URB-AL III es un programa de cooperación regional descentralizada de la Comisión Europea cuyo objetivo es contribuir a incrementar el grado de cohesión social en el seno de las colectividades subnacionales y regionales de América Latina. Liderada por la Diputación de Barcelona, la Oficina de Coordinación y Orientación de URB-AL III tiene la misión de apoyar la ejecución del programa prestando asistencia técnica y acompañamiento a los diferentes proyectos para contribuir a hacer realidad sus objetivos.
Identidad e identidades: Potencialidades para la cohesión social y territorial
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Colección de Estudios sobre Políticas Públicas Locales y Regionales de Cohesión Social
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Colección de Estudios sobre Políticas Públicas Locales y Regionales de Cohesión Social
Identidad e identidades: Potencialidades para la cohesión social y territorial
urb-al III Oficina de Coordinación y Orientación - OCO
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Identidad e identidades: Potencialidades para la cohesi贸n social y territorial
María Gabriela Orduna Allegrini Doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Navarra. En la actualidad, y desde 2002, es agente de desarrollo local y empleo para administraciones públicas locales. Ha escrito diferentes artículos sobre identidad cultural, interculturalidad, participación social, turismo y voluntariado. Desde 1995, es profesora asociada del Departamento de Educación de la Universidad de Navarra en el área de Pedagogía Social (Desarrollo local y comunitario, Educación ambiental, Pedagogía del ocio y de la tercera edad).
Este documento ha sido elaborado en el marco de una subvención de la Unión Europea. El contenido de este documento es responsabilidad exclusiva del autor y en modo alguno se debe considerar que refleja la posición de la Unión Europea. Edita: Programa URB-AL III Travessera de les Corts 139-151. Pavelló Mestral, 4 08028 Barcelona Tel. +34 934 049 470 Fax +34 934 022 473 E-mail info@urb-al3.eu www.urb-al3.eu © Edición: Diputación de Barcelona (Oficina de Coordinación y Orientación del Programa URB-AL III) Consejo Editorial: Jordi Castells, Octavi de la Varga, Eduardo Feldman, Sara Sotillos, Carla Cors y Verónica Sanz Edición: Dirección de Comunicación de la Diputación de Barcelona Diseño: Estudi Josep Bagà DL: B. 28029-2012
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Colección de Estudios sobre Políticas Públicas Locales y Regionales de Cohesión Social
Identidad e identidades: Potencialidades para la cohesión social y territorial María Gabriela Orduna Allegrini
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Índice
9 Prólogo 11 Presentación 11 Estructura del estudio Identidad e identidades: potencialidades para la cohesión social y territorial 13 1. Aproximaciones para el trazado de un mapa conceptual 13 Introducción. Obstáculos en la revisión de conceptos 16 1.1. Cohesión social como reto en las políticas públicas 16 1.1.1. La cohesión social en el diálogo entre América Latina y Unión Europea 17 1.1.2. Hacia una definición del concepto de cohesión social 19 1.2. Conexiones entre las nociones de cohesión social y de desarrollo local 19 1.2.1. Sobre el concepto de desarrollo 20 1.2.2. Políticas públicas para materializar procesos de desarrollo 21 1.2.3. El enfoque de desarrollo local 22 1.2.4. Relación entre desarrollo local y cohesión social 23 1.3. Las personas como punto de partida de la reflexión 23 1.3.1. Las personas como medio y fin del desarrollo 24 1.3.2. La necesidad humana de relación social 26 1.3.3. Las personas, seres sociales y sociables 28 1.4. La comunidad como marco de la acción 28 1.4.1. Una red de relaciones 30 1.4.2. Comunidad y cultura 31 1.5. Identidad e identidades en la comunidad 31 1.5.1. Identidad cultural 33 1.5.2. Identidad y creación cultural 33 1.5.3. Los elementos que definen la identidad de una comunidad 36 1.5.4. Diversidad cultural 37 1.5.5. La necesaria relación entre identidades culturales 42 1.6. Alcanzar la identificación con la comunidad como condición para el desarrollo local y territorial 43 1.6.1. El sentimiento de comunidad como reconocimiento y asunción de la identidad local 45 1.6.2. El fomento de un sentimiento de comunidad positivo conduce a la cohesión social 46 1.6.3. El sentimiento de comunidad como afecto o como pasión 48 1.6.4. Afectos desbordados 49 1.6.5. Educación del sentimiento de comunidad 50 1.6.6. Los valores y la identificación con la comunidad 58 1.7. La dimensión cívica de la cohesión social 61 2. Políticas públicas, civismo, cohesión social, identidad e identidades 61 2.1. La gobernanza 62 2.1.1. Habilidades para un nuevo liderazgo político 64 2.1.2. La implicación ciudadana 65 2.2. Gobernanza democrática para construir comunidades cohesionadas en lo social y diversas en lo cultural
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65 2.2.1. Políticas públicas participativas 68 2.2.2. Políticas públicas sociales 69 2.2.3. Políticas públicas de promoción social 71 2.2.4. Objetivos de las políticas públicas de promoción social 71 2.2.5. Rasgos de las políticas públicas de promoción social 72 2.2.6. Principios organizativos e institucionales de políticas públicas de promoción social 75 2.3. Políticas públicas que fomentan la diversidad 75 2.3.1. La necesidad de gestionar la diversidad 76 2.3.2. Gobernanza y gestión participativa de las diversidades 78 2.3.3. Directrices generales de políticas públicas de promoción social que contemplen la diversidad 80 2.3.4. Algunas acciones de política pública que contribuyen a la promoción social y cultural 81 2.4. Políticas públicas sobre identidad cultural con carácter sectorial 83 2.5. Implementar políticas de cohesión social cívica y comunitaria 83 2.5.1. Estrategia social: preparar el ambiente 84 2.5.2. Estrategia participativa: preparar el método 85 2.5.3. Estrategia educativa: preparar a las personas 87 2.6. La interconexión de las políticas públicas 89 2.7. Identidad y diversidad como valores para la cohesión social en procesos de gobernanza democrática 93 3. El IV Diálogo Regional en La Paz (Bolivia), marzo de 2012 94 Sobre las personas 94 Sobre los lenguajes 94 Sobre la convivencia 95 Sobre el espacio para la convivencia 96 Sobre el momento para la convivencia 97 Sobre el modo de la convivencia 99 4. Conclusiones 03 5. El aprendizaje de experiencias exitosas 1 103 Estrategia social: preparar el ambiente de la convivencia 105 Estrategia social II: preparar el espacio para la convivencia 107 Estrategia metodológica: preparar el proceso participativo 108 Estrategia educativa: escuchar, informar, animar y formar 119 Bibliografía y herramientas para la articulación de políticas públicas
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Prólogo
La serie Estudios sobre Políticas Públicas Locales y Regionales de Cohesión Social es un producto de la Oficina de Coordinación y Orientación del Programa URB-AL III. Su objetivo es presentar el estado real de un conjunto de problemáticas centrales que forman parte de la actual agenda de discusión política birregional Unión Europea - América Latina en materia de cohesión social. Este estudio aborda la problemática de identidad e identidades y su relación con la de la cohesión social. La relación entre estos términos es compleja. Por una parte, la existencia de profundas diferencias identitarias puede dificultar el ejercicio del derecho de ciudadanía en un pie de igualdad, lo que condiciona la posibilidad de construir ciudades plurales, inclusivas, participativas y con un buen nivel de convivencia, así como la generación y puesta en marcha de proyectos colectivos compartidos, cuyas posibilidades se ven afectadas. Al mismo tiempo, sin embargo, el pluralismo identitario es un valor que cultivar por parte de un gobierno democrático interesado en la generación de civismo y convivencia. Por otra parte, una fuerte identidad territorial puede ser clave para la potenciación del grado de desarrollo de un territorio y la explotación exitosa de la marca ciudad. La marca ciudad es un signo identitario colectivo de índole territorial muy relevante dado que debe reflejar la pluralidad identitaria presente en un
territorio o capturar su rasgo identitario más claro, al tiempo que también debe formularse sobre la base de la ciudad que se desea devenir. Debe, por tanto, encarnar un proyecto político colectivo que actúa como punto de referencia obligado para canalizar esfuerzos e iniciativas de índole pública o privada. Sea porque se trata de un problema que gestionar y enfrentar, un valor que cultivar o un recurso que explotar, este estudio nos alerta sobre la conveniencia de que las políticas públicas sean sensibles al tema de la identidadidentidades si queremos tener incidencia en la cohesión social de un territorio determinado. En dicha línea, el estudio que presentamos nos brinda algunos elementos claves para avanzar hacia una nueva generación de políticas públicas locales con enfoque integrado de identidad. La creación, la mejora o la gestión de la convivencia ciudadana son temas políticamente relevantes para los gobiernos locales latinoamericanos interesados en potenciar la generación de territorios socialmente cohesionados. En ese marco, los temas relacionados con la identidad-identidades deben ocupar un lugar clave en la agenda política de esos gobiernos y deben ser introducidos de forma transversal en las políticas públicas que estos adoptan. El avance decidido hacia un mayor grado de cohesión social también depende de ello. En el estudio que les presentamos, por tanto, la identidad deja de ser un tema
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que solo importa per se, y se transforma en una de las llaves que abre las puertas hacia una mayor cohesión social. Jordi Castells i Masanés, Director de Relaciones Internacionales de la Diputación de Barcelona y coordinador general de la Oficina de Coordinación y Orientación del Programa URB-AL III
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Presentación
El presente documento pretende reflexionar sobre los conceptos de identidad e identidades como motores de la cohesión social y el desarrollo; de tal manera que las conclusiones emanadas del análisis conceptual de los términos implicados y sus relaciones, iluminadas con las conclusiones alcanzadas en el IV Diálogo Regional sobre Cohesión Social, sirvan para inspirar e implementar políticas públicas sobre territorios concretos de América Latina. Es de esperar que las autoridades y los responsables de las administraciones locales y regionales que se enfrenten a este texto encuentren en él líneas conceptuales, referencias teóricas y orientaciones prácticas que les ayuden en su quehacer cotidiano para conseguir un nuevo modelo de ciudad a través de la articulación de políticas públicas; un modelo que impulse la cohesión social y el desarrollo local a partir de la integración de las identidades diversas que componen cada comunidad.
estructurar. El segundo bloque, «Políticas públicas, cohesión social cívica, identidad e identidades», busca sugerir pautas y elementos de reflexión y acción para un nuevo estilo de gobierno. Les sigue un capítulo referente al IV Diálogo Regional, que servirá para completar el tratamiento conceptual de estos parámetros desde la perspectiva real de quienes están inmersos en el cotidiano quehacer político. El estudio se completa con otros dos bloques que pretenden, por un lado, ilustrar todas estas cuestiones a la luz de experiencias, buenas prácticas y ejemplos reales, con un capítulo al que se ha denominado «El aprendizaje político a través de experiencias inspiradoras», y, por otro lado, ofrecer un repertorio de recursos que pueden inspirar a los responsables de implementar políticas públicas de cohesión social e interculturalidad, en un apartado denominado «Bibliografía y herramientas para la articulación de políticas públicas».
Estructura del estudio Identidad e identidades: potencialidades para la cohesión social y territorial En atención al objetivo general marcado para este trabajo, se ha articulado su contenido en cinco grandes bloques. El primero, titulado «Aproximaciones para el trazado de un mapa conceptual», intenta hacer un recorrido, desde la teoría, por las nociones que pretendemos
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1. Aproximaciones para el trazado de un mapa conceptual
Introducción. Obstáculos en la revisión de conceptos El primer paso para una acción política efectiva y eficaz es cimentarla adecuadamente. Para ello es preciso fundamentarla, apoyarla en sólidas raíces conceptuales que, debidamente encajadas, actuarán como andamios o esqueletos de las políticas públicas a implementar. Estos soportes requieren una reflexión teórica sobre las principales nociones que tenemos que manejar: cohesión, desarrollo, identidad, comunidad, cultura, etc., y las relaciones que entre ellas se establecen. Pero revisar y analizar estas relaciones y los propios conceptos, aunque solo sea desde una perspectiva teórica y abstracta, no es tarea fácil. Entre las dificultades que encontramos, podemos señalar: / La amplitud del mapa conceptual que intentamos dibujar: es decir, estamos ante una gran cantidad de conceptos que además se caracterizan por ser: ·P olisémicos: un mismo significante, por ejemplo, cohesión, tiene múltiples significados. ·P oliédricos e irregulares: cada concepto manejado puede presentar variedad de caras, aristas y vértices, lo cual complica en gran medida el análisis, pero, en especial, el establecimiento de relaciones; así pasa con nociones como cultura. ·P olémicos: los conceptos que intervienen en este análisis se refieren a realidades humanas, por lo que su análisis y
revisión teórica difícilmente puede ser neutral o plenamente objetiva. Además, en ocasiones, aluden a situaciones dolorosas, tensas…, muchas veces, controvertidas. · Las características de las ciencias de referencia: ante esta circunstancia, podríamos intentar enfocar nuestro análisis apoyándonos en una ciencia que facilite el estudio de los conceptos. Sin embargo, al buscar ese saber inspirador, la primera evidencia que tenemos es que, por ser cuestiones transversales y complejas, no se inspiran o definen a partir de una única disciplina o área científica. Debemos apoyarnos en todo un grupo de ciencias. Podríamos acudir, entonces, a las ciencias naturales o experimentales, que se caracterizan por ser nomotéticas, lógicas; por explicar fenómenos y buscar las causas materiales u ontológicas que provocan un determinado efecto. Son susceptibles de medida y, por tanto, de generar indicadores fiables. Sin embargo, por las características de los fenómenos, situaciones y acciones que intentamos atender, así como por la tipología de políticas públicas que queremos inspirar, no cabe emplear en nuestra reflexión esta modalidad de ciencias. En consecuencia, debemos dirigirnos a las denominadas ciencias sociales, definidas como ideográficas y representativas. Estas se orientan a la comprensión de las situaciones sociales, y buscan las razones o motivos que justifican las conductas humanas. Sus resultados
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son opinables, y tanto esas situaciones como las acciones de intervención que requieren son tan variables que se presentan como de difícil medida, al menos, cuantitativamente. Y es que para explicar algunos de los conceptos que nos ocupan es preciso, en ocasiones de forma paralela, acudir a la antropología, la ética, el derecho, la psicología, la pedagogía, la filosofía e incluso la lingüística. / El componente subjetivo de los conceptos que se manejan: cuando intentamos establecer un marco de referencia conceptual, capaz de orientar e inspirar el quehacer político, sobre cuestiones que implican y afectan tanto a los seres humanos (como la cohesión social, el desarrollo local o la identidad cultural), vemos que frecuentemente se trata de conjugar, de hacer confluir emociones, sentimientos, afectos, valores, ideales, ideologías, proyecciones… Alcanzar este encaje en el terreno práctico se vuelve harto difícil, porque son algo más que conceptos; porque detrás de cada uno de estos términos hay una vivencia psicológica, emocional y afectiva; porque las experiencias varían entre las personas e incluso en una misma persona a lo largo del tiempo; porque pueden existir conflictos; porque se pueden generar reacciones impredecibles; porque cada persona es única y, en consecuencia, también lo son sus relaciones, sus maneras de sentir, sus imaginarios… Hemos de ser conscientes, además, de que todas las cuestiones que aquí traemos —cohesión, integración, participación…— se proponen como objetivo o política
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social, pero afectan a los individuos uno a uno, por lo que, en todo momento, se debe atender a los sujetos como personas en su individualidad, como paso previo para intervenir en la atención de los individuos como colectividad. / La geometría variable de las realidades sobre las que intervenir: al igual que las personas que las integran, cada comunidad, cada grupo, cada ciudad, cada barrio o cada territorio son diferentes, como diversas y distintas son sus carencias y problemas; o las relaciones internas que mantienen como grupo y las externas formas de interacción con otros colectivos; su dimensión y su ubicación (no es lo mismo una gran urbe junto al mar que un pequeño pueblo en la sierra); sus experiencias previas de éxito o fracaso en acciones políticas públicas y privadas para la conquista de la cohesión social…, todo lo cual dificulta la recogida y sistematización de experiencias exitosas y buenas prácticas transferibles, replicables, como también limita la aplicación de soluciones estandarizadas a problemas parecidos pero no iguales. / La dificultad para encontrar el marco político de referencia: partimos de la hipótesis de que las políticas que nos ocupan tienen que ver con la consecución de derechos aún por conquistar en América Latina1 (y en buena parte del mundo): los derechos sociales,
1 Esta idea está planteada en el Informe 2011 de la Corporación Latinobarómetro, que se puede encontrar en: <http://www.latinobarometro.org>.
económicos y culturales. Estos últimos, además, ocupan extensas reflexiones teóricas pero siguen resultando de difícil acceso práctico para la mayoría de los ciudadanos. La primera pregunta que nos asalta es: ¿dónde se enmarcan los derechos relacionados con la identidad y la diversidad cultural? La respuesta no es fácil y está sujeta a polémicas. Los derechos de la primera generación defienden la libertad cultural: de creación, artística, científica, de expresión y comunicación. Por tanto, los derechos de los individuos al ejercicio y disfrute de la cultura; en definitiva, el derecho a elegir una cultura de referencia. Los derechos denominados económicos o de segunda generación en relación con la cultura se presentan como importantes desde la perspectiva de la cohesión social, en la medida en que buscan la equidad en el disfrute de la cultura, por ejemplo, favoreciendo el acceso de todas las personas a servicios como museos, bibliotecas, educación… Pero hasta que llegaron los derechos de tercera generación o de solidaridad no se plantearon cuestiones como el derecho al patrimonio cultural, a la conservación de la memoria cultural, y de la identidad de los grupos étnicos y de los grupos culturales diferenciados. Podríamos decir, entonces, que el derecho a la cultura entraña, en atención a los principios que inspiran la política democrática, y de forma particular para la libertad, la igualdad y la solidaridad, cierta dificultad para su consecución práctica. Disfrutar de libertad cultural implica que los individuos se identifican a sí mismos como ciudadanos de un Estado, de una
región, de una comunidad, pero también como miembros de grupos étnicos, religiosos y culturales. Hablar de libertad como factor de desarrollo supone retomar la cultura como un valor humano, lo que plantea tanto un derecho como también un respeto a la cultura. La cultura como depositaria de valores, de formas vivas que entretejen lo cotidiano y dotan de sentido a la existencia, es un derecho inalienable de cada ser humano. Pero el respeto profundo a cada cultura será lo que permita crear condiciones favorables para la utilización, en el marco de los programas sociales, de los saberes acumulados, tradiciones, modos de vincularse con la naturaleza, capacidades para la autoorganización comunitaria, etc. Entonces, ¿cómo lograr la conexión entre libertad cultural, derecho y respeto a la cultura, y el concepto de cohesión social imprescindible para lograr el desarrollo económico territorial? ¿Cómo las políticas públicas pueden contemplar los derechos de cada individuo a ejercer su libertad y los de cada grupo a defender, preservar y cultivar su peculiar identidad? / La juventud de la acción política en materia de derechos culturales: esta dificultad puede ser el motivo por el que la consecución de los derechos culturales se ha ido relegando en la acción de algunos gobiernos. Y es que sorprende la escasa trayectoria histórica de la política pública en encontrar respuestas a estas cuestiones. A modo de ejemplo, la primera resolución en firme adoptada por la Comisión de Derechos Humanos relativa a los derechos culturales data de 2002 y versa sobre la «Promoción del disfrute
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de los derechos culturales de todos y del respeto de las distintas identidades culturales»,2 como primer paso para concretar la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural,3 aprobada por la UNESCO en 2001.
1.1. Cohesión social como reto en las políticas públicas 1.1.1. La cohesión social en el diálogo entre América Latina y Unión Europea Puesto que la intención de este estudio es reflexionar sobre aquellas políticas públicas que pueden contribuir a incrementar la cohesión social y el desarrollo territorial a partir de la integración de la variable identidad, debemos intentar concretar, en primer lugar, la noción de cohesión social. Gracias a un proceso iniciado a finales de la década de 1990, hoy se puede afirmar que la cohesión social se ha convertido en un principio fundamental del acervo de valores compartidos entre la Unión Europea y América Latina. Este proceso comenzó a esbozarse en la Declaración emanada de la Primera Cumbre entre los
2 Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos: Resolución 2002/26, de 22 de abril de 2002. 3 <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13179&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html>.
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Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe y la Unión Europea de junio de 1999.4 Fue, sin embargo, en la reunión ministerial entre la Unión Europea y el Grupo de Río de marzo de 2003 cuando surgió el concepto explícito de cohesión social en un diálogo birregional de alto nivel, y fue considerado como un tema central en la agenda común y elemento principal de la siguiente cumbre, la de Guadalajara de 2004. En esa ciudad, los máximos dignatarios latinoamericanos sellaron una Declaración5 en la que se sostiene lo siguiente: Damos prioridad a la cohesión social como uno de los principales elementos de nuestra asociación estratégica birregional y nos hemos comprometido a cooperar para erradicar la pobreza, la desigualdad y la exclusión social. Hacemos un llamado a la Comisión Europea, al Banco Interamericano de Desarrollo, a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, al Fondo Monetario Internacional, al Banco Europeo de Inversiones y al Banco Mundial a que contribuyan a alcanzar este objetivo.6
Reafirmando esta postura, en 2006, en la Declaración de Viena,7 expresaron:
4 <http://www.oei.es/cumbrerio.htm>. 5 Artículos 39 al 50, <http://www.integracionsur. com/americalatina/CumbreALatinaEuropaDclGuadalajara.htm>. 6 Articulo 50 de la Declaración de Guadalajara, <http://www.eulacfoundation.org/es/documentos/ declaraci%C3%B3n-de-guadalajara-2004>. 7 <http://ec.europa.eu/europeaid/where/latin-ame-
Subrayamos que la cohesión social, que constituye el fundamento de las sociedades más incluyentes, sigue siendo un objetivo compartido y una prioridad clave de nuestra asociación estratégica birregional. La promoción de la cohesión social busca contribuir a la construcción de sociedades más incluyentes ofreciendo a todos la oportunidad de tener acceso a los derechos fundamentales y al empleo, de disfrutar de los beneficios del crecimiento económico con equidad y justicia social, y poder desempeñar plenamente de esta forma un papel en la sociedad. Continuaremos proporcionando a la cohesión social una prioridad relevante en nuestros programas birregionales de cooperación y asistencia como EUROsociAL y seguiremos promoviendo también los intercambios de experiencias entre nuestros países y regiones.8
Posteriormente, los jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en Lima en 2008, reafirmaron que la cohesión social constituye un asunto prioritario que debe ser abordado por los gobiernos de ambas regiones para que puedan superarse los problemas derivados de la pobreza, la desigualdad social y la exclusión. Son estos problemas los que dificultan la sostenibilidad del crecimiento económico y la calidad de la democracia en los países latinoamericanos:
rica/regional-cooperation/eurosocial/documents/ declaration_vienna_es>. 8 Articulo 37 de la Declaración de Viena, <http:// www.eulacfoundation.org/es/documentos/ declaraci%C3%B3n-de-viena-2006>.
Confirmamos que la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión a fin de alcanzar o aumentar la cohesión social es una prioridad política clave de la asociación estratégica entre nuestras regiones. Ella continúa siendo un tema central para nuestro diálogo y cooperación a nivel nacional, subregional y regional. Reiteramos la responsabilidad primordial de nuestros gobiernos, en cooperación con todos los actores relevantes, entre ellos la sociedad civil, para implementar políticas que conduzcan a dicho objetivo.9
Tampoco en la Cumbre de Madrid de 2010,10 a pesar de trazarse un Plan de Acción en el que se incluyen actividades, objetivos y medidas estratégicas, se define el término.
1.1.2. Hacia una definición del concepto de cohesión social A pesar de todos estos avances en el terreno del diálogo político para reconocer de forma consensuada que la cohesión social es un reto común, parece, como señalan Freres y Sanahuja,11 que no existe unanimidad en el significado del término:
9 Artículo 11 de la Declaración de Lima, <http:// www.eulacfoundation.org/es/documentos/ declaraci%C3%B3n-de-lima-2008>. 10 Declaración de Madrid, <http://www.eulacfoundation.org/es/documentos/declaracion-demadrid-0>; Plan de Acción de Madrid: <http:// www.eulacfoundation.org/es/documentos/plande-acci%C3%B3n-de-madrid-2010>. 11 Freres y Sanahuja 2006:29-64.
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hay quienes asimilan la noción a la lucha contra la pobreza y la desigualdad; para otros, es una idea vinculada al diálogo social y los pactos sociales; para algunos, es sinónimo de acceso a servicios sociales; y otros identifican la cohesión social con un conjunto de políticas sociales positivas orientadas a propiciar la igualdad de oportunidades, la participación activa de los ciudadanos y la convivencia social de grupos heterogéneos. El Programa URB-AL III, a través de la OCO, ha decidido adoptar una definición operativa: Una comunidad socialmente cohesionada —cualquiera que sea su escala: local, regional, nacional— supone una situación global en la que los ciudadanos comparten un sentido de pertenencia e inclusión, participan activamente en los asuntos públicos, reconocen y toleran las diferencias, y gozan de una equidad relativa en el acceso a los bienes y servicios públicos y en cuanto a la distribución del ingreso y la riqueza. Todo ello, en un ambiente donde las instituciones generan confianza y legitimidad y la ciudadanía se ejerce a plenitud.12
Esta perspectiva permite leer en clave de cohesión social cualquier acción pública llevada a cabo en alguno de los sectores de intervención (productivo-ocupacional, cívico, territorial, institucional y/o social) y tiene un doble objetivo: hacer frente
12 Referencia URB-AL III: <http://www.urb-al3.eu/>.
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a un problema específico de política pública, así como desarrollar y afianzar los cinco componentes que caracterizan a una sociedad cohesionada: pertenencia, igualdad e inclusión social, participación, reconocimiento y legitimidad.13
13 Mecanismos sociales definidos en el marco del programa URB-AL III de la siguiente manera: «1. Igualdad e inclusión social La cohesión social supone un compromiso extendido y sistémico con la justicia distributiva y la equidad. Una sociedad que no garantiza igualdad de oportunidades a toda la ciudadanía genera dinámicas de distanciamiento social y de capacidades diferenciadas que erosionan e imposibilitan su cohesión. La cohesión social está fuertemente relacionada con las instituciones económicas, y de manera especial con el mercado; por ello, puede describirse como un puente entre «lo social» y «lo económico». Las prácticas y situaciones de exclusión del mercado, en especial del mercado laboral, constituyen una clara amenaza a la cohesión social. La inclusión, sin embargo, más allá de la esfera laboral y económica, supone la existencia de un sistema de protección social capaz de garantizar seguridad y apoyo a todas las personas ante la vulnerabilidad y el acaecimiento de riesgos, eventos o necesidades específicas. Se trata, por ejemplo, de riesgos asociados a la enfermedad, la falta de autosuficiencia, la drogadicción, la pobreza, el aislamiento, entre otros. 2. Pertenencia Se relaciona con el despliegue de un sentido de «conectividad social» en cuyo marco los ciudadanos comparten valores y compromisos básicos. Una amenaza a la cohesión social se asocia con el sentimiento de aislamiento que bajo ciertas circunstancias puede generarse entre algunos individuos y grupos sociales. 3. Reconocimiento Atañe a la mediación positiva de las diferencias identitarias, religiosas, culturales, políticas, étnicas, de valores y de cualquier otro tipo por las que se caracteriza la sociedad. Los ciudadanos que perciben
1.2. Conexiones entre las nociones de cohesión social y de desarrollo local 1.2.1. Sobre el concepto de desarrollo Detengámonos ahora a estudiar la segunda noción en juego en este análisis, el desarrollo. Conlleva la idea de cambio, transformación, evolución. Implícitamente, se entiende que este cambio debe ser positivo, por lo que se puede definir, entonces, como la capacidad de superar una realidad humana actual y llevarla a niveles superiores de perfeccionamiento y de calidad de vida.
que los otros los aceptan y reconocen, contribuyen a la cohesión social; esta se ve amenazada, por el contrario, por las diversas prácticas de rechazo e intolerancia, así como por esfuerzos excesivos por la unanimidad o la homogeneidad sociales. 4. Legitimidad La cohesión social es una construcción colectiva; no se reduce a una sumatoria de individuos yuxtapuestos. En este componente se reconoce la acción estratégica de las instituciones (tanto públicas como privadas) en tanto que mecanismos o espacios de intermediación que aseguran las «conexiones» entre los individuos. La cohesión social depende en un alto grado de la legitimidad de estas instituciones y se ve amenazada cuando estas no son representativas. 5. Participación La cohesión social supone la implicación amplia de los ciudadanos en las cuestiones públicas (que en este enfoque no solo son las gubernamentales). La falta de incentivos y de causas para la participación ciudadana suele considerarse una amenaza a la cohesión social.» Recogido en: <http://www.urb-al3.eu/index. php/contenido/componentes_de_la_cohesion_ social?id_submenu_principal=132>.
Desarrollo no es sinónimo de crecimiento. Crecer significa aumentar naturalmente el tamaño por adición a través de la asimilación o el acrecentamiento, mientras que desarrollar designa la acción de expandir o realizar las potencialidades con que se cuenta; acceder gradualmente a un estado más pleno, mayor o mejor. Conceptualmente, existen muchas formas de entender, definir y explicar el desarrollo. Algunas de estas concepciones colocan a la persona (y no a su mero progreso económico) en el centro de sus preocupaciones. De este modo, se convierte en un proceso de ampliación de las opciones de que dispone el ser humano, todos los individuos y no solo una parte de la comunidad, con el propósito de crear un ámbito en el que esas personas disfruten de una vida larga y saludable, puedan adquirir conocimientos y tengan acceso a los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decoroso. De entre todas estas opciones, el modelo de desarrollo que interesa es el denominado desarrollo humano.14 Como
14 Este modelo ha sido propugnado en el seno de Naciones Unidas a partir de la década de 1990. El Informe sobre Desarrollo Humano (HDR) nació con el objetivo único de situar a las personas en el centro del proceso de desarrollo, en términos de debates económicos, formulación de políticas y promoción. El objetivo era enorme y simple a la vez, con implicaciones de gran alcance: ir más allá de la cuestión del ingreso para evaluar el nivel de bienestar de las personas a largo plazo. Con el informe anual, el PNUD pretende lograr el desarrollo de las personas, por las personas y para las personas, y subrayar que los objetivos del desarrollo son las opciones y las libertades. Más datos sobre los informes en: <http://hdr.undp. org/es/>.
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paradigma presenta dos facetas: por un lado, el fomento de la capacidad humana, es decir, mejor salud y mayores conocimientos teóricos y prácticos —educación—, y, por otro lado, el aprovechamiento de la capacidad adquirida por las personas, que llevaría a lo que ha dado en denominarse innovación. Aspira a alcanzar a cuatro metas esenciales: (i) Convertirse en un proceso productivo: esto es, posibilitar que las personas aumenten su productividad y participen plenamente en el proceso de generación de ingresos y empleo remunerado. (ii) Conseguir la equidad: procurando que las personas tengan acceso a la igualdad de oportunidades, eliminando todas las barreras que obstaculizan logros en cuestiones económicas, sociales y políticas, de modo que estos individuos puedan disfrutar de dichas oportunidades y beneficiarse de ellas. (iii) Ser sostenible/sustentable: para asegurar el acceso a las oportunidades y los recursos no solo para las generaciones actuales, sino también para las futuras, fomentando actuaciones que permitan la reposición de todo tipo de capital físico, humano o medioambiental gastado. (iv) Y, por último, favorecer la potenciación: el desarrollo debe ser
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efectuado por las personas y no solo para ellas: las personas deben tener ocasión de participar plenamente en las decisiones y los procesos que conforman sus vidas. Considerado de este modo, el desarrollo humano no se halla presente en ninguno de los modelos que lo anteceden: de crecimiento económico, de bienestar social o de las necesidades básicas; los incluye, pero los supera.15 El dominio del desarrollo humano, en relación con otras concepciones o modelos, es mayor: las oportunidades esenciales que las personas valoran en gran medida van desde las oportunidades políticas, económicas y sociales de ser creativos y productivos hasta el goce del respeto propio, el empoderamiento y el sentido de pertenencia a una comunidad. Se presenta de esta manera como una concepción holística que sitúa a las personas en el centro de todos los aspectos del proceso de desarrollo.
1.2.2. Políticas públicas para materializar procesos de desarrollo Del mismo modo que hay múltiples formas de entender el concepto de desarrollo, existen variadas maneras de implementar políticas para su consecución. Tradicionalmente, se
15 PNUD 1996.
ha concebido el desarrollo como un conjunto de atributos adquiridos de arriba abajo tales como el crecimiento del PIB per cápita, la industrialización de la estructura económica, la democratización y modernización de la sociedad, tanto a partir de impulsos exógenos al territorio nacional (la ayuda al desarrollo proveniente de los organismos internacionales) como exógenos a las regiones interiores de un Estado (la planificación centralizada o la reasignación territorial de recursos). Sin embargo, desde hace algunos años, y hoy más que nunca, se encuentran pruebas de que esta fórmula no es infalible. El objetivo de mejorar la vida de las personas sigue marcando el horizonte que alcanzar, pero está cambiando su concreción práctica, y esto representa un nuevo desafío para las políticas públicas. Es decir, estamos asistiendo al paso desde una concepción del desarrollo como algo adquirido por un territorio, a través de la dotación de capital físico, conocimiento, recursos, a una concepción del desarrollo como algo generado en el territorio a partir de las capacidades de los actores y el uso sensato de los recursos locales.
1.2.3. El enfoque de desarrollo local Esta orientación del desarrollo tiene una historia reciente. En las últimas décadas del siglo XX, debido a las graves crisis económicas que se han sucedido —en especial en los Estados Unidos de América, Europa Occidental y Japón—, la revisión de los modelos de desarrollo
imperantes ha ido prestigiando los procesos de organización de la comunidad como una manera de resolución de los conflictos económicos y sociales desde su raíz, desde la base, desde los que padecen el problema y se implican activamente en solucionarlo. El enfoque de desarrollo endógeno, propiamente dicho, que pone a la persona en el centro del proceso, nace como reacción al pensamiento y a la práctica dominante en materia de desarrollo territorial en las décadas de 1950 y 1960, enmarcados en el modelo industrial fordista y en la difusión del centro abajo de las innovaciones y de los impulsos de cambio. Hacia finales de la década de 1980, se introduce la denominación desarrollo local, fundamentalmente en la Unión Europea, como fórmula posible de conseguir la cohesión económica y territorial de la región, y se impulsa con políticas regionales concretas como las iniciativas comunitarias LEADER o URBAN. Denominado en ocasiones como desarrollo alternativo, supone un cambio en la aproximación al problema del desarrollo, ya que lo entiende como un proceso de abajo arriba, de construcción a partir de las capacidades locales, de los actores personales e institucionales de una comunidad, y que, por tanto, presenta una fuerte connotación territorial. Tales actores necesitan un ambiente (económico, institucional y axiológico) que respalde y oriente sus esfuerzos y energías, y encuadre sus actuaciones. Así, el desarrollo pasa a ser un proceso de
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construcción y cambio social de múltiples dimensiones, que estructuran la sociedad y configuran el escenario donde las prácticas de desarrollo se desenvuelven. En las últimas décadas, el enfoque del desarrollo local se ha ido extendiendo por los ámbitos de formulación e implementación de políticas públicas, en organismos internacionales, empresas y organizaciones de la sociedad civil, e incluso en el ambiente académico, dando lugar a numerosos proyectos e investigaciones; muchas veces es utilizado para referir procesos diversos que van desde las políticas sociales en sociedades locales, políticas nacionales o provinciales productivas, sociales y/o laborales de alcance territorial, como procesos de desarrollo surgidos a partir de la interacción entre actores territoriales.
1.2.4. Relación entre desarrollo local y cohesión social Como vimos antes, los objetivos del desarrollo humano son: (…) consolidar las condiciones requeridas para la realización del potencial de la persona humana; reconocer y proteger sus derechos de nacer y vivir con dignidad; garantizar el derecho a la libertad para escoger opciones y realizarlas; y asegurar el acceso a capacidades y oportunidades para atender las necesidades y aspiraciones de las personas, como sujetos individuales y colectivos.
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El Desarrollo Local es un medio para el logro de estos propósitos. Se ejecuta a través de una intervención de carácter multidimensional, sinérgica e integradora en los ámbitos regional, municipal y barrial, que permite así valuar y reactivar las potencialidades del territorio mediante la cooperación activa de los sujetos que viven en él.16
El desarrollo local y la cohesión social tienen un doble vínculo. Por una parte, el desarrollo local es un vehículo para el afianzamiento de los componentes que caracterizan a una sociedad cohesionada. Por otra, el avance en el proceso de desarrollo local requiere la existencia de algún grado de desarrollo de los componentes de la cohesión social (pertenencia, inclusión, participación activa en asuntos públicos, reconocimiento y aceptación de las diferencias, y equidad). Es en este último sentido, en particular, que debemos integrar la variable identidad (identidades) en la ecuación del desarrollo. Pero el ejercicio práctico de esta integración es harto complejo: ¿qué sucede cuando la convivencia entre esas identidades no es armónica? ¿Cómo integrar, incluir las diferentes identidades en procesos de mejora socioeconómica? ¿Participan activamente y con equidad todas las identidades? ¿Las políticas en pro de cohesión reconocen las diferencias?
