BREVE INTRODUCCIÓN Que el tachismo funciona en el aula lo supimos cuando se lo propuse al alumnado de 3º de la ESO para tachar el Quijote y celebrar en 2016 el IV Centenario de la muerte de Cervantes. Ya antes lo habíamos probado con otros cursos, en otros niveles, pero siempre utilizando la prensa. Nunca con algunas páginas emblemáticas de la Historia de la Literatura1.
Tal vez sonara a herejía, pero como explique entonces, tal vez para justificarme a mí mismo, me gustaba pensar, como Borges, que Cervantes era tan buen escritor que los descubrimientos de esos jóvenes y desapasionados lectores ya los había ideado la mente del genio español.
Por eso, quería intentar comprobar si funcionaba con otro tipo de literatura menos contundente. En el sentido de que el autor original no pudiera ser el responsable de los nuevos hallazgos encontrados. Por eso, porque había que hacer expurgo en la Biblioteca del centro, y pidiendo los permisos pertinentes, intentamos tachar un libro entero. ¡Yo creo en la esperanza! de un tal José María Diez-Alegría.
El resultado lo tendrá que juzgar el lector de esta actividad del experimentalismo literario2. Sólo indicamos la metodología seguida en el aula. Se presenta qué es el TACHISMO3 y se invita a tachar al alumnado (muchas veces lo han hecho en parejas), mientras se comprometen a seguir el ritmo normal de las sesiones. En ocasiones se lo llevaron a sus casas. Para saber qué se valoraba, se realizó una RÚBRICA DE EVALUACIÓN4. Antonio Martín Flores (mayo, 2018) 1
Ver una crónica aquí: http://bibliotecaiesflorenciopintado.blogspot.com.es/2016/04/lecuras-nuevas-cosas-nuevassobre-el.html 2 Al final de este documento aparece una Propuesta de Lectura. Obviamente puede ser otra. Cada lector puede hacer la suya. Y de hecho ha sido otra actividad que se le ha propuesto al alumnado participante. 3 Incorporada después por la Consejería de Educción en su Plan de Creatividad Literaria, la actividad se presentó por vez primera así: https://lecturacreativaenmiaula.jimdo.com/actividades-propias/tachismo/ 4 Para ver la rúbrica de evaluación: https://pvenelauladefilosofia.jimdo.com/material-docente/para-evaluar-rúbricas/
El trauma se había revelado… Todo comenzó en la página 12, porque sí, porque daba igual y porque por ahí quiso empezar Arturo. La mirada de Arturo, sin saberlo, determinó buena parte de lo posterior, supongo. El trauma se había revelado, la Caja de Pandora del Tachismo había sido convocada y que mejor manera de anunciarlo como un trauma…
Y es que en los traumas, la soledad aparece como si fuera su alma gemela, no como el detonante, sino como la piel que acompaĂąa a ese trauma primero.
En el tachismo, los versos van emanando de manera misteriosa. Es fácil conjugar con líneas cercanas. De alguna manera, parecería que el mecanismo de tachar no tiene tanta relevancia porque la cercanía es palpable. Y en ocasiones es cierto, pero el lector, el creador tachista, no debe sucumbir a esa posibilidad. Nosotros se lo recordamos para que exploraran más allá de la cercanía.
Y el siguiente, una página después, lo demuestra. La continuación, aquí, poco tiene que ver con la cercanía… Un poema profundo
Y en medio, muchas líneas, mucha separación para unir lo que antes aparecía inadvertido para el lector acostumbrado a dirigir su mirada con los mecanismos impuestos.
A veces las pรกginas parecen marcar el ritmo y la cadencia de los versos. Cada pรกgina puede ser autosuficiente, por supuesto, y brindarnos todo lo que necesitamos.
Y puede ocurrir, que en una pรกgina sรณlo se rescate una palabra. La necesaria, la exacta, la que debe encontrarse.
