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PORTAFUENTES ©2008 Karlo Liscano Depósito Legal Nº lfi0512013800542 ISBN 978-980-12-6489-7 Diseño de portada: Karlo Liscano S

2ª Edición ©2015 Barquisimeto, Venezuela



Dedicatoria

Definitivamente a toda mi familia. Por saber marcar la diferencia.

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INDICE Dedicatoria ....................................................................... 5 INDICE ................................................................................... 6 PROLOGO .............................................................................. 9 CUENTOS ............................................................................. 11 Guiado ............................................................................ 12 Con los pies en la arena .................................................. 14 Bushi y Ronin .................................................................. 19 La casa de playa de los hermanos Daimon .................... 22 Inanna y el acoso de Marilina ........................................ 25 Lakshmi .......................................................................... 27 Cavilación ....................................................................... 29 El bronco......................................................................... 32 Infanta ............................................................................ 34 En cuatro letras .............................................................. 37 La nariz del muerto ........................................................ 39 Bastet ............................................................................. 42 Placebo ........................................................................... 45 Ramas y Frutos ............................................................... 48 Propósitos....................................................................... 54 Ente ................................................................................ 56 Olivares .......................................................................... 59 La última página ............................................................ 65 Vínculos .......................................................................... 67 VERSOS................................................................................ 77 Equívoco ......................................................................... 78 Régimen ......................................................................... 79 Sin duda.......................................................................... 80 Cómplices ....................................................................... 81 Insisto ............................................................................. 82 Tuyo ................................................................................ 83 Existe .............................................................................. 84 Exclusivo ......................................................................... 85


Objetivos ........................................................................ 86 Ocupado ......................................................................... 87 A la mujer ....................................................................... 88 Rimar .............................................................................. 89 Sólo así ........................................................................... 90 Paciente ......................................................................... 91 Aleación.......................................................................... 92 Pertenencia .................................................................... 93 Blasfemia ....................................................................... 94 Tareas ............................................................................ 95 Reservo ........................................................................... 97 Evaluación ...................................................................... 98 Cantos al Sol ................................................................... 99 Bautizar un beso .......................................................... 100 Indisolubles .................................................................. 101 Bombeadas .................................................................. 102 Entre paréntesis ........................................................... 103 Gastados ...................................................................... 104 Tan poco....................................................................... 105

7 Karlo Liscano

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PROLOGO Abstracción; por cada experiencia que resulta ser un cuento. Frenesí; cuando a mí mente llega la idea soplada, tal vez por algún ángel. Asombro, por el resultado. Gracia; por cada una de aquellas personas que creen ser la base histórica de algún cuento. Indolencia; por cada discusión sobre el protagonismo de algún cuento. Satisfacción; por cada lector desconocido que se encuentra así mismo en algún cuento. Nos divierte infinitamente cada una de las amplificaciones con las que adornamos los cuentos. Lo que nos molesta, irrita o entristece, de seguro es cuento que nos alegra, enorgullece o hace reír después. Nos avergüenza no poder controlar reímos del cuento bochornoso o trágico de otra persona. Cada cuento corrige la errada impresión de que las experiencias son irrepetibles, hasta que la leemos de nuevo.



CUENTOS


Guiado

Siento tu aliento debajo de mi oreja, tibio, pausado. Luego resoplas levemente. Siento el peso de tu cuerpo subirse sobre el mío, dejando libres solo mis brazos. Recorro cada centímetro de tu torso. Mis dedos deconstruyen tu figura y la reconstruyo en mi mente. Te huelo muy cerca. Siento el calor de tu cuerpo incrementando el mío. Susurras mi nombre y tus labios rozan los míos mientras los pronuncias y tu cabello cae sobre mi frente, sobre mi cabeza. Violentamente cae una gota de tu sudor sobre mi ojo. Nunca había experimentador un ardor tan agradable. Arqueas tu cuerpo hacia atrás y yo aprovecho de sentarme. Mis brazos te aprisionan por la cintura, froto mi rostro sobre tus pechos y busco atrapar tu cara con mis manos, pero antes de que la alcancen, me tumbas nuevamente sobre mi espalda. De nuevo te acercas hasta que huelo tu respiración, tu rímel, tu labial, tu sudor; me torturas de placer mordiendo mis labios suavemente. 12 Karlo Liscano

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Te deleitas a besar mi cuerpo, respirarlo. No me contengo, voy a estallar de excitación. A la fuerza me siento para sujetarte y no estás ya sobre mí. Estiro mis brazos y no alcanzo tocar nada. Inhalo y no hay olores más que los míos. Te busco en las ondas del aire y llegan a mí los sonidos de la calle. El zumbido de ese la luz dañada de la esquina. Árboles coreografiados por el viento. Sobo mi cama y sigo solo. Te soñé. Te sentí. Sabes mi nombre, lo dijiste en medio de un beso. Sé cómo hueles, cuánto pesas, cómo late tu corazón. ¿Desde dónde me soñaste, desde cuándo me sueñas? ¿Me reconocerías si me ves? Toco mis ojos y tu sudor no está. Aún me tienes excitado. No sé tu nombre. No sé cómo luces. Solo sé que jamás te veré. Solo tú podrás encontrarme porque me conoces tan bien como yo reconozco el bastón que guía mi caminar en mi eterna penumbra. 13 Karlo Liscano

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Con los pies en la arena

Es una hermosa y fresca noche en un pequeño café a cielo abierto a orillas del mar. Entre las pocas personas, se encuentran sentados un hombre y una mujer. - ¿Sabes?- Pregunta ella. -Ayer fui a la playa, me lleve una botella de vino rosado muy frio. Y mi copa, unas fresas, muy rico. - A veces saben mejor cuando lo bebemos solos y activamos los buenos recuerdos o la imaginación. - Sí, es cierto - Me reconforta saber que pudieses estar haciendo cualquier otra cosa más importante que el que estés aquí conmigo. La confidencia y la sinceridad entre prácticamente dos desconocidos son más valiosas que la sinceridad reprimida de muchos oras personas. - Tienes razón, yo opino lo mismo. Tú igual podrías estar haciendo mil cosas más y estás aquí. Y si, el tiempo que una persona de a compartir con otra es invaluable. - Entonces, déjame decirte que todo lo que ha salido de mi mente no es producto del vino.

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- Ah. ¿No? Entonces, explícate- Dice ella entre una pícara sonrisa. - Es decir, lo digo bien sobrio. Es pura sinceridad. Eres la mejor cita que he tenido, y la más hermosa también. Y repito, no estoy borracho. Ella ríe. - Ok. Gracias a ti que igual me tomaste en cuenta para conversar. Y ha sido un placer, en verdad que si. ¿Cuántas copas llevas? - Casi nada, una copa. Pero, no me dejes tomando solo. Si te animas, tómate algo, acompáñame. Ella ríe de nuevo. - Ok. Sabes, cuando tengo ganas de tomar vino, me tomo unas dos copas grandes. Ríe apenada. -Muy relajada. Pero no es muy seguido. Deja me sirvo un poco y te acompaño. - Yo por lo general no tomo mucho vino. -Salud. -Salud- Le responde él. - Gracias. Estos minutos contigo han sido de maravilla. - Luces un bronceado estupendo, rico por demás decirte. - Te confieso que me pase de bronceado. Se me olvidó ponerme bronceador en la espalda. Así que te podrás imaginar. Muy bronceada. Y la espalda peor que un camarón cocido- Ella ríe. 15 Karlo Liscano

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- Es un dolor aceptable. - Me encantan tus ojos. Son enormes como hermosos.- Ella ríe. -El que me creas encantador no me hace totalmente confiable. - No. Para nada. ¿Cómo crees? - Seguro que sí. - Terminé mi copa-. Ella le enseña la copa vacía. - No te apures. Lo que va a pasar, pasa. No hay que forzar los momentos buenos. Fíjate, olvidé el resto del mundo. Me has capturado solo para ti con una sola copa de vino. - Soy muy curiosa. - No agotemos los temas en una sola noche. - Es un defecto en mí.- Ella ríe. - Una virtud, y que también tengo. La curiosidad me hace lo que soy y me ha hecho conocerte. - Sabes, no sé decirte una sola cosa. Las mujeres somos curiosas por naturaleza. Cualquier cosa que me cause inquietud. Está ahí. - No todas hacen de su curiosidad parte de su encanto. - Eres bueno hablando. Eres bueno, muy bueno. - Gracias. No muchos lo creen así. ¿Y por qué tú si piensas que lo soy?

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- Por tu forma de expresarte. Sabes, suelo ser ingenua. Y despistada. Estas palabras me describen más. - Contigo, tengo que pensar bien, exacto, justo, sino, te levantarías, recogieras tu cartera, tu copa y te despedirías. - ¿Tienes alguna imagen sobre sentir sin la necesidad de ver? Algo así como el viento, un ser supremo. Los rayos del sol. - Lucho a diario por crearla. Que bellas pregunta. Acabas de describir en palabras las imágenes. No es fácil. Pero es más difícil hacerlo al revés. No creo que pueda vivir nada más puro, hermoso y sincero que lo vivido en esta conversación contigo. - ¿Y lo podrías lograr en una imagen? - Si, ¿quieres saber cuál tengo desde hace rato en mi mente? - ¿Cuál? - Tus ojos, grandes, brillantes, bien delineados en negro. - Es hermoso. Gracias. - No tienes idea cuán hermosos son. - Una imagen permite conservar eternamente una mirada, un gesto. Un momento que pudo ser solo un segundo. - La verdad no tenía idea. Gracias por darles ese valor. 17 Karlo Liscano

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- Así es. Es verdad Tienes un hermoso espíritu. Nadie lo puede capturar. Es libre como él solo. - Sabes, me gusta la fotografía. Pero no soy tan atrevida. - No quiero más vino. No quiero tomar otra cosa, porque puede dañar esta rica sensación que tengo justo ahora. - Como la sensación que tengo yo. Ella levanta su mirada, sonríe. Una figura la saluda desde la distancia, ella se levanta de su mesa y se pierde en la bruma y entre el sonido del reventar de las olas perdiéndose en la oscuridad. Él, viendo desvanecer su vestido claro en la distancia piensa una vez más. -Sí. Si te hubiese hablado, de seguro eso hubiésemos conversado. No me equivoqué con tu sonrisa al menos. Estuvieras sentada aquí en mi mesa y yo no habría imaginado todo esto-.

