SOMOS RED 2021
PASEOS: Escribiendo la ciudad
Universidad Popular de Palencia. Ayuntamiento de Palencia. Aulas de Mayores
escribiendo la ciudad…
A los poetas
BEGOÑA GONZÁLEZ CARTA Queridos poetas visuales. Si ya es difícil, sentir, entender y disfrutar de la poesía en general, no os cuento la sensación que me producís cuando contemplo vuestras obras. Las miro y remiro, leo, giro los ojos a derecha e izquierda, abajo y arriba; vuelvo sobre mis pasos e intento comprender significados. Salgo de la exposición con buenas vibraciones por haber compartido arte, ingenio, talento y mensaje. Repito en mi interior: La vida quiero vivir como si no doliera. De la obra de. J L. DEAEL
DE POEMAS VISUALES ÁNGELES PESQUERA Poema visual Mirada inteligente Al mundo real.
Mi huella va en sentido contrario,
quiero encontrar la aguja en un pajar dentro del caos
y me encuentro hablando conmigo mismo
escribir el soneto
vivir como si no doliera
sin poder
que bulle en mi mente y que no quiere salir a la luz. Quiero vivir,
; pero duele, igual que le duele a la naturaleza verse
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maltratada y aprisionada entre el alambre de espino.
nuestro reloj ya ha perdido parte de su cuerpo.
El tiempo en la vida es finito y
Nos recuerda que sólo le queda,
nos queda, una pequeña porción. Total, “Tó pa ná”.
AUTORES:
Desencuentro. Julián alonso.
La aguja en el pajar. Julián Alonso
Caligrafía del caos. Gustavo Vega.
Conversaciones conmigo mismo. Juan López de Ael.
Soneto no escrito todavía. Rafael Marín
La vida quiero vivir. Juan López de Ael.
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Corazón del Bosque. Julián Alonso.
Tempus fugit. Julián Alonso.
Pablo del Barco.
AMELIA GARCIA JULIÁN ALONSO Corazón sangrante, dolorido, rodeado de espinas. Vivencias que nos rodean, aconteceres que nos marcan, vidas que confluyen. Reloj que nos marca el tiempo, las horas que se nos van, los días, la vida apagándose… Recuerdos del ayer, música que nos impactó, un tiempo que no volverá. Ñ de una tierra que se está evaporando, flotando, sin rumbo…. Un tablero de ajedrez, moviéndonos al azar, siguiendo pasos de caballo, rey, o peón. Sentimientos enmarañados en redes de palabras…… PABLO DEL BARCO Realidad de nuestro tiempo, política de alcantarilla, trabajadores en lucha por conseguir una realidad con alternativas, denuncia del consumismo, violencia de género, y un triste pasado que nos sigue pesando y está latente. Vidas míseras… Sistemas decadentes.
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JUAN LÓPEZ DE AEL Comunicación con la vida, semblanza de la muerte, un dueto que todos llevamos consigo. Amaneceres, soledades, resiliencia, tristeza, pero ante todo sentir que estamos vivos….
RAFAEL MARIN Qué sería de la vida sin un soneto, sin un poema, palabras entrelazadas, musas alocadas llenando la pluma del poeta. Un comienzo, un final Un amanecer brillante Un cielo refulgiendo estrellas Una noche callada.
GUSTAVO VEGA Poesía en imágenes, emoción existencial, ternura, suavidad de colores, transparencias, Quiero decir, pero no encuentro palabras, solo imágenes volátiles…. Transparencia de imágenes Emociones contenidas Rostros sin facciones Relojes sin tiempo Oscuros presagios.
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Una manzana para… BEGOÑA GONZÁLEZ Una manzana para sentir texturas. Una manzana para marcar silueta. Una manzana para retar a Guillermo Tell. Una manzana para crujir. Una manzana para ser protagonista. Una manzana para ser recorrida. Una manzana para bordear curvas. Una manzana para retener recuerdos. Una manzana para vencer melancolías. Una manzana para pecar venialmente. Una manzana para saciar deseos. Una manzana para pintar un bodegón. Una manzana para mi tarta favorita. Una manzana para licuar emociones. Una manzana para enamorar al Sol. Una manzana para cobijar a un gusanito.
