la rata
El ‘vato’ que sobrevivió a la calle para contarla
Periodismo de investigación
VANGUARDIA | lunes 20 de agosto de 2012 | No.336
en un dos por tres
El futbol lo es todo
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Deveras fue un asunto de orgullo nacional haber ganado la medalla de oro en futbol. En general estas Olimpíadas fueron gloriosas para México, bien que de manera imprevista y sin que el presidente Calderón tenga mérito alguno que adjudicarse por ello. Esperemos que estos resultados deportivos sean un buen augurio de la época que está por comenzar, y que oficialmente inicia el primero de diciembre. Debo reconocer que en materia deportiva soy obradorista: escéptico, amargoso, suspicaz, irónico, derrotista, difícil de contentar. Pero el triunfo de la selección olímpica me llenó de orgullo y satisfacción, como a todos los mexicanos: el que lava coches, el mesero de restaurante, el obrero de fábrica, el cantinero, el estudiante universitario, la locutora de televisión, el narcopolítico, la teibolera, el vendedor de libros viejos, el agente de tránsito, etcétera. Fue un triunfo rotundo y sin fisuras, que nadie pu-
La fauna
Por Alfredo García
ede censurar ni poner en entredicho. El gol que metió el coahuilense Adolfo Oribe en el segundo 28 del partido, fue un momento tan glorioso como la llegada de Fidel Castro a la Sierra Maestra o el momento en que fue anunciada por radio la defunción de Stalin. Ojalá este triunfo siente un precedente de gallardía para los tiempos venideros. Pues esta hazaña demuestra que, al contrario de lo que piensan los directivos de Televisa, el futbol es asunto de amor propio y de amor a la camiseta y no de carretadas de dinero. Los futbolistas que ganan un sueldo superior al del presidente de la República, serán unos buenos empresarios, unos pepes y toños encumbrados, sin necesidad de lavar dinero, pero no necesariamente unos buenos deportistas. El triunfo demostró también cuán inútiles, ociosos y estériles son toda esa ralea de comentaristas deportivos de la televisión, que durante décadas ameni-
zaron nuestras derrotas con un sinfín de excusas, evasivas, mentiras, no atendiendo al decoro nacional sino únicamente a sus cómodos empleos en Televisa y TvAzteca. Cómo quisiera ver la cara agria y congestionada de odio de Joserramón Fernández, ese jamón podrido de la locución deportiva, ese López Obrador de nuestro futbol, vociferando en contra del triunfo de la selección mexicana en Londres, poniéndolo en tela de duda, restándole méritos, voltéandolo al revés para buscarle defectos. Algún día sabremos hasta qué punto la casta de los comentaristas de radio y televisión han arruinado al deporte en México, creando una afición abúlica y conformista, derrotista y supersticiosa, comodina y cobarde, incapaz de exigir sus derechos, no ya a los políticos de izquierda y derecha, sino a los deportistas de calidad estelar, a los directores técnicos, a los empresarios del entretenimiento, a los burócratas deportivos…
| Diccionario de autores
SER HUMANO DETECTADO
Ilustración: Diego Hernández
Pedagogía: El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices (Pitágoras).
Si yo fuera presidente
Rodolfo Vázquez, distribuidor de redes de mercadeo y amante del cine.
¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Felipe Calderón?
1.
Crearía mejores mecanismos de evaluación para los maestros de todos los niveles de educación, y en base a ellos implementaría nuevos programas de estudio enfocados a la competitividad internacional.
2.
Otorgaría más recursos para la producción cinematográfica.
3. 4. 5.
Ofrecería recursos materiales y económicos a artistas independientes a través de las distintas instituciones culturales. Implementaría una campaña masiva y efectiva de promoción de valores en todos los estratos sociales. Facilitaría trámites y disminuiría costos para las personas que deseen crear sus propias empresas.
LA LICUADORA
Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél, y luego verás quién sale:
Calvin
“El Vitor”
El “Travieso” Arce
Oribe Peralta Morones
| Claro que ud. lo sabe
| Los menesteres del ocio
|| Por Miguel Agustín Perales
|| Por Alfredo García
1.- … era, entre los nahuas, el dios del planeta Venus. ■ ■ ■ ■
a) Xochipilli; b) Quetzalcóatl; c) Xipe-Totec; d) Huitlizilopochtli.