16 <http://www.pnud.or.cr/desarrollo-humano-local/ index.php?option=com_content&view=article&id =44&Itemid=54>.
¿Se aceptan las diversas identidades y son capaces de cooperar en la ideación de un imaginario común de ciudad? ¿Cómo lograr que las diversas identidades convivan y compartan una identidad en cuanto comunidad de ciudadanos sin renuncia de la propia identidad?
1.3. Las personas como punto de partida de la reflexión 1.3.1. Las personas como medio y fin del desarrollo Para dar respuesta a todas estas preguntas resulta imprescindible centrar la atención en el elemento humano. Expresado de otra manera, «(…) el medio y el fin del desarrollo son las personas».17 No importa la denominación que se le dé: recursos humanos, capital social, comunidad o población; sin personas, no cabe desarrollo local ni cohesión social. Las personas son el activo insustituible de todo proceso de mejora; son las que conectan, conviven y se relacionan para generar una comunidad cohesionada en la que sea posible participar y, por fin, a las personas deben dirigirse las acciones que pretendan elevar las condiciones de vida de un territorio. En este enfoque humanista, se parte del hecho de que cada individuo aparece
17 Banco Mundial 1997:125.
cargado de cierta complejidad, es un ser lleno de necesidades físicas (nutrición, sanidad, vivienda, etc.), pero también de necesidades intangibles: (…) necesidades no materiales complementarias en ocasiones a las necesidades materiales, que incluyen las necesidades de autodeterminación, confianza en sí mismo y seguridad, de participación de los trabajadores y ciudadanos en la formulación de decisiones que les afectan, de identidad nacional y cultural y la necesidad de tener un sentido de finalidad en la vida y en el trabajo.18
Asimismo, el enfoque humanista se preocupa por el individuo en cuanto persona, no solo como mero productor, emprendedor, agente económico o generador de conductas: preocupa el ser humano en su totalidad. Esta vía permitirá dar respuesta a toda la gama de problemas biopsicosociales con que se enfrenta el ser humano, propiciando un crecimiento personal y pleno, un desarrollo que... (…) tiene por objeto el despliegue completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos: individuo, miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños.19
El enfoque humanista se orienta a un plazo largo. No se reduce a una fórmula
18 Streeten et al. 1986:42. 19 Faure et al. 1972.
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coyuntural de una acción concreta, de un proyecto aislado, de un aprendizaje determinado, sino que supone una apertura de mentalidad, de actitudes, de formas de entender las cosas, de maneras de actuar y decidir, de hábitos, de modos de participar. En definitiva, de crecimiento de todas las capacidades del sujeto que se transforma. Esta consideración de las personas plantea dos dimensiones del ser humano: como parte del proceso productivo y como objetivo final del desarrollo, esto es, como recurso y como beneficiarios de la actuación, respectivamente. Desde un enfoque de desarrollo local interesan las personas en ambas perspectivas: 1. Son un recurso, el principal, ya que al mejorar, al optimizar el factor humano se propiciará la optimización y mejora de los restantes recursos; es decir: (…) los seres humanos son el recurso principal de toda comunidad. Dentro del marco provisto de los recursos naturales, los ciudadanos de una comunidad producen la riqueza, organizan y mantienen las instituciones, prestan servicios, dan la pauta progresista o conservadora y engendran la fuerza moral y los anhelos de la comunidad.20
Se apuesta, en definitiva, por las personas, porque, como afirma Pierre de Charetenay: (...) el futuro depende de las capacidades locales para gestionar la técnica, encontrar los circuitos económicos que correspondan a la cultura y organizar los intercambios tanto en el interior de la comunidad como en el exterior. Todas las ayudas son útiles, pero lo esencial se basa en la responsabilidad local, y es preciso dejar que se ejerza libremente.21
1.3.2. La necesidad humana de relación social Desde las políticas públicas en pro de la cohesión social, especialmente, tendrían que importar las personas no solo como individuos que pretenden satisfacer un interés personal, sino en cuanto comunidad (común unidad de vida de personas juntas en un territorio delimitado). Una unidad que se sostiene y recibe cohesión interna de la participación colectiva en las emociones de lealtad, amor y pertenencia común; donde se relacionan, comparten valores y objetivos y se organizan las acciones para conseguir un bien compartido.
2. Y son el objetivo final del desarrollo, puesto que los beneficiarios de las acciones de mejora comunitaria han de ser siempre los miembros de la comunidad.
Existen distintas colectividades sociales, pero es propiamente en el grupo identitario donde es posible que el individuo participe, se comunique y,
20 Ware 1979:28.
21 Charetenay 1992:170.
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en definitiva, desarrolle aprendizajes sociales. Entendiendo aquí que grupo es el conjunto de seres humanos con relaciones mutuas, es decir, la colectividad identificable, estructurada, continuada de personas que desempeñan funciones recíprocas conforme a determinadas normas, intereses y valores sociales para la prosecución de objetivos comunes. En los primeros años de su existencia, los individuos comienzan a aprender a participar y actuar en sus grupos de pertenencia, compartiendo acciones con fines comunes, que configuran la manera de pensar y enfrentarse a la vida, y, en muchos casos, condicionan la integración de los sujetos en otros grupos más amplios. En el grupo primario de la familia, cada persona mantiene frecuentes relaciones, comparte un elevado sentimiento de solidaridad y estrecha adhesión a los valores sociales comunes. El ámbito familiar es el espacio social idóneo para comenzar a interiorizar hábitos y destrezas sociales necesarios para practicar la participación, componente fundamental de la cohesión social. Desde la vivencia familiar, todo individuo interioriza y personaliza su experiencia social. Se trata del proceso de individualización por el que resulta que no puede haber una persona del todo idéntica a otra, ni es posible predecir siempre y totalmente su comportamiento social. Cada sujeto se individualiza por la manera en que se adapta a los influjos ejercidos sobre él y por su propia interpretación personal de lo que ha aprendido. La personalidad social no es nunca reflejo perfecto de la cultura y
de la familia en la que el individuo se ha desarrollado; es también, en parte, el resultado de su propia adaptación a esa cultura y a las otras personas con las que convive en su sociedad. Poco a poco, el individuo ha de ir ejercitando lo aprendido en el grupo primario de la familia, y ha de trasladarlo a otros grupos primarios y secundarios (asociaciones ya sean formales o informales). La diferencia entre los grupos primarios y los secundarios reside en el tipo de relaciones que se establecen. Cuando estas relaciones sociales son íntimas, personales y frecuentes, como en la familia, son características de un grupo primario. Las relaciones en los grupos secundarios, en otro nivel más complejo, son más impersonales, más artificiales, más formales y menos frecuentes. En la medida en que un individuo comparte en algún porcentaje un bagaje cultural con su familia o con otros grupos de su comunidad, cabe decir que está integrado socioculturalmente. Aparece así otro concepto, la integración sociocultural, vital para el entendimiento y la consecución de la cohesión social, sobre el que volveremos más adelante. El individuo no es un átomo aislado de otros. Por el contrario, se construye a partir de la interacción con otros seres iguales. La sociabilidad es un presupuesto de la existencia humana que se desenvuelve en el seno de un abanico de opciones desde el punto de vista de los grupos. Por un lado, están los grupos esporádicos: aquellos que se
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pueden formar en un partido de fútbol o en el teatro; luego están los grupos estables secundarios, representados por las asociaciones, los partidos políticos, los vecinos; y, por último, se encuentran los grupos estables estructurales, legados del pasado, como la nación, el municipio o la comunidad étnica y cultural. Algunos grupos nos son dados de forma natural —por ejemplo, al nacer, automáticamente, somos parte de una familia—, otros los vamos eligiendo a lo largo de la vida, por lo que no todos los seres humanos tienen los mismos grupos de referencia e identidad. Pero todos los seres humanos guardamos algún tipo de relación, buena o mala, con los grupos, simplemente por la doble condición de ser sociales y sociables.
1.3.3. Las personas, seres sociales y sociables La sociabilidad, impresa en la naturaleza humana, es la capacidad de relación con los otros. En un sentido amplio, designa la potencialidad que tienen los seres humanos para integrarse a la vida del grupo o para la cooperación. Como ser sociable, el hombre y la mujer están naturalmente inclinados a desenvolverse en sociedad. La sociabilidad, como capacidad de relación, permite que se establezca comunicación. No se trata de una relación cualquiera, sino de una que posibilita una participación simétrica en la que todos los individuos se implican en la producción
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y construcción de conocimientos para aumentar el nivel de entendimiento de lo planteado. La falta de esta madurez social genera individuos antisociales o asociales, que en ocasiones se autoexcluyen de los grupos o son excluidos por otros. La sociabilidad, como toda capacidad humana, no se encuentra en el hombre en estado de máximo desarrollo; va desplegándose cuando el individuo crece, hasta llegar a un determinado grado de madurez social, de sociabilidad; esto es, hasta alcanzar la capacidad de realizar actos positivos de vida social. Los individuos maduran como personas en el seno de su comunidad, se hacen más sociables a través de su participación en dos procesos básicos: socialización y educación, dos procesos diferentes pero relacionados. La educación lleva implícita la socialización, pero esta no implica aquella. El proceso de socialización es básicamente de conformación, mientras que el de educación es básicamente uno de transformación de la persona social; por lo tanto, el primero es un proceso conservador (facilita que estemos unidos a otras personas) y el segundo es un proceso innovador (contribuye al crecimiento como persona). En atención a esta primera característica, la socialización aparece como un cambio funcional, mediante la participación social, que permite el aprendizaje de roles y la adquisición de un determinado estatus. En un sentido convencional, se define la socialización como el proceso que transforma al individuo biológico
en individuo social por medio de la transmisión y aprendizaje de la cultura de la sociedad, que integra a su personalidad y a la cual se adapta. El individuo adquiere las capacidades que le permiten participar como miembro efectivo de los grupos y de la sociedad global de manera semiautomática durante los primeros años de la vida; y ello es un requisito imprescindible para su adaptación al medio en el que vive. Cuando esa adaptación no se da, pueden surgir situaciones de marginación o exclusión social. Por ello, la socialización aparece como el producto de una interacción entre el sujeto y el medio social. Se busca conseguir un equilibrio en la convivencia basado en la aceptación responsable de la cultura del grupo y en la supervivencia de la peculiaridad individual con el apoyo del bloque social referencial. De este modo, la tarea de la socialización permitirá a cada individuo aprender un idioma; familiarizarse con los esquemas normativos y los valores del grupo; ser transmisor de la propia cultura; formarse en hábitos de comportamiento; participar en el bien común; comprender la vida social y aprender la técnica de la relación social tanto a nivel personal como comunitario; compartir costumbres; asumir normas sociales; construirse un estatus y, después, sus roles; participar en el mundo del trabajo (lo cual es de interés individual y colectivo); y desarrollar la propia personalidad. Este aprendizaje se logra por la convivencia con la sociedad, por el contacto con los otros, en un
proceso de intercambio que lleva a un común conocimiento de trascendencia social compartido por todos. Naval define la socialización, en un sentido amplio, como la «educación de la sociabilidad», esto es, capacitar al individuo para establecer asociaciones con otros individuos. Y es que el despliegue de la sociabilidad, como capacidad radical que toda persona tiene de llegar a la sociabilidad —a la madurez social que esta última supone—, precisa una vía: la educación; esto es, la actividad o práctica social cuyo principal propósito es ayudar a los otros a llegar a ser personas plenas. Para ser personas en plenitud, además de conocer y practicar determinadas pautas y roles sociales, el individuo debe estar integrado tanto en sus grupos de pertenencia y referencia como en su comunidad. Esta dependencia del otro para educarse «(…) es simplemente una confirmación de la naturaleza comunitaria del hombre».22 Por ello, ese trabajo de maduración personal progresiva, de autorrealización, que es la educación como proceso de personalización o individualización, se lleva a cabo en un proceso de socialización, que favorece la integración de los individuos al entorno social que les rodea, incorporándose a una cultura, adquiriendo, entre otras cosas, un lenguaje, unas costumbres, unas ideas o unas normas morales.
22 Naval Durán 1995:224.
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Luego, resulta capital que cada persona descubra al resto de los individuos como un medio para crecer; que sienta la necesidad de vivir en sociedad, de desarrollar sus capacidades de ser sociable y social. El individuo que aprende a ser más sociable no es el sujeto aislado, sino el que está en relación con sus semejantes, y en comunicación con las estructuras y las fuerzas de una sociedad; el que necesita de una comunidad, en el seno de la cual puede establecer relación con sus semejantes, alcanzar su plenitud, y en la que otros seres le reconocen como persona y como tales él las identifica. En definitiva: (…) llegar a ser educado sería aprender a ser persona. Ser persona, sin embargo, es llegar a ser miembro de una sociedad. Llegar a ser educado es por tanto llegar a ser miembro de una sociedad y así haber aprendido qué es ser y vivir como miembro de la sociedad.23
Queda establecida la necesidad de desplegar de forma intencional estrategias educativas para el logro de la cohesión social como ruta que propicie la madurez de cada persona como actor social, la convivencia, la inclusión de los individuos en el grupo, la integración de los grupos en la comunidad y la materialización de la participación social como modalidad de relación comunicativa.
23 Naval Durán 1995:20.
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1.4. La comunidad como marco de la acción 1.4.1. Una red de relaciones Por tanto, para alcanzar un cierto grado de cohesión social se requieren estrategias educativas dirigidas a cada persona, pero abocadas necesariamente a desplegarse en comunidad. Entendiendo que comunidad hace referencia, aquí, al colectivo sociodemográfico formado por sujetos y grupos (primarios y secundarios) que establecen entre ellos relaciones sociales (individuo-individuo, individuogrupo y grupo-grupo) para conseguir el bien común (el bienestar, la mejora de la calidad de vida). La comunidad es, por tanto, la red de relaciones de apoyo mutuo de la que uno puede depender en un espacio y un tiempo definidos. Esta noción es tan general que igualmente puede aplicarse a barrios, agrupaciones religiosas, organizaciones educativas, grupos de autoayuda, empresas o asociaciones deportivas. Cabe, pues, hablar de diferentes tipos de comunidad, y estudiarlas recurriendo también a distintos niveles de análisis. En esta perspectiva: (…) puede constatarse que, según los casos, se enfatiza uno u otro aspecto. A veces, cuando se habla de comunidad el término designa una localidad o área geográfica: se trata de todas las definiciones que tienen primordialmente en cuenta los límites geográficos o la influencia de los factores físicos sobre las relaciones sociales. También se habla de comunidad para designar la estructura social de un grupo, estudiándose las instituciones del mismo y los problemas
de los roles, estatus y clases sociales, que se dan en su interior; en este caso, la comunidad se considera fundamentalmente como un conjunto de relaciones sociales. Otras conceptualizaciones destacan el aspecto psicológico, considerando a la comunidad como sentimiento o conciencia de pertenencia. Por último, y este es el uso más frecuente, se emplea el término comunidad como equivalente o sinónimo de sociedad.24
Desde la visión de las políticas públicas de carácter social, interesan aquellos colectivos que ocupan un espacio físico y poseen una estructura administrativa que los define como barrio, aldea, pueblo, municipio, comarca, etc.; realidades complejas e interconectadas que, a su vez, contienen grupos muy diversos, a los que es posible clasificar desde los sólidamente estructurados, que responden a las pautas más o menos establecidas de asociacionismo tradicional (etnias, iglesias, asociaciones de vecinos, movimientos, coordinadoras, entidades, sindicatos, partidos políticos, asociaciones empresariales, agrupaciones sociales, benéficas, culturales, etc.), hasta los grupos informales que reflejan afinidad de intereses (aficiones, deportes, etc.). Obviamente, no todos los sujetos se relacionan o comunican de igual forma, no todos se integran en los mismos grupos, de la misma manera que no todas las personas participan en la vida comunitaria con igual intensidad: algunos lo hacen activamente,
24 Ander-Egg 1987:43.
otros no se implican en absoluto; existen personas que se oponen o enfrentan abiertamente al resto de ciudadanos, mientras que algunos individuos se incorporan a agrupaciones organizadas expresamente para la resolución de problemas comunitarios. Con esta perspectiva espacial, la comunidad representa al grupo humano que vive en un área geográfica específica donde sus componentes articulan una pluralidad de relaciones para el acometimiento de las funciones de producción, de gobierno, de educación, de asistencia y de recreo. En la medida en que es capaz de mantener un grado de autonomía, que permite considerarla como segmento social con sus propias redes de interrelación y de comunicación, se la considera como grupo social. Para que exista sociedad local, deben darse al menos dos condiciones: una de naturaleza socioeconómica y otra de naturaleza cultural. Buscando el modo de articular políticas sociales de cohesión nos interesa centrarnos en esta segunda condición que hace referencia a la manera en que un conjunto humano perteneciente a un territorio se identifica con su historia y muestra rasgos culturales comunes expresados en una identidad colectiva. A partir de aquí, llegaremos a otra idea: la organización de la comunidad para el desarrollo local es un proceso que busca suscitar grupos funcionales de ciudadanos capaces de ser los agentes activos y responsables de su propio progreso, usando
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para ello como medios culturales: la investigación en común de los problemas locales; el planeamiento y la ejecución por sí mismos de las soluciones que antes convinieron; y la coordinación voluntaria con los demás grupos y con las autoridades oficiales de modo que se obtenga el bienestar total de la comunidad.
Entre las primeras tareas para articular políticas públicas que pretendan fomentar la cohesión social y ser acordes a las necesidades sociales, estará la identificación y caracterización de todos los actores que integran esa comunidad.
En ese marco, actor local es todo aquel individuo, grupo u organización que desempeña roles en la sociedad local. Hay actores locales que deben ser identificados y evaluados en función del poder que detentan, sea por riqueza, ubicación política, prestigio o conocimiento, o debido a su inserción en la malla de organizaciones sociales, de tal modo que en cada comunidad cabe encontrar:
1.4.2. Comunidad y cultura
/ Actores político-institucionales: el gobierno local, las empresas públicas, las agencias del gobierno central, regional y provincial. / Actores de mercado: la microempresa y el artesanado, la pequeña y mediana empresa, la gran empresa, los trabajadores. / Actores sociales: las comisiones vecinales, las organizaciones de voluntarios, las iglesias, los comités políticos, las organizaciones no gubernamentales, las personas. La cultura, la identidad e incluso el grado de cohesión social de cada comunidad vendrán determinados por las características de la relación que se establezca entre estos actores.
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De esta manera, se puede llegar a concebir una comunidad como un conjunto de personas que establecen relaciones entre ellas, con la materia, con el medio en el que habitan y con lo sobrenatural. Estas relaciones pueden adoptar diversos objetivos: sentimentales, laborales, de organización, festivos, solidarios…; y presentar distintos caracteres: comerciales, de cooperación, de amistad o de enfrentamiento. Sean como sean, todas se despliegan en un espacio concreto (el territorio que ocupa la comunidad) y tienen un devenir en el tiempo (la historia de la comunidad). Los resultados de esas relaciones peculiares que cada comunidad mantiene en un tiempo y lugar determinado es lo que se denomina cultura. De manera que podríamos definir la cultura como el conjunto de conductas, hechos sociales y acciones humanas, hábitos y actividades, pensamientos, creencias, valores y significados, saberes, manifestaciones, objetos y experiencias que vive cada persona individualmente, y la comunidad entera, al entrar los sujetos en relación con su medio a través del trabajo, al relacionarse con la naturaleza,
con la materia por medio de la técnica y las artes, al contactar con otros seres humanos genéricos, provocando roles sociales, costumbres y ética, incluyendo las relaciones entre el hombre y la mujer (sexualidad y amor), entre el ser humano y su ser (toma de conciencia), entre el sujeto y su medio, y entre las personas y Dios.25 Cualquier experiencia cultural tiene lugar en un intervalo temporal con tres momentos. Un momento que ya pasó, al que se puede acceder por el recuerdo o la memoria. El tiempo en que la comunidad existe, el presente, en el que actualmente se encuentra; influido por el pasado y gestador del futuro. Y un tiempo por llegar, en el que se idea la comunidad como imaginario utópico y cuyo devenir se planifica estratégicamente con el afán de mejorar las condiciones de vida locales. En este sentido, la dimensión histórica de la comunidad se concreta en la cultura local, mezcla de tradición y creación que singulariza a cada grupo: en parte se hereda, en parte se construye y en parte se planea. Todo aquello que durante ese devenir histórico el ser humano va creando, diseñando, produciendo… se manifiesta como cultura. Por eso cabe afirmar que el complejo fenómeno social de la cultura tiene una dimensión histórica, temporal, que perpetúa a la comunidad en el tiempo.26
25 Ander-Egg 1981:12 ss.; Quintana Cabanas et al. 1986:20; Armengol i Siscares 1987:33-40; Viché 1989:27; Cembranos, Montesinos y Bustelo 1989:13; Hernández 1990:137. 26 Quintana Cabanas 1980:82.
1.5. Identidad e identidades en la comunidad 1.5.1. Identidad cultural Luego, se podría afirmar que la identidad surge como resultado del proceso de desarrollo, en la medida en que cada comunidad, al evolucionar en el tiempo, va generando costumbres, leyes, productos que forman su cultura; y, a la vez, descubrimos que la cultura hace posible el desarrollo.27 Así, identidad cultural sería la forma de ser solidaria y comprometida, diferente y singular de cada comunidad para lograr la unidad amplia a partir de la convergencia de diferencias individuales.28 Esto es así porque cada comunidad ha asimilado una serie de experiencias que ha traducido después en convicciones globales, universo simbólico, conjunto de ideas, mitos, tradiciones, creencias que no solo se aceptan en el subconsciente colectivo, sino que alcanzan a ser el marco o el horizonte donde se interpreta cualquier acontecimiento, sea personal o comunitario. Es decir, cada comunidad dispone de unos modelos particulares de interpretar todos los hechos de la vida, de juzgar los acontecimientos, de formular principios… Las sociedades locales existen en territorios cargados de huellas del pasado. El espacio no es neutro, expresa
27 Barrena Sánchez 1980:91. 28 UNESCO 1990:249.
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la historia de los seres humanos, sus conflictos y sus sistemas de vida, sus trabajos y sus creencias. La memoria colectiva otorga un sentido a la relación entre pasado, presente y proyecto, y expresa así los contenidos profundos de la identidad colectiva. La vuelta al pasado por la memoria que permite reconocerse en una historia es una condición de la acción. No se trata de reconocer huellas, sino de reconocerse en esas huellas. Pero esto no basta, una comunidad es un ser vivo que debe orientarse al futuro. Es posible comprender las razones por las que se mira con escepticismo el axioma de priorizar de manera automática la cultura heredada si la pregunta se encara desde el punto de vista de quién opta y por qué se opta. Nacer en un ambiente cultural determinado de ninguna manera implica un ejercicio de libertad, más bien al contrario. Se trata de una situación que solo se puede asociar con la libertad cultural si se tiene la posibilidad de seguir viviendo en los términos de esa cultura y si al hacerlo se dispone, además, de la oportunidad de optar por otras alternativas. La libertad no se puede disociar de la oportunidad de elegir o, al menos, de poder considerar la forma de ejercer una opción si esta estuviera disponible. ¿Cómo invocar el peso normativo de la libertad si las personas no están en condiciones de considerar realmente una opción diferente, sea esta real o potencial? Cada individuo suele identificarse con muchos grupos distintos mediante diversos grados de afiliación en la
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medida en que, dentro de la gama de afiliaciones que un sujeto realmente puede reivindicar, se puede elegir la prioridad que se le dará a una u otra ante una situación determinada. En este espacio de las afiliaciones es donde los valores de las personas se tornan decisivos. La libertad de escoger no solo es importante para el individuo que escoge, también puede serlo para los demás si la responsabilidad que implica la elección se dimensiona de manera adecuada. La afirmación de la identidad local se basa en ese reconocerse, libremente, en una historia colectiva. Todos los componentes de esa identidad se explican solamente si se percibe la existencia de una historia viviente (pasada, presente y futura) a la que cada uno de los habitantes de la sociedad local puede afiliarse. Ahora bien, desde un enfoque de desarrollo local, este reconocerse en la historia no tiene sentido si es para quedarse en una mirada nostálgica del pasado. Solo adquiere toda su potencialidad cuando la fuerza de esa carga histórica provoca interrogantes sobre el pasado y sobre el proyecto de futuro. La identidad se convierte en palanca del desarrollo cuando cada individuo lleva a descubrir la posibilidad de actuar y tiene la oportunidad de elegir libremente su identidad. Pero, además, este descubrimiento solo es real, solo genera realizaciones, cuando el individuo o el grupo que actúa se reconocen a sí mismos como capaces de aportar algo a su comunidad, de cambiar, de transformar su realidad.
1.5.2. Identidad y creación cultural Cuando las personas eligen afiliarse a la identidad común porque se reconocen en ella y tienen aportes positivos que hacer para la mejora de su comunidad, se genera desarrollo. Se propician, entonces, situaciones en las que el ser humano, unido a otros individuos, intenta optimizar sus condiciones de vida, generando respuestas a sus necesidades y deseos,29 dando soluciones originales y creativas a los problemas que su medio le plantea.30 Eso es lo que se denomina creación cultural. Como tal, es un proceso por el que la comunidad asume y conoce la cultura del pasado, pero se diseña para el futuro. Va buscando respuestas comprometidas y adaptadas a los conflictos que tiene planteados31 en su seno. De este modo, podemos afirmar que los procesos de constitución de identidad que se vuelven motores del desarrollo tienen algunas características bien precisas:
Marcan la diferencia y la especificidad, para situarse en la relación con otras diferencias y otras especificidades. En ciertas situaciones, los agrupamientos humanos locales no han generado procesos identitarios que autoricen a hablar de identidad colectiva local. En otras, ha habido un deterioro de los tejidos sociales originales que han conducido a un debilitamiento o la casi desaparición de los referentes identitarios. En tales casos, estamos ante grupos humanos que habitan un territorio pero que difícilmente pueden ser llamados comunidades locales. Les falta un ingrediente esencial: su propio reconocimiento y el reconocimiento de los demás; carecen de identidad.
1.5.3. Los elementos que definen la identidad de una comunidad
Se desarrollan en una realidad cultural donde se valoran la innovación, el trabajo y la producción.
Actuando, y en esto consisten las políticas públicas, sobre los elementos primarios que toda cultura tiende a institucionalizar y que determinan su identidad como comunidad, se acelera o demora el proceso de cambio social que implica el desarrollo.32 De manera que para fundamentar conceptualmente esas políticas, es necesario concretar estos elementos:
29 Ander-Egg 1981:16. 30 Viché 1989:27. 31 Froure Quintas y Sánchez Castaño 1990:41.
32 Sancho Hazak 1976:104.
Reúnen el pasado, el presente y el proyecto en una única realidad interiorizada por el conjunto de los miembros de la sociedad.
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(i) Materiales. Todos los objetos, en su estado natural o transformados por el trabajo humano, que un grupo esté en condiciones de aprovechar en un momento dado de su devenir histórico: tierra, materias primas, fuentes de energía, herramientas, utensilios, productos naturales y manufacturados, etc. La cultura material está constituida por el conjunto de bienes tangibles que son creados, producidos o anhelados porque tienen significados particulares (y a partir de ello su valor) para un grupo humano determinado. Los elementos materiales de la cultura deben ser vistos en su contexto porque los habitantes de cada localidad, cada región, cada país tienen sus propios significados para las cosas y bienes materiales de su ambiente que constituyen su cultura material. (ii) De organización. Todas las modalidades de relación social sistematizadas mediante las cuales se hace posible la participación de los miembros del grupo, cuya intervención es necesaria para cumplir la acción: normas, reglas y leyes. Se proponen como un estándar de comportamiento compartido por un grupo social, estándar al que se espera que sus miembros adapten su quehacer por el significado que tiene para ordenar sus vidas cotidianas. Se manifiestan arraigadas en hábitos, costumbres y tradiciones y, a veces,
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recogidas por escrito. Varían entre culturas y, en gran medida, en el seno de cada grupo. Muchas veces se cumplen de forma casi irreflexiva, inconscientemente; no se cuestionan porque muchas veces no se conocen de modo explícito, son como una segunda naturaleza. La trasgresión de las normas, sin embargo, se hace evidente de forma inmediata y generalmente está sancionada por el control social. Se colocan siempre en el plano de lo que debería hacerse, dando base a la ética y la moral de cada grupo humano. Las normas, reglas y leyes no hacen otra cosa que expresar los valores de un grupo humano respecto del comportamiento esperado. Por este motivo, incluiríamos en este apartado el grupo de políticas públicas sociales, en cuanto forma de organización y gobierno comunitario. (iii) De conocimiento. Experiencias asimiladas y sistematizadas que se elaboran, se acumulan y se trasmiten de generación en generación y en el marco de las cuales incorporan nuevos conocimientos. Son las costumbres, pautas de comportamientos socialmente adquiridas, altamente significativas para quienes las comparten o conocen, apoyadas por la tradición y generalmente exhibidas por miembros del grupo social. Se caracterizan
por ser actos voluntarios que no son sancionados negativamente cuando no son respetados. Es decir, las costumbres son formas de comportarse aprendidas socialmente y que son dichas, actuadas o mostradas públicamente en la vida cotidiana de las personas; no son reforzadas por el control social, más bien se asumen por socialización y uso repetido. (iv) Simbólicos. Diferentes códigos que permiten la comunicación necesaria entre los participantes en los diversos momentos de una acción. Entre los seres humanos, el código fundamental es el lenguaje. No existiría cultura sin lenguaje; el verbal en primer lugar, pero también otros sistemas de lenguaje no hablados o escritos, como la arquitectura, las vestimentas, los iconos o los gestos. Cada grupo social posee su propio lenguaje distintivo, desde los sectores socioeconómicos más bajos hasta los más altos en la escala social, dependiendo de la edad o del ámbito territorial donde esté instalada. Por medio del lenguaje conferimos sentido a nuestra existencia… Toda forma de relación, de comprensión o de entendimiento entre personas pertenece al dominio del lenguaje. La vida está llena de símbolos y de simbolismos, puesto que el ser humano es el único animal capaz de crearlos, de expresarse con ellos y de interpretarlos; es, en definitiva,
el único capaz de comunicarse y relacionarse a través del lenguaje. Símbolo es cualquier cosa —objeto, gesto, palabra— que representa o se pone en lugar de otra cosa con la que no tiene conexión intrínseca. Una vez más, aparece la importancia de los valores en este análisis: una bandera puede representar a ‘nación’, ‘fervor nacionalista’ o ‘lealtad’, según quién la interprete. Es decir, cada signo puede tener numerosos significados y diferente carga emotiva; de ahí la importancia del respeto a los símbolos de todas las identidades como vía para lograr la comunicación y, en consecuencia, la comunicación social. (v) Emotivos. También pueden llamarse subjetivos. Son las representaciones colectivas, creencias y valores integrados que motivan a la participación y/o la aceptación de las acciones: la subjetividad como un elemento cultural indispensable. Desde el punto de vista de la cultura, se conciben como aquello que proporciona significados que dan sentido a la vida cotidiana. Entre ello, los valores culturales son orientaciones intrapsíquicas que guían (pero no determinan) los significados con que los seres humanos establecen relaciones sociales entre sí. Atender a cada uno de estos factores y al conjunto de ellos es dar un sentido a la vida en común, proporcionar una
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motivación para la acción conjunta, en la medida en que procurar el bienestar social de la comunidad, y pretenderlo como bien común, es hacer cultura. De este modo: (…) resulta claro que la cultura no solo está vinculada a la manera de vivir sino que es un elemento que impregna la totalidad de la vida cotidiana.33
Se concibe como cultura consciente la decisión de cómo se quiere ser, qué formas se quieren tener, qué valores se quieren desarrollar, qué productos se quieren realizar y qué lenguaje o qué símbolos sirven para expresarse, para explicarse, para interpretarse, para entenderse, en definitiva, para relacionarse. La experiencia nos demuestra que, por ello, no cabe hablar de una cultura uniforme.
1.5.4. Diversidad cultural Cada comunidad encierra formas heterogéneas a lo largo del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para todos los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común
33 Ander-Egg 1981:16.
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de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.34 La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria.35 Todas las personas, grupos y comunidades tienen una manera específica de ver el mundo y comprenderlo, de interactuar con su entorno, de concebir los problemas y retos que afrontan y de responder a ellos, así como de asignar valor a sus recursos y reglas, por lo que se afirma que cada grupo social y comunidad tienen características específicas que los hacen ser diversos. Sin embargo, no es lo mismo hablar de diferencia que de diversidad. Si hablamos de diferencia, tenemos un punto obligado de referencia. Somos diferentes en algo específico. A menudo, este punto de referencia queda, por comparación, establecido para todos de acuerdo con los criterios de un grupo determinado; lo cual, en demasiadas ocasiones, es el arranque de actitudes y conductas que
34 En este sentido, en el capítulo 5, se recogen diferentes preceptos que han contribuido a la defensa y el reconocimiento de la diversidad cultural como un bien y un derecho inalienable de la humanidad. 35 UNESCO 2001.
terminan en marginación, dominación, discriminación o exclusión social. Cuando se usa el concepto diversidad, por el contrario, cada persona, cada grupo, cada comunidad necesita hablar de lo que es, de sus haberes, sus recursos, sus historias y proyectos, en suma, no se alude a la referencia, a la comparación, sino a la identidad. Porque lo diverso se define en relación consigo mismo y en relación con los otros, con los diferentes, con los que son distintos.
1.5.5. La necesaria relación entre identidades culturales Dentro de cada comunidad local, la identidad cultural puede ser presentada como respuesta de un grupo particular para mostrar a los demás su unidad y reafirmar los valores y costumbres que establecen su diferencia con el resto de miembros de su sociedad, por lo que cabe hablar de identidades particulares que se relacionan (de modo armónico o no) para dar forma a una peculiar identidad como comunidad. Esa relación entre identidades, cuando es positiva, ha dado en llamarse interculturalidad. La interculturalidad Al menos en el plano teórico, la interculturalidad se refiere a la interacción entre grupos humanos de distintas culturas, llevada a cabo de una forma respetuosa. En este sentido, se entiende que ningún grupo
cultural está por encima de otro, lo que favorece la cohesión social a través de la horizontalidad, la igualdad y la relación justa entre colectividades. En las dinámicas interculturales, se establece una comunicación basada en la apertura a la diversidad cultural y el aprecio al reconocimiento mutuo. Sin embargo, en la práctica no es un proceso exento de conflictos, más bien al contrario. La afirmación de la interculturalidad implica atender a otros dos procesos sociales que están conectados: inserción e integración. En la inserción, se asume la presencia física de las personas en un determinado espacio donde prevalece la cultura dominante o mayoritaria. En la integración, no solo se acepta a la persona con otra identidad cultural, sino que entra en juego una disposición a interactuar de manera intelectual, psicológica y cultural con el otro. Dado que no solo se da por aceptada la nueva cultura, sino que, además, hay disposición para conocerla, respetarla y aprender de ella en interacción mutua entre las mayorías y minorías culturales, se genera un proceso intercultural. La interculturalidad en un sentido amplio no se limita a la coexistencia, convivencia y tolerancia entre desiguales, sino que avanza hacia la construcción de una comunidad de ciudadanos: en medio de sus múltiples diferencias culturales e individuales, que dan una mayor riqueza al conjunto, estos ciudadanos se sienten iguales en cuanto a sus oportunidades, derechos y obligaciones básicas y, a la vez, son capaces de relacionarse entre
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todos de una manera constructiva y haciendo todos el esfuerzo de formar una comunidad. Uno de los modos fundamentales de realización de la interculturalidad en una sociedad plural y diversa es la democracia intercultural. Y es que el ejercicio complementario de distintas formas de democracia (directa y participativa, representativa y comunitaria), en el horizonte común de una sociedad compartida, constituye la garantía para el respeto por el otro no solamente en las normas y en las instituciones formales, sino en la cultura política misma. En sociedades multiculturales que conjugan elementos de ciudadanía universal con elementos de ciudadanía diferenciada, parece más plausible lograr la ampliación del pacto social; en conclusión, crecer como comunidad cohesionada. Desde esta perspectiva, una comunidad de ciudadanos supone: / La aceptación de distintas identidades (étnicas, religiosas, nacionales, sexuales, entre otras) en un plano de igualdad como requisito para que estas desarrollen sus proyectos individual y colectivamente. / Que las diversas identidades reconozcan la cultura ciudadana, lo que implica el respeto de los otros distintos y de su funcionamiento como identidades particulares. / Que cada grupo reconozca a los otros como ciudadanos con iguales derechos y
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obligaciones, con los cuales, en conjunto, debe construir un nosotros. Para lograr esa comunidad de ciudadanos intercultural, el enfoque tiene tres etapas: / Negociación: es la simbiosis entre las diversas culturas que permite alcanzar compresiones y avenencias necesarias para evitar la confrontación y construir un bien común. / Penetración: salirse del lugar de uno, para tomar el punto de vista del otro, esto es, aprender a desplegar la empatía como forma de relación. / Descentralización: perspectiva para alejarse de uno mismo, a través de una reflexión de sí mismo, para acercarse al otro, al diferente. Vista así, la interculturalidad se apoya en el contacto, interacción o comunicación positiva y constructiva entre grupos humanos de diferentes culturas; en definitiva, en la cohesión social. No obstante, y de ahí la dificultad de la praxis política, generalmente se despliega en contextos problemáticos: / de comunicación deficiente (por desconocimiento de la cultura del otro); / de discriminación a grupos étnicos o raciales diversos, por fallos en la implementación de acciones de igualdad y equidad; / con relaciones usualmente asimétricas entre grupos étnicos o culturales distintos;
/ con dificultades para el acceso a la información o la formación, etc. Comunicación intercultural y reconocimiento del otro Una posible clave para la resolución de estos conflictos puede estar en el tipo de relación que se debe buscar entre los grupos. Y es que la interculturalidad es una modalidad de comunicación en la medida en que describe una relación que, buena o mala, se produce entre culturas que se están comunicando por necesidad de una o de ambas partes; estaríamos ante lo que algunos han denominado como mundos culturales en contacto. En este sentido, la comunicación intercultural se despliega en la convivencia, o, dicho de otro modo, es el grado de comunidad de vida compartido por agentes de grupos identitarios distintos, pero que, por una u otra razón, se encuentran comunicándose en un momento dado. En consecuencia, estableceríamos que la interculturalidad se origina cuando un grupo comienza a entender (comunicar, compartir) el sentido que tienen las cosas y objetos para los otros. Descubrir al otro será difícil, quizás no totalmente posible, si no se dan las condiciones para que vaya operando el descubrimiento progresivo. Este descubrimiento es individual o compromete a cada individuo, pero está determinado social y culturalmente. Emprenderlo de modo equilibrado equivale a superar los riesgos de negarse a sí mismo por el otro y de someter a los otros a uno mismo.
