Genisiš 4 Fundación de Kharsag Esta web representa un esfuerzo para informar a los lectores anglófonos (*españoles) acerca de los temas e implicaciones más importantes del trabajo de Anton Parks, así como para proporcionar un vistazo de las narraciones de sus libros que todavía aguardan traducción. A veces nosotros aportamos simples traducciones directas; otras veces resúmenes. (Confesamos que desarrollamos éstos a un ritmo algo pausado). También hemos contribuido a los libros con ilustraciones, gráficas, tablas, etc., que se presentan aquí, una vez publicados los libros (por lo menos en francés). Volvemos ahora al relato que fue interrumpido varias páginas atrás, al final de la sección “Ajustes”.
Dukug Sa'am-Enki avanzó a través de vastas extensiones de desierto, dirigiéndose hacia el sur (recuerde que las direcciones posteriormente -- muy posteriormente – se invirtieron) a las montañas que Ninmah denominó Dukug, donde los Nungal habían estado trabajando duramente bajo el mando de Enlil y la supervisión atenta de Mìmínus armados. (Si es necesario, consulte Razas). (Recuerde que Enlil acababa de decidir nombrar a Enki su Director de Proyecto). La vista de sus amados Nungal y su condición lo enfermaron literalmente. Ellos por su parte, estuvieron encantados de verlo. Él descargó rápidamente el Albarzil (taladro mecánico) y lo puso en marcha. Hizo saber a su gente que su suerte había cambiado a partir de ese momento, y para celebrarlo, declaró un día vacaciones... con gran perplejidad y objeción por parte de los Mìmínu, a quienes les aconsejó que se quejaran a Enlil acerca de ello si les afectaba tanto. (Y ellos lo hicieron). Entonces Enki buscó, y encontró, a Zehuti, doblegado por el trabajo y casi al límite de sus fuerzas. Mantuvieron una cálida reunión, y a continuación Enki embarcó a Zehuti y a las hembras en el buque de carga y regresó al Abzu. Allí, Zehuti fue instalado en la cámara de Sé'et, aconsejándole que mantuviera mucho reposo y dándole la responsabilidad de administrar el dominio de Enki. El puesto de Enki estaba en el Dukug con Ninmah y Enlil. Por lo cual regresó inmediatamente en un Gigirlah. Él los encontró esperándole al pie de la Montaña Sagrada, y desde luego, el primer asunto a tratar fue la apresurada concesión de Enki del día libre a sus Nungal. Enlil lo encontró muy arrogante y trató de rebajar a Enki por no haberle consultado antes de tomar de tal medida. Sin embargo, Ninmah lo contuvo fácilmente, con la reflexión de que los Nungal no eran animales y necesitaban su descanso. Evidentemente Ninmah gozaba de ventaja, y de hecho Enlil se ablandó perceptiblemente en su presencia. Subieron a su nave y fueron a buscar el sitio ideal en el cual construir su nueva ciudad. Ninmah quería que estuviera a la orilla de uno de los numerosos arroyos. Finalmente ellos se decidieron por un lugar de esas características.