidencialidad y exclusivamente con fines académicos. Análisis de datos Se utilizó el programa Estatístical Package for the Social Sciences (SPSS) 1.4, con esta herramienta se hallaron: a) la consistencia interna del cuestionario a través del estadístico Alpha de Cronbach, y b) se analizaron por medio de estadísticos descriptivos los resultados obtenidos por los participantes en las pruebas que obtuvieron consistencia interna significativa. Resultados En primer lugar se realizó la adaptación gramatical del instrumento; en este primer momento se cambió el encabezado original de la prueba por uno más acorde al objetivo general del cuestionario; allí se incluyó una nota de salvedad en donde se pide al participante diligenciar la prueba ubicándose contextualmente en la universidad donde tiene mayor tiempo asignado para su labor docente.
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Posteriormente, se llevó a cabo la adaptación gramatical y finalmente es decir, algunos de los términos utilizados en el instrumento original fueron cambiados o adaptados al lenguaje usado por la población colombiana. Para finalizar, se realizó una adaptación de forma; es decir, se cambió la manera en cómo se presentaban las preguntas en el cuestionario original. Posterior a esto, el instrumento fue entregado a tres jueces expertos que evaluaron criterios de pertinencia (si corresponde o no al tema y objetivo), suficiencia (si basta para el tema y el objetivo que se pretende evaluar), coherencia (si tiene conexión lógica con el tema y el objetivo), relevancia (si el ítem es importante y se debe tener en cuenta.), sintaxis (si la ordenación de las palabras y la relación mutua entre las mismas en la construcción de las oraciones es adecuada al objetivo) y semántica (si las palabras empleadas son adecuadas, en cuanto al significado en cada frase del instrumento). En esta etapa, se entregó a cada uno de los jueces un “formato de evaluación por jueces expertos”; este formato estuvo compuesto por una escala de calificación de los ítems; a partir de esta escala, se tomaron decisiones con respecto a los éstos. En la etapa II se promediaron las calificaciones de cada uno de los jueces para tomar las decisiones finales en cuanto a los ítems. Con respecto a los resultados de la validación por jueces de las subpruebas satisfacción laboral y carga mental, se presentan los resultados de la subprueba satisfacción laboral; en esta subprueba casi la mitad de los items fueron modificados parcialmente, gran parte de ellos se conservaron 80% y un pequeño porcentaje se modificó totalmente. Para la dimensión docencia, se desecharon 2 ítems correspondientes a los ítems, 7 ítems se conservaron en un 80% y 8 se modificaron parcialmente. Referente a la dimensión realización profesional 7 ítems se conservaron en un 80%, 1 ítem se modificó parcialmente y 1 ítem se conservó al 90%.
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Continuando con esta descripción de los resultados de la validación por jueces, en la dimensión relaciones personales con los alumnos 2 ítems se conservaron al 80%, 1 ítem se conservó al 90%, 2 ítems se modificaron parcialmente y 2 ítems se desecharon. En la dimensión relaciones personales con los compañeros el resultado 1 ítem conservado al 80%, 2 ítems se conservaron al 90%, 2 ítems se modificaron parcialmente y 1 ítem se desechó. En la dimensión facultad 3 ítems se modificaron parcialmente, se modificaron por completo 3 ítems y 5 ítems se desecharon. De la dimensión la universidad como organización, parcialmente se modificaron 7 ítems, se conservaron al 80% 3 ítems y se modificó 1 ítem por completo. En la dimensión perspectiva sociolaboral 3 ítems se conservaron al 80%, 3 ítems se desecharon,1 ítem se modificó parcialmente y 1 ítem se modificó por completo. Por último de la subprueba satisfacción laboral los resultados de la dimensión investigación 5 ítems se modificaron al 80% y 2 ítems se modificaron parcialmente. Concerniente a la subprueba de carga mental, en los resultados de la evaluación por jueces expertos, en la dimensión carga mental de trabajo 1 ítem se desechó, 8 items se conservaron al 80%, 1 ítem se conservó en un 90% y 1 item se modificó parcialmente. Considerando lo expuesto anteriormente, los resultados de la evaluación por jueces expertos el 22% de los ítems que componían el cuestionario original fueron desechados o modificados totalmente y el 78% de los ítems fueron conservados en su estado original o modificados parcialmente. De acuerdo con lo anterior y lo estipulado en las recomendaciones hechas por los jueces se modificaron los ítems, las escalas de medida y la presentación de la prueba, obteniendo como resultado final el cuestionario adaptado “Cuestionario de Análisis sobre Factores Psicosociales presentes en los Docentes Universitarios.
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En la etapa final de la investigación se llevó a cabo la aplicación de los instrumentos y se analizaron los resultados de cada una de las pruebas que componían el cuestionario. Para ello se hizo un análisis de consistencia interna o fiabilidad con el estadístico Alpha de Cronbach; y se analizaron descriptivamente los datos obtenidos en la subprueba de satisfacción laboral para dar cumplimiento a los objetivos específicos de la investigación. De acuerdo con los resultados obtenidos en la primera prueba que compone el cuestionario “Satisfacción Laboral”, se puede afirmar que posee una alta confiabilidad o consistencia interna; esto se puede decir porque el coeficiente de alpha de Cronbach obtenido para de la prueba (0,951) es altamente significativo debido a que supera la media. En la segunda prueba que conforma el cuestionario “Carga mental de trabajo”, el Alpha de Cronbach es significativamente bajo (0.325); es decir, no alcanza el nivel esperado (la media); e indica que la prueba no posee consistencia interna o confiabilidad. En lo correspondiente al análisis de consistencia interna para la subprueba STAI, se aprecio un coeficiente de 0,941 que indica que la prueba posee una alta confiabilidad o consistencia interna; sin embargo, este resultado puede deberse a que, como se ha mencionado antes, se trata de una prueba ya estandarizada y probada Por último, se analizaron los datos obtenidos por cada uno de los participantes en la prueba de satisfacción, puesto que obtuvo una consistencia interna significativa; para ello se realizó un análisis estadístico descriptivo por frecuencias para determinar los porcentajes de satisfacción laboral percibido por los docentes de las facultades de psicología de las universidades El Bosque y Tecnológica de Bolívar en cada una de las dimensiones de la subprueba. Los datos aquí presentados corresponden a los resultados obtenidos por cada uno de los participantes tanto en la escala completa de satisfacción laboral como para cada una de las subescalas.
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En la prueba de satisfacción laboral, el 71% de la población posee una alta satisfacción laboral, el 20% presenta una satisfacción laboral moderada y el 9% posee una baja satisfacción laboral. Por otra parte, para obtener una mejor descripción de lo que ocurre con la satisfacción laboral de los docentes, se estimaron las frecuencias y se obtuvieron porcentajes de satisfacción para cada una de las subescalas de la prueba de satisfacción laboral. Los resultados obtenidos evidencian que la gran mayoría de los participantes se encuentran satisfechos con la labor de enseñar. Además es importante mencionar que no se presenta ningún caso con baja o muy baja satisfacción en estos aspectos. Más del 80% de los docentes se consideran altamente satisfechos con las relaciones con los compañeros; sin embargo éste no es el caso para la dimensión “facultad”, ya que la gran mayoría de los casos considera no estar satisfecho con aspectos como: la efectividad de las reuniones en la facultad, la coordinación que existe respecto al manejo curricular y la disponibilidad de recursos económicos como materiales. En relación a la perspectiva sociolaboral el 65% se encuentra moderadamente satisfecho y hay un porcentaje significativo de casos (26%) que tiene una baja satisfacción con la misma. Por otra parte el 53% de la población presenta una alta satisfacción hacia la investigación, mientras que el 33% manifiesta una satisfacción moderada. En general los resultados son estables; es decir, en la mayoría de los casos los docentes se encuentran muy satisfechos con los diferentes aspectos de su trabajo como docentes. Con respecto a la prueba de ansiedad solo se presentan resultados de consistencia interna para ansiedad de rasgo y ansiedad de estado; no se presenta un análisis descriptivo de la población en cuanto a ansiedad ya que los datos allí obtenidos son de carácter clínico y la presente investigación no cuenta con el consentimiento informado para la publicación de los mismos.
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Discusión Considerando que el objetivo principal de esta investigación consistía en adaptar y pilotear el instrumento de Fuentes (2004), se puede decir que sí se cumplió a cabalidad con los objetivos específicos y muestra la necesidad de continuar con ésta investigación. De los resultados obtenidos para hallar la consistencia interna de cada una de las subpruebas del cuestionario de Fuentes (2004) a partir del pilotaje de la prueba, demuestran por medio de la aplicación del estadístico Alpha de Cronbach que dos de las subpruebas podrían permanecer estables en una reevaluación de este instrumento estas son Satisfacción laboral (0,951) y Ansiedad (0,941) y que la subprueba de Carga Mental debe ser reevaluada debido a su baja consistencia interna (0,325). Por otra parte, en la revisión empírica se encontró que en Colombia no se han realizado investigaciones en cuanto a validación o creación de instrumentos para conocer las condiciones laborales de los docentes universitarios; esto es evidencia de que este tema no está siendo abordado desde el campo investigativo razón por la cual, esta investigación adquiere una mayor importancia, constituyendo esta investigación un aporte teórico y abre la posibilidad de seguir estudiando este tema. Con respecto a la evaluación de la consistencia interna que se deseaba encontrar, correspondiente a los objetivos específicos, la subprueba de carga mental con un resultado del Alpha de Crombach de 0,341 indica una muy baja consistencia interna; es decir, los ítems no correlacionan entre sí y el constructo carga mental no está presente en todos los ítems; un coeficiente bajo podría explicarse por el número de ítems que componen el instrumento; sin embargo, el resultado obtenido presenta un valor mínimo inaceptable e inexplicable por el número de ítems; por esta razón, los resultados de cada uno de los participantes no fue analizado estadísticamente, ya que su baja consistencia interna o confiabilidad no soportaría la validez de los mismos. Cabe resaltar
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que las pruebas de ansiedad y satisfacción arrojaron resultados altamente significativos; por lo que la prueba de satisfacción laboral fue analizada a profundidad y se presentan resultados de consistencia interna por cada subescala y resultados descriptivos de la población. Lo anterior indica que es necesario reevaluar la subprueba de carga mental y construir otra que incluya aspectos como los que pudieron apreciarse tanto en la revisión conceptual como empírica y han demostrado estar altamente relacionados con la carga mental y el bienestar psicológico que de esa deriva, cuando las condiciones que rodean al trabajador le son propicias. Por otra parte, la subprueba de ansiedad obtuvo una consistencia interna de 0,941, esto era esperable debido a que Fuentes (2004) utilizó para la medición de la ansiedad en este cuestionario, la prueba STAI y ésta tiene una reconocida confiabilidad; por esta razón a esta subprueba no se le realizó el análisis de los datos arrojados en la aplicación. Con respecto a la subprueba de satisfacción laboral en la cual se consiguió una consistencia interna de 0,951 Alpha de Crombach, que demuestra una alta confiabilidad se puede aplicar debido a que si esta midiendo el constructo que se desea medir y para una reconstrucción del cuestionario podría utilizarse con muy pocas correcciones. Por lo anterior se realizó un análisis de consistencia interna para cada una de las dimensiones que esta evaluando esta subprueba obteniéndose que cinco de las siete dimensiones dieron como resultado una consistencia interna superior a 0,8 Alpha de Cronbach demostrando que estas dimensiones son altamente confiables y que se pueden mantener como ya se había descrito; con respecto a la dimensión de facultad, la consistencia interna fue media (0,611) Alpha de Cronbach esto puede deberse a que para esta dimensión solo hubo 3 ítems, comparados con las otras dimensiones que tenían entre 5 y 9 ítems cada una.
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Considerando los resultados, se observa que la mayoría de la población evaluada no se encuentra satisfecha con aspectos como la efectividad de las reuniones en la facultad, la coordinación que existe respecto al manejo curricular y la disponibilidad de recursos; lo anterior se puede relacionar con la literatura, en la que Sebastián (2002, citado por Sierra et al., 2004) y Benavides et al. (1997) afirman que aquellos factores extralaborales tales como la situación económica, la situación social, el nivel educativo, el tipo de división de trabajo, los salarios y las condiciones de trabajo, afectan la satisfacción de los empleados, por lo tanto se recomienda enfocarse en factores relacionados con el bienestar de los empleados, tal es el caso del apoyo social, canales de comunicación y políticas de capacitación, recreación y bienestar socio cultural (Sierra et al., 2004). Por otra parte, se observa que en las dimensiones “Relaciones personales con los compañeros y Relaciones personales con los alumnos”, los docentes presentan una alta satisfacción, resultados que al asociarlos con la teoría, indican que los factores sociales y de la organización que incluyen el tipo de organización laboral, el clima social de la organización, los factores del grupo y la cohesión del mismo, permiten el desarrollo positivo del entorno laboral y personal de los docentes, factores que reducen la insatisfacción laboral y que podrían estar mediando positivamente en la satisfacción que presentan en los resultados en esta dimensión (De Arquer, 1999). Así mismo, es necesario tener en cuenta las relaciones sociales y personales que los docentes mantienen con los estudiantes y colegas, debido a que éstas características tienen gran relación en la satisfacción laboral y la salud en general de los docentes (Withe, 1959; Deci, 1975; citados por Claveria y Sánchez, 2005). En cuanto a la realización profesional de los docentes, se observa que el 73% presenta alta satisfacción, lo cual al relacionarlo con la teoría tal como
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lo propone Clavería y Sanchez (2005) indica que los docentes presentan un estado de tipo emocional positivo placentero que se da como resultado de la percepción subjetiva, que tienen sus experiencias en la organización; los autores plantean la importancia de considerar las condiciones laborales en las que se desempeña el personal docente, para que éstos tengan una mayor oportunidad de control y haya coherencia entre las exigencias del puesto de trabajo con las capacidades que tiene el docente, para que se pueda mostrar su competencia y autodeterminación. Por otro lado, retomando lo concerniente a los resultados generales que se obtuvieron al realizar el pilotaje del cuestionario, para realizar la adaptación de este instrumento se recomienda para una segunda fase de investigación reevaluar y reestructurar la subprueba de carga mental, basándose en la revisión de la literatura sobre esta dimensión, la cual muestra diferentes variables, que pueden llegar a hacer parte de este constructo y que no deberían tenerse en cuenta minuciosamente, en la ésta subprueba, éstas variables son procesamiento de la información del entorno a partir de los conocimientos previos, actividades de rememoración, de razonamiento y búsqueda de soluciones, procesos cognoscitivos, aspectos afectivos, por ejemplo tareas que requieren cierta intensidad y duración de esfuerzo mental de la persona en términos de concentración, atención, memoria, coordinación de ideas, toma de decisiones, autocontrol emocional , funciones cognoscitivas, memoria de razonamiento, de percepción, de atención, de aprendizaje, los cuales son recursos personales para responder a las demandas del trabajo mental (Cox y Mckay 1979; Provent, 1980; Cohen, 1984 y Wisner 1988, citados por Sierra y Suarez, 2006). Continuando con las variables que se deben incluir en detalle, en la reestructuración de la subprueba de carga mental, es necesario incluir las exigencias de la tarea, las circunstancias de trabajo tanto físicas, como sociales y de la organización y variables del exterior de la organización, el nivel de aspiración, la confianza, la motivación, las actitudes y los estilos
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ADAPTACIÓN Y PILOTAJE DEL CUESTIONARIO SOBRE EL ANÁLISIS DE LOS FACTORES PSICOSOCIALES
de reacción, las capacidades, la cualificación y la capacitación tal como las expone De Arquer (1999); Así mismo, Giacome y Silva (2004), proponen incluir el tipo de contratación, las condiciones económicas de la población objeto de estudio y de cómo éstas mismas conllevan a tener que trabajar en dos o tres instituciones, generándose agotamiento mental e insatisfacción laboral, adicionando la percepción que tienen los individuos de las variables recientemente mencionadas, se pueden añadir otros factores como las exigencias sociales, las normas culturales y la situación económica; Benavides et al. (1997), incluye variables como: el tipo de división del trabajo, la división y segmentación según cualificación, los salarios y las condiciones de trabajo. Al construir instrumentos psicométricos es necesario definir con precisión el constructo a medir, se deben elaborar indicadores empíricos, operativos y cuantitativos; también se deben recoger datos de forma rigurosa y analizar los datos adecuados al tipo de escala y estudio Aiken (2003) esta recomendación se hace debido a que como se mencionó el Cuestionario de Análisis sobre factores Psicosociales presentes en Docentes Universitarios, no mostró resultados de fiabilidad y validez satisfactorios específicamente por la baja puntuación obtenida en la subprueba de carga mental. Además de lo anterior, se recomienda contar previo a la aplicación, con un compromiso por parte de los docentes para que efectivamente colaboren con la investigación o también aplicar los instrumentos en una única sesión y de manera masiva. Para concluir, la investigación presentó resultados satisfactorios en cuanto a satisfacción laboral y ansiedad puesto que los instrumentos tienen validez de contenido y alta confiabilidad o consistencia interna, razón por la cual pueden ser utilizados en diferentes ámbitos de actuación del docente arrojando resultados significativos para la mejora de sus condiciones laborales.
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 8 No. 1, 45-58
EL SIGNIFICADO Y SENTIDO DE LA SEXUALIDAD EN NIÑOS DE EDAD INTERMEDIA Myriam Ocampo1 y Liza Díaz. 2 Universidad El Bosque
Resumen Este ejercicio investigativo estuvo encaminado a comprender el significado y sentido construido por los niños entre 9 y 12 años de edad, estudiantes de cuarto grado de primaria de la Institución Educativa Distrital Rafael Uribe Uribe, acerca del concepto de sexualidad. Fue un estudio cualitativo, utilizando técnicas como el grupo focal y entrevista para la recolección de información, el análisis de contenido se realizó a través del Atlas ti. Se encontró que, se visibiliza un significado construido de la sexualidad reducido a la definición del acto sexual y reproductivo entre una pareja, en el que puede o no haber un sentimiento de afecto, el cual es reivindicado desde el sentido dado en sus grupos de pares. Se presenta un análisis de la información al interior del texto y unas recomendaciones para la intervención frente al tema de sexualidad con este tipo de población. Palabras clave: desarrollo, edad intermedia, sexualidad, significado. Abstract This investigative exercise was aimed at understanding the meaning and significance constructed about the concept of sexuality by children between 9 and 12 years old, attending fourth grade at Rafael Uribe Uribe District School. The method was qualitative, using techniques such as focus groups and interviews in order to collect the information and Atlas ti in order to analyze the content. It was found that the constructed meaning of sexuality among these children is reduced to the sexual and reproductive act of a couple, who may or may not have feelings for each other. This definition is vindicated by the meaning given amid their peers. An information analysis is given within the text, as well as some recommendations to work the topic of sexuality within this population. Key words: Development, adolescent, sexuality, meaning.