Y luego está la parte estética, la manera de tachar. Como un breve experimento, el alumnado necesita que se lo confirmen: -Maestro, ¿se puede tachar de cualquier manera? -Por supuesto, la página es tuya y eres libre de tachar a tu modo. Además, en la rúbrica de evaluación, se especifica el valor que concedemos a esa posibilidad.
Es un misterio vital todo lo que merece la pena, por lo que vale asumir el riesgo, no deja de ser un misterio vital.
Una consigna era leer lo anterior, al menos lo inmediatamente anterior, por eso en muchas ocasiones, un lector, empujado a ser un autor tachista, termina o completa lo que otro entreviĂł, pero que ignoraba el primero. En ese juego a ciegas, de sugerencias veladas, se encuentra tambiĂŠn parte del mecanismo creativo que conlleva practicar el tachismo de manera colectiva.
En ese diálogo, en ese pacto de colaboración entre los participantes, cada uno debía decidir si se el anterior cerraba un apartado. La libertad es absoluta, también la responsabilidad de mantener el texto vivo.
Por eso, al releer lo que otros compañeros han traído a presencia y que antes estaba oculto, la nueva escritura que se va desarrollando marca pautas al resto. Si en la página anterior, teníamos que volver al problema, ahora sabemos que era: la pobreza interior entre nosotros. Recuerdo en este sentido, que cuando se subió la página anterior, comenté algo así en Instagram: Hasta mañana no sabremos cuál es el problema…
Y se continúa el escrito oyendo las palabras, siendo trasmisores, casi involuntarios, de lo que ellas, por sí solas nos depararán. Curiosamente, el tachado inocente en esta ocasión, parece anticipar hacia dónde nos dirigimos. Aunque no lo sepamos exactamente.
Comprender que la realidad es ambigua, no parece una cuestión baladí. El texto crece y se enriquece, pero lo hace de una manera ajena a una intencionalidad previa. Las palabras así dispuestas, traídas por la mirada atenta del rastreador, van creando su propia trayectoria. A veces contradictoria, a veces laberíntica, pero comenzamos a sospechar que hay cierto sentido que, aunque leve, se deja vislumbrar.
Como un día sin camino. Bajo nuestro punto de vista, hay imágenes que pueden valer por sí mismas. Pero lo curioso, es que no acaba en la doble página sus potencialidades, porque hay un hilo invisible que va uniendo imperceptiblemente los textos encontrados.
Una liberación Un abismo Hay tantas posibilidades al tachar, que a veces, aparecen, como si nada, una especie de aforismo, un pensamiento que podemos exrtraer para reflexionar sobre él, apartandonos de todo lo anterior o lo que queda. No será este el único caso que forzará qie nos detengamos en una página más que en otra. Leídas de manera individual, algunas páginas ya justificarían el resto del trabajo…
Por fin, casi sin querer, todo se cumple. El texto encontrado estรก en consonancia con lo anterior. Lo culmina y a la vez deja abierta otras opciones por la que desarrollarse. Y ademรกs, el tachado, no hace falta ser artista plรกstico, estรก en relaciรณn con el texto que se ha liberado de la tachadura.
No es extraĂąo: queda abierta la libertad. Quisiera pensar que no es tan casual lo que se encuentra. Porque tal vez se busca, de manera inconsciente, pensamientos e ideas propias. Me gusta pensar que, unas simples palabras encontradas, transforman la mirada del alumno con el tachismo.
Algo cambia el tachismo. Cambia la forma de leer, la forma de entender la escritura, la forma de expresar un mundo interior de una manera mágica, o al menos, que escapa a la mera razón…
Un detalle que no debería pasar desapercibido. En la mayoría de los casos, hay parte del texto que no se ha tachado. En encabezado de cada página aparece, como las notas al pie de página, sin tachar. Ignoro la razón y no quería dar instrucciones sobre esto. Prefería la libertad o la ausencia de consignas. Alguno, como en este caso, sí tacho todo lo que le sobraba.