De manera que una actitud comprensiva o de genuino interés por comprender la cultura del otro debería proporcionar unas pautas de eficiencia para mejorar las habilidades en las situaciones multiculturales. La comunicación intercultural en estos términos es una forma de desarrollo personal, sitúa al sujeto en posición de mejorar su calidad humana como persona, porque ensancha su horizonte cultural y le permite una más amplia posibilidad de ser creativo y experimental a partir de la cultura propia, y desarrolla la capacidad de asombro y reorientación de uno mismo. Por su parte, plantearnos la integración de las diversas culturas existentes en una comunidad para alcanzar la cohesión social requiere una reflexión, aunque sea breve, sobre esas diversas identidades revisando otros dos conceptos: intraculturalidad y multiculturalidad. Intraculturalidad El primero de estos términos explica la vitalización de los elementos culturales propios, dirigidos a fortalecer la identidad cultural y devolver el valor legítimo que corresponde a cada cultura y a cada cosmovisión presentes en una comunidad. Esta es la base para un auténtico diálogo de saberes en igualdad de condiciones. Por ejemplo, si no se reconocen los conocimientos indígenas originarios al mismo nivel científico que los conocimientos procedentes de la globalización, no se lograrán las
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relaciones culturales que se espera con la transformación social.
destacar la identidad cultural de cada grupo que existe en la comunidad.
En la práctica, no es una cuestión fácil; con frecuencia es posible encontrar una visión negativa de la intraculturalidad, al contemplarla como la sobrevaloración de la manera de ser de un pueblo en desmedro de otro.36
Finalmente, no podemos obviar aquí que existen grupos muy fuertemente cohesionados por su intraculturalidad que difícilmente entran en interacción positiva y constructiva con otros grupos identitarios; en el seno de su comunidad, se aíslan o automarginan, y ello puede llegar a desencadenar conflictos sociales, por lo que la solución por la vía de la integración de intraculturas se antoja, al menos, costosa, pero, sin duda, imprescindible.
De la misma manera que cabe también contemplar el concepto en una óptica positiva: la intraculturalidad como potenciación de la identidad cultural en el seno de cada grupo. Obviamente, esta es la opción que aquí nos interesa. Una comunidad aspira a conseguir su bien común al materializar, en convivencia solidaria, su proyecto de mejora para el presente y para el futuro. Ese bien común se identifica, en cierta medida, con la cultura propia, con el espíritu que define a dicha comunidad. Desde esta postura, se puede decir que los resultados o concreciones del desarrollo local generado en el seno de cada grupo son productos intraculturales. La intraculturalidad personaliza cada experiencia de desarrollo local, al tratar de recuperar, resaltar y
36 A modo de ejemplo, traemos aquí una referencia a la intraculturalidad en la realidad boliviana: «(…) es un concepto que pone énfasis en el desarrollo de lo particular y un ejemplo claro de la intraculturalidad es la ley Avelino Siñani o el criterio de decir que los indígenas son los buenos y el resto son malos. Esta sobrevaloración de lo indígena va en desmedro del otro sector, es intraculturalidad y no interculturalidad. Eso es retroceder». Yapura y Padilla 2007:106.
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Multiculturalidad En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas. Políticas públicas que favorecen la interculturalidad, la inclusión y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Establecido de esta manera, el reconocimiento del pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública común. Quizás una de las elaboraciones más agudas sobre el multiculturalismo sea la que plantea Peter McLaren cuando apunta que:
(…) el multiculturalismo significa una aceptación cultural del riesgo que implican la complejidad de las relaciones entre las distintas culturas, explorando la identidad de cada una de ellas dentro de un contexto de poder, discurso y experiencia.37
La ideología multiculturalista que supone entender la diversidad como pluralismo no está exenta de controversias. El debate sobre el multiculturalismo asume necesariamente la relación entre identidad étnica y cultura. Se argumenta que la cuestión deseable es una sociedad multicultural plenamente asumida y enraizada, mientras que los hechos demuestran que la sociedad multiétnica con un profundo desarrollo en las prácticas culturales dista bastante de la realidad a pesar de los recientes avances habidos en muchas democracias. El multiculturalismo ha generado profundas discusiones sobre cuestiones relacionadas con el significado de la diferencia y la diversidad, sobre la identidad de los grupos culturales mayoritarios y minoritarios, aderezado todo ello con la referencia constante a la condición posmoderna. Algunas de estas propuestas se plantean la multiculturalidad como un reto, ya que tienen una concepción dinámica y cambiante de la variedad cultural que se manifiesta en los distintos grupos que participan en el entramado social. También perciben la realidad social multicultural y plural como un signo
37 McLaren 1995:111.
de enriquecimiento y como un hecho deseable que puede potenciar el marco de relaciones. La multiculturalidad, en sus últimas y más comprometidas concepciones, hace especial mención de las necesidades de los grupos marginados, excluidos en muchas ocasiones no solo por razones de su grupo étnico, sino también por razones de clase y género. Haciendo un análisis de los comportamientos predominantes en relación con la cultura, y tratando de buscar cuáles son las principales estrategias, se han promovido modelos de desarrollo cultural que destacan los siguientes aspectos: a) Comprensión cultural: ser más sensible a las diferencias étnicas presentes en cualquier situación. b) Competencia cultural: para demostrar competencia en el lenguaje y en la cultura de grupos distintos. c) Emancipación cultural: la incorporación o inclusión de la cultura minoritaria como posibilidad de influir de forma positiva en la sociedad. Sea cual sea la tendencia multicultural que se siga, puede concluirse que el fortalecimiento de la democracia se sustenta sobre la base de respeto por la diversidad cultural. Como medio idóneo para ello, se percibe la necesidad de instaurar el diálogo a fin de resolver las diferencias con los demás. Dialogar —en definitiva,
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comunicarse— supone estar en un mismo nivel de tolerancia, respeto y, sobre todo, igualdad. No puede haber diálogo entre un superior y un inferior. La construcción social de una cultura de la democracia en la que impere la tolerancia tiene que inspirarse en un proyecto político que exprese los pluralismos y multiculturalismos que existen en la sociedad, y en la reformulación de una ética que no sea la de la dominación, el consumismo, la competencia y la acumulación. Volvemos, de esta manera, a encontrar la noción de libertad cultural, en la medida en que se reconoce que las diversas culturas tienen una dignidad y un valor que apelan ser conservados y respetados. Y, a pesar de ello, este principio parece chocar frontalmente con el hecho de que en la era de la globalización las minorías culturales están siendo agredidas hasta tal punto que muchas están en proceso de extinción. Por ello, y en un plano axiológico, en el terreno de los valores, es necesario defender un multiculturalismo abierto y dialogante. Desde esta perspectiva, se entiende que cada cultura tiene derecho a expresar sus propios valores ante los demás, nunca contra los demás. Una sociedad democrática tendría que fundarse sobre el reconocimiento y legitimidad de la pluralidad, y no sobre los valores únicos y tradicionales configurados desde la base de una racionalidad que proscribe, censura o excluye otras subculturas. Se convierte así en una sociedad pluralista a través de un acto político que institucionaliza el reconocimiento de las múltiples
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subculturas. Una sociedad que se reconoce como heterogénea, en la que la diferencia, las otras racionalidades, cosmovisiones y la identidad de cada grupo social forman parte de los valores de la comunidad de ciudadanos. Para ello, se hace necesario formular para la sociedad una ética de la diferencia y de la pluralidad que sirva de inspiración a las políticas públicas. Ahora bien, reconocer la diferencia es reconocer la tolerancia como la fórmula que permite a los individuos acercarse sensiblemente a la esfera cotidiana del otro.
1.6. Alcanzar la identificación con la comunidad como condición para el desarrollo local y territorial Queda otra vez de manifiesto que, en la medida en que avancemos hacia una comunidad capaz de integrar las múltiples y diversas identidades que encierra en una misma identidad como comunidad de ciudadanos, alcanzaremos mayores cotas de cohesión social, y, por tanto, mejores condiciones para llegar a un desarrollo territorial participativo. Conseguir dar respuesta, desde la comunidad, a la demanda social planteada en su seno solo es posible desde políticas públicas activas que propicien la participación efectiva de los individuos y los grupos sociales que la integran. Participar en la comunidad significa optimizar los recursos humanos en cuanto actores comunitarios, como elementos vivos con identidad propia para convertirlos en seres capaces de resolver
sus problemas específicos y coadyuvar a la solución de problemas de otros. En suma, el reto está en transformar a las personas para convertirlas en actores con autonomía.
la cuna, la raíz de donde procede una persona, un grupo, un pueblo o nación. En algunas comunidades desplazadas o entre colectivos emigrantes, este de donde procede la gente puede ser ya un escollo para la inclusión y la integración social.
1.6.1. El sentimiento de comunidad como reconocimiento y asunción de la identidad local
Por su parte, y añadiendo un grado más en este sentido, pertenencia es la relación que tiene una cosa con quien tiene derecho a ella. El concepto, por lo tanto, se utiliza para nombrar aquello que es propiedad de una persona determinada. En el ámbito social, la pertenencia es la circunstancia de formar parte de un grupo, una comunidad u otro tipo de conjunto humano.
Si convenimos que los individuos y los grupos intervienen en la vida comunitaria cuando se identifican con la comunidad, cuando tienen el conocimiento y la significación emocional y afectiva de que pertenecen a esa comunidad, parece oportuno detenernos ahora a reflexionar sobre la relación entre los conceptos de identidad y pertenencia. Se puede establecer una gradación entre ‘ser de’ (sentido de procedencia), ‘sentirse de’ (sentido de pertenencia) y ‘ser fiel’, ‘ser leal’, ‘amar a’ (sentimiento de comunidad) un país, un territorio, una cultura, una ciudad. El significado de sentido vincula el concepto con el proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se produce a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, o la situación del propio cuerpo. Es una forma de entendimiento o razón que permite el discernimiento o la orientación de las conductas o los actos. De este modo, la procedencia da sentido a la existencia humana en la medida en que explica o da cuenta del origen,
Con esta perspectiva, un grupo de pertenencia es el grupo social al que se adscribe un individuo, y la expresión sentido de pertenencia explica la sensación que una persona tiene al experimentar que es parte integrante de un grupo. El sujeto, de este modo, se siente vinculado, conectado, al resto de integrantes de su grupo, a quienes entiende como pares. Esa conectividad, que propicia la cohesión social en el seno de grupos y comunidades, supone que el ser humano desarrolla una actitud consciente respecto a otras personas, en quienes se ve reflejado por identificarse con sus valores y costumbres. En consecuencia, si la sensación es satisfactoria confiere una conducta activa; de tal modo que el individuo puede llegar a manifestar su adhesión, apoyo o inclusión a la comunidad. En la relación entre una persona y su país, su
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región o su ciudad, el lugar de nacimiento (procedencia) sumado a la crianza y la educación en ese determinado territorio, genera un sentido de pertenencia que lleva al sujeto a identificarse con sus compatriotas o vecinos. Todo ser humano tiene la necesidad de contar con raíces. De hecho, el desarraigo puede ser uno de los causantes de ciertas conductas asociales o antisociales que generan discriminación o exclusión social. Pero, además, y se ha apuntado ya, casi la totalidad de la vida moral, intelectual y espiritual de una persona se alcanza a través de los entornos de los que se ha sentido parte a lo largo de la vida: familia, grupos, barrio, ciudad, región. Este sentimiento de pertenencia, mucho más allá del mero hecho de integrar un grupo, implica toda una identificación personal. De hecho, cuanto mayor es la identificación, mayor es, también, la tendencia a adoptar los patrones característicos del grupo. Dicho de otro modo, el sentido de pertenencia es una increíble fuerza cohesiva capaz de facilitar que unos seres humanos coincidan con otros propiciando su inclusión en los mismos grupos, lo que da respuesta a una de las necesidades más esenciales del ser humano: reconocimiento e identidad. Desde un punto de vista psicológico, en el sentido de pertenencia a la comunidad, cada individuo experimenta subjetivamente su participación en una colectividad mayor al incorporarse a una red de relaciones de apoyo mutuo en la que puede confiar. Los elementos que moldean esta valoración personal son
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la percepción de similitud con otros, el reconocimiento de la interdependencia con los demás, el sentimiento de que uno es parte de una estructura más amplia, estable y fiable, y la voluntad de mantener esa interdependencia dando o haciendo por otros lo que uno espera de ellos (ayuda mutua que inspira la participación como cooperación). Pueden observarse diferentes grados en la experimentación de este afecto: desde la mera constatación de que uno pertenece a ese colectivo con el que se identifica (sentido de pertenencia) hasta el entusiasmo sensible por la propia ciudad, región o nación. A este valor afectivo, inspirado en el amor fraternal que se siente hacia los miembros de la propia comunidad, se le da el nombre de sentimiento de comunidad. En el desarrollo local, corresponde a una disposición del ánimo que moviliza a cada individuo, que mueve a la acción. En primer lugar, porque los miembros de la comunidad que se identifican afectivamente como grupo otorgan un valor positivo al hecho de ser de una localidad atractiva, interesante, acogedora, segura y con una continuidad histórica. Y, en segundo término, porque estar identificados por y con la misma cultura es un elemento de cohesión, de unión: las personas encuentran en su medio local una base de seguridad y confianza, un motivo de orgullo individual y colectivo. Cada individuo, cada miembro de cada uno de los grupos que integran la comunidad, tiene una especie de conciencia del todo, una visión global de su comunidad, de su comarca, de su pueblo, de su barrio, de
su historia, de sus problemas; es poseedor de una identidad común que le convierte en depositario de una fuerte voluntad de perpetuación. Esta es la argumentación que lleva a concluir que sentirse comunidad a partir de la asunción afectiva de la propia identidad cultural, entendida y compartida como bien común, es lo que orientará el cambio comunitario. De este modo, el sentimiento de comunidad aparece como un afecto complejo integrado por cuatro elementos, que en ciertos aspectos nos recuerdan a los mencionados componentes de la cohesión social: / El sentido de implicación personal en la comunidad tiene atributos esenciales, tales como la pertenencia o la seguridad emocional. La membresía (condición de miembro que ostenta cada ciudadano) abarca la historia, la identidad social, el compromiso, los símbolos comunes, la seguridad, el apoyo emocional, la inversión personal, los derechos y deberes, las gratificaciones y los límites contenidos en la propia identidad. / Entre los miembros y la comunidad se experimentan dinámicas de intercambio recíproco de poder, de ayuda, de relación; es decir, mediante la convivencia, unos individuos influyen en los otros. La influencia, en un contexto de relación en el que se comparte sentimiento de comunidad, hace referencia a la capacidad de inducir a actuar de determinada manera. Debe ejercerse en el sentido positivo de compartir, intercambiar, colaborar, ayudar…, no en el aspecto negativo de la manipulación.
/ Sentirse miembro activo de una comunidad, estar identificado con su cultura identitaria, influir y dejarse influir por otros miembros son actos que abren la posibilidad de compartir valores y recursos con el objetivo de satisfacción de las necesidades individuales entre los integrantes de una comunidad. La integración y la satisfacción de necesidades se presentan como beneficios que un individuo puede recibir al formar parte de una comunidad, como, por ejemplo, estatus, popularidad, respeto, ayuda material o psicológica, etc. / Un tipo especial de conexión emocional compartida se establece entre los miembros de una comunidad animada por un sentimiento de pertenencia positivo. Se trata de un vínculo basado en las experiencias compartidas que termina por convertirse en un factor esencial para el mantenimiento de comunidades sólidas. Experiencias compartidas que se alimentan en el compromiso y los lazos emocionales: el conocer a los individuos, el colaborar, el mantener relaciones estrechas y efectivas, el saber que se cuenta con los demás en momentos de alegría y de tristeza generan vínculos que se fundamentan en la afectividad.
1.6.2. El fomento de un sentimiento de comunidad positivo conduce a la cohesión social Afectividad es el conjunto de sentimientos y emociones que experimentan las personas. Un sentimiento es un estado
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del ánimo que se produce por causas que impresionan —ya sean alegres y felices, o dolorosas y tristes—, se vinculan a la dinámica cerebral y determinan el modo en que una persona reacciona ante distintos eventos, fenómenos o circunstancias, y, en consecuencia, el modo en que se comporta. En otras palabras, los sentimientos aparecen como impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo y determinan el estado de ánimo de las personas. Cuando los sentimientos son sanos, el estado anímico alcanza la felicidad y la dinámica cerebral fluye con normalidad. De lo contrario, el estado anímico no está en equilibrio y pueden surgir trastornos. Los cambios en las cargas emocionales determinan las características de los sentimientos. Las emociones pueden ser breves pero generar sentimientos que se mantienen durante extensos períodos de tiempo. Se muestran como reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos ambientales o de uno mismo.38
38 Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas, guían respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria. Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del sistema nervioso autónomo o vegetativo y la del sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
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La complejidad con la que se expresan las emociones, ya sean positivas o negativas, hace pensar que forman procesos multidimensionales, en los que destacan dos componentes bien diferenciados: uno cualitativo, que se expresa mediante la palabra que utilizamos para describir la emoción (amor, amistad, temor, inseguridad, etc.) y que determina su signo positivo o negativo; y otro cuantitativo, expresado con palabras de magnitud (poco, bastante, mucho, grande, algo, etc.). La complejidad y la variedad de combinaciones para su expresión nos remiten nuevamente a considerar la subjetividad de todos estos fenómenos, sentimientos y situaciones.
1.6.3. El sentimiento de comunidad como afecto o como pasión Por lo general, se identifica el afecto con la emoción, pero, en realidad, son fenómenos muy distintos, aunque, sin duda, conectados. Mientras que la emoción es una respuesta individual interna que informa de las probabilidades de supervivencia que ofrece cada situación, el afecto es un proceso de interacción social entre dos o más organismos.
Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones e ideas, y nos alejan de otros. Las emociones actúan también como depósito de influencias innatas y aprendidas, y poseen ciertas características invariables y otras que muestran cierta diferenciación entre individuos, grupos y culturas.
Del uso que hacemos de la palabra afecto en la vida cotidiana, se puede inferir que es ‘algo que puede darse a otro’. Decimos que «damos afecto» o que «recibimos afecto», es decir, que se puede proporcionar y obtener. Por el contrario, las emociones ni se dan ni se quitan, solo se experimentan en uno mismo. Las emociones describen y valoran el estado de bienestar en el que nos encontramos. Así pues, parece que una diferencia fundamental entre emoción y afecto es que la primera se produce dentro del organismo, mientras que el segundo fluye y se traslada de una persona a otra. Cuidar, ayudar, comprender a otra persona no puede realizarse sin esfuerzo, aunque muchas veces esa carga o su coste sea imperceptible porque se entrega con gusto. Posicionados en quien recibe el afecto, a veces este se torna como una necesidad. Un individuo social no puede obtener por sí mismo todos los recursos que necesita para sobrevivir. Para ello, necesita la ayuda y la colaboración de sus congéneres. El hecho social es, pues, el resultado de la necesidad del otro para la supervivencia o, lo que es lo mismo, de la dependencia de los demás para obtener los recursos necesarios para sobrevivir. La cooperación social, basada en el afecto, constituye una necesidad para todas aquellas especies que denominamos sociales, de forma fundamental para la especie humana. Decíamos más arriba que, para mantener la estructura social, la especie humana
se dota de normas, valores, rituales y señales afectivas; en definitiva, de cultura. Las señales afectivas, en particular, se expresan en un amplio repertorio de conductas estereotipadas, genética y culturalmente, cuya función es garantizar la disposición de quien las emite con respecto al receptor. La sonrisa, el saludo cordial, las señales de aceptación, las promesas de apoyo, etc., sirven para comprometer a quien las emite y constituyen una fuente de afecto potencial para el receptor. Igualmente, estas señales incentivan la reciprocidad en el intercambio afectivo, puesto que el receptor experimenta una obligación para compensar el afecto recibido. Claramente, se manifiesta aquí el modo en que este afecto inspira acciones tan necesarias para el desarrollo local como la ayuda mutua, la cooperación, la solidaridad y, por tanto, la participación. Pero ocurre en ocasiones que, como todo afecto, el sentimiento de comunidad puede desvirtuarse, alterarse o deformarse por el paso del tiempo, por la distancia o por un componente personal en el que intervienen otras percepciones. Es deseable la pasión que surge de un cuidadoso análisis del objeto amado, y desborda emocionalmente, luego de ser pensada, lo que quiere significar que, en esas actividades que se conocen muy bien, la persona centra todos sus afectos, su actividad y su esfuerzo. Son casos en los que un intenso contenido emocional hace elegir determinadas conductas y acciones como las más valoradas de la vida, y que, seguramente, objetivos y motivos podrán
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mantenerse durante mucho más tiempo o para siempre, pues la elección ha sido racional y con conocimiento de lo que se hacía. De suyo, sentir la comunidad con pasión no es malo, pero puede llegar a serlo si se convierte en un aspecto incontrolable, obsesivo, intolerante. La pasión es una conmoción sentimental muy intensa, desbordante, por otra persona, por uno mismo, por alguna actividad, deporte o idea, por la patria o por la identidad. El que siente pasión sufre un exceso afectivo tan grande que le impide razonar; simplemente, se deja llevar por esa emoción. Las ideas se desordenan, no se puede pensar y las decisiones se toman por impulsos.
1.6.4. Afectos desbordados El amor desmedido y pasional por la propia identidad que surge como impulso irrefrenable resulta casi siempre negativo. La exaltación de lo propio puede convertirse en un riesgo social, en hostilidad hacia los demás, en deseo de destrucción… Muchas veces se liga íntimamente a la frustración, al fracaso, a los diversos sentimientos de inferioridad. La afirmación de las identidades locales se traduce, entonces, en actitudes fuertemente conservadoras, opuestas a todo cambio que signifique poner en cuestión las costumbres, los hábitos adquiridos, los modos tradicionales de conducta. Es raro encontrar al mismo tiempo fidelidad tajante a lo más
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auténtico de las tradiciones y apertura a procesos de aprendizaje de nuevas pautas sociales y económicas. En ocasiones, la deformación del afecto se refiere a la memoria histórica de la comunidad: el pasado aparece desdibujado por procesos de memoria selectiva. O se recuerda el pasado con un aire nostálgico, añorando una forma de convivencia social y de desarrollo económico aparentemente muy superior a las formas presentes. Mirar solo hacia atrás impide toda proyección hacia delante. En el nivel de semejantes representaciones colectivas, el futuro ideal se percibe como una vuelta al pasado. Es necesario resucitar tal o cual empresa, recuperar una dinámica comercial, volver a ser un pequeño centro financiero. No es posible imaginar alternativas porque el campo de las representaciones mentales está totalmente invadido por lo que se tuvo y se perdió. Esta actitud generada por un sentimiento de comunidad negativo es perniciosa para emprender procesos de desarrollo local, pero no es la única; existen, además, otras formas sociales de entender la identidad cultural y la comunidad altamente negativas y limitadoras, perjudiciales para la cohesión social: el racismo, la xenofobia, el fanatismo, la humillación, la discriminación, la exclusión por razones de edad, sexo, religión o etnia… Incluso, puede llegar a darse una ausencia de sentimiento manifestada en actitudes apáticas, desconfiadas o recelosas, en conductas de desilusión y desinterés, hasta llegar a sentimientos de desarraigo, de desapego que conducen al individualismo, la inacción social y en los casos extremos, al conflicto social.
1.6.5. Educación del sentimiento de comunidad En la consolidación de sentimiento de comunidad positivo, la educación desempeña un rol destacado, ya que, cuando no existe esta identidad o cohesión interna, es imprescindible crearla. En estos casos, la comunidad o el grupo pueden, como punto de partida, recuperar su experiencia colectiva, su historia común; reconocer sus opiniones y percepciones sobre su propia realidad, sobre esa circunstancia o problema que les implica. En definitiva, buscar una identidad común, unos lazos capaces de integrar a toda la población en un proyecto conjunto. La búsqueda, reconstrucción o creación de la identidad local constituye la razón evidente de grupos y de individuos motivados por un deseo de situarse, de enraizarse en una sociedad sin rumbo o que se percibe como tal. Construir una identidad social y colectiva como elemento central de desarrollo local y contenido de una redefinición positiva y territorializada de las formas de regulación económica es configurar, en la comunidad, un sentimiento de pertenencia y de autovaloración que permite a las personas situarse en unas coordenadas espaciotemporales precisas e históricamente condicionadas. La persona está guiada, sobre todo, por objetivos y metas que intenta alcanzar, aunque no siempre sea consciente de ellos. El ser humano se construye ficciones, ilusiones, anhelos y deseos, maneras de percibirse a sí mismo y de
percibir el mundo, que le son necesarias para orientarse en su entorno, para conducir sus sentimientos y actitudes, para planificar y llevar a cabo sus actos. Tener una finalidad, unos objetivos, una intención resulta imprescindible para la creación del imaginario común, del ideal de comunidad implícito en todo proceso de desarrollo. La interacción social con los miembros y organizaciones de la comunidad constituye una potencial fuente de apoyo para las personas en esta tarea. A partir de estas relaciones no solo se pueden obtener importantes recursos, información y ayuda, sino que también se cultiva un sentimiento de pertenencia y de integración a una comunidad más amplia con importantes implicaciones para el bienestar individual y social. Desde un punto de vista operativo, la vía para conseguir y consolidar un sentido de pertenencia y un sentimiento de comunidad positivo que favorezca comunidades cohesionadas, es la educación basada en la interculturalidad. Hacia ello deben, en parte, orientarse las políticas públicas: a preparar a las personas para lograr la interculturalidad. La educación se debe encaminar, como proceso dinámico que pretende concienciar positivamente al ciudadano, a aceptar la diversidad cultural y la interdependencia como algo propio. La interculturalidad buscada con la educación implica, por tanto, potenciar la interrelación entre culturas en orden a garantizar un espacio cultural común, sin renuncia de la identidad original de cada persona y grupo. Precisamente, ese espacio común donde se despliega
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la interculturalidad es, también, el de la cohesión social. Uno de los retos de las políticas públicas es conseguir que los ciudadanos aprecien esto como un valor común.
1.6.6. Los valores y la identificación con la comunidad Cuando más arriba nos referíamos a los elementos que configuran la identidad de cada comunidad, se destacaron los de carácter emotivo, relacionados con los valores. Los valores sociales, en sentido positivo, son aquellos elementos que los miembros de cada comunidad consideran muy importantes, dignos de estima y conforme a los cuales ajustan sus conductas; y que, como fenómeno social, atraen, son admirados, aprobados. Un valor social puede convertirse en meta a conseguir por aquella comunidad que aspira a consolidar su bien común. En relación con esto y fundado en la ley natural, aparece un principio: todas las culturas comparten una base común de valores que constituyen el cimiento sobre el cual se apoya la ética global. Esta moral no es la imposición de valores «occidentales» sobre el resto del mundo. Sostener esa idea sería restringir de manera artificial el alcance de este concepto y, a la vez, menospreciar las demás culturas, religiones y comunidades. El argumento principal que nutre a la ética global es la idea de la vulnerabilidad
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humana y el deseo de aliviar al máximo el sufrimiento de cada individuo. Y, junto a ello, se destaca que todos los seres humanos comparten una moral básica. Tratar a los demás como uno quisiera que lo trataran es un principio que contienen de forma implícita o explícita casi todas las religiones o creencias.39 La ética global comprende los siguientes cinco elementos básicos. / Igualdad y equidad. La ética de los valores universales descansa en el reconocimiento de la igualdad de todos los individuos, independientemente de su clase, raza, género, comunidad o generación. La equidad también implica la necesidad de conservar el medio ambiente y los recursos naturales para que las futuras generaciones puedan disfrutar de ellos.
39 Sobre esta base común a todas las culturas, los estados integrantes de Naciones Unidas se reunieron para suscribir la Declaración Universal sobre los Derechos Humanos, la cual descansa en el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, y en el Pacto sobre Derechos Económicos y Sociales. Similares iniciativas se han consolidado por medio de tratados regionales, entre los cuales se puede nombrar la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos. Más recientemente, la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, adoptada por la totalidad de los miembros de la Asamblea General en 2000, ratificó su compromiso con los derechos humanos, las libertades fundamentales y el respeto por la igualdad de derechos para todos sin distinción.
/ Derechos humanos y responsabilidad. Los derechos humanos son una norma indispensable del comportamiento internacional y centran su interés en proteger la integridad de todos los individuos contra las amenazas a su libertad e igualdad. / Democracia. A nivel global, los estándares democráticos son esenciales para garantizar la participación y expresión de todas las personas, pero particularmente de los pobres, los marginados y los discriminados. / Protección de las minorías. La discriminación de las minorías se produce en distintos niveles: la falta de reconocimiento, la negación de derechos políticos, la exclusión socioeconómica y la violencia. La ética global no puede ser integral a menos que se reconozca a las minorías y se les otorgue iguales derechos en el seno de una comunidad nacional y global más amplia. / Resolución pacífica de conflictos y negociación equitativa. No es posible lograr justicia y equidad a través de la imposición de principios morales preconcebidos. La solución de los desacuerdos debe buscarse a través de negociaciones en las que todas las partes tengan derecho a expresar su opinión. La ética global no significa un camino único hacia la paz, el desarrollo o la modernización. Se trata más bien de un marco en el cual las sociedades puedan encontrar respuestas pacíficas a los problemas.
En el contexto de nuestro estudio, es evidente que, inspirados en esta ética global, aparecen una serie de valores que se deben contemplar y atender intencionalmente desde las políticas públicas de cohesión social, interculturalidad y desarrollo local. Revisaremos los principales a continuación. Solidaridad La solidaridad se sustenta en la noción de plena igualdad fundamental y respeto a la dignidad de todos los seres humanos como condición primera para su plena integración en la vida comunitaria. En última instancia, siendo miembros de la misma familia humana, las personas están mutua e indisolublemente vinculadas entre sí en un único y mismo destino, del que comparten la responsabilidad. El valor de la solidaridad humana es una consecuencia de la concepción social del hombre. Este ha sido creado para la sociedad, y esta quien, al mismo tiempo, hace al hombre.40
El ser humano tiene que aprender a ser solidario y a serlo cada vez más por el simple hecho de poseer condición humana. Pero, además, esa necesidad genérica y abstracta de ser solidario con seres semejantes a uno se acentúa en los grupos de relación y de pertenencia donde se comparten sentimientos y afectos, o en aquellos grupos secundarios —como
40 Moral et al.:136.
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la comunidad— en los que interviene cada individuo y donde priman intereses comunes. Los sistemas de solidaridad se experimentan en la vida cotidiana, en situaciones de convivencia, donde predomina la identificación del individuo con la totalidad y donde se percibe la tendencia a establecer la igualdad, donde se manifiesta, despliega y crea la cultura. La solidaridad no es un sentimiento de vaga compasión o de ternura superficial por los males que sufren personas próximas o lejanas. Al contrario, es el compromiso perseverante de trabajar por el bien común; porque todos somos responsables de todos. Los procesos de solidaridad en una comunidad —que surgen más fácilmente de manera ocasional, ante un suceso repentino y desgraciado o ante una catástrofe inesperada— deben extenderse a todos los ámbitos de la vida comunitaria, aprovechando, para expandirse, los nexos que, como identidad común, unen a los individuos y los grupos. En este sentido, cabe hablar de una solidaridad intragrupo y una solidaridad intergrupos, que pueden darse contrapuestas, provocando, una vez más, posibles conflictos sociales. Empleamos el primer concepto para referirnos al grado de cohesión entre los individuos que forman un grupo; es un modo de vinculación interno y primario, desde el punto de vista de la causalidad de la solidaridad (cuando alguien necesita ayuda urgente, la recibe de otro cercano, próximo a él). Por su parte, la solidaridad intergrupal alude a la relación entre los diferentes grupos que
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componen una comunidad. Es más difusa, más costosa y más frágil, y cuesta más de perpetuar en el tiempo. Servicio a los demás y ayuda mutua Como concreción de la solidaridad aparecen dos valores íntimamente relacionados. La forma del servicio a los demás cubre todos los aspectos de la vida. Originado fundamentalmente en el interés y apertura hacia la comunidad, se concreta en el compromiso auténtico y la entrega generosa con miras a lograr un bien común. Esta disposición de servicio a los demás se plasma en otro proceso: la ayuda mutua. Es una forma de relación intrínseca y consustancial a nuestra constitución como seres sociales. De forma natural, nos reconocemos en el otro cuando vemos que se encuentra en una situación similar a la nuestra. Implica intercambio. Como proceso de autoayuda y ayuda al otro favorece, en un contexto comunitario, formas autónomas de organización social, en las que las personas colaboran para el logro de sus fines y para superar situaciones problemáticas que les son comunes, sin esperar nada a cambio. Movidos simplemente por el hecho de que, al formar parte de la misma comunidad, unos individuos necesitan de otros para vivir bien. Algunos autores hablan de este valor como de reciprocidad, la manera informal de intercambio de bienes y trabajo que se da en sistemas cercanos de convivencia. La reciprocidad es la forma más común de intercambio en sociedades de economía que prescinde de mercado, esto es, en las
que no hacen, venden o compran bienes o servicios. Dado que todos los seres humanos virtualmente viven en algún tipo de sociedad y que, además, cada uno tiene al menos algunas posesiones, la reciprocidad se puede encontrar en todas las culturas. Y podría ser agrupada41 en: / Reciprocidad generalizada: involucra transacciones altruistas, en que la retribución no tiene que ocurrir a corto plazo y puede no ser retribuida. Se enmarca dentro de la ayuda mutua entre parientes, sin expectativa de una retribución material. La obligación de corresponder es indefinida en tiempo, cantidad y calidad. / Reciprocidad equilibrada: son intercambios directos basados en una equivalencia determinada con retribución inmediata: arreglos matrimoniales y convenios de paz, trueques de productos y alimentos. La retribución debe darse en un plazo de tiempo definido. El aspecto material de la transacción es tan importante como el social, implica cierto ajuste más o menos exacto, ya que las operaciones deben compensarse. La circulación es en una sola dirección, las relaciones entre las personas se rompen cuando una parte se retracta. / Reciprocidad negativa: relación que permite obtener un beneficio a expensas de la otra parte. Incluye el regateo, la trampa y el robo. Los participantes tienen una relación estructural social distante, presentan
41 Sahlins 1983.
intereses opuestos y buscan maximizar su beneficio. En todo caso, es una relación entre grupos distantes y simétricos. Cooperación La cooperación se caracteriza por la voluntad de participar con otras personas en tareas mutuamente convenidas destinadas a una finalidad común. Para ello, se necesita contar con: / la capacidad de considerar las necesidades y los objetivos del grupo y de sus miembros individuales y de negociar los medios para abordarlos de la mejor manera posible; / la capacidad de juzgar la contribución que cada individuo puede aportar a la empresa común, prestando atención a sus atributos y capacidades particulares; / la disposición a renunciar a objetivos personales en favor de los objetivos generales del grupo (ceder en el bien particular para el logro del bien común). La interdependencia, necesaria en procesos de cooperación, se caracteriza por la comprensión de que todos los miembros de la sociedad están interrelacionados de diversas maneras. También se caracteriza por el respeto mutuo que surge de la autoestima y de la percepción de las necesidades de los demás. Se basa en la confianza y la consideración. De aquí su importancia para que cada uno acepte los derechos y la dignidad de los demás para coexistir en forma productiva y solidaria.