Psicóloga, Directora del trabajo de grado, Universidad El Bosque Psicóloga, Estudiante que optan por el título de Especialista en psicología social, cooperación y gestión comunitaria
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Myriam Ocampo y Liza Díaz
A partir del siglo XXI, en Colombia la metodología y manejo de la didáctica en la explicación de la sexualidad, se ha convertido en una preocupación constante dentro de las instituciones educativas, dadas las diferentes acciones y fenómenos entre las nuevas generaciones, cuestionando la labor lograda por medio de la educación sexual, a partir de los paradigmas de educación manejados hasta el momento este tema. Este fenómeno ha hecho que instituciones educativas desde su responsabilidad, busquen una solución inmediata, empoderando a los estudiantes en su propia formación integral, pretendiendo saber cómo es comprendido el concepto de sexualidad construido a partir de las con las diversas informaciones con las que el sujeto cuenta en su contexto, y los espacios inmersos en éste. Desde aquí es importante reconocer la inclusión del niño como del joven, en la búsqueda de los saberes que aporten a su formación integral desde el conocimiento, enfocado en la educación sexual desde su educación y el manejo de la información en su contexto, para visibilizar los diversos recursos a los que recurrir a la hora de hallar soluciones, a los diferentes fenómenos que le son presentados como problemáticos en su diario vivir, especialmente en este tema, en donde fenómenos como el embarazo precoz, el aborto, el acoso y abuso sexual, comienzan a ser identificados como problemáticos, dejando en entredicho la educación tradicional y el cómo los sujetos comienzan a ser participes de la solución o del problema mismo. Es aquí, donde la calidad educativa comienza a estar en constante cuestionamiento y transformación, en donde acciones como la construcción del Plan Sectorial de Educación de Calidad para una Bogotá Positiva 2008-2012, permite observar el interés por visualizar algunas herramientas para la vida, que apuntan a la pertinencia y la calidad del proceso de la enseñanza, en diferentes temas que permitan la formación integral de los sujetos. Una de las preocupaciones más acentuada en la sociedad, que se resalta en este proyecto, es la
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diversidad de informaciones e imágenes que se transmiten en los medios masivos de comunicación, como por parte de la familia, los amigos, y el mismo colegio acerca de la sexualidad, las cuales pueden dejar abierta la puesta a cuestionamientos sobre las acciones que tanto los jóvenes, como los niños realizan teniendo en cuenta esta información. Es por esta razón, que se han generado muchos programas, a nivel nacional, por parte del Ministerio de salud y educación, que buscan generar conciencia acerca de las circunstancias y consecuencias en torno a éste tema, resurgiendo la importancia y necesidad de investigar en torno al cuál es la comprensión del significado y sentido de la sexualidad, en la actualidad, en la se aporte a la comprensión construida por las nuevas generaciones en torno a éste, a los mecanismos y herramientas que puedan contribuir a la construcción de valores que orienten las relaciones cotidianas en su contexto, contribuyendo a la estructura de un mejor plan de vida. Desde el contexto retomado para la realización de esta investigación, se logra observar como los proyectos actuales realizados por la Alcaldía mayor de Bogotá, como Salud al colegio, dentro de su marco político del programa de Bogotá positiva, comienza a desarrollar diferentes temas, entre ellos la sexualidad reproductiva, como focos de una educación integral, dirigidos a los diferentes colegios del distrito, siendo la población de grados de bachillerato los más focalizados, en los que se enfatizan los procesos de gestión escolar, presentes en el funcionamiento, de las relaciones que se establecen en las instituciones y los resultados que se logran debelar con los actores involucrados, frente al cómo actúan estos ante los diferentes fenómenos presentados dentro del contexto. En el caso de la Institución Educativa Distrital Rafael Uribe Uribe, desde su gestión escolar, los docentes y administrativos se encuentran preocupados, por las diferentes acciones y prácticas que los jóvenes y niños están realizando dentro de la institución y fuera de ella, las cuales se visibilizan
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EL SIGNIFICADO Y SENTIDO DE LA SEXUALIDAD EN NIÑOS
como problemáticas tanto para la institución, como para los mismos estudiantes, en el que la sexualidad se ve directamente involucrada, para la obtención dentro del grupo de estudiantes de un poder y estatus con una cierta gama de beneficios dentro de éste para el sujeto, en donde estas acciones debelan consecuencias como el embarazo de jóvenes de 12 años en adelante, la búsqueda de afecto con sus parejas por medio de la realización de actos sexuales por chantaje de sus parejas o por el sentimiento de soledad del sujeto y posibles transmisiones de enfermedades sexuales, dando cuenta el notorio vacio por falta de un programa orientado al manejo del tema de la sexualidad con un mejor impacto, especialmente para los grados de primaria, desde los cuales se comienza a visibilizar los diferentes fenómenos mencionados. Objetivos Objetivo General Comprender el significado y sentido construido por los niños y niñas entre 9 y 12 años de edad, de la Institución Educativa Distrital Rafael Uribe Uribe, acerca del concepto de sexualidad, desde el cual se comienza a entender la estructura de una noción clara y responsable de la sexualidad, a partir de sus conceptos básicos, su aplicación y vivencia en sus relaciones, para la proyección de su plan de vida. Objetivos específicos. Identificar la información respecto a la sexualidad, que tienen los niños y niñas entre 9 y 12 años de edad, de la Institución Educativa Distrital Rafael Uribe Uribe, con la cual construyen el significado y sentido para este concepto. El segundo objetivo especifico es interpretar la relación existente entre la información proporcionada a los niños y niñas entre 9 y 12 años de edad de esta institución educativa, y la construcción del significado y sentido del concepto de sexualidad.
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Y por último se pretende identificar en los niños y niñas de 9 a 12 años de edad que valores están implicados en la formación del significado que ayuda a construir una aspiración de sí mismo para una vida futura como adultos respecto a la sexualidad. Esta intención de comprensión de la investigación, nace desde la exposición de diferentes investigaciones realizadas en torno al tema de la sexualidad en la población infantil, en donde fenómenos como el embarazo a temprana edad y la transmisión sexual de enfermedades han buscado ser comprendidos desde las diferentes explicaciones y comprensiones frente a los conocimientos que poseen los niños y jóvenes sobre la sexualidad, teniendo en cuenta sus cambios físicos y cognitivos, en donde menciona Calas y Frometa (2006), concluyen que el éxito de una integralidad sexual depende de la educación que ellos reciben de sus familias, en términos de calidad de información y tiempo, evidenciando una buena orientación y conocimiento en las normas morales y sociales, responsables y preventivas, frente a los nuevos prejuicios y la liberación de la conducta sexual, acorde al momento histórico y cultural actual, para la comprensión contextualizada de las acciones como el comienzo de una relación sexual temprana a partir de los 10 años y el conocimiento de los métodos anticonceptivos, y de las enfermedades sexuales. Es por esto que Correa, Jaramillo y Ucros (1972), reconocen la importancia de intervenir en la cantidad y calidad de la información que está envuelta en el contexto, en el que se reconoce el papel de la educación sexual como eje fundamental, un proceso continuo que se encarga de enfatizar que la sexualidad son todas las relaciones que mantenemos y construimos como seres humanos, tanto con hombres como mujeres y con nuestro entorno, de forma física, psíquica y/o emocional, para evitar la confusión en sus conocimientos y vivencias, en cuanto a la dicotomía sexual a la que se enfrentan en su contexto, resaltando el papel fundamental que poseen las instituciones educativas y de las familias,
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dentro del proceso de desarrollo del sujeto y las construcción de relaciones que realiza en su entorno. Desde estos conceptos Pacheco et al. (2007), retoma el papel de la cultura en la construcción de los significados de la sexualidad a partir de la socialización primaria, basada en la diferencia de los géneros configurados en el ejercicio de la sexualidad, las prácticas sexuales y el cuidado, en donde se hace necesaria la priorización en el desarrollo de estrategias pedagógicas que generen contextos de socialización democráticos, enfatizando en la construcción de un significado integral de la sexualidad. Junto a esta afirmación, se encuentran Munive, Mosquera y Ortegón (2004), quienes visualizaron los diferentes reduccionismos que se logran ver en los diferentes contextos sociales, acerca de la sexualidad, considerándola únicamente desde la parte biológica como algo que compete a las relaciones genitales especifico a las relaciones heterosexual u homosexual, las cuales son consideradas desde la generación de tabúes. De esta manera, las conversaciones frente al tema de sexualidad se relacionan a la credibilidad y la confianza que posee el sujeto con la sociedad, en que se encuentra que las primeras fuentes de información son los amigos y los padres, dependiendo del tipo de relación que se tenga y si el tema a tratar afecta el plan de vida de la persona. Según Munive et al. (2004), desde aquí los temas que deben ser destacados en la educación sexual se centran en el autocuidado, autoestima, responsabilidad y valores, en el que se reconozcan los recursos y herramientas del sujeto en el análisis, reflexión y solución de los diferentes fenómenos que se presentan en torno a la sexualidad. A partir de aquí, desde el marco referencial Guerrero (1998), expone que la sexualidad históricamente se ha considerado como un conjunto de comportamientos aprendidos, que hacen que el hombre sea hombre y la mujer sea mujer, tanto en sus pensamientos, sentimientos y acciones, también es una manera en que el ser humano se relaciona
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consigo mismo y con los otros, la cual la demarca desde una dimensión individual y social, una base biológica, común, única, cambiante y relativa. Por su parte el concepto de sexo hace referencia a la diferencia y equidad de género, como un conjunto de condiciones, tanto fisiológicas, como comportamentales y socioculturales, que acompañan y permiten la ejecución de esa función sexual, donde Hernández y Jaramillo (2006), hablan de las diferencias a nivel cromosómico, gonadal, genital y social, donde se tiene en cuenta tanto el cuerpo, como en las actitudes y experiencias que posee el sujeto dentro de su contexto histórico-cultural. Adicionalmente la sexualidad según Hernández et al. (2006), es un fundamento de la experiencia humana, en donde cada sujeto expresa, comunica, intima, siente, da y recibe placer, por medio del lenguaje y de los sentidos del cuerpo, los cuales son diferentes de sujeto a sujeto, porque se basa en lo aprendido y construido en su contexto y en los vínculos formados. En lo que corresponde al acto sexual, se tienen en cuenta las respuestas sexuales que se dan dentro del acto, desde el momento del preámbulo, el momento del acto, con sus ciclos y el después del acto, teniendo en cuenta las acciones que se pueden realizar o no de manera física o cultural, en donde fenómenos como la transmisión de enfermedades sexuales, el abuso sexual, el aborto y los métodos anticonceptivos, afectan la manera como es significada histórico-culturalmente la sexualidad y la concepción, visibilizados por medio de los mitos, prejuicios y/o tabúes construidos. Enfatizando estos conceptos de sexualidad dentro del proceso de desarrollo de los sujetos, hay que reconocer en qué etapa se encuentran los niños y niñas de 9 a 12 años de edad, participantes dentro de la investigación, Berrocal (2005), afirma que desde una mirada fisiológica de la maduración sexual, las niñas comienzan con el desarrollo del busto, determinado por la herencia y niveles de estrógeno, aparece el vello púbico, aumenta el tamaño de la
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vagina y útero, aparece la primera menstruación, en la cual, los primeros ciclos son irregulares, se aumentan las secreciones vaginales. En el caso de los niños se aumenta el tamaño de los testículos, pene y demás órganos sexuales, aparecen los sueños húmedos, hay crecimiento de vello púbico, axilar y facial, hay un notable cambio de voz. Desde el desarrollo cognitivo Muños (s.f.) afirma, que se encuentran en la etapa de operaciones concretas la cual se destaca por la disminución del pensamiento egocéntrico y del centrarse en un estimulo, donde se entiende el concepto de agrupar y comprender que diferentes situaciones u objetos concretos pueden hacer parte de un mismo grupo, desarrollando su pensamiento abstracto. Este concepto, se une al de niñez intermedia, referenciado por Papalia (2005), quien afirma que es “cuando están en posibilidades de realizar operaciones mentales para resolver problemas concretos (reales)” (p. 359), de procesar información, donde empiezan a desarrollar y emplear estrategias para el procesamiento y retención, donde distinguen aquella que es importante prestarle atención y recordar. Desde aquí, la percepción se convierte en un elemento crucial, según Goldstein (1999), en la formación de un significado del niño de las cosas con las cuales está en permanente contacto, las personas, su entorno, el contexto en general, por el cual conoce el mundo, por medio de los sentidos. El desarrollo psicosocial, según Papalia (2005), son los juicios sobre el yo más realista, equilibrado y completo, tiene la capacidad cognitiva para construir “sistemas representacionales: autoconceptos amplios y generales que integran diferentes aspectos del yo” (p. 397). De acuerdo con la teoría de Freud de las etapas del desarrollo psicosexual, Carvallo (2005) afirma, que en la niñez intermedia se posiciona en el periodo de latencia, en la cual el niño consolida y elabora los rasgos y habilidades, obtenidas en las etapas anteriores, y preparándose para las que vendrán con la última etapa, la genita, para la madurez de su identidad sexual.
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Así, es importante el reconocimiento del papel de la sociedad, la cultura y el contexto, en la construcción de los conceptos y los conocimientos que el niño posee sobre su realidad, en la construcción del significado y sentido que forma de esta misma realidad. Por ello, Kozulin (2000) afirma que la relación que hay entre el individuo y su entorno siempre esta mediada por algo, un objeto, otro individuo o el lenguaje. En las situación de aprendizaje este mediador, que es un signo o instrumento cultural, “selecciona, modifica, aplica e interpreta objetos y procesos” (p. 78), en significaciones que se dan al individuo como parte de su contexto y que comienzan a ser parte de él, donde los significados son producciones sociales construidas en la interacción, en donde los significados “surgen de la manera de actuar de otros hacia la primera persona en relación con la cosa” (p. 80). A partir de las herramientas o simbolismos que facilita la cultura, para organizar y entender el contexto en el que se desenvuelve el individuo, se crea el significado, el cual para Bruner (1977), es “conservando, elaborando y pasando a generaciones sucesivas” (p. 21), que mantiene una forma de vida e identidad en la sociedad, y desde el cual generan el intercambio cultural. Para Bruner (1998) el significado es un fenómeno mediado por la cultura, pues depende de ese sistema de símbolos previos, que son compartidos por los actores de ésta, a partir de la internalización del lenguaje, para crear y transformar los significados, desde los cuales los individuos construyen y representan su realidad, y son capaces de discutir y reflexionar sobre esta misma. Es por ello que el significado que se construye sobre la sexualidad, está desarrollado a partir de aquellas interacciones que mantiene el sujeto con su contexto, por medio del lenguaje, en donde se logra reflejar el cómo la sexualidad es un concepto tan cuestionado, censurado como trabajado a lo largo de la historia, influyendo la manera como se ve y se maneja en la vida cotidiana.
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Si bien, como menciona Bruner (1977), la creación de significado está limitada, tanto por la naturaleza mental del individuo, como por los mismos sistemas simbólicos que proporciona la cultura, la misma persona debe ser metalinguistico, para examinar y trascender estos límites, en donde los sujetos deben ser capases de generar un aprendizaje mutuo, en el que se construyen conceptos compartidos y que son negociados, con los instrumentos culturales, para su interacción con el entorno, desde sus referencias pasadas y presentes, visibilizando las consecuencias de esta relación e interacción a futuro, en torno a la significación de sus relaciones de manera responsable. Es de esta manera como una educación para la sexualidad, debe ser una acción social, en el que se reconozca tanto la importancia del conocimiento del tema en su origen y función, como lo que implica dentro de la sociedad, en la manera en que el individuo puede retomarla, trabajarla y formarse expectativas frente a esta, dentro de su plan de vida y dentro de sus interacciones que construye dentro de su contexto, como dice West (2005), por medio del lenguaje, creando nuevas realidades intersubjetivas desde sus experiencias, logrando evidenciar no solo el significado construido, sino el sentido otorgado por el sujeto de manera cognitiva como emocional de las propias acciones, como las de los otros, dentro de un escenario determinado. Método La presente investigación corresponde a un estudio cualitativo. Técnicas de recolección de datos Las entrevistas realizadas a dos niños y cuatro niñas, se desarrollaron en el tiempo de una hora, en la cual se comenzó a hablar sobre qué tipo de vivencia sexual han tenido cada uno de los participantes a lo largo de su vida, para la construcción del significado de
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este concepto y que proyección tiene de sí mismo, con respecto a este tema. Adicionalmente se realizo un grupo focal, el cual es una herramienta de recolección de información, de carácter colectivo, realizada a nueve niños y niñas de 9 a 12 años de edad, en el que se aborda un número específico de fenómenos, determinados en los objetivos de la investigación, en el que se construyen preguntas que complementaran la información, promoviendo la narrativa en los sujetos. Para la facilitación de la narrativa, se les pidió a los niños y niñas que realizaran un dibujo en el que se reflejara como entienden y/o comprenden el significado de la sexualidad, a nivel de información, a partir de las diferentes experiencias que ellos hayan tenido dentro del colegio, el hogar, con los amigos o al estar en contacto con algún medio masivo de información, con el fin de generar un diálogo más dinámico y controversial en el abordaje del tema. Análisis del contenido Se utilizó la técnica de análisis de contenido. En este análisis del discurso se utilizaron las guías de grupo focal y entrevista respectivamente, basadas en información, fuentes de información, relato/ vivencia, proyección de sí mismo, mirando la relación entre estos criterios establecidos, como categorías de análisis, relacionado con la información obtenida del los sujetos con aspectos del marco conceptual, registrada dentro de una matriz de análisis. Para esto, se utilizó el programa de Atlas Ti, el cual es un instrumento informático, para facilitar el análisis de grandes cantidades de datos textuales. Participantes Se conto con la participación de nueve estudiantes para el grupo focal, entre niños y niñas de 9 a 12 años de edad, de cuarto grado de primaria, de la Institución Educativa Distrital Rafael Uribe Uribe, ubicada en el barrio Tunal, localidad de Tunjuelito.
