Memoria viva

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MEMORIA VIVA POR: CIRO ALFONSO PÉREZ

ASESORA: LUCY GÓMEZ

Departamento de Investigaciones Gestores de la Cultura Nortesantandereana Universidad Simón Bolívar Cúcuta, agosto 2013


PRESIDENTA SALA GENERA L ANA BOLÍVAR DE CONS UEGRA RECTOR FUNDA DOR JOSÉ CONS UEGRA HIGGINS RECTOR EJECUTIVO JOSÉ CONS UEGRA BOLÍVAR DIRECTOR SECCIONA L CÚC UTA TOMÁS WILCHES BONILLA DIRECTORA INSTITUTO DE INVESTIGA CIONES MARÍA DE LOS ÁNGELES PÉREZ HERNÁNDEZ COORDINA DOR CENTRO DE INVESTIGA CIONES CÚC UTA JOVANY GÓMEZ VAHOS DEPARTAMENTO DE PUBLICA CIONES BARRA NQUILLA FRANCISCO VÁSQUEZ DE LA HOZ DEPARTAMENTO DE PUBLICA CIONES CÚC UTA JOSÉ JOAQUÍN GUERRERO VARGAS

MEMORIA VIVA Ciro Alonso Pérez ©

Grupo de Investigación Gestores de la Cultura Nortesantandereana

ISBN. XXXXXXXXXXX Todos los de rechos reserv ados. N inguna pa rte de esta p ublica ción puede se r reprodu cida, almacenada en sistema re cuperab le o t ransmiti da en ningu na forma por medios electró nico, mecánico, fotocopia, graba ción u otro s, sin la prev ia autorización po r escri to de E diciones U niv ersidad S imón Bolív ar y del autor. Los conceptos exp resados de este documento so n respo nsabilidad exclusiv a de los auto res y no necesariamente corre sponden con l os de la U niv ersidad S imón Bolív ar y da cumplimiento al Depósito Legal según lo estable cido e n la Ley 44 de 1993, lo s Decretos 4 60 del 16 de ma rzo de 1995, el 215 0 de 1995, el 358 de 2000 y la Ley 1379 de 2010.

Ediciones Universidad Simón Bolívar© Avenida 3ª No 13-34 La Playa www.unisimoncucuta.edu.co/es/publicaciones-cucuta publicacionescucuta@unisimonbolivar.edu.co Barranquilla – Cúcuta Impresión Offset La Opinión Avenida 4 No. 16-48 La Playa offset.arte@laopinion.com.co 1era. Edición, agosto de 2013

Printed and made in Colombia


Presentación

El rescate de nuestro pasado, en lo que respecta a tradiciones, costumbres y acontecimientos, tiene una importancia fundamental para nuestra Universidad Simón Bolívar, Extensión Cúcuta. Desde los distintos lugares de la academia siempre hemos apostado a reconocer, rescatar y exaltar lo nuestro, lo nortesantandereano. La Universidad, aporta la institucionalidad, experiencia, logística y los recursos para fortalecer este tipo de proyectos de investigación que son tan importantes para la sociedad cucuteña y nortesantandereana. Hoy como director de la institución quiero felicitar al Profesor Ciro Alfonso Pérez y a su asesora la Doctora Lucy Gómez por este excelente trabajo de rescate de la tradición cultural y dancística de la cultura cucuteña y nortesantandereana. Esperamos que este tipo de trabajos de investigación se sigan realizando y promoviendo en el seno de nuestra universidad porque estoy seguro que son acciones que fortalecen no solo a la academia sino también a la población cucuteña y a nuestros Compatriotas y hermanos Venezolanos, que accederá mediante este libro a un recorrido por su pasado, por su identidad. “Porque pienso y creo que los nortesantandereanos si podemos.” Tomás Wilches Bonilla. Director Universidad Simón Bolívar Extensión Cúcuta



Prólogo

La ciudad de Cúcuta es un lugar en el que podemos encontrar, si buscamos correctamente, un impresionante testimonio del surgimiento y establecimiento de la patria colombiana y sus costumbres. Consciente de la necesidad de rescatar del olvido testimonios y manifestaciones culturales riquísimas, es que el Profesor Ciro Alfonso Pérez ha realizado este trabajo de investigación, donde se ha centrado fundamentalmente, dentro de las distintas manifestaciones culturales nortesantandereanas en la danza. El libro comienza con un capítulo titulado “El ser de los cucuteños” donde se repara en la idiosincrasia y las características intrínsecas de los habitantes de la ciudad de Cúcuta. El siguiente capítulo, titulado “Historia de la danza en el nor te de Santander” Nos muestra los bailes tradicionales y la música típica de esta región de país. Es de notar que en este magistral recorrido histórico también encontramos referencias sobre los acontecimientos más impor tantes del pasado cucuteño, como el terremoto de 1875, el surgimiento de las principales universidades, entre otros. No podía quedar por fuera de esta investigación el aporte que a la cultura cucuteña hicieron las distintas olas de inmigrantes que llegar on a enriquecer con su cultura estas tierras. Enel capítulo titulado “Inmigrantes, nuevas culturas” encontramos los apor tes que han dejado en la idiosincrasia cucuteña y nortesantandereana la cultura alemana, italiana, libanesa, entre otras. Como se dijo en el comienzo de este prólogo, de las distintas manifestaciones culturales existentes en Cúcuta, el Profesor Ciro Pérez, eligió para la investigación la danza. Eligi ó estructurar su trabajo de manera de desarrollar en los capítulos finales, el valor de la danza, y las manifestaciones dancísticas nortesantandereanas . Ahora con los aportes que las distintas culturas extranjeras dejaron en estas tierras. Este estudio po rmenorizado de los valores dancísticos es el centr o de la investigación de este libro tan enriquecedor para cucuteños como foráneos. El libr o se cierra con el capítulo titulado “Hacia la constr ucción de una cultura popular nortesantandereana” donde se conceptualizan términos como cultura e identidad para dar paso a un breve recorrido histórico por el proceso de formación de la cultura regional. Allí encontramos referencias a los primeros conquistadores, a la fundación de Cúcuta y la época de la colonia, a los movimientos independentistas, a la época republicana, a la modernidad y por último al estado actual de la cultura. Con el objetivo de enaltecer, for talecer y mantener viva la identidad nortesantandereana, la Universidad Simón Bolívar, Extensión Cúcuta y su Depar tamento de Investigaciones, nos traen hoy, en el año 2013, este magnífico recorrido histórico por lo más rico de la cultura cucuteña y nortesantandereana. Fernando Andrés Chelle Pujolar Coeditor



Contenidos 1. EL SER DE LOS CUCUTEÑOS

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2. HISTORIA DE LA DANZA EN EL NORTE DE SANTANDER

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3. INMIGRANTES, NUEVAS CULTURAS

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4. VALOR PEDAGÓGICO DE LA DANZA

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5. PROCESOS DE INVESTIGACIÓN

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5.1 UBICACIÓN GEOGRÁFICA 37 5.2 BREVE RESEÑA HISTÓRICA 37 5.3 TIPOS O RASGOS DE LA PERSONALIDAD 37 5.4 RECONOCIMIENTO DE LOS VALORES PROPIOS DE LA CULTURA POPULAR 5.5 SELECCIÓN DE LA COREOGRAFÍA A ESTUDIAR 38 5.5.1 Origen de la danza 38 5.5.2 Evolución 38 5.5.3 Reconocimiento del ritmo 38

6. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA POPULAR NORTESANTANDEREANA -

6.1. 6.2. 6.3. 6.4. 6.5. 6.6.

CONCEPTUALIZACIÓN DE CULTURA EL CONTEXTO DE LA PLURALIDAD CULTURAL LA CONSTITUCIÓN ANTROPOLÓGICA LA IDENTIDAD CULTURAL LA CULTURA POPULAR PROCESO DE LA FORMACIÓN DE LA CULTURA REGIONAL 6.6.1 LA HEREDAD INDIGENA 6.6.2 PRIMERAS RUTAS 6.6.3 LA FUNDACIÓN Y LA COLONIA 6.6.4 MOVIMIENTOS INDEPENDIENTES 6.6.5 ÉPOCA REPUBLICANA 6.6.6 LA MODERNIDAD 6.6.7 ESTADO ACTUAL DE LA CULTURA

BIBLIOGRAFÍAS

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1 EL SER DE LOS CUCUTEÑOS Los habitantes de la región de Cúcuta se ubican en las vertientes de la Cordillera Oriental en Valles como el del Espíritu Santo de la región de Pamplona de Indias y el Valle de Cúcuta, surcan sus territorios formando un triángulo hídrico los Ríos Pamplonita, Zulia y sus afluentes (Este Río en comienzos de la colonización fue reconocido como Nuestra Señora de la Candelaria) y el Río Táchira lo cual convierte la región en una zona privilegiada. Su territorio es un paisaje de contrastes en que se identifican llanuras y colinas cubiertas de bosques de vegetación específica como espinos y arbustos. Los nativos de la región proceden de la mezcla propia de las razas indígenas precolombinas entre las cuales sobresalen los motilones, chitareros, cíneras y las tribus vecinas al Lago de Maracaibo. El mestizaje con los españoles fue uno de los elementos étnicos más importantes en la construcción de una identidad para los cucuteños. Los afro descendientes no fueron extraños a la región ya que en crónicas de la época se cita a este grupo desempeñando oficios como: cargueros, servicio doméstico y explotación de minas. En las Peregrinaciones de Alpha de Manuel Ancizar se afirmó que en los Valles de Cúcuta existía un buen porcentaje de afro descendientes llegando a representar un 40% de la población de Cúcuta. Lo anterior tiene un criterio de validez en la medida en que la actividad comercial de la región con la capitanía de Venezuela se fundamentaba en el transporte de carga que de uno y otro lado de la frontera se daba, como m uestra de la gran bonanza que llegó a considerar a la ciudad de Cúcuta como la Arcadia del Siglo XIX. Durante el proceso de aculturación regional en la época de la Colonia los instrumentos musicales, ritmos, bailes, cantos de trabajo, religiosos y recreativos jugaron parte importante en la amalgama de las tradiciones aborígenes que de manera progresiva fueron interactuando con las culturas españolas y africanas. Elaborando una simple cartografía de la música, viales e instrumentos de la región se pueden señalar los siguientes elementos:


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Instrumentos indígenas: flautas, capadores, ocarinas, pitos, sonajeras, chuchos, claves, calabazos, maracas y cascabeles. Instrumentos hispanos: guitarra, bandola, lira, arpa, violín, clarinete, trompeta, bombardino, piano, pianola, acordeón, bombo, caja de redoblantes, guacho, pandereta, platillos entre otros. Instrumentos africanos: tambores, carracas, claves, marimbas. El proceso de culturización fue integrando los diferentes grupos del mestizaje y el resultado fue el inicio de un gran proceso de formación musical que evoluciona permanentemente sin perder los ancestros. Es muy poco o casi nulo lo que se puede reconocer como manifestaciones dancísticas en la región y que correspondan a los grupos indígenas que poblaron este espacio geográfico. Lo más preciso de las investigaciones apuntan hacia la identificación del pasillo, el bambuco, la guabina y el torbellino como las danzas de mayor influencia en el Norte de Santander. De alguna manera el paisaje montañoso y las depresiones transversales debieron facilitar el camino de migraciones a lo largo y ancho de la frontera incluso aprovechando los ríos navegables que surcaban la geografía regional. Las tribus precolombinas de la región de Cúcuta siguiendo las pautas de los cacicazgos Caribes se disgregaban en el territorio aunque mantenían sus vínculos étnicos casando a los hombres de una comunidad con mujeres de otra. Para ilustrar lo anterior tomemos como referencia a Rafael Eduardo Ángel Mogollón cuando cita en su libro Historia de Cúcuta La Casa del Duende la siguiente referencia: “La leyenda nos dice que cuando llegaron los

españoles a estas tierras por primera vez el príncipe Guaimaral, hijo del Cacique Mara del Lago de Coquivacoa o de Maracaibo había unido sus efectivos a los de los Caciques Cúcuta y Cinera para luchar contra el intruso europeo. Guaimaral había casado con Machita, hija de Cúcuta y después de fallecer esta se unió a Zulia hija de Cínera bella mujer que había asumido el mando de las huestes de su padre. Guaimaral y Zulia sucumbieron en la lucha y la conquista continuo su largo proceso”. En cuanto a la cultura popular es necesario hacer un estudio relacionado con los fenómenos de endoculturación que se fundamente principalmente en el comercio heredado de las diferentes migraciones europeas, venezolanas y del interior de Colombia. La afición de las