AMELIA GARCIA Una manzana para contemplarla en el florido árbol Una manzana para volcarla en el cesto Una manzana para pintarla de verde Una manzana para asarla dulcemente en el horno Una manzana para lamerla lentamente Una manzana para una comida sana Una manzana para morderla a dentelladas Una manzana para afinar la puntería Una manzana para el premio al mejor verso Una manzana para triunfar en la vida Una manzana para enamorar Una manzana para bailar agarraditos Una manzana para estar en soledad Una manzana para sentir la plenitud del cielo Una manzana para volar en el espacio sideral Una manzana para entender la gravedad universal Una manzana para sentarse a la sombra del manzano Una manzana para sentirse Newton el inventor Una manzana para desescribir tu historia Una manzana para decirte adiós, adiós…. Una manzana para decir adiós mundo cruel…… Una manzana para alcanzar la felicidad…….. Una manzana como símbolo de solidaridad
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ESPERANZA VALDERRÁBANO Una manzana para morderla olerla, acariciarla, regalar una sonrisa con su jugo en la boca. Una manzana te ofrezco, fresca, dulce, y sin gusano por dentro.
ÁNGELES PESQUERA Una manzana para habitarla con alegría Una manzana para recorrerla a pleno sol Una manzana para saborear el gusto por la vida Una manzana para sonrojarla con un beso Una manzana para morderla con rabia Una manzana para pintarla… en un bodegón Una manzana para colorearla Una manzana para caramelizarla Una manzana para clavarle un palito Una manzana para apartarla de las buenas Una manzana para expulsar al gusano que lleva dentro Una manzana para jugar Una manzana para madurarla con nuevas ideas Una manzana para pudrirla con malas ideas Una manzana para exprimir su sidra Una manzana para alegrar la ensalada Una manzana para extraer su semilla Una manzana para sacarle el corazón Una manzana para hacer un regalo Una manzana para envenenar a Blancanieves Una manzana para ponerla en la cabeza Una manzana para demostrar su puntería (la de Guillermo Tell)
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Foto instantánea BEGOÑA GONZÁLEZ Te miro y rápidamente pulso el clic de la cámara; ya estás impregnada en mis ojos, puedo analizarte, admirarte, plantearme dudas, me digo. Guay lo he conseguido, sin perder tiempo en atrezos perfiles o posturas. Mágico y único momento.
ESPERANZA VALDERRÁBANO Foto instantánea, me viene a la cabeza espontaneidad. Coger ese momento mágico que emerge de la vida, sin poses. Esos ojos que lloran a borbotones, esas risas francas y abiertas, esos pelos que no se están quietos en la cabeza, esa mirada a ninguna parte.
AMELIA GARCIA Máquina del tiempo de mirada perversa. Historia de una vida en recolección de imágenes. Visualización en perspectiva de lugares. Semblanzas de tiempos lejanos. Momentos cruciales que marcaron tu existencia. Retazos de belleza a perpetuidad. Retrato cruel que te representa, como una mirada en un espejo cóncavo. Pervivencia del pasado al presente. Tu sonrisa a perpetuidad. Genialidad de lentes armónicas, contemplativas, buscando instantes. En blanco y negro, sepia, color, siguen emborronando la historia. Espejos refractarios, haciendo guiños al sol. Paseo por el parque, daguerrotipo oscuro, salta el pajarito, flash al instante, imagen para el recuerdo .
ÁNGELES PESQUERA Cierro los ojos y de repente mi visión se transforma en el cuarto oscuro de un taller fotográfico en el que el artista está a punto de sacar a la luz la instantánea capturada hace unas horas. Espero con impaciencia hasta que la imagen queda reflejada en el papel y, de repente, como por arte de magia (la magia del profesional) aparece ante mis ojos, todavía cerrados, una mujer de espaldas arrodillada junto a una bañera. Está enjabonando a un niño como de tres años de edad. Al niño se le ve feliz con pompas de jabón por todo su cuerpo que no le impiden jugar y chapotear en el agua. Esta felicidad queda reflejada gracias al haz de luz matinal que se cuela por la pequeña ventana del cuarto de baño. La mujer, con su melena rubia que le cae por la espalada recogida con una cinta, queda en una semipenumbra como si fuera un personaje secundario. La risa y el brillo en los ojos del niño lo llenan todo.
