EL PAN EN LA RELIGIÓN Panadería
En todos los pueblos o culturas, las elecciones alimentarias están condicionadas muy a menudo por todo un conjunto de creencias religiosas, prohibiciones de diversos tipos y alcance, así como concepciones dietéticas relativas a lo que es bueno o lo que es malo para el cuerpo, para la salud. Muchas religiones, especialmente monoteístas consideran que el comer es un acto sobre todo carnal y pasional, es el claro ejemplo de la carne en la que para los católicos se prohíbe su consumo en periodo de cuaresma, no ocurre lo mismo con el pan, considerado como elemento del espíritu y nunca rechazado, salvo por algún tabú como es el caso de un pueblo Gambiano: el Wolof-Jula Mandinga en el que el pan es un elemento tabú durante el periodo de gestación, las razones que manifiestan es un crecimiento desproporcionado del feto y parto prolongado y difícil. El pan es también un símbolo de vida. Es el alimento del cuerpo físico, pero una vez bendecido y consagrado en las ceremonias religiosas se convierte en alimento del alma. Desde tiempos inmemoriales se consideraba que al comer algo se comparten y absorben los atributos de la cosa ingerida. El ejemplo más elemental es el del canibalismo en que el hombre devora la carne de su enemigo. Esto no solo representa el triunfo del vencedor sobre el enemigo al que ha dado muerte, sino también la transmisión de los poderes del vencido a través de la carne y su absorción por el organismo. El pan ha sido tan importante en la alimentación humana que se considera como sinónimo de alimento en muchas culturas, no obstante, participa en muchos rituales religiosos y sociales. El pan o mejor dicho los panes, puesto que conviene puntualizar que entre un ácimo y uno fermentado mediante levaduras hay grandes diferencias, sobre todo esotéricas, es el alimento sagrado por excelencia en todas las culturas occidentales. El pan como elemento simbólico de culto está presente en la mayoría de las grandes religiones: En el judaísmo el pan ácimo, sin levadura, pues ésta representa el pecado en la Biblia, está presente en la Pascua judía. Es el matzoh, pan simbólico del maná que era enviado por Dios a su pueblo elegido para que se alimentase durante su travesía por el desierto. La ley Chametz prohíbe consumir panes fermentados en la pascua judía. El challad “masa oferente”, es un pan tradicional judío que se consume el viernes por la noche para la cena del Sabbat. El jalé es otro tipo de pan que se consume en el Sabbat y fiestas judías (excepto en la fiesta del Pesaj). En la religión cristiana el pan es importante por: -Su simbología como vínculo de fraternidad. -Su visión como representación material de la transfiguración alquímica. Según la Real Academia compañero viene de compaña o compañía, y este a su vez del latín “cum panis” que quiere decir “con pan”, y representa a los que comparten el pan.
En el ritual cristiano es una oblea de pan ácimo crujiente denominado hostia. El pan fue el alimento de la Última Cena y en torno a él se celebra el sacramento de la Eucaristía. “Yo soy el pan de vida. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día”. Juan 6, 54. En la oración del Padre Nuestro el pan aparece como alimento. La Iglesia Ortodoxa emplea en su liturgia el pan llamado Prophera, que significa ofrecimiento en griego. En los países musulmanes el pan se consume con la fiesta Id al-Fitr que sigue al Ramadán. Distintos tipos de panes y pasteles cumplen funciones simbólicas en celebraciones religiosas y paganas en todo el mundo, a modo de ejemplo: Suecia: Lussekat con forma de “S” y aromatizado con azafrán, se consume el día de Sta Lucía. Francia: Fougasse, que se sirve como parte de los trece postres que simbolizan a Jesucristo y los apóstoles. Grecia: Christopsomo, pan con la forma de cruz cristiana. Bavaria: Hulzelbrot, pan de Navidad. México: pan de muerto en la celebración del día de los muertos.