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Procedimiento Para la realización de cada una de las actividades desarrolladas dentro del proceso investigativo, se realizo una reunión con cada uno de los actores de la Institución Educativa Rafael Uribe Uribe, que estuvieron involucrados en la realización de las actividades investigativas, (rector del colegio, coordinador de primaria, orientadora de primaria, profesora del curso cuarto, estudiantes del curso, padres de familia), en donde se explico el propósito de esta investigación y el cómo se realizarían cada una de las acciones para la recolección de información. Estas sesiones se realizaron dentro de las instalaciones de la institución educativa. Uno de los recursos utilizados dentro de la investigación, de acuerdo con las normas éticas profesionales y los procesos de acción a realizar dentro de ésta con la población infantil, fue la realización de un consentimiento informado, para la obtención de la autorización por parte de los padres de los niños y niñas participantes, y donde se explicaron cada una de las actividades a realizar con cada uno de ellos. Las entrevistas semiestructuradas, se realizaron de manera individual a cuatro niñas y dos niños, entre 9 y 12 años de edad, escogidos por la docente, los cuales previamente habían aceptado de manera voluntaria ser participes dentro de la investigación. Ya para el grupo focal, los participantes fueron los mismos niños y niñas que estuvieron presentes en las entrevistas, mas tres compañeros hombres del mismo curso, escogidos por la docente. Para comenzar la sesión del grupo focal, se les pidió a los estudiantes la realización de un dibujo de lo que ellos comprendían por sexualidad, como una manera de iniciar la conversación sobre la sexualidad y promover la narrativa de los participantes. Por último, se realizo una sesión adicional con todos los estudiantes de grado cuarto en el cual se construyo un plan de acción interventivo, en el que se tuvieron en cuenta las recomendaciones para la intervención frente al tema de sexualidad en niños
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de edad intermedia, realizada por medio de un árbol de problemas, para una mejor comprensión y construcción del significado de sexualidad, vislumbrando las problemáticas contextuales actuales, referentes al tema de sexualidad, para poder identificar cuáles son las problemáticas, sus principales causas y efectos. Resultados En un primer momento se pretendió comprender como los participantes perciben y entienden desde su vivencia y proyección de sí mismos las relaciones de pareja, la percepción, conocimiento, comunicación y las acciones concretas realizadas en torno a la sexualidad. Aproximadamente, en términos de haber tenido en su experiencia una relación sentimental, el 100% de los niños afirma que si, debido a las diferentes acciones que son realizadas dentro de la relación, que culturalmente han sido entendidas como parte de las relaciones sentimentales, como por ejemplo el darle un “pico en la boca” a su pareja o “salir a comer helado”. En el caso de las niñas, el 100% afirma no haber tenido una relación de pareja, basándose en estas mismas acciones, con el argumento de “estoy muy chiquita y las niñas de mi edad no deben tener novio”. A pesar de esta afirmación, estas niñas proyectan una relación sentimental con una pareja, que además de realizar determinadas acciones, debe tener determinados rasgos de personalidad. En el caso de los niños, el 100% afirma que no solo es el sentimiento de afecto el que interviene en la relación de pareja, sino también influye la situación económica. El 100% de las niñas y los niños reconocen la sexualidad como un acto sexual, explícitamente entre una pareja, el cual debe ser realizado con un sentimiento de afecto. Si bien lo reconocen como un “acto normal” dentro de la pareja, especialmente para tener hijos, el 75% de las niñas reconocen este acto como “grosero”, pues ningún niño o niña debe realizarlo. La expresión del afecto, para los parti-
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cipantes, no solo se deriva a la realización del acto sexual dentro de una pareja, sino el salir a algún lado o el darle cosas materiales. El 100% de los participantes reconocen la función de cada una de las partes del cuerpo dentro de la concepción, a través del acto sexual, en donde se incluyen conceptos de respeto y decisión, que al no estar presentes, puede ser tomado el acto sexual como “una violación”, o como un irrespeto al propio cuerpo y del otro. Dentro del reconocimiento del cuerpo, el 75% de las niñas omiten el hablar de los órganos genitales y el verbalizar la palabra sexo o sexualidad, debido a la concepción que tienen que es un acto “grosero”. La proyección a futuro frente a la idea de tener una pareja o una relación sexual, para el 75% de las niñas no es una idea concreta y definida para su propio futuro, mientras que el 100% de los niños es una probabilidad para conformar familia. En un segundo momento, se tuvo en cuenta la información y las fuentes de información para comprender el acceso, percepción, manejo y sentido atribuido a la información del concepto de sexualidad. A partir de los dibujos realizados por los participantes, se logro observar el cómo cada uno entiende la sexualidad. Hay una representación directa de la sexualidad con el acto sexual, por el 88.8% de los participantes, la cual es verbalizada por el grupo de amigos y compañeros. A partir de los dibujos, el 88.8% de los participantes representan la realizacion del acto sexual espacialmente dentro de una habitación, y el 11.1% complementaron que es un momento en que la pareja comparte para la expresion del sentimiento de afecto o “amor” que sienten mutuamente. En términos de las fuentes de información, frente a al búsqueda, comprensión y expresión de temas relacionados a la sexualidad, la mas utilizadas por el 100% de los participantes son los amigos y compañeros, debido a su percepción de no ser jusgados al hablar de sexualidad, sino que por el
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contrario son aprovados por medio de la risa de sus compañeros. Adicionalmente el 77.7% de los participantes refieren algunos refranes o dichos, y frases populares que han escuchado en torno a la sexualidad, como una forma de hablar dentro de sus grupos de amigos. En un segundo puesto de fuente de información mas recurrida, se encuentra la familia, en donde el 100% de los niños lo relacionaron el hablar de sexualidad dentro de este sistema, con los conceptos de crecimiento y maduración masculina, visibilizada especialmente por la relación que establecen los sujetos con sus padres, por la explicación y utilización de imágenes cotidianas para su introduccion al tema. En el caso de las niñas, el 75%, afirmó que sus padres y madres no les hablaban directamente de sexo, y en el caso de que ellas introduscan el tema, son jusgadas de manera verbal o no verbal. Si bien para los participantes, la familia reconoce la importancia de hablar el tema de sexualidad con ellos, la acción no se ha realizado hasta el momento. Si bien, la familia toca el tema en frente de ellos dentro de sus conversaciones cotidianas, con palabras poco técnicas, no se les explicadas todas las cosas a las que se refieren sobre sexualidad, a pesar de que para los participantes es la fuente más confiable de entrega y construcción de información. El 100% de los participantes afirman que los familiares con los cuales tienen una proximidad de edad, son los que comienzan a presentarle imágenes por medio de diferentes medios de comunicación , o les realizan explicaciones graficas de lo que ellos entienden por sexualidad, relacionandolo especialmente al cómo es el acto sexual. El 100% de los participantes perciben una omisión de la información de la sexualidad por parte de los adultos, y descalificación de su propio conocimiento al respecto de la sexualidad. Ya dentro de las acciones observadas por parte de los participantes, dentro de la sociedad sobre la sexualidad, reconocen las diferentes opiniones frente a los actos o fenómenos que se desenvuelven en
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torno a esta, en su exaltación como indebida, como por ejemplo la homosexualidad, o su aprobación tanto de manera verbal como no verbal, que para el 100% de los niños se vuelve contradictoria. Desde el sentido atribuido a la sexualidad, el 75% de las niñas afirmó tener un sentimiento de vergüenza al hablar de sexualidad, refiriéndose a él como “es grosero”, “da asco”, por ello omiten decir el nombre de los genitales. El 100% de los participantes afirmaron que el sentido de la sexualidad está encaminado a la reproducción y de reconocer a la pareja para la conformación de familia, el cual debe realizarse con un sentimiento de afecto mutuo, pero en el caso de los niños, el 100% afirmó que también el acto sexual se realiza por gusto de la misma pareja. En términos de las enfermedades sexuales, el 100% de los participantes reconoció el SIDA como una enfermedad exclusivamente transmitida dentro del acto sexual, y que existen otras pero no recuerdan el nombre, pero adicionando Cáncer de útero como otra enfermedad generada por el acto sexual, en donde el principal método anticonceptivo para prevenir cualquier enfermedad es el condón. Ya en el reconocimiento de otras enfermedades el 44.4% de los participantes saben que existen otras enfermedades obtenidas por medio del acto sexual, pero no recuerdan su nombre, y adicionan el Cáncer de útero como otra enfermedad generada por el acto sexual. Por último, en el caso del conocimiento de otros conceptos envueltos dentro de la sexualidad, el 50% de las niñas que por medio de los medios de comunicación se encuentran expresiones de la sensualidad, en donde no hay acto sexual, pero no reconocen otro tipo de expresiones como el erotismo. Discusión Para dar cuenta del objetivo general de esta investigación, en torno a la comprensión que realizan los niños y niñas de 9 a 12 años de edad, de la
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Institución Educativa Distrital Rafael Uribe Uribe, frente al concepto de sexualidad, se debe dar cuenta en primera instancia de la información que poseen estos niños de edad intermedia, acerca de este concepto, comprendido desde las principales fuentes de información que son tomados como referentes, para la obtención de información sobre la sexualidad, los cuales de maneja jerárquica para estos sujetos se toman de la siguiente forma: los amigos y compañeros, los medios masivos de comunicación, la familia y el colegio. Este orden de importancia dentro de la experiencia del niño de edad intermedia, se relaciona al lazo de cercanía relacional que posea con esa fuente, con la cual puede construir un conocimiento real o ideal de la sexualidad, dependiendo de sus intereses y de la confrontación que realizan con las normas socioculturales relacionadas a la edad. En este caso, la primera fuente de información son los amigos y los compañeros, debido a su proximidad de edad y por sus intereses comunes de conocer el tema de sexualidad, donde el conocimiento frente al tema, puede aumentar en algunos sujetos del grupo, con los cuales puede hablar, preguntar, entender e interpretar todas las situaciones de la cotidianidad que perciben y el cómo está relacionado a este tema, sin temer al ser juzgados por la sociedad. Dentro de los grupos de amigos y compañeros, los niños de edad intermedia comienzan a construir un lenguaje, que se fundamenta en el sentido común social de lo que significa la sexualidad, tomando elementos de la realidad inmediata, que son resignificados para ejemplificar determinadas situaciones sociales visibilizadas por ellos. Además dentro de la dinámica grupal, el conversar desde su lenguaje sobre la sexualidad, está acompañado del sentimiento de aprobación grupal, tras privilegiar a las personas que sean capaces de hablar del tema, asignándole un rol y estatus determinado dentro del grupo, en el que poder salirse de los limites sociales permitidos, generara una satisfacción personal y grupal, la cual es manejada
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y expresada por medio del morbo, pero que está delimitado por las normas construidas de manera implícita dentro del mismo grupo a la hora de hablar desde este lenguaje. La visibilización de una cultura de la sexualidad se da por medio de la construcción del lenguaje realizado por los niños de edad intermedia, en sus grupos de amigos y compañeros, referido exclusivamente a temas de la sexualidad, en donde la resignificación de los elementos y palabras utilizados en su cotidianidad, fundamentados en el sentido común, para comprender y explicar su concepción de lo que significa la sexualidad, en la que puedan hablar libremente de ésta dentro de sus interacciones grupales, que incluyen limites implícitos, para autoregular su comportamiento dentro y fuera del grupo, que no perjudique sus acciones de diversión, esparcimiento y conocimiento, en el que satisfacen sus necesidades y logran establecer y obtener un estatus dentro de éste. Cabe aclarar que éste primer nivel jerárquico puede variar por el de la familia, representada por los hermanos o primos, dependiendo de qué tan fuerte es la relación que el niño de edad intermedia establece con estos. Desde los medios de comunicación como fuente de información, comienzan a ser una de las más recurridas por los niños y niñas, debido a su reducido control sobre la información, logrando la obtención de ésta a mayor cantidad, pero de poca calidad contextual, en el cual se comprenden significados de la sexualidad, pero dejando en entredicho lo real del conocimiento obtenido, permitiendo que esta fuente se conciba abierta a la construcción de espacios de diversión, pero no de conocimiento teórico y real, a partir del cual se generan conductas morbosas hacia la sexualidad. El manejo de esta fuente de información logra visibilizar el tipo de control familiar como el autocontrol por parte de los niños, derivado a la responsabilidad de su propia construcción de conocimiento y del manejo de este en las diferentes relaciones socioculturales con las cuales está en constante contacto.
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En el caso de la familia, representada en este caso por los padres, es la fuente de información más confiable para los niños de edad intermedia, y a la que le dan un mayor valor, debido a la percepción de que los padres conocen en mayor proporción que es la sexualidad, pero al entrar a hablar de este tema puede generar diferentes acciones, como el reconocimiento de la importancia de hablarlo dentro de la familia, por el crecimiento y desarrollo del niño, pero que se evita realizar por inhabilidad de introducir al tema o por los imaginarios sociales, los cuales comienzan a generar confusión de significados de la sexualidad por la variedad de informaciones poco contextualizadas en el que no distinguen entre la información real e imaginaria. Berge (1968), menciona que el niño comienza a manifestar la necesidad de ser informado sobre la sexualidad, debido a aquel conocimiento inconsciente que posee desde sus instintos, los cuales se desarrollan a partir del crecimiento y maduración del sujeto, pero que para la sociedad es difícil llevarlo a la práctica, debido a aquellas concepciones culturales, en las que se niegan las pautas de conversación, debido al imaginario que le quita al ser humano su racionalidad, convirtiéndolo en un simple animal constituido de instintos. A pesar de lo anterior, en especial los padres, más que las madres, con el hijo hombre habla más libremente de la sexualidad, retomando los ejemplos cotidianos o las imágenes proporcionadas por los medios de comunicación para introducirlos en el tema, de una manera poco técnica en el lenguaje, lo que permite que los niños de edad intermedia comprenda esta acción como una aprobación y paso a su propia madures. Al contrario, para las niñas el autocontrol al hablar de sexualidad es mayor, debido al valor social y estatus que se les otorga a ellas, culturalmente, al abstenerse a observar y hablar de la sexualidad, a edad temprana. Cabe aclarar, que estas concepciones de autocontrol, como de introducción al tema de la sexualidad, está directamente relacionado al como sociocultural-
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mente, están entendidos los papeles de los géneros de manera histórico-contextual. Una de las fuentes de información que es poco reconocida por los niños y niñas, pero aun así mencionada, es el colegio, debido a la percepción de reducción de la sexualidad al sistema reproductor, mas la falta de profundización del papel de la sexualidad y el acto sexual dentro de las interacciones humanas, de comunicación y expresión de sentimientos. Desde la información adquirida y construida con estas fuentes, el niño de edad intermedia, identifica desde su contexto una significación de la sexualidad basada y reducida al acto sexual entre una pareja, explícitamente heterosexual, que para las niñas está dirigida a la reproducción y posible conformación de familia, dentro del cual hay un sentimiento de afecto mutuo, etiquetado como amor, mientras que en los niños el acto sexual, además de estar involucrado esos mismos aspectos, están inmersos en la forma como la pareja encuentra una satisfacción física y emocional dentro de su relación, que puede estar afectado en algún momento por la situación económica de la pareja. Este sentimiento significado desde el amor, es idealizado, especialmente por las niñas en términos de la conformación de pareja a futuro, pero que es cuestionado debido a las diferentes categorizaciones que realizan de los hombres, los cuales solo al cumplir una serie de requisitos, en la que se encuentra una durabilidad larga en el tiempo de la relación, se convertirían en la pareja significada como ideal. A diferencia en los niños, hay una proyección en el presente de conformación de pareja, con un reconocimiento de las diferencias personales, las cuales deben ser aceptadas por el otro, para la formalización de pareja, dándole un mayor sentido a la ejecución de una expresión del afecto. Adicionalmente los niños de edad intermedia realizan una diferenciación marcada entre el hacer el amor, en el cual está inmerso un sentimiento de afecto, y tener sexo, el cual se realiza por un inter-
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cambio económico. Cabe aclarar, que la realización del acto sexual es ubicada espacialmente por los niños y niñas, dentro de la habitación, en donde los niños especialmente la relacionan con los espacios que comparten los padres para su intimidad. El significado y sentido construido por los niños y niñas acerca de la sexualidad, está directamente relacionado con la información obtenida del contexto-histórico en el que se desenvuelven, el cual esta mediado por el lenguaje verbal y no verbal de la sociedad, que comienza a ser cuestionado en términos de la coherencia que posee frente a las acciones exigidas por ella y las que realiza, y el cómo maneja desde su poder las descalificaciones o gratificaciones realizadas por y hacia los sujetos que cumplan o no con las normas establecidas, en torno al tema de la sexualidad, que al ser contradictorios, y son visibilizados por los sujetos, generan acciones de morbosidad y descalificación de otros o del sujeto mismo, que influyen en la concepción de lo que debería ser o es la sexualidad. Una de las consecuencias de la descalificación u omisión de sí mismo, es la negación que realizan especialmente las niñas de sus genitales como parte de su cuerpo, en la que perciben una negación o posible señalamiento social, como algo negativo, que impide la apropiación e identificación con su propio cuerpo, y la legitimación del conocimiento de su sexualidad. En el caso de los niños difiere por cómo es entendido el cuerpo de éste socialmente, dentro de su proceso de maduración y pensamiento del género de manera cultural. Esta situación, se ve reflejada en los tabúes construidos socialmente, y que son percibidos por la población infantil, que si bien han sido reevaluados y resignificados de manera histórico-contextual, mantienen en los sujetos imaginarios de que los niños de edad intermedia no están en la capacidad de entender y comprender la complejidad en las relaciones que implica no solo la sexualidad, sino directamente el acto sexual.
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Estos imaginarios contribuyen a la falta de contextualización, como de profundización de la información y definición de los conceptos en torno a la sexualidad, los cuales evidencian falencias en términos del apoyo social, de aquellos actores sociales que rodena al niño de edad intermedia, que al no tener clara su propia concepción de la sexualidad asociada a las diferentes situaciones presentadas en la cotidianidad, permiten la conformación de un significado que puede chocar con la construcción de determinadas interacciones sociales. En términos de los métodos anticonceptivos como conceptivos, que para estos niños y niñas, no hay una distinción conceptual, debido a la falta de diferenciación entre los dos, “no, ahh, creo que es con lo que las mujeres se mandan inseminar algo así para quedar embarazadas… si, por ejemplo que eso lo usa el hombre para no tener hijos pero a veces no sirve…”. Adicionalmente reconocen la existencia de elementos que pueden servir para prevención del embarazo; el cual conlleva muchos significados dentro del espacio familiar de manera positiva o negativa para la misma dinámica de este sistema; identificada especialmente por el condón, y en algunos casos para la adquisición de enfermedades sexuales, siendo el Sida la única visibilizada por los niños, pero no se conocen las cualidades y defectos de estos métodos, en el momento o después del acto sexual. Por otra parte en la formación de significado de la sexualidad, los valores que están en la construcción de una aspiración de sí mismo para una vida presente y futura respecto a la sexualidad, para los niños, es el respeto y la responsabilidad, reconocidas en torno a la toma de decisiones propia y de otros, de lo que cada sujeto desea hacer o no con su cuerpo, desde las expectativas propias como socioculturales dentro de una relación de pareja y sexual. Los niños de edad intermedia no son una tabula rasa de conocimiento de la sexualidad, sino que por el contrario son sujetos de una historia, de un contexto y de una sociedad en la cual hay un constante inter-
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cambio de informaciones, que deben ser asociadas con el momento histórico en el que se vive, a través de un proceso de orientación y entendimiento para una mejor interpretación, reflexión y aplicación en el desarrollo de habilidades sociales inmersas en el proceso de la sexualidad. El apoyo social comienza a ser crucial para la construcción de un significado frente a la sexualidad desde lo inter como intrapersonal, en el que se debe reconocer y reivindicar el conocimiento construido por los niños de edad intermedia, a partir del cual se sientan incluidos, legitimando su capacidad reflexiva y propositiva frente a los acontecimientos y circunstancias individuales como sociales, transformándolos en agentes de cambio de su contexto. Algunas de las recomendaciones realizadas junto con la población, por medio de la técnica de árbol de problemas, dentro del desarrollo de esta investigación son: 1. La visibilización y legitimación por parte del profesional del conocimiento previo que posee la población de edad intermedia frente a la sexualidad, pues para un proceso interventivo el reconocer estos significados, emociones y sensaciones que poseen frente al tema de sexualidad, permite comprender el cómo se ha entendió hasta el momento, que tipo de fenómenos ha creado en el contexto y cuál es la mejor manera de intervenir, teniendo en cuenta las necesidades de la población. 2. Es necesaria la contextualización de la sexualidad en los diferentes espacios de interacción, él como es un reconocimiento hacia sí mismo y hace parte de su desarrollo físico, emocional y del proceso de identidad. 3. Realizar un proceso investigativo frente a las diferencias culturales envueltas dentro de los géneros en la historia de vida de la población de edad intermedia, en el que se observe y comprenda la manera en que influye esta concepción en el cómo hablaban de la sexualidad en ese momento especifico. 4. Es importante dentro del trabajo encaminado en la sexualidad, trabajar los conceptos, conocimien-
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tos y percepciones que poseen los sujetos de su propio cuerpo, en donde se reconozca y resalte la importancia del cuidado de cada una de las partes del cuerpo, como de su participación en la conformación de identidad, lo cual lograría fortalecer los procesos de autoestima y autoconcepto. 5. Es importante la legitimación y reconocimiento de los significados conformados por los niños de edad intermedia acerca de la sexualidad, para la búsqueda de un proceso de intervención encaminado a la inclusión de esta población, como actores de cambio a partir del desarrollo de sus competencias propositiva. 6. Reconocer y visibilizar la importancia del papel de la población de edad intermedia en su proceso de desarrollo, exaltando los valores de responsabilidad y respeto, reconocidos de manera cultural, para su resignificación dentro de las exigencias y normas socioculturales del momento, como de la misma cotidianidad de sujeto, lo cual puede permitirle un desarrollo adecuado de sus habilidades y capacidades sociales dentro de un contexto determinado. 7. Involucrar a los padres y el colegio en los procesos de interventivos a realizar, para facilitar y reforzar el trabajo realizado con los niños de edad intermedia, de tal manera que tenga una continuidad en los diferentes escenarios y sean significativos para cada uno de los actores involucrados. 8. Para el desarrollo de una propuesta de intervención frente a la sexualidad, es necesaria la realización de actividades didácticas innovadoras, desde las cuales el niño logre poner en su cotidianidad cada uno de los elementos tratados, y cómo manejarlos en su contexto, de manera reflexiva, propositiva y ética. Referencias Berge, A. (1968). Educación sexual de la infancia. Barcelona: Paideia Berrocal, L. (2005). La maduración sexual. Tomado el 15 de febrero de 2010, de http://
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 8 No. 1, 59-76
RELACIÓN DEL ESTRÉS LABORAL CON LAS CONDICIONES DE TRABAJO Y LAS CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS DE TRABAJADORES EN LA CENTRAL DE COMUNICACIONES DE UNA EMPRESA DE TAXIS Liliana Ahumada; Cecilia Uribe1; Alexandra Alba-Gómez y Javier Zea-Acosta2 Universidad El Bosque
Resumen El objetivo principal de la presente investigación fue identificar la relación entre estrés laboral, las condiciones laborales (número de horas trabajadas y percepción de la remuneración) y las variables sociodemográficas (sexo y estado civil), en las personas que trabajan en la central de comunicaciones de una empresa de transporte público modalidad taxi en la ciudad de Bogotá; pues se considera que el estrés es un problema importante de salud profesional y actualmente, una causa significativa de incapacidad laboral. Para establecer esta relación se trabajó con la población total de radio-operadores de la empresa, que laboran en turnos rotativos; a estos sujetos se les aplicaron dos instrumentos, uno elaborado y validado con anterioridad por Castillo, Villalobos y Cols (1996), profesionales del Ministerio de Trabajo, el cual mide los niveles de estrés laboral; y el otro, diseñado por los investigadores y validado por jueces expertos a través del laboratorio de psicometría de la Facultad de psicología de la Universidad El Bosque. Por medio de este último se indagaron las variables sociodemográficas y las laborales. Esta es una investigación de tipo descriptivo correlacional, para la cual se emplearon tablas de frecuencias, coeficientes de correlación, biserial puntual y coeficiente Fi, en lo que respecta al análisis estadístico. Se encontró una mayor incidencia de los niveles de estrés medios y altos (no generalizable estadísticamente) en la población. Los resultados e implicaciones de la investigación serán ampliados a fondo en la discusión. Palabras clave: estrés, estado civil, sexo, número de horas trabajadas, percepción de la remuneración. Abstract The main objective of this research was to identify the relationship between stress, job conditions – amount of work hours and payment perception- and socio-demographic variables- genre and marital status- of people working in the communication headquarters of a taxi company in Bogota city. Stress is considered as an important problem of professional health because it is a leading cause of work incapacity. In order to establish this relationship, it was observed the whole people working as radio operators in this taxi company. On the other hand, two instruments were applied. The first one had been designed and validated previously by Castillo, Villalobos and Cols (1996). This instrument measures work stress levels. The second one was designed and validated by expert judges through the psychometry laboratory at El Bosque University. Socio-demographic Psicólogas, Docentes Facultad de Psicología, Universidad El Bosque Estudiantes que optan por el titulo de psicólogos
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and working variables were obtained through this instrument. It must be established this is a descriptive correlational research. For the statistical analysis, frequency tables, coeficient of correlation, punctual biserial and coeficient Fi were applied. It was found a high incidence of high and medium stress levels –it is not statistically extended- in this sample. Results and implications of this research will be presented with detail in discussion. Key words: Stress, marital status, genre, amount of work hours, payment perception.
