Vicenta, la alumna que se gradúa de secundaria sin saber leer

VANGUARDIA lunes 5 de mayo de 2014 / No. 423

Periodismo de investigaci贸n

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Vicenta, la alumna que aprob贸 la secundaria sin saber leer

De acuerdo al certificado del IEEA que le llegó a su casa en el ejido Pilar de Richardson, Vicenta está aprobada con un 9.1 de calificación ¡y de la secundaria! Aquí la historia que pone en evidencia que las cifras que se presumen en Educación para Adultos son unas y la realidad es otra.

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Vicenta,

la alumna que aprobó la secundaria sin saber leer Por Jesús Peña / Fotos: Marcos Medina y Jesús Peña

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Vicenta tuvo que dejar sus clases para aprender a leer porque se cambió a Hipólito y ahí no había instructores.

S

i ese día ella ni estaba oiga, andaba en una junta ejidal y cuando regresó a su casa, la casa de tierra con techos de maderos atravesados que había sido de sus abuelos, se topó con la novedá de que los canijos del gobierno le habían dejao el papel ese con uno de sus muchachos.

Que se lo entregara, le encargaron a su hijo, y se hicieron humo.

A sus cachorros, que ya la esperaban en la puerta con la noticia, les causó hilaridad y no pudieron menos que preguntarle, en cuanto la tuvieron delante y le pusieron en la mano aquella hoja con letras y números que ella ni entendía oiga: “ay amá, ¿ya acabaste de estudiar?”, y ella extrañada, “¡pos ya me lo trajeron!”.

Doña Vicenta Sánchez Limón, que así se llama la protagonista de esta historia, ni siquiera sabía de lo que se trataba oiga y cómo iba a saber si nunca había ido a la escuela; si, como dice su viejo Juan, en un tono de compasión más que de mofa, en su vida “aprendió las cinco vocales” acarreando tercios de leña en el monte y ayudando a las chivas a amamantar a sus cabritos, desde que Dios amanecía.

Era, según le leyeron sus hijos que medio se habían instruido en la primaria del Pilar de Richardson, un certificado con membretes verdes de la Secretaría de Educación Pública, el Sistema Educativo Nacional y el Instituto Estatal de Educación para los Adultos de Coahuila, fechado el 26 de julio de 2013 y en el que costaba, de mamare oficial, que Vicenta Sánchez Limón, había cursado y acreditado la educación secundaria con promedio de, haga favor, 9.1.

En el lado suprior izquierdo del documento estaba la foto de Vicenta y hasta abajo venía la firma de una licenciada María del Carmen Ruiz Esparza Contreras, la actual directora general del IEEA en la entidad.

En casa la familia lo celebró como si se tratara más bien de un chiste de humor negro. No hubo ceremonias, aplausos, felicitaciones ni fiesta de graduación, y de a poco las risas de todos se tornaron en doliente indignación. ¿9.1, y en secundaria?, pos de dónde oiga, si doña Vicenta no sabía poner ni su nombre y el día que le entregaron su credencial del IFE para que la firmara por

el reverso a Vicenta no le quedó de otra que trazar una tacha a tinta azul con su mano vacilante, desacostumbrada a agarrar el lápiz.

El día que se casó con el Juan, ay oiga, había pasado la vergüenza de su vida. El condenado juez le pidió que estampara su rúbrica en el acta de matrimonio y ella tuvo que confesarle que no podía porque no sabía leer ni escribir y, ay señor que pena oiga, lo único que le quedó fue poner su huella en el papel como señal de que aceptaba vivir con Juan bajo los preceptos de la ley.

Vicenta no era ni del Pilar señor, había nacido en 1973 “en un racho muy feo y abandonado”, una pequeña propiedad llamada “Dulces Nombres”, que está situada a unos dos kilómetros y medio del ejido, sobre la orilla de la carretera y de la cual hoy no quedan más que las puras ruinas.

En “Dulces Nombres”, donde antaño se cosechaba harta alfalfa, oiga, de veras, vivía un tal José Ángel Sánchez Escobedo, que era el encargado del rancho, casado y con muchos hijos, y su hermano Florencio, que por no tener mujer se juntó con una señora de Estación Marte, un ejido aledaño.