Esta doble página y la anterior, por el modo de tachar, la llevaría a cabo la misma pareja de alumnas (si no me equivoco). Se nota en la manera idéntica de tachar, incluso dejando sin tachar el mismo encabezamiento de la página par. El texto dice: Un intento de vivir la revolución, centrada en la liberación de la opresión. Nada que objetar.
La forma de tachar también va encontrando su propia manera de mostrar lo que uno ha encontrado. De todas maneras, si no me equivoco, esta página corresponde al hallazgo textual de un alumno al que no le dio tiempo de tachar y una alumna, de 1º de la ESO, en HLD, terminó a su manera el tachado (aunque no las tengo todas conmigo).
Y el creador tachista, reflexiona sobre el acto de tachar. Si uno crece, todos crecemos un poco mås‌
Es un mentiroso Quien ama Quien no ama
Hallazgos que cualquier poeta firmarĂa, bajo mi punto de vista.
-Maestro, ¿genuino qué significa? - Que es auténtico, que le es propio, que es algo natural a él, que… -Vale, ya lo he entendido. ¿Puedes venir, que ya tengo lo que quería? El amor genuino es invisible Y obviamente, al comprobarlo, lo tenía. Aunque, no siempre es así. El docente debe prestar atención a que no se “cuele” algo que rompa el ritmo, el sentido, la intención de todo el proceso.
El círculo empieza a completarse. De nuevo se culmina el texto anterior. Pero abriéndose a otras opciones. Se tacha con sentido, incluso jugando, en cada momento de un modo distinto. Ya no nos va valer cualquier cosa, ni en lo referido al texto, ni en lo referido al acto estético de tachar. Una verdad que nos llevará a una vida esencial
Y ocurre el milagro, porque se estaba gestando, subrepticiamente, y desde varios ángulos, con dos alumnos distintos. En la 82, la belleza espectacular, que presenta un aforismo inolvidable: “Morir enseña que no hay amor”. ¿Cuántos interrogantes abren estas palabras? La muerte, su triunfo final, supone el final del amor que se pretendía definitivo, eterno… ¡Cuánta dureza rodeada de tanta delicadeza encuentro en esa página! Pero sin solución de continuidad, la respuesta, también bella, pero muy distinta: “Amar nos lleva, ahora bien, a la palabra” ¿Qué más podemos decir? Pues…
Vivir es caer o un desierto. A menudo pienso que la filosofía ética que más encaja con la franja de edad en la que nos movemos (16-18 años) es el existencialismo. Sospecho, sin mucho fundamento, quizás, que hay una especie de aire de familia entre algunas posturas del existencialismo y, por ejemplo, estas palabras, que estarían en el libro, pero que el alumno ha encontrado, no por casualidad.
Ignoro si el creador tachista se empeña en seguir cierto sentido o se deja llevar, a veces, por su intuición. Una intuición que revela un mundo interior. Duele admitirlo, porque es un alumno el que lo dice, pero, a veces, la vida es lamentable, no es suficiente. Y lo peor de todo no es la edad con la que firma ese pensamiento, sino que puede tener mucha razón…
La existencia es un misterio desnudo Se nos advierte con un saludo juguetĂłn, como se da un soplo al viento. Se nos envĂa con una especie de mariposa, que sale a nuestro encuentro para que sepamos afrontar una verdad insondable. Se nos ofrece una verdad con un simple gesto. Todo tan aparentemente sencillo. Nada tan aparentemente sencillo
La sorpresa no para. A lo anterior, esto: Pero, ¡ay! Las palabras nos dicen el sentido
Y la sorpresa crece y crece. Como también era sorprendente que en muchas ocasiones fueran varios los alumnos que se disputaran, como si fuera un privilegio, la acción de tachar este libro.