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Una imagen en la calle ESTHER MANSO Vivo en un quinto piso de una calle cualquiera, de una bonita ciudad. Desde mi ventana, la mayoría de las veces, veo pasar la vida. Veo a la vecina del edificio de enfrente, con sus niños. ¡Grita mucho! Debe tener una buena dosis de energía. La puerta de al lado es la de mi vecina Carmen. Acaba de quedarse viuda y sus hijos viven fuera. Es una vecina perfecta. Siempre en silencio. Pero cuando la necesito siempre está ahí. Sigo en mi ventana. El chico joven y la abuelita con su perrito. A la misma hora. Siempre se saludan y charlan un rato. Tres chicas que siempre quedan debajo de mi ventana y que siempre llegan tarde al instituto. Se las ve felices. Veo pasar a la chica del super. No veo gente especial. Me veo a mí misma con mi carpeta, con la lista de lo que haré hoy. Me gusta lo que veo desde mi ventana. Gente que nos levantamos cada mañana dispuestas a vivir, o por lo menos a intentarlo.
BEGOÑA GONZÁLEZ Ahora está solitaria, la gente huye deprisa, llueve sobre asfalto sucio, los regueros se pintan de marrones. No he traído botas de agua, aquellas de los chapoteos infantiles, rodeadas de júbilo, siento los pies mojados girando sobre el charco cual peonza imparable. Oigo el claxon de un coche y la voz desabrida grita. Señora suba a la acera, y pida hora al loquero. La Magia se ha roto. Sigue lloviendo.
ESPERANZA VALDERRÁBANO Ya es primavera en mi calle, se han poblado los árboles, han vuelto sus hojas, testigos silenciosos de nuestro pasear diario. Está anocheciendo, en las ventanas veo luz, se siente la vida detrás de ellas, alegrías, penas, soledades. Amanece, sale el sol, ventanas abiertas, gente que asoma. Calle llena de viandantes; unos con pasos lentos, otros rápidos o corriendo, con bolsas de la compra, tomando un café o viendo una exposición de fotos. Hay tantas cosas que ver si quisiéramos mirar…
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AMELIA GARCIA UNA SOLITARIA CALLE Hoy es festivo, me despierto pronto, subo la persiana y me inunda la luz de un nuevo día. Abro la ventana, contemplo la desierta calle que tengo delante, la esquina que bifurca cuatro edificios. Escucho el silencio que se desprende de ella, está la calle solitaria, como ausente de vida. Con intensidad, la luz del sol se va reflejando poco a poco, adentrándose en las ventanas. Tranquilamente, una cuadrilla de palomas se adueña de la calle buscando algún rastro comestible, se apoderan del asfalto, se pasean majestuosamente. El colegio está silencioso, descansa del bullicio de los días lectivos, echa de menos el revoloteo de los niños, el ruido clamoroso de sus voces. Coches aparcados, inmóviles, transitando en sus sueños nocturnos, en su merecido descanso. El sonido de los pajarillos se percibe y su canto alegre preludio de un nuevo día, rompe la monotonía del silencio. La calle apagada se pasea contemplando las puertas cerradas, la humanidad tras ellas, el rocío de la mañana impregnando el suelo, gotas de lluvia persistentes en los jardines, árboles despertando de su sueño al arrullo de los pájaros y los tímidos rayos de sol calentando sus copas. Esta calle con su silencio, sus tejados mojados, las chimeneas destilando humo, tiene ese encanto pueril, esa soledad acompañada de las paredes, de la gente que habita tras ellas, aprovechando unas pocas horas más de sueño, un día sin tiempo, sin horario. Bendita calle que proporcionas paz, silencio roto por el tic-tac del reloj. Contemplo el despertar de la calle, nubes revoloteando alrededor del sol, movimiento lento del día que comienza. Imagen colapsada en la máquina del tiempo. Un tiempo muerto.