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Bushi y Ronin

Apenas se recuperaban nuestros cuerpos y nuestras mentes de la dura batalla que habíamos enfrentado. Mi Adalid como es costumbre, demostró una maestría y excelencia en ejecución, que ni aun siendo yo más joven podré jamás superar mientras se encuentre respirando. Me provocó heridas tan necesarias, que solo así hubiese podido descubrir que eran flancos débiles en mi armadura. Mi orgullo le ofendió como estocada por la espalda. Nos recuperábamos del agotamiento físico y mental, pero mis obligaciones debían atenderse. Tener todo tipo de amos y maestros, me prepararon suficientemente para lo que vivo ahora. Subir a la cima de la montaña me permitió ver que tan bajo está mi morada y mantenerla conformemente. No fue fácil entender, que el poder subir hasta allá no significa que es donde quiero estar. Abrí el baúl y escogí vestiduras acordes a la ocasión. Las muestro a su dueña, apoyando sutilmente las telas sobre mi antebrazo, como si se tratase de una dama que se deja caer confiada en el resguardo de un beso. -¡Qué maestro del color!, ¡Tú ves!, no solo me prestas un servicio. Estás aquí junto a mí y no sabes 19 Karlo Liscano

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por qué. Buscas el motivo que aún no conoces. Tienes una capacidad, que ni tu padre pudiese tener jamás. Pues superarás a tu padre en libertad. Eres bueno en lo que haces, y para eso no hay escuela. Innovar con excelencia, bajo la libertad. Seré tu maestra. Frente a lo que crearás, estando sudoroso, con tus manos manchadas, dudarás que sea tu obra. Verterás colores, obtendrás colores. Tus obras serán un bronce, hermoso y fuerte. Pero dócil y flexible para ti. No necesitarás crear en grande. Bastarán siempre muchas obras buenas pequeñas. Seré tu madre y te haré llorar por tu orgullo. Esa máscara que tú mismo fabricaste para encararme, será el principio de tu obra maestra. Tienes que convertirla en un espejo de ti mismo. No debes pensar que fue moldeada para ser vista por otros. Está hecha para ser vista por ti. Hay cosas que siempre deseas voltear a ver más de una vez. Y esa máscara, la quiero ver de nuevo. Y te confieso que he visto, cosas bellas de apariencia que no quiero volver a ver. Haz pasado por tanto, atraviesas conflictos que solo nacen en tu interior. No perderás lo que es ya tuyo, como el amor de tu hija. Si ganas una sola moneda, distribúyela sabiamente. Envíale recuerdos y regalos. Siempre los sabrá apreciar. Empezaste a ser libre desde el momento que rompiste tus cadenas morales, desde que llegaste aquí sólo, a ayudarme, sin ser llamado, pero sabiendo que era necesaria la mano útil. Buscas tu libertad, aquí has empezado a forjarla, pero no desfallezcas, no perderás nada. - La amo maestra. 20 Karlo Liscano

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-Tenemos que pelear para saber si nos amamos. Fortaleceré a ese guerrero que hay dentro de ti. Eres un guerrero y de los mejores que he visto. No puedes permitirte desfallecer y derramar lágrimas frente a tus enemigos. Aunque estés débil, debes mostrarte fuerte y poderoso. Y solo con esa actitud los ahuyentarás. Ayudé a ajustar sus vestidos, la monté en su silla y empezamos el recorrido del día. Por un momento sentí que era yo quien iba sobre aquella silla. Su perspectiva fue la mía. Y a pesar de que no estábamos viendo el horizonte desde el mismo plano, veía lo que ella veía. Entonces supe que era ella quien me lo permitía. Sabía que yo tenía esa facultad, por eso dejó que sus ojos fueran mis ojos. En un fugaz paseo, como subir contando del cinco al seis, sentí por adelantado una prueba de mí destino; de pasar de ser un servidor reparador, a un servidor de sí mismo.

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La casa de playa de los hermanos Daimon

Camino por la playa y no recuerdo cómo llegué aquí. Jamás vi una playa como esta, extensa, abierta y nublada. Las aguas oscuras fluyen pero no tienen oleajes. Casi no emiten sonido. Noté su presencia casi imperceptible porque me mojó los pies. -Es donde vivo, allá está mi casa. -¿Qué es todo esto?, ¿Desde cuándo caminas a mi lado? -Desde siempre. Cada vez que quieras recordar. Hoy despierto estás y estás recordando esto. -¿Estoy dormido acaso? -Entre dormido, justo acabas de despertar. Y mi hermano Éter juega contigo. Luchas contra él para levantarte. -¿Tu hermano Éter? ¿Y tú quién eres? -Morfeo. Ese Tejedor de alas negras que llevas posado en tu hombro es mi hermano Iquelo. Y todo lo que ves componiendo el paisaje es otro hermano, Fantaso. -¿Por qué se muestran ante mí? 22 Karlo Liscano

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-Porque no quieres irte de aquí. Quieres seguir siendo nuestro huésped. Te resistes a Hefestos, quien te llama a tus obligaciones. -Todo es difuso, no enfoco claramente mi vista. Veo dos puertas en el frente de tu casa. -Por una salen nuestros llamados. Y a través de la otra entran a nuestro dominio quienes responden y sucumben. -Se siente bien tu compañía. Llévame a tu casa. -Acabas de salir de allí. Ven te permitiré espiar. Me deleito revelando todo lo que nunca quieren ver. Es la causa por la que me repudia mi padre. Les hago saber más de la cuenta. Observa estos dos cuernos, uno es de res, y te permitirá apreciar tus momentos vividos, pesares o alegrías, cosas que viviste y las que no notaste. El otro cuerno es de marfil, te permitirá predecir, visionar, crear y fantasear. También te mostrará el horror. Pesadillas. -¿Es cierto lo que acabo de ver? -¿Eres tú real? -Luces como una mujer ahora, ¿Qué significa? -Utilizo las formas que guardas en tu memoria por tu bien. No es sana mi real apariencia. Esa es otra labor desagradable que en ocasiones tengo que hacer para mi tío Hades. Como cada noche, dejo que vengan, les muestro mi forma real, se aterrorizan, se alejan de mí atravesando el Aqueronte abordo de la barca de Caronte. 23 Karlo Liscano

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-¿Cuál es el motivo de todo esto? ¿Voy a morir? ¿Me mostrarás tu forma real? -No ahora, no conmigo. -Entonces, ¿Por qué todo esto? -Esa es mi pregunta para ti. Fuiste tú quien no ha salido de nuestros dominios, no te he llamado, tú me llamaste. Ahora mis hermanos y yo debemos entrar a casa. Revolotean los Asvines anunciando la llegada de Ushas. -¡Dime! ¡Concédeme mis respuestas! -No necesitas respuestas sino Decisión. ¿Vives cuando sueñas dormido?, ¿Vives realmente cuando estás despierto? -¡No, no cierren las puertas! -¡Abre tu ser, no tus ojos!

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Inanna y el acoso de Marilina

-¡Oh mi querido Dyehuty!, invoco tu presencia a causa de tu intolerable ausencia. No he sabido nada de tus palabras. No he recibido tus mensajes. Me hace falta destilar romanticismo de tus palabras sabias. Necesito de tu única ternura. Amor mío, ¿Qué hacéis? Me hace falta tu presencia. ¡Como quisiera ser un genio para aparecer a tu lado! Todos a mí alrededor son infantes que lloran y se muerden entre sí. Tenía momentos con sentimientos de tristeza, desesperación y rabia, y me disgustaba el no saber por qué. Hoy he descubierto que es porque no he escuchado tu voz. Pensé que me volvía loca. No contuve las ganas de decírtelo. Hoy estoy sensible. Intento leer el código que me recomendaste, pero no me concentro. Lo he dejado para la noche, cuando duerman todos los infantes y encuentre paz. Como has de saber ya, he recibido un llamado de la Aurora marina Marilina, la hermana del germano libre. Me preguntó sobre mis sentimientos y si pensaba volver al lado él. Hay Arpías que le han cantado al germano libre sobre un nuevo amor que habita en mi corazón, que ha impedido regresar a él. -No respondas nada más Inanna. Con el silencio mantienes tu posición. Tus respuestas a esos llamados y mensajes, manifiestan para ellos tu 25 Karlo Liscano

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presencia en el dolor con el que experimentarán contigo. -Amor divino mío, yo le respondí que no existe más amor en mi corazón para él. Que nuestro futuro es bueno estando separados. No hay retorno. Estoy en paz y feliz. ¡Dime amado mío, si este malestar que me agobió surgió a causa de las Arpías del Aura marina Marilina! Siento la necesidad de confesarles la verdad acerca de mi amor por ti. ¡Siento su insistencia en conocer mis sentimientos! -¡Inanna!, ¡tú no tienes por qué decirle a ninguno de ellos nada! Nuestra unión no es una excusa para justificar tu desamor hacia él. Por eso te digo, ¡No digas nada más! -Tienes razón Dyehuty, no les diré nada más. -¡Eres nueva, Eres mejor, Estás mejor, Eres bella, Estás más bella, Eres única, Eres hermosa, eres mía! -¡Oh amor mío, siento que tu calor me embriaga! Siento agujas en mi cuerpo, de cuando me abrazas y me besas. -¡Inanna, que ese amor que sientes por mí, te eleve desde las profundidades mortales hasta tu pureza¡ -¡Siempre! -¡Espero por tu conformidad en mí!

