Cornelio Reyna, más allá de las nubes

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Periodismo de investigación

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NUBES DE LAS

VANGUARDIA | lunes 14 de enero de 2013 | No. 357

CORNELIO REYNA

Cornelio subió desde muy joven a las nubes del éxito y ya nunca bajó de ellas: a lo mucho cayó hacia arriba, hace quince años, en enero de 1997, cuando le tocó rendir cuentas al Creador.


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Arte original para Pour la France! creado por Federico Jordán. Adquiera esta imagen en impresión giclée numerada y firmada por el artista en: www.fjordan.com/store

#26:“¡Porque puedes dibujar en el mantel!”. Eva Rumayor De León

Periférico Luis Echeverria 1416. Zona Dorada. Saltillo, Coahuila. México

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| Claro que ud. lo sabe

| Los menesteres del ocio

|| Por Miguel Agustín Perales

|| Por Alfredo García

1.- Chanoc y su padrino Tzekub viven en … ■ ■ ■ ■

A) Olmeaca; B) Tequila; C) Ixtac; D) Atzacan.

2.- El Baikal es un gran lago ...

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A) ruso; B) holandés; C) francés; D) noruego.

3.- Los premonstratenses son religiosos de la Orden fundada por San … ■ ■ ■ ■

A) Juan Bosco; B) Jerónimo; C) Raimundo de Peñafort; D) Norberto.

4.- El basquetbol fue inventado por … A) Abner Doubleday; B) James Naismith; C) John Charles Thring; D) William Prest.

■ A) Conde de Saint Germain; ■ B) Nostradamus; ■ C) Cagliostro; ■ D) Paracelso.

6.- … es la estrella más cercana al Sol. ■ ■ ■ ■

A) Proxima Centauri, B) Algol; C) Sirio; D) Aldebarán.

7.- Dialelo es, en lógica, sinónimo de …. ■ ■ ■ ■

A) pregunta compleja; B) sorites; C) círculo vicioso; D) epiquerema.

8.- La vedette … fue llamada la Gatita Blanca. ■ ■ ■ ■

A) Lupe Vélez; B) María Conesa; C) Esperanza Iris; D) Lupe Rivas Cacho.

Chico gigante. Niño de mil años, llamaron una vez al pintor y escultor Juan Soriano. Lope de Vega definió así a Cupido: “niño mayor que el Tiempo, Atlante enano”. Y en verdad, aquel bestiario que Soriano esculpió en bronce y exhibió luego en la plaza de armas de Saltillo durante dos meses, parecía un conjunto de juguetes construidos para un bebé gigante. Infantería. La sustitución de los sonidos “c” y “z” por “d” o “t” nos da por resultado un español de infantes, de niños de hospicio, pobres de solemnidad, que pronuncian, verbigracia, “crutigrama”, “tapato”, “ádido”. Saciar el olvido. En donde otros buscan diez minutos de fama, de sexo o de ebriedad, el poeta adolescente encuentra diez minutos de olvido; repite esta experiencia del vacío noche tras noche, desde hace tres meses, en la taberna La Torre de Babel. Precio y autenticidad. La piratería y la clonación han establecido una nueva costumbre: ya no les quitamos el precio a los regalos, para que se sepa realmente cuánto costaron. Axioma. Juventud de cantina, vejez de hospitales. Aficiones. Los estefanianos dejamos de beber pulque hace cincuenta años; ¿olvidaremos algún día nuestra afición al beisbol?