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En desarrollo local, la autonomía de individuos, grupos y comunidad es fundamental. Pero autonomía no es sinónimo de individualismo, sino de libertad responsable. Las decisiones personales deben establecerse dentro del respeto y la consideración social y moral. Una condición de la cooperación es la confianza. Confianza La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene en otro individuo o de algo. Es una hipótesis que se realiza sobre la conducta futura del prójimo; una creencia de que la persona será capaz de actuar de cierta manera frente a una determinada situación. Es una actitud que concierne al futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de otro. En este sentido, la confianza puede reforzarse o debilitarse de acuerdo con las acciones de la otra persona. Supone una suspensión, al menos temporal, de la incertidumbre respecto a las acciones de los demás. Cuando alguien confía en el otro, cree que puede predecir sus acciones y comportamientos. La confianza, por lo tanto, simplifica y favorece las relaciones sociales, dando seguridad a quien actúa, ya que en cierta medida puede predecir la respuesta del otro, saber que va a actuar de determinada manera en cada situación. El término confiabilidad es usado generalmente para expresar un cierto grado de seguridad de que un dispositivo, un sistema, una política pública, opera exitosamente en un ambiente específico
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durante un cierto período. En este sentido, resulta imprescindible para lograr la implicación de las personas en procesos de integración y cohesión social. Quien confía en otro siente esperanza, ánimo y entusiasmo porque el otro le resulta franco (sincero, claro, natural) y tanto él como su comportamiento le merecen crédito. En política pública, está estrechamente relacionado con la transparencia en la gestión y se convierte en un medio para legitimar al gobierno. Se pierde la confianza por agotamiento emocional, cuando el medio o la mala intención de la persona causan una incapacidad para cumplir con lo prometido de forma continuada en el tiempo. Entonces, aparecen sentimientos negativos que pueden manifestarse de muchas maneras: desesperanza, pesimismo, desilusión, insatisfacción, desánimo, desaliento, incertidumbre, inseguridad, incredulidad, enemistad, desapego, rebeldía, rechazo… Empatía La empatía es una de las habilidades que favorece la confianza. Se presenta como el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas y se concreta en la habilidad para estar consciente de los sentimientos de los demás, reconocerlos, comprenderlos y apreciarlos. Empleada con acierto, facilita el desarrollo y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Es, de algún modo, la conciencia social del ser humano, pues a través de ella se pueden
apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad. Una insuficiencia en la habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, que se evidencia en fallos en la capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás. Las relaciones humanas se basan no solo en contenidos expuestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos, muchos de ellos culturales, llenos de significado, que siempre están ahí y de los que no siempre se saca provecho. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo son elementos del lenguaje no verbal portadores de gran información, que siempre está ahí, para ser decodificados y darles la interpretación apropiada. Por otro lado, las personas débiles en esta habilidad tienen dificultades para «leer» e interpretar correctamente las emociones de los demás, no saben escuchar y muchas veces son ineficientes interpretando las señales, ya sean verbales o no verbales, llegando incluso a manifestar una torpeza social, al aparecer como sujetos fríos e insensibles. Está claro que la insensibilidad a las emociones de los demás socava las relaciones interpersonales. Los individuos que manifiestan incapacidad empática (algunas veces sin proponérselo) dañan la intimidad emocional de sus interlocutores, pues, al no validar los sentimientos y emociones del otro, este se siente molesto, herido o ignorado.
En el grado extremo de la carencia de esta habilidad, están, por una parte, los alexitímicos (personas incapaces de expresar los propios sentimientos y de percibir adecuadamente los de terceros) y, por otra, los elementos antisociales o los psicópatas, quienes guardan poca o ninguna consideración por los sentimientos ajenos y pueden más bien, en muchos casos, manipularlos en propio beneficio. Proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir las del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones. Nuevamente, aparece el diálogo como la estrategia que hace posible ponerse en el lugar del otro. En el diálogo, tenemos que identificarnos de algún modo con nuestro interlocutor para saber cómo podemos hablarle y qué impresión puede causarle lo que vamos a decir. Esta habilidad redunda en beneficio de los procesos de escucha atenta emprendidos por los responsables de las políticas públicas, pero, más aún, se muestra eficaz para lograr la integración y la cohesión entre identidades culturales que forman una comunidad. Tolerancia El grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral recibe el nombre de tolerancia.
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Entre los derechos fundamentales de la persona está el de pensar libremente y expresar sus ideas de palabra y por escrito. Se denomina tolerancia justamente al respeto y reconocimiento de este derecho fundamental. Es decir, la tolerancia es la consideración a las ideas, creencias o prácticas cuando son diferentes o contrarias a las propias, respetando, además, las normas de los otros. Se manifiesta como una necesidad de la vida social, el mejor acierto para garantizar nuestras relaciones y la más elocuente demostración del grado de cultura y madurez de nuestra personalidad. A nivel individual, y en una sociedad utópica libre, para que haya tolerancia, debe haber elección deliberada. Solo se puede ser tolerante con aquello que uno puede intentar impedir. La aceptación bajo constricción es la sumisión. Una convivencia humana pacífica descansa en la tolerancia. Gracias a ella el individuo está en disposición de comprender plenamente los derechos y posiciones de sus semejantes. Da estabilidad al carácter, justicia a sus conceptos, respeto a sus actitudes, prestigio a sus relaciones.
de ideas divergentes. La posibilidad de progreso dependerá del número y diversidad de culturas que intervengan. Todos los puntos de vista, todas las culturas, han de colaborar para que exista progreso. En este sentido, todas merecen ser toleradas en su originalidad, en cuanto generadoras de procesos únicos. Solo es posible concebir el progreso si existe relación e intercambio entre culturas, que, no obstante, deben mantener sus propias peculiaridades. En este sentido, todas las culturas participan de un progreso y acumulan descubrimientos. En el supuesto de que una no lo hiciera, sería como consecuencia de su total aislamiento. De este modo, se puede afirmar que el progreso no es patrimonio de una sola cultura, sino que se da necesariamente entre varias, ya que se precisa su coalición, que se comuniquen y, en cierto sentido, se unan, pero que, a la vez que interaccionan, deben procurar mantener y respetar las diferencias, las peculiaridades que son propias de cada una.
No permitir que se ejerza el derecho de discrepar y pretender unificar todos los criterios nos lleva ineludiblemente al choque, a veces violento, con otras personas.
La tolerancia no es posible sin un reconocimiento y un respeto por el otro, y, en esa dirección, se hace necesario construir una cultura de la tolerancia, como objetivo específico, y de su reconocimiento en el ejercicio de la política, la religión o la sexualidad.
Desde los ilustrados franceses hasta nuestros días se ha subrayado que el progreso solo podía desarrollarse en un marco adecuado de respeto y proliferación
Una cultura de la democracia debe tener una fundamentación ética en el respeto por las diferencias. La tolerancia política es la expresión de responsabilidad en lo
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referente a la autonomía del ciudadano con respecto a la mayoría y las minorías en una democracia. En una sociedad donde no se practique la tolerancia política, las minorías se verán obligadas a pasar a la clandestinidad política, pero esto no significa que las minorías puedan imponer sus rasgos, igualmente deben respetar las decisiones de la mayoría en tanto en cuanto se mantengan dentro de la legitimidad constitucional. Con esta perspectiva, la tolerancia es la facultad de comprender mediada por el respeto por el otro y el reconocimiento de las minorías. Este principio teórico es uno de los presupuestos cardinales que legitima la democracia. Lo esencial para la construcción de una cultura democrática no es solo la libertad de cada cual y la igualdad de todos ante la ley, sino la conjunción de la tolerancia y la solidaridad: el convencimiento moral de que debemos ser solidarios y respetuosos con los demás. Los presupuestos teóricos que subyacen en el proyecto de construcción del bien común son el reconocimiento y el respeto por el otro; sin esos fundamentos no es posible entender ni practicar una cultura de la democracia. Justicia Tolerancia y solidaridad resultan imprescindibles, pues, para cuajar cualquier política democrática, pero necesitan nutrirse con otra habilidad: la justicia. La noción de justicia nació de la necesidad de mantener la armonía entre los integrantes de la sociedad y se define como el conjunto
de reglas y normas que establecen un marco adecuado, permitiendo, prohibiendo y sancionando acciones y actos específicos en la interacción entre individuos e instituciones. Frente a lo que popularmente se entiende por justicia (dar o repartir cosas a la humanidad), su misión es ‘saber decidir a quién le pertenece algo por derecho’. En este sentido, la justicia es: / Ética: porque se ocupa de las normas de conducta humana, del ser y el deber ser, de lo bueno y lo malo. / Equidad: porque aspira a lograr la justicia de igualdad entre todas las cosas y las personas, dando a cada uno lo que se merece. / Honestidad: cualidad de la conducta humana que consiste en comprometerse y expresarse con coherencia y autenticidad, atendiendo a otros dos valores: verdad y justicia. Gestionar políticas públicas que resulten justas significa crear las condiciones apropiadas para que cada persona encuentre su más alto destino mediante su plena realización; que se capacite progresivamente para servirse a sí mismo y a la sociedad. La justicia practicada en todas las situaciones vitales contribuirá a la integración de nuestra sociedad, inspirada en valores más altos que los intereses civiles, en pleno proceso de solidaridad y desenvolvimiento. En este sentido, y desde
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la perspectiva que nos ocupa —es decir, aumentar el grado de cohesión social en las comunidades en desarrollo—, existe una forma de justicia que nos interesa especialmente: la equidad, entendida como la intención expresa de buscar la justicia de igualdad para toda la diversidad de personas e identidades. De tal manera que las políticas públicas deben inspirarse en la igualdad ante la ley (que redundará en la generación de confiabilidad y legitimidad para los gobiernos), en la igualdad de oportunidades (en especial, la equidad de género, pero también la igualdad intergeneracional o la afirmación positiva de personas desfavorecidas por enfermedad o discapacidad) y en igualdad social (como acción que contribuya a limar las desigualdades de ingreso o facilitar la participación social de las personas en los asuntos públicos, por ejemplo).
1.7. La dimensión cívica de la cohesión social La conversión de estos valores en metas y de estas metas en hábitos y conductas sociales determinarán, en gran medida, la comunidad de ciudadanos que queremos construir desde la interculturalidad. La clave está en entender esta interculturalidad en un sentido amplio que no se limita a la coexistencia, convivencia y tolerancia entre desiguales, sino que busca una nueva construcción de iguales: la comunidad-ciudad. Esta idea conduce a la consideración de la cohesión social en su dimensión cívica,
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orientada a la construcción de una ciudadanía activa.42 Algunos autores la han denominado, también, cohesión comunitaria.43 Y se presenta como el corolario de un proceso por el cual las sociedades construyen oportunidades, relaciones, identidades, incentivos y lazos para que las personas alcancen su máximo potencial. Se aspira a crear un espacio para la concertación donde levantar una nueva realidad ciudadana intercultural a partir de la adhesión de diversos grupos con intraculturas diferentes. Es, por tanto,
42 «Se trata de una dimensión transversal, ya que afecta a todas las demás, pero que tiene relevancia en sí misma. Implica la construcción de una identidad sociocultural con enfoque de género y respeto a la diversidad, especialmente a través del fomento de la participación de organizaciones civiles y de la ciudadanía en general en procesos de definición, ejecución y control de las políticas públicas, con énfasis en la integración de grupos y personas ‘sin voz’ en los procesos deliberativos. También incluye medidas concretas como las políticas culturales, para la juventud, para la incorporación del enfoque de género en las estrategias e instituciones públicas y para la convivencia intercultural.» Referencia: <http://www.urb-al3.eu/index.php/contenido/ dimensiones_de_la_cohesion_social?id_submenu_ principal=131>. 43 El enfoque de cohesión comunitaria fue empleado por el gobierno del Reino Unido en 2001 para explicar las causas, efectos y posibles soluciones a los conflictos sucedidos en varias ciudades inglesas. Se entendía que era el efecto que debía conseguirse para atajar el fenómeno de vidas paralelas, proceso de fragmentación de las comunidades en torno a divisiones de clase, etnicidad, raza, religión, procedencia, estatus migratorio o nacionalidad. Estas divisiones polarizan a las personas y grupos, que pierden la capacidad de reconocer sus similitudes y diferencias, y de crear un futuro compartido a través de la interacción.
el espacio de convivencia donde lograr la conectividad social constructiva. Así, desde esta perspectiva, y en relación con la dimensión cívica de cohesión social, construir una comunidad de ciudadanos supone: / El reconocimiento de que todas las personas son iguales y que, por tanto, deben tener las mismas oportunidades para ejercer sus derechos fundamentales. / La aceptación de distintas identidades en un plano de igualdad como requisito para que estas personas desarrollen sus proyectos individual y colectivamente. / La integración de las identidades: · Que las diversas identidades reconozcan la cultura ciudadana, lo que implica el respeto de los otros. · Que los depositarios de cada identidad reconozcan a los otros como ciudadanos con iguales derechos y obligaciones; otros con los cuales, en conjunto, deben construir un nosotros que es la ciudad, la región o la nación (o cada una gradual y sucesivamente).44
44 En una región pluriétnica y pluricultural, las discriminaciones sufridas por los indígenas, los afrodescendientes, las múltiples jerarquías que segregan a las mujeres y otros grupos sociales son una expresión de la negación del otro. Estos fenómenos colocan la tensión entre multiculturalismo y ciudadanía en el centro de la historia de la inclusión y la exclusión. Los grupos discriminados no solo tienen un acceso más precario a la
En este sentido: (…) la cohesión social no debe ni puede ser entendida como la adecuación cultural de la totalidad de las personas que las conforman a un «modelo tipo», sino más bien como la generación de mecanismos que faciliten la convivencia y la articulación de la diversidad.45
Se trata de que cada localidad, cada región o cada país, busque en su propia historia una idea clara y fuerte de identidad ciudadana en la cual sustentar sus políticas públicas. Identidad que se reconoce y construye analizando la biografía de la ciudad. Toda ciudad es una agregación urbana y social que no se constituye al azar, sino que tuvo un origen peculiar en el tiempo y una evolución. Ese devenir, sobre el que se apoya el presente y se imagina el futuro, es una respuesta y una idea clave para la consecución de la cohesión comunitaria.
educación, el empleo y los recursos financieros, sino que también se ven excluidos por la falta de reconocimiento político y cultural de sus valores, aspiraciones y modos de vida. 45 FIIAPP 2008.
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2. Políticas públicas, civismo, cohesión social, identidad e identidades
En la posmodernidad, las minorías étnicas, raciales, sexuales o culturales demandan su espacio para entrar en el escenario no solo de la sociedad, sino de la historia, exigiendo sus derechos como grupos sociales. Muchos de estos, que durante décadas incluso estuvieron al margen de la sociedad, enarbolan ahora una lucha por el reconocimiento, por la dignidad y por el respeto a la diferencia. En un principio, casi exclusivamente, estas eran reivindicaciones de grupos particulares de la sociedad civil; sin embargo, y cada vez con más fuerza, las políticas públicas reconocen la diferencia, la pluralidad y la tolerancia como valores que cultivar. Pero el reconocimiento solo, siendo importante, no basta. Es preciso un proyecto político proactivo con acciones concretas orientadas a construir una sociedad más abierta, donde sea posible la convivencia en la diferencia, dentro de un ambiente de pluralidad cultural y tolerancia, que proporcione a todas las personas una existencia más digna y solidaria. Se impone indagar nuevos métodos de gobierno en democracia que conduzcan a ello.
duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía.
2.1. La gobernanza
/ Establecer acuerdos y pactos de cooperación público-privados que estimulen la atención de esas demandas sociales convocando a la acción conjunta.
Gobernanza es una expresión que se usa como sinónimo de intervenciones públicas democráticas, eficaces y de calidad. Según el diccionario de la Real Academia Española, la gobernanza es el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional
Los principios que definen una gobernanza exitosa son: / Liderazgo en el gobierno. / Participación activa de todos los sectores sociales. / Solidaridad con el bienestar. / Inversiones trascendentes. / Eficacia en el manejo de los recursos. Estos ejes rectores son clave respecto de los principales objetivos de este estilo de gobierno a los que un gobierno local puede aspirar: / Consolidar la capacidad directiva para la coordinación de los objetivos y demandas sociales propuestos por los distintos colectivos que componen la ciudad, atendiendo a la diversidad, buscando la integración de identidades, y la inclusión de los marginados y desfavorecidos.
/ Concertar políticas que generen una gestión pública moderna, basada en resultados, eficaz, justa y transparente en el manejo de recursos.
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/ Promover inversiones y servicios públicos que transformen la realidad local de manera duradera y sostenible. / Realizar una gestión pública moderna que genere condiciones de igualdad y equidad entre los ciudadanos. Para ello, entre algunas de las acciones que un mapa general de gobernanza local debería incluir, están las siguientes: / Diseño de una nueva idea de ciudad (marca), con la identificación de escenarios para la acción y la participación ciudadanas. / Comunicación de la nueva idea de ciudad para lograr la implicación y la cooperación de vecinos. / Administración y gestión coherente de la ciudad en atención al plan diseñado y comunicado (lo que generaría, a su vez, confianza entre la ciudadanía y daría legitimidad al gobierno). / Estímulo con iniciativas movilizadoras, que tengan un efecto de animación, de motor, de propulsión de ideas, negocios, experiencias en la sociedad civil. El resultado esperado de esta forma de gobierno sería una comunidad socialmente más cohesionada.
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2.1.1. Habilidades para un nuevo liderazgo político Para que la gobernanza sea exitosa, el liderazgo político debe aspirar a reunir una serie de buenos hábitos, entre los que podemos destacar: La fortaleza para vencer dificultades, una actitud que desde los responsables y las autoridades públicas locales se debe cultivar, ejercitar y potenciar intencionalmente. En su ejercicio político, se verán obligados a intentar con tenacidad, una y otra vez, implicar a la población en el progreso que les atañe (y mantenerla implicada en el tiempo). Es una tarea lenta y dificultosa que precisa fortaleza, para ser fiel al desempeño de su labor, y tenacidad para superar los obstáculos que se presentan, en ocasiones, en la misma convivencia con y de los miembros de la comunidad. Perseverancia: entendida como firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos. Las autoridades públicas locales deben mantenerse constantes, a pesar de dificultades y conflictos, en la prosecución de lo planificado, sobre todo cuando el plan ha sido diseñado de manera participativa y consensuada. La flexibilidad, como actitud de apertura, de consideración, que dispone a contar siempre con el otro, a no cerrarse en las propias opiniones. Se comporta con flexibilidad la persona que tiene facilidad para asumir otras opiniones si las considera aceptables y razonadas, que no es rígida como una barra de
hierro forjado, sino moldeable, plegable, amable y acogedora, comprensiva… En el enfoque del desarrollo local, la política pública emplea como método de acción la planificación estratégica, pero, en la materialización y ejecución de lo planeado, no siempre se puede seguir literalmente lo proyectado: hay que cambiar la orientación, la actividad e incluso los objetivos, todo lo cual ha de procurar hacerse con flexibilidad. La prudencia debe acompañar, desde sus comienzos, aquellas políticas públicas locales que busquen cohesionar comunidades. Porque el gobierno prudente contempla la realidad objetiva de las cosas, el querer y el hacer. A partir de este conocimiento de la realidad será posible determinar lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse. Sensato viene a ser sinónimo de ‘prudente’. La sensatez debe aplicarse a las conductas personales y a las que exceden a la persona y afectan a aquello que le rodea (otros individuos, los recursos, el medio). Así, en aras de la sostenibilidad, sensato debe ser también el uso de los recursos al servicio de la comunidad, especialmente los referidos al patrimonio natural. La gestión del desarrollo local, en cuanto procedimiento político planificado, requiere personas que, organizadas internamente, realicen las tareas que les corresponden. El hábito que facilita esta misión es el orden, parte decisiva de la templanza. La mejora de las condiciones de vida comunitaria debe seguir un plan de actuación e intervención; esto debe ser un proceso intencional con
unos objetivos concretos propuestos a partir de la demanda social planteada por la comunidad. Todo esto no puede conseguirse sin organización, sin orden. Orden que no solo es necesario para ejecutar lo diseñado en un plan estratégico, sino también para el aprovechamiento óptimo de los recursos, para la gestión financiera y para el funcionamiento eficaz y transparente de los grupos, de tal manera que se fomente la armonía en su seno y se eviten suspicacias que, en ocasiones, pueden hacer fracasar la actuación. Como metodología no formal (e incluso informal), desde las políticas públicas, y en aras de la legitimidad, se deben encontrar espacios para ejercitar este hábito. A continuación, debemos referirnos al respeto, como parte de la justicia. En los procesos de mejora comunitaria es importante que cada uno de los individuos sienta respeto por la naturaleza, por las instituciones, por las tradiciones…, pero, por encima de todo, respeto por las personas. No puede trabajar en y por la implementación de políticas de cohesión social e integración de identidades que se fundamentan en el mutuo respeto, en la tolerancia, quien no es capaz de respetar o ser tolerante. Además, y para terminar, la coherencia puede ser una actitud personal que debe ser buscada de forma expresa por los dirigentes políticos: actuar con coherencia de tal manera que lo ejecutado guarde relación estrecha, esté en conexión con lo decidido, con lo prometido y con lo comprometido.
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2.1.2. La implicación ciudadana Decíamos que la gobernanza es un modelo de gobierno democrático basado en la cooperación entre lo público y lo privado. Entonces, desde la perspectiva de la cohesión social, se podría identificar como ciudadano a todo individuo que participa en las deliberaciones y decisiones relativas a las cuestiones públicas. El auténtico ciudadano es aquel que toma parte activa en lo público, en aquello que a todos afecta.46 Como condición previa para esta participación, el ciudadano debe tener protegidos sus derechos civiles (libertades individuales), políticos (participación política) y sociales (trabajo, educación, salud y calidad de vida). No se trata solo de que las personas tengan derechos; el concepto de ciudadanía social exige a los ciudadanos asumir su responsabilidad, por ende, su protagonismo. En la construcción de una sociedad democrática, justa y equitativa, es imposible el éxito sin la participación responsable de la parte civil, como sociedad capaz de asumir activamente su corresponsabilidad. En
46 Este aspecto resulta especialmente interesante para la concreción práctica de lo que aquí analizamos. En mucha de la literatura consultada se hace referencia a la necesidad de implicación de grupos, pueblos y comunidades indígenas en aquellos asuntos que les incumben, cuando, en atención a la referida condición de ciudadanos, la aspiración de la política pública tendría que ser que participaran, en igualdad de condiciones con otros ciudadanos, en todos aquellos asuntos que afectan a la comunidad-ciudad.
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este sentido, se habla de participación como cooperación; cooperación como fundamento de la gobernanza. Inducirá probablemente a error considerar la pasividad de las personas o la tendencia a evadir responsabilidades como algo inherente a la naturaleza humana. Estas actitudes son más bien un efecto de una carencia afectiva hacia la comunidad, hacia el bien común, fruto generalmente de una falta o deformación del sentimiento de comunidad. Decíamos que ese comportamiento puede ser indicativo de que la persona se siente privada en sus necesidades de afecto y pertenencia, estima, valía y autorrealización. Así que una persona, para convertirse en verdadero ciudadano, capaz de ejercer participación en los asuntos comunes, debe tener la oportunidad de hacerlo (derecho y libertad), la voluntad de hacerlo (disposición), el interés por hacerlo (motivación) y el deber de hacerlo (obligación moral fundada en su identificación con el bien común, inspirada en el sentido de pertenencia y en el sentimiento de comunidad). De esta manera, cabe afirmar que tanto el ejercicio de la libertad para elegir una identidad particular como la opción de participar en la construcción de un futuro mejor para la comunidad de ciudadanos que todos comparten deben ir parejas a dos actitudes complementarias en la ciudadanía: compromiso (obligación contraída con los otros) y responsabilidad (capacidad para reconocer y aceptar las consecuencias, positivas o negativas, de un hecho realizado libremente).
La necesidad de contar con ciudadanos comprometidos y responsables en el ejercicio de su libertad justifica la consideración de la educación como una de las estrategias requeridas en la implantación de políticas públicas orientadas a procurar comunidades cohesionadas en lo social y diversas en lo cultural. Aprender a usar rectamente la libertad, en la medida en que fundamenta las relaciones democráticas, es condición imprescindible del desarrollo local. Se trata de un aprendizaje fundamental para el funcionamiento vital del individuo como persona, pero también para el funcionamiento democrático de los grupos y la comunidad en los que este se integra. Actuar, participar, cooperar, codecidir… solo puede hacerse cuando se usa rectamente la libertad. Y esto se puede enseñar a través de políticas públicas que permitan al ciudadano aprender a ejercitar su libertad… (…) como se aprenden las demás cosas de la vida, con la ayuda de los demás, siempre que sea necesaria. No solo en la niñez y en la adolescencia, sino también en plena madurez, cuando las responsabilidades de todo orden hacen tremendamente ardua la toma de decisiones acertadas; es decir, cuando hay que usar de la libertad en las encrucijadas más difíciles de la vida, y con acierto.47
47 González-Simancas Lacasa 1992:36-37.
2.2. Gobernanza democrática para construir comunidades cohesionadas en lo social y diversas en lo cultural 2.2.1. Políticas públicas participativas Una política pública es un conjunto de decisiones gubernamentales adoptadas en respuesta a problemas públicos, que se concretarán en acciones seleccionadas entre un conjunto de alternativas, conforme a una jerarquía de valores y preferencias de quien gobierna, y, en el caso de la gobernanza, con la implicación activa de la ciudadanía interesada. Su dimensión es pública por el tamaño del agregado social sobre el cual inciden, pero, sobre todo, por el carácter imperativo que le otorga la autoridad legítima y soberana del poder público. En esta descripción, existen, al menos, tres elementos que merecen ser destacados: La importancia de las decisiones, base de toda política. En cualquier actuación política, el conflicto está siempre presente. En gran medida, se produce por la diversidad existente en cada comunidad que determina la misma acción política. Por ello, el conflicto puede presentarse en la definición de la situación a la que se intenta responder, en la multiplicidad de enfoques e intereses que intervienen para plantear posibles soluciones, en la adopción misma de las decisiones, o incluso en la ejecución y evaluación de lo decidido.
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Esta tensión conflictiva dificulta los procesos decisorios que contribuyen a la construcción de las políticas, máxime cuando estas se deben emprender con recursos limitados, por lo que toma también la forma de una disputa por los recursos. Obviamente, muchas de estas tensiones y conflictos tienen que ver con la manera en que se integran las diferentes identidades en el seno de cada comunidad. En el modelo de la gobernanza democrática, las decisiones que se adoptan buscan el consenso a través de la implicación de la ciudadanía en la discusión y valoración del problema, en la revisión y estudio de las posibles alternativas de su solución, e incluso en la elección de la solución más adecuada. Así, la sucesión de consensos alcanzados en cada fase puede contribuir a minimizar los conflictos, a la par que a la consecución de una comunidad más cohesionada. La concreción de las acciones. Una política pública se convierte en tal cuando se ejecuta. Desde la perspectiva de la gobernanza democrática, la participación ciudadana es clave desde el mismo momento de la formulación del problema que lleva a la concepción de la política. El alcance de lo público. En la gobernanza, la legitimidad y la capacidad de argumentar de un gobierno democrático respecto de por qué hace lo que hace son aspectos fundamentales. Cuando una política pública se genera en un contexto de gobernanza, tiene las
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características que a continuación se describen. / Participación. La implicación activa tanto de hombres como de mujeres, de los más vulnerables, de los grupos mayoritarios y también de las minorías se presenta como el punto clave de un buen gobierno. La población que participa necesita estar informada, tener capacidad y estímulo para actuar; esto significa libertad de expresión, por una parte, y, por otra, una sociedad civil organizada, capaz de canalizar esas expresiones. / Consenso. En toda sociedad hay muchos actores y, por lo tanto, muchos puntos de vista. El buen gobierno requiere mediación entre los diferentes intereses de la sociedad para alcanzar un amplio consenso en lo que concierne a los mayores intereses del conjunto de la comunidad y establecer cómo se puede llegar a realizarlos. Esto es lo que se denomina consenso y se define como un acuerdo o afinidad entre los miembros de una comunidad, referido, en principio, a valores culturales y normas, pero también a la consecución de los objetivos sociales y de los medios aptos para lograrlos con una perspectiva amplia y a largo plazo sobre las necesidades para el desarrollo humano sostenible. Hay, al menos, dos niveles de consenso: el consenso sobre los mecanismos de la política —de gran trascendencia, ya que su carencia puede hacer fracasar al propio gobierno— y el consenso sobre fines y medios instrumentales específicos —que de no producirse puede generar conflictos políticos—.
El consenso es menos notorio que el disenso; el consenso se expresa en una conducta «normal», mientras que el disenso es ruidoso. El consenso significa un vínculo de solidaridad social, una reducción de la necesidad de recurrir a la violencia para resolver conflictos y crear orden y, sobre todo, un incremento de la eficiencia global del sistema, al no desviar hacia conflictos internos energías que pueden aplicarse a los fines propios del sistema. Desde algunas teorías, se considera que determinados factores pueden favorecer el consenso. Entre ellos, señalan, por ejemplo, la sucesión regular de los gobiernos, la existencia de buenos mecanismos de socialización política, y un estilo pragmático y de convivencia política flexible. Estas son circunstancias que, además, contribuyen a generar comunidades cohesionadas. Pero algunos autores incluyen como factor de consenso la homogeneidad sociocultural. Tema, sin duda, delicado, ya que esa homogeneización puede convertirse, entre otras cuestiones, en un generador de nuevos conflictos puesto que atenta contra el principio del respeto a la diversidad cultural. En esta perspectiva, el consenso que venimos buscando solo se puede conseguir con la comprensión y entendimiento de la historia, la cultura y los contextos sociales de cada comunidad concreta. Este acercamiento sociocultural debe ser abierto, plural e incluir todas las versiones de cada hecho social, cultural e histórico para que represente a todas y todos, es decir, que recoja e integre las perspectivas
de todas las identidades con presencia en la comunidad, aunque sean minoritarias. / Legalidad. El buen gobierno necesita que su marco legal sea justo y que se aplique de forma imparcial. Esto permite asegurar una protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, particularmente de las minorías. La imposición imparcial de la ley requiere un poder judicial independiente y una fuerza política incorruptible. / Transparencia. Esto es, por un lado, claridad en el modo en que se adoptan y materializan las decisiones, de forma tal que sigan las leyes establecidas y las normas; y, por otro, la disponibilidad de la información (accesible, comprensible y concreta) para cualquier persona afectada por esas decisiones y su implementación. Incluso, este rasgo debe contemplar los mecanismos que tienen los ciudadanos para recurrir, alegar o reclamar en caso de que la acción política vulnere sus derechos. / Responsabilidad. El buen gobierno precisa tanto que las instituciones y los sistemas sirvan a todos los grupos identitarios, dentro de un marco de tiempo y modo razonables (lo que indica respeto y consideración hacia los gobernados), como que se gobierne desde el compromiso de asumir las consecuencias de las decisiones adoptadas (lo que favorece la confianza de la ciudadanía en sus dirigentes y en el modelo de gobierno). En este sentido, la responsabilidad es un valor moral que debe estar en la conciencia del buen gobernante, de manera que le permita reflexionar, administrar, orientar y
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valorar las consecuencias de sus políticas. También presenta un valor social para el dirigente político, en la medida en que tiene un compromiso u obligación con los demás miembros de su sociedad, ya sea como individuos o como miembros de subgrupos. Este compromiso lleva a la autoridad política a la consideración del impacto, positivo o negativo, de cada decisión que adopte. Y, por fin, podemos indicar que el buen gobierno debe tener una responsabilidad política, que se define como la imputabilidad de una valoración por el uso que un órgano o individuo hace del poder. / Equidad. Una comunidad prospera cuando es capaz de asegurar que todos sus miembros sienten que forman parte de ella y no se sienten excluidos de la inercia mayoritaria. El modo más seguro y eficaz de despertar sentimientos de esta naturaleza es adoptar medidas políticas orientadas a que todos los grupos, pero especialmente los más vulnerables, tengan las oportunidades para mejorar o mantener su situación de bienestar, y para ejercer y preservar hábitos, modos y formas de hacer y relacionarse propios de su identidad particular como grupo. / Eficacia y eficiencia. Buen gobierno significa que los procedimientos y las instituciones adoptados permiten lograr los resultados que necesita la sociedad a tiempo, de la mejor forma posible y acorde a los recursos de los que dispone esa comunidad. / Sensibilidad. La sensibilidad de los dirigentes políticos (que se manifiesta en habilidades como la escucha atenta y la
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empatía) es clave para el buen gobierno. Tanto las instituciones gubernamentales como el sector privado y la sociedad civil deben ser sensibles a las demandas del público y a sus grupos de interés. En general, una institución o una organización son sensibles a aquellos que estarán afectados por sus decisiones y acciones. La sensibilidad no se puede imponer sin transparencia y sin seguir la ley.
2.2.2. Políticas públicas sociales Desde la perspectiva de este buen gobierno al que aspiramos, habría que acotar ahora cuáles son las políticas públicas que pueden contribuir intencionalmente a generar o ampliar la cohesión social comunitaria. La respuesta casi obvia es que, por la naturaleza del efecto o resultado que queremos provocar, debe ser algún tipo o modalidad de política social, entendiendo que las políticas sociales son el conjunto de normas, instituciones, programas y recursos públicos destinados a mejorar los niveles de bienestar de la población. Constituyen la herramienta mediante la cual cada sociedad procura promover, proteger y realizar los derechos sociales y fundamentar la ciudadanía social de sus miembros. Las políticas sociales no son inamovibles. Por el contrario, varían sus objetivos específicos, sus prioridades y sus formas de ejecución al irse modificando las normas relacionadas con los derechos sociales, al surgir o hacerse visibles nuevas problemáticas relacionadas con las transformaciones sociales, y al aparecer
nuevas tecnologías y conocimientos, llegando incluso a depender de la ideología de quien ostenta el poder. En un modelo de gobernanza, se podría conceptualizar la política social como el conjunto de directrices, orientaciones, criterios y lineamientos conducentes a la preservación y elevación del bienestar social, procurando que los beneficios del desarrollo alcancen a todas las capas y grupos de la sociedad con la mayor equidad, atendiendo, además, a cuestiones de igualdad (de género, de oportunidades, de trato ante la ley, etc.). En una perspectiva de mayor equidad e integración social, la política social tiene como fin principal facilitar la convergencia entre los intereses individuales y los intereses comunes de la sociedad. Un enfoque de derechos humanos en la política social se refiere al proceso de colocar la consecución de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales como objetivo explícito de las políticas sociales y económicas. Es decir, articular las obligaciones gubernamentales concretas de respetar, proteger y satisfacer los derechos humanos asegurando la accesibilidad a la protección social, la no interferencia cuando las personas puedan acceder personal o familiarmente a los medios para la realización de sus derechos, y la protección de los derechos cuando los medios de la realización de estos son provistos por terceros. Desde esta perspectiva, los derechos económicos, sociales y culturales, e
incluso los ambientales, cuando menos, fijan, en cada país, niveles mínimos de bienestar que debe cubrir el Estado y sus órganos de gobierno. Obligan a estos poderes a garantizar mediante programas, leyes, inversiones y el diseño de políticas sociales la alimentación, la salud, el agua, el trabajo, la educación, la seguridad social, la cultura y el medio ambiente a la población, para que logre una vida digna. Por tanto, entre los asuntos que deben atender los dirigentes públicos se encuentran los que hacen referencia a la cultura: entre otras cuestiones, la necesidad de respetar la diversidad procurando la libre determinación de los pueblos; la no discriminación; la igualdad entre hombres y mujeres; la educación, la cultura y el progreso científico y tecnológico para todas las personas, etc. Sería posible, entonces, afirmar que las acciones que pretenden las autoridades públicas orientadas a proteger las diferencias identitarias y promocionar la diversidad son políticas sociales.
2.2.3. Políticas públicas de promoción social Más aún, podríamos considerar como políticas de promoción estas políticas públicas sociales que contribuyen a la cohesión social a partir del respeto y la implementación de los derechos de la ciudadanía a una vida más digna en lo social, en lo cultural, en lo económico y en lo ambiental. Las diferenciamos, así, de otras políticas sociales con carácter compensatorio, asistencial, paliativo,
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mitigador.48 Y, se caracterizan por ser constructoras: además de ver a los beneficiarios como personas de derecho buscan la inclusión social; tienen, a la vez, carácter preventivo y de impulso; su principal herramienta es la educación. Con una visión no intervencionista de la acción política, se reconoce la imposibilidad de modelar, desde el gobierno, las conductas y fenómenos sociales de mayor importancia. Se percibe la economía y las relaciones sociales o culturales como elementos que evolucionan por sí mismos y que, por tanto, no pueden ser modificados sustancialmente desde el poder político. Lo que puede hacer el gobierno es incidir sobre procesos básicamente espontáneos para generar ciertas condiciones favorables a determinados resultados. En términos más concretos, se trata de realizar una
48 Que son políticas orientadas a reducir los riesgos de una persona, familia o grupo, que se articulan en programas focalizados, con elección de beneficiarios, usuarios o clientes, y que pueden resultar reduccionistas por su aplicación. Suelen adoptar forma de políticas basadas en subsidios, ya que enfatizan la posibilidad de lograr efectos concretos transfiriendo recursos a los sectores más necesitados. Si bien los defensores de estas políticas suelen resaltar los efectos redistributivos que ellas producen, es conveniente apuntar aquí que, en última instancia, toda política social genera un efecto neto de distribución de los recursos. Ello es así porque el Estado, en cualquier caso, obtiene por la vía de los impuestos los ingresos que luego gastará de acuerdo con sus prioridades. Del dinero de toda la sociedad, y, más específicamente, de los tramos sociales que más contribuyen a la recaudación, saldrán los recursos con que se realizarán obras de infraestructura, se subvencionarán productos o instituciones, o se pagarán
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inversión en lo social que favorezca las condiciones para que los problemas sociales vayan superándose por la acción misma de quienes los padecen, asumiendo que estas personas, naturalmente, desean mejorar sus condiciones de vida e incrementar su bienestar. Es decir, una política social de este tipo se concentrará en la construcción de obras de infraestructura, en la generación de los servicios necesarios para que las personas produzcan riqueza y en la eliminación de los obstáculos que se detecten en la vía del crecimiento económico. Educación, salud, servicios sanitarios, seguridad personal y comunicaciones serán las áreas donde se hará un mayor esfuerzo, aunque ello no descarta por supuesto la elaboración de programas específicos para la atención de grupos particulares de la población que sufran determinadas desventajas.
las ayudas directas dirigidas a ciertos grupos sociales. Aunque en algunos casos los efectos aparezcan más nítidamente que en otros, siempre se asistirá a una «desviación» de recursos: los gastos o inversiones del Estado, por cualquier concepto, no serán nunca los mismos que los contribuyentes hubiesen elegido de no tener que pagar impuestos. Aunque exista una estructura impositiva progresiva, de modo tal que relativamente paguen más los que obtengan mayores ingresos o posean más bienes, se producirá de todas formas un efecto redistributivo global, que incrementará directa o indirectamente los bienes y servicios a disposición de los sectores más pobres. De manera que no puede considerarse que ciertas políticas sociales sean redistributivas y otras no, sino que es más ajustado a los hechos considerar que toda política social produce una cierta redistribución, aunque esta, naturalmente, varíe en cantidad y naturaleza según se oriente por unos u otros criterios.
