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UNA MUTACIÓN GENÉTICA PODRÍA EXPLICAR POR QUÉ ALGUNOS NO SE ENFERMARON DE COVID-19

por Verónica Guerrero Mothelet imagen de Chrystl Rijkeboer

Un estudio ofrece la primera evidencia de una influencia genética en la infección asintomática del SARS-CoV-2, y ayuda a resolver el misterio de por qué algunas personas, pese a infectarse, nunca se enfermaron de COVID-19.

Si forman parte del grupo de personas que se infectaron con el virus SARS-CoV-2, pero nunca desarrollaron síntomas, podrían debérselo a sus genes. Investigadores de la Universidad de California encontraron que esta población tiene dos veces más probabilidades, que quienes sí presentaron síntomas, de contar con una variante genética que les ayudó a eliminar el virus. El estudio ofrece la primera evidencia de que existe una base genética para no presentar síntomas y ayuda a resolver el misterio de por qué algunas personas, aunque se infectaron, nunca se enfermaron de COVID-19.

El secreto está en un antígeno de los leucocitos humanos, llamado HLA, un marcador de proteínas del sistema inmunológico. Una mutación de los genes que codifican HLA, bautizada como HLA-B15, parece ayudar a las células T a identificar el SARS-CoV-2 y atacarlo. Así, las células T pueden identificar el coronavirus pese a nunca haber estado en contacto con él, porque detectan su parecido con algunos virus ya conocidos del resfriado común, cuyo registro quedó grabado en la “memoria” de estas células inmunológicas.

De manera específica, los investigadores observaron que, al exponerse al virus, las células T respondían a un péptido de este coronavirus, que es muy similar al de otros coronavirus estacionales, como el del resfriado. Eso pudo permitir a sus células T reconocer enseguida el SARS-CoV-2 e iniciar una respuesta inmune más rápida y eficaz.

La investigación observó que 20% de las personas estudiadas que habían permanecido asintomáticas tenía cuando menos una copia de la variante de HLA-B15, en comparación con 9% de aquellas que sí habían reportado síntomas. Sin embargo, quienes poseían dos copias de la variante tuvieron hasta ocho veces más probabilidades de evitar la sintomatología.

De hecho, esta mutación es bastante común y, aunque no evita que el virus infecte las células, sí impide que su portador desarrolle síntomas, incluso aquellos tan mínimos como escurrimiento nasal o dolor de garganta. Estudiar esta respuesta inmune permitirá identificar nuevas formas de promover la protección inmunológica contra el SARS-CoV-2, que podrían aprovecharse para el futuro desarrollo de vacunas o medicamentos.

Verónica Guerrero es filósofa, periodista y divulgadora de la ciencia; ha sido corresponsal de la revista Nature Biotechnology y colaboradora frecuente en ¿Cómo ves? de la UNAM.

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