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Lakshmi

Lakshmi, esposa de Narayan. Nombre de origen hindú. Su amor es incondicional. Tiene personalidad de líder, es la número uno en lo que emprende y al asumir sus responsabilidades. Es muy exigente consigo misma. Es muy impulsiva en sus reacciones emocionales. Rebelde frente a toda disciplina impuesta arbitrariamente. Su coraje y valentía le hacen correr riesgos. La búsqueda de su trascendencia personal le hace buscar relaciones intimistas en las que proyectar su fuerte emotividad. El ser tan idealista le facilita conseguir inspiraciones y concepciones elevadas. Lakshmi es enfermera. Inconforme actualmente. Mantiene máscaras en su profesión. Mantiene corazas ante sus colegas. Sin corresponder viene a la 135 aparentemente para dar cuidados, cuando en realidad es para recibirlos. Confiesa su Malquerencia, recibe amor y consejo a cambio. Pero frente al claro espejo de la verdad repudia su reflejo. Solo con y en la 135 se libera, se despoja de sus amargas y blancas vestiduras para mostrar su dramática realidad. Quita su máscara para mostrar el purgatorio en sus ojos. Cada vez suspira "no soportar", no soporta el peso de su falsedad y su falsa apariencia. Acepta la fusta entre sus dos caballeros, a los que no ama, solo para escapar. 27 Karlo Liscano

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Lakshmi es parte de las enfermeras que cuidan a Juana de la Costa, mi Adalid. Solo soy un testigo, un oyente de sus lamentos. Después de atravesar la selva y obtener abundantes frutos de una buena cacería encomendada, compartí con ella más que la migas. Y su apetencia encontró insípido tal banquete. Para Lakshmi, dejo calentar el café con bastante canela. Le invito un poco. Y a la Dadora de luz también le invito un poco. Lakshmi, tomando su café me acusa de terrible, otro testigo reconoce que el ingrediente picante da un toque exótico. Ahora para ella, todos los caballeros son iguales. Y una vez más, abandona el recinto 135, incapaz de soportar sus propios ingredientes. Intolerante de todo lo que recibe. Pobre Lakshmi, mientras no se tolere a sí misma, todo es ingratificante, todo es infelicidad, todo es pesar.

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Cavilación

-¿Qué ves? -No veo. Siento. Como un yelmo sobre tu cabeza. Muy Pesado y obtuso. -No entiendo algo en mí. -Son perturbaciones. Acercamientos de almas y espíritus que molestan. No les permitas que se adueñen de tus sentimientos. Por favor ora, pide a Dios protección. -Mujer, también hay entidades y espíritus buenos, que te envían señales. Como los ancestros y antepasados. -Aún te pido que ores. Porque igualmente perturban. -No tengo deseos de permanecer más aquí. Tengo miles de ideas para hacer y poner a trabajar y el inicio no es aquí. Empecé esta nueva labor, por los beneficios ofrecidos. Pero ya no es para mí. Lo que tenía que aprender y escuchar, ya lo recibí. -Pídele a Dios entonces Dirección también. Sabes que estoy siempre aquí y que cuentas conmigo para lo que sea. -Oro mucho en mis reflexiones. A través de ellas acepto los designios de Dios, sus señales y las del 29 Karlo Liscano

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universo. Comprendí que todo el potencial que ofrecía para invertir, todas las cualidades que vendía a los demás, ahora están a la orden para mí. Clamando para que expanda más mí libertad. Que muchos más se beneficiarán de ello. Ya se dio el intercambio y la comunión necesaria. Tanto como mi maestro y yo salimos cada uno de nuestras respectivas tierras impulsados por algo y nos topamos aquí. -La decisión es tuya. Pide dirección divina y será correcta. -Esta comarca y este Patriarca me dieron lo que me correspondía. Y ayudé desinteresadamente. El futuro que veo ahora no es aquí. Ahora sé que usé este camino para ver el mío. Hay muchas cosas pendientes aquí. Tengo muchos deseos de partir y empezar. Pero me retiene la consciencia. No soy desalmado. -Estoy contenta por esa decisión, aunque siento pena y nostalgia por el Patriarca, pero la vida continua y lamentablemente hay eventos malos que tienen que pasar para que trasciendan. -Me retracto, no es una decisión. Es un nuevo camino. Y no es un evento malo. Se hace el bien hasta un punto. Porque si no brota un costumbrismo, una dependencia. Recojo al accidentado del camino. No lo aparto, lo ayudo y lo pongo de nuevo en él. -Te veo ahora sin el yelmo gracias al desahogo.

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-Tienes un don especial. Aclaraste mi mente diciendo una verdad. Una solución tan simple para algo que me perturbaba. Te amo. Y pido a Dios que me mantenga a tu lado según sea su voluntad y que libere aún más tu mente y alma. Porque tu corazón está liberado en mí. -Este tipo de conversaciones entre nosotros son asombrosas. ... -¡Edecán!, ¿Está usted dormido? Despierte, El Patriarca lo necesita. -No estaba dormido. conversación.

Meditaba

y tenía

una

-¿Con quién? No veo a nadie aquí. -Con alguien que se encuentra muy lejos de aquí. En otras tierras. Vamos, que yo sé que me necesitan.

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El bronco

Era un simple obrero. Un herrero que había construido su casa a orillas de un puente que adornaba un riachuelo seco ya. Poco trabajo se registraba en su tabla de labores. De repente, casi frente a la puerta de su casa, como por arte de magia o caídos del cielo, se detuvo un viajero, quien revisaba una pata de su viejo caballo. -Buenos días señor. ¿Le puedo ayudar? Solamente si es usted herrero mi amigo. -No lo ponga en duda. Entonces es una excelente coincidencia. Resulta que debo llegar a la Represa antes del anochecer y mi viejo amigo está cojeando, creo que tiene problemas con una herradura. -Si usted gusta, le puedo hacer el trabajo. Y para que no llegue tarde a su compromiso, se puede llevar mi mula. Para mañana antes del mediodía, su caballo estará bien descansado y con herraduras nuevas. -Es usted un enviado de Dios. ¡Hasta mañana! El buen herrero, ahora buen samaritano, comenzó a atizar los carbones con los que forjaría dos pares de buenas herraduras con su mejor material. Sacó sus 32 Karlo Liscano

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herramientas, cargó tres cubos de agua desde el pozo, limpió y lijó los clavos para las herraduras y desensilló al caballo. Ajustó su par de guantes de cuero y comenzó a soplar los carbones. Sujetó la barra de acero con la que atizaría sus llamas y notó que el caballo se incomodaba por el dolor. Sin dudar, se acercó al viejo corcel para revisar el estado de la pata, por si había alguna infección. Olvidó dejar la barra de acero sobre los carbones. Lamentable hecho. Cuando se inclinó luego de acariciar un poco el cuello del animal, este brotó sus ojos al ver ese rojo encendido amenazante sobre su rostro y antes de que pudiese tocarlo, relinchó como un alma en pena, giró sobre sus tres patas sanas, y a causa de su cojera, desvió su curso, saltando las barandas bajas del puente cayendo de cabeza sobre las secas rocas de lo que una vez fue un riachuelo, partiéndose el cuello. La última imagen que se reflejaba sobre los húmedos ojos del jamelgo, era la de un demonio asomado por la cabecera del puente, empuñando una barra encendida que le traía malas memorias. Memorias de dolor. El aún más pobre herrero, quien se adeudaba sin saberlo, marcó para siempre su destino con este accidente y marcó accidentalmente su piel con una barra de trabajo que seguía sin soltar mientras bajaba la ladera del puente para revisar a la bestia asustada. ¿Qué tipo de enviado divino sería ahora para el viajero? ¿Un Ángel salvador o un demonio disfrazado de herrero? 33 Karlo Liscano

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Infanta

Salía de la taberna, frustrado por no haber podido ahogar la desesperación y la incertidumbre. Resulta que estas dos fueron hechas impermeables para todo intento de anulación. Al atravesar la puerta, fui encandilado por un inconsciente astro luminoso capaz de descubrir mis más oscuros secretos. Como un vulgar ratero, me escabullí de nuevo a su jardín, a la espera de algún indicio de gritos, lamentos, llantos o ruidos de paliza. Pero el silencio era ensordecedor. El hambre no se atrevió a manifestar ninguna señal. Y luego de varias horas, supongo, de desfigurar mis dedos, salí nuevamente de las sombras verdes del jardín. Deambulando e inventando historias y resultados. Improvisando escenas en mi cabeza de cualquier desenlace fortuito de mi amada. Se repetía en mi cabeza esa increíble noche de amor desenfrenado. Ese amanecer enredado entre sabanas con una pura desnudez, que hasta los mismos Adán y Eva envidiarían. Ni aún bajo conocimiento de los reproches y castigos que aguardaban por ella apenas al cruzar el umbral de su puerta, no le molestaban en lo más mínimo, gracias a la embriaguez de la pasión. No sé a qué calle fui a parar, pero los letreros y nombres de todas las casas familiares se me aparecían como el de ella. Casa de los Méndez eran 34 Karlo Liscano

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todas las familias de esta calle, tituladas solo por mi impotencia o por mi locura. Noté que comencé a sentirme culpable de lo que le estuviera pasando. Caía la noche nuevamente y mi desesperación no tenía límites, todo tipo de pensamientos me dominaban. No identifiqué a ninguna persona que me auxiliara. ¿Qué hacer?, ¿A quién acudir?, no sé de mi amada. ¿Estará encerrada? ¿Estará pagando penas de un amor indebido?, según su padre. Estoy seco. Las últimas lágrimas que de mi brotaron fueron sabor a vino. De ese dulce vino que compartí con ella. -¿Qué te sucede mi vida? -¡Amada mía! Que desesperación. No sabía que había sido de ti. ¿Estás bien?, ¡Estas ilesa!, Pero dime, ¿Cómo has burlado la sentencia que de seguro esperaba por ti? -No lo creerás ni de mis propias palabras. Pero luego de subir por las escaleras directo a mis habitaciones, después de unos bocadillos en una cocina totalmente solitaria, sin sirvientes, milagrosamente entre a mis aposentos, me acobije en mi cama, recordando lo cálido de tu cuerpo, estremeciéndome con tu memoria, reviviendo tu aroma. Y de repente, tocan a mi puerta, era mi padre, que venía a disculparse conmigo por no haber pasado a darme el beso de buenas noches porque se quedó dormido en el estudio. Y que este fin de semana me compensaría con un paseo por los jardines y las playas. Le dije que estaba bien, me dio dos besos en paga y me invitó un rico desayuno. Estuvo especialmente complaciente esta mañana. 35 Karlo Liscano

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-多Lo hacemos de nuevo?

