SANTOS
SILENTES Mariana Matthews
Casullas, Dalcahue
MarĂa de Gracia, Vilupulli
SANTOS SILENTES Mariana Matthews
SANTOS SILENTES Mariana Matthews nos propone en estos Santos Silentes un estudio de documentación fotográfica sobre la Escuela Chilota de Imaginería o Escuela hispano-chilota de santería, desarrollada en la isla de Chiloé entre los siglos XVI y XIX. Su surgimiento es el resultado del aislamiento, de las dificultades de comunicación y la distancia de los centros europeos de producción de imágenes religiosas, pero por sobre todo del extraordinario ingenio y creatividad de carpinteros, curas misioneros artesanos y aprendices aborígenes que reinterpretan a su manera y saber hacer, los modelos del renacimiento y el barroco lejanos. Las imágenes que se construyen son de tres tipos: Santos de vestir o candelero, que consisten en armazones de madera que se cubren con los ropajes y solo muestran la talla en madera en manos y rostro. Santos de bulto, es decir, esculturas de cuerpo entero de madera tallada policromada o estofada, que eran sus técnicas de acabado. Santos de tela encolada, en donde se reemplaza la talla del cuerpo por vestimentas de tela enyesada y posteriormente pintada.
San Antonio, Apiao (Santo candelero)
San Judas Tadeo, Vilupulli (Santo de tela encolada)
Las maderas utilizadas fueron el ciprés de la Guaitecas, el mañio, el olivillo, el avellano, el ciruelillo y el coigue, todas trabajadas con herramientas de talla y carpintería. Además de la policromía de terminación- para lo que se utiliza colores y pastas de enlucir-destaca en ellas el uso de vestimentas suntuosas, collares, anillos, ojos de vidrio, coronas, lágrimas de cristal y pelo natural. Estas imágenes, a las que se atribuye poderes de protección y sanación, están vinculadas a la denominada Misión Circular, un particular sistema de evangelización desarrollado primero por jesuitas –desde 1624 hasta su expulsión de América en 1767- y luego por franciscanos, quienes recorrían las islas en los meses de primavera y verano llevando los sacramentos de la fe católica, celebrando misas, bautizos, primeras comuniones y confirmaciones. En cada isla se construyó una iglesia y el encargado de su cuidado, así como de la mantención de los preceptos, es el fiscal quien en ausencia de los sacerdotes, se preocupaba -y aún hasta hoy- de mantener a la feligresía reunida. Así, estas imágenes de devoción originalmente transitaban de isla en isla acompañando a los misioneros, encabezaban las diversas celebraciones litúrgicas y especialmente las procesiones, las que se efectuaban por mar y por tierra.
San Miguel, Quicaví (Santo de bulto)
Exvoto, Llingua
La procesión o “paseo del santo” tiene un espacio público propio: este es el espacio de la explanada que antecede a la iglesia. Parte central del rito consiste en el paseo de la imagen por la explanada, en procesión pomposa y ceremonial. Acompaña la procesión las músicas de alabanza interpretadas por acordeonistas en desfile, los bandereros que marcan el camino, los cánticos de los romeros, desfile sacramental que muchas veces se realiza bajo fuerte viento y lluvia. Asimismo la procesión tiene su propio espacio arquitectónico: este está representado por el edificio de la iglesia y en particular por el espacio interior longitudinal de la nave central, que remata en el altar. La totalidad de estas iglesias fueron construidas bajo el esquema espacial de una planta basilical, con una nave central y dos naves laterales, siendo la principal aporticada a ambos lados y cubierta por una bóveda de madera.
Iglesia de Voigue
San Antonio de Padua, El Tránsito, Meullín
Es importante destacar que estas imágenes no son la copia exacta de sus modelos europeos referenciales, sino una interpretación propia, naif y popular de aquellos modelos. Sus proporciones son otras así como sus rasgos y facciones asimilables a las de los habitantes de la isla de Chiloé. En ese sentido se convierten en una creación genuina y auténtica a la que se atribuye hoy un enorme valor artístico, aunque en su origen hayan sido solamente devocionales. Santos Silentes viene a profundizar una fundamental tarea de investigación emprendida por Mariana Matthews ya desde hace muchos años en Chiloé, que comienza por su registro y documentación de las iglesias de madera, luego el culto, las fiestas religiosas, los personajes, la cultura local y ahora estas figuras religiosas, buscando a través de la fotografía, como ella ha dicho, trasmitir la belleza trascendente de estas imágenes.