Hoy en día, el desarrollo de las organizaciones, tanto en las sociedades desarrolladas como en las que se encuentran en vía de desarrollo, depende de las múltiples influencias presentes en el entorno. Estas influencias se componen de una multiplicidad de factores difíciles de predecir y controlar debido a su variabilidad; se está hablando de temas como la competencia que se establece en los diferentes mercados a nivel de productos o servicios, las diversas exigencias tecnológicas que van de la mano con el desarrollo, las demandas provenientes de los clientes potenciales y reales y, por supuesto, la globalización de la economía. En virtud a lo anterior, los niveles de calidad y competitividad de una organización están en capacidad de responder de manera eficiente a los factores mencionados en el párrafo anterior. Esto se pueda lograr mediante el desarrollo de estrategias relacionadas con la reducción de costos y gastos onerosos, la inversión en investigación de mercados y por medio de la promoción de sus empleados, lo que redundará en estabilidad y una mejor calidad de vida, entre otros. Atrás quedaron los días en que la estructura tradicional de las organizaciones se caracterizaba por la presencia de esquemas rígidos de dirección, en donde la toma de decisiones se realizaba de forma centralizada, las labores eran del todo operativas y no existían incentivos para los trabajadores. Las nuevas voces de la empresa desarrollan un discurso en donde los términos calidad, dinamismo, competencia y cambio, están en el día a día de la organización moderna. Si se analiza con detenimiento la evolución socioeconómica de un país como Colombia, es evidente
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que la influencia de nuevas tecnologías se constituye en un factor determinante en el nivel de competencia que puede tener una empresa frente a las demás de su sector. Es por esto que el término tecnología abarca no sólo la definición clásica referente a los cambios en estructura, sistemas, maquinaria y equipos. Esta variable debe ser concebida desde la mirada de la innovación social y económica. Sobre este particular, las empresas exigen un cambio en sus enfoques y modelos desde la mirada organizacional y la intervención de nuevos medios de gestión empresarial. Hoy por hoy, la inversión en el capital humano adquiere su justa importancia y es determinante en el desarrollo de cualquier organización. Este cambio de esquemas establece una relación de acción-reacción en el capital humano que, frente a estas condiciones, es susceptible a dicha intervención. El impacto que provoca debe ser manejado con cautela, ya que muchos esquemas a nivel del personal se ven influenciados por cambios como: movimientos en los círculos de jerarquía a nivel de directivos y empleados, organización en el trabajo, cambios en las relaciones laborales, transformación de hábitos sociales, problemáticas de comunicación o problemas interpersonales, entre otros. En este punto, es necesario delimitar la importancia de considerar la relación existente entre una organización cambiante y la problemática de estrés laboral, para lo cual se consideran los factores psicosociales, ambientales y fisiológicos que inciden en la adaptación de una persona a su puesto de trabajo. El estrés laboral aparece cuando se presenta un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la propia organización. Visto de esta manera, el estrés
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ESTRES, VARIABLES, SOCIODEMOGRÁFICAS Y LABORALES
puede ser definido como una respuesta general adaptativa del organismo cuando las diferentes demandas del medio son percibidas como excesivas o amenazantes para el bienestar o la integridad del individuo. A pesar de los avances en tratamiento biomédico, el estrés sigue siendo una complicación común y grave en el medio laboral (Folkman y Paterson, 1984). La relevancia y la pertinencia social de esta temática radican en que a través de los últimos años se observa en los países desarrollados (tal es el caso de Estados Unidos) que los riesgos más comunes eran los accidentes laborales y las enfermedades físicas adquiridas como resultado del trabajo; dichos riesgos han disminuido sus niveles de prevalencia, dando paso al estrés laboral. Para el caso colombiano, a pesar de los esfuerzos realizados por organismos gubernamentales que monitorean el impacto de la problemática de estrés laboral (Ministerio de trabajo y Seguridad Social, Secretaria de Salud, Instituto de Seguro Social), actualmente no se cuenta con una estadística consolidada que permita dimensionar el impacto y los alcances del fenómeno en la empresa colombiana. Esto se debe a que las enfermedades físicas, producto de la actividad laboral y los accidentes que ésta lleva consigo, han tomado mayor importancia debido a su alto nivel de prevalencia. Desde este punto de vista, resulta innovador el querer incursionar en un campo poco explorado a nivel investigativo como lo es el de la empresa privada, específicamente en las empresas de transporte público que utilizan sistemas de comunicación como parte de su trabajo. Gracias a la labor realizada en la búsqueda de antecedentes empíricos se tuvo en cuenta, entre otras investigaciones analizadas, la realizada en la Universidad Javeriana de Bogotá, por Sánchez, Acero y Rodríguez (1999), se planteó como objetivo principal identificar el nivel de estrés laboral en los radio-operadores de la empresa Radio Taxi Aeropuerto y su relación con los ries-
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gos psicosociales presentes en el lugar de trabajo. Dicho estudio se limitó a establecer diferencias en los niveles de estrés de los empleados y su relación con una amplia variedad de riesgos psicosociales. Con la presente investigación se pretendió identificar las relaciones existentes entre el estrés laboral y algunas condiciones propias del trabajo, como son el número de horas trabajadas y la percepción de la remuneración (variables frente a las cuales los encuestados manifestaron tener mayores expectativas), con el fin de evidenciar cuál de ellas cobra mayor importancia al relacionarse con la variable estrés, al interior de la central de comunicaciones de una empresa de transporte público modalidad taxi. Este entorno resulta atractivo para la actividad investigativa si se tiene en cuenta que el trabajo adelantado por estas personas constituye un aporte invaluable a la dinámica del transporte público en la cuidad de Bogotá. Problema ¿Cuál es la relación existente entre estrés, condiciones laborales (número de horas trabajadas y percepción de la remuneración) y variables sociodemográficas (sexo y estado civil), en las personas que trabajan en la central de comunicaciones en una empresa de transporte público modalidad taxi en la ciudad de Bogotá? Método Tipo de Investigación La investigación es descriptiva correlacional; ésta mide básicamente dos o más conceptos o variables en un contexto en particular: la central de comunicaciones de una empresa de transporte público modalidad taxi. En la investigación se establece el grado de correlación entre las variables, pero sin pretender dar una explicación completa (de causa y efecto) al fenómeno investigado (estrés), sino in-
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vestigando y describiendo los grados de correlación entre las mismas. En ocasiones, sólo se analiza la relación entre dos variables, pero frecuentemente se ubican en el estudio relaciones entre tres variables. La utilidad y el propósito principal de los estudios descriptivos correlacionales es saber cómo se puede comportar una variable conociendo el comportamiento de otra u otras variables relacionadas. La correlación puede ser positiva o negativa. Si es positiva, significa que sujetos con valores altos en una variable tenderán a mostrar de igual forma valores altos en la otra variable. Si es negativa, indica que las variables varían sin seguir un patrón sistemático entre sí (Kasdin, 2002). Sujetos La población objeto de esta investigación fue seleccionada a conveniencia del investigador y está compuesta por 30 operarios (hombres y mujeres) de la central de comunicaciones de una empresa de transporte público modalidad taxi, cuyas edades están entre 18 y 45 años. Dentro de este grupo se pueden encontrar otras características que diferencian a los sujetos como el tiempo de vinculación (entre 1 y 9 años), 26 de los 30 operarios son mujeres y los 4 restantes son hombres, todos distribuidos en tres turnos: mañana, tarde y noche. Estos turnos son asignados de manera rotativa. Cabe anotar que la muestra anteriormente descrita corresponde a la totalidad de empleados de la central de comunicaciones. Instrumentos En la realización del estudio se utilizaron dos instrumentos. Cuestionario para medir variables sociodemográficas y laborales. Este cuestionario se diseñó teniendo como base la teoría del marco conceptual referente a las variables
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sociodemográficas (sexo y estado civil), riesgos psicosociales y las variables laborales (número de horas trabajadas y percepción de remuneración). Posteriormente y previo a su aplicación, se realizó la validación por jueces expertos a través del laboratorio de psicometría de la Facultad de psicología de La Universidad El Bosque. Los jueces hicieron las correcciones necesarias para que la validez interna del instrumento fuera la adecuada. Éste se encuentra dividido en tres secciones. La primera es una parte introductoria en la que se toman datos como fecha, nombre de la empresa, tiempo de vinculación y área de trabajo, así como un párrafo explicativo en el cual se expresa el propósito de la aplicación de este cuestionario. En la segunda parte del instrumento se recopilan las variables sociodemográficas, la pregunta número uno indaga sobre el sexo de los participantes; las opciones de respuesta son femenino y masculino. De igual forma, el ítem siete corresponde al estado civil de los sujetos, tomando en cuenta cinco categorías. En esta parte del cuestionario también se reúnen otros datos sociodemográficos que se incluyeron debido a su pertinencia para esta investigación; muchos de estos datos permiten contextualizar y categorizar a los sujetos que conforman la muestra. Algunos de ellos son: nivel educativo, lugar de nacimiento, número de hijos, número de personas a su cargo, entre otras. Por último, se encuentra la sección de variables laborales, la cual está compuesta por 26 ítems en total. Dichos ítems buscan indagar sobre las condiciones de trabajo de los empleados. En el caso del ítem dos de esta sección se les pregunta a los participantes respecto al turno en el cual trabajan, con el fin de establecer el número de horas trabajadas; las opciones de respuesta son: mañana (ocho horas), tarde (siete horas) y noche (nueve horas). En esta misma sección, el ítem tres indaga sobre los turnos rotativos. Ante esta pregunta, los empleados deben responder si cumplen o no con este tipo de turnos.
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ESTRES, VARIABLES, SOCIODEMOGRÁFICAS Y LABORALES
De igual forma, el cuestionario contiene preguntas referentes a la percepción de la remuneración, específicamente los ítems 18, 19, 22 y 23. El 18 se refiere a la conformidad del empleado con el sistema de pago; el 19 indaga respecto a si los empleados consideran o no que la empresa se preocupa por tener buenos salarios; en el 22 se les pregunta a los participantes: ¿Con su salario actual cubre sus gastos? Las opciones de respuesta son totalmente y parcialmente; por último, el ítem 23 cuestiona a los empleados respecto a si el salario que reciben corresponde con el tiempo que trabajan. Las cuatro preguntas anteriormente mencionadas son dicotómicas. Las demás preguntas de esta sección aluden a aspectos como horas de trabajo, turnos dobles, descansos, horas extras, sistema de pago y gastos, información necesaria para describir mejor las condiciones labores de los empleados objeto de esta investigación. La prueba tiene en total 36 ítems; 32 de ellos son preguntas cerradas con opciones de respuesta, con el fin de facilitar la codificación y análisis estadístico posterior, así como la discusión de los resultados arrojados por éste. Cuestionario para la evaluación del estrés El cuestionario para la evaluación del estrés fue diseñado por Castillo, Villalobos y Cols con el respaldo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y validado para población colombiana en el año de 1996. Está dividido en cuatro partes con el fin de medir el estrés laboral en dimensiones diferentes, según las posibles reacciones. Dichas dimensiones están categorizadas en los siguientes niveles: fisiológico, social, intelectual y del trabajo y psicoemocional. Los primeros ocho ítems hacen referencia a sintomatologías a nivel fisiológico, las cuales son desencadenadas por situaciones de estrés en el trabajo; a nivel social, el instrumento tiene en cuenta cuatro factores; la tercera parte del instrumento está
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compuesta por diez ítems a nivel intelectual y de trabajo; y por último, presenta nueve afirmaciones a nivel psicoemocional. Adicional a esto, el instrumento presenta en su parte inicial una serie de datos sociodemográficos. De esta forma, el cuestionario busca globalizar diferentes áreas de ajuste del individuo y cómo éstas se pueden ver afectadas ante situaciones de estrés laboral. Este cuestionario está diseñado con escala Likert, planteando una serie de afirmaciones para que el individuo reporte la frecuencia con que ocurren estas situaciones en su vida cotidiana; las opciones de respuesta son: siempre, casi siempre, a veces o nunca. Cada una de estas opciones de respuesta adquiere un valor diferente, dependiendo de la pregunta y del área de ajuste a evaluar. Los baremos de calificación de este cuestionario permiten clasificar los niveles de estrés en tres categorías: estrés alto, estrés medio y estrés bajo. Y para esto plantea dos tipos de puntajes; uno de ellos es para la población en general y el otro clasifica a los trabajadores en cuatro niveles de cargos y, dependiendo de cada nivel, asigna un puntaje diferente; dichos niveles son: nivel 1 (para los directivos), nivel 2 (para personal calificado), nivel 3 (personal administrativo auxiliar) y nivel 4 (para el personal no calificado u operarios). Procedimiento A continuación se muestra y explica por fases la forma como se llevó a cabo la investigación, partiendo desde el momento en que se seleccionó la muestra y finalizando con el análisis estadístico de los cuestionarios aplicados y la forma como se llevó a cabo la discusión del presente trabajo. 1. Fase I: selección de la muestra. Se seleccionó un grupo de 30 personas que trabajan como operadores de la central de comunicaciones de una empresa de transporte público modalidad taxi de la ciudad de Bogotá, explicando claramente a las directivas de la empresa el propósito de la investigación. Estas treinta personas son la población total de operadores
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y se escogieron a conveniencia del investigador; 2. fase II: selección y diseño de instrumentos. Luego de escoger la muestra y gestionar con las directivas de la empresa la aplicación de los instrumentos, se procedió a indagar en el Laboratorio de Psicometría de La Universidad El Bosque respecto a una prueba que se ajustara a las necesidades de la investigación, es decir, era necesario encontrar una prueba que midiera estrés laboral y que, a su vez, permitiera confrontarlo con las variables de la presente investigación. La prueba seleccionada fue “el cuestionario para la evaluación del estrés”, diseñado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y estandarizado para la población colombiana en el año de 1996. Como complemento a este instrumento surgió la necesidad de diseñar un cuestionario que cubriera de manera especifica las variables planteadas en la investigación, tales como: variables sociodemográficas (sexo y estado civil) y variables laborales (número de horas trabajadas y percepción de la remuneración). Para este fin se diseñó un cuestionario que posteriormente fue validado por el laboratorio de psicometría de la Universidad El Bosque, el cual cumple con las características anteriormente descritas; 3. fase III: aplicación de los instrumentos. Durante esta fase se procedió a aplicar los instrumentos mencionados en la fase anterior, para lo cual se concertó la fecha y forma de aplicación. Era necesario abarcar la totalidad de la muestra en un solo día para no afectar el curso normal de la operación de la central de comunicaciones y para asegurar que no se presentaran sesgos en los resultados generados por la manipulación de la información por parte de los empleados. Por lo anterior se tomaron tres grupos de 10 personas y se aplicó el instrumento en el transcurso del turno que le correspondía a cada uno; 4. fase IV: posterior a la aplicación de los instrumento se llevó a cabo la tabulación de los resultados y su análisis estadístico a través del programa SPSS, así como la diagramación de los mismos; y 5. fase V: por último se redactó la discusión de los resultados. Ésta se basó en los límites de la investigación,
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tanto teóricos como empíricos y metodológicos; de igual forma, se tienen en cuenta las hipótesis planteadas para esta investigación, considerando si éstas fueron aprobadas o rechazadas. Resultados Análisis descriptivo correlacional En este aparte se muestran los resultados de las diferentes correlaciones planteadas en las hipótesis de la investigación. Resultados descriptivos y correlacionales entre niveles de estrés y sexo En primer lugar se buscó identificar la relación existente entre el sexo y las dimensiones del instrumento para medir el estrés. Como la variable sexo es dicotómica y las dimensiones del instrumento presentan valores cuantitativos, se calculó el coeficiente no paramétrico biserial puntual, el cual permite hacer este tipo de análisis. Tabla 1 Descripción de frecuencias de niveles de estrés y sexo de los participantes Dimensión
Fisiológica
Social
Intelectual y trabajo
Psicoemocional
Femenino
7,1923
2.4519
2.7538
1.2265
Masculino
6.75
6.00
4.2500
1.3056
Coeficientes Biserial puntual
0,044
0,44
0,4245
0,03
Sexo
En la tabla 1 se muestran los datos necesarios para llevar a cabo la correlación. De esta forma se describe que 17 mujeres puntuaron en nivel alto en la prueba de estrés, lo que representa el 56,6 % de la población. De igual forma, el 10 % de los sujetos, que corresponde a tres hombres, también puntuaron alto. Por otra parte, los puntajes medios estuvieron distribuidos así: nueve mujeres se ubicaron en esta categoría; es decir, el 30% del total de participantes,
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ESTRES, VARIABLES, SOCIODEMOGRÁFICAS Y LABORALES
así como el 3,3% restante, representado por un hombre. Cabe aclarar que ninguno de los participantes se ubicó en la categoría “bajo nivel de estrés” y por esto no se incluyó en la tabla 1. En la tabla 2 se encuentran los coeficientes de la calificación de la prueba de estrés agrupados por el sexo de los participantes y cada una de las dimensiones planteadas en el cuestionario. Tabla 2 Medias del coeficiente biserial puntual para cada dimensión del inventario de estrés por sexo de los participantes. Sexo
Total estrés %
Medio
%
17
56,6
9
30
Masculino
3
10%
1
3,3
4
Total
20
66,6
10
33,3
30
26
Como se puede apreciar en la tabla 2, a través del coeficiente biserial puntual, se encontró una asociación media entre el sexo y las dimensiones social e intelectual y trabajo (0,44 y 0,42 respectivamente) y no se encontró ninguna asociación entre la dimensión fisiológica y la psicoemocional. Para la asociación del puntaje total del instrumento con la variable sexo, debido a que los resultados de la prueba de estrés se transforman a escala ordinal planteando tres dimensiones (nivel alto, nivel medio y nivel bajo) y como la muestra únicamente se ubicó en dos de las tres categorías (nivel medio y nivel alto), se calculó el coeficiente no paramétrico Phi, que permite correlacionar dos variables dicótomas. La tabla 3 muestra el valor de la contingencia 2x2 para el cruce de las variables de interés (sexo y nivel de estrés). Como se puede apreciar en los valores registrados en la tabla 3, no existe asociación entre el valor total de los niveles de estrés y la variable sexo. Sin embargo, por dimensiones, sí se evidenciarán ciertas diferencias entre los niveles de estrés entre hombres y mujeres, específicamente a nivel social e intelectual y trabajo; las mujeres puntúan más
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Tabla 3 Resultado de la contingencia 2x2,coeficiente Phi Sexo por nivel de estrés
Valor
Sig. Aproximada
Phi
-0,069
0,704
Total
Alto
Femenino
alto que los hombres en estos dos casos. Por otra parte, y como se dijo anteriormente, en las otras dos dimensiones (fisiológico y psicoemocional) no se evidencian diferencias en los niveles de estrés entre hombres y mujeres; y por eso, al reunir los puntajes de las cuatro, no se puede generalizar la diferencia entre los dos sexos.
Resultados descriptivos y correlaciónales entre niveles de estrés y estado civil A continuación se buscó la asociación entre la variable estado civil y el resultado total del instrumento de estrés categorizado, según los baremos propuestos por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, establecidos por la estandarización misma del instrumento. Debido a que el estado civil es una variable nominal de cinco categorías (soltero, casado, separado, unión libre y viudo) según lo planteado en el cuestionario, se utilizó el coeficiente no paramétrico de contingencia. Para esto se requieren los datos de las dos variables (nivel de estrés y estado civil) registrados en la tabla4. Tabla 4 Descripción de frecuencias de niveles de estrés y el estado civil de los participantes Estado Civil
Nivel de Estrés Alto
%
Medio
%
%
Soltero
8
26,6
6
20
46,6
Casado
4
13,3
1
3,3
16.6
Separado
2
6,6
1
3,3
10
Unión Libre
5
16,6
2
6,6
23,3
Viudo
1
3,3
0
0
3,3
Total
20
66,6
10
33,3
100
65
Liliana Ahumada, Cecilia Uribe, Alexandra Alba-Gómez y Javier Zea-Acosta
En la tabla 4 se describen los datos de las variables estrés en sus niveles medio y alto y estado civil en las cinco categorías mencionadas anteriormente. La distribución de la población fue la siguiente: 26,6% del total de la población reportaron ser solteros y tener niveles altos de estrés, otro 20 % también son solteros, pero presentan niveles medios de estrés. En cuanto a los casados, el 16,6% del total de participantes, un 13,3% experimentan niveles altos de estrés y sólo el 3,3%, niveles medios. Continuando con las personas que son separadas, el 10% del grupo, el 6,6% están en nivel alto de estrés y un 3,3%, en nivel medio; por otra parte, quienes conviven en unión libre son el 23,3% de la población y, según sus niveles de estrés, se distribuyen así: el 16.6% se cataloga en nivel alto y el 6,6%, en nivel medio. Por último, en la categoría de viudo, sólo se encuentra el 3,3%; es decir, una sola persona, quien puntúa alto en el nivel de estrés. Para esta correlación se aplicó el coeficiente de contingencia, ya que son dos variables nominales y con diferente número de categorías; sus valores se registran en la tabla 5. Tabla 5 Correlación de estado civil por nivel de estrés según coeficiente de contingencia. Coeficiente de contingencia
Valor
Sig. Aproximada
Estado civil por niveles de estrés
,221
,819
Como se puede apreciar en la tabla 5, la asociación entre estrés y estado civil no resulta estadísticamente significativa, ya que sin importar en que categoría se ubiquen, la población en general reporta niveles altos de estrés, los cuales son generados por alguna otra variable diferente a ésta. Sin embargo, como se observa en la tabla 4, a simple vista puede decirse que hay mayor número de solteros ubicados en niveles altos de estrés, pero estadísticamente
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hablando, esta diferencia no es tan significativa como para generalizarlo en este tipo de empleados. Resultados descriptivos y correlacionales entre niveles de estrés y número de horas trabajadas. A continuación se buscó la asociación entre número de horas trabajadas y el estrés. Así como en el caso anterior, se calculó el coeficiente de contingencia. En la tabla 6 se encuentran registrados los datos de las dos variables, los cuales son necesarios para plantear la correlación respectiva. Tabla 6 Descripción de frecuencias de niveles de estrés y número de horas trabajadas por parte de los participantes. Jornada
Estrés %
Porcentaje
Alto
%
Medio
Mañana
7
23,3
2
6,6
30%
Tarde
5
16,6
4
13,3
30%
Noche
8
26,6
4
13,3
40%
Total
20
66,6
10
33,3
100%
En al tabla 6 se evidencia que al turno de la mañana pertenece el 30% de la población; de estos, el 23,3%, equivalente a siete personas, obtuvo un puntaje alto de estrés y el 6,6%, representado por dos personas, puntuó medio. En el turno de la tarde se ubica otro 30% de la población total. Este 30% se distribuye así, según los puntajes de estrés: el 16,6%; es decir, cinco sujetos, se ubica en el nivel alto de estrés y el 13,3%, correspondiente a cuatro sujetos, obtuvo un puntaje medio de estrés. Finalmente, en el turno de la noche se encuentra el 40% restante de la población. De este 40%, ocho; es decir, el 26,6% se ubican en puntajes altos y el otro 13,3% obtuvo puntaje medio de estrés. En conclusión se puede afirmar que los niveles de estrés más altos
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se encuentran ubicados en el turno de la noche debido a que los operadores reciben un mayor flujo de llamadas en este horario. Tabla 7 Correlación entre niveles de estrés y número de horas trabajadas según coeficiente de contingencia. Niveles de estrés por turnos de trabajo
Valor
Sig. Aproximada
Coeficiente de contingencia
0,180
0,607
A pesar de que en la central de comunicaciones se manejan tres turnos de trabajo y en la noche los empleados reporten mayores niveles de estrés, no se puede afirmar que ellos permanentemente manejen estos niveles elevados debido a que, como se observó en apartes anteriores, los turnos se rotan semanalmente, tiempo en el cual equilibran las cargas de estrés. Por esta razón se puede apreciar en la tabla 7 que la asociación tampoco resulta estadísticamente significativa. Resultados descriptivos y correlacionales entre niveles de estrés y percepción de remuneración. En las hipótesis se planteó la posible asociación entre la percepción de la remuneración y el nivel de estrés. Como la percepción hace referencia a una construcción que toma diferentes elementos como referentes, se buscó la asociación con las cinco preguntas que más se relacionan con dicha área del desempeño laboral de los participantes. Se calculó el coeficiente biserial puntual para cada pregunta en cada una de las dimensiones del instrumento y, para el total del puntaje de estrés, se calculó el coeficiente Fi. En la tabla 8 se muestran las medias de los puntajes de las diferentes dimensiones de estrés en los sujetos que manifiestan conformidad e inconformidad con el pago que reciben los empleados de la central de comunicaciones.