ÁNGELES PESQUERA Hace ya horas que ha amanecido y en esta mañana luce un sol espléndido. La calle se ha llenado de ruido, coches pasando por una avenida cercana, niños que van al colegio de la mano de sus madres que llevan arrastrando las pesadas y ruidosas mochilas de los más pequeños, grupos de adolescentes camino del instituto hablando animadamente entre ellos. Ya está abierta la puerta del supermercado por donde van entrando los primeros clientes; la terraza del único bar todavía está vacía, pero pronto sus mesas se llenarán de tazas de café y de animadas conversaciones. La calle, recién regada y todavía limpia, empieza a vivir. La observo desde mi ventana y me llena de alegría el ir y venir de todo tipo de gente, cada una a sus quehaceres fuera de las casas. Hoy no salgo y paso el día en mi pequeño cubículo acompañada de mis pensamientos. Ya en la noche vuelvo a mi ventana para observar la calle. El supermercado ha cerrado; ya no se ven niños y apenas unos cuantos jóvenes, en pequeños grupos, hablan entre ellos, quizá contándose las últimas incidencias del día. El bar ha recogido la terraza y tiene la puerta cerrada, aunque se ve luz en su interior, algunos empleados están limpiando y recogiendo antes de terminar su jornada laboral. Muere el día, la calle duerme y la suciedad se ha acumulado a la espera de que el servicio de limpieza haga su labor en la madrugada.
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De paso
ÁNGELES PESQUERA
Mañana soleada, día caluroso y coloreado. Caminamos a paso ligero en busca de asuntos por resolver. Atrás han quedado otras tareas inacabadas que, impacientes, esperan nuestro regreso. El sol calienta y los árboles nos abrazan con su sombra.
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AMELIA GARCÍA UN JARDIN EN PRIMAVERA Un jardín multicolor, una mañana, temprano el día, despierta el sol entre las copas de los árboles, nubes ligeras danzan por el cielo. Hay un silencio, roto con el rumor de las hojas, por el aleteo de las palomas. Paraje solitario, contemplo el verdor de la hierba, la humedad del rocío, las sombras extendiéndose…. Un banco, un libro, un pensamiento se desliza…. Mi mente divaga a través de ese tiempo paralizado, de esa paz que infunde el jardín. Sauces llorones despliegan sus ramas, me mezo entre ellas, siento su delicadeza en mi rostro, su olor. Sabia naturaleza que nos llena de vida, primavera que brota en todo su esplendor, impregnando nuestros sentidos con su belleza.
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BEGOÑA GONZÁLEZ COBIJO
Bajo la copa de una morera a modo de paraguas protector, se camufla una silueta abrazada al tronco, mientras cae la tarde y rodean las sombras.
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BEGOÑA GONZÁLEZ ABANDONO Estamos a la intemperie, sin dueño, desvalidas a la espera paciente de una presencia que nos haga sentir útiles, pero sentimos la presencia próxima de un amenazante contenedor de basura.
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Un poema para una foto ESPERANZA VALDERRÁBANO
Un abrazo deseado que ahora no nos damos. Un abrazo de amigos, entrañable, cálido, de esos con los que sientes que no estás sola. A ese amigo de antaño que la vida atrás fue dejando y de pronto, ahí está. ¡Dame un abrazo!
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AMELIA GARCÍA JOEL YEROWITZ PASEO POR NUEVA YORK
Día de verano, calle concurrida, Viandantes paseando a su ritmo. Una aparición, Un caminar pausado, Un balanceo de cuerpo, Unas esbeltas y largas piernas, cuello de cisne, Mujer contoneándose. Un buzón de correos, un hotel, en medio de la calle Apoyado, contemplando, un hombre en silla de ruedas, Mirada expectante, de deseo, a esa mujer…. A ese cuerpo, a esas piernas……
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ÁNGELES PESQUERA DE JOEL MEYEROWITZ
Si eres bella, quieres serlo más. Si guapa no eres, lo tienes que intentar. Arreglar tu pelo, darle otro color, eliminar su rizo o rizarlo si liso está. Todo, por el ansia de cambiar. Hay que sufrir para poder presumir y aguantar la presión de la sociedad. Imprescindible la manicura para un día especial.
