JUÁREZ NO ES JUEGO
DE NIÑOS
2 VANGUARDIA Lunes 26 de abril de 2010
en un dos por tres Por Alfredo García
La sociedad civil en peligro
2.
Aunque México es una sociedad laica, los fueros de la Iglesia y del Ejército continúan respetándose por la fuerza de la costumbre, como si estuviésemos en la primera parte del siglo XIX. El secretario de Gobernación es invitado de honor en las reuniones eclesiásticas nacionales, en las cuales funge como padrino pero también como convidado de piedra. En cuanto al Ejército, sus generales han estado solicitando al Senado por estos días un estatuto jurídico que norme su actuación frente a los cárteles del narco. Sin renunciar al fuero militar, piden leyes que les permitan hacer fuego abiertamente en las calles y perseguir a las bandas del narco hasta donde se escondan.
3.
El presidente Calderón recibió al cantante Joaquín Sabina después de que éste criticó públicamente la guerra del narco. El secretario de Gobernación Gómez Montt le había enviado previamente una cordial carta. Esta es la clase de gobiernos civiles cuya ineptitud e ingenuidad derivan en un Estado débil, con problemas de gobernabilidad. Bisoños en el ámbito civil y en el militar, su impericia y su incapacidad son detectados de inmediato por la opinión pública, por los partidos políticos, por las iglesias y por las camarillas militares. Después de haber pasado tres años en las calles, mandos desleales del Ejército pueden sentir la tentación de actuar absolutamente por su cuenta, desoyendo al orden civil, en medio del caos económico y político que reina en el país…
| Diccionario de autores
Semanario
Ilustración: Samuel Magaña
Aficionado: Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más (Charles Chaplin).
Si yo fuera presidente
¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Felipe Calderón?
1
Lo que haría es crear buenas fuentes de trabajo, porque hay muchos chavos de unos 20 años que no hallan que hacer. No les dan ‘chanza’ y luego por eso hay tanta robadera.
2
También que pongan una buena policía, porque en las mañanas sí pasan y dan rondines. Pero háblales
a eso de las 12 ó 1 de la mañana y no van. ¿Qué a poco uno nada más corre peligro de día?
3
Y luego hay que quitar a todos esos que roban dentro del mismo Gobierno. Todos los que hacen transas. Los funcionarios ya no llegan para servir, llegan para robar. Hacer algo para quitar la corrupción.
Leonardo Flores, canastero
4
Además les deberían dar buen cuidado a las colonias. Pero a todas en general, porque luego nada más arreglan los bulevares y callecitas transitadas.
5
Mmm... subiría los sueldos. Porque le suben aquí, le suben acá. Pero la mano de obra creen que es gratis. ¡Eso no es onda!
LA LICUADORA
Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél, y luego verás quién sale:
Manolo
El perro Frank
Gober precioso
Norberto Rivera
VANGUARDIa Lunes 26 de abril de 2010 / www.semanariocoahuila.com
1.
Al igual que la Iglesia, el Ejército tiene una legislación interna, un fuero propio al que están sometidos sus integrantes, que con ello quedan al margen de la legislación civil. Aunque el Estado no reconoce el Derecho canónico, en la práctica permite que las iglesias, sobre todo la católica, se autorregulen de acuerdo a su propio sistema de penas y castigos. Tal es la razón de que el asunto de los curas pederastas se haya salido de control de la propia Curia, ocasionándole un daño moral inmenso, sin que los criminales de sotana hayan pisado las cárceles civiles un solo día.
La fauna
3
VIDEÓDROMO
Furia de Titanes Es una película que se ve bien, pero que le falta corazón e ingenio, y su tecnología de punta acaba siendo decoración inútil...
4
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Semanario
Louis Letterier • 2010
Por Esteban Cárdenas
Al entrar al cine en una cinta de este tipo, lo mejor que uno puede hacer es bajar sus expectativas y dejarse llevar por los efectos especiales, el sonido y las boberías de una película como ésta. Yo soy alguien que disfruta del cine bobo, pero aún así, Furia de Titanes me pareció un desastroso y caótico re-make de una cinta del mismo nombre de 1981 que le quita todo el valor kitch a la original, y la convierte en un ejercicio tibio de ciencia ficción mediocre que ni siquiera los grandes nombres que aparecen en sus afiches pueden salvar. Furia de Titanes trata sobre el mito de Perseo, y en su interpretación hollywoodense, que se toma bastantes libertades con respecto a la historia original, nos cuenta como este semi Dios griego peleó en contra de los dioses del Olimpo y el Kraken, su monstruosa creación, para salvar al mundo de la ira de Zeus y Hades. Perseo (Sam Worthington) es el