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Tabla 8 Descripción de la media en las diferentes dimensiones de estrés y la conformidad con el pago. Dimensiones Fisiológico
Conformidad con el sistema de pago
Inconformidad con el sistema de pago
N
Media
N
Media
28
6,8214
2
11,5000 4,1250
Social
28
2,8393
2
Intelectual y trabajo
28
2,8929
2
3,8000
Psicoemocional
28
1,2500
2
1,0556
A la pregunta ¿Está conforme con el sistema de pago? 28 sujetos en total; es decir, el 93,3% de la población respondieron afirmativamente. La media de los puntajes obtenidos por estas personas a nivel fisiológico fue 6,8214; a nivel social, 2,8393; a nivel intelectual y de trabajo, 2,8929; y a nivel psicoemocional, 1,2500 (tabla 8). A esta misma pregunta, dos sujetos, que corresponden al 6,6% de la población, respondieron no estar conformes. La media de los puntajes obtenidos por estos sujetos en la prueba de estrés a nivel fisiológico fue 11,5000; a nivel social, 4,1250; a nivel intelectual y de trabajo, 3,8000; y a nivel psicoemocional, 1,0556 (Tabla 8). Tabla 9 Correlación de cada una de las dimensiones de estrés y la conformidad con el pago (ítem 18). Dimensión
Valor del coeficiente
Valoración de la asociación
Fisiológico
0,3413
Media
Social
0,1171
Baja
Intelectual y trabajo
0,0035
No existe
Psicoemocional
0,0617
No existe
En la tabla 9 se muestran los valores de cada uno de los coeficientes de correlación entre cada una de las dimensiones de estrés y la conformidad con el pago, los cuales determinan el valor de asociación
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para cada caso, según lo cual la dimensión fisiológica y la conformidad con el sistema de pago presentan una asociación media que indica que, en cierta medida, la conformidad con el sistema de pago se ve reflejada en el comportamiento del organismo ante las respuestas de estrés del individuo o puede repercutir en esta área de ajuste. A nivel social se presenta una asociación baja con la conformidad con el sistema de pago. Esto indica que, en pocas ocasiones, los sujetos se ven afectados socialmente por su nivel de conformidad con el pago. Por otra parte, tanto en el nivel intelectual, de trabajo, como en lo psicoemocional, no se presenta ningún nivel de asociación con la conformidad con el sistema de pago. Tabla 10 Descripción de frecuencias del ítem 18 y los valores de estrés. Está conforme con el sistema pago (ítem 18)
Estrés Alto
%
Medio
%
Total
Si
20
66,6
8
26,6
28
No
0
0
2
6,6
2
Total
20
66,6
10
33,3
30
En la tabla 10 se puede apreciar que existe asociación con un 95% de confianza, de tal forma que las 20 personas que representan el 66,6% de los participantes que manifiestan encontrarse conforme con el sueldo, también son las que reportan los niveles de estrés altos. Esto indica que la conformidad con el salario no es una variable que influya sobre los niveles de estrés de los empleados; ocho personas más, es decir, el 26,6%, a pesar de estar conformes con el pago, reportan niveles medios de estrés; en cuanto a las dos que no se encuentran conformes, la tabla 10 muestra que pertenecen al grupo que puntuó medio en niveles de estrés.
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Otro de los factores importantes en este análisis es ver la percepción de los empleados frente a su remuneración por medio de la pregunta ¿la empresa se preocupa por ofrecer buenos salarios? En la tabla 11 se muestran las medias de los puntajes obtenidos en la prueba de estrés en sus diferentes dimensiones, diferenciando los que tienen una buena percepción de los salarios de quienes tienen mala percepción de los mismos. Tabla 11 Relación de la percepción de los empleados frente a los salarios recibidos (ítem 19) y el nivel de estrés en las diferentes áreas. Dimensiones
Buena percepción de los salarios
Mala percepción de los salarios
N
N
Media
Media
Fisiológico
22
6,9091
8
7,7500
Social
22
3,0000
8
2,7188
Intelectual y trabajo
22
2,8182
8
3,3250
Psicoemocional
22
1,1919
8
1,3611
Los datos registrados en la tabla 11 muestran las medias de los 22 sujetos que tienen buena percepción del salario; es decir, el 73,3% de la muestra. Específicamente, las medias son: para el nivel fisiológico, 6,9091; en el factor social, 3,0000; respecto al nivel intelectual y de trabajo, 2,8182; y por último, en el factor psicoemocional, 1,1919. Por otra parte se encuentran los 8 sujetos que no perciben que la empresa se preocupe por ofrecer buenos salarios; es decir, el 26,6% de los participantes. Para este caso, las medias en las diferentes dimensiones de estrés son: en el factor fisiológico, 7,7500; en el nivel social, 2,7188; para el nivel intelectual y de trabajo, 3,3250; y en cuanto al nivel psicoemocional, 1,3611.
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Tabla 12 Correlación de cada una de las dimensiones de estrés y la pregunta ¿la empresa se preocupa por ofrecer buenos salarios?(ítem 19). Dimensión
Valor del coeficiente
Valoración de la asociación
Fisiológico
0,0327
No existe
Social
0,045
No existe
Intelectual y trabajo
0,058
No existe
Psicoemocional
0,095
No existe
En la tabla 12 se muestran los valores de cada uno de los coeficientes de correlación entre las dimensiones de estrés y la percepción que tienen los empleados respecto a la remuneración, los cuales determinan el valor de asociación para cada caso. Según esto, la percepción de la remuneración no presenta asociación con ninguna de las dimensiones de estrés planteadas en el cuestionario debido a que la forma como lo empleados perciben estar remunerados por parte de la empresa no influye en ninguna de las áreas de ajuste frente a sus niveles de estrés. Tabla 13 Descripción de frecuencias del ítem 19 y los niveles de estrés de los participantes. ¿La empresa se preocupa por ofrecer buenos salarios? Si
Niveles de estrés
Total
Alto
%
Medio
%
14
46,6
8
26,6
22
No
6
20
2
6,6
8
Total
20
66,6
10
33,3
30
En la tabla 13 se muestra la posición de los empleados frente a la forma como perciben estar remunerados, lo cual se confronta con los niveles de estrés. Es así como el 46,6% de los empleados, 14 de ellos, manifiestan que la empresa sí se preocupa por ofrecer buenos salarios. Estos participantes puntúan alto en los niveles de estrés. Otros ocho
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empleados, que representan el 26,6% de los participantes, también están de acuerdo con el sistema de remuneración de la empresa y se ubican en nivel medio de estrés. Quienes no están de acuerdo con la forma de remuneración son ocho empleados, de los cuales el 20% de la población general obtuvo puntajes altos en los niveles de estrés, mientras que el 6,6% restante puntuó en nivel medio de estrés. Por lo anterior se puede comentar que un número alto (14 del total) de empleados perciben estar bien remunerados; sin embargo, las puntuaciones alcanzadas por este mismo grupo en relación con la variable estrés se ubica en un rango alto. Tabla 14 Correlación entre niveles de estrés y percepción de la remuneración según coeficiente Phi. Niveles de estrés por percepción de la remuneración
Valor
Sig. Aproximada
Phi
-,107
,559
No existe asociación entre estas dos variables, ya que se pretendió demostrar que si los empleados se sentían mal remunerados, experimentaban niveles más altos de estrés; lo que muestra la correlación es que existe un mayor número de empleados (22 en total) que, a pesar de sentirse bien remunerados, se ubicaron en niveles de estrés medio (8 empleados) y alto (14 empleados). Tabla 15 Relación de la pregunta ¿Cubre sus gastos? (ítem 22) y el nivel de estrés en las diferentes áreas. ¿Cubre sus gastos?
Totalmente
Parcialmente
N
Media
N
Media
Fisiológico
10
6,5000
20
7,4500
Social
10
2,6250
20
3,0750
Intelectual y trabajo
10
3,2200
20
2,8200
Psicoemocional
10
1,6111
20
1,0500
69
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En la tabla 15 se registran las medias obtenidas por los sujetos en los diferentes niveles de estrés, en comparación con la pregunta ¿el salario que recibe le alcanza para cubrir sus gastos? 10 empleados, que representan el 33,3%, reportaron cubrir sus gastos de manera total, y el 66,6% sólo de manera parcial. Tabla 16 Grados de asociación entre los niveles de estrés y la pregunta ¿cubre sus gastos total o parcialmente? Dimensión
Valor del coeficiente
Valoración de la asociación
Fisiológico
0,13099
Baja
Social
0,0077
No existe
Intelectual y trabajo
0,049
No existe
Psicoemocional
0,3367
Media
En la tabla 16 se muestran los niveles de asociación de cada una de las dimensiones de estrés y la pregunta ¿cubre sus gastos?, basándose en los coeficientes de correlación. De esta forma se evidencia que entre el nivel fisiológico y la pregunta existe una asociación baja, lo que quiere decir que, en alguna medida, las reacciones fisiológicas de estrés sí podrían verse influenciadas si los individuos alcanzan o no a cubrir sus gastos con el salario que reciben; tanto en el área social como en la intelectual y de trabajo, no se presenta correlación con la pregunta; por último, en lo que hace referencia al área psicoemocional se encuentra una correlación media con la pregunta planteada, lo que evidencia que los empleados sí se ven afectados en cierta forma en el área psicoemocional por el hecho de cubrir sus gastos sólo parcialmente. Los empleados que cubren sus gastos de manera total corresponden al 33,3 % de la población total; de ellos, el 30% puntuó en niveles altos de estrés y el otro 3,3%, en nivel medio. Respecto a los empleados que cubren sus gastos parcialmente, el 36,6% obtuvo puntaje alto en niveles de estrés y
70
el 30% restante de la población total se ubicó en nivel medio. Como se puede observar, la distribución de la muestra en niveles de estrés para esta pegunta no es homogénea, razón por la cual no es posible establecer una asociación estadísticamente significativa; sin embargo, al hacer la correlación por dimensiones sí se evidencia en algunas de ellas correlaciones bajas; esta información se encuentra registrada en las tablas 17 y 18. Tabla 17 Descripción de frecuencias de los niveles de estrés de los participantes y la pregunta ¿cubre sus gastos total o parcialmente? (ítem 22). Cubre sus gastos
Estrés
Total
Alto
%
Medio
%
9
30
1
3,3
10
Parcialmente
11
36,6
9
30
20
Total
20
66,6
10
33,3
30
Totalmente
Tabla 18 Correlación entre niveles de estrés y la pregunta ¿cubre sus gastos total o parcialmente? Según coeficiente Phi. Nominal por nominal
Valor
Sig. Aproximada
Phi
,350
,055
Frente a la pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja? el 43,3% de los empleados reportaron que el salario sí corresponde con el tiempo trabajado y el 56,6% dicen que no. Las medias de los puntajes obtenidos en cada una de las dimensiones de estrés se encuentran registradas en la tabla 19. En la tabla 20 se registran los valores de los coeficientes que determinan el nivel de asociación entre las dimensiones de estrés y la pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja? Respecto a la dimensión fisiológica, el coeficiente arroja un nivel bajo de asociación entre las variables, lo cual
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ESTRES, VARIABLES, SOCIODEMOGRÁFICAS Y LABORALES
no ocurre con las otras tres dimensiones (social, intelectual y trabajo y psicoemocional).
pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja? no fueron estadísticamente significativos.
Tabla 19 Posición de los empleados frente a la pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja? (ítem 23)? y el nivel de estrés en las diferentes áreas
Tabla 21 Distribución de frecuencias de los niveles de estrés y la pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja?
Si
No
¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja?
N
Media
N
Fisiológico
13
6,7308
Estrés
Media
¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja?
Alto
%
Medio
%
17
7,4412
Si
10
33,3
3
10
13
Total
Social
13
3,0000
17
2,8676
No
10
33,3
7
23,3
17
Intelectual y trabajo
13
2,9538
17
2,9529
Total
20
66,6
10
33,3
30
Psicoemocional
13
1,2821
17
1,2026
Tabla 20 Nivel de asociación entre la pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja? y los puntajes obtenidos en las dimensiones del cuestionario de estrés. Dimensión
Valor del coeficiente
Valoración de la asociación
Fisiológico
0,1029
Baja
Social
0,023
No existe
Intelectual y trabajo
0,000
No existe
Psicoemocional
0,050
No existe
En la tabla 21 se muestra la distribución de los participantes frente a la pregunta ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja? y los niveles de estrés. Respecto a esto, el 43,3% reportó que el salario sí corresponde con el tiempo que trabaja. De este porcentaje, el 33,3% se ubica en niveles altos de estrés y el 10% restante en nivel medio; por otra parte, el 56,6% afirma que el salario no corresponde con el tiempo que trabaja, ubicándose el 33,3% en nivel alto de estrés y el 23,3% restante, en nivel medio. Según los valores registrados en la tabla 22 se evidencia que no existe asociación entre las variables, ya que los valores de asociación de cada una de las dimensiones del cuestionario de estrés y la
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Tabla 22 Correlación entre los niveles de estrés y la pregunta 23 ¿El salario corresponde con el tiempo que trabaja?, según coeficiente Phi. Nominal por nominal
Valor
Sig. Aproximada
Phi
,190
,297
Discusión Como se ha podido observar a lo largo del desarrollo de esta investigación, el estrés laboral es hoy una problemática que debe ser analizada no sólo desde el punto de vista del problema individual; es decir, los sujetos frente al estrés, ya que el fenómeno afecta de manera directa a la organización, atacando a su pilar fundamental, el factor humano; hoy por hoy, algunas organizaciones se preocupan más por el factor humano con miras a lograr su desarrollo, sin la necesidad de sacrificar a los empleados para lograr tal fin. Desafortunadamente, lo anterior no se puede generalizar a todas las empresas. La dinámica de la empresa tiene una estructura de conjunto; por esta misma razón, si una de sus partes falla, la estructura se debilita. Por ello, los procesos de reingeniería se enfocan en la actualidad no sólo en buscar el mejoramiento de la calidad, la
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representatividad o la producción. En la empresa de hoy, el capital humano no es sólo un medio para llegar a un fin; es parte del logro o resultado que puede catapultar a una empresa hacia el éxito o el fracaso. El estrés laboral sigue siendo un obstáculo para el mejoramiento empresarial, lo que genera un gran impacto social. Por esto, en la actualidad se trata la problemática mediante el trabajo interdisciplinario; así, se busca la erradicación del mismo o, por lo menos, un manejo sostenible del problema. Esta investigación aporta al conocimiento de la problemática mediante la descripción de un caso en particular que se desarrolla en el ambiente de trabajo de los operadores de una central de comunicaciones. De igual forma se describen las observaciones y resultados encontrados luego de realizar una labor juiciosa, que permitió contrastar las hipótesis de trabajo con la realidad encontrada en el ambiente anteriormente mencionado. Así mismo se plantean conclusiones con el fin de crear interés en el estudio del fenómeno de estrés laboral para que estos hallazgos puedan ser retomados más adelante, lo que permitirá llegar a un conocimiento mucho más elaborado y desarrollado acerca del estrés ocupacional. Como el lector ha podido analizar a lo largo de este trabajo, el objetivo primordial del mismo está ligado a analizar la relación existente entre el estrés laboral, las variables sociodemográficas (sexo y estado civil) y del trabajo (número de horas trabajadas y percepción de la remuneración). Los planteamientos expresados obedecen al análisis teórico realizado a lo largo de la historia acerca del estrés laboral. Por esto, los investigadores han centrado su atención en profundizar en el análisis de la problemática a nivel local, más exactamente en una empresa colombiana que brinda un espacio propicio para esta labor. El entorno de una central de comunicaciones, desde el punto de vista de los investigadores, es un espacio rico en situaciones en donde claramente se desarrollan episodios de estrés, ya que, según lo
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observado directamente en el lugar de trabajo, se presentan factores incidentales como lo son: trabajo por turnos, sobrecarga laboral, trabajo repetitivo, supervisión exhaustiva, entre otros. Estas variables unidas a factores medioambientales, familiares, sociales y personales, llevan a los operadores a vivir situaciones estresantes que, en algunas ocasiones, están relacionadas con enfermedades de tipo físico. A continuación se analizan los límites y alcances teóricos y metodológicos del presente trabajo. Así mismo, se describen los planteamientos realizados por los investigadores y, a su vez, se contrastan los hallazgos y resultados suministrados por el trabajo de campo con la realidad expresada por los sujetos de la muestra mediante los instrumentos aplicados. La presente investigación se apoya en un recorrido teórico por la evolución de la teoría en el área de estrés ocupacional, sin que ésta pueda considerarse un estado del arte de la temática; de la misma manera, los investigadores se preocuparon por lograr una integración teórica y operacional de las variables objeto, con la finalidad de dar soporte a los planteamientos que se pretenden corroborar en lo que respecta a la influencia de las variables sociodemográficas (sexo y estado civil) y las variables propias del trabajo (número de horas trabajadas y percepción de remuneración) sobre el estrés. Frente a este particular, la labor realizada se vio limitada, ya que no se encontró teoría específicamente dirigida a analizar las variables estado civil y percepción de la remuneración al interior de la temática de riesgos psicosociales. Por esta razón, resulta difícil integrar dichas variables con la temática de estrés. Cabe anotar que, en el recorrido teórico realizado sobre la temática, los investigadores se interesaron en la teoría de los factores de Herzberg, psicólogo y consultor norteamericano, profesor de la universidad de UTAH. Frederick Herzberg formuló la teoría de los dos factores para explicar mejor el comportamiento de las personas en el trabajo. Esta teoría se divide en factores higiénicos y motivacionales; dentro de los primeros, el autor incluyó la remuneración,
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ESTRES, VARIABLES, SOCIODEMOGRÁFICAS Y LABORALES
y anotó que un empleado que esté a gusto con su salario se siente más motivado hacia su labor. Es aquí donde surge el interés de los investigadores por corroborar la influencia de la remuneración en los niveles de estrés, ya que de antemano Herzberg había relacionado este factor con la motivación. En cuanto al alcance metodológico del presente trabajo, es pertinente aclarar que la estructura y método empleados fueron escogidos meticulosamente, con la finalidad de brindar un soporte en el cual se pudiera desarrollar la investigación. Así, se podrían alcanzar los objetivos propuestos y llegar a las conclusiones esperadas. Para profundizar en el aspecto metodológico de la investigación, cabe anotar que la muestra fue escogida a conveniencia del investigador. Con respecto a los instrumentos utilizados, es importante mencionar que ubicar el más adecuado no fue una tarea fácil para los investigadores, pues no existe ninguno que mida estrés laboral específicamente relacionado con las variables laborales incluidas en el estudio. Por esta razón, se debió recurrir al cuestionario para la evaluación de estrés diseñado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el cual mide niveles de estrés laboral. Adicionalmente, fue necesario diseñar otro cuestionario que indagara sobre las variables sociodemográficas “sexo” y “edad” y las laborales “número de horas trabajadas” y “percepción de la remuneración”. Gracias a éste, se recopiló información adicional que, de igual forma, resulta pertinente para la investigación y complementa los resultados en torno a otras variables igualmente importantes. Retomando la secuencia anteriormente planteada, es momento de contrastar las hipótesis propuestas frente a los resultados obtenidos. Esto se hace a partir del análisis de los instrumentos aplicados y a la luz de la teoría recopilada. Así bien, se inicia con el análisis de las variables sociodemográficas (sexo y estado civil). Sobre este particular, el planteamiento de los investigadores está orientado a encontrar una relación entre cada una de las variables y el fenómeno de estrés laboral. Con respecto a la variable
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sexo, la hipótesis planteada fue la siguiente: “las mujeres reportan mayores niveles de estrés que los hombres”. Según los resultados observados en esta investigación, dicha hipótesis no se pudo validar para la población objeto de estudio, debido a que el número de mujeres supera notablemente al de hombres (mujeres 86,6%); es decir, la muestra no es homogénea en este sentido, y sería necesario que las categorías fueran equivalentes para establecer una comparación real. Sin embargo, es evidente que los niveles de estrés son altos en los dos grupos. Por lo anterior, los investigadores consideran pertinente anotar que el entorno en el cual se ubica la población objeto es un espacio en el que se pueden presentar niveles altos de estrés laboral, independientemente del sexo al que pertenezcan los individuos. Esto puede deberse a la naturaleza y exigencia del trabajo que allí se adelanta; sin embargo, no se puede afirmar que la anterior premisa pueda ser tomada como una aseveración. Si bien es cierto que muchas de las investigaciones y trabajos realizados por los estudiosos del tema han sido adelantados con hombres como sujetos experimentales, los niveles altos de estrés se han atribuido a estudios con mujeres ya que, muchas veces, las variables asociadas a estrés colocan a las mujeres en situaciones que, por naturaleza, generan estrés, tales como periodos de embarazo, periodos de enfermedad o estudios hechos con madres cabezas de hogar. Según lo anterior, se plantea que la presencia de estrés no depende directamente del sexo del sujeto; por otra parte, el tipo de variable que se asocia al estrés es determinante a la hora de hablar de niveles altos de estrés. En lo referente a la variable estado civil, que también se incluye en esta investigación y se asocia con los niveles de estrés, se planteó la siguiente hipótesis: “Las personas solteras reportan menores niveles de estrés que las que tienen algún compromiso civil”. De una u otra manera, esta hipótesis es lógica, más si se analiza desde el entorno de la familia colombiana. En Colombia, el costo de vida, las problemáticas sociales y los conflictos familiares