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BEGOÑA GONZÁLEZ MUJER EN FOTOGRAFÍA
Mírame cuando camino luciendo volúmenes inesperados, airosos y sin complejos. Mírame de igual a igual, con gafas o sin ellas siempre entendiendo mi yo. Mírame si quieres comprenderme, dime si puedo contar contigo para derribar barreras. Mírame de frente, seria o sonriente, pudiendo sentir tu mirada. Mírame con luz de amanecer, entre rocío limpio brillando al sol. Miremonos de mujer a mujer sin vasculas oscilantes ni tallas impertinentes.
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Tríptico fotográfico
ESCULTURA COMO ARTE AMELIA GARCÍA La mano del artista, el artesano, su imaginación, su técnica, tiene la facultad de crear multitud de formas, a través de muy diversos materiales, y darles el espíritu, la apariencia, un mensaje para el espectador que contempla la obra. Estilos diversos, según el trabajo del artista, tallar piedra, madera, bronce, en este caso hierro y soldadura al arco, técnica escultórica, que conforma la representación de este tríptico tan original. Un homenaje del artista a nuestro gran escritor, Miguel Delibes, conmemorando el año de su nacimiento, en dos de sus famosas novelas. Grupo de niños amigos, personajes cruciales de la novela de Miguel Delibes, “El Camino”. Familia, de “Los Santos inocentes”, otra novela de Delibes. Azarías, peculiar personaje de “Los Santos Inocentes”.
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UNA ESTACIÓN DE TREN. UNA CIUDAD CUALQUIERA AMELIA GARCÍA
La vía libre para la llegada del próximo tren. Lugar de tránsito, gente que va y viene, destinos que se entrecruzan, vidas divergentes. Viajeros a su destino
Nuevos viajeros para el próximo tren.
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ÁNGELES PESQUERA El día amaneció gris y no me apetecía salir de casa, pero mi hija insistió en que debía animarme asegurando que el tiempo iba a mejorar. Su verdadero interés radicaba en algo de ropa que ya había visto y que yo, inconscientemente, le había prometido comprar. Hacía tiempo que no iba por la zona comercial, esa que en otro tiempo tanto me gustaba y ahora tanto me decepciona. La encontré tan cambiada que, al ver mi imagen reflejada en dos escaparates vacíos, me di cuenta de que el mundo ha cambiado, de que las costumbres han cambiado y de que yo también habré de cambiar si es que no lo he hecho ya. Esas dos tiendas solas, tristes y sin vida me lo están confirmando. Pero después de todo, el día mejoró, mi hija llegó contenta con la nueva adquisición y yo me retiré, aún con más alegría que ella, al refugio y confort de mi casa soleada.
Una mujer en blanco y negro; la misma mujer, también difuminada, pero con algo de color y una vivienda acariciada por un sol espléndido que, con su puerta abierta, nos invita a disfrutarla. Tres estados de ánimo distintos.
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Desenfocado ÁNGELES PESQUERA 1.En su juventud, Félix era un chico alegre, juerguista, un poco alocado, no se preocupaba por nada ni por nadie. Fue el último de cuatro hermanos y siempre tuvo en casa de sus padres las necesidades vitales cubiertas. Nunca se le conoció novia formal aunque se le veía frecuentemente con más de una mujer a su alrededor. Pero el tiempo fue pasando, la juventud se convirtió en madurez, sus amigos se casaron y formaron familia, los padres murieron y él, poco a poco, se fue quedando solo. Seguía visitando los mismos bares y lugares de reunión de siempre pero ya no le parecían iguales. La foto que de ellos guardaba en su memoria, la percibía ahora desenfocada. Pasó de vivir y pensar solo en el presente, a ver su futuro sin nitidez, y al igual que su pasado, claramente desenfocado. 2.A veces se compra una vivienda con muebles y hasta con ropa y objetos personales de los antiguos dueños. Así fue como apareció en un armario, creo que estaba escondida intencionadamente, una cartera ya muy gastada, que contenía sólo tres fotografías y en una de ellas aparecían un hombre y una mujer jóvenes, paseando en actitud sonriente y agarrados de la mano. Se les notaba felices pero el rostro de ella estaba ligeramente desenfocado, seguramente por la poca pericia del fotógrafo. Sin embargo, me dio por pensar que a la cara de la mujer se la había difuminado intencionadamente para borrar de su semblante la felicidad que nunca disfrutó. Yo la conocí.