¿Será?

Según el IEEA

l Los módulos educativos que maneja el Instituto están catalogados como los mejores de América Latina

Desde niña, Vicenta ha pasado su vida en el campo y en la cocina.

Se llamaba María Nieves Limón, era viuda y cargaba consigo a una niña de nombre Alejandra, ambas analfabetas.

Pasó el tiempo y la niña Alejandra creció bajo la protección y el calor de María Nieves y Florencio, su padrastro.

Hasta que un día, no se sabe bien a bien bajo qué circunstancias, Alejandra, la hija de María Nieves, que entonces ya estaba crecidita, quedó encinta de José Ángel, el capataz de la pequeña propiedad y hermano de Florencio, su padrastro, y tiempo después dio a luz a una bebé a la que bautizaron como Vicenta.

El mandamás de “Dulces Nombres” no le cumplió y Alejandra fue madre soltera, hecho que, indudablemente, la marcaría para toda la vida.

Dónde, señor, que las cosas empezaron a ponerse mal en “Dulces Nombres”. La producción de alfalfa había menguado y los dueños de la pequeña propiedad casi luego, luego dejaron de pagar sus jornales a los peones y encargados.

Pronto no hubo ni que comer oiga y los moradores de “Dulces Nombres”, decidieron buscar la vida por otras tierras. Lo más cercano que había de

;;

“¿9.1, y en secundaria?, pos de dónde oiga, si doña Vicenta no sabía poner ni su nombre y el día que le entregaron su credencial del IFE para que la firmara por el reverso a Vicenta no le quedó de otra que trazar una tacha a tinta azul con su mano vacilante, desacostumbrada a agarrar el lápiz”

testimonio de vicenta.

l Actualmente se atiende a 150 localidades marginadas, a través de plaza, o círculos de estudio, fijas y móviles l En lo que va del año el IEAA ha alfabetizado a 500 personas Sus medallas l En 2013 Coahuila era el

tercer estado con menos analfabetismo l El tercero con menos rezago en primeria l Y el 16 con menos rezago en secundaria l Coahuila es el primer

lugar en el Modelo de Evaluación Institucional con 92 puntos

Su estructura l Mil 100 asesores l 180 técnicos docentes l 150 aplicadores l Y alrededor de 200

enlaces o promotores, que tienen la función de incorporar y brindar asesorías a los educandos l 600 jóvenes que prestan su servicio social en esta institución

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l A raíz de las políticas implementadas en la Campaña Nacional de Alfabetización, Coahuila registra un 1.9 por ciento de rezago en alfabetización de adultos, cifra que está muy debajo de lo establecido por la UNESCO, 3.3 por ciento, para considerarlo como una entidad atrasada

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aquella llanura pletórica de huizaches, nopaleras y mezquites, era el ejido Pilar de Richardson.

Las familias de “Dulces Nombres” pidieron permiso a las autoridades y a la gente del lugar para que les dejaran establecerse allí y la comunidad accedió de buen grado.

Entre el éxodo de gente venía Vicenta Sánchez Limón, que a su llegada al Pilar de Richardson, con su madre Alejandra, su abuela María Nieves y Florencio, quien la había adoptado como su nieta, tenía un año de edad.

Los primeros años de la infancia de Vicenta transcurrieron sin aspavientos e impregnados por el olor y el roció del campo.

Cumplía Vicenta sus seis primaveras cuando Alejandra, la madre, casó con un señor del rancho, viejón, pero soltero y sin hijos, que se la llevó a vivir con él, quedando la niña al cuidado de sus abuelos Florencio y María Nieves.

A la sazón los abuelos de Vicenta, que se habían convertido en sus padres de crianza, la inscribieron en la primaria del rancho, porque Vicenta, señor, asistió a la escuela, aunque muy poquito tiempo. ¿Sabe?, a los huercos de su salón se les había puesto cuerearla y echarla en carrera cada que les venía en gana y ay oiga si la hubiera visto cuando llegaba a la casa toda mallugada, con los brazos y

las rodillas raspadas y sangrando.