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son, sin lugar a dudas, factores de alta incidencia en episodios de estrés; por lo anterior, resulta lógico presumir que los hombres y mujeres que tienen alguna responsabilidad civil están expuestos a un mayor número de factores estresantes, mientras que los solteros tienen menos oportunidad de exponerse a tales factores. Sin embargo, cabe anotar que, a la hora de plantear posibles resultados, deben considerarse las diferencias individuales como factor determinante en el desarrollo de la problemática de estrés. Otro factor a tener en cuenta es que la mujer, en muchos casos, es cabeza de familia; y por lo tanto, su vida se debate entre las responsabilidades laborales y las del hogar. En el caso específico de los trabajadores de la central de comunicaciones donde se adelantó este estudio, el 46,6% de la población son personas solteras; el 13,3%, personas casadas; y el 23,3% vive en unión libre. La distribución de los grupos en los niveles de estrés también ubicó a la mayoría (66,6%) en nivel alto de estrés, debido a que la distribución de la muestra en las diferentes categorías de la variable estado civil no se comporta de manera homogénea; el número de solteros supera notablemente a las demás categorías, por lo que no es posible generalizar la asociación ni se puede aceptar la hipótesis. Luego de analizar las variables sociodemográficas se procede a describir las variables laborales (número de horas trabajadas y percepción de la remuneración). Aquí, las hipótesis a corroborar son “a mayor número de horas trabajadas, mayores niveles de estrés; y a menor número de horas trabajadas, menores niveles de estrés”. El entorno en el cual se desarrolló la investigación exige la atención de los trabajadores las 24 horas, ya que el servicio de transporte público no se puede interrumpir en ningún momento durante el día o la noche. Hoy en día, en Colombia, son muchas las empresas que utilizan el modelo de trabajo por turnos, ya sea en áreas de producción o de prestación de servicios. La literatura encontrada sobre este particular apunta
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a catalogar este modelo dentro de los esquemas laborales más desgastantes para los individuos, ya que cuando los turnos son nocturnos, la vida del sujeto se ve interrumpida de manera abrupta, lo que afecta no sólo su entorno familiar y social, sino también los ciclos de sueño-vigilia y los hábitos alimenticios; esto puede poner en riesgo la salud. Si adicionalmente se consideran variables propias del entorno de una ciudad como Bogotá, donde los desplazamientos de madrugada y en la noche se hacen más difíciles, ya sea por la cobertura del transporte o por la inseguridad, se evidencia claramente un espacio propicio para el desarrollo del estrés. Sumado a lo anterior, en algunos casos, se pueden presentar fenómenos como “el del tiempo gris”, en el cual los empleados perciben que están perdiendo tiempo que les es propio y que deberían dedicar a adelantar labores de tipo personal, tales como compartir con la familia, estudiar, adelantar labores del hogar, o simplemente descansar (Dufresne y Lennart 1998). En el caso específico de la central de comunicaciones, muchos empleados reportaron que el turno nocturno les quita la posibilidad de compartir con sus hijos, cónyuge y otros familiares, ya que al alterar los horarios, en muchas oportunidades, no existe ocasión de dialogar y mucho menos de interactuar con sus familias; y el tiempo de descanso se limita a las horas de tiempo reglamentarias que se necesitan para retomar fuerzas e iniciar una nueva jornada laboral. Frente a este particular, los empleados de la central de comunicaciones reportaron que un 30% de la población pertenece al turno de la mañana, en el cual trabajan ocho horas diarias; otro 30%, al turno de la tarde, donde se trabajan siete horas; y el 40% restante, al turno de la noche, jornada donde el número de horas trabajadas es superior; en total, trabajan durante nueve horas. En los tres casos, es evidente que el número de personas (66,6%) que se ubican en niveles altos de estrés es mayor a los que puntúan en el nivel medio (33,3%); y no existe ningún empleado ubicado en
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nivel bajo. En este punto, es valido aclarar que todos los empleados rotan de turno semanalmente, pero cuando laboran en el turno de la noche, experimentan mayores niveles de estrés que cuando trabajan en alguna de las otras dos jornadas. Por esta razón, los niveles altos de estrés no son permanentes en todos los empleados, ya que como la rotación de los turnos es una constante les permite recuperarse y equilibrar su nivel de tensión emocional cuando se desempeñan en uno de los turnos del día, específicamente en el de la tarde. Otra de las hipótesis de las cuales se ocupa este estudio es la referente a la variable percepción de la remuneración, la cual se formuló de la siguiente manera: “A mayor percepción positiva de la remuneración, menores niveles de estrés; y a menor percepción positiva de la remuneración, mayores niveles de estrés”. Los estudiosos de la temática salarial hacen énfasis en la problemática de estrés, ya que según sus análisis muchos trabajadores cambian salud por dinero; en múltiples ocasiones, estos trabajadores tienen la percepción de que trabajar horas extras, fines de semana y días festivos les genera un mayor lucro económico e ignoran que están propiciando la aparición de trastornos en la salud, tanto física como mental. La percepción de la remuneración es una variable que se ve afectada por múltiples factores, a saber: la economía del país, el estatus de vida, las responsabilidades económicas, la formación académica y profesional, y el tiempo y esfuerzo que demanda el trabajo, entre otras. Al hablar de percepción se da por descontado que esta variable tiene una incidencia diferente para cada individuo; es así como hábitos como el ahorro, la planificación económica y el balance de ingresos y egresos, tendrán incidencia sobre esta variable, siempre y cuando el individuo asuma este tipo de comportamientos. Aquí, nuevamente, las diferencias individuales son una característica a tener en cuenta para el análisis de esta relación. En lo que respecta a los empleados de la central de comunicaciones se encontró que el 33,3% de los
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encuestados cubren sus gastos totalmente y el 66,6% sólo lo hacen de manera parcial; en lo referente a sus niveles de estrés, estos se distribuyen así: el 30%, a pesar de cubrir sus gastos totalmente, reportan niveles altos de estrés; y el otro 3,3% puntúa en nivel medio. Por otra parte se encuentran quienes cubren sus gastos parcialmente; entre ellos, el 36,6% del total de participantes reporta niveles altos de estrés y el 30% restante se ubica en nivel medio. A pesar de que las cifras demuestran que es evidente que la proporción de personas que cubren sus gastos sólo de manera parcial se encuentran ubicadas, en su mayoría, (36,6%) en niveles altos de estrés, no es posible establecer un grado de asociación estadísticamente significativo. Esto se debe a que, como se mencionó anteriormente, la muestra no es homogénea, lo que no permite hacer generalizaciones para el resto de la población. Por otra parte, se encontró que el mismo porcentaje de personas (66,6%) que cubren sus gastos de manera parcial los comparten con otra persona, razón por la cual no podría explicarse por qué pese a esto continúan manteniéndose niveles altos de estrés. Luego de este análisis detallado se puede concluir que, efectivamente y como se planteó, los empleados de la central de comunicaciones presentan niveles de estrés medios y altos frente a las variables propuestas por la investigación. Sin embargo, los resultados que arroja el análisis estadístico no permiten establecer una asociación significativa en todos los casos; por otra parte, a partir del reporte de los empleados se encontró que muchos de ellos sufren o han sufrido en algún momento problemas de salud, tanto física como mental. Esto permite presumir que los niveles de estrés desarrollados pueden estar generando dichas complicaciones de salud. Por otra parte, se encontró una relación que llama la atención de los investigadores entre la variable edad y el fenómeno de estrés en este ambiente específico. A pesar de que la información recogida sobre el tema apunta a concluir que las personas, a partir de los 40 años, tienden a ser más resignadas
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y conformistas con las exigencias del trabajo y desarrollan niveles de estrés más bajos (Dufresne y Lennart, 1998), en esta población se puede identificar lo contrario; los mayores de 40 años tienden a manifestar sentimientos de frustración y estancamiento que, según el reporte, les provocan altos niveles de estrés, mientras que la población más joven no presenta dichos niveles de estrés, ya que perciben este empleo como pasajero y manifiestan que su situación laboral puede cambiar con el paso del tiempo. Otra relación que puede inferirse es la que se establece entre la variable estrés y el número de personas a cargo, teniendo en cuenta que esta variable se define como el número de personas que habitan en la misma vivienda del empleado y dependen económicamente de él. Para el caso que nos ocupa se encontró que los empleados que tienen mayor número de responsabilidades económicas con las personas con las cuales cohabitan, manifestaron percibir niveles de estrés más altos y consideraron esta variable como causal. Este hallazgo podría considerarse como un frente de investigación que más adelante puede ser retomado. Al aplicar los instrumentos se observó que el hacerlo en el mismo entorno de trabajo puede generar sesgos, ya que las personas podrían llegar a sentirse evaluadas, factor que incidiría en sus respuestas, lo que conllevaría a una pérdida de validez; así mismo, los trabajadores tuvieron que interrumpir sus labores para responder el cuestionario, lo que también pudo ocasionar sesgos ya que lo respondieron bajo presión del tiempo. Para un próximo estudio, es importante tener en cuenta que, al tomar poblaciones totales como grupo experimental, es necesario adelantar medidas de control más estrictas que permitan obtener resultados estadísticos más concretos, ya que la estadística no paramétrica necesita de este tipo de control de variables para poder establecer asociaciones más claras.
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A criterio de los investigadores, la temática ofrece un gran conjunto de posibilidades de investigación, las cuales están enmarcadas en dimensiones muy importantes para el desarrollo de los seres humanos, como lo son la dimensión fisiológica, la dimensión social y familiar, la dimensión laboral y, por supuesto, la psicoemocional. Este abanico de posibilidades merece un abordaje investigativo exhaustivo ya que de las acciones que se tomen en pro de manejar el estrés laboral, dependerá el futuro de las organizaciones y el desarrollo de las mismas. Específicamente, en lo que atañe a la empresa colombiana, es importante retomar estos temas, ya que permiten al psicólogo ganar un espacio que hasta ahora se ha perdido; es claro que, gracias a sus conocimientos y cualidades profesionales, el psicólogo no sólo está llamado a conocer la temática a fondo, sino a implementar planes y proyectos en la empresa que contribuyan al fortalecimiento de las organizaciones en el país. Referencias Castillo, M. y Villalobos, F. (1996). Cuestionario para la evaluación del estrés. Bogotá: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Dufresne, C y Lennart, L. (1998). Enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo. Madrid: Oficina Internacional del Trabajo. Folkman, S. y Paterson, R. (1984). The stress response and parameters of estressfal situations. Barcelona: Martínez Roca. Kazdin, A. (2001). Métodos de investigación en psicología clínica. México: Pearson Educación. Sánchez, C. Acero, M y Rodríguez, N y Valero, G. (1999). Nivel de estrés en radio-operadores de centrales de taxis y su relación con los riesgos psicosociales presentes en el lugar de trabajo. Tesis de grado, Bogotá: Universidad Javeriana.
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 8 No. 1, 77-89
CORRELACIÓN DE VARIABLES DE ACTITUD Y CONOCIMIENTO FRENTE AL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO HUMANO Y VEJEZ EN UN GRUPO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Nidia Aristizabal-Vallejo1, Sylvia Ariza Alayon2 Universidad El Bosque Resumen El objetivo de la presente investigación fue el de correlacionar la variable de actitud frente al viejo y el conocimiento frente al proceso de envejecimiento humano en estudiantes de VIII de psicología de la Universidad El Bosque. En el estudio participaron 27 estudiantes que cursaban VIII semestre de psicología. Para la medición de las variables de conocimiento, se aplicó un cuestionario sobre conocimientos del proceso de envejecimiento humano, construido por Ariza y Forero (1998) quienes lo validaron y lo aplicaron en su investigación, obteniendo un índice de 0.72 en el cual se evaluaron las áreas de cambios físicos, sociales y psicológicos, en la etapa adulta media y adulta mayor, también se evaluaron conceptos de geriatría, gerontología, calidad de vida, envejecimiento poblacional, gerocultura y gerogogía, para medir la variable de actitud se aplicó una escala Lickert sobre actitudes frente al viejo construida y aplicada por Sánchez y Morales (1997) cuyo índice de validez es de 0.79. Después de analizar los resultados no se encontró correlación alguna entre las dos variables, es decir que, los estudiantes pueden tener poco conocimiento sobre el proceso de envejecimiento humano como se observó en su ejecución del cuestionario de conocimientos, y sin embargo, poseer actitud favorable hacia el viejo como lo demostraron los resultados en la escala Lickert. Palabras clave: Proceso de envejecimiento humano, vejez, cognición, educación gerontológica, actitud frente al viejo, gerontología y adulto mayor. Abstract The aim of the present study was to correlate the attitude variable against the older and the knowledge face the aging process in VIIIth psychology students in El Bosque University. 27 students participated. A questionnaire about aging process was applied made by Ariza and Forero (1988) who validated and applied in a previous research obtaining a 0.72 index. They assessed concepts in geriatry, gerontology, quality of life, population aging, geroculture y gerogy. A Likert scale was applied to measure attitude variable against the older made and applied by Sánchez and Morales (1997) whose validity index was 0.79. There was no correlation between the variables, that is, the students might show little knowledge on the human aging process and however have a favorable attitude towards the older as was shown in the Likert scale Key words:Human aging process, old age, cognitión, gerontológy education, attitude against the older, gerontology and elderly
Doctora en Psicología del envejecimiento y directora de la investigación. Estudiante de la Universidad el Bosque que opta por el título de Psicóloga.
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Nidia Aristizabal-Vallejo, Sylvia Ariza Alayon
Los cambios a nivel demográfico que ha venido viviendo nuestro país al cabo de los últimos años, nos señala el camino de la preparación para poder asumir los drásticos cambios que suceden cuando una sociedad pasa, en pocos años, de ser joven a ser adulta mayor. El reto que nos concierne a todos, implica asumir de manera activa los temas vinculados al bienestar de los viejos y de los que están envejeciendo. Recuperar el respeto por el viejo y por el hecho de envejecer en una sociedad como lo es la colombiana, es una contribución que como profesionales de la salud podemos aportarle, y es así mismo otra razón que anima a los próximos profesionales y en general a las nuevas generaciones a fortalecer la calidad de vida de todas las personas que incondicionalmente envejecemos. Esa contribución debe estar mediada por la actitud que los profesionales de la salud tengan frente al adulto mayor, y sus conocimientos acerca de esa etapa, sin embargo, no se trata de saber únicamente cuales son esas actitudes o como se formaron, el objetivo definitivo es el uso de esos conocimientos para cambiar o promover estilos de vida deseables en los viejos. La razón principal que justifica el presente trabajo es la creciente demanda por parte de la población adulta mayor hacia los servicios de salud. Como es de conocimiento general, el envejecimiento poblacional a nivel nacional e internacional tiende a aumentar lo cual hace que dicha población necesite más y con mayor calidad la atención de los profesionales de la salud, no únicamente para realizar tratamiento o rehabilitación sino preparar a la población envejeciente en la prevención de la enfermedad y promoción de la salud y no solamente con un alto grado de conocimiento, sino con una actitud favorable que redunde en comportamientos deseables frente al adulto mayor y cambios sociales frente al envejecimiento. El envejecimiento poblacional obliga a muchos sistemas nacionales de salud a afrontar nuevos retos. Desde una perspectiva de salud pública, el reto
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más importante será el de velar por que el mayor número de personas conserven o recuperen la salud en edades avanzadas. Este interés no es solamente a nivel profesional o personal, lo es también a nivel gubernamental, por tal motivo se han creado políticas orientadas a elevar la calidad de vida de la población mayor haciéndolos parte activa dentro de la sociedad de tal forma que si los profesionales de la salud que hoy se están preparando para ello, entidades gubernamentales y municipales se concientizan de dichas tendencias y de la importancia de tener calidad de vida en la vejez la población adulta mayor de los futuros 50 años llegará a ésta etapa con salud y mayor nivel de vida. Desarrollo histórico de la gerontología La gerontología surge principalmente por implicaciones sociales de la pos guerra, específicamente la segunda guerra mundial, que llevaron a la creación de instituciones para veteranos, viejos y jubilados. La fortuna de la gerontología estuvo ligada igualmente a la creación y desarrollo de nuevas instituciones sociales como resultado de la industrialización y cambios poblacionales importantes. La gerontología tiene un desarrollo gradual a partir de 1946, teniendo como base la biología, las ciencias sociales y los métodos científicos. La gerontología está formada por otras disciplinas que estudian el envejecimiento humano partiendo de varias perspectivas, lo cual logra hacer de ésta, una disciplina con varias áreas de análisis y aplicación que abarca conocimientos de varias ramas, dentro de esa multidisciplinariedad, la gerontología es definida también como el estudio de las modificaciones que la edad imprime al funcionamiento de los seres vivos en planos como el biológico, psicológico y social. Envejecimiento poblacional Se estima en Colombia, que en 1990 la población joven tenía una edad media de 22 años y 6.2 % era
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la población de mayores de 60 años. En 1950 había un anciano por cada tres niños menores de 5 años y para el 2050 se estima que habrá tres adultos mayores por un menor de 5 años (Aristizabal-Vallejo, 1997). Con dichas estadísticas se predice que Colombia en el año 2025 será un país en franco proceso de envejecimiento. Respecto al contexto sociodemográfico, Colombia ha sido catalogada como un país con envejecimiento intermedio, a pesar de tener una edad promedio de 23.6 años. Actualmente el 6.7% de la población es mayor de 60 años. Políticas nacionales para adultos mayores El proceso de envejecimiento poblacional compete a todas las personas que conforman una comunidad, dependiendo de cualquier movimiento que realicen los pobladores se verá afectado el aspecto demográfico. Dentro de la nueva constitución, el Ministerio de Salud (1997), hace énfasis en el reconocimiento de los derechos humanos asegurando la dignidad humana y los derechos fundamentales que caracterizan la calidad de vida humana. Para la Vicepresidencia de la República (1995) la política para la vejez y el envejecimiento en Colombia, está orientada a elevar la calidad de vida de la población mayor y a buscar su integración social y económica, la cual busca el cumplimiento de las política planteadas en un marco de concentración con la sociedad civil, las entidades gubernamentales de orden nacional, local, y las organizaciones no gubernamentales. Lo que pretende mostrar el Estado son los objetivos de las políticas; elevar la calidad de vida de la población de tercera edad y fortalecer la participación ciudadana mejorando la capacidad de respuesta institucional. Cambios biopsicosociales en la etapa adulta mayor Una muestra representativa del envejecimiento a nivel físico, es el cambio en los sistemas del indi-