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En cuatro letras

-Si tan solo existieran las palabras suficientes para conformarlas. Si tan solo bastara con lenguaje corporal o con las miles de sensaciones invasoras simultáneas que se producen en el sexo. Si solo bastara fusionando las emociones justas. O si solo se pudiera manifestar a través de un arte. Si solo todas las musas inspiradoras del mundo juntas bastara. Si tan solo existiera al menos una sensación parecida con la cual equipararla. Pero no. Nada. Ni es comparable. Ni es descifrable. Ni es conjugable. Ni entendible. Mucho menos preciso. No comprendo porque algo tan complejo lo escriben con tres o cuatro letras en la mayoría de los idiomas. Siento que decirlo es incompleto e insuficiente. -Es magnífico. ¿Y todo ese amor, esas emociones la sientes por una mujer y no se lo has dicho? -Mi mayor temor es perderla por no confesárselo. He perdido mucho tiempo de pasar junto a ella por meditar y tratar de comprender lo que siento para explicárselo y compartirlo. -¡Qué bello! Pero no necesitas más. Diciendo todo exactamente igual, con las mismas palabras y brillo en tu rostro, será suficiente. Ella lo entenderá. Yo lo 37 Karlo Liscano

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entendí y lo sentí, aunque sea un dilema filosófico para ti. -¿En verdad entendiste y sentiste que es lo que siento y que no puedo manifestar y expresar? ¿En serio? -¡Si de verdad! -Nadie mejor que tú misma para preguntarle qué hacer al respecto. ¡Qué alivio y alegría! Eres tú. Es a ti. Es por ti. A quién amo.

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La nariz del muerto

Arrastrando los pies, con un sudor muy cobrizo sobre la piel y una camisa empapada resopla el peón sin aliento. -¡Señora!, El cura manda a decir que hace tres días que debimos celebrar el entierro del patrón.-¡Lo enterraremos cuando yo diga!- Replicó la viuda. -Además hay que esperar a que mi suegra llegue. No me perdonaría jamás si no dejo que lo vea por última vez. Ese desgraciado era el único de sus hijos que faltaba por morirse. -Pero, ¡El olor! mi señora.- Insistió el peón muy angustiado. -Eso se soluciona fácil. Mete un pan con tocineta dentro de la urna.- Dijo muy la viuda muy sobre segura. -¡Dios bendito!- Exclamó el peón. -Los difuntos no comen patrona.-¡Bruto!- Gritó la viuda, con ojos encendidos de molestia. -La tocineta es para que los gusanos se la coman y no al cuerpo. Y retrasar la descomposición. Y el pan es para que absorba los malos olores.-Lo que usted mande.-

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Luego de algunos días, comentaba frente al fogón, el peón con su esposa, quien era la cocinera de la familia. -Negro, ¿Cómo va lo del pan y la tocineta? -Sin resolver ese misterio mi negra. Pa´ mí que el difunto si se los está comiendo. Porque desde hace tres días que meto un pan con tocineta todos los días y a la mañana siguiente desaparecen. El olor no tardará en empeorar. -La que te espera con la patrona si estalla el finao´.Le dijo casi divertida la cocinera a su esposo. Pocos días después, el peón fiel corre alarmado hacia la viuda. -Patrona, llegó su suegra. El olor lo he disimulao´, ¡pero son nueve días jefa, nueve días!-¡Prende velas aromáticas!- Respondió la viuda como llena de fastidio. Ya instalado todo el cortejo fúnebre, rezanderos, familiares, allegados y curiosos, comienzan las retahílas mecánicas. -¡Negro- Susurró la cocinera a su marido, con quien compartía la primera fila de sillas, con los ojos bien abiertos casi fuera de órbita. -¡Mira la gata huesuda saliendo de la urna!, ¿Qué lleva en el hocico?, ¡Ay!, ¡la nariz del muerto! De un brinco y elevando los puños de ira exclamó el peón. -¡Ay huesuuuuda desgraciada!, ¡Uno a uno te los has llevao´!...40 Karlo Liscano

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Sorprendida por toda la escena que la asalta. ¡Pssst...! Yerna.- Susurra a su nuera escondiendo su comentario detrás de un agitado abanico. -No sabía que ese obrero tuyo estaba tan encariñado con mis hijos.-

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Bastet

-¡Mahes! -¡Eh! ¿Qué pasa? -¡Despierta!. No temas. -¿Qué es esto? ¿Estoy soñando? -No. Soy real. Soy Bastet. Y tu existencia me ha llamado. -¡No, no! ¡Vete, fuera! ._. Una hora exactamente después de la media noche. Mahes con su corazón acelerado, no pudo conciliar el sueño esa noche después de tal abrupto. Seguía escuchando que lo llamaban por su nombre, pero lo ignoraba. Sabía que aún estaba cerca y ya no temía. Se levantó y con la nuca erizada fue a beber un poco de agua y allí estaba, acurrucada al pie de la fuente. -Ha llegado a ti la hora del Gran Poder. Seré parte de tu composición. ._. Mahes bebió un poco de agua y encontró amargo su sabor. Se inclinó y se acercó a Bastet. La saludó y tocó su corona. Conformé y conocedor de su destino, 42 Karlo Liscano

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se levantó y bebió más del agua amarga. Sonriente, regresa nuevamente a su dormitorio y a su cabeza llegaban los eventos que señalaron y vaticinaron la aparición de Bastet. Siempre había sido un protector de las causas reales. Su mirada leonina atemorizaba y ahuyentaba a los injustos y malignos. Una castaña felina de patas y cola negra se había familiarizado y encariñado muy bien con él en el hogar de Inanna. Al punto que realizo un tributo muy sensual pintando su silueta en un lienzo grande y que ahora decoraba su propia sala. Días atrás, en su cabeza hacía eco constantemente una melodía que aludía a felinos, muy popular en fiestas y celebraciones. Esa misma noche, bajo la fresca brisa de los árboles del patio, había conversado con su hija, quien muy alegre le manifestaba que escenificaría un baile para sus maestras. El baile de un gato enamorado. Inmediatamente Mahes comenzó a cantar esa canción que escuchó cuando era un niño y que aún no olvidaba. Su pequeña hija muy asombrada por el hecho de que su padre conociera la canción, le pidió que no cantara más, ya que era su acto. Ya en su dormitorio, cavilando y registrando su experiencia, no dejaba de sentir su nuca erizada. La presencia de algo o alguien muy cerca de él era muy notable. Y reconoció más señales en su propio aposento. Criaturas inofensivas que confirmaban lo sacro y divino de su destino. Criaturas comunes, silvestres y minúsculas, que usualmente habitan en la naturaleza campestre. 43 Karlo Liscano

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Más allá de la fuerza del sueño, seguía la cavilación y reconocimiento de muchos más eventos y señales antes no percibidas. Y en su cabeza oyó una vez más a Bastet. -¡Vive alegre!, ¡Alégrate por vivir!

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Placebo

Después de amanecer en la celebración, la familia se distribuyó apretada pero conformemente en todas las habitaciones. Muy pocos optaron por hospedarse en hoteles. Pero de seguro quienes nos quedamos en la casa, completábamos la alegre embriaguez con torpes intentos de tratar de acomodarnos en la cama unos a otros. Ese mismo día, luego de cortas horas de sueño, nos convocamos instintivamente al reencuentro vespertino para la reposición de fuerzas con un cargado sancocho. La sazón de las mujeres mayores se coronaba con las risas y recuentos de quienes ayudábamos a preparar los manjares. Obviamente se refrescaba el conglomerado con unas cervezas que al fin pudieron enfriarse a una muy buena temperatura después de que nos quedamos dormidos hasta nuestro despertar. Adelantada ya las faenas del almuerzo, tío, papá, primo y yo, arrastramos mesas y sillas hasta donde la noche anterior estaba ocupado con parejas bailando. Improvisamos como de costumbre cuaderno de puntajes y comenzamos las largas y populares partidas de dominó. Una pugna entre dos parejas de padre e hijo. Los alardes y risas opacaban cualquier 45 Karlo Liscano

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intento serio de concentración en las estrategias. Papá hacía muecas y gestos que al principio creí eran provocados por malas jugadas. Ya después de luchar contra tío y primo, el calor secante y el ardor estomacal, se lamentó por los trastornos del ratón y los abusos en las comidas. Cada pedrada a la mesa sumaba intensidad al ardor. Recomendamos una cerveza para anegar al ratón y sus ácidos derivados. Oferta la cual declinó de inmediato. A pesar de que es bien sabido entre los consumados bebedores respetados, que un roedor de tal magnitud muere asfixiado de inmediato tras la inundación de una cerveza en ayunas. Aunque cause repulsión, es efectiva la técnica de exterminio. Recordé otro consejo de un popular bebedor activo, quien siempre recurría a remedios caseros y tradicionales. Sin dudar y en medio de la contienda, le recomendé a papá el reparo. Café en polvo, le dije. Y de inmediato pidió a las mujeres en la cocina café en polvo. La respuesta no tardó en llegar representada en una taza sobrada y abundante y acompañada con una cuchara. Impulsado por la desesperación y antes de que pudiésemos decir palabra alguna, excavó una sustanciosa cucharada del molido y la engulló. De inmediato, el polvo absorbió toda humedad de su boca, dando como resultado la imposibilidad de 46 Karlo Liscano

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tragar. La saliva tiene un papel crucial en el proceso de masticación e injerencia. Se sumaba una lucha más a la mesa, pero esta vez, tío, primo y yo sosteníamos cada uno sus fichas mientras espetábamos los fallidos intentos de papá para tragar. Las pequeñas partículas que se escapaban hacia la garganta, irritaban su conducto, obstruían el paso de aire y de inmediato provocó tos. Tosía entrecortado, no se permitiría a sí mismo una experiencia digna de risas y que inevitablemente sería disfrutada en cada reunión familiar. De alguna manera saldría de ese aprieto invasor. La tos era decorada con lluvia de café. Y pasó lo ineluctable, tos y náuseas. Como si fuese eyectado por una presión en su silla, papá saltó y corrió tras las matas de naranja y limón. Ruidosamente abonó las raíces con un collage muy colorido. Durante unos diez minutos, las risas y los comentarios de estos tres sobrevivientes piedra en mano era ininteligible. Primo balbuceaba y tío carraspeaba. Yo lagrimeaba embriagado de risas. Vas a matar a tu papa, dijo tío. Quien no podía esta vez disimular su sonrisa bajo su abundante bigote. Tras su regreso a la mesa, papá se unió a las risas, muy consciente de que eran originadas por él. Solo le restó argumentar al cierre de la partida: -Pero se me quitó la acidez.