hijo ilegítimo de Zeus (Liam Neeson), y vive como hijo adoptivo de una familia pesquera. Cuando el Dios del infierno Hades (Ralph Fiennes), en un enfrentamiento en contra de los habitantes de Argos, mata a la familia de Perseo, éste jura venganza, y se asocia con la última legión del reino para derrotar a Hades y a Zeus. Los avances de esta película prometían mucho más. Tengo que aceptar que lo que vi durante mese en los cortos me tenía bastante entretenido, como aquel acercamiento de Liam Neeson diciendo: “¡Suelten al Kraken!”. Con un presupuesto gigantezco de 125 millones y la tecnología disponible para los cineastas de hoy en día, esta cinta parecía que iba a ser una de las palomeras veraniegas más disfrutables, pero lamentablemente es todo lo contrario. Furia de Titanes no sólo es un caos en su estructura, sino que es bastante aburrida. Los monstruos aparecen y desaparecen como por arte de magia, y cada puesta en escena se siente forzada y absurda, sin ningún altibajo emocional y prácticamente sin un solo momen-
to emocionante. No sólo no desarrollas empatía con los personajes, sino que por la dirección insegura de Louis Letterier, que les da la profundidad de personajes de videojuego, acabas por despreciarlos un poco. La batalla contra los gigantescos escorpiones, por ejemplo, es de risa loca, y yo no pude evitar carcajearme cuando el pobre Sam Worthington termina cubierto en baba tras derrotar a uno de ellos, en una secuencia de acción que hasta los niños que asistan a verla, que se encuentran acostumbrados a efectos especiales espectaculares, encontrarán absurda y ridícula. Uno va a ver películas como esta para ver al menos efectos especiales espectaculares, pero los de esta cinta, a pesar de su presupuesto titánico, son fatales, sobre todo cuando los comparas con los de otras películas
Radar
hollywoodenses como Avatar. Si bien son mejores que los de la original, que fueron realizados con la anticuada técnica de stop motion, al menos aquellos eran más divertidos de ver. Este desastre tedioso te hace pensar que en la producción de esta cinta estuvo involucrado algún político mexicano. Alguien por ahí en el departamento de efectos especiales seguro desvió fondos, porque a parte de cubrir el sueldo de actores como Ralph Fiennes y Liam Neeson, que se la pasan escondidos detrás de sus barbas en completa vergüenza, no entiendo en qué se gastaron tanto dinero. Y sí, el monstruoso Kraken que todos esperábamos con ansia es patético. Ni modo, Furia de Titanes es un fracaso. Habrá que ver que más nos depara esta temporada de verano.
Suena a… Four Tet • There Is Love in You • 2010
Por Esteban Cárdenas
escardenas@vanguardia.com. mx
En 2007, Daniel Victor Snaith, que trabaja bajo el nombre de Caribou, lanzó Andorra, un excelente disco que homenajeaba el rock psicodélico californiano de los sesenta. Hoy, Snaith ha dado una vuelta de Caribou 180 grados y regresa a sus ini• Swim cios con Swim, un álbum de • 2010 música electrónica mutante, en donde el canadiense toma ritmos cuatro por cuatro tradicionales y los decora con sonidos y texturas más experimentales. Caribou retiene su arsenal de sonido tradicional, pero esta vez lo utiliza de diferentes maneras, atacando ahora géneros de música bailable. En piezas como Hannibal, Snaith toma un ritmo de house minimal baleárico y convierte una canción bailable en
un experimento sonoro que oscila entre el electrodisco sueco de Lindström y los sonidos oníricos de la música experimental de los Boards of Canada. La abridora Odessa es de mis favoritas del disco, con su bajo burbujeante y una cantidad enorme de sampleos un poco angustiosos. La presencia vocal de Snaith funciona muy bien en canciones como Leave House, una deliciosa pieza que parece samplear la voz de un tipo tarareando una melodía bastante simple, sobre la cual Snaith construye una compleja pero plenamente disfrutable pieza de disco house, que hacia el final redobla su ritmo con unas tarolas raver muy bien colocadas. Jamelia cierra el disco con broche de oro, y comienza con un ritmito jazzero playero que raya en el bossa nova, al cual Caribou le va sumando elementos hasta terminar on una explosión de alegría increíble.
Boards of Canada • Trout Mask Replica • 1998 The Field From Here We Go Sublime • 2007 •
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6 VANGUARDIA Lunes 26 de abril de 2010
¿sicarios
2020? p o r k o wa n i n s i lva
Los niños de Juárez han heredado una guerra que a diario traspasa su inocencia. A su corta edad juegan a ser sicarios y hablan de encajuelados y ‘ejecutados’. El riesgo de que el narcotráfico los atrape en el camino está latente en sus barrios. Mientras un niño arma una pistola de juguete en el kinder, otro de 14 años hace una de verdad con tubos y balas.
C
iudad Juárez, Chihuahua.-¿Qué quieres ser de grande Jesús? le pregunta Fátima Anaya a su alumno de cuatro años. -Narco, responde. -¿Narco? ¿Por qué quieres ser narco m’ijo? -Para matar. -¿Por qué quieres matar? -Para ser rico. Sus manos que caben sobradas en las mías están terminando de armar una cuerno de chivo con figuras lego, una como las que vaciaron a los cinco muertos que registraron ese día los diarios de la ciudad. En el rato que Fátima le dio al grupo para armar torres y castillos con piezas de plástico, Jesús transformó el salón de clases en una zona de guerra donde él tenía el calibre más alto: una AK47 verde con doble cargador. “Pero a los narcos los matan o los agarra la policía”, le dice uno de sus
compañeritos en defensa. Jesús lo ignora. Su sonrisa cuando detona el lego me hace pensar que uno de sus superpoderes es ser inmune a las balas de la ley. A decir por su sudadera de Scobby Doo a Jesús le gustan las caricaturas, pero de un tiempo para acá, dice su
maestra, los niños se han olvidado de Cartoon Network y hasta de Marvel. “Ya no es ‘quiero ser Spiderman’. Ya están tomando sus ídolos de la realidad cotidiana de Juárez, ya ser narco ni siquiera tiene un código de maldad, ya es un oficio más dentro de toda la gama de oficios que puede representar ser adulto”. La cotidianidad de Jesús es que vive en un cerro de la Zona Poniente de la ciudad donde pocos pueden aspirar más allá de la secundaria, porque según me cuenta Ricardo Tovar, trabajador social de la Policía Municipal de Juárez, pasando las vías del ferrocarril sólo hay una preparatoria. Si alguien quiere cruzar al oriente para estudiar, tiene que pagar 19 pesos diarios de ruteras. “¿Cómo? si en esa zona las familias sobreviven con 550 pesos por semana” dice. De acuerdo a sus cálculos son 15 mil jóvenes los que no brincan a la preparatoria y por su edad, pocos les dan trabajo. “Es el perfecto caldo de cultivo para que pueda crecer la delincuencia”. Jesús no sabe todavía de cifras. Seguro quiere ser rico para comprar más juguetes.
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inocencia alterada
Les van a quitar el camión escolar por culpa de esos que está manteniendo el Gobierno y que nada más vienen a hacerse bola. ¿En qué se gastan el dinero? ¿En pagarles a los soldados para que se vengan a hacer bola? Deberían estar buscando a los asesino, ¿Qué están haciendo ahí? Lupe, madre de familia que salió de su casa porque hubo una balacera en la esquina.
8 VANGUARDIA Lunes 26 de abril de 2010
La Zona Poniente me recibió con muertos. Son las seis de la tarde y las calles de los cerros vibran. Los niños juegan futbol, las gangas salen a sus esquinas, los señores regresan de la maquila y los ‘chavalos’, como les dicen aquí, están saliendo de la secundaria. Parece que hay vida, pero de un segundo a otro se corre la voz que en la calle Barbados hay muertos. Me entero de lo que pasa porque un niño que está en el tumulto le explica a su tío la escena como quien hace un reporte pericial, “dicen que son cuatro, que están tirados adentro de la tienda, tío, yo vi cómo la camioneta se arrancó y la policía no llegaba”. Llegaron el Ejército, la CIPOL, los federales, los municipales y de tanta gente que se juntó aquí, difícilmente se alcanza a ver algo. Escucho entre las pláticas que el lugar atacado es una tienda funeraria que acababa de abrir. Aquí los muertos son tantos que en los barrios hay tiendas de ataúdes como si fueran farmacias. “Qué mala onda que sin saber hayan comprado sus propias cajas”, dice un señor. Detrás del listón amarillo que acordona el área, está un niño muy atento a todo lo que sucede. Por su tamaño calculo que apenas está en la primaria. -¿Y tú viste? le pregunto. “Nomás escuché”. -¿Dónde estabas? “Estaba en la casa escuchando música y luego se oyeron los balazos y me vine a fijar”. -¿No te dio miedo? “Nee, nomás vine a ver qué pasó”. -¿Es la primera vez que esuchas una balacera? “No, llevo muchas, en la otra cuadra hubo una, por mi casa también, en muchas partes he
escuchado balazos”. -¿Y qué sientes? “Nada, nomás cómo retumban las ventanas”. -¿No te da miedo que un día te pase algo? “No”. -¿Qué quieres ser cuando seas grande? “Así como estos que están aquí atrás, estatales o federales, no sé, me gusta”, responde. En lo alto de una casa veo a cuatro niñas sentadas en fila viendo la escena. Cuando les hago plática les gana la risa. Una de ellas, que acaba de entrar a la secundaria, me dice que un día va a ser doctora. “Quisiera ayudar para que los que están malos tengan la posibilidad de vivir”. Su mamá, que está viendo todo desde la puerta, parece molesta e interrumpe la plática. “Díganle que les van a quitar el camión escolar por culpa de todos esos que está manteniendo el Gobierno y que nada más vienen a hacerse bolas. Tan seguras que están, vienen por ellas y las traen, pero lo van a quitar porque hace dos meses que no les pagan a los choferes”, se desahoga señalando a los agentes que están en la esquina. “¿En qué se gastan el dinero? ¿En pagarles a los soldados para que se vengan a hacer bola? Deberían de andar buscando a los asesinos, ¿qué están haciendo ahí? ¿están cuidando que regresen? ¡Claro que ya no vienen! “Los federales nomás llegaron a robar, hace poquito a mi hijo le robaron el celular. Hay más y más, y cada día son más de 10 muertos, ¿dónde están ellos? Aquí están, qué están haciendo aquí, ¿cuántos hay?, unos cien, ¿le gusta para que haya unos cien? ¿Para qué?” Lupe está muy enojada, su hijo de 18 años sale de la casa a
apoyarla y también tiene coraje, me confiesa que le van a cerrar la escuela. -¿Qué estudias? “Música, en una escuela del centro. Toco el sax pero el viernes nos dijeron que ya no iba a haber clases porque no tienen para pagarles a los maestros”. -¿Y qué vas a hacer? “Pues no sé, me tendría que ir a Xalapa, allá hay una escuela de música muy buena, pero no tengo dinero”. A la escena del crimen se suman más elementos. Esta vez arriban los G. I. Joe, como les dicen irónicamente a los policías municipales que hacen los operativos antipandillas. El apodo se lo ganaron por su uniforme militar fashion. En la comitiva está el Comandante Martínez, quien por su panza, está muy lejos de parecerse al escultural soldado Joe. Martínez me explica que su trabajo consiste en hacer recorridos por la Zona Poniente para deshacer grupitos en las esquinas. Explica que los jóvenes están siendo reclutados como sicarios desde las pandillas, donde van viendo quién es el más “entrón”. “Están agarrando puro menor, como saben que ahí el proceso no es tan largo para ellos (5 años), los agarran chavalitos y pues como ellos quieren andar con lujos, pues se van para allá de volada”. Me confía que es muy fácil que los adolescentes se hagan de un arma, que ellos mismos las fabrican por treinta pesos. Si lo que me dice es cierto, lo que Jesús hace en el kínder con piezas de plástico, hay quien a los catorce años ya lo hace con tubos de metal y pólvora. Martínez promete mostrarme al día siguiente una “escupebalas” como le dicen en el barrio.