Sus abuelos, que en la vida habían osado regañarla si quiera y mucho menos ponerle la mano encima, decidieron mejor ya no mandarla y la niña se quedó sin escuela.

Sus pies jamás volverían a pisar un salón de clase.

Después de todo con sus abuelitos no le faltaba nada.

Desde entonces Vicenta estuvo en casa con sus abuelos. Le gustaba ayudar en los quehaceres domésticos, oiga, traer leña del monte, acarrear agua de los charcos, sembrar maíz, cortar lechuguilla y alimentar a los cabritos, prendiéndolos de las chichis de sus madres.

Y ese era el pequeño mundo de Vicenta Sánchez Limón, tal vez el mundo ese del suele hablar la gente letrada cuando dice de quienes son analfabetas que “viven en otro mundo”.

Y así se le iba la vida a esta mujer campesina que de vez en vez, y sólo cuando sus abuelos lo permitían, salía al monte con las demás niñas para jugar a las comiditas, hacían lumbre y jugaban a que hacían comiditas.

Y luego, ya cuando la Vicenta tuvo edad, iba a los bailes del pueblo que se hacían con tocadiscos, oiga.

La acompañaba su abuela María Nieves que no se le despegara un instante señor y la se llevaba de la fiesta cuando miraba que había algún peligro.

El destino la condujo al trabajo doméstico y del campo.

;; “Sus abuelos, que en la vida habían osado regañarla si quiera y mucho menos ponerle la mano encima, decidieron mejor ya no mandarla y la niña se quedó sin escuela”.

testimonio de vicenta

;; “Y sus hijos y el Juan y ella y

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todos riéndose, “no sabe ni las cinco vocales, pero ya tiene su certificado de secundaria”, decía el Juan, como si se tratara de un chiste de mal gusto oiga…”

Una equis es la firma de Vicenta quien no ha podido aprender a escribir su nombre.

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“Desde entonces Vicenta estuvo en casa con sus abuelos. Le gustaba ayudar en los quehaceres domésticos, oiga, traer leña del monte, acarrear agua de los charcos, sembrar maíz, cortar lechuguilla y alimentar a los cabritos, prendiéndolos de las chichis de sus madres. Y ese era el pequeño mundo de Vicenta Sánchez Limón, tal vez el mundo ese del suele hablar la gente letrada cuando dice de quienes son analfabetas que “viven en otro mundo”.

Después ái estaba otra vez la Vicenta que “voy a salir un ratito” y su abuela doña María Nieves que “sí”, pero que “te vienes luego, luego”, que no anduviera por ái tanto en la calle.

Hasta que en una de esas, y cuando Vicenta andaba en los 16, se encontró con Juan de camino a la tienda. Aprovechado que andaba sola Juan le hizo la plática y luego le habló sin rodeos que si era su novia, “¿eres mi novia?” y ella que “sí”, le contestó de súbito.

Juan era 13 años más grande que Vicenta y la pareja tenía que hacer malabares para poder salir a apalabrar al corral un ratito y pegarse uno que otro beso, sin que los abuelos de la muchachita, que no se descuidaban de ella, los descubrieran in fraganti.

Porque no señor, no era que la Vicenta salera a noviar oiga, no, sus abuelos eran redelicados y nomás andaban detrás de ella, cuidándola.

Se les hacía que le pasaba lo mismo que a su madre Alejandra, se figuraban que un mal hombre llegaba y la dejaba botada en la casa con un bebé.

Una noche Vicenta y el Juan se quedaron de ver en un mezquitito, habían acordado que él se la robaría y ya lueguito, ¿verdá?, vendría lo del casamiento.

Ay si viera señor que padre se siente, ¿a poco usté nunca se ha robao una mujer?, haga de cuenta que es como… si anduviera uno entre las nubes.

Venido el tiempo de las cosechas, porque en aquel tiempo había cosechas, mucho maíz y muchas chivas, sí señor había chivas porque entonces llovía y había mucho que comieran, la Vicenta y el Juan se casaron, nomás por el civil eh, por la religión no y hasta la fecha.