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Ramas y Frutos

Luego de recuperar el aliento muchas veces, por recorrer sin descanso vastas extensiones de tierras, al fin, Bórean llega a las propiedades que tanto buscaba. Mientras salía de la espesura de los bosques, más se esclarecía la figura y silueta que divisó a lo lejos. Con mucha gracia, la silueta colgaba de lo más alto del molino. Unas aspas enormes giraban vertiginosamente, mientras que el ágil reparador ajustaba el eje giratorio con una naturalidad tal, que pareciese que el viento producido por las gigantes lenguas de madera se apartara antes de tocarlo. Bórean ya sabía de quien era esa silueta. Nadie a parte de él, poseía agilidad similar. Céfiro. -Se bienvenido a nuestro hogar hermano. Sabía que venías en camino. Sentí tus vientos fríos desde antes que pasaras las colinas.- Dijo Céfiro muy sonriente, sin voltear y con una voz ayudada con los aspavientos como altavoces. -Quisiera ver a Flora. Antes de que Bórean pudiera bajar la mirada, ya salía Flora de la cabaña. Radiante ante sus ojos, y acompañada como siempre de ese maravilloso 48 Karlo Liscano

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bouquet de aromas. Sus castaños cabellos se mecieron bajo la fuerza de las aspas del molino. -Ya sabía también de tu venida Bórean. Se bienvenido a nuestro hogar. -Quisiera hablarte a solas si me lo permites mi bella. -Como no es nada nuevo lo que vas a decirme y no hay nada oculto entre mi Céfiro y yo, puedes ventear tu amor libremente y sin penas ante mí desde el otro lado de mi barda. -¿Por qué rehúsas mi amor? -No rehúso tu amor Bórean. Puedes dar tu amor a quien tú quieras, solamente es que yo no te devuelvo amor del mismo que el que me ofreces. -Te ofrezco más amor y más felicidad que la que te pueda dar aquel que se dice mi hermano. -¡Oh Bórean! Me es graciosa tu soberbia e imprudencia. Aún no conoces el amor. Tu destino es seguir siendo de alientos fríos. -Solo porque no sea cálidamente expresivo, no significa que albergue amor dentro de mí para ti. -Debes resoplar tu existencia hasta que halles el amor y la vida en los mismos ambientes helados que tú creas. -¿Cómo osas creer que me conoces y rechazarme sino? -No vivo contigo precisamente por eso. No te conozco y no me gusta lo que me muestras y ofreces. 49 Karlo Liscano

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-¡Te suplico! Permíteme una oportunidad más. -Bórean, ¿Me amas? -Con cada respiro de mi existencia. -Entonces acepta mi existencia tal y como es. Vive en paz contigo mismo con ese amor dentro de ti. -Prefieres vivir como campesina, bajo verdines y lluvias, sobre tierra, con animales, cuando pudieses hasta comer mejor. -Los verdines, la lluvia, la tierra y los animales siguen existiendo y estando en nuestras vidas porque yo los amo y dejo que su curso continúe. No deseo vivir mejor, porque esto para nosotros es lo mejor. El olor de las plantas y sus perfumes que llegan a través de mi Céfiro. La lluvia que refresca toda nuestra existencia. La tierra que alberga nuestros pies y nuestros sueños. Los animales que comparten sus productos, cariños y compañía a cambio de nada. -¿No te das cuenta?, Eres nadie. -Soy justo lo que quiero ser. -Todo de lo que hablas no es amor. -Todo de lo que hablo es precisamente amor y que no conoces. Al amor lo llamas y llega en quien menos te imaginas, hasta en quien no conoces. Si lo invitas y no le respondes, se va sin preguntarte ni pedirte permiso. El amor, si llega,... se liga a ti, se vincula a ti, vive contigo, comparte todo. Pero, no te pide que dejes de vivir por él, solo que lo aceptes, que lo dejes existir libre y espontáneamente. Si lo obligas a 50 Karlo Liscano

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dejarte, como obligas a ese amor por mí a que se vaya, otro amor que pueda llegar dirá: "Ni loco me albergo en ese corazón". Lo que hace es ahuyentarnos". Por el contrario, si permites que lo que sientas se quede, otros querrán estar y el amor que ya no tienes cederá su espacio. Aunque no le importa compartir, como mi madre Gea, que divide su corazón entre todos sus hijos. Si insistes en sacar mi recuerdo, más lo miras al alma y más recordarás; mira que el amor se fortalece con recuerdos, buenos y malos. Debes vivir en paz con lo que sientes por mí, déjalo ahí, se irá solo si se tiene que ir. El amor no es mezquino. Atraerás amor con amor. Está vivo, independiente, que se siembra a sí mismo en un campo, crece sin abono, sobre piedras, esparciendo sus propias semillas por los demás campos, pero si colocas espantapájaros solo llegarán cuervos, comerán la cosecha y no dejaran semillas para esparcir. Deja que quien más me tenga que amar me ame, a quien más tenga yo que amar, le ame. Quita los alambres de tu campo. Quita los espantapájaros, prepara el campo; y si hay hierbas, que una vez florecieron, como las mías, déjalas ahí; si renacen bien, mejor, si mueren solas, no importa, otras brotarán. Siempre dejan hijos, raíces que nacen de raíces. Ámame, como soy, con lo que tengo y a quienes tengo. No te mortifiques por a quien amo, no te destruyas por que doy mi amor a otros, ámame porque doy amor, ámame porque estoy mejor. Y mejores que yo vendrán a ti. Y si no son mejores que yo, no importa, serán igualmente buenos si la semilla es buena. No rechaces semillas dulces porque tengas 51 Karlo Liscano

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en tu campo semillas ácidas. Si estoy sembrada en tu huerta, no destruyas el campo del vecino porque también me tenga sembrado en él. Junten los frutos, las raíces, más semillas y saquen el beneficio. Compártanlo, es hermoso. Que el día que a tu campo caigan langostas o plagas, el vecino te dará nuevas semillas y plantarás de nuevo de mí o de quien sea tu campo de nuevo. Y el día que tu vecino sufra de langosta o de plagas, tú tendrás suficiente para compartir y crecerá fuerte la cosecha; y al final ninguna plaga podrá dañarlas. Si lloras porque la semilla no está y la poca que crece débil es arrancada por ti, los cuervos vendrán a comer las sobras y se acabara la semilla. Y sin raíces que ablanden el terreno desde adentro, el suelo solo se endurecerá. Comparte, permite, acepta, difunde, cede, recibe. Y después comparte más, cede más, acepta más, ama.Antes de que Flora finalizara sus palabras, ya Céfiro había descendido del molino y se había acercado a ellos aún sonriente. Apenas una lágrima se asomó en el rostro de Bórean. Y pareció detenerse a medio camino congelada. Los abrazó a ambos, aunque no manifestó mucho. Céfiro y Flora comprendía que su personalidad seguirá siendo fría, aún ante la verdad y la sinceridad. Bórean y Céfiro subieron al molino y juntos ajustaron su eje para fortalecer los giros de sus aspas mientras Flora servía frutos frescos. Al bajar, los acompañó una lluvia gruesa que hizo brotar risas y bailes de los tres. Bórean se despidió con la lluvia fría y al perderse tras las colinas, Flora y Céfiro esperaban los nuevos 52 Karlo Liscano

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aromas y los nuevos colores que surgieron justo despuĂŠs. Las frĂ­as lluvias invernales son tan necesarias para refrescar, nutrir y acentuar la vida despuĂŠs de su paso.

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Propósitos

Levantó la mirada, y el brillo del naciente sol asomando por la rocosa montaña daba la impresión de que el ascenso sería más rápido. Chocó fuertemente sus palmas para motivarse y emprendió el camino. Era un camino, de eso no cabía la menor duda. Solo que se debía utilizar tanto las manos como las piernas para recorrerlo. No era escalar, es sortear y asirse. Se dejaba entrever una piel tostada por sol diario. Musculatura definida en cada zancada y tirón. En una que otra planada aminoraba el paso para disfrutar del paisaje. Encontró fuentes de agua a su paso, tan fresa que era inevitable no beber de ellas. Sentía ya la hinchazón de sus brazos y manos. Un poco más y listo. Con un largo estirón de piernas, logro encimarse. Y allí estaba, la cabaña de chimenea humeante, molino de agua, perros y animales de libre tránsito por sus patios. El aroma de la leña mezclada con los granos molinos, la humedad de las piedras de la montaña y los pinos perfumados lo pusieron en trance. Abrió la puerta y en su mente se abría la misma puerta en miles de recuerdos invasores. 54 Karlo Liscano

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Y ahí estaba. Sentado sorbiendo de una taza. -Bienvenido hijo mío. Luego de compartir detalles familiares y de beber también una confortante taza caliente, el viejo le pregunta: -¿Has leído los rollos de textos que te di? -Si padre. -¿Has iniciado las meditaciones? -No padre. El viejo, sin gesto alguno que lo connotara y levantando la voz, dejo claro que no estaba del todo molesto, y lo reprende argumentando: -¡Busca un propósito para esos conocimientos! ¿De qué sirve leer y aprender si no los ejercitas, proyectas y empleas? Haces tus ejercicios a diario para fortalecer tu cuerpo. Ese es un propósito. Sino ejercitas tus músculos, tus brazos y piernas no tendrían la fuerza suficiente para asirte y sostenerte durante tu trayecto. No subes aquí solo por llegar a la cima y luego descender. ¡Te fortaleces para poder subir aquí con el propósito de verme! El joven ya había bajado la mirada y se había hincado. -El Respeto no es un gesto. ¡No inclines la cabeza ni te arrodilles ante mí si no lo llevas en el corazón y lo dejes ver a través de tus ojos!