‘te voy a matar mamá’ Del otro lado de la ciudad, Carmen vive bajo amenaza de muerte. Su pequeño de siete años, cada que lo va a regañar le dice: “Te voy a matar, mamá, te voy a matar”. Esto tiene más de una explicación. Julio tiene los ojos gigantes como de alguien que acaba de ver un acto de magia. Su gesto de asombro es de esperarse, todavía no se le cae el primer diente y ya vio sangre correr. Fue hace un año que Jesús estaba jugando en su casa. El sonido de las balas que mataron a su vecino lo inquietaron. Pudo haber pensado que eran cohetes, pero, sus papás salieron corriendo a ver qué había pasado. Ahí estaba Panchito tirado en el asfalto, pintado de rojo, como lo dibujaría después en la escuela. “El niño se hizo muy retraído, durante dos meses no salía ni a la puerta, de repente me decía: ‘Mamita, yo no voy a salir
a jugar porque me puede pasar lo mismo que a Panchito, ¿verdad?”, platica Carmen desde el sofá, donde toma un descanso luego de haber llegado de la maquila. Me abrió las puertas de su casa un poco temerosa, le dije que sólo quería platicar con ella sobre cómo era ser mamá en Juárez y me dice que su niño ya no duerme igual, que desde lo de Panchito se despierta llorando y grita “tengo miedo”. -¿Qué le dices, Carmen, cómo le explicas? -Lo abrazo, le digo que le rece a su ángel de la guarda, que él lo va a cuidar. Dos meses después de lo que vio, Julio salió del encierro como quien carga un escudo de acero. Le duró poco. Otro día, en el trayecto de la escuela a su casa, algo falló en su armadura. El camión escolar hizo una escala para recoger a otros niños en
una estancia, segundos antes acababan de matar a cuatro. Julio no los hubiera visto de cerca, sino es que su maestra se puso a gritar y todos los niños se bajaron a ver. “Mataron a cuatro, yo los vi mamita, ahí estaban tirados y todos llorábamos”, le dijo ese día a Carmen cuando le preguntó cómo le había ido en la escuela. Desde entonces Julio va al psicólogo. Carmen sigue preocupada, porque hace dos días le escuchó jugar con su amiguito de la cuadra y le decía: “Yo voy a ser sicario y te voy a matar”. Sicario, como uno de los hombres que acribillaron el 30 de enero a los 16 estudiantes de la colonia Villas de Salvacar. La masacre ocurrió a la vuelta de la casa de Julio, quien por suerte ya estaba dormido. Desde entonces los policías custodian la colonia y los niños juegan futbol en la calle con las patrullas como escenario.
