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coahuila desfallece
n i贸 l c ia di e c sp
Periodismo de investigaci贸n
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VANGUARDIA | lunes 12 de MARZO de 2012 | No. 314
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Coahuila
Semanario
muere de sed
Hasta el momento no hay presupuesto que levante al ganado caído, ni programa que le de un motivo a las familias para quedarse a defender el campo. Ésa es la realidad que captó el equipo de Semanario en un recorrido por los ejidos de la Región Sureste: Coahuila está dando el último aliento. Semanario
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Po r J e s ú s Pe ñ a / v i d eo: f e d e r i co jo r dá n Fotos: H é c to r Ga rc í a , F e d e r i co Jo r dá n, G e r a r d o Ch áv e z y A l b e rto M é n d e z
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Semanario
ntre los pocos que han salido ganando con la mortandad de miles de vacas y cabras que ha dejado la sequía devastadora en la región sureste de Coahuila y sus alrededores, están nada menos que las auras y los coyotes del monte. Nomás de pensar en el festín que a esta hora se estarán dando con las casi 18 mil cabezas de ganado muertas de hambre y de sed, según los últimos reportes de la Secretaría de Desarrollo Rural, los campesinos de por acá sienten en la barriga una especie de pavor revuelto con asco. “Este año tienen fiesta los coyotes, hay mucha mortandá ¿Cómo nos damos cuenta?, por los zopilotes y en los aguajes, porque ahí vas tú de diario y dices ´ah… no vino la vaca julana´, empiezas a rastrear y te das cuenta por los zopilotes. De muchos animales no sabes ni dónde quedan”, dice Nicolás Meléndez, ejidatario de Guajardo, una comunidad árida de las montañas de Ramos Arizpe a la que se llega subiendo la sierra por una cuesta arenosa y sin pavimentar. Aunque para otros los coyotes y las auras no son los únicos ganones de esta catástrofe que tiene asolada la entidad y que, según cálculos de la Secretaría de Desarrollo Rural, ha costado a los campesinos unos mil 851 millones de pesos, sino también son los ganones los contendientes más feroces en los comicios presidenciales de 2012, en la vorágine de una guerra electoral que, se preveé, hará más brutal esta sequía que lleva ya 19 meses. “Hay mucha simulación en los apoyos, todo mundo anda repartiendo dinero, que ´vamos a repartir 500 millones’ y nosotros no los vemos, porque es una simulación para un proceso electoral. Llegando mayo van a suspender los apoyos, que porque es época electoral. “Pasando las elecciones el que sale va a decir ´no pos ya para qué reparto´, y el que entre va a decir ‘no pos qué reparto si ya no hay, el que salió se lo llevó’”, opina Héctor Carlos Salazar Arriaga, presidente de la Confederación Nacional de Productores de Maíz y líder de la Unión Estatal de Granos y Forrajes, entrevistado un sábado por la tarde en la redacción de SEMANARIO.
Viene lo peor De acuerdo con la CNA las condiciones de sequía prevalecerán hasta el verano, siendo que la temporada de lluvias viene desfasada dos meses, en lugar de empezar en mayo, lloverá hasta los meses de junio – julio, por lo que se esperan en este periodo los efectos más negativos de la sequía. Lunes 12 de marzo de 2012
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Es considerable el desastre en los ranchos de Saltillo y Ramos Arizpe, por citar sólo dos de los municipios más siniestrados de la región Sureste, sin contar los del desierto, donde las auras y los coyotes se han hartado ya de comerse las vacas y becerros muertos en los límites de la sierra. "De tantas que se mueren hay vacas que quedan enteras, ni los coyotes se las comen ya, ¡andan hasta acá"¨, platica agarrándose el cogote Antonio Sánchez, otro agricultor del ejido Nacapa, población ramosarizpense a la que, por sólo haberle construido un trecho de carretera, el Gobierno lo decretó como bajo en marginación, cuando la mayoría de las familias que vivían aquí prefirieron salir huyendo de la pobreza para buscar mejor vida en la ciudad. Lo cierto es que desde antes de que las autoridades promulgaran la emergencia por la sequía en 29 municipios del estado, los coyotes y los buitres ya se habían botaneado con las vacas y las chivas muertas, relata Antonio un atardecer en que paseamos por las tierras arrasadas de Nacapa. El paisaje es todo de gobernadoras y mezquites secos, porque aquí, como en otras comunidades de