2.- “Uno, ninguno y cien mil” es una novela de …
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a) Alberto Moravia; b) Leonardo Sciascia; c) Italo Calvino; d) Luigi Pirandello.
3.- Metis es un satélite de … ■ ■ ■ ■
a) Júpiter; b) Saturno; c) Urano; d) Neptuno.
4.- … es el sentido etimológico del sustantivo chofer. ■ a) jefe de cocina; ■ b) aguador; ■ c) fogonero de una
■ a) el Duque de Mantua; ■ b) Gilda, ■ c) Rigoletto; ■ d) Magdalena.
6.-Según …, la Existencia nada en la nada. ■ ■ ■ ■
a) Gabriel Marcel; b) Martin Heidegger; c) Karl Jaspers; d) Jean-Paul Sartre.
7.- Bremen es una ciudad … ■ ■ ■ ■
a) francesa; b) italiana; c) holandesa; d) alemana
8.- .. era en la mitología griega la personificación del planeta Venus. ■ ■ ■ ■
a) Eos; b) Titono; c) Héspero; d) Ilitía.
Respuestas:1) b; 2) d; 3) a; 4) c; 5) a; 6) b; 7) d; 8) c.
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locomotora; ■ d) cornaca.
5.- La famosísima aria La donna è mobile, de la ópera Rigoletto, es interpretada por …
superméndez
Incestos reales. Según textos de la época, Carlos II (1661-1699), el último emperador español de la familia de los Habsburgo, empezó a hablar a los cuatro años y a andar a los ocho. Durante los últimos años de su vida, apenas lograba mantenerse de pie y era víctima de alucinaciones y convulsiones. Una de las hipótesis es que el monarca pudo haber sufrido dos problemas genéticos simultáneos: una deficiencia de la glándula pituitaria, así como acidosis tubular renal, lo que podría explicar su perfil clínico complejo, incluida su impotencia, que condujo a la extinción de la dinastía. Todo esto según un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela y de la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica. Con el objetivo de mantener los derechos de su dinastía, los reyes Habsburgo se casaron “a menudo con miembros cercanos de su familia, en uniones tío-sobrina, entre primos u otras uniones consanguíneas, según los investigadores. Por si usted no sabía, el grado de consanguinidad también puede medirse. El grado de endogamia aumentó con los años en la dinastía de origen austriaco. Este grado era, así pues, del 0.025 para Felipe I, el fundador de la dinastía, que se casó con su sobrina, Ana de Austria, y fue subiendo hasta el 0.254 para Carlos II, el último de la estirpe. La tasa de mortalidad entre los aristocráticos Habsburgo, según los investigadores gallegos, era anormalmente elevada respecto a la media de esa época en España. Nunca falta alguien así. Quizá quien mejor ha hecho un retrato de la reina Isabel II de España (1830-1904), tatarabuela del actual monarca Juan Carlos I, fue el historiador
José Luis Comellas: “Desenvuelta, castiza, plena de espontaneidad y majeza, en la que el humor y el rasgo amable se mezclaban con la chabacanería y con la ordinariez, apasionada por la España cuya secular corona ceñía y también por los amantes que encerraba en su alcoba.” Más atrevido e irreverente, sin duda, fue el retrato relámpago que le hizo el gran prosista y dramaturgo don Ramón María de Valle Inclán en su obra “La corte de los milagros”, merced al cual aquella escandalosa reina quedaba convertida en un esperpento teatral, en un personaje de gran guiñol: “La Católica Majestad, vestida con una bata de ringorrangos, flamencota, herpética, rubiales, encendidos los ojos del sueño, pintados los labios como las boqueras del chocolate, tenía esa expresión, un poco manflora, de las peponas de ocho cuartos.” Felicitación. “Dichoso aquel que tiene por amigos sus hijos, caballos ligeros para las carreras, perros para la caza y un hospedaje en países lejanos”: Solón de Atenas. REALPOLITIK Deje Ricardo Monrreal su demagogia guajira, pues todo el país lo mira hundirse en un mundo irreal. Diccionario portátil. El término ESTRAPERLO es usado en España para referirse al comercio ilegal de bienes sometidos a algún tipo de impuesto o tasa por el Estado. Por extensión, es una actividad irregular o intriga de algún tipo; se usa también como sinónimo de mercado negro.