Lunes 26 de abril de 2010 VANGUARDIA 9
Se llaman ‘escupebalas’ y se confiscan 15 al mes. Portarlas no es delito, sólo una falta administrativa
por 30 pesos
10 VANGUARDIA Lunes 26 de abril de 2010
Regresé a la Zona Poniente, esta vez a bordo de una camioneta cargada de G.I. Joe’s, que dan el recorrido de rutina en busca de pandillas. Aseguran estar capacitados en tratar a los menores y cuando les pregunto cómo es que deciden a qué joven registran y a quién no, me dice uno de ellos: “pues mire, como ese que va ahí con los pantalones aguados, ésos son los que regularmente andan mal”. En eso todos bajan de la patrulla y se le van encima al muchacho. Su falta fue quizá caminar en la calle a las cinco de la tarde y tener finta de malandro. Parece que estos policías especiales hacen efectivo unn toque de queda desde que cae la tarde. Mientras volvemos a bordo, Martínez muestra el arma hechiza a la cámara y explica cómo hacer una: “Estos tubos tienen un clavito en el interior que causan, la detonación, los tubos son para hacer presión, al meter un tubo dentro del otro se da la explosión de la bala, éstas son las armas hechizas. “Es muy fácil y muy económico, son tubos normales del agua, si mucho han de gastar 30 pesos para hacerla. Mandan soldar los tubos para que la presión sea fuerte y le ponen cinta de aislar para que no se les caliente. “El clavo que le ponen adentro funciona como el martillo, ése es el mecanismo que dispara” -¿Hay buena puntería? “Sí, ellos se amacizan de los tubos y amarran el movimiento”. -¿Qué alcance tienen? “No mucho, igual que una arma verdadera, unos cincuenta metros, a veces usan hasta tubos más gruesos como escopeta que aguantan un calibre más alto”. -¿Cuántas decomisan al mes? “Estamos hablando de unas quince más o menos, pues es que ya nomás ganan dinero y se compran una de verdad”. Me dice que quienes fabrican estas armas son jóvenes entre 14 y 15 años que apenas comienzan en la pandilla. En México, explica, portar una de estas armas es sólo una falta administrativa. Ya en la Estación de Policía, Ricardo Tovar, el trabajador social, explica que del 2008 a la fecha, los menores infractores se han triplicado alcanzando 280 detenciones por semana, algo nunca antes visto en sus 17 años de carrera. Me habla de un programa que se llama Jóvenes con Valor que trata de reintegrar en la sociedad a los menores. Es sólo un esfuerzo, él sabe bien cómo es la calle. “Vemos a jóvenes de 14 años que ya están en el mundo de los sicarios, arrancándole la vida a otro ser humano cuando ni conocen qué van a hacer con la propia. “Muchos ya están dentro de otro mundo o buscando cómo entrar, porque han visto en amigos y familiares el falso poder de comprar lo que les guste. Ven ese mundo como única opción para tener un futuro” reflexiona.
frágiles burbujas
“¿Se puede meter a los niños en una burbuja? le pregunto a Cinthia Álvarez, maestra de kinder, mientras observamos la nueva sensación de Plaza Misiones, el mall más grande de Juárez. Se trata de un juego donde los papás pagan treinta pesos para que metan a sus niños en una burbuja de plástico que luego avientan a una alberca. La burbuja tiene oxígeno propio y ahí dentro los niños intentan ponerse de pie y caminar, pero el agua y la redondez de la burbuja los hace caer. “Todos los papás quisieran eso”, me dice Cinthia, quien ha traído a la cita a su pequeño Gael de apenas un año, un bebé risueño que le extiende los brazos a todo el que ve pasar. “Son niños de la calle o de cuatro paredes. Están en la casa todo el día encerrados o en la calle porque papá y mamá trabajan en la maquila”, me dice refiriéndose a sus alumnos de segundo grado. Lo de la burbuja a Cinthia le
parece imposible y lo comprobó con Iván, uno de sus alumnos que puso al kinder de cabeza el otro día. Estaban en una dinámica de grupo y el pequeño soltó el llanto: “Mataron a mi papi en los González (un supermercado popular) maestra, le dieron un balazo en la cabeza”, dijo Iván así tan claro como si hubiera estado ahí y sus ojos recordaran la escena. El grupo enmudeció. Parecía como si de pronto el salón de clases se hubiera convertido en una sala funeraria. Los niños, de apenas cuatro y cinco años le daban el pésame, lo abrazaban y lloraban junto con él. Lo que Cinthia y las demás maestras se preguntaban aquél día en el kinder era cómo, si habían matado al papá un día anterior, él había ido a clases. No hallaban cómo manejarlo y esperaron a la mamá para platicarle lo sucedido. La señora, quien además ese día vestía
Son niños de la calle o de cuatro paredes. Están en la casa todo el día encerrados o en la calle porque papá y mamá trabajan en la maquila”. Cinthia Álvarez, maestra de kinder. Lunes 26 de abril de 2010 VANGUARDIA 11
Cinthia en su salón de clases. Nunca pensó que sus alumnos vivirían las experiencias de violencia que les han tocado.
Antes no dejaban entrar a los niños a las funerarias, ahora ya no, ya los niños van a ver al ser querido dentro de una caja, maquillado, deformado, son imágenes muy fuertes. Ya saben lo que es un ‘encajuelado’, un ‘teipeado’”. Cinthia Álvarez, maestra de kinder. 12 VANGUARDIA Lunes 26 de abril de 2010
de negro, les dijo que nada era cierto, que su esposo estaba en el trabajo, que no entendía por qué su niño decía eso. El kinder había entrado de un instante a otro, sin saberlo, en un déjavu. “El niño lloró, dijo que su hermanito estaba muy triste, así como si fuera algo que él vivió. No sabemos entonces si fue un sueño o un temor que el niño estaba proyectando”, dice Cinthia. Mientras me deja pensando, el juego de la burbuja llega a su fin. Son sólo quince minutos para que los niños vuelvan a respirar el oxígeno de la ciudad. La imagen de la pelota de plástico desinflándose tiene más sentido después de escuchar la historia de Iván. Como es domingo, la alberca de burbujas gigantes está rodeada de decenas de papás entretenidos viendo a sus niños. Cinthia platica que así es frecuente ver a la gente alrededor de la
escena de un crimen. “Les da mucha curiosidad ir a ver un ejecutado, muchos papás no creen que a sus hijos les afecte, pero yo creo que les están quitando lo humano a los niños, el ver a alguien tirado ya es tan normal como ver a un animalito muerto. “Antes no dejaban entrar a los niños a las funerarias, ahora ya no, ya los niños van a ver al ser querido dentro de una caja, maquillado, deformado, son imágenes muy fuertes. Ya saben lo que es un ‘encajuelado’, un ‘teipeado’…” cuenta. Cinthia es de la ciudad de Chihuahua y está en Juárez, como muchos maestros, por una plaza docente mejor remunerada. Lleva siete años viviendo aquí, los mismos que lleva acumulando historias de terror que le cuentan los niños. La que más le duele me la cuenta cuando la visito en el kinder donde trabaja.