Algunas aseveraciones son difíciles de discernir: La existencia es venir de un parásito Sin duda, por sí misma, la frase necesita meditarse sin prisas. Aquí queda para el lector que lo desee. Sin embargo, en la siguiente página, se señala un matiz que tal vez arroje un poco de comprensión al asunto:
Como un corazón esclavo No es que tengamos muchos datos, pero sí podemos asumir ya ese definición de la vida: La existencia es venir de un parásito, como un corazón esclavo.
El entuerto, en esta ocasión, se lo dejo a la capacidad exegética del lector. Desglosarlo todo es muy aburrido y no es la pretensión última de estas notas.
Lo hemos comprobado un poco más atrás. El pensamiento aflora y lo hace desde un lenguaje interior, como en este caso: Este mundo es increíble. Pero sin salida. Tal vez, parte de lo que parece increíble es, precisamente, reconocer que no hay salida y por eso debemos vivir en él con pasión, la pasión del que sabe que todo puede acabar y decide maravillarse ante lo que ve ante esa perspectiva.
Reír es un sueño Uniéndolo con la siguiente página, me he acordado de un poema de Á. González: Se habla de la esperanza últimamente./ (…) tan alta, que su sombra cubrió pueblos enteros,/ acarició los montes y los ríos,/ cruzó sobre las olas,/ saltó a otros continentes, parecía. . .
Parecía, que La esperanza es un destino
Ojalá para ellos lo sea. Y sea también su motor y su leitmotiv. Tenemos que pensarlo así, porque de ellos, de algún modo, dependemos el resto. Y sin esperanza resulta muy complicado vivir y resistir.
Por entre los barrotes asoma la duda. Nadie sabe en este experimento tachista hacia dónde nos conducen las palabras. Ellas mandan. Pero el que intenta tachar ignora el propósito final, sin embargo‌
Algunos descubrimientos resultan desalentadores. Uno tiende a pensar que todavía la inocencia se resiste con pujanza y que el alumnado la atesora a grandes dosis. Se ve y es normal, son jóvenes todavía, muy jóvenes. Pero cuando buscan pueden encontrar, como en este caso, Que el amor no tiene sentido…
Menos mal que dura poco el triunfo del desánimo frente a la inocencia. Y otro puede completar o enmendar lo que parecía la pérdida total de la ilusión:
Y sin embargo, nos lleva a la esperanza.
Podemos continuar, hay espacio para confiar un poco más en su mirada.
Aspectos que descubrimos sobre nosotros mismos al tachar, casi involuntariamente, casi sin quererlo:
Miedo de entrar en la realidad.
En el famoso poema de J.L. Borges, Fragmentos de un evangelio apócrifo, se dice: Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor. Y no me extraña que estos alumnos audaces, defiendan su postura al respecto: El amor es un futuro irreal…
‌Es un cambio en el modo de vivir, el opio de la realidad personal. Asà que creo que ya sabemos la apuesta por la felicidad que hacen estos alumnos siguiendo su instinto o su olfato creativo.
Versos que hablan por sí solos, a modo de aforismos certeros: “El amor es irrenunciable. Un espejismo la muerte”.
Encontramos a veces, verdades que todos sabemos. Menos el escritor original, que ignoraba lo que decían las palabras por su cuenta: La renuncia es la base en el amor Pero en las siguientes páginas se continúa la reflexión:
… Pero no será la ruina…
… Al menos no es el final…
Es mi luz.
Y con esto podría acabar lo que comenzó un poco más arriba, unas páginas más arriba. Sin premeditación, en días alternos, en clases distintas, con alumnos que ignoraban siempre quién era el compañero que había hecho el anterior. Pura magia, diría yo. Literatura de la buena, pura inteligencia.
Cuento aquí un caso que puede ser muy común. Por equivocación, por despiste, porque no somos capaces de resolver el tachismo, la única solución es acabar por tacharlo todo. Había alguna posibilidad, pero la del tachismo completo, siempre existe. De hecho, La Depresión en España, de Fernando Millán, el libro que tuvimos como referencia primera, realiza el tachado de ese modo en casi todas sus páginas. El autor buscaba otra escritura distinta a la nuestra. Tan válida como la de nuestros alumnos, pero, sin duda, distinta. No es ningún deshonor parecerse a uno de los maestros del experimentalismo.