Coahuila, la sequía acabó, algo nunca visto, con las nopaleras, las lechuguillas y las candelillas, que habían resistido a las heladas de febrero del año pasado. Lo que Antonio, y miles de agricultores de la región, no se explican es cómo estas plantas, que eran consideradas entre las más resistentes del desierto, sucumbieron a la seca. "Son cosas de no creerse, ¿verdá?", dice Antonio. Del pasto ni hablar, por eso es que ya no hay qué coman las vacas y de los pocos nopales que se salvaron no quedan más que los cueros, suelta Antonio quien ahora nos conduce a uno de los muchos cementerios de ganado que surgieron, a cielo abierto, bien entrada la sequía. "El nopal está seco, está chupado, ahorita el no-
pal no tiene carne, es el puro cuero y las vacas no se lo pueden comer". Conforme nos internamos en el monte vamos viendo el tiradero de osamentas de vacas, que por la falta de agua y zacate, se quedaron en el camino y que, a decir de Antonio, estaban tan flacas que lo único que aprovecharon las auras y los coyotes fue el menudo. En el trayecto Antonio narra lo bonita que era la vida en el rancho hace unos 40 años, cuando llovía y los campesinos de Nacapa levantaban toneladas y toneladas de maíz, trigo, frijol, avena y cebada. Entonces sólo Antonio, sus hermanos y su padre, llegaron a hacer más de 500 cabezas de ganado, "había mucha vida en este rancho", cuenta. Pero metros más adelante su relato se ve ensombrecido por una imagen siniestra, es una becerra blanca que quedó atorada entre los troncos secos de un mezquite y murió cuando, ya sin fuerzas, trató de liberarse. "Era una becerra de tres años, estaba flaca, verdá, se ganchó y quedó colgada de este palo. Metió la cabeza por aquí, la quería sacar por acá y ya no salió…", explica Antonio frente al animal. Las cosas en el rancho empezaron a ir mal más o menos desde el 95, cuando dejó de llover, las cosechas se acabaron, los animales se empezaron a morir y la gente se fue pal pueblo (la ciudad) a buscar la vida. "Ya tenemos años sin sembrar, siete años que no sembramos nada por falta de agua, quedan pocos animales, las familias migraron y hay muchas casas solas, unas ya se cayeron, otras se están cayendo…". "Las familias se van para Ramos, se llevan dos o tres niños chicos y esos niños, lo que pasa es que, allá agarran la vagancia y en lugar de beneficiarse se arruinan, termina la familia arruinada", narra Antonio. Los políticos, que sólo vienen al rancho en tiem-
pos de elecciones, no entienden de esto. "No conocen realmente cómo está la situación acá en el rancho, nomás uno que la está viendo". Avanzamos en el monte y nos topamos con más vacas que antes de morirse ya eran cadáveres andantes. Antonio dice que esto nada más es una probadita de lo que hay sierra adentro, donde esta parejo de cueros y huesos de reses que se perdieron buscando dónde abrevar. "Están flaquísimas, las vacas deben pesar 350 kilos, te pesan ahorita como 150 kilos. Se las trae uno al corral para hacerles la lucha, pero ya no, la res ya nada más enflaca y ya no come ni nada, es muy delicada, ya nomás se cae y ya no se levanta". Antonio comenta que hace meses los ejidatarios de Nacapa solicitaron al Gobierno la perforación de un pozo de agua para darle de beber a sus animales y regar sus sembradíos, pero hasta ahora han sido ignorados. "Dicen las autoridades 'sí te vamos a perforar, pero tú vas a poner el 50 por ciento', si la perforación cuesta 100 mil, por decirlo así, tienes que poner 50 mil pesos, ¿de dónde los agarramos, es imposible, cuándo?". Y las lluvias "mata polvos" que hace unas semanas cayeron sobre la región no lograron ni mojar tantito los estanques y las presas de Nacapa, que ya tienen 10 años, sin gota de agua. "Esa presa, cuando agarraba agua, sembrábamos hasta tres años, ahorita está completamente seca". Los ejidatarios de Nacapa, que se halla situada a unos 90 kilómetros de la capital por la carretera a Monclova, han luchado, durante años, por ser incluidos en un proyecto productivo de esos que tiene el gobierno para el campo y así dar trabajo a las cuatro familias que han sobrevivido a la sequía, pero tampoco han sido escuchados. Hace algunas semanas que el Gobierno del Estado anunció la entrega de siete mil toneladas de
Fenómeno nacional
La zona cero
Pluviómetros a la baja
Actualmente hay 21 estados de la república con sequía, de ésos, cinco presentan sequía extrema. Coahuila, Durango, Chihuahua, San Luis Potosí, Zacatecas.