un error
Karen tiene cinco años y perdió el brillo de sus ojos, así lo percibe Cinthia, quien seguido la escuchaba cantar en el salón de clases y la veía bailar con sus amigas en el recreo. Por su mirada ausente, pensaría que a esta pequeña de mochila rosa y dos colitas adornadas con moños, Juárez la mató en vida. Transcurría junio del 2009 y Karen pintaba un cuadro para el festival del Día del Padre, que organizaba la escuela. En esos días un vecino le había pedido a su papá que le fuera a arreglar una fuga que había en el medidor del agua. Karen y su hermanita se encontraban en casa, cuando de pronto llegaron los vecinos gritándole a su mamá, así sin preámbulos, que habían matado a su esposo de un balazo. Las niñas escucharon de un grito el fallecimiento de su padre y llegaron a la escena antes que la policía acordonara el área. “¿Qué voy a hacer con la pintura que le hice a mi papá, maes-
tra” le preguntaba Karen a Cinthia días después de lo sucedido. No había respuesta. Su papá había estado en el lugar equivocado. Lo confundieron con el dueño de la casa. Fue un error. “Los niños aquí en Juárez son un cero a la izquierda”, me dice Cinthia. Ella sabe que los más de 5 mil muertos que suma el Gobierno tienen cicatrices. Por eso en la entrada del kinder los niños han escrito con crayones mensajes para sus padres: “Si vemos violencia nuestra mente la guarda”, “No me dejes ver los muertos”, “No me dejes ver los cholos”, son algunas de las peticiones. Cuando me despido de Cinthia me dice que si le dieran a elegir se iría con Gael a otra parte, donde hubiera un mejor clima, mejores parques y tranquilidad. Me confiesa que tampoco regresaría con sus padres a Chihuahua. Tenía razón. Días después de vernos me mandó un mensaje de texto que decía: “Acaban de secuestrar a mi primo en Chihuahua. No es justo”.
‘papi salió y… pum, pum’ “Mataron a Pablo maestra, mataron a Pablo” le decían sus alumnos a Alicia Fernández, maestra de un kinder de la periferia de Juárez donde las casas son de cartón y tener agua es un lujo. Le contaban que fue enfrente del kinder donde la tarde anterior había tres hombres asesinados sobre la terracería. Alicia supo de qué se trataba cuando llegó Bryan al salón. “Mataron a mi papi maestra, le dieron unos balazos y estaba afuera tirado” le dijo el niño de apenas cuatro años. Alicia no sabía qué decirle, se sentó con él un rato a armar unos juguetes, quiso abordar el tema: -¿Qué pasó Bryan, cómo estás? ¿Quieres platicar?, le preguntó. -Lo mataron y ya. -¿Y ya? -Sí, nada más, respondió Bryan. Los días pasaron y el silencio de Bryan era cada vez más no-
torio, todos en el kinder hablaban de tres muertos pero lo que muchos no sabían es que uno de ellos era su papá. Alicia cuenta que con el tiempo Bryan se acercó a platicar con ella y le confesó que todavía recordaba los disparos. “Yo estaba adentro maestra, estábamos comiendo, mi papi salió y le dispararon. Sonaba mucho así como pum pum pum. Le dieron unos balazos maestra pero mi papi ya está con Diosito”. Alicia todavía siente un nudo en la garganta cuando se acuerda, ya no sabe nada de Bryan porque se lo llevaron a vivir a otra parte. A ella le preocupa que los niños están absorbiendo todo y a cada rato llegan y le platican un Juárez que le de vergüenza. “Maestra ayer llegó mi papá y le contó a mi mamá que mataron a siete” le dijo un alumno esa mañana.