13 clases pudientes a lo importado llevó a la discriminación de los productos nativos considerándolos burdos y de mala calidad. La industria manufacturera y el desarrollo empresarial determinaron una época de florecimiento llegando a convertir a la ciudad en la más importante del país en cuanto a comercio y desarrollo. Los hábitos ancestrales en el comercio y en el transporte han permitido asegurar un importante renglón en las importaciones y exportaciones a través del mercado fronterizo con Venezuela. El cucuteño raizal se manifiesta en su despreocupación, aunque solo sea aparente. Cada vez más el citadino de la región se impone obligaciones nacionales, tal vez como defensa a la tendencia emigratoria de sus gentes, atraídas por el facilismo de la sociedad venezolana. La reacción nacionalista, por tanto aglutinante, se manifiesta en la tarea por concentrar en Cúcuta la mayor cantidad de productos colombianos para ofrecer a los compradores limítrofes. En cuanto a música y bailes tradicionales propios de la cultura popular, los ritmos más característicos conservan la misma tradición de la región oriental, es decir el predominio del Bambuco, La Guabina y El Torbellino, cada uno de ellos tiene una singularidad especial determinando variantes incluso a nivel de las veredas y corregimientos. La homogeneidad del carácter del cucuteño es un proceso en plena evolución. La población mestiza a través de los cambios socioeconómicos y culturales, fenómenos de transculturación y aculturación en la colonia y de endoculturación en la época republicana. Todo lo anterior tiende a fundirse en un modelo común en el que persisten los rasgos más definidos de sus distintos valores culturales. Manuel Ancizar describe al varón como: de espíritu voluble dedicado al comercio, atento, despejado, bailador y dado al piropo. La mujer de contextura delgada, aspecto débil, modales pulcros, talla flexible, profusa cabellera, de trato amable y cariñoso, pero siempre recatada. Los varones de mediana estatura, son ágiles, sueltos, zapateadores, tipleros, bohemios, enamorados, afectos a la bebida y al juego.


14 Los cucuteños como descendientes de la raza Caribe acusan un temperamento independiente y rebelde, francos, apegados a las tradiciones y a la historia. Su vocación por el comercio es herencia de los inmigrantes que crearon el progreso de la región. Algunas singularidades más se pueden agregar a las anteriores como las siguientes: dicharachero y jovial, buscapleitos pero a la hora de enfrentar el problema evada la situación, no prevé el futuro, vive al día, es tomador de pelo y burlón, criticón y hasta cierto punto chismoso, amante de la vida fácil, descomplicado y hasta irresponsable en el momento de tomar decisiones. Las anteriores consideraciones son necesarias en la medida en que facilitan la comprensión del ser cucuteño, teniendo en cuenta que Cúcuta ha sido una ciudad cosmopolita en la cual se han fusionado innumerables representaciones culturales del interior del país y de la frontera al igual de las aportadas por expresiones universales venidas de todos los lugares del planeta.


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2 HISTORIA DE LA DANZA EN EL NORTE DE SANTANDER Las manifestaciones artísticas de los pueblos son producto de un largo proceso, en el cual influyen un sinnúmero de factores que desde luego van determinando diferentes variantes de la cultura popular. Generalmente la danza se define como: una serie de movimientos cadenciosos del cuerpo, al son de la voz o de instrumentos musicales particulares en cada comunidad o pueblo. En la antigüedad se tomó como símbolo de la danza a la musa Terpsícore a quien según la tradición los dioses le habían inspirado la armonía y el movimiento para encantar a los mortales con la gracia y la sensualidad del cuerpo desplazándose al vaivén de la música que era el lenguaje de Euterpe otra de las musas de la mitología latina. En el contexto de la región la danza surge en la época prehispánica con un sentido ritual más que de alegría, dado que las comunidades nativas, dentro de sus cosmogonías expresaban su espiritualidad a través de ceremonias especiales, en las cuales la indumentaria, el maquillaje, la música y los sacrificios se conjugaban en un sainete de carácter profano y religioso con el cual se ganaba el favor de las deidades, es de anotar que la naturaleza ceremonial era variada según la particularidad de la ocasión; por tal razón era muy común encontrar danzas rituales para la iniciación de las doncellas, para invocar protección para las cosechas, para rendir culto a la muerte, de preparación para la guerra y desde luego para agradecer favores o alejar maleficios. Con la presencia de los españoles y la imposición de la nueva religión, las expresiones dancísticas aborígenes son restringidas con argumentos como idolatría, inmoralidad e irrespeto a las enseñanzas de la doctrina cristiana. Los indígenas, algunos por lo menos, no abandonaron sus costumbres y creencias y continuaron con sus ritos en forma clandestina, desafiando la autoridad de la iglesia y de la corona. La presencia del español y desde luego de su descendencia criolla imponía en América las costumbres de la danza europea que servía como evento social en aquellas ocasiones que


16 ameritaban la organización de una fiesta, la cual se realizaba según la condición económica de quienes invitaban al regocijo. Las danzas cortesanas de la época se reflejaban en la aristocracia de los nuevos habitantes de la recién descubierta tierra americana. La solemnidad de los españoles no admitía otro tipo de clase social que no fuera la misma de manera que los indígenas para la ocasión solo actuaban como servidores para suplir las necesidades de los invitados. En estos espacios surge una nueva expresión que nace de la picardía de los aborígenes cuando en sus espacios libres trataban de imitar parodias afines a las danzas que ejecutaban los señores. Estás manifestaciones de danzas creadas por los indígenas se fueron haciendo común en las fiestas o zarandas que organizaban cuando los amos les concedían el permiso para realizar los eventos. Para el momento ya se evidenciaba la fusión de elementos blancos y amerindios representados en la implementación de los instrumentos que acompañaban la danza. En el aporte español se destacaban los instrumentos de cuerda y de los nativos instrumentos de percusión, de viento como flautas y Ocarinas y desde luego los conformados por semillas, conchas y caracoles. A pesar del avance de la nueva cultura, las expresiones indígenas se mantenían y de alguna manera iban creando otro producto de la fusión cultural que desencadenaba la conquista. Eventos especiales como la fiesta del Santo Patrón o de otras divinidades de la iglesia católica sirvieron de base para la realización de las fiestas de calle en las cuales el baile público era uno de los momentos de mayor trascendencia en la festividad. La danza se convirtió en todo un acontecimiento social y por ello provenientes de España llegaron a tierras Americanas y desde luego a la región, maestros de baile, que con sum a paciencia y poca pedagogía enseñaban por un precio modesto los encantos de la danza a cuanto aficionado se apareciera. El crecimiento e importancia de la ciudad hace que en el siglo XVII nuestra urbe se torne importante por ser el cruce de caminos más importante entre el nuevo Reino de Granada y la capitanía de Venezuela. Ese primer empuje a la ciudad como puerto comercial crea un nuevo status cultural y social por cuanto la población floreciente se convierte también en un gran centro de placer. Con mucha discreción aparecen en sitios estratégicos y clandestinos los


17 primeros burdeles donde furcias provenientes de diferentes destinos ofrecen sus encantos a los ácidos buscadores de placer. Para la época estos sitios de lenocinio eran censurados y prohibidos por la Corona y por la Iglesia. Sin embargo, eran mirados concierta tolerancia por los gobernantes, quienes también de vez en cuando y en forma muy sigilosa eran clientes ocasionales de tales lugares. En las casas de placer los visitantes se divertían no solo con los placeres de la carne, sino también bailando y consumiendo licor. El periodo colonial transcurre monótono y sosegado entre la costumbre y el tedio que creaba la doble moral que poco a poco se afianzaba como característica de la época, lo anterior significa que el pueblo sigue viviendo sus costumbres dentro de los límites de la ley y la moral, sin embargo en forma clandestina se maneja el negocio del placer ya que por un lado produce abundante ganancias y por otro es un desahogo para los hombres que no se conforman con una vida rutinaria. Para la época ya la iglesia censuraba algunos bailes, pues consideraba que el movimiento del cuerpo y la actitud de los danzantes era una incitación a la lujuria provocada por el demonio que quería ganarse las almas de los disolutos para su cuenta personal. El advenimiento de la época de la independencia trae un nuevo concepto para el arte y la danza. Algunos músicos de origen nativo o criollos de nacimiento promueven aires musicales de su autoría en los cuales todavía se marca la influencia de los blancos, pero con tolerancia a los elementos indígenas. El común de la gente del pueblo han creado coreografías propias a los nuevos aires que se interpretan, sin embargo existe una marcada tendencia a conservar en esencia los bailes europeos, pero también se nota una marcada picardía y un poco de alegría propios de los habitantes del trópico. Se mantienen las divisiones de clase y se muestra una marcada resistencia a los jolgorios populares, los cuales son considerados indecentes y propios de indios poco civilizados. En los pueblos se organizan de manera rudimentaria, bandas o murgas que son por su naturaleza un acople del legado español y el indígena y que van creando una nueva expresión cultural más elemental y acorde a las expectativas de los pueblos y sus gentes. La esencia española se conserva entre las clases aristócratas y en las gentes humildes se va creando una nueva expresión que resulta como producto de la popularización de la música y


18 de la danza alcanzada hasta ese momento; en los ciudadanos del común el baile ortodoxo se vuelve menos sofisticado y se hace más alegre por la picardía y el buen gusto que le aportan los bailarines. Por su parte ya no se siente la presencia inquisidora de las comunidades religiosas, que empiezan a entender las nuevas expresiones como una manifestación de creatividad y alegría. Para el momento, en medio de la guerra, la danza se mantiene como un elemento que distrae, reconforta y eleva la moral de los soldados. Una prueba de lo anterior es la presencia de las barraganas o mujeres de la independencia que se unieron al ejército patriota por diferentes causas, unas por amor a sus hombres (maridos – padres o hermanos) otras por sentimiento patriótico y otras por aventurar. En su tarea fueron en su momento amantes, enfermeras, cocineras, guerreras y todo lo que se necesitara hacer. En las sosegadas jornadas después de los combates, en medio de noches estrelladas improvisaban la fiesta y al ritmo de sus cuerpos elevaban la moral del ejército que encontraba en estos jolgorios una manifestación de fe en la vida y la necesidad de una conciencia revolucionaria. El 28 de febrero de 1813 luego del combate de la Loma de Bolívar, la culta sociedad cucuteña organizó una gran fiesta en homenaje a los héroes. En una de las casas señoriales, de la Cúcuta de antaño Simón Bolívar danzó alegremente con la hermosa cucuteña Doña Mercedes Abrego de Reyes. Seguramente aquella noche el visionario Coronel leyó en los ojos de nuestra paisana el mensaje delicado del amor que en la guerra se disfruta con la misma fugacidad de un instante de luz. Lo mismo hizo Santander y la alta oficialidad patriota. Es muy seguro que mientras los aristócratas disfrutaban, el ejército en la calle y a su manera. También se entregaban al delirio de la danza, presintiendo que en otro lugar la danza sería frente a la muerte. En casi todas las poblaciones y ciudades el triunfo de las huestes libertadoras era celebrado con euforia en medio de fiestas populares en las cuales la invitada de honor era la danza. Es muy importante recordar que Bolívar dada su condición de noble y su espíritu aventurero ávido de placeres era un consumado bailarín que se había dado el lujo de bailar en los más reconocidos y aristocráticos salones de la nobleza europea y americana. En la época de la independencia se aprecia una connotación muy especial y es el sentimiento patrio que inspira a músicos e intérpretes para exaltar la grandeza de la libertad. En el arduo transitar de los ejércitos por los caminos de la guerra hubo por lo general una constante: la presencia de bandas de música que en medio del fragor del combate alentaban