AMELIA GARCÍA 1.A través de mi ventana, cortina a medias, contemplo a hurtadillas la ventana de enfrente, una sombra, un desconocido, el perfil desenfocado de alguien inclinado, fumando un cigarro es mi suposición, y leyendo o escribiendo con fluidez, pues tarda en levantar la cabeza. De vez en cuando vuelve la cabeza hacia la ventana, cavilando con sus pensamientos, imagino, y otra vez vuelve a su perfil. Me pregunto quién será, hombre o mujer, se pasa la mañana al lado de la ventana, mi curiosidad ha aumentado, y yo también le observo desde la mía. Me invento una historia, un solitario como yo, que pasa su tiempo contemplando el cielo, escribiendo retazos de su historia, leyendo un poema o escribiendo un libro, quien sabe, a lo mejor es un escritor en horas bajas que ha decidido cambiar de aires….u otra persona curiosa, que le gusta inventarse la posible historia de esa mujer del otro lado de la calle, que vive sola, con sus plantas y su jardín… 2.De aquel callejón oscuro, lleno de sombras vacilantes, desenfocadas, sin un perfil concreto, se escuchó un ruido potente. Nuestro protagonista sin dárselas de valiente sintió tal miedo que quiso echar a correr, pero su curiosidad y afán de protagonismo, hizo que se adentrará en el lugar. Podéis creer lo que se encontró, un par de perros callejeros con unas latas en la cola, peleando entre ellos, ratas corriendo y un par de murciélagos despertando. Se echó a reír, pero pasó el callejón corriendo echando una maldición.
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ESPERANZA VALDERRÁBANO Mira con sus ojos miopes, todo lo ve desenfocado, pero vio correr sus lágrimas como río desbordado. Con su vista velada pasea la mirada; ve calles llenas de gente en blanco y negro, desenfocadas. Él sabe que los ojos son ventanas, pero, si no las abres, no ves nada.
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En la azotea de los libros ÁNGELES PESQUERA En un día soleado como hoy he aprovechado para lavar ropa y he subido a tenderla en la azotea, con la esperanza de que el suave viento que se ha levantado la dejará seca y lista para planchar. Me ha sorprendido ver allí a una serie de personajes a los que he reconocido y que, al parecer, habían tenido la misma idea que yo pero, en este caso, solo para disfrutar de esta magnífica mañana. Estaba el hijo de doña Ciencia, siempre pensativo como intentando descifrar algún problema matemático o de Física Cuántica. En una esquina vi a la sobrina de don Conocimiento que, de vez en cuando se acercaba al matemático, seguramente para consultarle alguna duda o intercambiar ideas. Hacia el medio estaba la señorita Poesía, esta vez con semblante alegre, que no siempre es así, pues en ocasiones yo he visto la tristeza reflejada en su cara. Y a saludarme llegó doña Novela, con la que me une una buena amistad, pues es frecuente que se acerque al cubículo donde trabajo y paso la mayor parte del día, para contarme historias maravillosas que tiene en su cabeza y que me transportan a otros mundos y situaciones no imaginadas por mí. Su hermano es don Teatro que siempre va con un cuaderno y lapicero en mano, imaginando escenas y diálogos. Está casado con una joven guapa y alegre que se llama Literatura Infantil (qué nombre tan curioso) y tienen dos hijos y una hija con nombres que no recuerdo, pero que se refieren o asemejan a personajes de aventura. En este momento corretean alegres y ruidosos entre mis sábanas recién tendidas. Ha subido también doña Historia, ensimismada y con un montón de documentos de consulta, y un pequeño grupo al que llamo los señores Libros de Viajes porque los escucho muchas veces hablando sobre rutas, paisajes y culturas de otros puntos del planeta. A la que no he visto es a la señora Filosofía; estará en casa al lado de la ventana, pensativa como siempre. Pocas veces coincido con ella. En fin, parece que casi todos mis vecinos se han puesto de acuerdo en proporcionarme la idea para este pequeño relato. Es una suerte trabajar al lado de la biblioteca.