Lunes 26 de abril de 2010 VANGUARDIA 13
Juan Carlos dejó el tercer grado de primaria por irse a la calle. Le gustaba más jugar con sus amigos, a que unos eran de una pandilla y otros de otra, para así entretenerse toda la mañana agarrándose a pedradas. “Había veces que me expulsaban por quitarles el dinero a los niños, les quitaba el lonche, la gorra, entonces me expulsaban por días y dejaba de ir hasta que ya no volví. Eso no era lo mío”, dice. Por ese tiempo su papá se fue de la casa y nunca supo por qué. Su mamá trabajaba todo el día en el centro, así que aprendió cómo era la vida con las lecciones que le daban sus cuatro hermanos mayores. Con ellos supo lo que era pelear. “Se ponían los guantes y me empezaban a trinear (entrenar), ‘para que te vaya gustando’, ‘pa’ que te curtas’, ‘pa’ que no te duelan de grande los fregazos’, me decían”. A los doce años Juan Carlos quería pertenecer a los Saucers, la pandilla del barrio. Nunca pensó que después de eso su vida fuera cayendo como fichas de dominó. Hoy tiene 17 años y desde hace dos, cumple una sentencia por homicidio. Desde la Escuela de Mejoramiento para Menores de Ciudad Juárez, como le llaman al reclusorio para menores, me comparte algunos fragmentos de su barrio enclavado en la Zona Poniente. -¿Qué tuviste que hacer a los 12 años para que te aceptaran? “La primerita de todas las cosas es que te ponen una golpiza de trece segundos, porque ellos tenían el número trece, después se tiene que ganar los números, las letras, todo…”
su película
-¿Cómo fue la golpiza? “Me agarraban entre varios, esos trece segundos parecen una eternidad porque no cuentan rápido, cuentan uuuuno.. dooos… treees” -¿Lo disfrutabas? “Si, porque me sentía más aceptado y pues lo que me dijo una vez mi hermano, ‘los golpes se quitan, no te preocupes’, ésa era mi mentalidad, los golpes se van a quitar, se van a quitar”. -¿Por qué querías entrar a los Saucers? “Me gustaba como vestían, cómo andaban, lo que hacían, que casi no tenían respeto por la autoridad y cómo convivían ellos fue lo que me llamó la atención,.” -¿Qué te ofrece la pandilla para ganar dinero? “Era un poco diferente, unos hacían también sus asaltos, yo estaba trabajando en la obra y pues si ganaba mi dinero, pero de repente si hacíamos asaltos y así, pero era un poco más retirado”. -¿Qué sentías?, ¿te gustaba la adrenalina? “Está suave la adrenalina, estar en eso está suave, se siente suave cuando estás con ellos, sientes que si te hacen algo ellos van a llegar junto contigo y van a arrasar. Si me pongo a pensar uno mismo se está destruyendo la vida, como quien dice ya no tiene uno el control de uno mismo, sino se basa en las reglas de los demás”. -¿Qué querías comprar? “Lo que se me hacía más útil, mi ropa, mis tenis, mi ropa como me gustaba vestirme, en la casa éramos muchos y no había dinero para las cosas básicas”. -¿Drogas? “Sí, en todo barrio va a haber drogas, mariguana, píldoras, co-
Estamos viviendo como en una película, sale uno a la calle y ve todo como si fuera ficción pero desgraciadamente no. Estas muertes dejan víctimas, dejan familiares con una psicosis tremenda, dejan gente impactada por lo que ven y por lo que viven. Tenemos que hacer algo para que los niños no sigan viviendo esta realidad Ricardo Tovar, trabajador social.
caína, es lo primerito que va a haber?” -¿Y el agua celeste? “El TR2 (thiner alterado)… alucinas, te enviajas. Con la mariguana estaba pajita, siempre calmado, con los ojos chicos pero calmado, pajita y con la celeste no, siempre andaba hiperactivo, alucinado”. -¿Qué pensabas cuando te viajabas? “Los viajes que uno tiene, esos siempre le van a gustar a uno porque cuando anda bueno y sano se acuerda, ‘ah la otra vez que andaba bien celestino me enviabaja en esto y en lo otro”. -¿Cuál era el mejor viaje? “Qué mi vida era actuada por mi mismo, que así era mi vida, que yo era el protagonista, un poco curioso”. -¿Qué armas usaban? “De primero las escupebalas (arma hechiza), como hay balas de sobra pero no hay suficientes armas, pues por lo menos la podías hacer”. -¿Para qué querías una arma? “Para mí, mismo, pa cuidarme la espalda, porque pos nadie le va a prestar a uno una pistola, lo primerito que van a pensar es ‘te la presto y te me vas a bañar’. Por eso uno tenía que conseguirla”, -¿Cuánto te costó? “Dos mil pesos”. -¿Tuviste algún ofrecimiento del narco para matar a alguien? “Yo casi no me fui por ahí pero fueron varios los que sí. Lo que llamaba pues era la feria, depende de qué tanto dinero hablaran”. -¿Qué ofrecían? “Lo básico, dinero y como de repente estaban feas las crisis pues varios si la aceptaban, yo no me fui por ese jale”.
¿Qué pasó ese día? “Estuvo curioso, estuvo curioso. Tenía ya como unos dos meses que no pisteaba ni usaba píldoras, ese día fue mi error”. -¿Qué te echaste?. “Píldoras y pues estábamos fumando mota, pisteando, cotorreando en un party del barrio. Ya era tarde y pues como siempre tiene que haber miembros de otro barrio que llegan al tuyo a querer hacer olas. Hicimos la riña”. -¿Le disparaste a alguien? “Más o menos así, de hecho hay cosas que no me acuerdo, andaba muy drogado”. -¿De que te acuerdas? “Uno de mis amigos que se fue a encaminar a mi novia y a la de él, volvió gritando desde la esquina que le tiráramos paro, les había gritado a los del otro barrio mentadas y varias cosas. Nosotros corrimos con él y venía desbaratadón, todo ensangrentado. Yo corrí a hablarle al hermano, le dije que habían marraneado al Víctor, se puso los tenis y salió… yo le tuve que entrar a la riña y pues aquí estoy”. -¿En cuanto tiempo sales? “Cuatro años más estoy fuera”. ¿Tu mamá viene a verte? “Sí, viene cada dominguito, trae la comida, por cierto los chilitos rellenos que ella hace son los mero maclein”. ¿Cómo es un día aquí adentro? “Suave, casi siempre la misma rutina pero se acostumbra uno. Si afuera eras enemigo de unos, aquí se olvida. Soy agricultor, sembramos chile, tomate... ta curioso, porque en Juárez la tierra se mira que está un poco acá, pero se presta y sí sale, sandía, melón, calabaza, cilantro, ajos”.
| Los menesteres del ocio
|| Por Miguel Agustín Perales
|| Por Alfredo García
1.- Hasta donde se sabe, fue … el primero que llamó cosmos al universo. a) Euclides; b) Tales de Mileto; c) Pitágoras; d) Platón.
