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Esbozo de las teor铆as occidentales sobre el cuerpo humano Autor Bauhin, Caspar Fecha de creaci贸n Alrededor de 1575 d. C.-1630 d. C
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13 GOTAS DE SANGRE Ha sido un honor vivir con y para con amor hac铆a mis seres queridos y respetar a mis enemigos. Fernando de Monreal Clavijo
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Cae la noche. Es una noche aparentemente tranquila, pero sólo en apariencia. El cielo de La Laguna está despejado, puedo recordar como las sombras se entrecruzan con migo y las estrellas de la noche, desde la azotea de mi casa en el barrio de la Candelaria. Las horas parecen no pasar, es una noche que se ha congelado en mi memoria. Pero es una evocación la que intento atisbar en mi memoria, en los archivos de mi cerebro, la que intento extraer a la vida. Contarla y decir a mis mejores amigos. Y a Pili. Mi compañera en la lucha del gran proyecto de vida y familia. Porque la familia, es el tesoro más importante que puede tener una nación. Intento decir, intento recordar que la muerte es un suspiro en la vida y una eternidad en la muerte. Creemos saber que cuando nos sucede algo, en el pasado, por más que deseemos cambiarlo, no podemos regresar al preciso instante en que nos sucedió. Pero eso es sólo una creencia, y todas las creencias no son verdad.
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Es de día, una mañana de cualquier día. Cada mañana realizo la misma rutina. Y en ella, siempre estaba presente el café y la prensa. Hace meses que me desprendí de aquel camino que me apasionaba y aún hoy me sigue apasionando y exaltando. Este era el sendero de la política. Hice y construí cosas muy buenas para el pueblo, y por ello no me arrepentiré nunca. Hoy, sin darme cuenta, me he despertado enfermo y cerca de la hipotermia, con 38,9 grados de fiebre. Me he metido corriendo en la ducha. Y el primer pensamiento de la mañana ha ido a parar a la gripe. Estoy sólo en casa, Pili ha ido a casa de su madre. La vida. La vida hay que vivirla con honor y libertad, con dignidad y amor. La fiebre no cesa, estamos cerca del equinoccio de verano. Me acuerdo porque llega a mi memoria la imagen complaciente deslizándome y entrando en el agua de la piscina que instalamos 4
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durante los meses de verano en nuestro patio. Zambulléndome continuamente en un intento de sofocar el ataque febril y el asalto de la hipotermia. Intento calmar la música, esa música que estoy bailando sin darme cuenta, que llega de un grupo desconocido, aún para mí- , y que pide mi vida. Parece haberse incendiado una zarza que han colocado sobre mi cabeza, y una hiedra que trepa y cose mi cuerpo. ¡Alfileres y puñales sobre mi costado izquierdo y derecho! Tenazas gigantes que atrapan mi alma. Duermo, es de noche. Duermo sobre la parrilla de San Lorenzo. Ha nacido un nuevo día. Despierto, estoy en casa, Pili también. No le he dicho nada. La conciencia de la vida, es el trabajo del alma que trata al camino con el amor del espíritu y el respeto del buen soldado. Recordar veinte mil años de existencia, es respirar la exhalación del último suspiro de la muerte que sólo, tan solo dura un segundo en el tiempo infinito.