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viduo, como lo muestra Craig (1989), la apariencia física cambia: “la piel pierde elasticidad, muestra más arrugas y se adelgaza. A nivel de los órganos de los sentidos, según Craig (1989), “pierden eficiencia al ir envejeciendo la persona.” Dentro de las mayores deficiencias, se observa la audición. Las deficiencias visuales son igualmente comunes en el envejecimiento, según Craig (1989), existe una pérdida en la capacidad del individuo para enfocar los objetos. Esto se debe a la pérdida de flexibilidad del cristalino, la lente del ojo. Algunos sistemas corporales y órganos sufren, de la misma manera, un declive con la vejez, como es el caso del cerebro Chollar (1988 citado por Rice, 1997) asevera que: “por alguna razón, las neuronas se encogen y esto tiene como resultado que se encuentren pocas neuronas grandes. Este encogimiento puede contribuir a cierta pérdida del vigor mental, pero la capacidad intelectual de los ancianos normales permanece en gran medida intacta.” Otro importante sistema corporal es el cardiovascular, en donde su principal órgano es el corazón, el cual, según Craig (1989), disminuye su flujo máximo de sangre que llega al corazón y que sale de él. Durante el envejecimiento, el sistema respiratorio también reduce su capacidad de funcionamiento, como lo muestran La Rue y Jarvic (1982, citado por Craig (1989) en donde dicen que los pulmones a veces tienen menor capacidad total para captar oxígeno. Por último, uno de los signos más evidentes en el envejecimiento es la disminución en la fuerza y resistencia en huesos y músculos. La estructura y composición de las células musculares también se alteran al ir acumulando más grasa. Disminuye la función muscular, y el músculo tarda más en alcanzar un estado de relajación tras el ejercicio y la fatiga. El envejecimiento se reconoce como un destino social. Evidencia de esto es la falta de compromiso por parte del Estado con este sector poblacional que demanda las mismas necesidades que el resto de la población y a quienes no se les proporciona la
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satisfacción de estas. los ancianos no siempre son dependientes a causa de su decadencia física, sino que a menudo lo son debido a la forma en que se los categoriza socialmente y a las presiones sociales que se ejercen sobre ellos” socialmente, BarrosLazaeta, (1994) concibe al envejecimiento como un proceso social que admite varios enfoques. Uno de ellos es el social, por medio del cual se estudian las características de la sociedad y la forma en que estas atañen las condiciones de vida del adulto mayor. El adulto mayor afronta el envejecimiento de acuerdo a las herramientas proporcionadas por el medio en el que se desarrolla y juegan un papel importante sus experiencias pasadas y el pensamiento integrador que caracteriza a esta etapa del desarrollo. Desarrollo de la cognición. Las cogniciones actúan como representaciones; activan, organizan y estructuran internamente los contenidos de la realidad, interviniendo en la identificación, reconocimiento y evocación de los objetos. Para entender mejor lo que significa conocimiento se debe definir lo que significa esquema cognoscitivo junto con sus procesos, funciones y disfunciones. La cognición es el conocimiento de cualquier objeto, bien sea individuo, ciencia, disciplina etc. La cognición estudia las fases de procesos cognoscitivos como la atención, percepción, codificación, almacenamiento y recuperación, así como las estructuras de la memoria. Los esquemas cognoscitivos sirven como mecanismo de toma de decisiones y resolución de problemas, sin embargo, no hay evidencia empírica que muestre que los esquemas cognoscitivos provoquen grandes cambios en las actitudes y juicios sobre un objeto. Actitudes; contexto histórico. La calidad de vida es la resultante de la interacción permanente de un complejo de elementos de naturaleza muy diversa, relacionado esto con desarrollo económico, desarrollo social, nivel de
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vida, necesidades humanas fundamentales, desigualdades económico-sociales, modos de vida, nivel de salud-enfermedad de la población, así como percepciones de la gente acerca de sus condiciones sociales de vida y traducción subjetiva de dicha percepción en sentimientos de bienestar-malestar, satisfacción-insatisfacción, felicidad-infelicidad. Para poder determinar la calidad de vida en el anciano, se toman en cuenta algunas de las dimensiones nombradas anteriormente. Galvanovskis (1995), describe áreas importantes como la vida intelectual, la vida familiar, la vida física, la vida social, la vida emocional, la vida económica, la vida espiritual y la vida laboral. La primera área es la que diferencia a los hombres de los demás seres vivos. La calidad de los razonamientos, el hecho de que éstos no sean en límite destructivos ni competitivos crean una calidad de vida intelectual. La segunda área es entendida como vida emocional, con la cual se llega a la emoción. La calidad de la vida emocional está en función de determinadas emociones y de la manera como el individuo se adapta a ellas. La tercera área es la vida física que abarca los aspectos de salud, lo que quiere decir que pretende mantener un completo estado físico, psíquico y social. La siguiente es la vida social la cual es el resultado de las interacciones entre los seres humanos. Sigue la vida económica que es considerada en la manera como los individuos manejan el aspecto económico con respecto a su salud y a su vida emocional. Otra de las áreas es la vida laboral, el trabajo en la vejez. La última de las áreas tomadas es la vida espiritual, la cual presenta condiciones adecuadas en esta etapa de la vida. La vida espiritual es una búsqueda del sí mismo de los ancianos, una búsqueda del sentido de la vida y de la razón de ser. Programas de prevención y promoción en el adulto mayor Los programas de salud para el anciano deben dar elementos necesarios para lograr modificaciones preventivas para así permitir la independencia del
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anciano y su bienestar. Para lograr prevenir y promocionar la salud en el anciano, se debe primero reconocer los signos de enfermedades degenerativas que puedan afectar al anciano por medio de evaluaciones periódicas. El Ministerio de Salud (1997) desarrolló diversos servicios de información y comunicación social para la promoción de la salud, fortaleció el desarrollo de los programas de atención diurna, como son los centros día y además desarrolló programas educativos comunitarios para fortalecer los enfoques de atención preventiva, desarrolló un programa para mejorar prioritariamente el estado de salud de los ancianos, interviniendo sobre factores de riesgo, ampliando la cobertura y el acceso a un paquete básico de servicios de salud. En cuanto a las estrategias que se siguen en Colombia para la promoción de la salud, también estableció un programa sobre la comunicación social, refiriéndose al sistema educativo, legislaciones en salud, participación ciudadana, recreación y deporte y desarrollo de otros sectores que tienen que ver con desarrollo social y económico. Este organismo integra a distritos y municipios para que desarrollen acciones de promoción con las competencias del sector salud en el desarrollo de programas de salud integral de las personas de la tercera edad. La nación complementará las acciones de promoción, prevención, vigilancia y control contenidas en el plan de atención básica departamental, que excedan la capacidad resolutiva de los departamentos. Educación gerontológica En el Plan de Acción Internacional de Viena sobre envejecimiento y vejez, Naciones Unidas (1982) señala aspectos muy relevantes en cuanto a educación gerontológica, “Deberá estimularse la capacitación en todos los aspectos de la gerontología y la geriatría, y darse la debida importancia en los planes de estudio de todos los niveles. Se insta a los gobiernos y a las autoridades competentes a que
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estimulen las instituciones nuevas o a las actuales para que presten especial atención a la capacitación adecuada de gerontología y geriatría” (p. 17). En Colombia se ha instaurado por medio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 1993) el bachillerato gerontológico, el cual contribuye al proceso educativo, busca un cambio hacia la consideración de la persona vieja en relación con su autoimagen y a la imagen que del anciano tiene la sociedad, en él participan estudiantes de bachillerato que han hecho suya la responsabilidad del aprendizaje sobre uno o varios viejos. Las instituciones que se interesan por promover la educación gerontológica y geriátrica tienen objetivos claramente establecidos, como es el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para quienes la enseñanza de dichas ciencias promueve una actitud positiva hacia el anciano por parte de la población en general. Dentro de los aspectos sociales, se realizaron importantes anotaciones sobre el rol que la sociedad le da al anciano, entonces la educación gerontológica proporciona conocimiento para diferenciar lo que significa envejecimiento y lo que es patología. Otro objetivo importante, por el cual se enseña gerontología radica en la utilización de la rehabilitación. Con el aumento de las discapacidades en los ancianos, la rehabilitación ocupa un lugar importante en la geriatría. Para que las personas de una comunidad y las personas que conforman una familia puedan tener mejor contacto con el anciano y a su vez con las personas de las ciencias de la salud especializadas en éste tema, es importante que conozcan sobre el tema, así estarán más motivados para prestar ayuda. Actitudes: contexto histórico Mediante la educación y el conocimiento, sobre proceso de envejecimiento humano se puede llegar al cambio de actitudes frente anciano. Se aprende que el hecho de vivir hasta las últimas etapas del ciclo de vida es sinónimo de saber y conocimiento,
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sabiendo que se conserva una identidad personal para seguir siendo lo que se ha sido durante esa larga vida. De las posturas más recientes sobre lo que es actitud se tiene la de Myers (1995) que dice: “actitud es una reacción evaluativa favorable o desfavorable hacia algo o alguien, que se manifiesta en nuestras creencias, sentimientos o conducta proyectada.” A pesar de que todas las definiciones se remiten a una constancia en las respuestas, existe gran parte que analizan las actitudes desde tres componentes, Rodríguez y Seoane (1989) hace referencia a dichos componentes: el conativo en el cual se encuentran conocimientos más o menos erróneos o parciales que una persona tiene de un objeto, el componente afectivo que lo considera como algo fundamental de la actitud y lo relaciona al sentimiento con el conocimiento, puesto que los objetos adquieren carga afectiva por el condicionamiento o por experiencia pasada, y por último el componente conativo que es la tendencia a actuar respecto al referente. Las actitudes poseen bases importantes para construirse, la mayoría son aprendidas y según ese aprendizaje construyen representaciones cognoscitivas del objeto y pueden producir un impacto grande y duradero sobre individuos, grupos y sociedades. Problema ¿Qué relación existe entre las actitudes hacia la vejez y el nivel de conocimientos sobre vejez y el proceso de envejecimiento humano en estudiantes de VIII semestre de psicología de la universidad El Bosque? Hipótesis Hipótesis de trabajo A mayor conocimiento por parte de los estudiantes de VIII de psicología sobre el proceso de envejecimiento humano, habrá actitud más favorable ante el adulto mayor y la vejez (Hi : R xy = 0).
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Hipótesis Nula No existe relación entre el conocimiento que los estudiantes de VIII de psicología poseen sobre el proceso de envejecimiento humano y sus actitudes frente al adulto mayor y la vejez. ( Ho : R xy = 0) Método Tipo de investigación La presente investigación es de tipo correlacional puesto que el propósito principal es saber cómo se comporta la variable de conocimiento sobre proceso de envejecimiento humano conociendo el comportamiento de la actitud hacia la vejez y el viejo en estudiantes de VIII semestre de psicología de la Universidad El Bosque. Diseño El diseño es no experimental puesto que no se manipuló ninguna variable, así mismo es transversal/ correlacional puesto que se recolectaron los datos en un tiempo único y de lo que se trató fue de realizar una descripción de las variables y analizar la correlación existente en un momento en el tiempo. Para efectos de la investigación se definió conceptualmente actitud como una respuesta evaluativa, relativamente estable, con relación a un objeto, que tiene componentes o consecuencias cognoscitivas, afectivas y comportamentales Lamberth (1986). La definición operacional fue el resultado de la escala de actitudes frente al viejo. De la misma manera se definió conceptualmente conocimiento sobre proceso de envejecimiento humano como las ideas que poseen los individuos sobre el desarrollo y cambios biopsicosociales a través del ciclo de vida humano. Como definición operacional se tomó en cuenta el resultado total que se obtuvo de la ejecución del cuestionario de evaluación sobre proceso de envejecimiento humano.
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La correlación de los datos obtenidos en la ejecución del cuestionario de conocimientos y la escala de actitudes se realizó por medio del coeficiente de correlación de Pearson puesto que éste estadístico involucra dos variables y no considera a una como dependiente de la otra. Este coeficiente se calcula a partir de las puntuaciones obtenidas en una muestra de dos variables, se relacionaron las puntuaciones obtenidas de la variable conocimiento con las puntuaciones obtenidas de la variable actitud en el mismo grupo de sujetos. Población y muestra La población total fue de 27 estudiantes de octavo semestre de la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque. Sus edades oscilan entre 20 y 25 años. Para la investigación no se realizó una selección de población sino que se utilizó toda la población, es decir, participaron todos los sujetos de VIII semestre de psicología de la U. El Bosque que recibieron la cátedra de ciclo de vida II en la facultad. Instrumentos Se aplicó un primer cuestionario de conocimientos que consta de 26 ítems, dicho instrumento fue validado en una investigación anterior, realizada en la U. El Bosque. Las variables que evalúa este cuestionario son: conceptos de gerontología, geriatría, gerocultura, gerogogía, psicogerontología, calidad de vida y envejecimiento poblacional, cambios físicos, psicológicos, cognoscitivos y sociales en las etapas adulta temprana, media y mayor del desarrollo humano, diferenciación de las etapas del desarrollo humano, enfoque médico gerontológico, inicio del proceso de envejecimiento humano y por último estrategias de promoción y envejecimiento poblacional. Dicho cuestionario fue validado por 6 jueces expertos en las áreas de psicometría, gerontología, geriatría, psicología y lenguaje. Este instrumento se construyó para medir los mismos conocimientos en otra población, en un estudio anterior en la misma universidad. Su construcción tomó un año
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y se validó en ese estudio exploratorio a través de jueces expertos como se menciona anteriormente. El segundo instrumento aplicado es una escala para medir actitudes hacia la vejez, fundamentada en la escala Lickert en donde se evalúan las siguientes áreas: física, afectiva, laboral, intelectual y sexual. Consta de 30 ítems positivos y negativos, dicho instrumento fue diseñado y validado por jueces expertos en una investigación realizada en la Universidad Católica de Colombia. Procedimiento La presente investigación se inició con una revisión teórica sobre el proceso de envejecimiento humano, cambios en las etapas del ciclo vital, educación formal y no formal sobre envejecimiento humano y conceptos de actitudes en psicología social. La estructuración de la primera parte del marco conceptual, específicamente lo relacionado con proceso de envejecimiento humano, dinámica poblacional y educación gerontológica se realizó con base en el estudio exploratorio que sirvió como antecedente a ésta investigación. Al obtener los resultados de la anterior investigación se presentó la propuesta de evaluar los mismos conocimientos y medir las actitudes en los estudiantes, fue ahí como surge la presente investigación. Al tener suficiente información sobre proceso de envejecimiento humano restaba realizar investigación sobre actitudes, cogniciones y nuevas políticas nacionales sobre adultos mayores. La estructuración y complementación del marco conceptual se iniciaron el pasado semestre y se concluyó al iniciar el presente año. Paralelamente a la construcción del marco conceptual se realizaron los procedimientos de aplicación, corrección y análisis de resultados de los instrumentos utilizados. En primer lugar a los estudiantes se les aplicó el cuestionario de conocimientos dándoseles las explicaciones respectivas de los fines de esa investigación. Semanas después se les aplicó la escala de actitudes e igualmente se les hizo referencia a la investigación y sus objetivos.
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Después de tener todas las pruebas aplicadas se inició la calificación. Con los resultados en bruto se realizó el análisis de los datos con la ayuda del programa estadístico SPSS. Con esa actividad concluyó el segundo semestre de1999. A comienzos del presente semestre se realizo el análisis cualitativo y cuantitativo de los resultados y se realizó la correlación entre las variables medidas en la investigación. Cuando se halló la correlación, se hicieron las respectivas correcciones y se realizó la discusión y por último la entrega con el producto final. Resultados
Tabla 1 Análisis de datos estadísticos de media y desviación estándar Variables
Media
Desv. Stan.
N
A. Intelectual
19.81
2.91
27
A. Sexual
17.78
2.29
A. Afectiva
22.96
3.14
A. Física
22.00
2.87
A. Laboral
19.63
2.47
A. Total
102.19
7.60
Conocimiento
12.15
2.21
Nota. El área total es la sumatoria de todas las áreas evaluadas en la escala de actitudes.
A continuación se presentan los resultados de la investigación, en primer lugar se ilustra las tablas en las cuales se representan las correlaciones obtenidas entre las actitudes frente al viejo en sus diferentes áreas y el conocimiento de los estudiantes y por último se presentan las gráficas de dispersión que ilustran las ejecuciones en cada una de las áreas. La tabla 1 describe el promedio de los puntajes obtenidos por los estudiantes en cada una de las áreas evaluadas en la escala de actitudes y en el cuestionario de conocimientos. Se puede observar que el puntaje promedio en el total de la escala de actitudes fue de 102.19 y el promedio de respuestas correctas en el cuestionario de conocimiento fue de 12.15 respuestas correctas.
En la tabla 2 el signo indica la direccionabilidad de la correlación y el valor numérico, la magnitud de la correlación. Los intervalos están de –0.90 como correlación negativa muy fuerte, -0.75 correlación negativa considerable, -0.50 correlación negativa media, -0.10 correlación negativa débil. Cuando es 0.00 o cercano no existe correlación alguna entre las variables. Los anteriores valores son iguales cuando el signo es positivo e indica correlación positiva de la misma magnitud. Cuando el signo es negativo es una correlación inversamente proporcional, es decir, cada vez que aumenta conocimiento, actitud disminuye siempre una cantidad constante, cuando el signo es positivo a mayor conocimiento, mayor actitud, es directamente.
Tabla 2 Índices de correlación de variables de conocimiento y actitud por áreas Correlación de pearson Variables
Intelct.
Intelct. Sexual
Sexual
Afect
Física
Laboral
Total
Conoc.
-024
.188
-1.47
0.01
.398 a
.106
.155
-.619
b
-.221
.370
.661
b
-.287
.315
.447 a
.357
b
-.032
-0.24
.351
Afectiva
.188
.351
Física
-1.47
.345
-.136
Laboral
.001
Total
.398
-.619
Conoc.
.106
-2.21
a
.155
.370 b
.345 -.136
.315
b
-.471
-.287
.357
.661
644 a
.644
b
-0.32
-.020 -.020
Correlación significativa cuando es menor a 0.05 b Correlación es significativa cuando es menor a 0.01 a
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Índices de correlación de variables de conocimiento y actitud por áreas La tabla 3 ilustra el nivel de significación del coeficiente en cada una de las áreas que fueron evaluadas. En la actitud intelectual frente a conocimiento el nivel de significancia es de 0.599, es decir que tiene el 40.1 % de confianza en que la correlación sea verdadera y un 59.9% de probabilidad de error. La variable de actitud sexual frente a conocimiento obtuvo un nivel de significación de 0.269, entonces hay un 73.1% de confianza que la correlación sea verdadera y un 26.9% de margen de error. La siguiente variable es la de actitud afectiva frente a conocimiento con un nivel de significación de 0.147, lo cual indica un 85.3%
de confianza en que la correlación sea verdadera y un 14.7% de probabilidad de error. La variable de actitud física frente a conocimiento obtuvo un nivel de significación de 0.067 que indica un 93.3% de confianza en que la correlación sea verdadera y un 6.7% de probabilidad de error. La variable de actitud laboral frente a conocimiento obtuvo un nivel de significación de 0.875, lo cual indica un 12.5% de confianza en que la correlación sea verdadera y un 87.5% de probabilidad de error. La última de las variables evaluadas fue la actitud total frente a conocimiento que obtuvo un nivel de significación de 0.921, es decir un 7.9% de confianza en que la correlación sea verdadera y un 92.1% de probabilidad de error.
Tabla 3 Nivel de significación del coeficiente de correlación Variables
Intelect.
Intelec.
Sexual
Afectiva
Física
Laboral
Total
Conoc.
.907
.347
.463
.997
.040
.599
.073
.078
.441
.001
.269
.497
.057
.000
.147
.109
.013
.067
.00
.875
Sexual
.907
Afectiva
.347
.073
Física
.463
.078
.497
Laboral
.997
.441
.057
.109
Total
.040
.001
.00
.013
.00
Conoc.
.599
.269
.147
.067
.875
.921 .921
Nota. El valor numérico indica la magnitud de la correlación.
Las figuras 2 a 7 ilustran la ejecución de los sujetos en la escala de actitud y en el cuestionario de conocimientos.
