Opinión Editorial Los mercados campesinos y el costo de vida

Iniciamos el 2023 con la esperanza que será mejor que el 2022 y mucho mejor que el 2021 en medio del entusiasmo de un gobierno alternativo en Colombia que logró impulsar cambios en el aumento del salario mínimo a favor de miles de trabajadores pero a la vez con incertidumbre frente al costo del dinero en Colombia, o dicho de otra manera, la devaluación de nuestra moneda, que se da aceleradamente, ya que está en un porcentaje muy alto, lo que significa menos poder adquisitivo de cada ciudadano colombiano.

Esto nos lleva a replantear nuestras estrategias para adquirir productos de aseo personal, como aseo y limpieza del hogar; el pago de servicios públicos que ya han sobrepasado el porcentaje del aumento del salario mínimo, útiles escolares, entre otros. Pero uno fundamental para toda persona es el de la canasta familiar, o sea los alimentos necesarios para obtener una alimentación digna para todo ser social, que está sobrepasando los límites del poder adquisitivo de productos como los cárnicos, una libra de carne de res a costo de 18 y 20 mil pesos.

Es hora de entender que es de vital necesidad generar una relación permanente y real entre los campesinos y los ciudadanos. Al campesino lo explotan los intermediarios en sus propias tierras, por ejemplo, pagándoles la libra de plátano a 1.500 cuando en Neiva ese precio o costo se encuentra en 3.800 y 4.500 la misma libra. De allí es importante apoyar los mercados campesinos, el de verdaderos campesinos, quienes cultivan el producto y ellos mismos los venden. Así se les mejora el ingreso al campesino y a su vez el egreso del dinero al comprador porque encontrará un precio justo que le permite llevar más del mismo producto o de otros.

También es importante apoyar a emprendedores que están transformando productos agrícolas de cosechas que le aportan los campesinos, obteniendo resultados de excelente calidad, presentación y algo muy importante el costo bastante