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ESPERANZA VALDERRÁBANO Están ahí. Es el lugar donde pululan los fantasmas de los libros. Suben cada vez que se sienten atosigados por el barullo, alguno para fumarse un pitillo. Pasan la noche entre sus libros, saben de todo. Son muy cultos: saben de historia, de geografía, de política… Conocen a Ramsés y a Juan Pablo II. No salen de su biblioteca, pero conocen el mundo. Del ser humano lo saben todo, su grandiosidad y miserias. Son fantasmas de los libros, pero les gusta subir a la azotea para tomar un poquito el sol. Después, vuelven con los suyos. ¡Por cierto!, también saben cocinar.
AMELIA GARCÍA Un lugar en las alturas, a vista de pájaro, cercano el cielo azul con nubes remolonas, tejados adyacentes, chimeneas, espadañas de iglesias, ondulados conductos plateados lo atraviesan, retorciéndose cuan dragón chino en día de fiesta, caparazón de tortuga en el centro a modo de cristalera y madera de forma poligonal salvaguardan las profundidades de este icónico lugar. Asomados a la cristalera, contemplamos un caracol de escalera. ¿Adónde nos conducirá esa misteriosa escalera? …. Un increíble espacio…. ¿Qué hay a nuestros pies? El santuario de los libros…. un espacio vivo, un lugar de encuentro, un silencio acompasado con el tic tac de algún reloj…. Estanterías repletas de luz, amigos invisibles que nos observan, abecedario ordenado que podemos contemplar, sentir el tacto del papel al movimiento de las hojas, su olor añejo, su desgaste de tantas manos por las que han pasado. Mágico lugar dónde encontrar historias con alma, personajes esperando al siguiente lector para compartir aventuras inesperadas, páginas embrujadas que nos transportan a mundos desconocidos, lecciones de vida. Lugar etéreo repleto de hermosas portadas, miradas que nos contemplan impávidos, longevos ejemplares esperando la mano que los retenga, que los cambie de hogar por un tiempo.
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Observación colectiva
La niña de los ojos esmeralda me mira y, sonríe el mundo. Forraré la primavera con transparencias. Cafés, una caña… Dulces presencias. Gritan las almas inquietas de las compañeras. Ángeles sujeta el mundo, un mundo oscilante, cuadrado, que nos une. Desocupados, vistosidad.
con
lentitud;
elegancia
contenida,
Multiculturalidad y juventud perfuman las calles. Como un espejo que duplica la imagen de los que pasan. A través del sol, los paseantes entran en la cocina. El que mira es mirado. Nosotras somos sus observadoras.
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Haijines1 en el parque de la Huerta Guadián El olmo viejo nos saluda en la entrada entre castaños. Siete en círculo. Álamos temblorosos, miran el cielo. Cesa la lluvia y los árboles lloran a nuestro paso.
Sintió su ausencia. Belleza de mármol en su recuerdo. Llamo a su tumba. Cenotafio2 de piedra. Nadie contesta.
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Personas que escriben HAIKUS Monumento funerario en el que no está enterrada la persona a la que se dedica
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Marcando sombras pisamos con firmeza el mundo entero. Entre castaños penetran los rayos. Nos iluminan.
Colonizado. Las semillas caídas, dibujan mapas.
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De piedra en piedra abandonó su pueblo hoy anegado.
Piedras talladas exhiben su belleza ante mis ojos. Toco sus muros y me llega su fuerza. Siento al artista.
Cierro los ojos y toco sus texturas. Un tronco añoso.
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Superviviente, con hojas abanico, ginkgo biloba.
Doce columnas cronometran el tiempo de sol a soles.
Ya son las doce. El final del paseo. Reloj de sol.
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Escribiendo la ciudad
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