19 a los patriotas con los acordes de aires populares de reconocida calidad. En las noches la misma banda era el elemento fundamental del baile que a la luz de la luna se hacía alrededor de las fogatas en medio de la llanura, o el páramo o la inhóspita cordillera que cobijaba estrellas y se convertía en un salón natural de fiesta. Con el advenimiento de la época republicana la comunidad regional, toma otros rumbos, la paz y el progreso empiezan a construir otros proyectos de vida. El auge comercial y el hecho de ser un punto clave en el cruce de caminos traen una nueva perspectiva para la nueva ciudad. La presencia de inmigrantes que vienen en busca de fortuna establece una nueva modalidad de convivencia cotidiana y desde luego una profunda modificación de las costumbres y por lo tanto en las concepciones artísticas. El asentamiento de extranjeros y el aumento de capital hacen que en la ciudad se creen agremiaciones que como una forma primitiva de clubes sociales determinen una expresión elitista para organizar eventos de muy exquisito gusto y renombre. La organización de grupos musicales ya es más selectiva y con la prestancia de maestros provenientes del centro del país y de la vecina república de Venezuela. La nueva clase social aristócrata define unos parámetros para el deleite de sus actividades culturales; se promueven conciertos, se mantienen los maestros de baile a domicilio y bajo la mirada vigilante de los dueños de casa o una criada contratada para tal fin. Los bailes de sala o las fiestas especiales son un derroche de elegancia y buen gusto, no solo por la calidad de los invitados sino también por la elegancia de los vestidos, la decoración del lugar, la categoría del licor, la variedad de las viandas y desde luego la presencia de una orquesta de categoría. El ritual de la danza cumple con las más exigentes notas de etiqueta para respetar los buenos modales y la moral. Los bailes un tanto estáticos y monótonos se convierten a lo largo de la noche en una rutina ceremonial sin ningún sentimiento o expresividad. Los caballeros cumplen su rol con una disciplina casi estoica y cuidadosa de las apariencias para evitar el ridículo y la crítica. Las damas por su parte son dóciles se dejan llevar al compas de la música evitando que su cuerpo roce el de su pareja pues de lo contrario sería mal visto y censurado por las “dignas personas de la concurrencia”. En medio de la danza intercambian una que otra palabra y


20 porque no una delicada conversación amorosa. Los protocolos y las normas son aceptados con sumisión por parte de los danzantes. Por su parte, en las comunidades humildes las condiciones eran otras, los danzantes tenían más libertad y la diversión era más abierta y efusiva. Los bailes sin ser extravagantes eran más abiertos y libres a la expresividad de los bailarines, no existían reglas ni protocolos para la ejecución de las danzas y los espacios no eran tan cerrados como el clásico salón de baile, muchas veces la fiesta se hacía en espacios abiertos según la disponibilidad del lugar. Es muy importante aclarar que hasta la época es dominante la influencia de españoles e indios dado que la presencia de afrodecendientes fue muy mínima dentro de las corrientes migratorias que llegaron a la ciudad. Para el siglo XVIII la población negra del departamento solo se establecía entre un 6 a 10%. Según un inventario poblacional en las poblaciones al sur del municipio de Cúcuta (San Cayetano, Santiago y Salazar) existían 400 pobladores de raza negra. Según esta consideración es muy probable que la influencia artística de esta comunidad no sea muy notoria, pero lo que sí es posible es que de alguna manera hayan interactuado como grupo minoritario en forma aislada. El devenir pausado de la época no permitió cambios referenciales que de alguna manera transformaran la realidad artística que se venía gestando. A mediados del Siglo XVIII la ciudad recibe la influencia de nuevas migraciones las cuales provenían de Europa y penetraron a la región por la ruta del Lago de Maracaibo y el Río Magdalena. La ciudad acogió un número considerable de inmigrantes que aportaron nuevas opciones para la construcción del proceso cultural de la ciudad, es de anotar que cada grupo a su manera dejó un legado que estuvo marcado por los intereses comerciales que fue el objetivo fundamental de los nuevos por adopción. Las nuevas costumbres fueron creando comportamientos sociales novedosos que fueron haciendo parte de la cotidianidad. El comercio con Europa trajo nuevas tendencias en la vida citadina las novedades europeas empezaron a formar parte de la esencia regional, por ejemplo los vestidos, los cosméticos y la joyería enriquecieron los haberes de las matronas aristócratas.


21 Es muy común encontrar dentro de nuestros ancestros descendientes de catalanes, italianos, franceses y sobre todo alemanes, algunos de los cuales formaron familia con prestantes damas de la sociedad cucuteña. No solamente llegó como novedad el comercio, sino también el arte, las colonias de inmigrantes formaron sus propios círculos sociales, en los cuales participaban algunos ciudadanos que tenían acceso gracias a su fortuna o a su condición de ciudadanos miembros de familias honorables. Los nuevos círculos sociales procuraban mantener sus tradiciones y costumbres de su lugar de procedencia. En ese proceso de convivencia en su nueva patria entraban las danzas particulares de los países de origen. Inicialmente el acceso a estos grupos era muy cerrado por lo tanto su proyección hacia la comunidad no era muy específico. Pero como siempre sucede a través del servicio doméstico o los trabajadores de la familia se filtraron algunas expresiones que la gente del común se atrevía a copiar. Otra situación de carácter informal fue la presentada por los señores de sociedad que al realizar las fiestas permitían que las gentes del común observaran los suntuosos festejos a través de las ventanas que permanecían abiertas para refrescar el ambiente. Las gentes del común realizaban sus expresiones artísticas aprovechando cualquier circunstancia particular que se pudieron dar. Es extraña la coincidencia de que en la ciudad siempre ha existido una marcada diferencia de estratos sociales que hasta en el arte t ambién tiene incidencia. La normalidad de la comarca se vio turbada por la violencia de la tierra generada el 18 de Mayo de 1875 donde el paisaje urbano fue reducido a una mole de escombros. Las grandes mansiones, los comercios, los edificios públicos, las iglesias y hospital desaparecieron en fracción de minutos. También es necesario considerar la gran cantidad de vidas humanas, que fueron segadas por este fenómeno telúrico. En medio de la desolación surgió la fortaleza de las gentes que haciendo a un l ado el dolor y la angustia empezaron al día siguiente del suceso a organizar un proceso de reconstrucción para la nueva ciudad. Como es natural el fenómeno físico destruyó gran parte del patrimonio cultural alcanzado hasta la fecha. Aquel siniestro destruyó material fundamental que había sido recopilado por compositores y estudiosos acerca del desarrollo musical y popular de la región.


22 Los primeros años de reconstrucción fueron críticos, se debió iniciar un nuevo proceso, partiendo de los escasos elementos que se habían conservado. El luto y la desolación que afectó a las familias hizo muy difícil volver a la realidad. Pero como el ave fénix la ciudad resucitó de sus cenizas y nuevos valores y talentos empezaron a crear una nueva esencia cultural. Precisamente pasada la conmoción del terremoto la ciudad recibió una nueva corriente migratoria procedente de Siria y El Líbano estos nuevos grupos fueron señalados por los citadinos como los Turcos y su particularidad era la dedicación al comercio especialmente con los baratillos y las ventas a crédito puerta a puerta. Es evidente que los nuevos inmigrantes, fundamentaron su aporte a la construcción de nuevas expresiones culturales por cuanto mezclaron sus elementos de origen con los propios de la región, al igual que otros grupos, formaron familias con damas y caballeros de la región que aún persisten dentro de nuestra sociedad actual. La ciudad en su evolución ha sido una ciudad de contrastes y uno de ellos corresponde a que luego del terremoto surge una nueva generación de cucuteños emprendedores que con esfuerzo y tesón consiguen llevar a feliz término la construcción del ferrocarril de Cúcuta. Como novedad la empresa representa una importante acción para el desarrollo regional. La prosperidad comercial y el flujo de personas convierten a la ciudad en un puerto cosmopolita por el que ingresan un buen número de personas provenientes de Venezuela. Es evidente que esta nueva etapa trae consigo un enriquecimiento positivo en el campo del arte y la cultura. Se recuerda que uno de los atractivos del tren consistía en grupos musicales y de danzas que con sus interpretaciones y coreografías distraían a los viajeros a lo largo de algunos recorridos. La ciudad en su devenir y por su naturaleza cosmopolita mantuvo su ánimo fiestero no solamente en la generación de aristócratas sino también en el pueblo. Cuando la ciudad había superado el estigma del terremoto, una nueva calamidad se presenta entre la ciudadanía, esta vez la epidemia de fiebre amarilla que afecta a gran parte de la población y desde luego causa la muerte a un gran número de ciudadanos. En este periodo la afectación y el dolor marcan nuevamente la historia de la ciudad y desde luego afectan los procesos artísticos que se venían gestando.