La región sureste y desierto del estado, es donde menos llueve y donde menos agua de presa o rodada hay.
Se calcula que la precipitación anual en Coahuila es de 343 milímetros, sin embargo el año pasado sólamente llovieron 147 milímetros.
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La gota fría Coahuila es el segundo estado con menos lluvia en el país, después de Baja California.
29 de los 38 municipios de Coahuila han sido declarados en estado de emergencia.
Mil 851 millones de pesos es la pérdida que se tiene cuantificada hasta el momento, por los efecto de la sequía.
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suplemento alimenticio destinado a mitigar los efectos de la sequía sobre los hatos ganaderos de Coahuila. La cosa era que los campesinos debían pagar la mitad del valor del alimento, algo así como dos mil 750 pesos. "Con qué lo vamos a pagar, de dónde quieren que agarre uno dinero, necesita vender uno unas tres o cuatro vacas para pagar lo que le corresponde y eso está bien difícil". Por eso es que Antonio, y el resto de los campesinos de la región, piensan que lo más seguro es que las auras y los coyotes sigan de fiesta en el monte por quién sabe cuánto tiempo más. LO MISMO ME DICE Nicolás Meléndez, otro agricultor, mientras contemplamos los despojos de una vaca negra que se quedó atascada en el lodazal de un estanque seco, en el ejido Guajardo de Ramos Arizpe. El olor a podrido que despide la res nos llega desde el fondo del estanque, que antes servía para abastecer del líquido durante un año a los animales del rancho, pero que desde hace dos se secó después que se acabó el agua que descargaron las lluvias del huracán "Alex" en la región. Nicolás refiere que en las últimas semanas han sacado muertas de este estanque al menos a unas 12 vacas que entraron al embalse buscando calmar la sed y se quedaron empantanadas en el soquete. "Todas esas vacas se han muerto de pura sed, no hay agua, ahí se quedan adentro, aquí murieron 10 VANGUARDIA Lunes 12 de marzo de 2012
porque se quedaron esperando el agua". Pero aclara que en las entrañas del monte en Guajardo podría haber unos 70 ó 100 animales más. La tarea será ahora cargar con un garrafón de gasolina y prenderle lumbre a los huesos, antes que las pocas reses que quedan vivas empiecen, de puro hambre, a comerse los cadáveres de sus compañeras, se enfermen y se mueran también. "Ya no llevamos la cuenta de la pérdida porque como andan sueltas en el agostadero por ahí quedan, nomás dicemos 'no he visto la vaca julana , ni la otra', quiere decir que ahí están sembradas entre el monte y ya no los encontramos, se quedan tiradas en los arroyos con los cuernos clavados". Y eso no es nada, Nicolás al igual que los demás agricultores y ganaderos de la entidad, saben que lo peor de la sequía está por llegar, entonces ya no solamente escaseará el agua para los animales, también para la gente de los ranchos. "Hay pura mortandad y sigue, es marzo y ya estamos viendo el tiradero, todavía falta abril, mayo y junio". Por lo pronto para remolcar a la vaca que se quedó enterrada en el estanque será necesario traer un caballo, pero tiene que ser antes de que la presa seca empiece a contaminarse por la descomposición del animal. A lo lejos se oye el eco del balido de otra vaca escondida entre los mezquites muertos a la orilla del estanque. Nicolás dice que el animal está mugiendo de sed y no tardará en morir si no se acerca a los bebederos que hay a las orillas del ejido.