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Ente

-Hola mi vida, ¿Cómo estuvo tu día en la oficina? -Bien mi amor. Fui a pagar la factura de la electricidad y pasé frente a una tienda holística y estaba esta escultura de yeso y no pude evitar comprarla. -A ver. -Ayúdame, es bastante grande y pesada para sacarla solo de la caja. -¡¿Un chino pescando?! No me gusta. Además no combina con la decoración del apartamento. -Pues a mí sí me gusta y lo voy a poner en la sala, es más, justo aquí cerca de la puerta. -¡Ay no! Ahí no. Si quieres la metes a tu estudio. -No, la voy a poner aquí. Donde la vea antes de salir y al llegar. -Eso es venerar a falsos Dioses y lo prohíben en los 10 mandamientos. -No mi amor, es un símbolo. Me lo explicaron en la tienda. -Y qué es lo que te gustó tanto que te obligó a comprar a este chinito viejo y feo. No será porque 56 Karlo Liscano

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está pescando, porque tú jamás has salido a pescar. Ni de cacería. El único contacto al aire libre que tienes es cuando sales a cazar jonrones en el estadio. -Primero, cuando lo vi, me pareció muy graciosa la sonrisa. -¿Cuál sonrisa? Yo no veo que esté sonriendo embustero. -Si está sonriendo. Se le ve una ligera mueca por debajo del bigote. Es muy sugestiva, pero tan evidente. Se ve feliz… No me mires así. -¿Quién sabe qué te inventarían nada más para vendértelo? -Escucha. Este viejito, representa la paciencia. -Pues que me dé un poquito, porque contigo se me agota rapidito. -Escucha. Cuando pasé frente a él, me llamó la atención como te dije su felicidad. Pero después me contagió su paz, su tranquilidad. De verdad la contagia. Y me provocó estar allí con él, no en la vitrina, ni pescando; sentado allí en donde sea que estuviese sentado, escuchar lo que sea que escuchara y ver lo que sea que estuviese viendo. La dueña de la tienda me dijo que representa la paciencia. Es una cualidad aceptar su invitación. De ser como él, paciente. Me dijo que todo el mundo se conforma y cree que la paciencia se limita a esperar con calma. Ser paciente se deriva de la composición de dos estados: Paz y Ente. Ser de paz. Ser hecho de paz. El chinito no está pescando porque quiere pescar. De 57 Karlo Liscano

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seguro está pescando porque necesita pescar para comer. O vender la pesca para comer. Simplemente está en paz mientras pesca. Y es entonces cuando hace de la paz un comportamiento y actitud. A través de la paz, no se desespera. Se vuelve un paciente que pesca con paciencia. Entonces yo le pregunté que si la descomposición de esos estados se aplica para todas las palabras con las palabras con la raíz ente. Me dijo que si y me dio otro ejemplo. Todas las criaturas estamos conscientes, es decir, estamos despiertas. Pero no todos somos conscientes, es decir no todos nos sabemos qué estamos despiertos, cómo estamos despiertos y porqué estamos despiertos. -Lo limpias tú. No quiero ser la villana por si de casualidad se cae y se rompe o le llega a pasar algo. -¡Ay mi amor! Creo que no sabes que estás consiente.

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Olivares

-¿Qué tiene de especial el almuerzo de hoy? -Supuestamente expondrá planes. -¿Dónde está Salvador? -Ahí viene. -Muchachos. …Cojan sus bandejas y hagamos la fila de la comida. –Todos los que se encontraban sentados al mesón, bandeja en mano se fueron levantando. Salvador fue el primero en entrar en la fila. Uno a uno, se iban mezclando con los demás clientes. Al llegar donde servían la sopa, Salvador le pregunta en medio de una sonrisa a quien venía después de él. -Talega, ¿Quieres mi sopa? -Seguro.-Talega extiende su brazo y saca de la bandeja de Salvador la taza de sopa. Nadie de los presentes conocidos en la fila comentó nada. De regreso al mesón. Simón, quien se encontraba sentado al extremo opuesto de Salvador, pregunta: -¿Qué tiene de especial esta reunión de hoy y porqué aquí en el comedor?

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-Hoy ponemos en marcha el plan. Colocaremos los cebos y carnadas. -¿Para qué servirán esos cebos y carnadas? – Pregunta Simón. -Los haremos creer que internamente estamos mal. Que no nos llevamos bien. Que nos corroe internamente el chisme y la envidia. Las carnadas estarán hechas de lo que ellos creerán son nuestros propios pedazos. -¿Y qué logramos con eso? – Pregunta Bartolo. -No que los chismes y supuestos conflictos internos sean del todo cierto. Sino que son evidencias de que estamos débiles. -Ok, ¿Cuáles son los detalles del plan a seguir? Pregunta el viejito Boanerges. -Por el bien de ustedes mismos, mientras menos detalles sepan, mejor. Solo recuerden el objetivo específico y final de nuestra causa. Esta empresa la creó mi papá y no dejaré que un Consejo Directivo e inversionistas zamuros acaben con su vida, porque le arrebataron la salud y han puesto en riesgo su sosiego. Me apoyo en el sindicato, ustedes, porque tampoco es justo que los trabajadores estén pagando las consecuencias. Después de que papá hizo de esta empresa un hogar donde ustedes son familiares. -Por eso te apoyamos, porque sé que el padre de esta empresa nos necesita, nos quiere de vuelta en la acción. 60 Karlo Liscano

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-¿Vieron quien tomó mi plato de sopa?–Pregunta muy serenamente Salvador. Con un susurro casi imperceptible responde Levi, acercándose más al grupo. Levi no era su nombre, lo llamaban así porque le gustaba mucho usar jeans de marca Levis. -A pesar de la muchedumbre y bulla, creo que era Talega. -Talega, aquí a mi derecha, tiene una misión muy importante hoy. Él será quien vaya a dar parte en las oficinas de que estamos reunidos en el comedor, ausentándonos del trabajo en plan desestabilizador. Los qué, cómo y las expresiones de asombro se sobrepusieron a las bandejas de comida. -Pero Salvador, Talega es el tesorero del Sindicato. ¿Cómo…, porqué lo envías a él y no a otro? Hasta yo podría ir. – Pidió Simoncito. -Precisamente porque es el Tesorero. Si queremos que la empresa me sorprenda en plena alevosía de amenazas laborales, tenemos que proporcionarles fuentes seguras. Para ellos no habrá testimonio más confiable que la proveniente de los propios autores intelectuales de las masas agitadoras. -Aún sigo sin entender. – Esputó Felipe, con cara de duda. -El punto es hacerles creer que nos estamos traicionando. Enseñarles un lado débil ficticio. – Respondió el mismo Talega. 61 Karlo Liscano

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-¿Y cuál sería la razón por la que nos estamos traicionando?– Continuó Felipe. -Celos y envidia de responsabilidades.– Dijo tajante Salvador.– Les haremos creer que existen dudas dentro de ustedes en cuanto al manejo de los fondos del Sindicato. Acusaciones de corrupción. -Pero eso lo solucionan ellos convocando asamblea y nuevas elecciones de Junta Directiva del Sindicato.– Dijo Mathew, otro de los presentes en la mesa. -Por supuesto, por eso la participación de talega es fundamental. Su testimonio será que las acusaciones son infundadas, que los interesados solo quieren erradicar la actual Junta Directiva del Sindicato para sustituirlos y así poder ellos echarle manos a los fondos. Por ello, Talega alega que no quiere caer preso por malversación y por eso nos delata. -Salvador, ¿y tú que tendrías que ver?- Pregunta Simoncito. -Talega les dirá que yo quiero crear nuevos Sindicatos, controlar la fuerza laboral y quitarles el control de la empresa. Los rostros eran otros. El plan era divertido y hasta ahora confiable. -Pero allí no queda la cosa. El objetivo es que en verdad me despidan. Y mientras procedo legalmente por fuera de la empresa, ustedes, continuarán con los planes que les proporcionaremos desde fuera hasta mi regreso. 62 Karlo Liscano

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-Pero Salvador, ¿qué evitará que nos despidan a nosotros junto contigo?– Pregunta Felipe. -Talega dejará claro que ustedes se sienten comprometidos solo porque yo los amenazo supuestamente. Que aquellos que no participen, serán despedidos una vez que se normalice la situación. Y para asegurar el liderazgo y la confianza de los trabajadores, tenemos que asegurar que Simoncito siga como líder desde adentro pero sin que sea amenaza que deban considerar. -¿Cómo logramos eso?– Preguntó inmediatamente Simoncito. -Talega irá justo antes de que termine la hora de almuerzo. Continuaremos aquí en el comedor incluso hasta después que empiece el segundo turno. Cuando la Junta Directiva reciba todo el chisme inventado por nosotros, de boca de Talega, mandarán al Jefe de Recursos Humanos a verificar si nosotros permanecemos en nuestros puestos. Nos buscarán y al no encontrarnos, vendrán aquí al comedor, donde nos haremos los sorprendidos, incluso ustedes se pondrán altaneros, sin irnos a los puños. Yo mantendré la calma, porque será importante a la hora de las declaraciones. – Salvador toma una pausa lo suficientemente corta como para pasear la mirada alrededor del mesón. Y se conforma con la atención que el grupo le está prestando y continúa. Simoncito, cuando llegue la comisión de Recursos Humanos, tú debes escabullirte. Es importante que niegues rotundamente tus nexos con nosotros y tu participación en esta supuesta rebelión. 63 Karlo Liscano

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-Pero, ¿cómo va a ser eso posible salvador? No, yo me quedo aquí y me mantengo fiel a los propósitos.– Refutó Simoncito. -Si te despiden, ¿no crees que no habrá cabecilla dentro de la empresa para los trabajadores que siga los mandatos que enviemos desde fuera?- Le preguntó Talega. -Está bien, entiendo.– Asumió Simoncito, bajando la mirada y dejando ver las escasas canas que quedaban sobre su cabeza. -Para ellos, Simoncito será simplemente un cobarde sin importancia. Si de verdad participa de esta revuelta, no es amenazante su presencia. Talega, tampoco será amenazante, ni podrá ser aliado de ellos, porque no será de fiar. Para ellos, talega siempre será un traidor. Salvador se repone sobre su asiento y mira el reloj en la gran pared donde estaba pintado el logo de la Empresa con su lema: “Atún Olivares, como caído del cielo.” Es hora de que vayas Talega, comienza el plan.– Ordenó Salvador.