Gonzalo Cerda Brintrup Arquitecto
San Antonio de Padua (detalle)
Iglesia de San Francisco, Meullín
Nuestra Señora de la Candelaria, San Francisco, Meullín
Virgen de Gracia, Tac
LA ESCUELA HISPANO CHILOTA DE SANTERÍA Más de 40 islas, con una superficie aproximada de 9.500 km2, forman el archipiélago de Chiloé en el extremo sur de Chile, donde se empieza a desmembrar el continente. Estas islas están situadas al este de la Isla Grande, separadas del continente y la cordillera de los Andes, por los golfos de Ancud, Reloncaví y Corcovado. Los factores climáticos de mayor influencia son el mar, los incesantes vientos y las perennes lluvias. Este clima implacable y demoledor, con precipitaciones de 2.000 mm al año, y su condición insular, quizás sean una parte de la razón por la cual las islas menores de Chiloé se mantienen aún no muy diferentes a lo que vieron los primeros colonizadores y misioneros. Sus habitantes se han aferrado a su cultura, que encuentra su expresión a través de sus iglesias y santos. Este aislamiento, con un reducido intercambio cultural, ha salvaguardado a su pueblo de mezclas extrañas y, al conservar las ancestrales costumbres isleñas, se ha preservado un legado que es un verdadero tesoro para la antropología cultural. Chiloé quedó excluida de muchos avances del progreso, y esto le ha otorgado un sello de diferenciación inconfundible. Entre sus rasgos culturales autóctonos sobresale la santería local. Durante el siglo 17, se produjo en Chiloé una simbiosis del cristianismo español, compuesto por los misioneros jesuitas, los pueblos originarios, los conquistadores y pobladores. A fines de ese siglo, la demanda del trabajo evangelizador es tal que la corona permite la llegada de jesuitas de otras regiones europeas como Baviera, Hungría y Transilvania. Fueron estos últimos sacerdotes jesuitas quienes dieron el impulso a la construcción de las iglesias, inspirándose en los diseños de las capillas de sus países. Son algunas de las construcciones en madera más antiguas que quedan en pie en el planeta; debido a ello, la UNESCO, en el año 2000, declara Patrimonio de la Humanidad a catorce de ellas. Como parte de la misión española, surgió en ese mismo siglo la necesidad de concretar la evangelización de las comunidades indígenas de un modo representativo; imágenes traídas de los talleres de Cuzco y Quito fueron una valiosa ayuda para la catequesis y fueron acogidas con especial agrado por los naturales. Muchas imágenes creadas en Cuzco o Quito superan la imaginería peninsular y europea.
Virgen del Perpetuo Socorro, Tac
Las imágenes fueron vistas por los isleños como seres celestiales, pero dotadas de vida y poderosas. Se cree con el corazón más que con la mente y, por ello, la imagen es una expresión natural y necesaria para ellos. Pero las imágenes traídas de Europa, Ecuador y Perú, no son suficientes para el crecimiento de la iglesia y la construcción de nuevas capillas. En el archipiélago de Chiloé –alejados de los centros de poder y de los cánones foráneos culturales, en los lugares más pobres y menos socorridos–, la necesidad de ayudar la imaginación de los fieles es atendida con rusticidad y modestia por los carpinteros artesanos de las comunidades donde se establecieron los misioneros. De este modo, nació en estas islas una escuela de carpinteros de imágenes religiosas que es donde mejor se conserva este patrimonio nacional: La Escuela Hispano Chilota de Santería. En el Chile republicano, ya independiente de la corona española, habrá un rechazo por todo lo que vino de España y una negación de lo propio. Quedan relegadas las manifestaciones artísticas de estilo virreinal a los desvanes, en el olvido de templos y monasterios. Durante el siglo XIX reinó la estética francesa, y los árbitros de la cultura y la elegancia consideran bárbaro el arte “colonial”, y empiezan a reemplazar las imágenes religiosas artesanales por las de yeso de fabricación masiva. Hubo un quiebre con el alma colectiva de nuestro pueblo, que había encontrado en sus santos patronos, heredados de los españoles y los carpinteros nativos, la respuesta para sus necesidades espirituales, porque lo que se engendraba ya no era europeo, sino hispanoamericano.