23 Ya finalizando el siglo el estigma de la guerra se hace presente como una nueva calamidad. En Cúcuta se fraguo la llamada revolución de los Andinos (1899) organizada por el General venezolano Cipriano Castro en la Hacienda Buenos Aires (Hoy municipio de Los Patios) allí, en compañía de Juan Vicente Gómez, el General Benjamín Ruíz y los colombianos Felipe Peralta, Emilio Somaza, Enrique Arenas, Carlos Díaz Irwin y Eloy Tarazona se dio inicio a la revolución restauradora que asumió el poder en Venezuela creando una hegemonía durante 50 años y que se conoció con el nombre de Andinos en el poder. Entre 1899 – y 1900 Cúcuta vuelve a ser epicentro del conflicto bélico en la llamada Guerra de los mil días. La ciudad sufre un sangriento enfrentamiento conocido con el nombre de Siti o de Cúcuta (Junio 11 a Julio 15 de 1900) la toma de la ciudad dura 36 días. A propósito Rafael Eduardo Ángel Mogollón en su libro Historia de Cúcuta La Casa del Duende afirma “El sitio de Cúcuta dejó consecuencias funestas para la ciudad. La parte encerrada por las trincheras quedó convertida en escombros por los incendios y tiroteos, el tifo negro hizo estragos, el comercio se perjudicó notoriamente por las contribuciones forzosas y por los saqueos de ambas bandos (liberales y conservadores). Como es de suponer, después de este infausto acontecimiento la ciudad tuvo que rehacer su vida en todos los órdenes. La voluntad y el empeño de los cucuteños se hicieron sentir y se dio inicio a la época más productiva de la historia de la ciudad en cuanto se refiere al progreso, la industria y el comercio. Es importante evocar dentro del contexto de la ciudad la presencia de Carmela Cárdenas, conocida popularmente como La Vaca. Una hermosa mujer, alegre y muy reconocida por la comunidad como una excelente bailarina que con sus encantos atraía las miradas sensuales de los caballeros de la época. También vale la pena recordar a Enrique Olivares (Charles) como una figura fundamental en la danza y quien por sus dotes y estilo alcanzó una importante figuración en torneos regionales y de la frontera. El ambiente del nuevo siglo trae connotaciones especiales para la ciudad. La afluencia de innumerables emigrantes que buscan fortuna fluye hacia la frontera. La bondad del comercio atrajo a muchos aventureros que buscaron probar fortuna en la Perla del Norte. Esta masiva presencia fue creando una nueva aceptación cultural para la región y convirtió el corredor fronterizo en un influyente campo de nuevas expectativas culturales. A lo anterior se sumo otro incidente, las frecuentes guerras civiles, que movilizaron a gran


24 cantidad de personas hacia el límite de los dos países convirtieron a la frontera en un sitio seguro para el asilo voluntario. De Santander, Cundinamarca, Boyacá y de la región se dieron numerosos grupos de migrantes que iban hacia Venezuela escapando de la violencia. Dentro de ese inventario de viajeros iban artistas que con su aporte ayudaron a crear, especialmente en el campo de la música, una nueva expresión en el Táchira y la región merideña. La fusión de culturas fue dando paso a la creación de una identidad regional fronteriza, llegándose a afirmar que los reinosos (colombianos) fueron los primeros fundadores de escuelas de música y danza en las regiones señaladas. Las primeras décadas del Siglo XX mostraron una variación sustancial en la cultura cucuteña debido a la influencia de los inmigrantes que llegaron a la región. La mayor incidencia se dio en las clases altas debido a que los nuevos miembros de la comunidad emparentaron con familias de la región formando parte de clubes sociales en los cuales se fue haciendo común la presencia de aires musicales como el vals, la polka y otros estilos clásicos europeos que por la novedad se constituían en práctica obligada para los jóvenes. La formación de orquestas y conjuntos de cuerda que amenizaban las fiestas particulares y las de los clubes sociales fue otra novedad sobresaliente en este periodo. También surgió una costumbre nueva en algunos colegios y era la enseñanza del ballet y de las danzas europeas de moda. La proximidad de la frontera creó la novedad de escuelas de música a las que concurrían jóvenes venezolanos y de la región, las cuales se convirtieron en una verdadera cantera de talentos que luego ejercieron su profesión formando agrupaciones musicales en los dos países vecinos. Las guerras civiles y la inestabilidad económica hicieron que muchas familias crearan una movilidad permanente al lado y lado de la frontera. El emparentamiento y la consolidación de actividades laborales hizo que en ambos lados de la zona de frontera se proyectara una innovación musical en la cual la región andina venezolana asumió como expresión cultural ritmos como el bambuco y el pasillo, los cuales fueron modificados y terminaron siendo expresiones propias de las regiones venezolanas. Lo anterior se puede ilustrar con el tema “Brisas del Torbes” que fue como una emulación a las brisas del Pamplonita.


25 Al igual que la música, la danza experimentó la misma transformación, dándose el caso concreto que se tenía como expresión cultural, los elementos adquiridos de los europeos y el menosprecio de lo autóctono que quedó relegado a un segundo plano y se consideró patrimonio exclusivo de las clases humildes de la población. La concepción de danza urbana y danza rural fue otra delimitación que se estableció de manera injusta en la apreciación de los ciudadanos de aquella época. Esto queda demostrado de la realización de los carnavales o fiestas de calle. Para los privilegiados, entre otros las llamadas familias distinguidas, y los ricos comerciante, las festividades se hacían con pomposos desfiles por calles de la ciudad, en los cuales las capitanías o reinas de los clubes hacían ostentación de su belleza y desde luego de los exquisitos vestidos y joyas que engalanaban sus cuerpos. Por su parte las barriadas y las familias humildes se limitaban a asistir a fiestas de calle que consistían en una orquesta o conjunto musical que se ubicaba en lo que hoy es el parque nacional y allí en medio del alcohol y la algarabía popular las gentes bailaban lo que para esa época era la música de moda. Para aquellos momentos en algunos barrios surgieron las llamadas novenas bailables en navidad. En los años 40 el fantasma de la guerra se extendió hasta nuestra región; los alemanes fueron expulsados, vino una crisis económica y la ciudad se vio afectada en todas sus expresiones. Es importante reconocer que a través de la ruta del Lago de Maracaibo – Cúcuta llegaron al país las primeras expresiones de cultura elitista según lo consideran algunos entendidos; la ciudad disfrutó y apreció grupos españoles, italianos y franceses con selectos repertorios en expresiones como el ballet, la zarzuela, la Opera, el teatro propiamente dicho y numerosos grupos de variedades que engalanaron el escenario del inolvidable y añorado Teatro Guzmán Berti. Desde luego muchas de estas funciones fueron duramente censuradas por las asociaciones fanáticas religiosas. En la década de los años 60 se cristalizó una formidable idea como lo fue la creación del Instituto de Cultura y Bellas Artes del Departamento, grandes maestros de insigne vocación empezaron a desarrollar proyectos novedosos en área como música, danza, artes plásticas, escuela de teatro y títeres. Sendas orquestas sinfónicas, bandas de concierto, grupos de concierto y coros eran una muestra viva de la cultura de la época.


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Retretas, conciertos en instituciones y presentación de los grupos estables eran la carta de presentación del Instituto de Cultura que con sus expresiones trascendió las fronteras patrias y recorrían el país llevando la vocería de la cultura regional. La pésima intervención de la política y el clientelismo hicieron que este gran proyecto llegara a su fin justo en el momento en que se había convertido en Institución de educación superior para formar docentes en el área de las bellas artes. La bonanza del petróleo empezó a escribir otra historia en la región fronteriza y desde luego nuevos usos culturales se fueron apropiando de la población. El auge de las orquestas venezolanas Billos Caracas Boys, Los Melódicos, Orlando y su Combo, encontraron acogida en la ciudad. Obviamente en la región empezaron a descollar grupos orquestales como: Manuel Alvarado, El Combo de Orlando, Edmundo Villamizar, Los diez del Pentagrama entre otros. La anterior acotación se hace para señalar la trascendencia del baile como expresión festiva para todas las ocasiones. El festival de la frontera en sus múltiples versiones fue un espectáculo popular en el cual las gentes desbordaban de alegría y efusividad en los improvisados bulevares que se extendían desde la cancha Marino Escobar hasta el Puente Elías Mauricio Soto. En estos eventos también se marcaba el sentido elitista de la fiesta dado que para aquellas personas que no querían participar de lo popular se instalaba en lo que hoy es Mac Donald. La prestigiosa caseta de las ferias en Colombia: La Matecaña, escenario en el cual actuaban las mejores agrupaciones del momento. En este mismo periodo y hasta mediados de los 70 toda fiesta importante tenía como centro principal la presencia de una orquesta que amenazaba el consecuente baile. Comenzando la década de los años 70 surgen en la ciudad dos importantes figuras de la danza folclórica: la primera se puede nombrar como la primera dama de la danza en Norte de Santander: Rosalba Salcedo su mayor mérito fue la realización de un importante trabajo pedagógico en varios colegios de la ciudad. Sus grupos se caracterizaban por la disciplina, la expresividad y el sentimiento por lo nuestro. En múltiples ocasiones fue embajadora de la cultura cucuteña al interior del país y en numerosas ciudades de la República de Venezuela. Su trabajo incansable la llevó a mantenerse en esa misma labor dado que el ejercicio de la danza para Rosalba Salcedo era un acto de vocación y entrega.


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Si se señalaba a la anterior dama con una distinción especial no se puede negar la tarea del primer folclorólogo e investigador de la danza en la región: El maestro de maestros Juan Becerra. El prototipo del artista convencido de su profesión y de su vocación. Nació con la danza en la sangre y la llevó a través de sus días como un aliento vital que lo iluminó y lo guío, obligándolo a trascender en el ámbito de la cotidianidad. Vinculado a la Universidad Francisco de Paula Santander como director del grupo de danzas, ha desarrollado una brillante labor. No es un simple instructor es un investigador a fondo de la razón y el porqué de las danzas que interpreta su grupo. No es solo escenografía y vestuario es un acercamiento al alma popular y al contexto que constituye la ejecución del acto artístico. Es perfeccionista crítico y sobre todo muy buen consejero para aquellas que se acercan a su sapiencia para disipar dudas y aprender algo nuevo. Galardonado en múltiples ocasiones por entidades del orden nacional e internacional, multiplicado en escenarios del mundo donde su afán ha sido contarle a propios y extraños que es colombiano de Cúcuta. Humilde y sencillo, ha realizado una valiosa tarea de formación pudiéndose afirmar que todos los grupos de danzas que existen en la región están bajo el mando o fueron creados por los alumnos del maestro Juan. Anteriormente existieron, en la ciudad alrededor de los años 80 e incluso los 90, festivales intercolegiados de danzas donde se rendía culto a la colombianidad en escenarios como La Toto Hernández o el Teatro al aire libre Las Cascadas y el Teatro Zulima. Cada efemérides, cada acto de relevancia en los establecimientos educativos estaba impregnado de la danza. Vale la pena, además de Juan Becerra y Rosalba Salcedo, destacar la labor de Margarita Acevedo y su escuela de Ballet Clásico en la cual muchos niños y adolescentes, cultivan su apreciación estética a través de la danza. Todavía en los rincones de la ciudad, personajes e instituciones como La Casa de la Juventud Jesús Soledad, Mario Hoyos y muchos más siguen tejiendo sueños sobre la piel sutil de Bambucos, Pasillos, Sanjuanero, Torbellinos, Cumbias, Joropos, Machetillas y danzas de nuestro suelo cucuteño.


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3 INMIGRANTES, NUEVAS CULTURAS Hablar de aculturación en la región de Cúcuta resulta complejo dada la gran cantidad de vertientes migratorias que llegaron al suelo de Doña Juana Rangel de Cuellar. Su presencia desde luego incidió creando modos de vida entre los cuales necesariamente se inscribe la danza. Desde luego que la primera corriente correspondió a los españoles entre los cuales se destacan los Catalanes y Extremeños que llegaron a los Valles de Cúcuta atraídos por la bonanza del cacao; la exclusión obligante de la época los llevó a conservar sus raíces al interior de sus grupos familiares como una forma de fundamentar su sentir eminentemente Español. Sus fiestas transcurrían dentro del contexto de lo tradicional es decir de la herencia de sus mayores, por lo tanto su influencia en la cultura de la región no dio mayores resultados en la enseñanza de la danza; esta era una expresión privada que no se podía compartir porque significaba un descrédito a la grandeza de su rango. La mayoría de sus actos festivos con sus danzas eran de carácter cerrado al cual asistían los indígenas simplemente como sirvientes. Otro grupo significativo fue el de los alemanes tal vez más numerosos de cuantos vinieron de Europa. Gentes de espíritu festivo, emprendedores, de visión futurista y con un concepto m uy claro de su presencia en la ciudad. Elegantes en el vestir, austeros en sus manifestaciones, solidarios, generosos y muy celosos de su patrimonio cultural. Introdujeron novedades, en el uso de instrumentos como el acordeón, amantes de su hogar y hasta disciplinados en las festividades familiares. Se reunían con frecuencia estimulando el intercambio familiar como una forma de recordar su lejana patria. De alguna manera al unirse en matrimonio con las familias de la localidad se produjeron variantes en sus hábitos culturales y esto creó una apertura a la aceptación recíproca de las expresiones artísticas. Fueron importantes miembros de la sociedad y participaron de la vida social de los diferentes clubes creados en la naciente urbe.