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La última página

Es muy incómoda esta situación. Y lo peor es que me preparo para este encuentro aun estando contigo. No entiendo siquiera cómo a pesar de lo mal que me siento, no tengo sentimiento de culpa. Lo cierto es que si permanezco más contigo me consumirá la tristeza y no quiero eso. ¡Dios!, qué largo fue el baño que tomé. Y la barba que me rasuré era interminable. Aunque la ropa que escogí vestir es nueva y muy acorde para este cita. Siempre se desea que dure más, pero es imposible. Sin contar que las ganas de hacer y corregir todo surgen en el último día, pero no lo permite el tiempo. Cuando vuelva no estarás aquí, eso es seguro. Y no lo notaré sino hasta la mañana siguiente cuando despierte de mis excesos de licor, comida y recuerde todo. Fue bueno mientras duró. Pudo haber sido mejor. Suerte. Reconozco que ni te puedes quedar ni puedo hacer que te quedes. Este encuentro me da la posibilidad de poder empezar de nuevo y hacer lo que no pude o quise y no desear corregir a nada a última hora. Estoy listo. Incluso me puse mi mejor perfume. Recuerdo cuando toda esa ceremonia la hacía para 65 Karlo Liscano

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mi encuentro contigo. Y aunque tenga mejores posibilidades con esta nueva oportunidad, tampoco será eterno. Solo debo vivirlo y aprovecharlo al máximo. Me conforma saber que a quien recibo se te parece mucho. Que todo sea mejor depende de mí. Dejaré las luces encendidas. Lo mejor que puedo decir es,… gracias. Quiero que me disculpes por lo que voy a hacer, pero ese lugar en la pared ya no te pertenece y no lo ocuparás más. Igual tendré memorias y recuerdos. Qué triste es arrancar esta última página. Adiós viejo año.

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Vínculos

Caía la tarde, la mujer estaba sentada en la cocina, acababa de hablar por teléfono con una amiga, terminaba una taza de té y cogía ánimos para preparar la cena, cuando de repente, escucha que la puerta se abre violentamente y es cucha pasos muy afincados que rebotan en eco desde la sala y parece que alguien estuviera yendo a las habitaciones. Nerviosa, se arma de valor, se levanta de la mesa y va directo a la sala, no ve a nadie, solo la puerta abierta en toda su extensión, se asoma y ve el automóvil de su esposo mal estacionado al frente, con la puerta del conductor y maletera abierta. Calmándose un poco al suponer que su esposo era quien había entrado, estuvo a punto de cerrar la puerta cuando volvió a mirar el automóvil. Escuchó ruidos en la habitación, piensa en preguntarle directamente qué pasa, si hay alguna emergencia. Camina de la sala al pasillo de habitaciones y observa la luz que sale de la puerta de la principal al final. Todavía no terminaba de llegar cuando vio a su esposo salir con paso rápido. Llevaba en su mano izquierda la barra del gato hidráulico del automóvil, la empuñaba fuertemente. La mujer se detuvo en seco al ver el semblante de su esposo, estaba ofuscado, se le veía iracundo, un poso 67 Karlo Liscano

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sudado, respiraba agitado, como si hubiera llegado corriendo a casa y no en automóvil. El esposo, al verla también se detuvo, se encontraron frente a frente con el pasillo de por medio. Vio en su rostro duda, nerviosismo. Entonces le gritó: -

¿Dónde está? Dónde está ¿Quién?- Preguntó ella exaltada por el repentino grito. El hombre con el que te encontré, revolcándote en nuestra cama. Tu amante. ¡¿Qué?!- Dijo asustada y sorprendida.

El hombre soltó un gruñido y avanzó hacia su esposa, quien lo veía más grande de lo habitual por el miedo que tenía. Ella se apoyó contra la pared, las piernas le fallaban. Él iracundo hombre se le encimó mientras ella quedó atrapada ante la energía de su ira y la pared, tan lejana a la sala, a la puerta. El antebrazo izquierdo de su esposo, barra en mano la bloqueó contra la pared. -

¡No seas descarada, perra! Sabes que te vi. Entré en nuestro cuarto y ni siquiera se molestaron en levantarse de la cama. Ni en decir nada. ¿Qué hiciste con él? ¿Cómo reordenaste tan rápido la habitación? ¿Por qué habías cambiado las cosas de su lugar?

La mujer se enfrentaba al miedo, a la fuerza de su esposo iracundo y a la confusión de sus palabras. ¿De qué se había perdido? No parecía borracho. 68 Karlo Liscano

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¿De qué hablas? ¿Cuál hombre, cuál amante? No te entiendo, aquí no hay nadie, ni había nadie. ¡Los vi, a los dos, desnudos en la cama. Me vieron, entré, lo sabes, a pesar de que no les dije nada por la rabia que me nacía. La rabia y el dolor que aún siento.- Sus palabras temblaban de ira y dolor en medio de una voz quebrada y ojos llorosos.

El hombre dirige la mirada hacia la sala con muchos pensamientos en mente, libera a su esposa y con el mismo paso que llegó, fue en busca del amante. Mientras, la esposa se deja caer sentada al suelo, con lágrimas en los ojos, temblando, presa del miedo y la confusión. El aire al fin entra en sus pulmones agitadamente, porque había contenido la respiración. Vio a su esposo entrar en la cocina. Su mente se llenaba de preguntas, suposiciones, confusiones. Ahora preocupada, se pone de pie y va detrás de él. Mientras, el hombre había inspeccionado la cocina, sobre la mesa una taza de té aún tibia. No había platos sucios, ni rastros de que otras personas hubieran estado en la casa. Se devuelve hacia la sala mientras que su esposa le cruza el paso. -

Dime qué te pasa por favor. ¿Qué estás creyendo que ha pasado aquí? ¿Qué crees que he estado haciendo yo, mi amor? Te amo, lo sabes. Nunca haría una cosa como esa. Nos respetamos mutuamente. Estás confundido. Aquí no ha estado ni ha venido 69

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nadie, ni siquiera tú has venido en todo el día desde que te fuiste al trabajo esta mañana. El esposo continuaba la inspección por cada espacio de la casa, mientras que la mujer le seguía los pasos, buscando la mirada de su rostro enojado y perdido, mientras le hablaba para hacerlo entrar en razón. -

¡Óyeme mi amor, por favor! Cálmate. Tranquilízate. Estás confundido, no te estoy engañando. Nunca lo he hecho. Háblame.

Se habían acabado los lugares de la casa para buscar. No había rastros de ninguna persona ajena a la familia. La mujer lo siguió hasta la sala donde el esposo se sentó en el sofá, aún con la barra en mano, se frotaba la cabeza en señal de confusión. Su esposa repetía el discurso en tono calmado y suplicante, tratando de calmarlo. Finalmente se sentó en el sillón frente a él. -

Cálmate amor. Ya te diste cuenta que aquí no ha estado nadie. ¿Por qué no me dices qué es lo que crees que pasó aquí? ¿Qué es eso que te confunde y de lo que me acusas?

Luego de pensar un momento, de cubrirse la cara, evitarle la mirada a su esposa, el hombre suelta la barra y la deja a un lado en el sofá. Se cubre la boca y cierra los ojos. Su respiración es más profunda y comienza a reducir el ritmo.

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¿Qué te pudo haber confundido tanto? ¿Hablaste con alguien? ¿Habrás entrado a otra casa por equivocación? No me he movido desde que llegué. Los encontré y fui al carro.- Soltó mientras señalaba la puerta que todavía estaba abierta. - Entré, pensé en ir para otro lado, pero en medio de la rabia lo consideré, sabía que estaba muy molesto y que podía tener un accidente o atropellar a alguien. Me bajé para enfrentar la situación. Saqué la barra de la maletera y volví a entrar.

La mujer cubrió su boca en señal de sorpresa. -

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Comiste algo que te cayera mal. Bebiste algo. Porque evidentemente estás confundido. Alucinaste o te quedaste dormido en el carro mientras soñabas todo esto. ¡No lo soñé! Todo pasó muy rápido. Incluso venía escuchando las noticias por la radio, que todavía está encendida, desde aquí se alcanza a oír. Por favor, descríbeme con lujo y detalles todo lo que crees que pasó. ¡Si me pasó!- Le gritó mirándola a los ojos por un momento. Ok. Háblame entonces de las cosas que dices que lucían diferente. ¿Qué notaste diferente en la casa, en mí? Ahora que lo dices, tú te veías diferente, como si estuvieras enferma, un poco más 71

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delgada, tu cabello estaba más claro. Te veías un poco más vieja. ¡¿Vieja?! No anciana, pero si como con unos años más que ahora. Y la casa… era nuestra casa, estoy seguro, al entrar vi todo diferente, algunos de nuestros muebles todavía estaban. Entonces, llegaste, entraste, viste todo diferente, y ¿qué más viste? ¿dónde estaba yo? Luego de que me aseguré de que era mi casa, nuestra casa, te llamé, no respondiste, me asomé a la cocina, estaba igual, pero había otro color en las paredes. Escuché ruidos en nuestro cuarto y fui a buscarte. Te llamé mientas iba por el pasillo, pero aún no respondías. Supuse que eras tú porque los ruidos desde el cuarto se detuvieron. Abrí la puerta…- El esposo atormentado por la memoria, aprieta los párpados y los dientes. Cálmate. Continúa. Ya sabemos que no era yo. ¡Si, si eras tú! Lo sé. Eras tú. Te vi directamente a la cara y ese tipo. Cuéntame por favor, ¿cómo fue todo? Al abrir la puerta, ese hombre y tú yacían desnudos en la cama. Él sobre ti, te estaba haciendo el amor y tú lo disfrutabas. Habían velas, vino. Se sorprendieron al verme por supuesto. Ninguno dijo nada. Se separaron, pero no se movían de la cama, muy asustados. Tenía todas mis palabras atoradas 72

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en mi garganta. Miré toda la habitación, también lucía diferente. Nuevas cortinas, nuevas sillas, nuevo color. Me acerqué al mueble donde tenemos todos los recuerdos y fotografías y allí estaban todos, hasta nuestro portarretrato de aniversario, el que se te cayó una vez y quedó con el cristal roto. Estaba tumbado, como para que no se viera la foto, o la foto no los viera a ustedes. La mujer mostraba unos ojos llenos de asombro y tensión en sus hombros. -

¿Y qué pasó después, qué hiciste? Arrojé el portarretrato al piso y fue cuando se me ocurrió salir, irme porque no quería estar más aquí cerca de ti. Salí, azoté la puerta de entrada, y entré al carro como ya te dije.