Vicenta y sus nuevos papeles que la acreditan de haber terminado la secundaria.

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La hija más pequeña sueña con enseñar a leer a su mamá.

Ya matrimoniados Juan, que había sido un trotamundos de primera, llevó a Vicenta pa que conociera la ciudad, el pueblo, y ella que nunca había salido del rancho, se quedó maravillada con tanta cosa bonita, “oiga que bonito”..

De vez en vez la Vicenta iba a Saltillo a ver a su madre, que quién sabe por qué nunca la quiso bien, y que siempre la recibía con la misma cantinela “yo a ti no te quiero Vicenta, yo quiero a mis hijos, que sí tienen su papá” y la Vicenta “ah, qué tiene, no me quieras, al cabo a mí me querían mis abuelitos y aparte yo ya tengo a mi familia…”.

Vicenta se olvidó un buen rato de las letras y de los números y el mundo de los libros no había hecho, hasta entonces mella en su vida.

Hasta que ay señor nacieron los hijos, seis, crecieron y fueron a la escuela del ejido oiga y entonces sí que “ay mamá ayúdame con la tarea” y que “ay mamá cómo se hace esto y lo otro” y Vicenta “es que no sé hijos, mejor esperen a su papá pa que les diga”.

Juan había asistido de niño a la primaria del pueblo, le gustaba leer, le

inteligía hombre ái más o menos a eso de las matemáticas, de las divisiones.

Un día que andaba haciendo un mandado en General Cepeda, Juan supo de un grupo de instructores del IEEA que estaban dando clases a todo el que no supiera leer ni escribir y se acordó de Vicenta su mujer.

“Entra, pa que te enseñes a leer y escribir”, le dijo.

Estaba harto oiga de que por no saber hacer cuentas la hicieran tonta en la tienda con las ferias y de que los corruptos esos del Oportunidades, viendo que firmaba con una tacha en su credencial del IFE, le robaran parte del dinero del apoyo y “ándale Vicenta fírmale aquí” y la Vicenta que no, que “pos es que no sé apuntar mi nombre” y ellos “ándale pues, nosotros te lo ponemos” y la luego Vicenta ái nomás doliéndose que “ay, hubiera seguido la escuela pa que no me pasaran estas cosas”.

Y hasta su hija la más chiquilla, la que ya va en cuarto año, diciéndole “te voy a enseñar” y la Vicenta “ay mamita, ni tú sabes todavía bien” y la chavala, pero que luego que “esté grande y que sepa, te voy a enseñar”.

;;“Estaba harto oiga de que

por no saber hacer cuentas la hicieran tonta en la tienda con las ferias y de que los corruptos esos del Oportunidades, viendo que firmaba con una tacha en su credencial del IFE, le robaran parte del dinero del apoyo y “ándale Vicenta fírmale aquí” y la Vicenta que no, que “pos es que no sé apuntar mi nombre” y ellos “ándale pues, nosotros te lo ponemos” y la luego Vicenta ái nomás doliéndose que “ay, hubiera seguido la escuela pa que no me pasaran estas cosas”.

juan, esposo de vICENTA

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A Vicenta le hubiera gustado haber ayudado a sus hijos en las tareas pero siempre les aconsejaba que mejor esperaran a su papรก.

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¿Será?

Su presupuesto l Este año el Instituto

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ejercerá un presupuesto de 140 millones de pesos, aproximadamente Para la directora general del IEEA es común que sucedan este tipo de errores en el papeleo.

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Su meta

Una tarde hasta la puerta de la casa de la Vicenta en el Pilar llegó una joven profesora, y después de presentarse, le entregó un juego de cuadernos que, le ordenó, debía llenar de cabo a rabo.

Pero ¿cómo iba a llenarlos, oiga, si ella no sabía leer ni escribir?, no entendía nada de lo que decía en esos canijos libros.

A parte la maestra se estaba media hora con ella dizque explicándole las lecciones y luego, luego se iba.