30 De la misma manera que los anteriores en la zona de Cúcuta apareció una floreciente colonia italiana. A pesar de algunos eran aventureros en busca de fortuna muchos de ellos conservaban sus patrones hacia una estética, exclusiva y elitista. Amantes de los placeres y de la buena vida se aseguraban de conseguir una buena posición social. Es importante recordar que obras arquitectónicas de la ciudad en aquella época se deben al genio creativo de estos inmigrantes. Formalizaron su presencia cultural en la gastronomía, la expresión musical y la danza; por lo general compartían los grandes acontecimientos sociales con sus hermanos europeos dando así muestras de sus tradiciones y costumbres. Al igual que los alemanes, también emparentaron con los regionales y desde luego dieron apertura a la formación de nuevas tendencias que han trascendido hasta nuestros días, mostrando un alto índice de desgaste por el paso del tiempo y las novedades que supone el desarrollo y el cambio social. En orden no de llegada citamos a la colonia francesa, que casi con las mismas características de los italianos tuvo su asentamiento en la ciudad de Cúcuta. Sin embargo la influencia francesa está más señalada a la acción de congregaciones religiosas como los Hermanos Cristianos en Cúcuta, los padres Eudistas en Pamplona y las Hermanas de la Presentación quienes vinieron casi que exclusivamente a cumplir una labor docente entorno a la juventud de la región. Los aventureros franceses y sus familias, a pesar de su escaso número, se dedicaron al comercio institucionalizando exclusivas tiendas de artículos importados de Europa. Una particularidad es que a pesar de la escasa colonia francesa su idioma se estudió y se habló por la elite cucuteña de fines del siglo XIX hasta la cuarta década del siglo XX. Desde luego no se puede desconocer su interacción con la cultura citadina que compartió y asumió hábitos propios de la cultura francesa. Las situaciones políticas del medio oriente hicieron que por coincidencia se originara hacia la ciudad una corriente migratoria de Sirios y Libaneses a los que curiosamente se les denominó “Turcos”. Su influencia más notoria se dio en el comercio, donde introdujeron la novedad de vender puerta a puerta. En un comienzo se constituyeron en un grupo muy cerrado, conservador y tradici onalista en su filosofía y su religión. De alguna manera, también poco apoco, se fueron abriendo a las


31 nuevas expresiones que les brindaba su tierra de adopción. Al igual que las demás colonias poco a poco emparentaron con los nativos formando así nuevas familias cuya descendencia llega hasta nuestros días cuando ya sus herederos han asumido en su totalidad las costumbres y la idiosincrasia occidental. La más numerosa y de lógica convivencia es la colonia de Venezuela; estos migrantes provenían inicialmente de Maracaibo, Mérida y San Cristóbal y luego de toda la geografía del hermano país. Su identidad cultural es más próxima a la nuestra por razones geográficas, sociales, políticas y filosóficas. Formamos un solo corredor étnico dado que en un momento de la historia los reinosos (habitantes del nuevo Reino de Granada) encontramos afinidad para desarrollar una vida en común sin pensar en las fronteras. De alguna manera todas las expresiones artísticas tienen una similitud y aceptación por parte de los habitantes de los dos países. Otro aporte de importancia lo constituye la presencia en Cúcuta de migrantes de todas las regiones de Colombia que por diversas razones se han establecido en la ciudad. Como es natural esto modifica la actitud de los nuestros que poco apoco se ven invadidos por costumbres foráneas que son aceptadas y de alguna manera se formalizan como parte de la cotidianidad. La influencia cultural de menor incidencia corresponde a la presencia de afrodescendientes en la región. Su trascendencia en el quehacer de los cucuteños no se demarca con mucha precisión teniendo tal vez como única expresión de valor la música y desde luego los ritmos caribeños que son difundidos de diferentes maneras en los medios de comunicación. Las anteriores apreciaciones permiten determinar conclusiones muy concretas al respecto de la fundamentación de elementos culturales en la construcción de una identidad en cuanto a expresiones como la música y la danza. Se puede afirmar que en primera instancia se tomó como expresión dominante la cultura europea, que aportaron los inmigrantes y la apropiación de lo autóctono como una interpretación de lo popular que de alguna manera mostraba el inconformismo y la frustración de las clases humildes que aún en el tiempo conservan esta clase de expresiones, un segundo momento de alternación entre lo autóctono y lo extranjero aceptado de alguna manera como homogéneo entre la clase alta y la clase popular. Para las innovaciones planteadas en la primera mitad del Siglo XX se nota de manera muy marcada la influencia de los ritmos tropicales y la aparición de los grupos de música juvenil o rock inspirado en la generación de los Beatles y los Rolling Stones y desde luego por el cine y


32 los medios de comunicación, la versión regional de las influencias mexicanas de la llamada época Go-Go y Ye-Ye. Los cambios bruscos de la generación de los 60 abrió nuevas rutas a tendencias de otras dimensiones: la salsa caleña y el vallenato hicieron su aparición en el escenario regional que a través del tiempo se fortaleció y se convirtió en uso común en el contexto cucuteño. Los 80 y los 90 fueron casi una prolongación de los periodos anteriores a los cuales se sumó la preferencia por aires universales enmarcados en el ritmo de baladas y balada pop alternando desde luego con las novedades que imponía la nueva generación de jóvenes. El inicio del siglo XXI tiene una connotación muy especial y se caracteriza por la aparición de nuevas tendencias provenientes del Caribe, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. En una síntesis general se afirma que la cultura músico-dancística de Cúcuta es una verdadera amalgama de expresiones culturales que se han apropiado de nuestra identidad relegando lo autóctono a un segundo plano.


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4 VALOR PEDAGÓGICO DE LA DANZA La danza se entiende como la poesía del movimiento, es una expresión íntima de la idiosincrasia de las comunidades y como tal recibe afectaciones directas del contexto. Todo montaje coreográfico resume la filosofía popular, en ella se impregna el paisaje como aliento espiritual que inspira sensaciones, las costumbres y las situaciones particulares desde el orden social, religioso, político, lenguajes, culinaria, vestido y desde luego la tipificación de cada elemento que forma parte del ejercicio dancístico. Las planimetrías inspiran sensaciones que van en tránsito según la actitud del danzante y de sus acompañantes. La danza es como un rito en el que se oficia a la alegría, a la tristeza, al dolor, a la muerte, al desamor, al amor y a la esencia de la leyenda y la tradición que construye la identidad de un pueblo. En la danza todos los lenguajes se hacen posibles y se mimetizan en el movimiento para crear situaciones que son el producto de procesos ancestrales que se dinamizan con la historia y se reflejan en la cotidianidad. La anterior apreciación permite entender esa compleja esencia del alma popular y que se admira como producto acabado cuando se presencia la ejecución de la danza. La danza es variada porque cada pueblo tiene su propio sentido al existir, la gente común encuentran en la danza una expresión a su propia libertad, a sus represiones, a sus frustraciones, a sus miedos y en términos generales a sus fobias y temores que escondidos en el fondo del alma brotan con espontaneidad en el movimiento armónico de los danzantes que convencidos de su protagonismo estético se brindan en un ritual frenético que acelera sus corazones y los eleva a una sublimación del arte. En el ejercicio de la danza se puede dar una lectura universal a los saberes, ya que en este arte se conjugan elementos psicológicos, biológicos, filosóficos, políticos, sociales con los cuales no se pretende alienar, si no aleccionar a un público que de alguna manera se ve reflejado en un espejo en el cual la crítica sutil, desprovista de sarcasmo muestra las debilidades del ser humano. La danza es un ritual en el que se oficia un canto a la vida. Es una comunión entre música, ritmo, sentimiento y habilidad. Es una suma acumula de talento, necesario para poder


34 exponer con fuerza avasalladora una realidad que se lee en la cotidianidad pero que se inmortaliza en la preservación del patrimonio de las comunidades. La danza no es exclusivo patrimonio de unos cuantos, es un lenguaje universal que está sujeto a las condiciones particulares de cada comunidad. Al analizar este aspecto desde la sociología se puede entender fácilmente que cada grupo social expresa lo que tiene y lo que siente; de ahí, la diferencia de las grandes compañías de danza que en su repertorio nos venden la imagen de las sociedades aristócratas o de gran poder económico: La opulencia, el colorido, la fastuosidad, los movimientos acompasados, la elegancia postiza y la actitud en ocasiones frívolas contrastan con las danzas populares que reflejan otra cosa, los silencios reprimidos contrastan con la algarabía, la excitación y la frivolidad, la sonrisa y el coqueteo, la cadencia y el movimiento exagerado dan una muestra de la realidad que hacen suya la lucha por subsistir. En esta primera parte del capítulo se ha hablado de una interpretación del significado social de la danza; ahora el mismo arte será visto desde la perspectiva pedagógica. Grandes psicológicos han expresado su interés por considerar el ejercicio de la danza como una excelente metodología para educar a niños y jóvenes, ya que a través de su práctica se logra un desarrollo físico, de habilidades, de sensibilidad y de disciplina mental y comportamental. La historia con mucha sabiduría nos enseña que en la antigüedad una tarea de la formación integral estaba fundamentada en educar a jóvenes y doncellas en el arte de bailar, dado que por sus circunstancias de nobleza debían prepararse para asumir un rol social acorde con su dignidad. Si esta tarea fue considerada en su tiempo como primordial es porque de alguna manera era una formación para desempeñarse en la sociedad. Los niños en su primera infancia practican como desarrollo de habilidades el ejercicio de las rondas infantiles que en primera instancia buscan desarrollar habilidades de convivencia, respeto, destreza corporal y desarrollo de la comprensión a través del aprendizaje de textos y el seguimiento de ritmos acompasados, acompañados en algunos casos de palmadas, claves, sonajeros, movimientos de cabeza, brazos y piernas. Según los entendidos en la materia las primeras etapas de formación del niño en el jardín son adecuaciones para aprendizajes posteriores. El asunto central del proceso es despertar en los pequeños sensibilidades, actitudes, aptitudes y cualidades que faciliten la comprensión del mundo complejo de los saberes.


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El movimiento del cuerpo siguiendo ritmos es un extraordinario momento para desarrollar física y de manera integral todo su cuerpo. La educación del oído para aceptar órdenes es una creación de disciplina mental para mejorar la atención, la percepción auditiva, la asociación armónica de movimientos, la concentración y la memoria. La combinación de esquemas corporales contribuye al desarrollo integral del sistema muscular porque coloca en movimiento la totalidad del cuerpo. Todo lo anterior mejora la función cardiovascular, respiratoria, elimina toxinas y facilita, el desarrollo de un cuerpo equilibrado y armónico. Además es una excelente terapia mental porque elimina las cargas de estrés y de fatiga mental. Además de los anteriores criterios expuestos se puede afirmar que el ejercicio de la danza produce un profundo bienestar psicológico porque es una excelente propuesta de socialización que permite de manera directa la interacción de diferentes tipos de personas para construir un objeto común. Al interior de los grupos se permite la discusión abierta que de manera positiva permite reconocer la importancia de la persona cuando construye discursos que reflejan formas de pensar, de interpretar y de aportar para construir productos colectivos. La danza es un acto de creatividad, porque a pesar de que se asume un hecho creado, da libertad para innovar, para sugerir y para construir variaciones que no alteran en forma significativa los parámetros dados en la creación inicial. La danza como tal es una escuela de emociones y sensaciones que da a cada persona la oportunidad de experimentar vivencias muy subjetivas. El protagonista de la danza es el bailarín o la bailarina y en ellos a través del acto artístico se modela una personalidad estructurada que los hace conscientes de su oficio y de su compromiso al convertirlos en actores de una eternidad histórica que refleja la conciencia viva de los pueblos. De alguna manera la danza es por su connotación la historia viva de los pueblos ya que en ella se refleja un sinnúmero de situaciones articuladas entre el devenir del tiempo y la cotidianidad, analizada a través de la óptica del arte. Lo anterior sugiere que el ejercicio de estas expresiones folclóricas es muy importante, permiten apropiarnos de nuestra identidad y pertenencia por los lugares comunes en los cuales actuamos dentro de la sociedad.