Transformación. Los noticieros televisivos que transmiten desastres naturales —terremotos, ciclones, sequías, hambrunas— me tornan una persona más rutinaria, más egoísta, más insensible. Entresueño. Minutos antes de dormir es cuando alcanzo la lucidez más completa del día; luego viene la oscuridad total. Reversible. Hay tiempo para todo, pero no se puede hacer todo al mismo tiempo. Viscoso. Abomino de lo viscoso —el vómito, la bilis, el excremento— y de las ciencias que lo estudian: la medicina, la biología, la química orgánica. Días de pan y agua. Hacia el otoño de 1991, una semana hubo que me quedé sin dinero: pasé nueve días comiendo bolillos calientes, recién salidos de la panadería, con agua del lavabo —mañana, tarde, noche—, mientras leía La Odisea; suspendí tal régimen cuando terminé la lectura. Ouzo. Al mismo tiempo, una muchacha que estudiaba filosofía en Atenas me había hecho llegar, por interpósita persona, una botella de ouzo, el anís griego. Era satisfactorio ver cómo, al aplicarle agua del grifo, aquel líquido dulcísimo y transparente se ponía blanco como la leche; deletreaba así pues, también con su auxilio, los hexámetros en prosa del vinoso Homero.

Respuestas: 1) c; 2) a; 3) d; 4) b; 5) d; 6) a; 7) c; 8) b.

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5.- El alquimista, medico y astrólogo suizo Teophrastus Phillipus Aureolus Bombastus von Hohenheim es mejor conocido como …

SUPERMÉNDEZ

El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos)

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Por J. Latapí

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CORNELIO REYNA

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Por Jesús Peña Fotos de Luis Salcedo / Video Elí Vázquez


Limpio de polvo y paja, Cornelio abandonó su natal Notillas para ir a Reynosa en busca de su madre. En esa ciudad pisó el primer peldaño del éxito, en el bar Cadillac, frente al cual muchos años después le erigirían estatua. Vea aquí, contada por sus paisanos, parientes y vecinos, la vertiginosa carrera de éxitos de un muchacho tallador de lechuguilla, que al ritmo de una rústica armónica se marchó un buen día con su música hacia todas partes.

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Luis Reyna, hermano de Cornelio Reyna.

S

eguro que así se han de haber visto las nubes de negras, gordas y bajitas, el día que la gente de Notillas lo miró irse tras el polvo y subirse a una de esas nubes viejeras, la más alta, con destino a

Reynosa. Quería fugarse de ese mundo de hambre y miseria que era, y sigue siendo, este pueblo de chozas de colores chillones y huertas de tunas jugosas, y encontrarse con su madre a la que no recordaba, y mucho menos reconocería, porque María, que así se llamaba la señora, tras separarse del padre, se había ido del rancho con Pedro, el segundo de los hermanos Reyna, cuando Cornelio apenas contaba un año y tres meses de nacido. Andaba en los 16 y ese día, como tantos, como todos, Cornelio se fue con los pies casi descalzos, el estómago medio vacío y la ropa remendada. ´No – dijo - ni crean que yo voy a quedarme aquí, a mí no me gusta este trabajo, me voy a ir a Reynosa a buscar a mi mamá, voy a comprarme un bajosexto, y me voy a poner a tocar, y me voy a lanzar…¨. De repente los del pueblo oyeron en la radio que un locutor pocho de una estación de Harlingen, Texas, cuya señal llegaba, aunque sólo por las noches, hasta Saltillo, el norte de Zacatecas y esta comunidad, anunciaba la canción de un nuevo intérprete norteño de nombre Cornelio Reyna, originario de Notillas, municipio de Parras, Coahuila, que se llamaba ¨El Afortunado¨. Cuando los de Notillas escucharon la pieza, el nombre y la voz se les hicieron conocidos y se empezaron a preguntar unos a otros ¨¿Quién será y quién será?, ´no pos… que es de Notillas

y es de Notillas´, ´ay ¿a poco es de Notillas?´, ´pos que sí, que es el hijo de Román Reyna…´¨. Nadie lo podía creer de Cornelio, que desde niño se había criado con los muchachos del pueblo, pobres y remendados como él, nomás en el puro monte, yendo en burro a coser puya y tallar lechuguilla. Porque aquí no quedaba de otra pal que quería burlar el hambre, y parece que ahora ni eso, porque en Notillas la sequía mató desde hace años al poco ganado que había y acabó con las plantas más correosas del desierto. Pero a Cornelio eso de ir a trabajar en el campo cosiendo puya y tallando lechuguilla para sacar ixtle, nomás no se le dio, y mientras sus compañeros de correrías se hallaban en plena faena, él se sentaba debajo de una palma, como ido de la mente, a soñar con que algún día sería grande. Cada que salía al monte con sus amigos ¨a trabajar¨ era lo mismo, Cornelio echado a la sombra de la palma aquella, haciendo violines de quiote con cuerdas de pitas de maguey, y cantando y tocando, porque ya era bueno pa cantar y tocar, tanto que los de Notillas no se explican cómo cuando se fue del pueblo el muchacho sabía, de la nada, rasgar el bajosexto como un maestro. Después de su huída, pocas veces volvió a aparecer por el rancho, hasta que a Notillas llegó la televisión y a la gente le gustaba ver a Cornelio cuando lo pasaban en ¨La yegua colorada¨, una de las películas de corte revolucionario en las que salió al lado de Antonio Aguilar, Flor Silvestre y Narciso Busquets. Un cine, de esos que andan de pueblo en pueblo, la llevó por primera veza Notillas, el anunciador la gritó con voz rampante


¿Profeta

en su tierra? En la ciudad de Reynosa, Tamaulipas hay una calle que lleva su nombre en el barrio “El Centralito”, donde comenzó de joven su carrera musical de más de 30 años.

n

n Su

nombre ingresó en salones de la fama de la música norteña y texmex.

n Con

el grupo los Relámpagos del Norte llenó importantes escenarios de México y la Unión Americana.

n Recibió,

entre muchos otros reconocimientos, el U got it award, concedido por programa de Johnny Canales. El 7 de mayo de 1997, en el Senado del Estado de Texas se instituye un día de duelo por su fallecimiento (Resolución 657 del Senado en memoria de Cornelio Reyna).

n

n Hace

años el gobierno de Coahuila anunció que levantaría un monumento del artista en el pueblo de Notillas, el anuncio quedó sólo en promesa.

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¨´pásenle, pásenle a ver ´La Yagua Colorada´¨, que sale Cornelio Reyna, que es de aquí y que quién sabe qué. Mero delante de la pantalla estaba sentado Román Reyna, el padre campesino, herrero y también músico, de Cornelio. Uno del rancho se le acercó al gritón para decirle que aquel viejito chamagoso era el papá del máximo exponente de la música norteña, ¨nombre, ese viejo mojoso que va a ser el papá de Cornelio¨, se pitorreó el gritón. Los del pueblo mandaron traer a Luis, un medio hermano de Cornelio que aún sobrevive en Notillas con un corral de gallinas, unas vaquitas y una yegua, que no es ¨La colorada¨. ¨Sí – dijo – este señor es el papá de Cornelio y mío, y te apuesto tu cine contra lo que quieras, vamos a preguntar en todas las rancherías…¨, el gritón se quedó ¨de a seis¨. Por esos días Cornelio, que ya había triunfado en radio (60 discos), televisión y cine (30 películas), regresó al pueblo con la idea de rescatar a su padre de las garras de la pobreza e instalarlo, con todo y su taller de herrería, en una de sus residencias de Reynosa, la casota de dos niveles que había comprado en la Colonia Ribereña. ¨Apá, - le dijo- véngase pa cá y yo le dejo esa casa pa que haga su taller¨. Don Román no se quiso ir, ¨yo le pago con-

tribuciones y todo, usté no se va a preocupar pa nada¨, insistió Cornelio, pero el viejo se amachó: ¨no mijo, yo nací en el rancho y en el rancho me voy a quedar…¨. Sólo una vez don Román se animó a salir del pueblo, fue cuando por invitación de Cornelio aceptó ir a Reynosa, con algunos de sus hijos, entre ellos Luis Reyna, y otros amigos de Notillas, para conocer el mar. Cornelio estaba en su casa de McAllen, al rato llegó a Reynosa, los recogió y partieron todos a una playa de Matamoros, donde se pasaron hasta el anochecer comiendo truchas asadas y tomado cerveza. La familia de Cornelio no se la creía y decía don Román, el papá de Cornelio, ´¿quién dijera que los hijos de Pedro Infante y mijo iban a andar trabajando juntos, quién lo iba a pensar¨. Tampoco los de Notillas lo creyeron cuando al pueblo llegó el primer sencillo de Cornelio, uno de esos disquitos negros de acetato, de 45 revoluciones por minuto, que por un lado tocaba ¨El afortunado¨, y por el otro ¨De mis amigos rodeado¨, los primeros temas que dieron fama al ¨Carta Blanca¨, el dueto antecesor del fara-fara que en Reynosa formaron Cornelio y el músico y cantante de norteñas Juan Peña. Nada los paraba de oírse en el tocadis-

cos que en casa de Moisés Reyna, primo hermano de Cornelio, habían comprado para la ocasión. Y mientras en los radios de las casas de todo el norte de México y el sur de Texas, se escuchaban las canciones de Cornelio Reyna, en Notillas la jodidez por la falta de lluvia, tal y como sucede ahora, era cada vez más hiriente. Como cuando María y Román se dejaron, quién sabe porqué, y Cornelio, como su padre, quedó al cuidado de doña Lázara Mata y don Julián Pérez, que lo criaron con pura leche que compraban de vender cargas de leña que acarreaban en el monte. Román se volvería casar, y procrearía otros seis hijos con una María que no era la madre de Cornelio. ¡Ah cómo lloraba doña Lázara, cuando Cornelio se fue de Notillas y ya no vino! Ella lo había visto crecer, jugar con sus primos en el estanque. Ella, como el resto de la gente del pueblo, que hacía más llevadera su pobreza oyendo tocar la armónica que Cornelio hacía sonar como acordeón, en un callejón sin salida, como el de su canción, mientras otro muchachito le hacía segunda con la mandolina y se armaba el baile de puros hombres con hombres, en una escena pintoresca, porque


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1.- Miguel Pineda, amigo de Cornelio Reyna. 2 y 3.- Miguel Pineda muestra una foto y una postal que le envió su amigo Cornelio Reyna. 4.- Maurilio Pineda 5.- Moisés Reyna, primo de Cornelio Reyna. 6.- Miguel Pineda.

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Ni crean que yo voy a quedarme aquí, a mí no me gusta este trabajo, me voy a ir a Reynosa a buscar a mi mamá, voy a comprarme un bajosexto, y me voy a poner a tocar, y me voy a lanzar…¨ CORNELIO REYNA

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Aleja Pinedo, última novia de Cornelio Reyna.