El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos)
Por J. Latapí
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Esta es la historia de un niño que se crió en la calle y está aquí para contarla. El destino estuvo en su contra. Sobrevivió al chemo, a las riñas, a la chota, a la fama, a las celdas de castigo, a ‘La migra’, al Ejército, a la pobreza, al desamor... Hoy tiene 32 años y no quiere caer otra vez ni ver caer a la banda. Por Jesús Peña Foto s d e G e r a r d o C h áv e z
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hingao, otra pinche nochecita en la calle, tus hermanastros llegaron otra vez bien pedos y seguro que, otra vez, te van a echar a maldiciones y putazos del cantón. Ni modo Rata, al cabo que no es la primera vez que la pasas con los compas de la banda tirado en los patios de la Central, con tu cama de cartón y tus cobijas de papel periódico, policíaco, escurriendo de sangre. Ándale mijo, gánale pa la calle que allá no faltará quien de la
banda se tumbe con un chemo (resistol) y ya verás cómo con un resistolazo se te pasa el frío y el hambre, porque así se acuesta la banda, bien chemotes, bien locos para no sentir la pobreza. Órale Rata, ponle, ya sabes que con la banda no hay pedo que tengas nueve años, ya ves que aquí hay más morríos como tú, que se acepta de tocho. Amaneciendo te vas con tus compas los payasos a payasear a los camiones, ya verás como al rato hacen una lana y te invitan el lonche y hasta un chemo, un tinaco (thiner), un pisto.
La perra calle, que te recogió de cachorro, te enseñó sus ojos hostiles y sus dientes filosos. La calle que ha sido tu mejor escuela, la que te ha enseñado a sobrevivir, con trabajo o sin trabajo, con estudios o sin estudios. En la calle aprendiste a lavar carros para comer, a pedir, a tratar con la gente, a sobrevivir con los maloras que te quieren tumbar pa su vicio, que son cabrones, “a sobrevivir a la injusticia, a la ¿cómo le dicen ustedes?, marginación, a la esa madre ¿cómo le llaman?, discriminación”, a todas esas cosas que te pasan con la gente, con la policía, con todos. Ah pero qué chido es estar con la banda, me cae, que buen cotorreo, ahí no hay carnales aprovechados que no te quieren, que no te invitan a botanear, que te coscorronean cuando estás haciendo la tarea o que te voltean la televisión pa que no la mires; tampoco una jefa que se la pasa todo el pinche día jalando en un restaurán pa que la familia, que son un resto, medio coman. Vas al barrio y la pandilla siempre te hace el paro, te escucha, te da un consejo: que tu jefa se pasó de lanza, que no te dio de comer, que no te hizo el paro, “no hay pedo güey, vente, vamos a lavar un carro, ahorita hacemos unos lonches, vamos a ver qué chingados se hace para comer, pa un churrito, pa una loquera”. La banda es tu familia, te buscan, te respetan, te dan cariño, te quieren, te apoyan, te dicen ‘no güey, lo que estás haciendo, está bien’, aunque esté mal. La banda te motiva, le dices a la banda “qué güey, voy a ir por un churro” y la banda te responde “¡uy que bien güey!, yo te doy un 10 pa que completes y me invites”. Te has criado en las calles y no conoces otra forma de vida que la del pandillero de pelo largote, rapado por el lado de las orejas, acá bien pinche extravagante, que trae el cuerpo rayado, viste tumbado y oye pura colombiana.