36 La danza es un arte afín a todos los grupos humanos y su representación se convierte en un lenguaje común a través del cual podemos reconocer semejanzas y diferencias de esa aldea global en que se ha convertido la tierra para los ciudadanos del mundo. Es un rompimiento de barreras que permite la afinidad entre culturas y que nos da la oportunidad de reconocernos como parte de un mundo complejo que requiere de una mayor sensibilidad para conquistar el orden, la igualdad y la paz. Es comprensible entender que el arte siempre ha estado por encima de los conflictos, de las catástrofes y demás vejaciones que han maltratado a la humanidad. Estamos a tiempo de retomar la pedagogía de la danza como un instrumento de aula con el cual se pueda conquistar la dinámica de la creatividad para hacer de los niños mejores personas, mejores ciudadanos, que convivan con armonía, entendiendo el verdadero significado de la dignidad y humanizando las condiciones de vida para poder ejercer el dominio de la paz sobre el terrorífico mundo de destrucción que produce la guerra. Es una tarea inaplazable de los gobernantes reivindicar el arte estimulando la creación de escuelas de danza, proporcionando los elementos necesarios, formando educadores, buscando posibilidades de intercambios y proyectando el sentido de lo autóctono hacia el reconocimiento de una verdadera identidad.


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5 PROCESOS DE INVESTIGACIÓN Cuando se asume la tarea de investigar un proyecto cultural es necesario tener en cuenta una serie de aspectos para poder consolidar un montaje coreográfico que represente la realidad, para ello se crea una disciplina de estudio muy rigurosa que comprende los siguientes aspectos: 5.1 UBICACIÓN GEOGRÁFICA Delimitar el espacio en el cual se va a realizar la investigación señalando límites, características de la topografía, centros de población (urbanos y rurales) predominio de paisajes, vías de acceso, organizaciones comunitarias, actividades laborales, tipos de vivienda, formas de comercio, organización política y religiosa, medios de comunicación, usos y costumbres, habla popular, fiestas especiales. Todo lo anterior, por decirlo así, de una referencia física total de la comunidad en cuanto a entorno y contexto. 5.2 BREVE RESEÑA HISTÓRICA Procesos de evolución de la comunidad, acontecimientos importantes, personalidades, sitios de interés, acontecimientos memorables, evoluciones culturales entre otras. Esta reflexión histórica representa el sustrato de la comunidad y se convierte en el soporte del presente demostrando los cambios que se suceden a través del tiempo con implicaciones en el futuro. 5.3 TIPOS O RASGOS DE LA PERSONALIDAD Es una apreciación de los rasgos de la personalidad de los individuos representando sus diferencias individuales y sus singularidades en la cotidianidad. Acoge un sinnúmero de actuaciones personales y colectivas que definan las características de los diferentes tipos de individuos que conforman el grupo humano en estudio. Los estudios son de carácter colectivo para interpretar la homogeneidad de la población muestra o motivo de estudio, sin embargo es necesario particularizar el estudio para poder analizar los subgrupos resultantes dentro de la población motivo de estudio.


38 5.4 RECONOCIMIENTO DE LOS VALORES PROPIOS DE LA CULTURA POPULAR Este aparte hace referencia al estudio de expresiones como el vestido, la gastronomía, las leyendas, mitos, tabúes, tradiciones, cuentos de aparecidos, coplas, música, juegos y demás acciones que se generan por transferencia de generaciones anteriores. Lo señalado corresponde a una visión global de la comunidad para poder señalar características propias que determinen la razón de ser de la comunidad motivo de estudio. 5.5 SELECCIÓN DE LA COREOGRAFÍA A ESTUDIAR En esta acción se da comienzo al objeto central de la investigación desarrollando una pauta como la siguiente: 5.5.1 Origen de la danza. Explicación concreta de la razón de ser del hecho histórico, motivo por el cual la comunidad le dio origen, significado o justificación a la ejecución de la danza. Si la creación es colectiva o personal ritmo al cual se adecuó la danza. 5.5.2 Evolución: Se ha mantenido o ha presentado variaciones a lo largo de la historia. Identificar con precisión las variantes que se han dado con los cambios generacionales. 5.5.3 Reconocimiento del ritmo. Justificar con razones porqué se escogió la melodía y con qué instrumentos se interpreta. Otros elementos de análisis coreográfico incluyen los siguientes: -

Determinar el porqué del uso de los atuendos y demás elementos de utilería que forman parte de la coreografía.

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Dar razones por las cuales la danza es un ejercicio individual, grupal o de parejas.

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Reconocer la construcción de la planimetría, movimientos, espacios, figuras y demás acciones propias de la coreografía.

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Elaboración de un texto que resuma todos los anteriores aspectos.

Una vez configurado el estudio, el grupo que va ejecutar la danza debe iniciar un largo periodo de ensayo en el cual se perfeccione el trabajo coreográfico.


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Es conveniente que antes de presentar en público la coreografía se realice una ejecución privada en la cual actúen como observados miembros de la comunidad donde se realizó el proceso. Luego de este ejercicio de evaluación y de corrección de posibles errores la danza queda lista para ser presentada en público. El anterior procedimiento no es una camisa de fuerza, ni obedece a un sistema cerrado es una sugerencia para aquellas personas que se dedican a la tarea de investigar en el campo de la danza.


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6 HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA POPULAR NORTESANTANDEREANA 6.1. CONCEPTUALIZACIÓN DE CULTURA Definir con precisión el territorio cultural resulta demasiado complicado por las connotaciones que el término implica debido a su aplicabilidad a los contextos a los que hace referencia. En el concepto de los entendidos, el vocablo cultura se aplicó al desarrollo del arte elitista que servía de entretenimiento a los aristócratas y adinerados que creían con estas expresiones mostrar un alto grado de refinamiento y de opulencia ostentosa. La anterior afirmación permite entender que el termino cultura en cierta forma es un equívoco porque su interpretación no apunta siempre en la misma direccio nalidad dado que al reconocerla en el contexto del entorno, el hombre y la historia puede significar múltiples visiones que se acomodan a la intencionalidad de quien pretende definirla. La cultura es un añadido a la condición humana y por lo tanto se puede referir al proceso creativo del hombre en los diversos espacios de su interacción social. El ser humano hace de su entorno, de su contexto un universo plagado de códigos simbólicos y de esta manera va creando un verdadero mundo en el cual hace trascender las cosas y los seres que le rodean. La aplicación del medio de acción del hombre es la mediación cultural que se convierte en un proceso que le asegura su adaptación, supervivencia y realización. En la configuración del universo simbólico crea el lenguaje que le sirve para comunicarse, organiza su fuerza laboral para la producción, construye familia, sociedad y entidades, expresa sus sentimientos, valores, perversiones para dotar su existencia de valores, tradiciones, creencias, ideologías, hábitos, normas en las cuales crea cultura y se crea así mismo por lo tanto el hombre resulta ser un producto de la cultura. Los humanos creamos un universo-mundo para fundamentar nuestra existencia por ello el hombre es un ser sustancialmente cultural.


42 Retomando, la definición de cultura parece más apropiada al concepto que plantea la UNESCO: “La cultura es la concepción de la realidad que interpreta y orienta la sensibilidad de los individuos a descubrir las situaciones que se encuentra en el transcurso de la existencia”. La anterior aplicación nos lleva a interpretar la cultura como una actividad que delimita aspectos tan fundamentales como la tradición espiritual, la valoración de la realidad que todos los grupos humanos transmiten ya sea por adopción o por naturaleza, de manera consciente e inconsciente pero siempre aplicado a los grupos humanos. Es interesante el reconocimiento con que la etnografía define el concepto de cultura “Cualquier producto de la actividad humana de un grupo social”. Esta orientación se inclina más por el reconocimiento de la cultura como un proceso de civilización, como una validación del concepto de progreso, de transformación, de adquisición de hábitos y modos y construcción de modelos y de estructuras de carácter social. Por su parte la sicología asume el término cultura como “El patrimonio psíquico constituido en la interacción social”. “Por lo tanto la cultura se definiría como el conjunto de procesos espirituales, mientras que la civilización tendría como acción los mecanismos que controlan la lucha por las condiciones vitales y la comodidad”. En una aproximación filosófica la cultura se puede definir como una función simbólica fundamental mediante la cual la conciencia construye todos sus universos de perfección y de discurso. La referencia simbólica se constituye entre la mediación entre el mundo objetivo y lo personal o subjetivo, en lo cual se expresa la visión de la realidad, con todos los elementos ideológicos que es posible configurar. La cultura como tal es la respuesta a una exigencia, a una necesidad original, lo que tiene el hombre de comprender la realidad en que vive y de justificar las opciones que lleva a cabo en ella. Los contenidos de la cultura están determinados por una serie de factores que interpretan ciertos códigos, los cuales se pueden señalar con precisión dentro de los criterios significativos de la Antropología Cultural. El modelo cultural se precisa como la aproximación a interpretar las diferentes situaciones de un grupo social con criterios de descripción y sistematización del espíritu fundamental que las expresiones culturales crean. Son múltiples las variantes que se agregan a la anterior apreciación según las características específicas de los grupos motivos de estudio. Para poder explicar el porqué del modo de ser de las diferentes culturas, es necesario interpretar el sentido del valor cultural, el cual se define como “un conjunto de concepciones


43 de lo deseable que, por si mismos impregnan toda una cultura, inspirando y dando tono a la acción y a los comportamientos. El conjunto de valores ya señalados actúan de igual modo en el proceso de regulación, selección y discriminación de los fines que se verifican en todo el sistema cultural. Otra idea fundamental inherente al tema es el concepto de antropología, al definir lo que es un esquema cultural, el cual hace referencia a “todo modo típico de sentir, pensar y actuar en orden a situaciones o problemas específicos”, reconocidos por los individuos de una sociedad. Este esquema se convierte en el patrón de la normalidad de los comportamientos singulares dentro de lo colectivo generando actitudes sociales y hábitos. La determinación de los hábitos o de las conductas de carácter recurrente se convierten necesariamente en el objeto de estudio de las manifestaciones culturales y en los elementos que facilitan su descripción.