San Francisco, Curaco de Vilupulli
Jesús Nazareno, Calen
Hace un año, a través de una beca Bicentenario del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, pude viajar a 18 islas y sus 32 iglesias, situadas en este territorio patagónico tan lejano y de muy difícil acceso. Elegí las islas más apartadas de la Isla Grande porque son las más abandonadas y olvidadas, donde la imaginería está en una situación de tan mal estado que está en peligro de desaparecer. En estos lugares, el ritual religioso forma parte integral de su cultura y es el espacio de reunión para todos los pobladores de cada comunidad. Ocho de las iglesias visitadas son Patrimonio de la Humanidad. Mi proyecto consistió en filmaciones y un registro visual fotográfico de la santería perteneciente a la escuela hispano-chilota de imaginería. Se trabajó con los párrocos, los patronos de imágenes, los fiscales de las iglesias y las comunidades. Son fotografías de más de 150 santos, construyendo así una herramienta eficaz para el reconocimiento, registro, transmisión y salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de esa zona. La literatura dice que hay aproximadamente 450 imágenes de la escuela chilota en la totalidad del archipiélago y el sector de Calbuco. Las islas albergan un tesoro patrimonial casi invisible para los chilenos, por la dificultad que presenta su situación geográfica. Mi objetivo es, a través de la fotografía, mostrar la riqueza e importancia de este patrimonio a un público nacional y extranjero a través de una exposición y publicación de los resultados de nuestro peregrinaje por el archipiélago. Se publicó en 2015 el libro Santos Silentes con Ocholibros Editores. También hay un DVD, Auto de Fe, con tres relatos de ficción. El hermoso guión literario es obra de la escritora y poeta Rosabetty Muñoz, y tiene su base en las creencias populares, rituales y cantos sacros de las comunidades isleñas.
San Miguel, Quicaví
Virgen de Loreto, Achao (detalle)
MARIANA MATTHEWS Artista audiovisual, nacida en Santiago y radicada tempranamente en USA-, se tituló con un Bachelor of Arts en American University, Washington DC. Hizo estudios de postgrado en fotografía en University of Ohio. Ha sido invitada por Partners of the Americas a exponer y permanecer como artista en residencia en la Universidad de Washington, Seattle. Ha participado en numerosas muestras individuales a lo largo de Chile, en el Field Museum de Chicago, Burke Gallery de Seattle en USA; en Argentina, México, Perú y en diversos paises europeos. Bajo el sello editorial El Kultrun de Valdivia, ha publicado los siguientes ensayos fotográficos: La iglesia en Chiloé (1985), Valdivia en madera y metal (1993), Reunión (1994), Provoste (1997) y Fragmentos de una memoria (2001). Es editora de la colección Crónicas del ojo y el lente, Pehuén editores de monografías dedicadas al rescate de fotografía patrimonial. En los últimos años experimenta en video con las obras Shoón, en museos nacionales de Santiago y Buenos Aires y Confluencias en Lawrence University, New York, USA. Además ha dirigido la serie: Los testigos y sus huellas, sobre fotógrafos patrimoniales de la región de los Ríos. En el año 2000 recibe el Premio Nacional Altazor, en el año 2002 Premio de la Crítica y el 2003, nuevamente el Premio Nacional Altazor y el Premio Regional de Arte. Ganadora de una beca Bicentenario 2010 sobre La Escuela Chilota de Santería, ya ha expuesto parcialmente los resultados en Montjuic, Barcelona y Chaco 2010 en Santiago. En abril de 2012 es invitada a exponer por la embajada chilena en Varsovia y a mostrar sus películas Autos de Fé por el Ministerio de Relaciones de Exterior en Francia, Alemania e Italia, con el propósito de difundir el resultado de este proyecto que nos acerca a la vida espiritual de los isleños de la patagonia chilena. El año 2014 recibe el Premio Municipal de Arte y publica el libro titulado Santos Silentes.
Virgen de la Candelaria, San Juan
Nuestra Sra. de los Dolores, Apiao
Iglesia de Apiao
Interior de iglesia, Cheniao
SANTOS SILENTES CASA DEL ARTE - UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN - 2016 Sergio Lavanchy Merino / Rector Universidad de Concepción Bernabé Rivas Quiroz / Vicerrector Académico María Soledad González Sierra / Directora de Extensión y Pinacoteca Sandra Santander Montero / Curadora y Asesora Artes Visuales
Altar, Llingua
15 Abril hasta 29 Mayo - 2016 CASA DEL ARTE - UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN