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LA DIPLOMACIA CULTURAL JAPONESA Y EL PODER SUAVE

Por Dircea Arroyo Buganza

Introducción

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Japón es un Estado que ha sabido adaptarse y comportarse dentro del sistema internacional. A pesar de que perdió en la Segunda Guerra Mundial, tenemos que entender que el gobierno japonés, siempre buscó tener poder al interior de esta. El concepto mismo, puede ser entendido desde diferentes perspectivas, pero se puede afirmar que lo más relevante es que le da al actor la habilidad de influenciar a otros para que hagan lo que este desea. De la misma manera, esta noción para los teóricos realistas determina cómo se llevan a cabo las interacciones en el sistema internacional.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el sistema internacional se transformó de manera drástica. Esto tuvo como consecuencia, una permutación en la interpretación clásica de poder; pues permitió que autores como Joseph Nye y Baldwin argumentaran que podía existir un poder no militar y no necesariamente tangible. De este modo, Nye realizó una división dentro del concepto de poder. Entendiendo que el hard power, es la manera de alcanzar los objetivos de manera coercitiva o violenta. Y el soft power (poder suave) es la habilidad de conseguir los objetivos, sin el uso de amenazas o violencia.

Dicho concepto es importante en el caso japonés pues después de verse obligado a renunciar a la guerra, tiene que conseguir poder en el sistema internacional; esto a través de otros medios que no habían sido convencionales hasta el momento. Así pues, sin tener un plan o una estrategia en un primer momento, Japón se da cuenta que por medio de su cultura puede persuadir a otros actores para cumplir un objetivo político o económico. La estrategia del Cool Japan representa esta política suave al exterior, para persuadir a otros actores en el orden internacional. Ha sido tan efectiva esta acción para el gobierno japonés, que Corea del Sur también la ha efectuado en el sureste de Asia. Esto ha llevado a que China implemente su propia interpretación del poder suave, no solamente en Asia sino también en África.

El Estado japonés cambió de ser un Estado imperialista, como el resto de las potencias mundiales, a un país enfocado en la paz. Al perder lo que se conoce como el hard power, tuvo que repensar en cómo sería la política exterior del país. De ahí que se enfrentó al gran problema de ¿cómo cambiar sus relaciones con los otros Estados? ¿Cómo cambiar la imagen que tenían los otros? Japón ha trabajado en cambiar la imagen que se tenía de él en el sistema internacional. La primera oportunidad que tuvo para mostrarle al mundo "el nuevo Japón" fue en las olimpiadas de 1964. El país no solamente se mostró pacífico, sino más importante, reconstruido y próspero. Por eso el hecho en Japón (Made in Japan) no se asociaba más con productos de mala calidad, sino más bien con buenos productos tecnológicos. Junto con esto se mostraron nuevas innovaciones tecnológicas como el Shinkansen (el tren bala), los juegos olímpicos fueron transmitidos a color, etc.

Japón tras perder la Segunda Guerra Mundial tuvo no solamente que resurgir de las cenizas sino también se vio en la complicada situación de cambiar sus relaciones con el resto del mundo. Antes de este conflicto el país nipón, era como el resto de las potencias de la comunidad internacional imperialista y militarista. Buscaba el dominio de otros para poder crear lo que llamaron su esfera de coprosperidad.

En la década de los ochentas del siglo XX, la visión de éste en el mundo era de orden y eficacia. Los productos japoneses lideraban ciertas manufacturas desde la década de los setenta; y compañías como Sony, Panasonic, habían superado ciertos productos norteamericanos.

En 1985 nació un producto que ayudaría de manera posterior a cambiar la imagen de Japón ante el mundo: Nintendo. Dentro de los juegos más conocidos se encuentran Super Mario y la Leyenda de Zelda; estos juegos crearon un mundo de fantasía que llegó a millones de niños en todo el mundo. De modo que se fueron sumando a esta experiencia animes como Pokémon, Sailor Moon, Evangelion, etc. Dichos productos ayudaron en el 2000 a percibir a Japón como una tierra de fantasía, de magia, exótica.