2.2.4. Objetivos de las políticas públicas de promoción social Entre los fines específicos que se pretende atender con políticas públicas orientadas a la promoción, destacamos: / Conseguir la igualdad de oportunidades y las relaciones que dignifican a las personas (en lo económico —por ejemplo, el trabajo—, pero también en lo social y cultural). / Desterrar el clientelismo, generador de corrupción, en la aplicación de las políticas. / Paliar los efectos de políticas focalizadas que terminan siendo reduccionistas, ya que, al centrarse en un problema y elegir a los beneficiarios de forma acotada, presentan carácter restringido, discriminatorio (aunque sea de manera positiva) y de exclusión, y, en ocasiones, estigmatizan aún más a los receptores de las políticas. / Cambiar la manera de resolver los conflictos sociales: la autogestión frente al control social, la participación frente a la represión como vías de negociación y consenso.
2.2.5. Rasgos de las políticas públicas de promoción social De modo resumido, se trata de recoger las características que reúnen las actuaciones de política pública de promoción social más interesantes para los objetivos
de nuestro estudio: lograr o aumentar la participación social a partir de la protección e integración de las diversas identidades comunitarias mediante: 1. El acceso a los derechos Revertir las asimetrías existentes favoreciendo un mejor ejercicio de las libertades individuales. Cuando las necesidades son concebidas como derechos, la democratización de los espacios de participación y toma de decisiones se transforma en una política pública y una invalorable oportunidad para construir estrategias de acción para el logro del bien común. 2. Un horizonte de trabajo: la movilidad social ascendente Por medio de la educación, el respeto por las diferencias y la dignificación del trabajo, se trata de forjar para todos los ciudadanos un futuro mejor, esto es, el progreso o ascenso social. 3. La intervención de todos los actores locales Todas las personas, organizaciones e instituciones que actúan y coexisten en una comunidad tienen el derecho y el deber de participar en ella. Se concibe a todos los habitantes del territorio como personas, ciudadanos, sujetos titulares de derechos, protagonistas, civiles, políticos y sociales, apuntando al desarrollo humano integral. La política social se construye entre todos y a todos se orienta. Las personas adquieren estatus de actor
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protagonista, no de beneficiario o usuario pasivo. Se contribuye, además, a erradicar el clientelismo. 4. Un método para la toma de decisiones compartidas La investigación-acción como metodología que privilegia la participación en la construcción colectiva del conocimiento y la intervención sobre la realidad. 5. Una lógica de trabajo articulado Integrando diversas dimensiones de intervención: producción de bienes y servicios, distribución equitativa de estos, asistencia técnica y apoyo económico.
2.2.6. Principios organizativos e institucionales de políticas públicas de promoción social Finalmente, incluimos en este apartado, y a modo de listado de sugerencias, una serie de pautas que pueden ayudar a resolver una duda concreta de los dirigentes públicos a la hora de implementar estas políticas: ¿por dónde empezar? No son, en ningún caso, de obligado cumplimiento, sino una serie de medidas o criterios útiles y recomendables para empezar a actuar. 1. Comprender la pluralidad El territorio es diversidad, la comunidad es diversa, la respuesta a los problemas es plural.
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2. Ejercer una ética práctica La ética, en primer lugar, entraña compromiso. La función de los dirigentes es indispensable porque en gobernanza no hay proyecto político si no hay un pueblo organizado que participe activamente de él. Pero tampoco hay un pueblo organizado y participativo si los dirigentes no intervienen empujando y promoviendo permanentemente la acción que hay que llevar adelante. La autoridad política debe saber escuchar antes que declamar, persuadir, argumentar y dar órdenes, y, por sobre todas las cosas, debe tener un profundo sentido de servicio y amor por el pueblo del que forma parte y un gran rechazo por las injusticias. Un gobierno promotor, no paternalista, concibe la participación y la organización como procesos fundamentales para la construcción de una comunidad inclusiva y cohesionada. Los cambios estructurales requieren de la constitución de una ciudadanía diferente, comprometida en la solución de los problemas comunes, con espacios para debatir y trabajar en conjunto. 3. Contar con funcionarios competentes Los dirigentes políticos deben contar con equipos técnicos preparados e íntegros. La intervención y acción profesional debe ser planteada de manera interdisciplinaria y articulada con el fin de brindar una atención integral, que responda a las
necesidades de las personas como seres de naturaleza biopsicosocial. Estos profesionales intervendrán en el cumplimiento de las políticas sociales, promoviendo la recuperación de la experiencia del territorio y de los saberes acumulados para ayudar a producir los cambios estructurales necesarios para el progreso de la comunidad. Entre sus tareas, destacan: sistematizar para comprender; descubrir los sentidos del hacer social para aprender de la experiencia de y con otros, y, en consecuencia, mejorar la intervención para elevar la calidad de vida de las comunidades. Como en todo el proceso del que venimos hablando, la sistematización que realiza el profesional de trabajo social tiene un carácter participativo, ya que, al contar con el protagonismo de la población y sus representaciones, contribuye, de este modo, a la transformación social y personal. La sistematización es una práctica propia del trabajador social profesional que facilita la actuación de la comunidad puesto que analiza con una mirada crítica el presente y proyecta otros escenarios futuros posibles. 4. Procurar la calidad institucional Dirigentes comprometidos, técnicos cualificados, estrategias intencionales y aspiración a la excelencia, tanto en el método y su aplicación (participación, medios y recursos empleados) como en los fines, objetivos y resultados a lograr, permitirán implementar políticas públicas sociales de calidad. No basta con buscar
una solución a los problemas, se trata de encontrar, participativamente, aquella que sea más eficaz, efectiva y viable. 5. Someterse al control público Asimismo, procesos, resultados, cuentas, métodos, decisiones deben ser conocidos, valorados y sancionados por la ciudadanía para dar validez y legitimidad a todo el proceso. Para ello, deben establecerse indicadores y sistemas de medición adecuados. 6. Otorgar protagonismo a la ciudadanía El objetivo es propiciar y generar las condiciones sociales que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y familias, de los grupos y colectivos identitarios. Para alcanzarlo, se debe promover la cohesión, la participación y la organización social, procurando el desarrollo de capacidades humanas y sociales, desde la identidad comunitaria, la equidad territorial y la realización de los derechos sociales. Esto implica adoptar una serie de premisas como puntos de partida: a) Capacitación popular para la implicación activa de la ciudadanía. Esto es, procurar preparar a la población para: / Consolidar el modelo económico, productivo y solidario, para fortalecer los desarrollos regionales. / Compartir sentidos, valores, percepciones, códigos y un lenguaje que conduzcan a una mirada colectiva.
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/ Profundizar en la democracia, construyendo diálogos e interactuando, rescatando e intercambiando experiencias comunes a los distintos actores, creando desde la práctica criterios de organización e intervención en las comunidades. / Promover la participación en diversos niveles: información, opinión, toma de decisiones, ejecución, control… / Construir colectivamente el poder: los distintos actores son protagonistas y artífices de sus propuestas de cambio. / Generar autonomía en las personas y organizaciones. / Facilitar el diálogo político y cultural, para reflexionar, poner en común, transformar escenarios y generar condiciones dignas para todos los hombres y mujeres de la comunidad (sea esta local, regional o estatal). b) Los jóvenes como protagonistas del cambio. Uno de los grupos de edad específicos sobre el cual y con el cual se debe actuar son los jóvenes. Las políticas sociales pensadas por y para los jóvenes se estructuran en torno a diferentes objetivos: / Promover el servicio solidario, el compromiso social y la participación de los jóvenes en pro del fortalecimiento del tejido social. / Reforzar sus capacidades desde la revalorización de sus conocimientos, experiencias, cualidades e iniciativas,
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a través de la promoción, generación y desarrollo de emprendimientos sociocomunitarios y productivos. / Implementar estrategias y acciones de articulación conjunta con diversos organismos gubernamentales (nación, provincia y municipios), organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de barrio y comunitarias, y organismos internacionales, a fin de generar redes y mecanismos que contribuyan a la eficiencia y efectividad de las diversas intervenciones. c) El empoderamiento de los adultos mayores. La pirámide poblacional de la región nos muestra que Latinoamérica es relativamente joven. No obstante, paulatinamente, en las últimas décadas, se aprecia un aumento de la población mayor de sesenta años. Para lograr comunidades cohesionadas, es preciso considerar especialmente a este grupo de edad, sobre todo en aquellos asuntos que pretenden tratar y atender la identidad cultural, en la medida en que este colectivo personaliza la memoria viva de las comunidades, acumula experiencia, sabiduría, etc. d) Integración de las personas con discapacidad. Coordinar, regular, asesorar, promover y difundir todas aquellas acciones que contribuyen directa o indirectamente a la integración de las personas con discapacidad, sin distinción de edad, sexo, raza, religión o nivel socioeconómico, asegurando una distribución y un acceso equitativos a los beneficios sociales que se pudieran generar.
e) Igualdad y equidad de género. No solo ofrecer un marco integral para la atención y prevención de la violencia de género, sino también animar, estimular mediante acciones concretas la participación activa de las mujeres en temas sociales, políticos, culturales y económicos; propiciando, especialmente, acciones específicas, de afirmación positiva para su implicación en cargos de responsabilidad, en el debate, la dirección y la toma de decisiones. f) Atención a los pueblos originarios. Del mismo modo, se deben impulsar políticas activas a favor de las comunidades indígenas. No se trata solo de propiciar la participación indígena en los temas que les afecten, sino de procurar su implicación en todos los proyectos de desarrollo de las comunidades para abordar, de manera integral, una respuesta en materia de infraestructura y protección social que atienda a toda la comunidad.
2.3. Políticas públicas que fomentan la diversidad Hasta aquí, hemos intentado marcar los rasgos que definen, en el contexto de un buen gobierno participativo, las políticas públicas orientadas a procurar comunidades cohesionadas e inclusivas. Avanzando un paso más, se trata ahora de ver cómo estas políticas son capaces, además, de contemplar la diversidad y favorecer la promoción de la identidad cultural en el seno de esas comunidades.
2.3.1. La necesidad de gestionar la diversidad Cuando la mayoría de los miembros comunitarios comparten una misma identidad, como es el caso de algunas culturas indígenas originarias (aymará, kichwa, guaraní, ashuar, kuna, por ejemplo), el desarrollo, desde una concepción occidental de progreso, no forma parte de su cosmovisión. El gobierno local se orienta más bien a lo que ha dado en denominarse el buen vivir. Se trata de una corriente de pensamiento alternativo que se fundamenta en principios éticos y filosóficos que concretan el quehacer político local: / Una ética diferente que asigna otros valores al mundo: lo que rodea al individuo deja de ser visto como mercancía para tener otros valores espirituales, afectivos y relativos a las vivencias de alegría o tristeza. La calidad de vida o bienestar no depende de la posesión de bienes materiales o ingresos, sino de la felicidad y el buen vivir espiritual. / La diversidad de los saberes: no se privilegia un saber dominante, sino el encuentro de culturas. Una diversidad de saberes son reconocidos y respetados, sin otorgarles jerarquías. / Otro concepto de naturaleza: en la cosmovisión del buen vivir, la naturaleza deja de ser un objeto de valor para ser un sujeto. El buen vivir cuestiona la separación entre sociedad y naturaleza, y los plantea como una unidad. La
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naturaleza no es externa a las personas, ni puede ser manipulada y apropiada como mercancía. El ser humano es un integrante de la trama de la vida. / Comunidades ampliadas: las comunidades no están integradas únicamente por personas, sino también por seres y elementos no humanos (animales, plantas, agua, tierra y espíritus). No es una postura antitecnológica, ni tampoco una vuelta al pasado: incluye el aprovechamiento del desarrollo científico y tecnológico, pero teniendo en cuenta el principio precautorio y sin excluir otras fuentes de conocimiento. El buen vivir no es un regreso al pasado, sino la construcción de un futuro distinto al que determina el desarrollo convencional. Algunos países de Latinoamérica han plasmado esta filosofía en su Carta Magna. En Ecuador, la Constitución Nacional (2008)49 establece los derechos de las nacionalidades indígenas a la autonomía político-administrativa y jurídica, tanto para el manejo de sus asuntos internos como para las relaciones con organismos públicos y privados. En Bolivia, la Constitución Nacional del Estado (2009)50 garantiza a los pueblos
49 Constitución Nacional de Ecuador de 2008, capítulo II, «Derechos del buen vivir»: <http://www. asambleanacional.gov.ec/documentos/constitucion_de_bolsillo.pdf>. 50 Constitución Nacional del Estado de Bolivia de 2009: <http://bolivia.infoleyes.com/shownorm. php?id=469>.
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indígenas su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, lo que incluye su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura y al reconocimiento de sus instituciones. Sin embargo, en la mayoría de las comunidades (ciudades, pueblos, regiones y naciones), esta solución resulta difícil: no hay una única cosmovisión, sino una pluralidad de maneras de ver e interpretar el mundo, las relaciones sociales y los asuntos públicos. Entonces, el desafío está en garantizar el íntegro ejercicio de la libertad bajo el reconocimiento de la diversidad en el pleno respeto de la igualdad. Y ello nos lleva a pensar en una comunidad que pueda generar políticas públicas inclusivas, donde se respeten los derechos humanos e impere la no discriminación. En este sentido, y desde la asunción de un modelo de gobernanza, se impone ahora una breve reflexión sobre la gestión participativa de las diversidades.
2.3.2. Gobernanza y gestión participativa de las diversidades En la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia51 organizada por las Naciones Unidas en Durban, Sudáfrica, del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2001, la UNESCO promovió la Coalición
51 <http://www.un.org/spanish/CMCR/durban_ sp.pdf>.
Latinoamericana y Caribeña de Ciudades Libres de Discriminación, Xenofobia y Racismo52 para impulsar acciones dirigidas a erradicar las prácticas de intolerancia y exclusión por causas religiosas, sociales, étnicas, culturales, etc., en las gestiones locales. Con este marco de referencia, los dirigentes políticos tendrán que ser capaces de generar una propuesta integral de políticas especialmente diseñadas y segmentadas según los públicos, desde una perspectiva de género e inclusión, que permitan sostener y dotar de herramientas a los organismos de gobierno y a las organizaciones de la sociedad civil para generar prácticas participativas inclusivas que respeten e integren, en tolerancia, todas las identidades. Algunos autores hablan de gestión participativa de la diversidad 53 para referirse a un método que combina el presupuesto participativo y la gestión de las diferencias identitarias. El presupuesto participativo se presenta como una vía para alcanzar legitimidad democrática ante sectores sociales que se ven excluidos socialmente y vulnerados en sus derechos. Mientras que la gestión de la diversidad es el mecanismo para elaborar políticas públicas que piensen una ciudadanía multicultural y
52 <http://www.unesco.org/new/en/social-andhuman-sciences/themes/fight-against-discrimination/coalition-of-cities/>. 53 Gestión participativa de las diversidades, concepto trabajado por Ricardo Romero, del Instituto Nacional contra la Discriminación, en: <http:// www.cecies.org/articulo.asp?id=143>.
compleja, donde los aspectos sociales, generacionales y de género estén contemplados en el momento de diseñar y planificar la acción gubernamental. Los objetivos más importantes de la gestión participativa de las diversidades son: 1. Planificar para la inclusión social. 2. Diseñar espacios amigables para niños, jóvenes y personas mayores. 3. Desarrollar sistemas de transporte con seguridad para niños y mujeres. 4. Prevenir construyendo espacios seguros y accesibles para personas con movilidad reducida. 5. Impulsar actividades educativas y culturales que respeten las religiones, ideologías y cosmovisiones. 6. Visibilizar y concienciar sobre prácticas discriminatorias. 7. Generar espacios de participación, especialmente de grupos vulnerados, con especial atención a colectivos y pueblos indígenas. 8. Gestionar con perspectiva de género y desarrollar planes de igualdad de trato en la Administración pública. 9. Aplicar políticas afirmativas para grupos excluidos. En definitiva, reconocer ciudadanía desde la diversidad y garantía de derechos.
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La Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de la UNESCO del año 2005 señala que «la diversidad cultural constituye un patrimonio común de la humanidad que debe valorarse y preservarse en provecho de todos» y que, por lo tanto, su objetivo central es «proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales».54 Con este fundamento, la política de diversidad valora y actúa en pro del reconocimiento de los distintos grupos poblacionales, el respeto a su identidad y por el fortalecimiento de su capacidad de apropiación, gestión cultural y salvaguardia de sus expresiones culturales.
1. Crear condiciones para el desarrollo y fomento de una cultura ciudadana de reconocimiento y respeto por las diferencias culturales. 2. Fortalecer y garantizar a la sociedad el conjunto de derechos culturales, colectivos e individuales. 3. Hacer de la diversidad cultural y del ejercicio de la cultura los factores fundamentales del bienestar, la creatividad social y el desarrollo humano sostenible.
2.3.3. Directrices generales de políticas públicas de promoción social que contemplen la diversidad
4. Prevenir y sancionar la discriminación y la exclusión social. Esto es, promover y fomentar una pedagogía social de reconocimiento, respeto y valoración de la diversidad cultural, y de prevención de la discriminación y la exclusión social. Esta capacitación buscará fortalecer el ejercicio de los derechos culturales para hacer un país, una región, una ciudad incluyente, plural y tolerante capaz de reconocer en la diferencia.
Del mismo modo que hemos marcado criterios recomendables para las políticas de promoción social, parece interesante concretar algunas medidas para avanzar en la definición de políticas públicas que busquen expresamente la promoción de la diversidad. Entre las pautas que permitirán matizar las políticas que contribuyen a la cohesión social desde esta perspectiva y que se deben considerar, están:
5. Garantizar la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y sus comunidades en las decisiones culturales que les conciernen o que pueden afectarlos, teniendo en cuenta el principio del consentimiento libre, previo e informado. La participación surge del reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas como sujetos colectivos y de su derecho a decidir libre y autónomamente sobre su desarrollo.
54 <http://unesdoc.unesco.org/ images/0014/001429/142919s.pdf>.
6. Reconocer y visibilizar el legado, valores y manifestaciones culturales de los pueblos indígenas y sus aportes a
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la construcción de la comunidad, en el marco del respeto por sus derechos, con el fin de fortalecer la comprensión y el sentido de pertenencia de una comunidad culturalmente diversa. 7. Integrar cultura y territorio. En los pueblos indígenas la relación entre sociedad y naturaleza está mediada por una imbricada red de relaciones sociales y simbólicas que son el fundamento de su pervivencia como pueblos. Por esta razón, una directriz de la política pública de diversidad cultural es mantener este enfoque integral y reconocer el valor y la importancia de los territorios y de sus recursos naturales en la preservación y pervivencia de estas culturas indígenas, en particular, y como rasgo de identidad comunitaria global. 8. Reconocer, respetar e integrar los saberes tradicionales como un valor para la conservación del patrimonio cultural y natural de la ciudad. 9. Fortalecer el proceso de apropiación y ejercicio de los derechos culturales de los diferentes grupos poblacionales. 10. Promover y fortalecer el enfoque diferencial y las acciones afirmativas que contribuyan al reconocimiento y respeto de la identidad e integridad cultural de los grupos étnicos y comunidades locales campesinas y urbanas, a la valoración social de sus expresiones culturales, y, en general, a la eliminación de obstáculos que impidan a las personas y comunidades el acceso y disfrute de los activos y bienes de la cultura.
11. Promover el enfoque de acción sin daño, mediante el cual se posibilita la toma de decisiones adecuadas, con base en una valoración de los riesgos susceptible de generar una acción que involucre a grupos étnicos, comunidades locales y poblaciones vulneradas o vulnerables. 12. Prevenir la discriminación y la exclusión social, pues es necesario evitar el uso de estereotipos que lesionen la imagen, valores y cultura de los pueblos, comunidades y población social culturalmente diferenciada. 13. Adoptar medidas que contribuyan a la salvaguardia integral de la diversidad de expresiones culturales de diversos grupos locales, especialmente en situaciones en las que las expresiones culturales estén bajo amenaza y puedan correr peligro de extinción o de grave menoscabo. 14. Generar directivas y mecanismos adecuados que contemplen la dimensión cultural para la consulta, consentimiento y concertación con las comunidades a partir del diálogo intercultural. 15. Fortalecer la capacidad social de los pueblos y comunidades para la gestión social de su patrimonio cultural y la apropiación y el manejo con autonomía de las tecnologías modernas de la información y la comunicación. 16. Promover y desarrollar espacios y procesos de coordinación interinstitucional fomentando las alianzas y la cooperación; especial interés revisten las relaciones con otros sectores, especialmente el educativo.
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2.3.4. Algunas acciones de política pública que contribuyen a la promoción social y cultural No pretendemos agotar el listado de las posibles actuaciones que acometer por parte de los dirigentes políticos, sino, nuevamente, dar pistas para la acción. Algunas de las principales acciones posibles son: 1. Gestión para la salvaguardia del patrimonio cultural. Para la recuperación y la revitalización de sus tradiciones, historia y centros ceremoniales y en la preservación de los sitios sagrados de sus territorios o de importancia para la memoria colectiva. Para la sensibilización sobre las culturas diferentes que existen en la comunidad como medio de superar los estereotipos, la exotización o el rechazo de dichas culturas. 2. Documentación, comunicación y divulgación de cada identidad con presencia en la comunidad. / Con carácter sectorial, los planes y programas incorporarán el enfoque diferencial para las distintas identidades con el fin de promover la producción de sus propios relatos, el fortalecimiento de sus expresiones culturales (música, teatro y danza, entre otros) y el desarrollo de nuevos esquemas de cultural digital y audiovisual. / Con carácter transversal, los planes de vida55 constituyen valiosas herramientas
55 Reproducimos aquí, a modo de explicación y ejemplo, la definición y caracterización de un plan de vida
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de concertación, planificación y programación para la acción pública. La dimensión cultural no se pone de manifiesto de manera explícita en muchos
indígena propuesto por la organización Helvetas Swiss Intercooperation y que se puede consultar en: <http://www.territorioindigenayGobernanza.com>. Un plan de vida indígena es un instrumento de planeación que se construye a partir de un proceso participativo de autodiagnóstico y del ejercicio de elaboración de proyectos. Es un instrumento de política y de gobierno, y, como tal, un acuerdo social que debe surgir del consenso. El plan de vida se consolida como un documento que contiene: / Información sobre la comunidad, sus recursos y sus necesidades. / Información sobre los cambios que la comunidad quiere lograr, y los proyectos para lograr esos cambios y vivir mejor. / El posicionamiento de la comunidad acerca de la relación entre el gobierno indígena y los actores gubernamentales y otros actores. / La visión política de la comunidad a largo plazo. El contenido del plan depende del contexto de cada comunidad u organización indígena. El plan de vida responde a tres preguntas: ¿quiénes somos?, ¿qué buscamos? y ¿cómo lo haremos? No existe un método único para realizar un plan de vida, pero en general se siguen los siguientes pasos: 1. Procedimiento de construcción del plan. Incluye un pacto sobre las formas de participación y los mecanismos para la toma de decisiones. 2. Visión. La reflexión sobre el pasado y el presente de las comunidades, los cambios y sus causas para plantear el futuro que quiere la comunidad. 3. Diagnóstico comunal participativo. 4. Identificación y priorización de problemas. 5. Planeamiento de soluciones. 6. Planificación participativa. 7. Formulación de proyectos. 8. Realización de un cronograma de actividades. 9. Inventario de instituciones para financiamiento. 10. Evaluación.
de ellos, pero está presente tanto en el proceso como en sus resultados finales. 3. Prevención de la discriminación y la exclusión social. / Combatir la discriminación, en especial el racismo contra los grupos identitarios —generalmente más vulnerables— mediante campañas sistemáticas y utilización de medios y tecnologías de comunicación modernos para erradicar los imaginarios fundados en estereotipos y prejuicios sociales y culturales. / Contribuir a la formulación de acciones afirmativas para superar la brecha de desigualdad, inequidad y marginación en las que viven algunos colectivos, no necesariamente minoritarios, como es el caso de las mujeres. Otras medidas que se pueden implementar, en el marco de la promoción participativa de las diversidades, son: / Fortalecimiento de la memoria histórica. / Protección de la integridad cultural de pueblos en riesgo o desplazados. / Desarrollo normativo. / Fomento de las lenguas indígenas. / Comunicación intercultural. / Emprendimiento cultural. / Protección de los sitios sagrados.
2.4. Políticas públicas sobre identidad cultural con carácter sectorial Quisiéramos, también, en este repaso por los diferentes tipos de políticas que pueden contribuir a la construcción de comunidades cohesionadas, plurales y diversas, detenernos en aquellas políticas públicas que ponen el acento en la dimensión cultural de la identidad. Por lo general, estas políticas culturales se refieren al conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales de los organismos públicos y de otros agentes sociales en la cultura, entendiendo aquí la cultura en su versión restringida —como es el sector concreto de actividades culturales y artísticas—, pero también considerándola de manera amplia —como el universo simbólico compartido por la comunidad—. Las políticas culturales surgen y se desarrollan a partir de cuatro grandes principios: / El valor estratégico de la cultura como difusor de estándares simbólicos y comunicativos. / Su capacidad para fundamentar las identidades colectivas y, por tanto, las identidades de las naciones y de los estados. / Sus efectos positivos, tanto económicos como sociales, para desarrollar la creatividad, la autoestima y una imagen positiva de las personas y los territorios.
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/ La necesidad de preservar el patrimonio colectivo de carácter cultural, histórico o natural.
empleo, infraestructuras, preservación, revitalización y valorización del patrimonio, participación comunitaria…
En 1969, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) introdujo la idea de las políticas culturales y solicitó a los gobiernos que reconocieran explícitamente las acciones culturales como una finalidad importante de las políticas públicas. Paso a paso, la comunidad mundial ha ido prestando atención a este llamado: la realización de la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales en México en 1982;56 la década de 1988 a 1997, proclamada como el Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural por parte de las Naciones Unidas;57 la realización de la Conferencia Intergubernamental de Estocolmo sobre Políticas Culturales para el Desarrollo (1988);58 y el creciente número de Estados que crean ministerios culturales muestran el reconocimiento de un principio fundamental para el desarrollo humano: la cultura es desarrollo y el desarrollo es cultura. Desde esta perspectiva, la cultura, en el terreno de las políticas públicas, guarda relación con otros ámbitos para los que se marcan diversos objetivos: educación, economía y
Las políticas públicas de las que venimos hablando se podrían clasificar en dos grandes bloques:
56 <http://portal.unesco.org/culture/es/ files/35197/11919413801mexico_sp.pdf/mexico_ sp.pdf>. 57 <http://unesdoc.unesco.org/ images/0008/000852/085291sb.pdf>. 58 <http://unesdoc.unesco.org/ images/0011/001139/113935so.pdf>.
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1. Aquellas políticas orientadas a integrar las identidades particulares para conseguir cohesión social creando una nueva identidad. Implementar políticas, programas y proyectos públicos que fomenten la construcción de ciudadanía y la confianza, empatía y solidaridad por medio de la interacción significativa de personas, grupos, localidades y comunidades no es tarea fácil. Además de las condiciones estudiadas más arriba para que sean procesos de promoción social inclusivos, participativos y educativos, es preciso idear fórmulas, acciones y actuaciones concretas que tengan como objetivo específico crear una nueva ciudad, provocar la conectividad entre las personas y los grupos. Para lograrlo hay que elegir un motivo, una razón que sirva para poner en disposición de diálogo a las personas: una carencia o necesidad que sea común y que a todos interese resolver. Así, será relativamente fácil aprender a participar, a escuchar, ir conociendo a los otros hasta reconocerlos y lentamente crear el hábito de la cooperación. Esta es la vía lenta pero intencional de la participación, de la cohesión y de la generación de una identidad común como comunidad de ciudadanos.
2. Las políticas que parten de la identidad cultural o de algún elemento, valor o rasgo identitario particular para construir un proyecto de desarrollo local que genere cohesión comunitaria. La otra manera de cohesionar las ciudades a partir de la identidad cultural supone la puesta en valor de todos o de algunos de los rasgos culturales de la comunidad. Existen experiencias al respecto a lo largo y ancho de todo el planeta orientadas a aprovechar la identidad cultural con enfoque de desarrollo local a través de, por ejemplo: / La puesta en valor del saber hacer tradicional, la artesanía, la gastronomía, la medicina, etc., como formas de recuperar esas tradiciones, mantener vivas las destrezas y habilidades heredadas y aprovecharlas para el desarrollo local. / Renovar la identidad cultural originaria de una comunidad para generar recurso turístico. / Convertir la cultura-arte en motor e identidad de la ciudad, ya sea a partir de las manifestaciones artísticas heredadas (música, pintura, escultura, cine…) que forman parte de la historia local, ya sea a partir de la innovación, creando nuevos centros de arte. / Recuperar el patrimonio tangible e intangible que representa la identidad local, desde un edificio hasta la memoria histórica, como forma de preservar la herencia de una comunidad, pero también como una oportunidad para provocar sinergias económicas en el territorio.
2.5. Implementar políticas de cohesión social cívica y comunitaria Esta gobernanza democrática buscada que procura diseñar e implementar, desde la cooperación de gobiernos y ciudadanos, un modelo de ciudad más cohesionada y pluridentitaria requiere ensayar fórmulas políticas que conjuguen estrategias en lo social, lo metodológico y lo educativo.
2.5.1. Estrategia social: preparar el ambiente Generar un ambiente de aceptación del otro es un primer paso para edificar juntos un nosotros a través de la participación. Se trata de trabajar para crear el marco adecuado para la convivencia, para la interrelación, para el intercambio. Ir construyendo el continente, el clima que albergará la idea de una ciudad nueva planeada en cooperación participativa y más cohesionada, donde cabe integrar las diversas identidades, donde construir juntos una identidad común. Para ello, y con esta ambiciosa finalidad de integrar las identidades culturales peculiares que componen la comunidad en una identidad común de ciudad, sería interesante, desde las políticas públicas, empezar estableciendo algunas medidas iniciales, como, por ejemplo: / Destinar fondos para cambiar la percepción pública de las diversas culturas locales a través de los medios de comunicación.
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/ Promover programas que informen sobre las leyes y reglamentación de los derechos humanos, ciudadanos, económicos y sociales y fortalezcan la capacidad de las personas que pertenecen a minorías, grupos más marginales o vulnerables.
consciente y voluntaria de las personas con el propósito de proponer iniciativas que satisfagan sus necesidades, de definir intereses y valores comunes, colaborar en la realización e influir en la toma de decisiones de los responsables políticos o administrativos.
/ Formar redes de solidaridad y alianzas estratégicas entre organizaciones ciudadanas con otros movimientos, instituciones gubernamentales, no gubernamentales y privadas.
2.5.2. Estrategia participativa: preparar el método
En el ámbito local, estas políticas pretenden provocar procesos de cambio social, donde vecinos son invitados a implicarse en la gestión de los problemas que afectan a todos como comunidad de ciudadanos. Estos procesos no se improvisan, requieren una planificación estratégica propia. Los planes estratégicos, a caballo entre la regla y la artesanía, demandan una metodología adaptable a la realidad del territorio sobre el que se actúa. No existe un método único que se pueda copiar de forma mimética de un territorio a otro. El gran reto está en crear visiones globales del territorio que sean lo suficientemente atractivas para los ciudadanos y los agentes que interactúan en él. Solo esta capacidad de empatía ciudadana y esta flexibilidad permitirán movilizar a las personas y generar compromisos para lograr objetivos estratégicos de hondo calado.
La participación comunitaria es un tipo de relación social, un método de comunicación entre personas y grupos, cuyo fin último es la contribución al bien común. Como hemos visto a lo largo de este capítulo, es capital para un correcto ejercicio de la gobernanza. En este modelo, las políticas públicas deben procurar una movilización racional,
Los procesos de participación deben ser factibles, eficaces y rentables, sobre todo en lo social, y para ello deben estar debidamente planificados. Pero, además, con la perspectiva de este análisis, desde la posición de las autoridades locales, se revela imprescindible que sean intencionales, esto es, que exista un motivo aglutinador para
/ Capacitar a los líderes en desarrollo, manejo de conflictos, derechos y leyes, técnicas de incidencia en las políticas públicas, el proceso político, los programas de desarrollo y los derechos económicos, laborales, sociales y étnicos. En definitiva, la cuestión estaría en provocar espacios, tiempos y argumentos para una convivencia constructiva, requisito indispensable para empezar a actuar juntos.
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la movilización. En cada comunidad puede ser distinto, pero en todas es más importante encontrar o dar razones a los vecinos para participar que el proceso de participación en sí mismo. En este sentido, se afirma que la participación no es un fin en sí mismo, sino un medio. Por tanto, y como objetivo de animación social, se trata de centrar el esfuerzo y el trabajo en un problema, carencia o necesidad (que no necesariamente tiene que ser cultural), que sea expresado como demanda social y que haga confluir intereses, ilusiones y preocupaciones de vecinos con los de las autoridades locales. Esa búsqueda conjunta y compartida de soluciones favorece la cohesión social en la comunidad e integra las diversas identidades para crear una nueva identidad ciudadana.
2.5.3. Estrategia educativa: preparar a las personas Una sociedad corre el riesgo de fractura social y de exclusión si desconoce la importancia de los soportes que posibilitan la cohesión social, complejo nudo de valores que hemos indicado más arriba y que ahora intentaremos convertir en hábitos, desterrando, además, aquellos modos que erosionan el bien común. La construcción de capacidades y oportunidades para la cohesión social y la interculturalidad supone una reformulación educativa que capacita a vecinos para el cambio social, para la vida en la comunidad de ciudadanos, en solidaridad, en participación.
Las políticas públicas, tanto las orientadas a la participación para la resolución de conflictos concretos como aquellas que pretenden una planificación estratégica de la ciudad del futuro en el ámbito local, deben, en paralelo, enseñar a participar en: / Las relaciones con uno mismo (fortaleciendo el autoconocimiento, la autoestima y el autocontrol), de tal manera que cada individuo, a título personal, esté motivado para elegir y contribuir, en la medida de sus posibilidades, al bien común. / Las relaciones con los demás para que, practicando la tolerancia, la solidaridad y la justicia, las personas puedan aceptar a los que son diferentes y colaborar con los otros en la construcción común. / Las relaciones con el entorno social, mediante la construcción de un hábitat sano y confortable en la perspectiva de un mundo mejor. Poner en marcha esta estrategia educativa orientada, desde la política local, a cohesionar individuos, grupos e identidades para conformar una comunidad de ciudadanos con una identidad propia, a la par que integradora, requiere desplegar, de manera formal, no formal y hasta informal, cuatro acciones pedagógicas: escucha atenta, informacióncomunicación, formación y animación. La escucha atenta Cuando las autoridades locales toman la responsabilidad de emprender procesos de
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desarrollo local asumen, en primer lugar, la misión de atender las necesidades, carencias y limitaciones de los propios ciudadanos. Emprendiendo procesos empáticos de escucha atenta, se favorece el acercamiento; la autoridad local muestra estar o poner interés en el otro. Indica respeto y consideración, despierta confianza y permite: / Canalizar la demanda social. / Argumentar la política pública y su necesidad. / Aumentar la eficacia de las intervenciones públicas. / Incrementar la credibilidad de quienes gobiernan. / Conocer la opinión que los ciudadanos tienen de determinados servicios ofrecidos, para, si es necesario, introducir reformas, etc. La información La información es, en esencia, un conjunto de datos, enunciados o afirmaciones que se presenta con certeza. Cuando la veracidad de una afirmación no está demostrada, se concibe como una opinión. Esta distinción resulta trascendente a la hora de fundamentar decisiones políticas que deben inspirarse en datos y hechos más que en opiniones. La información es la base de cualquier reflexión social, política o ética, ya que permite ver lo que entraña una situación,
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sustentar su análisis y movilizar a los individuos a partir de unos hechos reales. Aunque ponerse en marcha hacia la acción sea producto de un impacto emotivo (basado en el afecto, el sentido de pertenencia y el sentimiento de comunidad), la acción debe ser realista y viable, por lo que la información es la que permite dar los primeros pasos con objetividad. En este sentido, se presenta como una herramienta o medio imprescindible para asegurar la transparencia en la relación públicoprivada que la gobernanza requiere. En ocasiones, se combina con la comunicación, entendida esta como relación social, pero diferenciada de aquellos procesos comunicativos que se emplean como herramienta de promoción de la comunidad: / La información tiene una vocación interna de aportar conocimiento (datos). Contribuye a que los grupos alcancen un determinado grado de conocimiento y documentación, por lo que es parte integrante de la formación. / Por su parte, la comunicación, en esta segunda acepción de la que venimos hablando, tiene una vocación externa de dar a conocer (publicidad, difusión, imagen); más que una acción pedagógica es una acción de marketing, de comercialización; internamente está al servicio de la animación (estimulación, motivación, movilización) de la comunidad para dar pie al consenso y argumentos para la participación. Así, contribuye a la ampliación de los grupos de cooperación
y a la divulgación de su iniciativa: dar a conocer nuestra identidad, las acciones emprendidas, los logros conquistados en el proceso de desarrollo local, etc. Externamente, ayuda a la comunidad a presentar los rasgos que definen su identidad o la nueva imagen de la ciudad. Una modalidad frecuente es la comunicación comercial que se hace de una determinada ciudad y su imagen en campañas de promoción turística, por ejemplo. La información inspira y fundamenta a la animación y la formación. La formación Por su parte, la formación, desde la óptica de lo comunitario, hace referencia a la disposición de todos los elementos técnicos, contenidos, capacidades, conocimientos, destrezas, hábitos, habilidades, etc., a fin de conseguir que el sujeto se capacite para ejercer, con otros, el acto colectivo de participación y de gestión de sus intereses, de su vida, de sus recursos, de su futuro. La animación La animación, cuyos efectos solo se aprecian a largo plazo, es una acción educativa difusa, con múltiples manifestaciones, que permite encontrar formas y proyectos que muevan a los ciudadanos a participar en la vida social. En este sentido, se afirma que la animación es la acción educativa que intencionalmente busca dar razones, estimular, motivar a las personas para que participen en los asuntos de su comunidad.
Desde las políticas públicas, se debe otorgar a esta inversión inmaterial que es la animación la misma importancia que se concede a otros tipos de inversión. En particular, animar a las personas y grupos a que se impliquen en la vida comunitaria supone desplegar procesos autorganizativos, individuales y colectivos, en todos los ámbitos de la vida comunitaria: sociales, educativos, económicos, políticos y culturales, que agrupan todos los problemas de la vida en grupo, de barrio, de ciudad, de la vida urbana o rural. Queda excluida toda forma de manipulación en la medida en que no ordena ni da consignas, sino que estimula para que cada uno sea protagonista en la forma, medida y ritmo que él mismo determina.
2.6. La interconexión de las políticas públicas Nos parece importante, en este marco de reflexión, dedicar un espacio a la relación entre la promoción de la diversidad y la noción de globalización. Relación que se antoja, a priori, difícil, ya que puede ser entendida en términos amenazantes o de confrontación. El posible conflicto entre las racionalidades propias de la globalización y las lógicas locales identitarias, para la mayoría de los analistas, está superado, y el problema actualmente se centra en cómo se resuelve la necesaria integración entre lo global y lo local.
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Desde la perspectiva de la globalización cultural, podría parecer que centrarse en la identidad local produce un cierto déficit de ciudadanía. El hombre y la mujer de nuestro tiempo pueden tener la percepción de que su cultura identitaria está desfasada respecto a la rápida evolución del conocimiento mundial en el campo de la economía, de las finanzas, de la tecnología, del arte, de las tradiciones y de la información. Parecería, por fin, que la infinita capacidad de diferenciación que las personas han mostrado en la evolución de la historia humana debería tender a subsumirse en una conciencia universal que hiciera posible el sueño de la aldea mundial homogénea. A pesar de ello, la realidad es que nuestra época no presenta déficit ni de universalidad ni de particularidad. Ambas dimensiones, particular y universal, local y global, se expresan con fuerza, y de lo que se trata es de encontrar el equilibrio en nuevas formas de articulación de estos opuestos. O sea, que tan necesario es afirmar la unidad genérica de la especie como consolidar las diferencias, y hay que encontrar el modo de hacerlo. En este escenario se mueve, en realidad, el conflicto actual. Con la perspectiva del desarrollo local de base territorial, ambas dimensiones tendrían que ser complementarias: cuanto más intenso sea el proceso de mundialización, más dinámico será el proceso de diferenciación identitaria. De tal manera que los procesos de desarrollo local se sitúan en el centro del debate sobre cómo disociar la cultura local (a su vez, compleja, por ser una amalgama de
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identidades diversas) de la cultura global y cómo complementarlas. Así, para lograr la complementación de las identidades particulares en la identidad local y de estas en la cultura universal, las autoridades locales desempeñan un papel crucial. Estos dirigentes, en la constitución de la comunidad de ciudadanos, necesitan el apoyo y el complemento de otras políticas públicas que les faciliten la tarea de universalizar su cultura y su identidad local. Se trata de una necesidad básica para los gobernantes porque una ciudad no suele contar con todos los medios necesarios para resolver por sí sola el conjunto y la complejidad de problemas a los que se enfrenta. Así es que desde lo local (desde todas sus esferas: político-administrativa, ciudadana y social) se reclama, se necesita ayuda, de otras instancias políticas extralocales: a escala regional, nacional e incluso internacional. Por su parte, y como forma de atajar una posible fractura social entre las comunidades (que podría conducir a brechas de tipo económico y, en definitiva, territoriales), desde las autoridades regionales, nacionales e internacionales se impone implementar políticas de cohesión social y solidaridad que vertebren esos territorios. De esta manera, gradual y progresivamente, se irán despertando y desplegando en el individuo sentimientos de identificación positiva con nuevas realidades sociales: será un individuo con una identidad peculiar (con una cultura propia emanada de su devenir histórico, de su entorno social y familiar, de su etnia, de su religión, de su edad o de
sus intereses artísticos), que se integra en su comunidad-ciudad para resolver los problemas que tiene en común con otros ciudadanos (probablemente de otros grupos). Su comunidad-ciudad se integrará, mediante redes, pactos, hermanamientos y el establecimiento de intercambios con otras ciudades de su región de manera voluntaria, o bien se verá reforzada por legislaciones, medidas y programas de su región… Todo esto fomentará la unidad en el territorio (y, por ende, la solidaridad y la cohesión social, económica y territorial), pero, sobre todo, la noción de pertenencia a una estructura superior a la ciudad facilitará el sentimiento de pertenecer a una región, a estar integrados en una comunidadregión. Del mismo modo, sucederá gradualmente con la comunidad-nación en una rueda de conquistas sucesivas. De algún modo, esta era la filosofía de la Conferencia de Río de 1992, cuando postulaba que el desarrollo sostenible consiste en «pensar globalmente para actuar localmente».
2.7. Identidad y diversidad como valores para la cohesión social en procesos de gobernanza democrática Para concluir esta segunda parte del estudio Identidad e identidades: potencialidades para la cohesión social y territorial, dedicada a la reflexión sobre las políticas públicas que contribuyen a generar comunidades cohesionadas,
plurales y diversas, queremos plantear una breve reflexión final: analizar en qué medida, en el contexto de un buen gobierno, las acciones orientadas a la protección de las diferencias identitarias y a la promoción de la diversidad y la interculturalidad en el seno de las comunidades locales constituyen un valor para el logro de la cohesión social. Según el diccionario de la Real Academia Española, un valor es aquella cualidad que poseen algunas realidades, consideradas como bienes, por la cual son estimables. Los valores tienen jerarquía en tanto en cuanto son superiores o inferiores. Se trataría, entonces, de ver hasta qué punto la atención gubernamental a las diferencias identitarias, la diversidad y la interculturalidad llegan a ser una cualidad estimable como positiva y superior para la consecución de la cohesión social. La conexión entre estos conceptos no es algo arbitrario, como lo prueba el hecho de que, durante la última década, en numerosas ocasiones ha centrado el interés y la preocupación de los gobiernos y autoridades nacionales en distintos foros. Así, y a modo de ilustración, en la Tercera Cumbre de las Américas, celebrada en Canadá en 2001,59 los mandatarios americanos calificaron la diversidad cultural como una «fuente de gran riqueza» para la región, estableciendo que el respeto y la valoración de la diversidad deben ser un factor de cohesión que
59 Declaración de Québec.
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contribuya a fortalecer el tejido social e impulsar el desarrollo de las naciones. En su plan de acción, encomendaron a los países que emprendieran acciones concretas para la promoción y la preservación de la diversidad cultural y lingüística por medio de proyectos, alianzas e intercambio de información, incluyendo el uso de nuevas tecnologías de comunicación. Un año mas tarde, en la Primera Reunión Interamericana de Ministros y Máximas Autoridades de Cultura,60 reafirmaron que la diversidad cultural que caracteriza a la región americana es fuente de gran riqueza, y destacaron que el respeto y la valoración de la diversidad contribuyen al dinamismo social y económico como factores positivos en la promoción de la gobernabilidad, la cohesión social, el desarrollo humano, los derechos humanos y la coexistencia pacífica en el hemisferio. Y, en 2004, durante la Segunda Reunión Interamericana de Ministros y Máximas Autoridades de Cultura, en Ciudad de México,61 propusieron desarrollar el concepto de cultura como factor del desarrollo social y la integración económica; abordando, entre otros asuntos, el papel de la cultura como herramienta de inclusión, cohesión social y lucha contra la pobreza. En este sentido, también, se deben orientar las iniciativas de los dirigentes
60 Declaración de Cartagena de Indias. 61 Declaración de México.
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políticos, entendiendo que la atención a las identidades culturales existentes en su comunidad, así como la identidad global de la propia comunidad, son un asunto público que requiere atención expresa, considerando que la desatención puede generar conflicto social y agravar importantes brechas sociales. Pero pensando que estas políticas públicas no tienen solo valor paliativo, sino que especialmente implican un valor constructivo de promoción social y contribuyen, además, a generar una comunidad más cohesionada. Así es, desde esta visión, y en relación con los componentes de la cohesión social, como podríamos establecer que la protección de las diferencias identitarias y la promoción de la diversidad y la interculturalidad contribuyen a generar en el seno de las comunidades locales igualdad e inclusión social, pertenencia, reconocimiento, legitimidad y participación. Igualdad e inclusión social La cohesión social supone un compromiso extendido y sistémico con la justicia distributiva y la equidad. Una comunidad capaz de garantizar igualdad de oportunidades a toda la ciudadanía para el ejercicio libre de la propia cultura puede promover dinámicas de acercamiento social entre identidades diferentes y facilitar el despliegue de capacidades que posibiliten la convivencia pacífica y, por tanto, la cohesión. La inclusión, en la perspectiva de la cohesión cívica y comunitaria, es más que un conjunto
de políticas públicas de protección social capaz de garantizar seguridad y apoyo a todas las personas ante la vulnerabilidad y el acaecimiento de riesgos, eventos o necesidades específicas. Requiere ser, además, estímulo para la integración y la interculturalidad; por ello, decimos que se concreta en políticas públicas de promoción social. Pertenencia La conectividad social en cuyo marco los ciudadanos comparten valores y compromisos básicos propicia cohesión social. Esa conexión entre individuos e identidades es favorecida con políticas públicas dirigidas al fomento de la cultura propia de los grupos identitarios que se sienten vinculados a sus propios colectivos. Y aquí no basta con proteger las diferencias identitarias; resulta imprescindible, además, apoyar y generar políticas concretas con carácter transversal que sirvan para la promoción de la diversidad y el fomento de la interculturalidad como vías para procurar el arraigo de los ciudadanos a su comunidad-ciudad. De esta manera, las autoridades locales ponen las bases para que las personas sientan que pertenecen una identidad común y que la comparten sin necesidad de tener que renunciar a su cultura particular. Reconocimiento Este componente de la cohesión social es, sin duda, el que más claramente
queda potenciado en políticas sociales que atiendan la diversidad cultural, en la medida en que suponen la mediación positiva de las diferencias identitarias, religiosas, culturales, políticas, étnicas, de valores y de cualquier otro tipo por las que se caracteriza la sociedad. Los ciudadanos perciben que los otros los aceptan y reconocen, se sienten incluidos, integrados, respetados en su comunidad. Legitimidad La cohesión social es una construcción colectiva. En este sentido, requiere acciones políticas que favorezcan procesos de consenso participativo, como, por ejemplo, el modelo de gobernanza. Estilo de gobierno que se fundamenta en la legitimidad y la confianza para establecer relaciones con la ciudadanía y proponer políticas públicas. Este modelo de buen gobierno, como hemos visto, se nos presenta como el más propicio para proteger las diversas identidades de una comunidad facilitando procesos de relación y potenciación intercultural. Participación Por fin, la cohesión social supone, al igual que la gobernanza, la implicación amplia de la ciudadanía en las cuestiones públicas. La promoción de las identidades, el respeto por la diversidad y el fomento de la interculturalidad mediante el despliegue de políticas públicas culturales y de promoción social pueden convertirse en incentivos, motor y causa para la participación ciudadana, de tal manera
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que en lugar de ser una amenaza para la cohesión social se presentan como una oportunidad para conseguirla. En definitiva, las políticas públicas que promueven la cohesión social son un intento de solucionar problemas públicos. Solución que requiere la interrelación entre objetivos, justificación y nivel instrumental de gestión que esa acción política entraña. En ocasiones, profundizar en el compromiso político con la cohesión social, en materia de diversidad cultural, puede requerir determinados ajustes y reestructuraciones que faciliten: / Un trato de igualdad a todos los grupos e identidades que forman la comunidadciudad, de tal manera que se favorezca la inclusión social de los más desprotegidos, marginados o vulnerables, a la par que se reconocen todas las identidades. / Esto desembocará en un nuevo sentimiento de comunidad plural, abierto, integrador; una ciudad donde tengan cabida todas las sensibilidades e identidades. De este modo, el sentido de pertenencia particular y el comunitario podrán ser asumidos por los individuos como algo complementario y no contradictorio, opuesto o enfrentado. / Para ello, es imprescindible poner en marcha nuevos métodos que tienen en la fórmula de la participación su herramienta privilegiada. Una participación que otorga a la ciudadanía un papel fundamental, protagónico: no se trata solo de validar aquello que hacen los
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gobiernos, sino de compartir problemas, responsabilidades y soluciones. Se trata de cooperar, instancias públicas y ciudadanas implicadas juntas, en el logro del bien común. Esta es la fórmula que inspira en la ciudadanía confianza en sus dirigentes y legitima el proceso, aportándole rasgos de legalidad, transparencia, justicia y equidad, pilares fundamentales para el avance de la cohesión social.
3. El IV Diálogo Regional en La Paz (Bolivia), marzo de 2012
Uno de los instrumentos privilegiados por la OCO, como medio para alcanzar los objetivos marcados por el programa URB-AL III, son los Diálogos Regionales sobre Cohesión Social. El IV Diálogo, celebrado en La Paz en marzo de 2012, se consagró al análisis y reflexión de los temas que nos ocupan bajo el título Identidad e identidades: potenciales para la cohesión social y territorial. El encuentro partía de las siguientes premisas: 1) La identidad territorial y el sentido de pertenencia asociado pueden jugar un rol clave de cara a la obtención de objetivos colectivos de desarrollo y cohesión social local. 2) La existencia de una identidad territorial es compatible con la de otras identidades (cultural, étnica y de otra índole) y con los sentidos de pertenencia asociados a ellas. La adopción de la idea de cohesión social como motor de la acción pública y de la gobernanza democrática, por su parte, requiere la gestión de las diferencias y de los conflictos que la multiplicidad de identidades pueda generar. 3) Las identidades presentes en un territorio pueden convertirse en potenciales factores de desarrollo económico local y territorial. 4) El ámbito local es el más propicio para la generación de políticas públicas con un enfoque integrado de identidad, esto es, para la incorporación del valor de la identidad de manera transversal e integral en las diferentes políticas que buscan directa o indirectamente un aumento de la cohesión social.
Para ello, el Diálogo Regional centró el debate en tres aspectos fundamentales para avanzar en la concreción práctica de políticas públicas que, con un enfoque integrado de identidad, contribuyan a forjar comunidades más cohesionadas. Así, en una primera mesa de debate, se analizaron iniciativas, aprendizajes y experiencias de políticas públicas locales con un enfoque integrado de identidad. Un segundo momento estuvo dedicado a reflexionar sobre la convivencia y su papel en la articulación práctica, en forma de gestión política pública, de todos estos conceptos. Se terminó con el debate sobre el enfoque de la identidad cultural como potencialidad para el desarrollo económico y territorial. Se llegó al momento final del Diálogo Regional con un consenso respecto a la necesidad de que los gobiernos locales de América Latina contemplen la identidad y la multiculturalidad como elemento fundamental en la construcción de políticas públicas que contribuyan a incrementar la cohesión social. Al respecto, los participantes subrayaron que la identidad es un activo fundamental para el desarrollo por medio de la valorización del saber y la acumulación cultural propia de los territorios. Asimismo, se coincidió en la necesidad de replantear los modelos vigentes de desarrollo para incluir la identidad como un elemento central, se reconoció que no existen «recetas mágicas» para unos retos tan complejos y se enfatizó que la primera asignatura pendiente en la región es la lucha contra las desigualdades, para
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lograr que la identidad deje de ser factor de exclusión y se convierta en factor de inclusión. Durante los debates, se reconoció que, demasiado a menudo, se ha enfatizado en la identidad como elemento de confrontación y diferenciación, lo que ha dado origen a una gran cantidad de conflictos. Pero también se apuntaron muchas pautas y sugerencias, reflexiones y recomendaciones para revertir esta situación. Intentaremos ordenar estas aportaciones, estructurándolas a partir de algunos de los conceptos que, en el Diálogo Regional, se reiteraron con más intensidad: Sobre las personas Se apuntó, en repetidas ocasiones, la importancia de que las políticas públicas que se articulen sean realmente inclusivas, esto es, que tuvieran en cuenta a todas las personas que integran una comunidad. Se destacó, en este sentido, y en aras del concepto de igualdad, el importante rol de grupos, cuya identidad está inspirada no solo en rasgos étnicos, sino en otras variables como el sexo o la edad. Se debe hacer un esfuerzo especial en propiciar políticas que contemplen equidad de género y en incorporar a los jóvenes y sus peculiares cosmovisiones en los procesos de desarrollo local, porque ellos representan el futuro de ciudades, regiones y países. Sobre los lenguajes En especial, desde esta perspectiva de los actores jóvenes, se llamó la atención
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sobre uno de los elementos que más definen las identidades culturales: los modos de expresión y comunicación. La importancia que los lenguajes (como código simbólico de relación entre los humanos) tienen para la convivencia y el entendimiento, como vía también de comunicación intergeneracional y como cauce para que cada grupo exprese su propia identidad, pero, en particular, para que se establezcan los diálogos intercultural e intergeneracional. Desde esta idea, y en relación con la integración de los jóvenes, se resaltó la necesidad de que dispongan de espacios dentro de las ciudades para desplegar expresiones en forma de manifestaciones artísticas como la música o el grafismo, que para ellos son esenciales como modos de comunicación, o que se les brinde la oportunidad de actuar como puente o mediadores intergeneracionales, de manera que se conecte la visión de desarrollo de los mayores con un imaginario futuro de ciudad para todos. Esta puede ser la vía del cambio. Sobre la convivencia El lenguaje, los modos de expresión y el diálogo se evidenciaron como pilares de la convivencia porque la cultura y sus expresiones como forma de relación cotidiana otorgan identidad y pertenencia. La cotidianidad es el tiempo en el que se desarrollan estas relaciones que aspiran a convertir la convivencia en herramienta organizativa, principio de vida y sistema de relación, de manera que la convivencia armónica sea uno de los fines de la movilización y acción políticas.
De este modo, se subrayó que —a pesar de lo importante que es contar con una memoria, un bagaje y un legado, en definitiva— con una historia comunitaria sólida y arraigada, son mucho más trascendentales los momentos presente y futuro de la construcción comunitaria.
cohesión social con un enfoque integrado de identidad, así como el espacio y el tiempo donde los gobiernos locales intentan generar bienestar y administrar con capacidad sobre personas y recursos para solucionar problemas y asumir visiones propias de futuro.
La convivencia construida desde la diversidad favorece la unidad. Buscar lo que nos une, quedó dicho en el Diálogo, y no lo que nos diferencia es la clave para lograr la cohesión social. Unidad para valorar los acervos culturales, territoriales y de biodiversidad, además de conocimientos y formas de vida. Unidad para la concertación de estrategias que reflejen los intereses colectivos y para compartir una visión común. Unidad comprometida en el ejercicio del gobierno y la ciudadanía para realizar apuestas conjuntas y cooperativas hacia las que se avanza con acuerdos colectivos.
Sobre el espacio para la convivencia
Asimismo, se indicó que esta convivencia, desde la consideración de la dignidad humana y como ejercicio político, debe tratar a los grupos identitarios atendiendo a los principios de igualdad de trato, respeto y reconocimiento de su autonomía, como un ejercicio de poder amparado en la dignidad, en el derecho propio legítimo y legal de los habitantes del territorio. Autonomía incluso para elegir el modelo de progreso que se quiere para la propia comunidad. Se coincidió en que la convivencia, la interrelación de grupos y personas en el ámbito local, era el terreno más idóneo para la generación de políticas públicas de
En relación con la convivencia, pero también en muchos otros momentos del debate, se destacó la importancia del espacio y del territorio. El territorio, se expuso, no se define solo por sus elementos topográficos, geográficos, o incluso ecológicos. Se reiteró que el territorio no designa simplemente un paisaje, sino que implica cultura, relaciones sociales, identidad, patrimonio, representación, imagen simbólica o emblemática y, por fin, es un recurso para el propio proceso de desarrollo. Se presentó como una construcción, el resultado de un proyecto particular que le da sus contornos y su conformación. Un marco de referencia y contenido del desarrollo que tiene geometría variable, por lo que no cabe hablar de dos territorios iguales. Cada territorio se crea, evoluciona y se estructura organizándose a partir de la intervención de los actores. El territorio como un espacio concreto, como requisito incuestionable para plantear el desarrollo, donde han tomado raíces la cultura local y las características específicas de cada región, que no son transferibles a otro sitio. El espacio como el lugar de contacto entre los individuos, como escenario de la convivencia.
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Se establecieron diversos aspectos del concepto territorio que podríamos ordenar del siguiente modo: 1. Como lugar de actuaciones. Delimitación de un espacio económico, social y cultural con problemas concretos y específicos, que busca definir líneas de actuación de la comunidad para un posible desarrollo. Es el marco donde se van a poner en marcha los proyectos comunitarios para resolver los problemas locales. En este sentido, se hizo referencia al espacio público. 2. Como espacio de participación. Las actuaciones en favor del progreso comunitario solo pueden ser activadas por la población local. Y esta solo puede actuar en su entorno espacial inmediato. 3. Como lugar de integración. No basta con que la población actúe participando en el progreso de una comunidad asentada en un espacio concreto; ha de hacerlo de manera integrada: identidades que se integran en la identidad ciudad. En definitiva, se entiende lo local como el espacio en el que tiene sentido hablar de integración, de cohesión y sobre el que se han de generar y aplicar las innovaciones, los cambios que puedan conducir a un futuro mejor. 4. Como contenido del programa de desarrollo local, esto es, como espacio identitario. Tanto las carencias y limitaciones como sus posibilidades, potencialidades y recursos son susceptibles de convertirse en contenidos de la acción de desarrollo. Se subrayó,
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en este sentido, la necesidad de respetar y considerar de forma intencional el territorio y sus recursos. Se recalcó que los derechos culturales, sociales y económicos, que enmarcan los derechos y compromisos de la identidad cultural, no serán plenos hasta que las personas no sean capaces de abordar también los derechos de la naturaleza. En este espacio cultural, se destacó, por fin, la importancia del patrimonio (tangible e intangible) y de la memoria como elementos básicos del desarrollo cultural. De forma particular se hizo referencia a la naturaleza e importancia de lograr plenamente el desarrollo de las personas, considerando y cuidando sus elementos y recursos. Sobre el momento para la convivencia Se puso de manifiesto, decíamos, la importancia del momento del desarrollo, enfatizando el presente para la construcción de una nueva identidad para las ciudades. Sin embargo, uno de los términos más empleados en el debate fue la palabra futuro, en referencia a la idea de las metas del desarrollo, los retos comunitarios, el horizonte de la construcción común de ciudad, los jóvenes, el progreso… De algún modo, futuro es un concepto que generó más aceptación que el propio término progreso (cuando este fue cuestionado, por ejemplo, desde el punto de vista de la sostenibilidad, como modelo de desarrollo). Noción de futuro que en múltiples ocasiones se asoció a otro concepto: el de innovación.
Atender necesidades, resolver problemas, mejorar… supone cambiar, pero en el desarrollo local se busca expresamente un cambio innovador. A medida que una comunidad genera cultura (integrando el saber hacer tradicional con la creación innovadora actual) para dar respuesta a la demanda social que se ha planteado en su interior, se presentan nuevas necesidades, surgen nuevas técnicas, los valores pueden cambiar… De esta suerte, la comunidad actuará en generación continua de cultura protagonizando un proceso permanente de aspiración y ascensión al bienestar social. El cambio social es esa respuesta concreta, es decir, esa transformación observable en el tiempo que afecta de manera más o menos permanente a la estructura o al funcionamiento de la comunidad y modifica su trayectoria histórica. Existen muchas maneras de intentar instaurar un cambio social. En el caso del desarrollo local, se procura que la transformación social sea por innovación, por la introducción de técnicas, de modos de hacer, de ideas, de conocimientos, de comportamientos nuevos que modifican el género de vida, refieren unos interrogantes o resuelven unos problemas planteados por la comunidad. La respuesta a la demanda social implica necesariamente unas iniciativas y unas acciones que se salen de los caminos convencionales. Si en la población existen necesidades nuevas que se manifiestan es porque los modos habituales de hacer y de pensar, por lo menos, flaquean. Es preciso encontrar otros modelos, otras fórmulas
que mejoren el futuro, y en este contexto, además de encontrarlos o diseñarlos, es vital llegar a ponerlos en práctica por consenso. En relación con la idea de geometría variable, cada comunidad es única y, por tanto, cada proceso de desarrollo también lo es. La solución aplicada a cada problema no depende solo del problema en sí, ni de los recursos disponibles ni de la población que lo genera, sino de la combinación de todos estos factores, de forma nueva —innovadora— en cada comunidad. Es decir, cada experiencia de desarrollo requerirá respuestas originales, porque cada problemática es diferente. No existen dos comunidades exactas, ni tienen iguales necesidades, ni se requieren las mismas soluciones ni cuentan con recursos comparables. Así es que los problemas del desarrollo local han de tener una respuesta peculiar adaptada a los problemas de cada comunidad. La innovación es, pues, un cambio social deliberado, inducido, intencional, que tiene como finalidad última mejorar las condiciones de vida local introduciendo una solución novedosa para esa comunidad. Más que un hecho técnico se presenta como un ejercicio ligado a la creatividad. Sobre el modo de la convivencia Se destacó también en distintas intervenciones la necesidad de que las políticas públicas de cohesión potenciaran algunos valores en relación con el tratamiento de las identidades culturales como posibles motores del desarrollo local
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y territorial. Entre las más subrayadas, destacamos: / Equidad y sostenibilidad: para evitar la mercantilización de los elementos culturales y naturales que dan identidad a una comunidad, a fin de impedir la extinción de esos recursos, para frenar la malversación de esos elementos y para integrar todas las sensibilidades. / Dignidad: como primer derecho que conseguir para las personas; principio de acción que puede facilitar la consecución de otros valores como la consideración, el reconocimiento, la tolerancia y el respeto. Ordenando las sugerentes aportaciones realizadas por los participantes en el Diálogo Regional de La Paz, descubrimos, en primer lugar, que los procesos sociales que se intentan impulsar con la reflexión y el análisis (tanto en este estudio como en el propio Diálogo Regional) en forma de políticas públicas de cohesión social, de desarrollo local, de integración de identidades, de protección y promoción de las diversidades, no se logran solo con una nueva legislación: se revelan como una conquista permanente con resultados frágiles, lentos… pero que, poco a poco, van permitiendo el paso de los ideales a las realidades. Además, podemos concluir que, por un lado, ciertos puntos tratados marcan líneas para un proceso de debate y reflexión, necesario en el futuro para fundamentar la acción política en pro de la cohesión social, y, por otro lado, algunas propuestas surgidas en el Diálogo
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pueden tomarse ya como parámetros que inspiren la gestión pública y la articulación de las políticas necesarias para ello en materia de cohesión social, interculturalidad y desarrollo localterritorial.
4. Conclusiones
La cohesión social se entiende como un requisito imprescindible para que en democracia se den las condiciones adecuadas para la consecución de los derechos sociales, culturales y económicos de los ciudadanos. La dimensión cívica de la cohesión social es posiblemente la más costosa de conseguir, y se muestra fundamental para el logro de las demás modalidades de cohesión social. En tanto en cuanto cívica y comunitaria, está integrada por ocho aspectos: / Derechos y valores democráticos. / Confianza y solidaridad. / Igualdad de oportunidades. / Sentido de pertenencia y noción de futuro compartido. / Reconocimiento de la diversidad. / Gestión y solución de conflictos. / Empoderamiento y participación. / Relaciones positivas entre personas, grupos, comunidades y localidades. La creación de comunidades de ciudadanos cohesionadas y diversas culturalmente requiere una visión nueva de los problemas locales. Un cambio social que ponga el acento en la solidaridad, en la igualdad y en el respeto al otro y a las peculiaridades que le hacen diferente en edad, sexo, raza, cultura, religión, etc. Antes, o al menos a la vez, que se proponen políticas públicas para
hacer una ciudad próspera, es preciso trabajar por crear ciudad, construir un clima, un ambiente de comunidad de ciudadanos, convertir la ciudad en un cuerpo sólido en el que las personas átomos se aprieten unos contra otros para darle masa, densidad, peso, volumen. Un proceso inspirado en un nuevo sentimiento de comunidad que facilite la unión de las personas y las mueva a la acción. Pero esta nueva identidad no es algo homogéneo o uniforme, sino que es plural, diversa, multicultural, capaz de reconocer, promocionar y potenciar cada una de las identidades que integra. Los ciudadanos solo se sienten comunidad, solo se implican en la resolución de los problemas de su entorno, comunes a otros vecinos, cuando sienten que son respetados, confían en que su aportación será valorada (aunque no sea la elegida), ven que a las autoridades locales les interesa, al menos, escuchar su demanda… Solo entonces estarán en disposición de trabajar juntos para el logro de soluciones a los conflictos, carencias y necesidades locales. El trabajo, la ilusión y el esfuerzo compartido es lo que creará un nuevo sentido de pertenencia, un nuevo sentimiento y una nueva estructura, la comunidad de ciudadanos, en la que los individuos se sienten más cómodos y motivados para implicarse en la resolución de problemas comunes. El cambio del que hablamos, transformador, social y educativo, generado por una comunidad para satisfacer una demanda
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común a grupos e individuos que la integran, se presenta como: / Socialmente deseable (se basa en la demanda comunitaria). / Económicamente viable (aspira al progreso global, es decir, busca una rentabilidad social y económica). / Ecológicamente considerado (porque respetar el entorno y los recursos naturales propios de la comunidad implica, en definitiva, respetar al ser humano). / Éticamente prudente (busca el desarrollo solidario y digno de cada persona y de todas las personas que integran la comunidad, de los incluidos pero también de los marginados, no solo de los presentes aquí y ahora, sino también de las generaciones futuras). En este sentido, el cambio que se busca lleva implícita la noción del momento del desarrollo, y debería estar inspirado en la memoria y la identidad colectiva histórica (tradición); puesto en marcha en el presente con la aportación de todos, pero orientado al futuro (creación). De este modo, el momento del desarrollo es atendido y entendido como innovación. Participar en el nuevo proyecto de ciudad en condiciones de igualdad y respeto a la diversidad cultural de todas las personas no puede ser una imposición política sino una conquista social. Una posible vía de instaurar estos procesos de participación es proponerse nuevos estilos de gobierno,
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de gobernanza democrática, cuya clave está en articular políticas públicas que permitan la cooperación público-privada para el logro del bien común. Desde las instancias públicas (políticas y administrativas), es preciso que se realice un ejercicio de políticas combinadas (donde confluyan medidas organizativas, institucionales, financieras, ejecutivas, divulgativas y educativas) para lograr que cada sujeto, sin renuncia de su identidad peculiar, participe en su comunidad con otros vecinos con los que comparte espacio, recursos y problemas. Políticas públicas que contribuyan a crear una identidad local nueva y a optimizar los rasgos peculiares de las identidades locales en los procesos de desarrollo. Estas políticas públicas que adquieren la forma de promoción social buscan, expresamente, proteger las diferencias identitarias y promover la diversidad cultural. El medio que conduce a que, progresivamente, se logre una participación eficaz y efectiva de los individuos en los problemas de su comunidad, es la educación para la solidaridad. Educación que requiere implementar, a través de políticas públicas, al menos, los mecanismos de la escucha atenta, la animación, la formación y la información. Es importante, además del momento y el ambiente para el cambio que convertirá la comunidad en una estructura social intercultural y más cohesionada, tener en
cuenta que la cultura y la convivencia se despliegan en un espacio, el lugar público que debe ser visto y tratado como: / Lugar de encuentro, de relación, de expresión y de recreo. / Lugar identitario. En tanto en cuanto contiene saberes y formas de hacer y concentra elementos patrimoniales y naturales, es el contenido del proyecto de desarrollo. / Lugar orientador. Sentido de pertenencia y también sentido de orientación (de finalidad). La tierra como el factor clave que puede dar sentido a nuestra existencia y a nuestro proceso de futuro. Finalmente, para que estas actuaciones y políticas públicas tengan repercusión y un hondo calado deben estar en coordinación y articulación con otras políticas que vertebren el territorio de forma subsidiaria.
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5. El aprendizaje de experiencias exitosas
Dada la complejidad del análisis de este trabajo, por la variedad de conceptos manejados y la multitud de aristas conceptuales que generan las relaciones entre estas nociones, hemos preferido, a efectos didácticos, plantear el discurso teórico sin solución de continuidad, evitando alusiones a ejemplos y prácticas. No obstante, consideramos que estas referencias son altamente ilustrativas y, salvando las imposiciones de la geometría variable, pueden resultar inspiradoras para implementar la práctica de políticas públicas. Advertimos, por otra parte, que el repertorio seleccionado no agota, ni mucho menos lo pretende, las buenas prácticas existentes. Simplemente, son casos traídos como ejemplos para ilustrar los conceptos y propuestas tratados anteriormente. Por ello, se han estructurado haciendo alusión a cuestiones planteadas en el desarrollo conceptual del estudio.
Estrategia social: preparar el ambiente de la convivencia CREAR SENTIMIENTO DE COMUNIDAD «Amor por Bogotá» (Colombia) Programa que se enmarca en el Plan de Desarrollo «Bogotá positiva para vivir mejor». Busca consolidar una cultura ciudadana solidaria que, con un enfoque sistémico e integral, responda
a los diferentes ámbitos de la vida de las personas; también busca promover la transformación de hábitos, actitudes y prácticas para mejorar la convivencia ciudadana y la cultura democrática, cuyos referentes fundamentales son el respeto de los derechos y la diferencia, la solidaridad y la inclusión social. «Yo soy Ámsterdam» («I Amsterdam») / «Nosotros somos Ámsterdam» («We Amsterdamers») (Países Bajos) El Ayuntamiento trabaja desde 2006 para que la ciudad sea el lugar donde la gente despliegue su propio talento y progrese; un espacio donde libertad, dinamismo y creatividad van de la mano con la solidaridad, la seguridad social y la protección de los grupos sociales. El principal eje estratégico son las personas. En relación con esta idea de que «es la gente quien hace a Ámsterdam», se desarrolla el plan estratégico de la ciudad, centrado en cinco temas: contrarrestar la pobreza, apoyo a la infancia, seguridad, calidad del aire y de los espacios verdes, y crecimiento económico. En este sentido, todo es cohesión social. La idea que inspira las políticas del municipio es la de mantener a todos los grupos y stakeholders de la ciudad unidos: ciudadanos, empresas, comerciantes, trabajadores, jóvenes, turistas y todos los demás. «Entre todas y todos podemos hacer una Baja Montaña mejor» (Navarra, España, 2002-2012) Políticas públicas orientadas a apoyar iniciativas cívicas y sociales que surgen en la comunidad. Una entidad de pequeños empresarios unidos para
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trabajar por la promoción socioeconómica y la dinamización sostenible de la comarca de Sangüesa. Sangüesa es la cabecera comarcal y reúne a más de la mitad de los 9.000 habitantes del territorio; el resto se reparten en otros 12 ayuntamientos. Los empresarios iniciaron sus actividades con el lema «Hacer comarca para vender comarca». Entendían que la unión de los 13 municipios de la zona era fundamental, pero uno de los frenos era la identificación de las personas con el nombre de la zona. Se pensó que el elemento más tradicional que aglutinaba a todos y, a la vez, singularizaba la comarca respecto a otros era el vino y el reconocimiento de la zona dentro de la Denominación de Origen Navarra como Baja Montaña. Así, en 2004 adoptó como lema «Entre todas y todos podemos hacer una Baja Montaña mejor». El vecindario empezó a hablar de comarca, y los ayuntamientos adoptaron también esta denominación para actuaciones y proyectos de zona; a partir de 2007, el gobierno regional reconoció el territorio como un microdestino turístico en Navarra, y lo denominó comarca de Sangüesa y la Baja Montaña, y, en 2011, ayuntamientos y asociaciones de empresarios formalizaron su unión creando un Consorcio Turístico.62
62 La estrategia «Hacer comarca» desplegada por la Asociación Baja Montaña-Mendi Behera ha sido reconocida por estamentos públicos y privados muy diversos como una buena práctica: / 2004: mención especial en el premio de Buenas Prácticas Ambientales, concedido por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. / 2006: el Ministerio de Agricultura destaca el
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«La ciudad iluminada», primer episodio del proyecto MINIATURAs. (Las Palmas de Gran Canaria, España) MINIATURAs es una propuesta audiovisual que consta de un primer episodio narrado en Las Palmas de Gran Canaria con una finalidad concreta: crear conciencia social y generar transformación cultural, social, económica y educativa en la ciudad a partir de la participación ciudadana. Se pretende que el producto mediático sirva también de instrumento de promoción turística para la ciudad. Se inspira en los principios y valores de la Carta Municipal Ciudadana desarrollados en el proyecto Todos, y su fin es contagiar y difundir un sentimiento común: «Qué podemos hacer por nuestra ciudad en lugar de qué debe hacer la ciudad por nosotros». Por ello, entre los actores implicados figuran las asociaciones vecinales,
proyecto «Aula de Energías Renovables» de la Asociación como buena práctica de desarrollo rural LEADER+ en el ámbito medioambiental. / 2006: candidatura, por el Ministerio de Vivienda, al Certamen Internacional de Buenas Prácticas Ambientales de Dubái, organizado por Naciones Unidas. / 2006: premio de Buenas Prácticas Ambientales 2005-2006, concedido por el Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda del Gobierno de Navarra. / 2006: accésit en la categoría de Mejor Gestión Sostenible en los IX Premios de Medio Ambiente concedidos por la Fundación Garrigues, el diario Expansión y Ecoiuris. / 2008: práctica GOOD incluida en el catálogo de las 100 Buenas Prácticas Ambientales y de Desarrollo Local del Planeta, en el certamen organizado por el Comité Hábitat de Naciones Unidas, de Dubái.
culturales, deportivas, los ciudadanos en general de todas las edades y la contribución de artistas canarios procedentes de diversas disciplinas (circo, danza, música, teatro, natación sincronizada, animación 3D y 2D, etc.), escuelas de arte, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, colegios e institutos, y demás organismos e instituciones de la ciudad.
RECONOCER LA CIUDADANÍA Proyecto Chopcca (provincias de Huancavelica y Acobamba, distritos de Yauli y Paucará, Perú) Promovió entre la población de las comunidades Chopcca la obtención de sus documentos de identidad en asociación con la Defensoría del Pueblo, capacitando a las personas para ejercer ciudadanía en lo político, lo económico y lo social, y alentaba al reconocimiento de este derecho. Asimismo, desarrolló un programa de formación de liderazgo para que la población Chopcca mejore sus capacidades para identificar y formular propuestas e incidir con ellas en espacios de toma de decisión en el ámbito local y regional. «Niños y niñas como ciudadanos de pleno derecho» (Villamayor, Salamanca, España) La iniciativa comenzó con el compromiso de la Alcaldía y del Ayuntamiento de apostar por el papel efectivo como ciudadanos de pleno derecho de los niños del municipio en el proyecto Villamayor: La Ciudad de l@s Niñ@s.
ASEGURAR UNA VIDA DIGNA A LOS CIUDADANOS Programa Comunidades (Fortaleza, Ceará, Brasil) El Programa Comunidades se ha llevado a cabo en la región metropolitana de Fortaleza, una ciudad de 2,5 millones de habitantes con más de 400 favelas que alojan a 540.720 personas, de las cuales 157.212 trabajan en el sector informal. Se estima, además, que el 40% de esta población es analfabeta. El programa incluía tres componentes: alojamiento; creación de empleo y generación de ingresos, y formación; y la creación de una estructura institucional participativa, basada en la tolerancia, para el gobierno de la ciudad. La idea, ya que las comunidades son vecinas, es fortalecer la sociedad urbana y el sentimiento de ciudadanía facilitando el acceso a una vivienda asequible, a los puestos de trabajo y a la formación.
Estrategia social II: preparar el espacio para la convivencia REHABILITAR O CREAR ESPACIO PÚBLICO Taller Mil Plazas (Talca, Región del Maule, Chile) En 2009, se puso en marcha una iniciativa para la construcción de siete imaginativas y sugerentes plazas que recuperaron diversos sitios erizados de la ciudad como espacios públicos para la convivencia.
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Parque Urbano Popular (Morelia, Michoacán, México) Experiencia dirigida a realizar un parque urbano con la participación física y económica de estudiantes universitarios de arquitectura para mejorar las condiciones ambientales del fraccionamiento Xangari. Proyecto Barrios (San José de Costa Rica) Puesta en valor del patrimonio tangible e intangible de las comunidades barriales para mejorar la calidad de la comunicación interciudadana a través de exposiciones, tertulias, actividades de animación, intervención en espacios públicos, etc. «Juntos construyendo una vida mejor» (Cerro Cordillera, Chile) Mejora de la participación ciudadana a partir de la construcción y recuperación de espacios públicos con la implicación de la ciudadanía.
URBANISMO SOCIAL Habitar Goes (Montevideo, Uruguay) Se plantea como objetivo la revitalización sociourbana y articulación de políticas hacia la integración social en áreas centrales degradadas. Se orienta a intervenir en la atención del conjunto de la zona de Goes, emblemática por sus características sociales, culturales, económicas y urbanísticas, con especial énfasis en algunas unidades territoriales con fisonomía propia que allí confluyen: barrio Reus Norte, Las Misiones, entorno del Mercado Agrícola y Reducto.
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Integration (São Paulo y Río de Janeiro, Brasil; Chihuahua y Guadalajara, México; Bogotá, Colombia; y Quito, Ecuador) Pretende crear sinergias y soluciones compartidas para conseguir un desarrollo urbano interno sostenible y la revitalización de sitios contaminados en desuso. Los aspectos ecológicos y sociales se consideran las premisas de una planificación urbana adecuada, de tal modo que, por ejemplo, la construcción de viviendas sociales en lugares abandonados facilitará la participación de entes públicos y la inclusión de personas socialmente necesitadas. Reurbanización del espacio común limítrofe como instrumento de cohesión social y creación de ciudadanía con identidad propia (municipios de Pedro Juan Caballero, Paraguay, y Ponta Porã, Brasil) Se propone la gestión de un proyecto de reurbanización de la franja fronteriza donde se encuentra asentada la mayor parte de la población comercial de ambas ciudades, mejorando la precaria infraestructura de las casillas comerciales existentes en esa zona. El proyecto plantea fortalecer la relación de las organizaciones municipales y de las asociaciones civiles que intervienen y habitan la frontera. Se propone involucrar a las comunidades de ambas ciudades, fomentando el diálogo e intercambiando conocimientos, experiencias y buenas prácticas.
Consolidación de asentamientos como barrio (Medellín, Colombia, y El Cairo, Egipto) El reasentamiento en sitio voluntario y la consolidación de asentamientos precisa el reconocimiento de la complejidad y las particularidades sociales, económicas, ambientales y urbanísticas de estos núcleos de población espontáneos mediante el trabajo sobre objetivos del tipo: / Producir un acercamiento entre las entidades del gobierno local y la comunidad. / Generar confianza entre los actores e impulsar la participación y el establecimiento de compromisos. / No desalojo. No expulsión. No expropiación. Legalizar la tenencia, habilitar nuevo suelo e impedir el desarraigo y la ruptura social. / Producir diferentes planes habitacionales respondiendo a los intereses y manifestaciones socioculturales de la población, con el fin de generar apropiación, permanencia y seguridad económica a largo plazo. / Reordenar, redensificar y liberar los componentes natural, habitacional y urbanístico para mejorar integralmente las condiciones de habitabilidad y garantizar la inclusión social.
Estrategia metodológica: preparar el proceso participativo ENCONTRAR MOTIVOS Y ARGUMENTOS PARA CONSTRUIR CIUDAD Educación vial Escuela de mimos para crear conciencia cívica (Sucre, Bolivia) Los egresados continuarán formando parte del programa «Para, mira y cruza», de cultura ciudadana implementado por la Alcaldía de Sucre con el objetivo de mejorar el comportamiento de conductores y peatones en las calles de la jurisdicción. Planificación urbanística Área metropolitana (Barcelona, España) El Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB) es una asociación privada sin ánimo de lucro, promovida por el Ayuntamiento de Barcelona, que integra a 36 municipios que conforman el área metropolitana de Barcelona. En el PEMB, participan también otras administraciones (Generalitat de Cataluña, Diputación de Barcelona y consejos comarcales), los agentes económicos y sociales más relevantes del territorio (Cámara de Comercio, Círculo de Economía, Fomento del Trabajo, Universidad de Barcelona, Fira de Barcelona, Puerto y Aeropuerto), así como otras instituciones vinculadas al territorio (Mancomunidad de Municipios, Entidad Metropolitana del Transporte y Entidad
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Metropolitana del Medio Ambiente). El PEMB se creó para identificar y promover estrategias de apoyo al desarrollo económico y social de Barcelona y todo su cinturón urbano. Esta labor implica, por un lado, estudiar e identificar potencialidades —ya sea en actividades tradicionales o emergentes— y, por otro, prever problemas y adelantar soluciones.
Prevención de catástrofes naturales
Renovación urbanística (Villa El Salvador, Perú) En treinta años se ha creado y recreado una cultura local, basada en la idea de comunidad de vecinos y en otros conceptos, como ayuda mutua, justicia, solidaridad, emprendimientos y participación, mediante el apoyo a la modernización empresarial con especial acento en la industria del mueble.
Empleo social protegido
Salud pública Modelo de Salud (Santiago de Cali, Colombia) Una experiencia de diálogo social para construir ciudad a partir del diseño de un modelo de salud para Cali con participación ciudadana. «Maturín limpia es responsabilidad de todos» (Maturín, Venezuela) Crear conciencia ciudadana a partir de una campaña de limpieza urbana. Patrimonio Desde los parques a la urbe (Guayaquil, Ecuador) Renovación de la ciudad a partir de un concepto holístico del patrimonio local.
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«Por una ciudad sísmicamente segura» (Tijuana, México) La prevención ante una hipotética catástrofe natural como elemento aglutinador es desarrollada desde el Ayuntamiento con participación popular en el programa RADIUS.
Proyecto Iturraskarri (Larraun, Navarra, España) Dirigido a la restauración de patrimonio popular (lavaderos, fuentes y pequeñas obras), además de capacitar a los participantes y mejorar su empleabilidad, incide claramente en la mejora y protección del entorno, facilita la movilidad, fomenta la participación y dota a la comunidad de recursos turísticos. Por otro lado, sensibiliza transversalmente sobre el agua y el papel de la mujer en la época de los lavaderos, y revaloriza recursos culturales y naturales del valle de Larraun.
Estrategia educativa: escuchar, informar, animar y formar CAPACITACIÓN DE ACTORES Formación de líderes (Apurímac, provincias de Abancay, Antabamba y Aimaraes, y Puno, provincia de Azángaro, Perú) El proyecto contribuye al fortalecimiento de la gobernabilidad democrática, a
partir de espacios como el Acuerdo Regional y la Mesa de Minería y Desarrollo Regional de Apurímac, y del desarrollo de capacidades para la formación de liderazgos juveniles de varones y mujeres, en Apurímac y Puno. Continúa los esfuerzos del programa Fortalece. Profundiza las acciones de promoción de buen gobierno regional y local a partir del reforzamiento de los espacios de concertación política y social de carácter regional y la formulación de la Agenda de Desarrollo de Apurímac. Refuerza el Plan de Desarrollo de Capacidades, propiciando la creación de la Escuela de Gobernabilidad de Apurímac y Puno, y un plan básico de formación para autoridades, funcionarios y líderes sociales con incidencia nacional, regional y local. Promueve, además, espacios de debate sobre la vigilancia participativa. Pacto para la Capacitación y el Empleo Femenino (provincia de Buenos Aires, Argentina; Gobernación Departamento Central, Paraguay; Alcaldía Sacaba y Alcaldía Vinto, Bolivia; Mancomunidad de la Región Andina de Cochabamba, Bolivia; y Asociación de Municipios de Cochabamba —AMDECO—, Bolivia) Este proyecto pretende promover la ocupación femenina y el desarrollo territorial en áreas de Latinoamérica (Buenos Aires, Asunción y Cochabamba) marcadas por el bajo desarrollo en este ámbito, es decir, por el desempleo femenino. Para impulsar la tasa de ocupación femenina y el desarrollo en estos territorios se prevé impulsar una mejora
en las políticas formativas y de los trabajos destinadas a las mujeres, por medio de herramientas e instrumentos novedosos en políticas públicas como son los pactos formativos de género (cuyo objetivo es hacer una programación formativa en la que converjan la oferta y la demanda laboral) y los planes locales para las políticas de género (que pretenden luchar contra las discriminaciones de género en el acceso, la permanencia y estabilización de las mujeres en el mercado laboral).
EDUCAR EN VALORES SOCIALES Interculturalidad como primer paso para rehabilitar la ciudad (San Cristóbal de los Ángeles, Madrid, España) Para elaborar un plan de rehabilitación del casco urbano se comenzó por crear una mesa de vecindad en la que participaron cincuenta personas de nacionalidades española, marroquí y dominicana. Esta mesa promovió diversas iniciativas como la elaboración de una unidad didáctica, la realización de acciones de sensibilización sobre la violencia de género, la organización de una fiesta intercultural y la Semana de la Ciudadanía, a la que acudieron más de 4.000 personas, la realización de un programa de carácter pedagógico sobre la convivencia y uso de las comunidades de vecinos (folletos, reuniones informativas…) y la promoción del cortometraje Entre trenes, elaborado por quince jóvenes del barrio.
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Plan Estratégico Municipal (Córdoba, España) Un plan participativo que se plantea como metas la defensa de los valores democráticos, la convivencia y el fortalecimiento del capital social. Entre los proyectos emblemáticos que forman parte del plan, se halla la Ciudad de los Niños y las Niñas, un espacio de más 45.000 metros cuadrados que combina zonas verdes (con árboles y arbustos con sus nombres señalados) con más de 30 construcciones de juego para todas las edades, y tiene capacidad para 7.000 personas. Plan Integral Municipal (Caguas, Puerto Rico) Hace diez años, el alcalde de la ciudad asumió el reto de mejorar la ciudad y la autoestima colectiva de los ciudadanos de Caguas. A través de una nueva imagen municipal, el alcalde retó a sus conciudadanos a crear un nuevo país, separado del pasado y de la situación actual. Esto resultó en un programa dinámico de obras públicas, avances en el transporte público, las áreas de ocio, la apreciación del arte y la cultura, el desarrollo sostenible en la economía y en las oportunidades de empleo, o en la aparición de iconos estéticos que reflejan la nueva ciudad. La Administración pública mejoró las estrategias de planificación a través de las nuevas tecnologías. La nueva identidad que adoptó la ciudad se resume bajo esta visión: «Caguas: nuestro nuevo país es vibrante, seguro, hermoso, ordenado, saludable, culto, moderno, avanzado tecnológicamente, solidario, dinámico en su economía, competitivo y está orgulloso de ser el mejor…».
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EQUIDAD DE GÉNERO «Las mujeres transformamos las ciudades», 2006 (Distrito Metropolitano de Quito, Ecuador) Creación de servicios municipales de atención a mujeres con el objetivo de fortalecer la ciudadanía y las capacidades institucionales para promover equidad de género y reforzar los canales de participación de las mujeres en la política pública local.
JÓVENES Y CONSTRUCCIÓN DE IMAGINARIO COLECTIVO Plan de Desarrollo Juvenil (Concepción, Bio-Bio, Chile) Un proceso de generación de políticas públicas para las y los jóvenes de la comuna de Concepción, mediante el diseño, construcción e implementación de un instrumento de planificación local. Plan Estratégico de Desarrollo Juvenil 2006-2015 (Antioquia, Colombia) El plan es fruto de una construcción colectiva histórica, entre miles de jóvenes, instituciones públicas y privadas, entidades de cooperación internacional, y el gobierno departamental y municipal.
ESCUCHA ATENTA Diálogo social Foro Ciudad (Quito, Ecuador) El diálogo participativo para la resolución
de problemas comunitarios. Propuesta del Colegio de Arquitectos de Pichincha que pretende otorgar a la ciudadanía un espacio de discusión para abordar la problemática urbana local. Cada barrio tiene un foro en torno a una cuestión que le resulta preocupante: el aeropuerto, el hospital militar, la necesidad de un centro cívico, cultura y turismo, vivienda, etc. Mesa pública privada (Alhué, Chile) Entidades públicas y privadas acordaron la protección de Altos de Cantillana en una dinámica en la que participaron diversas organizaciones; analizaron de qué manera se puede cuidar y, al mismo tiempo, fomentar este destacado espacio turístico que limita con Alhué. Diálogo intercultural Comunas de Ollagüe y San Pedro de Atacama (Chile) La experiencia implementada por el Grupo de Investigaciones Agrarias (GIA) en 17 localidades pretende generar un modelo de desarrollo integral de las comunidades mediante el diálogo intercultural, abordando dos líneas complementarias: a) educación medioambiental; b) desarrollo productivo a partir de las potencialidades geográficas y culturales. Está dirigida a líderes indígenas y establecimientos de enseñanza básica y media de la provincia, y se articula en torno a la defensa y preservación del patrimonio cultural arqueológico y del medio ambiente de las comunidades, promoviendo una organización civil-indígena que proteja los derechos de las comunidades de la etnia Lickanantay o atacameña.
«Gente diversa, gente equivalente: hacia una convivencia ciudadana en equidad» (Santa Tecla, El Salvador, y Quito, Ecuador) Este proyecto se propone promover condiciones de interacción y convivencia social en equidad, así como la apropiación de espacios esenciales para reforzar la ciudadanía plena y activa en Santa Tecla y Quito. Para alcanzar estos objetivos, se llevan a cabo investigaciones y debates sobre los factores que afectan a la cohesión social y los mecanismos que la promueven, talleres de capacitaciones, consultas, conversatorios ciudadanos, campañas de buena vecindad, que por un lado refuerzan las capacidades de interlocución de la sociedad civil y, por otro, promueven, capacitan y conciencian a los gobiernos locales implicados para realizar acciones o políticas públicas más incluyentes y coherentes. El proyecto también plantea la adecuación de espacios, servicios e infraestructura que generen interacción social bajo nuevas preceptivas de relación de forma creativa.
ANIMACIÓN «La ciudad que queremos…» (Las Palmas de Gran Canaria, España) Un plan de desarrollo local basado en la participación ciudadana que se propone abierta al arte y a la participación mediante el trabajo alrededor de sus señas de identidad como ciudad: para pasear y disfrutar; enclave estratégico; centro de actividades de la isla y el
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archipiélago; abierta, emprendedora y competitiva; centro logístico y puerta de África; que respira cultura; que mira al mar… «Agricultura orgánica en la ciudad» (Municipalidad de El Bosque, Área Metropolitana, Chile) El gobierno local potencia la relación intergeneracional entre los adultos mayores y la comunidad escolar a partir de la producción de compostaje usando los desechos orgánicos. Se genera de este modo una tierra fértil para darle un uso en la producción de vegetales, como, por ejemplo, hortalizas para el consumo familiar; de igual manera, se ha logrado introducir a los participantes en la producción de plantas medicinales. La experiencia ha ido dejando instaladas en el territorio herramientas para disminuir la cantidad de extracción de basura, orientar a los participantes a la producción y consumo de alimentos más saludables y, por ultimo, se ha generado una instancia de mayor participación y ejercicio de ciudadanía.
Articular políticas públicas para una ciudad cohesionada e intercultural GOBERNANZA Y TRANSPARENCIA «Bogotá humana, ¡ya!» (Bogotá, Colombia) Programa municipal para depurar las prácticas perniciosas del manejo público
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y promover relaciones responsables, transparentes, en justicia y equidad con todos los actores urbanos. Un proyecto que aspira al crecimiento económico con equidad, la mejora en la calidad de vida sin exclusiones, el acceso a mejores oportunidades de trabajo, el respeto a las libertades civiles y a los derechos sociales y de la naturaleza, al concebir el agua como el eje articulador del desarrollo urbano. Red para el Desarrollo Cultural Comunitario (Ciudad de México, México) Esfuerzo conjunto de la sociedad civil y del Gobierno del Distrito Federal para la construcción de una nueva ciudadanía. Es también una forma de organización incluyente y democrática que, como parte de la política pública de la Secretaría de Cultura, promueve el desarrollo cultural comunitario, el acceso a bienes y servicios culturales y artísticos de calidad. Asimismo, fomenta la educación y formación artística y cultural, además de la preservación e innovación del patrimonio histórico, artístico y cultural, y promueve la equidad y el respeto a los derechos humanos. Brinda apoyo y seguimiento a proyectos culturales comunitarios de diversa índole: cineclubes y círculos culturales; proyectos editoriales, radiofónicos y de creación audiovisual comunitarios; jornadas y festivales comunitarios; propuestas de artes plásticas en espacios públicos, talleres sobre teatro, danza, literatura, música, cine, cartonería, pintura, entre otros, los cuales se realizan con los colectivos o grupos en sus propios espacios culturales.
RESOLUCIÓN COMPARTIDA DE CONFLICTOS Superar conflictos armados a través de la mejora ambiental (Dungannon, Irlanda del Norte, Reino Unido) El Ayuntamiento, en colaboración con los grupos de la comunidad local, ha elaborado un plan estratégico de mejora ambiental, con desarrollo a largo plazo, cuyo propósito es regenerar la localidad, para lograr, de este modo, dotarla de capacidad de inversión y de prosperidad. Irlanda del Norte ha sufrido violencia durante treinta años, y Dungannon, que no ha sido una excepción, ha sido bombardeada en 32 ocasiones por ataques que han destrozado el centro de la ciudad y han diezmado la población. Las áreas afectadas sufren marginación social, una tasa muy elevada de desempleo, un comportamiento predominantemente antisocial, un declive económico que afecta a los negocios, y la polarización de las comunidades debido a las divisiones sociales; todo ello en un complejo contexto político. El plan estratégico propone trabajar en estrecha cooperación con los grupos de la comunidad local y regenerar las relaciones entre ellos, con el fin de asegurar la recuperación social, económica y física del área. Mediación comunitaria (Buenos Aires, Argentina) Programas que buscan mejorar la calidad de vida de los vecinos mediante mecanismos de participación ciudadana al alcance de todos, generando una cultura de cooperación y participación
responsable entre integrantes de la comunidad y restableciendo y fortaleciendo las redes sociales. Es un proceso voluntario y confidencial que requiere la intervención neutral de un tercero, el mediador, quien facilita la comunicación entre las partes en conflicto y busca las soluciones de los problemas de forma pacífica y colaboradora. Tiene normas de procedimiento para crear un clima de cooperación entre las partes y focaliza el problema en cuestión en la búsqueda de soluciones conjuntas. Mediante el trabajo con vecinos a través de Mediación Comunitaria se identifican intereses e inquietudes reales, por lo que también se pueden elaborar políticas públicas adicionales. La propuesta de Mediación Comunitaria no era «alivianar causas judiciales», sino restablecer y fortalecer la red social mediante mecanismos de participación con responsabilidad en el proceso de toma de decisiones, aceptando puntos de vista diferentes, evolucionando del paternalismo a la autodeterminación responsable. Otra forma de difusión fue la formación provista por el Gobierno a funcionarios y personal administrativo que sirvió para establecer, precisamente, por qué la mediación era útil para los funcionarios y para catalogar los diferentes tipos de mediación disponible. Los funcionarios empezaron a derivar casos a mediación porque ellos tenían un alto volumen de conflictos entre vecinos. Las herramientas que se utilizan son: / La comunicación, tanto para construir espacios de diálogo como para mantenerlos.
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/ La reformulación en forma positiva. / La neutralidad, por parte del mediador, para garantizar que no haya preferencia sobre qué tipo de acuerdo logran las partes. / La creatividad para generar opciones. / La voluntariedad para asistir a Mediación Comunitaria y también para llegar a un acuerdo en los términos que las partes decidan. / La confidencialidad que brinda un ámbito de discusión resguardado. «En la gestión de recursos» (Apurímac, Cajamarca, Cusco, Lima y Piura, Perú) Esta iniciativa pretende que la sociedad peruana maneje y solucione los conflictos entre los proyectos mineros y las poblaciones locales, y permite una relación armoniosa entre las actividades mineras y el desarrollo económico y social local, respetando los derechos ciudadanos y la protección del medio ambiente. Para ello, se reforzarán capacidades del personal de las oficinas descentralizadas de la Defensoría del Pueblo, con el objeto de mejorar la calidad de su intervención y lograr una mayor articulación entre los equipos.
PLANIFICACIÓN Plan Estratégico de Cultura (Buenos Aires, Argentina) El proyecto contempla la creación de canales de televisión, emisoras de
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radio propias, el Fondo Metropolitano de las Artes, el Centro de Reciclaje y Conservación de Material Escenográfico y de la Ciudad de la Música, y hasta la Biblioteca Central. También se revitalizó el Centro Cultural San Martín y los Museos del Cine y de Arte Moderno. El proyecto nació con la intención de convertir a Buenos Aires en la capital cultural de Iberoamérica de cara a las celebraciones del bicentenario de la Revolución de Mayo en el año 2010. Plan Estratégico de la Cultura (Burgos, España) Guía de trabajo en materia cultural compartida por el máximo número de ciudadanos y entidades culturales y sociales. Sistema de reflexión abierto que permite diseñar un modelo de ciudad a través de un profundo proceso de participación que comenzó en noviembre de 2008 y terminó en febrero de 2010. Costa Plan (Departamento de Canalones, Uruguay) Elaboración participativa de una propuesta de directrices y líneas estratégicas de ordenamiento territorial y desarrollo sustentable para la microrregión de la Costa. Plan de Ordenamiento Territorial (subcuencas de Bigote y Serrán, Perú) Afecta a los distritos de Canchaque, San Juan de Bigote, Tamango, Lalaquiz, Salitral y Buenos Aires y San Miguel de El Faique. Con el plan arrancó un proceso participativo para contar con un instrumento que orienta el uso y la ocupación del territorio en concordancia
con las necesidades del desarrollo integral y sostenible de su población residente. «Gestión urbana y territorial participativa: una llave para la cohesión social y territorial» (Regione Toscana, Italia; Comunidad Regional del Departamento Punilla, Argentina; Municipalidad de Viña del Mar, Chile; Asamblea Municipal de Poder Popular de Centro Habana, Cuba; Municipalidad de La Antigua Guatemala, Guatemala; Alcaldía Municipal de León, Nicaragua; Región Provence - Alpes Côte D’Azur, Francia; y Co.opera ONGD, Italia) Elaboración de planes de gestión territorial participativa en áreas locales de América Latina vinculados con planes o procesos de planificación territorial ya existentes. Tras establecer conjuntamente entre los socios el modelo de gestión territorial, en cada área se implementa un plan local a través de una metodología participativa y se incorpora en las administraciones públicas responsables la herramienta del SIG-P (sistema informativo geográficoparticipativo).
LEGISLACIÓN Y NORMATIVA PARA GENERAR POLÍTICAS CULTURALES De ámbito nacional Ley Orgánica de la Cultura (1999, Venezuela) Sus objetivos principales eran posibilitar un desarrollo cualitativamente distinto como sostén del sistema democrático, que
generara cambios en los valores sociales y culturales y la construcción de un proceso de ciudadanía cultural. Programa de Espacios Públicos (2007, Ministerio de Vivienda y Urbanismo del Gobierno de Chile) Convocatoria de ayudas para proyectos presentados por la correspondiente municipalidad, sean de iniciativa municipal o propuestos por la comunidad organizada. La selección de proyectos es de responsabilidad regional, ratificada por la Subsecretaría del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, quien define los proyectos seleccionados de acuerdo con la distribución regional de recursos asignados. Este programa se enmarca en la Política Urbana y Habitacional con la que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo ha puesto un marcado énfasis en la ciudad y los barrios como focos de sus políticas de integración urbana. Su objetivo principal es que los chilenos accedan a ciudades y barrios más integrados, sustentables, atractivos, amables y con identidad. Desde estos principios, el Estado tiene la responsabilidad de recuperar y preservar lo que hemos denominado el patrimonio urbano. De ámbito regional Apoyo a acciones de ayuntamientos a través de subvenciones (2012, Comunidad Foral de Navarra, España). Para acciones de promoción local fundamentadas en la historia, las tradiciones, las costumbres, la actividad humana y el trabajo, que resalten la
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riqueza, la diversidad y los rasgos comunes del acervo propio de los navarros. De ámbito local Apoyo del ayuntamiento a través de subvenciones a grupos y entidades locales (2011, Ayuntamiento de Viladecans, Barcelona, Cataluña, España) Subvenciones para la realización de actividades en materia de cultura y comunidad, educación, deporte, personas mayores, igualdad de género, patrimonio cultural, servicios sociales y ayuda mutua y solidaridad. Apoyo del ayuntamiento a través de subvenciones a grupos y entidades locales, 2011 (Ayuntamiento de Piélagos, Cantabria, España) Subvenciones destinadas a la conservación y recuperación del patrimonio medioambiental, histórico, artístico y religioso. De los preceptos marco de carácter internacional a la acción Proyecto Derechos, Identidad Cultural y Participación de los Pueblos Indígenas Amazónicos: el caso del pueblo Aguaruna (Amazonas: provincias de Bagua y Condorcanqui, distritos de Imaza, Cenepa y Nieva; San Martín; provincias de Moyobamba y Rioja, distritos de Moyobamba y Awajún, Perú) Promueve el cumplimiento de los compromisos internacionales y su implementación respecto a los derechos de los pueblos indígenas en el Perú y,
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en particular, de los derechos del pueblo Aguaruna, tal como lo señala el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Políticas de identidad como elemento de cohesión social y desarrollo territorial LA IDENTIDAD CULTURAL COMO RECURSO TURÍSTICO Archipiélago Chiloé (Chile) Proceso de desarrollo rural integral en un territorio con categoría de reserva cultural entre el patrimonio natural y el arquitectónico, y el saber hacer de la población local. Se implementaron políticas de educación, animación y modernización de cadenas de producción y servicios a la población. Comunidad Taquile de Puno (Perú) Taquile es una de las islas situada en el lado peruano del lago Titicaca, a 36 km de Puno (distrito Amantaní). Allí se desarrolló toda una estrategia de desarrollo basada en el turismo a partir de la curiosidad que despertaba su cultura más tradicional: orígenes precolombinos de la cultura quechua. Autoridades locales de las islas Amantaní y Taquile, con la implicación del Gobierno regional, Municipalidad Provincial de Puno, Ministerio del Comercio Exterior y Turismo, y el PNUD, lideraron el proyecto.
Municipio de Copán Ruinas (Honduras) En el municipio de Copán Ruinas, cuna de los mayas, instituciones públicas y privadas impulsan de manera concertada un proceso de desarrollo económico local, usando como eje estructurador el turismo. Los productos y servicios turísticos se han diversificado y cuentan con un paseo arqueológico, artesanías (piedra, madera), jade, cerámicas (alfarería), sitios turísticos temáticos, aguas termales, paseos a caballo, visitas a culturas vivas… Todas esas actividades afirman su identidad en función de su historia, su cultura y sus recursos. Fronteras Turísticas (Perú, Bolivia y Argentina) El proyecto «Cohesión, inclusión y desarrollo social a través del turismo sostenible», «Fronteras Turísticas» es una iniciativa de cooperación del Programa URB-AL III en la zona de la frontera andina, promovida por los gobiernos subnacionales del norte de Argentina, centro y sur de Bolivia, y sur del Perú, que cuenta con la coordinación de la Provincia de Frosinone, de Italia, las colaboraciones del Observatorio Interregional de Cooperación al Desarrollo de Italia (OICS), el Gobierno de la Provincia de Jujuy, Argentina, y la Prefectura del Departamento de Oruro, Bolivia, y la participación de la Provincia Autónoma de Bolzano y de la Asociación para el Desarrollo Social (ADESO). Sus objetivos principales son: / Mejorar la competitividad territorial para el turismo en las zonas de la frontera
andina, bien definidas y articuladas entre sí, por el territorio, el patrimonio turístico y la identidad cultural. / Proponer nuevos mecanismos de gestión integrada para la priorización del desarrollo e implementación del corredor turístico de integración a través de las rutas prehispánicas y coloniales. / Crear el corredor turístico etnoecoturismo aymara, como un destino con identidad.
LA CULTURA-ARTE CONVERTIDA EN MOTOR E IDENTIDAD DE LA CIUDAD Bilbao (España), con el Museo Guggenheim; Verona (Italia), con los espectáculos de ópera en el teatro romano; Cosquín (Argentina), con el Festival Nacional del Folklore; Cannes (Francia), con el cine…, son algunas de las ciudades que podemos citar como ejemplos emblemáticos de cómo las diversas manifestaciones culturales y artísticas pueden contribuir al desarrollo integral de una ciudad.
RECURSOS DEL TERRITORIO QUE DAN IDENTIDAD LOCAL Café Valletezano (Valle del Teza, Colombia) Catorce municipios de las provincias de Oriente y Neira (Colombia) cuya economía es fundamentalmente campesina se han propuesto materializar
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un imaginario ecoturístico del territorio basado en mejoras de la calidad, en la comercialización y en la producción de productos agropecuarios (como el café o el cacao), la artesanía tradicional y la naturaleza. Gobernabilidad, Minería y Desarrollo Sostenible (Apurímac y Piura, provincias de Cotabambas y Sechura, Perú) Esta intervención promovió el diálogo entre las compañías mineras, el Gobierno y las comunidades en un marco de planificación del desarrollo concertado y participativo a escala local. Abordó los obstáculos presentes en esta problemática, para contribuir a reducir la polarización de los conflictos entre las compañías mineras, el Gobierno y las comunidades, a partir de la implementación de nuevos mecanismos de administración de fondos, tales como el fideicomiso, y con participación de las autoridades de gobiernos municipales y representantes de las empresas mineras en la zona. Estrategias de Desarrollo Local Incluyentes y Participativas La acción consiste en cuatro proyectos en cuatro áreas territoriales de América Latina, todos abocados a apoyar el desarrollo económico local a través del fomento de pymes y el refuerzo de las administraciones públicas competentes. En cada territorio se trabajará un tema específico: turismo en las regiones fronterizas Arica-Parinacota (Chile) y Tacna (Perú); medio ambiente en Santa Rosa de Copán (Honduras) y desarrollo tecnológico en Zapotlán el Grande (México).
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De lo local a lo global Cooperación transfronteriza para el desarrollo territorial (Mancomunidad Trinacional Fronteriza Río Lempa, El Salvador, Guatemala y Honduras) Diseñar, impulsar e institucionalizar un proceso de planeación estratégica participativa, integral y territorial, que articulará las dimensiones sociales, ambientales, económicas y culturales del territorio compartido por los tres países en la región del Trifinio. El objetivo final es el fomento de la cohesión social e integración regional territorial de municipios fronterizos del Trifinio centroamericano. Gestión Integral de Tierras (municipalidades de Puerto Cortés, Tela y Omoa, Honduras, y Municipalidad de Puerto Barrios, Guatemala) El proyecto pretende mejorar la seguridad jurídica de los derechos de la propiedad inmueble de los municipios de Puerto Cortés, Omoa y Tela, en Honduras, y del municipio de Puerto Barrios, en Guatemala, de manera que se propicien condiciones adecuadas para mejorar la inversión interna y externa en esta área de alto perfil turístico, estratégico mercantil y de inversión. Como variable transversal del proyecto se encuentra el acceso a la titularidad de los grupos de menores ingresos, de los grupos étnicos y de las mujeres cabeza de familia y el desarrollo sostenible. Para completar este proceso y poderlo hacer sostenible, se requiere desarrollar un sistema de catastro y registro que cubra el territorio municipal y realizar una actualización de su Plan de Ordenamiento Territorial.