"La que no vaya hasta donde está el papalote aquí se va a morir, atorada, se va a morir de sed y de hambre, porque no tenemos qué darle". La emprendemos ahora por la sierra, bajo el bordo del estanque nos encontramos con un panteón de vacas regadas a diestra y siniestra entre la gobernadora y el tasajillo marchitos. Nicolás dice que nunca de los nuncas la gente de aquí, acostumbrada a pasar todo tipo de privaciones, había visto algo como esto. "Está muy duro, si no cosechábamos, al menos teníamos pastura pa los pobres animales, pero hoy desgraciadamente no nos ha llovido". Y del apoyo del gobierno nada: "No ha habido apoyo, se oye mucho que el gobierno federal está apoyando y que el estatal, pero ahorita no nos ha llegado nada y es cuando necesitamos pa comprarles el alimento a las pobres vacas". Nicolás explica que ante la falta de auxilio él mismo ha tenido que costearse unas 300 pacas de alimento para mantener en pie a las escasas reses que aún le quedan en el agostadero. Caminando por el monte nos sale al paso una manada de vacas flacas, algunas de las cuales van guiado a sus becerros casi recién paridos e igual de esqueléticos que ellas. "Al becerrito ese la falta leche, - dice Nicolás señalando a uno de los animales - las vacas no dan leche ahorita y por eso están así de flacos, por eso no crecen, no hay ni cómo venderlos ahorita. Los compradores te dicen ´no, esas vacas flacas no las
El Inventario de la catástrofe
43 mil hectáreas se dejaron de sembrar el año pasado en Coahuila en la superficie de temporal y agricultura de escurrimiento
14 mil hectáreas sembradas donde no hubo producción por falta de agua
250 kg El ganado bovino perdió peso corporal hasta en un 50 por ciento, de pesar 450 y 500 kilos, las vacas se fueron hasta 220 ó 250 kilos
-60% Las vacas de vientre no tuvieron condiciones de preñez, porque su estado físico no les permitió tener celo y quedar preñadas, el porcentaje de parición se redujo en un 60 por ciento.
160 mil hectáreas de pastizales no se recuperaron en todo el estado
11 mil 651 cabezas de ganado bovino se han perdido
6 mil 290 cabezas de ganado caprino desfallecieron. Lunes Lunes128de demarzo enero de 2012
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queremos ni dadas'". Si tan sólo el gobierno les ayudada a desazolvar sus estanques, y los apoyara para sembrara algo de rastrojo para los animales y frijol para las cerca de 70 familias que han aguantando aquí la sequía, la suerte del ejido sería otra. A la salida del rancho nos detenemos en otro estanque seco. Encima de nuestras cabezas vemos volar a varias auras, Nicolás bromea y dice que los pajarracos están tan hartos ya de comer vacas muertas que quizás ahora quieren baquetearse con nosotros. "Este año los coyotes tienen fiesta", remata. EL QUE SABE MUY BIEN DE ESO es Jesús Parra, un ejidatario de Agua Nueva con el que hemos venido hasta el Fraile, otra comunidad ubicada al sureste de Saltillo, para conocer lo que ellos llaman el "panteón", por ser el sitio donde los lugareños 12 VANGUARDIA Lunes 12 de marzo de 2012
vienen a tirar las vacas que en esta temporada han muerto por la falta de agua y pasto. "Mira a ésta la vinieron a tirar apenas hoy en la mañana", comenta. Mientras presenciamos el espectáculo grotesco de cadáveres regados en lo que parece un hueco taladrado en una loma, Jesús nos cuenta de una periodista del Wall Street Journal que vio morir de hambre a uno de estos animales castigados por la sed "Se quedó impresionada", relata Jesús. Aquella reportera había venido a esta parte de la región sureste de Coahuila para documentar los estragos ha provocado la peor sequía registrada en el país durante los últimos 70 años. "Dijo 'vengo a ver qué es la sequía, porque yo no sé, allá en la capital (México), dicen que en Coahuila no hay pobres, que no existe la pobreza', 'no, que chingados…', pensé", narra Jesús, quien sólo unas horas antes nos había llevado a recorrer la población de Buñuelos, municipio de Saltillo, en donde
¨No tenemos agua en la presa, nada, el papalote lo tenemos descompuesto. El agua potable también la tenemos desbaratada, porque se nos fue la bomba para abajo y no está sacando agua¨. Gregorio García Flores, ejido Fraustro
“Andamos luchando porque se nos haga una perforación, no contamos con agua, el agua que nos está abasteciendo ahorita está en un ejido que se llama San José de la Unión, pero ese pozo abastece lo que es el ejido Notillas, San José y Garambullo, y en este tiempo de sequías es insuficiente”. Delfino Alvarado Godina, Garambullo
“Solicitamos apoyo para un pozo porque tenemos muy poca agua, la necesitamos en el agostadero pa las tres vaquías que tenemos. Chivas no quedó ni una, todas se murieron”. José Ángel Camarillo Sánchez, San José de la Unión
“Se requiere de otra noria porque la que está aquí da muy poquita agua y ahorita con la seca se baja mucho”. Cruz Vallejo, La paloma
“Estamos batallando mucho pa darle agua a los animales los llevamos a estanques retirados, andan sueltos por falta de pastura y queremos que nos apoyen para abrevaderos, bordos, pa si en caso de que llueva que tomen agua en la comunidad. Ya que no nos echen mentiras, queremos realidades”. Francisco Alvarado, ejido 28 de Agosto
“No tenemos agua suficiente para nuestros animalitos, para tomar en el rancho y queremos que nos apoyen con algo. Tenemos un pozo que hizo el gobierno, quedaron que nos lo iban a equipar y no nos lo han equipado”.