Versos sueltos que nos hacen pensar a modo de aforismos: “Las tempestades velan por el amor”. Huelga decirlo, pero la posición es obvia, en las dificultades, en los momentos más difíciles es cuando el auténtico amor debe dar la batalla y resistir, como esa tempestad que es preferible a la calma chica, que hace que todo se pierda.
Otro posible aforismo, que esta vez delata al personaje: ¿del libro original, del creador que tacha, del que aparece en las páginas anteriores? Probablemente de todo lo anterior, pero también de cualquier otro, de cualquier lector que lea esta página suelta:
Sólo acepto el plano paradójico.
Quizás el plano más interesante para una clase de Filosofía, para crear a ciudadanos críticos, para cualquiera que comprenda que la realidad es poliédrica, como él mismo.
Estos comentarios sobran en la mayoría de las ocasiones. Pero es imposible no sucumbir a la tentación de comentar trabajos tan sugerentes. La belleza del tachado es por descontado lo que ensalza el texto descubierto: Es suficiente hablar con sinceridad para entregar el corazón. Desde mi punto de vista, las figuras están hablando, pero desde el silencio, desde la ternura, desde la caricia de unos labios sobre una frente. Ambos son transparentes, ambos parecen estar sumidos en una paz que solo el amor es capaz de proporcionar en ciertos instantes. El instante, por cierto, que ocupa esta página. Un regalo para los sentidos.
Entroncar las sombras con la luz, parece fรกcil de conseguir, pero seguro que no lo es. Es el secreto para crear, es el secreto del tachismo.
Ciega es la búsqueda del corazón Aunque me repita, creo que a nadie le cansará volver a analizar la relación entre el texto encontrado y la manera de tachar. En un mundo lleno de imágenes, de iconos que deciden nuestro estado de ánimo, no es raro encontrarse con naturalidad un gesto como el de la página 176. Pero, ¿qué pensar del guiño nada infantil que aparece abajo…?
Contamos un accidente: el compañero de la siguietne página, en su esmero por tachar de manera original, utilizó permanentes inapropiados. De todas maneras, en los documentos que acompañan a esta edición del libro se puede comprobar lo que desapareció en ese detalle inintencionado..
Cuando me refiero a una lectura crítica y personal, a una tachadura con sentido, pienso, por ejemplo, en esta página. Las palabras, de una manera a otra, nos sitúan en el centro mismo de lo que nos ocurre o nos interesa. El amor lleva al goce de la belleza – se había indicado más arriba-, y alimenta la libertad. ¡Qué bonito, qué ideal! Pero al tachar con el grito de “no es no” (un par de días después de la sentencia del juicio a la mal llamada “manada”), esa forma de completar el ideal del amor y la belleza, nos da fuerzas para pensar que el grito no se apagará y que la libertad, el no es no, estará por encima del amor ideal que tanta violencia oculta muchas veces.
Otra intrahistoria. Esta página se quedó aislada. De hecho, creo que ha sido la última en tacharse. Se puede leer, sin embargo, en relación con las que le siguen y con las anteriores. Pero también la página vale por sí misma, sin quitarle ni un ápice de valor a la manera de tachar: VIDA MUERTE Igualmente era Asentir. Sin palabras.
Había que ir cerrando el libro y el experimento. El final era incierto, porque nadie podía tener presente el conjunto de la obra. Pero las últimas páginas se resolvieron de manera acertada: Sin embargo, la muerte vive de la esperanza
Y la tristeza en el amor.
Aquí se decidió el final. No tan abrupto como cabría esperar, pero sí de manera definitiva. Porque la última acción de tachar, cierra todo lo anterior, por cierto, de manera afortunada. El azar, las palabras, se ponían otra vez de nuestra parte.