Así lo hizo las tres líquidas veces que fue al rancho para enseñar a Vicenta y ay oiga qué poco les importa a estos del gobierno la educación y por eso “la educación está por anca el diablo” y “o sea que la educación es una mierda, pa que mejor me entiendas”.

Fue uno de aquellos días en que la profesora le tomó una fotografía, dijo, para ponerla en el certificado llegado el momento de entregárselo.

Que ocurrencias tan raras tienen estos del IEEA oiga.

Pero dónde señor que las cosas empezaron a ir mal por el rancho, ya no llovía, entonces se acabaron las cosechas y hasta la planta de la lechuguilla, de la que dependen los campesinos de esta zona ixtlera para sobrevivir, se jodió con la sequía.

Vicenta y Juan se tuvieron que ir con sus hijos para Hipólito a trabajar con un señor que había comprao tierras, como los abuelitos de Vicenta se habían ido con ella y con su madre cuando el hambre diezmó “Dulces Nombres”.

Antes de marchar Vicenta preguntó a la profesora del IEEA que si podría ir a darle clases allá, al rancho Hipólito, la profesora, lo veía difícil, dijo, no había transporte y… no, de plano eso no se iba a poder.

A los pocos meses el trabajo se acabó en Hipólito y Vicenta y su familia se tuvieron que regresar al Pilar, ya no tenían a que quedarse.

Luego señor pasó aquello del dichoso certificado.

Le digo que ella ni estaba oiga, andaba en una junta ejidal no le digo, y cuando volvió el papel, su certificado de secundaria con 9.1 de

calificación, ya estaba en la casa.

Y sus hijos y el Juan y ella y todos riéndose, “no sabe ni las cinco vocales, pero y ya tiene su certificado de secundaria”, decía el Juan, como si se tratara de un chiste de mal gusto oiga…

l La mete del IEEA

Son poquitos: IEEA

pasado el IEEA logró que concluyeran nivel 44 mil 81 personas, entre inicial, primaria y secundaria

Sobre este caso María del Carmen Ruz Esparza Contreras, la directora general del IEEA en Coahuila, declaró que hasta el momento se han detectado en la entidad menos de 10 historias de personas que, sin saber leer ni escribir, recibieron un certificado de este Instituto.

Y aclaró además que se trata de situaciones “muy antiguas” y que no sólo ocurren en el estado, sino en todo el país.

“Tenemos que reconocerlo, para solucionarlo y donde los estoy encontrando estamos recuperando al usuario y lo estamos enseñando, con el compromiso de que el documento que tengan, lo tengan porque saben leer y escribir, porque han concluido la primaria o la secundaria.

“Es mi obligación, que ese documento que tengan en la mano, tenga validez no por la firma ni por el sello, sino porque ellos saben leer y escribir, porque tienen todo el bagaje de conocimiento que se requiere en una primaria y en una secundaria. Esa es mi obligación y me preocupa mucho…”.

Detalló que durante el 2013, el área jurídica del Instituto registró alrededor de ocho denuncias por venta de certificados, y la no entrega de este documento a los usuarios.

Los funcionarios implicados en este delito fueron sancionados, en algunos casos con despido y en otros con suspensión de tres meses sin goce de sueldo.

Finalmente María del Carmen Ruiz Esparza exhortó a todo aquel que haya recibido un certificado indebidamente, lo reporte a las autoridades del IEEA. “No le va a pasar nada, lo único que le va a pasar es que lo vamos a enseñar…”.

para 2014 es de 42 mil usuarios en conclusión de nivel y 79 mil registrados l Mientras que el año

Su validez l Los certificados

que emite el IEEA son oficiales y están validados por la Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación de la SEP Es muy fácil l Para estudiar en

el IEEA se requiere solamente l Curp, l Acta de nacimiento, l Llenar un formato que se llama Registro del Educando l Y ahí mismo le toman la fotografía que se requiere para el certificado.

