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Vigilando la calidad del agua en rÌos y balnearios naturales

Vigilando la calidad del agua para uso recreativo de ríos y balnearios naturales

Investigan la calidad del agua de uso recreacional y sus principales fuentes de contaminación

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PERSPECTIVAS. X.L. Las malas prácticas agrícolas y el vertido de aguas servidas a los cauces de los ríos, sin que estas tengan tratamiento previo, reducen drásticamente la calidad del agua y limitan su uso posterior debido al alto contenido de bacterias patógenas como la Escherichia Coli, la cual genera enfermedades gastrointestinales. Asimismo, las lluvias y el uso recreativo del agua pueden contribuir al aumento de bacterias pueden contribuir a la producción de más bacterias en los balnearios naturales. De este antecedente se desprende la investigación dirigida por Carlos Íñiguez Armijos, profesor del departamento de Ciencias Biológicas de la UTPL, con el apoyo de Silvio Aguilar y Daniel Rosado, de la Sección de Ingeniería Ambiental del departamento de Química, y las alumni de la UTPL: Marielena Villareal y Julissa Sánchez.

Su trabajo se enmarca en las acciones del Grupo de Investigación de la UTPL, EcoSs-Lab, que estudia los ecosistemas de Ecuador desde diferentes perspectivas. Su contribución consiste en aportar elementos para determinar cómo algunas actividades humanas afectan la integridad ecológica y la calidad de los ecosistemas acuáticos como ríos y arroyos. La investigación se desarrolló gracias al apoyo de la Mancomunidad Bosque Seco, la cual tiene interés en velar por la calidad del agua del grupo de gobiernos locales que conforman este consorcio. Por su parte, los investigadores de la UTPL se marcaron el objetivo de proveer evidencia científica para apoyar la toma de decisiones de los gobernantes que deben garantizar el acceso al agua de buena calidad para todos sus usos.

La intención de la investigación fue determinar cómo el clima y el número de bañistas pueden afectar la calidad del agua para uso recreativo, y también identificar posibles falencias de la normativa nacional para desarrollar un control adecuado. Los resultados son claros: algunos balnearios naturales están contaminados con bacterias patógenas de origen fecal que provienen de aguas servidas, del uso de estiércol en la agricultura y del ingreso de ganado a los ríos y arroyos. Además, la concentración de esas bacterias en el agua puede incrementarse con el arrastre de las lluvias hacia el cauce. Asimismo, se determinó que muchos bañistas son portadores de bacterias como la Escherichia Coli en sus cuerpos, y que una alta presencia de ellos puede re suspender dichas bacterias que se encuentran naturalmente almacenadas en los sedimentos de los balnearios.

Como explica el profesor Íñiguez, “lamentablemente, en el país no hay un monitoreo continuo de la calidad del agua de uso recreacional y tampoco existen fuentes de información de la calidad del agua de los balnearios naturales. Sin estos aspectos, los usuarios están potencialmente expuestos a agentes patógenos que pueden afectar su salud. También detectamos -dice- que la normativa nacional no considera parámetros de calidad del agua de uso recreacional como la concentración de Escherichia Coli, que es una bacteria muy peligrosa”.

Carlos Íñiguez Armijos

Sección Departamental Ecología y Sistemática cainiguez@utpl.edu.e

Doctor en Ciencias Naturales por la Justus Liebig Universität Giessen, Alemania. Profesor en la UTPL desde el año 2007 en el Departamento de Ciencias Biológicas. Integrante del grupo de investigación EcoSs-Lab. Sus investigaciones se han enfocado en temas de ecología de ecosistemas acuáticos, bioevaluación ambiental, y ecología urbana. Ha sido consultor ambiental en varios proyectos a nivel nacional.

“En Ecuador, la normativa no contempla parámetros clave ( Escherichia Coli y otros microorganismos) para la salud de sus usuarios”

ubicación. Los resultados indican que en Ecuador “la normativa es débil porque el factor más importante para medir la calidad de agua (presencia de Escherichia Coli y otras bacterias o virus) no está contemplado”. Al analizar la ubicación se verifica que “desde aguas arriba hacia aguas abajo la contaminación tiende a aumentar. Las pozas que están aguas arriba son más limpias que las que están aguas abajo. Además, el impacto humano agrega contaminación”, según Íñiguez.

Las precipitaciones influyen porque, “cuando llueve, el agua tiende a correr tanto como la pendiente se lo permite. Todo lo que escurre sobre la superficie va a terminar en el río transportando materiales (sedimentos, materia orgánica) y contaminantes (químicos y orgánicos). Cuando llovía se determinó que con la lluvia aumenta la cantidad de bacterias en el balneario”.

