La mayoría de la gente considera la vida como una batalla.Pero la vida no es una batalla sino un juego. Un juego en el cual, sin embargo, no es posible ganar si no se posee el conocimiento de la ley espiritual.El Antiguo y el Nuevo Testamento nos brindan con una maravillosa claridad, las reglas del juego.Jesucristo enseño que este juego se llama dar y recibir.