En la década de los noventas del siglo pasado, no existía una política por parte del gobierno japonés para crear contenido y que éste se exportará, la idea nació después de que se publicara el artículo Japan ' s Gross National Cool, de Douglas McGray en el 2002. Lo interesante del artículo es que planteaba que Japón podía ser una potencia internacional de exportación en cuestión cultural. Este esparcimiento de cultura se refería a cuestiones musicales, moda, sumo, pero lo más interesante es que mencionó también al anime.

A partir del año 2000 Japón sufrió una transformación en donde se convirtió en un país que comenzó a influenciar a otros con su cultura iniciando en zonas de Asia y Europa.

Durante el 2008 la compañía de Sanrio decidió ampliar el mercado de Hello Kitty. Durante la década de los ochenta los objetos con la figura de esta gatita tenían como principal mercado a niñas. Pero a partir de este momento Tsuji Shintarou fundador de la compañía decidió volverlo un artículo internacional.

Historia del Anime y el manga

El anime tiene como base el manga japonés. Literalmente éste puede ser considerado un comic; los personajes de manera general se caracterizan por tener los ojos grandes, bocas pequeñas, cuerpos delgados y la piel pálida. Estos cómics tienen una narrativa clara, que se divide en páginas que a su vez tienen imágenes. Cada imagen contiene un diálogo o una onomatopeya. La experiencia al leerlo es como si se estuviera viendo una película.

Las historias que se pueden encontrar son variadas y se catalogan en diferentes géneros. Por eso, el manga aborda diferentes sectores de la población: niños, adolescentes, adultos, hombres, mujeres. Y los temas se adaptan a cada uno de estos sectores.

En 1947 se publicó Shin Takarajima (La nueva isla del tesoro) por Osamu Tezuka. Gracias a la popularidad de este manga se comenzaron a publicar revistas cada mes, como la Shukan shonen magajin. En 1952 el mismo autor publicó Tetsuwan Atomu en la revista Shonen. Este manga se estuvo publicando de manera mensual de 1952 hasta 1968.

Lo anterior permitió que se difundiera el manga entre los un en la década de los En este momento historias relacionad también a través d espíritu de konjo, es vencidos.

En consencuencia, e Atom (Astroy Boy), s Éste fue transmitido televisión en 196 contribuciones de T manga tuvieron un Segunda Guerra Mu considerado uno de p desarrollo tanto del anime como del manga japonés. Cabe mencionar que también se vio influenciado por Disney, películas americanas, etc.

En la década de los ochentas del siglo pasado, el manga tuvo otro crecimiento gracias a las historias de amor y comedia. El shojo manga, a pesar de existir en décadas pasadas, en realidad no tuvo mucha importancia. Esto debido a que la mayoría de las historias eran relaciones de mamá e hijas, o historias de ballet, normalmente creadas por hombres.

En los setentas, el shojo manga cambió, las palabras del corazón, las emociones y las relaciones fueron el punto central de las historias. El amor adolescente entre un personaje femenino y otro masculino, así como los malentendidos en la relación, permitió que el mercado atrajera también a niñas y adolescentes.

Los cambios en las tecnologías también permitieron el incremento en el consumo del anime y el manga. Éstos pueden verse y leerse en diferentes plataformas alrededor de todo el mundo. La popularidad tanto del anime como del manga depende de los personajes y las historias, que a pesar de que revelan características de la cultura japonesa son historias que son llamativas en todo el mundo. Además, los productos japoneses no buscan vender el estilo de vida japonés, sino presentar personajes que podrían ser de cualquier nacionalidad, buscan que el contexto sea de la misma manera. Y al mismo tiempo le ponen características japonesas.

Un ejemplo claro de lo anterior es la serie de Pokémon. El personaje principal Ash, tiene ojos grandes, boca pequeña, es delgado y de pelo negro; nada indica que tenga rasgos japoneses. Lo mismo que sucede con el escenario, el tipo de vida y la historia, podrían llevarse a cabo en cualquier parte del mundo. Detalles en la serie como el comer onigiri (bolas de arroz) son pequeñas referencias a Japón.