Por eso, una de las recomendaciones que da el equipo del profesor Íñiguez es mejorar las prácticas de uso de suelo en torno a la agricultura y ganadería: “lo que debe hacerse es evitar que el ganado llegue a las quebradas. El agua debe llegar al ganado, no viceversa. Además, debe haber cercas para excluir las actividades humanas cerca de las quebradas. Con eso se garantiza no solo la calidad de uso recreacional, sino de otros usos que las poblaciones localizadas a lo largo de estos cauces le puedan dar más adelante”.

Con respecto a la concurrencia, la investigación evidencia que los bañistas tienen una relación directa con la cantidad de bacterias que se encuentran en el agua. El investigador señala: “Primero, las personas portan bacterias en los cuerpos (genitales, recto, etc.). Se recomienda bañarse antes de entrar en una piscina, pero cuando se va a un balneario natural eso no se considera. A mayor cantidad de bañistas en el agua, la cantidad de E. coli tiende a aumentar por lo que ya se porta en el cuerpo y, la más importante, por la re-suspensión de los sedimentos mientras se juega o se nada en el agua o se nada. Mientras el agua está calmada las bacterias se asientan en los sedimentos del fondo, pero cuando hay movimiento, el sedimento se ‘re-suspende’ y por lo tanto las bacterias se liberan y se vuelven disponibles... aumentando la concentración y el riesgo de contraer una enfermedad”.

“Probablemente, señala Carlos Íñiguez, los usuarios de los balnearios no conocen estos mecanismos de contaminación, ni la calidad de agua de uso recreacional, ni el estado del sitio donde van a bañarse; y tampoco están informados acerca de los agentes patógenos que pueden afectar su salud mientras se recrean”. Por eso se aboga por promover el monitoreo y la evaluación de la calidad del agua de uso recreacional e identificar las cepas de E. coli (y otros microorganismos patógenos) para determinar el origen de esas bacterias, es decir si son de origen animal o humano. También, se debe fortalecer la toma de decisiones con este tipo de información que se proporciona desde la academia, se debe generar conciencia en la gente y potenciar el ecoturismo. CALIDAD DEL AGUA “Para determinar la calidad del agua hay que fijarse en dos aspectos. Primero, cuál es el uso que se le va a dar a esa agua. Por ejemplo, el agua puede no ser buena para beber, pero sí para la industria. Una vez conocido el uso potencial de esa agua, nos queda determinar algunos parámetros fisicoquímicos y bacteriológicos que nos permitirán saber si esa agua es apta o no para el uso que se haya definido.”

AGUA PARA CONSUMO “Lo que se espera para un agua de consumo humano es que prácticamente no contenga contaminantes químicos ni bacteriológicos por encima de los límites permisibles, sobre todo la bacteria Escherichia Coli, que es la que analizamos en este estudio.”

AGUA PARA RECREO “Para el agua de uso recreacional, los parámetros fisicoquímicos y bacteriológicos controlados por la normativa nacional, se establecen en función de estudios previos que indican en qué concentraciones se vuelven nocivas para la salud.”

Escucha el podcast en: culturacientifica.utpl.edu.ec

Arrayán: los frutos como colorante en infusión y como antifúngico en aceite esencial

Al destilar las hojas y flores de esta especie se percibe que su aroma está dado principalmente por el geranial y neral

PERSPECTIVAS. El arrayán (Myrcianthes Fragrans) es una planta aromática tradicionalmente empleada como aromatizante en los Andes de Ecuador, y también se usa como aditivo natural en bebidas mediante infusión. El análisis en laboratorio de su aceite esencial revela que tiene actividad antifúngica contra la levadura Cándida (que afecta al organismo humano) y contra la levadura Saccharomyces Cerevisiae (que, en presencia de azúcar, contamina o fermenta los alimentos). Inicialmente, esta especie fue localizada en la parte sur de Ecuador, en un bosque en estado silvestre del Villonaco donde se le denomina “saco”. “Antes existían muchos de estos árboles, pero, debido a la explotación de su madera ya no quedan muchos. Se ubicó el remanente de los árboles y se colectaron hojas, flores y frutos. En la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) se utilizaron destiladores para obtener el aceite esencial en el laboratorio. El método para obtener el aceite esencial (mezcla de muchos componentes volátiles) es a base de vapor (destilación con arrastre de vapor), una vía bastante natural que no utiliza solventes artificiales”.

El aceite esencial se analizó mediante cromatografía de gases masas para identificar sus componentes. Chabaco Armijos docente del Departamento de Química y Ciencias Exactas, relata que el análisis permitió determinar que “los compuestos que caracterizan el aceite (componentes mayoritarios) son geranial y neral y, por tanto, su aroma está dado principalmente por estos, que tienen un olor similar y característico de la hierbaluisa (entre dulce y cítrico). Citral es la mezcla de los compuestos geranial y neral (la hierbaluisa también es fuente de citral)”.