era de noche y en Notillas a las niñas nomás no las dejaban salir. Después no faltó quien bautizara a esos bailes del callejón como ¨El tamborazo¨. A la vuelta de los años Cornelio, su padre Román, que también era músico, y su amigo de andanzas Miguel Pineda, ya tocaban en bailes de a de veras, cuando eran contratados para amenizar en bodas o cumpleaños, en alguna ranchería cercana. A la sazón en Notillas, ubicado a unos 80 kilómetros al sur de Saltillo, no había escuela, la primera maestra llegó cuando la mayoría de los muchachos del pueblo tenía 15 años y empezaron a tomar sus clases al aire libre, sentados en piedras. Cornelio tenía buena sesera y pronto aprendió a leer y a escribir, para entonces ya componía y poseía una gracia e ingenio notables para hacer versos casi de cualquier cosa, mientras hervía la puya o tallaba lechuguilla en el campo, inspirado por el olor a estiércol y de humo de leña quemada, saliendo por las chimeneas. Así nació años más tarde el corrido de ¨Pancha Machetes¨, una mujer bragada, que andaba siempre vestida como hombre, que vivía en Palma Alta, por el rumbo de Notillas, y de la que se decía por esos lares que le gustaba ¨batear pa los dos lados¨. ¨¿Oye, - le preguntó Miguel Pineda, un amigo del pueblo, a Cornelio - ¿por qué hiciste ese corrido?¨, ¨No pos… se me ocurrió la puntada, me acordé de ella¨, respondió el cantante. Pero un día Cornelio se cansó de soñar tumbado a la sombra de aquella palma y presintiendo que en Notillas se hundiría cada vez más en la pobreza, como reza otra de su canciones, la emprendió a casa de su abuelo para pedirle consejo. ¨¿Qué hago?¨, le preguntó y le respondió el viejito ¨mira hijo, tú tienes tu madre en Monterrey, vete. Si no tienes, yo te doy pal pasaje…¨. Cornelio… se fue a Monterrey y meses más tarde migró con su madre y su hermano Pedro a Reynosa, ¨ni modo, pa eso nació, ya le viene de arriba¨, se consoló el pueblo. La gente de Notillas volvió a saber de él cuando escuchó su voz, junto con la de otro cantante que se llamaba Ramón Ayala, ¨El rey del acordeón¨, en aquella estación de Harlingen, Texas, esta vez como fundador de un conjunto que les recordó cuando allá muy de cuando en cuando llovía en Notillas: ¨Los Relámpagos del Norte¨. A Cornelio le había cambiado la suerte y el fantasma de la pobreza se le volvió a aparecer, pero ya solamente en la letra de sus canciones. La gente del pueblo lo vio llegar una mañana, ¨se veía muy cambiao¨, andaba de traje y traía camioneta, venía por Maurilio, el amigo que, cuando chamacos, le había hecho segunda en sus canciones y travesuras, para llevárselo. ¨Vámonos¨, le dijo, Maurilio corrió a avisarle a su padre, que era un hombre duro de pelar, ¨no pos, ¿qué van a hacer o qué?, no´, sentenció el señor y Cornelio volvió solo a Reynosa. Antes de irse pasó por la casa de Aleja, la última novia que tuvo en el pueblo y a la que le había jurado en una carta, escondida debajo de una piedra en el estanque, porque así se usaba en Notillas, que volvería para llevársela. Cuando Aleja salió para ir por agua vio a Cornelio, ya no andaba descalzo ni mugroso, tampoco traía la ropa remendada, estaba parado en la orilla del estanque y le hablaba. Sin hacerle aprecio cual ninguno, Aleja llenó el balde y se regresó a su choza, Cornelio se cayó de la nube. Una prima de Aleja que había contemplado la escena le llamó la atención: ´¿por qué ni le habla-


Gabina Sánchez, madrina de Cornelio Reyna.

¿Quién dijera que los hijos de Pedro Infante y mijo iban a andar trabajando juntos, quién lo iba a pensar¨. DON ROMÁN, PAPÁ DE CORNELIO REYNA

tes ni le saludates siquiera a Cornelio?´. ´No – le dijo Aleja - es que ya no puedo, ya tengo mi esposo y me da pena´¨. Pasó el tiempo, en Notillas las cosas iban de mal en peor, más años sin lluvia y cosechas malogradas, y los hombres, igual que ahora, tenían que ir cada vez más lejos a traer la puya y la lechuguilla para fabricar el ixtle y venderlo pa tener qué comer. En Reynosa Cornelio era ya el dueño de varias casas y algunos centros de diversión como El Tenampa y la discoteca Solmar. Otro día cualquiera, Cornelio volvió a caer por el pueblo, esta vez venía con Irene Gutiérrez, su primer esposa, una muchacha delgadita y simpática, y sus hijos Alberto (Cornelio Reyna junior) y Mirasol. El cantante caminó por las calles empolvadas de Notillas hasta la casa de su madrina Gabina para saludarla. La halló en el corral, sudorosa, ayudando a su marido a tallar lechuguilla, en cuanto lo vio venir la mujer se quitó de trabajar, ¨no madrina, no se pare, ¿por qué se va a parar?¨, le dijo Cornelio, ¨¿no mijo?¨, parafraseó la señora con dejo mater-