El esposo era un hombre más calmado, más asustado, más desconcertado. Apoyó ambos codos sobre sus rodillas y hundió su rostro en ambas manos, temblorosas. Su esposa, se levantó igualmente preocupada, sin saber qué decirle. Sin saber si llamar a qué médico. O qué especialista llamar para este tipo de extraordinaria situación. Alejó la barra de acero de su esposo y se sentó junto a él, lo abrigó con un confortante abrazo y soltó lágrimas junto a él. … 73 Karlo Liscano

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Caía la tarde. Las risas de la mujer eran muy sensuales, era la risa de una mujer seducida, enamorada, un poco embriagada por vino. Sus piernas se estiraban y se recogían en respuesta a los besos de su amante. Entregaba su cuello, su oreja, entregaba su piel. Acomodaba su cabello en las almohadas. Humedecía sus labios. Sus pechos ardían, sus pezones se endurecían. Las caricias y besos de su amante eran más efectivas en cada contacto. Ambos, completamente desnudos, se entregaban sin limitaciones, sin remordimientos, confiados uno al otro. La entrega y el encuentro que tanto les había costado lograr, no por no amarse, sino por el pasado, por los recuerdos, por las consideraciones. Llevaban varios minutos en juego previo de caricias. Pasaron a varios minutos de sexo romántico y de reconocimiento. La mujer había enviudado casi diez años atrás. Había sido un duro golpe a su salud, a su estado de ánimo. Casi derrumba su vida la pérdida de su amado esposo. Mucho tiempo le tomó dar un nuevo comienzo. Conocer nuevas personas, amar de nuevo. Finalmente dejó entrar a alguien en su corazón y aunque no fue nada fácil, terminó cediendo hasta que juntos acordaron este encuentro para terminar de sanar viejas heridas emocionales. Había tomado la decisión de vender la casa para dejar el pasado atrás. 74 Karlo Liscano

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De pronto, la puerta de la habitación se abrió. Ante su mirada atónita, una extraña sombra, difusa y borrosa entró. Caminó por toda la habitación. Ellos, impactados, atemorizados, yacían desnudos sobre la cama uno junto al otro, expuestos y sin palabras. La sombra se agitaba, se movía hacia el mueble del rincón junto a la puerta del baño. Sorprendentemente, la sombra levantó un viejo portarretrato que estaba tumbado boca abajo y lo arrojó violentamente al otro extremo del cuarto. Y así, como entró a la habitación, salió. El hombre estaba frío, se acercó a la orilla de la cama y se sentó, miraba a todos lados. De pronto, se escuchó el ruido de cómo se azotaba la puerta principal de la casa. El hombre desnudo miró a su compañera, quien cubría su boca con los nudillos de su mano, con la mirada perdida, recordando de nuevo el pasado, encontrando sentido a lo extraordinario de un recuerdo.

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VERSOS


EquĂ­voco

Mal hemos comprendido que, el atardecer no es caso. Que el ocaso no es fin, es preludio de novedades. Tener sueĂąos imposibles son simples caprichos de ente y corazĂłn; como ese capricho de querer corregir el pasado.

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R茅gimen

He cedido mis derechos a tu sangre. Tu coraz贸n gobierna mis territorios. Tu sangre dicta mis leyes. Tus labios encadenan mi piel.

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Sin duda

Quiero que sepas que toda esa fuerza, todo ese espĂ­ritu que hechiza tu mente, que te convierte en cazadora de tesoros y ladrona sin botĂ­n, son hijos de mis musas, bastardos que en mi tienen hermanos.

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C贸mplices

Mi memoria y mi imaginaci贸n son c贸mplices traicioneras de tu criminal ignorancia de mi existencia.

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Insisto

Te lo aseguro, no tienes nada malo, ni tienes nada raro. Cuando me preguntas: ¿Qué?!... ¿Qué tengo? ¿Qué me ves? Sólo a ti, sólo a ti.

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Tuyo

Ya me tienes, aquí estoy, contigo, no me extrañes más, no me pidas más, aquí estoy, tuyo, encerrado, en cuatro letras y un corazón. Tuyo.

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Existe

¿Ella?... Si… Existe. Y es tanto o más hermosa de como se pueda imaginar.

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Exclusivo

Ser única‌ eres, siempre lo eres. Por eso eres atacada, por eso eres envidiada, por eso eres deseada.

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Objetivos

Mi prop贸sito ahora es ser digno y merecedor de tus besos, digno y merecedor de tu mirada, due帽o de tu piel.

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Ocupado

Duermes en mi cabeza. Corres por mi coraz贸n. Mi sangre hierve. Mis ojos te encuentran por todas partes. Me distraigo en ti.

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A la mujer

Porque me hace hombre. Es la única capaz de salvar a la especie humana. Es la única que vale y justifica la creación del hombre por Dios. Porque los hombres como género y especie hemos fallado tanto. Porque no sólo la mujer merece respeto. Porque un desconocido, sería cualquiera de nosotros. Porque un desconocido, es el prójimo que Jesús nos recomendó amar. Porque cualquier mujer, podría ser nuestra madre.

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Rimar

Nada rimarรก tanto como mi amor por ti. Hacerte el amor es el mejor de los versos que jamรกs pueda crear.

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Sólo así

Así te deseo. Así te comeré. No quedará nada. Sólo satisfacción mutua.

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Paciente

Síntomas: Temor sin razón Nostalgia Recelo Celos Felicidad desenfrenada Mitomanía Poesía frenética Diagnóstico: Mi querida dama, Usted está enamorada de mí.

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Aleación

La química sensual, La química sexual, son todos los sentidos fundidos por el fuego de tus sentimientos por el fuego de tus actos.

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Pertenencia

La libertad del esp铆ritu, no se ancla al cuerpo. La libertad del pensamiento, lleva en alas al coraz贸n. La libertad del coraz贸n, no nos pertenece.

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Blasfemia

Aunque Dios crea que no debemos estar juntos y envíe su legión de Ángeles a separarnos, lo convenceré de que se equivoca. Y sólo se puede convencer amándote.

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Tareas

Mirarte a los ojos, cerca. Sentir tu respiraciĂłn, oler tu rĂ­mel, sentir tus pestaĂąas abanicar, sentir tu pecho, besarte. Tocar suavemente tu piel. Besarte, besarte, besarte, besarte. Mirarte, olerte, desnudarte, tocarte. Besar cada centĂ­metro de tu piel. Dormir contigo, despertar tarde a tu lado, comer mi desayuno contigo, sobre tu pancita. Besarte, besarte, besarte.

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Ba単arme contigo, limpiar contigo, trabajar contigo, sacar la basura contigo, caminar contigo, viajar contigo, ir de compras contigo, dormir contigo, comer contigo. Que me beses, que me duermas, que me acaricies. Que me ames.

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Reservo

He decidido mirarte sólo cuando estés dormida. He decidido amarte sólo cuando esté despierto. Porque mis sueños... me los robaste.

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Evaluaci贸n

Lo que el espejo devuelve no son acusaciones. Son buenas calificaciones. Vivir viviendo o vivir fingiendo.

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Cantos al Sol

Como Sol reclamo mi canci贸n. Cu铆date de la resentida luna, celosa por no poder cantarme

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Bautizar un beso

He perdido el sueño. Primero a causa de tus besos. Luego por extrañar tu piel. Ahora me desespera tu sexo. Me he vuelto adicto a tu entrepierna. Nada mejor que besarla profunda y profusamente. No puede llamarse francés a un beso así. He decidido llamarlo: Beso Falopio.

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Indisolubles

Quisiera que tus versos fueran hechizos, embrujos indisolubles para mi coraz贸n. Quisiera que mi pecho gozara las caricias que reciben mis ojos al leer tus embrujos.

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Bombeadas

Las palabras sinceras al igual que la sangre las bombea el corazón. Igual hay palabras que como la sangre son coágulos inútiles.

102 Karlo Liscano

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Entre parĂŠntesis

El dilema que poseo viene de lo que hago viene de lo que siento. Tu sonrisa es dilema, si para ella escribo o por ella transcribo Tus hoyuelos resultan ser los mejores parĂŠntesis que mis versos tienen.

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Gastados

Llegada la ocasiรณn te despojarรกs de todo, desnudarรกs tu cuerpo desnudarรกs tu corazรณn.

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Tan poco

Hacer el amor, además del acto sexual, es pensar a quien amas. Hacer el amor es todo, pero no es mucho. Odiar no es hacer el amor. Hacerte el amor justo ahora sería todo aunque fuera poco. Te haría vivir de nuevo, me harías vivir de nuevo. Morirías si me fuera, morirías si no me vieras. Sufrirías por no tenerme, y eso si es mucho. Después de hacerte el amor es todo, pero no es mucho.

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Agradecimientos

A usted querido lector, por dedicar tiempo a las cortas y breves lecturas de este libro.

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