Donde todo sucede. “Es mejor estar conectado con uno mismo que con la red. Hay algo terrible que sucede en Twitter: en primer lugar, cada vez menos gente se da tiempo para leer, especialmente literatura, y en segundo, ya no estamos solos, no hay oportunidad de pensar; cómo se podría tener una idea original, si constantemente se envían mensajes para comunicarse. Es algo que no tiene fin. Hay que salirse de la máquinas, el silencio es el lugar donde todo sucede”: Barry Gifford, guionista oficial del director de cine David Lynch, durante un curso de guionismo que impartió en el marco del Festival de Cine de Guadalajara. Memoria a la Academia. “Hace unos ocho días he descubierto que el azufre, al ser quemado, en lugar de perder su peso lo aumenta. Lo mismo ocurre con el fósforo. Este aumento de peso proviene de la fijación de una cantidad considerable de aire que tiene lugar durante la combustión, al combinarse con los vapores. Esto mismo podría acaecer también con todos los cuerpos que ganan peso con la combustión y la calcinación, y me he convencido de que el aumento de peso en las cales metálicas proviene de idéntica causa. He hecho la reducción del litargirio en vasos cerrados, con el aparato de Hales, y he observado que se desprendía, en el momento de transformarse la cal en metal, una cantidad considerable de aire, y que este aire formaba un volumen mil veces mayor que la cantidad de litargirio empleada…”: Antonio Lorenzo Lavoisier, en memoria
2.- “En la medida que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo”. Es este un aforismo de … a) Rabindranath Tagore; b) Isadora Duncan; c) Gabriela Mistral; d) Albert Einstein. 3..- … es el sentido etimológico del sustantivo trabajo. a) instrumento de transformación; b) ocio; c) negocio; d) instrumento de tortura. 4.- El … se conmemora el aniversario luctuoso de los miembros del Escuadrón 201 que cayeron en combate. a) 2 de mayo; b) 30 de abril; c) 27 de abril; d) 1 de mayo.
5.- Nada es para siempre en la tierra: / sólo un poco aquí. / Aunque sea de jade se quiebra, / aunque sea de oro se rompe, / aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. / No para siempre en la tierra: / sólo un poco aquí. El autor de este poema, que puede compararse sin desventaja con las famosas coplas de Manrique, es … a) Ixtlixóchitl; b) Nezahuapilli; c) Nezahualcóyotl; d) Tízoc. 6.- El … de este mes es el Día Internacional de la Danza. a) 27; b) 29, c) 28; d) 26. 7.- Endimión es un satélite de … a) Neptuno; b) Saturno; c) Urano; d) ninguno de los tres. 8.- Solo existen … poliedros regulares convexos. a) 5; b) 8; c) 3; d) 4.
Respuestas: 1) c; 2) b; 3) d; 4) a; 5) c; 6) b; 7) d; 8) a.
superméndez
El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos)
presentada a la Academia de Ciencias de Francia en 1772, a los 29 años de su edad, y unos meses después –le damos el chisme completo- de haberse casado con Marie Anne Paulze, joven de 14 años que se convertiría muy pronto en su eficiente secretaria y en una valiosísima auxiliar de laboratorio. Incrédulo lector. El 4 de octubre de 1669, en la mayor miseria, olvidado por sus compatriotas y sus amigos, abrumado por la tristeza y casi ciego –para un pintor quedarse ciego es como para un músico quedarse sordo- murió Rembrandt van Rijn, el más grande artista que ha dado Holanda, cuna por excelencia de grandes artistas plásticos, en un infame tugurio. Su entierro, hecho prácticamente de limosna, costó 13 florines. ¡Aunque usted no lo crea! Autocrítica. “Los españoles eran incultos y aún siguen siéndolo”: Arturo Pérez Reverte. Un mundo nos vigila. Guadalupe Rivera Marín, hija del muralista Diego Rivera y de la actriz Lupe Marín, piensa que el Calendario Azteca es en realidad la representación en piedra de una nave nodriza intergaláctica proveniente de Marte. Siguiendo esa lógica, nosotros podríamos afirmar que el subcomandante Marcos fue en realidad una reencarnación de Gazú, el simpático marcianito que se hizo célebre en la serie televisiva Los Picapiedra. Dos mártires. “Si la vida y la muerte de Sócrates son las de un sabio, las de Jesús son las de un Dios”: Jean Jacques Rousseau, “Confesión del vicario saboyano”.
Por J. Latapí
Semanario
VANGUARDIa Lunes 26 de abril de 2010 / www.semanariocoahuila.com
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