nal , ¨no madrina, esa no es vergüenza¨. Después doña Gabina lo miraba salir en las películas y pensaba ¨ay mijo de mi vida, aquí andas, ¡bendito sea Dios!´. Cornelio venía decidido a llevarse a sus medias hermanas, las hijas de su papá Román, para que probaran suerte en Reynosa, ´vamos pa que trabajen allá´, les dijo y viajaron con él. La última vez que lo vieron caminar por el pueblo, ¨ya ´traiba´ chofer ¨, chismorrea todavía asombrada la gente de Notillas, fue hace unos 20 años. Cornelio iba llorando en primera fila del cortejo que acompañaba al ataúd de su padre, rumbo al camposanto de Notillas. Era invierno y, como solía ocurrir en el rancho, había nevado, la última nevada que recuerda la gente de aquí. Lo único que se llevó don Román fueron sus recuerdos, un puño de tierra y una chamarra con el nombre de ¨Los Relámpagos de Norte¨, que Cornelio puso en su caja luego de despedirse de él. Cuando los sepultureros bajaban al pozo

el cuerpo de don Román, Cornelio agarró el bajosexto, que tantos éxitos le había dado y cantó una de sus canciones más sonadas: ¨Te vas ángel mío¨. Cornelio regresó a Reynosa, en Notillas no volvieron a saber de él, hasta en enero de 1997, cuando la televisión anunció que una estrella de la música norteña se habían apagado para siempre. Era Cornelio Reyna. Los de Notillas se empezaron a preguntar unos a otros, como cuando Cornelio se fue del pueblo, ¨¿quién será y quién será?, ´no pos… que es de Notillas y es de Notillas´, ´ay ¿a poco es de Notillas?´, ´pos que sí, que es el hijo de Román Reyna…´¨. Al día siguiente Cornelio Reyna fue sepultado ante las cámaras de televisión, sus compañeros músicos y una turba de admiradores, en el cementerio ¨Valle de la Paz¨, de Reynosa. A sus paisanos no les extrañó que ni muerto Cornelio, al que le habían erigido una estatua en la placita Garibaldi de Reynosa, frente al Cadillac, la cantina donde se inició, hubiera querido regresarse al pueblo pobre de Notillas.

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Por Esteban Cárdenas

RADAR

escardenas@vanguardia.com.mx

LAS MEJORES CANCIONES

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PARA ACABAR LA FIEBRE DE LISTAS DE LO MEJOR DEL AÑO, Y ANTES DE TERMINAR HACIENDO UN TOP DIEZ DE LAS DIEZ MEJORES LISTAS, AQUÍ VAN LAS QUE A MI ME PARECIERON LAS MEJORES DEL 2012.

Carly Rae Jepsen Call me Maybe

Spiritualized Hey Jane

Grizzly Bear Sleeping Ute

Chromatics Into The Black

Ni modo, la tengo que poner aquí. Tan contagiosa como el “Gangnam Style” (y de bastante mejor calidad) esta joya de feel good pop norteamericano tiene un coro que es el equivalente musical del cátsup: dulce, pegajosa, y a todos les gusta. Qué importa que el próximo año probablemente nadie sabrá quién es Carly Rae Jepsen, este 2012 a todos nos hizo cabecear al ritmo de su mega-sencillo. Hipstercillos y mirreyes a todos los veo clarito, escuchándola y tomándose fotos frente al espejo haciendo duckface.

