Dante Alighieri
Retícula y Doble página
U
n personaje sin rostro llegó tocar a su puerta. Lo acariciaba cada noche siendo apenas un pequeño. Llegó sin avisar, pero llegó para quedarse. Escribió su primera línea, una frase que sentenció el resto de su vida. Una de las musas más recelosas conocidas en la historia, un único amor igual de impalpable a su deseo más profundo: escribir. La poesía se posó en el alma de Dante Alighieri cuando apenas comenzaba a aprender. Pareciera como si su destino estuviera escrito antes de nacer. Siendo un adolescente escribió su primer libro. “Vita Nuova”, o “Vida Nueva” fue el resultado de un amor puro y deseado, real e idealizado, de un amor amado. Esta mezcla exquisita de versos líricos y prosa poética, fue dedicada a su musa Beatriz, a quien vio por primera vez cuando
apenas tenía nueve años y con la que se casó tiempo después. En su camino se empezaron a cruzar personas que le ayudaron a desarrollar hábilmente su pasión. Gracias a los fuertes lazos intelectuales que entabló con los humanistas Brunetto Latini y Guido Cavalcanti, logró aprender tanto los secretos de la retórica latina como los placeres de la escritura en lengua romance, herramientas fundamentales para su consolidación en el arte de las letras. Tras su destierro y exi-
A
lio de Florencia (por ser acusado de malversación de fondos), Dante dedicó todos sus días y sus noches a escribir. Sin más oficio ni obligaciones, se entregó a la poesía, c o m o su única razón para vivir.
Dante Alieghieri
Sus últimos años los dedicó a perfeccionar su obra cumbre: Comedia (como él sencillamente la nombró), con el objetivo de convertir a la sociedad corrupta en virtuosa, tratándola de encaminar siempre hacia la rectitud.
El poeta Supremo
A pesar de ser considerada la
obra maestra de la Literatura Italiana y una de las creaciones cumbres de la Literatura Universal, su búsqueda consciente de un estilo propio lo llevó a escribir otras obras como: Fiore, Detto d’Amore, El Banquete, Rimas, De vulgari eloquentia, Monarquía, Epístolas y De situ et forma aque et terre. Dante se convirtió en el puente de comunicación entre el mundo antiguo y el moderno. Sus preocupaciones por el ser humano y por el destino fortuito que tenía que experimentar para alcanzar una vida bienaventurada marcaron la pauta de la literatura venidera. Desafiando sus propias palabras, en las que alguna vez afirmó que la fama es como la flor, pues tan pronto brota, muere y la marchita el sol que la hizo nacer, se convirtió en uno de los pocos poetas supremos que ha tenido el mundo, alcanzando justamente una fama sin precedentes similar a la de Homero, Esquilo, Sófocles o Shakespeare.
“No menos que saber, dudar me gusta más”