Bibliografía y herramientas para la articulación de políticas públicas
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Revistas y publicaciones periódicas Alambres <http://www.revistaalambre.com> Revista digital sobre comunicación, información y cultura. Anthropos <http://www.anthropos-editorial.com> Sobre cultura y política en Latinoamérica.
formato electrónico, CIDOB edita las siguientes cabeceras: 1. Revista CIDOB d’Afers Internacionals <http://www.cidob.org/es/publicaciones/ revistas/revista_cidob_d_afers_ internacionals> 2. Documentos CIDOB (Asia, América Latina, Mediterráneo, Migraciones, Desarrollo y Cooperación, Europa, Dinámicas Interculturales, y Seguridad) <http://www.cidob.org/es/publicaciones/ documentos> 3. Libros: CIDOB edita las colecciones «Interrogar la Actualidad», solo en edición impresa, con algunas publicaciones referidas a América Latina, <http://www.cidob.org/es/publicaciones/ monografias/interrogar_la_actualidad>
ARTNODES <http://www.uoc.edu/artnodes/8/esp/ presentacio.html> Revista digital impulsada por la Universitat Oberta de Catalunya que tiene por objeto el análisis de las intersecciones entre las artes, las ciencias y las tecnologías.
4. y «Monografías», estudios e investigaciones sobre diversos temas de la actualidad internacional y el mundo de la cooperación al desarrollo (diversidad, participación…) <http://www.cidob.org/es/ publicaciones/monografias/monografias>
Asociación de Revistas Digitales de España <http://arde.org.es/> Agrupa revistas culturales sobre manifestaciones artísticas.
/ Diáspora y voto en el exterior: la participación política de los emigrantes bolivianos en las elecciones de su país de origen (2012)
CIDOB - Centro de Estudios y Documentación Internacionales en Barcelona Publicaciones periódicas: en papel y en
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Los títulos relacionados con nuestro estudio:
/ Discursos sobre tolerancia y diversidad en Europa: panorámica comparativa de 16 países europeos (2012) / Retomar la iniciativa: ¿cómo ayudar
a Serbia y a Kosovo a avanzar hacia la UE? Una revisión estratégica del no reconocimiento de Kosovo (2012) / Cuba en tiempos de cambios (2011) / La gestión de la convivencia, ¿en crisis? (2011) / Formas-Otras: saber, nombrar, narrar, hacer (2011) / Spheres of diversities: From concept to policy (Esferas de la diversidad: del concepto a la política) (2011) / Políticas públicas y modelos de ciudadanía (2011) / Cultura y política: ¿hacia una democracia cultural? (2010) / Vivencias urbanas de paz (2010) / La dinámica del contacto. Movilidad, encuentro y conflicto en las relaciones interculturales (2009) / La política de lo diverso: ¿producción, reconocimiento o apropiación de lo cultural? (2008) / Índice Europeo de Ciudadanía Cívica e Inclusión (2006) En coedición con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (CEPAL), CIDOB publica un libro al año sobre temas de desarrollo en América Latina (CIDOB-CEPAL): recomendaciones políticas que permitan alcanzar un
crecimiento económico sostenido en América Latina como medio para reducir la pobreza y la desigualdad de su población e incrementar, de este modo, su calidad de vida. <http://www.cidob.org/es/publicaciones/ monografias/cidob_cepal> Esta colección incluye de momento cinco títulos: / Educación, desarrollo y ciudadanía en América Latina: propuestas para el debate (2011) / Clases medias y desarrollo en América Latina (2010) / Reformas para la cohesión social en América Latina. Panorama antes de la crisis (2009) / Hacia un nuevo pacto social. Políticas económicas para un desarrollo integral en América Latina (2008) / Visiones del desarrollo en América Latina (2007) Comunicar <http://www.revistacomunicar.com/> Revista científica iberoamericana especializada en educomunicación: comunicación y educación, TIC, audiencias, nuevos lenguajes… Cuaderno Intercultural <http://www.cuadernointercultural.com/ revistas/> Recursos para la interculturalidad y la educación intercultural.
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Cuadernos hispanoamericanos <http://www.red-redial.net> CulturaenlaRed <http://www.mcu.es/MC/culturaEnRed/ principal.html> Revista electrónica del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España que nace con el objetivo de dar a conocer los proyectos de difusión cultural del Departamento y sus instituciones, desarrollados con el apoyo de las nuevas tecnologías de gestión de la información. Diputación de Barcelona <www.diba.cat>; <www.observ-ocd.org> Publicaciones variadas relacionadas con la cuestión. La revista Observa, Anuarios de Cooperación Descentralizada (en el de 2008 se incluye un capítulo sobre cohesión social) y publicaciones como Cohesión Social y Cooperación Descentralizadas. La experiencia europealatinoamericana. En Clave Docente <http://www.enclavedocente.es/> Analiza temas de cohesión social e interculturalidad desde la educación. Encrucijada Americana <http://www.encrucijadaamericana.cl/> Revista electrónica del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado. Tiene como principal objetivo promover el debate y la discusión en torno a diversas problemáticas de la sociedad americana, a través de la publicación de los más prominentes artículos elaborados
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por los estudiantes y académicos de los tres programas de magíster que imparte el Departamento: Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos; Ética Social y Desarrollo Humano; y Gobierno y Sociedad. Espacios Públicos <http://www.politicas.uaemex.mx> Revista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMÉX, es una publicación cuatrimestral que tiene por objetivo dar a conocer lo más relevante sobre temas actuales de ciencias sociales que buscan explicar la realidad de México y algunos aspectos de los países iberoamericanos; aunque no faltan exposiciones sobre problemas del conocimiento y de la metodología de investigación social. Espiral <http://publicaciones.cucsh.udg.mx> Estudios sobre Estado y sociedad. Estado, Gobierno, Gestión Pública <http://www.inap.uchile.cl/publicaciones/ revistas/269-revista-estado-gobiernogestion-publica.html> Revista del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. Estudios sobre Culturas Contemporáneas <http://www.culturascontemporaneas.com/> Universidad de Colima. Eurosocial <www.programaeurosocial.eu; http:// biblioteca.programaeurosocial.eu/> En la sección «Biblioteca» se pueden encontrar diversas publicaciones que
relacionan el tema de la cohesión social con cuestiones de género, participación social, buenas prácticas, etc.
formulación de políticas y promoción. Existen informes mundiales, regionales y nacionales.
FIIAPP - Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas <www.fiiapp.org> Publicaciones digitales: / El aprendizaje entre pares en la elaboración de políticas pública / Nuevas bases para las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe / Políticas e instituciones incluyentes / Iniciativa para la cohesión social en América Latina y el Caribe / Memoria Ágora América Latina / Género y Cohesión Social: África y América Latina / Manual de Gestión Pública Responsable
K-Government – Thinking in e-government <http://www.k-government.com/> Blog sobre e-government, tecnologías de la información y la comunicación (TIC) aplicadas a la Administración pública y comunicación política.
Glosas didácticas <http://www.aulaintercultural.org> Revista digital sobre temas de educación intercultural, en valores, en igualdad. Informe sobre Desarrollo Humano <http://hdr.undp.org/es/informes/> Estudio independiente realizado bajo el mandato del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y es el resultado del trabajo de un equipo selecto de académicos destacados, profesionales del desarrollo y miembros de la Oficina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD. El Informe sobre Desarrollo Humano fue presentado por primera vez en 1990, con el objetivo único de situar nuevamente a las personas en el centro del proceso de desarrollo en términos de debates económicos,
Más poder local <http://www.maspoderlocal.es/> Una producción de un grupo de politólogos, sociólogos y comunicadores reunidos en torno al Departamento de Comunicación Política e Institucional de la Fundación Ortega-Marañón (Madrid). Aborda aquellos temas ineludibles para el desarrollo de la política local y regional. Centra su atención en los procesos de formulación, diseño, implementación y evaluación de políticas públicas, las estrategias de desarrollo municipal y regional, el diseño y gestión de la comunicación y el marketing gubernamental. Ómnibus <http://www.omni-bus.com> Revista intercultural del mundo hispanohablante. Parabólica: Revista de Cultura Contemporánea <http://www.parabolica.net> Revista de cultura contemporánea centrada fundamentalmente en la plástica y la música. Con especial interés en los fenómenos culturales urbanos y la cultura global/local.
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Política y Cultura <http://polcul.xoc.uam.mx> Publicación semestral del Departamento de Política y Cultura de la División de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México. Prácticas en Educación Intercultural <http://practicaseneducacion.letra25.com> Publicación de la Red Interculturalidad y Educación. Pueblos <http://www.revistapueblos.org> Revista de información y debate de la Asociación Paz con Divinidad. Pueblos y Fronteras <http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ ArtPdfRed.jsp?iCve=90616141001> Revista Digital de la Universidad Nacional Autónoma de México. Dedica su número 9, de junio-noviembre de 2012, al tema de la cohesión social. Quórum <http://revistaquorum.wordpress.com> Revista de pensamiento iberoamericano. Redes <http://revista-redes.rediris.es> Revista hispana para el análisis de redes sociales. Revista de Ciencias Sociales <http://www.apostadigital.com/> Trata desde la sociología a temas como identidad cultural o cohesión social.
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Sociedad y Equidad <http://www.revistas.uchile.cl> Universidad de Chile. Sociedade Cultura <http://www.revistas.ufg.br> Revista de investigación y debate en las ciencias sociales que publica cada semestre la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Goiás. Está relacionada con el Programa de Postgrado en Sociología y Antropología Social. URB-AL III <www.urb-al3.eu> Se pueden encontrar varios números de la revista del Programa así como la Colección de estudios, referidos a la temática de la cohesión social: / Cambio climático y cohesión social local / Seguridad ciudadana y cohesión social en América Latina / Financiación y fiscalidad locales en América Latina VIA. Valores, Ideas, Actitudes <http://www.jordipujol.cat/es/cejp/ revista> Publicación periódica de pensamiento contemporáneo que recopila artículos y aportaciones de personas significativas del ámbito político, cultural y social, tanto nacional como internacional, sobre cuestiones de actualidad que requieren un análisis de fondo y con una perspectiva rigurosa, abierta y plural.
Redes y organizaciones Autoridades Organización de Estados Americanos (OEA) <http://www.oas.org> Es el organismo regional más antiguo del mundo, creado en 1951 por las repúblicas americanas para construir un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia. Sus principales pilares son la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo. Comisión Económica para América Latina (CEPAL) <http://www.eclac.org> Establecida por la resolución 106 (VI) del Consejo Económico y Social, del 25 de febrero de 1948, es una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas y su sede está en Santiago de Chile. Se fundó para contribuir al desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del mundo. Posteriormente, su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el objetivo de promover el desarrollo social. Unión Iberoamericana de Municipalistas <http://www.uimunicipalistas.org> Iniciativa de responsables políticos y técnicos municipales de España e Iberoamérica para trabajar en el tema
del fortalecimiento democrático y la descentralización del quehacer territorial local. Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas <http://www.un.org/spanish/Depts/dpi/ boletin/indigenas/pages/foro.html> Forma parte de Naciones Unidas. Foro de Autoridades Locales por la Inclusión Social y la Democracia Participativa <http://redfal.org> Red internacional de instituciones y autoridades locales abierta a la participación de redes de movimientos sociales que se identifica con el Foro Social Mundial y apoya su desarrollo, en el convencimiento de que otro mundo es posible y que este comienza en los pueblos y ciudades. Paternalia <http://www.partenalia.eu/es> Asociación internacional sin ánimo de lucro compuesta por administraciones locales intermedias (Nuts III) con el fin de promover la cooperación interterritorial. Defiende la participación de los miembros en el proceso de toma de decisiones dentro del marco de la elaboración de las políticas europeas, regionales y locales, sobre todo en lo referente a los sistemas de financiación y de gestión. Secretaría General de Cooperación Iberoamericana <http://segib.org> La Conferencia Iberoamericana nace en la I Cumbre Iberoamericana de Jefes
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de Estado y de Gobierno, celebrada en Guadalajara (México, 1991), formada por los Estados de América y Europa de lenguas española y portuguesa. La celebración de cumbres anuales y de otros encuentros en distintos ámbitos permite a los pueblos iberoamericanos avanzar en la cooperación política, económica, social y cultural. Para reforzar este proceso iniciado en la década de los noventa, en la XIII Cumbre (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 2003) se decidió crear la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). Esta nueva organización internacional constituye el órgano permanente de apoyo institucional y técnico de la Conferencia Iberoamericana. Eurociudades <http://www.eurocities.org> Red de municipios/regiones fundada en 1986 que agrupa a las principales ciudades de Europa. Cuenta con 120 miembros en 30 países europeos para el intercambio de experiencias a través de la organización de foros, grupos de trabajo, proyectos, talleres y publicaciones. Sus Comités temáticos son: Cooperación, Cultura, Economía, Medio Ambiente, Sociedad de la Información, Movilidad y Asuntos Sociales.
Mercociudades Red de municipios del MERCOSUR, referente destacado en los procesos de integración, fue fundada en 1995 por iniciativa de los principales alcaldes, intendentes y prefeitos de la región con el objetivo de favorecer la participación de los municipios en el proceso de integración regional, promover la creación de un ámbito institucional para las ciudades en el seno del MERCOSUR y desarrollar el intercambio y la cooperación horizontal entre las municipalidades de la región: / Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible <http://www.mercociudades.org/UTADS> / Cultura <http://www.mercociudades.org/ UTC> / Desarrollo Económico Local <http:// www.mercociudades.org/UTDEL> / Desarrollo Social <http://www. mercociudades.org/UTDS> / Educación <http://www.mercociudades. org/UTE> / Género y municipio <http://www. mercociudades.org/UTGM> / Juventud <http://www.mercociudades. org/UTJ> / Planificación estratégica <http://www. mercociudades.org/UTPE> / Turismo <http://www.mercociudades. org/UTT>.
Arco Latino <http://www.arcolatino.org> Comisiones temáticas en las que participan provincias y administraciones locales de segundo nivel de la Unión Europea para debatir temas relacionados con cohesión social, territorial, política regional y cohesión económica.
Gobiernos Locales por la Sustentabilidad <http://www.iclei.org> ICLEI es una asociación democrática internacional de gobiernos y organizaciones locales nacionales y regionales que han realizado un compromiso con el desarrollo sustentable. Está vinculada a la Agenda Local 21.
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Derechos humanos Red Internacional para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (RedDESC) <http://www.escr-net.org> Una iniciativa de cooperación de grupos y personas de todo el mundo que trabajan en pro de asegurar la justicia económica y social por medio de los derechos humanos. Fondo Indígena <http://www.fondoindigena.org> El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe —Fondo Indígena— es el único organismo multilateral de cooperación internacional especializado en la promoción del autodesarrollo y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, creado en 1992 durante la celebración de la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en Madrid, España. De esta forma, el fondo indígena es uno de los Programas de Cooperación Iberoamericana. Organización Internacional del Trabajo (OIT) <http://www.ilo.org/global/topics/workersand-employers-organizations-tripartismand-social-dialogue/lang—es/index.htm> Organizaciones de trabajadores y empleadores, tripartismo y diálogo social. En su seno se promulgaron las convenciones 107 y 169 relacionadas con los derechos de los pueblos indígenas. Red sobre los Pueblos Indígenas, Género y Manejo de Recursos Naturales <http://www.ignarm.dk/>
Red GEDEA <http://www.uam.es/ss/Satellite/ es/1242650698012/contenidoFinal/ Presentacion.htm> Instrumento concebido como un espacio de información, intercambio y gestión del conocimiento, concebido en el marco de la Estrategia de Género en Desarrollo de la Cooperación Española para la consecución de una mayor eficacia hacia la igualdad en la política de desarrollo, como forma efectiva de reducir la pobreza y la discriminación por razón de género. Pretende ser un medio para mejorar la armonización, coordinación y coherencia de políticas, entre los actores que componen la Cooperación Española, y el cumplimiento de los referentes internacionales, así como la aplicación de los principios de la Eficacia de la Ayuda acordados en la Declaración de París y en la Agenda de Acción de Accra. Red Indígena de información <http://www.redindigena.info/> Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR) <http://www2.ohchr.org/spanish/bodies/ cescr/index.htm> Órgano de Naciones Unidas que se ocupa de la vigilancia del ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales. Comité de Derechos Humanos (CCPR) <http://www2.ohchr.org/spanish/bodies/ hrc/index.htm>
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Cultura Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) <http://www.unesco.org> La UNESCO obra con el fin de crear condiciones propicias para un diálogo entre las civilizaciones, las culturas y los pueblos, fundado en el respeto de los valores comunes; diálogo que permitirá al mundo forjar concepciones de un desarrollo sostenible que suponga la observancia de los derechos humanos, el respeto mutuo y la reducción de la pobreza. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) <http://www.oei.es> Organismo internacional de carácter gubernamental para la cooperación entre los países iberoamericanos en el campo de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura en el contexto del desarrollo integral, la democracia y la integración regional. Su principal objetivo es contribuir a fortalecer el conocimiento, la comprensión mutua, la integración, la solidaridad y la paz entre los pueblos iberoamericanos. Red Internacional de políticas culturales <http://www.incp-ripc.org> Red Internacional para la diversidad cultural <http://www.incd.net/index.html> Artistas y grupos culturales de todo el mundo dedicados a contrarrestar
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los efectos homogeneizadores de la mundialización sobre la cultura. Asociación de Ciudades y Regiones de la Gran Europa para la Cultura <http://www.lesrencontres.eu/index. php?option=com_frontpage&Itemid=52> Plataforma para la cooperación, el debate y acciones en el ámbito de la política cultural de las ciudades, condados, regiones, provincias…, con el fin de desarrollar la ciudadanía europea. Red Interlocal de Ciudades Iberoamericanas para la Cultura <www.redinterlocal.org> Ciudades de la región iberoamericana que se agrupan por la necesidad de intercambiar experiencias en gestión y políticas culturales. International Center for the Study of the Preservation and Restoration of Cultural Property <http://www.iccrom.org> El ICCROM es una organización intergubernamental dedicada a la conservación del patrimonio cultural. Existe para servir a la comunidad internacional, representada por sus Estados miembros, que actualmente son 132.
Eventos y preceptos marco Conferencias Iberoamericanas de la Cultura <http://www.oei.es/cic.htm> Organizadas por la OEI, previas a las
Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, constituyen un foro privilegiado para tratar asuntos multilaterales en la materia, puesto que propician un clima de confianza entre los diversos actores que permite intercambiar experiencias, establecer diagnósticos compartidos y concertar posiciones comunes ante los desafíos y retos a los que se enfrentan los países iberoamericanos.
/ Creación artística y literaria / Industrias culturales y creativas / Derechos de autor / Patrimonio cultural / Cultura y educación / Cultura y ambiente / Cultura, ciencia y tecnología / Cultura y comunicación / Cultura y economía solidaria / Cultura y turismo
Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo <http://unesdoc.unesco.org/ images/0011/001139/113935so.pdf> Estocolmo, Suecia, 30 de marzo - 2 de abril de 1998.
Diversidad cultural
UNESCO - Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural (1988-1997) <http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ ID=32449&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> Supone el germen de la nueva concepción de gestión de lo cultural. Carta Cultural Iberoamericana <http://www.culturasiberoamericanas.org> Una declaración regional de 2006 de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) que trata de encontrar un marco común en los asuntos culturales y constituye un hito de vital importancia para la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Sus ámbitos de aplicación son: / Cultura y Derechos Humanos / Culturas tradicionales, indígenas, de afrodescendientes y de poblaciones migrantes
Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13179&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 2 de noviembre de 2001. Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales <http://www.unesco.org/new/es/culture/ themes/cultural-diversity/diversity-ofcultural-expressions/the-convention/ convention-text/> París, 20 de octubre de 2005. Patrimonio Recomendación relativa a la protección de la belleza y el carácter de los lugares y paisajes <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13067&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 11 de diciembre de 1962. Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural.
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<http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13055&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> París, 16 de noviembre de 1972. Recomendación sobre la protección, en el ámbito nacional, del patrimonio cultural y natural <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13087&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 16 de noviembre de 1972. Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos o tradicionales y su función en la vida contemporánea <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13133&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 26 de noviembre de 1976. Recomendación sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13141&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 15 de noviembre de 1989. Convención sobre la protección del patrimonio cultural subacuático <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13520&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> París, 2 de noviembre de 2001. Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=17716&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> París, 17 de octubre de 2003.
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Declaración de la UNESCO relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=17718&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 17 de octubre de 2003. Derechos humanos Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales <http://www2.ohchr.org/spanish/law/ cescr.htm> Asamblea General de Naciones Unidas, 16 de diciembre de 1966. Convención OIT 107 <http://www.ilo.org/indigenous/ Conventions/no107/lang—es/index. htm> Adoptada en 1957 por la OIT a petición de la ONU por 27 países. Adolecía de un cierto enfoque integracionista. Enfatizaba en el derecho de los pueblos indígenas a mantener y fortalecer sus propias instituciones, culturas y tradiciones, y a perseguir libremente su desarrollo de acuerdo con sus propias necesidades y aspiraciones; prohibía la discriminación contra los indígenas y promovía su plena y efectiva participación en todos los asuntos que les conciernen y su derecho a mantener su diversidad y a propender por su propia visión económica y social. Convención 169 <http://www.ilo.org/indigenous/ Conventions/no169/lang—es/index.htm> Es una declaración de 7 de junio de 1989.
En 1986 se sostuvo que el enfoque integracionista de la Convención OIT 107 estaba obsoleto y que su aplicación era prejudicial en el mundo moderno, por lo que comenzó a trazar una nueva convención. Carta Democrática Interamericana <http://www.oas.org/charter/docs_es/ resolucion1_es.htm> OEA, Lima, 11 de septiembre de 2001. Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícita de bienes culturales <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13039&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> París, 14 de noviembre de 1970. Declaración de los Principios de la Cooperación Cultural Internacional <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13147&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 4 de noviembre de 1966. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas <http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/ documents/DRIPS_es.pdf> Nueva York, 13 de septiembre de 2007. Declaración de Principios sobre la Tolerancia <http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ ID=13175&URL_DO=DO_TOPIC&URL_ SECTION=201.html> 16 de noviembre de 1995.
Carta-Agenda Mundial de Derechos Humanos en la Ciudad <www.uclg.org/CISDP> Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), 2011.
Observatorios Observatorio Latinoamericano de Geopolítica <http://www.geopolitica.ws> Observatorio Latinoamericano <http://www.observatorylatinamerica.org> Fomentar un diálogo público entre y dentro de los Estados Unidos y América Latina sobre los desafíos de la construcción de la democracia social en un mundo globalizado, incluyendo la creación de oportunidades para los líderes de América Latina con el fin de que puedan expresar directamente sus opiniones ante una audiencia estadounidense. Observatorio Internacional de la Democracia Participativa <http://www.oidp.net> Observatorio de Política Social y Derechos Humanos de México <http://observatoriopoliticasocial.org> Políticas sociales para la equidad (infancia y juventud, mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad, población migrante, población indígena). El
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Observatorio de Política Social y Derechos Humanos es un proyecto de INCIDE Social A.C. que recaba, sistematiza, analiza y difunde información cualitativa y cuantitativa sobre la política social en México y la situación que guarda la realización de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en el país. Observatorio de Derechos Humanos y Pueblos Indígenas <www.observatorioindigena.org> Observatorio de Políticas Públicas de Derechos Humanos en el MERCOSUR <http://www.observatoriomercosur.org. uy/>
Observatorio de Diversidad Cultural e Interculturalidad <http://www.iesalc.unesco.org.ve> Observatorio Latinoamericano de la Innovación Local <www.innovacionlocal.cl> Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales <http://www.olca.cl> Observatorio para la Integración Regional Latinoamericana <http://www.flacso.org> Latinobarómetro <http://www.latinobarometro.org>
Observatorio Latinoamericano de Pobreza <http://www.ausjal.org> Observatorio Ciudades Inclusivas <http://www.cities-localgovernments.org> Espacio de análisis y reflexión sobre políticas locales de inclusión social. Contiene más de sesenta estudios de caso sobre políticas innovadoras en materia de desarrollo comunitario, acceso a los servicios básicos, igualdad de género, protección del medio ambiente o erradicación de la pobreza, entre otros. Pretende detectar e investigar experiencias exitosas que puedan aportar elementos de inspiración a otras ciudades para el diseño e implementación de sus políticas de inclusión social. Observatorio Ciudadano <http://www.observatorio.cl/>
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Indicadores Indicadores urbanos <http://www.garapen.net/public_ observatorio/ctrl_observatorio.php> Una herramienta muy útil para elaborar una lista propia de indicadores, articulada en tres capítulos: Cohesión Social; Territorio y Medio Ambiente; y Economía y Competitividad. Indicadores de gobernabilidad <www.worldbank.org> Guía para la Evaluación de las Políticas Culturales Locales <http://www.femp.es> 316 indicadores, cualitativos y cuantitativos, que se proponen tanto para
evaluar la política cultural desarrollada como para planificar. Índices de política democrática <http://www.transparencia.org.es> Se trata de una entidad que ha elaborado una serie de indicadores que reflejan la transparencia de la gestión en entidades públicas locales, provinciales y regionales. Así, por ejemplo, pueden calcular los índices de transparencia de los ayuntamientos (ITA), de las comunidades autónomas (INCAU), de las diputaciones (INDIP) o de la gestión del agua (INTRAG). También han elaborado índices para medir la corrupción a escala internacional, como el índice de fuentes de soborno o el de percepción de la corrupción.
Algunas experiencias y programas interesantes URB-AL III <http://www.urb-al3.eu> Programa de cooperación regional de la Comisión Europea con América Latina cuyo objetivo es contribuir a incrementar el grado de cohesión social y territorial en el seno de las colectividades subnacionales y regionales de América Latina. Programa Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales <http://www.globalcult.org.ve/> Dedicado a estudiar procesos sociales contemporáneos desde una perspectiva general que estimula la integración del análisis de los aspectos culturales
(simbólico-sociales) con el de los aspectos políticos, sociales y económicos de estos procesos. OPENcities (ciudades abiertas) <http://opencities.britishcouncil.org> Cultura de Barrio: Red Mundial de Actores Culturales Locales <http://portal.unesco.org/culture/es/ ev.php-URL_ID=2478&URL_DO=DO_ TOPIC&URL_SECTION=201.html> La UNESCO desarrolló el programa Diálogo entre Culturas en 1998. Hace hincapié en la integración social y en la participación local. 21 de mayo: Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo (UNESCO) <http://www.unesco.org/index. php?id=18174&L=2> Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) <www.undp.org/governance> Banco de Experiencias Locales de Argentina (BEL) <http://bel.unq.edu.ar/> Sistema de Buenas Prácticas para el Desarrollo de los Territorios <http://www.territoriochile.cl> Agenda 21 de la Cultura <http://agenda21culture.net> Nace como propuesta de los ayuntamientos de Barcelona y de Porto Alegre. La propuesta recibe el apoyo de más de un centenar de ciudades en la
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I Reunión Pública Mundial de Cultura (Porto Alegre, septiembre 2002), en el III Fórum de Autoridades Locales para la Inclusión Social (Porto Alegre, enero 2003) y en el Fórum Iberoamericano de Ciudades para la Cultura - Interlocal (Montevideo, marzo 2003). Alliance for Cultural Democracy <http://www.f8.com/ACD/CBoR/cborful. html> Proyecto sobre la carta de la Declaración de los Derechos Culturales. Bogotanitos. Guía de niñas y niños para compartir en familia <http://www.culturarecreacionydeporte. gov.co/portal/bogotanitos/mitos/malkua> Ocio, diversión, entretenimiento para educar y practicar arte y cultura en la ciudad desde muy pequeños. Propuesta de la Alcaldía Mayor de Bogotá (Colombia). 100 recomendaciones para fortalecer la cohesión comunitaria en Ciudad Juárez y El Paso <http://www.cohesioncomunitaria.org>
Recursos Kit Joven Diversidades, el juego de la creatividad <http://www.unesco.org/new/es/culture/ themes/cultural-diversity/diversity-ofcultural-expressions/tools/creativity-game/> Una herramienta didáctica y lúdica diseñada por la UNESCO al servicio de los educadores para sensibilizar a los jóvenes
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de entre 12 y 16 años sobre los valores y principios de la cultura con un enfoque pedagógico innovador (yo-nosotrosotros-todos) que implica a los jóvenes en primera persona y favorece la construcción colectiva del concepto de diversidad. Vídeo didáctico realizado por jóvenes que explican qué son los estereotipos y prejuicios culturales y cómo se forman <http://www.metacafe.com/ watch/2376429/estereotipos_qu_son_y_c_ mo_se_forman/> Base de datos de la red SALTO con recursos formativos para trabajar la interculturalidad <http://www.salto-youth.net> Kit Construir Juntos <http://www.redeamerica.org> Una propuesta para hacer desarrollo de base, que contiene cuatro cuadernillos y una guía de trabajo, desarrolla el marco conceptual y las orientaciones generales compartidas por los miembros de RedEAmérica para promover el desarrollo de base. Estos cuadernillos también describen intervenciones que las fundaciones empresariales y empresas miembros de la Red han utilizado para promover este tipo de desarrollo. Ha sido publicado en español, portugués e inglés. Los Derechos Humanos Por y Para el Pueblo: Haciendo Realidad los Derechos Económicos, Sociales y Culturales desde las Bases! <http://www.escr-net.org/ resources/resources_show.htm?doc_ id=1604889&attribLang_id=13441>
Esta producción audiovisual de la Red-DESC presenta experiencias y antecedentes de trabajo de los miembros del Grupo de Trabajo de Movimientos Sociales y Organizaciones de Base. Pretende compartir sus desafíos comunes y ejemplos exitosos de incidencia colectiva.
themes/cultural-diversity/diversity-ofcultural-expressions/tools/>
SEGIB <http://segib.org/cultural/?p=101> Propone y difunde algunas actividades de animación cultural del ámbito iberoamericano: / II Premio Iberoamericano de Educación y Museos / I Premio de Teatro Ramón Vinyes, El Sabio catalán, de la Alcaldía Distrital de Barranquilla / II Festival Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil (FITIJ) / II Encuentro de Cine Iberoamericano / Mayo Argentino en Madrid / II Foro Iberoamericano de la Propiedad Intelectual
Guía virtual derechos culturales <http://www.culturarecreacionydeporte. gov.co/portal/node/4966> La Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, a través de la Dirección de Regulación y Control, adelanta actividades de difusión y apropiación de la normatividad que regula el Sector Cultura, Recreación y Deporte como una forma de promover una cultura de la información entre los agentes y organizaciones del sector, y como un mecanismo dirigido a consolidar una conciencia de existencia y ejercicio de estos derechos.
Guía metodológica: Identificación, sistematización e intercambio de experiencias exitosas para la cohesión social local <www.urb-al3.eu>
Guide méthodologique pour les villes souhaint réaliser un audit énergetique du patrimoine bâti ancien <http://www.an-patrimoine.org/ Developpement-durable-et-bati> La Association Nationale des Villes et Pays d’Art et Historie à Secteurs Sauvergardés et Protéges hace una interesante propuesta para orientar políticas públicas sostenibles de rehabilitación de patrimonio.
Guía de estándares de los equipamientos culturales en España <http://www.femp.es> Es una obra de consulta con información útil para facilitar a los responsables de las corporaciones locales el diseño, construcción y mantenimiento de diez tipos de equipamientos culturales: teatro, sala polivalente, museo, colección, centro de interpretación del patrimonio, archivo con servicio, archivo sin servicio, centro de arte, centro cultural y biblioteca pública.
Guía sobre políticas en favor de las industrias culturales y creativas (UNESCO) <http://www.unesco.org/new/es/culture/
Ordenanza tipo de seguridad y convivencia ciudadana <http://www.femp.es/files/566-373-
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archivo/Ordenanza%20Tipo%20de%20 Convivencia%20Ciudadana%20FEMP.pdf> Herramienta que la Federación Española de Municipios y Provincias ofrece a las autoridades locales como modelo para regular la convivencia en espacios públicos. Portal de la Cultura de América Latina y el Caribe <http://www.lacult.org> Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO. Banco de Innovaciones <http://www.innovacionciudadana.cl/ bancodeinnovaciones.php> Esta herramienta de la Universidad de Los Lagos permite acceder al registro de experiencias que se han presentado al Premio Innovación y Ciudadanía desde el año 1999 hasta la fecha. Base de Datos de Participación Ciudadana <http://www.gipuzkoapartehartzen.net> Recoge un total de 402 prácticas y experiencias de todo el mundo. AWID <http://www.awid.org> Portal para los derechos de la mujer y el desarrollo, orientado a la defensa de los derechos de las mujeres en todo el mundo. Artists Against Racism <http://www.artistsagainstracism.com> Enseña a los jóvenes a no tener en cuenta el color de la piel, la religión, la etnicidad o la nacionalidad. Su misión es construir una comprensión de todas las poblaciones.
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Alertanet <http://alertanet.org/> Portal sobre democracia, teorías críticas sobre derecho y Estado, derecho y sociedad, multiculturalismo, poblaciones indígenas, pluralismo legal, derechos humanos, sistema de justicia y reforma legal, justicia criminal, resolución de disputa alternativa, mujer y género, y casos latinoamericanos. Incluye información en fórums, artículos, publicaciones, enlaces, acontecimientos, estudio de posgrado, subvenciones y oportunidades de trabajo. Alertanet promueve la Red Latinoamericana en Derecho y Sociedad (LAN L&S). Banco de Prácticas Significativas en Educación Artística, Cultura y Ciudadanía <http://www.educacionartistica.org>
Investigación Cohesión social Cohesión Comunitaria e Innovación Social (CCIS) <www.cohesioncomunitaria.org>
Políticas públicas y gobernabilidad CIGOB- Centro Iberoamericano de Gobernabilidad, Políticas y Administración Pública <http://www.uimpgranada.es>
Observatorio de Cooperación Descentralizada Unión Europea-América Latina <http://www.observ-ocd.org> OIT-Organización Internacional del Trabajo <http://www.ilo.org> METAGORA <http://www.metagora.org/html/activities/ act_inventory.html> Inventario de iniciativas en materia de gobernabilidad. FIIAPP Fundación Internacional Iberoamericana de Administración y Políticas Públicas <www.fiiapp.org> ICAP- Instituto Centroamericano de Administración Pública <www.icap.ac.cr> Fundación EU-LAC (Europa-América Latina y el Caribe) <http://www.eulacfoundation.org> Creada para tratar temas de la Agenda Birregional, de forma especial, entre otros: / Cohesión social o inclusión, incluyendo la generación de empleo y lucha contra la pobreza. / Sostenibilidad del desarrollo. / Cambio climático. Integración, comercio y conectividad. / Ciencia, tecnología e innovación, con énfasis en el papel de la pequeña y mediana empresa. / Educación y cultura. / Inversiones. / Participación de Europa, América Latina y el Caribe en los flujos internacionales de la inversión y del comercio.
Derechos humanos Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, A.C. <http://www.ceidas.org> Para promover y fomentar el estudio de los derechos humanos y sociales, a fin de que la población, así como las nuevas generaciones, sepan analizar la cuestión social desde todos sus vértices: histórico, legal, social, estructural y conceptual, tanto a escala nacional como internacional. Organización no gubernamental que trabaja desde la perspectiva de la sociedad civil, vigilando el cumplimiento en los ámbitos federal, estatal y municipal en materia de protección de derechos humanos y desarrollo social. Mediante sus proyectos, busca incidir en el diseño de políticas públicas en el área de desarrollo social. Interarts <http://www.culturalrights.net/es> Construye este portal como elemento clave en la investigación que está llevando a cabo sobre derechos culturales y el papel de la cultura en el desarrollo humano.
Desarrollo Instituto Interamericano para el Desarrollo Económico y Social <http://www.iadb.org> El Banco Interamericano de Desarrollo, a través del INDES, se ha posicionado como un líder en capacitación de profesionales
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en temas de desarrollo en América Latina y el Caribe, capitalizando el conocimiento y la experiencia del Banco en la Región.
Comitato Internazionale per lo Sviluppo dei Popoli <www.sviluppodeipopoli.org>
Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Econômicas (Ibase) <http://www.ibase.br/> Institución de utilidad pública federal, sin ánimo de lucro ni vinculación política o religiosa. Su misión es la construcción de la democracia, combatiendo las desigualdades y estimulando la participación ciudadana en la sociedad civil, la economía y el poder.
Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano <http://www.cideu.org/>
Centro Brasileiro de Estudos LatinoAmericanos <http://www.cebela.org.br> Entidad gubernamental brasileña promotora del desarrollo científico y tecnológico. Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo <www.clad.org.ve> Communities and Local Government <www.communities.gov.uk> Conferencia Centroamericana por la Descentralización del Estado y el Desarrollo Local <www.confedelca.org> Fundación para el Desarrollo Local en Centroamérica <www.demuca.or.cr> Institut de Recherche pour le Développement <www.ird.fr>
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Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible <http://www.cepad.org> Institución boliviana que presta apoyo, asistencia y asesoramiento a los actores públicos, privados y de la sociedad civil en general en temas de desarrollo humano, económico y sostenible.
URB-AL III es un programa de cooperación regional descentralizada de la Comisión Europea cuyo objetivo es contribuir a incrementar el grado de cohesión social en el seno de las colectividades subnacionales y regionales de América Latina. Liderada por la Diputación de Barcelona, la Oficina de Coordinación y Orientación de URB-AL III tiene la misión de apoyar la ejecución del programa prestando asistencia técnica y acompañamiento a los diferentes proyectos para contribuir a hacer realidad sus objetivos.
Identidad e identidades: Potencialidades para la cohesión social y territorial
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Colección de Estudios sobre Políticas Públicas Locales y Regionales de Cohesión Social
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Colección de Estudios sobre Políticas Públicas Locales y Regionales de Cohesión Social
Identidad e identidades: Potencialidades para la cohesión social y territorial
urb-al III Oficina de Coordinación y Orientación - OCO
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