Te sorprenderia saber que una misteriosa llave puede revelarte todos los secretos guardados de un pueblo en la Selva, estas por conocer una increible historia de dos aigas que la vida y el destino les tiene preparado para ellas. Yuru, la princesa de Kuelap, Kita una chica muy risueña y de espiritu libre, accidentalmete se conocen y luego verse envueltan en una gran aventura, momentos dificiles y sobretodo, afrontar el destino de sus vidas.
n una tarde tranquila a la misma hora, Kita y su pequeño amigo Tabí un zorrito muy curioso, se encontraban mirando aquel paisaje que tanto le gustaban. Pensado así en aquel futuro lleno de aventuras que esperan.
—En este lugar habrá algo especial o misterioso —pensaba Kita — como castillos, hadas, o hasta duendes. ¿Qué opinas de esto Tabí?
Te imaginas si nos encontramos con esto de regreso a casa. — No lo creo, —continuó.
Por otra parte pienso que no estoy lista para esto. — son las voces en mi cabeza — Buenas tardes a todos los ciudadanos de Kuélap.
“Esto es muy básico y forzado para mí”. —Piensa Yuru —nuestra amiga princesa hada de la selva.
Aquí voy de nuevo, solo me tengo a mi y a esta llave que madre me dejo antes de morir, me pregunto — ¿Por qué? — Seguía pensando Yuru mientras regresaba a casa.
De camino ella se percata que un jaguar se está acercando hacia ella pero no tomo mucha importancia hasta que el jaguar comienza a hablar. — Yuru, tu madre me envió hacia a ti, necesitas estar preparada, no tengas miedo— .
No te acerques, por favor tengo que regresar a casa, padre está esperando por mí. Yuru salió corriendo del bosque cuando no se percata de alguien y accidentalmente choca con una persona.
¡Hay! Ten más cuidado, — oye una voz de una chica—Lo siento pero tengo prisa. Tabi, Tabi ¿Dónde estás? Amigo vuelve. Esa chica me lo robo, uhmmm ¿qué es esto?, que brilla mucho. Kita se agacha y en el suelo encuentra la llave de Yuru, curiosa lo recoge y se va a casa.
—Yuru, Yuru, ahí estas— donde has estado, tu padre viene preguntando por ti desde hace rato, no sabía que decirle.— agitada exclama la nana de Yuru. Perdóname, lamento haberte causado mas problemas lo que pasa es que algo extraño me paso hoy. —¡Hay que es eso! — que está saliendo de tu bolso.
¿Qué cosa? No puedo creer si es un lindo zorrito. Hola pequeño ¿te perdiste? Espera un momento, tu estabas en el bosque junto con la persona que tropecé, lo siento mucho. Mientras tanto la nana de Yuru le dice que lo esconda ya que su padre estará aquí pronto. La próxima vez por favor se mas cuidadosa, ahora que vamos a hacer con el zorro, tu padre lo va a botar. —No te preocupes lo esconderé en mi cuarto— decía Yuru pensando en cómo va a hacer para regresar al zorrito con su due ña.
Ahí estas, hija donde has estado, dime por favor que ya avanzaste con tu discurso, —decía el padre de Yuru— padre no, Sali a pasear y me distraje lo siento mucho. Tienes responsabilidades y lo sabes muy bien Yuru. —¡Que es este desorden! — Mira como esta tu cuarto, hija por favor necesito que pongas de tu parte tambien. Si padre ahora empiezo a ordenar, no volverá a suceder. Está bien Yuru, por cierto en 3 días iremos a la ciudad para ver un proyecto, necesito que me acompañes.
Se que te emociona mucho cuando hacemos estos viajes. ¡Si! Gracias, no te preocupes padre terminare con mi desorden entonces. Eso espero Yuru. — Exclama el padre y sale de la habitación de Yuru— Mientras que con la ayuda de su nana, Yuru decide esconder a Tabi hasta que vea la manera de regresarlo consu dueña y por mientras decide hacerce responsable de Tabi con la ayuda de su nana.
Por otra parte Kita llego a casa, pero triste porque perdió a Tabi, misteriosamente sigue mirando la llave que a Yuru se le cayó. —¿Porque brillara tanto? Decía arrecostada en su cama. Puedo pasar dice la mamá de Kita, si claro, ¿Que sucede madre? Porque llegas te a casa tan tarde y Tabi? No esta madre, creo que se perdió en el bosque. — decía con un tono lloroso Kita—
Días después Yuru y su padre llegan a la ciudad, para saber la situación actual de lo que está pasando con su pueblo y la ciudad.
Yuru hija aquí estas, al parecer hiciste una amiga, padre si, ella es Kita. Mucho gusto, dice el padre de Yuru, le gustaría acompañarnos. No discúlpeme su alteza pero tengo que volver a mi casa, está bien no te preocupes.
Por una extraña sensación Yuru abraza a Kita y le dice para encontrarse en el lugar donde tropezaron. Kita asiente con la cabeza y se va. —Parece que te agrada mucho hija, me alegro por eso —