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Simplicidad para la discapacidad

Como hemos podido observar, la simplicidad puede ser un elemento de suma importancia en cualquier proceso de diseño, sin embargo, no es aplicado por todos.

Hoy en día siguen existiendo productos complejos, con cientos de piezas y ensambles complicados que si nos ponemos a pensar, no están diseñados para todo tipo de usuario, menos para una persona con discapacidad.

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Los seres humanos somos netamente sociales. Desde que nacemos hasta que morimos, dependemos de nuestro prójimo para subsistir. Desde las necesidades más elementales hasta las más complejas, tanto en un sentido biológico y físico, dependemos del prójimo para subsistir.

En primer lugar, dependemos de la familia, quienes nos cuidan y protegen desde el día que nacemos; en segundo lugar, de las relaciones personales, ya sea escuela, amigos y seres cercanos que nos acompañan en nuestro crecimiento; y en tercero, del contexto histórico, geográfico y socioeconómico existentes en los dos primeros.

Todo esto se multiplica si lo aplicamos a personas con discapacidad, quienes requieren diversos tipos de atenciones y cuidados diarios por el resto de su vida.

El problema es una situación real, que afecta a millones de personas en todo el mundo y que no siempre son tomados en cuenta para el desarrollo de algún producto. En este caso, nos referimos a las discapacidades motrices que limitan el movimiento en un 50% del mismo.

Personas con hemiplejia, parálisis o incluso amputaciones de algunas extremidades, requieren de aparatos y apoyos especiales para desempeñar actividades tan normales y fundamentales como comer o ir al baño; sin contar siempre con los instrumentos para ello.

Existen productos complejos y con elevados costos que no todos pueden pagar. Inclusive, en algunos de los casos, muchos de estos usuarios terminan abandonados por la “carga” que se vuelven para la familia.

Todo esto va en contra de la simplicidad en el diseño. Como diseñadores, debemos de estar conscientes de todos los tipos de usuarios que podrían necesitar de algún producto, y es nuestra responsabilidad, desarrollarlos para que estos puedan hacer uso de ellos, de una manera sencilla y práctica.

Como se menciona al inicio de este trabajo, el ser humano no está acostumbrado a estar preparado y tiene que resolver sobre la marcha cualquier eventualidad que se le presenta; como diseñadores, podemos aportar un pequeño grano de arena con el diseño y desarrollo de productos simples, que faciliten el día a día de los usuarios.

Conclusiones

El trabajo realizado se vuelve una metodología aplicable a cualquier proceso de diseño, en el cual todo problema es investigado como fenómeno y dentro del mismo, podemos encontrar elementos claves para su resolución.

El diseño de una silla es un ejercicio interesante para explorar y aplicar los conceptos correspondientes a la teoría de la forma, permitiendo generar composiciones interesantes y que aportan gran valor al diseño.

Es importante tener todos los aspectos siempre en consideración, desde el material hasta el proceso constructivo; ya que podrían enfrentarse problemas o complicaciones si no se está consciente del proceso a realizar.

Como se mencionó en el apartado de “Alternativas ergonómicas”, el uso de ciertas máquinas nos facilita mucho la elaboración de las piezas, sin embargo, sus limitantes nos dan como resultado una silla con todos sus ángulos rectos. Esto último no es lo ideal, en cuanto a ergonomía se refiere.

En cuanto a las personas con discapacidad, si bien, el modelo realizado es de fácil armado y resistente hasta aguantar más de 120 kg, el material selecto, por más resistente que sea, da como resultado una pieza demasiado pesada y de no muy fácil manipulación. Esto último abre una puerta para la búsqueda de alternativas, que permitan lograr el mismo diseño con materiales más ligeros.

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