Según Armijos, también se validaron algunas propiedades que el conocimiento ancestral atribuye a la especie. Tradicionalmente, en el sector Villonaco se dice que el arrayán tiene atributos para tratar enfermedades intestinales, curar irritaciones o inflamaciones de la garganta e infecciones vaginales. Por tanto, se evaluó su actividad biológica para determinar si tiene propiedades antifúngicas. Con el antecedente de que puede ser utilizado contra enfermedades fúngicas, también podría ser utilizado contra levaduras, las cuales fermentan los alimentos.

“Tradicionalmente se dice que tiene propiedades para tratar irritaciones intestinales, inflamaciones de la garganta e infecciones vaginales. Por tanto, se evaluó la actividad biológica para determinar si era antifúngica. También se usa en la colada morada para que se conserve más tiempo.”

Este tipo de aceite esencial inhibe el crecimiento de levaduras y provoca que la bebida dure más tiempo (conservante natural)”, para este fin se usa en la colada morada.

La investigación que impulsa el profesor Armijos “rescata el conocimiento tradicional de la región sur de Ecuador. Muchas especies de plantas son aditivos naturales que se utilizaron antiguamente. Es lamentable que la especie se haya usado mucho para carpintería porque la madera es muy buena. Se corre el riesgo de que desaparezca: no existe otro remanente nativo del árbol en la parte sur de Ecuador más que el Villonaco. En el Jardín Botánico Reinaldo Espinoza hay una población de arrayán aromático. Con esta investigación se pretende recuperar estos conocimientos para que futuros programas de reforestación o plantación de especies nativas vuelvan a utilizar el Myrcianthes Fragrans. Es una especie interesante y que tiene un potencial uso para la salud y la alimentación como bebida natural”.

Armijos refiere como “en un principio las comunidades que estaban asentadas en las regiones de los Andes desde tiempos prehispánicos, aprendieron a usar las flores que estaba en sus regiones. La historia de la colada morada es muy antigua. Su uso viene de una tradición de relacionar la vida y la muerte, la muerte y el renacimiento. En tiempos prehispánicos, entre octubre y noviembre (luego de la llegada de los españoles sería fijado como día de los muertos en noviembre) era el inicio de las lluvias y las cosechas. Se sacaba a los muertos (momias, pues se los momificaban) para que reciban los primeros rayos de luz y las primeras gotas de lluvia. Esto coincidía con el inicio de la siembra de maíz”. “estos meses indicaban un nuevo ciclo de vida que iniciaba (uno que terminaría al siguiente año con la muerte: el término de la cosecha). Luego iniciaba un nuevo ciclo. Entonces se relacionaba también con la vida de los seres queridos que habían muerto. Iban a las tumbas, llevaban frutas, aromas andinos, para celebrar estos días junto a sus muertos. En estos rituales tomaban una bebida sagrada: sangre de una llama, que era el animal sagrado en la parte andina. Se tomaba esta bebida y se hacia el ritual de festejar la muerte y la vida de los difuntos”.

El relato del profesor Armijos sostiene que “después de la llegada de los españoles, éstos consideran a esta una fiesta profana porque los indígenas sacaban las momias. Además, la creían antihigiénica porque se bebía la sangre de llama en el ritual. Prohíben esta fiesta y la tradición empieza a cambiar. Mediante una especie de sincretismo, los ingredientes del ritual se relacionaron, y los indígenas crean la bebida de la colada morada. Todo lo que usaban como elementos del ritual para la fiesta, lo llevan a la bebida: las frutas (que llevaban a los muertos), los aromas (las especias aromáticas), y el color del maíz morado (que durante la cocción daba el color rojo de la sangre)”.

“De ahí en adelante -explica- se comienzan a incorporar más plantas a la colada morada: sangorache o ataco, mortiño, etc.

“Según la cosmovisión de estos indígenas”, prosigue explicando, Estos colorantes rojos daban el aspecto de lo que era la bebida sagrada antes. Es un sincretismo culinario: mantenían su tradición, su cosmovisión, aparentando ante los españoles que habían dejado el ritual, pero lo hacían simbólicamente en otra bebida. Se empiezan a incorporar las frutas que había en cada región de la parte Andina. Como hay varias especies de arrayán, en el sur del Ecuador se usa la especie Myrcianthes fragans. En la parte norte de los Andes también se usa arrayán, pero este pertenece a otra especie (con una genética similar). Pero el aroma característico del arrayán del norte y del sur es distinto, por la distinta composición aromática”.

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