Así te le vives… loqueando, cotorreando con la banda, con las morritas, ah, porque la banda tiene sus morritas que, como tú, desde chavitas agarraron la calle y ahora están en el callejón, como tú, dándose un churro, un chemo, un tinaco, unos tanques (toques) de mariguana, bien locas, algunas embarazadas, otras cargando sus chavitos. “Qué mija, pos ira te traigo una loquera, te doy de comer y te doy una feria y… ya sabe lo que quiero”, porque, hay morritas que ya se impusieron a la vida fácil, que les gusta, como dice uno en las calles, prestar las nalgas por una madre. Lo supiste el día que conociste aquella morra que trabajaba vendiendo el cuerpo en el centro, unas veces en el Hotel Roma, otras en el Hidalgo. Tú eras uno de los que siempre andaba bien loco en la Loma (de Santa Anita), con Los Gatos, tu barrio, entonces la morra subía y te decía “qué onda güey, hazme el paro, consígueme alguien que me caliente agua pa hacerle la teta a la morría”, “simón mija, ahorita vengo, deja te consigo”, le contestaste. Ibas y conseguías agua caliente “órale mija no hay pedo, aquí traigo una cobija pa que la acuestes”. Al rato los dos estaban loqueando, cotorreando, mientras la niña dormía. Cómo pasa el tiempo, cumpliste 12, y ya sientes cómo las drogas te han ido atrapando. Ahora sí que nadie te puede contar lo que es no comer en tres días por estar resistoleando, pegado a la chingadera. Sólo tú podrías explicar lo que es andar con la boca reseca, la cabeza estallando del dolor, el estómago cerrado por tantas horas de no probar alimentos y una debilidad que hasta güeva te da caminar una cuadra. Eres todo un pandillero, ya creciste, ya aprendiste nuevas mañas y la banda te lo reconoce, sabe que eres cabrón, no por nada desde los 10, 11 años te dabas un churro, te gustaba el resistol, te juntabas con malan-
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Después te irás a cotorrear con ellos, a cotorrear. De repente los ves que andan muy alucinados, que están risa y risa “a chingao, esa madre estará muy chida, a ver présta”, no le sabes a la droga, pero pos empiezas, te calas, no te gusta, la tiras y de repente como que sientes rico, sabroso, las nubes, empiezas a alucinar y la vuelves a agarrar. En la tarde ándele mijo a vender chicles, de a dos por peso, a limpiar vidrios, lavar carros en la calle o, de plano, otra vez pa la Central, y “qué señito ¿le cargo las maletas?”, pa sacar pal taco y de paso pa un tinaco. Eres granjeador Rata, sabes cómo ganarte a la gente que a veces te da de comer, te da trabajo y hasta chanza de quedarte a dormir en algún carro. Y otra noche a loquear con la banda en las tapias, en los arroyos, en los rieles, donde sea que no los vea la gente peinada (chismosa), ni los policías, que son bien bañados. ¿Te acuerdas del patadón que te dio un pinche patrullero el día que te le pusiste al tiro porque te quería dar canela (cárcel) con tus compas de la banda, aquella vez que los agarraron echándose un six de botes en los rieles de La Mina? Llegaron bien picudos los policías y les empezaron a hacer preguntas y a revisarlos, “qué onda jefe” saludaste, “¿qué onda de qué puto?, y cállese”, te contestó el oficial. Todo porque habían cachado a otro morrío desconocido con una botella de resistol y con ella les venían pegando a todos. Eran como siete de la banda y a todos los estiraron. De repente te encorajinaste y le dijiste al policía “eh, ya estuvo ¿no?, ya nos llevas, no seas bañado”, que te mete el patadón, hasta te dejó el zapato marcado: “pinche malandro, - te dijo- quién chingados lo trae de loco”, y tu reviraste “por eso güey, a nosotros nos agarraste pisteando, no loqueando”, “no le hace, aquí todos bailan igual”, te calló y jaló con todos pa la Municipal.
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Vas al casting, quedas, luego a los ensayos y en un santiamén estas arriba del escenario, representando el drama de tu vida: la realidad del pandillerismo, la prostitución y la drogadicción en las colonias populares de la metrópoli.
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dros más grandes que tú a los que les latía jalarte porque te metían por las ventanas pa que les abrieras los cantones y así pudieran robar a gusto. Hasta que en una de esas te agarraron y te dieron pa la correccional. Varias veces te las pasado tirando canela (encarcelado), la mayoría, nomás por andar de vago. De rato te hiciste picudo pa los trompones a fuerza de pelearte con los más grandes que se querían pasar de vivos, que te querían quitar la comida o te querían cachetear. Estabas chiquillo y aun así tenías que partirte el hocico con varios. Sales y a lo mismo, robar, robar y robar, pa comer, pa comprar droga, porque cada día que pasa quieres consumir más y más. Hasta que un día amaneces de suerte, el hijo del dueño de la cantina donde trabajas, vendiendo pisto clandestino en la madrugada y llenando las hieleras de caguamas, acá, sordeado, porque apenas tienes 13 años, te invita a un grupo de teatro y fonomímica en la Preparatoria Mariano Narváez. Ahí le aprendes a la artisteada. Ni tú mismo llegaste a pensar que un día tendrías por padrino a un señor Ramón, que es imitador y al que toda la gente conoce como ¨La Sombra de Juan Gabriel¨. Pero es por demás, ya no puedes escapar de la droga y al rato vuelves a las calles, al arroyo, a las tapias, a los rieles, al cotorreo con la banda Los Búhos de la Mina. En una de esas se les acaba el churro y hay que bajar por el arroyo que divide a la colonia Minita de la Chamizal para ir a conectar más. En el camino se topan de frente con otra pandilla, Los Cachorros, que desde hace rato andan tirando fila (bronca) con ustedes.