¨Tenemos el papalote tumbado, hace como tres meses que el aire lo tumbó y no hay agua ni para nosotros ni pa los animales, tuvimos que irnos a vivir a La Paloma porque es donde nos dan el chorrito¨. Juan de la Cruz, Nuevo Nacapa
Epifanio Nájera, Astillero Lunes 12 de marzo de 2012
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la sequía ha golpeado tan salvajemente que sus habitantes no tienen ya agua ni para tomar. En ese caso la gente tienen que ir al centro del rancho para abastecerse de una pileta de agua podrida en la que Jesús vio sumergidos la otra vez los restos de un perro muerto.. La bomba del pozo de agua en Buñuelos, como en muchas comunidades del sureste de Coahuila, está descompuesta y el estanque principal, bordeado de árboles muertos de deshidratación, esta sin agua desde hace años. Aquí tampoco las autoridades vienen y en medio de la comunidad sólo se alcanza a ver, como un momento a la corrupción, la obra abandonada de un invernadero que serviría para la producción de tomate, pero que jamás se echó a andar. "Fue un proyecto de FONAES que costó 300 mil pesos y ahí está tirado, aquí el que ganó fue el que lo construyó", denunció Jesús. Más tarde pasamos por la India, poblado en el que nos detuvimos para ver las ruinas en que se ha convertido este pueblo fantasma del que sólo quedan casas derruidas, tapias de escuelas sin niños, una nopalera que quemó la última helada y dos habitantes, a los que no se ve por ninguna parte. "Hace15 días que Rubén Moreira estuvo en Agua Nueva vino a ver una obra y dice 'para qué sirve', le digo 'esa es una obra de captación de agua que hicimos en 2010', pos a los cuantos días salió en la prensa que Moreira estaba poniendo esa obra en el ejido, ta jodido, él no hizo nada", rugió Jesús. Los animales y las cosechas de maíz hace mucho que desaparecieron de la India donde ni si quiera se oye el canto un gallos o el balido de las becerras. Arribamos por fin a este cementerio de vacas muertas en el Fraile, comunidad a la que se llega por una brecha paralela a la carretera Zacatecas y que es usada por los narcotraficantes para sacarle la vuelta a los retenes de soldados y policías que controlan el paso de la droga en 14 VANGUARDIA Lunes 12 de marzo de 2012
esta ruta. El Fraile es también una población de casas solitarias y a punto de venirse abajo. Viven a penas unas ocho familias que al parecer resueltas a quedarse a soportar la sequía hasta que el cuerpo aguante. "Mucha gente se va al pueblo, se tiene que ir a buscar la vida a otras partes, encuentran trabajo de veladores, ya se quedan ahí, aunque les paguen 600 ó 700 pesos a la semana, es mejor que estar aquí en el rancho. Aquí únicamente se quedan los que tienen ganadito, cabras, vacas…". Jesús ya está acostumbrado a ver por los caminos rurales los hatos de vacas flacas buscando qué comer entre las gobernadoras, el cortadillo y las lechuguillas secas. "Yo tengo como unos 120 animales, tuve que comprar 90 mil pesos de forraje, si me voy a esperar a que estos hijos de la...me den la ayuda… se me van a morir las pinches vacas". Es hora de irnos, pero antes de continuar el viaje de regreso, Jesús dice que sería bueno hacer una última parada en el ejido Punta Santa Elena, también municipio de Saltillo. Aquí la sequía es tal que la gente se ha visto en la necesidad de comprar agua de garrafón desde que la máquina desalinizadora, que hace años les puso el gobierno, se descompuso y nadie ha venido para arreglarla. "Tienen agua, pero es agua salada, muy gruesa, que si la toman se enferman". Con la sequía en Punta Santa Elena comenzó el éxodo de gente, del rancho a la ciudad, que ya no tenía siembras ni animales qué cuidar. Sus casas se quedaron solas y sus tierras de labor resecas y sin barbechar. Tan desolado se quedó este rancho del sur de Saltillo que hasta el comisariado junto con el consejo de vigilancia huyeron también. Mientras que en la sierra los coyotes y las auras asisten al gran bacanal de reses y cabras muertas de sed y de hambre ¿hasta cuándo?, sólo Dios sabe.