6.2. EL CONTEXTO DE LA PLURALIDAD CULTURAL Generalmente todo tipo de cultura tiende a afirmar o construir valores que las configuran y particularizan, creando un horizonte de existencia socio-cultural. El horizonte de cada cultura es el epicentro, el génesis, el origen de sus manifestaciones, razón por la cual tienden a construir esquemas en los cuales el individuo se convierte en un ser de aceptación y reconocimiento mediante la práctica de hábitos colectivos o individuales, producto de su interrelación con el contexto. El reconocimiento del pluralismo cultural tiene varias interpretaciones, incluso negativas a su aceptación, lo que lleva a la consideración de que una cultura no es mejor que otra. Lo anterior se admite porque el fundamento y la configuración de toda cultura es el hombre, de tal manera que por encima de las particularidades culturales, el hombre es el elemento común, y su existencia implica una constante, un patrón colectivo que es inviolable e insubordinable. Al analizar detalladamente la complejidad de la cultura se hace necesario cuestionar dos fundamentos importantes ¿Existen diferencias culturales? ¿Cómo se explican las mismas? La respuesta lleva a consideración algunos elementos esenciales como la comparación de caracteres específicos, nacionalismo, regionalismo, imágenes mentales y estereotipos particulares para tratar de dar una explicación racional.


44 Darcy Ribeiro un prestante antropólogo Brasilero afirmaba lo siguiente: “La pluralidad cultural del mundo contemporáneo obedece a dos criterios básicos: la uniformidad socioeconómica, referidas al grado y al modo de integración de los pueblos en la civilización industrial moderna consolidándose en su interior sociedades desarrolladas o subdesarrolladas en el contexto de las formaciones capitalistas mercantiles imperialistas industriales, coloniales, neocoloniales o socialistas. El segundo se refiere al carácter histórico cultural, debido a distintos procesos de formación étnica, cuyas características permanecen actuantes y explican el modo de ser de estos pueblos. Particularizando a la región, con respecto a lo anterior se entiende que pertenecemos a una cultura autóctona y violentada por la “invasión” española que se convirtió en un derroche de ferocidad y violencia avasallante que destruyó y persiguió las expresiones originales y auténticas de nuestros pueblos amerindios. El cruce con la cultura de los dominadores fue un choque que en cierta forma determinó una aceptación resignada frente al despotismo y la aceptación. Siguiendo el curso de la historia y la obediencia europea, la sociedad colonial y aún en los diferentes estadios de la historia la zona geográfica de Norte de Santander se convirtió en una cultura singular, dependiente de los modelos dominadores que prácticamente fueron generando su propio subdesarrollo. Como característica particular el esquema cultural de la región se constituyó sobre una base triétnica, mestiza culturalmente, heredera de las expresiones fundamentales del ser cultural de los países que le han dominado, como la lengua, las creencias, usos, tradiciones y expresiones religiosas, sin que ello signifique la desaparición social de las otras raíces culturales.

6.3. LA CONSTITUCIÓN ANTROPOLÓGICA El hombre nortesantandereano se caracteriza por un definido mestizaje que lo hace irreductible a uno cualquiera de los elementos que lo conforman. Es importante acotar que el grado de mestizaje no es homogéneo dadas las características singulares que se dieron dentro de los procesos de poblamiento.


45 Generalmente la dominación española se dio en su mayoría por elementos de raza blanca que fácilmente se mezclaron con los indígenas de la región sumando en esta fusión étnica los elementos particulares de cada cultura. La cultura afrodescendiente es la de menor aporte al mestizaje, dado que su presencia fue muy escasa durante el proceso de la conquista y la colonia. La representación de esclavos se redujo a unos cuantos comprados por los amos en el mercado del Caribe para el laboreo de la tierra en las haciendas cacaoteras que constituyeron el primer gran producto de riqueza y explotación de las zonas aledañas a los ríos Zulia, Pamplonita y Táchira. Lo expuesto anteriormente no excluye a los afrodescendientes de haberse sumado a la mezcla de razas con los otros aportes: blancos, indios y mestizos. La tarea más difícil y que tal vez no se ha emprendido es la búsqueda de las diferentes ramificaciones étnicas que se han dado en el departamento y que seguramente sean numerosas dadas las características generales de los poblamientos.

6.4. LA IDENTIDAD CULTURAL Este concepto ha sido discutido y comentado con mucha trascendencia porque se considera fundamental que cada hombre encuentre una serie de elementos que lo identifiquen como sujeto de la historia dentro de un contexto específico y singular. Al interpretar el concepto de identidad cultural se entiende como algo fundamental, como una dirección análoga de la existencia histórica de los individuos y de los pueblos, por cuanto ella supone un ser que se afirma a sí mismo en la existencia pero que no se concibe acabado y, por tanto, se proyecta como queriendo ser lo que no es sin aniquilarse como es superándose. Es el carácter analógico y alternativo de la identidad. Lo anterior lleva a una búsqueda, a un proceso, a una meta, a una conformación y producción de la propia realidad histórica y al mismo tiempo, una interminable autoconstrucción. La identidad cultural es una analogía antropológica, colectiva y personal, en donde el hacerse implica el deseo permanente de ser sí mismo y una voluntad de afirmarse en la existencia para vivirla por sí mismo. La identidad cultural conduce a la búsqueda de la autonomía y la independencia.


46 6.5. LA CULTURA POPULAR La cultura popular se analiza con la claridad de los conceptos anteriores y con la evidencia precisa para interpretar los hechos culturales. En algún aparte se habló de las diferencias y particularidades que se establecen en el aspecto cultural dadas las condiciones sociales. Particularizando el hecho podemos señalar que la cultura popular se define como aquellas manifestaciones primarias que surgen al interior de las comunidades como un proceso espontáneo y libre producto de la interpretación del contexto por parte del hombre. Esto hace necesario aceptar que los usos culturales específicos de cada grupo humano forman parte de las fusiones que se generan por la movilidad poblacional. La cultura popular abarca un amplio y variado conjunto de manifestaciones como el lenguaje, el vestido, la culinaria, la música, la danza, las leyendas, las tradiciones, las creencias religiosas, la hechicería, el espiritismo, los mitos, las costumbres entre otras. La cultura popular obedece a la movilidad poblacional y los procesos normales que se desarrollan al interior de las comunidades por la simple dinámica cotidiana de la existencia de los seres. En el caso particular de la construcción de la cultura popular de la región, existen factores que se han entrelazado para elaborar este complejo caudal de manifestaciones de nuestra esencia y de nuestro ser; la configuración étnica de la zona de Cúcuta y sus alrededores es producto del permanente intercambio de personas de todos los destinos que convergen hasta la ciudad cosmopolita buscando horizontes que les provean una mejor calidad de vida. Esa compleja maraña cultural absorbe lo autóctono para dar paso a manifestaciones que están lejos de ser lo representativo de lo regional.

6.6. PROCESO DE LA FORMACIÓN DE LA CULTURA REGIONAL 6.6.1 LA HEREDAD INDIGENA Cúcuta está ubicada en las márgenes del río Pamplonita y en lengua indígena su nombre se traduce como “Casa del Duende”, con el mismo apelativo de la


47 ciudad se designaban a unos árboles frondosos llamados así por los indígenas de la época. Según historiadores como Rafael Eduardo Ángel Mogollón, el Cacique y señor de estas tierras también se llamaba Cúcuta al igual que a los habitantes de la tribu pobladora de la región. Los primitivos habitantes de la zona descendían de la etnia Caribe y recibieron inicialmente el nombre de Tribu de los Patajemenos que más adelante fue sustituido por el de Motilones debido a una circunstancia especial porque una epidemia de Viruela los obligó a motilarse el cabello. Este nombre se hizo común para los habitantes de la región desde la época de la conquista. Se le reconoció un carácter beligerante y agresivo contra sus enemigos o aquellos que pretendían usurpar sus dominios. Otra característica de los motilones fue su vocación comercial con otros pueblos correctamente con los chitareros con quienes negociaban productos como el algodón y la sal. Las alianzas entre tribus fueron comunes dado que lo hacían para fortalecer su territorio y reforzarse para la guerra. Los primitivos pobladores opusieron seria resistencia a la llegada de los españoles, razón por la cual, las fundaciones de esta región fueron más demoradas que las del interior. Las expresiones culturales de este periodo histórico se limitan a rituales de carácter religioso y prácticas animistas propias de los pueblos indígenas. 6.6.2 PRIMERAS RUTAS Los primeros españoles llegaron a través de la ruta de Venezuela provenientes de Coro y el Golfo de Maracaibo. Los expedicionarios no establecieron fundaciones debido a la agresividad de los indígenas y al interés de los colonizadores por la búsqueda de riqueza. Retomando nuevamente la versión autorizada de Rafael Eduardo Ángel Mogollón se establece una relación de los principales conquistadores que recorrieron las rutas cucuteñas como fueron: Ambrosio Alfinger


48 Conquistador

Año

Iñigo de Bascona (Vasco) Juan de San Martín Castellano Hernán Pérez de Quezada (Andaluz) Pedro de Ursua (Navarro) y Ortún Velazco (Castellanos) Alonso Pérez de Toloza Miguel de Tiebal Sebastián Lorenzo Juan Ramírez de Andrade Juan Rodríguez Suárez (Extremeño) Francisco Fernández de Contreras (Cordobés)

1531 1531 1541 1549 1550 1550 1550 1561 1560 1566

Alonso Esteban Rangel (Extremeño) Antonio de los Ríos Jimeno (Andaluz)

1583 1635

Plano de Maracaibo – 19 de Julio de 1638

Anterior a la fundación de San Faustino de los Ríos en 1662 los expedicionarios españoles lograron reducir a los Motilones en la margen derecha del río Pamplonita y se establecer el pueblo de Cúcuta, que fue dado en Encomienda por Don Pedro de Ursua fundador de Pamplona a Sebastián Lorenzo por dejación que hizo Miguel Tiebal. El poblamiento de esta zona (Hoy barrio San Luis) se dedicó a la agricultura y al comercio. Con la presencia de los curas doctrineros se inició la evangelización y la enseñanza de la lengua que se complementó con las tradiciones religiosas de culto a las celebraciones patronales, la Semana Santa y las navidades. Otro aspecto importante fue la incorporación del vestido, la preparación de alimentos y la asimilación de costumbres españolas incentivadas por los habitantes que vinieron a buscar fortuna.


49 6.6.3 LA FUNDACIÓN Y LA COLONIA

A raíz de la creación de la parroquia de San José en terrenos donados para tal fin, se incrementó el poblamiento de la región sobre la margen izquierda del Río Pamplonita. Este crecimiento poblacional acrecentó el acervo cultural incipiente que caracterizaba a la ciudad en expansión.

Juana Rangel de Cuellar Acta de fundación de San José de Cúcuta

Las solemnidades litúrgicas acompañadas del canto gregoriano, las celebraciones especiales, las fiestas de calle y las fiestas patronales introdujeron elementos como la interpretación de música profana con instrumentos españoles, la danza o el baile social copiado de los aires de la madre patria, la arquitectura de las residencias privadas, edificios de la corona e iglesias que tomaron una nueva directriz típica de la península. Las imágenes religiosas empezaron a formar parte del patrimonio común. El uso del vestido estableció diferencia entre las clases sociales. La herencia indígena mantuvo sus elementos y se fue mezclando con los aportes de la población dominante.


50 6.6.4 MOVIMIENTOS INDEPENDENTISTAS

El despotismo español causó malestar entre los colonos y las voces de protesta empezaron a expresarse en el contexto de nuestra ciudad. A finales de la colonia se habían establecido comunidades religiosas que fundaron colegios para la instrucción de los niños y jóvenes. Para este periodo la mezcla de instrumentos autóctonos alternó con los clásicos españoles y nacieron grupos mixtos que animaban las principales fiestas y eventos sociales. La danza conservó su pureza y perfección para los de la clase alta y los indígenas y gentes del común asimilaron expresiones copiadas de las anteriores a manera de sátira o burla de los que hacían sus patrones. El arte religioso adquirió mayor importancia en cuanto a imágenes y lienzos de los más importantes talleres de Tunja y Santa Fé. El lenguaje era más común y las expresiones indígenas se asimilaban por la cultura española y estos a su vez asumían vocablos nativos en el uso cotidiano. La elegancia y el buen vestir eran comunes en las personas adineradas y el desparpajo y la simplicidad en las gentes del pueblo.


51 Las migraciones permanentes se fueron acrecentando y de esta manera el enriquecimiento de las expresiones culturales. Después de la Batalla de Cúcuta, se presume que el libertador celebró el triunfo alcanzado en un baile de gala. Hermosas mujeres como Mercedes Abrego danzaron piezas con el ilustre invitado. 6.6.5 ÉPOCA REPUBLICANA

Congreso de Cúcuta – Mayo 6 de 1.821

El advenimiento de la libertad trajo para la región nuevos horizontes, la tranquilidad, la paz y la concordia crearon un clima propicio para la expansión de la cultura, la población extendió su urbanismo y se reforzaron las expresiones del dominio popular. Los artistas encontraron espacio para mostrar sus logros y conformaron agrupaciones musicales que interpretaban las recientes composiciones de aires influenciados por los españoles pero con demostraciones del sentir de sus autores. La danza se mantenía como una expresión social propia de festividades y ocasiones de solemnidad, sin embargo en los sectores conformados por los ciudadanos del corri ente se empezó a tomar como costumbre danzar, copiando los ritmos de los aristócratas, que en algunos casos adquirirían ciertos aires de crítica hacia la hipocresía social y a la discriminación de clases. El arte religioso adquirió mayor desarrollo con la aparición de maestros empíricos que copiando los modelos clásicos, elaboraron estatuas de los santos, la virgen, los crucifijos y retratos al óleo.


52 El trazado urbanístico conservó el modelo español y el mejoramiento de la calidad de las viviendas fue notorio al utilizar materiales más sólidos para la cubierta de las edificaciones. Los festejos populares tradicionales eran una forma predilecta de la sociedad cucuteña que sin distingos de clase observaba y participaba de la recreación popular y para este periodo fue notorio el desplazamiento de corrientes migratorias desde la república de Venezuela y desde el interior del país. Es importante destacar que una de las actividades que contribuyó al desarrollo de la región fue la formalización del comercio como actividad principal en la organización económica; desde 1830 y hasta la fecha la ciudad se llenó de inmigrantes de diferentes orígenes y que con su influencia decisiva contribuyeron al proceso de formación cultural de la ciudad. A continuación se señalan los grupos más importantes y los aspectos que caracterizaron su presencia en la ciudad: Catalanes: Dejaron como herencia su espíritu de comerciantes emprendedores y visionarios. Italianos: Su aporte más significativo se vio reflejado en las innovaciones arquitectónicas de la ciudad. Alemanes: Crearon una escuela de comercio y mostraron su osadía para realizar empresas de grandes dimensiones. Su espíritu de comerciantes fue trascendental para la ciudad. Ingleses: Se establecieron en la ciudad como comerciantes. Franceses: La labor más destacada de la presencia en la ciudad fue en el campo de la educación con el advenimiento de la comunidad de los hermanos de San Juan Bautista de la Salle y los padres de la comunidad de San Juan Eudes (Eudistas). Sirios y Libaneses: Hicieron presencia en la ciudad y se les reconoció por su vocación comercial, la importación de artículos europeos y el establecimiento de las ventas a crédito. Por las rutas del comercio fluyó hacia la ciudad un buen número de Maracuchos, Marideños, y Tachirenses al igual que otro gran grupo representativo de Colombianos del centro del país y del estado soberano de Santander.


53 Como se puede concluir este mestizaje étnico y cultural fue produciendo su efecto y desde luego marcó acontecimientos muy importantes por la influencia que representó para la conformación de las nuevas generaciones. Terremoto de Cúcuta de 1.875

Durante este siglo se presenta como un hecho que cambia la historia el terremoto del 18 de Mayo 1875. La ciudad sufre la peor calamidad y la destrucción borra del paisaje la ciudad prospera que nacía hacia el desarrollo y la estabilidad académica. Sin embargo el espíritu férreo de los cucuteños hace que la nueva urbe se levante de sus despejos como el ave Fénix. Ferrocarril de Cúcuta Ruta Cúcuta – Pamplona Estación Bochalema

Por el viejo camino carretero avanza el progreso y es así como el 28 de octubre de 1880 se inaugura el primer tramo del ferrocarril de Cúcuta que traería una nueva dimensión a la cultura cucuteña.

Según documentos de la época y la tradición oral se asegura que para hacer más entretenidas las rutas del ferrocarril en los vagones de primera clase se ofrecía el espectáculo de grupos musicales y hermosas mujeres que danzaban al compás de aires musicales autóctonos y universales.


54 Tranvía de Cúcuta

Otro privilegio especial del cual gozó la ciudad de Cúcuta fue el establecimiento del servicio de tranvía urbano que fue inaugurado en 1887 y prestó sus servicios hasta noviembre de 1941.

El Sitio de Cúcuta (Guerra de los Mil Días)

El estigma de la guerra fue otro acontecimiento de influencia en la historia citadina ya que se extendió desde 1876 a 1900. Las luchas entre radicales e independientes dejaron huella en nuestro territorio en combates como: La Donjuana, Peralonso, La Vega, Aguasucia y Tasajero. El hecho que marcó a la ciudad durante la guerra de los mil días fue el sitio de Cúcuta acaecido durante el 11 de Junio y el 15 de Julio de 1900 (36 días). Este hecho histórico volvió a destruir en gran parte la ciudad sobre todo en su patrimonio arquitectónico y además las condiciones higiénicas provocaron una epidemia de Tifo que diezmo de alguna manera el número de habitantes de la ciudad. En el contexto fronterizo en 1899 el general Cipriano Castro fraguó la Revolución Restauradora en su hacienda Buenos Aires que inició su marcha hacia Venezuela para derrocar al general Ignacio Andrade. Todos los acontecimientos señalados marcaron variaciones fundamentales en los procesos de construcción cultural debido a que su influencia no solo se reflejó en lo físico, sino también en


55 el comportamiento de los habitantes que de manera brusca debieron varias sus hábitos y costumbres para ir asumiendo nuevos roles que cumplieran con la exigencia del contexto.

6.6.6 LA MODERNIDAD

Teatro Guzmán Berti

El gran inicio del siglo XX se marca con la creación del Departamento Norte de Santander (Ley 25 de 1910) gracias a la iniciativa del General Ramón González Valencia. La ciudad de Cúcuta es erigida como capital del naciente territorio. Otro hecho trascendental es sin duda alguna el descubrimiento de Petróleo en la zona del Catatumbo por parte de Ramón Leandro Peñaranda quien ejercía su oficio de cauchero en aquella inhóspita región Selvática. La explotación del oro negro se inicia por gestión de Virgilio Barco Martínez quien en el año de 1905 firma la concesión Barco. El primer pozo se exploró en 1933. La fiebre de esta nueva riqueza trajo a muchos aventureros que con su aporte fueron creando otros lineamientos culturales en el contexto de la región Nortesantandereana. El auge comercial y el establecimiento de la paz permitieron el progreso y la estabilidad de nuestra tierra nativa. Al interior fueron surgiendo personajes y movimientos artísticos que señalaron la ruta de una nueva cultura que renacía después de las penalidades del siglo anterior. A mediados de siglo la ciudad vive un renacer promisorio en la concepción de urbe llena de arte, con visión hacia la presencia en el ámbito nacional. En los años 60 surge por iniciativa del gobierno departamental, el Instituto de Cultura y Bellas Artes “como una institución pedagógica de formación artística para los nuevos talentos de la cultura regional, talleres de escultura y pintura, de música, de danza, y de teatro son una muestra de ese importante momento de desarrollo cultural. A la par que los anteriores, en la


56 Institución se crearon grupos estables como La Banda Sinfónica del Departamento, la Orquesta de Cuerdas, El grupo de danzas folclóricas y el Grupo de Teatro.

El trabajo de los maestros y alumnos trascendió a los colegios de la ciudad, que a su vez formaron grupos artísticos que dieron a la ciudad un sitio de honor en el movimiento Artístico del País. El movimiento de universidades en la región (Universidad de Pamplona, Universidad Francisco de Paula Santander en Cúcuta) marcaron una nueva perspectiva para la región. Brisas del Pamplonita – Danza Típica Regional

En 1880 se pretendió crear una Escuela de Arte a través del Instituto de Cultura y Bellas Artes del Norte de Santander, la iniciativa comprendía la apertura de programas en Pedagogía Musical, Teatro, Artes Plásticas y Arte Dramático. La nueva propuesta pedagógica solo duró un semestre y fue clausurada debido a oscuros manejos políticos por parte de los grupos políticos que se disputaban el poder regional. En los años 80 la cultura cucuteña sufrió el golpe de Gracia cuando la Asamblea del Departamento decidió cerrar definitivamente las puertas de este importantísimo centro de formación artística. Para suplir de alguna forma el vacío dejado las universidades locales dieron apertura a algunos programas a nivel de licenciatura para la formación de docentes en el área de Educación Artística.


57 6.6.7 ESTADO ACTUAL DE LA CULTURA

En la actualidad los procesos culturales de la ciudad están en serias dificultades dado el poco apoyo que se recibe de las entidades gubernamentales y privadas de la región. Dentro de este contexto se pueden señalar aspectos puntuales como: Escasez de presupuesto – como la cultura es manejada por personas totalmente ajenas al arte, los dineros presupuestados son insuficientes o mal invertidos. Esto nos lleva a la carencia de grupos estables representativos de la región. Desconocimiento de la memoria histórica. No existen organismos especializados que cumplan la función de conservación y recuperación de documentos, monumentos, museos, casas de cultura entre otros. Desapego al patrimonio arquitectónico de la ciudad. Carencia de programas y proyectos culturales en los establecimientos educativos. Falta de apoyo a los artistas y creadores. Carencia de escenarios para la expresión de las diferentes disciplinas artísticas. Falta de sentido de pertenencia ciudadana. La no implementación de programas de formación de cultura ciudadana.


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BIBLIOGRAFÍA Ángel Mogollón, R.E. (1990). Historia de Cúcuta “La Casa del Duende”. Cúcuta: Autor. Ancizar, M. (1970). Peregrinación de Alpha. Tomo II Vol. IX. Bogotá: Biblioteca Banco Popular. Archivos Históricos de: Academia de Historia de Norte de Santander, Notarías de Cúcuta, Casa de la Cultura de Pamplona, Archivo Nacional en Bogotá (Tierras de Santander, Cabildos, Haciendas, Guerra de los mil días). Beals, A. (1971). Antropología Cultural . Buenos Aires: Centro Regional de Ayuda Técnica. Febres Cordero, L. (1918). Del Antiguo Cúcuta. Cúcuta, Colombia: Imprenta del departamento. García Herreros, A. (1970). Pasado y Presente de la ciudad . Bogotá: Antares. Jácome, C. L. (1945). Cúcuta de otros días. Cúcuta, Colombia: Imprenta del Departamento. Marcuse, H. (1978). Cultura y sociedad sur. (6a Ed). Buenos Aires. Ricoeur, P. (1980). Freud una interpretación de la cultura. México: Siglo XXI. Tentori, T. (1991). Antropología Cultural. Barcelona: Herder. Zea, L. (1998). Filosofía de la historia americana. Fondo de cultura, económica.


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