Los batos están bien pisteados y en cuanto los ven venir les cierran el paso y la empiezan a hacer de pedo ¨¿qué putos?¨, que sabe qué.... Ustedes los ignoran. De regreso cargan todos con piedras y hasta un palo pa darles vuelo a esos batos que son muchos. Y empiezan las descalabradas y una corretiza que acaba en tu barrio, pero como allá hay más banda salen todos a los golpes. De repente unos al bote, otros a la Cruz Roja y las familias asustadas. Ni modo Rata, es la vida difícil de la colonia, a gente que ni en cuenta y le quiebran los vidrios de su casa, de su carro, se arma el argüende, todo por no querer dejarse azorri-
llar por los batos que no quieren que pases por su barrio. ¿Te acuerdas aquella vez que Los Cachorros te agarraron a batazos y te dieron de patadas en la espalda? Cómo no, si desde entonces quedaste con los huesos madreados. Nada, que se te ocurrió bajar a aquel barrio y, de lo drogado que andabas, darte un tiro con todos. Llevabas un tubote, traías fierro, fuiste y te les pusiste, a uno le dislocaste la cara, pero al final te arrimaron unos batazotes bien machín, te dejaron tirado, la gente pensaba que ya estabas muerto. Unos señores te echaron a una camionetita y te llevaron a la Cruz Roja y ahí te dejaron.
Ahí te aventaste dos semanas, hasta que pudiste caminar. De repente te enteras que un tal director de teatro Alejandro Santiex (qpd), está buscando chavos para que actúen una obra de teatro que se llama De la Calle. Vas al casting, quedas, luego a los ensayos y en un santiamén estas arriba del escenario, representando el drama de tu vida: la realidad del pandillerismo, la prostitución y la drogadicción en las colonias populares de la metrópoli. Todo marcha bien, la gente te aplaude, el nombre Iván “La Rata”, como todos te conocen, empieza a sonar por los arroyos, las tapias y los rieles de los barrios. Y cuando parece que la vida te ha dado una segunda oportunidad, el mundo de las drogas te vuelve a devorar. Ya no vas a ensayar por estarte drogando y por estarte drogando ya no vas a las obras y no bajas ya ni pa ver a tu morra. Y otra vez a las calles, más pedo, más violento, más drogo que nunca, porque has probado todas las formas habidas y por haber de meterte coca, y al tiro porque el que quiera entrar al barrio, primero tiene que pagar su cuota. “Túmbese puto, qué onda, no pasa”, amenazas lo mismo a cobradores, que al de la camioneta de frutas o al repartidor de leche. A veces bajas al centro a cotorrearla con las morritas chidas que jalan en las zapaterías o en los teléfonos, por ahí hay un chingo de morritas… y “qué onda mija, ¿cómo estás?,
cuándo vamos a dar una vuelta y gua, gua, gua. Un agasajo, un caldo, como dice la gente. Y ahí nos vemos mija”, a veces ni las vuelves a ver. De repente le caes al Estudio 85 y ya drogado y pisteado te da por aventarte unas retas bailando. Al rato te vas de mojado a San Antonio, Texas, jalas en la pizca, otra veces levantando bardas. Allá te amarras a una gringa chida, de esas rubias, de ojo azul, voluminosa, grandota, pero que además te da dinero y te paga el vicio.Allá conoces la piedra, el cristal, el éxtasis. Todo el día andas encristalado y empedrado, hasta que ya no aguantas más, te sientes del nabo, te has puesto más chupado, más flaco y mejor te regresas al barrio. La gringa no ha querido seguirte, dice que le tiene miedo a la pobreza. A la vuelta de la vida ya no eres el simple pandillero que se la pasaba robando para comer y loquear, no. Con los dólares que trajiste de Estados Unidos has puesto en el barrio ya tu propio negocio; una tienda donde vendes mariguana al menudeo a todo el que quiera, incluyendo niños. De repente ya tienes casa propia, camioneta de lujo, mujeres, muchas, de esas que andan en el mismo camino, que viven contigo una temporada, un mes, dos, mientras se aburren, se cansan de ti y luego se van, pero no hay pedo que al rato cae otra.