Esta obra imperfecta aquí acaba Y este el fin. ¡Qué grandeza hay en reconocer la propia imperfección con total humildad! Pero pensándolo bien, creo que no es este el fin, sino más bien el comienzo de algo que no será fácil olvidar. Porque los caminos que no se saben dónde terminan son los más apasionantes, los más inolvidables. Al menos, quiero pensar, para los participantes y, desde luego, para mí.
Esta colección –de imágenes, palabras, versos, pensamientos, aforismos, etc.- es de hombres que hacen historia. O al menos, que hacen su propia historia, porque hacen suya una lectura distinta, porque ponen el empeño en descubrir algo nuevo, porque lo hacen desde la constancia y por voluntad propia. Porque han hecho algo que va más allá de una nota en una tarea. Esta es su historia y para mí ha sido un honor participar de ella.
PROPUESTA DE LECTURA NO OBLIGATORIA5 I El trauma se había sido revelado. Experimento una situación de soledad Mi silencio lo envolvía todo. Una desilusión. Un poema profundo y envolvente, un sentimiento de nostalgia incluso inconmensurable Un misterio insondable en una dimensión escandalosa y no ilusoria. Es un misterio vital. Nació una libertad en mí, que evidentemente no ignoro.
II Volvamos al problema: La pobreza interior entre nosotros, Ha sido al fin una tragedia lamentable, una Guerra inhumana una lucha personal a muerte. Como comprender que la realidad es ambigua Y verdaderamente egoísta. Sin amor. 5
Lo ideal es que cada lector componga su propia estructura de lectura. Puede, incluso, olvidar algunas páginas para enlazarlas a su antojo. Esta propuesta es mía. Pero lo he hecho con el propósito de ordenar mediante versos lo que tal vez no sea un poema. De hecho, creo que algunos de los hallazgos actúan de manera totalmente independiente. Como versos sueltos de otro poema o componiendo por sí mismos, pensamientos, ideas, brevísimos aforismos. Que cada lector haga su parte, es decir, componer su propia lectura.
Como un día sin camino, una liberación, un abismo. Pero basta con ir al contrario que el sol. Queda abierta la libertad, la inspiración en el mundo revolucionario que viene del hombre radical Un intento de vivir la revolución centrada en la liberación de la opresión Un mundo superado y condenado por el amor…
Y por vivir aquella experiencia fundamental, la falsedad iluminó la injusticia. La justicia es mi camino, sufrimiento que oprime el sentido de la vida, del sentido profundo de la fraternidad.
III Es un mentiroso quien ama quien no ama El amor genuino es invisible, una verdad que nos llevará a una vida esencial.
Morir enseña que no hay amor.
Amar nos lleva, ahora bien, a la palabra. Vivir es caer o un desierto El mundo, la ruina. La nada es otra dificultad.
La vida es lamentable no es suficiente
La vida es amor corazones sin raíces
La existencia es un misterio desnudo Pero, ¡ay! las palabras nos dicen el sentido. La existencia es venir de un parásito Como un corazón esclavo El derecho de sentirse libre en comunidad es imposible. Este mundo es increíble, pero sin salida. Reír es un sueño entre convictos. La esperanza es un destino.
La respuesta es una vana ilusión ¿Qué quieren decir estas palabras? Que el amor no tiene sentido Y, sin embargo, Nos lleva a la esperanza Pero su locura nos hará pobres.
La justicia dominará el alma, un miedo de entrar en la realidad.
El fin está latente
IV El misterio proclama la justicia -Cosa que ni existeSer libres es la esperanza El amor es un futuro irreal Es un cambio en el modo de vivir Es opio de la realidad personal.
El amor es irrenunciable un espejismo la muerte La renuncia es la base en el amor Pero no será la ruina Al menos no es el final Es mi luz.
