ZMILCISÉIS
─
O
bservo, Milafina, que Quince se ha ido por completo y sin despedirse al sexto continente, al continente de la historia, allá donde habita lo que fue presente. Mira lo que nos ha dejado.
─Tiene toda la apariencia de un feroz cuchillo de despiezar. ─Ya lo creo, Milafina. Y si me apuras, te digo que corta. ─Cierto. Si no me equivoco, los cuchillos sirven para cortar… ¿Qué habrá querido insinuar el docemesino de nuestros pecados dejando por aquí tan peligroso objeto? ─Algo sospecho, Milafina, pues levantándolo de la mesa, vi que bajo él había un tique… ─¿Cómo que a mí qué? ─¿A ti qué? ¿Por qué a ti qué? ─Si es que a mí qué, entonces ¿por qué me lo cuentas?