Figura 2. Diagrama de dispersión de variables de actitud intelectual vs conocimiento
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Figura 3. Diagrama de dispersión de actitud sexual vs conocimiento
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Figura 4. Diagrama de dispersión de actitud afectiva vs conocimiento
Figura 7. Diagrama de dispersión de actitud total vs conocimiento Discusión
Figura 5. Diagrama de dispersión de actitud física vs conocimiento
Figura 6. Diagrama de dispersión de actitud laboral vs conocimiento
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Los resultados de este estudio a la luz de la literatura muestran puntos de concordancia con las investigaciones realizadas sobre conocimiento del proceso de envejecimiento humano y actitudes frente al adulto mayor. A continuación se examinarán los hallazgos de este estudio, los aportes, las diferencias y los puntos en común con respecto a los resultados y la literatura revisada. Tomando la variable conocimiento sobre proceso de envejecimiento humano no se encontró correlación alguna con la variable de actitud frente al adulto mayor. Se encontró que la población evaluada tiene poco conocimiento sobre proceso de envejecimiento humano puesto que su ejecución media fue del 12.5%, sin embargo, al referir la variable de actitud frente al adulto mayor se encontró que todos los estudiantes que participaron en este estudio poseen una actitud favorable frente a este tipo de población. Cada una de las dos variables que fueron medidas tuvo resultados diferentes, al evaluar el conocimiento sobre proceso de envejecimiento humano se encontraron puntajes muy bajos en su ejecución; el 68% de los estudiantes evaluados obtuvieron respuestas incorrectas en los ítems 4, 7, 11,12, 16,17,19, 20, 23,24 y 25, los cuales evalúan las áreas de cam-
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bios físicos en la edad adulta a nivel de sistema respiratorio, cardiovascular y visión. Dentro de ese mismo grupo de ítems incorrectos se evaluó también cambios cognoscitivos en la misma etapa. Si se realiza una comparación con el estudio que es antecedente a este, se puede observar que una parte de la población evaluada en esa investigación, estudiantes de VII de psicología en 1998, obtuvo mejores resultados en su ejecución y, a pesar que no había conocimiento al respecto de cambios a nivel físico, si lo había en cambios a nivel cognoscitivo. En general su ejecución fue mejor que la presentada por la población evaluada en la presente investigación. Se debe tener en cuenta que ambas poblaciones recibieron la misma cátedra sobre ciclo de vida y etapa adulta mayor. Los ítems en los que el 73% obtuvo respuestas correctas evaluaban envejecimiento poblacional, conceptos de gerontología y geriatría y calidad de vida, que, comparándolos con la anterior investigación están muy paralelos. La segunda variable medida, actitud frente al viejo, obtuvo una alta puntuación respecto a la actitud favorable. Al evaluar las áreas intelectual, sexual, afectiva, física y laboral se encontró en cada una actitud favorable frente al viejo. El área afectiva y el área física fueron las que mayor actitud favorable presenta la población y el área sexual, sin puntuar desfavorablemente, no obtuvo puntuación tan alta como las demás, es decir, obtuvo el menor puntaje entre todas las áreas. Otro estudio realizado concuerda también con estos resultados, puesto que muestran que la actitud de estudiantes de colegio fue favorable en todas sus áreas, teniendo en cuenta que la población evaluada en esa investigación era adolescente, y la actual población oscila entre 20 y 25 años, no se observó mayor diferencia en los resultados. Dichos resultados indican que no existe correlación alguna entre conocimiento y actitud, es decir, los estudiantes pueden tener poco conocimiento acerca del proceso de envejecimiento humano y sin
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embargo poseer actitud favorable, lo cual lleva a aceptar la hipótesis nula; no existe correlación entre las variables de conocimiento y actitud. Según la literatura revisada, hay algunos esquemas de conocimiento que influyen relativamente en los juicios, actitudes e inferencias que se realizan, Markus y Zajonc (1985) encontraron que algunos individuos se apoyan en los conocimientos integrados en los esquemas para realizar juicios y tener actitudes hacia un objeto, sin embargo, en los resultados obtenidos no se puede asegurar que los participantes en ésta investigación tengan amplios esquemas cognoscitivos o conocimiento sobre proceso de envejecimiento y que dicho conocimiento influya en la realización de juicios y poseer actitudes favorables o desfavorables frente al viejo. Existe literatura que apoya los resultados obtenidos, el mismo autor hace referencia cuando dice que los esquemas cognoscitivos sirven como mecanismo de toma de decisiones y resolución de problemas, sin embargo, no existe evidencia empírica que muestre que los esquemas cognoscitivos provoquen grandes cambios en las actitudes y juicios sobre un objeto. Con ese conocimiento que poseen es posible, según explica Markus y Zajonc (1985), tomar alguna decisión respecto a un cambio o enfermedad que se presente debido al proceso de envejecimiento como tal, pero, su actitud no estará relacionada con esa decisión, sin embargo, resulta interesante comentar acerca de las acciones que puedan llegar a realizar o las conductas que puedan llegar a tener con los adultos mayores si éstas dependen de sus actitudes frente a ellos. Se han realizado estudios, en donde se han correlacionado niveles de medición de actitud y de conducta y ha existido fiabilidad de las actitudes como predictores de conducta, según esos hallazgos se puede concluir que; el conocimiento no se correlaciona con las actitudes frente al viejo, pero éste si puede predecir e incitar conductas que propendan por el bienestar del adulto mayor, en este caso, que los profesionales al conocer acerca del proceso de envejecimiento realicen actividades
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de prevención y le presten un buen servicio a esta población Los determinantes de las actitudes desempeñan un rol importante en la formación y cambio de ellas, Myers (1995) afirma que: “las actitudes se adquieren y cambian como concecuencia de los procesos internos que se desarrollan en la mente de las personas y de proceso externos, algunos de los cuales son sociológicos.” Después de haber realizado la contrastación de los resultados con las hipótesis propuestas en la investigación, es importante comentar acerca de las dificultades que hubo para llevar a cabo el estudio y a partir de ellas dar sugerencias para próximas investigaciones y demostrar por que serán importantes. Uno de los obstáculos que dificultó el desarrollo de ésta investigación fue la falta de estudios antecedentes sobre educación gerontológica y conocimiento sobre proceso de envejecimiento humano, se espera entonces que a partir de aquí surjan nuevos estudios sobre educación gerontológica y se incremente su enseñanza. Los factores que hacen importante interesarse por la educación gerontológica son el marcado aumento que ha venido experimentando la esperanza de vida, en particular en los países en vía de desarrollo. La esperanza media de vida a comienzos de la década de 1950 era de unos 41 años en los países en desarrollo, aumento a 62 años en 1990, y según las proyecciones, en 2020 alcanzará los 70 años. Otro de los factores que hacen importante la educación gerontológica es la proporción de personas de edad que ha aumentado considerablemente en los últimos años. El descenso de las tasas de mortalidad en los últimos años es la razón más importante, especialmente en los países en vía de desarrollo. Todo éste rápido aumento de cifras de las personas de edad adulta significa que cada vez más personas llegarán a una edad en la que el riesgo de contraer ciertas enfermedades crónicas será mucho mayor. En el año 2020 las tres cuartas partes de todas las defunciones podrían deberse a enfermedades no
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contagiosas y relacionadas con el envejecimiento, tales como el cáncer, la diabetes y las del aparato circulatorio. Por esas razones, el envejecimiento poblacional obliga a los sistemas de salud a afrontar nuevos retos, a velar por que el mayor número de personas conserven o incluso recuperen la salud en edades avanzadas. También obliga a los sistemas de educación a implementar más programas para promover la educación gerontológica y preparar a los profesionales para el incremento en el envejecimiento poblacional, por esa razón muchas entidades han creado políticas sobre envejecimiento y vejez, como es el caso expuesto en el Plan de Acción de Viena cuando dice que se deberá estimular la capacitación en todos los aspectos de la gerontología y la geriatría, y darse la debida importancia en los planes de estudio de todos los niveles. Lo más importante dentro de dichas políticas es que se espera que las instituciones que estén interesadas en promover la educación gerontológica tengan objetivos claramente establecidos, y a este respecto, se retoma un interesante aporte que realiza la OMS cuando dice que “las instituciones que se comprometen a impartir conocimiento sobre gerontología y geriatría deben promover una actitud positiva hacia el anciano por parte de la población en general.” Ese aspecto fortalece la presente investigación puesto que para la OMS es importante impartir conocimiento y a su vez promover actitudes favorables hacia el anciano y con ambos, actitud y conocimiento, los profesionales podrán realizar acciones y programas que satisfagan las necesidades de la población envejeciente en todos los aspectos; físico, social, psicológico, etc. Surge un interrogante a partir de la creación de esas políticas para la educación y la salud, y es saber si los profesionales en dichos campos estarán preparados para asumir ese reto ante el inminente crecimiento en la población mayor, el envejecimiento no es únicamente cifras, “el envejecimiento es una
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realidad individual y social, es necesario humanizar las cifras ya que en cada una de ellas estamos los seres humanos que hacemos parte de la sociedad”. Observando todos los beneficios que trae, no solamente para los profesionales de la salud, si no para toda la humanidad, conocer acerca del proceso de envejecimiento y de la vejez, es necesario prepararse ahora que se conocen las proyecciones y no se es viejo aún, entonces esa será la solución y la clave para envejecer dignamente, será la base para procurar el bienestar de personas que llegaran después que nosotros a la vejez y permitirá legar esas oportunidades y esos recursos a través del tiempo. La ONU, toma eso como: un proceso que se debe analizar en tres niveles: capital humano, en términos de buena salud, de cualificarse y capacitarse para el desempeño de un trabajo y de conocerse a sí mismo; capital social, comprendido en términos de redes de contacto con su entorno próximo: la familia y la comunidad; capital económico, que significa ahorro y planes de jubilación. La vida en un mundo que envejece va a requerir que las personas de todas las edades reconozcan que los adultos mayores constituyen un valioso recurso, que la sociedad preste una atención y fomento en salud a lo largo de todo el ciclo vital y que se ofrezca oportunidades a los ciudadanos viejos para que participen activamente en todo el proceso de desarrollo. Referencias Aristizabal-Vallejo, N. (1997). Envejecimiento Poblacional Colombiano; Amenaza o reto para el siglo XXI. Tomado el 27 de febrero de 2007, de http://www.acgg.org.co/memorias_IX_con-
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 8 No. 1, 91-95
PROCESOS COGNOSCITIVOS IMPLICADOS EN EL CONFLICTO Martha Consuelo Durán García1 Universidad El Bosque
Existen diferentes definiciones del término conflicto. Frecuentemente se emplea para designar una situación problemática que requiere solución. Las situaciones conflictivas se pueden definir, a grandes rasgos, como desacuerdos entre personas. Si bien esta definición no tiene connotaciones desfavorables, muchas sociedades han dado al concepto de conflicto un sentido negativo. En consecuencia, algunas personas sienten angustia cuando tienen que enfrentarse a situaciones que pueden desembocar en un conflicto. Coser (1956, citado por Borisoff y Victor, 1991) incluyó el concepto de conflicto en la sociología norteamericana al definirlo como una lucha sobre valores y aspiraciones a gozar de una posición, poder y recursos, en la cual los objetivos de los oponentes consisten en neutralizar, herir o eliminar a sus rivales. Definido de esta manera y enfatizando en los objetivos de los oponentes, son evidentes las implicaciones negativas que acarrea involucrarse en un conflicto. No obstante, es preciso reconocer los aspectos positivos presentes en toda situación de conflicto; en algunas investigaciones realizadas en ciencia política, en psicología social y en sociología, desde la perspectiva conflicto-poder-estatus, la cual entiende el conflicto como el resultado de las diferencias en poder o estatus, se ha encontrado que la expectativa de cambio social puede actuar como fuerza impulsadora y motivadora de cambios en las dinámicas
de estatus y en la organización del poder (Lovaglia, Mannix, Samuelson, Sell y Wilson, 2005). En otros términos, Thomas (1976) considera el conflicto como un proceso que se origina cuando una persona percibe que otra ha frustrado o está a punto de frustrar alguno de sus objetivos o intereses. En esta misma línea se encuentra Myers (2005), quien define el conflicto como la incompatibilidad percibida de acciones y/o de objetivos. Muchas pugnas contienen apenas un pequeño centro de objetivos realmente incompatibles; el problema más grande son las percepciones equivocadas de los motivos y objetivos de la otra persona (Forgas y Smith, 2007). Para Deutsh (1973), el conflicto puede ser intrapersonal, interpersonal, intragrupo, intergrupo e internacional. El conflicto intrapersonal representa “un estado al que accede un individuo cuando está motivado para dar lugar a dos o más respuestas mutuamente incompatibles” (Jones y Gerard, 1967, p.709). Son muchos los ejemplos que hay de conflicto intrapersonal; de hecho, este conflicto surge siempre que tomamos una decisión. Con respecto al conflicto interpersonal, una definición genérica del mismo hace referencia a la tensión resultante de la incompatibilidad de dar respuestas reales o deseadas, entre dos o más entidades sociales, sean individuos, grupos u organizaciones mayores (Raven y Kruglanski, 1970; Anderson y Huesmann, 2007). La mayoría de los conflictos interpersonales no
Docente, Facultad de Psicología, Universidad El Bosque. Email: duranconsuelo@unbosque.edu.co
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son de tipo cero, es decir, aquellos en los cuales la ganancia de uno constituye exactamente la pérdida del otro; de aquí que se use el término conflicto cero o juegos de suma cero. En realidad, la mayoría de los conflictos de la vida real caen bajo la denominación de conflicto total no cero o conflicto de motivos variados. Como el nombre lo indica, estos conflictos presentan un abanico de soluciones más allá de la alternativa perder – ganar; en otras palabras, al cooperar, ambas partes pueden ganar; al competir, ambas pueden perder (Baron y Byrne, 1998). El adversario en este conflicto no sólo es la otra parte, sino también nuestros propios motivos. En el conflicto de motivos variados, existen partes enfrentadas con la alternativa de intentar elevar al máximo la propia ganancia, frente a trabajar a favor de la mejor solución colectiva; es decir, cada juego mina los intereses inmediatos de los individuos en contra del bienestar del grupo. En este contexto, la desconfianza, la codicia y el miedo aparecen a medida que las partes luchan con el conflicto. El dilema del prisionero y la tragedia de los comunes son casos de dilemas sociales que representan ejemplos clásicos del mencionado conflicto de motivos variados. Ambos casos llevan a la gente a justificar su propia conducta en función de la situación y a explicar la conducta del oponente en función de su temperamento como un rasgo estable. Existe suficiente evidencia de la tendencia de los observadores a ver las acciones de los otros como motivadas por planes internos y estables, mientras que perciben sus propias acciones como respuestas a exigencias situacionales (Jones y Nisbett, 1972; León et al., 1998; Myers, 2005). Por lo tanto, al explicar el comportamiento de los oponentes en función de sus rasgos estables y constantes, surgen expectativas de no cambio en el comportamiento del oponente y se torna inminente el conflicto (Anderson y Huesmann, 2007). Esta tendencia, que representa un error atribucional conocido con el nombre de sesgo actor
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– observador e identificado por Jones y Nisbett (1972), nos recuerda que las atribuciones no se realizan únicamente a partir de la información que tenemos, sino que están mediadas por nuestras actitudes y expectativas, así como por la perspectiva que tenemos del hecho o conducta observada (León et al., 1998; Goethals, 2007). Dos razones parecen explicar este error atribucional: una de ellas enfatiza en el conocimiento que tenemos de nuestra propia historia junto con el desconocimiento de la historia del oponente; la otra consiste en el foco de atención. Cuando observamos la conducta de los otros, nuestra atención se centra en ellos. Por lo tanto, nuestras explicaciones para estos comportamientos incluyen a la persona. En cambio, cuando actuamos, nuestra atención está centrada en la situación, no en nosotros mismos; es decir, nuestra explicación para nuestro comportamiento incluye factores situacionales. Del conflicto interpersonal al conflicto intergrupal Por su condición social, el hombre a lo largo de su vida pertenece a una gran variedad de grupos, que lo identifican socialmente e influyen en sus comportamientos, pensamientos, motivaciones, expectativas, creencias, emociones, entre otros procesos psicológicos. Como lo señalaba Newcomb (1950), “muchas de las condiciones más importantes que explican la conducta individual son condiciones de grupo” (p. 763). Por lo tanto, el pertenecer a un grupo afecta las percepciones y los comportamientos de los miembros de dicho grupo con respecto a otros; es evidente que en muchas situaciones las relaciones entre las personas se deterioran cuando éstas se consideran parte de grupos distintos. Todo lo que acontece cuando las personas pasan a formar parte de un grupo cabe dentro de lo que comúnmente se conoce como fenómenos de influencia. Estos, de acuerdo con Kelman (1982) se entienden como un “cambio de comportamiento,
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el cual resulta de la inducción proveniente de otra persona o grupo a quien consideramos el agente de influencia” (p.384). A su vez, la inducción se refiere a los procesos a través de los cuales, durante las interacciones sociales directas o simbólicas, los individuos y los grupos forman, mantienen, difunden y modifican sus modos de pensamientos y de acción (Pérez y Mugny, 1988). De hecho, el grupo es el escenario primordial de la influencia; la inclusión de ésta ha sido constante: unas veces como marco para la conformidad, otras para incorporar la cooperación y la competición, o para hablar de la obediencia (Blanco, Caballero y De la Corte, 2005). En varios estudios de laboratorio, Insko y Schopler (1987) han encontrado que los individuos compiten más y cooperan menos cuando se relacionan en un contexto en el que se destaca la pertenencia a un grupo que cuando están más centrados en el carácter personal de su trato. Este hallazgo ha sido llamado efecto de discontinuidad entre la conducta interpersonal y la intergrupal. La avidez, el egoísmo y los temores con respecto a los grupos ajenos o exogrupos, constituyen algunas razones del efecto de discontinuidad. La competencia, a su vez, produce hostilidad, prejuicio y sesgo entre los grupos, estereotipos negativos sobre el exogrupo, etnocentrismo e incremento de la cohesión grupal, todos los síntomas del conflicto intergrupal. Tajfel y Turner (1989) afirman que parte de nuestra identidad se basa en los grupos a los que pertenecemos. Tendemos a formar parte del grupo más positivo, dado que refuerza nuestra identidad social, y a mejorar la posición del grupo propio en relación con los grupos ajenos. En general, otorgamos características positivas a los grupos propios y cargamos con características negativas a los ajenos, lo que va constituyendo el núcleo del conflicto (Blanco et al., 2005). Para simplificar la complejidad social, ubicamos a los demás, y a nosotros mismos, en categorías o estereotipos, de tal suerte que la categorización
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es el proceso psicológico básico que subyace a la formación de un grupo; por lo tanto, los grupos se crean y habitan en nuestra mente antes de ser producto del entorno. Las diferencias de comportamiento entre las personas categorizadas y las no categorizadas son muy notables y fueron las que llevaron a Tajfel a formular su idea del continuo interpersonal – intergrupal. Con ella, quería aludir a los diferentes tipos de conducta que realizan las personas según la situación en la que se encuentran. Una situación fuertemente grupal produciría conducta intergrupal estricta y, a la inversa, una situación en la que la influencia del grupo no exista produciría conducta puramente interpersonal. En medio de estos dos polos extremos se ubicarían conductas intermedias, en las que tendrían cabida, en proporciones diferentes, consideraciones grupales e interpersonales. La categorización de personas en grupos ocasiona consecuencias trascendentales, porque respondemos a los demás según los estereotipos que tenemos sobre los grupos a los que pertenecen. En otras palabras, tener estereotipos le permite al individuo encajar un gran número de personas en categorías conceptuales simples, así como responder a estas personas de un modo constante y uniforme (Mann 1995, citado por Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2002). Además, los estereotipos se mantienen a través del procesamiento de información selectiva: atención, percepción y memoria selectiva. Esto perpetúa las creencias del individuo relativas a las categorías sociales. La atención selectiva no integra los aspectos negativos de la situación ni los errores cometidos por el grupo propio, y sí se orienta a la confirmación de las creencias y prejuicios. La percepción selectiva o interpretación sesgada de la información se caracteriza por codificar de forma más abstracta las conductas negativas del grupo ajeno y justificar de forma más concreta sus propios hechos negativos. Además, la atención selectiva permite retransmitir de forma más exacta los hechos de violencia come-
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tidos por los grupos ajenos y reconstruir su historia, justificando sus propias acciones negativas. Esta tendencia a clasificar a la gente en grupos tiene diferentes efectos, como el favoritismo por el grupo propio y la homogenización percibida del grupo ajeno. El favoritismo por nuestro grupo ocurre a través de percepciones sesgadas y de discriminación de los grupos ajenos: clasificar el contexto en grupos propios y ajenos activa la motivación para competir contra los grupos ajenos (Turner, 1987). A su vez, se aumenta la competencia entre grupos (efecto de discontinuidad) porque es claro que el oponente no pertenece a nuestro grupo. Park y Rothbart (1982) encontraron que las personas son más proclives a recordar la información que distingue a los miembros de su propio grupo que la información que diferencia a los integrantes de los grupos ajenos. Este fenómeno conocido con el nombre de efecto de homogeneidad del grupo ajeno puede ser el resultado de contactos frecuentes con los miembros del grupo propio que con los miembros del grupo ajeno (Hollingshead et al., 2005) A su vez, esta tendencia a ver los grupos de manera homogénea tiene importantes consecuencias para las relaciones entre los miembros de grupos: facilita la adquisición de estereotipos sobre los grupos ajenos con base en muy poca información y reduce las ganas de establecer relaciones con ellos, así como las oportunidades de modificar las propias impresiones y estereotipos. Por lo tanto, la tendencia a considerar que los grupos ajenos son homogéneos, aunada a la motivación por percibir los grupos propios de manera más positiva, tiene extensas implicaciones para el comportamiento entre grupos e incrementa las probabilidades de conflictos. Así mismo, la polarización de actitudes y estereotipos constituye un proceso clave que, además de las causas sociales y/o políticas presentes, influye en el mantenimiento del conflicto violento.
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En resumen, el estilo atribucional, la forma de procesar la información, la necesidad de pertenecer a un grupo, son entre otros, algunos aspectos relacionados con el surgimiento y mantenimiento del conflicto. Por lo tanto, cualquier iniciativa de solución del mismo debe incluir el dominio teórico y conceptual de dichos procesos cognoscitivos. Referencias Anderson, C. A. y Huesmann, R. (2007). The SAGE Handbook of Social Psychology. En Hogg, M. A. y Cooper, J. (Eds.), (pp.259-288). London: Sage Publications Ltda. Baron, R. A. y Byrne, D. (1998). Psicología social. Madrid: Prentice Hall. Blanco, A., Caballero, A. y De la Corte, L. (2005). Psicología de los Grupos. Madrid: Pearson – Prentice Hall. Borisoff, A. y Victor, D. (1991). Gestión de conflictos: Un enfoque desde las técnicas de comunicación. Madrid: Díaz de Santos, S. A. Deutsh, M. (1973). The resolution of conflict. New Haven: Yale University Press. Forgas, J. P. y Smith, C. A. (2007). Affect and Emotion. En Hogg, M. A. y Cooper, J. (Eds.), The SAGE Handbook of Social Psychology. (pp. 146–175). London: Sage Publications Ltda. Goethals, G. R. (2007). A Century of Social Psychology: Individuals, Ideas, and Investigations. En Hogg, M. A. y Cooper, J. (Eds.). The SAGE Handbook of Social Psychology. London: Sage Publications Ltda. Hollingshead, A. B., et al. (2005). Look at Groups From the Funtional Perspective. En Poole, M. S. y Hollingshead, A.B. (Eds.), Theories of small groups. Interdisciplinary Perspectives (pp. 2162). Thousand Oaks: Sage Publications, Inc. Insko, C. A. y Shopler, J. (1987). Categorization, competition and collectivity. En Hendrick, C. (Ed.), Group processes (pp. 213-251). London: Sage Publications Ltda.
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