Hay denuncias l El año pasado el área

jurídica del IEEA recibió ocho denuncias por las malas actuaciones de sus promotores, específicamente venta de certificados y la no entrega de este documento a los usuarios

VIDEÓDROMO

oculus 105 minutos de terror psicológico bien logrado Por Esteban Cárdenas

Las películas de terror funcionan bien en 2013 taquilla, sobre todo en México.

Basta con visitar el complejo de cines para ver en las paredes de sus pasillos al menos una película de terror anunciada con su predecible poster, que frecuentemente incluye la típica niña con vestido desgarrado y pelo negro sobre el rostro.

Este arquetípico personaje, que se popularizó gracias a la japonesa El Anillo (1998) es, yo creo, el más usado en el cine de terror de las últimas décadas.

El género se ha vuelto una máquina de generar dinero que suele priorizar susto sobre substancia, y que recurre a historias genéricas para, como dicen

los gringos, *make a quick buck. * Los creadores de la exitosa franquicia Actividad Paranormal son uno de esos aparatos de dinero de los que hablo, y si bien su producto principal ha diluido considerablemente su calidad con el tiempo, han incursionado en otras producciones más arriesgadas y novedosas. La mejor de todas es precisamente Oculus de Mike Flanagan, una cinta con una premisa refrescantemente original que su director logra sostener habilidosamente. Oculus sí toma prestado de algunas otras cintas de terror sicológico (esimposible no pensar en El Resplandor de Kubrick), pero encuentra firmemente su voz, y logra angustiarnos bastante, solo decayendo un poco hacia el final.

La película cuenta la historia de Tim y Kaylie Russell ( Karen Gillan y Brenton Thwaites), dos hermanos que vivieron una pesadilla de niños,

cuando su padre asesinó a su madre para después morir a manos de Tim, todo al parecer a causa de un espejo maldito que la familia compró para decorar la casa. Once años después del incidente, Kaylie, quien se dedica a las subastas de arte, se reencuentra con el espejo (y con el mal que lo habita), y decide que va a comprobar que efectivamente fue este objeto paranormal la causa de todo, y no su hermano y su padre. Ella y su hermano, quien acaba de salir del manicomio, colocan el espejo en la casa de su infancia y se preparan para documentar los sucesos paranormales y revelarlos ante las autoridades.

La película está ingeniosamente ensamblada, y nos cuenta en paralelo los sucesos del pasado y el presente.

Flanagan entrelaza la historia de los niños Russell con la de sus versiones adultas, mientras todo se va revolvien-

Radar

do en un vértice angustioso de imágenes de pesadilla, al punto en que no sabemos qué es verdad y qué es ficción.

Las versiones infantiles de los chicos son bastante mejores actores, y de ahí es de donde obtenemos las escenas más efectivas.

Oculus es una versión extendida de un cortometraje del mismo Flanagan.

Lapremisa suena boba y no parecía dar para más, pero sucede lo contrario. Oculus son 105 minutos de terror sicológico bastante bien logrado. El final es bastante débil, pero se le perdona. En lugar del típico “susto” al que nos han acostumbrado en épocas recientes, Flanagan prefiere confundirnos y jugar trucos con nuestra mente. Es una película de terror muy eficiente en la que hay que usar un poco la cabeza. Vas a querer que se acabe pronto, pero no por mala, sino por angustiosa.

Suena a…

Por Esteban Cárdenas

escardenas@ vanguardia.com.mx

Ty Segall Sleeper 2013

Thee Oh Sees Drop 2014

Thee Oh Sees es un quinteto de garage punk originario de San Francisco, California.

Siempre han sido muy queridos por la crítica. Sus álbumes suenan a una tienda de discos de coleccionista, con referencias a todos los *musts *del punk rock, garage rock y sicodelia.

Drop es su séptimo LP, au-

nado a una cantidad de sencillos y colaboraciones independientes. Aunque todo en este disco nos suena muy familiar (las guitarras histéricas, la percusión frenética, los gritos) y los Oh Sees no se salen mucho de su zona de confort, es inevitable no cabecear un poco durante sus 31 minutos de duración.