La estrategia del Cool Japan

La política del Cool Japan, nace tras la crisis financiera del 2008. En esta los sectores más importantes de Japón fueron afectados de manera severa (manufacturas, electrónicos, etc.); esta estrategia surge en el 2012 como una campaña comercial que buscaba enfrentar los problemas nacionales y solucionarlos con la demanda internacional. En esta estrategia han participado diferentes ministerios como la Agencia de Cultura, el Ministerio de Asuntos del Exterior (MOFA), Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI), el ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI) y el Ministerio de Gestión Pública.

Uno de los principales ministerios que se ha mantenido activo desde 2011 con diferentes acciones para la expansión del Cool Japan es el METI. Esta agencia determinó que uno de los mercados a los cuales valdría la pena implementar esta estrategia serían economías emergentes. Por lo que se buscaba presentar los productos japoneses como aspiracionales para que la clase alta y media los consumiesen. Para lograr lo anterior, esta agencia gubernamental ha ofrecido apoyo en el estudio de mercado. Lo que ha permitido encontrar compañeros locales que a su vez han ayudado a rejuvenecer marcas japonesas en el extranjero.

El gobierno japonés no buscó crear productos nuevos sino apoyar a las industrias que ya se encontraban y eran populares en el exterior, como el manga y el anime. De esta forma, se invirtió en promocionar y crear productos y servicios japoneses. Uno de los aciertos que tuvo el gobierno japonés fue el haber trabajado con compañías locales, que a su vez contrataban talento local. Antes de exportar el contenido al exterior se buscaba expandir en los mercados nacionales; esto les permitía adaptarse a otros países de mejor manera. No solamente en el lenguaje sino también en lo que se permite o no en las televisoras.

Un ejemplo de lo anterior es en el anime One piece, producido por Toei Animation; en donde uno de los personajes principales Sanji en la versión japonesa normalmente fuma, pero en la que se transmitió en Estados Unidos, aparecía con una paleta en los labios. Esto es por las regulaciones en las televisoras norteamericanas, en donde en programas para niños no se permite el consumo del tabaco.

De esta manera, una de las primeras acciones para fomentar la creación de nuevos contenidos fue el hacer un programa de subvenciones para proyectos de video para el mercado global (J-LOD por sus siglas en inglés), parte de la estrategia del Cool Japan.

Este programa incluye la creación de anime, pero también promueve eventos culturales fuera de Japón. A partir del 2018, este programa ha apoyado a diferentes creadores a crear programas pilotos para que estos puedan vender el proyecto y trabajar con compañías extranjeras.

Este tipo de acciones han llevado al crecimiento del mercado del anime a escala mundial, en donde el año pasado este mercado alcanzó un valor de 24 billones de dólares. El principal aumento del consumo del anime a nivel internacional se debe a las nuevas plataformas como Netflix y Crunchyroll; estas no solamente distribuyen el producto sino también se han convertido en productoras del mismo. Por lo que el JLOD es una estrategia importante del gobierno japonés para apoyar la creación de contenido, en donde el costo no es absorbido por un estudio japonés sino extranjero.

Además de la creación de nuevos contenidos, la estrategia del Cool Japan ha buscado promover el anime en el turismo del país. Esta acción principalmente es llevada por el METI. Se busca unir la creación de contenidos con los bienes de consumo; por ejemplo, dentro de Japón se da apoyo a carreras relacionadas con moda, animación, cocina, idiomas, etc. Estos grupos (en conjunción con pequeñas o medianas empresas japonesas), crean productos que serán consumidos en el extranjero. A su vez, los consumidores foráneos buscarán viajar al territorio japonés en busca de la experiencia real; lo que llevará también al aumento del turismo. De esta manera se busca también revitalizar comunidades locales.

El anime y el manga juegan una parte importante para consolidar esta estrategia.

En estos se muestran lugares famosos como la torre de Tokio, Harajuku, Akihabara, Asakusa, Kioto, etc.; mediante los cuales el consumidor crea un anhelo de visitar esos lugares.

La competencia del Cool Japan: Hallyu.

Corea del Sur, así como Japón ha buscado desarrollar la exportación de productos culturales. A finales de la década de los noventa del siglo XX, este país creo programas televisivos que fueron muy populares en Japón, Taiwán, China, Vietnam y Singapur. Gracias a lo anterior, se acuñó el término de hallyu (ola coreana) por reporteros chinos.

