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LA CARRERA QUE NUNCA SE ACABA LAST PADDLER STANDING

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Domingo

Domingo

Paolo Marconi

Sábado 3 de diciembre a las 9 de la mañana en el lago del Benderson Park de Sarasota, FL empezó el primer giro de la Last Paddler Standing. No podía imaginar que fuera el principio de una carrera que duraría 48 horas.

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Last Paddler Standing es una carrera de ultra endurance. Un recorrido de 5,5km que se tiene que cumplir en una hora cada hora. El tiempo que sobra entre cada giro se utiliza para descansar, comer o dormir. El formato se inspira en las competiciones de ultra running llamadas Backyard Races.

Las primeras horas de la carrera fueron la ocasión para conocer nuevos superos y guardar energías lo más posible. Lo más importante para mi en estas horas fué mantener mi hidratación y encontrar un ritmo de remada eficiente. Sobretodo las primeras 10 horas fueron importantes para que el cuerpo no perdiese fuerza y mantuviese la suficiente energía para aguantar la primera noche fuera.

Después de haber sobrevivido al primer día, aguantando el calor de la Florida y después de haber remado durante 12 horas, por fin llega la primera noche de la carrera. Ya había remado alguna vez durante la noche, pero el pensamiento de pasar toda la noche sobre la tabla de sup me daba hasta miedo. La estrategia nocturna era de volver a tierra e intenrar relajarme y hacer microsueños cada giro.

Durante la primera noche mis niveles de energías seguían estables. A nivel muscular aguantaba bien y en cada giro podía hablar con los otros riders y con los comentaristas durante el live streaming. Mi ánimo seguía positivo y quedaba mucho entusiasmo y ganas de remar.

Me acuerdo de los buenos momentos de esta primera noche. Había una fiesta con música en vivo cerca de la zona de descanso y para acabar la fiesta hicieron un show pirotécnico que he admirado desde la tabla. Todo esto me mantenía activo mentalmente y entretenido. Cuando se acabó la fiesta todo fue más tranquilo. Pudimos disfrutar de la luna, de todo su recorrido en el cielo y de una hermosa estrella fugaz. A las 6 de la mañana un precioso amanecer nos indica que hemos sobrevivido a la primera noche.

Las primeras horas del segundo día fueron muy interesantes. El sol nos calentaba después de muchas horas pasadas remando en la oscuridad. En este momento empiezo a comer y beber mucho, otra vez, para prepararme para el segundo día de carrera. Para mi era muy importante mantener los niveles de hidratación y energías, para hacer que el cuerpo pudiera aguantar lo más posible.

Hemos pasado muchas horas remando y ahora solo quedan 7 riders. En este momento, pienso que es posible que ya estamos cerca del final de la competición. Pero cuando llegamos a la hora número 30 empiezo a darme cuenta que tendremos que pasar la segunda noche fuera. Quedan 5 riders y todos son muy fuertes mental y físicamente.

Yo empiezo a estar cansado. Tengo bolas en las manos, los pies me duelen porque hace muchas horas que están mojados y los músculos empiezan a gritar. Ahora es el momento en que la carrera se vuelve un desafío mental. Cuando estoy remando, intento no sufrir demasiado y mantener pensamientos positivos intentando silenciar la mente. Cuando estoy en la zona de descanso como y bebo mucho. El segundo día es muy caluroso y tengo que beber muchísimos para evitar rampas y hacer funcionar el cuerpo.

Llega la segunda puesta de sol, el lago se vuelve super glassy y parece que remamos flotando en el aire. Los 5 atletas que quedan estamos todos muy cansados y sabemos que la segunda noche va a ser muy dura.

Cuando llega la oscuridad me voy poco a poco apagando. El cuerpo me duele entero, pero el problema más grande es la falta de sueño. Cada giro intento relajarme y cerrar los ojos por lo menos 5 minutos, pero no es suficiente. A medianoche casi me quedo dormido remando y empiezo a no poder separar la realidad desde la imaginación. Me parece que estoy soñando con hacer una carrera de SUP, pero la estoy haciendo de verdad y estoy remando de verdad. Lucho conmigo mismo para seguir despierto, y convivo con esta sensación durante al menos 4 horas seguidas. Después de 43 horas quedamos dos atletas y, por fin, el final de la carrera se va acercando. Sobre todo se acerca el segundo amanecer y el sol nos regala energías nuevas para seguir remando. Hemos sobrevivido la segunda noche. Durante, en la oscuridad, he tenido que encontrar energías físicas y mentales que no pensaba tener. El dolor físico, el sueño, las manos rotas y el dolor en los pies me han puesto a prueba y todavía no sé de dónde he sacado la fuerza para no retirarme.

Con las primeras horas de luz vuelven las energías, sigo super cansado pero aguanto mejor y estoy más despierto. Antes de empezar el giro número 48 el último rider se retira y ahora solo tengo que terminar un último giro solo para ganar la competición. El último giro es mi giro más rápido. Quiero dejarlo todo en el agua y la felicidad de poder ganar la competición me regala energías nuevas e inesperadas

Después de 48 horas y 260 kilómetros soy el Last Paddler Standing. Esta carrera me ha enseñado muchísimo sobre nuestro deporte y sobre la conciencia de mi cuerpo y mi mente. Nunca olvidaré esta carrera y le estoy muy agradecido al SUP, porque me ha regalado esta experiencia increíble y me ha hecho conocer nuevos superos extremos, que ahora son nuevos amigos.

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