Jay Reatard

Blood Visions 2006

The Black Lips

Good Bad Not Evil 2007

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Oculus Mike Flanagan

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| Claro que ud. lo sabe

| Los menesteres del ocio

|| Por Miguel Agustín Perales

|| Por Alfredo García

1.- La Batalla de Puebla tuvo lugar el 5 de mayo de …

■ ■ ■ ■

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a) 1860 b) 1861 c) 1862 d) 1863.

6.- De acuerdo con la mitología griega, Néstor, uno de los guerreros que combatieron contra Troya, era rey de …

■ a) La aprendiz de bruja ■ b) Rosa dos aromas ■ c) La señorita de Tacna ■ d) Diatriba de amor contra un hombre

■ a) Argos ■ b) Micenas ■ c) Esparta ■ d) Pilos.

3.- O mio babbino caro es un aria de… ópera de Puccini.

7.- En la película … Cantinflas trabaja en una agencia de dobles llamada Su otro yo.

■ a) Gianni Schicchi ■ b) Turandot; ■ c) Madama Butterfly ■ d) Tosca.

■ a) El mago ■ b) Si yo fuera diputado ■ c) El bolero de Raquel ■ d) El extra.

4.- Miguel Hidalgo y Costilla nació el … de mayo de 1753.

8.- El Monumento a la Madre fue inaugurado el 10 de mayo de 1949 por el presidente …

■ a) 7 ■ b) 8 ■ c) 9 ■ c)10.

■ a) Manuel Ávila Camacho ■ b) Adolfo Ruiz Cortines ■ c) Miguel Alemán Valdés ■ d) Adolfo López Mareos.

RESPUESTAS1) c; 2) d; 3) a; 4) b; 5) b; 6) d; 7) a; 8) c.

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■ a) Nuevo León ■ b) Guanajuato ■ c) Tamaulipas ■ d) Jalisco.

2.- … es una obra teatral de Gabriel García Márquez.

sentado.

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5.- Moroleón es un municipio de …

superméndez

Muchos infinitos. Los matemáticos hindús de la época jaina fueron los primeros en descartar la idea de que todos los infinitos matemáticos son los mismos o que son iguales. Reconocen cinco tipos de infinitos diferentes: el infinito en una o dos direcciones (unidimensionales), el infinito en superficies (bidimensional), el infinito en todas partes (tridimensional) y el perpetuamente infinito (en un número infinito de dimensiones). George Cantor (1845-1918), uno de los investigadores clave del tema dentro de la matemática europea contemporánea, llegó a equiparar el concepto de infinito absoluto (que no es concebible por la mente humana) con la figura mítica y tradicional de Dios, y escribió artículos religiosos sobre el tema. Demostró que los infinitos matemáticos no son del mismo tamaño, que los hay unos más grandes que otros y que inclusive uno de ellos sobrepasa la cantidad de objetos que puede haber en el mundo real. Su trabajo en el campo de la teoría de conjuntos, desde el cual formalizó y sustentó la teoría del infinito, le costó varias estancias en hospitales psiquiátricos a lo

largo de su vida, hasta su fallecimiento a los 73 años de edad, cuando el Imperio Ruso y el Imperio alemán, su patria natural y adoptiva respectivamente, se derrumbaron con infinito estrépito. Hacia 1905 se decía que su teoría de los números transfinitos le había sido comunicada directamente por Dios.

Manual de viento y esgrima. Las últimas palabras de Evariste Galois (1811-1832), el enfant terrible de las matemáticas, dichas a su hermano Alfredo fueron: “¡No llores! Necesito todo mi coraje para morir a los veinte años”.

Acababa de caer en un duelo a espada, motivado por un lío de faldas, que lo enfrentó con cierto campeón de esgrima del Ejército francés, cuyo nombre ya nadie recuerda. Era un 31 de mayo y acababa de cumplir los veinte años: sabiendo que iba a morir, el día anterior había garrapateado en unos desordenados papeles su testamento matemático. Galois, el Rimbaud de las matemáticas, republicano, anticlerical, fue el creador de la teoría de grupos, de importancia fundamental en el álgebra abstracta.

El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos) Por J. Latapí