El gobierno surcoreano tuvo que tomar diferentes medidas para poder apoyar la creación de contenidos. Una de las principales estrategias fue el de remover las leyes en donde se prohibía o limitaba la creatividad; es decir, que existía antes de 1996 una censura fuerte por parte del Estado coreano. Aunado a lo anterior, algunos de los grandes conglomerados coreanos (conocidos como chaebols) en la década de los noventas comenzaron a mejorar el diseño y la calidad de sus productos. Del mismo modo, buscaron a través de las empresas crear marcas que se posicionarán en el mercado internacional; por ejemplo, marcas como Samsung y LG.

De manera conjunta, el gobierno surcoreano se preocupó por la creación de infraestructura. Esto para que la población surcoreana pudiera beneficiarse de la creación de nuevas tecnologías. Esto permitiría al mismo tiempo, introducir los nuevos productos al mercado internacional.

Existen varios factores que han permitido que se mantenga y crezca la ola coreana. El primero es la popularidad de las marcas coreanas. Estas se han consolidado en mercados como el norteamericano; Samsung, se encuentra valuada en el mercado internacional con un valor de 61.1 millones de dólares. Antes los carros surcoreanos se percibían como productos baratos y de no tan buena calidad; esto último ha cambiado de manera reciente con marcas como Kia y Hyundai; estas se encuentran compitiendo con Toyota y Nissan.

Por su parte, los programas y la televisión han conseguido mucho presupuesto, para obtener productos de alta calidad; los cuales promocionan de una manera suave la cultura coreana. Una de las películas más conocidas en nuestros días es la de Parásitos (Parasite); esta es la primera cinta no hablada en inglés que ha ganado tres premios de la Academia.

Aunado a los productos de cine o televisión, el gobierno ha invertido también en la música, en donde existen grupos como Super Junior, Girls' Generation, etc. Estos bandas de pop, han acumulado 238 millones de ventas en el mundo; el año pasado se estimó que existían 89 millones de personas en el mundo fans de productos coreanos. El segundo factor se refiere a la comunicación entre todos los actores. Todas las agencias gubernamentales, así como las de empresas privadas siguen acciones claras para poder lograr los productos de alta calidad, así como una promoción muy efectiva. Esto deja como tercer factor el claro apoyo del gobierno surcoreano para el mantenimiento de la ola coreana.

El gobierno coreano cuenta con el Ministerio de Cultura, en donde a su vez existen divisiones que se encargan de la música, películas, programas, moda, etc. El presupuesto asciende a 5.5 billones de dólares. Aunado a este presupuesto el gobierno invierte un billón más en nutrir la cultura y en su exportación. La acción conjunta de todos los actores, permite el estudio de las audiencias (que normalmente son en países asiáticos) de manera más específica para una mejor adaptación de los productos. A diferencia de Japón, Corea del Sur no ha tenido que cambiar su imagen. Al igual que muchos otros países asiáticos comparte con ellos un pasado colonial. Esto ha permitido que sus productos puedan ser más fácilmente consumidos por estos.

El caso más claro es el de China, en el cual los productos japoneses si bien han entrado no son tan consumidos como los coreanos.

La diplomacia suave de China

El Estado chino a diferencia de Japón y de Corea del sur, tiene un límite a la atracción de otros actores en el sistema internacional. China tuvo un crecimiento económico importante en las últimas décadas. Esto ha permitido que países en vías de desarrollo vean con interés la historia de este país. La diplomacia suave del gigante asiático no surge necesariamente de su cultura como en el caso de los otros actores, sino más bien se le atribuye al crecimiento económico. Es decir que, a diferencia de Japón y Corea del sur, en donde estos dos países buscan exportar contenidos relacionados con la cultura, el caso chino se enfoca en la construcción de una diplomacia suave económica.

Lo anterior tiene sentido, pues el país tiene una ideología comunista, esto lo ha hecho poco atractivo para otros actores de la comunidad internacional. El que se cuestione la libertad de la población, así como el fuerte control del gobierno han llevado a que en el ranking mundial se le otorgue el último lugar.