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Tengo sed, las gotas de sudor parecen perforar mí frente al secarse en contacto con el aire. Aún, no he comentado nada con Pili. Me esfuerzo por parecer fuerte, pero ella ha notado mi cambio de humor. Me siento vulnerable, y esto me enfurece. La muerte me ha capturado, me ha tomado entre sus brazos y amamantado con una incesante exhalación de fuego. .- he sido envenenado. .- Y no se por quien. Intento revisar paso a paso mi vida, mi rutina. Las piezas no encajan. Pizzas para comer que comimos los dos, el café de la mañana junto a la lectura de la prensa. Una rutina, -esta- difícil de olvidar. Y no puedo hacer responsable a nadie, más que a mí mismo. Y razones, mi trabajo en la prensa de Canarias, ¿en la Gaceta? Sectas; Sectarismo; Política; Terrorismo. Las piezas no encajan…. He tomado un vaso y llenado con agua. Me siento cansado, agotado y mi pérdida de peso es un grave presagio. De ochenta y 6
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cinco kilos me he quedado en unas pocas semanas en cuarenta kilos. Al tomar el agua cristalina y fresca con el que llené el recipiente de cristal, las piezas dentales y naturales de mi boca, se quebraron todas, su marfil se diluyó en el agua convirtiendo el agua en leche marfil. Las altas temperaturas templadas con el hielo que extraía de nuestra nevera, -que lo fabrica en depósito de congeladorpudieron con la resistencia dental de mi boca. Soy una piedra, una piedra que lucha contra un volcán, una piedra que no se funde, que golpea una y otra vez la incesante llamarada que intenta devorar mi vida. Mi nombre es Fernando Arturo de Monreal Clavijo. Y estoy luchando en los infiernos contra ADES. He vivido amando a mis amigos, y respetando a mis enemigos. Si muero, algún día, no moriré siendo infeliz, porque algo de ese amor y respeto quedará entre las estrellas de la existencia. El odio es la infelicidad de los corazones infelices, y la
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libertad es el sentido que nos da la vida para luchar por la propia vida. Una luz fulgurante parece envolverme como una esfera. Atraparme como una red a los peces en un pequeño estanque llamado océano. Una luz que parece salir de dentro de mí y doblegarme, una esfera que se escapa del interior de las ventanas de mis ojos. Una forma inimaginada e inexplicable. Tres veces en mi historia ha visitado mi espacio. Debo salir y caminar, tengo que pensar. Estoy paseando por la avenida de la trinidad, en San Cristóbal de La Laguna, bajo las históricas y vastas balaustradas. Signo de grandes gestas y revoluciones estudiantiles en Canarias. Le he dicho a Pili que voy a buscar flores a La Laguna. En mi paseo me he encontrado a mi buena prima Vanesa, la que ha insistido en tomarse un refresco con migo. ¿Qué decirle? Me encuentro desorientado y dubitativo, pero esto no me impide
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escaparme y liberarla de la carga que llevo con migo. Pobre Vanesa. Me dirijo hacía la Concepción de La Laguna. Y en el camino me detengo, antes de abandonar las balaustradas, en una cabina telefónica, y he marcado el teléfono de un amigo de quien me quiero despedir, si no logro vencer a la dama obscura. En el momento de la transformación, de la transición. La presencia que siempre percibimos, es nuestra guía hacía el suspiro de la eternidad. Los ángeles que guardan nuestra herencia espiritual, la semilla del bien, y los seres que hemos querido y amado, estarán cerca, siempre, a nuestro lado. Federico ha cogido el teléfono. Hemos hablado brevemente, de varias cosas, entre ellas, la política. Y…. .- Federico, me estoy muriendo. El silencio, siempre el silencio es la respuesta de lo inesperado. Y así debe ser, porque lo inesperado solicita de meditación.
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Aunque la energía espiritual no puede ser usada ni manipulada por el hombre, existe el hombre para la energía y la energía para servir a Dios, independientemente de que el hombre traicione o no a su hacedor, la energía pertenece a su Creador y esta es Dios en energía, que no se traiciona así mismo. Sino que se transmuta y crea constantemente. He crecido con el sufrimiento y este me ha hecho más fuerte, y aunque sigo siendo humano no he dudado de la grandeza del Creador, y aunque sigo luchando por la libertad y llorando a causa de la iniquidad de mis enemigos. Hoy puedo decir que conocí a la muerte, y ella amamantó mi alma devolviéndome a la vida. Fernando de Monreal Clavijo H2OX7 En España a 31 de Agosto del 2015
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A seis personas a quien agradezco haber conocido y debía este episodio. Syra María Clavijo Redondo (mi madre) María del Pilar García Hernández (madre de mi hija Sol) Sol de Monreal García (mi hija) Federico Hernández Medina (adjunto del Diputado del Común) Guillermo Guigou Suárez (Médico y Político) Miguel Tomé Pueyo (Militar Comandante y Psicólogo)
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