VI Encuentro un misterio en lo visible En una espléndida historia de amor
Las tempestades velan por el amor No hace falta cambiar mi historia Sólo acepto el plano paradójico Mi posición es un misterio edificado sobre palabras
Porque es esencial para mí la última palabra
Es suficiente hablar con sinceridad para entregar el corazón Hay un impulso libre y crear no es un error El problema es no ser exigente, entroncar las sombras con la luz La realidad debe ser la construcción de la luz Ciega es la búsqueda del corazón.
VII El tierno ama sin final El amor lleva al goce de la belleza Y alimenta la libertad No todo es perfección en el amor Este capítulo convence del amor perfecto no es un vacío La soledad es testigo del dolor por así decirlo es el vacío del amor
FINAL
Vida muerte igualmente era
Sin embargo, la muerte vive de la esperanza La tristeza en el amor
TODOS LOS CREADORES TACHISTAS 1º BACH A Aguilera, Nicolás; Bermúdez, Víctor Manuel; Buzón, José Manuel; Cabezas, Juan Pablo; Coronado, Lucía; Delgado, Reyes; Gil, Laura; Gil, Paula; González, Maribel; Lara, Eli; Lobato, Francisco; Mármol, Natalia; Mesa, Paula; Miralles, Alejandro; Morilla, Ismael; Morón, Carlota; Nava, Paula Navarrete, Daniel; Nisa, Mario; Pérez, Andrea; Pleite, Alejandra; Ramos, Ana; Reina, Concha; Rosa, Aitor; Salas, Enrique; Sánchez, Carmen; Toro, Laura; Valiente, Cristina
1º BACH B Bellido, Erica; Bermúdez, Arturo Beltrán; Cabañas, Francisco Andrés; Camacho, Miguel Ángel ; Chacón, Julia; Chaves, Nuria ; Fernández, Amelia; Fernández, Raúl ; Gil, Estela; Gómez, María Hernández, Francisco; Jiménez, Raúl; López, María; Luque, Julia; Montes, Alonso; Nieto, Elena Palomo, Clara; Pérez, Lucía; Rodríguez, María del Carmen; Salguero, Jacinto; Solano, Cristina Zambrana, Pedro José
1º BACH C Castizo, Paula; Castro, María; Coronado, Ramón; Delgado, Alba; Gallardo, Álvaro; García, Moraima; García, Carmen; Guerrero, Ángela; Jaramillo, Míriam; Madrid, Javier; Marín, Ángela ; Martín, Andrea ; Medina, Míriam; Mesa, Elena; Moya, Aurora; Oliva, Marina; Ramón, Aida Rodríguez, Laura; Roige, Claudia; Rojo, Carmen; Salguero, Judith; Salvador, Gonzalo; Sánchez, Carlos; Toro, Alejandro
Todos los que aquí aparecen reseñados, en mayor o menor medida, han hecho posible que podamos logar la obra final. Sin ellos, sin su complicidad, sin su generosidad, no hubiera sido posible este experimento único en el ámbito educativo. En el ámbito literario, además de los referentes, José Miguel Ullán y Fernando Millán, entre otros poetas, encontramos al que quizás sea el autor que más se parece a lo que hemos realizado nosotros. Nos referimos a Antonio Orihuela. Su magnífico Muerte es la palabra y sobre todo, X (del que tuvimos datos cuando ya teníamos bastante avanzado nuestro proyecto), nos parece lo más cercano a nuestras intenciones y supone un honor encontrar esas similitudes entre un grupo de estudiantes y este magnífico poeta onubense. Existen varias diferencias en cualquier caso. En la mayoría de los textos encontrados por el alumnado, las palabras están muy separadas y se huye de expresiones enteras con sentido. Y lo que nos parece más relevante: el trabajo es colaborativo y la dosis de azar, compromiso, libertad y responsabilidad con el trabajo ajeno determina mucho más los hallazgos de cada cual frente a una mirada individual y determinada, como en el caso de los experimentos de Orihuela. Por otro lado, desde aquí agradecemos la generosidad de Orihuela con nosotros al conocer el trabajo que estábamos realizando.