Spiritualized logró el mejor video del año para una de las mejores canciones de pop del año. Sí, Jason Pierce de Spiritualized lleva haciendo prácticamente lo mismo durante diez años, pero qué bien lo hace. No sé de notas musicales, pero adivino que casi todas las rolas de Spiritualized ocurren en la misma escala. Lo bueno es que es una escala mágica: como la melosidad del Wall of sound del productor Phill Spector, que hace que te quieras enamorar con cada una de las rolas que produjo, el sonido de Spiritualized tiene la capacidad de instantáneamente hacernos sentir que estamos en el after de un rave viendo el amanecer llenos de esperanza, aunque sea por un ratito.

Aunque gran parte del indie suene a música de comercial de Old Navy, hay joyas como esta que destacan entre el montón. Con sus guitarras ondulantes y sección rítmica ligera, sin duda “Sleeping Ute” es la mejor canción del último disco de estos ingleses.

Unos modernos haciendo un cover de Hey Hey, My My (“Into the Black”) de Neil Young suena a una receta para desastre / escándalo bloguero. Sin embargo, los Chromatics tratan esta obra maestra del gran Neil Young con absoluto respeto y nos muestran un lado sexy de esta rola que no le conocíamos. El acorde icónico de guitarra de Neil Young ahí sigue, pero con el tratamiento minimalista que le da esta banda se convierte en un soundtrack perfecto para una manejada nocturna.

Blur Under the Westway “Under The Westway” no es “A Day in The Life” ni Blur son los Beatles, pero estos ingleses alguna vez le “tiraron” a eso y este año se reunieron para grabar un par de canciones (no se sabe si habrá un disco nuevo) y tocar en algunos festivales, entre ellos el próximo Vive Latino. Supongo que esta canción está aquí en parte por nostalgia, y en parte por que Blur son buenísimos para componer y ejecutar baladas épicas. En su ambición y punch emocional, Under the Westway recuerda un poco al grandeur de canciones como “This is a Low” y “The Universal”, dos de las más grandes baladas del britpop.

Ariel Pink´s Haunted Graffiti Only in My Dreams A pesar de su cansado show de “rarito”, hay que aceptar que Ariel Pink sigue haciendo hits, muy a su manera. El pop de “Only In My Dreams” suena a un lado b de un disco obscuro que te encontrarías en una tienda gringa de cosas usadas, entre swéteres con estampados de unicornio y cuadros de perros jugando baraja. Si ese es tu estilo, entonces “Only In My Dreams” es tu canción.

Frank Ocean Thinking Bout You De el Channel Orange de Frank Ocean estaba decidiendo entre esta y “Bad Religion”. Difícil decisión, ya que ambas son increíbles. “Thinking Bout You” es a la vez la más accesible del disco y una de las más conmovedoras. La canción de amor del 2012. Si Prince no hubiera enloquecido y perdido todo su Mojo, quizá estaría haciendo canciones así de buenas.

Cat Power Ruin Aunque en esta canción lo único que parece hacer Chan Marshall, también conocida como Cat Power, es recitar todos los nombres de ciudades del mundo que se sabe, con una voz como esa podría estar cantándome los ingredientes de una Maruchán y aún así me dejaría boquiabierto.

Kendrick Lamar Swimming Pools (Drank) Nunca he ido a la costa oeste norteamericana, pero conozco bien los paisajes urbanos que nos dibuja el hip hop de esa zona. “Swimming Pools” (Drank) de Kendrick Lamar es un homenaje al gangsta rap clásico de la época de oro noventera, con un twist contemporáneo. La parte en la que Kendrick Lamar dialoga con su conciencia es brillante, y en ella cambia de estilos cómodamente como un rapero cambia de tennis. Genio del rap.

Bob Dylan Long And Wasted Years En “Long And Wasted Years”, Bob Dylan, como un abuelo con el corazón roto, voltea hacia atrás a ver sus años perdidos, desperdiciados. Durante la noche, escucha a su chica hablando dormida, y dice “cosas que no debería de decir”. Después de perder al amor de su vida pierde a su familia, a quienes no ha visto desde hace veinte años. Nosotros ganamos la mejor canción del año.


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