La pasas bien con ellas drogándote, comiendo, haciendo el amor, cuál es el pedo, tú la vendes, traes dinero, tienes lo que ellas quieren. Al rato, de lo drogado que andas, ya ni les pones atención, ya no les das dinero, droga, zapatos. “Qué mijo, - te dicen - pos cómprame este disco ¿no?, me regalas unos zapatos. Qué mijo, pos quiero un pantalón”, pero ya no les pones atención, ya no les regalas y las morras “ne, chale loco, te voy a estar aflojando las nalgas por nada, pos ái nos vemos”. El gusto te dura poco, una volanta de federales que cae en redada sobre el barrio te descubre y te da pal penal. Te niegas a recordar los tres años ocho meses que pasaste encanelado. Quieres platicar la noche en que te mandaron a dormir a la celda de un homosexual. Era un bato grandote que en cuanto te vio se abalanzó sobre ti, te levantó hasta el techo y te dejó caer sobre una de las literas de cemento. En un descuido le arrojaste una cobija extendida en la cabeza, saltaste de la litera, agarraste una cacerola y lo empezaste a mazapanear y ¨patadón y patadón¨, no te lo podías quitar. En eso llegaron los celadores y te llevaron a la celda de castigo, un cuartito donde no hay cama, ni baño ni nada, sólo hediondez a mierda y cucarachas pasando.
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Para ti la cana (cárcel) ha sido un infierno, puro pandillero que le gustan los golpes, las drogas, la mala vida, por eso están encerrados, por ser cabrones, guerrilleros, peleoneros. Todos quieren que les laves la ropa, que les hagas mandados, que les limpies su celda. Todos te quieren golpear, comer, porque estás chiquito, pichón pa ellos. Te han llegado a dejar con la cara hinchada de los golpes. A veces llegas, picudeas, te avientas un tiro, pero no las ganas todas. Al penal no volverías, dices, ni de visita. Sales de la cárcel a tu vida de antes y esta vez te has quedado sin nada, la misma piedra te hace vender la troca, la casa, la ropa y te orilla otra vez a andar de resistolero.
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El tiempo vuela y cuando menos acuerdas ya te enlistaste en el Ejército, porque tu familia no sabe ya qué hacer contigo. Eres tan inquieto que los soldados ya te agarraron a tablazos en las nalgas por estarte resistoleando en el baño del cuartel y ya te robaste, sin ser visto, 48 kilos de mariguana de un plantío que tus compañeros descubrieron en la sierra. Y al fin desertas, porque te caga la rectitud, la autoridad y no estás impuesto a que nadie te diga nada. En esas estás cuando tu vida da otro vuelco. De repente te ves otra vez en los escenarios, representando de nuevo tu propio drama en De la Calle, esta vez con el promotor de arte callejero Ernesto Hernández Ventura ¨El Maya¨ Y el cuento de nunca acabar: otra vez a las calles, a la violencia, a la drogas, al pedo. Cansado de la vida que llevas buscas refugio en casa de tu jefa, a la que no ves desde hace meses “sabe qué jefa, pos ya llegué” y tu jefa, como todas, “deja te hago de comer, métete a bañar”, te rasuras, te cortas el pelo a la brava. Sales a buscar jale y lo encuentras: una compañía de limpieza te abre las puertas. La haces, te levantas, buscas otro trabajo y al rato te haces mecánico de diesel. Te sigues drogando, pero ya es menos, juras, un churro ái de vez en cuando y es nomás pa calmarte, neta, porque eres bien acelerado. Tienes ya veintitantos años. Un día Dios te ayuda y sientes el deseo de cambiar, de dejar el vicio. Ya no te funciona bien la vista ni la respiración, ya no eres tan ágil y a veces se te olvidan las cosas, ya no tienes la misma resistencia, la misma energía, ya te duele un pie, te duelen los pulmones, las costillas, tienes la clavícula madreada, porque “quieras o no, la droga te acaba, te reseca el cuerpo, te va exprimiendo la juventud”. Y ahora sientes que la vida te está cobrando las facturas. Quisieras conseguir un buen jale, pero no tienes secundaria, tampoco cartilla militar ni un papel de no antecedentes penales… Pero aun así tienes fe en que no sea demasiado tarde, quieres ayudar a jóvenes, como tú, a que dejen las drogas. Por eso de tarde en tarde vienes con tu esposa y tu bebé a la Plaza Nueva Tlaxcala pa enseñar baile colombiano a los morros picudos de los barrios pesados.