A pesar de que la economía podría ser considerada como parte del poder duro, con la presidencia de Xi Jinping se ha buscado cultivar y promover buenas relaciones con los países vecinos. Esto en la diplomacia china se ha traducido en más zanahorias que palos; por lo que se busca crear situaciones de ganar-ganar para los actores. Un ejemplo de lo anterior son las acciones que ha tomado el gobierno chino hacia

ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), en donde a través de la inversión ha conseguido consolidarse como un compañero económico de este organismo.

Siguiendo este tipo de estrategias, el gobierno chino ha buscado expandir el presupuesto para la asistencia del desarrollo.

Lo cual se tradujo de manera general en préstamos sin intereses para países tanto en África como en Asia. Además de estas políticas el gobierno chino tiene una estrategia que se conoce como la franja y la ruta de China (BRI por sus siglas en inglés). Esta táctica que también es conocida como la nueva ruta de la seda busca la creación de una gran infraestructura. Dicho proyecto nació en el 2013 por Xi Jinping, quien a través del desarrollo e inversión estrechó la expansión económica de China desde el este de Asia a Europa Uno de los objetivos es conectar comunidades y culturas. La pandemia ha afectado en gran medida este proyecto, y el gobierno norteamericano lo consideró un caballo de Troya mediante el cual esparcirá un control militar. Esta última aseveración son solamente especulaciones, pues el proyecto no se ha terminado.

Pese a que la ideología del gigante asiático y sus políticas gubernamentales no son llamativas como un producto para exportar, el gobierno chino ha conseguido mejorar las herramientas diplomáticas económicas que ocuparon con anterioridad tanto Estados Unidos como Japón. Esto le ha permitido operar en el mercado y obtener apoyo político de otros países, además de poderse presentar como el campeón del desarrollo; esto no quiere decir que se quedará como está. China se encuentra en un momento de innovación y claramente se encuentra desarrollando estrategias de poder suave

La pandemia de COVID-19 es un ejemplo muy claro de cómo funciona de manera positiva el poder suave chino. En un primer momento se le acusó al gobierno chino de no actuar de la mejor manera, pero después este mismo buscó compartir la vacuna para el virus; de manera posterior, Xi Jinping prometió que buscará que la vacuna se encuentre disponible de manera universal.

Estas acciones fueron muy diferentes a las norteamericanas, en donde el presidente Donald Trump buscó ser de los primeros gobiernos en comprar vacunas alemanas para usarlas de manera exclusiva para sus ciudadanos; por otro lado, los Estados que se vieron beneficiados por las vacunas chinas no olvidarán en el corto plazo lo que el gobierno chino hizo por ellos en un momento de necesidad.

La diplomacia cultural japonesa en nuestros días

A pesar de la competencia que tiene Japón con otros países como Corea del Sur y China, este Estado cuenta con personajes únicos y establecidos en el mercado internacional como el caso de Hello Kitty, Mario Bros, Pikachu, etc.

Aunado a lo anterior, el concepto de kawaii también se ha universalizado, no solamente por la moda de Harajuku sino también por videos musicales creados por la artista norteamericana Gwen Stefani; quién tomó la moda japonesa, así como el concepto ya mencionado para crear un producto norteamericano.

El Estado japonés gracias a la popularización del concepto de kawaii lo ha podido ocupar para suavizar su imagen, empleando personajes como Hello Kitty y Doraemon; en donde los colores suaves y los personajes redondos atraen a consumidores jóvenes y los mantienen atraídos.

La estrategia del Cool Japan ha tenido un crecimiento importante gracias a las nuevas plataformas y tecnología. Mercados como el norteamericano trabajan para adaptar proyectos de la imaginación japonesa y pasarlos al cine; por ejemplo, películas como Detective Pikachu, Ghost in the Shell, etc.

Es por lo anterior que el soft power japonés no se encuentra en peligro de perder su influencia, por el momento, el lugar que consiguió en el mundo no le será arrebatado tan fácilmente por Corea del Sur o China. Y es gracias a la creación de productos únicos que mantendrá su postura como exportador cultural.

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