EL CALDO DE CULTIVO HOGARES VIOLENTOS De diciembre del año pasado a julio de este año la Procuraduría de la Familia de Coahuila comprobó
2 mil 345 denuncias por maltrato a menores. Los factores detonantes fueron la violencia en la pareja, alcoholismo y adicción a drogas. NIÑAS MADRE Durante 2011 se registraron en Coahuila
12 mil 600 nacimientos en mujeres de entre los 12 y los 19 años. Somos el tercer lugar nacional de embarazos adolescentes. PANDILLERISMO De acuerdo con cifras proporcionadas por organizaciones civiles se calcula que en Saltillo hay en la actualidad unas
730 pandillas MENORES INFRACTORES Cada año el Centro de Evaluación Psicosocial del Poder Judicial recibe en promedio 100 casos de menores infractores, el
75% han cometido robo y pertenecen a una pandilla. REFUGIOS, LA ÚNICA OPCIÓN Se calcula que el costo de un programa de recuperación para adictos puede costar en una institución privada de Coahuila entre 2
20 y 60 mil pesos LA DROGADICCIÓN OFICIAL Según la Encuesta Nacional de Acciones Coahuila ocupa el lugar 24, a nivel nacional, en consumo de drogas ilícitas, El 17 en tabaquismo y el 20 en consumo de alcohol. La mayoría de los consumidores son hombres (10 por una mujer), de entre 20 y 25 años, de clase social media y baja y una escolaridad básica (primaria) o media básica (secundaria) generalmente trunca.
Ya dejaste el chemo, el tinaco, la piedra, te sientes feliz, y la gente que pasa por la plaza te admira, se te acerca, te saluda, te pide un autógrafo y quiere tomarse una fotografía con el líder de Cholos Colombia, como apodaste a tu proyecto. Miren, enseñas tu álbum de fotografías: aquí fue cuando ganaste con tus chavos el Baila- Baila, acá cuando reuniste en un even-
to de baile colombiano a más de 500 gentes en la Plaza de Armas. Y quieres seguir, aunque el Gobierno te diga que pandilleros no, que no te prestan el sonido, que no te dan permiso de estar en la plaza, con todo y que a los 32 años te sientes viejo, estás cansado, pero todavía te queda algo: la fe de que aun no sea demasiado tarde para empezar… otra vez.
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FUENTES: Procuraduría del Menor y la Familia de Coahuila / Comisión Estatal contra la Adicciones, Carlos Ignacio Vargas Domínguez, médico especialista en adicciones y terapia familia / DIF Coahuila / Juzgado de Primera Instancia en Materia de Adolescentes de Coahuila, Poder Judicial
Y quieres seguir, aunque el Gobierno te diga que pandilleros no, que no te prestan el sonido, que no te dan permiso de estar en la plaza, con todo y que a los 32 años te sientes viejo, estás cansado, pero todavía te queda algo: la fe de que aun no sea demasiado tarde para empezar… otra vez...
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VIDEÓDROMO
ETERNAMENTE COMPROMETIDOS Aunque es ocasionalmente divertida, se siente eterna Nicholas Stoller 2012
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Por Esteban Cárdenas
Para una película producida por Judd Appatow (Virgen a los 40, Supercool, Ligeramente Embarazada, Damas en Guerra), esta comedia romántica dirigida por Nicholas Stoller se siente sorprendentemente seria, y en su segundo acto cae en lugares comunes del universo fílmico que ha creado este productor. Eternamente Comprometidos cuenta la historia de Tom Solomon (Jason Segel), prometedor chef de San Francisco, quien le acaba de proponer matrimonio a su novia Violet (Emily Blunt), una estudiante de doctorado en sicología. Son una pareja perfecta, que vive bajo el sol californiano preparando su boda que se ve pospuesta cuando Alex (Chris Pratt), el mejor amigo de Tom, embaraza a la hermana de Violet, y terminan por casarse primero. Ya están planeándola de
nuevo, cuando Violet es aceptada para continuar sus estudios en la Universidad de Michigan, y Tom acepta mudarse con ella. Ahí, ella crece profesionalmente, pero para Tom, la historia es muy diferente. ¿Sobrevivirá su amor al frío de Michigan? Judd Appatow ha hecho ya dos películas con Nicholas Stoller como director: la excelente Olvidando a Sarah Marshall (2008) y Misión Rockstar, del 2010. Como todas las películas de Appatow Productions, funcionaban por el ya característico estilo improvisado de este estudio, en donde los realizadores trabajan con amigos, más que con actores, y les permiten improvisar sus líneas numerosas veces hasta obtener material divertido y espontáneo. En Eternamente Comprometidos, quizá pudieron haber tomado un poco más las riendas, porque a la mitad, la cinta se siente un poco descuidada y deshilachada, una falla de la que ya no se recupera por completo. Entre Jason Segel y Emily Blunt
hay una química innegable, y esto sostiene la mayor parte de la película, ya que juntos sostienen la emotividad necesaria para que esta funcione. Si me dijeran que son pareja en la vida real no me sorprendería, porque se ve que mínimo se caen extremadamente bien. La parte romántica está bastante bien, pero la parte cómica flaquea un poco. Hay un par de escenas muy graciosas, pero así como se enfría su relación en la historia, también sucede con la comedia, al grado en que un par de momentos hasta dan un poco de pena ajena, algo que nunca me había sucedido
con una película de Judd Appatow. Creo que un poco de auto-censura les hubiera venido bien. Quizá 20 minutos menos de película y un guión más conciso la hubieran elevado a la altura de las mejores películas de este productor. Jason Segel es de mis actores cómicos favoritos. Además de trabajar en Olvidando a Sarah Marshall, con Stoller también trabajó en la excelente The Muppets (2011), la cual co-escribió con su colega director. Juntos revigorizaron la franquicia de los títeres, así que entré al cine con altas expectativas, que lamentablemente no se cumplieron.
Radar
Por Esteban Cárdenas
escardenas@vanguardia.com.mx
Paul Simon Graceland 2012
Decir que no te gusta el Graceland de Paul Simon me parece una chiflazón total. Es como decir que no te gusta el mango con chile, o el helado de vainilla, o las quesadillas en tortilla de harina recién hecha. Decir que no te gusta es un esnobismo total, porque además de ser uno de los más grandes discos de pop de todos los tiempos, es tan dulce, perfecto y accesible como estos alimentos simples y deliciosos. Necesito pensar en diferentes cosas con qué comparar los discos que me gustan. Estoy como el crítico de la película Rattatuile, pero no puedo evitarlo: la comida y la música me traen recuerdos, y este es uno de esos discos. Graceland es de esos que puedes escuchar en cualquier situación, y mejorarla un poco. Yo le soy parcial porque es de los primeros discos que recuerdo escuchar, comprender y disfrutar enormemente. A los seis años, mientras veía llover por la ventana del departamento de mi papá en la Ciudad de México, me preguntaba: ¿por qué alguien le pondría diamantes a las suelas de sus zapatos? Y es que esa imagen de la
formidable Diamonds on the Soles of Her Shoes, una de las mejores canciones del disco, se me quedó marcada para siempre, un ejemplo de la enorme capacidad de Simon para escribir una letra simple y convertirla en una delicia sonora de melodías alegres, cadencias soleadas y magia pop memorable. La increíble Homeless, una pieza vocal grabada con el coro Ladysmith Black Mambazo, fue lo primero que escuché que me hizo pensar que había música increíble más allá de las fronteras gringas e inglesas, y todavía recuerdo brincar como idiota (de niño brincar como idiota es de lo más divertido que hay) con los gritos tribales de I Know What I Know. Paul Simon grabó Graceland en Sudáfrica en 1986 con músicos de aquel país, y hoy suena tan fresco y tan vital como entonces. Sus 25 años se celebran con una edición re-masterizada, que también incluye versiones alternas, y un documental. Es un disco esencial, y si no lo había escuchado, esta edición de aniversario es un buen momento para hacerlo. cicio fashion que pasa pronto de moda.